Año III – Nro.

3 – Agosto 2018

¿Hay alguno, con sentido co-

mún, que escuchando de los
abuelos las bellas historias no
desea recuperar esos tiempos
ahora perdidos entre el ce-
mento y el frenesí? ¿Se atreve
alguien a no echar de menos el
fresco de la mañana, la luz de
las estrellas, la risa de los niños,
la firmeza de los adultos, la paz
de los ancianos y el repique de
las campanas?
Índice
(Pág. 2) Editorial
(Pág. 3) El acúmulo de células
(Pág. 4) Hasta qué punto somos
tolerantes
(Pág. 5) Personas peligrosas están
enseñando a tus hijos
(Pág. 6) De la nobleza como herencia
(Pág. 7) La tecnología, ¿buena o mala?
(Pág. 8) Paraguay pro-vida

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Es una publicación de la Liga Patriótica Universitaria,
movimiento estudiantil en pro de la juventud y del bien de
la nación.
Comisión directiva
Presidente: Edgar Zelaya
Vice Presidente: Leda Britos
Secretaria: Mabel Bazán
Comité Editorial
Jefe Editorial: Cinthia Jara
Colaboran en esta edición: Israel Cabral, Laura Paredes,
Enrique Machuca, Mabel Bazán
Diseño y maquetación: Guillermo Robertti
Corrección: Cinthia Jara
Tirada de esta edición: 200 ejemplares.
Distribución gratuita.
Email: liga.patriotica.universitaria@gmail.com
www.facebook.com/liga.patriotica.universitaria
Las opiniones y comentarios vertidos por los redactores y
colaboradores son de responsabilidad de los mismos y no
reflejan necesariamente la opinión de la dirección.
EDITORIAL
Los principios universales
Esta nueva serie de artículos de la revista Kavichu’i
dio qué hablar. Y nos parece bien. El periodismo
no fue inventado para ser una trompeta «irrespon-
dible», sino para que en sus páginas se dé el deba-
te de ideas y la verdad venza por su propia fuerza.
Esto puede sonar algo liberal, pero cuando se trata
del terreno de las opiniones, y sobre todo, de cosas
de futuro, como los resultados que devienen de de-
cisiones políticas (gremiales, gubernamentales, estu-
diantiles, educativas, etc.) la cosa se hace todavía más
discutible. Tampoco pensamos que no haya verdad
incuestionable. Al contrario: apostamos por el resca-
te de los principios fundamentales del pensamiento
occidental y universal, los principios universales que
sostienen la sabiduría perenne.
No sabemos de qué temen más nuestro odiadores
de turno, que alguien aparezca cuestionándoles sus
inexistentes fundamentos, o que presentemos nue-
vamente los principios universales sobre los que se
fundamenta la estructura misma de la realidad. En
cualquier caso, la rabieta de algunos muestra no otra
cosa que su mente revolucionaria, de la peor calaña.
Conviene recordar que no utilizamos el término
«revolución» en el sentido que le suele dar la propa-
ganda oficial: como proactividad, determinación y
trabajo. Por el contrario, «revolución» es un rebeldía
contra la estructura de la realidad, una oposición a
los fundamentos mismos, procurando transformar-
lo todo de tal manera que el nuevo modo de ser sea
según el modelo que concibe el revolucionario. En
definitiva, es una rebelión contra el ser, contra sus
causas y contra su verdad.
La solución de los males no consiste en la transfor-
mación de la realidad, sino en comprenderla y ajus-
tarla a su forma más original. Eso es lo que significa
«reformar»
Apostamos, una vez más, por los principios univer-
sales innegociables, de los cuales nos abanderamos
en favor de todos.
¡VIVA DIOS!
¡VIVA LA PATRIA!
Página 3
El acúmulo de células
Por Dra. Selva Giménez
Los fundamentos genéticos demuestran que en la fu-
sión de las células haploides, espermatozoide y óvulo,
tenemos por resultado un nuevo ser, genéticamente
único en su especie, cuyas características físicas y el
género son definidos en este mismo momento, por lo
tanto es un ser humano, que inicia su desarrollo.
Las diferentes etapas del desarrollo humano no pueden
catalogar la dignidad del ser humano, es tan humano
al inicio de su vida, como al final. En contraparte, las
corrientes ideológicas materialistas menosprecian a la
ciencia refiriéndose al embrión humano como “acúmu-
lo de células”, mientras que, elementalmente en ciencias
nos enseñaron desde la primaria que las células forman
tejidos, los tejidos órganos, los órganos sistemas, los sis-
temas aparatos y en fin, la suma de todo ello es el com-
plejo y perfecto cuerpo humano.
El aborto provocado es un tema de debate actual y lo te-
rrible de esta realidad es que se hallan estableciendo un
salto respecto a los fundamentos que he citado en pá-
rrafos anteriores, debatiendo simplemente la legalidad o
ilegalidad, punto que se sanciona por votos a favor o en
contra, estableciendo protocolos de abortos sin riesgos,
mientras que en todo procedimiento tenemos una vícti-
ma mortal, una victimaria y sus cómplices.
La bioética se basa en cuatro principios, el de autono-
mía, de beneficencia, no maleficencia y justicia, por lo
que, el aborto provocado interfiere en la autonomía del
feto, la búsqueda del bien, debe beneficiar a la madre y
al feto, no debe realizarse ninguna actuación perjudicial
tanto para la madre como al feto o embrión y respecto
Kavichu’i
a la justicia, tenemos el derecho a la vida y acciones que
permitan el desarrollo saludable.
Entre los argumentos más utilizados por los que favo-
recen el aborto se hallan; la ambigüedad del inicio de
la vida, el derecho de las mujeres sobre su cuerpo, la
muerte de mujeres por abortos inseguros, la existencia
de abortos clandestinos, problemas socioeconómicos y
la gestación no deseada causada por violación. Aunque
tengan eco, ya he mencionado antes lo correspondiente
al inicio de la vida y la independencia genética que pre-
senta el cigoto.
Todos los abortos son inseguros, tanto para la madre y
obviamente es mortal para el feto; no puede haber segu-
ridad en un tratamiento que tenga por fin eliminar a un
ser humano en desarrollo. Aunque pululen los aborto-
rios clandestinos, no serán considerados de otra forma
por quienes aún porten una semilla de sentido común,
son sitios donde van dos seres humanos; uno vuelve a
su vida cotidiana y el otro es eliminado entre basuras
patológicas.
Los problemas socioeconómicos estarán siempre pre-
sentes, la lucha que debemos permitirnos debe ser a
favor de una prestación de salud de calidad a las gestan-
tes, de promover con mayor insistencia la adopción y en
educar a los jóvenes en valores; como la castidad.
En cuanto a la gestación causada por violación, necesi-
tamos que la justicia pueda ser dura con los que causan
tal daño de manera a repeler este tipo de acciones por
parte de otros, facilitando el acompañamiento de las
víctimas hasta la adopción. Un delito no puede ser to-
mado por derecho.
Kavichu’i
Hasta qué punto somos tolerantes
Transcribimos el relato de una joven madrileña
que evidencia la falsa “tolerancia” de los posmo-
dernistas, que detrás del falso respeto humano
y el lobby de mentes abiertas, imponen “acepta-
ción” de sus ideologías cuando no son capaces
de soportar doctrinas contrarias.
Desde el verano veo Madrid lleno de carteles de “Soy
lesbiana, gay, bisexual, transexual, ante el odio, denun-
cia”. Me alegra, porque nadie merece ser odiado. Pero
esto me hace pensar: “Alguna vez me he sentido yo
odiada, o burlada, o rechazada?” Sí, y la mayor causa fue
por decir abiertamente que creo en Dios y en la Biblia.
Vivimos en un mundo posmoderno en el que todas las
verdades son verdad, por más contradictorio que suene.
Todos “respetan” a todos. Pues bien, voy a contar algo
que me pasó una vez que me dejó muy triste.
Estaba en clases de Física y Química y al profesor se le
ocurrió preguntar en qué creía cada uno; hubo muchos
tipos de respuestas, algunos creían en Buda, otros creían
en no creer y uno de ellos dijo que creía en los repti-
lianos que viene a ser básicamente extraterrestres que
viven entre nosotros y que controlan las mentes y las
masas, y la respuesta ante esto de la clase fue “hmm…
interesante, y sí, bueno, yo no creo que sea verdad pero
la respeto”, luego me tocó a mí y dije que creía en Dios.
Nunca me había sentido más humillada; podía escuchar
todo tipo de comentarios: “yo pensaba que esta chica
era lista”, “En Dios sólo creen los débiles”, “vaya tonta”,
“vaya fascista”, “seguro que es homofóbica”. Y el profesor
no dijo nada.
He estado en seis instituto toda mi vida y estoy segura
que no he estado en ninguno en que al enterarse que
creo en Dios no se han reído de mí y dicho cosas hi-
riente. Como cuando un compañero se sentó a mi lado
en una clase entera sólo para susurrarme todo el rato
blasfemias sexuales que le gustaría hacer con Dios.
Hablan de “respeto” hacia todos, de las mentes abiertas,
pero cuando dije que no tengo sexo con mi novio por-
que considero que mi cuerpo es muy valioso y sólo se lo
voy a entregar a aquel que haga un pacto públicamente
con Dios y conmigo de que me amará toda la vida lo
único que escuché fue “retrógrada”, “te va a dejar”, “te
han comido la cabeza, porqué no te haces monja”, “abu-
rrida”, “mentirosa”, pero no he escuchado ni un solo “te
respeto”, como aquel amigo que creía en los extraterres-
tres.
Página 4
Hablan de “respeto” hacia todos, de las mentes abiertas,
pero cuando dije en clase de Filosofía que no estaba de
acuerdo con el aborto porque siempre voy a elegir la
vida y que creo que habrán mucho de “este cuerpo es
mío y elijo yo” pero no hablan del síndrome pos abor-
to, de la ansiedad, de la depresión que traen, del mayor
consumo de drogas y alcohol, baja autoestima, ideas
suicidas, pesadillas con el llanto del bebé, trastornos ali-
menticios, disfunciones sexuales, desajuste en el vínculo
madre e hijo en futuras maternidades, esto es postrau-
mático, duelo.
No estoy diciendo que tenga la razón, sólo estoy dicien-
do que tengo las razones suficientes para no estar de
acuerdo. Me llamaron de todo pero no escuché ni un
solo “te respeto”.
Hablan de “respeto” hacia todos, de las mentes abiertas,
pero cuando digo que no quiero fumar porque apre-
cio mi salud y el poder respirar, que no quiero irme
de fiesta porque no quiero que ningún extraño arrime
su área hacia mí sin mi consentimiento, que no quiero
emborracharme porque me gusta pasarla bien y al día
siguiente recordarlo, que no quiero drogarme porque
me gusta tener el control de mi cuerpo, que no quiero
ver pornografía porque detrás de esos videos se escon-
den abusos, violencia, esclavitud, trata de mujeres y no
quiero apoyar eso y tampoco quiero creer en la mentira
del sexo que nos quieren meter.
Hablan de “respeto” hacia todos, de las mentes abiertas,
pero cuando digo todo esto escasamente he llegado a
escuchar “te respeto”.
No voy a mentir, muchas de esas cosas las he probado y
he sido adicta a muchas también y por eso ahora puedo
decir, con autoridad, que intenté salir sola pero no po-
día. Lo intenté con psicólogos, pastillas y no podía hasta
que me acordé que en la Biblia dice que Dios libera y
pensé “no pierdo nada intentándolo”. Llegué a Dios así,
sin fe y sin ganas pero Dios sólo necesita tu «SÍ» para
empezar a obrar en ti; eso fue lo que hizo. Y ahora soy
una nueva persona.
Me puedes negar todo si quieres, pero mi experiencia,
lo que yo he vivido y visto, eso no me lo puedes negar. A
lo mejor no te pueda demostrar a ti que Dios existe pero
tú tampoco a mí que no existe. Y yo te respeto, sólo pido
que tú también me respetes porque no he visto ningún
cartel por Madrid que me defienda.
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Personas peligrosas están enseñando a tus hijos
Por Jordan Peterson, Profesor de Psicología en la
Universidad de Toronto, para Prager University.
Quizás no se ha dado cuenta, pero actualmente usted
está financiando personas peligrosas. Están adoctrinan-
do mentes jóvenes en todo occidente con su ideología
fundamentada en el resentimiento. Lo han hecho su mi-
sión de vida para socavar la Civilización occidental des-
de dentro, a la que catalogan como corrupta, opresora y
“patriarcal”.
Si usted es contribuyente –o paga por título de Artes Li-
berales de su hijo-, usted está suscribiendo esta pandilla
de nihilistas.
Usted está pagando ideólogos que aseguran que toda la
verdad es subjetiva, que todas las diferencias sexuales son
socialmente construidas; y que el imperialismo occiden-
tal es la única fuente de todos los problemas del Tercer
Mundo.
Ellos son los posmodernistas; empujando el activismo
“progresista” en alguna universidad cercana a usted. Ellos
producen los ataques en masa que callan violentamente a
oradores en campus; la policía del lenguaje quienes pro-
tegen con la ley el uso de pronombres fabricados; y los
decanos cuyo sustento depende del alocado exterminio
de discriminación donde existe poca o ninguna.
Sus ideas tomaron fuerza en universidades occidentales
en los 60 y 70, cuando los verdaderos seguidores de la iz-
quierda radical, se convirtieron en los profesores de hoy.
Y hoy cargamos con una deuda educativa, no para que
los niños aprendan a pensar críticamente, escribir correc-
tamente, o hablar debidamente, sino para ellos sean el
modelo de la agenda destructiva de sus mentores.
Hoy es posible completar un título de inglés y nunca en-
contrarse con Shakespeare, uno de esos hombres blancos
muertos en cuyo trabajo subyace nuestra “sociedad de
opresión”.
Para entender y combatir los posmodernistas, las ideas
por las cuales se orientan deben ser claramente identifi-
cadas.
Primero: su nueva trinidad impía: diversidad, equidad
e inclusión. La diversidad no es definida por la opinión,
sino por la raza, etnia o identidad sexual. La equidad ya
no es la meta loable de igualdad de oportunidades, sino
la insistencia en la igualdad de resultados; y la inclusión,
el uso de cuotas basadas en la identidad, para alcanzar ese
mal concebido estado de equidad.
Todos los derechos clásicos de Occidente serán conside-
rados ya secundarios a estos nuevos valores.
Kavichu’i
Tomemos como ejemplo, la libertad de expresión, el pilar
mismo de la democracia.
Los posmodernistas se rehúsan a creer que la gente por
voluntad propia intercambiará ideas y llegará a consen-
sos. Su mundo es, en cambio, una pesadilla “Hobbesiana”
de grupos de distintas identidades peleando por el poder.
No ven ideas contrarias a su ideología como simplemente
incorrectas. Sino que las ven como integrales al sistema
opresivo que desean suplantar, y consideran como una
moral obligatoria sofocar y restringir su expresión.
Segundo: su rechazo al libre mercado. A la simple idea
de que el libre y voluntario intercambio los beneficie a
todos. No reconocerán que el capitalismo ha sacado de
la pobreza a cientos de millones de personas, quienes
pueden adquirir, por primera vez en la historia, comi-
da, refugio, ropa, transporte, incluso entretenimiento y
viajes. Aquellos clasificados como pobres en los Estados
Unidos (y que siguen incrementándose en todos lados)
pueden cubrir sus necesidades básicas. Mientras tanto, en
la otrora próspera Venezuela –y hasta hace poco, símbolo
de los universitarios radicales-, la clase media hace cola
por papel higiénico.
Tercero y finalmente, las políticas de identidad. Los pos-
modernistas no creen en el individuo. Usted es un ejem-
plar de su raza, sexo, o preferencia sexual. Usted también
es víctima u opresor. Nada malo hay en los primeros, y
nada bueno en los últimos. Tales ideas de victimización
no hacen sino justificar el uso del poder y engendrar con-
flictos intergrupales.
Todos esos conceptos fueron originados con el filósofo
alemán Karl Marx, en el siglo XIX. Marx veía el mundo
como una gigante lucha de clases, burgueses contra pro-
letarios. El avaro rico contra el pobre desesperado. Pero
donde sea que estas ideas fueron puestas en práctica, en la
Unión Soviética, China, Vietnam y Camboya, por men-
cionar unos cuantos, todas sus economías fracasaron y
decenas de millones fueron ejecutados.
Peleamos una guerra fría por décadas para detener el
avance de esas nociones asesinas, pero están de vuelta, en
el nuevo disfraz de políticas identitarias.
Las ideas corruptas de los posmodernos neomarxistas
deben ser echadas a la basura de la historia. En vez de ello,
suscribimos su continuación en las mismas instituciones
donde las ideas centrales de occidente debieran ser trans-
mitidas por generaciones.
Al menos que los detengamos, el posmodernismo le hará
a América y al mundo entero de occidente lo que ya le ha
hecho a sus universidades.
Kavichu’i
De la nobleza como herencia
Por Prof. Luiz Gonzaga De Carvalho Neto
“Ningún padre quiere dejar a su hijo en situación
igual a la suya. Pero todo el mundo lo interpreta
como una mejora de la situación financiera. Todo el
mundo quiere ganar dinero para dejar de herencia a
los hijos, pero nadie se preocupa por crear un am-
biente que favorezca a un matrimonio cristiano para
sus hijos. ¿Y cómo creamos ese ambiente? En primer
lugar, fíjate en lo siguiente: cuáles son las casas que tú
frecuentas y cuáles son las personas que frecuentan
tu casa. Allí verás que tu ambiente social cercano está
más basado en la sangre y las relaciones profesionales
que en cualquier otra cosa. Por lo tanto, lo primero
que tendrás que hacer es cambiar esto. Tendrás que
ver a las personas que estudian las mismas cosas que
tú, que valoran las mismas cosas que tú y hacer de
esas personas los tíos y tías de tus hijos. Tendrás que
invitarlos a ir a tu casa e invitarte a ir a sus casas. Ten-
drás que crear un círculo social próximo que tenga
valores en común. Este es un deber incalculablemen-
te mayor que dejar dinero para tus hijos.
Apréndete esto: ¿quiénes son las personas que quie-
res que tus hijos vean? No necesitas romper relacio-
nes con tu familia, pero necesitas que tu convivencia
principal sea con personas que tengan los mismos va-
lores que tú y no con las personas que tienen la mis-
ma sangre que tú o que trabajan en el mismo lugar.
¿Por qué? Porque la sangre es ciega. La sangre es un
principio de pura organicidad. Ella no tiene nada de
luminosidad, inteligencia, conciencia. Las relaciones
de sangre son las que tú no has elegido. Tus valores
no estuvieron presentes. Y tus compañeros de trabajo
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no son los chicos con los que te relacionas por tus vir-
tudes y cualidades. En eso también hay un elemento
de ceguera y necesidad. Estas relaciones crean para
tus hijos un ambiente basado en la ceguera y en las
necesidades materiales. En ellas no hay nada de lumi-
nosidad, nobleza o virtud. Pero si ustedes crean ese
otro ambiente, sus hijos verán relaciones fundadas
en las virtudes que después podrán transformarse en
sangre, porque ellos se casarán con las hijas de sus
amigos y viceversa. Entonces la sangre será un ele-
mento que reforzará los valores. Allí también encon-
trará las relaciones profesionales, es decir, los socios,
compañeros, funcionarios, que serán instrumentos
para las virtudes.
¿Cómo se crea una élite, una aristocracia? ¡Así! Es la
cosa más simple del mundo. ¿O crees que tienes una
persona cuya sangre simplemente es azul? No, eres tú
quien debe de teñirla de azul apreciando a personas
que tengan alguna virtud, conocimiento, discerni-
miento, sabiduría o piedad. Y todas las mujeres que
tus hijos puedan llegar a conocer deben ser las hijas
de esas personas, con las cuales ellos contraerán ma-
trimonio. Repitiendo ese proceso a lo largo de tres
generaciones todos tendrán sangre azul. La nobleza
de carácter viene primero y la nobleza de sangre es
sólo un efecto secundario. No puedes ser noble solo.
Es necesario que exista alguien que sea el objeto de
tu nobleza y viceversa. Se puede ser santo solo, pero
no noble. Para ser noble tienes que interactuar con
otras personas y elegir a las personas con las que in-
teractúas.
Traducción no autorizada, de Pedro Bertão.
Página 7
La tecnología, ¿buena o mala?
Por Mabel Bazán
La tecnología generó cambios en el área social y co-
municativo en el último tiempo con sus avances en
las computadoras, teléfonos celulares, internet, etc.
Se ha penetrado en nuestra vida cotidiana más de lo
debido siendo esto de forma negativa.
Es cierto que, este avance si se usa racionalmente ten-
drá sus beneficios. Porque permite acceder a infor-
maciones rápidamente, a comunicarnos a larga dis-
tancia y saber acerca de los sucesos internacionales.
Sin embargo, la realidad es otra. Estamos cayendo
en una adicción que no solo afecta a los niños sino
también a los jóvenes y adultos, a la mayoría de las
personas. Permitiendo así el acceso a todo tipo de
contenido y, sobre todo, al aislamiento de la sociedad,
ya no se relacionan con los demás, viven un mundo
alterno donde el ambiente cibernético es más intere-
sante que la vida real.
El uso extremo de estos aparatos electró-
nicos permiten que se vayan perdiendo
las habilidades motrices a la hora de es-
cribir manualmente, y, al hacerlo, es con
una ortografía pésima.
Tanto es el uso de la computadora como los teléfonos
celulares que hemos olvidado la importancia de la es-
critura y la lectura. El uso extremo de estos aparatos
electrónicos permiten que se vayan perdiendo las ha-
bilidades motrices a la hora de escribir manualmente,
y, al hacerlo, es con una ortografía pésima. Es sabido
que la computadora y el celular tienen correctores de
palabras, las máquinas corrigen lo que el hombre con
su ”inteligencia” no aprendió. Y esto lo vuelve un to-
tal idiota funcional.
Hace semana atrás me comentaba una futura colega
su experiencia en un curso donde la realización de los
trabajos debían ser manualmente y esta se encontró
con una gran dificultad motriz y memorial. No re-
cordaba cómo escribir algunas palabras y le cansaba
la mano con tan solo escribir algunas líneas en papel.
Recordaba que en la Facultad y otros cursos todo tra-
bajo debían realizarlo a computadora y fue ahí que
comprendió el valor que tenía la buena caligrafía y
ortografía.
Kavichu’i
Cuando me comentaba ese relato, venía a mi men-
te estas preguntas ¿Qué hemos perdido entonces? O
¿Qué hemos ganado? El tiempo, la agilidad. O es-
tamos perdiendo unas de las habilidades humanas
que permite plasmar y diseminar el conocimiento.
Inconscientemente cuando escribimos nos concen-
tramos y leemos, es ahí donde el cerebro asimila la
información, comienza a capacitarlo y ordenando
sus ideas; es en la escritura donde se ve reflejada una
de sus mayores obras, el poder pensar y transmitir
pensamientos. Es una de las mejores herramientas
que existe para orientar y estructurar la capacidad del
aprendizaje. No obstante, en el proceso de concentra-
ción se necesita silencio. El arte de la escritura requie-
re meditación, porque obliga a pensar antes de escri-
bir, en la perfección de sus trazos, el estímulo que
causará en el escritor y en el lector, la información
que transmitirá, cómo va a elegir sus pensamientos,
sus ideas, sus palabras. Esto permitirá que también
su capacidad de expresión oral incremente conforme
escriba y lea.
Pero bueno, la realidad es que la tecnología va abar-
cando cada vez más y eso nos exige ser más astutos.
Aunque nos abarque por todos los medios se debe
tomar conciencia de que nuestra humanidad no debe
ser perdida, no seamos máquinas funcionales del Si-
glo XXIII.
No toda tecnología es mala, ni toda tecnología es
buena. El uso racional es lo que permite obtener
grandes resultados.
481 años de la Fundación de Asunción

La Ciudad de Asunción nació el día 15 de agosto

del año 1537. Su fundador fue Don Juan de Sala-
zar de Espinoza. Él llegó a América acompañan-
do a Don Pedro de Mendoza. El 15 de agosto es
el día de la Virgen de la Asunción, por eso Sala-
zar bautizó al fuerte con el nombre de Nuestra
Señora Santa María de la Asunción.
El fuerte de la Asunción se erigió en el territorio
de los Guaraní Kario, que vivían en la costa del
río Paraguay.
Asunción fue bautizada Madre de Ciudades. En
verdad, de Asunción salieron las expediciones
que fundaron las ciudades de Buenos Aires,
Corrientes, Santa Fe, Concepción del Bermejo,
Santa Cruz de la Sierra, Santiago de Jerez y Ciu-
dad Real.
La Ciudad de Asunción es la capital de la Repú-
blica del Paraguay. Es la sede de los tres poderes
del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).

Extraído de Portal Guaraní