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8.5 pts
Índice
Prefacio 7
Raúl Acosta García
Introducción
El diálogo y su calidad. Agenda de investigación sobre una herramienta 9
social cotidiana / Raúl Acosta García
I. El diálogo
El diálogo como opción frente al uno mismo, el otro y lo otro 27
en el proyecto de ser como humano / Luis Marrufo Cardín
De la sociedad del resentimiento a la dialógica /Antonio Sánchez Antillón 45
V. Mediaciones tecnológicas
Apuntes para el análisis de prácticas de comunicación dialógica en 251
mundos virtuales /María Magdalena López de Anda
Fragmentaciones y continuidades en el blogging autobiográfico: 277
el carácter dialógico de la comunicación digital / Dorismilda Flores Márquez
VII. Política
El diálogo en el diseño institucional y en la designación de los titulares 335
de los organismos públicos autónomos de Jalisco. Propuestas para
replantear su elección / José Bautista Farías
Calidad del diálogo público según una red de organizaciones 359
ciudadanas en Jalisco / Raúl Acosta García
Prefacio 7
demás, así que se trató de un proceso dinámico de apoyo mutuo. Es, entonces,
un libro realmente colectivo.
El apoyo de Marcia Moreno Benítez, estudiante de la Maestría en Comuni-
cación de la Ciencia y la Cultura y mi asistente de investigación durante 2010,
fue inigualable. Su trabajo sistemático nos permitió mantener el proyecto a
flote aun en sus temporadas difíciles, y sus agudas reflexiones y comentarios
mejoraron cualitativamente varios textos del volumen.
Carlos Enrique Orozco, en la jefatura del Departamento de Estudios So-
cioculturales, nos apoyó desde un inicio con palabras de aliento y respaldo
departamental. María Elena Gollaz y Maricela Huerta nos ayudaron con los
necesarios preparativos para las sesiones de trabajo. Por último, agradecemos a
María Martha Collignon y Sofía Palau, quienes en un inicio aceptaron partici-
par en este proyecto, pero cuyas agendas lamentablemente no les permitieron
continuar.
Introducción 9
Desde este lugar específico se observan de forma particular los casos incluidos
en Guatemala o en Michoacán, e incluso casos más etéreos, como son el cine
o la blogósfera. Este sitio desde el que se observa sitúa la pertinencia de sus re-
flexiones en contextos similares, aun cuando algunas de sus explicaciones sean
universales. La elección del tema y su pertinencia se explican por la tendencia
que se considera predominante en las relaciones sociales en este país: la tensión.
Diversos estudios han mostrado la fragilidad de la convivencia debido a una
falta de confianza mutua entre la población, así como entre esta e instituciones
y autoridades políticas. Algunos autores describen este proceso a partir del
concepto definido por Émile Durkheim como anomia, debido a la aparente
imposibilidad de la interlocución (Girola, 2005; Rodríguez Kuri, 2010). El
deterioro en el tejido social mexicano al tiempo de escribir estas líneas es evidente
en varios indicadores, incluidos la seguridad, la participación política, la orga-
nización ciudadana, los conflictos religiosos, la violencia intrafamiliar, el acoso
laboral y escolar, entre otros (ccis y Fundación Este País, 2010). El panorama
que esto demuestra se debe a numerosos conflictos acumulados durante décadas y
a una falta de comprensión sobre la corresponsabilidad colectiva que los produce
y mantiene. Nuestro enfoque en el diálogo responde, entonces, a la convicción
de que su mejor comprensión y análisis aporta herramientas mínimas para una
crítica constructiva útil a una colectividad.
En contextos distintos al nuestro, con periodos más prolongados de paz so-
cial y estabilidad política, se han desarrollado líneas de investigación en torno
al diálogo como herramienta comunitaria para mejorar las políticas públicas
(Barzelay, 2001), o para mejorar la comprensión y apropiación pública del cono-
cimiento científico (Jackson, Barbagallo y Haste, 2005). Estas reflexiones sobre
el diálogo como herramienta social cotidiana han ayudado en aquellos contextos
a mejorar aspectos concretos de la vida colectiva. A partir de esta comparación
de contextos, esperamos poner en evidencia la apuesta del presente volumen. No
se trata aquí de teorizar sobre el proceso comunicacional elegido ni de ofrecer
análisis dentro del marco de los estudios de la comunicación, pues al respecto
existen trabajos recientes (Anderson, Baxter y Cissna, 2004). Tampoco se trata
de un esfuerzo por resaltar la propiedad dialógica en distintas organizaciones,
como demuestran ya múltiples estudios (Dixon, 1996). Existen áreas innova-
Introducción 11
de la interacción social a partir de la significación de los símbolos para cada
individuo involucrado (Blumer, 1982). Erving Goffman se refiere al carácter
dramático de las relaciones sociales que exige una elasticidad y adaptabilidad a
los distintos escenarios en los que uno se presenta ante otros (1958). A lo largo
de su carrera como sociólogo, Goffman se enfocó en las interacciones sociales y
la manera en que los individuos se presentan ante otros. Sus estudios sobre las
relaciones cara–a–cara y las formas del habla son referentes para comprender
principios básicos sobre interacciones sociales y representaciones ante otros
(Goffman, 1967 y 1981). Tales antecedentes muestran una serie de conceptos y
modelos que permiten comprender tendencias y patrones existentes en com-
portamientos individuales.
Otra referencia relevante para quienes buscan comprender el papel del diá-
logo es Mikhail MichajloviBakhtin. Sus trabajos en filosofía y teoría literaria
resaltaron el papel del contexto sobre el del texto en un trabajo literario, el
carácter híbrido del lenguaje y la intertextualidad (Bakhtin, 1981). Sus contri-
buciones han sido ampliamente reconocidas como fundamentales para analizar
interacciones contemporáneas o productos artísticos diversos (Todorov, 1984;
Alvarado y Zavala, 1993). En este sentido, los análisis de diálogos en creaciones
literarias (Macovski, 1994), fílmicas (Kozloff, 2000), teatrales (Herman, 1998),
e incluso musicales (Benson, 2003) han aportado a numerosos debates sobre
el quehacer artístico y sus repercusiones socioculturales. Esta manera de com-
prender la constante retroalimentación entre productos culturales y vida social
permite examinar las distintas rutas y configuraciones socioculturales dadas en
contextos contrastantes.
Todas estas referencias buscan explicar simplemente la amplitud del interés
académico por el diálogo. Algunos análisis han buscado incluso establecer técni-
cas para fomentar una mayor práctica cotidiana del diálogo a partir de la certeza
de su capacidad de reconfigurar lo social con un mayor grado de reflexividad
colectiva (Bohm y Nichol, 1996). Un caso destacable es el representado por la
Asociación Internacional de Análisis de Diálogo (iada), que se ha establecido
como una plataforma para debatir desde una multiplicidad de disciplinas
académicas. Sus publicaciones anuales, resultado de sus congresos, ofrecen
Introducción 13
una matriz analítica en la que establecemos una gradación de niveles de calidad
de acuerdo con aspectos concretos de la interacción analizada. Después de dicha
sección, continúa una explicación de las secciones con que cuenta este volumen
y un breve comentario sobre cada ensayo incluido.
Introducción 15
en la Internet que ni siquiera necesitan suceder en un mismo momento. El
almacenaje de información y la facilidad de acceso a esta posibilitan el que
mucha gente pueda dar seguimiento a un mismo diálogo con aportaciones o
simplemente sumándose a posiciones expresadas por otros participantes. Esta
forma de gestionar interacciones colectivas, sin embargo, corre el riesgo de
reducir de manera significativa la posibilidad de entendimiento entre todas
las partes. Consideramos, por ende, que nuestra propuesta puede ayudar
a mejorar estos procesos al hacer evidentes los distintos factores de calidad
del diálogo.
• Carácter pedagógico. Un diálogo no por fuerza funciona para lograr una meta
concreta. Se le puede utilizar para ello, pero no es un requisito indispensable.
La repercusión central que tiene, sin embargo, es un carácter pedagógico: su
uso lleva a los participantes a la reflexión para aprendizajes sobre el diálogo
mismo. Al poner en práctica un diálogo, independientemente del propósito o
los resultados, los participantes tendrán elementos para pensar en estrategias
de comunicación que pueden o no incluir futuros diálogos. La experiencia
les ofrece un reconocimiento de posibilidades que permiten los intercambios
dialógicos en distintos niveles. Incluso, alguien que haya participado en
algún diálogo puede evaluar otro tipo de interacciones comunicativas con
base en lo que obtuvo del diálogo. Esto puede funcionar tanto para quienes
aprecien los diálogos como para quienes los eviten. Es decir, si personas en
posición de poder buscan evitar diálogos con otros para reducir cualquier
riesgo de pérdida de poder, entonces buscarán imponer sus opiniones o
visiones en vez de considerar siquiera las de otros. Esto nos lleva a la cuarta
y última dimensión a considerar, relativa al poder.
• Asimetrías de poder. Cualquier diálogo ocurre en una situación entrelazada
por relaciones de poder. Es posible que estas relaciones ya estén establecidas,
y exista una constante tensión entre los actores participantes. En este caso,
un diálogo puede ser tan solo una etapa en un proceso más largo. También
es posible, sin embargo, que los actores no hayan estado en contacto con
anterioridad. Esta situación por lo general es iniciada con una definición
de roles que permite a los participantes reconocer el grado de legitimidad
o poder de todos los involucrados. Esto se puede dar a través de diversos
Introducción 17
Cuadro I.1
Matriz con gradación de los factores de calidad del diálogo
Es posible identificar la calidad del diálogo cuando cada factor está dominado por:
Factor Tipos de diálogo
Inexistentes Simulados Desordenados Prósperos Ideales
Introducción 19
de calidad. Los grados intermedios son: desatención, cuando hay elementos
compartidos, pero no existe un esfuerzo por reducir malentendidos debido a
inconsistencias; elementos básicos indican que existe el esqueleto necesario
para poder lograr una comunicación mínima, y el acuerdo representa un
buen nivel de nociones compartidas para el propósito común.
• Evaluación. La disposición de todos los participantes por valorar la inte-
racción comunicativa una vez terminada es un factor que da confianza a
los involucrados. Cualquier valoración basada en la necesidad de lograr
un diálogo equitativo representa en sí misma una búsqueda por actuar de
forma ética, con un sentido de justicia para todos. Al existir un desprecio
hacia la evaluación de una interacción dialógica, se puede decir que existe
un mínimo nivel de calidad en el mismo. El máximo es cuando existe la
disposición a una evaluación rigurosa para entender las fallas y los aciertos
en el diálogo acontecido. Entre ambos extremos están: el prejuicio, cuando
existe una disposición mínima a evaluar el diálogo, pero las herramientas
utilizadas responden más a prejuicios y preconceptos por una de las partes
sobre el resto, que a una evaluación objetiva; la inequidad, cuando la evalua-
ción solo enfoca su capacidad crítica en una parte del proceso o una de las
partes involucradas, y semiestructura, cuando existe disposición a evaluar
lo acontecido con un andamiaje más equitativo, pero que no asegura un
análisis sistemático del diálogo total.
Vale la pena recordar que estos factores fueron definidos a partir de la conside-
ración de diálogos como herramientas para canalizar un propósito o proyecto
común o compartido. A partir de esta necesidad, los factores son definidos como
elementos básicos que determinan el grado de calidad en un diálogo. El propósito
central para establecer estos factores y la matriz con su gradación es la evaluación
diálogos que ocurren en muy distintos ámbitos. Muy distintos proyectos de
investigación se podrían beneficiar al usarlos como conceptos para informar
entrevistas o diseñar incluso instrumentos para recolección de información
cuantitativa.
Para los temas estudiados por los autores reunidos en este volumen, el concepto
de calidad es central por su evaluación de procesos dialógicos. Los conceptos
y factores incluidos en la sección anterior nos permitirán desarrollar una serie
de modelos analíticos y productos puntuales para evaluar y analizar una amplia
gama de situaciones. Para la mayor parte de quienes contribuyeron a este libro,
sin embargo, el concepto de calidad no resultó tan útil. Esta divergencia nos
permite comprender que distintos procesos pueden ser analizados a partir de perspec-
tivas dispares. La aproximación al diálogo en sus distintas situaciones y contextos es
ya enriquecedora por su diversidad. Hemos organizado los capítulos de este volumen
en seis partes.
La primera parte es una reflexión sobre la significación del diálogo. Los dos
capítulos incluidos tienen una clara veta filosófica. Esta característica nos ayuda
a ubicar la discusión en un contexto más amplio de debate trascendental. El
capítulo titulado “El diálogo como opción frente a uno mismo, el otro y lo
otro en el proyecto del ser humano”, de Luis Marrufo Cardín, ofrece una rica
reflexión sobre la manera en que los humanos construimos nuestro ser individual
en colectividad. En “De la sociedad del resentimiento a la dialógica”, Antonio
Sánchez Antillón examina actitudes evidentes en el uso del lenguaje que determi-
nan posicionamientos de poder ante otros. Desde una perspectiva psicoanalítica
anclada en conceptos de Sigmund Freud y Friedrich Wilhelm Nietzsche, el autor
examina una serie de interacciones comunicativas en un contexto universitario
mexicano para determinar los factores que determinan el desarrollo de relaciones
antagonísticas o dialógicas.
La segunda parte de nuestro volumen, titulada “Pedagogía y empoderamien-
to”, aborda el carácter pedagógico del diálogo. En el capítulo “El diálogo como
vehículo de agencia”, Elba Noemí Gómez Gómez revisa un proyecto de interven-
ción llevado a cabo en los años ochenta bajo los lineamientos de Paulo Freire. En
la base del proyecto se encontraba el desarrollo de las habilidades comunicativas
de los participantes, de los llamados sectores populares. Esta revisión, después de
un par de décadas del proyecto, le sirve para reflexionar sobre la relación entre
el diálogo y la agencia como capacidad del sujeto de ser dueño de su papel en
Introducción 21
la vida social en la que participa. En el capítulo “El diálogo pedagógico como
estrategia para la formación de actores reflexivos y participativos”, Gabriela de
la Torre Escoto aborda el proyecto educativo del Instituto Tecnológico y de Es-
tudios Superiores de Occidente (iteso) como modelo dialógico. A partir de un
análisis de opiniones de docentes e investigadores, De la Torre reflexiona sobre la
aspiración jesuita de fomentar la reflexividad social. En el capítulo de Salvador
Iván Rodríguez Preciado agrega una agenda de investigación para la psicología
social a partir de un análisis sobre el papel del diálogo en albergues infantiles.
La tercera parte del volumen, titulada “Sociedad y sentido”, ofrece un pa-
norama sobre cómo distintos escenarios socioculturales y productos mediáticos
producen sentidos sobre lo social. El capítulo escrito por Mauricio Jiménez
ofrece un estudio sobre la manera en que el patrimonio se ha convertido en una
arena de diálogo sobre el sentido de una comunidad. Más adelante, Annemarie
Meier explora los usos del diálogo en el cine cómico a través de una comparación
entre dos filmes: uno de los hermanos Marx y uno de Cantinflas. Sus astutas
observaciones y rica contextualización nos ayudan a comprender el valor del
cine en la constante reconfiguración del sentido de lo social. Por otra parte,
Juan Larrosa reprocha a los observatorios de medios de comunicación masiva
no haber incluido aún en sus estrategias un mayor diálogo con los mismos medios
que analizan. Fomentarlo, reflexiona con argumentos sólidos e informados, les
ayudaría a ambos a lograr sus objetivos. El siguiente capítulo consiste en una
reflexión sobre el papel del “defensor del lector” en periódicos como un esfuer-
zo por parte de los medios de establecer un diálogo con sus lectores. Su autor,
Juan Carlos Núñez Bustillos, apunta hacia la definición de la ética como una
profesionalización del diálogo constructivo.
La cuarta parte del volumen está dedicada a la comunicación intercultural
e interreligiosa. En ambos casos, se trata de configuraciones socioculturales
que heredan configuraciones simbólicas trascendentales. En el texto de Anne
Rodenburg se ofrece un marco para analizar la comunicación intercultural a
través de un estudio de caso entre guatemaltecos y holandeses en un proyecto
de asistencia para el desarrollo. Este tipo de estudios tienen el potencial de ana-
lizar con mayor profundidad la gran variedad de encuentros interculturales que
existen en nuestras sociedades de diversidad centenaria. El capítulo siguiente
Introducción 23
que los textos aquí reunidos forman más una agenda de investigación que una
colección definitiva sobre el diálogo. Así como hemos logrado un diálogo entre
disciplinas, escenarios y actores, aspiramos a que el siguiente diálogo mejore con
las bases aquí incluidas y ofrezca más herramientas para lograr mejores análisis.
La comunicación forma un eje transversal que cruza muy diversas fronteras de
pensamiento y acción entre individuos y colectividades. No toda comunicación
es diálogo, aunque cualquier diálogo es comunicación. Si bien, la plataforma
disciplinaria desde la que comenzamos con nuestra exploración del diálogo es
en estudios de la comunicación, los trabajos contenidos en este volumen parten
desde áreas como psicoanálisis, antropología, ciencias políticas y otras. En cada
caso, sin embargo, se privilegia un esfuerzo por comprender la interacción en su
contexto y a partir de un punto de vista determinado por el mismo. En todos
los casos, consideramos al lenguaje como proceso dinámico (Cann, Kempson y
Marten, 2005) y al diálogo como el proceso de construcción del conocimiento
(Marchand, 2010). Esta perspectiva está inserta en el estudio de aspectos cogniti-
vos de las relaciones sociales para comprender mejor los cambios socioculturales
(Brassac et al, 2008). Esperamos que esta obra les sea de utilidad.
Partiremos de que el ser humano llega a ser lo que es a través de sus actos.
Dicho de otra manera, la realización del sí mismo se vive a través de las acciones
y es en la vida donde estas acciones se posibilitan (Zubiri, 1986: 75 ss, 573 ss).
La premisa es que a lo largo de su vida el ser humano se construye en aras del
proyecto que de sí pretende y que, por tanto, las acciones resultan vitales para
ello (González Fernández, 1997: 81 ss). Se sostiene que la forma de vida como
humano no es un troquel sino un proyecto en construcción cotidiana. No re-
presenta una instancia cerrada sino que está abierta a la realidad y a lo que esta
le demanda. Con sus acciones, el ser humano pretende dar curso a la construcción
de futuros posibles.
La actuación presente tiene pretensión de futuro por su intencionalidad y,
al mismo tiempo, representa también la posibilidad de mantener presente el
pasado por medio de la memoria, del recuerdo. Antonio González Fernández
considera que podemos trascender el fugaz ahora de cada acto para detenernos en
una consideración pausada de sus características y señala, siguiendo a Edmund
Husserl: los actos de alguna manera perduran (1997: 74), son actos del pasado
El discernimiento y la narrativa:
diálogos en la construcción del sí mismo
La actuación se representa con acciones que han sido orientadas, acciones a las
que se les ha dotado de un sentido, de un propósito; son actos intencionales. La
actuación del hombre está constituida por una serie de decisiones engarzadas que se
constituyen en patrimonio vital que le orientan y nutren frente a nuevas opciones
o viejas decisiones.
El discernimiento se registra como el esquema privilegiado a la hora de con-
siderar diversas opciones en el horizonte. Vivir la vida es la posesión de sí mismo,
es autoposesión (Zubiri, 1986: 75), “es tensión permanente de un equilibrio
dinámico, nunca plenamente logrado, pero que mantiene al hombre inexora-
blemente en proceso de realización” (Echeverría Alvarado, 1996: 202) y estar
al corriente de la propia experiencia capacita para hacer frente a la toma de
decisiones con mayores recursos y mayor margen de maniobra.
Discernir es un proceso de búsqueda y de encuentro consigo mismo y
la pretensión de sí mismo, un discurrir con lo otro y con el otro; pretende
escudriñar la propia historia, descubrir y examinar los anhelos profundos,
implica valorar opciones, distinguir y señalar algunas características presentes y
ausentes en las alternativas. Pretende notar diversos rasgos entre varias posibili-
dades, busca ordenar según algún criterio definido para decidir y dar respuesta.
El discernimiento es uno de los recursos con los que el sí mismo cuenta para
decidir qué respuesta dar al mundo. Pero, ¿cómo se forman los criterios desde
los que el sí mismo dialoga consigo para discernir?
[...] estriba en dar cuenta de la unidad de estilo que une las prácticas y los
bienes de un agente singular o de una clase de agentes [...] El habitus es ese
[...] hay que saber articular la opción por el hombre, única referencia de la
ética hasta hace muy poco, con la opción por la Tierra —que es de hecho
opción por la biodiversidad—, que debe considerarse ya como el otro polo
irrenunciable de la ética [...] el gran reto ético es la armonización de estra-
1. No se parte de un supuesto ideal de completitud sino de reconocer que en todo hombre hay una
fractura, una escisión del yo que utiliza para habérselas con las reglamentaciones sociales y sus deseos.
Esta división subjetiva va acompañada, entonces, de una modalidad de goce, por lo que allende los
sociólogos aquí se reconoce que las prácticas del resentimiento o de la mala conciencia se sostienen
no solo por la inercia ideológica sino sobre todo por lo que de plus de goce hay en ellas. Desmentir
parcialmente la realidad o la ley no nos hace perversos propiamente sino actores de sobreadaptaciones,
normopatías, paradaptaciones o neorrealidades (Zukerfeld, 1999). La cultura nacional se permea,
así, de respuestas reactivas que permiten escabullirse parcialmente de la ley y la realidad.
2. Nietzsche (1989) explica que la moral del esclavo es aquella que dice no, ya de antemano, a un Fuera,
un Otro, un No–Yo. Es un concepto que utiliza para criticar a la moral tradicional del “camello”, si
bien hace una genealogía de ella en la cultura, reconoce que es un atributo, modo de reacción y de
ser que cualquier humano puede tener.
Freud Nietzche
Descubrí así hasta qué punto una raza más vigorosa debería proyectar en un
sentido totalmente distinto la idea que se hiciera de una humanidad superior
y magnificada: debería concebir unos seres superiores, más allá del bien y del
mal, más allá de aquellos valores que no pueden disimular su origen, pues
proceden de la esfera del sufrimiento, del rebaño y de lo vulgar... (Nietzsche,
2000: libro II, Introducción, § 14.)
Al discurrir la moral de los esclavos, ya se han dado atisbos de una cultura que
puede regirse por la voluntad de poder, por la pulsión del apoderamiento simbó-
lico del mundo. Un sujeto afirmado se mueve en el registro del reconocimiento
de la ley, bajo la alteridad del otro en tanto distinto, y bajo la capacidad de
diferenciación, el ser del hombre y su función más allá de las relaciones prima-
rias. Este podría ser el sujeto descrito por Julien A. Greimas y Jacques Fontanille
(1994) como el “hombre del hacer”, que basa su relación en las manifestaciones
discursivas y cuya emoción está anclada en la intersubjetividad. Desde Freud,
sería un hombre que después de atravesar las relaciones diádicas ha podido
dar admisión a la introyección de la ley bajo un superyó y un ideal del yo que
le permite ejercer juicios de realidad con capacidad autocrítica. Este sujeto,
guiado por el amor de objeto, tiene un reconocimiento de que la pérdida, la
parcialidad y la labilidad son parte de la vida, y que el registro de valoración y
discriminación de la realidad no está en el campo de la mismidad (mí, me) sino
en el de la alteridad y la apreciación de la diferencia.
Sobrepasar los valores del rebaño (que dice el epígrafe) implica como cultura
apreciar lo propio y lo ajeno en sus coincidencias y diferencias. En espacios
académicos, es aceptar rodeos epistemológicos, es decir, saber hacer campos de
posibilidad para la vida con las teorías y metodologías. El dogma teórico, el ideal
del padecimiento o la prevalencia de la ideología por sobre las interpelaciones
empíricas y los problemas prácticos no es ni su camino ni su meta.
La voluntad de dominio propone una ética en donde lo individual y lo social
sean tomados en cuenta no para anular la tensión sino para reconocer las partes
y los niveles de interés específicos de cada una. Convoca a las distintas partes
En este texto escrito se han discernido las dinámicas de lo que Nietzsche llamó
la mala conciencia, el resentimiento y la voluntad de poder o afirmación. Se
precisaron, ayudados por la teoría psicoanalítica desde Maldavsky (2004), los
estilos retóricos y se tipificaron en ejemplificaciones en la vida cotidiana de una
universidad.
A modo de conclusión, se pueden repensar “las características que esas
posibilidades e impedimentos han impuesto a una determinada cultura, con-
cretamente la mexicana” (Zea, 1969: 8). La ponderación que se hace en este
escrito de la cultura de los esclavos, teniendo en cuenta la convocatoria de este
colectivo sobre el diálogo de calidad, abre un campo de posibilidad para pensar
que si bien las taras culturales cuentan con un antecedente histórico, no tienen
porque mantenerse en sus inercias y entrampamientos. Es importante salir de la
explicación autojustificante que a veces se interpreta de los estudios históricos,
como el de Octavio Paz, en donde ser el “chingado” y el “chingador” se convierte
en lo propio de manera esencialista; así como dejar de lado las interpretaciones
ideologizantes que auguran que cambiar las pautas culturales es negar el origen
indígena y ceder a la cultura occidental colonizadora.
Este escrito se podría convertir en un antecedente para investigaciones
posteriores, no solo de aquellas descriptivas, que fijan su mirada en los impe-
dimentos culturales, sino sobre todo de las que propositivamente señalan rutas
culturales alternas.
Pues a mí, como experiencia personal, creo que fue muy buena, porque
yo era más callada y aprendí a comunicarme con las personas y con la
familia también, conocimos a mucha gente, que si no hubiera sido esto,
tal vez estuviéramos en nuestra casa y no hubiéramos llegado a ser lo que
ahora somos, yo pienso que más abierta con la familia.
Lourdes, Grupo de discusión 2
Entre los años setenta y ochenta, con el auge industrial en las grandes ciudades
del país, se localizó un aumento significativo de la migración del campo a la
ciudad, así como la proliferación de colonias suburbanas, muchas desarrolladas
en asentamientos irregulares. Lo que caracterizó la vida en esos lugares fue la
precariedad y la supervivencia. Frente a esa realidad, se dio la aparición y el
fortalecimiento de diversos proyectos alternativos, organizaciones sociales y no
gubernamentales, que surgieron como alternativa a la situación económica que
aquejaba a miles de habitantes de los suburbios; estos proyectos emergieron frente
a la no respuesta del estado y del mercado a las demandas de empleo, vivienda,
salud, educación, cultura y participación política de los pobladores, y fungieron
como espacios de convocación y organización de los llamados sectores populares.
Miles fueron los que participaron en proyectos alternativos en la década
de los ochenta, con la interrogante abierta acerca de lo que había pasado con
todos ellos y el impacto que había tenido en sus ámbitos de vida el haber sido
partícipes en acciones político–pedagógicas. El supuesto que guio el trabajo que
sirve de referencia a este escrito tiene que ver con la afirmación de que los que se
involucraron en dichas experiencias aprendieron a vivir la vida de otra manera,
en relación con los que no se implicaron.
Pues yo pienso que había una gran convivencia, no solamente con la gente de
aquí de nuestra colonia sino con personas de otras colonias que conocimos y
que también nos ayudamos mutuamente a resolver problemas de servicios y de
vivienda, pues hasta problemas personales, porque los platicábamos y había
ayuda mutua. Si había algún problema, pues se juntaban cooperaciones,
se les daba, entonces había una gran convivencia (Grupo de discusión 2).
La afirmación de “pa’ que nos oigan” tiene un significado societal, tiene que ver
con una ubicación en el mundo, “hacerse oír”, tiene connotación de afirmación
de la existencia; en el caso de los actores referidos, simboliza, también, la perte-
nencia a una ciudad a la que habían arribado hacía muchos años en búsqueda
de mejores condiciones de vida. Entonces, el diálogo, desde esta trasferencia,
aparecía como parte del espiral que se anda para constituirse como sujetos de
derecho: el derecho a ser oído, a expresarse, a participar... José abordó, en ese mismo
tono, el proceso de negociación con el gobierno en la consecución de servicios
públicos para la colonia a la que arribaron: “El resultado estuvo en que en poco
tiempo La Loma se fue para arriba, se pavimentó, hubo luz, que yo creo que
el gobierno empezó a ver que la gente estaba tan organizada que dijo ‘no pues,
para que se callen vamos metiéndoles sus servicios porque ya me enfadaron’,
porque ya estaban haciendo mucho alboroto” (Grupo de discusión 1). El uso
de la palabra se vuelve medio para la reivindicación, un elemento de poder: el
poder de la palabra.
En esa línea, mencionó Manolo que un saldo de ese momento era el do-
minio comunicativo y la manera en que se les identificaba a cada uno de ellos
Pues sí, eso mismo que dice el compadre, justamente, ¿te acuerdas de don
Nacho? Mi amigo don Nacho el trailero, pues anda con problemillas por
ahí y quería platicar con alguien, y fue a buscar a Benito, como dice mi
compadre, sabe más o menos, le gusta revolverse, le gusta la revoltura (Grupo
de discusión 2).
En el párrafo anterior se asocia el diálogo con el saber: “voy a platicar con él por-
que sabe”. El diálogo acorta la distancia entre reflexión y acción, así, lo dialogado
orienta la acción y da sentido a la práctica. En el caminar de los entrevistados
la comunicación se hizo dimensión existencial, praxis. Devino praxis política.
La interacción pedagógica implicó para los entrevistados un particular proceso
de comunicación. Lo que se conversaba y el modo de hacerlo eran diferentes a lo
que ocurría en otros contextos o experiencias cotidianas, como lo refirió Lourdes:
Pues a mí como experiencia personal, pues yo creo que fue muy buena,
porque fue así… yo era más callada y aprendí a comunicarme con las per-
sonas y con la familia, también conocimos a mucha gente, que si no hubiera
sido esto, tal vez estuviéramos en nuestra casa y no hubiéramos llegado a ser
lo que ahora somos, yo pienso que más abiertas con la familia (Grupo de
discusión 1).
En el proyecto educativo, el primer paso a intencionar tenía que ver con favorecer
la participación dialógica, entendida como el proceso de pensar junto con el
otro, aprender a escuchar al otro, decodificar junto con el otro la realidad para
recodificarla y avanzar en la toma de decisiones conjuntas hacia la trasformación
de la realidad; desde ahí se tomó como base el planteamiento metodológico de
Freire (1973): campo de posibilitación (preparar la tierra para que cayera la pa-
labra en tierra fértil), codificación (presentar la realidad de manera codificada
para ser desdoblada), descodificación (descomponer la realidad en sus elementos)
y recodificación (regresar a la realidad desde la pregunta que toca hacer); ello
favoreció la instalación de nuevas formas de interacción que tuvieron que ver
con la construcción del nosotros. Mencionó Angélica: “Al principio, cuando nos
empezamos a reunir, pasaban los videos de todas las injusticias y que el gobierno
no saca a la vista, o sea, que no saca a la luz pública, pues platicábamos de la
realidad, de todo lo que estaba pasando” (Grupo de discusión 2).
Entre otras acepciones en torno al diálogo, Freire afirma que es el encuentro
de los hombres mediados por la realidad, que implica aprender a leer la realidad
juntos, para lo cual es menester aprender a dialogar. La capacidad dialógica vista
como aprendizaje pasa por distintos niveles de participación, actoría y consti-
tución de colectividad. Asumir que el diálogo es un aprendizaje lleva a afirmar
que no se circunscribe a la comunicación instrumental. Al inicio, se propiciaba que
los integrantes de los grupos dialogaran entre sí en torno a temas de la vida co-
tidiana, después sobre la problemática que les aquejaba, luego que construyeran
O sea, haz de cuenta que aunque sí éramos más pacíficos nosotros, pero casi
siempre las marchas llevaban un objetivo, en los pliegos petitorios eran lo mis-
mo, entonces al final de cuentas teníamos que concordar. Organizarnos para
poder pedir los servicios de cada colonia, era una condición que nos pusiéramos
de acuerdo (Grupo de discusión 3).
Pero yo pienso que que es parte de la cultura que ya trae uno, entonces si
no te relacionas con gente que piense de otra manera, porque a mí sí me
pasa, yo a veces digo: “¡Ay, mira pues!”, yo me creía pues lista”, ¿verdad?,
pero ya oyes gente que está más preparada y que platica, y vas agarrando el
rollo de… caes en la cuenta, pues, “Ah, mira, tiene razón”, ¿verdad? Sí, o
sea, cosas que a veces uno piensa que tú estás en lo cierto, pero no (Grupo
de discusión 2).
No, no era eso, más bien yo entendía las cosas y mi participación de otra
manera, pero aquí ya encuentro una participación del pueblo, no de un
grupo, del pueblo, una organización del pueblo y ¿encaminada a qué? A
cambiar también las estructuras a cambiar también la historia misma y eso
fue lo que a mí me hizo como entrar de lleno (Grupo de discusión 2).
Aprendí algo bueno, iba uno a las marchas y veía gente más preparada, como
que ya estaba más adelantada en cuestión de organización, en cuestión de
todo ¿verdad?, entonces por eso yo digo que crecí, crecimos en matrimonio,
en familia qué sé yo. La verdad yo no sabía ni cuáles eran mis derechos, ¡no!
la verdad no. (Grupo de discusión 3).
Para concluir
4. Entre las actividades institucionales se encuentran, entre otras, el Foro para la innovación educativa,
que se ha realizado desde 1998; el Programa para la superación del nivel académico, que apoya a
profesores de tiempo fijo en el estudio de posgrados, y el diplomado en Desarrollo de habilidades
académicas, además de las diversas iniciativas de cada departamento para capacitar a sus profesores.
5. Los instrumentos utilizados fueron un cuestionario de valoración, aplicado a 726 alumnos, y 30
foros de consulta estudiantil, en los que participaron 337 alumnos.
• Autonomía.
• Construcción de la propia identidad.
• Trabajo colaborativo.
• Respeto a la diversidad.
• Análisis de la realidad y compromiso social.
• Reflexión ética.
6. Para conocer a los estudiantes, sirve cualquier actividad donde ellos brinden la siguiente información
(ya sea de manera verbal o en un documento): datos personales como el nombre, el lugar de
nacimiento, la nacionalidad, la edad, la situación familiar, sus estudios, su trabajo, sus intereses
y sus hobbies; una fotografía; problemas y necesidades personales; interés sobre el tema del curso y
conocimientos previos; asignaturas o cursos anteriores y lo que cursan actualmente, y saber si cursan la
materia por voluntad propia (cuando es opcional).
7. Los pap son proyectos en los cuales los estudiantes se integran a equipos de trabajo multidisciplinarios
para la investigación, la gestión de actividades, producción de medios y otras modalidades de
intervención social. Esta asignatura incluye las prácticas profesionales y el servicio social, y requiere
una dedicación de 20 horas semanales en promedio.
8. A partir de 2000, el iteso ha impulsado y apoyado a los profesores para complementar sus cursos
con una plataforma tecnológica (Moodle) que abre otras posibilidades de tiempo, códigos y recursos,
fuera del espacio educativo formal, fomentando procesos de interacción diferentes a los que se dan
de manera presencial.
9. Estas mismas actividades se pueden realizar en el caso de otros recursos como películas cinematográficas
o sitios de la Internet.
Algunos profesores solicitan primero una tarea apreciativa o de síntesis, solo para
que el estudiante lea el texto y cuente con información para trabajar en clase.
Después del trabajo en grupo, solicitan un texto más elaborado, a fin de que el
estudiante reconstruya sus aprendizajes a partir de la lectura y de la discusión
en clase. Incluso, a veces piden un texto más complejo (como un ensayo) que
refleje un análisis crítico o comprensivo del tema, después de haber trabajado con
varios autores. Esto ha resultado mucho más significativo para los estudiantes, ya
que promueve el desarrollo de habilidades creativas, de investigación, reflexión
y comunicación (en lugar de copiar o repetir la información).
En las sesiones que se diseñan en torno a los insumos que puedan traer los
estudiantes de experiencias previas o de la tarea realizada, los profesores plantean
preguntas sobre el tema o las impresiones de los estudiantes,10 y dan tiempo
suficiente para que reflexionen y respondan. Como dice Christopher Estrada,
10. A veces, las noticias en los medios de comunicación son un excelente insumo para detonar el diálogo.
Además de vincular el tema de la clase con problemas sociales y de interés público, sirven para realizar
un análisis crítico y una toma de conciencia.
11. Los equipos comparten con el resto del grupo su proceso de trabajo, sus apreciaciones o solo los
resultados, de manera verbal o escrita en papel rotafolio, por ejemplo.
12. El espacio educativo puede ser el salón de clases, talleres, laboratorios o, incluso, visitas a campo.
Dimensión subjetiva
(personalidad, conocimientos,
memoria y voluntad)
13. Aquella en donde los sujetos que participan en el proceso educativo son tomados como objetos,
recipientes vacíos en los cuales es necesario verter un conocimiento, buscando que retengan los
contenidos programáticos fijos, estáticos, sin provocar el análisis crítico de tales contenidos... El
sujeto–objeto es un ser a–histórico, a–cultural, abstracto, cuya única alternativa es la de “engordar”
intelectualmente (Freire, en el capítulo 2, citado en Escobar Guerrero, 1990: 44).
14. De acuerdo con Giddens, al rutinizarse y normarse las prácticas sociales, se constituyen en
instituciones. Las instituciones son sistemas sociales que poseen una estructura (reglas y recursos),
así como propiedades y principios estructurales (características y un sistema de organización que dan
lugar a formas de interacción societaria y que se extienden por un tiempo y un espacio) (Giddens,
1995: 17).
15. Hay horas del día en que las necesidades fisiológicas (sueño y hambre, sobre todo) dificultan la
atención y el aprendizaje. Lo mismo sucede cuando se dedica mucho tiempo a la misma actividad
o cuando las condiciones del lugar no son adecuadas (poca iluminación y ventilación, demasiado
calor o frío).
16. Si se percibe al otro de manera negativa (como una persona antipática, arrogante, insensible, ignorante
o injusta), será difícil generar condiciones para el diálogo: un clima de confianza y una actitud de
apertura. Esta percepción se puede modificar a través de la interacción, ya sea para reforzar o eliminar
dicha impresión, aunque a veces se necesitan ciertas experiencias o actitudes para reconocer estos
cambios.
Los estudios relacionados con el diálogo en psicología social han puesto especial
atención en lo que se refiere al discurso en tanto imagen del pensamiento, o
bien, en el análisis de los referentes a partir de los que este se estructura o se
nutre. Sin embargo, en lo que toca al diálogo, como espacio de interacción,
negociación e intercambio, no existe investigación suficiente que dé cuenta de
un interés cabal en la disciplina. La importancia del tema, en tanto el proceso
mismo del diálogo representa ya no solo las posibilidades argumentativas y
discursivas de los sujetos en cuestión (y las potencialidades que ello supone)
sino su disposición como conjunto organizado en torno a los distintos temas
que configuran la esfera pública, acusa una necesidad de posiciones teóricas y
abordajes alternativos.
Al interior de las instituciones totales, el diálogo como medio para la ne-
gociación es una posibilidad desestimada, en la medida en que la institución
determina de antemano las posiciones que los actores asumirán en la interacción.
Los albergues infantiles configuran un asunto de interés, en este sentido, en la
medida en que los niños que ahí se desarrollan parecen estar confinados a lo que
las instancias que les rodean puedan disponer en torno a su futuro.
El presente texto recoge las posibilidades de investigación, colaboración e
intervención que se desprenden a partir de la reflexión de la experiencia y los
resultados de dos años de investigación realizada por estudiantes universitarios
en contextos institucionales infantiles. Las conclusiones señalan las oportuni-
1. El concepto de Institución total se refiere a aquellas instituciones dentro de las cuales el individuo
se ve obligado a llevar a cabo todas sus actividades y donde los periodos para su realización son
marcados por una agenda cuya dirección le es por completo ajena.
Instancias de voluntariado
Instituto Jalisciense
Niño Patronatos de Asistencia Social
Asociaciones civiles
2. Pese a que no se pueden tomar como cifras oficiales, los datos dispuestos por la asociación son
referencia de medios informativos y proceden de fuentes oficiales del Sistema Desarrollo Integral
de la Familia (dif), que atiende de manera oficial el problema.
Desarrollo Integral
Estudiantes de de la Familia
Universitarios Asociaciones civiles
bachillerato
Consejo Estatal
de la Famila
Manuales operativos
Instancias de para custodia, Norma Oficial Mexicana
voluntariado tutela y adopción NOM-032-SSA3-2010.
Prestación de servicios de
asistencia social para
niños, niñas y adolescentes
Familia Padres adoptivos en situación de riesgo y
Patronatos Padres
extensa potenciales vulnerabilidad
Institución:
Niños compañeros de albergue albergue
Instancias de
Representantes de autoridad intermedia
comunidades religiosas Empleados de albergues
Niños en situación
de albergue Instancias de autoridad directa
• No se pueden liberar de una patria potestad que recae en unos padres mal-
tratadores, a quienes les han sido arrebatado por el estado.
• Cuentan con un hermano en la institución, razón por la cual la legislación
da preferencia a que permanezcan en el mismo espacio físico.
En medio de esta situación, lo que llama más la atención es que pareciera que
los esfuerzos del estado están enfocados, de manera exclusiva, en el proceso
de adopción, pese a que la evidencia sugiere que solo tres de cada 40 niños
serán adoptados.
El juego consta de dos tableros, cada uno con 24 tarjetas que representan a
las personas que trabajan en la institución como figuras de autoridad (for-
madores, religiosas, alemanes, psicólogos, etc), otras figuras externas como
padres, madres, hermanos, policías, maestros y cinco más, en las que se
integraba el equipo investigador como otra representación de autoridades.
Además de las 48 tarjetas que se colocan en los tableros, hay otras 24 con
los mismos personajes, pero en un formato más grande, que son las que cada
jugador elige para ser adivinada e intentar adivinar la de su contrincante
(Ceja y Espinosa, 2010: 63).
A diferencia del juego original, se pedía a los niños que participaran a través
de la formulación de preguntas que no aludieran a las características físicas del
personaje o a su apariencia. El objetivo era:
Por las características del juego, se pretende que el niño de manera espontánea
haga preguntas que dejen ver la construcción que ha realizado con respecto
a las funciones y características de las figuras de autoridad. A su vez, por su
diseño, el juego permite observar qué características son atribuidas a cada
personaje, por lo que además permite recuperar la perspectiva que los niños
tienen con respecto a los modelos de autoridad que cada uno ejerce y la
importancia atribuida a cada uno de los roles representados por las figuras
en los tableros (Ceja y Espinosa, 2010: 65).
Teatro guiñol
El tablero “Adivina ¿quién?” está construido para recoger descripciones de los espacios del
albergue (tomado de Ceja y Espinosa, 2010: 65).
Como parte de la estrategia para que los niños emplazaran las representaciones,
se diseñaron seis escenarios:
Títeres utilizados para las actividades del teatro guiñol que representaban a los adultos con
que los que los niños se relacionan en lo cotidiano (tomado de Ceja y Espinosa, 2010: 68).
Turista
Una de las reglas que cambió en esta estrategia, por ejemplo, fue que lo que los
niños debían hacer en la primera vuelta era describir cada uno de los espacios
que estaba representado en las casillas en las que caían y debían complementar
la descripción del compañero si ocurría que ambos caían en el mismo recuadro.
Niñas jugando con los títeres del teatro guiñol (tomado de González, Gutiérrez y Figueroa,
2010: Carpeta de anexos).
Foto 5.4
Tablero del Turista construido para recoger descripciones de los espacios del albergue (tomado
de Ceja y Espinosa, 2010: 69).
3. Los estudiantes, ahora egresados, están preparando otros documentos que puedan dar cuenta
públicamente de los resultados de la investigación. En el proceso, además, los resultados se someterán
a discusión con el equipo de psicólogos de la institución, en orden de evitar sobreinterpretaciones
de la información generada en el proceso.
4. En palabras de Mead: “Generalmente se reconoce que las expresiones de inteligencia específicamente
sociales, o el ejercicio de lo que a menudo es llamado ‘inteligencia social’, depende de la capacidad del
individuo dado para adoptar los papeles o ‘ponerse en el lugar de’ los otros individuos involucrados
con él en situaciones sociales dadas, y también de su consiguiente sensibilidad a las actitudes de
ellos hacia él y de los unos hacia los otros” (Mead, 1934: 172, nota al pie 4).
Si bien los niños conviven en el mismo espacio cotidiano que los adultos con
los que se relacionan, la autoría de las formas de interacción queda guardada
por y para sus representantes adultos. Esto es así porque pese al carácter tan
“impreciso como hipertrófico” (Blumenberg, 2003) de las preguntas infantiles,
su naturaleza no deja de ser denunciatoria. La producción, como consecuencia,
de un orden oculto en el discurso y las formas de interacción (Scott, 2000), que
se produce al interior de los albergues, puede abrir alternativas de investigación
e intervención valiosas.
Jurjo Torres Santomé (en Pereyra, 2002: 231 y ss) hace un análisis que tiene
como punto de entrada la escuela y el juego, y encuentra que el juego como
actividad fundamental del niño, pese a ser valorado de manera apologética en
los discursos pedagógicos, no encuentra respaldo en las legislaciones o estrategias
La red de actores que se constituye a partir de las instituciones para niños huér-
fanos, desatendidos o maltratados necesita continuar delineándose, en orden
de sustituir al palimpsesto que de ella sostienen por igual los especialistas y el
estado. En este sentido, se ha encontrado que la perspectiva desde la cual se la
puede observar de mejor modo es, paradójicamente, la de quien pareciera, desde
el punto de vista adulto, que tiene menos que decir: el niño.
1. Como parámetro de referencia, se sabe que el comercio ilegal de arte y antigüedades —elementos
que se pueden considerar parte del patrimonio— está entre los tres más grandes negocios ilegales,
junto con el tráfico de drogas y el de armas. También se puede observar en la televisión una oleada de
programas dedicados a las antigüedades, con títulos tan elocuentes como “El precio de la historia”.
El papel del patrimonio como espacio de diálogo en redes de acción pública 127
las relaciones que cada sociedad establece con el tiempo, con el pasado, consigo
misma y, en especial, con sus formas de gobierno, de construcción del poder y de
las distinciones. Si bien, no es el único medio para observar estas trasformaciones,
el patrimonio ha sufrido una evolución singular a partir de la emergencia de
organismos supranacionales dedicados a su protección, lo que lo convirtió en un
bien común en disputa a nivel mundial, al mismo tiempo que un dispositivo de
codificación cultural para sociedades concretas. En otras palabras, el patrimonio
nos interesa porque, a diferencia de otras manifestaciones del nacionalismo, se
ha universalizado, lo que ha creado la noción de que puede existir un artefacto
metacultural que permita el diálogo entre culturas.
El patrimonio es una codificación de la cultura de un grupo que incluye,
entre otras cosas, monumentos, edificios, esculturas, cuentos, tradiciones orales,
festividades, artesanías e incluso personas, plantas, animales y comida, siempre
que ayuden a la construcción de las distinciones entre una cultura y otra. Es un
dispositivo nemotécnico que ayuda a recordar y reconocer los rasgos culturales
de un grupo y, en ese sentido, explica a la cultura a la que pertenece. Así, si se
piensa en él como un conjunto de patrimonios, el universo de lo patrimonial
estaría fuera de una cultura particular, creando un espacio de comprensión inter-
cultural. Esta es la idílica imagen de muchos de los promotores de la expansión del
concepto, que los lleva a afirmar desde hace algunos años que el patrimonio puede
ser una plataforma común para la diálogo intercultural y el reconocimiento de la
diversidad, que será entonces una propiedad a preservar en las sociedades con-
temporáneas, en la medida que la inclusión de patrimonios diversos permitiría
un diálogo mediando entre los valores de cada cultura. Al extender esta idea a
nivel local, el patrimonio también favorecería el diálogo entre grupos políticos
de una misma comunidad, en su establecimiento como un referente común en
el diálogo entre ellos.
Esta visión normativa del papel del patrimonio en la esfera pública tiene
muchos matices y excepciones al observar en la realidad las interacciones de
actores en conflicto por el gobierno de un bien patrimonial. En la mayoría
de los casos, la experiencia cotidiana no nos permite decir que el patrimonio
funcione como una constante positiva en la calidad de diálogo, ya no intercul-
El papel del patrimonio como espacio de diálogo en redes de acción pública 129
Diálogo y patrimonio
Museo
Codificación
Cenotafio Monumento
Disputa Reconocimiento
Mercado
Negociación
El papel del patrimonio como espacio de diálogo en redes de acción pública 131
a intereses que crean asimetrías entre los que producen los objetos culturales y
quienes hacen de estos patrimonio (Kirshenblatt–Gimblett, 2004), pero también
entre quienes pueden participar en un diálogo que lleva al reconocimiento del
patrimonio y aquellos a los que se excluye usado al propio patrimonio como
distinción. La sobrerrepresentación del patrimonio de Europa y Norteamérica en
las declaratorias de patrimonio cultural de la humanidad hechas por la unesco
hasta la fecha, con un 49% del total, ilustra estás asimetrías a nivel mundial.
En la actualidad, a pesar del declive del estado–nación, que fue su princi-
pal promotor, el patrimonio se sigue viendo como un elemento que induce
actitudes en los sujetos, en especial al reconocimiento de su pertenencia a una
comunidad política. La función clásica del patrimonio es propiciar un diálogo
de autorreconocimiento al interior de un grupo, efecto del diálogo que permitió
su codificación como parte de él y también de incorporar una serie de conductas
que conducen a reafirmar este autorreconocimiento. Por ello, los diálogos que
enmarcan al patrimonio no son en absoluto espontáneos, lo patrimonial no
salta a nuestra conciencia para decirnos que pertenecemos a un grupo sino que
es producto de una prolongada incorporación de los códigos que el patrimonio
explicita o ejemplifica, y que a su vez fue producto de previas negociaciones y
reconocimientos. Este proceso no suele ser emprendido por actores individuales
sino por entramados de instituciones, organizaciones, grupos, facciones, etc,
que requieren recursos y estrategias que están lejos de ser espontáneos o ajenos
a complejos intereses.
Aunque el patrimonio permita ampliar le perspectiva de lo que nos es propio,
sigue siendo una selección que pone en escena los valores que un grupo quiere
trasmitir sobre sí mismo. Esta es la lógica que la mayoría de los gobiernos han
asumido al impulsar sus candidatos para ser incluidos en la lista de patrimonio de
la humanidad de la unesco. Sin embargo, esta universalización del patrimonio
nacional lleva consigo una progresiva disminución del papel del estado–nación
y una crisis que permite nuevas negociaciones. Un ejemplo es el caso del cam-
po de concentración de Auschwitz Birkenau, que se declaró patrimonio de la
humanidad en 1979 bajo el criterio de haber estado asociado de manera directa
con eventos o tradiciones vivas, con ideas, con creencias, con obras artísticas o
literarias de notable valor universal, en los términos de la Convención sobre el
El papel del patrimonio como espacio de diálogo en redes de acción pública 133
pero que tendrán entonces que participar de alguna forma en el proceso de
negociación con los otros grupos que ejercen su influencia en el patrimonio. El
hecho de que el patrimonio pueda contener discursos tan ambiguos no signifi-
ca, entonces, que no tienen un papel en los procesos de diálogo sino que hace
evidente la polivalencia que puede admitir.
La construcción de un patrimonio como codificador cultural implica un
proceso de negociación y reconocimiento esencialmente contingente, provisional
y coyuntural. Es cierto que algunos bienes patrimoniales operan como caracteri-
zadores de una comunidad, pero esta función es producto de una negociación,
que de otra forma puede hacer que un patrimonio sirva como puente entre
dos grupos distintos. En ambos casos, los actores tienen una motivación para
negociar la definición del patrimonio y están dispuestos a dialogar sobre su uso
o consumo para llegar a un contrato que establezca un discurso común o una
distinción entre discursos que lleve a legitimar una exclusión. En consecuencia,
el patrimonio puede mediar en procesos de diálogo, pero esto no significa por
necesidad que mejore su calidad y, en muchos casos, puede conducir a monólogos
o diálogos simulados con los cuales imponer una distinción. En estas condiciones,
el patrimonio funcionará como un dispositivo nemotécnico de distinciones —el
monumento tradicional dentro del museo, en donde es consagrado a la memo-
ria— o como un espacio contractual con valores borrosos y reglas definidas de
forma provisional —el cenotafio llevado al mercado donde tasar su valor. Así,
el papel del patrimonio en los procesos de diálogo no es permanente ni único,
es más bien el producto de las negociaciones previas que crearán condiciones
para su acción en uno u otro sentido.
El papel del patrimonio como espacio de diálogo en redes de acción pública 135
Gráfica 6.2 Tres tipos de triada para ilustrar la similitudes entre la triada
semiótica, la social y el modelo de mediación con un hoyo estructural
j j j j j
i k i k i k i k i k
Estos roles guardan ciertas similitudes con el papel que se le asigna al patrimonio
en las relaciones intergrupales, tanto como referente de identidad como cuando
se le considera puente entre grupos, por lo que un bien patrimonial puede
funcionar como un broker de códigos que cumple uno de estos roles.
Al hablar del patrimonio como broker nos referimos a que este posibilita in-
teracciones entre los actores y que estas codeterminan los usos del objeto y su
función social. No se puede decir que un bien patrimonial en sí mismo haga
algo, pero un actor lo puede reconocer como una condición para hacer y, en
sentido contrario, para limitar la acción, todo ello dependiente de los significados
contratados por el actor. En este sentido, puede propiciar o limitar las relaciones
entre actores, dependiendo de cómo cada uno acepte o no las condiciones de
reconocimiento. Esto implica también que el patrimonio, como el discurso,
solo existe en relación con un grupo de actores que lo interpretan y discuten,
por lo que, aunque el patrimonio es un objeto que permite hacer ciertas cosas,
solo ocurre cuando un ser humano lo pone en acción, por lo que ambos tienen
un papel necesario en la acción que efectuarán.
El papel del patrimonio como espacio de diálogo en redes de acción pública 137
Como dispositivo, el patrimonio forma parte del sistema cultural que busca
la constitución de un estado imaginario de asociación entre personas, la comu-
nidad. Imaginario en el sentido de Benedict Anderson (1993): no como irreal
sino como algo en lo que se confía a pesar de su imposibilidad real, como se
confía en la posibilidad de que todos los miembros de una comunidad se co-
nozcan entre sí. La construcción de esta comunidad política se origina en un
ejercicio de creación en tres sistemas de sentido: uno da sentido al pasado como
una historia común; otro dota de significado al espacio que se convierte en te-
rritorio, y el último interpreta las relaciones entre el grupo, los otros y lo otro.
El patrimonio se relaciona con los tres sistemas y ayuda a definir las relaciones
con el pasado, el espacio y los otros.
El caso típico de patrimonio es el monumento (del latín monumentum, algo
que recuerda), un objeto que da soporte a la memoria de una comunidad. Los
primeros monumentos eran conmemoraciones funerarias y trasmitían a sus
espectadores una noción del poder de aquel o aquellos por los que se habían
construido. El monumento tiene la función de hacer perdurables ciertas relaciones
sociales para hacerlas trascender a las limitaciones del encuentro cara a cara. Es
un recordatorio del poder de una persona o grupo, que impone aun después de
su muerte. Cuando en medio de una revolución es mutilado, solo se reafirma su
capacidad de referir a una relación entre los actores que imaginan la comunidad,
una relación de dominación.
En la revolución del siglo xix, el patrimonio ayudó a imaginar a las comunida-
des que formaban los estados–nación europeos, una búsqueda del genio del pueblo
que más tarde se convertiría en la identidad nacional. En la actualidad permanece
el uso del patrimonio como codificador de la identidad nacional, pero este ya no
es el único uso que tiene. Por un lado, esta su conversión en un bien común a
la humanidad. Por otro, la construcción de patrimonios sectarios o facciosos,
iniciada por muchos grupos para corresponder a sus intereses y convertirlos en
el fundamento de nuevas identidades o en el apuntalamiento de viejas. En los
últimos 20 años, con la pérdida de protagonismo del estado, el discurso del
patrimonio se ha debilitado para ser aprovechado en la construcción de otros
discursos sobre la identidad desde grupos intereses económicos, organizaciones
civiles o facciones políticas regionales. Esta situación reinicia el proceso de diálo-
El papel del patrimonio como espacio de diálogo en redes de acción pública 139
A pesar de ello, en las últimas décadas del siglo xx, se inició en toda la región
un proceso de reivindicación étnica que de manera paulatina fue involucrando
a los urupanenses que habían participado desde diferentes enfoques, pero casi
siempre por mediación de la reinterpretación o construcción de algún tipo de
patrimonio. Este proceso se dio en coyuntura con cambios en la arena política
local, debidos a la alternancia partidista en el gobierno municipal, que abrie-
ron espacios a la participación ciudadana en algunos procesos de gobierno y
coincidieron con la llegada de nuevos actores institucionales a la Huatápera
que abrieron la administración del edificio a la participación comunitaria. En
este proceso se invitó a la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente
(ecro) a participar en la restauración de la pintura mural de Los ángeles músicos,
por lo que pude internarme en el proceso, primero como profesor de la ecro
y más tarde indagando entre los actores para reconstruir la red de relaciones
que el proceso de participación de la Huatápera propició. Mi posición siempre
fue la de un especialista externo, por lo que no se puede decir que haya formado
parte de la red, como los mismos miembros lo denotaban al no mencionar a los
especialistas de la ecro como participantes.
Las nuevas condiciones políticas ayudaron a jubilar el reconocimiento que
tenía hasta el momento la Huatápera e iniciaron una serie de negociaciones sobre
el significado del edificio, en los que el diálogo se planteó en tres posibles confi-
guraciones dependiendo de la forma en que el actor asumía a la Huatápera como
elemento de su identidad cultural:
El papel del patrimonio como espacio de diálogo en redes de acción pública 141
la coincidencia de agendas que por la cultural, ya que cuando la primera se
rompe, el patrimonio pierde cualquier valor en la negociación. En general,
el diálogo será precario por el déficit de legitimidad y por la noción de que
es solo un paso previo en la construcción de visiones comunes posteriores.
Para el caso, el patrimonio se puede considerar un pretexto.
• Identificación parcial. El tipo de mediación del patrimonio corresponde al
rol de guardián o del traductor, en donde un actor reconoce en el patrimonio
una distinción entre sí y su interlocutor que los separa culturalmente y, al
mismo tiempo, los hace tener un interés común. El diálogo queda entonces
en suspenso, si bien se reconoce que no se comparten referentes, no se des-
califica una posible mediación a través del patrimonio como interés común.
El mismo sirve como punto de encuentro, aunque con él se señale una
diferencia entre ambos participantes. Por supuesto, de nuevo el patrimonio
se convierte en un cenotafio, puede propiciar el proceso de diálogo, pero
esto siempre dependerá de la forma en que cada actor defina su relación
con él y, sobre todo, en que este asuma que el patrimonio constituye una
diferencia con el otro. En la Huatápera estos procesos de distinción se vieron
principalmente en las relaciones entre los miembros de los barrios históricos
de Uruapan y todos los demás grupos participantes, ya que los primeros
asumieron que la Huatápera tenía una vinculación histórica más clara con
ellos y, por ello, servía para establecer diferencias con los otros. Por ejemplo,
esto marcó la relación con los grupos empresariales a los que se les reconoció
una legitimidad y visión diferente, por lo que no participaron en el proceso
de gobernanza sino que eran convocados a reuniones especiales y su parti-
cipación estuvo mediada por brokers específicos, bajo el presupuesto de que
no compartían los mismos códigos de comunicación. En el mismo sentido,
pero con otras consecuencias, la relación con las autoridades de la cdi se
dio en una intermediación del mismo tipo; sin embargo, a diferencia de los
grupos empresariales, al ser las autoridades las que tomaron la iniciativa de
diálogo, pudieron usar la intermediación de la Huatápera como un espacio
de traducción de códigos. En estos casos, la calidad del diálogo dependerá en
buena parte de los presupuestos y los cambios en la valoración que se hace
del patrimonio en el proceso. En principio, si es claro para los participantes
La Huatápera
El papel del patrimonio como espacio de diálogo en redes de acción pública 143
más evidente en los medios de comunicación que en los propios habitantes de
los barrios. En el caso de la identificación parcial, esta se dio sobre todo en los
últimos momentos del proceso, cuando las autoridades pudieron obtener recursos
suficientes para emprender por su cuenta acciones de conservación, con lo que
se mediatizó la participación, a través de especialistas que cambiaron el formato
de diálogo por una discusión dirigida. Estas posturas no eran fijas y se asumía
un tipo de reconocimiento u otro, muy probablemente en dependencia de los
intereses del momento y del efecto que se quería lograr en el interlocutor. Así, se
encontraron diferentes manifestaciones en las que la Huatápera era identificada
como un signo de la opresión de los europeos contra los indígenas y que, si bien
se debía de conservar por su valor artístico, no había que olvidar este significado
para el pueblo p’urhépecha. En el otro extremo, la Huatápera era identificada
como un lugar de refugio tanto para los habitantes de la ciudad como para los
visitantes, por lo que se ofrecía como espacio para negociar, incluso con las mismas
autoridades que aún detentan su control, que se convertirían en huéspedes de
los uruapenses y su Huatápera.
En consecuencia, estas peculiares formas de usar el patrimonio para media-
tizar cada instancia de diálogo dieron más posibilidades a los actores que tenían
la capacidad de adaptar el reconocimiento del patrimonio a sus intereses y
estrategias particulares. Estos actores se convirtieron en los intermediarios clave
por su capacidad de presentar a cada comunidad un patrimonio que le hablaba
de la forma que ellos querían, y en este sentido se puede decir que acumularon
cada vez más poder con respecto al resto de los participantes del proceso. Por
supuesto, esto mejoró su posición de interlocución, pero en muchos casos hizo
a los procesos de diálogo demasiado dependientes de su mediación ya que, al
vaciar y repoblar cada vez al objeto sobre el que discutían, era difícil iniciar la
discusión sin antes volver a dar significado al patrimonio sobre el que se discutía.
Conclusiones
La función actual del patrimonio dista mucho de estar tan clara como la ven
algunos textos de la unesco y otras instancias internacionales de cultura, pero
hay elementos suficientes para concluir que su papel está determinado por el
El papel del patrimonio como espacio de diálogo en redes de acción pública 145
des y, por lo mismo, el diálogo será el elemento básico para la construcción del
consensos a partir del disenso básico de saberse diferentes para después imaginar
los puntos de encuentro. Pero esto solo puede ser producto de una negociación
creativa, por lo que el patrimonio debe ser recreado y convertido para asignarle
nuevos recuerdos que guardar. Es necesario, en consecuencia, entender mejor los
procesos de cambio en el concepto de patrimonio y en los patrimonios concretos,
no solo lamentar su desaparición o creer que son soluciones a problemas tan
antiguos como la comunicación. La cuestión no parece radicar en cómo evitar
la violencia de nuestro encuentro con el otro o cómo abolir las diferencias que
provoca el poder y, en el caso del patrimonio, cómo evitar que estas destruyan
lo que todos creemos son testimonios del pasado. El diálogo de calidad puede
servir para aprovechar la violencia y hacer que el poder se vuelva una posición
transitoria a la que nos podemos oponer. En cierta medida, el tener la inte-
racción mediadora del patrimonio con un papel intercambiable puede ser un
amortiguador contra el ejercicio de violencia de los poderosos que pretenden
imponer un reconocimiento y una codificación estáticos de la identidad cultural,
tanto de las comunidades locales como de la cada vez más imaginada comunidad
global. Tal vez la decisión de hacer Auschwitz patrimonio de la humanidad es
parte de este proceso de darle un papel intercambiable a un mismo referente,
convertir un signo del holocausto en una señal de esperanza.
Annemarie Meier
La comedia es uno de los géneros básicos del cine desde sus inicios. A partir
del momento en el que fue posible integrar el sonido al discurso visual para
volverlo audiovisual, los sonidos y la voz humana fueron fundamentales para la
interacción con el espectador y la creación de significado. En las comedias de los
años treinta se desarrollaron estilos de diálogo que trasgredían las convenciones
y reglas de la comunicación verbal y producían la identificación del espectador
con los personajes y sucesos de la pantalla. En muchos casos, el recurso discursivo
fue utilizado como estrategia de humor subversivo para formular una crítica
social que sirviera de pararrayos para el público y no despertara la censura. Por
medio de las herramientas de la Pragmática se analizarán las estrategias de los
Hermanos Marx en Sopa de ganso (1933) y Cantinflas en Ahí está el detalle (1940).
Antes de que el cine aprendiera a hablar, es decir, en la época del cine silente,
fueron las imágenes las que hablaban e ilustraban lo que sucedía en la pantalla
y lo que se decían los personajes. A través del trabajo de la cámara y el monta-
je, el espectador se enteraba de los estados de ánimo de un personaje y de las
conversaciones que sostenía con otros. Los actores mostraban alegría, miedo,
angustia, preocupación y ternura con gestos y miradas, y solo en pocas ocasiones
el director recurría a los entretítulos que trasmitían un diálogo o alguna exclama-
ción. Con la introducción del sonido, las cosas cambiaron de manera drástica.
Ahora los personajes se podían expresar verbalmente, sostener una conversación,
declararse el amor, argumentar, exclamar un discurso, discutir, pelear, gritar y
suspirar. También podían verbalizar sus emociones, conflictos y los temas que el
realizador quería trasmitir al espectador. En los casi 100 años desde que el cine
Sopa de ganso
Ficha técnica:
Duck soup (Sopa de ganso).
Dirección: Leo McCarey.
Guion: Bert Kalmar, Harry Ruby, Arthur Sheekman, Nat Perrin.
Cámara: Henry Sharp.
Con: Groucho Marx, Chico Marx, Harpo Marx, Zeppo Marx, Margaret Du-
mont.
Estados Unidos, 1933.
Lo que en otra época hubiera dado lugar a un duelo, en el filme equivale a una
declaración de guerra. Además, Groucho de nuevo utilizó un recurso de lenguaje
relacionado con el contexto sociocultural: en las primeras décadas del siglo xx
y en un país de inmigrantes que venían en busca de un país de posibilidades
Chico juega con los típicos malentendidos fonéticos de una persona que no
domina el idioma que se habla en su entorno. Relaciona lo que oye con las
actividades diarias como comer, tomar y comprar. El espectador se identificaba
con sus problemas de lenguaje y con su filosofía de vida, obligadamente prag-
mática y oportunista.
Como se ve en la siguiente escena, también el acento italiano es motivo de
burla:
1. En la traducción se modificó el nombre de Firefly a Pascual, para adaptar el juego de palabras que
se hace en inglés. Traducción de William Quinn.
En otra escena del filme, Harpo contesta el teléfono. Por medio del sonido de
cornetas y silbatos realiza una perfecta conversación telefónica. La breve escena
es una obra maestra de la comunicación no verbal, un diálogo afortunado que
no necesita de palabras.
La intención discursiva del personaje de Pinky / Harpo es clara: al ser mudo,
se le permite hacer travesuras sin ser reprimido. Es una especie de niño en el
país de los adultos. No acepta autoridad alguna y no respeta reglas. Anarquista
por naturaleza, no comparte las convenciones de la sociedad en la que vive.
También en la comunicación lo único que vale es su imaginación juguetona.
Ataca el orden establecido con su fantasía desbordante. Es el artista incómodo
y subversivo.
Los tres personajes principales desarrollados por los Hermanos Marx en
Sopa de ganso ejecutan lo que la pragmática califica como infortunios. Pero los
aparentes infortunios no son ingenuos sino calculados. Por un lado, critican
la buena sociedad estadunidense con sus valores, instituciones, autoritarismo,
materialismo y fijación por las armas y las guerras. Al denunciar las intrigas y
los rituales comunicativos de los que se sirve el poder, establecen la complicidad
con los espectadores y su condición de inmigrantes, obreros, desempleados o
marginados. La risa liberadora sirve de pararrayos al ciudadano de un país al que
no llegó como invitado de honor. El uso incorrecto del lenguaje dominante puede
servir de herramienta de resistencia. Infringir las reglas de la calidad comunicativa
en cuanto a la cantidad, calidad, relación y modalidad del enunciado (Grice,
1993) deja de ser un elemento de imperfección si se hace de manera calculada.
La comicidad que los Hermanos Marx encontraron de manera intuitiva en
el rompimiento de un diálogo de calidad corresponde a una estrategia de sub-
versión que, al mismo tiempo que desenmascaran los mecanismos de represión
de una sociedad, proponen el establecimiento de lazos solidarios con su públi-
Ficha técnica:
Ahí está el detalle
Dirección: Juan Bustillo Oro.
Guion: Humberto Gómez Landero, Juan Bustillo Oro.
Cámara: Jack Draper.
Con: Mario Moreno “Cantinflas”, Joaquín Pardavé, Sara García.
México, 1940.
A pesar de todo y justo por romper todas las máximas de una conversación
cooperativa, Cantinflas logra su cometido, que Dan Sperber y Deirdre Wilson
(1994) señalan como objetivo de un sujeto en interacción con otro. El diálogo
de Cantinflas con Paz en realidad está dirigido a los espectadores y logra emocio-
narlos y divertirlos. ¿Por qué? Por un lado, porque cuestiona el valor del trabajo
basado en el castigo por el pecado original. El enredo entre Adán, la serpiente
y Dios no se entiende, pero cuestiona de manera juguetona lo que se enseña en
las clases de catecismo.
Por otro lado, el diálogo también funciona porque juega con los roles feme-
nino y masculino. El reclamo de Paz —¡un nombre perfecto para una figura ma-
terna que satisface necesidades básicas!— y las excusas irreverentes de Cantinflas
recuerdan la manera en que un niño trata de salvar una situación de reproches.
Todo está listo para que empiece el juicio. Cantinflas no parece preocupado.
Para hacer conversación se dirige a un policía.
Cantinflas: ¿A qué hora llegará el señor juez?
Policía: ¿Quién sabe?
Cantinflas: Lo que yo decía, señor juez: Ahí está el detalle. Como yo dije:
Qué casualidad, un perro que a la mejor es gato y es... Y ahora, a qué no, a
qué sí, a la mejor ahora ya llegó, pues, total, yo creo, ¿no?
El defensor está visiblemente aliviado: Claro, ya llegó. A poco yo iba a...
y luego ¿el prestigio profesional? Y luego el perro y el gato y el loro. Y yo,
ni modo, yo siempre lo he dicho: Ahí está el detalle. Y luego el toro que
ordeñaron y quien lo mató. Y luego aquí está el Leonardo, este es inocente,
Por cierto, durante los discursos finales, defensor, fiscal y juez no solo imitan a
Cantinflas con su lenguaje verbal sino también con su expresión corporal cru-
zando los brazos, levantando las cejas y haciendo gestos de niños berrinchudos.
La estrategia de comunicación de Cantinflas se impone y para el héroe de la
historia todo sale de maravilla, puesto que queda libre de toda sospecha, se puede
reconciliar con Paz y reanudar su vida, cómodamente instalado en su rutina
diaria de holgazán y bajo los cuidados de una figura maternal.
El guion y la realización de Juan Bustillo Oro acentúan la interpretación de
Cantinflas, que presenta un muestrario de estrategias de comunicación verbal
y no verbal que el espectador asocia con la cultura y característica del mexica-
no. En general, se alude a que la forma es más importante que el contenido: la
cantidad de palabras utilizadas en la conversación muestra que no se trata de
hablar sobre un tema o llegar a una conclusión sino de manipular y dominar al
interlocutor. Mediante el discurso verbal, se busca guardar las formas y seguir
las reglas de cortesía. Para aparentar armonía, es importante afirmar una y otra
vez que todos se entienden y que se establece comunidad.
Como conclusión del análisis de los dos casos de cómicos y películas, se pue-
de afirmar que ambos rompen de manera consciente muchas de las reglas de
comunicación verbal para provocar la risa de sus espectadores, mofarse de las
debilidades del ser humano y sus instituciones, y criticar las injusticias que su-
fren los sectores marginados de la sociedad. Al trasgredir las convenciones de la
comunicación verbal, los Hermanos Marx se solidarizan con los distintos grupos
de inmigrantes —de los que también se burlan— y critican a los burgueses en el
poder al agredir sus modales, cuestionar sus valores y sus reglas de convivencia.
1. John B. Thompson, en su libro Los media y la modernidad, explica de forma muy clara la falta de
un verdadero diálogo e interacción entre medios de comunicación y audiencias: “Si el término ‘masa’
Para Fredric Jameson, uno de los resultados del proceso social que ha traído
consigo la alta (o tardía) modernidad es la “colonización y comercialización
del inconsciente o, en otras palabras, la cultura de masas y la industria cultural”
(Jameson, 2002: 21). Esta característica a la que se refiere el pensador nor-
teamericano es consecuencia de la aparición y funcionamiento estandarizado de
las instituciones que en la actualidad se conocen como medios de comunicación
puede resultar engañoso en ciertos aspectos, también lo puede ser el término ‘comunicación’, ya que los
medios de comunicación generalmente comprometidos con la comunicación de masas son completamente
diferentes de aquellos que forma parte de las conversaciones ordinarias. En los intercambios comunicativos
que se producen en las interacciones cara a cara, la comunicación fluye generalmente en dos direcciones:
una persona habla, otra responde, y así sucesivamente. En otras palabras, los intercambios comunicativos
en las interacciones cara a cara son fundamentalmente dialógicos. En la mayoría de las formas de
comunicación de masas, por contra, el flujo de comunicación resulta abrumador en una sola dirección.
Los mensajes son producidos por un grupo de individuos y transmitidos a otros que están por lo general
situados en emplazamientos espacial y temporalmente alejados del contexto de creación original. De ahí
que los receptores de los mensajes mediáticos no actúen como participantes en un proceso recíproco de
intercambio comunicativo sino más bien como participantes dentro de un proceso simbólico de transmisión
estructurada. De ahí que hable generalmente de ‘transmisión’ o ‘difusión’ de los mensajes mediáticos en
vez de ‘comunicación’ como tal. Incluso en las circunstancias estructuradas de la comunicación masiva,
los receptores tienen algo de capacidad para intervenir y contribuir en el curso y contenido del proceso
comunicativo. Pueden, por ejemplo, escribir cartas al editor, llamar a las compañías televisivas y expresar
sus puntos de vista, o simplemente rechazar comprar o recibir los productos concernientes. De ahí que,
aunque el proceso comunicativo sea fundamentalmente asimétrico, no sea enteramente monológico o
unidireccional” (Thompson, 1995).
Los observatorios de medios, entonces, nacen bajo un contexto que está com-
puesto por distintas tradiciones académicas de investigación, el marco jurídico
2. Para más información, visitar la página web de esta organización [ de disponible en: http://www.
mediosparalapaz.org].
3. Para más información, visitar la página web de esta organización [de disponible en: http://www.lundu.
org.pe/observatorioafro.html].
4. Para más información, visitar la página de esta organización [de disponible en: http://www.observatorio.
org.ar].
5. El nombre de Quid se planteó en relación directa al objetivo de los observatorios: el quid de los
medios, o en otras palabras, la esencia de los medios, el porqué de los medios.
Desde 2008, Quid echó a andar un proyecto editorial que tituló Medios de
comunicación y Derecho a la Información en Jalisco. El objetivo general de este
trabajo es que año con año se publique un informe en el que se documenten
aquellas coyunturas importantes que ocurren en el sistema de comunicación
local. Por ejemplo, en estos informes caben temas como: el nacimiento o muerte
de un medio de comunicación en el estado; cambios legislativos en la normati-
vidad de operación de los medios de comunicación; atentados en contra de la
libertad de expresión; manejos indeseables de información noticiosa en medios
electrónicos, entre otros.
El primer año que se publicó el informe fue 2008 y se presentó públicamente
en las instalaciones de la universidad (Quid: observatorio de medios, 2008). A la
presentación se invitó a la comunidad universitaria y a medios de comunicación
en general. La respuesta fue muy pobre y el día de la exposición solo aparecieron
cuatro personas en el auditorio. Una vez concluida la presentación, el equipo de
trabajo hizo una evaluación que arrojó algunas ideas para mejorar la asistencia
a este tipo de reuniones.
Un año después, en 2009, el observatorio editó su segundo informe y orga-
nizó una nueva presentación en la que se tomó en cuenta la evaluación del año
anterior (Quid: observatorio de medios, 2009). En esta ocasión, la respuesta
fue más numerosa y en el auditorio se presentaron más de 40 personas, entre
ellas, algunos periodistas.
El concepto de calidad del diálogo resulta muy pertinente para evaluar el des-
empeño de las organizaciones civiles o movimientos ciudadanos que buscan, a
final de cuentas, la reivindicación de derechos individuales y colectivos, y que se
traducen en la lucha por una mejor calidad de vida en el marco de la democracia.
Es pertinente porque estas conquistas ciudadanas, si son democráticas, tienen
que ser resultado de un proceso de diálogo entre distintos actores o instituciones.
De otra forma, el resultado derivaría en autoritarismo. Cuando en un conflicto
social o en un escenario de lucha por la reivindicación y ampliación de derechos
Los puntos anteriores son algunas ideas que pueden ayudar a fomentar un diá-
logo de mayor calidad entre observatorios y medios de comunicación. Sin duda, a
partir de nuevas experiencias se podrán encontrar otras plataformas de lanzamiento
para el diálogo. Por ejemplo, ¿cómo es que un observatorio de medios se puede cons-
tituir en un mediador entre las audiencias y los medios de comunicación? ¿Cómo se
pueden formalizar las relaciones de un observatorio y los medios de comunicación
a través de consejos consultivos o figuras similares? ¿Qué relaciones de diálogo se
pueden establecer entre un defensor del lector y un observatorio de medios? Las
posibilidades del diálogo son muchas, la tarea es comenzar a construirlas.
En este texto se plantea que al atender las quejas de una persona, el defensor del
Lector1 de un medio de comunicación no solo busca resolver el desacuerdo entre
la Redacción y el quejoso sino que también genera un diálogo público en el que
el medio asume su disposición a ejercer un periodismo sujeto a las reglas técnicas
y éticas del periodismo, en el que reconoce a cada lector como un interlocutor
válido, en el que pueden intervenir todas las personas que lo deseen y en el que
también se busca la intervención de expertos para enriquecer la discusión. El
defensor propicia, así, una discusión argumentada cuyo resultado no es una
declaración de vencedores y vencidos sino una reflexión de la que lectores y
periodistas pueden aprender.
En la primera parte del texto, se establece la relación entre ética y periodis-
mo, y se explica la figura del ombudsman de medios como un mecanismo de
autorregulación ética. En seguida, se propone al defensor como un promotor y
mediador de un diálogo público de calidad.
Ética y periodismo
1. En este texto se utilizarán de manera indistinta los términos defensor del lector, ombudsman de
medios y defensor de la audiencia. En ellos se considera también a las defensoras. De igual forma,
se asume que lo que se dice para los medios impresos vale también para cualquier otro soporte de
información periodística.
Mecanismos de autorregulación
El ombudsman de medios
La figura del defensor del lector está inspirada en la del ombudsman. La Or-
ganización de Ombudsmen de Noticias (ono) recuerda que se trata de un
El New York Times establece que el Public Editor, como llaman a su ombudsman,
trabaja fuera de la estructura del periódico, “recibe y responde preguntas o
comentarios de los lectores” (New York Times, s / f ).
El diario Público de Guadalajara refiere:
El periódico tiene un Defensor del lector. Con esta figura, el diario quiere
disponer de una forma institucionalizada para tomar en cuenta el punto de
vista de los lectores y, con base en él, mejorar las prácticas y los procesos
periodísticos que lo hacen posible cotidianamente.
El Defensor del lector de Público tiene como objetivo analizar y procesar las
quejas de lectores inconformes por el tratamiento de una información o de
personas aludidas dentro de las páginas del periódico, que consideren que fueron
injustamente tratadas. Además, vigila que los trabajos publicados se apeguen a
las normas de técnica y ética periodística comúnmente aceptadas.
El Defensor del lector de Público debe representar los intereses de los lec-
tores. Es la voz de los lectores y un vínculo entre estos y la redacción del
diario (Público, s / f ).
Diálogo público
Las tareas del defensor van más allá de atender las quejas y ayudar a resol-
ver las inconformidades de los lectores. Estas son tareas básicas, sí, pero
si la función del Ombudsman se limitara a ellas no tendría por qué hacer
públicos estos temas que en muchos casos se podrían solucionar de forma
discreta únicamente entre las partes directamente afectadas. El hecho de
que los asuntos tratados por el defensor se discutan abiertamente en los
espacios del propio medio supone una postura de fondo que consiste en
considerar que al asumir esta modalidad se establece un diálogo público que
enriquece no solo a los que participan directamente en él sino también a
los que son testigos de él, al leerlos o escucharlos, como parte de la propia
oferta informativa del medio.
Así, los diálogos que se propician en los espacios de los defensores no solo
ayudan a resolver los asuntos puntuales sino que propician una mayor
vinculación entre el medio y sus destinatarios, ayudan a que unos y otros
se entiendan mejor y también a que tanto los periodistas como los lectores
vayan construyendo, o asumiendo si ya están puestas, las reglas del juego
que supone esta relación entre productores y destinatarios de la información
noticiosa.
Cuando el defensor critica la publicación de una fotografía porque resulta
escabrosa y no añade información, señala que no hay por qué decir show si
en español hay muchas formas de nombrar la misma actividad o concluye
que el recorte a la carta de un lector no fue un acto de censura sino edición,
y al hacerlo explica las razones de unos y otros, presenta lo que han señalado
al respecto algunos especialistas, remite a ejemplos, recuerda casos similares
y argumenta sus propias posturas, ayuda a construir una reflexión colectiva
sobre el caso en cuestión que puede ayudar a los periodistas a buscar un
Argumentos y razones
Diálogo múltiple
Anne Rodenburg
Cuando personas que han crecido con distintos referentes culturales se co-
munican entre sí, gran parte de los significados aludidos requieren constantes
aclaraciones para evitar confusiones. El estudio de la comunicación intercultural ha
cobrado relevancia en tiempos recientes, debido al aumento de las migraciones y a un
renovado interés por las identidades locales. En este capítulo se busca establecer
que antes de estudiar los diálogos interculturales, es necesario reconocer las esferas
en que los contrastes de entendimiento se aglutinan. En concreto, se ofrece un
modelo elaborado para identificar y entender las principales diferencias que
dan pie a malentendidos. Dicho modelo parte de una investigación cualitativa
realizada en Champerico entre holandeses y guatemaltecos. Los resultados del
análisis muestran de qué manera algunas claves para entender la comunicación
intercultural aportan elementos que permiten comparar los marcos referenciales
de las diferentes culturas. Análisis de este tipo podrían facilitar muy diversas
prácticas profesionales en las que existe comunicación intercultural.
Los referentes culturales forman un sistema complejo, en el que una serie de
símbolos y significados marcan pautas para la vida individual y comunitaria. A
través de la comunicación, diversos individuos establecen contactos y articulan
sus referentes comunes para configurar el sentido de lo que comparten, de su
comunidad. Cuando los individuos tienen referentes contrastantes, o pertene-
cen a tradiciones culturales distintas, se pone a prueba la apertura de ambos
Los seres humanos buscan acercarse unos a otros por su naturaleza común,
pero sus hábitos y costumbres los mantienen separados
(Confucio, citado por Samovar y Porter, 2003: 6).
Te aceptan muy fácil como su jefe, pero esto está mucho en su cultura, creo
yo. Actúan sumiso o dócil. Ellos ven a los holandeses como más grandes,
también literalmente. En este sentido, un guatemalteco acepta todo lo que
dices, o por lo menos, así actúan. Un holandés no, siempre tiene una réplica,
una respuesta (Holandés, empleado, hombre, 61 años).
Por otro lado, me di cuenta de que los holandeses tienden a actuar desde la
cultura de orientación de proyecto. Esto significa que la mayoría de ellos trabaja
desde un punto de vista más igualitario; sin embargo, también están enfocados,
como la mayoría de los guatemaltecos, en lograr un objetivo y cumplir con una
tarea. Dos de los guatemaltecos que trabajaban en el proyecto comentaron:
El guatemalteco a veces es... Depende de la persona, pero hay gente que tiene
dinero que ven menos a la otra persona, ¿verdad? En cambio, los holandeses
miran a la gente igual, ¿verdad? También a la gente que no tiene dinero.
Hasta que se van de fiesta con los trabajadores (Guatemalteca, empleada,
mujer, categoría de 33 años).
Se ponchó la llanta del coche que andaba manejando este señor y pues
por educación llamó primero a uno de los jefes holandeses, para decirlo,
¿verdad?, para avisar. Pero como que el holandés este se molestó y le dijo:
“¡Ah pues, cámbialo!”. Pero de una manera enojada, como si fuera su culpa
que la llanta se había ponchado. Esto es lo que me contó el señor, el que es
uno de los choferes de los holandeses. Y pues, estaba un poco triste, porque no
había razón por hablarle tan molesto, ¿verdad? (Guatemalteco, trabajador,
hombre, categoría de 42 años).
Cada día venía este guatemalteco y me pedía que si podría tomar una Coca
Cola del refri. “Sí, claro”, decía yo, hasta que un día yo le dije que ya no me
la pidiera y que tomara Coca Colas cuando quisiera. Después de una semana
lo vi y estaba tomando cinco Coca Colas, ¡al mismo tiempo! Resultó que
llevaba las Cocas a su casa para toda su familia. Aunque estaba molesto, traté
de explicarle tranquilamente que esto no se puede hacer y que las Cocas
son para la gente que trabaja aquí. Pero pareció que él era la persona que
¡se sentía ofendida! ¿Cómo es posible?, pensé yo... (Holandés, empleado,
hombre, categoría de 42 años).
Puesto que las dos culturas percibían de manera diferente tanto la base como
la práctica de las reglas durante su convivencia, se pudo observar que, al
momento de comunicarse, estas diferencias de percepción se prestaban fácil
y frecuentemente a malentendidos totales. Clasifiqué la orientación como
malinterpretaciones totales debido al hecho de que los dos grupos no estaban o
estaban parcialmente conscientes de la base de los malentendidos que surgían de
las diferencias grandes de percibir las reglas. Romper con la expectativa de que
el otro grupo tendría el mismo sentido común creaba sorpresas y, en la mayoría
de los casos, sentimientos de enojo.
Están tratando de ponerse de acuerdo sobre una fecha. Uno de los guate-
maltecos mira en su agenda y comenta seriamente: “La semana que viene va
a ser difícil”. Uno de los holandeses corresponde: “¡Todas las semanas son
difíciles en Guatemala!” y se ríe. Ningún guatemalteco se ríe y a través de
las expresiones faciales de los guatemaltecos, se puede concluir que el comen-
tario del holandés les ofendió (Observación de un reunión semanal con dos
holandeses y cuatro guatemaltecos).
Los holandeses son más exactos en el trabajo, son más al centavo las cosas,
decimos en Guatemala. Pero en Guatemala no. Un centímetro, dos centí-
metros... no es nada. Y en Holanda si: “No, no, no, quiero el centímetro”.
O sea son más estrictos en lo que es el trabajo y también la administración.
Siempre nos pagan a tiempo, eso sí (Guatemalteco, trabajador, hombre,
categoría de 44 años).
Entiendo por tiempo la magnitud física que permite ordenar la secuencia de los
sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro, así como la duración de
las cosas sujetas a mudanza. Como señala Trompenaars: “distintas culturas tienen
diferentes expectativas sobre cómo se relacionan las personas, de la misma forma
existen diferentes formas de considerar el transcurrir del tiempo” (1993: 107).
Aunque la mayoría de los seres humanos piensa en categorías que involucran las
nociones de pasado, presente y futuro, no dan la misma importancia a cada una,
lo cual tiene implicaciones importantes en un contexto laboral (Trompenaars,
1993: 107). El tiempo es un recurso utilizado por los seres humanos que está
socialmente reglamentado y culturalmente definido, ya que no es un objeto fijo
sino una idea construida. En este sentido, es importante afirmar que el resultado
de un recurso no está garantizado de manera automática y, por tanto, depende de
cómo cierto grupo de personas lo administre, en este caso, el tiempo (Bauman,
2005). A través de las observaciones y entrevistas durante el trabajo de campo,
pude concluir que los holandeses y guatemaltecos otorgaban un valor distinto
a la importancia del pasado, del presente y del futuro: “Sinceramente como te
digo, aquí la gente no ve a futuro, ellos miran únicamente al presente y por ellos
mismos. El holandés es muy, mira mucho al futuro” (Guatemalteco, trabajador,
hombre, categoría 39 años).
La mayoría de los guatemaltecos tiende a incorporar una orientación al pre-
sente en su cultura internalizada, es decir, dan más importancia al presente que
al pasado o futuro. La mayoría de los holandeses, en cambio, han incorporado
una orientación al futuro en su cultura internalizada, o sea, dan más importancia
Sí creo que los guatemaltecos son sensibles. Raramente uno quiere hablar
conmigo sobre algo que pasó en su casa, con su familia, pero esto se me
hace muy bueno. Siempre trato de darle un tiempo, de escucharle, como
también lo hago con colegas holandeses (Holandés, empleado, hombre,
categoría de 41 años).
Se puede concluir que las dos culturas perciben de la misma manera los puntos
básicos considerados en la confluencia entre las esferas privada y laboral, lo
que implicaba un entendimiento. Por tanto, no se observaron malentendidos que
surgieran a partir de esta orientación cultural.
Como muestra este ejemplo, los guatemaltecos señalaban que no estaban acos-
tumbrados a este tipo de interés por parte de los holandeses. De ahí surgían
varios malentendidos. Los siguientes ejemplos dan cuenta de esto.
Antes no era así, aquí llegaba lo que era la orilla del mar. Pero sí estamos cons-
cientes de que esto iba a suceder, porque los estudios de Holanda nos hicieron
ver de que el proyecto iba a secar directamente esta área de aquí, entonces pero
no tan aligeradamente, porque supuestamente en los estudios, esto que está
sucediendo ahorita tendría que haber sucedido en diez años (Guatemalteco,
trabajador, hombre, categoría de 43 años).
Sé mucho lo que es el mar aquí, le digo, entonces para mí que los espigones
esos tendrían que haber sido más para adentro, porque yo los veo que están
muy cortos. Por eso entra mucha arena. Pero bueno, ellos son los que saben.
Supuestamente (Guatemalteco, trabajador, hombre, categoría de 51 años).
Conclusiones
1. Un ejemplo de esta complicación es el uso del término Dios, que es comprendido de diversa forma
según las tradiciones religiosas, filosóficas y científicas, por lo que no se puede dar por supuesto
que ante el mismo término se comparta la misma connotación y los demás denoten lo mismo. Un
abordaje del asunto se puede leer en el trabajo de Renée de la Torre, El catolicismo, un templo en el
que habitan muchos dioses (en Fortuny Loret de Mola, 2007).
2. Se trata de una corriente dentro del hinduismo que venera a Krishna como la suprema personalidad
de Dios.
3. De acuerdo con la tradición judía, los alimentos kosher son aquellos permitidos por las leyes judías,
debido a que se consideran apropiados para comer, limpios.
4. Es un pan trenzado que se utiliza en la celebración del Shabat, y que se separa de la masa para recordar
a Dios, origen del alimento. Su fundamento se encuentra en el libro bíblico de los Números 15,
20–21.
También les recuerdo a quienes ya les propuse, e invito a quienes no, a escribir
algo con el tema: el dios en el que creo... No hay límite de extensión,
pero he pensado de una a ocho cuartillas. La idea nació de la propuesta de
José María Vigil,6 teólogo católico, para publicar en la Agenda Latinoame-
ricana, pero dado el interés que ha despertado y la necesidad de hacer una
reflexión colectiva, he extendido la invitación a personas de diferentes edades,
formaciones, estratos etc., y de ambos sexos. Pienso en una publicación con
el título la idea de dios en guadalajara...7
5. Babel es el icono bíblico de la confusión. Esta ocurrió cuando los hombres, satisfechos de su poder
de dominación sobre la naturaleza y el mundo, decidieron construir una torre que llegara hasta el
cielo. Los hombres se confundieron y dejaron de entenderse.
6. José María Vigil es uno de los teólogos católicos que han reflexionado sobre el pluralismo religioso.
Entre sus obras destacan: La opción por los pobres (1991); Teología del pluralismo religioso. Curso
sistemático de Teología Popular (2005); “Bajar de la cruz a los pobres: cristología de la liberación” [de
disponible en: http://www.servicioskoinonia.org/LibrosDigitales/LDK/ASETTBajarDeLaCruz2.
pdf ], y en coautoría con Pedro Casaldáliga, Espiritualidad de la liberación (1993). Publicó además
la colección Tiempo Axial, que ha dado cabida a la producción de obras que se sitúan en la frontera
del pensamiento teológico en asuntos de liberación y pluralismo religioso.
7. Comunicación del 16 de abril de 2010.
En la última reunión [...] nos entregó una copia de un texto del cardenal
W. Kasper acerca de la relación cristianos–judíos, que podríamos comentar,
si les parece, o sugerir otros temas. En esta invitación he incluido nombres
de otras personas que no han asistido, pero ya hemos platicado acerca de la
conveniencia de invitarlas: El Dr. [...] taoísta y profesor de la UdeG, quien
prepara el encuentro Internacional de Taoísmo próximamente en Guada-
lajara. Los señores [...] miembros de la Iglesia Evangélica Misericordia y
Verdad. La maestra [...] y algún invitado que proponga de la Iglesia de la
Una vez tomadas las decisiones, el grupo mantenía los acuerdos y permanecía
abierto a considerar las contingencias:
11. Cuando se utiliza aquí la expresión cotidiano, no se trata de identificarlo con lo popular. Para Ágnes
Heller (2002), la vida cotidiana es aquel conjunto de actividades humanas que tienen su historia no
desde los rasgos comunes sino desde la relativa continuidad que configura no el mundo en abstracto
sino el mundo como ambiente inmediato.
12. El brujo, en el planteamiento de Bourdieu, es aquel actor religioso que plantea una postura
diametralmente opuesta a la del sacerdote, aunque puede usar los bienes de salvación del grupo
sacerdotal. En tanto, el profeta está vinculado con el grupo sacerdotal con la intención de regresar
al planteamiento originario de la religión y se convierte en una voz crítica del sacerdote. Para
profundizar en este asunto conviene revisar del autor “Una interpretación de la teoría de la religión
según Max Weber” (en Bourdieu, 2000: 43–63).
Hay también una forma más frecuente de contacto y discusión sobre asuntos
religiosos que no ha sido retratada hasta el momento. Se trata de aquel encuentro
13. Ejemplos de este tipo de acercamiento es la colaboración entre cristianos y musulmanes en territorio
africano, donde ante la imposibilidad de predicar la propia fe, ha llevado a dejar de lado esta práctica
a los misioneros para colaborar en escuelas, talleres y obras sociales en Marruecos. Otro ejemplo son
las declaraciones conjuntas entre budistas, creyentes hindúes, judíos y católicos en asuntos que tienen
que ver con la preocupación por la vida y que están documentadas en el Consejo para el Diálogo
Interreligioso [de disponible en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/interelg/
index_sp.htm] y en la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo.
14. Ejemplos de esto se encuentran con frecuencia a partir del uso de símbolos y objetos sagrados, por
ejemplo, el kipá que cubre la cabeza de los varones judíos, las faldas largas y la ausencia de aretes
en las creyentes de la Luz del Mundo, la difusión de la revista Atalaya por los Testigos de Jehová,
signarse de derecha a izquierda por parte de los ortodoxos, los adornos de la Santa Muerte en sus
devotos, el velo por parte de las mujeres musulmanas o el sari en los creyentes de tradición hindú,
el uso de barro sagrado de la India —llamado Vishnu Tilaka— adornando la frente de los devotos,
o el uso del crucifijo o imágenes de la virgen por cristianos católicos romanos, entre muchos otros.
15. Datos del conteo de población en México realizado en 2005. En los datos del censo del año 2000
de una población de 81’078,895, se declaran católicos 74’612,373 es decir 92% de la población, en
tanto que personas no católicas en México el total es 6’466,522, es decir el 8%. Datos del Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (inegi).
16. La extensión es de 1’964,375 kilómetros cuadrados.
17. Mater et magistra (“madre y maestra”) es una expresión compleja que alude a un paradigma desde el
cual se desarrolla el cristianismo. Se caracteriza por su pretensión de que la iglesia católica romana
se convierta en la clave de interpretación del dogma, la moral y el culto, de forma que centralizan
sus decisiones en el papa y no en la colegialidad de los obispos; este esquema tiene su momento
cumbre en el siglo xix, cuando se declaró la infalibilidad papal en materia de fe y de costumbres. Se
contrapone al paradigma de la cristiandad que pretendía —en la edad media y hasta el siglo xviii—
que el centro de la autoridad política y religiosa estaba en el papa. La existencia de estos paradigmas
está presente en prácticas pastorales y de organización, por lo que aunque se ubica su preminencia
en una etapa histórica, no han desaparecido del todo (para profundizar, véase Küng, 2006).
18. Para un acercamiento nominal a la diversidad religiosa en México, se puede recurrir al trabajo
coordinado por Cristina Gutiérrez y Renée de la Torre, Atlas de la diversidad religiosa (2007), que
ofrece en su base de datos una perspectiva de los grupos y movimientos religiosos en México. Sin
embargo, habrá que hacer notar que en el tratamiento que hace del catolicismo no describe los
movimientos al interior del mismo, en particular aquellos que se refieren a las iglesias católicas
nacionales. Esta perspectiva ha sido expuesta por Jesús Arturo Navarro Ramos (2010).
1. Por su dimensión temporal (síncronas / asíncronas), cobertura (personales / grupales / masivas), flujo
de información (uni, bidi o multidireccionales), ordenación del relato (lineal / hipertextual), género
(informativo, entretenimiento, educativo y demás derivaciones), grado de fijación, entre muchos.
2. Es el ámbito de desarrollo de la comunicación mediada por computadora (cmc), entendida como
aquella donde la información es trasmitida a través de tecnologías informáticas (definición de Mary
Anne Williams en Clegg y Bailey, 2010).
Comunicación dialógica
Mundos virtuales
La palabra mundo es utilizada con gran frecuencia para referirse a contextos so-
ciales a gran escala con componentes visuales e interactivos, algo como ambientes
6. La mirada de Benedikt retoma el planteamiento de los tres mundos de Karl Popper (“objetivo, real
y estructuras públicas”) como un camino para teorizar sobre los mundos virtuales.
7. La explicación ha de ser mucho más compleja y considerar los nuevos referentes creados en y a partir
de la experiencia mediada. Como se explicará más delante, no se trata de un traslado a lo digital de la
experiencia analógica sino de mecanismos simbólicos reticulares que se constituyen por las prácticas
de los sujetos dentro de ecosistemas comunicacionales que oscilan de la comunicación cara a cara
al teléfono, la televisión, la Internet...
8. Se relaciona de maneras diversas con otras dualidades: cuerpo vs. mente, objeto vs. esencia, significante
vs. significado, analógico vs. digital (Fornäs et al, 2002: 29).
9. Entendida como aquella donde los participantes se relacionan con otros a través de mecanismos que
configuran escenarios de interacción que no demandan la coexistencia corporal y, por tanto, les posibilitan
participar en varios frentes de manera simultánea (de la llamada telefónica al chat, a las redes sociales
por la Internet, etc). La comunicación multiescénica es una característica distintiva de las interacciones
sociales contemporáneas: reticulares y con nodos móviles de interconexión.
10. Desde lo plano de un listado hasta la sofisticación de un espacio que se puede recorrer y habitar,
como sería el caso de los mundos virtuales.
11. Como atinadamente indica Gabriel Pérez Salázar (2009), algunos datos y sus posiciones se generan y
procesan mediante sistemas automatizados, tal es el caso de los buscadores y los sistemas de indización.
Sin embargo, la fuente prioritaria de publicación e interacción resulta de actividades humanas.
12. Los impactos se han de valorar en diversas dimensiones: económica (una transacción por e–bay, la
compra de un boleto de avión), socioemocional (cultivar una amistad en línea), cognitiva (coconstruir
la definición de un proyecto a través de un wiki), legal (autorizar la distribución y reproducción de
materiales con licenciamiento creative commons), por mencionar algunas de un enorme listado que
se hibrida.
Second Life
13. Se optó por referir a mundos virtuales en el título por dos razones, una semántica y otra metodológica:
la semántica es porque es un término más conocido que Second Life y puede ayudar a intuir la
naturaleza del contenido del artículo. La metodológica es porque con base en experiencias previas como
usuarios e investigadores de entornos virtuales Ragnarok, Sims, World of Warcraft wow, se consideró
que los mecanismos de análisis de prácticas son similares y, por lo tanto, las reflexiones vertidas en este
documento también pueden ser extrapolables a otros entornos virtuales.
14. La grid o matriz donde se representa el espacio en sl utiliza la metáfora de islas o sim, lo que
permite a un tiempo delimitar espacios y permitir —sin lastimar la referencialidad con el vecino
o próximo— modificar los terrenos. Los creadores del entorno —la empresa Linden— ponen en
venta los terrenos, que puede ser fraccionados, arrendados o revendidos por los propietarios. Los
terrenos tienen coordenadas precisas, denominadas land mark (equivalentes a un domicilio) y, como en
los territorios analógicos, hay lugares más densamente poblados que otros (López de Anda, 2010).
15. La posibilidad de intercambiar linden dólar —la moneda en sl— por dólares americanos o alguna
otra moneda motivó el interés de participación e investigación de muchos, algunos de los cuales se
desencantaron como resultado de las altas expectativas que se fincaron sobre el entorno.
Comunicación
Internet
Diálogo
SL
Mundos
virtuales
Consideraciones estructurales
Para fines analíticos, se separan los agentes estructurales —que afectan y son
afectados por las prácticas— en dos apartados: contexto, que reconoce las
condiciones de historicidad en las que se desarrollan las prácticas, y plataforma
tecnológica, que refiere a la especificidad de la herramienta.
El contexto
La plataforma
Temporalidad
Uno de los enfoques más utilizados para clasificar las prácticas de comunicación a
través de la Internet es el propuesto por Regev, que las organizó atendiendo a tres es-
cenas: “comunicación asincrónica (correo electrónico), comunicación sincrónica
(chat) y comunicación no interactiva (navegación a través de Internet)” (García y
Perera, 2004: 6 y 7). Colin McCormack y David Jones (1998) coinciden con las
dos primeras categorías, pero agregan una tercera, denominada “comunicación
presencial mediada por computadora”, que basada en la sincronía y en el nivel
icónico del representamen,17 incluye sistemas de conferencia por video y audio
que se aproximan a experiencias de comunicación presencial. Aunque la mayoría
de prácticas en sl son síncronas, también es posible la comunicación asíncrona
—por ejemplo, elaboración de bitácoras colectivas a lo largo de varios días— y
por navegación —como observar un anuncio espectacular, sin interactuar con
otros participantes.
La temporalidad es un eje fundamental para el análisis de prácticas de co-
municación dialógica porque estas tienen carácter procesual, es decir, se trata
de una actividad que se realiza a través del tiempo. La duración de un diálogo
se relaciona con muchos factores: tema, número de participantes, claridad en el
propósito del diálogo, el tipo de plataforma en la que se realiza el intercambio, la
existencia de una delimitación previa (“tenemos una hora para...”), entre otros.
17. Según Peter Bøgh Andersen, existen tres tipos de relación entre objeto (lo que se representa) y
representamen (con qué se representa): icónica (el representamen es similar al objeto), indicial
(el representamen y el objeto entablan una relación causal) o simbólica (el representamen es
relacionado al objeto por pura convención) (Andersen y Nowak, 2002: 191–192). Andersen
adopta esta tipología de los trabajos semióticos de Charles S. Peirce.
18. Los ciclos de una experiencia se pueden determinar desde varios criterios. Aquí se delimitan por el
horario de inicio de la actividad y el momento en el que se desconectan los usuarios o cambian de
actividad.
19. Cuando un usuario crea su cuenta en sl, determina el género de su avatar, su nombre de usuario
(formado por la combinatoria de un largo listado de nombres y apellidos disponibles), la apariencia
de usuario —que puede cambiar cuantas veces desee— y, en algunos casos, el lugar de nacimiento
—la isla en donde el avatar se va a representar por primera vez y tomar su capacitación inicial.
20. Llama la atención que la mayoría de los avatares —quizá 95 de cada 100—represente a hombres
y mujeres jóvenes, delgados, musculosos... replicando convenciones estéticas sobre la belleza que
están ampliamente difundidas. El tiempo que se inscribe en el cuerpo, es decir, la representación de
la edad de los avatares no siempre es coincidente con la de los usuarios.
21. Conversando a través de Skype con un usuario de sl a propósito de la experiencia de su boda, relató
que su personaje siempre fue un “mono caricaturesco” y que eso le permitía mostrar sus dotes como
diseñador gráfico y diferenciarse del resto de los residentes o habitantes de sl —dos funciones más del
Espacialidad
avatar. Con esa forma caricaturizada de representación se enamoró de una chica con quien estableció
una relación de nueve meses de noviazgo que derivaron en su boda en sl y la formalización de un
compromiso en la vida analógica. El novio contó que unos días antes de la boda en sl, su novia le
pidió que cambiara la apariencia de “monito” a la de un hombre; él pensó que se trataba de una
petición exclusiva para el registro visual de la boda, pero al profundizar en la conversación, ella le
explicó que sí le resultaba importante poder relacionarse con la imagen de un hombre —aunque
sabía que a quien valoraba era a la persona detrás de la pantalla.
Foto 12.3
ticipantes establecen y que esta es mediada por la tarea realizada —por los roles
que los participantes desempeñan en la misma, así como otros factores culturales.
Edward Hall identificó cuatro rangos de distancia: íntima, personal, social
y pública (1959). En sl las distancias personal y social son las que predominan
en las interacciones entre avatares, pues la denominada distancia íntima presenta
Participantes
Los componentes a los que aluden Gairín y Muñoz no son exclusivos de co-
munidades estables, pues es cada vez más frecuente que individuos se reúnan
para fines específicos sin formar una comunidad que se sostenga más allá del
cumplimiento del propósito que los unió.22 Se trata de una forma itinerante de
prácticas sociales donde los sujetos se adscriben a diversos movimientos para
fines específicos.
El diálogo tiene carácter democrático, pero no garantiza las condiciones
de igualdad entre quienes participan de él. Algunos sujetos ejercen roles que
pueden mediar el diálogo para minimizar las desigualdades,23 a fin de favorecer
la participación horizontal con reglas que promuevan el respeto, de impulsar a
quienes se encuentran en posición de desventaja, de garantizar que existan con-
diciones para que todos puedan tomar su turno, etc. Estos sujetos facilitadores
suelen ocupar posiciones centrales en el análisis de prácticas de comunicación
dialógica, dado que ofrecen pistas sobre buenas prácticas, liderazgos, estrategias
de mediación y construcción de sentido.
Roberto Aguirre (2004), en su análisis de salas chats, encontró niveles de
marginalidad o timidez de algunos participantes y sugiere que dicha marginalidad
se relaciona con el grado de competencias asociado al escenario. Coincidimos
con esta argumentación en la medida que se reconozca que la marginalidad
22. Mientras que el diálogo en el seno de una comunidad supondría diversas ventajas como las señaladas
por Joaquín Gairín Sallán y María del Pilar Muñoz; el diálogo entre personas que se conocen poco
entre sí podría facilitar que no se sedimenten los roles de participación, con lo que se facilita una
interacción más democrática.
23. En ocasiones, estos usuarios son nombrados como ángeles o guardianes. En contraposición, se
encuentran los llamados trolls, usuarios que se dedican a molestar al resto de los participantes.
24. Hay usuarios que tienen una década de trabajo cotidiano en la Internet y sus interacciones y
competencias asociadas se limitan al uso del correo electrónico y los de motores de búsqueda.
En contraste, algunos usuarios en pocos meses ingresan diversos entornos y se habilitan en el
uso de los lenguajes correspondientes.
Prácticas
Existen diversos esfuerzos por dar cuenta de las acciones y etapas que constituyen
un proceso de diálogo mediado por tecnologías telemáticas. France Henri (1992)
fue uno de los primeros investigadores que se centró en analizar la calidad de
la interacción en los foros en línea. Diferenció entre dimensiones participati-
vas e interactivas, indicó que la cantidad de participación no es un indicador
válido para verificar la calidad de la interacción y definió tres dimensiones de
interacción:
25. Aunque como lo indica de manera acertada el lingüista Teun van Dijk, fundador de la revista Discourse
& Society, en el discurso se pueden encontrar rastros del contexto.
26. En un foro en línea no todos participan del mismo modo ni tienen las mismas oportunidades de expresar
una opinión (Schneider, 1996), los que poseen más habilidades retóricas o conocimiento de un tema
monopolizan la discusión o establecen de manera arbitraria las reglas de funcionamiento y participación,
con lo que se genera una estructura de poder de características específicas dentro del medio (Winocur,
2005: 96).
27. A menos de que el propio foco de la investigación así lo demande, por ejemplo, estudios comparativos
que busquen corroborar el grado o no de cumplimiento de estas etapas en distintos escenarios de
interacción.
Desde el uso de las primeras formas de gestos y lenguaje a los más recientes
desarrollos en tecnología computacional, la producción, almacenamiento y
circulación de información y contenido simbólico han sido aspectos centra-
les de la vida social. Pero con el desarrollo de un rango de instituciones de
medios de finales del siglo xv hasta el presente, los procesos de producción,
almacenamiento y circulación han sido transformados en ciertas maneras
(Thompson, 1995: 10).
En este sentido, se entiende por prácticas sociales las rutinas establecidas: cor-
porales, mentales, que implican el uso de cosas o recursos y formas específicas
de conocimiento, que son compartidas. “Se puede encontrar en la rutina la
naturaleza de la acción” (Reckwitz, 2002: 255). La agencia es el elemento clave
para comprender las prácticas (Giddens, 1987; Reckwitz, 2002). El blogging se
asume como práctica justo por su carácter rutinario y colectivo, ya que consiste
en crear y actualizar un blog propio mediante la producción de entradas, así
como en interactuar en redes de blogs a través de los comentarios y otros recursos.
En el blogging se reúnen los procesos de producción, circulación y consumo de
mensajes, con mediación tecnológica. En este sentido, un blog se puede enten-
der como un sitio web que el blogger construye a partir de ciertos intereses y
motivaciones, con diversos recursos —textos, imágenes, audios, videos y otros
objetos—, estructurados en posts o entradas que se ordenan cronológicamente
a manera de bitácora inversa.
La creación permanente y el diálogo son las actividades fundamentales en el
blogging. En esta práctica se reúnen los procesos de producción, circulación y con-
sumo de mensajes, en una estructura reticular dinámica. Hay algunas condiciones,
tan obvias como básicas, que hacen posible la producción y la interacción: contar
con computadora u otro dispositivo de comunicación, tener conexión a la Inter-
net y acceder a software gestor de blogs. Con estos recursos como base, aunados a
Pablo Perro dijo... salud por el viaje, a llenar los vacios. A ver con que. 16
septiembre, 2005 19:20
Tramontana dijo... Gracias P. así lo he hecho y sigo haciendo. 17 septiembre,
2005 19:55
Michelle On The Road dijo... ¿Llenar los vacíos? Sí, ese es un gran problema,
yo por eso ya opté por dejarlos vacíos y poner sólo cosas en donde caben.
Besos y sí, salud. 17 septiembre, 2005 20:42
Tramontana dijo... Gracias Michelle. Esa es otra opción! 19 septiembre,
2005 09:58
Pablo Perro dijo... Y si llenamos los vacíos de letras? 19 septiembre, 2005
11:58
Tramontana dijo... Las letras me andan huyendo... 20 septiembre, 2005
10:20
Pablo Perro dijo... pues entonces no las busques, solas llegaran, si quieres
la canción, solo llama a perrofeliz@gmail.com pero que conste que ya van
varios que terminan tristes por causa de la citada. 20 septiembre, 2005 10:58
Michelle On The Road dijo... A veces también funcionan: el chocolate, los
amigos con los que se puede coger sin remordimientos sentimentaloides
(dicen que no hay vacío que un buen polvo no pueda llenar), helado, un
toque, ir a bailar salsa o de plano, tirarse a dejar que el vacío nos socave por
dentro. Recuerda que el vacío y la nada son conceptos que nacieron cuando
el hombre inventó el límite del cero. Entonces el hombre comenzó a dudar
y a necesitar certezas que acabaran con esas dudas. El vacío es justo eso:
una necesidad irrefutable de certeza. Besos, M. 21 septiembre, 2005 04:18
Conclusiones
Diálogo
Los interlocutores
Orgullo
Apropiación
Convicción
Integración
Capital
social Disposición Participación
Percepción positiva
Comprensión
Conocimiento
Sensibilización
Información
Monitoreo y evaluación
Diálogos posibles
Comportamientos
Legitimidad Evaluación y
retroalimentación
Percepción
de beneficios Visión común
Diálogos vecinales
—Entonces —dijo una de las vecinas—, ¿nos están diciendo que todo eso
es nuestro problema y que la constructora no va a hacer nada para darnos
una solución?
—Efectivamente, señora —se animó a decir un integrante del equipo—.
Por eso queremos hablar de organización vecinal, porque la empresa sí está
dispuesta a hacer algo... pero con su ayuda y participación.
—Yo pago mis impuestos —dijo un caballero—, por ley el Ayuntamiento
debe ocuparse de todo eso y yo no estoy dispuesto a pagar un quinto más
por servicios que son públicos.
—Es correcto, señor —comentó otro consultor—, habrá muchas cosas que
tendremos que gestionar con la autoridad y otras serán responsabilidad de
ustedes. Nosotros les ayudamos.
La pregunta por parte del equipo fue entonces: “¿Les dan ganas de organizarse
y formar una asociación de vecinos?”. La respuesta fue afirmativa casi por
unanimidad.
Conclusiones
1. No obstante el caso del cesjal, más que formar parte de la reforma política su constitución obedece
al empeño de grupos empresariales jaliscienses, interesados en incidir en políticas públicas desde el
ámbito social.
Concepto y antecedentes
2. Por estado democrático de derecho se entiende “un Estado que sanciona y garantiza los derechos
políticos auspiciados por la democracia [...] también establece redes de accountability” (O’Donell,
2008: 93–94).
3. A finales de los años veinte, la unam adquirió cierta autonomía, que fue ampliada a mediados de los
años cuarenta. El Banco de México ha pasado por varios periodos en que se le ha dotado y suprimido
de autonomía desde los años treinta (véase Pedroza de la Llave, 2002).
4. Sobre las características de los opa, véase Susana Thalía Pedroza de la Llave (2002: 178–180).
5. Los consejos económicos y sociales (ces) se conciben como mecanismos para la construcción de
consensos en las democracias avanzadas de los países europeos y otras regiones del mundo. En
México, Jalisco es de los estados pioneros en tener este tipo de organismos.
6. Esta situación provocó que el ex gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña interpusiera un
recurso de inconformidad en contra de la conformación del cesjal (el 28 de junio de 2004), con
el argumento de que su existencia no se encontraba sustentada en la Constitución del estado y que
violaba la garantía de igualdad de los jaliscienses. No obstante, los diputados no dieron cabida a su
reclamo debido a que las observaciones se presentaron fuera del plazo legal establecido para ello y
ratificaron la creación del cesjal mediante el decreto número 20521 (véase el Decreto 20574 del
Congreso del estado de Jalisco, del 26 de agosto de 2004).
Es un organismo público
Reglamentar los derechos Preparar la jornada electoral;
autónomo, de carácter
políticos de los ciudadanos; la capacitación y la educación
permanente, independiente en
organizar y desarrollar los cívica; la organización del
sus decisiones y funciona-
IEPC procesos electorales, así plebiscito, referéndum e
miento, con personalidad
como el referéndum, plebiscito iniciativa popular, entre otras
jurídica y patrimonio propios
y la iniciativa popular, entre (artículo 12, fracción VIII,
(artículo 12, fracción III, CPEJy
otros (artículo 1, CEPCEJ). CEPCEJ).
artículo 116, fracción 1, CEPCEJ).
Promover el diálogo y la
Es un órgano ciudadano de
concertación entre actores Formular recomendaciones en
naturaleza consultiva con
con el fin de impulsar en el materia de política pública
autonomía técnica y de
desarrollo y competitividad del orientadas a promover el
CESJAL gestión. Sus opiniones y
estado, desde un enfoque desarrollo económico y social
recomendaciones no son
sustentable que facilite la del Estado de Jalisco (artículo
vinculantes ni obligatorias
formación de capital humano y 1, LCESJAL).
(artículos 1 y 2, LCESJAL).
social (artículo 8, LCESJAL).
Siglas y referencias:
CEPCEJ: Código Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Jalisco [DE disponible en:
http://congresojal.gob.mx/Servicios/BibVirtual/busquedasleyes/archivos/C%c3%b3digo%20Electoral%20y%20de%20Participaci%c3%b3n%20Ciudadana%
20del%20Estado%20de%20Jalisco.doc].
CPEJ: Constitución Política del Estado de Jalisco [DE disponible en:
http://congresojal.gob.mx/Servicios/BibVirtual/busquedasleyes/archivos/Constituci%c3%b3n%20Pol%c3%adtica%20del%20Estado%20de%20Jalisco.doc].
LCEDHJ: Ley de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco [DE disponible en:
http://congresojal.gob.mx/Servicios/BibVirtual/busquedasleyes/archivos/Ley%20de%20la%20Comisi%c3%b3n%20Estatal%20de%20Derechos%20Humanos.
doc].
LCESEJAL: Ley del Consejo Económico y Social del Estado de Jalisco para el Desarrollo y la Competitividad [DE disponible en:
http://statecasefiles.justia.com/estatales/jalisco/ley-del-consejo-economico-y-social-del-estado-de-jalisco-para-el-desarrollo-y-la-competitividad.pdf].
LTIPEJ: Ley de Transparencia e Información Pública del Estado de Jalisco [DE disponible en:
http://congresojal.gob.mx/Servicios/BibVirtual/busquedasleyes/archivos/Ley%20de%20Transparencia%20e%20Informaci%c3%b3n%20P%c3%bablica%20
del%20Estado%20de%20Jalisco.doc].
7. Hay que advertir que esta fue otra de las diferencias entre los organismos que promovieron el cesjal
y el exgobernador Francisco Ramírez Acuña, ya que este planteaba que la designación de su titular
la hiciera el gobernador (véase “Análisis de propuestas de consejos económicos”, coparmex–Jalisco,
s / f, mimeo, p.3).
En los requisitos, todos los opa coinciden en algunas cuestiones muy generales
(nacionalidad, residencia, independencia de partidos y gobierno, etc). Llama
8. Raúl Padilla López fue rector de la Universidad de Guadalajara en el periodo de 1989 a 1994 y es
considerado líder del Grupo universidad, con influencia política en varios espacios de poder en el
estado de Jalisco.
Sobre la pasada elección de consejeros del iepc (en mayo de 2010), en la que
se eligió como titular a José Tomás Figueroa Padilla, también fue objeto de
críticas por parte de ciudadanos y académicos de distintas universidades. A este
respecto, Ivabelle Arroyo, a pregunta expresa sobre los procedimientos para elegir
al titular del iepc, comentó:
[...] las condiciones previas en las que este organismo, el Poder Legislativo,
se conforma, provoca que las decisiones ahí tomadas estén subordinadas a
poderes fácticos ajenos a ese recinto. A eso se suma la falta de trasparencia
en el proceso: los periodistas, otros partidos, otros actores políticos y los
ciudadanos interesados no tienen acceso al proceso, no saben quiénes son
los candidatos y no hay argumentos claros, documentados, que permitan
saber por qué unos son elegidos y otros no (entrevista realizada el 20 de
mayo de 2010).
[...] los diputados utilizan dos criterios para elegir a los consejeros del iepc.
Primero, la cuota. Al partido que más diputados tiene le tocan más asientos
en el consejo y más burócratas en la estructura del Instituto. Segundo, la
medianía. A mí me tocan cuatro y a ti tres. Pero tus cuatro no deben ser
peligrosos para ti. Elegimos entonces a gente que no resulte amenazantes
para nadie (Ríos, 2010: iii y iv).
9. Gerardo Moya García Gerardo y Francisco Macías Medina, integrantes del cepad, elaboraron una
propuesta de estándar de elección del ombudsman para Jalisco, que fue ignorada por los diputados
(véase cepad, 2008: 155–161).
Este es un elemento que solo se incluye de manera vaga en la cedhj y está ausente
en los demás opa. Al respecto, Artículo 19 y Fundar (2009: 15) señalan: “Sin
tener claro el tipo de formación, experiencia profesional, habilidades y cualidades
éticas y de trabajo que se están buscando resulta impensable que el debate se
desarrolle sobre bases técnicas, trascendiendo las pasarelas de nombres. El perfil
se convierte así en la vara contra la cual se medirá a los aspirantes”.
Las disposiciones legales para la elección de los titulares de los opa de Jalisco
analizados no prevén este punto. Mientras más información se tenga de cada
candidato de manera oportuna, se estará en mejores condiciones para tomar
decisiones adecuadas y favorecer la participación y el diálogo público de los
actores sociales. No solo por trasparencia sino por la eficiencia en la decisión,
es indispensable saber quiénes son los aspirantes a ocupar el cargo de titular de
los opa. En la actualidad esto no ocurre en ninguno de los casos analizados, por
lo que sería recomendable incluirse dentro de los procedimientos normativos.
Con excepción del cesjal (que es un proceso cerrado), en los opa analizados
la participación de los ciudadanos se limita a presentar una carta de apoyo a los
aspirantes a ocupar el cargo de titular. En algunos casos, organizaciones civiles
(cepad, amedi, Ciudadanos por Municipios Transparentes, cimtra, etc.)
por iniciativa propia, elaboran propuestas de perfil e intentan abrir espacios
informales de diálogo con los diputados con resultados infructuosos. Incluir
una manera de allegar las opiniones, preguntas, perspectivas de organismos de la
sociedad civil y expertos en la materia tiene de suyo valor para la gobernabilidad
democrática, además que trae consigo un beneficio instrumental al ofrecer una
fuente de información valiosa para los tomadores de decisiones, al tiempo que
acerca a las instituciones a la sociedad y fortalece su legitimidad y confianza.
Esta situación no ocurre en la actualidad.
En ningún caso de los opa analizados se precisan los instrumentos para evaluar
y calificar a los aspirantes a la titularidad de estos organismos. Con base en el
perfil y descripción del puesto, expertos en la materia junto con los tomadores
de decisión podrían elaborar un instrumento tipo para hacer estas operaciones.
La calificación debe reflejar qué tanto se acerca el candidato al perfil ideal y con
base en ello cómo se estima que se podrá desempeñar en el puesto descrito. Lo
recomendable es que estos criterios se incorporen a un instrumento en donde se
viertan las calificaciones de la evaluación, con total trasparencia a los ciudadanos.
A manera de conclusión
Calidad del diálogo público según una red de organizaciones ciudadanas en Jalisco 359
comunicación en distintas vertientes.1 El análisis contenido en el presente texto
es parte de un proyecto de investigación más amplio, iniciado en febrero de
2008, al tiempo que comenzaba a gestarse la referida red. Desde aquel entonces
y hasta enero de 2010, la indagación constó de un seguimiento de su evolución
a través de observación participante en reuniones de trabajo, de entrevistas
semiestructuradas, así como de seguimiento de sus actividades paralelas o cen-
trales. Este trabajo representa una entrega parcial de algunos análisis a partir de
la información recabada.
El concepto central de este texto es el diálogo público, que se entiende aquí
como el proceso deliberativo sobre asuntos comunes a una sociedad. Se trata
de un proceso similar al que Habermas refiere como proceso racional de fun-
damento de normas sociales (2009): “Según Habermas, una norma de acción
tiene validez sólo si todos aquellos que posiblemente se vean afectados por ella
(y por los efectos secundarios de su aplicación) llegan, como participantes en
un discurso práctico, a un acuerdo (motivado racionalmente) de que esa norma
puede ser puesta en vigencia y permanecer en vigencia” (Cohen y Arato, 2000:
397). Antes siquiera de este nivel de acuerdo, se plantea aquí la necesidad de
evaluar los diálogos públicos a través de un mejor entendimiento de los niveles
mínimos requeridos. Por ello, es útil usar los factores de calidad establecidos en
la introducción de este volumen, pues sirven para reconocer las cualidades del
intercambio observado. El estudio de caso está ubicado en la comunidad polí-
tica mexicana —en el estado de Jalisco. Por esta razón, los asuntos referidos son
sobre todo regionales, aunque existen referencias a algunos de alcance nacional.
Se entiende aquí por organizaciones ciudadanas a aquellas agrupaciones in-
dependientes del gobierno o de asociaciones políticas profesionales que buscan
incidir en la vida pública. Estas comunidades pueden ser informales, como son
los movimientos sociales, o institucionalizadas, como son las asociaciones civi-
les. Las primeras son concentraciones voluntarias, a veces incluso espontáneas,
y las segundas son organizaciones con registro legal y contable, que pueden
tener empleados y administrar bienes. Ambas tienen en común el no perseguir
1. Enrique Páez, Alma Reyes y Gabriela de la Torre, de la Unidad Académica Básica de Gestión
Estratégica e intervención, del Departamento de Estudios Socioculturales del Instituto Tecnológico
y de Estudios Superiores de Occidente (iteso).
Calidad del diálogo público según una red de organizaciones ciudadanas en Jalisco 361
que los esfuerzos de cada organización se veían frustrados al enfrentarse a las
mismas dificultades ante la administración pública estatal: la falta de atención a
las problemáticas denunciadas; estrategias para minimizar o acallar las denuncias;
además de intimidación o incluso criminalización de las organizaciones debido
a su actividad contestataria a las acciones y políticas de funcionarios y oficinas
gubernamentales.
La experiencia que marcó en muchos la necesidad de una red como la p39
es que no se percibía ninguna disposición por parte de representantes de go-
biernos por dialogar con las organizaciones sobre asuntos de interés público.
Aunque existen en los discursos de muchos funcionarios referencias a la par-
ticipación ciudadana y a consultas ciudadanas, la realidad es que estas no son
implementadas de forma convincente e integradas al diseño, implementación
o evaluación de políticas públicas. Ludger Kellner, entonces coordinador del
Parlamento de Colonias y miembro fundador de la p39, explicó en entrevista
su opinión al respecto:
En este mismo tenor fue establecido el nombre de la red, Plataforma 39, que
hace referencia al artículo 39 de la Constitución Política del país, en el que se
establece que el poder público está en manos de “el pueblo”. Vale la pena citar
textualmente el contenido del artículo: “La soberanía nacional reside esencial
y originalmente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se
instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable
derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. Para Carlos Páez,
miembro fundador de p39, existe algo fundamentalmente descompuesto en el
funcionamiento de la política profesional en nuestro país que se refleja en una
falta de comunicación: “hay un problema de tubería entre lo ciudadano y lo
público”. Ante esto, define el papel de la p39: “nosotros somos como una especie
Calidad del diálogo público según una red de organizaciones ciudadanas en Jalisco 363
blica afecta su vida ordinaria. Esto refiere al factor de visión común, pues al no
compartir siquiera la razón de ser de un intercambio de opiniones entre poder
público (administración gubernamental) y ciudadanía (a través de organizacio-
nes vecinales u otras), no hay posibilidad de diálogo productivo. A tal grado
llega esta falta de visión común entre quienes toman las decisiones sobre gastos
públicos y la ciudadanía, que se puede decir dominada por el engaño: un actor
tiene interés y el otro solo aparenta tenerlo. Esto, a su vez, motiva acciones fuera
del marco habitual de deliberación, como son los medios de comunicación o
instancias de consulta oficiales. La situación actual en Guadalajara ilustra con
claridad este proceso, pues en los últimos años se han dado acciones por parte
de grupos y movimientos para visibilizar molestias y desacuerdos con autoridades
con respecto a problemas de movilidad y diseño urbano, entre otros. Estas han
incluido festivales callejeros para reclamar más espacios públicos, pintas en muros
o montajes especiales como la denuncia de muertes de ciclistas, llamados bicicleta
blanca. Para Mario Silva, del Colectivo Ecologista de Jalisco, “la gente está muy
enojada, porque está haciendo cosas que antes no hacía”. El hecho de que no
existan espacios formales y reales para poder expresar tales desacuerdos motiva a
algunas personas a llevar a cabo acciones públicas para hacer visible su disenso.
Otra razón para la activación de la p39 fue la percepción de una falta de
código común entre los actores públicos, tanto de funcionarios de gobierno como
de organizaciones que trabajan en asuntos comunitarios. Cada grupo tiende a
establecer comunicación con otros de acuerdo con sus propios parámetros y sin
intentar comprender puntos de vista ajenos. Para Mario Silva, en primer lugar
se trata de superar prejuicios. “Creo que hay prejuicios en las [organizaciones
no gubernamentales] ong sobre las mismas ong, hay prejuicios de las [orga-
nizaciones de la sociedad civil] osc en relación al gobierno, del gobierno a las
organizaciones, del gobierno a la iniciativa privada... todos tenemos prejuicios
de todos”. Esto dificulta el comenzar cualquier diálogo, pues si existe ya un
juicio previo, este contaminará a la comunicación establecida y difícilmente
será superada. Silva considera que para solucionar esto se “requiere la voluntad
personal de quien está al frente de una estrategia de un proyecto [para] dejar
ciertas ideas preconcebidas, para escuchar al otro, ponerse en sus zapatos y abrir
el diálogo”. Por su experiencia de trabajo con autoridades de gobierno, considera
Calidad del diálogo público según una red de organizaciones ciudadanas en Jalisco 365
vez ayudaría a comenzar el siguiente diálogo con mayores y mejores elementos.
El resumen de la gradación de cada uno de los cinco factores para evaluar la
calidad del diálogo se puede ver en el cuadro 17.1.
Hasta aquí, se han revisado las razones que llevaron a un grupo de activistas
y voluntarios a echar a andar la p39. Esta revisión ha clasificado dichas razo-
nes en los cinco factores de calidad del diálogo, definidos en conjunto con los
autores de este volumen. Esta forma de ordenar razones y factores implica un
primer nivel de análisis para sustentar el argumento general sobre la aspiración
de la p39 por mejorar la calidad del diálogo público. Lo que sigue son algunas
incongruencias en el mismo proceso de formación de la red con respecto a sus
metas y objetivos planteados. Es conveniente aclarar que cualquier organización
adolece de carencias e inconsistencias. En este caso, sin embargo, vale la pena
resaltarlas con ánimo de aportar a un análisis coherente y consecuente con los
mismos factores determinantes de la calidad del diálogo.
Al inicio de sus trabajos, los miembros de la red debieron enfrentarse a cons-
tantes tensiones y altibajos en participación de los miembros. En parte, estas
dificultades tenían que ver con su falta de experiencia en colectivos. Varios de
los participantes involucrados solo contaban con algunos meses de activismo
organizado en pequeñas agrupaciones. Solo dos organizaciones, las más institu-
cionalizadas, tenían más de diez años de experiencia. Esta desigualdad de saberes
y hábitos en la negociación dificultaba cualquier debate, por mínimo que fuera.
Además, existía una evidente falta de confianza entre varios participantes. “Yo
diría que nos tardamos ocho meses en adquirir niveles de confianza mínimos”,
me confesó Carlos Páez, convocante de la p39 y uno de sus miembros más ac-
tivos. Una de las dificultades iniciales que derivó de esta falta de confianza fue
la definición del perfil de la red y sus propósitos. A continuación se presenta la
descripción de un conflicto que marcó el inicio de la red.
Ludger Kellner, fundador y miembro del Parlamento de Colonias, insistió
al inicio de las reuniones de la entonces integradora ciudadana en la necesidad
de definir la visión, misión y objetivos de la nueva red. En aquel momento,
la propuesta fue muy criticada, incluso de forma “casi ofensiva”, como dijo el
mismo Kellner en entrevista posterior. Sus críticos parecían renuentes a escuchar
las razones expuestas en el caso. “Noté que el mayor temor que tenían ellos era
que yo quería protagonizar dentro de la plataforma”, explicó Kellner, lo cual “no
era verdad“. En esa sesión de trabajo parecía que el rechazo se debía en parte a
su uso de lenguaje un tanto empresarial. Sin embargo, para él, “todo lo que un
hombre emprende se debe de plantear de la misma forma: primero, visualizar
lo que quieres que sea; luego obviamente viene por qué lo haces [...] si no tienes
motivación, eso no sirve para nada, y por fin, si no tienes los objetivos claros
enfrente de ti, vas a dar círculos”. La resistencia postergó hasta marzo de 2009,
más de un año después, la definición de la visión, misión y objetivos de la p39.
Esto se dio en un taller como parte de un ejercicio de planeación estratégica
coordinado por un académico externo a la red.
Esta dificultad inicial resume muchas problemáticas que enfrentan diversas
asociaciones voluntarias en México. La confianza entre individuos es un factor
determinante para diversas negociaciones relevantes para el establecimiento y
mantenimiento de cualquier asociación. En ocasiones, el trabajo de activistas
contiene una determinada carga ideológica a partir de la cual se evalúan y juz-
gan ideas y propuestas diversas. En este tenor, ciertas palabras o frases hechas
Calidad del diálogo público según una red de organizaciones ciudadanas en Jalisco 367
pueden ser malinterpretadas. Además, otros factores no verbales influyen en la
comunicación, como pueden ser el tono, el volumen, las expresiones faciales o
el lenguaje corporal. Kellner es alemán nacionalizado mexicano; es empresario
y, para esas fechas, tenía ya un par de años de trabajo en el Parlamento de Co-
lonias. Su estilo directo de plantear necesidades y su tono ejecutivo causaron
una reacción de rechazo fuerte entre los presentes. La discusión pasó entonces
a ser un ritual de desacreditación de su propuesta sin argumentos, alimentada
sobre todo por sospechas y desconfianza. A partir de aquel momento, Kellner
participó cada vez menos en la red hasta que unos meses después guardó distancia
respetuosa. Su conclusión es que la Plataforma “hoy es otro Club de Tobby de
unos pocos, quienes se juntan a hablar cosas muy buenas, es cierto, tienen ideas
de gran creatividad que respeto”, pero que no le parece una red que aporte lo
que le parece necesario. “Yo creo en la Plataforma 39 fue mal diseñada desde
el principio”, me confesó Kellner, pues como red “debería darle espacio a cada
organismo, en vez de ser la Plataforma misma un organismo igual que ellos”.
A pesar de estos problemas y críticas, la p39 siguió sus trabajos. La diná-
mica que se estableció fue una reunión semanal de trabajo para ir definiendo
acciones conjuntas e intentar comprender las dificultades que enfrentan las
organizaciones ciudadanas. Como parte de sus esfuerzos, se siguieron algunos
procesos paralelos, en particular: la formación de sus miembros por medio de
charlas y encuentros; la definición de misión, visión y objetivos de la plataforma
en talleres con académicos invitados; la organización de eventos para difundir
preocupaciones de los miembros de la plataforma; organización de acciones y
redes que salían del propósito inicial de la plataforma, pero a las que se dedicaba
tiempo durante las reuniones.
La formación de sus miembros se fue dando por medio de sesiones en las
que algunos académicos eran invitados a exponer temas varios sobre política
y acciones ciudadanas locales y nacionales. Estas sesiones tenían un evidente
sesgo ideológico de izquierdas, que informaba análisis políticos y escenarios de
futuro. Esta línea, sin embargo, se enfocaba a la necesidad de inclusión de todos
los grupos sociales en el debate público, sobre todo los minoritarios y excluidos.
Además, varios participantes insistían una y otra vez que los esfuerzos de la p39
Calidad del diálogo público según una red de organizaciones ciudadanas en Jalisco 371
pena tener en cuenta que dicho concepto forma parte del horizonte ideal de
participación política de los individuos reunidos en la red estudiada.
No se refiere este trabajo tampoco a una conversación, aunque la idea es
cercana. Una conversación consiste en un intercambio verbal entre dos o más
personas que puede ayudar a formar conocimiento, a otros fines o tan solo como
un pasatiempo. Para efectos de la investigación general de la que es parte este
texto, el diálogo es útil como concepto por la larga historia intelectual sobre
diversos procesos dialógicos. La conversación se puede entender más como un
flujo sin orden de intercambio comunicacional, mientras que el diálogo tiene al
menos la función de producir un mínimo sentido común, aunque en ocasiones
incluso se pueda dar de forma estructurada y facilitada por un mediador o mo-
derador (Hammond, Anderson y Cissna, 2003). Además, un diálogo tiene su
contraparte clara con el monólogo, y ambos conceptos sirven para comprender
fenómenos sociales relativos a la comunicación. A diferencia de la deliberación,
que representa un esquema más complejo de capacidades para lograr diálogos
productivos, la conversación representa uno menos complejo, con demasiada
apertura y menos lógica común que el diálogo.
Este estudio tampoco se enfoca en debates, pues estos son un esquema en el
que se presentan argumentos contrapuestos con respecto a una temática común.
Busca, a través del concepto calidad del diálogo, definir un modelo que permita
hacer diagnósticos sobre procesos comunicativos diversos. El debate es más una
técnica que puede hacer visibles críticas sobre decisiones o asuntos varios, pero
no es algo central para esta investigación.
El concepto de diálogo público se ha utilizado en la academia para referirse
de manera particular a debates que informan políticas gubernamentales. Este
tipo de encuentros se han documentado sobre todo en países como el Reino
Unido o Estados Unidos (Dillon y Galanes, 2002). En muchas ocasiones, se
trata del diálogo de saberes entre expertos, la opinión pública y los funcionarios
gubernamentales implicados. Estos procesos están vinculados con cuatro grandes
cuerpos de literatura: capital social, gobernanza, redes de políticas públicas y
democracia. La revisión puntual de estos queda fuera del propósito del pre-
sente texto. La breve descripción que se ofrece, sin embargo, tiene el objetivo
de mostrar aspectos de estas áreas ya establecidas desde las que se nutre este
Calidad del diálogo público según una red de organizaciones ciudadanas en Jalisco 373
se establece, inspiró este trabajo sobre calidad del diálogo. Las diferencias son
grandes, tanto en escala institucional, en profundidad teórica e incluso en las
evidencias empíricas utilizadas.
Las anteriores referencias sirven para establecer el contexto sobre la rele-
vancia académica del estudio de la calidad de un proceso tan complejo como
es el diálogo público. Vale la pena aclarar, para efectos del análisis presentado,
que el principal referente teórico para este trabajo es Habermas. Su teoría de la
acción comunicativa (Habermas, 2001a y 2001b) provee un marco conceptual
filosófico anclado en la interacción social. A partir de su interés temprano en
la esfera pública como el espacio social en que se discuten los temas comunes,
el desarrollo de su trabajo sobre acción comunicativa distingue entre cuatro
conceptos de acción: la teleológica, la regulada por normas, la dramatúrgica
y la comunicativa (Habermas, 2001a: 122–146). La acción teleológica, que
ha dominado a la filosofía de la acción desde Aristóteles, significa que el ac-
tor “realiza el fin o hace que se produzca el estado de cosas deseado eligiendo
en una situación dada los medios más congruentes y aplicándolos de manera
adecuada” (Habermas, 2001a: 122). Esto significa que este tipo de acción es
utilitarista, pues la decisión se rige a partir de la maximización de utilidad o
de expectativas de utilidad. La acción teleológica yace en la base de las teorías de
la decisión y de juegos de economía, sociología y psicología social. La acción
regulada por normas, en cambio, no considera a un actor solitario que toma una
decisión sino a “los miembros de un grupo social que orientan su acción por
valores comunes” (Habermas, 2001a: 123). Las normas referidas son producto
colectivo a partir de expectativas generalizadas de comportamiento. Esta línea
de pensamiento proviene de la idea de contrato social y yace en la base de la
teoría psicológica del rol social.
La acción dramatúrgica, por otro lado, habla del conjunto de participantes
de una interacción, que constituyen los unos para los otros un público ante el
cual se ponen a sí mismos en escena. En estas situaciones, los involucrados “go-
biernan su interacción regulando el recíproco acceso a la propia subjetividad, la
cual es siempre exclusiva de cada uno” (Habermas, 2001a: 124). En este sentido,
existe una autoescenificación que representa una estilización de la expresión de las
Calidad del diálogo público según una red de organizaciones ciudadanas en Jalisco 375
te. A su vez, esto se ve reflejado tanto en el entramado jurídico como de otras
normas, valores y visiones compartidas.
El diálogo público, entonces, es la forma en que se establecen interacciones
dialógicas en un espacio social determinado con respecto a los asuntos comunita-
rios. Jeffrey Alexander (2006) establece que este proceso pasa por una necesidad
imperante, en los regímenes democráticos, por facilitar a distintos grupos sociales
su participación en una esfera pública incluyente y en constante adaptación a
nuevos retos y necesidades. Habermas valora la dimensión simbólica de inter-
cambios cotidianos en su teoría de la acción comunicativa a partir de trabajos
de George H. Mead y Émile Durkheim. Esta dimensión resulta muy relevante
porque determina el procesamiento de emociones a partir de actos colectivos o
visibles para gran parte de la comunidad en cuestión.
Estos modelos permiten comprender que la constante negativa del gobierno a
sostener diálogos productivos y honestos con organizaciones ciudadanas genera
una frustración que no ayuda para diálogos futuros. Otra investigación podría
abonar a lo que significa para la percepción sobre la democracia. Con respecto
al objetivo planteado en este texto, se puede sostener que no asegurar siquiera
grados mínimos de los cinco factores de la calidad del diálogo (legitimidad,
socialización, visión común, código común y evaluación) en la interacción con
organizaciones ciudadanas implica fomentar la radicalización de algunos de sus
miembros y la desactivación de la mayoría de los participantes. Esto tiene una
repercusión fuerte con respecto a la vida colectiva, pues quienes forman parte
de estas asociaciones manifiestan abiertamente su interés por asuntos públicos.
Su salida de un diálogo público empobrece la riqueza de visiones y opiniones
que ayudaría a mejorar decisiones colectivas. Aún más, su frustración los aleja
del interés público y los mantiene enfocados a su esfera privada.
El diálogo público, entonces, implica un proceso más complejo de lo que
Manuel Martín Serrano (1994) refiere como “comunicación pública”. La prin-
cipal diferencia radica en el carácter institucional que Martín Serrano parece
otorgarle, como si fueran capaces de establecerla solo organismos de gobierno
o medios de comunicación masiva. El diálogo público, en cambio, se presenta
aquí más en el tenor de la esfera pública en la que cualquier miembro de una
comunidad interesado en incidir en discusiones en torno a lo común, puede
Conclusiones
Calidad del diálogo público según una red de organizaciones ciudadanas en Jalisco 377
comunicación racional con la ciudadanía y sin funcionarios, para generar de
manera paulatina capacidad discursiva y argumentativa con vistas a un diálogo
futuro. En vez de esto, los miembros de la Plataforma han enfocado sus esfuer-
zos en denunciar la falta de ánimo gubernamental por establecer diálogos. Esto
dificulta iniciar cualquier diálogo.
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