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Oír y Hacer

La palabra de Dios en su naturaleza vivificadora hace de las cosas mas


simples a la vista de un observador común, un camino a lo eterno y nos lleva
a los pasajes de la vida cotidiana reunidos en una parábola detallando en ella
las bases de la comunión con Dios y que significa todo ello, de habitar junto
a El.

Citas Bíblicas: Lucas 6:46-49, Juan 14:23

¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?


Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os
indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al
edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la
roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra
aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada
sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre
que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual
el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de
aquella casa.

El oír y el hacer conforme a la Palabra del Señor sin duda alguna es la base
de una existencia resguardada por El, el oír la palabra de Dios necesita ir
acompañada del accionar del creyente.

La comparación que hace el Señor con un hombre que edifica una casa nos
pone en una situación conocida, pero en realidad necesitamos no solamente
ver lo obvio de lo dicho, sino que si el mismísimo Señor es quien lo dice, hay
algo más. ¿En que pensaba cada uno de los hombres que edifica las casas,
uno en la roca… el otro en la arena? ¿El propósito era solamente tener una
casa? Los movía el hecho de habitarla? Claramente las acciones definen los
sucesos que cada uno de ellos advertía para el futuro; el primero ”cavo” en la
roca y luego al decir la palabra “y ahondo” ,indica que advertía algo mas, al
parecer para el futuro requería algo mas de esta acción. He trabajado por
años conociendo la dureza de algunos materiales como el cemento
envejecido o bien, vibrado con refuerzos de metal y debo decir que trabajar
tratando de romperla, simplemente desanima… ahora imaginen la roca
misma. No obstante el hombre no aprueba solo cavar… sino
agrega ahondar…. un trabajo duro y tedioso… prolongado en el tiempo, no
obstante…necesario… en la roca viva. De alguna manera su finalidad estaba
no solamente en habitarla sino en protegerla de las tempestades de la
vida…. Sabia que tarde que temprano vendría la inundación y daría con
ímpetu contra su edificación y entendiendole de alguna forma... el no
estaba dispuesto a perderlo todo… ¡si!… se defendería… pero ¿Cómo? ...La
solución estaba a la mano, era una firme roca… pero edificar sobre ella no
garantizaba que la inundación no arrastraría la edificación, por lo tanto había
que romperla cavando sobre ella... afirmándose en el corazón mismo de la
roca firme y ahondando en ella... sumergiéndose en su firmeza
haciéndose uno con ella. El prolongado y pesado trabajo después de
muchísimo esfuerzo... estaba terminado…. y justamente... sus temores se
hicieron realidad y vino aquella inundación y dio con la fuerza terrible de las
tempestades de la vida… pero el tributo a cavar y ahondar es este: “LA
INUNDACIÓN NO LA PUDO MOVER “… pues estaba cavada ahondada
sumergida... ” SOBRE LA ROCA FIRME”

Ahora el que oye y no hace... semejante es a un hombre que también


edifica, pero sus intenciones son muy otras y le parece que, con ya edificar
es mas que suficiente. Así es que no agrega problemas a su trabajo y comete
el peor error en su edificación y despreocupa lo más importante… lo que
puede conservar su construcción y sostenerle en el futuro... y lo hace “SIN
EL FUNDAMENTO” la ruina que le sigue es nada mas ni nada menos la causa
de una edificación no preparada para las tempestades de la vida

"El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y


vendremos a él, y haremos morada"...

...habitación...

..."con él."

Amados vamos al corazón mismo de la roca eterna de los siglos… a


cavar y ahondar en ella… que una edificación en su firmeza... nada la ha
podido mover.

Pr. Jorge Astorga Vera

Extracto del Mensaje “Oír y Hacer”

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