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¡María de Magdala!

Propósito General: Doctrinal.


Propósito Específico: Invitarte a conocer a la Magdalena, y a imitar su entrega a Yeshúa.
Palabra clave: María de Magdala.
Proposición: ¡Aprende de la Magdalena, y comparte las buenas nuevas de salvación!
Texto: Salmo 72:1-20 (inicio), Marcos 16:1-20 (Todos), Varios (M. S.).

INTRODUCCIÓN
Justo antes de la llamada Semana Santa del 2018 (marzo 29 – abril 1), que coincide con la
celebración de Pesaj (marzo 31), se estrenó la película supuestamente biográfica que cuenta la
historia de María Magdalena; una joven mujer en busca de una nueva forma de vida, quien,
restringida por las jerarquías de la época, desafía a su familia tradicional para unirse a un nuevo
movimiento social dirigido por Yeshúa de Nazaret. La película presenta una perspectiva
gnóstica, feminista y anticatólica (por presentar a Pedro como alguien que envidia y ataca a la
Magdalena).
La historia está basada en el llamado evangelio de María Magdalena, un evangelio apócrifo*
gnóstico**, escrito entre los años 30 y 180 d. C., del que han llegado hasta nuestros días sólo tres
fragmentos: dos, muy breves del siglo III en griego (papiro Rylands 463 y papiro Oxyrhynchus
3525); y otro, más extenso, en copto (Berolinensis Gnosticus 8052,1), hallado en 1896 por el
coptólogo Carl Schmidt (1868-1938).
La mayoría de los eruditos están de acuerdo en que el evangelio original fue escrito en griego
durante el siglo II, en ninguno de los fragmentos hay mención alguna del autor, y el nombre que
tradicionalmente recibe, se debe a que se cita en el texto a una discípula de Yeshúa llamada
María, que la mayoría de los especialistas identifican con la María de Magdala que aparece en
los evangelios canónicos. Por características internas del texto, como la presencia de ideas
gnósticas, suele considerarse que fue redactado en el siglo II.
El texto revela las tensiones existentes en las primitivas comunidades cristianas entre los
protoortodoxos, representados por Pedro, y los gnósticos, simbolizados por María Magdalena; en
otros textos gnósticos, como el evangelio de Tomás, la Pistis Sophia o el evangelio copto de los
egipcios, también se dan confrontaciones similares. Conforme a este texto, María Magdalena
habría sido depositaria de revelaciones secretas de Yeshúa, y habría tenido un papel destacado en
la comunidad cristiana postpascual. Probablemente, María Magdalena aquí sólo es un símbolo de
la Sofía de la teología gnóstica, en la que es una figura femenina, análoga al alma humana, pero
también al mismo tiempo uno de los aspectos femeninos de Dios, o su consorte.
Sabemos que Magdala se encuentra ubicada entre la orilla occidental del Mar de Galilea y la
base del Monte Arbel, es un lugar de encuentro entre la historia judía y cristiana, pues además de
María, fue el lugar de residencia del líder Judío, Yosef ben Matityahu conocido posteriormente
en la historia romana como Flavio Josefo, quien ocupó el cargo de gobernador de Galilea durante
el tiempo de la Gran Revuelta Judía (66-73 d.C.).
Josefo erigió una barricada de defensa alrededor de la ciudad, y según sus narraciones durante la
Gran Revuelta Judía, Magdala se habría convertido en un lugar de concentración de rebeldes que
luchaban contra Roma, aunque no todos eran originarios de la ciudad. En el año 67 d.C. el
ejército romano dirigido por Vespasiano sitió la ciudad, fue conquistada y muchos de los
rebeldes huyeron en embarcaciones a través del lago de Galilea, otros muchos perecieron en
enfrentamientos marítimos con el ejército romano. El resto de los habitantes que permanecieron
en Magdala fueron ejecutados o convertidos en esclavos. Aunque se formaron pequeños

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asentamientos de gente en la zona, la parte norte de Magdala nunca más fue reconstruida.
Magdala ha sido identificada con la antigua ciudad de Migdal Nunia (Hebreo/Arameo), que
significa: Torre de pescado, en griego se conocía también con el nombre de Ταριχεαε (Tarijeae)
que hace alusión a la industria de la salazón del pescado. Fue el pueblo más grande en la orilla
occidental del Mar de Galilea hasta la fundación de Tiberíades en el año 19 d.C.
Las excavaciones arqueológicas han dejado al descubierto una gran parte del área norte de
Magdala perteneciente principalmente al siglo primero.
¿Qué dice la Biblia en cuanto a María de Magdala?

DESARROLLO
1) Estuvo endemoniada.
Lucas 8.1-2 Y poco después, ÉL comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y
anunciando las buenas nuevas del reino de Elohim; con ÉL iban los doce, y también algunas
mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada
Magdalena, de la que habían salido siete demonios,
θεραπεύω (therapevo). Curar, sanar.
πονηρός (ponirós). Malo, maligno, malvado, grave, peligroso; envidioso.
πνεῦμα (pnebma). Soplo, viento, espíritu, Espíritu, fantasma.
δαίμων (demon). Demonio, espíritu maligno.
La película va a tener éxito entre las feministas, y aquellos hombres que han abdicado a su
liderazgo como varones; sobre todo porque el postmodernismo, además de enseñar, erradamente,
que no existen absolutos, también es una época en la que se está exaltando la religión de la diosa
madre, menoscabando los valores del cristianismo, y pretendiendo que el comportarse virilmente
es anacrónico.
Pero en Lucas vemos que el papel de las mujeres no está sobre el de los varones, y la mención de
María de Magdala, no es para marcar ninguna preeminencia, sino porque se señala que había
estado endemoniada, lo que la película niega, el número siete es un número redondo, que, en éste
caso, indica el peor estado posible de corrupción.
La identidad de María Magdalena como María de Betania y la mujer quien fue una pecadora, fue
establecida en la homilía 33 que el papa Gregorio I dio en el año 591, en la que dijo: “Ella, la
cual Lucas llama la mujer pecadora, la cual Juan llama María (de Betania), nosotros creemos que
es María, de quien siete demonios fueron expulsados, según Marcos”; esta postura fue difundida
por los teólogos de los siglos III y IV, y gozó de mucha popularidad en el siglo XIX,
constituyendo un tema frecuente en la iconografía cristiana occidental.
Sin embargo, a pesar de la tradición y la abundante iconografía, no hay nada que demuestre
claramente que María de Magdala fuera la mujer pecadora de Lucas 7:36–50. La posesión
demoníaca, y el pecado no son lo mismo; el ser humano puede pecar sin estar poseído, por elegir
caer en la tentación, ya sea, influenciado o no, por el enemigo.
De María de Magdala podemos aprender, que cuando has sido sanado o liberado por Yeshúa, lo
mejor que puedes hacer, es seguirle y servirle.
¡Aprende de la Magdalena!
2) Observó la crucifixión.
Marcos 15.40 Había también unas mujeres mirando de lejos, entre las que estaban María
Magdalena, María, la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé,
Mateo 27.55–56 Y muchas mujeres que habían seguido a Yeshúa desde Galilea para servirle,
estaban allí, mirando de lejos; entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de

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Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
Juan 19.25-26 Por eso los soldados hicieron esto. Y junto a la cruz de Yeshúa estaban su madre,
y la hermana de su madre, María, la mujer de Cleofas, y María Magdalena. Y cuando Yeshúa
vio a su madre, y al discípulo a quien ÉL amaba que estaba allí cerca, dijo a su madre: ¡Mujer,
he ahí tu hijo!
θεωρέω (theoréo). Mirar, ver, observar, contemplar, experimentar.
μακρόθεν (makróthen). Lejos, de lejos.
ἵσταμαι (ístame). Continuar firmemente, permanecer firmemente, de pie.
σταυρός (stafrós). Cruz,
Marcos, que nos cuenta la versión de Pedro nos dice que la Magdalena, junto con otros, observó
de lejos la crucifixión, probablemente, porque los soldados y el Sanedrín no permitían acercarse
a nadie, o, porque así fue como Pedro, y Mateo, lo hicieron, temerosos de ser capturados.
Entre los evangelistas, es Juan quien proporciona más detalles, entre otros, nos dice que aparte de
él, había cuatro mujeres: María, la madre de Cristo (Χριστοτόκος - Jristotókos), que no es lo
mismo que la madre de Dios (Θεοτόκος - theotókos), el Concilio de Efeso en el 431 d.C. se
equivocó al respecto, la hermana de ésta (Salomé), la otra María (mujer de Cleofás) y María
Magdalena; Juan puntualiza que estaban de pie, firmes, soportando el dolor que significaba el ver
a Yeshúa crucificado.
A María, Simeón, años atrás le había profetizado lo que sufriría (Lucas 2.34-35), y aunque todos
conocemos lo que duele cuando un ser querido muere, el dolor debe ser mayor, cuando es un hijo
el que fallece; todos los que estamos en el Nuevo Pacto, porque nos arrepentimos de nuestra
vana manera de vivir, la cual heredamos de nuestros padres (1ª Pedro 1:18), porque pedimos
perdón al Creador, y aceptamos que sólo por la muerte vicaria de Yeshúa podíamos ser salvos
(Romanos 10:8-11), tenemos una gran ventaja sobre aquellos que fueron testigos presenciales de
la crucifixión, para nosotros la Gracia es una realidad (Juan 1:17), que se perfecciona en nuestra
debilidad (2ª Corintios 12:9-10), y cuando oramos con gratitud, podemos tener el Shalom que
sobrepasa todo entendimiento (Efesios 4.6-7; Filipenses 4.7).
De María de Magdala podemos aprender, que a Yeshúa se le sigue de cerca, sin importar si las
circunstancias son adversas.
¡Aprende de la Magdalena!
3) Vio el sepulcro.
Mateo 27.59–61 Tomando José el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino, y lo puso en su
sepulcro nuevo que él había excavado en la roca, y después de rodar una piedra grande a la
entrada del sepulcro, se fue. Y María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al
sepulcro.
Marcos 15.47 Y María Magdalena y María, la madre de José, miraban para saber dónde le
ponían.
Mateo 27.56 Y María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.
Bajo la ley romana, la entrega del cadáver de un hombre crucificado para la sepultura sólo era
decidida por el magistrado imperial, este tipo de petición, se concedía usualmente a los parientes,
pero un cuerpo podía ser dejado en la cruz hasta que se corrompiera o fuera comido por las aves
de rapiña y otros depredadores, los restos iban a una fosa común; pero la ley judía exigía una
sepultura apropiada para todos los cuerpos, aun de los criminales ejecutados, Mishnah -
Sanhedrin, 6.5, e indicaba que los que hubieran sido colgados fueran sepultados antes de la
puesta del sol (Deuteronomio 21:23). José de Arimatea (una aldea a 30 Km al NW de Jerusalén),
pidió a Pilato el cuerpo de Yeshúa para sepultarlo, alrededor de las 4 p.m., Nicodemo, un

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compañero y miembro del Sanedrín, se le unió (Juan 19:39–40), pero debe haber tenido siervos
que lo ayudaron a realizar una sepultura apropiada antes de la puesta del sol, que en temporada
de Pesaj es alrededor de las 7:30 p.m.
Después de que el cuerpo de Yeshúa fue quitado de la cruz, debe haber sido lavado (Hechos
9:37), envuelto en tiras de sábana, con especias aromáticas que se intercalaban entre éstas, en
conformidad con las costumbres judías (Juan 19:39–40); luego el cuerpo fue llevado a un jardín
cercano y colocado sobre una plataforma de piedra, dentro del propio sepulcro de José, que no
había sido usado previamente (Mateo 27:60; Juan 19:41–42), y había sido cavado en una peña, el
sepulcro fue cerrado y sellado con una piedra circular y plana, que se rodaba hacia abajo en una
zanja inclinada hasta que quedaba asegurada frente a la entrada, para evitar los intrusos. Para
retirar esa roca se necesitaba de la fuerza de varios hombres.
Dos mujeres miraron con interés dónde lo sepultaban, dos testigos (Deuteronomio 17:6), aunque
para la época su testimonio no hubiese sido válido, por ser mujeres; pero podían identificar sin
lugar a dudas el sepulcro, para regresar después.
Marcos 16.1-6 Pasado el día de reposo, María Magdalena, María, la madre de Jacobo, y
Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Y muy de mañana, el primer día de
la semana, llegaron al sepulcro cuando el sol ya había salido. Y se decían unas a otras: ¿Quién
nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro? Cuando levantaron los ojos, vieron que la
piedra, aunque era sumamente grande, había sido removida. Y entrando en el sepulcro, vieron a
un joven sentado al lado derecho, vestido con ropaje blanco; y ellas se asustaron. Pero él les
dijo: No os asustéis; buscáis a Yeshúa nazareno, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí;
mirad el lugar donde le pusieron.
Mateo 28.1 Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María
Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro.
Juan 20.1 Y el primer día de la semana María Magdalena fue temprano al sepulcro, cuando
todavía estaba oscuro, y vio que ya la piedra había sido quitada del sepulcro.
πρωΐ (proí). Temprano, al amanecer.
ἐπιφώσκω (epifósko). Brillar la primera luz, amanecer.
Shabbat es una fiesta para regocijarse, y éste que además coincidía con la Fiesta de los Panes sin
Levadura (Marcos 14:1; Números 28:16-25), un Shabbatot conocido como Shabbat HaGadol
(Gran Shabbat - ‫)שבת הגדול‬, debiese haberlo sido para una mayor celebración, pero para los
discípulos de Yeshúa, no lo fue; porque no habían entendido sus palabras, y mucho menos las
recordaban, pero no es de sorprender, aún hoy, hay quien no puede comprender, y por ello no
cree, que ÉL haya resucitado de los muertos.
Los Evangelios nos dan fe, de que las mujeres que habían visto en donde fue sepultado, fueron
las primeras en ir al sepulcro, cuando el Shabbat terminó (Lucas 24:1-10); preocupadas en
cuanto a cómo abrir la tumba, pero deseosas de ungir el cuerpo de Yeshúa, aunque José y
Nicodemo, ya lo habían hecho.
De estas mujeres, primeramente, María de Magdala, podemos aprender, que no importa lo que
otros ya hayan hecho o hagan para honrar a nuestro Señor Yeshúa el Mesías, pues nosotros
también podemos honrarlo; no por competir, sino por puro amor a nuestro Salvador, pues lo que
otros seguidores de Yeshúa hagan, es igual de valioso, e importante, que lo que nosotros
hagamos para extender Su REINO, al ser testigos (Hechos 1:8), pues los discípulos que hacemos,
no son nuestros sino de ÉL (Mateo 28:18-20).
¡Aprende de la Magdalena!

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CONCLUSIÓN
Marcos 16.9 Y después de haber resucitado, muy temprano el primer día de la semana, Yeshúa
se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado fuera siete demonios.
Lucas 24.8–10 Entonces ellas se acordaron de sus palabras, y regresando del sepulcro,
anunciaron todas estas cosas a los once y a todos los demás. Eran María Magdalena y Juana y
María, la madre de Jacobo; también las demás mujeres con ellas referían estas cosas a los
apóstoles.
Juan 20.18 Fue María Magdalena y anunció a los discípulos: ¡He visto al Señor!, y que ÉL le
había dicho estas cosas.
A María Magdalena se le menciona sólo 12 veces en los Evangelios como una de las mujeres
que acompañaban a Yeshúa y sus discípulos, las que contribuían con sus propios recursos a su
ministerio; seamos realistas, esto no nos da suficiente información para hacer una película
biográfica de ella. También sabemos que fue una de las mujeres que estuvo presente en la
crucifixión y posterior sepultura de Yeshúa, que fue la primera en verlo resucitado, y que recibió
de ÉL la encomienda de llevar la buena nueva de su resurrección a los discípulos reunidos en el
Aposento Alto; por lo que el Papa Francisco en el 2016, decidió que a María de Magdala se le
rinda el mismo culto que a los apóstoles, haciendo eco de lo que Tomás de Aquino (1225-1274),
ya había hecho al llamarla “apóstola” de los apóstoles, y estrictamente lo es, pues un apóstol -
ἀπόστολος (apóstolos), es un mensajero, uno enviado en una misión, un misionero.
La película María Magdalena se basa en un apócrifo gnóstico del siglo II d.C., cuando la iglesia
había perdido su identidad judía, y por lo tanto, la riqueza del Antiguo Pacto que nos permite
apreciar de mejor manera la belleza del Nuevo Pacto; el apóstol Juan, en su primera epístola,
escrita a finales del primer siglo (90’s), muestra su preocupación por que los gnósticos se estaban
infiltrando en las iglesias del Asia Menor, con doctrinas adulteradas (1ª Juan 1:1-4).
Los gnósticos desconocían la cultura judía, como muchos comentaristas, por eso presentan una
María de Magdala muy alejada de lo que era una mujer judía del primer siglo; recordemos que la
patria potestad en Israel, era muy grande respecto a las hijas menores antes de su boda, se
hallaban en poder de su padre; la sociedad judía de aquel tiempo distinguía tres edades: la menor
(‫ קטנה‬- qetannah - menor, de los tres hasta los doce años y un día), la joven (‫ נערה‬- na’arah -
doncella, entre los doce y los doce años y medio), y la mayor (‫ – בוגרת‬bôgeret - madura, después
de los doce años y medio)***, hasta esta última edad, el cabeza de la familia tenía toda la
potestad, a no ser que la joven estuviese ya prometida o separada. Cuando se celebraba la boda,
pasaba de la potestad del padre a la del marido, según este código social, las hijas no tenían
derecho a poseer absolutamente nada: ni el fruto de su trabajo, ni lo que se llegaran a encontrar,
todo era del padre.
La mujer israelita se veía sometida a todas las prescripciones de la Torá y al rigor de las leyes
civiles y penales, incluida la pena de muerte, no teniendo acceso, en cambio, a ningún tipo de
enseñanza religiosa. Una sentencia del Rabí Eliezer ben Horkonus, decía que “quien enseña la
Torá a su hija, le enseña el libertinaje”, y otra decía: “Vale más quemar la Torá que transmitirla a
las mujeres”.
La mujer no estaba obligada a ir en peregrinación a Jerusalén por las fiestas de Pascua,
Pentecostés y los Tabernáculos; en el Templo, sólo podían entrar al atrio de los gentiles y al de
las mujeres (en los días de la purificación mensual, y durante un período de 40 días después del
nacimiento de un varón, y 80 del de una niña, no podían entrar siquiera al atrio de los gentiles).
Las mujeres podían entrar en la sinagoga a la parte utilizada para el culto, pero había unas
barreras y un enrejado que separaban el lugar destinado para ellas; más tarde se llegó, incluso a

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construirles una tribuna, con una entrada particular. En el servicio litúrgico, las mujeres se
limitaban únicamente a escuchar, no podían hacer la lectura porque era rarísimo que supieran
leer y mucho menos se esperaba de ellas que pudieran hacer una enseñanza pública.
Teniendo en cuenta todos estos precedentes, se debiese valorar el que Yeshúa se rodease también
de mujeres, que conversase libremente con ellas y que las tratase como a los hombres; e incluso
que infundiese esos mismos nuevos ánimos y sentimientos en la mente de los hombres (sus
discípulos) que le conocieron.
Los evangelios gnósticos, y la película, lo subrayan, pero como desconocen la cultura judía, lo
hacen equivocadamente, y además, al no ser la Palabra del Eterno, son letra muerta, y una
película aburrida.

¡Aprende de la Magdalena, y comparte las buenas nuevas de salvación!


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Th.D. Hugo Gómez Astivia


* Apócrifo (Del latín apocry̆phus, y este del griego ἀπόκρυφος, oculto). Fabuloso, supuesto o fingido. Dicho de un
libro atribuido a autor sagrado: Que no está, sin embargo, incluido en el canon de la Biblia.
** Según esta doctrina los iniciados no se salvan por la fe en el perdón gracias al sacrificio de Cristo, sino que se
salvan mediante la gnosis, o conocimiento introspectivo de lo divino, que es un conocimiento superior a la fe. Ni la
sola fe ni la muerte de Cristo bastan para salvarse. El ser humano es autónomo para salvarse a sí mismo.
*** https://www.chabad.org/dailystudy/rambam.asp?tDate=12/5/2017&rambamChapters=3

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