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Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Ciencias Sociales


Maestría en Historia
Historia de Colombia del siglo XX: Dr. Rigoberto Rueda Santos
Reseña: Cultivos ilícitos en Colombia: elementos para un balance. Bogotá 2005, 42
páginas.
Pedronel Jiménez Cárdenas
Agosto 14 de 2018
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CULTIVOS ILÍCITOS EN COLOMBIA: ELEMENTOS PARA UN BALANCE

Cultivos ilícitos en Colombia: elementos para un balance, es un artículo académico escrito


por el sociólogo colombiano Ricardo Vargas Meza, quien a través de 42 páginas explica
fundamentalmente el problema de los cultivos ilícitos en Colombia ampliando y
actualizando información relacionada con su libro Narcotráfico, guerra y política
antidrogas, publicado en junio de 2005. ¿Así pues, resultan interrogantes como que
elementos hicieron que empeoraran la desigualdad social y económica en las regiones más
marginadas del país para el año 2004?

En efecto, la preocupación del autor se basa en establecer las repercusiones sociales y


políticas que dejó la estrategia antinarcóticos al haber sido asociada a la política
antiterrorista en Colombia y los problemas al momento de cruzar las estrategias del
gobierno con los resultados obtenidos1 en el año 2004. Adicional a esto, se evidencia que
después de la Guerra Fría elementos como la política antidrogas, migraciones ilegales, el
tráfico de armas, el crimen y la corrupción fueron definiciones que formuló Washington
sobre amenazas a la democracia, la estabilidad regional y la prosperidad en América
Latina2, las cuales fueron teniendo con el tiempo un papel más relevante.

El papel hegemónico de Estados Unidos a través de la cooperación internacional, y el


establecimiento de fundamentos políticos sobre los cuales se establecen las democracias
coge un rol preponderante mediante el uso de la ayuda de EE.UU. No obstante, Vargas a
través de su estudio identificó que la globalización después de los años 90 requería de
EE.UU. el fortalecimiento de un poder blando3, para evitar que se incrementaran los

1 Ricardo, Vargas. Cultivos ilícitos en Colombia: elementos para un balance. (Bogotá, 2005). P.2
2
Ibíd., 3
3
Ibíd., 4

1
problemas que atentaban contra la sociedad como el terrorismo y otros elementos como la
migración y la corrupción4 que finalmente afectaban la estabilidad del país.

De acuerdo con lo anterior, EE.UU. identificó que si no buscaba una solución a la


expansión de cultivos ilícitos se podrían afectar la seguridad y los intereses nacionales. Así
mismo, el departamento de defensa acudió a la planificación de la erradicación de drogas
como estrategia de aplicación en la región Andina y en especial en Colombia, pues según
las agencias de Estados Unidos involucradas, Colombia era la principal fuente de tráfico de
drogas y cultivos ilícitos hacia EE.UU. Como resultado, EE.UU. confirmó una nueva
postura relacionada con la lucha antidroga a falta de control fronterizo en varios países
latinos, situación que aprovecharon las organizaciones narcotraficantes mediante el uso de
rutas marítimas, terrestres y aéreas para comercializar drogas.

Vargas se apoyó en la tesis de Nye, para identificar la insostenibilidad de una política de


drogas mediante el uso del poder militar. Esto supone a su vez el desarrollo de tareas
asociadas al fortalecimiento del control estatal de sus fronteras y una lucha contra la
corrupción, son dinámicas que corresponden con políticas a mediano y largo plazo5. Por lo
tanto, con base en dicha tesis se establece que el narcotráfico no es de competencia militar,
a pesar de que esta tesis es compleja de aplicar en países donde perduran conflictos
armados.

El caso colombiano al igual que el de otros países como Afganistán y Birmania6, muestran
el interés de EE.UU por liderar la implementación de estrategias para la lucha contra las
drogas en escenarios de Guerra. En tal sentido, al hablar de políticas, el texto tiene gran
importancia, pues analiza la política de seguridad y defensa democrática y sus resultados
para el año 2004, ya que muestro un análisis de la época que finalmente reorientó el
esfuerzo del Estado para controlar el comercio de drogas. Como resultado, se comienza
atacar las fuentes de financiamiento de las insurgencias armadas, es decir, sus hombres y
sus fuentes de financiamiento con el apoyo financiero del gobierno de EE.UU. finalmente,
Vargas afirma que no se puede emplear solo el uso de la fuerza para la lucha antiterrorista,
pues estas son redes que se mueven en un mercado global. No obstante, Vargas afirmó que
si se utilizaba la guerra contrainsurgente como mecanismo para el caso colombiano tendría
un mejor resultado, pues en dichas áreas se requería del apoyo de la población civil con el
fin de poder estabilizarlas.

5
Ibíd.,6
6
Ibíd.,7

2
En efecto, según Vargas una guerra contrainsurgente, tiene propósitos diferentes a solo
acabar con líderes de organizaciones narcotraficantes o grupos de bandidos, pues el apoyo
de la población civil se convierte un punto central para el logro de los resultados
propuestos7. Colombia dentro de su política de seguridad y defensa para el año 2004
fumigó áreas de los departamentos de Nariño, Guaviare, Caquetá y Putumayo. No obstante,
Vargas identificó serias inconsistencias para el cumplimiento de la estrategia, pues el
Estado no diferenció a la población civil, la cual se requería como aliada para la estrategia,
en contraste, dichas poblaciones donde se comenzó la ofensiva militar se convirtieron en
parte de las poblaciones más marginadas política y económicamente.

La erradicación a comienzos de los años 2003 se convirtió en prioridad para detener la


expansión de cultivos ilícitos, sin embargo, se evidenció según Vargas los intereses del
Estado y la desigualdad en lo referente al empleo de fumigaciones, pues se evidenció que
no era equitativo el uso de aspersión aérea en los departamentos del país, pues se evidenció
que las zonas más fumigadas eran aquellas en donde era más intenso la ofensiva militar y la
confrontación armada. Conforme con lo anterior, el problema agrario descrito por Legrand
en su libro Protesta campesina 1850-1950 persiste, pues para el año 2003 por ejemplo, la
incautación de bienes a grupos narcotraficantes presentó irregularidades, por posibles
intereses e implicación de diferentes funcionarios del Estado, que finalmente, mantuvieron
los desplazamientos forzados de población civil en zonas marginadas.

En suma, el uso de la fuerza para atacar el fenómeno de los cultivos ilícitos y sus elementos
asociados dentro de un enfoque antiterrorista de la época, generó problemas sociales que
aún perduran en las regiones, y que a falta de recuperación de tejido social por parte del
Estado han hecho que se mantenga el conflicto armado en las regiones colombianas.

Bibliografía
Vargas, R. (2005). Cultivos ilícitos en Colombia: elementos para un balance.

7
Ibid.,10

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