Fiel consolador, compañero fiel, que en mis flaquezas siempre me
respaldas. Tuya es la santidad, tuyo es el poder y la victoria para siempre. Déjame intercambiar mi debilidad por tu poder mi vida derrotada por tu victoria. Y mí pecado por tu santidad.
Tú me has enseñado que es por tu presencia el poder.
Que es por tu presencia la victoria y la santidad oh Espíritu de Dios.
Yo me dado cuenta de mi debilidad, ayúdame oh Dios, quieres que