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LOS DONES MOTIVACIONALES


En el último siglo se ha buscado incesantemente conocer la mente del hombre y,
específicamente, descubrir con exactitud acerca del originen del comportamiento.
Para ello se han revisado antiguos planteamientos y desarrollado variadas teorías que
persiguen explicar la conducta humana. Entre sus exponentes podemos identificar a
grandes pensadores del pasado como Platón y Descartes. Y los más conocidos del
último siglo como Freud, Yung, Piaget, entre muchos. Pero, antes de avanzar,
debemos hacer una observación y es que lo planteado por ellos son el resultado de
distintos estudios realizados en pequeños grupos humanos, pero sólo han sido
propuestas o teorías. Sin embargo, nuestro Dios también tiene algo que decirnos al
respecto.
En la Biblia, Dios nos dice «para gloria mía los he creado, los formé y los hice» (Isaías
43.7), y también, «…y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron
luego formadas, SIN FALTAR UNA DE ELLAS» (Salmo 139.16). En consecuencia, Dios
no ha dejado nada al azar pues «todo lo hizo hermoso en su tiempo» (Eclesiastés
3.11). Si Él planeó hasta la cantidad de nuestros cabellos, ¿podrá haberse descuidado
en determinar algo tan importante como nuestra personalidad o nuestros dones? Hoy
meditaremos en los DONES.

Dones Motivacionales o de la Personalidad


Se describe de esta manera a la serie de SIETE ‘carismas o gracias’ descritas en
Romanos 12.6-10, (revisaremos una versión ampliada para mejor comprensión del
texto).
«De manera que, teniendo diferentes DONES (carismas, gracias, facultades, talentos,
cualidades), según la gracia que nos es dada, entonces USÉMOSLOS como se
explica:
El que tiene el don de profecía, que profetice conforme a la medida de fe; o
el que tiene el don de servicio que se dedique a servir;
el que tiene el don de enseñanza, que ocupe dedicadamente su tiempo en la
enseñanza;
el que exhortación (anima, alienta), que se dedique a la exhortación;
el que reparte (da, comparte), que lo haga con sencillez de corazón y con liberalidad;
el que preside, que presida con solicitud, de todo corazón;
el que hace actos de misericordia, que lo haga con verdadera
alegría y entusiasmo.»

Estas gracias, carismas o facultades las poseemos desde el instante en que somos
concebidos. Es Dios quien los ha creado en nosotros y hecho parte inseparable de
nosotros con el propósito de ser utilizados para el beneficio de los demás. Como
todos los dones, Dios nos los da por gracia. Estos dones modelan nuestra
personalidad y cuando los usamos apropiadamente llegan a ser nuestra pasión, el
motor de nuestra vida.
Para utilizar estos dones de acuerdo a la voluntad de Dios, es importante tener un
entendimiento claro de lo que son y cómo funcionan. A continuación hablaremos
resumidamente de los siete dones, presentando las siete expresiones clave que
hemos escogido para identificar a las personas que tienen los diferentes dones.
1. Don de predicación profética. Lo tiene el que percibe claramente la voluntad de
Dios.
Hemos utilizado la palabra “predicación profética” en lugar de la palabra “profecía”
para evitar confusión, debido a que el enfoque en este don no es principalmente la
predicción (profecía pura) sino el mensaje que Dios que se halla en la Biblia. Por lo
tanto, el mensaje pudiera contener predicción pero principalmente es el contenido
de las Escrituras. Apolos es un ejemplo (Hechos 18.24-28).
2. Don de servicio. Lo tiene el servidor, aquel que disfruta de servir a los demás. A
esta persona le gusta hacer cosas prácticas por los demás. Marta es un ejemplo
(Juan 12.2).
3. Don de enseñanza. Lo tiene el maestro, aquel que disfruta de investigar y
comunicar la verdad. El maestro tiene una motivación muy fuerte por escudriñar las
Escrituras, investigar sobre los personajes, lugares geográficos, cultura de la época
y conocer la visión de otros autores. Ejemplo, apóstol Pablo (2 Timoteo 1.11).
4. Don de exhortación (animar, alentar a la fe). Lo tiene aquel que disfruta de animar
y motivar a las personas para que vivan una vida cristiana victoriosa. Igualmente
son personas movidas a aconsejar y consolar con la Palabra de Dios. Estas son
personas extremadamente positivas que igualmente pueden ser llamadas
“motivadores”. Ejemplo hallamos en Priscila y Aquila (Hechos 18.22).
5. Don de dar (repartir, compartir). Lo tiene el dador, aquel que disfruta de dar
tiempo, talento, energía y recursos para beneficiar a otras personas y para el
avance del evangelio. Otra palabra para identificar a estas personas podría ser
“contribuidor”. Bernabé es un ejemplo en la iglesia de los apóstoles (Lea Hechos
4.36-37).
6. Don de administrador (presidir, dirigir). Lo tiene el administrador, aquel que
disfruta de organizar, dirigir o liderar. A la persona con este don también se le
puede llamar “facilitador” o “líder” (1 Timoteo 5.17).
7. Don de compasión (misericordia). Lo tiene el que se compadece, quien se ocupa
de los necesitados, les ayuda mostrándoles compasión y amor. Hemos utilizado la
palabra “compasión” en lugar de “misericordia” puesto que esta palabra es más
comprensible en el vocabulario usado en la actualidad (Lea Filipenses 4.16).
Todas las personas nacen con alguno tipo de estos dones que hemos llamado dones
motivacionales. Ahora bien, el día en que conocimos y creímos en Jesús como nuestro
Dios, Señor y Salvador, entonces, al igual que toda nuestra vida, estos dones fueron
santificados para ser usados para la gloria de Dios. Aún así, lamentablemente hay
creyentes que no están glorificando a Dios con sus dones motivacionales. Y, ¿Tú?

OREMOS. Para descubrir nuestros dones motivacionales y servir a Dios e iglesia.

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