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INTRODUCCIÓN

En el desarrollo del presente trabajo aplicativo he tratado acerca sobre la


esencia fundamental de desarrollarse y promoverse un perfil específico de como
se debe desempeñar el perfil del Buen Líder en torno al ejercicio de su
desempeño en los diferentes puntos de desempeño que puede ostentar, ya sea
en su rol como líder moral, líder ético, líder político, líder policial - militar, así
como del líder social, y en cuanto al desenvolvimiento del líder espiritual;
haciendo detalle fundamental sobre el rol y funciones de competencia con que
se debe ejecutar un liderazgo positivo, efectivo y promotor en el ejercitamiento
de las funciones competentes de líder proactivo, ético y correcto; para darse con
los alcances y logros necesarios de los fines u objetivos de la organización en
que se desempeñe, y acorde con los propósitos de dirección del grupo de trabajo
bajo cargo.

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EL BUEN LÍDER EN EL EJERCICIO DE DIFERENTES PUNTOS:
LIDER MORAL, LIDER ETICO, LIDER POLITICO, LIDER
POLICIAL- MILITAR, LIDER SOCIAL, LIDER ESPIRITUAL

I. DESARROLLO TEMÁTICO
A. Acerca de las Nociones Fundamentales sobre el Desempeño del
Buen Líder
1. Definición

Al tratarse sobre el Buen Líder cabe precisar que se debe


considerar a todo aquel sujeto director o Jefe de una Organización, que
asume una función directiva proactiva y eficaz con suma competencia de
los dones de liderazgo carismático, transformador, ético, tolerante y
participativo; que le van a propender a guiar satisfactoria y positivamente
a las personas que estén bajo su subordinación, para conseguirse
plenamente el cumplimiento de las metas u objetivos requeridos por una
Entidad o Institución, o en torno al desarrollo de una actividad o programa
específico.

Una definición práctica sobre el Buen Líder requerido en toda


organización, es según lo aportado por Velázquez, Montejano y Allier
(2015), “de que se trata de todo jefe o dirigente que pueda ejercer
debidamente un liderazgo de carácter empático, acorde con el ejercicio
de características, atributos y de capacidades acordes con el perfil de un
líder proactivo y participativo que tenga la ventaja de contemplar la
importancia de atención a las necesidades del personal de trabajo, y a la
vez de cumplir satisfactoriamente con las peticiones exigibles de los
puestos directivos, en torno para el debido logro de los objetivos de la
organización, institución o empresa en que se desempeñe” (p. 163).

Al tratarse sobre el ejercitamiento del Buen Liderazgo, viene a


consistir en la capacidad que debe llegar a ejercitar todo buen Jefe o
Gerente de Organización en relación de tener que comprender tanto la
gestión proactiva, participativa y colaborativa con los empleados o el
personal bajo cargo, en que se priorice plenamente por el interés de
desarrollo de las tareas, y por la estabilidad como bienestar del individuo,

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en busca de poderse incrementar la productividad laboral que
corresponda.

2. Característica

Asimismo todo Buen Líder, también debe desempeñarse acorde con las
siguientes características:

1) Tener el carácter de miembro, es decir, debe pertenecer al grupo que


encabeza, compartiendo con los demás miembros los patrones
culturales y significados que ahí existen.

2) Poseer conocimiento y habilidad, debe ser una persona capacitada.

3) Tener visión, objetivos; horizonte fijo, sentido de dirección.

4) Estar abierto al cambio.

5) Ser proactivo. Esto consiste en el desarrollo autoconsciente de


proyectos creativos y audaces para la generación de mejores
oportunidades. Se trata de tomar un sueño y realizar todas las acciones
que sean necesarias para que se pueda cumplir. El proactivo influye y
dinamiza su entorno, se arriesga, busca soluciones, crea caminos si es
necesario y actúa en la incertidumbre, es decir, no se pasma frente a
ella. Para el Proactivo no basta con proponer ideas, hay que
convertirlas en acciones reales, romper la barrera estática del imaginar
y el soñar, e ir hacia el actuar. Es sumar acción e imaginación de
manera continua y simultánea.

6) Saber organizar, vigilar, dirigir o simplemente motivar al grupo a


determinadas acciones o inacciones según sea la necesidad que se
tenga. Estas cuatro cualidades del líder, son llamadas también carisma.

El liderazgo como la motivación son temas del comportamiento


organizacional que se han investigado a fondo.

De lo que estamos seguros es que no es lo mismo decir “líder” que


“jefe”. Al jefe se le designa y su capacidad para influir se basa en la
autoridad formal, inherente a sus posiciones. Lo ideal es que todo jefe

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sea un líder, pero a veces no es así. Los líderes pueden designarse o
también surgen del grupo e influyen en otros para que se desempeñen
más allá de las acciones dictadas por la autoridad formal. Y, es porque
en toda organización existe el liderazgo informal que encarnan las normas
y expectativas del grupo y ayudan a que los empleados actúen como un
grupo social, cohesionado e integrado.

Esta teoría desarrollada por Robert House, sostiene que es trabajo


del líder ayudar a sus seguidores a cumplir sus objetivos y darles la
dirección y el apoyo que necesitan para asegurar que sus metas sean
compatibles con las metas de la organización. A su vez House identificó
cuatro comportamientos de liderazgo:

a) El líder directivo: Le muestra a los seguidores lo que se espera de


ellos, programa el trabajo que se realizará y da lineamientos
concretos sobre cómo cumplir las tareas. Hace saber a sus
subordinados lo que se espera de ellos, programa el trabajo a
realizar y da instrucciones específicas de la manera en que se
deben desarrollar las tareas.

b) El líder que apoya: Es amigable y se preocupa por las


necesidades de sus seguidores. Es amigable y muestra
preocupación por sus subordinados.

c) El líder participativo: Consulta con sus seguidores y escucha sus


sugerencias antes de tomar una decisión. Consulta con sus
subordinados y utiliza sus sugerencias antes de tomar una
decisión.

d) El líder orientado a los logros: Establece metas rigurosas y


espera que los seguidores cumplan al más alto nivel. Fija metas
desafiantes y espera que los subordinados se desempeñen a su
más alto nivel.

Por esta teoría, el líder policial a partir de su propia experiencia


orienta a su personal en el cumplimiento de sus metas y objetivos. En tal
sentido, por ejemplo, dirige personalmente el patrullaje motorizado y a pie,

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indicando a su personal la forma en que deben realizarlo en los lugares y
puntos críticos, logrando de esta forma, la seguridad ciudadana en la
jurisdicción. Esto motiva que el personal realice posteriormente, dicho
patrullaje con la confianza necesaria.

B. Acerca del Líder Moral

Con respecto al Líder Moral, viene a ser aquel Jefe que se encarga
de dirigir a un grupo determinado de personas, bajo las condiciones éticas
y principios morales de transmitir valores positivos de integración y de
práctica de virtudes positivas en sus dirigidos, para que puedan
comprometerse en el conseguimiento de un propósito ético esencial, por
el cual se ha conformado el grupo para el logro de una finalidad moral
específica; en que se tenga la guía de un líder éticamente ejemplar que
enfatice en el inculcamiento de los máximos ideales y principios que
estimulen a las personas o grupo de trabajo bajo dirección de cargo, para
que tengan el pleno compromiso en poder ejercitar y cumplir debidamente
con las actividades y funciones delegadas, dentro del desarrollo de un
ámbito de trabajo estabilizado y armonioso para obtenerse los fines y
resultados esperados, todo con el desarrollo de las capacidades y
decisiones morales pertinentes, para el correcto desempeño de los
miembros de un grupo social, organización no gubernamental, o partido
político, que se hayan formado para el desarrollo de actividades o
acciones que hagan preponderar la práctica de valores y actitudes
éticamente correctas, de trascendencia y ejemplo moral para la sociedad
y para los mismos ciudadanos.

Según Benítez Codas (2012), define que “el liderazgo moral es


entendido como aquel liderazgo que se da cuando el ser humano: a) Es
plenamente consciente de la dinámica de desintegración-integración que
caracteriza la época; b) Posee una visión clara de la sociedad que desea,
así como de algunas de las estrategias que pueden conducir hacia ella; y
labora para construir esta sociedad; y, c) Desarrolla un profundo
compromiso personal de luchar para la transformación individual a través
del desarrollo y ejemplificación de una vida moral, caracterizada por
cualidades tanto de rectitud como bondad, y para la transformación
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colectiva a través de acciones que promuevan la unidad y la justicia” (p.
1).

Entre las características que se deben desarrollar para alcanzar un


verdadero liderazgo moral, cabe mencionar las siguientes:

1. El Líder debe alcanzar una auténtica Transformación individual y


social: “Las características del liderazgo moral son que está enfocado
a la transformación individual y social y totalmente comprometido con
valores y principios morales basados en la libre investigación de la
verdad, inspirado por un sentido de trascendencia y guiado en el
ejercicio de sus capacidades hacia el servicio al bien común” (Benítez,
2012).
2. Prioridad exclusiva en brindar servicio, más que por el beneficio
personal: El servicio es el que convierte al servidor justamente en lo
segundo, un río lleno de vida. Dicen Anello - Hernández (1993, p. 57)
“que existe una cierta sabiduría en el servicio, que no deber ser
confundido con el pseudo-servicio del líder paternalista quien hace
para otros lo que ellos pudieran aprender a hacer por sí mismos”. El
verdadero servicio no crea dependencia, sino libera a las personas de
ella. No busca amarrarlas sino liberarlas. Respeta la dignidad de las
personas y su fin es auto-potenciarlas. Así, no se orienta sólo a
satisfacer las necesidades inmediatas de los miembros de la
comunidad (alumnos de un curso en este caso), sino a ayudarles a
desarrollar las capacidades que necesitan para crear y mantener un
verdadero bienestar intelectual, espiritual y por lo tanto materia
3. La trascendencia.

El nuevo marco conceptual que presenta el liderazgo moral es


una alternativa desafiante al liderazgo del beneficio propio, pues se le
pide al líder desarrollar una auto-disciplina moral en su propia vida,
participar en un proceso de aprendizaje continuo, caracterizarse por
una actitud de servicio a los demás y esforzarse para la transformación
de la sociedad. Remarcan Anello - Hernández (1993) “que para poder
transitar este sendero se necesita de una fuente de inspiración.
Cuando se opera a base de valores y principios que se basan en la
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verdad, esto da un sentido de conexión con lo eterno y genera una
experiencia de trascendencia” (p. 68). La trascendencia ayuda a
desprendernos del mundo material y conectarnos con la dimensión
espiritual, para ganar una nueva perspectiva. Da fuerza para
perseverar y mantenernos firmes cuando sea necesario oponernos a
nuestras tendencias egocéntricas.

Los Líderes Morales, como señala Jiménez Díaz (2014), se reflejan


principalmente en el caso de los líderes transformadores, “que se
caracterizan por ejecutar un poder de persuasión, convicción y autoridad;
que otorgan poder a sus seguidores; utilizan los conflictos para
concienciarlos; llegando a movilizan el poder para el cambio apelando a
los ideales y valores de sus seguidores; teniendo como característica
principalmente destacable de poseer Iniciativa colectiva y compromiso
moral-ideológico “ (p. 11).

C. Líder Ético

A pesar de que existen diversas concepciones que consideran


como análogas al Líder Ético con el Líder Moral, pero en sí se debe hacer
una precisión referente acerca de lo que es el liderazgo ético que viene a
ser más amplio e integral que absorbe las capacidades de desempeño
correcto y de demostración moral que el sujeto líder o jefe debe ejercitar
de manera práctica en relación con la adaptación de los patrones y
exigencias morales con que se debe desenvolver socialmente y en todo
ámbito de desempeño sea a nivel profesional, funcional, familiar y otro; lo
que pueda servir para aprovecharse una base moral – personal sólida,
que asegure al Jefe Líder en tomar las decisiones competentes y
efectivamente correctas para dirigir debidamente al grupo bajo su cargo,
orientándose a los subordinados en ejercer sus funciones delegadas de
manera positiva, asertiva y ejemplar para un cumplimiento ético de los
fines requeridos del grupo de trabajo conformado o grupo organizado bajo
propósitos o fines morales de carácter social.

Como señala el autor español Gómez (2009), “al comprometerse a


ejercer un liderazgo ético, el líder asume la responsabilidad de formar

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racional y emocionalmente a sus trabajadores. Esto es fundamental para
ganarse la confianza y colaboración de los mismos, que se verán
identificados con los valores y objetivos de la organización y tratarán de
desarrollar actitudes positivas ante el trabajo y la comunidad”.

Actuando de forma ética se logrará una autoridad moral, que es lo


que identifica al auténtico líder y le hace un referente dentro de su
organización.

Si el papel del líder ético es esencial en el día a día de la


organización, aún lo es más en los momentos de crisis, en los que deberá
mantener la calma y asegurar que todo está bajo control. Para ello deberá
tomar las decisiones con celeridad y precisión, asegurándose de que el
daño que puedan sufrir otras personas como consecuencia de las mismas
sea el mínimo posible. Una vez pase la crisis, el líder tendrá que realizar
un análisis crítico de la situación para ver qué ha sucedido y crecer
profesionalmente aprendiendo de los errores.

Desde que comienza a ejercer su liderazgo, el líder se convierte en


un modelo de conducta a seguir por todos los miembros de la
organización. Por ello es esencial que se trate de un líder ético, que haga
lo correcto, de la manera apropiada y por motivos adecuados, siendo su
valor cardinal el respeto a los derechos y a la dignidad del ser humano.

Para formarse a los verdaderos líderes éticos, se les debe educar


debidamente, cabe destacar al respecto, como señala Kotter (2000), “que
al tratarse de un proceso que debe desarrollarse paso a paso, es posible
educar para el liderazgo”. La mayoría de los grandes líderes se
caracterizan por haber afrontado un reto significativo al comienzo de su
carrera, aprendiendo así de los triunfos y fracasos logrados. Por tanto, el
mejor método es enseñar las cualidades y técnicas esenciales implicadas
en el liderazgo a los empleados más jóvenes, creando oportunidades que
constituyan un desafío para ellos y dándoles la autoridad necesaria para
que lo resuelvan de la manera que crean oportuna. De este modo, la
descentralización, que implica dar autonomía a los niveles inferiores de la
organización para desarrollar su trabajo, es la clave. Para estimularse a

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los líderes y directores de la empresa a formar líderes en los más jóvenes,
es preciso reconocer y recompensar el esfuerzo realizado por éstos para
crear una cultura corporativa centrada en el liderazgo.

D. Líder Político

Es aquel que se encarga de dirigir a las organizaciones de carácter


político, que deben llegar a tener al respecto, la máxima capacidad
directiva para liderar en torno a la convocatoria, en hacer participar y
captar adeptos en el público ciudadano, en función de las propuestas
políticas que llegue a sostener en atención a las demandas ciudadanas,
políticas y sociales del sector en que participa o que propone para toda
una Nación; y que para lo cual pretenda ser elegido por los medios
democráticos – electorales pertinentes para representar al pueblo o la
nación en sí, sea propiamente como Presidente de la República o
ejerciendo algún cargo político de importancia.

Como señala Delgado Fernández (2004) citando a Natera (2001),


resalta que al liderazgo político se le debe definir como “un fenómeno
conductual de creatividad a través del cual “determinadas personas en
interacción con otras de similar potencial se comprometen en iniciativas
de relevancia social” (p. 13). Se tiene asimismo cinco variables o
características en que se debe basar el desarrollo del liderazgo político, y
que son los siguientes: personalidad, roles, tareas, valores y entorno
específico.

En aras de diferenciar el tratamiento tradicional del liderazgo del


más actual, Natera ha distinguido entre las imágenes clásicas del
liderazgo y las modernas aportaciones a la cuestión. En su opinión, hasta
que no se institucionalizó la Ciencia Política a principios del siglo XX, la
historia del pensamiento político ofreció variadas y ricas aproximaciones
a la cuestión del liderazgo. Como dijimos anteriormente, Platón con la
descripción de la figura del filósofo-rey, Maquiavelo a través de los perfiles
trazados para un Príncipe capaz de adquirir y consolidarse en el poder y
Hobbes con su poderoso Leviatán, fueron tres referentes de los más
significativos de esta contribución. El otro gran referente clásico en el

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estudio del liderazgo lo constituyó el debate en torno al papel que juegan
los líderes en el desarrollo concreto de los acontecimientos históricos. En
esta cuestión, frente a las posiciones defendidas por la llamada “Teoría
del gran hombre”, encontramos la concepción del líder entendido como
“marioneta”.

Entre otros conceptos de liderazgo relacionados con el liderazgo


político se tienen lo sostenido por Katz y Kahn (1977), quien señala “que
el liderazgo es el proceso por el que un individuo ejerce consistentemente
más influencia que otros en la ejecución de las funciones del grupo”.
Heifetz y Sinder (1990), han dicho que el liderazgo es una actividad
vinculada a determinados actores que consiste en proporcionar una visión
y, al mismo tiempo, en buscar y movilizar apoyos políticos para llevarla a
la práctica.

En aras de diferenciar el tratamiento tradicional del liderazgo del


más actual, Natera ha distinguido entre las imágenes clásicas del
liderazgo y las modernas aportaciones a la cuestión. En su opinión, hasta
que no se institucionalizó la Ciencia Política a principios del siglo XX, la
historia del pensamiento político ofreció variadas y ricas aproximaciones
a la cuestión del liderazgo. Como dijimos anteriormente, Platón con la
descripción de la figura del filósofo-rey, Maquiavelo a través de los perfiles
trazados para un Príncipe capaz de adquirir y consolidarse en el poder y
Hobbes con su poderoso Leviatán, fueron tres referentes de los más
significativos de esta contribución. El otro gran referente clásico en el
estudio del liderazgo lo constituyó el debate en torno al papel que juegan
los líderes en el desarrollo concreto de los acontecimientos históricos. En
esta cuestión, frente a las posiciones defendidas por la llamada “Teoría
del gran hombre”, encontramos la concepción del líder entendido como
“marioneta”.

En parte, las peculiares funciones que desempeñan los líderes


políticos distinguen al liderazgo político de otra suerte de liderazgos. Por
ello es de interés presentar una relación de las funciones más comunes
que desempeñan los líderes políticos. La clasificación Natera Peral (2001)
resulta especialmente valiosa a este respecto. Su validez se basa en el
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hecho de que no pretende ser exhaustiva ni cerrada, además de ser la
síntesis superadora de diversas clasificaciones de otros autores.
Distingue Natera entre función de impulso político; función de
comunicación política; función de agregación de demandas e intereses
colectivos y función de legitimación del sistema. Todas estas funciones,
de las que hablaremos a continuación, están, de una u otra forma
contenidas también en la definición que del líder diera Elorriaga a
mediados de los años 70, y que todavía nos parece muy válida.

Según Elorriaga (1976 ): “El líder no es sino una persona dotada


para incitar y dirigir a los demás hacia el logro de objetivos comunes,
obteniendo la cooperación, respeto y confianza precisos. Su misión es
lograr una presentación armoniosa de las aspiraciones colectivas, no
sustituyendo las voces plurales, sino orquestándolas, como un director
que no toca cada instrumento musical, sino guía y matiza aportaciones
plurales. Su estatura de líder no se la da su propio deseo de mando, sino
su capacidad para atraerse partidarios y para proyectar programas
sugestivos para amplios sectores” (p. 46). El liderazgo político arrastra
toda una serie de ingredientes impulsivos imprescindibles para la
promoción social, que incluyen un ir más allá de las posibilidades
inmediatas, una visión de futuro con cierto grado de apasionamiento para
el logro de unos objetivos. Por ello, la existencia de los líderes, más aún,
la justificación de su presencia en los sistemas democráticos reside en la
capacidad de estimular la acción, de impeler a la actuación de los
seguidores y de los ciudadanos hacia el logro de esos objetivos. Se ha
dicho que la “función” del líder es la organización de las actividades de los
miembros del grupo hacia la realización de objetivos, mediante el control
de los medios que dejan satisfacer las necesidades pertinentes de los
miembros del grupo. Esto es así, en tanto que les corresponde a los
líderes señalar a sus seguidores cuáles son los grandes temas y los
objetivos a conseguir.

El líder político debe:

- Ser capaz de detectar cuestiones relevantes precisadas de atención y


posteriormente intentarles dar respuesta.
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- Además, deberá motivar y fomentar la participación de un grupo de
apoyo o seguidores en cuantas iniciativas se puedan tomar. Todo
comportamiento político, también el de los líderes, está condicionado
hasta cierto punto por los medios de comunicación a través de los
cuales se transmite.

- Un líder político no puede olvidar que, desde el punto de vista de los


medios de comunicación de masas, el liderazgo político consiste en
personas haciendo o diciendo algo.

- Los líderes lo son, sobre todo, porque aparecen en los medios


proyectando imágenes de persuasión. La comunicación del líder
favorece la creación de una imagen pública necesaria para construir
grupos y para vertebrar los apoyos.

- Los líderes refuerzan diariamente su papel de referentes políticos


mediante su capacidad de hacerse ver o, lo que es igual, llamando la
atención de los profesionales de la comunicación con uno u otro acto,
texto o pretexto y hacerlo de tal modo que sirva a los intereses de
imagen pública personal y de la del partido al que representan.

E. Líder Policial- Militar


1. Con respecto al Líder Policial

El líder policial a partir de su propia experiencia orienta a su


personal en el cumplimiento de sus metas y objetivos. En tal sentido,
por ejemplo, dirige personalmente el patrullaje motorizado y a pie,
indicando a su personal la forma en que deben realizarlo en los lugares
y puntos críticos, logrando de esta forma, la seguridad ciudadana en
la jurisdicción. Esto motiva que el personal realice posteriormente,
dicho patrullaje con la confianza necesaria.

El líder no requiere necesariamente ser investido de autoridad


formal; es aquel que impone respeto y admiración no obstante que no

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pueda ejercer Comando. Los preceptos que se señalan, deben
observarse integralmente tanto por el que manda, como por el QUE
OBEDECE. Las cualidades comunes y esenciales del Líder, son:

a. Conocer su oficio

Pareciera sobreabundante. Pero es la primera condición


esencial y común a todos los ámbitos. Requiere un mínimo de
idoneidad en cualquier actividad. Algunos hechos contradicen esta
aseveración, si se piensa en el plano de la actividad política donde
actores, cantantes, obreros u de otro origen, de pronto ocupan
posiciones de alta investidura. No es una excepción. Es que el político
tiene adscripciones que pasan por una dosis de alta intuición sobre la
naturaleza humana y sus comportamientos sociales y la posibilidad de
interpretar sus tendencias.

Estas habilidades, no se aprenden necesariamente en una


Profesión determinada y es común a varias y en especial, a la persona
que sabe desarrollarlas. Sin embargo, en un mundo globalizado,
intentar ocupar posiciones de liderazgo sin idoneidad, puede conducir
al colapso personal y de la organización.

b. El Ambiente Policial

Más sencillo, se diferencia del militar en las formas más


atenuadas, los patrones y código menos rígidos y una capacitación
próxima a las leyes y al mundo civil.

No obstante, que como consecuencia de la lucha contra el


terrorismo, recibió una alta dosis de militarización, que el gobierno
pretende revertir a través del Proceso de Modernización de la Policía
Nacional del Perú.

Un buen sistema policial, es oneroso. Esa es una definición de


arranque, para lograr cambios viables y duraderos.

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El tiempo que viene exige horizontalidad de conocimientos y que
esté genéricamente en dominio de todos los componentes.

Las especializaciones tendrán que guardar una relación con el


tipo de función interna, y con una organización de tipo piramidal.

C. Claro conocimiento de los códigos sociales vigentes:

Alcanzar roles de conducción superior, reclama hoy entender las


líneas de pensamiento y acción de la dirigencia nacional. Integrar esa
misma dirigencia, desde el rol profesional.

El cambio más radical se produce cuando las exigencias de la


sociedad comienza a ser el común denominador para acceder a roles
de importancia.

d. Comunicador social permanente

Trasladar a la sociedad nuevas percepciones, que reemplacen


las pesadas cargas de las luchas intestinas de las décadas del 80 y 90,
y para ello, no debe ubicarse en estas organizaciones, a entorchadas
figuras que no se han preparado para estos nuevos desafíos.

No limitarse a informar o a escuchar, sino básicamente a


intercambiar ideas, para retroalimentarse y rediseñar sus procesos.

e. Firme y ejemplar:

A pesar de que una corrupción de costumbres, ha vuelto menos


exigible la condición de ejemplaridad, en la organización policial,
parece indispensable y saludable reclamar conductas que merezcan
ser imitadas y emuladas.

Respecto de la firmeza, es a dos puntas: internamente para


conducir y ante la autoridad civil, para decir lo que piensa con
honestidad y requerir soluciones que le excedan sus atribuciones. El
líder en ese plano, debe procede en función de intereses
institucionales, inmediatamente después de haberse satisfecho la
necesidad superior de la sociedad y Nación.

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f. Conciencia de finitud:

Una seria amenaza en la organización policial aparece cuando


los líderes formales comienzan a colorearse del partido gobernante de
turno. Olvidan así aquellas sabias exigencias de Cesar a su auriga,
quién debía repetirle constantemente:

"Recuerda que eres mortal”... "toda gloria es pasajera"....


Desprovistos de esta advertencia, suelen luchar desesperadamente
por permanecer contra los avatares del destino y trasladan el cáncer
que los corroe, a la estructura que gobiernan. Si bien esto no es
novedoso en la historia, tiene hoy un dramatismo diferente.

g. Renovado espíritu de sacrificio

Por todo lo que se expresa, constituye una exigencia vital y


grave, en estos tiempos aciagos dominados por el materialismo y la
industrialización. Ese espíritu de lucha, con mística, valor y amor al
prójimo que servirá para formalizar y encarnar una visión moderna y
dinámica, que privilegie como antaño, el deber.

Los antiguos, y en particular Aristóteles en su Etica Nicomaquea,


no se equivocaron en sus prescripciones y que constituyeron hasta hoy,
los cuadernos y códigos de comportamientos éticos policiales.
Lamentablemente una creciente distancia separa esos preceptos en su
vigencia cotidiana.

h. Monitoreo en la Función Policial


Los gerentes toman decisiones cuando se establecen
objetivos, igualmente toman decisiones de planificación,
organización, dirección y control, por lo tanto la toma de decisiones
se debe de dar a todo nivel, además se dice que el gerente lo que
debe buscar problemas y encontrar las alternativas de solución en
forma constante, y al final, proceder a su monitoreo para la
retroalimentación del caso.

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Este monitoreo al igual que las decisiones, se desarrollan en
tres categorías las que se detalla a continuación:

1) Monitoreo Estratégico que se relaciona principalmente con


problemas externos de la empresa.; (objetivos, planes a largo
plazo) ejemplo. La PNP cuyo objetivo es erradicar la delincuencia
común y bajar el uso de abuso de la drogadicción de la juventud
peruana que vive en las zonas marginales y periféricas de la ciudad
de lima, para lo cual propone crear fuentes de trabajo en jardines y
parques, limpiado de pistas y veredas a nivel Lima Metropolitana,
bajo el control y supervisión de la PNP.

2) Monitoreo Administrativo que es el relacionado a la estructura de


los recursos de la empresa para crear un potencial máximo de
rendimiento, ejemplo. La PNP para que el personal pueda rendir,
en forma satisfactoria en todos los servicios cotidianos, crea un
sistema de control y además de ello se crea una forma de incentivar
a los mejores policías que verdaderamente hayan trabajado
durante el mes, y para ello se tiene que ver productividad y sobre
todo calidad de servicios.

3) Monitoreo Operacional que se relaciona principalmente con la


maximización de las utilidades de las operaciones actuales (reglas
de acción, métodos, procedimientos) son orientadas por la gerencia
inferior, ejemplo. La PNP para todo tipo de intervenciones ha
desarrollado un sistema de procedimientos legales, para que el
personal se ciña a ello y no quede mal ante el público externo por
sus malas intervenciones con ello se unifica los criterios de
intervención.

2. Con respecto al Líder Militar

Al tratarse sobre el Líder Militar, este jefe se caracteriza


generalmente por ser netamente autoritario, y con rigor de ejercitar la
máxima disciplina castrense, con la obligación de hacer cumplir los fines
u objetivos de interés y defensa de la Nación, debiendo ordenar a su
personal militar subalterno en cumplir estrictamente con las misiones y

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funciones que se ordenen para conseguirse los fines de la seguridad y
protección de los intereses nacionales del Estado.

Como sostiene Fernández Cuexpro (2008), “el líder militar debe


dominar un sinnúmero de funciones, que le faciliten interactuar con el
medio y dirigir con eficiencia los destinos del personal. Deberá ser
estratega, organizador y poseer todas las cualidades propias del líder
basadas en el aspecto emocional. Para poder organizar necesita saber
hacia donde va, cómo va a organizarse, y en cada etapa saber ser líder”.

A los líderes militares potenciales actuales se les exige una


preparación diferente para poder cubrir las necesidades del servicio.
Conocimiento de idiomas, estudios universitarios, conocimientos técnicos,
tácticos y capacidad de comunicación son algunos de los aspectos a tener
en cuenta para liderar el cambio.

Características exigibles en los Líderes Militares para cumplir un


buen liderazgo:

El líder debe aprender de sus subordinados y a la vez enseñar y


brindar las herramientas para lograr un resultado eficaz. Deben aprender
a reconocer lo que es realmente importante para lograr el cumplimiento
exitoso de la tarea.

De esta manera los miembros del equipo crecen juntos sabiendo


que cada uno desempeña un rol fundamental, dejando de lado aspectos
individuales y concentrándose en el bienestar común.

Un buen líder debe:

- Les dice a sus subordinados que espera de ellos. Comunica.


- Les da la oportunidad de actuar, de aportar para alcanzar la visión.
- Les dice como lo están haciendo. Los supervisa, acompaña,
interactúa.
- Les enseña, y entusiasma. Esto facilita, mejora e incrementa su
contribución individual.
- Recompensa adecuada y justamente de acuerdo a su colaboración.

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- Resuelve los problemas que superan a sus subordinados, evitando
un estancamiento mental.
- Enseña y es abierto a nuevas perspectivas de abordar un mismo
tema.

Principios del liderazgo militar:


El líder militar debe necesariamente poseer ciertas cualidades que
lo distingan del común de las personas, ya que exige que posea una
personalidad bien definida, un criterio claro y previsor, energía,
perseverancia y serenidad ante los imprevistos. Entonces puede decirse
que el ejercicio del liderazgo se basa, entre otros (ya que es un tema de
estudio constante), en el principio de moralidad e integridad, competencia
profesional y ejemplo personal.

El concepto de integridad, que proviene del término latín integritas,


refiere a la cualidad de íntegro y a la pureza de las vírgenes. Aquello
íntegro es algo que no carece de ninguna de sus partes o, dicho de una
persona, hace referencia a alguien recto, probo e intachable.

Puede hablarse, por ejemplo, de la integridad moral. Esta es una


cualidad de la persona que la faculta para tomar decisiones sobre su
comportamiento por sí misma.

Por otra parte, la integridad personal permite nombrar a la total o


amplia gama de aptitudes poseídas por una persona. Una persona íntegra
es aquella que no se queda en una única actividad, sino que recorre
distintas áreas del conocimiento, que seria el caso del profesional de las
armas.

Por lo tanto ser una persona integra tiene necesariamente que ver
con conocer la profesión. Un líder debe poseer la capacidad de demostrar
conocimientos, entusiasmo, pasión y convencimiento. La falta de estas,
llevara a crear un liderazgo negativo logrando la desconfianza de sus
seguidores. Esta cualidad toma especial relevancia, si tenemos en cuenta

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la complejidad de los sistemas militares, y el grado de aptitud necesario
para operarlos eficazmente. Así surge la necesidad de capacitación
técnica, que es necesaria para el uso adecuado de los equipos, la
conservación y el mantenimiento y la capacitación táctica que se refiere a
la utilización de los medios militares con eficacia y eficiencia.

Por lo tanto el líder militar debe poseer una conjunción de


capacidades humano-técnica-tácticas, adaptables a diferentes
situaciones de acuerdo a su ubicación dentro de la Institución.

F. Líder Social

Como señala González Radío (2013), al tratarse sobre el


desempeño del líder social viene a consistir “en la función directiva de
aquellos que ejercen la dirección o mandan en la vida y las acciones
propias y las de los demás, que es una constante en las distintas
sociedades, se les puede denominar como líderes sociales, jefes o
directores, lo cual les conlleva a conferirles un status, unos roles y unos
significados compartidos socialmente” (p. 24).

Cada grupo social, cada sociedad, tienen su propio modo de


estructurarse y, a lo largo de la historia, se observan modelos de
organizarse y así las estructuras endogámicas o las exogámicas, las
formas patriarcales o matriarcales, los sistemas políticos, económicos o
religiosos, representan maneras, formas y modos de vivir y compartir
significados simbólicos. La vida social integra la naturaleza y la cultura,
siendo aquellas formas las que determinan el significado que, a lo largo
del tiempo y en los distintos lugares", se establecen los significados de las
distintas relaciones.

Entre los aspectos característicos esenciales de desarrollo del


Líder Social, cabe considerar los siguientes a tenerse muy en cuenta:

1. La Conformación e Identidad del Liderazgo Social:

El abordaje del estudio del liderazgo social es una tarea


compleja donde es posible conjugar el plano enunciativo,

19
representativo y operativo. En ese sentido, el ámbito conceptual
representa una categoría social que designa unas determinadas
significaciones socialmente apreciadas en el seno de la sociedad en
general y en los grupos y colectividades en particular.

Básicamente se reconoce al líder social como al que dirige, al


que está en cabeza de una clasificación y se hace representar por el
individuo que orienta a un grupo, por el individuo que es el jefe de un
partido político o por una persona o equipo que en el transcurso de
una competición deportiva va en cabeza o, simplemente, la persona,
equipo o empresa situados en la cabeza en una clasificación. El
liderazgo o el liderato, que son sinónimos y, por tanto intercambiables,
son nombres masculinos, aunque en algún país hispanoamericano,
como en México, se utiliza también la expresión lideresa como
femenino.

El liderazgo o el liderato representan la condición de líder o el


ejercicio de sus actividades o el ejercicio de dicha condición; al que
dirige, al que está en cabeza de una clasificación y se hace representar
por el individuo que orienta a un grupo, por el individuo que es el jefe
de un partido político o por una persona o equipo que en el transcurso
de una competición va en cabeza o, simplemente, la persona, equipo
o empresa situados en la cabeza en una clasificación.

20
2. La Organización Social y la Estructura: La Situación del Líder
Social

Pese a no ser una expresión técnica, si es descriptiva y vulgar


representando una situación externa y de hecho, que en algunas
ocasiones se convierte en situación de derecho cuando se establecen
competiciones. Siguiendo en esa situación de hecho, las sociedades y
los grupos aparecen organizados, estructurados y conformados
socialmente y formal e informalmente aparecen relaciones y
condiciones que delimitan el propio espacio vital y existencial de los
individuos y del mismo grupo. En ese grupo con unas interacciones
determinadas hay que situar el proceso de socialización, donde se van
consolidando y conformando los roles, tanto los adquiridos como los
adscritos, lo cual define horizontes perceptivos, cognitivos y
operativos. Aparte de los roles están los status y el prestigio, que
aparecen con un marco simbólico determinado.

En todo grupo social siempre existirán unos individuos que


personificarán al grupo, se determinarán como los representantes de
los ideales y de los intereses y realizaban el papel de dirigentes, de
mando y de organizadores. Se encontraban por el sistema. Es más
esa personificación tiene un significado simbólico específico para el
grupo en general y para los miembros del grupo en particular.

3. De Hombres - Fuerza a Ideas fuerza.-

Conforme señala Sennett (1980): “La naturaleza y la cultura se


dan la mano y conforman nuestro propio medio social, dando como
resultado una multiplicidad de figuras que sirven para la vida del grupo,
donde se puede extraer la idea de la organización y de la toma de
decisiones, siendo la autoridad algo que ha pervivido y existe en
nuestro tiempo”.

La idea del hombre-fuerza viene connotado por la potencia, la


personalidad y por el reconocimiento de tales atributos, de esta forma
el emperador, el duce, el jefe decidía y compendiaba el sentido y la
dirección que se adoptaba en el grupo social.

21
Sin duda, aparece la individualidad del líder, aunque en esa
presentación se sitúan desde nuestra antigüedad la presencia de otras
personas sujetos tales como guías, sabios, profetas o reyes. Es decir,
aparecen sociedades estructuradas según formas guerreras, formas
religiosas, formas nómadas, formas sedentarias, etc. En todas esas
sociedades han perdurado y sobresalido unos sujetos que se
convierten en referentes de las acciones adoptadas que representan
al grupo social de pertenencia. La historia estaba explicada en función
de personas y sujetos que adoptaban unas acciones determinadas y
tenían el reconocimiento del grupo social que se retroalimentaba. Aquí
aparecen procesos de identificación cualitativamente significativos en
la historia de la cultura.

4. De la expresión al significado

Hay que resaltar que, a lo largo de la historia, hubo personas-


sujetos que son referentes y presentan unas referencias significativas
para la cultura y la identidad del grupo social en su conjunto, que
sirvieron para delimitar formas que socialmente representaron un
rasgo cualitativo tanto en el plano personal como en el plano social.
El alcance o la naturaleza social del líder emerge con naturaleza
propia por su significado, ya que implica un comportamiento intuitivo
e inteligente, ya que implica una dinámica en un sentido determinado,
ya que produce un proceso de identificación colectiva, ya que se
establece un nuevo marco lingüístico con una conciencia
determinado.

El liderazgo representa una forma específica de hablar y de


representar las interacciones y relaciones de los individuos de un
grupo, y también una marca de identidad y competencia dentro del
grupo o entre los distintos grupos. El liderazgo es la expresión con el
que se hace representar un modo de situarse y de conformarse en la
sociedad.

El liderazgo implica tener en cuenta los verbos organizar,


gestionar, dirigir, estructurar, producir, determinar, mandar, servir,

22
competir, representar; que manifiesta empíricamente en diferentes
ámbitos, lo cual conlleva tener en cuenta la naturaleza del fenómeno.

5. Las teorías explicativas del Liderazgo Social

Como señala González Radío (2013): “Ha sido en la


modernidad cuando se construye un modelo para comprender y
explicar al líder y al liderazgo social en las ciencias sociales en su
conjunto y en la sociología en particular” (p. 34), y es en ese marco,
donde podemos encontrar el tipo de liderazgo social que indica Comte;
las de Durkheim; las de Simme; los de Weber; etc.

Se impone una racionalidad explicativa a un fenómeno


estructural y funcional que afecta al grupo social y a los individuos
componentes de esos grupos, que encuentran singular y determinada
explicación desde la organización social o las organizaciones que
presentan una estructura y se realizan unas funciones concretas. Pero,
además hay unas nuevas formas de organización que incorporan no
ya la estructura absolutista de Hobbes, sino la configuración del estado
liberal, donde individuo, Estado y mercado, que tienen un lógica en su
existencia, al que hay que añadir en la postmodernidad el estado social
o del bienestar con el ciudadano. En esta modernidad aparecen
rupturas específicas que marcan otras direcciones y sentidos, tales
como el amor pasión o la configuración romántica de Herder sobre la
nación, que se delimita por la etnia, la cultura, la raza, la lengua, el
pasado histórico, el concepto de nosotros y el del devenir, que marcan
nuevos derroteros y bases a las construcciones de la identidad.

Tanto la modernidad como la postmodernidad es el tiempo en


que se producen nuevos procesos sociales donde la (grupo), la
(individuo) y (el poder) se estructuran sobre unas nuevas bases de
racionalidad de acuerdo a medios y a fines. La modernidad, aparte del
individuo, el mercado, el estado ha conformado la razón y la
racionalidad de la acción, hay una nueva dimensión de la libertad y del
individuo que se proyecta en el individualismo, la individuación y la
individualidad.

23
Como señala Crompton (1998): “El mercado abre nuevos
rumbos a la economía con el desarrollo de la empresa, la productividad
y el consumo y aparece la configuración del obrero, del trabajador y el
empresario y la organización empresarial, donde hay una nueva
conformación social de las clases que se observan en la estructura”,
en que señala que hay dos tipos de clases que personifican el rumbo
social: la clase dirigente y la clase gobernante.

En los diferentes países se tienen diferentes corrientes de


pensamiento explicativas de la institucionalización del líder y de las
elites del poder y, desde los distintos ámbitos geográficos se presentan
nuevas configuraciones en la política, en la economía y en la sociedad.
Desde el pensamiento las diferentes corrientes del liberalismo, del
utilitarismo, del marxismo, del socialismo utópico y anarquismo, del
psicoanálisis, el darwinismo social, el pragmatismo, el interaccionismo
simbólico, el funcionalismo, el estructuralismo, las teorías del
intercambio, las del conflicto, las fenomenologías, las corrientes
analísticas y hermenéuticas, y todos los tratan de sentar las bases y
las comprensiones específicas del problema. Por otra parte, desde las
distintas ciencias institucionalizadas se trata de dar respuesta al
fenómeno y a la comprensión y explicación del mismo, así aparecen
explicaciones desde la teología, la filosofía, la ética, el derecho, la
biología, la sicología, la historia, la antropología, la política, la
economía y la sociología.

En ese marco hay que situar las aportaciones realizadas por


Mosca, Pareto y Michels, que resaltan el papel de las elites, su
selección e incorporación, así como su circulación. La economía, la
política y la sociedad están incursas en la modernidad en un marco de
relaciones nuevas, donde el individuo referencia una existencia propia
manifestada en su propia libertad y el contrato no es más que su
capacidad de obligación y de vinculación. La empresa, la producción,
el consumo y el bienestar marcan nuevos escenarios. En la política
aparecen los dirigentes y los gobernantes y se conforman las

24
ideologías, los partidos políticos y los movimientos sociales y grupos
corporativos y de clase.

6. El ámbito de las relaciones sociales:

En cualquier grupo, formal o informal hay una estructura donde


se individualiza una jerarquía, alguien que dirige, manda y tiene el
poder. El liderazgo, desde la perspectiva sociológica vendría a ser el
ejercicio de poder o influencia en las colectividades sociales, sean los
grupos, las organizaciones, naciones, etc. En ese grupo de cualquier
tipo y naturaleza hay fines, metas y objetivos, hay estructuras, formas
y funciones, que en la medida en que se realizan refuerzan su propia
identidad y su propia misión.

El liderazgo social personifica, identifica, define, inicia y


mantiene las formas, la estructura y las funciones. Refuerza y legitima
tanto al grupo en su conjunto como a su propia función dentro del
grupo. Refuerza y programa al mismo sistema social en la medida en
que ejerce su actividad. El liderazgo es un valor social en sí y, al mismo
tiempo realiza la labor de la identidad y la consolidación y aprecio de
las formas sociales o si se prefiere da fijeza a los procedimientos y a
los sistemas de maduración y seriedad del sistema, del grupo y de los
miembros de dicho grupo.

Los grandes hombres de valor social, son identificadores


públicos, son referentes colectivos y son referencias instrumentales
para personificar al personaje, al mito y al rito de secundar las formas,
lo cual reduplica la identidad, la seguridad y al mismo sistema. Es en
ese marco cuando aparecen los grandes líderes representantes, los
héroes, el triunfante, que se convierten en mitos y se dimensionan su
vida, su actividad y su personificación.

7. Liderazgo, comunicación y cambio

25
En las sociedades de la postmodenidad, del actual Siglo XXI,
hay unas nuevas coordenadas para observar y comprender el
liderazgo y el cambio, ya que el líder se convierte en el soporte y en el
identificador de un tiempo, de un lugar y de unas relaciones; en ese
sentido, se identifica al líder con el pasado>, aunque sea presente u
otro tiempo verbal, igualmente se identifica con el lugar pese a la
globalización y sus nuevas dinámicas en el proceso social, al igual que
las relaciones en cuanto a las aperturas o no de las organizaciones a
las que personifican.
La apreciación de los planos formales, históricos, tienen su
prolongación con otros modelos informales, que completan una
panorámica variada de liderazgo. Ya han quedado atrás la autoridad,
dignidad y gobierno para adentramos en la capacidad y en la
racionalidad de medios/fin de las organizaciones y de los grupos.
Aquella explicación de la vida a través de los hombres y los aquellos
vínculos sociales existentes en la sociedad moderna aparecen
abiertos en este nuestro tiempo por lo que se está conformando otra
forma de mandar y de consolidar el papel institucional del que manda,
dirige u ordena, lo cual implica todo un sistema de valores y de
sensibilidades individuales y colectivas, donde se mide el riesgo, la
probabilidad y la incertidumbre, tanto individual de los miembros del
grupo por separado como del grupo en su integridad y totalidad.
La cultura y la personalidad integran unos modelos y transmiten
unos valores patrimoniales comunes donde hay un comportamiento
instintivo e inteligente en los que se plasma un lenguaje que afecta a
la conciencia y a la conducta, donde aparece como factor con
identidad y significado propio el que está legitimado para tomar las
decisiones. Asimismo la Capacidad y legitimación son las dos bases
sobre las que se construye la identificación del líder en la sociedad
actual.

26
8. Liderazgo y formas sociales

El liderazgo que refuerza la idea del líder, presenta al individuo


que dirige, orienta, define, decide y ordena a través de acciones
propias la vida y la existencia de sí mismo y también la de los
miembros del grupo social, que reconocen su posición y autoridad. El
liderazgo, como expresión, se extendió no sólo al plano de las
organizaciones de poder, sino que abarca a otras muchas estructuras
y organizaciones, pero también abarca a las competiciones y se
establece como medida y, en ese sentido, se identifica como una
comparación y es expresión común el hablar de una jerarquización de
puestos.

El liderazgo es una condición, es una medida y es una forma.


Es una condición estructuralmente integrada en el grupo social. Es una
medida tal como acabamos de señalar una comparación. Y es una
forma, ya que implica existencia e identidad. Cualquier tipo de grupo
social se encuentra organizado, donde hay distintas formas,
estructuras y funciones, donde se individualiza significativamente a los
que dirigen, orden y mandan. Es más, el líder personifica al grupo. Es
guía y referente para el resto de los miembros del grupo. Hay unas
identidades sociales consolidadas y conformadas. En ese marco, tanto
desde la óptica consensual y armónica, como desde la óptica
conflictivista, donde habría alternativas o no secundamiento al líder,
pero existe un determinado líder. La realidad social nos ofrece una
multiplicidad de estilos, formas, maneras y modos de ejercer el
liderazgo en los distintos grupos sociales, sea el que fuera su
modalidad, naturaleza, origen y fines que se establezcan o estén
establecido. Es parejo el liderazgo a la forma en su doble ámbito, por
una parte el estilo personal, que remarca una personalidad
determinada pero, por otra, hay un reconocimiento entre los miembros
del grupo. Ambos tienen un espacio público con significado propio.

27
9. Liderazgo y Cambio Social

Desde siempre, se aprecia un orden y una estructura social en


la sociedad en general y en los grupos que dentro de la misma se
producen y, el que dirige, el que gobierna obedece a un modelo social
determinado. Hay la individualidad del jefe, del que manda, del que
decide. Sin embargo, en la modernidad hay una nueva forma que
incorpora nuevos usos, hábitos, costumbres y leyes, estableciéndose
una nueva racionalidad, es el líder y el liderazgo social que abarca más
que el jefe y tiene otras connotaciones, abarcando más que lo formal
y formalizado del simple mando y decisor. Los enfoques comprensivos
del cambio pasan por su encuadre desde una explicación lineal,
cíclica, dialéctica, multifactorial o procesual.

Así, desde cada una de estas explicaciones se pueden


establecer unas modalidades de ejercicio e identidad del liderazgo.
Como consecuencia de los nuevos tiempos es evidente la diferencia
de estilos en el liderazgo. En función de los tiempos se pueden
establecer distintos tipos de líderes, aunque es en la modernidad
cuando adquiere una significación explicativa y descriptiva.

10. Caso de la Lideresa Social María Elena Moyano

Cabe resaltar el caso de nuestra lideresa social María Elena


Moyano, quien ejerció un liderazgo transformador y socialmente
acorde a la férrea decisión en sí, sobre en cuanto a enfatizar la
promoción y defensa por los derechos fundamentales y de desarrollo
de los grupos sociales que residían en los pueblos jóvenes y en los
asentamientos humanos, durante la crítica situación social y política
que atravesaba el Perú entre los años 1985 – 1992, ante la amenaza
subversiva del grupo terrorista Sendero Luminoso que se trataba de
infiltrar en los pueblos jóvenes; y que a pesar del alto riesgo, María
Elena Moyano ejerció su liderazgo en protección de las comunidades
y grupos sociales en situación de marginalidad; aún a costa de su
propia vida.

28
En cuanto a la participación como lideresa social, Moyano
Delgado desde los grupos sociales y políticos en los que actuó;
enfatizó en trabajar en espacios de mayor trascendencia por su
alcance territorial y simbólico para el distrito de Villa El Salvador (VES)
le permitió aprender de sus lógicas institucionales y desarrollar estilos
de trabajo propios. Optó por los comedores populares y el Programa
del Vaso de Leche (bases de la Fepomuves) por considerarlos ámbitos
de construcción de ciudadanía con justicia social al ofrecer luchar
contra la pobreza alimentaria y la inequidad de género. Justamente,
observar en las mujeres gran fuerza interna le hizo apostar por su
capacitación para conducir estas organizaciones.

Todo este recorrido cultivó en Moyano un auto-entendimiento y


convencimiento como lideresa que la llevó a cumplir sus expectativas,
lo cual fortaleció un protagonismo político del cual gustaba. Esto fue
reafirmado en el PUM y MAS donde complementó su dirigencia social
y “pulió” actitudes y aptitudes como su apuesta por la participación
mediante el diálogo reflexivo y el trabajo comprometido de la población
para defender sus derechos. Además reforzó su performatividad
discursiva al hilar argumentos claros y expresarlos con gestualidad
convincente. Entre las aptitudes adquiridas resaltó una mayor
capacidad de análisis, gracias al debate con políticos y académicos
sobre sus experiencias de trabajo y la coyuntura política.

El despliegue del liderazgo social de María Elena Moyano para


hacer frente a la actividad armada del grupo terrorista SL; implicó el
despliegue de aprendizajes, actitudes y aptitudes en una lid de
proyectos políticos en la que su voz y figura gozaban de un liderazgo
ya labrado. Moyano tachó la propuesta senderista por desestimar el
fortalecimiento institucional local y el trabajo conjunto para construir
una sociedad justa y atacar las instancias sociopolíticas mediante el
desprestigio, amedrentamiento y atentado.

29
Por ello, al confrontarlos políticamente, desplegó como “armas
simbólicas” su autopercepción como lideresa, su defensa de una
democracia con participación popular así como la fortaleza y unidad
femenina frente al enemigo. Como “armas concretas”, su discurso para
resaltar los productos de un trabajo constante con/para el pueblo, su
permanente invocación al debate propositivo al convocar a la
población a trabajar desde las organizaciones y, finalmente, exhortar
al repudio del radicalismo desde espacios públicos y la prensa.

La denuncia mediática de María Elena Moyano promovió su


liderazgo dentro y fuera de VES tornándose en una dirigente que
desde las barriadas se enfrentaba a la subversión. Como menciona
Rodríguez, exalcalde salvadoreño (1990-1992): “Yo pienso que María
Elena era consciente de la situación que estaba pasando […] pero
tampoco podía abandonar lo que ella estaba haciendo, lo que ella
representaba”.

G. Líder Espiritual

Según sostienen los autores Richley (2006); Dolan (2011); y Esteve


et al. (2013); la dimensión de espiritualidad debe complementar e
integrarse a las características convencionales y reconocibles de ejercicio
del buen liderazgo; sosteniéndose así que “a los ejes económico-
pragmático, ético-social, y desarrollo-emocional proponemos añadir un
eje espiritual”. Se resalta en sí que el grado en que los líderes estén
dispuestos y sean capaces de asumir y aplicar en el contexto
organizacional estas configuraciones de los valores de la espiritualidad,
deberá ser un reflejo de su efectividad en el liderazgo. El modelo
cuatriaxial, plantea esencialmente que el liderazgo como una función
intermedia, a veces complementaria, y a veces compitiendo, debía estar
acorde con la evolución de los valores humanos fundamentales.

30
Como señala al mismo tiempo, los autores Dolan, Altman y Violán
(2015): “Los Valores, un tiempo considerados "demasiado suaves" para
gestionar eficazmente, son en la actualidad aceptados como base de
identidad de una organización y como principio fundamental de su
estrategia” (p. 3).

La gestión por valores se está convirtiendo en el controlador


principal de la re-ingeniería de la cultura competitiva y del bienestar (Dolan
et al., 2006, Dolan, 2010, 2012, Garcia et al, 1999). Aunque modelos de
cultura y valores no son nuevos y fueron estudiados desde los años 70’s,
la perspectiva del modelo tri-axial de valores es nueva y cada vez más
empresas lo utilizan como metodología para cambiar o sostener su cultura
(Dolan, 2012). Al mismo tiempo, la espiritualidad trascendente ha sido
adoptada como una característica importante del liderazgo efectivo, no
sólo por los promotores del liderazgo espiritual, sino por líderes
"pragmáticos" como Ken Blanchard (liderazgo situacional: Blanchard y
Hodges, 2001)

El Líder Espiritual es aquel que ejerce una función de inspirar o


despertar por influencia divina, llenar las emociones de ánimo y exaltación
o estimular a la acción, hacia las personas que tengan una vida proactiva
y enfocada en desempeñarse acorde con los valores cristianos y éticos –
morales del buen proceder y de seguirse el camino correcto de la vida.
Los grandes líderes se inspiran en una gran convicción interior, guiados
por una moral religiosa o leyes espirituales, están dotados de una visión
del mundo que les dicta cómo la sociedad puede prosperar, están
dispuestos a trabajar para el bien común, o al servicio de la corrección de
la injusticia y en perseguir la verdad. Mientras que los líderes inspiradores
pueden ser menos numerosos que los otros dos tipos, todos hemos
conocido a personajes ejemplares durante nuestras vidas.

1. La espiritualidad y el liderazgo por medio de los modelos de los


valores

El modelo triaxial de los valores y su aportación teórica han sido


validados a lo largo de los últimos años (ej. Bao et al 2013; Capell et al

31
2013; Gabel-Shemueli y Capell, 2013). Las configuraciones entre los
valores éticos, emocionales y económicos también fueron implementados
en el proceso de la reingeniería cultural en empresas de varios países del
mundo (Dolan, 2013). Lo que todavía falta validar es la ampliación de este
modelo en su conexión del liderazgo inspirador y los valores espirituales.
El conjunto de valores que se agrupan bajo la etiqueta de valores
espirituales no es nuevo. Algunos de ellos se superponen con los valores
emocionales; así mismo, se corresponden estrechamente con valores
éticos e inclusive se pueden deducir de los valores económicos.

La principal característica que distingue a estos valores espirituales


del conjunto de valores anterior es que estos emanan y se generan más
allá de la propia persona, más allá del aquí y el ahora, de la perspectiva
de la vida y el universo. Para entender mejor la conexión entre el liderazgo
eficaz con la espiritualidad y la felicidad en el trabajo, vamos a desarrollar
el concepto del liderazgo visionario.

El liderazgo visionario a menudo se relaciona con la capacidad o la


propensión a ver a fuerzas superiores espirituales en acción detrás de los
sucesos normales. Los líderes visionarios suelen buscar la alineación de
estas fuerzas trascendentes con las fuerzas redentoras. Los líderes
visionarios, además de ser fuente de inspiración, son también, en
referencia a Kaushik (2006), aspiradores y “transpiradores”.

Tienen la capacidad para pensar a lo grande y la ambición para


lograr grandes cosas. Tienen la energía, el impulso y tenacidad para hacer
que las cosas sucedan y conducir a los demás a hacer lo mismo. Pero,
primero y ante todo, tienen la interna convicción, la brújula moral y la firme
creencia en los fundamentos de su propósito. Dos grandes políticos y
militares de nuestro mundo, el Presidente George Washington y Winston
Churchill hablaron sobre la ayuda que recibieron de una "mano guía".
Churchill dijo: "tenemos un guardián porque servimos a una gran causa,
y tendremos este guardián mientras sirvamos bien a esa gran causa". El
ex - presidente de Egipto, Anwar El Sadat, habló de haber recibido una
visita de Mahoma que le dijo: “haz la paz en Oriente Medio”, lo que
persiguió con determinación. También Adolf Hitler y Benito Mussolini
32
vieron en "la mano del destino" guiar sus acciones. Por desgracia, el
liderazgo visionario no tiene que ver únicamente con el propósito de hacer
el bien.

2. Hacia un Modelo de Liderazgo Universal basado en los Valores

Los valores representan el núcleo de una organización, el ADN de


su cultura. Todos los significados y comportamientos giran a su alrededor.
Si una organización usa a las personas sólo como extensiones de sus
máquinas y tecnologías, entonces no puede esperar que sus empleados
innoven y se conviertan en ciudadanos ejemplares. En otro extremo, no
debemos asumir que las empresas van a desarrollar solamente culturas
de diversión; esto es una fantasía que ninguna organización puede pagar,
aunque la unión del trabajo y el juego es totalmente posible y deseable.
No obstante, se puede diseñar una cultura de la organización donde el
cuerpo y el espíritu se integran, cuando se consigue significa que la
alineación de la visión y la misión es posible.

El coaching por valores es la metodología que promueve la gestión


por valores mediante procesos de generación de diálogo amplio y que
conduce a la alineación de los valores en la organización (Dolan, 2012).
Sostenemos que los líderes contemporáneos deben desarrollar esta
capacidad de adoptar y poner en práctica los cuatro conjuntos del modelo
de valores cuatriaxial: económico-pragmático, ético-social, del desarrollo
emocional y el espiritual.

Se debe calificar a tales líderes como "universales" dado que toman


como referencia y practican estos pilares básicos, como son las creencias
universales y las tradiciones espirituales las cuales, quizás
sorprendentemente, tenemos todos mucho más en común de lo que
puede parecer.

El líder universal basado en los valores debería llevar a cabo la


función de identificar y promover los valores que comparten los
“stakeholders” dentro y fuera de su organización. Los líderes que
practiquen este tipo de liderazgo aumentarán el bienestar de la
organización. Está claro que priorizamos el nivel de bienestar de la

33
organización por encima del nivel de productividad. El modelo de
bienestar de la organización proporciona una buena perspectiva para
entender cómo los diversos individuos y los factores organizativos
interactúan e influyen en los empleados en particular y en los resultados
de la organización en general. Es un modelo sólidamente basado en la
evidencia, el cual es consistente con anteriores investigaciones sobre la
calidad de vida y el estrés cognitivo-relacional (Dolan, Garcia y Diez-Pinol,
2006). Se ha aplicado en una amplia variedad de ambientes de trabajo,
sectores y organizaciones y ha demostrado ser muy eficaz en la
predicción de los niveles de bienestar y rendimiento relativo a los
empleados.

Los tres valores del modelo triaxial: económico, ético y emocional,


pueden ser útiles para realzar el funcionamiento (y los beneficios) de la
empresa en tanto en cuanto no deterioren la calidad de vida y el
significado del trabajo. Sin embargo, el eje de los valores espirituales debe
implicar propiedades no-instrumentales y no precisa necesariamente que
deban estar directamente vinculados al rendimiento de la organización.
Esto último tiene que ver con la paradoja fundamental de la espiritualidad
en la organización sostenida por Dolan, Altman y Violán (2015): "Los que
practican la espiritualidad para conseguir mejores resultados corporativos
subestiman tanto su práctica como sus beneficios finalistas" (p. 16).

34
3. Caso del Liderazgo Espiritual de Juan Pablo II

Al respecto se tuvo del accionar religioso y diplomático de Juan


Pablo II, de haber ejercido un liderazgo espiritual muy positivo y
aportativo, con suma actitud positiva, al haber seguido adelante con lo que
predicaba y con su posición de perdón, a pesar de que en una ocasión
fue atacado y herido de bala, siguió adelante con una actitud positiva hacia
la vida. Enfatizaba en la solución de problemas; no llegando a ignorar sus
problemas, muchas veces en conflicto con la doctrina que proponía; pero
él los asumía; de un modo natural y espiritual a la vez, propone grandes
retos, ideales capaces de cambiar el rumbo de los Estados y de las
sociedades humanas.

Juan Pablo II demostró además ser un hábil diplomático, recién


asumido su pontificado debió enfrentar en diciembre de 1978 la crisis
prebélica existente entre Argentina y Chile32 a causa de la aplicación del
Laudo Arbitral dictado por la Reina Isabel II de Inglaterra referente al
conflicto del Canal Beagle.

Era una persona altamente responsable, capaz de hacerse cargo


de las tareas religiosas de todo el mundo, cumpliendo con todos los
labores que se le otorgaron al ser nombrado Papa. Tenía la seguridad de
pararse frente a muchos creyentes y de predicar y guiarlos. Lo cual es
indispensable para ser un líder exitoso.

Ejercía asimismo su liderazgo con suma Autodisciplina, llegando a


cumplir al pie de la letra con las obligaciones que tenía con su religión,
dando el ejemplo a los demás fieles. Además priorizaba en el desarrollo
del Servicio como parte de su especial énfasis en la llamada universal a
la santidad, beatificó a 1340 personas y canonizó a 483 santos, más que
la cifra sumada de sus predecesores en los anteriores cinco siglos.

35
H. Análisis de casos
1. Caso de líder policial participativo y proactivo: Comisario PNP de
Laura Caller de Los Olivos

En cuanto al líder directivo, se da en la función policial, cuando


se prepara los Planes de Trabajo y se asigna a los Efectivos Policiales
las tareas a cumplir y los procedimientos como llevarlos a cabo; en la
Comisaría de Laura Caller el Comisario Cmdte. PNP Raúl Vela Núñez
ha planificado y elaborado en lo que va del presente año 2018, el Plan
de Trabajo de las Brigadas de Autoprotección Escolar, realizando las
coordinaciones personalmente con los Directores de las Instituciones
Educativas y con padres de familia, luego asignó las tareas que
debían cumplir los Efectivos Policiales integrantes de la Oficina de
Participación Ciudadana.

El líder participativo, este comportamiento de liderazgo se


viene dando cada vez más en la Policía Nacional, en la Comisaría de
Laura Caller esto se da tanto por el Comisario como por el Jefe de la
Oficina de Participación Ciudadana, se reúnen semanalmente con su
Personal y tratan sobre los nuevos servicios a realizar o los nuevos
programas a ejecutar, entonces piden sugerencias a los Efectivos
integrantes de las áreas, intercambian ideas y opiniones, pero
finalmente el líder Comisario toma la decisión.

36
2. Caso de Líder Político Moral y Carismático: Ex - Líder mundial -
Barack Obama, ex - presidente de los EE.UU.

Se tiene la experiencia positiva del ex – mandatario


norteamericano Barack Obama llegó a interpretar, en cierto grado, una
situación carismática, ya que era un mestizo, de padre keniano y de
madre norteamericana, el primero, negro como el carbón y, la segunda,
blanca como la leche, según los describe él mismo. Obama se educó
en las mejores universidades, ha sido un brillante senador y ahora es
Presidente de los Estados Unidos. Ha publicado dos libros de títulos
muy sugerentes: La audacia de tener esperanza y Sueños de mi padre.
Es difícil relacionar los discursos unitarios de Obama con aquellos de
los grandes luchadores por los derechos civiles, como Martín Luther
King, sin embargo, ha logrado el apoyo de la mayoría de las
comunidades negras. No sabemos si esta virtualidad carismática,
latente en algunos aspectos, aflore en su totalidad. Es difícil convertir
los atractivos discursos políticos en un programa de gobierno.

3. Gran Líder Militar Peruano: Miguel Grau Seminario

El liderazgo del Almirante Miguel Grau Seminario no se podría


apreciar solamente desde la dimensión de su participación en la Guerra
del Pacífico en 1879. Su gloria, su permanencia y su trascendencia en
el tiempo hasta convertirse en un verdadero ejemplo de líder, se
fundamenta en su testimonio de vida, en su trabajo, en su capacidad
de poder convocar, orientar y dirigir a sus subalternos logrando cumplir
los objetivos propuestos por él y por la patria a la cual tanto amó y
entregó su vida.

Todos los peruanos deberíamos seguir el ejemplo del Almirante


Grau, y con mayor razón, los actores políticos que guían los destinos
del país.

37
Lo que Miguel Grau aporta a la PNP en materia de Liderazgo es
el arrojo y la valentía que debe tener todo Jefe Policial, para enfrentar
a cualquier amenaza, por más peligrosa que pueda ser, en el ámbito
de nuestra función. Miguel Grau da el ejemplo a sus subordinados y
es el primero que cumple su misión, entregando su propia vida si es
necesario. En el ámbito de la función policial, en diversas ocasiones
se encuentran situaciones similares, sobre todo cuando se tiene que
hacer frente a la delincuencia, cuando se tiene que intervenir a una
peligrosa banda de criminales.

4. Liderazgo de Alipio Ponce Vásquez

Lo que se puede observar en Alipio Vásquez es su heroísmo


para cumplir la misión asignada. Se trata de un ejemplo que se debe
seguir en el sentido de que el líder da el ejemplo de obediencia. Para
mandar, primero hay que saber obedecer y Alipio Vásquez es un
ejemplo en tal sentido.

38
II. ANÁLISIS
A. El ejercicio de las capacidades, características y habilidades del Buen Líder,
son determinantes para poderse asegurar el desenvolvimiento correcto y
competente de un Jefe o Gerente Directivo a cargo de una organización o
grupo/equipo de trabajo; en que todo Jefe Líder aparte de demostrar las
capacidades y habilidades suficientes de dirigir al grupo de
personas/profesionales bajo su cargo, también a la vez debe demostrar el
ejercicio de un patrón de conductas morales – éticas, para asegurarse que los
subordinados aprendan los valores éticos y virtudes morales necesarios que
su respectivo Jefe les debe transmitir, para que puedan cumplir de manera
satisfactoria con las funciones y tareas asignadas, en forma efectiva y
eficiente, y con plena demostración del ejercitamiento correcto de las
actividades delegadas para el logro de los objetivos y metas esperadas por el
grupo u organización; que se puedan alcanzar de manera correcta y
transparentemente ejemplar, que pueda reconocerse positivamente por la
sociedad y los ciudadanos, y a modo de que puedan trascender los valores
éticos del jefe líder y de lo que se demuestre por medio de sus colaboradores,
que pueda significar muy positivamente en aplicarse también por parte de los
mismos ciudadanos, de manera asertiva, en el propio ámbito socio –
comunitario como se requiera pertinentemente.
B. Llega a ser de importancia necesaria que los Jefes Líderes y/o Gerentes
Directores de Grupos de Trabajo así como de grandes organizaciones e
instituciones sean estas públicas o privadas, deben seguir o basarse
obligatoriamente en el modelo de perfil de desempeño del Buen Líder Ético y
Moral, complementado con el ejercitamiento de las capacidades esenciales
en que se llega a manifestar un líder con carácter democrático, participativo,
proactivo y carismático; lo que pueda ser decisivamente influyente para que
el líder ético/moral pueda inculcar aparte del valor de compromiso que
predisponga en sus colaboradores subordinados para el pleno cumplimiento
de sus funciones asignadas, en poder también inculcarles los valores éticos -
morales que se deben transmitir, en función de poder desempeñarse con alta
eficiencia, ejercicio de reglas/valores éticos, colaboración de equipo de
trabajo, honestidad y buen proceder, para que los empleados o personal
pueda desempeñarse correctamente y dentro de un clima laboral armonioso,

39
lo que les propenda en el logro correcto de los objetivos planificados por la
empresa o grupo organizado para determinado fin ético, empresarial, político
o social; a efectos de garantizarse finalmente el alcance positivo de las metas
organizacionales como también empresariales con pleno ejercicio de los
valores morales - éticos que se puedan transmitir eficaz y ejemplarmente a
los ciudadanos por las mismas organizaciones, en correlación con el
desempeño ejercitado por los mismos líderes empresariales y a través de su
Personal de Trabajo competente que pueda desempeñarse ejerciendo sus
funciones correspondientes, denotando a su vez la práctica de las virtudes
morales que puedan servir de aprendizaje y valoración positiva para los
ciudadanos, de poderlas aplicar en su debido desenvolvimiento social.
C. El Líder Político como jefe o director de partidos y/o agrupaciones políticas, si
bien tiene los conocimientos necesarios y experiencias requeridas para
manejar la dirección de dicho tipo de organizaciones, también tienen
conocimientos fundamentales de poder desempeñarse con los máximos
valores éticos – morales, considerándose que el ejercicio de la política
originaria y filosóficamente también debe estar necesariamente integrada con
el ejercitamiento de la ética - moral exigible, donde los líderes a elegirse
democráticamente, deben ser los mejores representantes del pueblo, que se
caractericen por su conducta social, profesional e inclusive política en modo
intachable, con pleno ejercicio de las capacidades éticas y virtudes morales
exigidas, para un debido desarrollo ejecutable en la gestión directiva de
liderazgo sobre el partido o movimiento político que representa, perfilándose
asimismo para ejercer el liderazgo que a posteriori pueda llegar a ostentar
para la ejecución de un determinado cargo político específico, en que deberá
liderar la gestión política en representación y beneficio para un amplio sector
poblacional que lo haya elegido como su autoridad política representante; que
debe desempeñarse con las máximas exigencias de los valores y virtudes
éticas - morales, sin recurrir a la perpetración de actos de corrupción y del uso
indebido del cargo político para beneficio propio; debiendo ser el líder político
al mismo tiempo un elemento de valor ejemplar a seguirse por los mismos
ciudadanos que dirige y representa.
D. El Líder Policial como el Militar, son un agente directivo que debe hacerse
cargo de dirigir al Personal Policial y/o Militar que se llegue a encontrar bajo

40
su subordinación respectivamente; a efectos de guiarlos efectivamente hacia
el pleno ejercicio de la misión que corresponda en materia de seguridad, tanto
del mantenimiento y recuperación del orden como de la seguridad pública por
parte de la institución policial, bajo cargo de sus jefes asignados entre las
diferentes ramas y unidades policiales, estando estos a su vez subordinados
a un Director General; así como en lo que corresponda al jefe líder militar en
dirigir a sus miembros subordinados hacia el logro de la misión militar de
defender al país frente a toda amenaza interna o externa; y en cuanto también
de que los mismos Jefes Líderes Institucionales tanto Policiales como
Militares deben promover y propender a que sus subordinados puedan tener
un pleno ejercicio de los deberes policiales como militares acorde a lo
regulado por las normas y reglamentos internos de las instituciones policiales
y castrenses; debiendo así cumplirse con los valores y deberes deontológicos
que la misma institución policial como militar exige, para que los jefes a cargo
y sus subordinados puedan desempeñarse correctamente como debe ser en
torno a la ejecución de sus funciones; y más sobretodo de que el líder policial
debe ser transmisor y agente esencial de valores y virtudes morales positivas,
como el de la disciplina, respeto entre Superiores y Subordinados, honestidad,
probidad y rectitud, que pueda ejemplificar y hacer preponderar en sus
miembros bajo su cargo, para que los mismos efectivos policiales también
puedan aprender y ejecutar valores éticos - morales de importancia y de sumo
beneficio para su propia carrera policial y en servicio a la ciudadanía, para el
pleno reconocimiento social que debe tenerse por el desarrollo de los servicios
policiales. El Líder Militar por su parte debe hacer trascender la máxima
disciplina e inculcamiento de los valores éticos de la rectitud y firmeza en los
miembros militares subordinados para que puedan desempeñarse con plena
efectividad y alta competencia en el ejercitamiento como logro de las misiones
militares asignadas, como también de que se pueda conseguir con los
objetivos primordiales bajo ejercicio de los deberes pertinentes, sin tenerse
problemas o excesos desmedidos en la ejecución de la misión militar.
E. Asimismo es esencial considerar una diferencia fundamental entre el Líder
Policial y el Líder Militar, en que el primero debe ser un líder también
esencialmente participativo, en que pueda receptar, dialogar, comunicarse
abiertamente y escuchar a sus principales subordinados para asegurarse en

41
cuanto a la toma efectiva de las decisiones pertinentes que sean competentes
para el debido ejercitamiento eficaz de la función policial, pero manteniéndose
al mismo tiempo, el valor ético de disciplina y rectitud de ejercicio del cargo
jerárquico de Superior que se ejerza, y que los efectivos subordinados deben
respetar estrictamente durante el ejercicio de los servicios de labor policial.
Mientras que el Líder Militar es aquel que debe desempeñarse con la máxima
disciplina y rectitud, debiendo hacer transcender la predominancia de ejercicio
del cargo superior jerárquico sobre los miembros militares subordinados para
que los mismos cumplan las órdenes militares que se emitan, sin
cuestionamiento alguno, mientras que a cierta diferencia con el caso del líder
policial, este puede considerar como de última instancia pertinente en aceptar
determinadas objeciones y recomendaciones por parte de los miembros
policiales más selectivos que estén bajo su cargo, siempre que sea para los
fines primordiales de darse un cumplimiento eficaz y eficiente de la función
policial; y asimismo ante las situaciones en que se dea afectación de los
derechos fundamentales de los miembros policiales por órdenes arbitrarias
emitidas disfuncionalmente en contra del correcto ejercicio de la función
policial.
F. El Líder Social es aquel que si bien demuestra amplias capacidades de
liderazgo carismático, de reconocimiento, carácter participativo y de
acercamiento a la sociedad o a un grupo social determinado, a la vez
transciende por ser agente de valores éticos y virtudes morales como de
respeto, solidaridad, compromiso, rectitud y de honestidad, que genere plena
confianza mutua con los ciudadanos respecto de su líder, y que por ende se
puede constituir en un sujeto de ejemplo a seguir por los más jóvenes y por
las futuras generaciones; más si al liderazgo carismático y ético que ejerza el
líder social también pueda resaltar por haber logrado o realizado obras o
méritos importantes de pleno reconocimiento social; y que por lo cual puede
constituirse en un líder ampliamente considerativo y ejemplar para la misma
sociedad o comunidad que llegue a representar, al haber hecho valer los
derechos, valores y patrones morales de su comunidad o grupo de
procedencia, que puede hacer respetar o que pueda hacer preponderar ante
los demás, en base a intereses o propósitos positivos como utilitarios para el
desarrollo o progreso del grupo social que represente; por lo que también es

42
plenamente esencial considerar el rol que ejercen aquellos líderes sociales
como dirigentes que guían y representan a sus comunidades locales o que
tengan carácter de étnica – rural, para poder hacer valer sus derechos e
intereses debidamente, siempre por los medios democráticos necesarios
como el diálogo intercomunicativo y la concertación de acuerdos para la
solución de conflictos sociales latentes; por lo que resultaría muy
contradictorio la función que se ejerce por parte de aquellos pseudodirigentes
que dirigen cuestionablemente a ciertas comunidades indígenas o nativas,
provocando actos de violencia o manifestaciones vandálicas en sus protestas
de reclamo, llegando a incumplir así estos malos líderes con los valores éticos
de diálogo concertador y democrático, ya que por el contrario tienden en
azuzar con ideas y demandas recalcitrantes los reclamos de los grupos o
comunidades que representan, propendiéndolos a efectuar reclamos en modo
violento contra las Autoridades del Estado para que acepten sus demandas o
logren acceder a beneficios indebidos.
G. El Líder Espiritual es aquel que debe ejercer su misión de llevar los mensajes
positivos y valores cristianos – religiosos a la población o a las personas,
debiendo ejercer un liderazgo ampliamente armonioso, ejemplar y
carismático, todo ello para que puedan ejercer y transmitir los valores
trascendentales de la solidaridad, unión, fé y esperanza, respeto y amor al
prójimo, etc; lo que permita desarrollar y consagrarse los máximos valores y
virtudes morales en los ciudadanos, propiamente en relación de ejercitarse un
hábito religioso utilitario y positivo para el mismo desarrollo ético y moral de la
sociedad; ello bajo el ejercicio de un debido liderazgo por parte de verdaderos
líderes espirituales – religiosos que transmitan la palabra cristiana de Dios, así
como los valores y virtudes morales, además de los ejemplos, dados por
Jesucristo; que puedan significar la consagración de una sociedad con valores
y justa; ya que el aspecto negativo que se tiene de no inculcarse valores
cristianos positivos y auténticos en los ciudadanos, se les deja a merced de
que se corrompan y actúen inmoralmente, pudiendo realizar actos indebidos
como la delincuencia, la antisocialidad, la violencia y la corrupción, de grave
perjuicio para la formación humana de una sociedad, y por ende de grave
riesgo social y moral para las futuras generaciones.

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H. Se tiene una excesiva problemática sobre la falta de ética y moral en los
líderes políticos, sociales, y en loa jefes de las principales organizaciones o
instituciones públicas del Estado Peruano; en que si bien se puede reconocer
que en determinada forma hayan venido ejerciendo un cierto tipo de liderazgo
proactivo y armonioso con el persona subordinado, pero la falta de ética y
moral en dichos jefes y/o gerentes representantes de Entidades Estatales,
pone en cuestión y afecta la credibilidad de la función directiva que se haya
venido ejecutando al respecto por cuestionables altos funcionarios o
miembros políticos, por Jueces corruptos de los máximos Tribunales
Judiciales, así como de malos Jefes a cargo de Unidades Operativas
Policiales como Militares que tergiversan o cometen actos disfuncionales
contradictorios con la función policial o militar, y hasta asimismo de tenerse
líderes sociales que representen indebidamente o de manera negativa a sus
comunidades o a grupos oriundos del país, que los llegan a representar
azuzándolos e inmiscuyéndolos en realizar actos de violencia contra el Estado
para exigir demandas intransigentes; teniéndose así que si bien el ejercicio
del liderazgo puede ser por lo general aceptable y generalmente reconocible
en la sociedad y por los grupos sociales representados; pero la falta de un
liderazgo ético en los jefes, gerentes y hasta en los dirigentes sociales, viene
implicando negativamente que los subordinados o miembros de Instituciones
Públicas también lleguen a aprender valores negativos o aspectos
cuestionables de malos líderes al mando, y que por ende las organizaciones
públicas también se tornen en corruptas o que realizan actos disfuncionales
en perjuicio de los servicios que deben brindarse a la ciudadanía, así como
de tratarse de líderes sin moral alguna, que solamente aprovechan
indebidamente sus cargos para beneficiarse particularmente, dirigiendo
negativamente a los grupos o al personal bajo su cargo, para que efectúen
actividades que pueden ser de grave perjuicio, que pueden ocasionar daños
a la sociedad peruana.

44
III. CONCLUSIONES
A. El ejercicio de un Buen Liderazgo radica en poderse cumplir
satisfactoriamente con todas las exigencias y capacidades de desarrollo de
ejercicio del liderazgo de tipo participativo, democrático, proactivo y
democrático; en que se pueda consolidar plenamente el desenvolvimiento de
todo líder que pueda destacar y guiar al personal de colaboradores bajo su
cargo para la obtención satisfactoria y pertinente de los logros o fines de la
organización que se haya fijado debidamente.

B. Entre las características notables que debe ejercer todo buen líder, se tiene la
de ser proactivo y participativo principalmente, y de manera ampliamente
propicia como agente comunicador y promotor en poder lograr un amplio
desarrollo en su desempeño como líder competente para poder asegurar a
plenitud en que los subordinados se puedan orientar competente, obligatoria
y debidamente hacia el logro de los máximos objetivos de la organización
empresarial, o de los fines que se hayan planificado conseguir; además de
que el Buen Líder debe siempre estar atento a los requerimientos o
necesidades de sus colaboradores, de poder conocer y atender los problemas
que lleguen a tener, para que puedan tener un máximo desenvolvimiento en
la ejecución de sus tareas designadas, y en el logro de las metas, por lo que
también deben potencializar y fortalecer al máximo las capacidades y
actitudes de desarrollo de su personal.

C. Todo Buen Líder debe también constituirse y desempeñarse como un líder


ético y moral, en que debe tener y ejercer un patrón de valores éticos y de
virtudes morales que debe ponerse en práctica mientras dirija a los grupos de
colaboradores o a su personal, a efectos de que puedan aprender y ejecutar
los valores de prioridad por el trabajo, de desempeñarse con el máximo
esfuerzo, de colaboración y solidaridad, fomento de la unión de equipo, trabajo
conjunto, respeto y honestidad; para que los colaboradores puedan también
poner en práctica tales valores; lo que propicie asimismo para consagrar un
ambiente laboral estable y sólido que permita el logro de los fines principales
de la organización o del grupo de trabajo.

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D. El Líder Moral es el perfil de agente directivo que puede adaptar al ejercicio
de sus funciones de liderazgo proactivo y participativo, la enseñanza y
ejercicio de patrones morales individuales - personales que haya venido
desarrollando desde su formación familiar, educativa y social, y que
necesariamente también debe hacer preponderar en su personal de
colaboradores bajo su cargo, para que puedan desenvolverse bajo un mismo
patrón moral que asegure en realizarse correctamente las tareas asignadas y
lograrse los objetivos de la organización de manera transparente y adecuada,
sin problemas de disvalores o de cuestionamientos al desempeño por parte
del personal.

E. El Líder Político debe ser la autoridad política representante que ejerza un


máximo liderazgo democrático, participativo y ético - moral a cargo de la
representación del pueblo, y de manera más concreta del sector poblacional
que lo haya elegido dentro de la jurisdicción respectiva; en que asumir tanto
la dirección política correspondiente para gestionar efectuar el desarrollo
pertinente de las funciones del cargo político asignado con la finalidad de
servir a la ciudadanía, para satisfacer sus intereses esenciales de bienestar y
desarrollo, y en cuanto para el mismo mantenimiento preservable del ejercicio
de la democracia; a la vez de desempeñarse con la máxima exigencia ética –
moral requerida de incorruptibilidad e intachabilidad en el desempeño de la
labor política encomendada.

F. El liderazgo en el ámbito policial tiene que ver con el manejo de estrategias


administrativas así como también con el ejercicio de una conducción donde
debe saber ejercer el don de mando. En cuanto al Líder MiIitar destaca por
ser un jefe castrense que mantiene predominantemente un estilo de liderazgo
autoritario que se basa principalmente en emitir órdenes que se deben
ejecutar incuestionablemente por todo miembro militar de la unidad que tenga
bajo su mando.

G. La diferencia explícita entre el Líder Policial y el Militar, es que el primero


ejerce un liderazgo dinámicamente más proactivo y participativo que hace
intervenir debidamente a los, miembros policiales para tener una intervención

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más directa en la toma de decisiones y para un cumplimiento eficiente como
decisivo de las funciones policiales de seguridad, por lo que más que la
jerarquía autoritaria que debe mantenerse por parte del Jefe Policial sobre los
subordinados, trasciende sobretodo la relación que debe haber
interactivamente entre el cumplimiento obligatorio de las funciones y
obligaciones que tenga el Personal Policial subordinado y que el Jefe Policial
debe reconocer y fomentar como propiciar a que sus miembros bajo su
subordinación puedan cumplir competentemente con sus funciones, siendo
así más proactivo y asertivo con su Personal para que pueda desempeñarse
satisfactoriamente.

H. El Líder Social viene a ser un agente promotor y de colaborador social, y


asimismo un dirigente representante de una comunidad o de un grupo social
en particular; que va a defender los intereses, derechos y demandas del grupo
de su procedencia o que llegue a representar, siendo un elemento integrante
del grupo social; que ejerce en sí un liderazgo proactivo y decisivo de poder
mantener, difundir, resaltar y consolidar plenamente el logro de los intereses,
derechos, valores y objetivos de desarrollo que se tenga de conformidad con
las demandas y exigencias del grupo representado; teniéndose así los casos
de los líderes sociales – comunitarios que representen a nivel local a sus
comunidades en particular o jurisdiccional, y por otra parte se tienen a los
dirigentes de comunidades indígenas/nativas y de dirigentes ambientalistas
que tienen metas o propósitos de defensa medio – ambientalista de los
recursos naturales, como de velar también por el fomento y consolidación de
los intereses de desarrollo de las poblaciones originarias del país; debiendo
recurrir los líderes sociales en aplicar o emplear los medios o mecanismos del
diálogo y la concertación para exponer y exigir las demandas justas que sean
posibles y justificables, y por ende de aplicar canales de intercomunicación
efectivas, democráticas y propicias con el Estado, sin recurrir en azuzar o
provocar actos de violencia en modo de protestas vandálicas que puedan
afectar la seguridad pública.

I. El Líder Espiritual se desempeña como un agente representativo de la


idoneidad y valoración de orden religiosa/cristiana o de otro tipo de libertad

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religiosa acorde con el fomento y transmisión de las buenas costumbres
morales y sociales del Estado; siendo que este tipo de líder es el que se
encargará de dirigir y guiar a la población que capte como adepta; a fin de
orientarla hacia una plena conciencia de practicar auténticamente los valores
y virtudes morales del correcto ejercicio de las personas, con base y creencia
en una fé espiritual/religiosa que sea propicia para el mejoramiento de la
calidad moral de los ciudadanos y el desarrollo de las relaciones
interpersonales positivas y armoniosas, que se requiera esencialmente en la
sociedad humana del presente siglo, donde actualmente existen problemas
de carencia de valores y de la existencia de falsos líderes
espirituales/religiosos muy cuestionables, que no poseen las capacidades
intachables de ética y moral para llevar el ejercicio de un liderazgo espiritual
correcto, sino que son pseudolíderes que solamente priorizan indebidamente
sus beneficios personales o particulares.

J. El ejercicio de todo buen liderazgo de carácter proactivo, participativo,


comunicativo y asertivo, debe estar estrechamente relacionado con el
ejercicio de las conductas y patrones éticos – morales necesarios de dirigirse
correctamente a los subordinados de manera efectiva, honesta y adecuada,
con prácticas de valores éticos – morales positivos; para que los mismos
subordinados puedan a su vez desenvolverse aceptablemente con el
ejercitamiento de los valores y virtudes morales aprendidos del buen jefe líder;
a fin de cumplan satisfactoriamente con los objetivos de la organización y
asimismo puedan ser reconocidos por tener conductas intachables y éticas
sin cuestionamiento alguno.

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IV. RECOMENDACIONES
A. Es fundamental de que los actuales miembros policiales que se desempeñen
como jefes líderes de las Unidades Operativas Policiales, y asimismo los
futuros Generales y Jefes Policiales que llegarán a ocupar altos cargos de
dirección policial, deben ser rigurosamente capacitados y especializados en
mejorar al máximo sus capacidades y cualidades como Jefes líderes
policiales, en cuanto a los dones y características esenciales para ser líderes
absolutamente de tipo proactivo, participativo y asertivo, y asimismo de
inculcárseles los valores y virtudes morales con que deben integrar a su
liderazgo policial el ejercicio de un buen liderazgo ético y moral, a fin de
evitarse casos actuales como de malos jefes policiales o de malos
funcionarios públicos que se han corrompido y han ejercido indebidamente
la función pública asignada.
B. Se recomienda que la Dirección de Educación y Doctrina difunda los
planteamientos doctrinarios del Liderazgo, tendentes a formar cuadros de
líderes policiales, y para que este recurso sea comprendido en su real
magnitud, y se aprovechen las pautas que brinda, para el desarrollo de una
eficiente labor administrativa y un efectivo trabajo operativo.
C. Se sugiere visitar empresas exitosas donde se halla logrado el desarrollo en
base a una adecuada implementación del liderazgo.
D. Se propone organizar seminarios y conferencias con respecto a este tema,
a efectos de profundizar en este tema.
E. Tanto los niveles estratégicos como operacionales deben tomar decisiones
tomando en cuenta la visión, la misión de la institución y los principios de la
administración moderna.
F. En la toma de decisiones en la Policía Nacional del Perú se debe instituir la
delegación como parte del desarrollo de capacidades y habilidades de su
personal.

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