You are on page 1of 3

Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn 1515–7180 / Vol.

14 nº 2 121
Revista anual del Grupo de Investigación de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / INCIHUSA – CONICET / Mendoza
www.estudiosdefilosofia.com.ar – ISSN en línea 1851–9490 / Mendoza / Diciembre 2012 / Comentarios de libros

Silvia Villa y Facundo Lafalla


Universidad Nacional de Cuyo

Moraña, Mabel, editora. 2008. Cultura


y cambio social en América Latina.
Madrid: Iberoamericana – Vervuert. 445 págs. ISBN: 978–848–
4893–88–2

En el siglo paradigmas tradicionales resultan insuficientes e


XXI se ha produ- incluso inadecuados.
cido un estallido La obra reúne un conjunto de textos que fue-
en los estudios latinoamericanos, tanto por la ron expuestos en 2006 en el marco del Congreso
cantidad como por la diversidad de perspecti- Internacional del programa de Estudios Latinoa-
vas teórico–metodológicas que buscan abordar mericanos, de la Washington University, en la
nuestras propias y complejas realidades. Dentro ciudad estadounidense de Saint Louis. Los autores
del desarrollo de este campo, Cultura y Cambio de estas páginas provienen tanto de diferentes uni-
Social en América Latina, editado por Mabel Mo- versidades –especialmente norteamericanas–, como
raña, muestra múltiples maneras de afrontar lo de múltiples disciplinas. La gran mayoría de los ex-
que nos acontece y –por qué no– lo que somos. positores procede del campo de la crítica literaria,
Estas páginas ponen en evidencian y constitu- aunque otros lo hacen desde la antropología, los
yen algunas de estas avenidas, para las que los estudios socioculturales y los de género.
122 Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn 1515–7180 / Vol. 14 nº 2
Revista anual del Grupo de Investigación de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / INCIHUSA – CONICET / Mendoza
www.estudiosdefilosofia.com.ar – ISSN en línea 1851–9490 / Mendoza / Diciembre 2012 / Comentarios de libros

El libro se compone de una “Introducción”, orientada a promover la participación popular y a


escrita por la compiladora, y de cuatro grandes defender lo nacional. A diferencia de los artículos
ejes estructurantes que engloban los 19 artículos, anteriormente comentados –que buscaban una
algunos de los cuales son desarrollados en el reconfiguración de las referencias modernas–, el
presente trabajo. de Moraña propone afirmar el Estado territorial
El primero de los núcleos organizadores se para enfrentar la agresiva expansión neoliberal.
titula “Nación, identidades, territorio”, conceptos El segundo eje de la compilación es “Ciu-
que son resignificados desde las propias prácticas dad/ciudadanía”, en el que lo urbano aparece
sociales, políticas y culturales concretas, decons- como un espacio físico y simbólico donde los
truyendo su matriz moderna. En este sentido, sujetos humillados pugnan por constituirse po-
podemos encontrar un descentramiento de lo líticamente. Marisa Belausteguigoitia considera
nacional desde el estudio tanto de las culturas el plantón producido en la ciudad de México en
que se forjan en las fronteras, como de la emer- 2006 –en reclamo en pos de un conteo electo-
gencia de identidades étnico–políticas. Un caso ral transparente– como una afrenta a la ciudad
particular es el de Bolivia, sobre el que se aproxi- normalizada. Al producirse dicha manifestación
man Javier Sanjinés y Bret Gustafson. El primero popular en el centro de la misma, la metrópoli
realiza un análisis desde las categorías propias de letrada aparece “rajada” por los sujetos margi-
la retórica, donde contrapone la metáfora –como nales. A través de esta experiencia, los excluidos
lenguaje social legitimado, embellecido– con lo reclaman la posibilidad de ser reconocidos en su
que irrumpe en la Asamblea Constituyente de identidad política y social. Belausteguigoitia cris-
2006: la catacresis. Ésta última representa la taliza así las “gramáticas de una ciudad tomada”
lógica de los sectores populares acallados, que (p. 176). Este mismo acontecimiento también es
cuestionan su situación de opresión por parte de tratado por Rossana Reguillo, quien lo considera
los sectores mestizos y occidentalizados que tra- como una contestación a una verdad legitimada
dicionalmente han ejercido el control del estado. tanto por el Estado como por los poderes fác-
La retórica permite desentrañar esa Otredad que ticos y mediáticos.
la modernidad ha pretendido negar. Otro abordaje de la ciudadanía es el que
Por su parte, Gustafson aporta a esta pers- lleva a cabo Susan Hallstead–Dabove, sobre la
pectiva el estudio de proyectos educativos multi- incidencia de las prácticas femeninas de consu-
culturales. Aborda dos de las políticas delineadas mo en la constitución del imaginario moderno
desde los años 90: una de carácter neoliberal, en la Argentina decimonónica. Esta incursión
que pretende traducir a lenguas indígenas la cul- logra una interesante problematización de la
tura occidental, y otra de perfil descolonizador, historia a partir de preocupaciones propias del
que busca rescatar los conocimientos indígenas siglo XXI.
y atacar las jerarquías preestablecidas. El autor Los trabajos englobados bajo el título de
sostiene que ambos proyectos han fracasado al “Latinoamericanismo, hispanismo y estudios
pretender generar cambios sólo a nivel educa- culturales” despliegan argumentos epistemo-
tivo, ignorando la necesidad de transformar las lógicos para abordar críticamente la realidad
relaciones de poder. latinoamericana. Esta tarea exige el análisis del
Dentro de este eje, encontramos también estado de situación de dichos campos, consi-
un capítulo escrito por Moraña, donde aborda derando sus falencias y sus deudas, para lograr
los gobiernos populistas surgidos en América la capacidad de regenerar las categorías y los
Latina en la primera década del siglo XXI, en problemas que se plantean. Uno de estos es-
un proceso que denomina “marea rosa”. Esta se tudios, el de Santiago Castro–Gómez, recurre a
caracteriza por representar una nueva alternativa las teorías heterárquicas del poder para analizar
política desde la izquierda pero que se diferencia la colonialidad. Esas teorías son desarrolladas
sustancialmente de los movimientos de liberación por Michel Foucault y, en contraposición a las
nacional que siguieron a la Revolución Cubana. de carácter jerárquico o estructural, reconocen
La autora considera las características comunes la posibilidad de experiencias autónomas de la
de los distintos gobiernos, así como sus diferen- subjetividad. Dicha alternativa lleva a Castro–
cias con las experiencias populares del siglo XX. Gómez a reconocer la posibilidad de cuestionar
En este sentido, la marea rosa se enfrenta al pro- el arraigo de la colonialidad en cada individuo,
ceso de globalización a través de una dinámica vislumbrando la constitución de un sujeto pos-
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn 1515–7180 / Vol. 14 nº 2 123
Revista anual del Grupo de Investigación de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / INCIHUSA – CONICET / Mendoza
www.estudiosdefilosofia.com.ar – ISSN en línea 1851–9490 / Mendoza / Diciembre 2012 / Comentarios de libros

colonial y poscapitalista. La “desterritorialización dad de generar debates sociales. Así, Sergio Fran-
de la subjetividad” (p. 231) permite escapar de co se adentra en la función del signo fotográfico
los dispositivos bio y geopolíticos de la domi- dentro de la autobiografía, género que reemerge
nación. junto al individualismo de la crisis de los meta-
Dentro de estas propuestas epistemológicas, rrelatos. Demuestra cómo esta asociación de las
es interesante recatar el ensayo de Abril Trigo, letras con lo visual busca expresar el heroísmo
centrado en una “crítica a la economía política triunfante en medio de las inclemencias de la
de la cultura” actual (p. 233), donde la globali- globalización.
zación como régimen de acumulación subsume Emanuelle Oliveira, por otro lado, analiza
lo social a la lógica del capital. Esta mercan- films brasileños como Ciudad de Dios y De Paso,
tilización abarca las dos jurisdicciones sobre que, a través de diferentes estrategias estéticas,
las que opera la cultura: la economía política visualizan la vida cotidiana de los habitantes de
y la economía libidinal, que se corresponden, las favelas. Enhebrando los lenguajes cinema-
respectivamente, a la producción de los bienes tográficos con las discusiones ético–políticas, el
materiales y a la de los bienes simbólicos y autor pone de relieve el modo en que el cine
los deseos. La autora utiliza como metáfora de puede reproducir las desigualdades sociales o
este sistema un torbellino que atrapa a través cómo puede colaborar en la construcción de
de promesas, pero que arroja a las mayorías a subjetividades más libres.
sus márgenes, al intentar alcanzar dichas ex- Si hacemos un paneo general de todas es-
pectativas; sólo unos pocos logran permanecer tas páginas, reconoceremos en ellas el esfuerzo
en el centro. Así como la globalización termina transdisciplinario por abordar cuestiones que
subsumiendo lo libidinal, hace lo mismo con la atañen a lo latinoamericano. El libro evidencia
pluralidad: “Diversity is good business” (p. 263). el uso de dispares herramientas teóricas y me-
Trigo concluye que es menester no subordinarse todológicas que –a pesar de dicho pluralismo–
a las lógicas multi e interculturales dominantes, se orientan en un sentido catacrético: es decir,
siendo capaces de desarrollar y llevar a cabo logra resignificar las categorías de análisis no
proyectos políticos y económicos de transfor- “por gusto, sino por necesidad” (p. 76), por la
maciones radicales. urgencia que imponen las realidades que se
En otra intervención, Ana del Sarto ataca los afrontan.
discursos poscoloniales, considerando que éstos Si algo podemos advertir a los autores es
se asignan una “aparente radicalidad” epistemo- que el horizonte no puede ser signado por un
lógica. Al desinteresarse explícitamente de las mero cambio epistemológico, incapaz por sí
condiciones sociohistóricas, los poscolonialistas solo de transformar las condiciones históricas
han focalizado su atención exclusivamente en de América Latina. El desafío que plantea esta
la capacidad transformadora del conocimiento, miscelánea al campo de los estudios latinoame-
proposición refutada por la materialidad colonial ricanos consiste en tener presentes las palabras
aún vigente en América Latina. del dirigente guaraní–boliviano Guido Chumirai:
Dislocado, Sebastiaan Faber intenta rescatar “Cuando los karai (blancos) hablan de cultura,
en el hemisferio americano los denominados están hablando de folklore. Cuando nosotros ha-
estudios transatlánticos –renovación del viejo blamos de la interculturalidad, estamos hablando
hispanismo– al proponer el desarrollo de dicho de poder” (p. 97).
campo en función de las líneas de investigación Por último, podemos entender estos textos
y los recursos económicos disponibles en las como espacios que aparecen de manera caótica,
universidades norteamericanas. desperdigados, y por los que el lector puede
El último eje de esta obra, “Culturas audio- hallar múltiples entradas a este libro–ciudad.
visuales”, desenvuelve la relación de éstas con el Entradas que no son más que líneas de fuga
mercado y la representación de las identidades. hacia la problematización de la vida cotidiana
En este sentido, destaca el cine, la fotografía y las en América Latina.
letras como expresiones históricas y con capaci-

You might also like