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PROFESORAS:
-BOVIER, María Rosa A.
-LLORENS, Ana María
ALUMNOS:
-GIMENEZ, Daniela
-GRIMALDI, Leonel
-GRAMUNDI, Celso
-DALIBON, Antonella
Creemos que, para determinar y desarrollar los distintos efectos que tiene la
posesión en nuestro ordenamiento, es necesario desandar brevemente la
evolución doctrinal que éstos han tenido a lo largo del tiempo.
Savigny dedica largas páginas a demostrar que los efectos de la posesión son
solamente dos y que los enumerados por otros autores no resultan ser sino el
reflejo de otras instituciones que, incidiendo sobre el hecho posesorio, le dan
singular relevancia. Para este autor, los únicos efectos son: otorgar al poseedor
el ejercicio de interdictos y acciones posesorias; y ser condición indispensable
para la adquisición del dominio por usucapión.
Otros autores, como Aubry y Rau, sostienen que la única consecuencia que
tiene la posesión es que hace presumir la existencia del derecho de propiedad
en quien la detenta. Por su parte, Von Ihering afirma que la posesión da
contenido a los derechos reales y configura un requisito para su nacimiento, ya
que se necesita de la posesión para que se efectivice la tradición, la prescripción
adquisitiva y la ocupación. Además, es objeto de protección posesoria.
El primer deber del vencido es restituir la cosa demandada, con todos sus
accesorio, pero el legislador no ha podido dejar de contemplar las circunstancias
de que, mineras la coas ha permanecido en poder del poseedor (antes la
citación a juicio) y mientras dura el proceso judicial.
Frutos: (concepto) frutos son los que la cosa regular y periódicamente produce
sin alterar ni disminuir de su sustancia.
Mientras los frutos estén unidos a las cosas fructuarias dormán parte de todo
ella.
El código distingue tres tipos de frutos: los naturales los industriales y civiles.
Los primeros son las producciones espontaneas de la naturaleza, los segundos
los que producen la industria del hombre o cultura de la tierra, y los civiles son
las rentas que la cosa produce. Son frutos civiles los salarios u honorarios del
trabajo material o del inmaterial de las ciencias.
También se distingue los frutos percibidos y los pendientes.
Mejoras y Gastos:
Mejoras necesarias son aquellas sin las cuales la cosa no podría ser conservada
Mejoras útiles las que sean de manifiesto provecho para cualquier poseedor de
la cosa
Mejoras voluntarias son las de mero lujo exclusivo uso para quien la hizo.
Poseedor de buena fe: son reembolsables las mejoras necesarias siempre que
estas existan al momento de la restitución de la cosa.
Las mejoras voluntarias no son reembolsables pero pueden ser retiradas por el
poseedor de buena fe siempre que su separación no dañe la cosa poseída.
La ley no solo consagra el derecho de ser indemnizado por los gastos útiles y
necesarios sino que acuerda al poseedor la facultad de retener la coas hasta
tanto le sean pagados tales. A pesar de ello la entrega de la cosa no hace
presumir la renuncia al reembolso de esos gastos.
-Naturaleza Jurídica
La ley hace que el adquiriente de buena fe, que se encuentra en posesión de la
cosa, adquiera la propiedad de ella y pueda repeler cualquier acción de
reivindicación del antiguo propietario, no obstante haberla recibido de quien no
era el dueño.
La adquisición que realiza el tercero es originaria, ya que se basa en la voluntad
de la ley. Hay que tener en cuenta que ningún vínculo jurídico existe entre el
tercero y el anterior dueño; por el contrario, el tercero adquiere contra o a pesar
de la voluntad de dicho dueño. Como consecuencia, el tercero no adquiere el
derecho del anterior propietario sino uno nuevo y distinto, de ahí que, en
principio, no deba cargar con los derechos reales que pudiese haber constituido
el anterior propietario sobre la cosa, a menos que sea de mala fe, es decir, que
supiera de su existencia al momento de la adquisición.
Requisitos:
El art 1895 protegen a quien adquiere cosa mueble de parte de quien no se
encuentra legitimado, por no ser propietario, o que siéndolo no está legitimado
para transmitir válidamente la propiedad. Para que el tercero adquiriente pueda
invocar este principio deben concurrir los siguientes requisitos
A- Posesión:
El tercero puede invocar la regla del art.1895 en los supuestos de
desprendimiento voluntario, debiendo ser poseedor de la cosa mueble, los
tenedores no pueden valerse de este sistema (ya que reconoce el poder de otro
sobre la cosa)
Surge una presunción iuris tantum de la existencia de la posesión, de manera
que quien pretenda desconocer la calidad de poseedor deberá probarlo.
La posesión del art 1895 que permite la adquisición legal del derecho real puede
ser aplicada a la adquisición de otros derechos reales (Ej. Usufructo).
B- Buena Fe:
La buena fe es una exigencia, habrá buena fe cuando el poseedor, persuadido
de su legitimidad, no haya sabido después de una conducta diligente, que quien
le transmitió la cosa mueble no estaba legitimado para ello. Debe mediar error
de hecho esencial y excusable. Se requiere la buena fe en el momento de
adquirir la posesión, la mala fe sobreviniente no perjudica al adquiriente ye que,
se vería frustrada la finalidad de dar seguridad al comercio jurídico de cosas
muebles.
La buena fe se presume, por lo que quien alegue la existencia de mala fe tendrá
que demostrarlo.
Buena fe y cosas muebles registrables:
No existe buena fe de cosas muebles registrables sin inscripción a favor de quien
la invoca; tampoco existe buena fe, aunque haya inscripción en favor de quien la
invoca, si se previere la existencia de elementos identificatorios de la cosa
registrable y estos no coincidiesen.
El que adquiere una cosa mueble registrable sabe que debe inscribirla en el
registro, ya que el error de derecho no es excusable, si no lo hace no puede ser
considerado de buena fe.
C- Título oneroso:
Además de la posesión y la buena fe, exige el título oneroso del subadquiriente.
Quienes sean poseedores de buena fe, aun cuando lo fuesen a título gratuito,
gozan de la atribución de propiedad que establece dicho precepto, a los efectos
de poder repeler la acción reivindicatoria del anterior dueño propietario, requiere
también una adquisición a título oneroso. Es decir que el poseedor de buena fe,
es propietario frente a todos, aunque si lo fuera a título gratuito lo será frente a
todos excepto frente al propietario anterior, ya que, si el verdadero dueño prueba
que el poseedor de buena fe lo adquirió a título gratito, este no estará en
condiciones de repeler la acción real de aquel. Tendría la cosa dos propietarios:
el dueño erga omnes, y el poseedor de buena fe frente a todos menos respecto
del anterior
Se presume la adquisición a título oneroso, sería la regla, teniendo en cuenta la
carga de la prueba al verdadero propietario que revindica.
El poseedor de buena fe a título oneroso, aun cuando haya recibido la cosa de
quien no estaba legitimado, adquirió por voluntad de la ley el derecho real y
puede repeler cualquier acción real que se intente en su contra. El poseedor de
buena fe a título gratuito es propietario frente a la sociedad, pero no puede
oponerse a la acción reivindicatoria del dueño primitivo.
En este último supuesto puede consolidar su situación, al cumplirse la
prescripción adquisitiva breve de dos años.
Significado de la reforma:
Los instrumentos jurídicos más importantes son la posesión y la inscripción de
ciertas titularidades en registros creados a tal fin.
El derecho tutela la situación emanada de la apariencia (transmisión de cosa
mueble hecha por un poseedor ilegitimo –abuso de confianza- que se comportó
como si fuera el verdadero propietario frente al tercero adquiriente), legitimando
una situación de hecho con el fin de asegurar la fluidez en el intercambio de
bienes. Se protege la apariencia, ahorrando investigaciones sobre la titularidad
de quien enajena, especialmente cuando la cosa no es registrable.
En el nuevo código se establecen reglas precisas sobre la buena fe en cuanto a
adquisiciones de cosas muebles registrables, además se establece la
presunción de la adquisición a título oneroso.