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EL CORONEL VICENTE DAMASCO

EL SUCESOR POLÍTICO DEL GENERAL JUAN D. PERÓN:


POR UNA NACIÓN SOCIALMENTE JUSTA, ECONÓMICAMENTE LIBRE Y
POLÍTICAMENTE SOBERANA.

Destacado militar, con perfil docente y académico, Vicente Damasco prometía


ser un político diferente a los que la sociedad estaba acostumbrada, dicha actividad no
sólo lo dotaba de una amplia y rica formación en diferentes campos académicos como
ser: economía, historia, geografía y otras ciencias, sino que también, y a consecuencia
de su labor docente, tenía una gran facilidad de comunicación con la juventud que
siempre lo rodeó.
El “cursus honorum” de Damasco podríamos decir que comienza el 14 de junio
de 1973 cuando es nombrado Jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo “Gral.
San Martín” (puesto que fuera ocupado nada más y nada menos que por el entonces
Tte. Cnel. San Martín, su primer jefe, del Cuerpo que fuera fundado el 16 de marzo de
1812 y cuyo bautismo de fuego sería el 3 de febrero de 1813 en San Lorenzo, y al que
pertenecería Facundo Quiroga) afectado a la escolta presidencial (función que hasta
ahora dicho Regimiento cumple, a partir del decreto del 17 de julio de 1907 del
presidente Figueroa Alcorta), por razones de su función toma contacto con los
presidentes Cámpora, Lastiri y finalmente el General Perón.
Juan Domingo Perón debía asumir su tercera presidencia el 12 de octubre de
1973, se le confía al Cnel. Damasco todo el operativo de seguridad, tarea nada sencilla
teniendo en cuenta lo que había sucedido el 20 de junio de ese año en las inmediaciones
del aeropuerto internacional de Ezeiza episodio denominado “la masacre de Ezeiza”,
luego se comprobaría que hubo intención de ciertos sectores de asesinar a Perón en su
regreso definitivo a la Argentina. La tarea fue tan eficaz e impecablemente cumplida
que luego el General Perón dispuso que el Coronel explicase la misma a todo el
gabinete.
El incremento de las responsabilidades y del rol político del Cnel. Damasco en el
gobierno del Gral. Perón no tardaron en generar recelos y suspicacias, tanto en el
ambiente político como en la prensa, ya que era “desconocido” para muchos.
Damasco no era un político tradicional, no era sindicalista, pero era el hombre
con una sólida formación profesional, que el gobierno de Perón y la Argentina,
necesitaban.
El General Perón y Damasco, personalmente ya se conocían. Damasco como
todo oficial egresado del Colegio Militar, recibió el 22 de julio de 1947 su sable de
manos del presidente; luego en abril de 1951 fue comisionado para participar de un acto
en casa de gobierno, donde el Presidente Perón entregaría el premio al primer récord de
producción a los obreros Pellico y Fraga. Fue en ese entonces que el mismo presidente
llamó y colocó al entonces joven oficial entre él y su esposa Evita.
Dos años después se reunirían en el despacho presidencial, sin duda, en esta
coyuntura de la historia, podemos apreciar ciertos hitos de transcendencia y como el
destino iba construyendo el entramado de unidad política-espiritual de esos hombres
leales a sus principios y celosos de su cumplimiento.
Cuando fue el enfrentamiento entre “Azules” y “Colorados” (enfrentamiento
interno en las FF.AA. entre septiembre de 1962 y abril de 1963, que giró en torno a la
participación que se le daría al peronismo), Damasco era Mayor y estaba en el bando de
los “azules”, de cierta actitud conciliadora (dentro de lo posible, teniendo en cuenta la
proscripción del peronismo); los “colorados” siempre se identificaron como militares
antiperonistas.

LABOR ACADÉMICA Y DOCENCIA UNIVERSITARIA

La que hoy se conoce como Universidad Nacional del Centro de la Provincia de


Buenos Aires, nació como “Fundación Universidad de Tandil” siendo Damasco el
principal impulsor de su nacionalización.
En ese entonces, Tandil competía con Olavarría para el establecimiento de la
Universidad, ésta contaba con un fuerte apoyo económico.
El Cnel. Damasco, a la sazón Secretario General de Gobierno, en ocasión de
tratarse la cuestión educativa en una reunión de gabinete, con las siguientes palabras le
solicitó al Presidente Perón: “Mi General, Tandil necesita la nacionalización de su
Universidad, hoy a cargo de una Fundación. Usted sabe que hace años que venimos
trabajando en bien de la región”.
El ministro de educación de ese entonces se inclinaba por Olavarría e incluso,
tenía la lista de candidatos para el rectorado. El Gral. Perón expresó: “Aquí la palabra
más autorizada en esto la tiene Damasco, que es profesor de la Universidad desde hace
varios años”…….para luego agregar “conviene hacer lo que el Coronel nos sugiere”.
El Profesor Damasco no utilizó solamente su posición política, sino su cabal
conocimiento de la situación, pues llegó a ser profesor titular por concurso de seis
cátedras en cuatro facultades: Ciencias Económicas, Veterinaria, Ingeniería y Físico-
matemáticas, desde fines de los años 1960; tan sólo percibía viáticos.
Como parte de las dificultades que tuvo que sortear, podemos citar que, en
ocasión de viajar a Tandil (distante unos 300 km) por la ruta 3; el 20 de Diciembre de
1973, junto a su familia sufrió un grave accidente automovilístico.
También en forma honoraria, desempeñó en la referida Universidad, los cargos
de Subdirector del Instituto de Investigaciones Socio-económico-culturales, Director del
Departamento de Medios Audiovisuales y Director del Departamento de Planificación
Educativa.
La designación del rector (delegado organizador), a sugerencia de Damasco, fue
el Dr. Raúl Cruz, quien ya se desempeñaba en dicho cargo, por lo cual el Coronel, instó
para que se le reconociera su mérito.
Es dable destacar que el Dr. Cruz era radical, siendo la ciudad de Tandil, el
terruño del senador radical Juan Carlos Pugliese. Así se debe servir a la Patria, sin
distinción de partidismos ni mezquindades personales.
Damasco hacía honor a su deber de funcionario público, a la vez de prestigiar al
gobierno justicialista, elevando a las Instituciones de la República al digno sitial del
servicio al Pueblo Argentino.
Los beneficiarios concretos de esa gestión, fueron los ciudadanos de la ciudad de
Tandil, porque para los justicialistas “En esta tierra lo mejor que tenemos es el Pueblo”
(Verdad Justicialista N° 20).
El 1 de agosto de 1972 la Asociación Civil Facultades Loyola, a través de su
presidente, el Rvdo. Padre Dr. Hipólito Salvo S.J., contrata al Cnel. Damasco para
“impartir clases y conferencias sobre PLANEAMIENTO Y ORGANIZACIÓN a nivel
universitario abarcando la teoría básica y su aplicación a casos concretos, con vistas a
la puesta en marcha de un Instituto destinado a fines de investigación y docencia en
área que demuestre ser de interés para la comunidad científica del complejo San
Miguel de la Compañía de Jesús y su zona de influencia y con ámbito de acción
extensivo al orden nacional e internacional”.
En efecto, creado el Instituto de Ciencia y Tecnología el citado presidente de la
Asociación Civil Facultades Loyola designa a Damasco como Director General del
Instituto con retención del cargo de Director de los Departamentos de Ciencia y
Tecnología de Capacitación y Servicios Especiales del mismo.

Damasco había forjado su propio prestigio y confianza del general Perón,


principalmente con el operativo de seguridad en su asunción a la presidencia, a lo que
también cabe agregar, su proficua carrera militar, especialista en blindados y graduado
con honores en EE.UU. en la Academia Militar de West Point (lo que le valió ser
reconocido como miembro honorario del Ejército de EE.UU.), a todo lo cual cabe
añadirse su labor como docente e investigador universitario.
Luego de haber sido designado Secretario Militar, debía dejar la jefatura del
Regimiento Granaderos a Caballo “Gral. San Martín”, antes de ello, invitó al Presidente
Perón a visitar dicha dependencia militar, de modo que aquél histórico 5 de enero de
1974, sería desde 1955, la primera vez que Perón pisaba una unidad militar.
Sucedidas las renuncias del presidente Cámpora y el vicepresidente Solano
Lima, comenzaba a buscarse el compañero de fórmula del Gral. Perón.
Una opción había sido Balbín, en función de ser el máximo dirigente de la UCR,
pero, tuvo dos frentes opositores, el de la propia UCR y desde las filas peronistas, la
oposición de López Rega, quien bregaba por la fórmula PERON-PERON, o sea, la
señora María Estela Martínez de Perón, conocida popularmente como “Isabelita”.
La otra alternativa, sin duda la menos conocida (y hasta ocultada a designio) fue
la fórmula PERÓN-DAMASCO, que también tuvo la contumaz oposición de López
Rega, el cual pudo influenciar al Consejo del Partido Peronista para que convenza a
Perón de la fórmula PERON-PERON.
Finalmente, en el Teatro Cervantes se iba a consagrar dicha fórmula, que al
general no le agradó y por eso mismo tampoco asistió. A pesar de esa contrariedad, el
presidente crearía las estructuras institucionales y administrativas para que su más fiel
colaborador, pudiese llevar adelante su obra cumbre: El Modelo Argentino para el
Proyecto Nacional, para ello, al Cnel. Damasco se lo designa Secretario General y
Militar de la Presidencia (decreto N° 975/73); luego para optimizar el trabajo que el
presidente le había encomendado al Coronel, se crea por decreto N° 539/74, la
Secretaría de Gobierno, cuya misión era “asistir al presidente en todo lo inherente al
ejercicio de su función constitucional en los asuntos que le encomiende” (art. 2), el
decreto N° 540/74 designaba a Vicente Damasco al frente de la flamante Secretaría.
En una nota del presidente Perón dirigida a su Secretario de Gobierno, le detalla
la misión de la Secretaría, cuyo punto 3 puntualiza: “Asistir al Poder Ejecutivo
Nacional en la formulación de la versión gubernamental del Proyecto Nacional”.
Finalmente, mediante decreto N° 1718/74, se crea la SECRETARIA GENERAL DE
GOBIERNO, en el considerando del mismo se expresaba “Que razones de servicio
aconsejan fusionar las Secretarías General y de Gobierno de la Presidencia y
atribuciones conferidas a ambas para la mejor conducción de los asuntos de Estado”,
por ende, se suprimían de la estructura de presidencia esas secretarías (art. 3); Damasco
fue designado al frente de la misma (decreto N° 1720/74) reteniendo su cargo de
Secretario Militar de presidencia.
En nota del 19 de febrero de 1974 el Presidente Perón le detalla al flamante
Secretario de Gobierno sus funciones y competencias:
“De acuerdo con el Decreto N° 539, del día 15 de febrero de 1974, que
crea la Secretaría de Gobierno, las funciones iniciales a través de las cuales esa
Secretaría cumplirá su misión son:
1°: Asistir al Presidente de la Nación en la conducción del desarrollo social integrado
del País.
2°: Asistir al Presidente de la Nación en la formulación del Modelo Argentino.
3°: Asistir al Poder Ejecutivo Nacional en la formulación de la versión gubernamental
del Proyecto Nacional.
4°: Orientar, de acuerdo con las instrucciones de esta Presidencia, la formulación de
los planes de desarrollo de los distintos campos de la actividad nacional, y ocuparse
específicamente de la relación entre campos.
5°: Realizar el análisis permanente de la marcha del País, y específicamente el
control superior de la acción de gobierno; y orientar las labores de las oficinas de
control de gestión de los distintos campos, las cuales funcionalmente se sujetarán a
las normas de trabajo y demás requerimientos que esa Secretaría formule.
6°: Conducir la política de asistencia técnica externa e interna”.

En su articulado podemos apreciar que las funciones y competencias de la


Secretaria de Gobierno, estaban destinadas a ejercer un rol protagónico en la
diagramación y ejecución del legado político del General Perón, colaborando con el
Presidente en las tratativas políticas de máximo nivel con importantes sectores de la
vida nacional, como son los partidos políticos, las FF.AA. y la Juventud; por otra parte
Perón se encargaría en forma exclusiva las relaciones con las organizaciones
empresariales y las obreras; reservándole a Damasco, las relaciones del Estado con la
Iglesia Católica.
En ocasión del viaje del Presidente Perón a Uruguay el 19 de noviembre de
1973, delegó el mando en su vicepresidente, la señora María Estela Martínez de Perón,
el General le aconsejó a su esposa “no firmes nada sin que Damasco lo vea”.
En abril de 1974 el Presidente le encarga a Damasco la redacción del discurso
que iba a pronunciar ese histórico 1 de mayo en el Congreso de la Nación ante la
Asamblea Legislativa, y en donde se presentó oficialmente el Modelo Argentino para el
Proyecto Nacional, y el Consejo para el Proyecto Nacional: “Quiero finalmente
referirme a la PARTICIPACION dentro de nuestra democracia plena de justicia social.
EL ciudadano como tal se expresa a través de los partidos políticos, cuyo eficiente
funcionamiento ha dado a este recinto su capacidad de elaborar historia. Pero también
el hombre se expresa a través de su condición de trabajador, intelectual, empresario,
militar, sacerdote, etc. Como tal, tiene que participar en otro tipo de recinto: el
CONSEJO PARA EL PROYECTO NACIONAL que habremos de crear enfocando su
tarea sólo hacia esa gran obra en la que todo el País tiene que empeñarse.
Ningún partícipe de este CONSEJO ha de ser un emisario que vaya a exponer la
posición del Poder Ejecutivo o de cualquier otra autoridad que no sea el grupo social
al que represente”.
La tarea encomendada por el presidente a Damasco no era para nada menor,
donde se destaca su gran protagonismo (señalado y destacado por todos los medios de
prensa de la época); reconocimiento y prestigio que disgustaba a López Rega, llegando
éste a planear su asesinato.

Luego de la muerte del Presidente Perón el 1 de julio de 1974, Damasco


permaneció en su cargo, leal y contraído al trabajo encomendado por el General.
A pesar de las múltiples presiones e intrigas políticas provenientes de dirigentes
políticos, más interesados en sus intereses personales que en las graves circunstancias
por las que atravesaba el país, en agosto de 1975 sería designado Ministro del Interior
(decreto N° 2181/75), cargo que honraría trabajando como siempre lo hizo, en pos de
una Argentina con Justicia Social, en Paz y siguiendo las expresas instrucciones que
oportunamente el General Perón le impartiera.
Por ser ministro y a su vez militar en actividad, fue objetado por un sector de las
FF.AA., encabezado por el General Jorge Rafael Videla, una observación ridícula
comparado con lo que estaba pasando, pero que los rivales políticos del gobierno y la
prensa aprovecharon al máximo para degastar al gobierno de Isabel Perón, y más aún,
para terminar de sacar a Damasco, que a muchos molestó desde el principio por no ser
“uno de ellos”, y por lo tanto, no podía ser objeto de mezquinas manipulaciones.
El Comandante General del Ejército, Tte. Gral. Numa Laplane, quien apoyaba a
Damasco, fue finalmente desplazado y nombrado en su lugar al futuro presidente de
facto, Videla.
Al tomar licencia la Señora presidente el 13 de septiembre de 1975, quedó en
forma provisoria a cargo de la presidencia Italo Lúder, quién en un acto de miseria o de
venganza, pide la renuncia del Coronel Vicente Damasco; el cual, presionado
institucionalmente, presenta su solicitud de pase a retiro.
Posteriormente sería designado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de
la República en Venezuela (decreto N° 3134/75), ocupó dicho cargo hasta el 24 de
marzo de 1976.
Pudimos apreciar cómo un gobierno peronista, apoyado por dirigentes y
sindicalistas también peronistas, terminó deshaciéndose del colaborador de máxima
confianza del Gral. Perón, una vez que éste falleciera.
Es de público conocimiento el resultado y las consecuencias de esas intrigas y
conspiraciones. Ya que no es casualidad que el golpe de estado haya sucedido sólo 6
meses después del desplazamiento del Cnel. Damasco del ministerio del interior, como
tampoco fue casualidad que el general Videla (enfrentado a Damasco) se convirtiese en
el presidente de la Nación ese 24 de marzo.
El 7 de marzo de 1983 se proclamó la pre-candidatura presidencial de Vicente
Damasco en Rosario, Provincia de Santa Fe, por 3500 dirigentes de todo el país. Por
meras cuestiones financieras no pudo seguir adelante con su candidatura prevaleciendo
la otra fórmula, que consagró la fórmula Italo Luder – Felipe Bittel quienes fueron los
responsables de la primera derrota electoral del Justicialismo.
No puede comprenderse la confianza y la designación de Damasco en el
gobierno de Perón, si no se entiende el mensaje y la idea matriz del tercer gobierno del
General: La revolución en Paz; “Para un argentino no hay nada mejor que otro
argentino”; el Plan Trienal 1974-77 (Políticas de Estado que sería típica de los
gobiernos de Perón como los Planes Quinquenales), etc.
Perón asumió el 12 de octubre de 1973 con la sabiduría y el aprendizaje que le
otorgaba su experiencia política, y sobre todo, un profundo amor y servicio a la Patria.
Solo como ejemplo de ello, cuando le restituyen el grado militar y los sueldos de
Teniente General adeudados desde 1955, el General los donó al Hospital de Niños y al
Hogar de Ancianos Nuestra Señora de Luján (Burzaco) en partes iguales a ambas
entidades durante en un acto celebrado el 27 de junio en el edificio Libertador, noble
gesto de humildad y caridad cristiana, además cabe recordar que los derechos de los
ancianos y de los niños, junto a los derechos del trabajador, fueron expresamente
consagrados en la Constitución Nacional de 1949; y el General, fiel a su expresión
“mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”, dió el ejemplo.
Perón percibió en Damasco al hombre que la Argentina necesitaba, una
Argentina que exigía imperiosamente que se cumpliera el deber de la hora, que se
avocara con aptitud y energía a elevar el status de la Argentina y la calidad de vida de
sus habitantes.

“Soy justicialista desde mi nacimiento, porque me siento profundamente argentino,


porque soy católico y porque tengo un acendrado espíritu de comunidad y de
solidaridad social.” (Vicente Damasco 1925—2001)

Luis Asis Damasco


asisluis@hotmail.com.ar

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