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DEFINICIÓN DE CORPOREIDAD

Se denomina corporeidad a la característica de corpóreo: aquello que


dispone de cuerpo o de consistencia. La idea de cuerpo, por su parte, puede
aludir al conjunto de los órganos y sistemas que forman un ser vivo o a
aquello que dispone de extensión limitada y se percibe a través de los
sentidos.
El concepto de corporeidad suele utilizarse en el
terreno de la educación física en referencia a
la percepción del cuerpo y a
los movimientos que una persona puede realizar
para dotarlo de expresión. Estas propiedades
distinguen al ser humano del resto de las especies.
Un individuo, a través de su percepción del cuerpo y de la motricidad, accede
a información, siente y atribuye significación al mundo externo. La
corporeidad se construye a nivel social, a nivel psicológico y a nivel biológico:
el sujeto se proyecta al exterior a partir de su propio cuerpo.
Puede decirse que la corporeidad se encarga de la representación del
modo de ser de un individuo. La educación física apunta a modelar el
cuerpo según esa corporeidad, cuyos ideales cambian según la época y el
lugar.
Cabe destacar que la corporeidad, según estos análisis, posibilita que el ser
humano tome conciencia de sí mismo. La relación que
una persona estable con su cuerpo, con los cuerpos de los demás y con el
entorno forma su identidad, aquello que la diferencia. Por eso la educación
física también tiene que permitir la experimentación de la corporeidad en
toda su dimensión, fomentando la libre expresión del sujeto.
DEFINICIÓN SIGUIENTE →
 Actividades de interés general

 Actividades en la naturaleza

 Bibliografía

 Deporte

 Dónde estudiar el profesorado de Educación Física

 Educación

 Educación física

 evaluación

 Glosario

 Historia de la EF

 Investigación

 Juego
 Licenciatura en Educación Física

 Orientación y Asesoramiento

 Planificación

 TICs

 Videos
29 DE MARZO DE 2011

Concepto de corporeidad, Alicia Ester Grasso


"La corporeidad es la integración permanente de múltiples factores que
constituyen una única entidad. Factores psíquico, físico, espiritual, motriz,
afectivo, social e intelectual constituyentes de la entidad original, única,
sorprendente y exclusiva que es el ser humano: Soy yo y todo aquello en lo
que me corporizo, todo lo que me identifica.

Nuestra corporeidad está presente aún cuando nosotros no lo estamos


físicamente: un elemento de nuestra corporeidad como una carta escrita con
nuestra letra, un reloj pulsera usado cotidianamente, el gesto de arquear una
ceja que heredó un hijo, la frase de cariño que nos distingue, una foto o
película con nuestra imagen, nos corporizan en el otro aún después de
muertos."

Portaldeportivo La Revista Año 1 Nº 4 Enero Febrero 2008 ISSN 0718-4921

En el artículo escrito por Alicia Grasso para la revista digital Portal Deportivo, se encara
la idea de lo que representa la palabra corporeidad.
Se señalan significados integradores, incluyentes, globales, abarcadores que
completan el concepto tradicional de cuerpo. Recorre definiciones desde la
Fenomenología, de Maurice Merleau-Ponty y Manuel Sergio, en la “Ciencia de la
Motricidad Humana”, de Jean Le Boulch y Pierre Parlebas pasando por autores
contemporáneos como Jesús Paredes Ortiz de España, Henry Portela Guarín de
Colombia, programas de estudio de México, Silvino Santín de Brasil y Alicia Grasso de
Argentina, para concluir que cuando se habla de corporeidad la palabra expresa una
idea múltiple, plural, compleja y diversa de una unidad: uno mismo. Frente a la
contradicción manifiesta sobre el concepto teórico de corporeidad y el uso que se hace
del cuerpo en la práctica diaria, se plantea el interrogante:

¿Está instalada la corporeidad como una lógica de “Pensar, Decir y Hacer” la misma
idea? Se cierra con la reflexión sobre la necesidad de hacer una inclusión real, no solo
de léxico de diccionario, para trabajar coherentemente desde la corporeidad.
La corporeidad en la educación física

Fotografía: Fundación Alejandría. (C.P).

La corporeidad se representa a través de todas las acciones del sujeto y se refleja en forma libre a
través del cuerpo, es decir, el cuerpo muestra y expresa aquellos que no es visible como los
sentimientos o gustos y la forma en que se percibe la realidad por medio de la vista, oído, tacto,
gusto y olfato. Esta relación con nuestro cuerpo, los demás y el entorno nos permite ir tomando
conciencia de nosotros mismos. El cuerpo manifiesta todas las emociones; cuando estamos felices,
lloramos y si esto ocurre no solo el cuerpo se siente bien sino que nos sentimos bien con nosotros
mismos, con más ganas de vivir y de alcanzar todos nuestros sueños.

Como Educadores Físicos, éste concepto facilita desarrollar un pensamiento más claro y estratégico
que nos impulsa a ser más abiertos y estar en condición de atención de los demás. La clase de
educación física ofrece la oportunidad para que en estos momentos los niños y los jóvenes expresen
con libertad lo que sienten y experimenten en todas sus dimensiones la corporeidad, es
entonces que la danza, el juego, la recreación y la lúdica son las mejores aliadas cuando estamos en
las aulas de las escuelas y colegios etc.

Cuando el cuerpo propio expresa se olvidan los problemas y se descarga y se libera toda el stress y
la ansiedad. El concepto de corporeidad está estrechamente asociado a la expresión libre, a la
sensación “de libertad”. Los educadores físicos queremos que los estudiantes reconozcan que el
cuerpo es mucho más que carne y hueso, que no es solo un objeto, sino que es algo propio y único
con una conciencia que tiene intencionalidad y por tanto debe dársele el valor al mismo y que si le
hacemos daño les afectará y les va a ser sentir mal y les va a obstaculizar pensar con claridad ante
los problemas. Es buscar integrar yo-cuerpo, porque con mi cuerpo es como yo me muestro al
mundo, ante la sociedad y ante las demás personas.

Nuestro cuerpo expresa lo que siente, no nos servimos de nuestro cuerpo, sino que soy mi cuerpo,
como dice Marcel (Corporeidad-corporalidad 1992. La corporeidad como expresión de lo humano)
para sentirme bien conmigo me doy a la interacción con el otro, el cuerpo nos da a conocer, es un
cuerpo vivo que siente y se hace notar.

La percepción de nuestra corporeidad, es un proceso que va cambiando a lo largo de la vida, por lo


que todos los días tenemos nuevas experiencias, aprendemos y conocemos otras cosas. Como seres
humanos estamos inmersos en el mundo a través del cuerpo y por ende “mi cuerpo es mío en tanto
no lo contemplo, en tanto no coloque entre él y yo un intervalo”. Esto significa que el cuerpo ni para
mí, ni para el educador físico es un objeto, es expresión y manifestación de la existencia de cada
uno.
La corporeidad: el nuevo
paradigma
como formador de la identidad
humana
Licenciado en Actividad Física y Deporte
Docente del Instituto Universitario Naval Germán Alejandro Ruggio
(Argentina) germanruggio@gmail.com

Resumen
La corporeidad como la percepción del cuerpo, y el movimiento motriz dándole expresión al mismo, son
elementos característicos y distintivos que por medio de la Educación Física va formando la identidad individual y
colectiva de la especie humana.
Palabras clave: Educación Física. Corporeidad. Motricidad.

EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, Nº 161, Octubre de


2011. http://www.efdeportes.com/

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Introducción

Podríamos afirma que la existencia humana es corporal y percibimos el mundo desde y por
nuestro cuerpo.

La corporeidad como la percepción del cuerpo, y el movimiento motriz dándole expresión al


mismo, son elementos característicos y distintivos de la especie humana.

A partir de estas dos características interactuamos, percibimos, recibimos información, sentimos


y le damos significado al mundo exterior y a la relación con nuestros pares, otorgándole sentido a
la existencia humana en la tierra.

Desde la concepción del ser, desde que el óvulo es fecundado por el espermatozoide y el huevo
cigota comienza a desarrollarse en el útero materno, comenzamos a sentir al mundo a través de la
interacción de la madre con la sociedad, siendo ésta la primera socialización primitiva del nuevo ser
con el mundo.

Al nacer, el bebé se va apropiando de su entorno desde su rol de infante. El llanto, la sonrisa, la


búsqueda constante de la mirada, el pataleo para conocer sus extremidades, la aprensión de la
mano, la succión como forma de alimentarse a través del pecho materno, son toda una definición
de la forma de apropiación del mundo, de sentir el mundo, de cargarlo de afectividad para
interactuar con él.

Para contextualizar mejor esta idea, mi trabajo se desarrollará en varios puntos:


1. La conceptualización de la corporeidad, la motricidad y el viejo paradigma de la
Educación Física
2. El nuevo paradigma: la Educación Corporal como fuente de desarrollo y salud
global.
3. Conclusiones finales.

Desarrollo

1. La conceptualización de la corporeidad, la motricidad y el viejo paradigma

a. ¿Qué es la corporeidad?

Jorge Gómez nos habla del ser humano como ser corporal, de la existencia en para el cuerpo, el
cual nos predispone a la “acción autónoma” de resolver nuestra subsistencia y la necesidad de la
trascendencia.

Por lo tanto diremos que la corporeidad humana en una construcción permanente en tres
niveles: biológico, psicológico y social. Esta construcción biopsicosocial, siguiendo a Gómez, esta
compuesta por significados e imaginarios de la vida cotidiana que se van modificando como son:
los afectos y los vínculos, las emociones, el gozo y el dolor, los impactos sensibles, la apariencia
física estética, la libertad o no de vivir en plenitud, basándose siempre en la diferenciación-
identificación con los otros.

Manuel Sergio nos habla de que al hombre lo podríamos definir desde las siguientes
dimensiones:

 La corporeidad: Desde y a partir del cuerpo me proyecto al mundo


 La motricidad: Interioriza y humaniza el movimiento
 La comunicación y cooperación: Afirmamos el nosotros, vos y yo
conectados, unidos a partir de estar en el mundo.
 La historicidad: Vivir nuestro presente, proyectando el futuro esperanzador,
sin olvidar de donde venimos, sin olvidar nuestro pasado.
 La libertad: Entender las necesidades, para ser un ser reflexivo, histórico y
autónomo del propio medio.
 La noosfera: Buscando la totalidad humana, por medio de los saberes
espirituales y culturales.
 La trascendencia: Buscando hacer para crecer y ser mucho más.

A partir de estas dimensiones el cuerpo no se reduce a una instancia biológica, sino a un ser
histórico-social, biológicamente activo.
La corporeidad, representa el modo de ser del hombre, bajo circunstancias históricas, siendo la
Educación Física su herramienta más importante.

Separando el concepto de Educación Física, encontraremos históricamente que la palabra


Educación está asociada a distintos términos y sucediendo lo mismo con la palabra Física. O sea
que el concepto de Educación Física encierra connotación en el imaginario social y cultural, que se
ve lleno de poder y según las concepciones ideológicas propias del concepto de cada estado o
nación.

Foucault afirma que el cuerpo es portador de poder, por ende que uno es portador de poder,
que colectivamente somos portadores del poder colectivo. Este poder del cuerpo colectivo esta
sujeto a normas y leyes propias de cada sociedad, siendo que este cuerpo colectivo porta mayor
poder, y que este cuerpo colectivo es el que realiza las normas colectivas y reglas que engendran el
cuerpo colectivo popular absoluto de poder.

La corporeidad se da a partir de la imagen del hombre y de su proyecto socio-cultural como


colectividad, como nación. Cada sociedad, cada institución, creará el ideal corporal que cobrará vida
a través de la Educación Física.

Este cuerpo colectivo, Cuerpo Institucional, es el efecto de una elaboración social y cultural, por
lo tanto la corporeidad y la motricidad representan un ente propio, indisoluble del imaginario
colectivo propio de cada cultura, que lo legitima en su expresión como sociedad, que estará
representada y puesta en marcha por la Educación Física, las teorías que la avalan, y su incidencia
directa en la vida colectiva.

Siguiendo la idea de Gómez, no se debería, en pleno siglo XXI, solamente pensarse al cuerpo
desde una visión como conjunto de órganos solamente, o como con un concepto de materia física
siguiendo las teorías físicas de Newton.

El hombre debería de pensarse desde la corporeidad, desde sus tradiciones antropológicas y el


proyecto social al que pertenece.

b. La motricidad como expresión de la corporeidad

La corporeidad y la motricidad son indisolubles, no existen una sin la otra, son elementos con
definiciones propias, pero en la realidad práctica, activa del hombre, el cuerpo no puede concebirse
sin vida, sin movimiento.

Cada persona, cada ser humano, va construyendo su corporeidad a través de los años, siendo
influenciado por su entorno y su circunstancia. Parafraseando a Parlebas socio motricidad: el
mundo, yo, mi circunstancia, mi introspección y mi vinculación con ello.

Nosotros, nuestro cuerpo, pasa desde la dependencia necesaria en nuestra forma más primitiva
en los primeros años de vida hasta llegar a auto formarse en ser totalmente independiente.
La educación física nos atraviesa desde que nacemos, en cada momento de la vida cotidiana, de
manera informal, haciéndonos desenvolver de manera eficientes bajo distintas circunstancias. José
María Cagigal en 1979 ya nos hablaba de la cultura física, cultura corporal, como habito de una
sociedad, como pilar de la libertad y progreso del desarrollo del ser humano.

La corporeidad la podemos asociar a la motricidad, ya que el ser humano experimenta con su


cuerpo de manera práctica, con vida, actuante.

La motricidad esta presente en lo cotidiano del hombre, cargada sus acciones de sentimiento y
finalidad, interactuando y expandiéndose en el tiempo, en busca de la trascendencia de sus actos
con el medio social y natural. La motricidad da sentido a la corporeidad y viceversa. Siempre ha
servido como método para que las distintas sociedades moldeen el cuerpo humano, está presente
en los currículos escolares, las ideologías imperantes y reinantes de cada momento histórico,
reduciendo al hombre a disciplina o descubrimiento, en busca de un control social absoluto.

Por lo tanto hablar de motricidad ya indicaría una comprensión del movimiento humano.
Siguiendo a Gómez, esto supone el desenvolvimiento de las estructuras componentes del sistema
nervioso central; mantiene la regulación, la ejecución y la integración del comportamiento; traduce
la apropiación de la cultura y de la experiencia humana como intencionalidad operante en el
proyecto del hombre social.

Por lo tanto podríamos afirmar que el desarrollo de lo motor, de la motricidad, no es solo el


desarrollo de las capacidades coordinativas, el desarrollo técnico, físico, psico-cognitivo, o las
nociones de espacio-tiempo; si no el desarrollo motor implica un fuerte compromiso cultural,
histórico, político y social.

En definitiva cuando hablamos de la motricidad como expresión de la corporeidad del ser, como
proyecto humano de acción, se expresa no solo las posibilidades biológicas que nos permite el
movimiento, si no también las intencionalidades, las utopías, las fantasías, los ideales, los mitos, las
visiones, las alegrías y las tristezas, la necesidad de la relación e igualdad social, la comunicación
con el mundo natural: el agua, la tierra, el aire, las plantas y los animales; a la construcción del
estar en el mundo, en el tiempo y espacio, en definitiva en el universo que cada persona le
corresponde vivir.

c. El viejo paradigma biológico y su consecuencia

La OMS considera la Actividad Física como "todos los movimientos que forman parte de la vida
diaria, incluyendo el trabajo, la recreación, el ejercicio y las actividades deportivas".

Se trata de un concepto sumamente amplio que se refiere a cualquier movimiento corporal


producido por el aparato locomotor, gracias a la contracción de la musculatura y que supone
consumo de energía. Cuando la actividad se estructura y sistematiza con el objetivo de mejorar
alguna de las funciones orgánicas le denominamos ejercicio, y cuando se somete a una serie de
reglas preestablecidas entraríamos en el mundo del juego o del deporte.
Al ir aumentando progresivamente los estímulos a que sometemos al organismo al realizar la
actividad física elegida, (andar cada vez más tiempo y más rápido, correr, nadar…), se van
produciendo adaptaciones que conllevan una mejora morfológica y funcional. Estas adaptaciones se
producen en el ámbito físico, psíquico y también como consecuencia en el ámbito social de la
persona. Son los denominados beneficios directos.

Separando el concepto de Educación Física, encontraremos que históricamente cada palabra


tiene una connotación diferente y al pronunciarlas con cierta identidad denota otra.

A continuación analizaremos por separado cada término que conforman el concepto de


Educación Física, siendo que por separando obtenemos una perspectiva más significativa del área.

 Educación: rápidamente asociamos esta palabra con la infancia de cada


uno, con la escuela, con el guardapolvo que nos iguala a todos dentro de
la institución, con el pizarrón de aprendizaje y con las maestras de la
infancia.

Profundizando sobre el término y siguiendo a Julio César Labaké (1998) al referirnos al término
educación estamos afirmando por un lado un encuentro mutuo entre docente y alumno, un
encuentro de un grupo que comparte un espacio específico, con un tiempo determinado, con
objetivos generales comunes, con contenidos significativos en el medio interactuando
continuamente, y con roles completamente definidos.

Por otro lado, estará presente la connotación ideológica, cultural, económica y social que
encierran los personajes del encuentro y su interacción institucional, y la asimilación que hace cada
uno de lo que el otro personaje propone, proclama y afirma.

A esta interacción educador-educando, deberíamos agregarle, siguiendo a Labaké (1998, p. 27)


que la educación es un producto de diferenciación / integración: “De diferenciación dentro del
individuo, de todas sus posibilidades y su correlativa integración en una unidad armónica, capaz por
sí misma y simultáneamente de captar y asumir las diferencias sociales y aceptar su diferenciación
progresiva y enriquecedora, a la vez que realizar la integración personal y progresiva de la
comunidad”.

Podríamos aceptar que la educación en definitiva es un camino progresivo de cambio continuo


en la permanencia del hombre, siendo esta una herramienta fundamental para el crecimiento
cualitativo y cuantitativo de la persona y de la comunidad humana. En definitiva, la educación será
siempre la tensión entre lo que somos como seres humanos y lo que estamos llamados a ser.

 Física: la sigla físico/a esta asociada a la corporeidad, y ésta a su vez la


podemos asociar a la motricidad, ya que el ser humano experimenta con
su cuerpo de manera práctica, con vida, actuando.
El movimiento siempre ha servido como método para que las distintas sociedades moldeen el
cuerpo humano, está presente en los currículos escolares, las ideologías imperantes y reinantes de
cada momento histórico, reduciendo al hombre a disciplina o descubrimiento, en busca de un
control social absoluto.

Foucault (1996) afirma que el cuerpo es portador de poder, y que, por ende, colectivamente
somos portadores del poder colectivo. Este poder del cuerpo colectivo esta sujeto a normas y leyes
propias de cada sociedad, siendo que este cuerpo colectivo porta mayor poder, y que es el que
realiza las normas colectivas y reglas que engendran el cuerpo colectivo popular absoluto de poder.

La corporeidad se da a partir de la imagen del hombre y de su proyecto socio cultural como


colectividad, como nación. Cada sociedad creará el ideal corporal que cobrará vida a través de la
Educación Física.

Como afirma Crisorio y Bracht, “La Educación Física es una construcción cultural, que puede y
debe ser moldeada por los sujetos de cada institución”. Este cuerpo colectivo es el efecto de una
elaboración social y cultural, por lo tanto la corporeidad y la motricidad representan un ente propio,
indisoluble del imaginario colectivo propio de cada cultura, que lo legitima en su expresión como
sociedad, que estará representada y puesta en marcha por la Educación Física, las teorías que la
avalan, y su incidencia directa en la vida colectiva.

La educación física nos atraviesa desde los inicios de nuestra vida, permitiéndonos adquirir
competencias para desenvolvernos en distintos ámbitos y situaciones.

El viejo paradigma biológico-mecanicista, centra su preocupación pedagógica en estimular el


desarrollo de las funciones musculares, apoyándose en el tratamiento del organismo, del cuerpo,
como una estructura de sistemas mejorables en sí mismo. Este paradigma no se preocupa del
sentido y valor de tales mejoras, limitando la posibilidad de alcanzar una comprensión profunda del
ser corporal. Este paradigma proponía como fin la práctica deportiva idealizada. Se construía la
corporeidad para poder integrarse a la sociedad, sentirse perteneciente y aceptado, ser utilizado
para proponerle modelos idealizados de belleza corporal o de éxito deportivo, difíciles de alcanzar
para la mayoría, produciendo, siguiendo a Gómez, una desvalorización personal de muchos niños y
adolescentes, que los lleva a situaciones patológicas de consecuencias en su salud física o
psicológica, sintiéndose excluidos o discriminados del disfrute de su cuerpo y su accionar por no
responder a los patrones que posibilitan disfrutar de sus cuerpos y “corresponder” al mundo de los
cuerpos fabricados, ficticios, engañosos, elaborados por los intereses de la cultura corporal
confeccionada para vender.

2. EL nuevo paradigma: la Educación Corporal como fuente de desarrollo y salud


global

Desde el nuevo paradigma se propone la construcción del cuerpo social en relación con el
entorno a través de que ambos se modifican dialécticamente y recíprocamente.
El cuerpo debe de ser considerado en su integridad, explorando su capacidad sensorial y
perceptiva, integrando distintas nociones sobre el entorno físico y proyectarse hacia el campo de
las ciencias, del arte, del trabajo creativo o de los deportes complejos.

La educación física, en el viejo paradigma, construía solo un adiestramiento de cómo usar el


cuerpo sano dentro del mundo altamente perfeccionado del mundo laboral. Su primitivo objetivo
era el de educar no para ser más saludable, o para poder ejercer nuestras libertades en pos de un
desarrollo individual y colectivo; al contrario, adiestrar para ser más saludable para poder trabajar
más horas en el mundo laboral, extrayendo del cuerpo, toda naturalidad y frescura física.

El nuevo paradigma que envuelve la Educación Física esta centrado en generar las condiciones
que posibiliten la introspección del hombre sobre su ser corporal y promover su relación dialéctica
con las actividades físicas y deportivas para permitirle desvelar los determinantes culturales que
subyacen en ellas y hacerlas propias.

Esta libertad física, esta ludicidad superadora, se exponía en la práctica cotidiana deportiva
después del trabajo. No es casual que la ramificación de los clubes de fútbol modernos se dé en
ciudades altamente desarrolladas en el mundo laboral: Manchester, Liverpool, Madrid, Berlín,
Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Budapest, Paris, Ámsterdam, Moscú. En cada de una de estas
ciudades eran polos de desarrollo productivo importante dentro del mundo industrial de fines del
siglo XIX y principios del siglo XX. Cada trabajador en sus pequeños ratos de ocio desarrollaba sus
virtudes físicas en búsqueda de su expansión de su ludicidad deportiva. No es otra casualidad que
los clubes argentinos, nacieran en la ramificación de los ramales ferroviarios o en los puertos o en
los lugares de alta expansión social.

Estos centros de desarrollo de la civilización fueron los primeros en revelarse del poder que
ejercía el capitalismo sobre el cuerpo y propusieron argumentación pedagógicas liberadoras de la
corporeidad humana.

La práctica de cualquier deporte colabora en la creación de cualidades y habilidades que


permiten la formación de deportistas integrales, otorgándoles herramientas para afrontar el día a
día en la vida cotidiana.

Estas virtudes se ven fortalecidas desde intervenciones del deporte en la niñez atravesando la
búsqueda de la personalidad de la adolescencia, culminando en el fortalecimiento y desarrollo en la
edad adulta. Las bondades del deporte atraviesan la vida humana, sembrando más allá de la propia
práctica y su delimitación en los campos de juegos y en la competencia.

Pero nos deberíamos de preguntar ¿cuáles son las herramientas o valores que otorga la práctica
deportiva?

Podríamos enumerarlos de la siguiente manera y de forma sencilla:

 La competencia continua con los demás y con uno mismo,


 La cooperación grupal,
 La pertenencia a un grupo, un color, un espacio y un lugar,
 La adaptación a las normas generales y especificas,
 La autovaloración y la estimación ajena,
 El respeto hacia el contrario,
 La voluntad individual y grupal de auto superación,
 La asimilación del éxito y la tolerancia del fracaso.

Pero podríamos preguntarnos: ¿por qué la actividad deportiva despierta la fascinación masiva?
(Recordemos la cantidad de ligas amateur que existen y que. fin de semana tras fin de semana
practican fútbol, voleibol, o pedestrismo). El factor central lo lleva la competencia, esa sensación de
adrenalina de medirse frente a otro contrincante / compañero ante los mismos factores de
ludicidad, de juego.

Desde una mirada más amplia la Asociación de Psicología Deportiva Argentina, asevera en sus
publicaciones anuales, los principios que benefician la práctica continua y asidua del entrenamiento
físico deportivo:

 El mejoramiento del estado psíquico


 El incremento del proceso de maduración psicológica
 El desarrollo psicomotor
 La adaptación a las distintas circunstancias de la vida diaria
 El beneficio de la conciencia de grupo
 La gran capacidad de aprendizaje continuo
 La identificación con un grupo, un lugar, el sentido de pertenencia
 La diferenciación de los otros

Los deportes deberían ser divertidos tanto para los atletas, como para los entrenadores. La
oportunidad de divertirse está constantemente identificada por los estudiantes como el incentivo
número uno para participar en deportes en la escuela secundaria. Pero la diversión a la que
hacemos referencia no es la diversión sin sentido que observamos en nuestros vestuarios, en el
ómnibus, o en fiestas organizadas por los equipos; si no que es el orgullo, satisfacción y realización
que un joven experimenta al mejorar su fortaleza, velocidad y capacidad luego de horas de
entrenamiento y práctica. Es la emoción y el entusiasmo que se experimenta al alcanzar un nuevo
logro personal en la competición. Ésta es la diversión que buscan todos los atletas y entrenadores:
la diversión de sentirse bien con uno mismo.

Cuando los atletas experimentan este tipo de diversión, se sienten consumidos por el deseo de
experimentar más… preferentemente lo antes posible. La actitud más importante que enseñan los
entrenadores puede ser desarrollar este deseo de diversión.

Cuando los atletas han satisfecho el deseo de divertirse, son más propensos a:

 Esforzarse con todo su corazón para alcanzar la excelencia.


 Dedicarse al entrenamiento duro en forma persistente y consistente.
 Mostrar la confianza en sí mismo que requiere entrenar y competir entregando lo
mejor de uno, al tomar decisiones difíciles y hacer sacrificios.
 Estar ansioso por mostrar su capacidad en la competición, sin miedos ni dudas
sobre sí mismo.
 Ganar fortaleza personal al respetar, ayudar y preocuparse por sus compañeros de
equipo.

El doctor en Psicología Gonzáles Carballido, no habla de una concepción diferente del


entrenamiento: “Un sujeto se encontrará orientado a la tarea en la actividad deportiva cuando
encuentre satisfacción al aprender una nueva destreza, cuando persiga aprender como algo
divertido de hacer, aprender una nueva destreza entrenando duro, trabajar y hacerlo lo mejor que
pueda. Por el contrario, en la orientación el ego encuentra satisfacción cuando es el único que
puede realizar la destreza, cuando puede hacerlo mejor que sus amigos, cuando los demás no
pueden hacerlo tan bien como él, cuando otros abandonan y él no; cuando es quien más puntos /
goles marca y cuando es el mejor. Las personas orientadas al ego juzgan el éxito por el resultado
comparativo con otros, es decir, cuando la meta es normativa. Las personas orientadas a la tarea,
en cambio, lo juzgan de manera auto referenciada, es decir, cuando logran una mejora personal o
del equipo”.

Más adelante plantea la teoría del flujo, en donde afirma que el entrenador si orienta sus
prácticas a la satisfacción del atleta permitirá una mejor práctica y desarrollo del deportista desde
lo humano, influenciando esto en los resultados deportivos y haciendo que cada día regrese para
superarse a sí mismo, para progresar como persona, como deportista.

Siguiendo esta idea de satisfacción en la actividad física, podríamos preguntarnos como Mauro
Sergio ¿Qué es el progreso deportivo? ¿La continua moda de atacar al mercado para producir
mayor flujo financiero en un a institución? ¿La búsqueda de proyectos a largos plazos, que
indaguen sobre el desarrollo social del deporte? ¿Satisfacer las necesidades de prestigio y progreso
personal de los entrenadores y/o técnicos? ¿Premiar a los resultados que se basan en el
oportunismo y el desarrollo de paracaídas temporales? En definitiva podríamos preguntarnos ¿si es
realista pensar en un deporte y sus actores (entrenadores y jugadores) vaciado de contenido
filosófico, teórico y practico, siendo su única motivación los premios, el status y el éxito del triunfo,
y no la motivación a la formación de un modelo de auto perfeccionamiento como ser humano?

Afirmo categóricamente que solo hay progreso deportivo cuando la calidad preside a la calidad;
cuando al tener se le antepone el ser; cuando lo intelectual aventaja a lo material; cuando lo
sustentable sobrepasa las modas imperantes de un momento social, en definitiva el progreso
deportivo seria: acrecentar la humanidad al mayor número posible de mujeres y hombre a través
de los medios, que son específicos a la práctica deportiva.

Por lo tanto, es importante que a través del deporte se alcance:


1. Salud y aptitud, o sea, la capacidad para superar con bienestar lo más perfecto
posible los obstáculos de la competencia deportiva y de la propia vida cotidiana.
2. El deporte debe convertirse en el espacio donde los practicantes aprendan a
comulgar con su cuerpo, con su espíritu, con su alma, con la naturaleza y con la
comunidad social, en definitiva aprenda a ser mejor ser humano.
3. Inculcar a los practicantes él poder reflexionar desde un espíritu crítico frente a la
realidad cultural y social en la que viven y se desarrollan.
4. Reconocer en la actividad física una práctica trasformadora del hombre, de la
sociedad y de la historia social, económica, política y cultural de mundo, una
actividad relacionada con la identidad de la especie humana.

Esta concepción se sustenta mas allá de los resultados y los meritos personales, se sustenta en
el tiempo, en la historia, en la sociedad que no escribe la historia. No debe dejarse de lado como
afirma Labaké, que el encuentro entre docente y alumno, jugador y preparador físico, deportista y
técnico, asociado y dirigente, hacen al crecimiento humano y la construcción de la historia de la
institución social.

Siguiendo a Cagigal, podríamos afirmar que la actividad física inducida o prácticas físico
deportivas o Educación Física o corporal, es en definitivita un modo natural de afrontar la búsqueda
de sí mismo y sus lazos con el mundo, basada en el principio del movimiento como forma
placentera de convivir con la dimensión biológica fundamental del comportamiento humano.

Por último quisiera afirmar, que la Educación Física debe apuntar en última instancia a ayudar a
liberar su corporalidad, que permita potenciar al máximo su ser en su capacidad creadora como ser
vivo, inserto e interactuando en un mundo social, como sostiene Freire.

3. Conclusiones finales

En este nuevo paradigma ideológico y práctico de la exploración y búsqueda de la corporalidad,


del siglo XXI, nos encontramos en un momento fundamental para cuestionar al deporte y la
práctica de la Educación Física formal, los cuales están influenciados por la biología, el capitalismo y
el mercantilismo de las sociedades avanzadas, viejo paradigma, siendo el contrapunto la práctica
informal de deportes, como la tendencia mundial de la Educación Física, como una actividad de
prevención de enfermedades.

Hoy el deporte espectáculo a mercantilizado la actividad y se ha adueñado de la palabra


progreso como una espada hacia el futuro dejando la palabra humana, demostrando que un fajo de
dólares importa tanto con una gota de sudor antes del desgarro total. “Hoy el deporte a cualquiera
de sus niveles está contaminado de embriaguez competitiva”, lo decía Cagigal, en 1979, y hoy es
una realidad indiscutible.

El negocio no hace al deporte. El deporte está, y algunos hacen negocio con él. Los dueños de la
industria deportiva, que copan las ciudades con cadenas de indumentaria y accesorios para
desarrollar la actividad, no son los que dejan en cada pelota, en cada zancada, en cada bandeja, la
última molécula de glucógeno de los cuadriceps. Cada deportista no debe ser esclavo del negocio,
(Mundial de Francia 1998, final Francia vs. Brasil), de la publicidad y de su nuevo status social.
Ronaldinho (el portugués del Real Madrid) no es el peinado a seguir porque vende champú en una
propaganda.

Desde mi óptica, entiendo la formación del deportista como algo integral. Siguiendo el concepto
del doctor alemán Dietrich Harre, en su libro “Teoria del Entrenamiento Fisico”, el sujeto no debe
ser solamente desarrollado físicamente o técnicamente en la visión acotada de su deporte. Al
contrario se debe apuntar a formar un deportista integral, que su desarrollo intelectual y espiritual
vaya en aumento con su desarrollo físico, técnico y táctico en una globalidad deportiva.

Harre asegura que el deportista con mayor desarrollo cultural y bagaje de experiencias motrices,
genera un encuentro con su actividad física, sin desconocer su origen, el recorrido y el lugar que
ocupa en su comunidad, en su club, en la sociedad que integra, predisponiéndose mejor para el
alcance del futuro.

El deporte y las distintas actividades físicas, son una herramienta esencial de la formación
intelectual, la educación corporal, salud y organización comunitaria, siguiendo los principios básicos
de inclusión social, de igualdad, la diversidad, de cooperativismo, de solidaridad, de visión critica de
la realidad social y su continua participación activa para remediarla, de catarsis de la violencia y
tensión comunitaria, de búsqueda continua de justicia y del aprendizaje social que deriva de ella.

A esta altura podría afirmar, como asegura el Doctor en Ciencia del Deporte Brasilero Mauro
Sergio, que nuestro destino más que la simple preparación física, técnica y táctica de nuestros
jóvenes deportistas argentinos, es más bien una función social de educación integral del sujeto.
Apuntando a un deporte con espacios de igualdad de oportunidades físicas / sociales / culturales
comunes, donde la educación vaya orientada hacia la formación de personas íntegras, de criterios
amplios, que abracen la diversidad social de forma natural, que busquen la continua satisfacción de
su libertad individual y colectiva, haciendo del statu quo imperante una limitación social para su
progreso social y el comunitario.

Aceptar nosotros (docentes) y hacerles entender a nuestros jóvenes que son el futuro; que las
cambiantes modas sociales, simplemente son una ráfaga de luz, que nada tiene que ver con el
verdadero progreso social, cultural y nacional de un pueblo, de una comunidad o de un club. Que el
deporte y el triunfo son una circunstancia más de la existencia humana en el universo, y una simple
excusa para provocar el verdadero cambio social, una apertura a los valores verdaderos de la vida
comunitaria, diversa, cooperativa, solidaria y llena de compañerismo.

Contrapuesto a esta idea de negocio deportivo, de este antiguo paradigma, podríamos hacer
hincapié en las generosidades de la práctica de la Educación Física – actividad física o deportiva
informal (fútbol con amigos o ligas amateurs, práctica grupal en gimnasios o grupos de caminatas
aeróbicas) subrayando que esta actividad ocupa hoy un lugar fundamental en el conjunto de
diversiones de la humanidad, por su poco valor económico y sus beneficios sobre la salud.
Los nuevos lazos del área en la Argentina, debemos de construirlo desde otras representaciones
teóricas y otras miradas filosóficas, que están arraigadas en el corazón de lo social, de la praxis
popular, desde nuestra práctica cotidiana en los campos deportivos, desde nuestra intervención
social.

Pensar en vivir como prioridad absoluta y desde esa experiencia, la construcción de la historia de
la enseñanza física, la construcción del cuerpo nacional, de la corporeidad como fuente esencial de
la identidad de la especie humana.

Desde 1999 a la actualidad, nuestra rama viene buscando el posicionamiento científico que le
permita construir desde la propia Educación Física su fundamentación teórica y práctica, para
permitir que la trascendencia no nos lleve a la competitividad continua y la explotación humana de
manera cotidiana.

Trabajos como el de Rodolfo Rosengardt (“Aportes de historia para los profesores de Educación
Física”), o el de Eduardo Barcelona (“El higienismo, disciplina y civilización”) o el de Pablo
Scharagrodsky (“Gobernar es ejercitar”), o los aportes de Ángela Aisenstein (“Tras las Huellas de la
Educación Física escolar Argentina), nos habla de los avances por fundamentar el área corporal de
una sociedad que intenta progresar hacia otra mirada, lejos del mercantilismo deportivo.

La Organización Mundial de la Salud, señala que la inactividad física constituye el cuarto factor
de riesgo más importante de mortalidad en todo el mundo, del 6% de defunciones en el ámbito
mundial. Sólo la superan la hipertensión con el 13%, el consumo de tabaco con el 9% y el exceso
de glucosa en la sangre con el 6%. El sobrepeso y la obesidad representan un 5% de la mortalidad
mundial.

Siguiendo al Doctor en Educación Física español Juan Antonio Ros Fuente, en su libro “Actividad
Física + Salud, hacia un estilo de vida Activo”, nos habla de la actividad física como una medicina
fantástica. Tomando una cita textual (Pág. 33) “…estamos sin duda ante la mejor medicina del siglo
XXI, la actividad física es una medicina natural, que previene y combate las enfermedades:

 Aumenta el tamaño y capacidad del corazón.


 Desciende la frecuencia cardiaca.
 Disminuye la tensión arterial.
 Aumenta el número de glóbulos rojos.
 Mejora la circulación venosa y previene las varices.
 Incrementa la capacidad pulmonar.
 Aumenta la lipólisis (consumo de grasas).
 Regula el nivel de grasas en la sangre (colesterol, triglicéridos…).
 Incrementa la tonificación muscular
 Aumenta el consumo máximo de oxigeno
 Mejora la función inmunológica
 Previene y mejora, en caso de padecerse, un gran número de enfermedades tales
como: cardiovasculares, diabetes, obesidad, determinados tipos de cáncer (colon,
mama...), mentales (depresión, Alzheimer)...

Es válida, según la dosis, para cualquier edad, se puede tomar en cualquier lugar (en casa, en la
calle, en centros deportivos…) y además nos ayuda a vivir más y mejor. ¿Hay quien de más? Sin
duda estamos ante la medicina fantástica…”

En definitiva, en la individualidad más absoluta y desde la coyuntura mas simplista de la


cuestión, una persona que desarrolla una actividad física, que interactúa con su cuerpo y el
entorno, dejando de lado el significado socio-cultural que envuelve el deporte, está buscando
quebrar la simbiosis de su cuerpo para lograr el equilibrio total del mismo, y volver a las raíces de
la identidad de la especie humana: la corporeidad.

Bibliografía

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 CAGIGAL, J. “Cultura intelectual y cultura física”; Editorial Kapelusz, Buenos Aires,
Argentina, 1979.
 CRISORIO, R y BRACHT, V. “La educación Física en Argentina y Brasil ”; Ediciones
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 DURAND, G. “El adolescentes y los Deportes”; Editorial Luis Miracle, S.A.; España,
Barcelona, 1967.
 ELIAS, N. “Deporte y ocio en el progreso de civilización”; Fondo de Cultura
económica; Mexico, 1996.
 FICHTER, J. “Las Instituciones sociales”, Editorial XXI, México, 2006.
 FLORENCE, J. “Tareas significativas de la Educación física”. Publicaciones INDE.
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 FOUCAULT, M. “Vigilar y castigar”; Editorial Siglo XXI, Buenos Aires, Argentina,
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 FREIRE, P, “Política y Educación”, Editorial Siglo XXI, México, 1997.
 GÓMEZ, J. “Educación Física II, Antología”. Capitulo 3 “Corporeidad y Motricidad”;
Secretaria de Educación Publica; Argentina, 2007.
 HARRE, D. “Teoría del Entrenamiento Físico”, Editorial Stadium, Buenos Aires,
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 HERNÁNDEZ MORENO, J. “Educación Física II, Antología”. Capitulo 2 “La estructura
de los deportes”; Secretaria de Educación Publica; Argentina, 2007
 LABAKE, J. “El problema Actual de la Educación”; Editorial Bonum, Buenos Aires,
1998.
 PARLEBAS, P. “Elementos de sociología del deporte". Editorial Unisport, Málaga,
España, 1988
 ROFFE, M. “Psicología del Jugador de Fútbol - Con la cabeza hecha pelota”. Lugar
Editorial, Buenos Aires, 1999.
 ROS FUENTES, J. “Actividad Física + Salud. Hacia un Estilo de Vida Activo”. Diseño
y maquetación: Joaquín Marín Losada. 2008
 SERGIO, M. “Un Objeto de Estudio: la motricidad humana”, Editorial Intituto
Piaget, Portugal, lisboa, 2001.

La corporeidad como expresión de lo humano

I Congreso Internacional de Motricidade Humana.


Almada-Portugal 1999
Autor: Eugenia Trigo - 2/26/2010 - 69227 lecturas.
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La palabra “corporeidad” es recogida en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE)


con la acepción “calidad de corpóreo”. Corpóreo, a (del lat. corporeus. Adjetivo, “que tiene cuerpo o
consistencia”). Otros adjetivos recogidos en el DRAE referentes al sustantivo cuerpo son: corporal
(del lat. corporalis. Adjetivo, “perteneciente al cuerpo, especialmente al humano”). Corporalidad (del
lat. corporalitas, -atis. Femenino, “calidad de corporal”). Cuerpo (del lat. corpus) presenta 20
acepciones. La primera o genérica define cuerpo como “lo que tiene extensión limitada y produce
impresión en nuestros sentidos por calidades que le son propias”. Es decir, un cuerpo es todo
aquel objeto, animal o cosa que ocupa un espacio y por ende se puede percibir por los sentidos. La
segunda acepción nos dice “en el hombre y en los animales, materia orgánica que constituye sus
diferentes partes”. Una de las acepciones, identifica cuerpo con “cadáver”.

Confundir, por tanto, cuerpo con corporeidad, es limitar el ser humano a un animal o objeto. La
persona se manifiesta a través y con su cuerpo, pero esas mismas manifestaciones -emociones,
sentimientos, pensamientos- son parte de ese cuerpo (científicamente ya se ha encontrado la
localización cerebral de los sentimientos, Damasio, 1995). De esta manera, hablar del cuerpo
humano en toda su amplitud es transcender del sistema orgánico (lo único que podría denominarse
“cuerpo”) para entender y comprender al propio “humanes” (su corporeidad, su todo yo). El yo
implica el HACER, el SABER, el PENSAR, el SENTIR, el COMUNICAR y el QUERER y no hay ser
humano sin la unidad entre estos seis aspectos. Esto es la corporeidad humana (pienso y siento al
tiempo que hago; actúo porque siento y pienso) y no el cuerpo humano (sólo hace). Referido al ser
humano definimos la corporeidad como “la vivenciación del hacer, sentir, pensar y querer” de
manera que podemos identificar corporeidad con humanes (Zubiri, 1986), ya que el ser humano es
y se vive sólo a través de su corporeidad.

El hombre es un proyecto, no nace terminado sino que se humaniza a través de la acción. Desde
esta óptica, Sergio (1996) define la corporeidad como “condición de presencia, participación y
significación del Hombre en el Mundo”. Nacemos con un cuerpo que desde el mismo momento del
nacimiento se va conformando como corporeidad, a través de la acción (“del acto al pensamiento”,
Wallon, 1987). A través de la acción y percepción multisensorial (vista, oído, tacto, gusto, olfato,
cinestésico) aprendemos a sentir y a pensar y es en ese momento cuando vamos tomando
conciencia de nosotros mismos. Nos percibimos como ser y nos corporeizamos sintiéndonos. Este
proceso se va desarrollando a lo largo de toda nuestra vida, de manera que vamos cambiando y
conociéndonos según la imagen corporal que tenemos de nosotros mismos y la imagen que los
otros nos devuelven sobre nuestro yo en cada momento del día y de la vida. El proceso termina
con nuestra muerte, en donde dejamos de ser una corporeidad, para no ser más que un cuerpo.

Quizá esta no diferenciación cuerpo/corporeidad es lo que ha motivado toda la guerra


antropológica-filosófica entre la importancia dada al cuerpo y al espíritu, y lo que ello ha supuesto
de cara a la educación y a la libertad en cada época histórica.

NUESTRO OBJETO DE ESTUDIO

El término “motricidad” no aparece recogido en el Diccionario de la Real Academia Española y esto


va a suponer una dificultad a la hora de encontrar términos que hagan referencia a este concepto.
Lo iremos viendo a lo largo de este apartado. El término más parecido es “motriz” que se
acostumbra a correlacionar conceptualmente con motricidad. Pero “motriz” no es más que el
adjetivo femenino de “motor” (“máquina destinada a producir movimiento a expensas de otra fuente
de energía”, DRAE, 1992).

Movimiento es otro de los términos con los que se asocia motricidad. El DRAE le asigna 14
acepciones, desde el “cambio de estado de los cuerpos mientras cambian de lugar o posición” a
definiciones de aplicación a ramas específicas de las ciencias o artes.

Otros diccionarios y enciclopedias que hemos consultado sí recogen esta voz, pero lo hacen más
desde la perspectiva biológica que humanista.
“Conjunto de funciones biológicas que permiten el movimiento” lo define la Gran Enciclopedia
Larousse (1989). “Conjunto de los mecanismos fisiológicos implicados en la ejecución de
movimientos por el cuerpo o sus segmentos” (Diccionario General de las Ciencias Humanas de
editorial Cátedra, 1978). “Del latín motor, que produce movimiento. Capacidad de moverse o de
producir movimiento” (Diccionario de las Ciencias de la Educación de editorial Santillana, 1983).
“Función por la cual un animal o un individuo se mueve a sí mismo” (Diccionario de las Ciencias
Humanas de editorial Grijalbo, 1985).

Los distintos autores que han estudiado la pareja motricidad-movimiento, se posicionan de


diferente manera (Diccionario de las Ciencias del Dep
1. El contenido de los términos motricidad y movimiento es idéntico (Meinel, 1960).

2. El contenido del movimiento se considera como un verdadero subconjunto del contenido de la


motricidad (Buytendijk, Fetz, Fetz/Ballreich).

3. Los dos términos tienen un contenido que se superpone parcialmente (Schnabel, 1988).

4. Los contenidos de los dos términos son distintos (Marhold, Guteword/Pohlmann).

En los últimos estudios sobre estos aspectos, los autores se posicionan sobre la diferenciación
clara entre los términos motricidad y movimiento. Dentro del concepto de motricidad se clasifican
“las características neuro-cibernéticas que incluyen también factores subjetivos y contenidos de
conciencia”, mientras que el movimiento se define como “una modificación del lugar de la masa
corporal humana en el espacio y en el tiempo, vista desde el exterior como un proceso objetivo”
(Gutewort y Pollmann, 1966).

Manuel Sergio (1987), define la motricidad humana como “la “virtualidad para el movimiento
centrífugo de la personalización”, es decir, del hombre en busca de la trascendencia, de lo
completo.

Nosotros entendemos la motricidad como “la vivencia de la corporeidad para expresar acciones
que implican desarrollo del ser humano”. Dado que el concepto de corporeidad se refiere
exclusivamente al ser humano, la motricidad, por lo mismo, también se contextualiza en la persona
solamente y no en el animal. El animal posee movimiento pero no tiene conciencia de ese
movimiento, el movimiento es instinto pero no cultura por lo que no podemos hablar en la especie
de animal de motricidad, sino sólo de movimiento (Fonseca, 1996).

Actuar para representar y representar para actuar, es lo que está detrás de esta concepción
holística de la motricidad. Lo que no son más que técnicas de actuación sobre lo corpóreo
(eutonía, relax-imaginativo, sofrología, autoconciencia por el movimiento, etc.) se han convertido
en verdaderas teorías de la motricidad que tratan de suplir lo que la educación física no ha sabido
conceptualizar y aplicar. “De esta forma, como ciencia y consciencia, la Motricidad Humana
adquiere un lugar indiscutible entre las Ciencias Universitarias” (Batista,1994).
Si la Educación Física dice, que comienza a tener conciencia de esta situación ¿por qué no
termina de cambiar su denominación? Estamos con Manuel Sergio (1996) cuando dice: “La
educación física continuará la alienación en cuanto física, puesto que esta palabra presenta una
clara significación ideológica. En la realidad, la E.F. puede llevar a una definición de Hombre
conformista, inmovilizada en el tiempo y, además, una idea de la naturaleza humana dividida
(ontológica y metafísicamente) en cuerpo y alma y, en consecuencia, sin un objeto global de
humanidad. La E.F. tradicional se afirma cultura pero no se sabe explicar en el cuadro de una
cultura entendida como creatividad, como invención, como investigación, ya que sobrevive de la
limosna de los modelos analógicos y del entusiasmo desbordante de muchos de sus técnicos y no
de una actitud científica, de una decisión y compromiso científicos que la vean como
fenómeno emergente, en evolución, en el cuadro general de las ciencias. Esto es lo mismo que
decir: la E.F. debe procurar entenderse como ramo de una ciencia independiente y autónoma y por
eso, con un objeto de estudio que no ofrezca dudas sobre sus fundamentos lógicos,
epistemológicos y existenciales.... El propio impas profesional donde yacen los aún denominados
profesores de E.F. discurre la falta de especialización dentro de áreas determinadas y, por
consiguiente, sin el reconocimiento social que un especialista en la ciencia de la motricidad
humana reclama y exige (97-98).

La denominación de Ciencia de la Motricidad Humana, que nosotros venimos defendiendo hace


años -tanto a través de nuestras publicaciones como de nuestra intervención didáctica-, en
sustitución de “educación física” no podrá realizarse sin antes clarificar qué es la “motricidad”
(¿humana?), sus componentes, sus aportaciones al mundo científico y el desarrollo de una
terminología específica que la diferencie epistemológica y lingüísticamente de sus más allegados.
Pocos autores estamos encontrando en este camino. Cuando buscamos textos sobre Motricidad
Humana, la mayoría se limita a un desarrollo de los factores constituyentes desde el punto de vista
fundamentalmente neurológico y biológico, sin en ningún caso, acercarse a una epistemología que
ayude al lector a situarse en esta ¿ciencia? La excepción la estamos encontrando en autores de
lengua portuguesa, el ya citado Dr. Manuel Sergio y Dra. Ana Mª Feitosa de Portugal y Dr. Joâo
Batista en Brasil. Gracias a las investigaciones de Manuel Sergio llevadas a cabo en Brasil en
torno a la Universidad de Campinas y una facultad (Lisboa) ha conseguido cambiar su
denominación de Ciencias del Deporte en “Facultad de Ciencias de la Motricidad Humana”.
¿Cuánto tardaremos los demás en dar este paso? Y seguimos preguntándonos, ¿cómo es posible
que el cambio de denominación de los planes viejos universitarios (Licenciatura en Educación
Física) decantara en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte?, ¿de quién es la
responsabilidad?

Hablar de Educación Física o de Educación del Movimiento o Educación a través del Movimiento,
nos parece seguir cayendo en el reduccionismo cartesiano.

LAS CIENCIAS DE LA MOTRICIDAD HUMANA


Hemos entendido, que el ser humano es el resultado de los procesos instintivos o genético-
biológicos y los culturales o sociales-civilizadores. Sin estos dos elementos el “humanes” no sería
tal. La cultura y la socialización del hombre en su grado más alto, sucede cuando se lleva a cabo a
través del desarrollo del pensamiento complejo o de orden superior y, éste solamente se
consigue con la unión entre pensamiento creador y pensamiento crítico. Para llegar a ese
pensamiento, el ser humano debe aprender a percibir creativamente su entorno y no meramente
a percibir pasivamente.

Se trata de hacer un esfuerzo transformador del concepto mecanicista de motricidad al concepto


humanista. Implica una ruptura con planteamientos hasta ahora vigentes en nuestro ámbito y, que
quizá, no todos entiendan o compartan. “La ruptura es el pasaje de una epistemología a otra”
(Sergio, citado por Batista,1994:123).

No es nuestra intención sentar cátedra, ni establecer un nuevo paradigma desde el cual intervenir,
pero sí, quizá, el abrir las puertas a un posible nuevo paradigma que nos ayude a entender al ser
humano en acción desde una perspectiva más holística y compleja (Luhman, 1997). Según este
autor, para entender la complejidad de una realidad hay que recurrir a teorías complejas y partir de
concepciones superadoras de la teoría de sistemas: “no puede haber unidad de sistema entre
operaciones mecánicas y conscientes, ni entre las comunicativas-de sentido y las químicas.
Existen máquinas, sistemas químicos, sistemas vivos, sistemas conscientes, sistemas
comunicativos-de sentido (sociales); pero no existe una unidad sistémica que lo comprenda todo.
Puede que el hombre dé la impresión, a sí mismo o a un observador, de ser una unidad, pero no
es ningún sistema. Menos aún puede formarse un sistema a partir de una pluralidad de hombres”
(104).

Anteriormente habíamos definido la motricidad como “la vivencia de la corporeidad para expresar
acciones que implican desarrollo para el ser humano”, pero ahora dando un paso más nos
preguntamos ¿a qué acciones nos referimos? y en consecuencia, ¿cuál es el nuestro objeto de
estudio?: ¿las acciones?,¿el ser humano que realiza acciones?, ¿el ser humano que realiza
determinadas acciones?

a) Si partimos de la base de un enfoque humanista de la motricidad, no podremos defender su


estudio a partir de las acciones, porque éstas son objetuables y el ser humano nunca lo es. Como
enfoque de estudio podremos analizar las acciones, clasificarlas, estructurarlas, etc. Ello será un
aporte más para entender al sujeto en acción, pero nunca podrá ser la comprensión de la realidad
total: el ser humano en acción. Esto es parcializar la realidad y pretender entender el todo a partir
de una de sus partes o componentes. “La ciencia del deporte absolutiza apenas un aspecto de la
Motricidad Humana, anulando o disolviendo su multiplicidad dimensional en cuanto a ciencia.
Además, ¿cúal es el paradigma en que se moviliza esa pretendida ciencia? Nadie sabe, o al
menos (para no ser tan radical), nadie dice. Solo que el tipo de investigación predominante es lo
antropométrico, lo biomecánico y lo sociológico” (Sergio, citado por Batista,1994:138).
b) Si decimos que nuestro objeto de estudio se debe centrar en “el ser humano que realiza
acciones” sin especificar qué acciones, estamos ampliando tanto el campo de estudio que nos
podemos convertir en biomecánicos, fisiólogos, kinesiólogos, fisioterapeutas, puesto que todos
ellos estudian uno u otro aspecto del hombre cuando realiza cualquier acción.

c) Si el “humanes” es instinto y cultura, ¿cuál es el elemento cultural que conforma nuestro objeto
de estudio? Creemos que aquí está la cuestión. El hombre en su evolución, ha ido dejando atrás
formas culturales más cercanas al mundo animal. Al aprender a construir instrumentos y avanzar
tecnológicamente, su motricidad textual, fáctica o instintiva (MOVIMIENTO) -correr y lanzar para
cazar y sobrevivir, movimientos en una cadena de producción- se transforma en una motricidad
contextual o simbólica (MOTRICIDAD). Esta motricidad simbólica es la verdadera Motricidad,
porque es la única donde el ser humano actúa con todo su yo (pensar-sentir-conocer-querer-
hacer). La dividimos en tres tipos, siguiendo la clasificación de Sergio (1996), si bien hacemos
nuestra propia interpretación:

Ludomotricidad. Las acciones provenientes de actividades que realiza el ser humano sin ningún
fin fuera de ellas mismas. Se relaciona con la teoría del ocio (Trigo, 1990) y como tal no sirven para
nada útil. Son las acciones más lúdicas, aquéllas que se llevan a cabo por puro placer, por
expresarse o por agonismo. Su fin, nace y muere en sí mismas.

Ergomotricidad. Acciones relacionadas con el mundo laboral. Pero, según la teoría que venimos
defendiendo, no todas las acciones laborales son motricidad. Solamente aquéllas que permitan a la
persona que las realiza ser más humano, seguir creciendo en su proceso de humanización. Las
acciones del mundo del trabajo que no cumplan estas características son meros movimientos y,
por ello, no constituyen nuestro objeto de estudio.

Ludoergomotricidad. Acciones a caballo entre lo lúdico y lo ergonómico. Son aquellas acciones


que realiza el Hombre que implican placer y al mismo tiempo una eficacia y rendimiento. Es el caso
del deporte de competición, danza escénica, circo, etc. Pero, por lo mismo apuntado más arriba,
sólo constituye “motricidad” cuando la persona que las realizan está toda ella en acción. No es
motricidad, sino simple movimiento las acciones repetitivas de un entrenamiento deportivo o de
danza que no impliquen el pensamiento criti-creativo, la afectividad y voluntad del sujeto.

LOS ACTOS SIGNIFICANTES DEL HUMANES

El objeto de estudio de la motricidad, es el ser humano cuando realiza acciones que le llevan a
mejorarse y transformarse como humanes.

Entendemos que solamente podemos denominar Motricidad, precisamente a este tipo de acciones
con significación para el sujeto. El resto, las acciones fácticas, son meros movimientos que realiza
el “humanes” para cubrir sus necesidades básicas. Será imposible determinar, desde la simple
observación, cuando una acción es movimiento y cuando motricidad, porque en última instancia
será el propio sujeto el que nos tenga que decir, manifestar cuál es su objetivo. En las acciones
más simples, comer, sentarse, levantarse, es fácil comprender que ahí son simples movimientos, y
por lo tanto no son objeto de estudio de la motricidad. Pero en las acciones más complejas (si no
está

visible el objetivo) tendremos que implicar al sujeto que las realiza. Éste, es el verdadero cambio
que hay que dar dentro de esta nueva ciencia.

Para que una acción sea considerada como Motricidad, han de ponerse de manifiesto tanto el texto
como el contexto. Es decir, solamente actuando conjuntamente lo factual y lo simbólico existe
motricidad.

Pero el Ser Humano realiza estas acciones atendiendo a diferentes fines. Por puro placer,
diversión significada (Ludomotricidad); por eficiencia o trabajo significativo (Ergomotricidad) y; por
la combinación de acciones que impliquen al mismo tiempo esfuerzo y diversión
(Ludoergomotricidad).

Cuando a través de estos fines pretendemos establecer un proceso de enseñanza-aprendizaje, lo


haremos a través de lo que nosotros (consultados filólogos, filósofos y educadores) hemos
convenido en denominar PAIDOMOTRICIDAD (de Paidos -niño- y Paideia -educación-) en
sustitución del término Educación Física. Es decir la Paidomotricidad sería la Ciencia Pedagógica
de la Motricidad Humana. ¿Por qué este cambio de denominación? ¿Por qué introducir un nuevo
término cuando ya hay uno acuñado? ¿por qué buscarle tres pies al gato? Para ser coherentes con
todo nuestro discurso anterior.

Las razones son las siguientes: Las palabras son imágenes, y las imágenes nos llevan a
conceptos. Un término inadecuado lleva a conceptos erróneos sobre lo que se quiere transmitir. El
término “Educación” es un concepto humanista y “Física” un concepto mecánico. Por lo tanto no
pueden unirse palabras que provienen de ámbitos diferentes. De pequeños, cuando intentábamos
comprender el concepto de “suma”, nos decían que no se podían sumar peras con manzanas.
¿Cómo ahora de adultos podemos hacerlo?

Los términos “Educación Motora” (propuesto por Sergio), “Educación Motriz” o similares, no son
utilizables porque provienen del sustantivo movimiento que es también mecánico.

Si los contenidos y formas de intervención didáctica están comenzando a cambiar en nuestra


manera de acercarnos a los grupos, ¿cómo denominar con las mismas palabras a cosas que ahora
son distintas?

El término Motricidad no aparece en el DRAE, y en otros diccionarios se confunde motricidad con


movimiento, según hemos explicado.
Tradicionalmente se ha recurrido al término “motriz” para hacer el adjetivo de motricidad. Pero
“motriz”, como decíamos, es el adjetivo de “motor”. Y “motor” es un sustantivo diferente a
motricidad. ¿Cómo, después de lo visto, vamos a admitir este término referido al ser humano? Si
las palabras son símbolos y los símbolos son imágenes; la imagen que nos viene a la mente
cuando escuchamos, leemos o pronunciamos los vocablos “motriz”, “motor”, “motora”, nada tiene
que ver con la subjetividad y emoción que conforman el ser humano. Esas imágenes nos hablan
de máquinas o de acciones sin significación simbólica. No pueden, por tanto utilizarse cuando nos
referimos a la conducta del ser humano cuando realiza acciones con significación dialógica.

El cuadro siguiente quiere recoger una síntesis del discurso que venimos defendiendo, respecto a
la diferenciación de términos: cuerpo, corporeidad, movimiento, motricidad y sus adjetivaciones, así
como lo que ello significa de cara al análisis epistemológico presentado.

Motricidad

1. nombre femenino
Acción del sistema nervioso central que determina la contracción muscular.

Motricidad
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El término motricidad se emplea para referirse al movimiento voluntario de una persona,


coordinado por la corteza cerebral y estructuras secundarias que lo modulan. Debe
distinguirse de "motilidad", que hace referencia a los movimientos viscerales; como, por
ejemplo, los movimientos peristálticos intestinales.
Sin embargo el término motricidad tiene otras interpretaciones que van más allá de la mera
vinculación con la acción o el movimiento, representa actualmente una ruptura epistemológica
en relación a la Educación Física Clásica.1
Índice
[ocultar]

 1Etapa ganglionar y cerebral


 2Etapa espinal
 3Etapa piojosa
 4Etapa muscular
 5Etapa articular
 6Clases de motricidad
o 6.1Dinámica o anisométrica
o 6.2Gruesa
o 6.3Fina
 7Referencias
Etapa ganglionar y cerebral[editar]
La situación anatómica de esta etapa se encuentra entre la corteza y la médula espinal.
Después de abandonar la corteza, la vía piramidal pasa junto a los ganglios basales, situados
en la sustancia blanca cerebral. Los ganglios basales se encargan de modificar, perfeccionar,
aumentar la precisión y la figura de esta orden de movimiento. Posteriormente, de los
ganglios, la orden pasa al cerebelo, el cuál regula el equilibrio y el movimiento tomando como
referencia la distancia, fuerza, dirección, tiempo, espacio y demás y con esto logramos un
mayor desarrollo La Motricidad representa un fundamento y una condición importante, no sólo
para el desarrollo físico, sino también para el desarrollo intelectual y socio afectivo.
Etapa espinal[editar]
Fundamentalmente se basa en la transmisión del impulso a través de la médula espinal,
descendiendo hasta el segmento correspondiente del músculo o músculos a estimular,
tomando la raíz nerviosa de dicho nivel como vía de continuación a la orden de movimiento
previamente perfeccionada.
Etapa piojosa[editar]
El impulso viaja desde la salida de la raíz nerviosa de la médula espinal hasta la fibra o fibras
musculares, terminando esta etapa en la unión nervio-músculo, es decir, en la placa motora.
Etapa muscular[editar]
Aquí se realiza el paso del impulso nervioso al músculo. Nos vamos a encontrar con que el
impulso eléctrico se transforma en una señal química, la cuál provoca la contracción
muscular solicitada por el córtex cerebral, produciendo un movimiento que se vale de
una palanca ósea.
Etapa articular[editar]
En esta etapa existe movimiento articular, siendo considerado por fin como el actor
motor propiamente dicho. es un conjunto de funciones nerviosas y musculares.

Clases de motricidad[editar]
Dinámica o anisométrica[editar]
Es aquella en la que la magnitud de la tensión del músculo no es igual a la longitud del mismo,
variará según cual sea la tensión generada. La cual al ser generada por la tensión de la
longitud del músculo variará según indique cada ejercicio.
Gruesa[editar]
La motricidad gruesa tiende en si a realizar movimientos drásticos e instructurales, es decir,
que se realiza con movimientos mediocres en sentido más primitivo del neurodesarrollo se
involucran grupos musculares más grandes que implican mayor aplicación de fuerza, mayor
distancia y de movimiento. Como la jugada de fútbol que sirve para ampliar la recopilación de
fuerzas mayores sin esfuerzos.
Fina[editar]
La motricidad fina hace referencia a movimientos voluntarios mucho más precisos, que
implican pequeños grupos de músculos. El control de la motricidad fina es la coordinación de
músculos, huesos y nervios para producir movimientos pequeños y precisos. Un ejemplo de
control de la motricidad fina es recoger un pequeño elemento con el dedo índice y el pulgar.

MOTRICIDAD Y MOVIMIENTO
La motricidad es el dominio que el ser humano es capaz de ejercer sobre su propio cuerpo. Es algo integral
sistemas de nuestro cuerpo. Va más allá de la simple reproducción de movimientos y gestos, involucra la es
intuición, etc., tiene que ver con la manifestación de intencionalidades y personalidades.

La motricidad nace en la corporeidad, la primera es la capacidad del ser humano de moverse en el mundo y
el mundo.

La primera manifestación de la motricidad es el juego y al desarrollarse se va complejizando con los estímulo


movimientos cada vez más coordinados y elaborados. Los niños pasan por diferentes etapas antes de realiz
movimientos son involuntarios, luego pasan a ser movimientos más rústicos con poca coordinación y más ad
movimientos más controlados y de mayor coordinación.

La motricidad que van desplegando los niños se divide en motricidad gruesa y motricidad fina, ambas se van

La motricidad gruesa hace referencia a movimientos amplios. Tiene que ver con la coordinación general y vi
el equilibrio, etc.
La motricidad fina hace referencia a movimientos finos, precisos, con destreza. Tiene que ver con la habilida
ejecutados por grupos de músculos pequeños con precisión, por ejemplo, entre las manos y los ojos. Se req
maduración del sistema nervioso central. La motricidad fina es importante para experimentar con el entorno
de la inteligencia.

Al hacer la diferencia entre motricidad y movimiento, entiendo que el movimiento es el medio de expresión y
través de él se exteriorizan las potencialidades motrices, orgánicas, afectivas e intelectuales. El movimiento
cambios de posición del cuerpo o de alguna de sus partes y que, por lo tanto, estaría representando algo ex
motricidad involucra todos los procesos y las funciones del organismo y el control mental o psíquico que cad
tanto, la motricidad estaría representando algo que no se ve, la parte interna del movimiento, todo lo que tien
de energía, contracciones y relajaciones musculares, etc.

Esta frase de Vítor Da Fonseca resume claramente lo que es la motricidad:

“…Cuanto más compleja es la motricidad, más complejo es el mecanismo que la planifica, regula, elabora y
esquemas de acción sensoriales que a su vez son transformados en patrones de comportamiento cada vez
motricidad retrata, en términos de acción, los productos y los procesos funcionales creadores de nuevas acc
la motricidad utilizadora, exploratoria, inventiva y constructiva, el Hombre y el niño, humanizando, esto es, so
el conocimiento.” (Vítor Da Fonseca, 1989)
MOTRICIDAD

niversidad Rey Juan Carlos (Alcorcón-Madrid) Durante 8


(Escuela de Fisioterapia y Escuela de Terapia Ocupacional
d en el Master de Patología Neurológica de la URJC.
iones interesantes relacionadas fundamentalmente con
b se irá ampliando y mejorando. Espero que sea de tu

nen en el movimiento (Sistema nervioso, órganos de los sentidos,


MOTRICIDAD GRUESA
Hace referencia a movimientos amplios.
(Coordinación general y visomotora, tono muscular,
MOTRICIDAD FINA
Movimientos finos,precisos,con destreza.
(Coordinación óculo-manual, fonética etc.)
Al hablar de movimiento podemos distinguir un secto

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