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Galanda
Metal
de
noche
Night
Metal
CÍRCULO DE BELLAS ARTES THE GABARRON FOUNDATION | NEW
Presidente YORK
Juan Miguel Hernández León Gabarron.org
Creating awareness through the arts
Director
Juan Barja
Presidente del consejo
Subdirector Theodore W. Kheel
Javier López-Roberts
Presidente ejecutivo
Coordinadora cultural Cris Gabarrón
Lidija Sircelj
Director
Adjunto a dirección Juan M. Gabarrón
César Rendueles
Adjunto a la dirección
Susana Fernández
Dept. de Conservación y Exposiciones
CATÁLOGO Ana Morales
Área de Edición del CBA
Coordinadora de Centros y Museos
Jordi Doce
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Elisabeth Sánchez Julio César García
Javier Abellán
The Gabarron Foundation | Carriage House Center for
Diseño the Arts | 149 East 38th Street. New York, NY 10016. USA
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Impresión y fotomecánica
Punto Verde
EXPOSICIÓN
© Círculo de Bellas Artes, 2009 Área de Artes Plásticas del CBA
Alcalá, 42. 28014 Madrid Laura Manzano
www.circulobellasartes.com Silvia Martínez
ISBN: 978-84-87619-19-9
Depósito Legal: M-42632-2009
Con la colaboración de
For Pilar, my sister
Cris Gabarrón
Presidente de la Fundación Gabarrón en Nueva York
Albergar la exposición Metal de noche / Night Metal de Miguel Galanda supone una
gran satisfacción para la Fundación Gabarrón de Nueva York, que continúa así
con su labor de difusión del arte español en Estados Unidos, e integra una pieza
clave en su programa de exposiciones. Desde la constitución de la Fundación
en Estados Unidos en 2001, y tras varios años de intenso trabajo, nuestra sede
neoyorquina se ha establecido como punto de referencia para la promoción de la
cultura española en todas sus vertientes, especialmente del arte contemporáneo,
y lugar de intercambio de experiencias encaminadas a nutrir un diálogo abierto y
fluido entre las culturas americana y española.
Miguel:
pon en mi estambre un exceso tardío,
un temblor terminal, permíteme
ver aún la noche incandescente. No
me dejes inmóvil para siempre, agónico
ante la eternidad vacía.
Fernando Castro Flórez
SOMBRAS O RESTOS INQUIETANTES
[Meditaciones sobre la obra de Miguel Galanda]
Si no aceptamos el abandono, la angustia, la pasión y la noche de la agonía,
no somos más que imágenes infieles, piedras de desecho mal talladas que no encajan en
el edificio y que ya no sirven para nada1.
13
3 | «A veces solo aparece el contorno de la figura, trazado con una simple línea, inscrita en
la superficie del cuadro, como si fuera un dibujo o un grabado» (Charo Crego, texto en
BineBine Galanda, Madrid, Abada, 2002).
4 | «En los sueños mejor interpretados solemos vernos obligados a dejar en tinieblas determinado
punto, pues advertimos que constituye un foco de convergencia, de las ideas latentes, un nudo
imposible de desatar, pero que al mismo tiempo no ha aportado otros elementos al contenido ma-
nifiesto. Esto es entonces lo que podemos considerar como el ombligo del sueño, o sea el punto por
el que se halla ligado a lo desconocido. Las ideas latentes descubiertas en el análisis no llegan nunca
a un límite y tenemos que dejarlas perderse por todos lados en el tejido reticular de nuestro mundo
intelectual. De una parte más densa de este tejido se eleva luego el deseo del sueño» (Sigmund
Freud, La interpretación de los sueños, vol. 3, Madrid, Cátedra, Madrid, 1988, p. 152).
5 | Charo Crego, «El caracol» en Miguel Galanda. Pinturas y esculturas. Despojadas de sombra. 2001-2004,
Madrid, Círculo de Bellas Artes, 2004, p. 10.
cuanto parece que reclamaran, desde ese despojamiento, una singular intensi-
dad de la vida6. Tenemos que tener la mente abierta a todo, ser capaces de esta-
blecer, en términos freudianos, una permanente «asociación libre», esto es,
trabajar en la dirección de una radical excitación del sueño7. Este artista que exacerba
la subjetividad con obras de carácter esencialmente monumental, sin recurrir
a lo anecdótico o al literalismo, mantiene, incluso en sus piezas escultóricas,
siempre una honda pasión de pintor8. Las figuras en las mallas no son ni mu-
cho menos decorativas; antes bien, imponen una inquietante extrañeza, son mani-
festaciones de lo «inhóspito» tal y como lo caracterizara Freud: algo que ha
sido reprimido y ha retornado; lo hogareño-familiar no puede, finalmente,
ocultar la dimensión pulsional y, al mismo tiempo abismática, de los comple-
jos «cimentados» en la infancia9.
14 | «La formación del yo [je] se simboliza oníricamente por un campo fortificado, o hasta un
estadio, distribuyendo desde el ruedo interior hasta su recinto, hasta su contorno de cascajos y
pantanos, dos campos de lucha opuestos donde el sujeto se empecina en la búsqueda del altivo
y lejano castillo interior, cuya forma (a veces yuxtapuesta en el mismo libreto) simboliza el ello de
manera sobrecogedora» (Jacques Lacan, «El estadio del espejo como formador de la función del
yo [je] tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica», Escritos, vol. 1, México, Siglo XXI,
1989, p. 90).
15 | «Miguel Galanda y su sujeto roto, su hombre fractura, corroído» (Juan Barja, «Figuras»,
en Miguel Galanda y Mahi BineBine. Figures, op. cit., p. 16).
16 | Jacques Lacan, «La función del velo», El Seminario 4. La Relación de Objeto, Barcelona, Paidós,
1994, p. 159.
17 | Luce Irigaray, Espéculo de la otra mujer, Madrid, Akal, 2007, p. 102.
18 | «[...] una Diferencia que no cesa de desplegarse y replegarse en cada uno de los dos lados,
y que no despliega uno sin replegar el otro, en una coextensividad del desvelamiento y del vela-
miento del Ser, de la presencia y de la retirada del ente» (Gilles Deleuze, El pliegue. Leibniz y el barroco,
Barcelona, Paidós, 1989, p. 45).
embrollos de lo verdadero19. Lo real es siempre un fragmento, un cogollo en
torno al cual el pensamiento teje historias; el estigma de lo real es no enlazarse
con nada. Entre la pasión voraz y el sentimiento anonadante, podemos tener
la impresión de que todo se disuelve en el sinsentido, en lo angustioso. Miguel
Galanda busca la figura velada que es cifra del vacío; sobre la superficie metáli-
ca y porosa quedan sedimentados no sólo los materiales, también es un proceso
de tiempo. Su presencia real nos inquieta, esos hombres y mujeres desnudos son
«familiares» e, insisto, al mismo tiempo su apariencia nos es completamente
extraña. De las «sentinas del no ser» es de donde surgen las formas de Miguel
Galanda20, son el resto que nos corresponde.
Tal vez lo que tenga que hacer el arte es no dejar de hablar de lo que le falta,
cuando ya se ha entregado a la orgía y al cansancio subsiguiente21. Galanda
pinta y sedimenta tridimensionalmente o sobre la superficie de malla metálica
la soledad22. Sus figuras están en el destierro o suspendidas, como sucediera
en la escenografía del Círculo de Bellas Artes (2009) para piezas de Brahms y
Schoenberg, ante una ciudad fundida con la tierra sobre la que se impone un
astro inmenso. Las obras fantasmales de Galanda23 nos hacen cobrar concien-
18 19 | «Esto fue precisamente lo que me condujo a la idea del nudo, que proviene de que lo verda-
dero se autoperfora debido a que su uso crea enteramente el sentido, de que se desliza, de que es
aspirado por la imagen del agujero corporal que lo emite, a saber, la boca en la medida en que
chupa. Hay una dinámica centrífuga de la mirada, es decir, que parte del ojo que ve, pero tam-
bién del punto ciego. Parte del instante de ver y lo tiene como punto de apoyo. En efecto, el ojo
ve instantáneamente. Es lo que se llama la intuición, por lo cual redobla lo que se llama el espacio
en la imagen» (Jacques Lacan, El sinthome. El Seminario 23, Paidós, 2006, p. 83).
20 | «De las profundas hierbas despojadas de sombra, / de la fermentación de las crisálidas, /
del silencio que cunde en la agonía, / de las sentinas del no ser, / surgen las formas» (Antonio
Gamoneda, «Galanda» en Miguel Galanda. Pinturas y esculturas, op. cit., p. 7).
21 | Zizek señala que el verdadero exceso no consiste en practicar nuestra fantasías íntimas en
lugar de hablar de ellas, «sino, precisamente, hablar sobre ellas, permitiéndoles invadir el medio
del gran Otro hasta el punto que uno puede literalmente «fornicar con palabras», hacer caer la
barrera elemental, constitutiva entre el lenguaje y el goce» (Slavoj Zizek, Visión de paralaje, Fondo
de Cultura Económica, 2006, p. 243). «El goce se experimenta siempre como ausencia, como
falta y herida. Brilla por su ausencia» (Félix Duque, «Sombras que pesan», en Miguel Galanda.
Pinturas y esculturas, op. cit., p. 11).
22 | «La soledad convierte a esas figuras en paradigmas del abandono, en figuras fantasmas que arras-
tran el peso de una carga demasiado dura y que sienten en su interior los gritos de otros que sufren
como ellos» (Rosa Martínez, «Pas de deux» en Miguel Galanda y Mahi BineBine. Figures, op. cit., p. 97).
23 | «Quales fama est volitare figuras: Es fama que vuelan como sombras.» Se entiende: en Virgilio, esas figuras
son las sombras de los muertos, los fantasmas que rondan… ¿dónde si no ahí afuera, en el llamado «mun-
do externo»? Desde el diferido, imposible goce de lo real, todo cuanto hay, todo lo deseado, es fantasmáti-
co, espectral» (Félix Duque, «Sombras que pesan», en Miguel Galanda. Pinturas y esculturas, op. cit., p. 12).
cia de que estamos acomodados en lo inhóspito, lo que no supone necesariamente
que hayamos aceptado la angustia. Lo enorme (Das Ungeheure) que nos atemo-
riza24 puede ser únicamente nuestra sombra. En La cámara lúcida, Barthes señala
que todo lo que decimos sólo trata de ocultar la afirmación única: que todo
debe desaparecer y que sólo podemos seguir siendo fieles mientras velemos
sobre ese movimiento que se esfuma, al que algo en nosotros que rechaza cual-
quier recuerdo pertenece ya. Sabemos que hay una enunciación imposible:
«estoy muerto». Gamoneda escribió, en torno a Miguel Galanda, que veía
«luz en el interior de la sombra»25. Ámbito revelador, donde, según el poeta,
se reúnen la lucidez y el llanto: «La sombra está absorbida en el cuerpo como
de ajado terciopelo azul»26. Puede que al final el cuerpo no sea otra cosa que
un «sarcófago de sombra»27.
Jung considera que los arquetipos que con mayor frecuencia e inten-
sidad influyen sobre el yo son la sombra, el anima y el animus: «La figura más
accesible a la experiencia es la sombra, cuya índole puede inferirse en gran me-
dida de los contenidos del inconsciente personal»28. Si, por un lado, es expresión
de lo negativo, también en esas obsesiones que recoge la sombra se encuentra
una potencia, adquiere la forma de la emoción, que no es una actividad sino
un suceso que a uno le sobreviene. La sombra es, en esta clave, una proyección
emocional que parece situada sin lugar a duda en el otro. El resultado de la
proyección es un aislamiento del sujeto respecto del entorno, en cuanto se establece
con este una relación no real sino ilusoria. Por medio de la sombra se encarna
19
24 | «En su ensayo sobre lo sagrado, Rudolf Otto hace de lo enorme una de las categorías de lo
nouménico. «En su sentido fundamental», dice, «significa lo espantoso, lo siniestro de lo noumé-
nico». Sitúa como cabecera del libro la noción misma de enorme, tal como Fausto la utiliza: «el
estremecimiento es la mejor parte de la humanidad. Por muy caro que el mundo le haga pagar
el sentimiento en medio de su emoción es cuando el hombre siente profundamente su inmen-
sidad». El temblor ante lo enorme –das Ungeheure– es en realidad el miedo ante lo que no se deja
circunscribir con palabras, que se escapa a la comprensión y a la medida. Así lo enorme no es sólo
lo que escapa al nomos, es el deinos griego, un terror que deja mudo. Ese arrancamiento de la voz,
que impide designar las cosas, que lleva los espectáculos del mundo a un monstruoso inefable, es
análogo, en el orden de la oralidad, a lo que en el orden de la visibilidad deja sin rostro al preso, lo
priva del cara a cara mediante el que el hombre señala su presencia frente a los demás» (Jean Clair,
La barbarie ordinaria. Music en Dachau, Madrid, La Balsa de la Medusa, 2007, p. 75). Cfr. Rudolf Otto,
Lo santo. Lo racional y lo irracional en la idea de Dios, Madrid, Alianza, 1980, p. 20.
25 | Antonio Gamoneda, «Galanda Negro», en Miguel Galanda. Luz Negra, Elche, Oficina de Arte, 2001.
26 | Félix Duque, «De incripciones y cortaduras», en Miguel Galanda y Mahi BineBine. Figures, op. cit., p. 99.
27 | «Cada uno es su cuerpo –canto mudo, mural de la escritura, en la secreta figura del decir, de
lo prescrito, su metáfora viva, su palabra–. Cada uno, un crepúsculo de luz. Cada uno un sarcófa-
go de sombra» (Juan Barja, «Figuras», en Miguel Galanda y Mahi BineBine. Figures, op. cit., p. 15).
28 | Carl G. Jung, Aion. Contribución a los simbolismos del si-mismo, Barcelona, Paidós, 1989, p. 22.
precisamente una realidad, un rostro desconocido, cuya esencia permanece
inalcanzable. El sujeto se manifiesta por medio de esas sombras que ha con-
seguido fijar en el muro (la mítica historia de amor, distancia y melancolía
que narra Plinio en su Historia Natural como origen mítico de la pintura), el
arte empieza como tacto del deseo ausente. Ese contorno de la sombra de un hom-
bre (omnes umbra hominis lineis circumducta) sirve para articular una metafísica de la
imagen como presentación de lo ausente, reelaboración de lo erótico perdido
en el recuerdo. Ya Ovidio, en las Metamorfosis, nombra a la sombra de la imagen
como nada: «El vano intento de transformar la visión en abrazo desemboca en
drama, en el momento extático en que el protagonista realiza, al fin, el «esta-
dio del espejo». La imagen (imago) no le engaña más, ya no es una «sombra»,
ya no es «otro», sino él mismo. «Ése soy yo» (Iste ego sum)»29. Las presencias
humanas en las mallas metálicas de Galanda no son la encarnación de Sosia,
desposeído en el reflejo30, sino sombras abandonadas, sedimentos del recuer-
do, huellas de la angustia. Restos inquietantes, aunque en esta obra, en verdad,
no hay nada que reste31.
20
En la Segunda Meditación Metafísica, y para probar de forma bien barroca que todas
las cosas del mundo, o mejor lo que de ellas queda (rerum vulgarium fragmenta,
como el título latino del Canzionere de Petrarca), no son sino configuraciones
fugaces de una única sustancia, infinitamente plástica y de suyo indefinida e
informe: la res extensa, da cuenta René Descartes de un experimento que mucho
debe a las prácticas inquisitoriales y a la tortura. Lo que al pronto presenta al
lector –un pedazo de cera– es ya el resultado de un proceso: a la vez un produc-
to y un residuo. Ya no se trata del Proteo marino, aquel singular monstruo de
innúmeras formas mudables, tomado por ende como símbolo de la cambiante
Naturaleza, de la physis matrix, dado que la cera es susceptible de sufrir transfor-
maciones sin cuento, mas no de producirlas; es obvio: la cera no es un cuerpo
animado. Ni siquiera, de seguir a Descartes, debiéramos decir que es un cuerpo.
Es verdad que, para nosotros, esta cera (hanc ceram) guarda aún el dulce sabor de
la miel y exhala la débil fragancia de las flores de que fuera extraída (de ahí su
carácter de residuo); si es golpeada emite un quedo y sordo sonido, y se ofrece
a la vista con una figura, una magnitud y un determinado color (por caso, la
cera de Caspe, con la que Miguel Galanda trabaja, es cremosa al tacto, huele a
manzanilla y es de un suave color anaranjado).
Mas he aquí, sigue Descartes, que mientras él habla, describiendo
cómo ese morceau de cire va pasando por el control aduanero de los sentidos, «se
le acerca un fuego» (igni admovetur: el filósofo, laico inquisidor, no nombra al
verdugo): al punto, una cascada de agitados verbos (en claro contraste con la
pausada y pautada revista anterior) nos recuerda que estamos ante una escena
de tortura: «se purgan –dice– los restos (reliquia) del sabor, expira el olor (odor
expirat), se le muda la color»; en fin, «apenas si puedes tocarla y, si la golpeas,
no emite ya sonido alguno». A todos los efectos, es como si ese cuerpo hubiera
muerto. Y sin embargo, según el filósofo, nadie dudaría (nemo negat, nemo aliter
putat) que lo que resta es la misma cera: remanet cera, concluye triunfal. Sólo que
al principio, recuérdese, él había tomado en consideración esta cera: un trozo
particular, unificadas sus sensaciones gracias a la imaginación; y ahora se des-
emboca en algo en general, descartada toda diferencia gracias al entendimiento
(«y lo que he notado aquí de la cera –dice– es lícito aplicarlo a todas las demás
cosas que están fuera de mí»). Pero, en verdad, nadie negaría tampoco que
aquí se ha tratado de una doble purificación: pues si las cosas pasan todas ellas
a la innominada res extensa, también este yo que habla y piensa, y cuantos con
él van, se torna res cogitans: pues ¿con qué derecho habla ya Descartes de cosas
«fuera de mí»? ¿Acaso no está también el yo herido de muerte, verdugo y
víctima al fin hermanados en una misma operación, siendo lo único que real-
24 mente existe? No sólo, pues, los cuerpos: también los hombres y sus mentes
están de más: remanet cogitatio, diríamos. Lo que resta es la co-agitatio, la agitación
mecánica, la batidora en donde todo queda licuado; todo, fluido. No hay ya
formas sino fórmulas: en ese crisol se funden cuerpos y almas. Lo que queda,
concluirá poco después el implacable Spinoza, es la única substantia divina, a la
que él llama, por transferencia equívoca: Natura, mientras que nosotros, yendo
más al fondo, desvelamos como Máquina. Es la máquina de la que el propio Dios
moderno surge: Deus ex machina.
Al cabo de la calle moderna, Miguel Galanda –un inquietante híbrido
de filósofo y artista– procede a realizar la misma operación que Descartes, pero
con una finalidad radicalmente opuesta y aun rabiosamente restitutiva, redentora;
y es que en este caso se pretende recorrer el camino inverso al cartesiano: se
trata de pasar de lo infinito a lo finito; pasar de la sustancia o la cera en general
(si tal hubiere: Galanda no deja de pensar en su Caspe natal mientras la frag-
menta y amasa) no tanto al decorado natural (las nemorosas flores, las laboriosas
abejas) cuanto al de quienes lo habitan y dan sentido: los cuerpos de los hom-
bres o, en este caso, su representación. Pues, en efecto, ¿no había olvidado
algo Descartes, algo literalmente intermedio entre los cuerpos «fuera de mí» y
mi imaginación y entendimiento, dentro de mí? ¿Con qué derecho puede hablar
de sí mismo, sino gracias a esa vibrátil membrana, a esa osmótica frontera que es
su cuerpo? Es verdad que, saliendo de la mazmorra-laboratorio y mirando por
la ventana, dice ver pasar por la calle a «hombres», a pesar de reconocer que,
examinadas las cosas desde fuera, los chapeos y manteos bien podrían ocul-
tar «autómatas movidos por resortes». Mas enseguida desecha esa ocurrencia,
aunque la única razón aducida es: «pienso que son hombres». Pero ¿por qué
va a pensar algo así, sino porque esos cuerpos apasionan, o sea porque «las pa-
siones del alma» surgen en tropel y mediante extrañas –ardientes o heladas
metamorfosis– de la entraña de los cuerpos de los hombres, de los hombres
que son cuerpo, o mejor: de este hombre que es este cuerpo singular, inaliena-
ble e inconfundible, deseado o detestado por otros cuerpos? Cuerpos que son
siempre, también ellos, este cuerpo y aquél y el de más allá, como una obstinada ra-
tificación de «algo» refractario a ser dicho en plural (tal es lo que me repugna,
dicho sea de paso, de la utilización mecanosexual del cuerpo en el Marqués de
Sade), y por ende no susceptible de generalización ni de fórmula de produc-
ción, como lo son en cambio los cuerpos en general.
Galanda con su soplete; Galanda con su «secador de pelo» a la in-
versa: una «pistola» BOSCH que expele aire a 500º de temperatura sobre un
amasijo de cera pigmentada que comienza a derretirse, como un helado, bajo
el soplo de un tórrido siroco. Sólo dos pigmentos: blanco y negro, claridad y
tinieblas, como en el origen de los colores en Goethe. Y es que la cera tiene
suficiente lustre, suficientes tornasoles untuosos como para sugerir la promesa
de otros tonos. Estamos en el umbral de la creación, allí donde la luz-espíritu-
viento (ruah') se cierne sobre las aguas-materia (theom), y donde los ricos, sutiles
matices de todos los grises posibles prestan fuste y enjuto relieve al incipiente
cuerpo-archipiélago que va surgiendo así, a golpes de cálido aliento… como
en el inicio. Y es aquí, en esta bocanada sobre la primera mezcla, donde surge
la extrañeza. Descartes, maestro del pensar, había afirmado que el ojo de la 25
mente veía la misma cera allí donde los sentidos se dispersaban por entre las in-
citaciones, a duras penas sujetos por la imaginación. Pero ¿de dónde la certeza
de que se trata de la misma cera que antes, sino de la implícita y no mentada
lisa solidez impenetrable de un soporte, de la mesa de operaciones o de tor-
turas donde sucede la intervención? Ella es la que permite desparramarse al
ardiente líquido flexible, ella es la que otorga la confianza de que, tras el breve
proceso de acompasamiento a la temperatura ambiente, la cera se solidificará
en nuevas figuras flexibles, siempre susceptibles de manipulación. Es la firmeza
del soporte la verdadera substantia, aquella que Spinoza tembloroso descubriera,
como queriendo conjurar de ese modo la manipulación mecánica.
No así en Galanda. No existe el continuo, liso y fiable soporte de pie-
dra, madera o metal. Lo que por lo común hay es una fina malla metálica, una
criba que deja configurarse en su superficie grumos de cera, supervivientes del
tormento de la aérea pira. El resto se cuela, goloso, por entre los minúsculos
agujeros, frente a la obstinada resistencia de lo que aún resta, de lo que aún no
ha sido engullido por el cuadriculado sumidero. ¿Qué ocurre aquí? El enten-
dimiento no es capaz ya de unificar lo ofrecido por la imaginación y fijado a su
vez por la memoria. Dislocamiento de las viejas facultades. Pandemonium de los
espíritus animales, sueltos, liberados de su servicio al Todo. Lo que restan son
ínsulas pequeñas, a duras penas conectadas entre sí, buscando asirse desespe-
radamente al aire de un vuelo suspendido.
Perplejidad: son cuerpos en trance de dejar de serlo. Querencia de
cuerpos que ya no recuerdan lo que eran, ni para qué servían, ni sobre todo a
quién servían. Sin sustancia interior que los guíe (el alma), ni sustancia subya-
cente que les sirva de soporte (el dios), sin bien cortada continuidad delimitada
(el cuerpo) que permitiera su entrega de perfil (según la exigencia de claridad
y distinción cartesianas), desechos de hombres aislados unos de otros: refu-
gios penitenciales del narcisismo hodierno, burla hiriente del body-building, allí
donde no hay ya ni deconstrucción ni erección sino corrosión hiriente, ácida:
allí donde no hay dónde ir ni dónde descansar, ahora que también Tierra ha
huido y sólo quedan sus huellas, depositadas fragmentariamente en residuos,
en rifiuti que refutan toda comprensión que no sea la de una inmensa pietas por
un perdido «yo», por no hablar de un «nosotros» que, según dicen, alguna
vez formó comunidad.
Muchos saludamos jubilosamente, en el variopinto día especioso de
la postmodernidad, la caída del principio de identidad: él era, decíamos y sa-
bíamos, el causante de tantos crímenes. De ahí la entrega anhelante a la dife-
rencia, a una alteridad siempre pospuesta y siempre prometida, latente en la
entraña misma del «yo». Pero ahora el único archipiélago es el de la propia
descompuesta figura. Ni siquiera queda la melancolía: tan sólo el asombro de
que no exista ya ni identidad ni diferencia, sino sólo restos de lo uno y de lo
otro: semejanzas disímiles, variaciones que, como en la amistad estelar nietzs-
cheana, precariamente se saludan desde su cárcel-soporte de malla, sin poder
jamás entrar en contacto. Como que ni siquiera el contacto con el cuerpo pro-
pio (¿propio?) les está ya permitido. Cuelgan así, como bueyes desollados post-
26 Rembrandt y post-Nitsch. Pero sin sangre, sin hedor, sin recuerdo siquiera
de cómo hubieran sido antes, cuando supuestamente eran sí-mismos o al menos
los signos palmarios de esa mismidad. De ahí la duda: estas quantités négligeables,
¿se están desvaneciendo, o acaso comienzan a surgir? ¿Se hunden, o emergen,
como en el tenebrismo caravaggesco? ¿Decreatio o incipit?
Pero ¿y si no se diera siquiera esa alternativa? ¿Y si siempre fueron
–y si siempre fuimos– así, es decir: restos, ruinas de algo que nunca fue ni será,
sino que constantemente deja hundirse retazos de existencia para acoger tími-
damente promesas de relleno, al punto defraudadas?
¿Y si Galanda estuviera representando no la creación ni el fin, sino el
estadio normal de la existencia humana? A los hombres, a ti y a mí, improbable lector,
nos dicen y aseguran haber sido nacidos, vemos con pasmo y con dolor (y a las
veces con innoble, perversa alegría) cómo se nos muere y cómo se muere y se
mata, por doquier. Y así creemos haber nacido y creemos que hemos de morir. Y
sin embargo, algo nos susurra allá muy en el fondo que no es así, que somos
absurdos intervalos de extremos nunca existentes, de extremos literalmente extra-
vagantes. Asidos del instante, con la lucidez suficiente para observar cómo se
derrumban muros enteros de nuestra vida, con la estupidez suficiente para
creer que, a pesar de todo, el imperturbable pro-nombre «yo» apunta a un no
menos imperturbable soporte sustancial que empapa hacia fuera, pujante, las
líneas de nuestro cuerpo. ¿Y si fuéramos tan sólo grumos, malamente conecta-
dos entre sí por la vaporosa bruma de nuestros sueños y de nuestras queren-
cias, siempre tejiéndose y siempre deshilachándose, como un penelopeo telar
indigente? ¿Y si el cañamazo de este telar fuera una red de acero –a la que
llamamos «ciencia»– en cuyos alambres se aferran, desesperados, jirones de
existencia, mientras los otros se hunden/ascienden hacia la nada?
Antes, en Galanda fueron los hombres demediados, cortados por gala
en dos, mas sin problemas, como si el dualismo cuerpo/alma hubiera llegado a
un relativo acuerdo entre las partes. Después, su escultura se centró en blancas
figuras de corte clásico, momias extrañas cuyas carnes de aire estaban sujetas por
las vueltas que daba el volumen mismo engendrado por las cuerdas, las cuales a
Nada sujetaban. Volumen que ya era sólo vuelta. Pero aún subsistía la ilusión del
cuerpo completo, aunque sus vergüenzas y sus partes (¿acaso no es la cabeza la más
pudenda de las partes?) holgaran por separado; o bien, aunque su perfil y bulto
vinieran dados por cuerdas que amorosas guardaban el secreto de que adentro
no había nada. Ahora, en proceso admirable de despojamiento, de farewell to all that,
las fingidas figuras (todas lo son, pero éstas fingen la ficción misma: la ponen
impúdicamente al descubierto) son restos de lo que nunca fue: del sí mismo, al
igual que las orográficas ciudades galandianas, consistentes en derrumbamien-
tos y masas inclinadas, incapaces siquiera de albergar cuerpos aprisionados.
Multiverso del estar de más, de estar para los restos. De te fabula narratur. Trozos,
tropos más o menos dispersos, ligados por una memoria tan selectiva como
falaz, tan arrogante como fragmentaria. Pérdida que fluye, aferrada por aho-
ra al filo de alambres que ni siquiera sirven para rectificar, sino sólo para verse
impregnados de una carne jamás monocroma, sino brillantemente macilenta,
untuosa: ungida por el soplo de un soplete. Esa misma carne, fluida bajo el
calor que deshace su cremosa continuidad para conferirle fragmentos de exis- 27
tencia punteada, se torna en lágrimas brillantes, instantáneas, antes de conge-
larse de nuevo, por ahora. Atención: aquí, técnicamente, existencialmente, no
existen para el artista, pero tampoco para la efusiva carnalidad pentimenti. Todo
puede volver a ser de nuevo, como en un Empédocles razonablemente ebrio.
Todo, sin dejar huella. Porque no hay modelo, no hay recuerdo. Porque todo
es posible, y todo pasible. Todo, como una existencia ahíta de normas y señales.
Una existencia decodificada, obediente tan sólo al soplo y a la mano. Mode-
lados sin modelo. Molduras sin molde. Relieves superficiales. Cabrilleo sutil
y un tanto irónico de una vida hecha pedazos. La tuya y la mía, compañero de
una imposible y quizá indeseable compañía. Mancomunados por una mano
que no es nuestra ni de Nadie.
Irrisoria Pietà, donde el cuerpo de la Madre-Soporte, de la Materia
subyacente, no es ya sino un bien trabado acuerdo de agujeros, y donde el Hijo
sabe que no hay más salvación que la de atenerse visceralmente a los alambres
de un entendimiento transido de abismos diminutos, bien dispuestos a dejar-
se rellenar por el momento de trozos flexibles que sueñan con ser algo. Como
en los cuadernos cuadriculados de nuestra infancia, cuando llenábamos los
pequeños cuadrados con letras que apuntaban a algo externo. Algo que que-
ríamos «real»: fundación de toda fundición. Aire que abrasa. Cera siempre
muy ocupada. Requiem que se refuta a sí mismo mientras refuta al sí-mismo.
Pues no hay ya caminos ni caminantes, ni siquiera huellas en la mar. Sólo liqui-
dación de restos y también, a sensu contrario, reformulaciones efímeras de hogares en
los que esos restos reparan alguna falta. Restos: bella conjunción de las faltas y
de lo que falta. De vez en vez. Y Miguel Galanda puede contestar con su obra a
Descartes, al tiempo que le rinde homenaje. No sin una socarrona sonrisa. No
sin la ayuda de un poeta desaliñado y un si es no es un tanto descreído:
Cabeza meditadora,
¡qué lejos se oye el zumbido
de la abeja libadora!
Echaste un velo de sombra
sobre el bello mundo y vas
creyendo ver, porque mides
la sombra con un compás.
Mientras la abeja fabrica,
melifica,
con jugo de campo y sol,
yo voy echando verdades
que nada son, vanidades
al fondo de mi crisol.
De la mar al percepto,
del percepto al concepto,
del concepto a la idea
–¡oh la linda tarea!–,
de la idea a la mar.
28 ¡Y otra vez a empezar!
1.
y el recuerdo
de un espacio sin fondo
–sin memoria–.
el horizonte
negado de una quiebra:
sin presente. 2.
Todavía la música,
y el cielo,
brillo mudo y cadencia,
su mortaja
amarilla, su canon,
donde gira
el espacio sin fin,
en su retorno.
es agua seca,
horadada moneda, blanco sueño. 31
su derrumbe.
el exiliado,
el cegado, el perdido,
entre lo inmóvil
y lo ausente:
disuelto,
vano, red.
32
33
35
Borraco | 2008
110 x 60 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
76.8 x 39.4 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
36
Burera | 2007
100 x 70 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
39.4 x 27.6 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
37
Bufarda | 2007
68 x 42 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
26.8 x 16.5 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
38
Azucena | 2006
40 x 20 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
15.7 x 7.9 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
39
Sent | 2006
54 x 64 cm | cera virgen, óleo, pigmentos y malla de acero sobre lienzo
21.3 x 25.3 in | virgin wax, oil and pigments and steel mesh on canvas
41
Agrem | 2009
180 x 70 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
70.9 x 27.6 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
44
Inna | 2008
182 x 23 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
71.7 x 9.1 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
45
Adam | 2009
205 x 90 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
80.7 x 23.6 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
47
Eva | 2009
205 x 90 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
78.7 x 23.6 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
48
Aicra | 2009
190 x 40 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
74.8 x 15.7 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
49
Crispopeya | 2007
180 x 40 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
78.7 x 39.4 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
52
Tres | 2008
176 x 43 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
69.3 x 16.9 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
53
Coalto | 2008
133 x 33 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
76.8 x 23.6 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
54
Jap | 2008
68 x 15 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
26.8 x 5.9 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
57
Otal | 2008
91 x 15 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
35.8 x 5.9 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
58
Aja | 2007
25 x 20 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
9.8 x 7.9 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
59
Aila | 2008
164 x 43 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
64.6 x 16.9 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
60
Mino | 2008
180 x 47 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
70.9 x 18.5 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
63
Pilar | 2008
20 x 15 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
7.9 x 5.9 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
70
Adrián | 2007
50 x 20 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
19.7 x 7.9 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
71
Lucas | 2008
50 x 30 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
19.7 x 11.8 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
72
Agustín | 2008
50 x 35 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
19.7 x 13.8 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
73
María | 2008
50 x 35 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
19.7 x 13.8 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
74
Juan | 2009
46 x 53 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
18.1 x 20.9 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
75
Miguel | 2008
50 x 35 cm | cera virgen, óleo y pigmentos sobre malla de acero
19.7 x 13.8 in | virgin wax, oil and pigments on steel mesh
76
77
Cris Gabarrón
President of the Gabarron Foundation in New York
It is extraordinarily satisfying for the Gabarron Foundation of New York to
host Miguel Galanda’s Metal de noche / Night Metal, a continuation of its efforts
to spread Spanish art in the United States. This show is a key part of its exhibi-
tion programme. Ever since the foundation was set up in the United States in
2001, and after several years of intense work, our New York office has become
a benchmark for promoting Spanish culture in all its facets, especially contem-
porary art, and as a place for exchanging experiences with the goal of nurturing
an open, fluid dialogue between Spanish and American culture.
Madrid’s Círculo de Bellas Artes, the driving force behind this project,
decided to frame it within its international dissemination programme, and as
we felt committed to this goal, we wanted to work closely with that institution in
order to make come to fruition. Joining forces with other Spanish institutions
in order to make the Spanish art scene known abroad, especially in the United
States, is another of the Gabarron Foundation’s main goals, and this show is
clear proof of that.
The exhibition Metal de noche / Night Metal shows us a wide group of works
by the artist that were part of the set for the master concert held last July at
the CBA. They are human figures, presences with a phantasmagorical feel that
seem to leave an abyss of shadows behind them, pieces halfway between sculp-
ture and painting which transport Galanda’s poetic vernacular to our exhibi-
tion hall.
Miguel:
put a belated excess in the fiber of me,
a terminal trembling, allow me
still to see the incandescent night. Don’t
leave me here motionless forever, in agony
before everlasting nothingness.
Fernando Castro Flórez
SHADOWS, OR DISTURBING REMAINS
[Meditations on the oeuvre of Miguel Galanda]
If we do not accept abandonment, anguish, passion and the dark night of
agony, we are nothing more than unfaithful images, poorly carved discarded stones that
do not fit in the building and are no longer worth anything 1.
85
3 | «Sometimes only the outline of the figure appears, traced with a simple line, inscribed on the
surface of the painting as if it were a drawing or engraving» (Charo Crego, text in BineBine Galanda,
Madrid, Abada, 2002).
4 | «In the best interpreted dreams we tend to find ourselves required to leave a certain point in
the shadows, as we grasp that it is a focal point of convergence, of latent ideas, a knot that is im-
possible to untie, yet at the same time it has not contributed other elements to the manifest con-
tent. This, then, is what we can consider the navel of the dream, that is, the point through which it
has linked up with the unknown. Latent ideas revealed in analysis never reach their limit; we have
to let them get lost everywhere in the reticular fabric of our intellectual world. The dream’s wish
is then elevated from a denser part of this fabric.» (Sigmund Freud, La interpretación de los sueños, vol.
3, Madrid, Cátedra, Madrid, 1988, p. 152).
5 | Charo Crego, «El caracol» in Miguel Galanda. Pinturas y esculturas. Despojadas de sombra. 2001-2004,
Madrid, Círculo de Bellas Artes, 2004, p. 10.
summon forth a singular intensity of life from this barrenness.6 We have to
have our minds open to everything, be capable of establishing, in Freudian
terms, a constant «free association», that is, work in the direction of a radical
excitation of the dream.7
This artist, who exacerbates subjectivity with works that are essentially
monumental without resorting to either anecdote or literalism, always main-
tains the underlying passion of the painter,8 even in his sculptural works. The
figures on mesh are not at all decorative; rather they impose a disturbing strangeness;
they are manifestations of the «inhospitable» as Freud describes it: something
that has been repressed and has surged back. In the end, the household-family
cannot hide the propelling and at the same time abysmal dimension of the
complexes «grounded» in childhood.9
6 | «Demeure is a French verb with extreme multiplicity. Originally, demeurer meant "postponing
for later", the determined delay, in legal terms as well. The question of postponement has always
concerned me and I will not oppose survival at death. I have even managed to define survive as
a different or alien possibility to both death and life, as an original concept. [...] I never could
think the thought of death or attention to death, even the wait for or the anguish of death as
something other than the affirmation of life. They are two movements that, in my opinion, are 87
inseparable: attention at all times to the immanence of death is not necessarily sad, negative or
morbid, rather to the contrary, to me it is life itself, the greatest intensity of life.» (Jacques Der-
rida, ¡Palabra! Instantáneas filosóficas, Madrid, Trotta, 2001, p. 41).
7 | «[To probe latent thoughts and interpret dreams], Freud proposed the method of «free
fantasy» (freie Einfälle) or «free association» (freie Assoziation) of the images appearing in the dream
being examined. The psyche must be given free rein and all the restrictive and critical faculties of the conscious must be
released; we must allow everything to reach the mind, even the most outlandish thoughts and images
that apparently do not belong in the dream being analysed; one must be totally passive and allow
free access to everything that reaches the conscious, even if it seems to be meaningless and bear no
ties whatsoever to the subject being examined; all one has to do is steadfastly pay attention to what
involuntarily emerges in the psyche.» (Valentin N. Voloshinov, Freudismo. Un bosquejo crítico, Buenos
Aires, Paidós, 1999, p. 109).
8 | «He does not seek in the material, in the clay or in the marble pre-existing forms that only the
sculptor knows how to decipher. His material is space. In it, he inscribes his lines, just like before
he inscribed them in the wax that covers the surfaces of his paintings. Galanda is too much of a
painter: now rope is his paintbrush and wire his pencil.» (Charo Crego, «El caracol», in Miguel
Galanda. Pinturas y esculturas, op. cit., p. 9).
9 | «The sinister side of experiences arises when repressed childhood complexes are revived by an
external impression, or when overcome primitive convictions seems to find a new configuration.»
(Sigmund Freud, «Lo siniestro», in E. T. A. Hoffmann, El hombre de Arena preceded by Lo siniestro by
Sigmund Freud, Palma de Mallorca, José J. de Olañeta, 1991, p. 33). Charo Crego has underscored
this dimension of the Unheimlich especially in Galanda’s works in collaboration with BineBine, in
which he introduces the dimension of the mask.
The retained and, dare I say, «mutilated» bodies on Miguel Galanda’s
metallic meshes are almost always lacking facial features. In the midst of this
imposing «anonymity», a half-sideways figure stands out who turns its head
and paralyses us, like Medusa, with its sad eyes and the bitter grimace of its
mouth. Those nude bodies have nothing to do with erotic pleasure; to the con-
trary, they are sullied in all senses. Between an unknown or ancestral guilt and the
stupor of what lacks legitimacy, Galanda’s figures have something of transferences
from our anguished unconscious. To Jacques Derrida, the body is not a pres-
ence, «it is, how shall I put it, an experience of the context, of dissociation, of
dislocations.»10 The artist is the one who always leaves traces, materials that some-
times compose something resembling a crime scene; the trace is what marks
and is not erased, but also what is not present in a definitive form. What remains
in Miguel Galanda’s works are the footprints, ultimately figurative, of some-
thing disturbing, traces of corporality dragged into the open. This painter,
who admires artists such as Rembrandt and Bacon, true masters of the feeling
like fall or filth or, in other words, like the assumption that our flesh is inevita-
bly putrid, burns the materials on the metallic mesh to achieve a sturdy outline, a
minimal appearance of the subject. His figurative traces make us aware that we
are leaving footprints all around us: «viruses, missteps, germs, catastrophes,
signs of the imperfection that are like the signature on the heart of this artifi-
cial world».11
Galanda defends a kind of painting with symbolic and even metaphysi-
88 cal content,12 and he states that the works that he made in conjunction with
Mahi BineBine also had tragic components.13 Since those paintings with masks,
he has evolved towards these human forms that somehow resemble corpses or
beings on the verge of extinction. Figuration crossed by the propulsion of death
which we should understand as an ontological derailment, a gesture of de-
investiture that harks back to the dissolution of the libido: what displaces the
subject (in the process of its constitution) is the traumatic encounter with en-
joyment. The self, spectacularly constituted, believes that around it there is
solely a terrain brimming with debris, and precisely for this reason it fortifies
10 | Jacques Derrida, «Dispersión de voces», No escribo sin luz artificial, Valladolid, Cuatro, 1999, p.
159.
11 | Jean Baudrillard, «La escritura automática del mundo», La ilusión y la desilusión estéticas, Caracas,
Monte Ávila, 1997, p. 85.
12 | «Nous pensons que la peinture a un contenu symboloque, métaphysique, accessible unique-
ment par des procédés picturaux»(Miguel Galanda interviewed by Isabelle Dillmann in Miguel
Galanda y Mahi BineBine. Figures, Tarragona, Tinglado 4, 2001, p. 28).
13 | «It is true that there is a series of basic similarities that link figuration, the use of ochre tones,
the tragic awareness of life and the passion for metaphysics» (Rosa Martínez, «Pas de deux» in
Miguel Galanda y Mahi BineBine. Figures, op. cit., p. 97).
itself;14 seeing oneself as a unitary subject entails a kind of visual repression.
This corroded subject that Miguel Galanda15 presents to us is in no way affected
by primordial narcissism; rather it seems more like it has become blind, like
Oedipus who grasped (too late) that he was flesh, unconscious, of enigma.
The work of art, especially Miguel Galanda’s pieces of metallic mesh, is
understood as the function of the veil, instated as an imaginary catch and a place of
desire, the relationship with a fundamental hereafter in all articulations of the
symbolic relationship: «It is the descent onto the imaginary plane of the ter-
nary subject-object-hereafter rhythm, fundamental in the symbolic relation-
ship. In other words, the function of the veil entails the projection of the inter-
mediate position of the object.16 The contradiction is inscribed in the veil, «in
the duplicity of the purpose of the veil».17 The difference that veils and unveils
is largely a fold.18 We have to clearly grasp that if we scratched (an image, ei-
ther religious or erotic), the veil would not appear as the truth. The Real is no
«true reality» behind the virtual simulation, rather the very void that brings
back the incomplete/inconsistent reality, and the function of any symbolic ma-
trix consists of concealing this inconsistency. One of the ways of achieving this
concealment is precisely acting like that we know there is another reality lurking
behind the incomplete/unconscious reality that is not structured around an im-
possibility. To avoid dissolving, we (subjects/canvases) need experience, even if
it is just insinuated. The real lies, according to Lacan, in the muddles of the
true.19 The real is always a fragment, a core around which thought weaves sto-
89
14 | «The formation of the self [je] is symbolised in dreams by a fortified field, or even a stadium,
arranging two opposed battlefields from the inner wheel to the edge, to the surroundings of
rubble and swamps, where the subject insists on the quest for the haughty, distant interior castle,
whose form (sometimes juxtaposed in the same libretto) symbolises the they in a terrifying way».
(Jacques Lacan, «El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal como se nos
revela en la experiencia psicoanalítica», Escritos, vol. 1, Mexico, Siglo XXI, 1989, p. 90).
15 | «Miguel Galanda y su sujeto roto, su hombre fractura, corroído» (Juan Barja, «Figuras»,
in Miguel Galanda y Mahi BineBine. Figures, op. cit., p. 16).
16 | Jacques Lacan, «La función del velo», El Seminario 4. La Relación de Objeto, Barcelona,
Paidós, 1994, p. 159.
17 | Luce Irigaray, Espéculo de la otra mujer, Madrid, Akal, 2007, p. 102.
18 | «[...] one difference that does not cease to unfold and refold on each of the two sides, and
that does not unfold one without refolding the other, in a coextensiveness of the unveiling and
veiling of the being, of the presence and withdrawal of the entity» (Gilles Deleuze, El pliegue. Leibniz
y el barroco, Barcelona, Paidós, 1989, p. 45).
19 | «This was precisely what led me to the idea of the knot, which comes from the true perfo-
rating itself because its use wholly creates the meaning, from which it slips away, from which it
is inhaled by the image of the body cavity that issues it, namely, the mouth as it sucks. There is
a centrifugal dynamic of the gaze; that is, which leaves from the eye that sees, but also from the
ries; the stigma of the real is failing to link up with anything. Between voracious
passion and shattering experience, we might have the impression that everything
dissolves into nonsense, into the distressing. Miguel Galanda seeks the veiled
figure which is the cipher of reality; not only are the materials deposited on the
metallic, porous surface, rather it is also a process of time. Their real presence dis-
turbs us, those nude men and women are «familiar» and, I repeat, at the same
time their appearance is totally foreign to us. Miguel Galanda’s forms emerge
from the «bilge of non-being»,20 they are the remains that are ours.
Perhaps what art should do is never stop talking about what it lacks, when it
has already given itself over to orgy and the subsequent exhaustion.21 Galanda
paints and deposits three-dimensionality or solitude on the surface of the me-
tallic mesh.22 His figures are in exile or suspended, just like in the Círculo de
Bellas Artes’ (2009) staging for pieces by Brahms and Schoenberg, before a
city that has merged with the earth, above which an immense astral body looms.
Galanda’s ghostly works23 make us aware that we are nestled in the inhospitable, which
does not necessarily mean that we have accepted the anguish. The enormity
(Das Ungeheure) that terrorises us24 may only be our shadow. In Camara Lucida,
90 blind spot. It leaves from the moment of seeing and has it as a point of support. In effect, the eye
sees instantaneously. That is what is called intuition, through which what is called the space in the
image redoubles.» (Jacques Lacan, El sinthome. El Seminario 23, Paidós, 2006, p. 83).
20 | «From the profound stripped grasses of shadow, / from the fermentation of chrysalis, /
from the silence that reaches agony, / from the bilge of non-being, / emerge forms». (Antonio
Gamoneda, «Galanda» in Miguel Galanda. Pinturas y esculturas, op. cit., p. 7).
21 | Zizek points out that true excess does not consist of practising our intimate fantasies instead
of talking about them «rather precisely talking about them, enabling them to invade the midst of
the great Other to the point that one can literally «fornicate with words», bringing down the
elementary, constituent barrier between language and enjoyment» (Slavoj Zizek, Visión de paralaje,
Fondo de Cultura Económica, 2006, p. 243). «Enjoyment is experienced as absence, as lack and
wound, brilliant by its absence» (Félix Duque, «Sombras que pesan», in Miguel Galanda. Pinturas y
esculturas, op. cit., p. 11).
22 | «Solitude becomes those figures in paradigms of abandonment, in ghostly figures that bear
the weight of an overly harsh burden and that feel inside them the cries of others who suffer as
they do» (Rosa Martínez, «Pas de deux» in Miguel Galanda y Mahi BineBine. Figures, op. cit., p. 97).
23 | «"Quales fama est volitare figuras: It is fame that flies like shadows." Meaning: in Virgil, those
figures are the shadows of the dead, the ghosts that wander about... where if not out there, in the
so-called outer world?» From deferment, impossible to enjoy the real, everything that there is,
everything wished for, is ghostly, spectral» (Félix Duque, «Sombras que pesan», in Miguel Galanda.
Pinturas y esculturas, op. cit., p. 12).
24 | «In his essay on the sacred, Rudolf Otto makes enormity one of the categories of the nou-
menic. "In its fundamental sense," he says, "it means the frightening, the sinister side of the nou-
menic." He places at the headline of the book the very notion of enormity, as Faust uses it:
Barthes says that everything we say only tries to conceal the only statement: that
everything must disappear and that we can only remain faithful as long as we
sail over this motion that vanishes, to which something in us that rejects any
memory already belongs. We know that there is an impossible statement: «I’m
dead». About Miguel Galanda, Gamoneda wrote that he saw «light inside the
shadow»,25 a revelatory realm where, according to the poet, lucidity and cry
merge: «The shadow is absorbed in the body like wizened blue velvet».26 Per-
haps in the end the body is nothing more than «a sarcophagus of shadow».27
Jung believed that the archetypes that most often and most intensely
influence the self are the shadow, the soul and the animus: «The figure that is the
most accessible to experience is the shadow, whose kind can be inferred largely
from the contents of the personal unconscious».28 If, on the one hand, it is
the expression of the negative, in those obsessions that the shadow encompasses
there is also a power; it takes on a form of emotion which is not an activity but
an event that washes over a person. The shadow is, in this sense, an emotional
projection that seems clearly situated in the other. The result of the projection
is the subject’s isolation from its environment, in that it forges with it a relation
that is not real but illusory. One reality is precisely embodied through shadow,
an unknown face whose essence remains out of reach. The subject is expressed
through these shadows that he has managed to fix on the wall (the mythical story
of love, distance and melancholy that Pliny narrates in his Natural History as the
mythical origin of painting), art begins as a touch of the absent desire. This outline
of the shadow of a man (omnes umbra hominis lineis circumducta) serves to articulate a 91
metaphysics of the image as a presentation of the absent, a re-elaboration of
the erotic lost in memory. In his Metamorphosis, Ovid names the shadow of the
"shuddering is the best part of humanity. Although the world may make mankind pay for the
feeling, in the midst of his emotion is when man profoundly feels its immensity." Fear before
the enormity - das Ungeheure – is actually a fear of what does not allow itself be circumscribed with
words, what escapes our comprehension and scope. Thus, the enormous is not just what escapes
from the nomos, it is the Greek deinos, a terror that leaves one mute. This uprooting of the voice,
which prevents it from designating things, which leads the spectacles of the world to a monstrous
ineffability, is analogous, in orality, to what in visibility leaves the prey faceless, deprives it of the
face-to-face through which mankind signals his presence to others» (Jean Clair, La barbarie ordi-
naria. Music en Dachau, Madrid, La Balsa de la Medusa, 2007, p. 75). Cfr. Rudolf Otto, Lo santo. Lo
racional y lo irracional en la idea de Dios, Madrid, Alianza, 1980, p. 20.
25 | Antonio Gamoneda, «Galanda Negro», in Miguel Galanda. Luz Negra, Elche, Oficina de Arte, 2001.
26 | Félix Duque, «De incripciones y cortaduras», in Miguel Galanda y Mahi BineBine. Figures, op. cit., p. 99.
27 | «Every person is their body – mute song, wall of writing, the secret figure of saying, of the pre-
scribed, their living metaphor, their word. Every person, a dusk of light. Every person, a sarcopha-
gus of shadow» (Juan Barja, «Figuras», in Miguel Galanda y Mahi BineBine. Figures, op. cit., p. 15).
28 | Carl G. Jung, Aion. Contribución a los simbolismos del si-mismo, Barcelona, Paidós, 1989, p. 22.
image nothing: «The vain attempt to transform the vision in embrace leads to
drama, at the ecstatic moment when the protagonist finally realises the ‘state
of mirror’». The image (imago) no longer fools us, it is no longer a «shad-
ow», it is no longer an «other», but himself. «That is I» (Iste ego sum)».29 The
human presences on Galanda’s metallic meshes are not the embodiment of
Sosia, dispossessed in the reflection,30 rather abandoned shadows, sediments
of memory, footprints of anguish. Disturbing remains, although in this work
actually nothing remains.31
92
100
Juan Barja
BLIND LIGHT
Translated by Reginald Gibbons
1.
the refuted
horizon of failure:
without presentness. 2.
its yellow
shroud, its canon,
where space
spins endlessly
in its return.
its collapse.
someone exiled,
blinded, lost,
between what’s motionless
gap, trap.
104
105
MIGUEL GALANDA
Caspe (Zaragoza) 1951. • Instituto Cervantes, Tánger.
Licenciado en Filosofía por la Universidad de • Ministère de la Culture, Abu Dhabi. Dubai.
Barcelona. 2001
Estudios de Bellas Artes en la Universidad de • Oficina de Arte, Elche, Alicante.
Barcelona. • Figuras, Tinglado 4 Moll de Costa, Tarragona
Vive en Madrid desde 1984. • Paláis des Congrés, Grasse.
www.miguelgalanda.com 2000
• Sala de Exposiciones de Ibercaja, Valencia.
• Archivo Histórico Provincial, Toledo.
EXPOSICIONES INDIVIDUALES 1999
• Galería Nájera, Madrid.
• Stendhal Gallery, Nueva York.
2009 1998
• The Gabarrón Fundation. New York. • Stendhal Gallery, Nueva York.
• Escenografía para Oda a Napoleón 1997
de Arnold Schönberg y Cuatro canciones serias • Contratalla Art, Barcelona.
de Johannes Brahms.Círculo de Bellas Artes. 1996
Madrid. • ARCO 96, Galería Anselmo Álvarez, Madrid.
• Galerie Michael Nolte. Münster. Alemania • Rodney Merrington Fine Art, Nueva York.
2007 1995
• UNED, Calatayud. • Galería Antonia Puyó, Zaragoza.
• Galerie Dahiez & Asociés, Zúrich. • Galería Anselmo Álvarez, Madrid.
2006 • Galería Antonia Puyó, Zaragoza.
• Galerie Brigitte Schenk, Colonia. • Sala Rebull, Reus.
• Galería AAM, Roma. 1992
• ARTinvest. Roma • Galería Joaquín Parra, París.
2005 • Europ’Art, Galería Joaquín Parra, Ginebra.
• Colegio de Arquitectos, Lérida. • Galería MW, Madrid.
• Galería Llac, Tarragona. • Galería Nómadas, Cambrils.
• Instituto Alemán Goethe. Madrid 1990
2004 • Galerie Últim Art, París.
• Círculo de Bellas Artes, Madrid. • Galería Mácula, Alicante.
• Palais de la Mairie, Bastia, Córcega. • Monasterio de Veruela, Zaragoza.
• Galería AAM, Roma. • Sala Luzán, Zaragoza.
• Galería Atalante, Madrid. 1989
• Galería Brigitte Schenk, Colonia. • Galería Ferrán Cano-4 Gats, Barcelona.
2003 1988
• Galeríe AAM, Roma. • Galerie S&S, Zurich.
• Estudio Bocchi, Roma. • ART Basel 88, Galería Juana Mordó, Basilea.
• Fundación Maturén, Tarazona. 1987
• Galería Beaskoa, Barcelona • Galería Juana Mordó, Madrid.
2002 1986
• Galerie Dahiez & Asociés, Zúrich. • Palacio de Sástago, Zaragoza.
• Galerie Brigitte Schenk, Colonia. • Galería Esteban Durán, Tarragona.
• Musée de Marrakech. 1985
• Société Général Marocaine de Banques, • Galería Montenegro, Madrid.
Casablanca.
1984 2002
• Galería Ovidio, Madrid. • Itinerario MEIAC, Badajoz.
• Orzán 139, La Coruña. • Marketes, Bruselas.
• Sala Bartok, La Riera. • Mairie IX, París.
1983 • Galerie Al Manar, Casablanca.
• Monasterio de Santas Creus, Tarragona. • Kunst Köln 2002, Galerie Brigitte Schenk,
• Galería Ovidio, Madrid. Colonia.
1982 2001
• Antic Hospital de San Roc, Valls. • Galería Espacio Líquido, Gijón.
• Llibrería La Rambla, Tarragona. • ESTAMPA, MercatArt, Madrid.
• A primera vista. Cortes de Aragón, Zaragoza.
• Espacio Pintado, Conde Duque Cultural Centre,
EXPOSICIONES COLECTIVAS Madrid.
• Cien artistas con Sileno. Círculo de Bellas Artes,
Madrid.
2009 2000
• Rarezas de Artista. San Juan de la Peña. Huesca. • Galería Nájera, Madrid.
2008 • Edición de cinco grabados, Contratalla Art, Tarragona.
• Aragoneses, Galería Antonia Puyó. Zaragoza. 1999
2007 • Galería Nájera, Madrid.
• Los años 80. Pintura. Galería Ovidio, Madrid. • ARCO 99. Galería Antonia Puyó, Madrid.
2006 • El papel todo lo aguanta. Museo Pablo Serrano,
• Itinerario, Círculo de Bellas Artes, Madrid. Zaragoza.
• Los años 80. Pintura, dibujos. Galería Ovidio, • RAW, Stendhal Gallery, Nueva York.
Madrid. • MAD´ART, Madrid.
• Kunst Köln 2006. Galeríe Brigitte Schenk, • Edición de ocho grabados, Contratalla, Tarragona.
Colonia. 1998
2005 • ARCO 98 Antonia Puyó, Madrid.
• Los años 80. Dibujos, Galería Ovidio, Madrid. • ESTAMPA, Ediciones Antonio Gayo, Madrid.
• TERRA. Horta de San Joan, Tarragona. • Grotesque, Sendhal Gallery, Nueva York.
• Iglesia de la Misericordia, Silves, Portugal. • Art al Hotel, Galería Antonia Puyó, Zaragoza.
• Cento Cultural, Abu Dabi. Dubai. • Galería Seiquer, Marbella, Málaga.
2004 1997
• Kunst Köln 2004, Galeríe Brigitte Schenk, • ARCO 97, Galería Antonia Puyó, Madrid.
Colonia. • Stendhal Gallery, Ohio, U.S.A.
• Peinetas, Galería Pep Escoda, Tarragona. 1996
• Musèe de Marrakech, Marrakech. • Colonia Art Fair 96, Galería Antonia
• Galerie Al Manar, Marrakech. Puyó,Colonia.
• ESTAMPA, Contratalla Art, Madrid. • ESTAMPA. Ediciones Antonio Gayo, Madrid.
• Edición de nueve Xilografías, Contratalla Art, • Galería Anselmo Álvarez, Madrid.
Tarragona. • Grabadores Españoles, Carpeta Editada por
• Borj el Arabe, Dubai. Contratalla Art, Tarragona.
2003 1995
• Kunst Köln 2003, Galerie Brigitte Schenk, • 90 años de pintura aragonesa, Sala Luzán, Zaragoza.
Colonia. • Xanadú, Galería Anselmo Álvarez, Madrid.
• Interferences, Galerie de la Teinturerie (ESAD), • Galería Antonia Puyó, Zaragoza.
Amiens. • Sala Rebull. Reus, Tarragona.
1994 • La generación de los 80. Pintura del Museo de Bellas
• Chicago Art Fair, Galería Antonia Puyó, Artes de Vitoria, Museo de San Telmo, San
Chicago. Sebastián.
• Recapitulación, Galería Anselmo Álvarez, Madrid. • Galería Juana Mordó, Madrid.
• Pintura aragonesa a la escuela, Itinerante, Zaragoza. • Homenaje a las víctimas del franquismo, Centro Cultural
1993 de la Villa, Madrid.
• Sala Rebull, Reus, Tarragona. • Pintura aragonesa contemporánea a la escuela, Ministerio
• XXX Salón Nacional de Pintura, Fundación de Educación, Zaragoza.
C.A.M. [premio adquisición] Murcia, Alicante, 1986
Cartagena. • III Trienal de Dibujo, Neue Galerie Der Stadt,
1992 Lynz.
• Galerie Joaquín Parra, París. • Galería Montenegro, Madrid.
• Artistas en Madrid, Expo 92, Pabellón de la • Contrapunto, Palacio de la Lonja, Zaragoza.
Comunidad de Madrid, Sevilla. 1985
• Galería MW, Madrid. • III Trienal Internacional de Dibujo Kunsthalle
1991 de Nuremberg, R.F.A.
• De Goya a nosotros. Palacio de la Lonja, Zaragoza. • ARCO 85. Galería Ovidio, Madrid.
• Galerie Joaquín Parra, París. • VIII Bienal de Pontevedra, Pontevedra.
• Galería Nómadas, Cambrils, Tarragona. • Punto. Casa del Reloj, Madrid, Salamanca.
1990 • IV Salón de los 16, MEAC. Madrid, Reales Alcázares,
• Colección Cerler, Colegio de Arquitectos, Sevilla.
Zaragoza. • Galería Caligrama, Zaragoza.
1989 • 10 años de la Galería Ovidio, Madrid.
• XXV Aniversario Galería Juana Mordó, Madrid.
• Colecció Testimoni, Caixa de Pensions, Barcelona.
• II Bienal Internacional de Estambul. MUSEOS E INSTITUCIONES PÚBLICAS
• Galerie S&S Zurich.
• La generación de los 80. Museo Carrillo Gil, México,
México D.F. • Ayuntamiento de Zaragoza.
• Casa Rómulo Gallego, Caracas. • Cortes de Aragón, Zaragoza.
1988 • Diputación Provincial de Zaragoza.
• Galería Krief, Europe Art Première, París. • Colección Bárbara Rose, Nueva York.
• Colección de Arte Aragonés Contemporáneo, • Diputación General de Aragón, Zaragoza.
Zaragoza, itinerante. • Fundación Caixa de Pensions, Barcelona.
• Pintura Española, La generación de los 80, Centro • Colección BBVA, Madrid.
Cultural los Condes, Santiago de Chile. • Museo de Bellas Artes de Álava, Vitoria.
• Cinco Aragoneses en la Luzán, Sala Luzán, Zaragoza. • Socièté General Marrocaine des Banques,
• Homenaje a las víctimas del franquismo, Museo de San Casablanca.
Telmo, San Sebastián, Lonja, Valencia. • Colección Cerler, Zaragoza.
• Fundación Alfredo Portabat, Buenos Aires, • Colección CAM, Murcia.
Argentina. • Colección CAI, Zaragoza.
• Congreso Nacional Basilea, Montevideo, • Colección ACS, Madrid.
Uruguay. • Consell Comarcal del Tarragonés, Tarragona.
1987 • Fundación Maturén, Tarazona.
• Viaje de ida. Diputación General de Aragón, • Ayuntamiento de Caspe, Zaragoza.
Zaragoza, Pamplona. • Musée de Marrakech.
• Colección Hermés, París.
• Colección Miguel Logroño, Itinerario. LIBROS DE ARTE
Santander.
• Colección Colegio de Arquitectos, Lérida.
• Instituto Alemán Goethe. Madrid. • FIN DE FUGA. Nueve xilografías originales,
• Circulo de Bellas Artes, Madrid. poema de Juan Barja, edición de 125 ejemplares,
• Colección, UNED. Calatayud. Abada Editores, Madrid 2004.
• The Gabarron Foundation. • DESCRIPCION DE LA MENTIRA, una
litografía original, poemas de Antonio
Gamoneda, edición de 50 ejemplares, Abada
ILUSTRACIONES Y PORTADAS DE Editores, Madrid, 2003.
LIBROS • MONDONGO. Siete dibujos originales, texto
de Mahi BineBine. Edición de siete ejemplares,
Bibliotèque Nacional, París, 2001.
• Portada de Navidad, Diario de Catalunya Sud,
Tarragona, 1988.
• L’home a génoux, Agustin Gómez Arcos, Ed. Juliard, VIDEOS
París, 1989.
• Scène de chasse (furtive), reedición, Agustín Gómez
Arcos, Ed. Stock, París, 1991. • MIGUEL GALANDA, realizado por Emilio
• Mère Justice, Agustín Gómez Arcos, Ed. Stock, Casanovas, Diputación Provincial de Zaragoza, 1987.
París, 1993. • MIGUEL GALANDA, realizado por José Enrique
• L’enfant d’emprumt, Agustín Gómez Arcos, Ed. Martínez Reus, Zaragoza, 1993.
Stock, París, 1993.
• L’ange de chair, Agustín Gómez Arcos, Ed. Stock,
París, 1994.
• Tres dibujos para Osías Stutman, Revista El Bosque,
Diputaciones de Huesca y Zaragoza, 1994.
• Allegories of Dissent, Sharon G. Feldman, Ed.
Associated University Presses, Londres, 1998.
• Volver al mundo, J.Á. González Sainz, Ed.
Anagrama, Barcelona, 2003.
• El Gato con Botas, dos dibujos, Abada Editores,
Madrid, 2003.
• Terre d’ombre brulèe, Mahi BineBine, Ed. Fayard,
París, 2004.
• Moratoria, Javier Jover,Calima Ediciones,
Madrid, 2004.
• Babel bajo la luna, Miguel Veyrat, Calima Ediciones,
Madrid, 2005.
• Es lo que es, Erich Fried, La poesía, Señor hidalgo,
Barcelona, 2006.
• Nota sobre el Suplicio de la Guillotina, Ed. Maia,
Madrid, 2009.
Caspe (Saragossa), 1951. 2001
B.A. in Philosophy, University of Barcelona. • Oficina de Arte, Elche, Alicante.
Studies in Fine Arts, University of Barcelona. • Figuras, Tinglado 4 Moll de Costa, Tarragona.
Lives and works in Madrid since 1984. • Paláis des Congrés, Grasse.
www.miguelgalanda.com 2000
• Exhibition Room, Ibercaja, Valencia.
• Archivo Histórico Provincial, Toledo.
SOLO EXHIBITIONS 1999
• Galería Nájera, Madrid.
• Stendhal Gallery, New York.
2009 1998
• The Gabarron Fundation, New York.•Scenarios • Stendhal Gallery, New York.
for Ode to Napoleon, by Arnold Schönberg, and 1997
Four Serious Songs, by Johannes Brahms. Círculo de • Contratalla Art, Barcelona.
Bellas Artes, Madrid. 1996
• Galerie Michael Nolte. Münster, Germany. • ARCO 96, Galería Anselmo Álvarez, Madrid.
2007 • Rodney Merrington Fine Art, New York.
• UNED, Calatayud. 1995
• Galerie Dahiez & Asociés, Zürich. • Galería Antonia Puyó, Saragossa.
2006 • Galería Anselmo Álvarez, Madrid.
• Galerie Brigitte Schenk, Cologne. • Galería Antonia Puyó, Saragossa.
• Galería AAM, Rome. • Sala Rebull, Reus.
• ARTinvest, Rome. 1992
2005 • Galería Joaquín Parra, Paris.
• Colegio de Arquitectos, Lérida. • Europ’Art, Galería Joaquín Parra, Geneva.
• Galería Llac, Tarragona. • Galería MW, Madrid.
• Goethe-Institute, Madrid. • Galería Nómadas, Cambrils.
2004 1990
• Círculo de Bellas Artes, Madrid. • Galerie Últim Art, Paris.
• Palais de la Mairie, Bastia, Corsica. • Galería Mácula, Alicante.
• Galería AAM, Rome. • Veruela Monastery, Saragossa.
• Galería Atalante, Madrid. • Sala Luzán, Saragossa.
• Galerie Brigitte Schenk, Cologne. 1989
2003 • Galería Ferrán Cano-4 Gats, Barcelona.
• Galería AAM, Rome. 1988
• Estudio Bocchi, Rome. • Galerie S&S, Zurich.
• Maturén Foundation, Tarazona. • ART Basel 88, Galería Juana Mordó, Basel.
• Galería Beaskoa, Barcelona. 1987
2002 • Galería Juana Mordó, Madrid.
• Galerie Dahiez & Asociés, Zürich. 1986
• Galerie Brigitte Schenk, Cologne. • Sástago Palace, Saragossa.
• Musée de Marrakech. • Galería Esteban Durán, Tarragona.
• Société Général Marocaine de Banques, 1985
Casablanca. • Galería Montenegro, Madrid.
• Institute Cervantes, Tangier. 1984
• Ministère de la Culture, Abu Dhabi, Dubai. • Galería Ovidio, Madrid.
• Orzán 139, La Coruña.
• Sala Bartok, La Riera.
1983 • Galerie Al Manar, Casablanca.
• Santes Creus Monastery, Tarragona. • Kunst Köln 2002, Galerie Brigitte Schenk,
• Galería Ovidio, Madrid. Cologne.
1982 2001
• Antic Hospital de San Roc, Valls. • Galería Espacio Líquido, Gijón.
• La Rambla Bookshop, Tarragona. • ESTAMPA, MercatArt, Madrid.
• A primera vista, Cortes de Aragón, Saragossa.
• Espacio Pintado, Conde Duque Cultural Centre,
GROUP EXHIBITIONS Madrid.
• Cien artistas con Sileno, Círculo de Bellas Artes,
Madrid.
2009 2000
• Rarezas de Artista, San Juan de la Peña, Huesca. • Galería Nájera, Madrid.
2008 • Five Engravings, Contratalla Art, Tarragona.
• Aragoneses, Galería Antonia Puyo, Saragossa. 1999
2007 • Galería Nájera, Madrid.
• Los años 80, painting, Galería Ovidio, Madrid. • ARCO 99, Galería Antonia Puyó, Madrid.
2006 • El papel todo lo aguanta, Pablo Serrano Museum,
• Itinerario, Círculo de Bellas Artes, Madrid. Saragossa.
• Los años 80, paintings & drawings, Galería • RAW, Stendhal Gallery, New York.
Ovidio, Madrid. • MAD’ART, Madrid.
• Kunst Köln 2006, Galerie Brigitte Schenk, • Eight Engravings, Contratalla, Tarragona.
Cologne. 1998
2005 • ARCO 98, Galería Antonia Puyó, Madrid.
• Los años 80, drawings, Galería Ovidio, Madrid. • ESTAMPA, Antonio Gayo Ed., Madrid.
• TERRA, Horta de San Joan, Tarragona. • Grotesque, Sendhal Gallery, New York.
• Iglesia de la Misericordia, Silves, Portugal. • Art al Hotel, Galería Antonia Puyó, Saragossa.
• Centro Cultural Abu Dabi, Dubai. • Galería Seiquer, Marbella, Malaga.
2004 1997
• Kunst Köln 2004, Galerie Brigitte Schenk, • ARCO 97, Galería Antonia Puyó, Madrid.
Cologne. • Stendhal Gallery, Ohio, U.S.A.
• Peinetas, Galería Pep Escoda, Tarragona. 1996
• Musèe de Marrakech, Marrakech. • Cologne Art Fair 96, Galería Antonia Puyó,
• Galerie Al Manar, Marrakech. Cologne.
• ESTAMPA, Contratalla Art, Madrid. • ESTAMPA, Antonio Gayo Ed., Madrid.
• Nine Woodcuts, Contratalla Art, Tarragona. • Galería Anselmo Álvarez, Madrid.
• Borj el Arabe, Dubai. • Grabadores españoles, portfolio published by
2003 Contratalla Art, Tarragona.
• Kunst Köln 2003, Galerie Brigitte Schenk, 1995
Cologne. • 90 años de pintura aragonesa, Sala Luzán, Saragossa.
• Interferences, Galerie de la Teinturerie (ESAD), • Xanadú, Galería Anselmo Álvarez, Madrid.
Amiens. • Galería Antonia Puyó, Saragossa.
2002 • Sala Rebull, Reus, Tarragona.
• Itinerario, MEIAC, Badajoz. 1994
• Marketen, Brussels. • Chicago Art Fair, Galería Antonia Puyó,
• Mairie IX, Paris. Chicago.
• Recapitulación, Galería Anselmo Álvarez, Madrid. • Homenaje a las víctimas del franquismo, Centro Cultural de
• Pintura aragonesa a la escuela, Itinerant, Saragossa. la Villa, Madrid.
1993 • Pintura aragonesa contemporánea a la escuela, Ministry of
• Sala Rebull, Reus, Tarragona. Education, Saragossa.
• XXX Salón Nacional de Pintura, C.A.M. 1986
Foundation. • III Drawing Triennial, Neue Galerie Der Stadt, Linz.
• (Acquisition Prize) Murcia, Alicante, Cartagena. • Galería Montenegro, Madrid.
1992 • Contrapunto, Lonja Palace, Saragossa.
• Galería Joaquín Parra, Paris. 1985
• Artistas en Madrid, Expo 92, Madrid Pavilion, • III Drawing International Triennial, Nuremberg
Seville. Kunsthalle, R.F.A.
• Galería MW, Madrid. • ARCO 85. Galería Ovidio, Madrid.
1991 • VIII Pontevedra Biennial, Pontevedra.
• De Goya a nosotros, Lonja Palace, Saragossa. • Punto, Casa del Reloj, Madrid, Salamanca.
• Galería Joaquín Parra, Paris. • IV Salón de los 16, MEAC, Madrid. Reales Alcázares,
• Galería Nómadas, Cambrils, Tarragona. Seville.
1990 • Galería Caligrama, Saragossa.
• Cerler Collection, Colegio de Arquitectos, Saragossa. • Ten years, Galería Ovidio, Madrid.
1989
• XXV Anniversary Galería Juana Mordó, Madrid.
• Colecció Testimoni, Caixa de Pensions, Barcelona. MUSEUMS AND PUBLIC INSTITUTIONS
• II International Biennial, Istanbul.
• Galerie S&S Zurich.
• La generación de los 80, Carrillo Gil Museum, Mexico • Town Hall, Saragossa.
D.F. • Cortes de Aragón, Saragossa.
• Rómulo Gallego House, Caracas. • Diputación Provincial, Saragossa.
1988 • Bárbara Rose Collection, New York.
• Europe Art Première, Galerie Krief, Paris. • Diputación General de Aragón, Saragossa.
• Collection de Arte Aragonés Contemporáneo, itinerant, • Caixa de Pensions Foundation, Barcelona.
Saragossa. • BBVA Collection, Madrid.
• Pintura Española. La generación de los 80, Los Condes • Fine Arts Museum, Álava, Vitoria.
Cultural Centre, Santiago de Chile. • Socièté General Marrocaine des Banques,
• Cinco aragoneses en la Luzán, Sala Luzán, Saragossa. Casablanca.
• Homenaje a las víctimas del franquismo, San Telmo • Cerler Collection, Saragossa.
Museum, San Sebastián; Lonja, Valencia. • CAM Collection, Murcia.
• Alfredo Portabat Foundation, Buenos Aires, • CAI Collection, Saragossa.
Argentina. • ACS Collection, Madrid.
• National Conference Basel, Montevideo, • Consell Comarcal del Tarragonés, Tarragona.
Uruguay. • Maturén Foundation, Tarazona.
1987 • Town Hall, Caspe, Saragossa.
• Viaje de ida, Diputación General de Aragón, • Musée de Marrakech.
Pamplona, Saragossa. • Hermés Collection, Paris.
• La generación de los 80, Painting from Vitoria’s • Miguel Logroño Travelling Collection, Santander.
Fine Arts Museum, San Telmo Museum, San • Colegio de Arquitectos Collection, Lérida.
Sebastián. • Goethe-Institute, Madrid.
• Galería Juana Mordó, Madrid. • Círculo de Bellas Artes, Madrid.
• UNED Collection, Calatayud. • DESCRIPCIÓN DE LA MENTIRA. One
• The Gabarron Foundation, New York. original Lithograph, poems by Antonio
Gamoneda, print run of 50 copies, Abada
Editores, Madrid, 2003.
ILLUSTRATIONS AND BOOK • MONDONGO. Seven original Drawings, text
COVERS by Mahi BineBine, 7 copies, Bibliotèque
Nacional, Paris, 2001.
ART BOOKS
ISBN: 978-84-87619-19-9
Legal Registry: M-42632-2009
In association with:
GALANDA
Antonio Gamoneda 10
SOMBRAS, O RESTOS INQUIETANTES
Fernando Castro Flórez 12
SALVACIÓN DE LA RUINA
Félix Duque 22
LUZ CIEGA
Juan Barja 30
OBRA / WORKS 35
GALANDA
Antonio Gamoneda 82
SHADOWS, OR DISTURBING REMAINS
Fernando Castro Flórez 84
SALVATION FROM RUIN
Félix Duque 94
BLIND LIGHT
Juan Barja 102
EXPOSICIONES 106
EXHIBITIONS 111