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La vida en

eL cuerpo
Propuestas para
su cuidado

Coordinador
Carlos Geovanni Varela Vega
La vida en
el cuerpo
Propuestas para
su cuidado

Coordinador
Carlos Geovanni
Varela Vega
Primera edición, mayo de 2016

© 2016
Los autores se reservan los derechos de autor
respectivos a sus textos

Derechos reservados conforme a la ley


ISBN: 978-607-8170-54-8

Diseño de Portada:
Iván López Ozuna

Diseño de logo:
Eric Yahir Olvera Pérez

Corrección de estilo:
Mariana Isabel Álvarez Durán

Queda prohibida su reproducción y difusión total


o parcial por cualquier medio, tanto físico como
electrónico, sin la autorización del propietario de
los derechos de la obra.

Impreso y hecho en México.


Agradecimientos

En vista de que este libro es un producto del coloquio “Propuestas


para el cuidado de la vida en el siglo xxi”, nuestra gratitud toca en
primer lugar a nuestra casa de estudios, la Unidad de Estudios Supe-
riores Tultitlán, al coordinador René Francisco Palma Avendaño y la
directora académica Paula Zamora Álvarez por su apoyo incondicio-
nal e invaluable a las propuestas de trabajo que realizamos. Extende-
mos el reconocimiento a los profesores Emmanuel Hammurabi Ruelas
Ramírez y Javier Acuapan Hernández, miembros del Comité Organi-
zador del coloquio, sin su trabajo no habría sido posible ni exitoso.
Gracias a todos los asistentes por confiar en el evento, especial-
mente a los ponentes y talleristas que nos acompañaron en los cuatro
días de actividades y que enlisto a continuación: los doctores Sergio
López Ramos, Margarita Rivera Mendoza, María Guadalupe Paredes
Figueroa, Dulce Jazmín Hernández Melchor, Refugio Rodríguez Váz-
quez, Rodolfo Reyna Velarde; los maestros Juan Elías Campos García,
Gerardo Abel Chaparro Aguilera, Grisell Olivera Cabrera, Giselle
Pacheco Rial, Sergio Rodríguez Guerrero, Ramón Stalin Calles San-
tiago, Omar Zárate Olguín, Lourdes Cruz Aquino; y los licenciados
Laura Angélica Gómez Cruz, Fernando Alonso Mellado Aguirre, y
María de Guadalupe Salinas Cerda.
A los alumnos de nuestro campus, quienes siempre muestran vo-
luntad e interés por impulsar el trabajo académico, especialmente a
quienes presentaron investigaciones durante el coloquio: Guadalupe
Cárdenas Rodríguez, Linda Stephany Trejo Maya, Marisol Martínez
Calzada, Vianey Amairani García Rivera, Dulce Itzel Alfaro Ramírez,
Daniel Chávez Torres, Emma Yureimy González Hernández, Ana Lilia

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Silva Rodríguez, Lucero Zaray Vargas Mondragón, Edwin Andrés
Larios Ortiz, Areli Anai Zárate González, Adela Deysi Lucas Montaño
y Evelyn Anaid Rivera Anaya. Y a quienes fueron parte del staff, un
apoyo invaluable para el acontecer adecuado del evento; no tenemos
el espacio para mencionarlos a todos, pero si diremos que son estu-
diantes de la licenciatura en Psicología Industrial y fueron coordina-
dos por Nancy Lara Fuentes y Adrián Islas Tapia todo ellos hicieron
un trabajo impecable con dicha labor.
Finalmente, agradecemos a usted, estimado lector, por su interés
en esta obra que es un tributo a la vida.
Exposición de motivos

El título La vida en el cuerpo. Propuestas para su cuidado, se debe a


que los trabajos se engarzan en torno a la cuestión del proceso corpo-
ral, una línea filosófico-epistemológica y de intervención que el doctor
Sergio López Ramos y sus colaboradores han venido desarrollando en
las últimas tres décadas, bajo la premisa de romper la lógica de la frag-
mentación cuerpo-mente.
En esta postura teórico-metodológica, el cuerpo es una unidad en
sus órganos y emociones y se rige bajo un principio energético que está
al margen de la cultura en que se vive; se trata de un conjunto vivo que
busca preservarse a sí mismo, de modo que se auto organiza continua-
mente para mantener la armonía que permite la vida interior.
El problema surge cuando la sociedad en la que vivimos y la insti-
tucionalización de un estilo de vida basado en el individualismo, la alta
competencia y la racionalidad nos alejan de ese proceso al someter al
cuerpo u olvidarlo. En ese sentido, cuerpo, espíritu y razón son indiso-
ciables en la vida cotidiana de los seres humanos; desarrollarlos puede
ser un principio de conservación de la vida, de prevención de enferme-
dades crónicas. “Volver a casa”, es una analogía que le permite al ser
humano la idea de regresar a prestar atención a las enseñanzas cotidia-
nas que surgen de su cuerpo con el propósito de darle rumbo a su vida
y preservarla, para generar propuestas de cuidado de la vida corporal.

5
Introducción

El texto que ahora se presenta es el producto de los trabajos de cien-


cias sociales y de la salud que se llevaron a cabo en el primer coloquio
“Propuestas para el cuidado de la vida en el siglo xxi”, presentado en la
Universidad Mexiquense del Bicentenario a través de la Unidad de
Estudios Superiores Tultitlán, los días 4, 5, 6 y 7 de junio del año 2014.
El evento realizado respondió a la necesidad de abordar el proble-
ma del deterioro de la vida o la desaparición de sus diversas formas en
nuestro siglo; se considera que se trata de una de las preocupaciones
centrales de las sociedades actuales. En la región de la Cuenca de Mé-
xico el deterioro de las condiciones favorables para su cultivo es un
fenómeno complejo que no ha podido ser resuelto ante el crecimiento
desmedido de la megalópolis.
Este panorama hace necesario articular el desarrollo social, cultu-
ral, económico e industrial de la región, desde una perspectiva que
considere el cuidado de las condiciones medioambientales; así mismo,
se requiere abrir un debate que permita reflexionar sobre la interde-
pendencia de estos procesos macro sociales con aquellos que se dan en
los espacios familiares y corporales.
Es por ello que se consideró necesario abrir un foro para la presen-
tación de propuestas teóricas, metodológicas y tecnológicas, con un
enfoque multidisciplinario, dirigidas a la mejora de las condiciones
para favorecer la preservación y cuidado de la vida en la región. Para
ello, se plantearon los siguientes objetivos.

• Reflexionar sobre la importancia del estudio de los fenómenos re-


ferentes al deterioro ambiental desde la perspectiva del cuidado de
la vida.

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• Establecer un diálogo multidisciplinario con la finalidad de enri-
quecer la perspectiva de abordaje sobre el cuidado de la vida en la
región.
• Valorar la contribución de las diversas posturas teóricas y metodo-
lógicas en torno a la manera de analizar los problemas que inciden
en el deterioro de la vida en la región.
• Actualizar el conocimiento sobre el estado en el que se encuentra
nuestra región en cuanto a deterioro ambiental y de salud.
• Divulgar las investigaciones y proyectos tecnológicos que se están
promoviendo teniendo como propósito mejorar las condiciones
ambientales y sociales para favorecer el cuidado de la vida.

El planteamiento de estos objetivos se llevó a cabo a través de una con-


vocatoria que buscó ser incluyente; se consideraron líneas de investiga-
ción generales provenientes de diversas disciplinas, por ello, los ejes
que se propusieron a los investigadores interesados fueron:

• Situación actual del medio ambiente y la salud en México.


• El papel de la industria en la conservación del ambiente y la salud.
• Ambientes laborales en relación a la vida de los trabajadores.
• Procesos de construcción de enfermedad y salud.
• Tecnologías aplicadas al mejoramiento de las condiciones medio-
ambientales y la salud.
• Propuestas de integración de áreas de conocimiento para resolver
problemas ecológicos, laborales y de salud.
• Cuerpo, familia y medio ambiente.
• Mejoramiento de la calidad del aire, el agua y el suelo.
• Ecotecnologías para el aprovechamiento de la energía.

El 4 de Junio de 2014 se llevó acabo la exposición de los trabajos realiza-


dos por investigadores y estudiantes del área de ciencias sociales y de la
salud, el día 5 se realizó la presentación de trabajos provenientes del área
de ingeniería destinados a resolver problemas ambientales; en el tercer
día del coloquio se llevaron a cabo ocho talleres, distribuyéndose de la
siguiente forma: cuatro de ecotecnologías y cuatro destinados al cuida-
do de la salud. Finalmente, como acto simbólico, el cuarto día se realizó
una siembra de árboles en una sierra y cadena montañosa que forma
parte del Estado de México y el Distrito Federal: la Sierra de Guadalupe.

8 / Introducción
A lo largo de los 4 días se contó con la participación de docentes e
investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México
(unam) Facultad de Estudios Superiores Iztacala (fesi); el Instituto de
Investigaciones Jagüey, la Universidad del Valle de México, Campus
Hispano (uvm), el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cin-
vestav) del Instituto Politécnico Nacional (ipn), además de terapeutas
independientes quienes a través de la impartición de talleres enriquecie-
ron el evento con sus aportaciones, producto de una amplia experien-
cia en el campo terapéutico y de generación de tecnologías ambientales.
En el presente texto compartimos los trabajos escritos que fueron
presentados el día 4 de junio por investigadores y estudiantes del área
de ciencias sociales y de la salud. El trabajo se encuentra dividido en
tres partes: la primera de ellas denominada “Cuerpo, salud, familia,
espíritu y cuidado de la vida”, que comienza con el texto que aportó el
doctor Sergio López Ramos para la conferencia magistral en la inaugu-
ración del evento; en él se destaca la importancia del cuidado del cuer-
po y las emociones como un principio en el que se sostiene la posibili-
dad de un cuerpo auto sustentable; enseguida el maestro Juan Elías
Campos García abre una propuesta para una ética de la vida y el cuer-
po; posteriormente, el maestro Gerardo Abel Chaparro Aguilera re-
flexionó en torno a la relación que se establece entre la salud, el cuerpo
y el medio ambiente; la maestra Margarita Rivera Mendoza hizo alu-
sión a la importancia del desarrollo de la mística y el espíritu; finalmen-
te, las maestras Giselle Pacheco Rial y Grisell Olivera Cabrera, com-
partieron los resultados de un trabajo con una terapia transgeneracional
que muestra la importancia de las vidas de los antepasados para la
comprensión de los procesos corporales-emocionales-relacionales que
vivimos cotidianamente los seres humanos, planteándolo como una
propuesta terapéutica para lograr una congruencia en la vida.
La segunda parte del texto, llamada “Propuestas para cuidar la
vida cuando la enfermedad ha llegado” desarrolla la temática de las
enfermedades crónico-degenerativas en nuestros días. Los investigado-
res Sergio Rodríguez Guerrero, Omar Zárate Olguín, Laura Angélica
Gómez Cruz, Fernando Alonso Mellado Aguirre, Stalin Ramón Calles
Santiago presentaron el resultado de sus investigaciones acerca del cán-
cer cérvico uterino, cáncer de mama, cáncer de pulmón y obesidad. En
ellos se plantean estos padecimientos como un proceso de construcción

Introducción / 9
de los sujetos, lo que representa aportaciones novedosas para la pre-
vención y tratamiento de estas enfermedades. Vale la pena aclarar al
lector que en ésta y la siguiente sección encontrará fragmentos de his-
torias de vida que fueron recabadas en las investigaciones, siempre ci-
tadas bajo seudónimos para proteger la identidad de los entrevistados.
“Reflexiones sobre la vida, el cuerpo, el ambiente y el trabajo” es
el título de nuestro tercer apartado. En él, alumnas de la Universidad
Mexiquense del Bicentenario incorporadas a la Unidad de Estudios
Superiores Tultitlán, que participan en la línea de investigación “Cuer-
po y salud de los trabajadores”, mostraron los resultados de diversas
investigaciones con personas de la región. El maestro Carlos Geovanni
Varela Vega, a través de historias de vida de personas con cáncer, a los
que se les dio seguimiento como parte de un proyecto de investigación
suscrito a la maestría en Cuerpo y Salud del Instituto de Investigacio-
nes Jagüey, planteó las implicaciones que para el proceso corporal de
los seres humanos tiene la transformación de los espacios rurales en
urbanos; Linda Stephany Trejo Maya, Marisol Martínez Calzada y
Vianey Amairani García Rivera, en representación de su grupo, descri-
bieron los cambios que habitantes originarios del municipio de Mel-
chor Ocampo y Tultepec han percibido en dichos lugares a partir de su
paulatina incorporación a la mancha urbana; Guadalupe Cárdenas
Rodríguez y Dulce Itzel Alfaro Ramírez, nos plantean el proceso que
se expresa en la piel al vivir en la ciudad, un entorno que para muchos
representa peligros constantes.
En nuestro último apartado, “Tecnología social para el cuidado de
la vida en el cuerpo” mostramos tres síntesis de profesionales que pre-
sentaron talleres durante el coloquio, en los que mostraron herramien-
tas terapéuticas dirigidas al cuidado del cuerpo, las emociones o el es-
píritu familiar. En estos documentos, las maestras Grisell Olivera
Cabrera y Giselle Pacheco Rial abordan los beneficios de la terapia
transgeneracional; María Guadalupe Salinas Cerda muestra las posibi-
lidades de las constelaciones familiares como método terapéutico; y
Carlos Geovanni Varela Vega el trabajo con masaje desde el punto de
vista de la medicina tradicional china.

10 / Introducción
Primera parte

Cuerpo, salud, espíritu


y cuidado de la vida
El siglo xxi y la emergencia
de las emociones: su cuidado
Sergio López Ramos*1

El siglo xxi nos ha enseñado que no es necesario llegar a viejo para


morir, ya no se necesita una guerra, la edad ya no importa, lo mismo
se muere un niño, un adolescente o un anciano. Se ha perdido la capa-
cidad de asombro. ¿Qué sucede en nuestro tiempo que las formas de
vivir y morir han cambiado?
La epidemiología ha cambiado, de las bacterias y los virus hemos
pasado a las relaciones humanas que nos enferman y se han construido
nuevas maneras de enfermar al cuerpo, de matarlo poco a poco en los
espacios urbanos.
La emergencia de las enfermedades crónicas degenerativas y el cán-
cer son la expresión de las nuevas relaciones humanas donde una o
varias emociones se conjugan para darle un nuevo sentido a la manera
de vivir con el pasado, el presente y el futuro del individuo. Las nuevas
generaciones se caracterizan por estar en los espacios urbanos, la den-
sidad poblacional en el Distrito Federal, ahora Ciudad de México, es
de cinco mil ochocientas personas por kilómetro cuadrado, lo que sig-
nifica que existe hacinamiento, ello conduce a la falta de servicios pú-
blicos, relaciones humanas que se deterioran por disputas de espacios.
Al interior de la casa habitación se dan relaciones de resentimiento, de
competencia, de abusos, de violaciones, de abandonos, de depresión,
de baja autoestima.

* Psicólogo por la fes Iztacala, Maestro en Historia y Doctor en Antropología por


la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Académico e Investigador de la fes
Iztacala, Coordinador del Proyecto Cuerpo. Director y fundador del Instituto Jagüey y
el Zendo Teotihuacán. Contacto: presenciasreales@yahoo.com

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Asistimos a una nueva convivencia que se sostiene en la atomiza-
ción y el principio de la sobrevivencia, el trabajo está lejos de los es-
pacios habitacionales; las horas muertas, el estrés y la compleja red emo-
cional que se construye nos permiten hacer las siguientes reflexiones.
¿Debemos de cambiar nuestro concepto de salud? Debemos crear
nuevas maneras de cuidarnos ante la emergencia de esta epidemiología
de las emociones que no requiere de una canasta básica de medicamen-
tos. ¿Qué podemos y debemos hacer ante la nueva realidad corporal
del siglo xxi?
Las lecturas apocalípticas nos confunden y nos infunden miedo.
Eso sin contar que vivimos en una zona sísmica de alto riesgo donde la
contaminación auditiva y del aire es cada día más riesgosa para la sa-
lud de la sangre y los pulmones, no estamos hablando del Distrito Fe-
deral, la zona conurbana del Estado de México tiene lo suyo, sin men-
cionar la cultura de la violencia y asesinatos.
Ante esta compleja construcción social donde autoridades y em-
presarios no parecen tener como principio o consigna la defensa de la
vida de las personas y por si fuera poco las personas tampoco, tenemos
un sentimiento de desamparo, la cultura cívica desaparece, las pertur-
baciones mentales, la depresión, el suicidio, la violencia en las relacio-
nes de pareja, la construcción de un padecimiento crónico y degenera-
tivo se convierten en los motivos de diálogo. La idea de la felicidad
desaparece. La dominancia de una o varias emociones en el cuerpo por
días, meses o años hacen sus estragos en algún órgano o varios a la vez.
Las antesalas de consulta se llenan de pacientes quejosos que deman-
dan un interlocutor. La era del vacío se apodera de los sujetos, el des-
amparo se convierte en la bandera emocional de muchos pacientes, el
estilo de vida es amenazante al cuerpo y los refugios se construyen por
el cuerpo y el sujeto no sabe cómo descifrar el mensaje, cómo darle una
respuesta a esa sensación de pérdida del sentido de la vida, la emoción
que se apodera de su cuerpo se hace normal, se dice a sí mismo que así
es él y es casi un estilo de originalidad, no puede ver que es una pato-
logía, una pérdida del sentido de vivir con armonía, ese principio es
una construcción compleja que se hace un nuevo valor en el cuerpo. La
pregunta es ¿Cómo el cuerpo hace ese proceso de construcción ante la
amenaza de muerte por el estilo de vida que se tiene en una urbe tan
conflictiva por los espacios de convivencia?

14 / Sergio López Ramos


Sin duda, al cuerpo debemos concebirlo como un espacio donde se
han de encontrar las complejas redes sociales de una cultura del miedo
y de la atomización en el espacio de la vivienda de dos por tres metros
cuadrados, ¿Cómo puede desarrollar expectativas más allá de ese es-
pacio que lo oprime?
Podemos apelar a que el cuerpo es muy sabio y se defiende. Pero la
construcción no es favorable para la salud. Es sabio, pero no sabe ele-
gir entre lo bueno y lo malo que hemos construido como sociedad y
ahí está nuestro interés por hablar de este proceso de la emergencia en
el campo de las emociones.
Una emoción dominante en el cuerpo es la expresión de un desequi-
librio con el espacio donde se vive, una relación humana enferma con
otros, su impacto se manifestará de 10 a 30 años en alguna patología o
deterioro de un órgano, zonas vitales como el sacro o las rodillas, la
etiología no se asocia con una emoción, hoy día, todavía, resulta poco
creíble, los rescoldos del pensamiento positivista invitan a la causalidad
explicativa. Historias hay que después de la cirugía todo siguió igual,
después de tomarse la farmacia, continuó peor; los dolores persisten, el
deterioro se incrementa, ¿Cómo detener la autodestrucción del cuerpo?
Las rutas pueden ser diversas, están desde las más religiosas hasta
las más radicales. Nosotros consideramos que se puede hacer algo con
el trabajo corporal que incluye el proceso emocional. Una salud emo-
cional se debe caracterizar por saber manejar las emociones, estas son
una parte importante del cuerpo, están en él, viven en él, las alimenta-
mos cotidianamente, las exaltamos, las ocultamos, pero no las pulimos
o alimentamos en equilibrio.
Las historias de personas que se enredaron con una emoción y
acabaron con su vida salen a la luz, cada día más evidentes; la ira, el
miedo, la angustia, la tristeza, la alegría se han convertido en el nuevo
sello de una sociedad que entró en crisis con sus sistemas de salud. Se
han invertido las funciones de una emoción, se le ha clasificado como
el cajón de sastre donde se arroja aquello que la medicina no compren-
de; si no es emocional es por herencia.
Nosotros no podemos quedarnos con las afirmaciones evasivas de
una cultura de la resignación o de la simulación. El cuerpo y su proceso
de construcción que ejercita el individuo es de vital importancia para
poder revertir lo que se ha construido y que va en detrimento de la vida

El siglo xxi y la emergencia de las emociones: su cuidado / 15


que tenemos en el cuerpo. Este es otro punto vital, sabernos portadores
de la vida y saber cuidarla, aprender a darle alimento más sano, líqui-
dos, placer regulado, trabajo que agrade, pero las emociones debemos
cuidarlas. Nadie nos enseñó a identificarlas, las dejamos crecer como la
malva, como una buganvilia que se sube a las bardas e invade todo, son
como la humedad: destrozan paredes, su poder es mortal cuando no
están en control. De ahí el valor de trabajar con las emociones.
Existen ejercicios sencillos, desde hacer una cajita con las caras de
las emociones y permitir que un niño las identifique desde el preesco-
lar, la primaria, la secundaria, y sepa expresarlas, que pueda pasar de
una a otra sin quedarse atorado en alguna, ese es un principio de salud
y cuidados. Porque en las historias de vida de las personas encontra-
mos que guardaron una emoción desde niños y esa es la que les oca-
siona daños en su cuerpo años después; una ira, un enojo, un reclamo,
una tristeza, un resentimiento, una ansiedad, una pérdida de la ale-
gría, nunca la expresó porque no supo o nadie de los que estaban a su
alrededor sabía, la guardó y la emoción buscó salida años después, eso
demuestra que el cuerpo no está diseñado para guardar, el cuerpo es
un espacio que debe fluir siempre, si hay algo que se guarda se ha de
enfermar tarde o temprano, por eso no se puede ver el efecto causal de
una emoción en una enfermedad crónica o el cáncer, aunque sí se pue-
de ver de inmediato con un dolor de cabeza, una diarrea por corajes o
ansiedad. En este aspecto podemos hablar de la prevención de no guar-
dar una emoción que nos hará daño en el cuerpo.
Otro aspecto que podemos trabajar con las emociones es permitir
que el sujeto trabaje la memoria emocional. Ahora hablamos de un
adolescente o un adulto. Tiene en su memoria una o varias emociones
instaladas en su cuerpo que no le permiten desarrollarse social y per-
sonalmente, en ocasiones son el origen de una enfermedad crónica, a
veces son cosas muy sencillas, otras son complejas; afectan el creci-
miento personal y espiritual. Hacer contacto con esa memoria del
cuerpo implica abrir el pasado, revisarlo y subsanar el momento cuan-
do un individuo no supo o no tenía los recursos emocionales para po-
der impedir que eso que vivió le marcara un estilo de personalidad y lo
asumiera como su verdad. La sorpresa es que descubre que puede ser
otro sin dejar de ser el mismo. Con esto se inicia un trabajo corporal
que le cambia la vida, la mirada, la postura, la actitud, etc., se descubre

16 / Sergio López Ramos


un ser que puede construir y proponer en su tiempo. El cuerpo se des-
cubre o se rencuentra como el espacio que nos nutre y construye en un
ir y venir con las relaciones humanas que nos afectan, el sujeto puede
aprender a convivir sin miedos y angustias, puede proponerse nuevas
metas con un cuerpo más armonioso donde él es el responsable de la
vida y de la vida que porta.
En algunos casos no se puede ir a la memoria inmediatamente. Es
necesario que el individuo haga un ejercicio de perdón; por lo regular
el factor religioso juega un papel importante, la culpa y el pecado se
encarnan en el cuerpo y el sujeto es presa de esa manera de vivir con
sentimiento de castigo, sea que lo merece o lo necesita. Lo cierto es que
no le ayuda a vivir sano.
En un escenario más complejo el sujeto debe hacer un acto de gra-
titud con su madre y su padre, porque le dieron la vida, lo cuidaron, le
dieron de comer, lo educaron; mal pero lo educaron, lo cargó la madre
en su vientre y es un hijo que ya está, que no se pregunte si es deseado
o no, o fue un error; ese acto lo llevará a otro que es el de gratitud con
la Madre Tierra y plantará un árbol mínimo para consumir su oxígeno
y evitar que la Tierra se erosione. Reconocer que somos hijos de la Tierra
es un acto de humildad y ella es la mamá de mi mamá y papá y de to-
dos nosotros, nos puede conducir a reconocer que tenemos un cuerpo al
que debemos darle las gracias y pedirle disculpas o perdón por los aban-
donos, malos tratos, abusos y hacer un compromiso de cuidarlo.
En estos casos se abre una puerta para poder hacer el trabajo
corporal con las emociones y la memoria emocional. El cuerpo es el
único espacio que tenemos para poder hacer la práctica de una salud
de la prevención en nuestra era del siglo xxi, donde las emociones
juegan un proceso de apoderamiento de los órganos, la racionalidad
está en su fase más aguda de expresión y crisis por eso las personas
dicen; “ya entendí”, nosotros decimos que no han entendido, entender
debe relacionarse con el trabajo corporal, no es un aprendizaje cogni-
tivo, es una pedagogía corporal, es decir hay que bajarlo al cuerpo
para cambiar la memoria del mismo.
Una persona que se interesa en su salud ha de conjugar los sabores
de la comida, que no solo le domine uno o dos, ha de permitir que las
cinco emociones fluyan y no se acumulen, tendrá actos de gratitud, hará
compromisos con su cuerpo, cuidará el entorno y eso abre la puerta de

El siglo xxi y la emergencia de las emociones: su cuidado / 17


la longevidad, evitar el fantasma de la muerte prematura por una enfer-
medad crónica o un cáncer puede ser un buen principio con el cuidado
de las emociones, que pueden ser tan importantes como nuestra cara.
Finalmente vale la pena reconocer que las emociones nos han
acompañado desde el origen de los tiempos, sólo que en nuestros días
se han convertido en el habitante incómodo de las políticas de salud que
no consideraron que la mente y el cuerpo no podían separarse. Noso-
tros afirmamos que es una unidad con la emoción y el órgano, y como
está afuera, está adentro lo que nos conduce a buscar en el cuerpo las
rutas de construcción que hacen los individuos ante la amenaza de vivir
en una sociedad peligrosa para la vida, y si nosotros somos portadores
de la vida es obvio que estamos en riesgo y el cuerpo lo sabe y nos lo
avisa, así que aprender a descifrar los mensajes es todo un arte para
lograr la salud, mover la emoción es justo alcanzar el arte de la salud.
El siglo xxi nos llegó con la lucha contra la globalización que in-
tenta acabar con las culturas regionales y no está de más decir que con
la idiosincrasia corporal, nos quieren hacer comer y medicamentar lo
mismo sin considerar nuestra particularidad. Debemos saber que so-
mos únicos en nuestra organización corporal. Las historias de perso-
nas que son alérgicas a los alimentos es mayor cada día, podríamos
decir que le son amenazantes al cuerpo y los rechaza. Se inflaman, les
da comezón, se cierra la garganta, etc., lo mismo sucede con las emo-
ciones, no todos las expresamos igual o las vivimos igual, nuestra me-
moria es una prueba de eso.
La solución que encontramos es el trabajo con el cuerpo y en el
cuerpo, hacerlo fluir como decían los antiguos maestros. Pero las emo-
ciones necesitan otra concepción en el campo de la salud, otra metodo-
logía que incluye la historia de vida y su análisis para encontrar cómo
el sujeto construyó su proceso personal y de ahí habrá que diseñar la
estrategia para abrir, ampliar, cerrar, sanar un proceso emocional que
obstruye la vida social, personal y espiritual del individuo.
Lo que lo conducirá a un estado de movimiento permanente en su
vida; no acumulará nada, ni colesterol, ni resentimientos; puede ser pleno
y sano, podrá alcanzar un punto de equilibrio que lo conducirá al desa-
rrollo espiritual en el cuerpo y ahora.

¡Muchas gracias!

18 / Sergio López Ramos


Salud y ética:
el cuerpo como ethos
Juan Elías Campos García*1

La forma de vida que comenzó a mediados del siglo xvii está tocando
su fin, sobran los casos que confirman esta afirmación: la crisis am-
biental, la cultura del consumo, la sociedad del riesgo, el nomadismo
global, el desarraigo comunitario, la pobreza extrema, entre otros.
Seguramente habrá quienes afirmen que esto es una oportunidad de
apertura al diálogo multicultural o reconocimiento étnico, incluso ve-
rán el nicho de oportunidades para progresar económica y socialmen-
te. En cierto sentido, quizás esta forma de vida no esté tocando su fin,
sino que ahora vemos con más claridad la manera en que el hombre
entiende la vida; parece absurdo que después de más quinientos años
los países centrales y su cultura hegemónica se den cuenta que existen
otras maneras de vivir la vida. Esta situación debe orientarnos hacia
una reflexión sobre el camino que hemos venido andando; ¿Cómo
entender este proceso de humanización que no venera la vida? Este
mundo, dicen los budistas, es producto de la mente y confundir los
deseos que ella alimenta con la vida es perderse en el camino. La pér-
dida de la condición humana no es un tema nuevo, hace más de 2,500
años nos advirtieron que la existencia del hombre era una posibilidad
para despertar de la ignorancia. Me refiero a la ignorancia en el oficio
de vivir.

* Psicólogo por la fes-Iztacala, Maestro en Filosofía por la Facultad de Filosofía


y Letras de la unam, estudiante de doctorado en Estudios Multidisciplinarios sobre la
Construcción Corporal por el Instituto de Investigaciones Jagüey. Académico Investi-
gador de Tiempo Completo de la Universidad del Valle de México Campus Hispano.
Profesor e Investigador del programa de maestría en cuerpo y Salud del Instituto Jagüey,
Miembro del Sistema Mexicano de Investigación en Psicología. Coordinador del Proyec-
to Psicología, Salud y Vida. Contacto: juanelias_campos@my.uvm.edu.mx

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La vida puede aparecer en un discurso, en un sentir, incluso en un
indicador o cifra económica o de salud, pero se ignora su palpitar en el
interior de las personas. En esta época, el milagro de la vida termina en
nacer, posterior a eso sólo se deja que los días pasen, buscando una
razón para mantenerse de pie después de una larga jornada laboral o
después de llevar al extremo las sensaciones y el placer. Lejos queda la
práctica de invertir la mirada y ver el interior; me queda claro que el
desinterés es parte de una realidad construida, mirar el interior no se
tiene registrado en la subjetividad por eso puede parecer absurdo e
inclusive una pérdida de tiempo. Un poco más acá, el desinterés nos da
el punto de referencia de este mundo, distanciarse como sinónimo de
certeza, buscamos las respuestas afuera. De aquí podemos partir, es
una paradoja: pensar y sentir la vida sin experienciarla.

Ethos y forma de vida

Pensar la vida proyecta deseos que confunden el interior; el deseo ali-


menta una sensación que busca vivirse, la vida se reduce a sentir lo que
la cabeza ha puesto en los sentidos. Esta sensación de seguridad petrifi-
ca una actitud, se buscan señales o criterios para vivir, la evidencia y el
razonamiento entran en juego, cualquier cosa es válida en la medida en
que puedo afirmar que vivo. El lenguaje aparece y se toma como punto
de mira y de llegada; la significación de la realidad sustituye la vida; la
palabra se vuelve literal, se desmenuza su arbitrariedad, es una cosa
vacía que no encuentra resonancia en el interior. Caminar como un
mono en la mano de Buda es una metáfora que envuelve los límites de
la existencia en las sociedades de primer mundo, la vida no tiene más
expresión que una escisión existencial. No hemos hecho gran cosa que
engañarnos con nuestros deseos. La forma de vida que tenemos es una
elaboración de la mente que nos pone en la búsqueda de satisfacer los
deseos mundanos que nunca se acaban, la mente puede hacernos sentir
y pensar que las cosas no son así, sino que deben ser así; ésta es nuestra
morada, nuestro ethos desde donde practicamos el oficio de vivir.
La crisis de las sociedades contemporáneas es fruto de la seducción
de nuestra mente, y no necesitamos ir muy lejos para darnos cuenta de

20 / Juan Elías Campos García


esto, aquello que observamos a nuestro alrededor también acaece en el
espacio más íntimo: nuestro cuerpo. El proceso corporal que está cul-
tivándose en el interior de las personas puede tomarse como pretexto
para reflexionar sobre un ethos que confunde mundo y vida; las cifras
de padecimientos crónicos y degenerativos no sólo deben alarmarnos
por ir a la alza, también muestran el rostro de una forma de vida que
se ha desfigurado; pero no es un pretexto, es una realidad, nuestro
ethos no venera la vida.
El ethos de nuestra forma de vida tiene como principio la ruptura
de la unidad, una fisura que alimenta el deseo de conocer, “la ciencia
consigue dominar el mundo en la misma medida en que, previamente,
lo va matando” […] “Las cosas vivas van siendo reemplazadas así por
símbolos abstractos” (Pániker, 2000: 53). El asombro y la indignación
son sus señales ausentes. La mirada de un niño puede ser útil para en-
tender esto, ahora sus ojos apuntan a imágenes artificiales, el deseo
brota de las pupilas, quiere poseer con los ojos, sólo ver si aquello vale
la pena de ser visto, las cosas simples no son de su atención; detrás de
aquellos ojos anida la inseguridad y la desconfianza, se mira con an-
gustia y miedo porque no se reconoce a la persona que se mira, eso da
un aire de nostalgia y añoranza en la mirada. Ni siquiera puede reco-
nocerse cuando se mira a sí mismo, hay una ausencia en su interior,
como si un botón se secara antes de abrir.
La mirada de un niño es una metáfora de nuestra existencia, si su
mirada pierde la alegría de vivir y sus ojos están llenos de ira seca, la
rigidez del mundo y su insaciable hambre son propiedades definitorias
de un ethos que vive la vida desde un órgano y una emoción, se piensa
y siente desde la angustia, el bazo y el estómago; por eso la condición
de arrojado, de escindido; su referente no puede ser otro más que el
vacío en el abdomen cuando la vida deja sentir su presencia. La duda
y el miedo apoderándose de la persona cuando detiene el pensamiento
y brota de su interior un movimiento, es la vida que se mueve al mar-
gen de la conciencia. Asistimos a la ignorancia en el oficio de vivir.
Entonces echamos mano de todos los recursos disponibles para silen-
ciar la vida en nuestro interior, sólo que olvidamos que la vida es silen-
cio; en el principio no fue el verbo ni el logos, es experiencia, “propia-
mente, transexperiencia”: no hay “sujeto” experimentador separado

Salud y ética: el cuerpo como ethos / 21


del “objeto” experimentado. Aquí se trata de lo real realizándose a sí
mismo. Más aún: “esta transexperiencia es el único caso de genuina
experiencia” (Pániker, 2000: 14-15).
El mundo humano no es la vida, es seducción e ignorancia, es el
monólogo de la indiferencia sobre los otros seres vivos; el mundo hu-
mano es una posibilidad para despertar de la ignorancia si entendemos
que sólo es el reflejo de una mente y el deseo de “sentirse a gusto en un
mundo que se presenta como fin en sí mismo y que dispensa al hombre
del esfuerzo de superar las cosas y de superarse a sí mismo, cuando sin
este esfuerzo el hombre, precisamente, se desvía de la vocación huma-
na” (Schuon, 2000: 23). La vida es una posibilidad, porque es a pesar
de las circunstancias, y la vida está en nuestro interior, dicho de otra
manera, la vida encuentra camino incluso en un mundo donde el deseo
ha puesto otra naturaleza.
¿Hacia dónde ir? No muy lejos de seguro. Dicen los taoístas que el
Tao no está lejos, está cerca. ¿Hacia dónde ir? Nuestro cuerpo, en el
interior. En él se encuentra la vida, cultivándose. En este mundo no
podemos vivir sin el cuerpo. En todo momento estamos en contacto
con la vida; el problema, si lo hay, es el deseo de alejarse para tener
algo seguro, dice Pániker: “Por eso el místico no siente la realidad
como ‹‹problemática››. Al no haber disociación entre sujeto y objeto,
al no haber fisura ni dualidad, tampoco hay una ‹‹realidad›› ‹‹enfrente››
de uno. La filosofía, en cambio, comienza con un simulacro; comienza
con la pérdida del sentido místico. Surge entonces la cuestión: ‹‹¿Cuál
es el problema?››” (2000: 19).
Reencantar la vida es una elección en el único momento que es
importante en la vida, este momento, la morada que elegimos en este
oficio de vivir es nuestro cuerpo, las respuestas están en su interior,
sólo tenemos que trabajar para encontrarlas; reencontrarnos con la
vida y trabajar en este momento para que el cuerpo sea un espacio
digno donde la vida puede nacer, crecer, desarrollarse, cosechar y al-
macenar, no hay otro. En el cuerpo se conjuga el milagro de la vida, y
nuestra mente tiene que entender que con su existencia “tengo la opor-
tunidad de experienciar que la vida tiene un orden y en la medida en
que aprehendo ese orden, puedo vivirlo más intensamente” (Lotze,
citado en Hessen, 1997).

22 / Juan Elías Campos García


Ethos, ética y vida

Hablar de ética no es un absurdo, ni tiene intenciones de una reflexión


sobre las acciones de las instituciones y trabajadores de la salud, porque
éstas ya parten de un ethos que en ningún momento se detuvo para dia-
logar con la vida. Ni siquiera podemos decir que es una ética, más bien
es una moral que defiende el interés del grupo, cuidarse para no salir
raspado, velar por los intereses para seguir en el negocio. ¿Qué ética
puede ser esa? De seguro una ética entre hombres cuyo tufo antropocén-
trico sigue siendo rancio, el ethos no cambia, sólo es una elaboración de
la cabeza que fantasea con ser el pastor del logos como decía Heidegger
o como ese proyecto de nación que auto validó el discurso del Destino
Manifiesto. ¿Cuál diálogo entre culturas?, cuando se siguen rechazando
formas de conocimiento o se pide su demostración científica. La ética no
es una discusión sobre las morales que versa, sobre las acciones de los
hombres que consuman los deseos mundanos que nunca se acaban; la
ética es un saber cuyo sentido es un actuar de congruencia para con la
vida, regresar a nuestro origen para abrir el diálogo con ella; la ética es
un encuentro con el ethos, la morada desde donde la “Vida se ‹‹expe-
riencia›› a sí misma, y cada uno de nosotros participa en esta experiencia
con mayor o menor claridad y profundidad” (Pannikar, 2006: 24).
Volver hacia lo que es cercano en la medida en que entiendo que la
vida “se encuentra contenida en un solo instante, en cada instante de
la vida de un individuo” (Ikeda, 1999: 23). Siendo el cuerpo ese instan-
te que, como el aquí y el ahora de nuestra existencia, es una experiencia
de la vida que ha despertado en sí misma; “es el cuerpo que se hace
presencia y se convierte en el espacio de un aquí vivenciado, convertido
en carne que se articula con los órganos y las emociones” (López, 2008:
51). Es la vida que ha abierto un espacio para manifestarse y hacerse
presente en un plano de existencia; por eso el diálogo no está afuera ni
adentro, es un movimiento interior que expresa el nivel de armonía que
se ha logrado en eso de vivirse en unidad. Siguiendo a Maturana y Va-
rela (1998), la vida es un proceso de producción de relaciones que a su
vez producen propiedades y componentes que mantienen la organiza-
ción de lo vivo. Acercarse a este proceso autopoiético requiere de un
trabajo profundo en sí mismo, abrir un momento en que la vida se
conjuga en un punto y expresa el sentimiento de lo que sucede.

Salud y ética: el cuerpo como ethos / 23


Sin embargo, las personas han dejado de experienciar lo que suce-
de, volcándose hacia la búsqueda de subterfugios o prácticas alternati-
vas que promuevan otra visión de la vida; en esta condición no se
puede tener claridad, se desean respuestas pero no se trabaja para en-
contrarlas; deseamos que la verdad llegue de afuera, con su respectiva
dosis de misterio, esto hace más interesante el camino para regresar a
casa. La pérdida de la condición humana puede resolverse si nos aleja-
mos del humanismo y nos entregamos a la tarea de cuidar la vida,
Schuon (2000: 158) dice que el “[…] valor del hombre reside en su
conciencia del Absoluto y, por consiguiente, en la integridad y profun-
didad de esta conciencia”. Un ser humano se humaniza si trabaja por
todo los seres vivos, trabaja para vencer los deseos mundanos que nun-
ca se acaban, y trabaja para caminar por el camino de enmedio. Digá-
moslo de una manera más sencilla, cuando es un poco más congruente
con la vida, entonces sus acciones son espontáneas y su movimiento
interior es armonioso, esto permite que cada día encuentre su lugar en
unidad y que en su corazón no haya sitio para la queja, la necedad y la
negligencia (López, 2006).
La condición humana se encuentra en lo cotidiano, si la vida es
una interdependencia donde cada movimiento es una unidad, tenemos
que conocer los movimientos que alimentan nuestro corazón. López
(2011) propone cinco movimientos que dan sentido a la organización
de la vida en el cuerpo humano: el deseo, la emoción, el sentimiento,
la actitud y la acción. Cada uno se alimenta a partir del oficio de vivir,
el ethos desde donde compartimos lo que cada uno tiene en el interior.
La vida humana es estar para el otro (Levinas, 2002), un proceso de
cooperación (Capra, 1998) cuya intencionalidad es preservar la uni-
dad o el amor como afirman Matura y Varela (1984):

[…] el amor, o si no queremos usar una palabra tan fuerte, la aceptación


del otro junto a uno en la convivencia es el fundamento biológico del
fenómeno social: sin amor, sin la aceptación del otro junto a uno no hay
socialización, y sin socialización no hay humanidad. Cualquier cosa que
destruya o limite la aceptación de otro junto a uno, desde la competencia
hasta la posesión de la verdad, pasando por la certidumbre ideológica,
destruye o limita que se dé el fenómeno social, y por tanto, lo humano
(p. 163).

24 / Juan Elías Campos García


Sólo que la relación no es exclusiva del mundo humano, es un
proceso que involucra a todos los seres vivos, y esto ya pone en aper-
tura una elección sobre la manera de relacionarnos con la vida; ya lo
decían los taoístas, el cuerpo del gobernante es el cuerpo de los gober-
nados. Lo que está afuera, está adentro, lo que damos a los otros es
fruto de lo que está en el interior. Cuando un ser humano abre los ojos
ya se encuentra entrelazado con otros seres vivos, su existencia es po-
sible gracias a esta unidad. La cuestión es cómo el hombre se ha situa-
do en unidad, su morar o morada es el principio para vivir o sobrevi-
vir, a la vez que muestra el horizonte por donde fluirá la trama de la
vida. “Es digno de notar que el rasgo chino con que se escribe «perso-
na» (ren) muestra a dos sujetos reclinados uno contra el otro […] El
ideograma con que se escribe «condición humana» (que también se
pronuncia ren está formado por los caracteres correspondiente a «per-
sona» y al «número dos». Esto significa dos personas frente a frente,
dos personas que se comunican, dos personas que se aman” (Ikeda,
1999: 230).
La vida de una persona no es fortuita, encierra una enseñanza que
tiene que comprenderse. La ignorancia brota cuando pienso que aque-
llos con quien comparto el aquí y el ahora no tienen un valor, su exis-
tencia se conjuga con las preguntas que intento responder. Estar frente
al otro y hacer una reverencia es una actitud que me conecta con el
sentimiento de lo que sucede, los límites son difusos; no hay límite sólo
encuentros y reencuentros que no son reducidos al “yo-tú”, ésta es una
partícula léxica que no expresa la comunión de todos los seres vivos.
En lo cotidiano, los encuentros y reencuentros son una posibilidad de
hallar el camino de regreso a casa. “Los individuos se encuentran en-
trelazados de tal forma que integran una sola entidad viviente; sus la-
zos no se limitan al mundo de los hombres: se extiende al reino animal
y al cosmos. Y todas las formas de existencia constituyen un todo or-
gánico (Ikeda, 1999: 30).
No estamos solos, la relación nunca se rompe, podemos ignorarla,
pero sigue ahí, está presente, por eso no avanzamos en el camino, se-
guimos atorados en algo, no concluimos; la confusión se hace una
condición normal, el orden que habíamos experienciado se muestra
difuso, no logramos comprenderlo; nos dormimos, la vida tan sólo es
un movimiento de nuestro pensamiento o quizás un órgano que se ha

Salud y ética: el cuerpo como ethos / 25


acomodado; es una crisis que nos señala lo que ha de resolverse; con-
cluir, siempre concluir. Es un momento de parpadeo, el deseo brota,
seduce los órganos y las emociones; la actitud que “permite al hombre
manifestar su personalidad y realizar una vocación en el marco de un
simbolismo sapiencial” (Schuon, 2000: 52) se marchita, la acción no
va más allá de lo instantáneo, es apagada y hueca. En esta condición se
desata una búsqueda que termina con el ocaso de la unidad. Un proce-
so de salud puede tener esta ruta.

Ethos corporal

La pérdida de la condición humana tiene su expresión en la salud. “Un


símbolo es abstracto en la medida en que significa una realidad princi-
pal, y es concreto en la medida en que comunica la naturaleza de esa
realidad, es decir, la hace presente en nuestra experiencia” (Schuon,
2000: 101). Un órgano es un símbolo que comunica la presencia de la
vida; es una acción corporal, esta acción expresa el camino que la vida
tomó en este mundo. Las maneras de morir en nuestro mundo tienen
algo que ver con la pérdida de la condición humana; la existencia del
hombre puede ser un recorrido como el que traza una flecha hacia su
blanco o puede ser un sinsentido que lo lleve al sufrimiento, la diferen-
cia radica en el deseo que se alimenta en el interior. En palabras de
Nichiren Daishonin:

Cuando miramos el rostro de una persona, de vez en cuando, la encon-


tramos alegre, a veces furiosa y a veces serena. En oportunidades, en el
rostro de esa persona aparece la codicia; en otras, la estupidez; a veces, la
perversidad. La ira es el mundo de Infierno; la codicia, el del Hambre;
la estupidez, el de la Animalidad; la perversidad, el del Enojo; la alegría,
el de la Exaltación, la serenidad pertenece a la Humanidad (citado en
Ikeda, 1984).

El deseo puede mover una emoción, mantener una actitud o cons-


truir un sentimiento, y sus consecuencias se verán en los órganos y sus
actividades. La vida puede alterarse por un terrible sentimiento de an-
gustia y desesperación cuando no entendemos lo que sucede en nuestro

26 / Juan Elías Campos García


alrededor, nos sentimos rebasados y creemos que hay un destino cruel
que nos cruza. En esta condición no se ve con claridad y nuestra vida
se ahoga, en esta condición “la energía que proviene de nuestra fuerza
vital se ve casi completamente anulada; entonces no experimentamos
sino una indescriptible angustia”. El hombre se desilusiona de la vida,
los ojos se opacan, la mirada se extravía, se dispersa en todas direccio-
nes, no hay camino que seguir, se va de suspiro en suspiro.
El hambre aparece, desear lo que no se tiene o tener más es una
expresión de la codicia que corroe los huesos; se cuida, se cela, se po-
see; es una actitud de voracidad que no se sacia con nada, se está ru-
miando lo que se tiene, aunque sea poco, es una “ansia dolorosa de
algo que está fuera del alcance. La vida pasa en una infructuosa bús-
queda de honor y podría girar alrededor de un yo que arde de insatis-
facción perpetua” (Ikeda, 1984). La frustración muestra su rostro, la
rabia y el recelo arrugan la cara y endurecen los tendones. El coraje
por vivir cede paso al sentimiento de agresión.
Por eso no se respeta ni venera la vida, el hombre se vuelve despia-
dado y cruel, es un movimiento que arrasa con todos los seres vivos,
sólo busca la satisfacción inmediata y no ve más allá de su nariz. “Las
bestias se alimentan de otras bestias hasta haber aniquilado la base
misma de su existencia. Muchos científicos piensan que eso es, exacta-
mente, lo que está haciendo en la actualidad la raza humana, y que el
hombre se enfrenta a una aniquilación segura si no descarta el princi-
pio de que el fuerte se come al débil. «Estupidez›› es una palabra
adecuada para el yo tan inmerso en el placer instintivo que carcome
alegremente la base de su propia existencia” (Ikeda, 1984). La actitud
es volátil, impetuosa y sin rumbo, engullir sin más intención que llenar
el estómago.
Hasta aquí se puede justificar esta forma de vida apelando a la
inconciencia, pero darse cuenta es una propiedad que puede traer con-
secuencias aún más lamentables en la condición humana. La concien-
cia de sí puede deambular por hombres inteligentes que sean cegados
por su ego y usen su conocimiento para cerrar opciones de crecimiento
y desarrollo. “Es debido a esta conciencia de sí que puede existir el
deseo de imponerse a otros y alcanzar la gloria, así como cualidades
egoístas tales como la agresividad, el exhibicionismo y la destructivi-
dad. El torbellino interior de emociones aparece en la superficie como

Salud y ética: el cuerpo como ethos / 27


enojo, odio, animosidad o envidia” (Ikeda, 1984). La razón es sigilosa
y tenue, sus recursos son la intimidación y la descalificación, eso da la
ilusión de una sombra que puede cubrir el calor del corazón pero en el
fondo se trata de unos riñones pequeños y asustados.
La expresión de la vida en el hombre termina en los deseos que
alimenta, por eso lo humano nunca ha existido en esta forma de vida
que compartimos; la propuesta es indagar en el proceso profundo de
una vida y su ethos, una ética que parte del principio de vida. Deseo
terminar con la siguiente cita del Manifiesto por la Vida. Por una ética
para la sustentabilidad:

La vida de una especie, de la humanidad y de las culturas no concluye en


una generación. La vida individual es transitoria, pero la aventura del
sistema vivo y de las identidades colectivas trasciende el tiempo. El valor
fundamental de todo ser vivo es la perpetuación de la vida. La preserva-
ción del ciclo permanente de la vida implica saber manejar el tiempo
para que la tierra se renueve y la vida florezca en todas sus formas con-
viviendo en armonía en los mundos de las personas y las culturas.

El trabajo inicia desde casa, regresar al cuerpo, establecer una


práctica corporal que alimente la vida, puede comenzarse con dar gra-
cias por otro día más que estamos aquí y ahora.

Referencias

Capra, F. (1998), La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas


vivos, Anagrama, Barcelona.
Hessen (1997), Teoría del conocimiento, Losada, México.
Ikeda, D. (1999), El nuevo humanismo, Fondo de Cultura Económica, México.
D. (1984), La Vida, un enigma. Emecé, Buenos Aires.
López, S. (2011), Lo corporal y lo psicosomático. Reflexiones y aproximacio-
nes VII, ceapac Ediciones, México.
(2008), “El cuerpo humano, la cultura y la salud”, en Educaçâo &
Linguagem, 11 (17).
(2006), Órganos, emociones y vida cotidiana, Editorial Los Reyes,
México.
Levinas, E. (2002), Totalidad e Infinito, Ediciones Sígueme, Salamanca.

28 / Juan Elías Campos García


Maturana, H. y F. Varela (1984), El árbol del conocimiento. Las bases biológi-
cas del entendimiento humano, Editorial Universitaria, Santiago de Chile.
(1998), De máquinas y seres vivos. Autopoiesis: la organización de
lo vivo, Editorial Universitaria, Santiago de Chile.
Pániker, S. (2000), Filosofía y mística. Una lectura de los griegos, Kairós,
Barcelona.
(2006), Manifiesto por la vida. Por una ética para la sustentabilidad,
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Red de Forma-
ción Ambiental para América Latina y el Caribe, Universidad Autónoma
de Chapingo, México.
Schuon, F. (2000), De lo divino a lo humano, Sophia Perennis, Barcelona.

Salud y ética: el cuerpo como ethos / 29


Cuerpo, salud
y medio ambiente
Gerardo Abel Chaparro Aguilera*1

Hace algunas décadas James Lovelook lanzó una hipótesis nueva y revo-
lucionaria para el mundo de la ciencia (porque en el ámbito de la mística
ya lo sabían hace varios miles de años), se le conoce como la hipótesis
Gaia. En ella se sostenía la capacidad del planeta para generar condicio-
nes propicias para sustentar la vida, ahora este postulado es ampliamente
aceptado; el planeta está vivo y cultiva la vida, durante unos 3,500 mi-
llones de años la vida se ha mantenido presente en este planeta.
La vida tiene ciertas reglas que le han permitido mantenerse, la
primera y me parece la más importante para señalar en este momento,
es la de mantenerse viva. Este principio cruza a todos los seres vivos,
todos comparten la necesidad de mantenerse vivos, dentro de estas
reglas también está el ahorro de energía, de ahí se desprende la necesi-
dad de ser lo más eficiente posible en el balance de la adquisición y
consumo de energía, otro más tiene que ver con mantenerse vivo por
lo menos hasta lograr reproducirse.
Los homínidos homo erectus tienen cuatro millones de años. Se
divide la rama en dos: hace 700 mil años en cro-magnon y neanderta-
les, de los primeros evolucionamos nosotros. Sólo hace 40 mil años
aparecen los humanos y el lenguaje verbal tiene aproximadamente un
10 mil años y el escrito unos 5 mil años, aunque se han encontrado
marcas similares a la escritura china de 7 mil años.

* Licenciado en Psicología por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la


Universidad Nacional Autónoma de México; Maestro en Pedagogía por la Facultad de
Estudios Superiores Aragón (unam); docente e investigador de la fes Iztacala; y terapeuta.
Contacto: gacha.69@hotmail.com

30
Aquí cabe reflexionar sobre la aparición y desarrollo de los huma-
nos respecto de la vida. Como mencioné antes, la vida en el planeta
tiene unos principios y el fundamental es el de mantenerse viva y los
humanos no escapamos a esa condición primigenia; es decir, nuestros
ancestros y nosotros desarrollamos órganos para procesar, almacenar
y distribuir la energía o en otro sentido para mantener la vida en un
flujo constante, así tanto los órganos como sus relaciones tienen im-
pregnado el principio de la vida. De esta reflexión se desprende una
consideración importante: la cooperación facilitó dicha supervivencia,
los órganos cooperan desde la aparición de nuestros ancestros.
En palabras del doctor López Ramos el cuerpo es auto sustentable,
esto quiere decir que busca mantenerse vivo y para lograrlo habrá de
realizar una gran cantidad de funciones, tantas y tan cotidianamente
que solemos no percatarnos de ellas y dentro de éstas se encuentra la
primera forma de comunicación, es decir la emocional. La mayoría de
las especies, en especial los mamíferos, desarrollaron sistemas de comu-
nicación para tratar de mantenerse vivos y esa comunicación sensible
está basada en emociones básicas como el miedo o el enojo. En nues-
tros ancestros, las emociones también se desarrollaron bajo el principio
de la vida, esto nos permite vincular a los órganos, sus relaciones y
emociones, bajo el mismo objetivo de mantener y proteger la vida.
Aún antes del lenguaje verbal, las emociones permitían la supervi-
vencia ante situaciones agresivas o amenazantes, es por ello que el
vínculo entre emociones y órganos es indivisible pues nos ha acompa-
ñado a lo largo de nuestra historia.
En este punto de la reflexión cabe señalar otro de los principios
señalados antes: el del equilibrio dinámico entre el consumo de alimen-
tos y el desgaste de la energía en la vida cotidiana. Para nuestros ances-
tros la alimentación no se realizaba en el supermercado, tenían que
adaptarse a las condiciones ambientales así como a la estación en la
que se encontraban, por lo que su conocimiento del medio resultó in-
dispensable para la supervivencia; los sabores que se presentaran como
una necesidad también tendrían ese principio,
Para restablecer la energía, los carbohidratos y los lípidos funcio-
naban muy bien, pues su aporte energético es alto, de ahí se desprende
el antojo o la necesidad de consumir cosas dulces o grasosas; el con-
sumo de frutas resultaba beneficioso pero estaba limitado sólo a las

Cuerpo, salud y medio ambiente / 31


temporadas en que los árboles y arbustos los entregaban y compartían;
consumir lípidos estaba limitado a la cacería y después a la ganadería.
En el caso del miedo, la pérdida de sales y minerales por la cons-
tante preparación para la lucha, el escape, o la inmovilización (todas
estrategias para la supervivencia) producían la necesidad de consumir
sal y así reponer lo perdido por la orina.
Las plantas y los vegetales suelen tener sabores amargos con bue-
nas cantidades de hierro necesarias para mejorar el tejido sanguíneo
así como fortalecer al corazón. Los sabores ácidos suelen depurar o
limpiar al hígado por lo que su consumo en pequeñas cantidades po-
drían mantener en buenas funciones ha dicho órgano.
Tras duras jornadas de trabajo el cansancio puede producir triste-
za o melancolía, el consumo de picante produce sustancias parecidas a
las que dejamos de producir cuando estamos en este estado, su consu-
mo tiene pues el principio de mantener viva a la persona.
Así podemos afirmar que la necesidad del consumo de ciertos sa-
bores tenía como propósito en primera instancia la supervivencia.
Hoy, la condición de los órganos corresponde a las formas de alimen-
tación disponibles, es decir, nuestros órganos no han cambiado en los
últimos 300 años, siguen correspondiendo a los estilos de alimentación
que favorecen el principio de la vida. Pero a diferencia de nuestros
ancestros, hacemos las compras del día en un centro comercial, los
sabores se han sobrevalorado en un proyecto alimentado por la razón
o una emoción exacerbada.
Los peligros a los que se enfrentaban los ancestros solían ser obje-
tivos o reales y su condición corporal correspondía a estos procesos, en
la actualidad los peligros y en especial las amenazas con las que convi-
vimos suelen ser subjetivas y frecuentemente constantes. El grito de
una madre, los enojos del padre, la posibilidad de reprobar una ma-
teria o de no terminar la carrera, ¿Qué tal un embarazo sorpresivo? o
peor aún, que tu mejor amiga te dé baje con el novio; esto me hace
pensar sobre los proyectos de muerte que establecemos como estilos de
vida moderna o neoliberal.
Por último me gustaría vincular a las personas con el ambiente. Ya
había señalado que el hombre moderno tiene unos 40 mil años, de los
cuales sólo en los últimos 400 ha desarrollado las grandes metrópolis
donde se ha naturalizado lo artificial; la condición que priva en ellas es

32 / Gerardo Abel Chaparro Aguilera


especialmente amenazante para las personas. Esta construcción social
desvinculada del ambiente ha creado una contradicción entre el desa-
rrollo de los humanos en un ambiente natural y la construcción social
del deber ser humano. Así se estableció que la naturaleza y la vida son
algo ajeno a la condición humana y está fuera de las ciudades; estoy
convencido de que la falta de contacto con el ambiente no es más que
la falta de contacto con nosotros mismos, pues es innegable que la vida
está en nosotros y no sólo somos sus representantes sino además so-
mos representantes de la vida humana.
Entonces resultaría muy necio negar nuestro desarrollo en el pla-
neta así como la relación que une a los órganos, a las emociones y a la
necesidad de consumir ciertos sabores; el reto es apaciguar a la razón
que nos exige sabores y emociones en una condición exaltada sobre el
ser y el deber ser social.
La condición de amenaza a la cual nos enfrentamos constante-
mente crea en el proceso corporal esfuerzos constantes por mantener
la vida, los síntomas son ese aviso en la contradicción de tener un prin-
cipio de vida y de llevar un estilo de vida que se parece más a un pro-
yecto de muerte.
La reflexión pertinente es la de revisar mi forma de actuar cotidia-
namente y si esto respeta y cultiva mi vida, o atiendo a mis deseos a
pesar de que me acercan a la muerte.

Cuerpo, salud y medio ambiente / 33


¡Descubrir que la vida está
en el cuerpo!.
Margarita Rivera Mendoza* 1.

Todos sabemos que tenemos un cuerpo porque caminamos, comemos,


dormimos, lo aseamos, etc.; con frecuencia nos descubrimos en él pero
pocas veces reparamos en la importancia que tiene como una fuente de
vida, porque ahí es donde se cultivan y construyen procesos de salud o
enfermedad. La vida se encuentra en el cuerpo, la cual es administrada
a través de la economía que éste realiza para mantener la energía en
equilibrio y con ello conservar sistemas de cooperación entre los apa-
ratos, órganos, emociones, células, la mente, la intuición, el espíritu y
todos los componentes que lo conforman, es decir, cada uno contribu-
ye de manera puntual y armónica para que el cuerpo desarrolle sus
funciones de manera adecuada y mantenga la vida.

Lo micro y lo macro

De acuerdo con las teorías taoístas los cuerpos son una analogía del uni-
verso, se encuentran constituidos por cinco elementos: madera, fuego,
tierra, metal y agua, que en el interior se encuentran íntimamente relacio-
nados a las emociones constituyendo la unidad órgano-emoción que es el
motor para mantener la vida en condiciones saludables cuando esa rela-
ción fluye en un ciclo armónico, cuando no hay déficit o exceso de energía

* Licenciada en Psicología; Maestra y Doctora en Pedagogía por la Facultad de


Estudios Superiores Iztacala y Facultad de Estudios Superiores Aragón, respectivamente.
Docente Investigadora de los programas de maestría (en Cuerpo y Salud) y doctorado
(en Estudios Multidisciplinarios sobre la Construcción Corporal) en el Instituto de In-
vestigaciones Jagüey; Docente de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, además de
terapeuta. Contacto: mm59@prodigy.net.mx

34
en alguno de ellos, cuando la armonía entre los elementos, las emociones
o los sabores se mantiene, cuando el cuerpo tiene una alimentación ade-
cuada, variada, equilibrada, consumida en su propia geografía y de
acuerdo a su temporada, porque el cuerpo funciona internamente bajo
un ritmo, un tiempo y un espacio que regula la vida y que es propio del
cuerpo y de su relación con el afuera porque otro principio de la vida se
encuentra en la retroalimentación constante entre el cuerpo y el universo.
Nuestra propuesta para el cuidado del cuerpo en el siglo xxi es el
trabajo corporal que tiene como principios básicos el descubrir la vida;
vivir y trabajar con una mística para conservarla, así como la apropia-
ción del cuerpo y el trabajo emocional.

Descubrir la vida

Darse cuenta que se es humano, que se tienen capacidades, aptitudes,


emociones, pasiones que se comparten con la humanidad como una
posibilidad de mantener la vida en los cuerpos y junto con la del am-
biente que nos rodea, aprender a valorar todo lo que existe a nuestro
alrededor que también forma parte de la vida y que contribuye a que
el planeta pueda subsistir en un sistema de cooperación en donde to-
dos se apoyan para conservar la vida.
Para poder contribuir al cuidado de la vida los seres humanos se
llegan a plantear los siguientes cuestionamientos ¿Qué es la vida?
¿Quién soy? ¿Qué significado tiene mi vida? ¿Por qué estoy aquí?, etc.,
estas interrogantes producen un proceso emocional que nos lleva a
tomar ciertas elecciones y decisiones y con ellas seguir un camino hacia
el logro de nuestros propósitos, decidir ¿Qué es lo que se quiere hacer?,
¿Cómo se quiere hacer?, ¿Cuándo se quiere hacer? y trabajar para ello
de manera constante, porque descubrir que este es el camino es el prin-
cipio para andarlo. La adolescencia es una etapa importante porque es
el momento en que la persona se comienza a cuestionar, a dar cuenta
de la necesidad de proyectar su vida hacia el exterior, es un periodo de
reflexión y apropiación de su cuerpo y de su vida, por eso inicia la
búsqueda y acentuación de principios, ideales, valores y su auto-afir-
mación, es el momento en que su naturaleza se ha establecido, de que

¡Descubrir que la vida está en el cuerpo! / 35


se crece como persona, por eso este es un momento crucial para apren-
der a ser humano y apreciar la vida.
Sin embargo, en la actualidad los adolescentes están experimen-
tando una de las mayores carencias en su vida “la falta de sentido es-
piritual”, se ha perdido la fuerza interior y la voluntad para hacer un
trabajo personal y de apoyo a la humanidad, existe un gran abandono
corporal y son las emociones las que están dominando en los jóvenes,
por ejemplo se pierden en el mundo de las adicciones a la comida, a la
droga, a las personas, a los afectos, a las nuevas tecnologías, sistemas
de la vida fácil en donde se recrean en el aislamiento, la comida chata-
rra, o en el mundo de la inactividad “ninis”, existe diluido el sentido
de trascendencia, se ha cambiado éste por la vida con efectos inmedia-
tos, vivir en el aquí y ahora. La vida ahora se ha convertido en un
mundo competitivo donde los principales intereses son materiales y de
consumo, el valor del dinero es lo más importante y se pierde el sentido
del amor a sí mismo, a sus semejantes y a todo lo que los rodea, este
sentido ya no es el sentido de la existencia, ahora predominan senti-
mientos de venganza, egolatría, reclamos, envidia, etc., en lugar de los
de caridad, ayuda y solidaridad humana.

La mística

Vivir con mística no hace alusión a conceptos religiosos aunque tradi-


cionalmente el concepto se haya vinculado con la aparición de fenóme-
nos naturales y en la cultura prehispánica, por ejemplo, se relacionó
con dioses como Quetzalcóatl, Tláloc. Grandes pueblos en la historia
como los romanos, griegos, egipcios, incas, mayas, incluso nuestros
ancestros creyeron en el sol y la lluvia como Dioses. Todos estos pue-
blos tuvieron su inteligencia y sabiduría y no debemos pensar que es-
taban equivocados, sin embargo el avance de la humanidad fue cons-
truyendo distintos conceptos de un Dios religioso.
Ahora queremos referirnos a la mística como proceso de vivir que
se construye en el cuerpo y va al encuentro de sí mismo, de lo que las
personas pueden construir en su interior, lo que pueden desarrollar que
es “el espíritu” el cual al encontrarse suficientemente desarrollado se
extiende hacia el universo, lo cual significaría que el desarrollo de los

36 / Margarita Rivera Mendoza


cuerpos sutiles que todos poseemos puede constituirse como centro de
energía y poder en su interior, esto lo han demostrado los hindúes,
taoístas, budistas quienes han trabajado a través de la meditación y
otras disciplinas corporales para llegar a la iluminación y con eso mos-
trar al mundo que el cuerpo es el espacio donde existe el poder y la
respuesta a todas las interrogantes.
Nuestra propuesta es practicar una mística de vida en donde se
cultive la fuerza o energía interior que lleve al ser humano a la sabidu-
ría, que comprenda la santidad, la universalidad, es decir, que él tiene
el poder para lograr recorrer el camino, construir en sí mismo el amor,
la confianza, el conocimiento y darlo además; que no se siga conside-
rando a la mística como algo misterioso proveniente de seres supre-
mos, más bien que se reconozca como producto de esta gran fuerza
personal interior que se eleva para comprender el mundo y la natura-
leza, amarla y cuidarla, en hacer las cosas y hacerlas bien.
Vivir la vida cultivando una mística, es decir una manifestación de
un orden espiritual superior, de armonía y perfección a través del cual
el hombre refleje un grado fuerte de unión del alma humana con lo
sagrado, que son sus propias plenitudes y conocimientos, y que desde
ahí se expanda hacia el exterior, quizá no sea un tipo de experiencia
muy difícil de alcanzar, más bien ese sea el reto que puede lograrse por
medio del conocimiento, el amor, el trabajo interior y el trabajo para
andar el camino. Es el poder que todos tenemos dentro, que se encuen-
tra dormido, hasta que queramos despertarlo nosotros mismos o que
nos ayude un maestro de vida; es el trabajo que se debe realizar por
encima de toda creencia o expectativa de “poder”, es ver a la especie
humana como una posibilidad de trascender, que su paso por esta
existencia tiene un sentido, que no es cerrado, en el que no existe mis-
terio sino expresión abierta, conocimiento de lo que se hace y se puede
hacer con la expansión hacia todo lo que nos rodea a través del amor.

Adentro afuera

Lo que hay adentro hay afuera, es un principio emanado de los taoístas,


quienes plantean que el cuerpo y el universo son uno, que están consti-
tuidos de los mismos elementos y que lo que afecta a uno le afecta al

¡Descubrir que la vida está en el cuerpo! / 37


otro; así, si el interior de los cuerpos tuviese un afección esta repercutirá
en el exterior y si el planeta se afecta por cualquier fenómeno eso reper-
cutirá en los cuerpos. En la actualidad reconocemos que ambos se en-
cuentran desequilibrados debido a ciertas condiciones económicas, po-
líticas, culturales, sociales, geográficas y personales, pero sobre todo
por la ausencia de una mística alrededor del cuidado de la vida.
Por eso insistimos en que las nuevas generaciones deben ir al
cuerpo, apropiarse de él y cultivar la vida y no la destrucción, pues
hasta ahora las formas de vivir están generando consecuencias cróni-
cas e irreversibles que se manifiestan en malestares físicos y emocio-
nales pues, como sabemos, las enfermedades crónicas y degenerativas
están ocupando los primeros lugares en niños y jóvenes lo que signifi-
ca que la vida se está deteriorando desde temprana edad y consecuen-
temente una larga carrera de atención médica y una pésima calidad en
las condiciones de vida. Habrá que atender a la unidad órgano-emo-
ción en el cuerpo, pues los padecimientos se han convertido en un
trastorno psicosomático por la influencia de las emociones y la afec-
ción de los órganos por el exceso o déficit de energía generado por esa
condición.

Apropiación del cuerpo

Esto significa ir al cuerpo y trabajar con él en cualquier práctica que


ayude a hacer contacto con él y con lo que existe en su interior para
depurarlo de toxinas, cuerpos extraños, emociones, malestares o para
construir fuerza y voluntad con un espíritu desarrollado.
Todas las prácticas que muevan al cuerpo tanto en su interior
como en su exterior son adecuadas para llevar a cabo esta apropia-
ción, una de las que se ha promovido más intensamente por el proyec-
to cuerpo de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala es la medita-
ción zazen, aunque existen varias más como la bioenergética, el yoga,
el tai chi, el qi gong, el kyudo, entre otras, que permiten hacer este
contacto porque a través de estas se abre un viaje hacia a uno mismo,
hacia una fuerza interna; y se mueve la memoria de los cuerpos, “que
los hace ser más conscientes de las acciones u omisiones” en el día a
día; aportan un mayor crecimiento personal, mayor satisfacción con lo

38 / Margarita Rivera Mendoza


que se realiza y con la vida. Con la práctica de alguna de estas discipli-
nas se comienzan a llenar esos vacíos existenciales, porque se encuen-
tra lo que los genera y, con el trabajo para llenarlos, éstos desaparecen;
pero sólo con el trabajo constante y permanente. También permite re-
conocer y trabajar con las emociones. La vida de los que practican
cualquier disciplina cambia porque empiezan a ser conscientes y res-
ponsabilizarse de todas las partes de su cuerpo, de las distancias que
hay entre su mundo interior y el mundo externo, así como los abismos
que los separan y con su práctica las distancias se diluyen, su efecto
también se refleja en los tiempos y espacios corporales al modificar
estilos de vida agitados y estresantes por los de la tranquilidad y rela-
jación para realizar el trabajo y cumplir metas.
Al ejecutar estas actividades cotidianamente se pueden transfor-
mar los problemas psíquicos en síntomas orgánicos de manera invo-
luntaria, poder liberarse de toda esa negatividad y así poder elegir qué
queremos tener dentro nuestro cuerpo y qué no, igual que elegimos la
indumentaria que nos ponemos cada mañana, el trabajo corporal es
un sanador del cuerpo que a cada persona le equilibra y sana en lo que
necesita, le da calor, energía, además de ser terapéutico.
Estamos seguros de que el cuidado de la vida en el siglo xxi debe
dirigirse a la prevención de padecimientos físicos y mentales, para ello
las prácticas corporales aquí mencionadas tienen un papel muy impor-
tante siempre que se conviertan en una disciplina y se realicen en forma
sistemática porque entre otros beneficios encontramos el impulso a la
irrigación sanguínea fresca que se envía a cada órgano, glándula, ten-
dón, articulación o músculo y hace que se estimulen y regeneren célu-
las, músculos y el cerebro, dentro del cuerpo; garantiza el flujo energé-
tico y emocional en un ciclo cooperativo continuo en el que todos
participan; las consecuencias inmediatas y visibles de estas prácticas
son en el funcionamiento corporal, pues ayuda a controlar el peso,
moldea el cuerpo, equilibra el sistema hormonal, regula el metabolismo
y fortalece la masa muscular, los sistemas músculo-esquelético-respira-
torio y la columna vertebral, ayuda a abandonar los malos hábitos y
eliminar toxinas; en lo emocional permite que las cinco emociones bá-
sicas: alegría, tristeza, miedo, ira y angustia o ansiedad fluyan, que no
se queden instaladas y por consiguiente contribuyan a la construcción
de enfermedades.

¡Descubrir que la vida está en el cuerpo! / 39


Trabajo emocional

En esta época, que para algunos autores ha sido de predominio de las


emociones, por lo acentuado que ahora se viven, y desde nuestro pun-
to de vista por el impacto que están teniendo en el cuerpo y en las
formas de vida de las personas, consideramos que la identificación,
manejo y expresión de las emociones es indispensable, pues la ira, el
resentimiento, los reclamos, las descalificaciones personales y los sen-
timientos de incapacidad, inferioridad y poca estima están contribu-
yendo a la construcción de padecimientos como cáncer, depresión, fo-
bias, entre otras, que en la actualidad predominan en la vida de los
niños, jóvenes, adultos y ancianos, a quienes dañan de manera similar
pues alteran el funcionamiento de los órganos al instalarse en alguna
parte del cuerpo cuando se manifiestan de manera continua y sin que
permitan la afluencia de cualquier otra.
Un buen ejercicio para identificar las emociones puede ser simple-
mente preguntarse ¿Qué estoy sintiendo ahora?, ¿Por qué me siento
así? ¿Cómo me afectó esto que siento?, dar respuestas honestas a estas
preguntas y después continuar con el interrogatorio ¿Puedo sentirme
de otra manera?, ¿Cómo quiero sentirme? ¿Qué puedo hacer para sen-
tirme como quiero? ya antes dijimos que las respuestas están en el cuer-
po, en la vida, en la memoria histórica y familiar de donde podemos
obtener algunas sugerencias tanto positivas como negativas, está en
nosotros hacer algo. No es horrible expresar emociones, tampoco es
complicado simplemente decidir que las creencias y aprendizajes cons-
truidos e instalados en el cuerpo ya no son necesarios y que podemos
comenzar una nueva relación con los órganos y con las emociones, a
través de un diálogo con ellas podemos avanzar en esa otra forma de
vivirlas.
Para muchos, oír que la solución está en el diálogo con los órganos
y con las emociones puede ser incomprensible o gracioso y, sin embar-
go, una buena práctica para el equilibrio emocional es hablar con
nuestro hígado-vesícula biliar para liberarlos de la ira, con nuestros
pulmones e intestino grueso para que dejen ir la tristeza, con nuestro
estomago-bazo-páncreas para que abandonen la angustia, con el riñón
y con la vejiga para que no atesoren miedos y con el corazón e intesti-
no delgado para que tomen la alegría, la cuiden y la disfruten así como

40 / Margarita Rivera Mendoza


viene, que la cultiven y permitan que todas ellas fluyan diariamente de
manera constante en un ciclo que permita el equilibrio de la vida.
Esta es nuestra propuesta de cuidado para la salud en el siglo xxi
y para siempre, ojalá que estas líneas les permitan reflexionar, practi-
car y vivir de manera saludable, de no ser así no hay de qué preocupar-
se, siempre hay algo que descubrir, la respuesta está en el cuerpo.

¡Descubrir que la vida está en el cuerpo! / 41


Desarrollo e implementación
de una terapia transgeneracional
para limpiar las memorias familiares
Giselle Pacheco Rial
Grisell Olivera Cabrera*1

Se presentan los resultados de un trabajo práctico consistente en la


integración de principios teóricos y metodológicos de la bioneuroemo-
ción (Corbera y Marañon, 2011), el trabajo transgeneracional (Schüt-
zenberger, 2006) y los procesos etnoemocionales (López, 2011) en un
taller terapéutico enfocado a la limpieza de las memorias familiares en
el cuerpo y la vida de los individuos, que desarrolle en los participantes
herramientas para desenvolverse en congruencia con la vida. Los obje-
tivos del trabajo práctico son generar y probar un método terapéutico
que integre principios de la física, la biología, la neurología, la epige-
nética y la psicología transpersonal para permitir a las personas lim-
piar las memorias de situaciones no resueltas de los ancestros que limi-
tan su vida cotidiana y que al mismo tiempo le permitan hacer
conciencia sobre su cuerpo y sus emociones en el presente. El trabajo
se ha desarrollado con una población de 150 personas a lo largo de 11
meses. El método consiste en un taller de cuatro sesiones aproximada-
mente de tres horas, en cada sesión se trabajan elementos distintos
desde la indagación inicial en el árbol familiar, las influencias de do-
bles, yacientes, proyecto sentido (Sellam, citado en Corbera, 2011) y la
reconexión con la intuición para guiar las decisiones. Los resultados

* Giselle Pacheco Rial es Licenciada en Psicología y Maestra en Psicología Educati-


va por la Universidad de la Habana; Grisell Olivera Cabrera es Licenciada en Psicología
por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Maestra en Docencia por la Universidad
etac y estudiante de doctorado en Estudios Multidisciplinarios sobre la Construcción
Corporal por el Instituto de Investigaciones Jagüey. Ambas tienen el título de profe-
sor-investigador en la Universidad Mexiquense del Bicentenario, Unidad de Estudios Su-
periores Tultitlán, además de realizar práctica terapéutica privada. Contactos: sicogpr@
yahoo.com; sagitta21@hotmail.com

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obtenidos hasta el momento muestran cambios significativos (que las
propias personas reportan) en situaciones vitales estancadas, repetiti-
vas, conflictos de personalidad, relaciones interpersonales, en el estado
corporal y en general en desarrollar su vida de forma más congruente.

La influencia de los antepasados


en nuestras vidas

A lo largo de la historia de la psicología se ha hablado acerca de la


transmisión de información psíquica a través de las generaciones.
Ya Freud (1948, p. 480 citado en Schutzenberguer A. A., 2006)
mencionaba: “Postulamos la existencia de un alma colectiva (…..) y
que un sentimiento se transmitirá de generación en generación vin-
culándose a una falta de la cual los hombres ya no tienen conciencia ni
el menor recuerdo”. Asimismo afirmaba ahí el hecho de que las expe-
riencias vividas por generaciones anteriores dejaban una huella en la
memoria de las posteriores.
Posteriormente la psicóloga francesa Anne Schutzenberguer, quien
definió y se interesó en el tema de la herencia transgeneracional, en este
sentido afirmó que “Seguimos la cadena de las generaciones y paga-
mos las deudas del pasado, mientras no se haya «borrado la pizarra»,
una «lealtad invisible» nos incita a repetir, que lo queramos o no, que
lo sepamos o no, la situación agradable o el acontecimiento traumático,
o la muerte injusta, incluso trágica o su eco” (Schutzenberguer, A.A.,
2006, p. 45).
Del mismo modo, el psicoanalista y antropólogo Bert Hellinger,
creador de la teoría de las Constelaciones Familiares, también definió
y describió cómo existía una influencia al interno de las familias que
actuaba en el comportamiento de cada uno de sus miembros y se en-
contraba en estrecha relación con la supervivencia de los grupos:

En el curso de los años he podido ir comprobando cómo nos guía una


conciencia grupal o colectiva inconsciente. Esto significa, por ejemplo, que
los miembros de una familia están bajo la influencia de una forma de con-
ciencia que es común a todos ellos. Esta conciencia ya no es, sin embargo,
consciente. He pensado mucho sobre cuál es el origen de este tipo de con-

Desarrollo e implementación de una terapia transgeneracional / 43


ciencia. Imagino que al comienzo de la raza humana, había pequeños grupos
humanos, integrados por 20 o 30 individuos, que vivían juntos. Todos
ellos actuaban de la misma forma. Actuaban del mismo modo precisamen-
te para poder sobrevivir. Así, los miembros individuales de cada grupo
cuidaban del bienestar del grupo completo (Hellinger B., 2009, p. 84).

En el ámbito o enfoque teórico de influencia transgeneracional se


ha definido un concepto básico que es el de lealtad familiar. Este con-
cepto se compone de la unidad social que depende de la lealtad de los
miembros del grupo; el grupo cuenta con la lealtad de sus miembros y
con los pensamientos, las motivaciones de cada uno de los miembros
como individuos. De aquí el concepto de justicia y de justicia familiar.
Cuando no se ha hecho justicia, esto se traduce por la injusticia, la
mala fe, la explotación de los miembros de la familia los unos por los
otros, (a veces por la huida, el desquite, la venganza), incluso por la
enfermedad o accidente repetitivo (Schutzenberger, A.A., 2006).
Schutzenberguer (Ibid.) describió que, cuando de otro modo, en las
relaciones familiares hay afecto, atenciones recíprocas y las cuentas fa-
miliares están mantenidas al día, se puede hablar de “balanza de cuentas
familiares y del gran libro de las cuentas de familia”, en el cual se ve, si
está en crédito o en débito, si se tienen deudas, obligaciones, méritos, sin
lo cual se tiene, generación tras generación, una serie de problemas.
Estas lealtades invisibles y deudas del pasado que cobran influen-
cia en la vida de los hombres fueron también descritas y definidas de
manera notable por Geraldine M. Spark y I. Boszormenyi Nayi (2013).
Spark y Boszormenyi Nayi (op. cit.) refieren que “los trastornos,
dolencias y problemas de las personas, provienen de un desequilibrio
en el dar y recibir dentro del sistema familiar” (p. 26) y señalan que
existe lo que se denomina Registros de Mérito y Cuentas de Justicia
donde el sistema familiar tiende siempre a impartir justicia, con inde-
pendencia de lo que intenten o pretendan sus miembros de manera
individual con sus propias vidas, existiendo en las familias un código
interno e inconsciente pero tangible en las cadenas de sucesos confor-
me a lo que hay que dar y recibir de manera equilibrada, amor, pose-
siones, respeto y energía.
La Regla de Deuda es otro fenómeno descrito al interno del enfoque
transgeneracional, definida como “lo que una generación deja sin

44 / Giselle Pacheco Rial y Grisell Olivera Cabrera


resolver será la siguiente la que inocente e inconscientemente, trate de re-
solverlo; así queda atrapada en temas o asuntos que no son en realidad
su responsabilidad. Existe una transmisión transgeneracional de los pro-
blemas familiares que a veces crean una cadena de destinos difíciles y
trágicos” (Ibid.).
De tal manera que los asuntos no resueltos de los sistemas familia-
res en generaciones anteriores y las injusticias cometidas dentro y fuera
del sistema familiar pueden, inconscientemente, afectar la vida de las
familias manifestándose en alguno o varios miembros del sistema, en-
fermedades inexplicables, depresiones, suicidios, relaciones conflicti-
vas, trastornos físicos y psíquicos, dificultad para encontrar pareja,
para prosperar, comportamientos conflictivos, etc. (Ibid.).
En el intento por resolver estos problemas que fueron identificados
como generados por la influencia transgeneracional, se han desarrolla-
do diversas metodologías y técnicas encaminadas a la sanación y a la
solución de los conflictos y dificultades que afectan la salud emocional
y física de quienes han padecido estas manifestaciones.

Metodología y Psicoterapia
de enfoque Transgeneracional

Han sido múltiples los enfoques terapéuticos originados desde la nece-


sidad de resolver los problemas del pasado provenientes de la influencia
de la información inconsciente heredada de las generaciones anteriores.
Por ejemplo, se ha utilizado el Genosociograma por psicólogos
como Schutzenberguer, Boszormenyi Nayi; así como otros psicoanalis-
tas que abordaron el enfoque transgeneracional como un método que
permite una representación sociométrica (afectiva) figurada del árbol
genealógico familiar (Schutzenberger, A.A., 2006). Por otra parte Mo-
reno, desde la Terapia Psicodramática, utilizó el Átomo Social como
un concepto y a la vez como una técnica utilizada en la terapia psico-
dramática.
Una tercera aportación metodológica es la de Bert Hellinger quien
diseñó la terapia sistémica y familiar denominada como Terapia de
las Constelaciones Familiares. El objetivo de estas intervenciones es
que los sujetos sean conscientes del contenido que se encuentra en el

Desarrollo e implementación de una terapia transgeneracional / 45


inconsciente familiar y que rige su vida, su mundo emocional y su con-
ducta, logrando que sea más consciente y autónomo.
Además del método del Genosociograma, el Átomo Social del
Psicodrama y la Terapia de las Constelaciones existen otros métodos
como el de la Biodescodificación, el cual imbrica todos los conceptos
de influencia transgeneracional de los antepasados con el origen emo-
cional de las enfermedades psicosomáticas e integra una serie de teo-
rías, metodologías y técnicas útiles para el enfoque de curación
transgeneracional. Desde diversas ópticas y puntos de vistas, la Bio-
descodificación es uno de los pilares básicos del método que se pre-
senta como alternativa psicoterapéutica en el presente trabajo.

La Biodescodificación o Bioneuroemoción

Desarrollada por el psicólogo español Enric Corbera y un grupo de


colaboradores (2013) del Instituto de Biodescodificación, la Biodesco-
dificación, últimamente reconceptualizada como Bioneuroemoción, es
una disciplina de investigación cuyo objetivo es descubrir, encontrar,
identificar el sentido biológico de la enfermedad.
La BioNeuroEmoción es el arte de acompañar a la persona a en-
contrar la emoción oculta, esencial (el resentir) asociada al síntoma
que hay (la enfermedad) para descodificarla y así favorecer la curación
mediante la liberación de la emoción que hay en el inconsciente y tras-
cender dicha emoción transformándola.
En la Biodescodificación existen tres escenarios en los que se ex-
presan y construyen las emociones y resentires responsables de las
enfermedades tanto psíquicas como somáticas. Existe un conflicto
desencadenante que desata una emoción negativa en el presente pero
también existe lo que se denomina como conflicto programante o infor-
mación programada que se encuentra en el pasado del individuo.
El conflicto programante puede tener lugar en el periodo compren-
dido entre la concepción del individuo en el útero materno, sus nueve
meses de desarrollo intrauterino hasta los tres años de vida donde el
individuo es uno con las emociones de la madre y recepciona toda la
información emocional de ésta incluyendo el proyecto que la madre
tenía al momento de concebirlo y las situaciones y circunstancias de la

46 / Giselle Pacheco Rial y Grisell Olivera Cabrera


vida por las que la madre estaba pasando durante este periodo. A esta
influencia programante se le denomina Proyecto Sentido.
Otro origen del conflicto programante es el Transgeneracional, o
sea, todo aquello que recibimos de nuestros ancestros y que repercute
hasta la tercera y la cuarta generación, por así decirlo. Aquí se analiza
toda la información proveniente de los familiares del individuo así
como su herencia en cuanto a conflictos, circunstancias, enfermedades,
las cuales están programadas desde las generaciones anteriores y tie-
nen una repercusión en la historia emocional del sujeto.
Se dirige sobre la base de tres conceptos fundamentales que son: el
doble, el yaciente y el heredero universal, identificados como miem-
bros del clan de quienes los sujetos repiten o doblan situaciones, emo-
ciones, circunstancias, deudas y conflictos de familiares con quienes
exista afinidad. La afinidad puede estar dada por el nombre, el pareci-
do físico o en el carácter, así como la fecha de nacimiento. El yaciente
es aquel que hereda la información de hermanos y primos que murie-
ron a causa de abortos espontáneos o provocados; también se aplica a
cualquier otro caso en que la pérdida o la muerte de la persona hayan
afectado a la madre.

La ciencia como base del enfoque transgeneracional

Asimismo, una serie de teorías y experimentos desarrollados en los


últimos años al interno de otras ciencias, se considera que constituyen
una base teórica y metodológica que fundamenta el enfoque transge-
neracional para la limpieza de las memorias.
Haremos referencia a éstas, las cuales serán abordadas con poste-
rioridad con mayor profundidad en otros trabajos que fundamenten el
método presentado en este foro. Algunas de ellas son:

Teoría del universo como holograma. Principio Holográfico, desa-



rrollado por el físico holandés Gerard Huff: todo lo que existe en
el universo se encuentra interconectado como un holograma, toda
la información de lo que existe y lo que sucede esta interconectada
y nunca desaparece, todos los sistemas están interconectados entre

Desarrollo e implementación de una terapia transgeneracional / 47


sí en forma de centros y periferias. El todo está interconectado y se
expresa en cada parte, cada parte contiene toda la información del
todo (French, A.P., E.E. Taylor, 1982).
Teoría de los campos mórficos o morfo genéticos, desarrollada por

el biólogo y filósofo inglés Rupert Sheldrake. Postula que existe un
tipo de memoria inherente a cada organismo en lo que se llama el
campo mórfico o morfo genético según la cual, a medida que pasa
el tiempo, cada clase de organismo vivo forma un tipo específico
de memoria colectiva acumulativa. Las regularidades de la natura-
leza son habituales y los acontecimientos naturales tienden a com-
portarse como antes fueron de acuerdo con una especie de memo-
ria colectiva. Desarrolla el concepto de imaginación cósmica o
alma del universo dentro de la que se encuentran las imaginacio-
nes de las galaxias, los sistemas solares, los planetas, los ecosiste-
mas, las sociedades, los organismos individuales, los órganos, teji-
dos, etc. (Sheldrake, R., T. McKenna, y R. Abraham, 2005).
El descubrimiento en 1975 de la enzima Transcriptasa Inversa,

por Howard Temin en la Universidad de Wisconsin-Madison.
Esta enzima es la responsable de un proceso inverso a la transcrip-
ción según el cual los sucesos que tienen lugar en la vida de los
organismos pueden ser fijados al adn de manera inversa a la que el
adn se traduce en arn. De esta manera la información de la expe-
riencia de los organismos se fija al adn de las células y hereda en
forma de información genética a las generaciones posteriores (Al-
cok, J., 1984).
Estudios en el campo de la epigenética. Diversos estudios en el

campo de la epigenética han abordado la transmisión de patro-
nes transgeneracionales a la segunda, tercera y cuarta genera-
ción. Se realizó un estudio de familias europeas que padecieron
hambruna y se siguieron los efectos somáticos y psíquicos de los
descendientes hasta la cuarta generación (Ho, M. N., 1982).
También se han realizado estudios tomando como muestra a mu-
jeres que estaban embarazadas durante el impacto de las torres
gemelas, constatándose en un seguimiento del desarrollo evoluti-
vo de sus hijos, la presencia de síntomas psíquicos y emocionales
en sus descendientes.

48 / Giselle Pacheco Rial y Grisell Olivera Cabrera


Objetivos

Los objetivos del trabajo práctico son generar y probar un método te-
rapéutico que integre principios de la física, la biología y la psicología
transpersonal para permitir a las personas limpiar las memorias de si-
tuaciones no resueltas en los ancestros que limitan su presente, pero al
mismo tiempo, que le permitan hacer conciencia sobre su cuerpo y sus
emociones en el presente.

Método

150 participantes entre 15 y 70 años quienes por su voluntad asistie-


ron al taller en grupos de 10 personas.
Procedimiento. Para la indagación inicial se utilizaron técnicas de
hipnosis Eriksoniana, Constelaciones Familiares; para el manejo y la
interpretación, el procedimiento es una integración de los principios
teóricos y metodológicos de la Bioneuroemoción (biología, física cuán-
tica y psicología) y lo Etnoemocional del doctor Sergio López Ramos
porque se adecuan las interpretaciones de las sensaciones corporales,
las enfermedades y las emociones a las significaciones de los mexica-
nos. Para el cierre o corte se realizaron técnicas de la Sofrología, y
principios de Jung sobre los mandalas así como un ejercicio conexión
con la tierra, retomado de Enric Corbera.
Sesión 1. Se presentaron al grupo algunos principios teóricos a
partir de los cuales trabajamos, se realizó a un miembro del grupo una
hipnosis para identificar los miembros de su transgeneracional que es-
tán relacionados con la problemática que quiere resolver. Cada uno de
los asistentes dibujó su árbol genealógico o transgeneracional. Para el
desarrollo, a manera de psicodrama o constelación familiar se va colo-
cando en el lugar de cada uno de ellos mientras se le hacen preguntas
para profundizar en sus emociones, sensaciones y padecimientos cor-
porales y significaciones que dio a ciertos eventos vitales. Distintos
miembros del grupo o a veces las terapeutas son quienes se ponen en el
lugar de dichas personas, conforme van pasando identifican a cada
uno de los miembros del grupo, la relación que tiene con su propia
historia y la problemática que se va a resolver. Al final la información

Desarrollo e implementación de una terapia transgeneracional / 49


que se obtuvo de todas las figuras representadas respecto de lo que
tienen en común y cómo se relaciona con la problemática de la perso-
na, se integra por todos los participantes.
Sesión 2. Se presentaron al grupo los conceptos de Doble, Yacien-
te y Heredero Universal (Corbera) de manera que cada uno de los
participantes identifique al menos una de dichas figuras en su árbol
genealógico. Cada integrante se colocó en el lugar de la figura identifi-
cada de su familia y se profundizó con el cuestionamiento sobre los
mismos aspectos que en la sesión anterior. Conforme van pasando, van
integrando cuál es la influencia de esa información en su vida y en su
problemática. En esa segunda semana se advierte que van a resentir
(volver a sentir) de forma más evidente dicha influencia a través de
síntomas físicos, sueños o acciones de los personas del entorno.
Sesión 3. Se presentó el concepto de Proyecto Sentido (Corbera) y
su influencia en nuestras vidas a través de algunos ejemplos. Cada inte-
grante se pone en el lugar de su progenitora para revivir la situación de
su madre antes de la concepción, durante la gestación y en los primeros
años de vida, indagando en conflictos, expectativas, emociones y signi-
ficación de las situaciones vividas durante esos años. Se identifica cual
es la memoria emocional que quedó y cómo eso ha guiado su vida.
Una vez que todos los asistentes han hecho esto, se realiza el pro-
cedimiento del duelo que mediante una relajación guiada y técnicas de
sofrología consiste en un rompimiento energético, mental, emocional
con la influencia de los dobles, yacientes y/o proyecto sentido.
Al terminar se les indica a los asistentes que ese mismo rompimien-
to lo hagan en la realidad física por medio de un ritual, una carta, una
charla con la persona si aún vive o hacerles algún regalo en símbolo de
devolver lo que no nos corresponde.
Sesión 4. Se comentaron los cambios vividos a partir del rompi-
miento tratando de integrarlo con el objetivo que tenían inicialmente
de manera que todos visualizaran cómo dichos cambios tienen que
ver con la congruencia y con el bien para todos. Se habló del princi-
pio de la congruencia y cómo aprender a escucharnos a nosotros mis-
mos o nuestra intuición para guiar nuestras decisiones o dejarnos
guiar por la inteligencia de un todo, ya sea por el inconsciente bioló-
gico, corazón de la tierra, fuerza universal de la vida, acorde a las
creencias de cada quien. Se realiza un ejercicio de visualización donde

50 / Giselle Pacheco Rial y Grisell Olivera Cabrera


se conectan a ese corazón de la tierra para obtener información y
tomar una decisión.
Se revisa el concepto del Mandala como representación de ese
todo perfecto y armonizado del que somos parte y se finaliza con un
ejercicio donde entre todos los miembros del grupo crean un mandala.

Resultados

Los cambios que se han dado como resultado del proceso son reporta-
dos al final por cada persona, entre ellos encontramos también cam-
bios en aspectos que no se trabajaron directamente sino que interpre-
tamos como que son parte del proceso de ser más congruente:
Cambios en hábitos. Después del proceso los participantes han
sentido la necesidad de dejar de hacer cosas que habitualmente hacían
como desvelarse, alcoholizarse, no cuidar su postura corporal, etc.
Cambios en situaciones estancadas. A partir del proceso se facili-
tan las formas para hacer cosas que siempre han querido realizar como
tener una casa propia, entrar a estudiar lo que realmente querían, cam-
biar de trabajo, conseguir trabajo, terminar la escuela.
Cambios en bloqueos personales (personalidad): las personas se-
ñalan cambios en su personalidad como ser menos aprehensivos, in-
trovertidos, más femeninas o más masculinos, etc.
Cambios en relaciones. Las personas observan cambios en sus re-
laciones de manera que se alejan o desaparecen de su vida personas
con las que tienen relaciones poco sanas, o que estaban cumpliendo un
papel dentro de la constelación de la situación transgeneracional que
estaban reviviendo.
Asimismo se acercan nuevas personas que colaboran en una vida
más congruente o con las que se pueden establecer relaciones más sa-
nas. Otra modalidad es que momentáneamente se rompa una relación
vieja para luego establecer una nueva forma de relacionarse con la
misma persona.
Desaparición de síntomas. Algunas personas han referido que des-
aparecen molestias o síntomas físicos con los que llevaban un tiempo
tales como problemas menstruales, dolores de articulaciones, dolores

Desarrollo e implementación de una terapia transgeneracional / 51


de cabeza recurrentes, problemas de piel como dermatitis, acné, estre-
ñimiento crónico.
Prevención de enfermedades. Inicialmente el objetivo del taller era
prevenir enfermedades crónicas en jóvenes que estuvieran relacionadas
con su herencia transgeneracional, de manera que ellos mismos hicie-
ran conscientes los conflictos que vivieron sus familiares y que al no
resolverlos desencadenaron en una enfermedad tal como diabetes, in-
suficiencias renales, problemas cardíacos, cáncer. Aún no se cuenta con
pruebas de haberlo logrado, sin embargo, existen las referencias de
algunos jóvenes respecto de la desaparición de quistes.
A continuación referimos los resultados de un ejemplo de cada
clasificación.

Yaciente

Mujer de 23 años yaciente de un primo que murió al nacer, refiere que


la madre del niño no la soporta y que en vida del niño refería no que-
rerlo ni ser deseado, por el contrario su tío (padre del niño) muestra
una preferencia marcada por la sobrina. La yaciente refiere preferir
juegos de hombres desde que nació, tener siempre amigos y compor-
tarse como niño. El primo murió por una negligencia y la yaciente re-
fiere estar siempre en situaciones donde debe determinar qué está bien
hecho y qué está mal, qué es correcto y qué es incorrecto. Al realizar el
proceso terapéutico ella empieza a comportarse, sentirse más femeni-
na, a relacionarse mejor con sus padres, se abre más emocionalmente
y deja de tener la necesidad de querer arreglar los problemas de todo
el mundo o decirles lo que no está bien.

Proyecto sentido

Mujer de 37 años que nunca ha querido ser esposa de alguien y a pesar


de buscar establecer una relación estable siempre termina siendo
amante, su concepción se da dentro de una pareja de amantes que a
partir de la concepción deciden casarse, la madre señala que no desea-
ba casarse y a partir del matrimonio el hombre ya no estaba con ella ni

52 / Giselle Pacheco Rial y Grisell Olivera Cabrera


la trataba tan bien pues ahora se la pasaba con su ex esposa y su fami-
lia anterior por lo que la mujer pasa el embarazo sintiendo que estaba
mejor cuando era amante y que el matrimonio es una “mierda”. Una
vez terminado su proceso terapéutico la mujer cambia sus concepcio-
nes acerca del matrimonio y se da cuenta que a ella en realidad no le
gusta ser la amante, se dispone a establecer relaciones más comprome-
tidas, tiene una mayor apertura emocional y establece una relación
más sana.

Dobles

Mujer de 21 años que es doble de su abuela quien sufrió toda su vida


grave maltrato físico y emocional pues no creció al cuidado de sus
padres, estuvo junto con su hermano en varios hogares adoptivos don-
de la trataron mal y ella trataba de proteger a su hermano de los gol-
pes, al crecer y casarse tuvo una mala relación de pareja donde igual-
mente hubo desamor y maltrato, la nieta (quien asiste al taller)
presenta una absoluta insensibilidad al dolor físico aun cuando sufra
heridas o accidentes graves y relaciones de desamor de su padre y sus
parejas. Al terminar el proceso terapéutico ella tiene más conciencia
corporal, deja de tener conductas autodestructivas, mejora la relación
con sus padres, deja de asumir la responsabilidad por su hermano y
por su familia e inicia una nueva relación de pareja la cual, refiere, es
más amorosa y sin apegos.

Discusión

Los resultados muestran, en general, favorecer que la persona empiece


a conducir su vida de un modo más congruente, de manera que se ale-
ja de situaciones que ya no está dispuesto a vivir, de personas con las
que no tiene relaciones sanas y de hábitos o actitudes que anhelaba
fuera de su vida; asimismo se encamina hacia actividades que siempre
había querido hacer pero no las había iniciado, personas que no había
tomado en cuenta pero con quienes puede establecer relaciones más
enriquecedoras para los objetivos de su vida, empiezan a relacionarse

Desarrollo e implementación de una terapia transgeneracional / 53


con su familia o amistades de una manera más desapegada dejando
que cada quien haga su vida como quiera sin depender de otros y sin
sacrificarse por otros.
En el taller no se les brindan consejos sobre lo que deben sacar de
su vida o los objetivos que deben perseguir pues no es posible determi-
nar lo que es mejor para los demás, sino que al conectar su conciencia
con los principios de la vida (Icc biológico, energía universal, corazón
de la tierra) eso guiará las cosas de manera que sea lo mejor para todos
de manera que aunque inicialmente no lo entendamos, sin duda es lo
mejor para todos.
Es posible aún perfeccionar el método de manera que se enfoque
más en aspectos de trabajo personal y reforzar el aspecto de desarro-
llar una actitud de hacerse responsables de su vida ya que algunas
personas equivocadamente toman la postura de que su herencia trans-
generacional es culpable de todo lo que les pasa, y al limpiarla se resol-
verá toda su vida, sin embargo, quienes suscribimos, hemos notado
que es nuestro propio comportamiento y nuestras emociones las que
activan ciertas memorias familiares y no otras, por lo que es importan-
te aprender a cultivar formas de vivir más íntegras con nuestro cuerpo
y emociones, formas de relacionarse que permitan que los resultados
no solamente permanezcan sino que se sigan desarrollando a lo largo
de la vida de la persona, pues si sólo se realiza este proceso como un
procedimiento desarticulado de la forma de vivir, pensar y sentir de la
persona se corre el riesgo de vivir un bienestar efímero que desaparez-
ca cuando con nuestros estilos de vida reactivemos las herencias trans-
generacionales.
De tal forma se puede concebir este trabajo como un catalizador
para iniciar el trabajo personal y encaminar la propia vida hacia la
congruencia; es una herramienta que nos facilita dicho proceso, sin
embargo, no sustituye el trabajo que cada uno debe continuar de ma-
nera permanente en su crecimiento personal.

Referencias

Alcok, J. (1984), Animal Behavior, an evolutionary approach, Massachusets:


Sinaver Asociates, Boszormenyi.

54 / Giselle Pacheco Rial y Grisell Olivera Cabrera


Boszormenyi, N. y G. Spark (2013), Lealtades familiares invisibles, Madrid,
Amorrotu.
Corbera, E. y R. Marañon, (2011), Tratado de biodescodificación, Barcelona,
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French, A.P y A. Taylor (1982), Introducción a la física cuántica, Instituto de
Tecnología de Massachusetts, Barcelona, Reverte.
Himiob, A. (s.f.), El inconsciente colectivo condiciona nuestra forma de vivir,
entrevista recuperada en https://www.locatel.com.ve/uploads/entrevista
(5).pdf
Hellinger, B. (2009), El inconsciente colectivo y las constelaciones familiares,
cic Cuadernos de Información y Comunicación, vol. 14, p. 83-88, issn:
1135-7991.
(2002), Religión, psicoterapia, cura de almas, Textos recopilados,
Barcelona, Herder.
Ho, M. N. (1982), Epigenetics and Evolution. Theory and Experiement, Praha.
Jung, C. (2001), Civilización en transición, Madrid, Trotta.
López, S. (2011), Lo corporal y lo psicosomático VII, México, ceapac.
Schutzenberguer, A. (2006), Ay mis ancestros, Buenos Aires, Omeba.
Sheldrake, R., T. McKenna y R. Abraham (2005), Caos, creatividad y con-
ciencia cósmica, Madrid, Ellago Ediciones, Colección Las Islas.

Desarrollo e implementación de una terapia transgeneracional / 55


Segunda parte

Propuestas para cuidar la vida cuando la


enfermedad ha llegado
El cáncer cérvico-uterino
como una expresión para la vida
Sergio Rodríguez Guerrero*1.

Para comenzar a hablar del cáncer cérvico-uterino, es necesario cono-


cer un poco del espacio donde éste se desarrolla. El útero o matriz se
denomina como una víscera muscular hueca, de paredes gruesas en
forma de pera, y está destinado a la implantación del huevo fecundado
y a expulsarlo cuando éste ha alcanzado su desarrollo completo, así
como a la descamación mensual del endometrio (menstruación). Cuen-
ta con una longitud de ocho centímetros, de ancho alcanza cinco cen-
tímetros y de espesor tres centímetros; tiene un peso de 90 gramos. La
pared del cuerpo del útero se compone de tres capas:

1. El perimetrio, la cubierta serosa consta de peritoneo que se refleja


para cubrir la vejiga formando la bolsa vésicouterina.
2. La capa muscular (miometrio) que está constituida por fibras mus-
culares lisas que se clasifican en tres capas. Una externa de fibras
longitudinales y transversales, una capa media (plexiforme) y una
capa interna constituida por fibras longitudinales y transversales.
3. Una capa interna mucosa o endometrio que reviste la cavidad ute-
rina y cuya estructura es diferente en el cuello y en el cuerpo. En el
cuello la mucosa es de epitelio cilíndrico ciliado transformándose
en la parte inferior en epitelio epidérmico o epitelio pavimentoso

* Licenciado en Psicología, Maestro en Cuerpo y Salud, estudiante de doctorado en


Estudios Multidisciplinarios sobre la Construcción Corporal por el Instituto de Inves-
tigaciones Jagüey. Docente de la Unidad de Estudios Superiores Tultitlán, Universidad
Mexiquense del Bicentenario, de la Universidad del Valle de México campus Hispano,
además de profesor-investigador del programa de maestría en Cuerpo y Salud del Insti-
tuto de Investigaciones Jagüey. Contacto: muzenki@gmail.com.

59
estratificado, transformación que se verifica al nivel del orificio va-
ginal del cuello.

La mucosa del cuerpo es lisa y de coloración rosada y está consti-


tuida por epitelio ciliado que aparece después de la pubertad y desapa-
rece después de la menopausia. La irrigación sanguínea del útero pro-
viene de las arterias uterinas que son ramas de la hipogástrica y de las
arterias ováricas. La flora microbacterial del útero y la vagina repre-
sentan un 95% de lactobacilos los cuales desarrollan funciones esen-
ciales para el mantenimiento de un equilibrio bacteriológico contribu-
yendo en la prevención de infecciones endógenas y exógenas y para
esto los lactobacilos mantienen un ph ácido de 4.0 – 4.5, inhibiendo
así el crecimiento de bacterias anaerobias e incluso de algunos virus.
En ese sentido cualquier mínimo cambio en la acidez corporal impac-
tará en la proliferación de virus y bacterias.
Así, el útero es un espacio tan especializado y susceptible a cual-
quier cambio en la condición corporal de las mujeres lo que nos lleva a
plantear ¿Qué es lo que las mujeres construyen durante su vida cotidia-
na que las pudiera llevar al terreno de un cáncer? En el Instituto de
Investigaciones Jagüey hemos realizado, para esta investigación en par-
ticular, 10 entrevistas a mujeres con diagnóstico de cáncer cérvico-ute-
rino mediante la metodología de Historia Oral para rescatar la memo-
ria de dichas mujeres y reconstruir sus vidas con la finalidad de conocer
el proceso de construcción de su padecimiento y conformar una opción
de explicación hacia este padecimiento que ocupa el segundo lugar de
causa muerte entre las mujeres, con el propósito de brindar la posibili-
dad de una alternativa de solución a esta problemática.
Todos estos testimonios brindan una nueva imagen que permiten
comprender la vivencia humana en la versión del hombre y la mujer
cotidiana, en sus sentimientos y emociones provistos de la condición
que implica vivir en su cultura. Y es que, en esa dirección, hemos visto
cómo se ha concatenado a lo largo de la vida de las mujeres entrevis-
tadas una serie de elementos que se entretejen para la manifestación o
construcción de un cáncer; por ejemplo, todas las entrevistadas provie-
nen del interior de la República ya sea porque hayan vivido ese movi-
miento migratorio o bien son la primer generación de familias que
migraron del campo a la ciudad. En ese sentido se comienza a yuxta-

60 / Sergio Rodríguez Guerrero


poner una dieta con baja calidad nutrimental por otra en condiciones,
que no sólo es carente en su valor nutrimental, si no que de igual ma-
nera incorporan elementos artificiosos al cuerpo como saborizantes,
colorantes, conservadores. En fin, una serie de aditivos que implicaron
el deterioro de la salud corporal y generando preferencias a un sabor
en particular (salado, dulce o picoso) propiciando su consumo a largo
plazo sin tomar en cuenta las implicaciones que este tendrá en la salud.

JM: papas, frijoles habas, cosas así. […] Bueno antes comíamos pues
carne comí poca, tenía muchas animales, vacas po… (“pollos” interviene
S) puercos, chivos, borregos todo eso […]
S: ¿Y cuando estaba acá en México, qué cosas eran las que comía?1
JM: galletas, refresco y nomas llegamos a casa y sopa, frijoles y eso…
mmm… las galletas y la leche.

La mala nutrición desde la infancia impacta severamente el desa-


rrollo del cuerpo, se tendrá baja estatura y peso o en su defecto sobre-
peso, así mismo se harán propensas a virus y bacterias que se encuen-
tran en el medio ambiente favoreciendo los procesos infecciosos,
también se disminuye la posibilidad de generar un esfuerzo no sólo fí-
sico sino también intelectual limitando las capacidades de las mujeres
en el ámbito académico

[…] Pues no, fíjate que yo siempre decía que yo era muy sana porque siem-
pre me decían eso en el médico, gripa quizá cuando me daba a lo mejor una
vez al año muy fuerte pero otro tipo de enfermedad no, nada más así los
resfriados o las gripas, no, lo que sí es que tenía problemas de esguinces,
inclusive una vez fue en el pie izquierdo que fue el que más padezco.2
[…] nada más que dice mi mamá que cuando estaba yo niña estaba yo
muy anémica porque me hicieron transfusión de sangre en La Raza […]
Pues ha de haber sido porque no teníamos para comer bien, yo pienso
pues éramos siete y mi papá nada más trabajaba él, mi mamá de repente
le ayudaba con las costuras pero pues no siete somos muchos.3

1 
Fragmento de entrevista realizada a “Doña José” por Sergio Rodríguez el día
04/04/2013.
2
 Fragmento de entrevista realizada a “La Maestra” por Sergio Rodríguez
19/10/2013.
3
 Fragmento de entrevista realizada a “Bolita” por Sergio Rodríguez el 01/12/2013.

El cáncer cérvico-uterino como una expresión para la vida / 61


El impacto de la mala alimentación influyó en estas mujeres a corto
y largo plazo dejando un sistema inmunológico debilitado para los
próximos años y aunque hubo cambio de dieta al realizar un movimiento
migratorio éste no trajo una mejora en la calidad de alimentos, pero no
sólo influyó la alimentación, también hicieron estragos las relaciones
personales. Las relaciones al interior de las familias de las entrevista-
das son conflictivas, existió una pelea continua entre los padres que
merma en la relación hacia los hijos. La violencia se vivirá en lo físico,
lo verbal y lo emocional, será lo más cotidiano y “normal” y la impli-
cación que esto trae consigo es llevar al cuerpo a una fase de amenaza
continua donde comenzará a defenderse segregando más adrenalina,
aumentará el ritmo cardiaco. En fin, diferentes respuestas fisiológicas
para entrar a la batalla; entrar en esta fase trae consigo que el cuerpo
se desgaste más rápido contribuyendo así al cambio del ph corporal,
creando las condiciones ideales para virus y bacterias. Enfermedades
recurrentes como gripas, infecciones en vías respiratorias durante la
infancia es algo que comparten la mayoría de las entrevistadas, el re-
cuerdo de las peleas entre padres, las separaciones o muerte del padre
en particular se conjuga con el aire carente de oxígeno en una ciudad
que los acoge provenientes del interior de la República, brindándoles
un espacio en las zonas limítrofes del Distrito Federal con la carencia
de los servicios de agua potable, luz y alcantarillado.
Así la vida se moverá en ese espacio de hacinamiento y violencia,
por ello los padres evitarán que sus hijos se involucren con los otros,
con los que pueden representar un peligro para sus hijas quienes miran
a través de una ventana mientras realizan los quehaceres del hogar y se
dan su tiempo para ir a la escuela, añorando la posibilidad de convivir
con los otros y cultivando un reclamo por tener una vida diferente
como el resto de las niñas de su barrio, colonia, calle o vecindad. La
depositaria de ese reclamo se estableció en la madre ya que las mujeres
a quienes se ha entrevistado ven en sus madres una figura que no quie-
ren llegar a ser por ser estas quienes las maltrataron, las abandonaron
o porque la madre permite el maltrato de la pareja. Así, estas mujeres
entraron a la adolescencia con una carencia y un reclamo, llegaron los
cambios hormonales, como su periodo, sin ninguna información de lo
que ocurría en su cuerpo y se sintieron avergonzadas por los cambios
que había en éste, porque a partir de ese momento ser mujer represen-

62 / Sergio Rodríguez Guerrero


taba ya un peligro por la posibilidad de un embarazo a su corta edad.
Para algunas otras el comenzar su periodo fue sinónimo de sufrimiento
para el resto de su vida, esto por los cólicos incapacitantes y las continuas
visitas a médicos y el uso de remedios para abolir dichos dolores. Las
cirugías y los tratamientos hormonales se hicieron presentes, tratamien-
tos que impactarían en su vida futura, por ejemplo imposibilitando el
embarazo en otra edad o peor aún, generando algún tumor en los ova-
rios o en el endometrio. Y es que, aunque estos mismos tratamientos
hormonales empleados para tratar quistes o dismenorrea primaria o
secundaria, como se le conoce a los cólicos, también se emplean para
inducir tumoraciones en ratas de laboratorio en la implementación de
algún tipo de estudio, sin embargo, se siguen usando como un trata-
miento para estos problemas.
Por otra parte la adolescencia también implicó el contacto con los
hombres, la doble moral (de lo bueno y lo malo) jugó su papel y llegó
la culpa para ocultar la condición femenina la cual es considerada
como mala. Por una parte sentían la necesidad de explorar y conocer,
de sentir, y por otra el miedo de lo que pudiera ocurrir las ocultó del
contacto con los hombres; sin embargo, la vida laboral las llevó a con-
vivir con ellos y en varios casos las entrevistadas argumentan que fue
ahí donde tuvieron a su primer novio o compañero sexual el que en
algunos casos se convirtió en su esposo. Las relaciones de pareja solían
ser ocultas, en algunos casos los padres desconocían esto porque si se
enteraban había la amenaza previa de que algo les podía ocurrir, por
ello debían ser discretas, mientras que el contacto sexual era inmediato
y carente de caricias previas, muy recurrentes al inicio de la relación
hasta que la pareja se iba o bien quedaban embarazadas. El útero se
convirtió en el espacio ahora para usarse como medio de descarga para
el otro y de insatisfacción para esas mujeres que habían decidido vin-
cularse pasionalmente con un hombre.
El trabajo se convirtió en la forma de vida monótona, había que
despertarse temprano, tomar un café con leche o sólo leche con pan o
bien un tamal, recorrer el mismo trayecto desde la periferia de la ciu-
dad hasta la zona centro; en varios casos un viaje constaba de más de
una hora en el transporte público, llegar al trabajo era sentir que se
estaba haciendo lo mismo una y otra vez; lidiar con los compañeros,
los jefes, los clientes o las personas con las que se trataba, la hora de la

El cáncer cérvico-uterino como una expresión para la vida / 63


comida, si había, era para consumir tortas, tacos, quesadillas o comi-
das corridas y todo ello con bastante picante; hacer un viaje de regreso
y llegar a lidiar con la condición familiar se volvía cotidiano, vivir en
un espacio hacinado y carente de servicios llevó a que la vida cultivara
un principio diferente al de vida, es decir, el de muerte porque los even-
tos que se cultivaron dejaron ver a estas mujeres que no valía mucho
la pena vivir, menos siendo mujer y el útero, vínculo de la vida, será la
expresión de este deseo de muerte.
Así, ese pequeño gran espacio que es el útero se ve golpeado en
varios momentos de la vida de las entrevistadas, como con una alimen-
tación rica en harinas refinadas, azúcares, grasas; también se ve afecta-
da por una cultura pobre en su condición humana, la cual va exacer-
bando una emoción negativa; por ejemplo una ira, que se lleva al plano
corporal que puede ser el útero como símbolo de lo que implica ser
mujer, ante la cual no se quiere saber nada porque se cree que esa es la
causante de que el otro (el hombre) exprese su pobreza sobre de ella.
Y es que las mujeres entrevistadas han vivido la continua amenaza a su
condición de vida haciendo que la ansiedad se desborde en preguntas
continuas sobre lo que se cree que se hizo mal en la relación con el otro
y las ha llevado a replantearse qué hacer sin llegar a concretar una
realidad para beneficio de su vida; por el contrario, el continuo miedo
no dejó dar un paso adelante para salir de ese círculo vicioso, permi-
tiendo que lentamente el interés a la vida se perdiera como un fuego
que se extingue sin combustible por la falta de un afecto dejando que
la tristeza enfriara su cuerpo y la vida misma.
Estos elementos son algunos que se han encontrado al interior de
las vidas de las mujeres entrevistadas y para poder ir encontrando una
ruta que favorezca la vida hay que dar un paso al asunto de la forma-
ción corporal o pedagogía de lo corporal porque será así la única ma-
nera en cómo podemos restablecer el punto de vinculación con la vida.
Esto implica en primer lugar agradecer a esa mujer que me dio lo más
importante que hoy tengo y es esta vida. Cuando se tiene gratitud hacia
la madre por ese acto desinteresado que implica dar algo sin esperar
nada a cambio, entonces se entra a la misma vida; agradezco también
a esta Tierra que todo lo da sin importar cuánto la contamino, le brin-
do una ofrenda, planto un árbol y lo cuido, esto me enseñara a dar sin
esperar nada a cambio porque tal vez no llegue a ver el esplendor de ese

64 / Sergio Rodríguez Guerrero


árbol o el beneficio que trae su existencia, porque es un beneficio tan
sutil y a largo plazo pero lo hago sin esperar nada. Después establezco
un diálogo con mi cuerpo y agradezco por esta posibilidad que me da
de poder desarrollarme en este tiempo y espacio, le agradezco primero
con un alimento que no intoxique más la sangre, me voy alejando pau-
latinamente de los sabores que dominan mi vida, como el picante, lo
salado, el dulce y las grasas e incluso productos como la leche que
cambian el ph corporal y las carnes rojas alimentadas con hormonas
las cuales también terminamos ingiriendo; tolero e incluyo otros sabo-
res, texturas y alimentos como los vegetales que ayuden a oxigenar las
células y con esto evito su muerte prematura; al llevar a cabo este acto
de tolerancia e inclusión, me empiezo a formar una disciplina en cada
aspecto de mi vida y entonces entiendo que el otro también es impor-
tante no sólo en términos cognitivos; verdaderamente lo entiendo por-
que lo vivo así y entonces no lo juzgo y veo que cada uno de nosotros
nos encontramos en un proceso diferente. No queremos decir que nos
reservemos o nos limitemos en expresar lo que siento del otro o al es-
tablecer límites, lo que digo es que eso no ocupará la mayor parte de mi
tiempo y si es una relación de codependencia hago lo necesario y traba-
jo para entrar en una fase distinta. Así llego al plano de las emociones
y entonces le dedico el tiempo necesario para trabajar con ellas, para
poder ir realmente superando los esquemas de vida de una cultura y
con esto resignificar los eventos ocurridos y me adhiero a una práctica
corporal, como la meditación za-zen, el yoga kundalini, kyudo o bien
hago trabajo de bioenergética para romper esas corazas que deterioran
mi vida. Sabemos que no podemos elegir a la familia, pero sí podemos
construir una condición de vida mejor al margen de los deseos de los
otros, porque es este cuerpo la oportunidad que tengo de hacer eso y
con ello se refería Buda a escapar de la muerte.

El cáncer cérvico-uterino como una expresión para la vida / 65


Toda una vida dedicada a dar
más de sí mismas.
Reclamos silenciosos
Omar Zárate Olguín*1

En las siguientes líneas pretenderemos exponer algo de lo que hemos


podido reflexionar respecto de las mujeres con cáncer de mama. Esta
vida artificial, nos adiestra para dar y dar cada vez más de nosotros
mismos y de nuestras propias capacidades. No sólo hay que cumplir
con una jornada laboral, a veces, la escuela, quehaceres domésticos,
familiares enfermos, hijos, nietos, hermanos, amigos, etc., terminan por
cubrir los días. No quiero decir con esto que el preocuparse por ellos
esté mal, sí hacer énfasis en que dentro de la jornada no hay tiempo
para uno mismo. Se da todo para los demás y por los demás. Se hacen
cosas para cumplir las expectativas de los demás que nunca se mira
por la individualidad. En particular con nuestras entrevistadas con
cáncer de mama, hemos podido madurar la idea que descuidan su sen-
tido de vida, se enfocan en los demás y en lo que necesitan los demás,
en donde lo que ellas buscan queda en segundo término. O bien su
sentido de vida está en función de los demás y de las necesidades de los
otros, es decir, desde niñas miran una necesidad al interior de la familia
y ellas son las que asumen a labor de cubrirla, pero lo más importante
es que su sentido de vida queda escueto.
Las personas no somos ahistóricas, somos el resultado de años de
encarnar estructuras, estas mismas se hacen propias y que con las condi-
ciones adecuadas se convierten en cáncer. Para realizar este trabajo nos
hemos enfocado en una metodología de historia de vida o historia oral
cómo se suele llamar, para así, entender y comprender las vidas de las

1
 Licenciado en Psicología por la Facultad de Estudios Iztacala (unam), Maestro en
Cuerpo y Salud por el Instituto de Investigaciones Jagüey. Psicólogo Clínico adscrito al
Instituto de Salud del Estado de México. Contacto: omar_zarate33@hotmail.com

66
mujeres con cáncer de mama, poder mirar en ellas más que un diagnos-
tico lineal; ver y escuchar de ellas una vida que se concatena de diversos
factores que las lleva a construir un cáncer. Y así entender que el cáncer
no es sólo algo genético, también es una elección de vida y de vivir.
Haciendo uso de entrevistas semi-estructuradas, es que recabamos
la información, pero estas se van enriqueciendo con lo que cada entre-
vistada aporta, ya que las entrevistas no las guiamos, ellas son quienes
nos guían a la información. Partimos del supuesto que en la vida de
una mujer existen eventos, emociones y acontecimientos que resultan
significativos.
Aunque sus historias son únicas, existen rasgos o aspectos entre
ellas que las unen. Es así que hemos llamado a estos grupos hordas
urbanas, por tener entre sí un lenguaje, experiencias, alimentos, un
conjunto distintivo de comportamientos y creencias que les diferencia
del resto de la población. Por lo mismo, podemos destacar del total de
entrevistas categorías que las vinculan.
Al escuchar sus vidas pudimos identificar dónde es que se rompe o
se hace un nudo ciego la vida, en qué parte de la vida es que las entre-
vistadas empiezan a construir su cáncer. En este caso, la educación
emocional y corporal de las mujeres con cáncer de mama inicia desde
niñas, es en los pequeños cuerpos donde se entrena para vivir con cier-
tas expectativas. Y ya para la adolescencia el entrenamiento se vuelve
más rígido.

Una niñez gris

Las niñas de este lugar vivieron en un contexto pobre y con bajos re-
cursos, los padres habían viajado del interior de la República para
encontrar mejores oportunidades en el centro de la ciudad. El campo
estaba siendo abandonado y las oportunidades de trabajo se centrali-
zaban, siendo los cambios económicos, políticos y sociales un genera-
dor del abandono de sus lugares de origen; migración que concurrió
alrededor de 1930-1940, con los años se fue incrementando.1

1
 Se le conoce como “migración interna” al movimiento de uno o más individuos
dentro de las fronteras de un país. No es un término generalizado o universal, ése usa
sólo en algunas regiones. Esta migración es principalmente a razón de la industrializa-

Toda una vida dedicada a dar más de sí mismas. Reclamos silenciosos / 67


Las consentidas del padre fueron educadas por la madre, se les
exigió más de sí mismas y es la madre quien las entrenó para ser ma-
dres ejemplares. La madre las crió con golpes, enojo, ansiedad y mie-
do, pues si no hacían caso las golpeaba. Quizás un poco por el miedo
de no tener malas hijas para este país.

[…] mi mamá se subió arriba de mí y empezó a azotarme la cabeza contra


el suelo, me agarró del cuello y me asfixió, yo sentí que ya me iba […]2

El entrenamiento de súper mujeres consistía en hacer de todo y


para ser una buena madre había que aprender a cuidar a los hijos.
Desde niñas los juguetes y las muñecas fungían como digno de cuida-
do, pero en el caso de nuestras entrevistadas los juguetes fueron susti-
tuidos por los hermanitos.

[…] mi mamá también tenía la costumbre de darnos a cuidar hermanos,


ah porque eso es lo que aprendió y bueno mi hermano a los tres meses,
se me cayó se me cayó, iba pasando un desfile y yo tenía al bebé, me
caigo en la calle y se golpeó la cabeza, mi hermano a la fecha vive pero
no habla […] Pues yo era la que, cuando empecé a crecer mi mamá me
enseñó a hacer todo, todo en la casa y era una manera mía de estar bien
con ella, congraciarme con ella, obedecer, hacer todo, ¿no? todo, lo más
que se pudiera, lavar, planchar, limpiar la casa, lo único que no hacía era
cocinar e ir al mercado ¿no? pero de ahí era todo, todo […]3

ción y de la expansión de los servicios ligadas a ésta, tales como la financiera, bancaria,
administración, comercialización, etc. Lo cual incrementó la fuerza de trabajo que se
dedica a las actividades manuales industriales y a ocupaciones no manuales, como pro-
fesionales, técnicos, personal directivo, etc. Acompañada, también, de las actividades
del sector terciario, como pueden ser servicios personales y de comercio abundante. La
movilidad demográfica es mayor en el género masculino, se muestra desde esos años
un incremento de la migración a los sectores marginales, donde la dinámica laboral no
es suficiente. Para mayor información consultar: Humberto Muñoz, Migración interna
y movilidad ocupacional en la ciudad de México, Colegio de México y Universidad
Nacional Autónoma de México, 1972. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática, Indicadores sociodemográficos de México 1930-2000, inegi, 2001.
2
 Entrevista realizada a la señora Alba, por Lic. Omar Zárate Olguín, p. 34.
3
 Entrevista de la señora Carme, hecha en el 2014 por el Lic. Omar Zárate Olguín,
p. 4.

68 / Omar Zárate Olguín


[…] Desde niña, me ponían, yo tenía que atender a mis hermanos de
todo a todo, si se metían a bañar, llevarles la toalla y el calzón, si salían
de bañar, tenía que bolearles los zapatos, tenía que bolearles sus zapatos
a los muchachos, plancharles su camisa, ajá […]4

Las futuras mujeres crecen en un ambiente de descalificación, sus


madres son duras con ellas, pues siempre fueron distintas al resto (ya
sea la más pequeña, piel morena, piel clara, sobre peso, delgadas, se
parece al papá, rebelde, chistoretera, coqueta, etc.).

[…] Y mi mamá me decía que era mañosa, las palabras de mi mamá


fueron este, cuando yo me atrevo a preguntarle por mi infancia, le digo,
que cómo fui de niña, una vez me salió así tan espontáneo, su contesta-
ción fue así: Tú eras bien mañosa […]5
[…] Tal vez la aprobación de muchos, porque, porque yo fui una de las
mujeres […] de los cinco hermanos yo era la más flaca, más morena
¿no?, mi hermano está alto, el otro está medio alto, mi hermana pues era
blanca y el otro pues era blanco, entonces yo era la más flaca y la más
morenita, entonces me decían, que, la calaca tilica y flaca, porque todos
están gordos, y ahí empieza a ver el querer ser aceptado ¿no? porque
empiezas a engordar para que ya todos los gorditos […]6

Además de lo anterior, tener que disputarse un lugar entre los de-


más miembros de la familia por ser las hijas de enmedio, cosa que las
hace pelear aún más y tratar de vencer la descalificación, por lo cual su
actitud ante la vida es “ruda” una energía más masculina, es aquí que
la feminidad queda algo relegada.

[…] de los mayores y me sentía yo como el sandwichito porque los de


arriba eran los dos hombres y aguas, y luego era yo y luego mi hermana
nace cinco años después que yo, nació enferma y mi mamá se vuelca a
verla, a ella nada más, y luego siguió teniendo niños más chiquitos, pero
yo estaba en medio, yo no me sentía ni de los chiquitos ni de los grandes,

4
 Entrevista de Granados, realizada por el Lic. Omar Zárate Olguín, p. 39.
5
 Entrevista de Granados, realizada por el Lic. Omar Zárate Olguín, pp. 65 y 66.
6
 Entrevista hecha a Concepción, por Lic. Omar Zárate Olguín, p. 30.

Toda una vida dedicada a dar más de sí mismas. Reclamos silenciosos / 69


pero sin embargo cuando crezco, atendía a todos, o sea yo les lavaba
todo, les planchaba todo, les limpiaba la casa a todos […]7
[…] fui la primera hija de mi padre, eh, tengo tres hermanos mayores, mi
madre, luego, yo, luego mis dos hermanas y otro de mis hermanos, pero
haz de cuenta que yo no […]8

El ser la de enmedio las obliga a buscar aceptación y un espacio.


Recurren a diversas formas para ganar el cariño y la aceptación, así
pretender un afecto, primordialmente de la madre.

[…] andábamos en las fiestas con mis hermanos, y ya empezaron a tomar


y fumar y yo empecé de chismosa (risas), ¡no fumes porque le voy a decir
a mi mamá! Y este, ¡no tomes porque le voy a decir a mi mamá! Y ya,
como no hacían caso pues que le digo a mi mamá, entonces que se los
suena (risas) y ya no me volvieron a llevar (risas) […]9

Las protagonistas de nuestra historia siempre encuentran viable


dar más de sí y hacer más cada vez, pero la muestra de afecto suele
aplazarse y con el tiempo lo traslapan a cada una de sus relaciones
afectivas. Las carencias de emociones en esta etapa de la vida llevó a
estas niñas a tener enfermedades frecuentes en vías respiratorias.

[…] No de mi niñez no […] no, yo preferiría ya cuando, ya, yo empecé a


trabajar, de mi niñez no, éramos muchos, mi mamá tenía mucho, mucho
quehacer, había mucha carencia económica, no había nada más que la
escuela, la casa, la escuela, la casa, fue al mercado regrésate, mi papá no
nos quería en el mercado, nos corría rápido, ibas a la escuela regresabas,
una monotonía muy espantosa, yo creo que si salimos diez veces de pa-
seo fue mucho ¿no? No, era muy gris la niñez […]10
[…] De niña, de las anginas, o sea cosas comunes, otra que yo tengo físi-
camente, a lo mejor por ahí viene la cosa, que cuando yo me enfermo no
me fluyen las enfermedades, como que todo se me queda atorado, si a mí
me da una gripa, me siento congestionada, me duele la cabeza, me siento

7
 Entrevista de Carmen, p. 33.
8
 Señora Granados, realizada por el Lic. Omar Zárate Olguín, p. 39.
9
 Entrevista hecha por Lic. Omar Zárate Olguín a Granados, p. 43.
10
 Entrevista de Concepción, p. 42.

70 / Omar Zárate Olguín


horrible pero no toso, no estornudo, no saco, me enfermo del estómago,
me duele horrible el estómago, me revuelco y todo pero que tú digas una
diarrea, o sea, no saco […]11

Según nuestro modelo, esto refleja melancolía, una tristeza que se


empieza a solidificar en los cuerpos. Una señal de alarma que nos ha-
bla de su insatisfacción, quizás de reclamos; a la madre y a los demás.
Es entonces que se inicia una competencia por demostrar que se es
mejor y que el otro está “mal”, claro, ellas no lo hacen reclamando
directamente, lo hacen como dicen por ahí, “te lo digo mi hija pa’ que
lo entiendas mi nuera” o “entre broma y broma la verdad se asoma”.

[…] los cuerpos son reclamados por los otros sólo a través de la violen-
cia, de la posesión, de la propiedad privada, de la enajenación por la
mercadotecnia, por los laboratorios farmacéuticos, por la medicina he-
gemónica, signo de las sociedades industriales basadas en la acumula-
ción de capital, en la posesión de bienes y servicios. Pocas veces la familia
se relaciona a través del cuidado por la vida, de las caricias, de la amabi-
lidad, de la cooperación y el amor.12

Adolescencia de súper poder

La adolescencia se caracteriza por ser la etapa de la vida donde los


individuos definimos personalidad y actitudes que nos servirán para el
resto de la vida. Respecto de nuestras protagonistas tomaremos de los
testimonios las partes que las crucen, es decir que las hermane.
El entrenamiento de estas súper mujeres logró mayores progresos
en la adolescencia, ya que ahí fue el momento en el que se redoblaron
las exigencias y las madres inculcaban con mayor fervor las obligacio-
nes de una mujer y futura madre.

[…] sí porque un hombre podría llegar a la hora que se le hinchara la


gana, entre comillas, y nosotras no, este, teníamos que hacer limpieza, si

 Entrevista hecha por el Lic. Omar Zárate Olguín a la señora Carmen, p. 7.


11

 Norma Delia Durán Amavizca, La artritis. Una enseñanza corporal, ceapac,


12

México, 2008, p. 54.

Toda una vida dedicada a dar más de sí mismas. Reclamos silenciosos / 71


querías salir tenías que hacer limpieza general, pues ya lavabas tu ropa
hacías y deshacías, era mucha carga de trabajo claro que sí te cansas en
hacer limpieza general te vas a salir a distraer, ay por favor, pero ya des-
pués te dabas tus mañas ¿no? entonces fue también (gris) pero ya fue más
libertad también, ya estaba estudiando y luego me jalaban los compañe-
ros de la escuela acá a la casa veníamos estudiamos hacíamos deshacía-
mos había ya más libertad cuando ya entré a la carrera y ya como mi
mamá ya no estaba encima de mí era más mi amiga, pues ya, mi mamá
dejo de presionar hasta muy grande uno […]13

El ser ama de casa y cumplir con los quehaceres domésticos, es


función femenina, y las madres entrenan a sus hijas en esos menesteres.
Y nuestras entrevistadas, en esta etapa de su vida, están en casa cum-
pliendo los quehaceres del hogar. Ellas mismas dicen ser ya unas amas
de casa, pues en ellas recaía toda la responsabilidad de la misma.

[…] iba yo a cumplir 15 años, y ya mis amigas pues todas en fiestas y yo


en la casa, porque pues yo no estaba conectada con la gente ¿no? yo me
la pasaba en la casa, planchando, lavando, guisando, viendo las novelas,
ya como una señora ¿no?[...]14

Las exigencias de un mundo moderno, se vieron reflejadas en


nuestras entrevistadas, ya que es en la adolescencia donde las entrevis-
tadas toman la decisión de ayudar a sus familias económicamente, o
bien, ya están al frente de su propia familia, personifican el eslogan
“We Can Do It” de aproximadamente 1942.15

13
 Concepción, realizada por el Lic. Omar Zárate Olguín, p. 43.
14
 Entrevista hecha en el 2013 a Aurioles, p. 37.
15
 Rosie la remachadora, es un icono cultural de los Estados Unidos. Esta imagen
vino a representar a las seis millones de mujeres que se hicieron cargo del esfuerzo
bélico en las fábricas cuando los hombres fueron movilizados a la guerra. Bajo el lema
“¡Nosotras podemos hacerlo!” estas mujeres se convirtieron en soldados de las fábricas
de producción del denominado “frente interno”. Fueron las responsables directas de la
construcción de cientos de tanques, jeeps, municiones y partes vitales de bombarderos y
buques como los famosos “Liberty Ships”. El personaje se considera un icono feminista
en los EE.UU. del que hasta se han hecho emisiones filatélicas, artículos de regalo y
diversas modificaciones con fines propagandísticos. Geraldine Hoff Doyle fue el modelo
de la vida real para el cartel “We Can Do It” que J. Howard Miller creo en 1942, una
encarnación del icónico personaje de Rosie la remachadora.

72 / Omar Zárate Olguín


[…] A los 19 años, entonces me caso con él, me meto a estudiar secunda-
ria abierta sigo tomando cursos de inglés, cursos de mecanografía veloz,
que ahora vale para pura vergüenza (risas) pero este, según esto mi espo-
so no quería tener hijos, pero yo llego un momento que sí, sí quiero tener
hijos […]16
[…] y todavía el tiempo que él estaba estudiando, yo estuve trabajando,
su mamá tiene… tenía porque ya falleció, un taller de costura y yo me iba
a trabajar, vivíamos con mi suegra, hasta los siete años de mi hijo […]17
[…] después ya anduve yo sola, pero ya para eso ya había conocido,
había entrado a la Escuela de Comercio, no es cierto ya había salido, me
había salido, ya estaba yo trabajando, mi papá iba por mí al trabajo,
trabajábamos en Vallejo los dos, él salía a las 5:00 yo salía a las 6:00 y
ya me esperaba, ajá, nos veníamos mi papá y yo platicábamos mucho,
platicaba mucho con mi papá, los días que yo cobraba (risas) bien listo
mi papá ¿no? (risas) los días que yo cobraba, nos íbamos a comer cabri-
to, obviamente yo pagaba verdad (risas) él me enseñó a tomarme una
copa… él se sentía muy orgulloso de tener una hija secretaria […]18
[…] porque he estado en el papelón de trabajar y estudiar, de estar en el
papelón de trabajar y estudiar y todavía la casa, que era cuando estaba
joven ¿no? […] Te digo que estuve primero en un Salinas y Rocha, pero
ahí ya llegué a los 18, entonces fue a los 18, exactamente a los 18, yo a
mi papá cuando cumplí 15 años, hasta aquí ya no te voy a dar nada. 15
años, dije uh, pues si no me compraban nada, me compraban los uni-
formes, ya no me iba a comprar nada, qué me iba a comprar entonces,
uta dije, no pues este si está bueno, luego ya empezó a ver que trabajába-
mos y pues ya dejo de pagar, él ya se sentía como un jovenzuelo, dejó de
pagar, predio, agua, luz, teléfono y todo; era un integrante más mi pa-
dre, entonces como ya trabajábamos pues nosotros teníamos que sol-
ventar los gastos, fundamentalmente éramos mi hermana y yo las que
lo resolvíamos, por la angustia que tenía mi mamá de que le fueran a
quitar la casa ¿no? [...] Esos como que, los dejaron crecer libres, muy

 Carmen, entrevista del 2013 realizada por el Lic. Omar Zárate Olguín, p. 6.
16

 Señora Granados, entrevista realizada en el 2013, por Lic. Omar Zárate Olguín,
17

p. 8.
 Granados, 2013,. p. 43.
18

Toda una vida dedicada a dar más de sí mismas. Reclamos silenciosos / 73


sin responsabilidad ¿no? como sin chiste ¿no? no les presionaron lo mis-
mo que a nosotras (hermanos)… Nos exigían más […]19

Nuestras entrevistadas desde jóvenes empezaron a trabajar y parti-


cularmente eran ellas quienes, en algún momento, sostenían los gastos
de su familia o, en algunos casos, estar apoyando económicamente a
los demás miembros de su familia, ellas fueron las hijas de enmedio y
fueron un pilar muy importante en sus familias; como ya lo hemos
hablado el súper poder de mujer se centró en dar y hacer todo por los
demás, hasta el grado de convertirlas en indispensables para los demás.
No sólo era el mero hecho de dar o apoyar a la familia, el cómo
también se hace relevante, en este cómo lo hacían, buscan cubrir las
expectativas de un mundo que pide ser profesionista. Donde sus elec-
ciones iban en función de las expectativas de la madre y/o familia, se
deja ver una búsqueda de reconocimiento y “llenar los ojos del otro”,
como si con esto se lograra ganar el afecto que de otra manera no se
puede. La elección de carrera o estudios es en función de las necesida-
des de la familia. Estas adolescentes dejan su proyecto de vida para
cumplir con el de sus familiares.

[…] yo trataba de explicar, o sea, cuál era la situación de, que permane-
cía dentro de […] la relaciones familiares, o sea, si yo veía ese distancia-
miento entre mis papás, este, veía a […] a mi hermana la mayor que sí
tenía así como rasgo no… este, no normales… entonces yo decía, bueno
y por qué, por qué mi familia es así tiene que haber una explicación y yo
quería este pues saber cómo poder solucionar esta situación y me llamó
la carrera de psicología y por eso, pues sí, me metí a estudiar la carrera,
me mandaron a Iztacala […]20

Ahora bien, “la adolescencia como parte del desarrollo de una per-
sona, es una etapa en la cual las situaciones sociales y económicas son
un factor importante.”21 Y no sólo eso, también el reflejo de una fami-
lia y una dinámica al interior de la misma, que se empieza a consolidar

19
 Concepción, realizada por Omar Zárate Olguín, pp. 42-43.
20
 Señora Teresita, realizada por Lic. Omar Zárate Olguín. p. 53.
21
 Margarita Rivera Mendoza (coord.), El adolescente y sus procesos corporales II.
La construcción de sus padecimientos, ceapac, México, 2011. p. 11.

74 / Omar Zárate Olguín


en los cuerpos. Estas mujeres buscan hacer algo por sus madres y de
una manera paradójica sustituir ese reclamo hacia ellas por una grati-
tud, quizás evitar los reclamos, por miedo a ser más rechazadas. Se
busca tener un lugar en la familia y entre los recursos que buscan para
agradar, principalmente a la madre, está el dar algo de lo que han lo-
grado, sus proyectos de vida van encaminando hacia los otros.
Las entrevistadas asumen una actitud de sumisión, la cual arras-
tran varios años más, y de la misma manera empapan sus contactos
con el otro y su vida cotidiana. Las maneras y formas en cómo las en-
trevistadas ven por su familia y dan a sus familias es, quizás, el aspecto
de mayor relevancia y al cual se van sumando otros sucesos; es que
deciden construir actitudes, pensamientos y emociones que van en
contra de la vida, esto es una actitud, donde su individualidad queda
relegada y ver por los demás se hace prioritario; dejan sus proyectos de
vida por cumplir las expectativas de los otros, principalmente de la
gente que aman, dejan a un lado su sentido de auto-realización.

[…] la ves tumbada en la cama y qué, ves que paulatinamente se va apa-


gando ¿no? entonces de que sirve de que tú estás desenvolviéndote (cre-
ciendo laboralmente) si al final del camino la que te apoyó siempre estás
viendo que se está cayendo, no, o sea para mí no fue una decisión muy
difícil, pero no había más, o sea alguien se tenía que quedar, pues bueno
a mí me tocó […]22

En particular con nuestras entrevistadas con cáncer de mama, he-


mos podido madurar la idea que desde la adolescencia descuidan su
sentido de vida, se fijan en los demás y en lo que necesitan los demás,
en donde lo que ellas buscan queda en segundo término. O bien su
sentido de vida está en función de los demás y de las necesidades de los
demás, es decir, desde niñas miran una necesidad al interior de la fami-
lia y ellas son las que asumen la labor de cubrirla, pero lo más impor-
tante o mejor dicho su sentido de vida queda escueto y no logran tras-
cender como personas o seres humanos.23

22
 Señora Concepción, p. 33.
23
 Los psicólogos organizacionales y los psicólogos educativos lo conocen como el
“proyecto de vida”, pero no logran alcanzar el grado que aquí pretendemos. El “pro-
yecto de vida” que ellos mencionan tiene que ver con objetivos a corto, mediano y largo

Toda una vida dedicada a dar más de sí mismas. Reclamos silenciosos / 75


[…] Hacía lo que para mí estaba bien, en ese momento, porque finalmen-
te, yo estudiaba, trabajaba, me titulé, terminé mi carrera y o sea por
despegar en mi carrera, pero dos proyectos no los pude tomar, porque
implicaban salirme de la casa y nadie veía a mi madre, o sea si ella estaba
enferma, yo llegué, llegaba de trabajar y nadie le daba de comer, cómo es
posible que una persona que dio todo por cinco hijos que tenía mucha
comida, que tenía la casa limpia, que tenía […] cómo es posible que lle-
garas a las 9:00 de la noche y nadie, no tenía ni un plato de comida no
había comido y yo llegaba a las 9:00 de la noche de trabajar o de la es-
cuela […]24

Estas mujeres tienen éxito en sus vidas profesionales, hasta donde


mencionan dicen sentirse satisfechas con su trabajo y con los logros
alcanzados. Aunque en un inicio estas metas sean en función de agra-
dar a los demás, como buscando llenar expectativas y sueños de los
demás. Entre lo que nos narraron dicen salir a buscar trabajo y pronto
lo encuentran:

[…] sí salí a buscar trabajo y en la primera oficina que me metí ahí me


dieron el trabajo, hasta mi mamá no me creía que me fuera a quedar a
trabajar, el jefe tuvo que llamarle para que me creyera… le demostré que
sí podía, salí, al fin que aquí hay muchas empresas, y para cuando regre-
so ya tenía trabajo […]25

El ser mujer ya no era sólo estar en casa al cuidado de los hijos, ya


se planteaban proyectos y anhelos más que esos, ahora el ideal de ser
mujer tenía que ver con el éxito profesional, con el dinero y la posesión
de bienes, pero ¿Cómo los gestionaron al interior de sus cuerpos?

plazo; piden que se hagan metas y acciones a seguir. Aquí llamaremos “sentido de vida”
por convenir más a nuestros fines; primordialmente es un trabajo interior-espiritual, que
sólo se logra con una práctica corporal disciplinada como el yoga, za-zen, la oración,
meditación o cualquier otra disciplina que implique el cuerpo y es perfeccionamiento del
espíritu. Que busque el perfeccionamiento de la condición humana y de la persona, en
búsqueda de tolerancia, inclusión y respeto como tres principios que procuren y cuiden
la vida.
24
 Entrevista realizada a la señora Concepción, p. 37.
25
 En el 2014 se realizó la entrevista con Adela, p. 45.

76 / Omar Zárate Olguín


[…] pues si liberada en el sentido de que tiene que irse a trabajar, igual
que el hombre, aportar igual que el hombre, este, pero más aparte […] o
sea estar al pendiente de los hijos, estar al pendiente de la casa, estar,
entonces, nosotros trabajamos triple jornada ¿no? y […] aparte todavía
se llega y […] si hay problema con los hijos, es que, ¿Qué haces? no estás
al pendiente y ve los problemas que se están presentado, entonces, este,
yo […] soy muy reservada, yo me callo muchas cosas ¿sí?[...]26

La adolescencia de nuestras entrevistadas se dio en un contexto de


cambios e ideas revolucionarias, por los años de 1960-1970. Ideas mo-
dernistas llegadas de occidente, que se impregnaban en los cuerpos
mexicanos de una manera distinta a la que se esperaba.27 La sexuali-
dad fue una de tantas, de manera que las protagonistas vivieron en
acatamiento la expresividad de su cuerpo; la feminidad quedó relegada
y sustituida por una actitud varonil-proveedora, sobre todo la sexuali-
dad quedo desplazada.

[…] no pues más grande fue que me empecé a arreglar, antes me vestía como
niño, le quitaba los pantalones a mis hermanos y los hacia shorts, así anda-
ba […]28
¿Para qué es esa pregunta? [...] ¿Qué tiene que ver? [...] (Un silencio incomo-
do) […] pues no importa mucho, lo que importa es estar juntos […]29

Los cuerpos femeninos impregnados de deseo y/o pecado, se viven


con culpa. Los cuerpos de las mujeres interiorizan sumisión y ocultan
su feminidad, tapan sus atributos femeninos para no ser motivo de
despertar “bajos instintos”. Fue así que en su vida de pareja es con
pocas o sólo con una pareja con la que interactúan sentimentalmente,
y con ella se casan y sólo con ella tienen relaciones sexuales. Las entre-
26
 Teresita, realizada por Omar Zárate Olguín, p. 15.
27
 “Quién soy, es la pregunta que organiza nuestra subjetividad al vivir. Y, al vivir la
respondemos, tenemos identidad. Somos así y no de otra manera. Somos como y somos
diferentes a otros. El ser es la afirmación y negación en acto, semejanza y diversidad. La
identidad es entonces definida por el qué, el cuánto y el cómo de los otros tiene el sujeto,
y por lo que no posee de otros. ¿Quién soy Yo y quiénes son los otros?”, José Rosario
García Ortega (comp.), Compilaciones sobre género y la violencia, Instituto Aguasca-
lentense de las Mujeres, iam, 2008, p. 33.
28
 Señora Adela, p. 28.
29
 Entrevista realizada en el 2014 a Graciela, p. 70. Esta entrevistada no tuvo hijos.

Toda una vida dedicada a dar más de sí mismas. Reclamos silenciosos / 77


vistadas no hablan de su feminidad y sexualidad, por no creerla de
importancia, algunas de ellas evitan ese tema y por lo general todas
hasta muy avanzada edad, después de los 20 años, es que se empiezan
a arreglarse. Pero cuando se casan vuelven a descuidarse. Al ver por los
hijos dejan su arreglo personal para lo último.

[…] hacer aerobics, y con eso se detuvo todo el problema, pero ya des-
pués tuve a mi bebé, a Leonardo y ya se giró todo, ya el glamour dije ya,
por favor hay que hacer otra cosa ¿no? ya dejas, vuelvo a repetir vas
dejándote ¿no? ya esto no es una prioridad, vas dando prioridades dife-
rentes y ya la prioridad es atender al bebé, estar con otro tipo de situa-
ciones […]30

Es inevitable no hablar de la relación con la madre, pues es en esta


dialéctica que las protagonistas de esta historia se hacen mujeres, con
ellas y de ellas aprender a vivir. Las entrevistadas reniegan de la vida y
se construye un sentimiento de reclamo y frustración. En la relación
con los otros es que se rompe el equilibrio y el cuerpo enferma. La to-
lerancia, inclusión y respeto se pierden, y en su lugar se construyen
reclamos, anhelos y deseos, todos ellos siempre en silencio.
Así forjan en sus cuerpos emociones como la tristeza y el enojo,
principalmente; al no obtener lo que se proponen, las jóvenes en pre-
paración tiene la sensación de estar en un sistema de vida vacío, se es-
pera que los demás se comporten como ellas y afrontan frustraciones
al no encontrar eso que buscan. “…lo que en el fondo las deja incapa-
citadas para integrarse a su medio, hundiéndose en tristezas, miedos,
enojos y, en ocasiones deseos de muerte”.31

30
 Concepción, entrevista hecha por Lic. Omar Zárate Olguín, p. 28.
31
 Consultar: Evelyn Xareny Monroy Cervantes, Adolescencia: construyendo el
proceso de salud/enfermedad, unam-fes Iztacala, México, 2009, p. 101. “La tristeza y la
melancolía son las emociones más frecuentes en este elemento; se manifiestan a través
del llanto y a su vez secretan moco, si el moco es transparente como agua es por frío, si
los mocos son amarillos o verdes hay calor en el pulmón. El sabor asociado es el picante,
actúa como un regulador del pulmón y dispersante, el odiar o amar este sabor nos puede
hablar de patologías en el elemento metal. El picante activa la circulación de la sangre,
nos hace sudar. Existen cuatro tipos de picantes: frío, fresco (menta), tibio (canela) y
caliente (guindilla).” p. 27.

78 / Omar Zárate Olguín


[…] ay Dios mío ya llévame, no sé por qué mi mamá no me quiere, ya
sentí que me desmaye, me quede así […]32

Estos sentimientos de frustración, con el tiempo se vuelven un re-


clamo, en primer orden va dirigido a la vida, a la madre, ya en un se-
gundo orden se desplaza a los demás, que al igual que la madre nunca
les dieron afecto. La gente que fue ayudada, cuidada o apoyada, no
regresa las atenciones. Dejando en las entrevistadas una sensación de
que algo hicieron mal.
Las entrevistadas recurren a dar, alimentar o hacer un servicio
para que el otro esté contento (una especie de servilismo, se desviven
por el otro para agradarle, es el único recurso). No se quiere decir que
no ayuden o amen a los demás, existen otras formas de expresar el
cariño sin que la integridad se vea amenazada, la forma en que lo ha-
cen es desgastante.
El conflicto con la madre las llevó a construir sentimientos que no
procuran la vida, como el de no sentirse preferido. Es así que se abre
un código de reclamo y resentimiento. Las relaciones interpersonales
se hacen violentas, conflictivas, basadas en el enojo.
La relación conflictiva con la madre puede verse como el sinónimo
de una relación conflictiva con la vida, lo cual abre un código de muer-
te, es decir, un principio de vida que se acostumbró a morir, donde el
cuerpo cultiva un principio de muerte. Una constante dinámica donde
el cuerpo se siente amenazado, y es así que éste decide como opción
construir un cáncer.
En las familias hay una disputa por los afectos y estas hijas al ser
las de enmedio se pelean por encontrar su espacio haciendo de todo
para logar tener algo de cariño y aceptación, pero la opción que resul-
ta viable es dar y dar, que es lo único que tiene.

[…] Tal vez la aprobación de muchos, porque, porque yo fui una de las
mujeres… de los cinco hermanos yo era la más flaca, más morena ¿no?,
mi hermano esta alto, el otro esta medio alto, mi hermana pues era blan-
ca y el otro pues era blanco, entonces yo era la más flaca y la más more-
nita, entonces me decían, que, la calaca tilica y flaca, porque todos están

 Entrevista realizada a la señora Mercedes, por Lic. Omar Zárate Olguín, p. 34.
32

Toda una vida dedicada a dar más de sí mismas. Reclamos silenciosos / 79


gordos, y ahí empieza a ver el querer ser aceptado ¿no? porque empiezas
a engordar para que ya todos los gorditos ¿no? […]33
[…] andábamos en las fiestas con mis hermanos, y ya empezaron a tomar
y fumar y yo empecé de chismosa (risas), ¡no fumes porque le voy a decir
a mi mamá! Y este, ¡no tomes porque le voy a decir a mi mamá! Y ya,
como no hacían caso pues que le digo a mi mamá, entonces que se los
suena (risas) y ya no me volvieron a llevar (risas) […]34

Orgullo de madre

La gente a la que le entregaron sus atenciones, no paga con la misma


moneda, dejando una impresión de que algo hicieron mal. No reco-
nocen que necesitan afecto, principalmente con los hijos, que ellos les
reconozcan el esfuerzo. Los hijos se vuelven ingratos, éstos pierden el
sentido de la vida, se vuelven egoístas (yo no te pedí nacer, ahora
cuídame).
Las madres no sólo dan a los hijos, dan a los esposos, nietos, pa-
dres, tías, compañeros de trabajo, a todos. Su adiestramiento es tal que
sólo saben dar más de sí mismas. Creen que si dan de ellas así ganarán
el reconocimiento y el aprecio de los demás, cosa que no siempre se les
reconoce.
Las madres mexicanas dan y dan a sus hijos pues este es el princi-
pio que se ha encarnado en los cuerpos femeninos, una buena madre es
aquella que da y da a sus hijos sin importar su integridad, por la misma
razón los senos son símbolo de una maternidad sobre-protectora que
da y da sin ver por sus necesidad básicas, como lo es el descanso.

[…] entonces[…] si era yo una mujer que el tiempo se me iba, como agua
[…] y muy aprehensiva, entonces […] yo quería darle solución a todo
¿no? [...] prácticamente, o sea como que quería hacerme indispensable,
[…] pues si solucionar todos los problemas que se me presentaban, en
casa, en el trabajo y en mi otra casa, materna ¿no?, entonces […] desa-

 Entrevista hecha a Concepción, por Lic. Omar Zárate Olguín, p. 53.


33

 Entrevista hecha por Lic. Omar Zárate Olguín a Granados, p. 43.


34

80 / Omar Zárate Olguín


fortunadamente como que eso me fue minando mi salud, porque yo ya
me sentía cansada […] inclusive los dolores de espalda […]35
[…] los visto, los calzo, los alimento para que sean alguien en la vida; y
luego como pus las palomas, se vuelan, agarran sus alas y se vuelan, y
pus ni modo es así la ley de la vida […] yo le hecho muchas ganas, te digo
que mi máquina es mi hijo el chico, él es el que me da mucha fuerza […]
estoy muy bien sola, te digo tengo que ver por mis hijos […]36

Dentro de estas mujeres se construyó un ideal de ser mujer, pero


sobre todo de ser madre, una madre que sea capaz de dar todo por su
hijo, de darse y si es necesario quitarse el “pan de la boca” para que
su hijo esté bien. Las campañas actuales y de antaño se esfuerzan por
subrayar que “amamantar es amar”. Entonces, ¿Si no amamanta no
ama a su hijo?, ¿Si deja de amamantarlo, lo deja de amar?, innegable-
mente no, este discurso naturalizado hace que las mujeres extiendan su
periodo de amamantar más de los seis meses, a veces hasta 23 años,
metafóricamente.
El poder vencer el cáncer las enorgullece, es una condecoración
más de su poder. Siguiendo en la misma sintonía, pues se sienten más
fuertes. Primordialmente, su control radica en que ellas se hacen indis-
pensables para el otro, sensación que en ocasiones agrada, al final es
algo de autoridad.
El otro no responde como la madre esperaba, se muestra indife-
rente, distante, no agradece, no coopera con ella, deja toda la carga a
la madre, el otro se enoja con ella y jamás se acomide a regresarle algo
de que ella ha hecho. Pareja e hijos creen que sólo es función de la
madre. La vida se les complicó pues además de ser madres ahora son
proveedoras, esto es algo de lo que el feminismo heredó, la cultura así
lo demanda.

[…] las demandas constantes de mi esposo, para exigirme que estuviera


yo más al pendiente de la situación de mi hijo, o sea la renuencia de mi
hijo para aceptar […] ha sido muy desgastante para mí y ya el hecho de,
pues saber que tenía yo […] esa enfermedad […] que se las arreglen
como puedan ¿no? ya o sea ya es mi tiempo, entonces […] ya quisiera

 Entrevista realizada a Teresita, p. 3.


35

 Entrevista hecha a Leticia Rosas, pp. 11-12.


36

Toda una vida dedicada a dar más de sí mismas. Reclamos silenciosos / 81


delegar… responsabilidades, pero no hay la apertura, para poder aceptar
de la parte de los integrantes de mi familia […] cuando yo llegué y les dije
tengo cáncer, o sea como que, dijeron ¡ay! pues cómo te vas a enfermar
¿no? por Dios, o sea tú no te puedes enfermar […] de conseguir los me-
dios para que tú estés bien, tú no te puedes enfermar […]37

La madre no pide, no habla, guarda silencio y se dedica con esme-


ro a su labor por excelencia: dar buenos hijos al país, aunque esto re-
presente daño a su salud. ¿Qué pasa con esta madre que da y da al otro
que no valora lo que ella hace? que tal vez ni las gracias le dio, quizás
se enoja, se desespera, se cansa, se fastidia, se entristece o se pregunta
qué hace mal, sentimiento de frustración e insatisfacción con la vida.

Referencias

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37
 Entrevista realizada a Teresita, por Omar Zárate Olguín, p. 26.

82 / Omar Zárate Olguín


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84 / Omar Zárate Olguín


Cáncer mamario:
un espacio para reencontrarse
Laura Angélica Gómez Cruz*

¡Al escalar la montaña, tienes que soportar abruptos


senderos; al caminar sobre nieve, has de soportar
puentes peligrosos. La palabra “soportar” tiene un rico
significado. Al tratar con los inestables sentimientos
humanos y los caminos desiguales de la vida, si no
tienes un soporte que te mantenga, puedes caer en un
agujero en la jungla!

¡El cáncer no hace que una persona enferme, es la enfermedad de esa


persona la que ocasiona el cáncer!
En México, 5,400 cuatrocientas mujeres mueren cada año por
cáncer de mama. En promedio cinco de cada cien presentan un com-
ponente hereditario. El cáncer de mama es la primera causa de muerte
de mujeres en México y la enfermedad neoplásica femenina más fre-
cuente en el país.1
Los senos o glándula mamaria presentan varios cambios, dentro
de las lesiones que pueden generarse están los abscesos, los que no se
extienden hacia otros sitios; las otras lesiones se refieren a los tumores
que potencialmente irán ocupando tejidos sanos, a partir de ramifica-
ciones que se alimentarán por medio de sangre y de líquido linfático.
¿Por qué cambian éstas células? ¿Por qué dejan de hacer el ordenado
tejido celular que siempre habían hecho?

* Licenciada en Psicología por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (unam),


candidata al grado de maestra en Cuerpo y Salud por el Instituto de Investigaciones
Jagüey. Docente en Unitec, Universidad Mexicana, Universidad del Valle de México
campus Hispano y Colegio Montreal. Contacto: lauraangelica.psic@gmail.com
1
 Predicción de riesgo y detección temprana, retos entorno al cáncer de mama;
Gaceta-unam, octubre 2013, p. 12.

85
Al parecer el cáncer no es una enfermedad; es el último y desespe-
rado mecanismo de supervivencia del que dispone el cuerpo, y así mismo
la célula, porque una célula es un organismo determinado a vivir y a
crear su propia sobrevivencia.2
Partimos de la propuesta de López Ramos3, el cuerpo como uni-
dad, que indica que los seres humanos somos irrenunciablemente seres
culturales que siempre estamos inmersos en los límites y códigos de
una cultura específica, incluyendo que nos encontramos en un tiempo
y espacio ubicados en un momento determinado de la historia, y la
memoria de un grupo, así como la individual.
Dicha propuesta, viendo al cuerpo como un espacio de crecimiento,
resalta las relaciones internas que se dan en él; estas relaciones son toma-
das de la teoría de los cinco elementos de la medicina tradicional china,
que señala que cada órgano tiene una estrecha relación con una emo-
ción: Hígado-Ira, Corazón-Alegría, Bazo-Ansiedad, Pulmón-Tristeza
y Riñón-Miedo; las relaciones que establecen los órganos y sus respecti-
vas emociones están destinadas a la sobrevivencia del organismo. Según
López Ramos4 no se puede explicar el principio de vida de un órgano
sin el proceso de las emociones, en tanto su funcionamiento y su parti-
cipación con los demás órganos pueden verse afectados por las contin-
gencias emocionales, al grado de producir atrofias u obstrucciones.5 Es
por ello que consideramos que las emociones desempeñan un papel im-
portante en la construcción del cuerpo, y el espacio en el que empieza
dicha construcción es la familia, espacio en el que se instituye parte de
la memoria corporal.
Tenemos claro que las emociones surgen a partir de relaciones in-
terpersonales, las aprendemos en la relación con el otro; es a partir de
la cultura que adquirimos cómo apropiarse de las emociones, de qué
enojarnos, de qué ser felices, de qué tener miedo, etc. Es por ello que el
desarrollo de un cuerpo humano está relacionado con las significacio-
nes de la realidad que se establecen en la convivencia social.
La familia es el lugar de la concepción, el nacimiento y el creci-
miento del cuerpo humano; es el marco desde el cual el ser humano

2
 Andreas Moritz, El cáncer no es una enfermedad, Obelisco-España, 2012.
3
 López Ramos, De lo corporal a lo psicosomático VII, ceapac-México, 2011.
4
 Ibid.
5
 López Ramos, op. cit., p. 230.

86 / Laura Angélica Gómez Cruz


establece las referencias de todos los aspectos de su vida. La familia es
adiestradora, educadora en la construcción de un cuerpo, es el ámbito
donde los seres humanos aprendemos a significar la realidad, a través
de las relaciones y la intersubjetividad del sujeto.6
Lo anterior nos remite a cuestionarnos sobre la construcción que
podemos hacer de un padecimiento; es por ello que a partir de la his-
toria oral se indaga sobre la geografía, alimentación, relaciones inter-
subjetivas, emociones, sentimientos, acciones, así como deseos de pa-
cientes con cáncer mamario, lo que nos permitirá suponer una ruta o
construcción de la enfermedad.
¿Cómo vive y significa su cuerpo la mujer mexicana? Un concep-
to muy importante en este papel de madre, es el seno, como símbolo de
acogimiento y prolongación de la vida, de nutrición, de protección,
de vínculo afectivo y hasta de identidad.
El pecho, busto, mama o glándula mamaria, es una parte del cuer-
po que ejerce atractivo sexual y por ello no sólo no se permite tocarlo,
sino que ni siquiera hablar de él; podemos observar que dentro de la
tradición oral, en las familias hay información que se pasa de genera-
ción en generación, por ejemplo, cuando nace un bebé, entre las muje-
res de la familia transmiten a la nueva madre todos sus conocimientos
sobre el cuidado del infante, pero no así del cuidado de su pecho, como
parte esencial para el amamantamiento del nuevo ser.
Las políticas de salud también son introyectadas en el cuerpo de la
mujer; hubo una época en la que se promovió principalmente la nutri-
ción por leche de fórmula y la madre que decidía amamantar era vista
como desconsiderada al negar a su progenie la oportunidad de alimen-
tarse “artificialmente”. ¿Qué sucedía con el cuerpo de aquella que ne-
gaba la naturaleza corporal del amamantamiento, a partir de las emo-
ciones que se generaban vía la crisis?
Como ya se mencionó, otra visión del seno femenino es la relación
que tiene como objeto de sexualidad e identidad femenina, mostrarlo
u ocultarlo es parte de la significación que le da la mujer para sentirse
precisamente mujer; vemos cómo las adolescentes se enfrascan en sis-
temas de competencia por el volumen que tienen del pecho, para pos-
teriormente sufrir con la idea de algún día perder ese “atractivo”.
6
 Lluís Duch y Joan-Carles Mèlich, Escenarios de la corporeidad antropología de
la vida cotidiana, p. 373.

Cáncer mamario: un espacio para reencontrarse / 87


Los dos aspectos mencionados plasman una apropiación del cuer-
po a partir de otro ser humano, es decir, la cultura, el sistema, la familia,
incorporan estilos de vivir que no siempre están a favor del principio
de vida. Se dice que a las mujeres nos educan para ser para el otro,
para atender a los demás, cuidarlos, y agradarles.
Asimismo el proceso de creación de la nueva femineidad, también
ha conllevado una nueva apropiación del cuerpo de la mujer, las muje-
res cada vez más deciden no ejercer la maternidad, por ser vista como
un aspecto esclavizante de la vida, también deciden modificar su cuer-
po a una temprana edad, implantes en los glúteos o principalmente en
los senos, el modelo de belleza se mantiene y sobrepasa los principios
de salud.
La salud de las mujeres se ha visto afectada en las últimas décadas,
vemos más adolescentes con diagnóstico de ovarios poliquísticos, mu-
jeres en edad reproductiva con problemas de infertilidad, y mujeres
que ven decaer su vida rápidamente a causa de cáncer.
¿Cómo se apropia de su cuerpo la mujer de este siglo? Diríamos
que no está a gusto con su cuerpo cuando la mercadotecnia se encarga
de decirle que puede ser mejor y la demanda de productos que modifi-
quen el físico es elevada. Las características esenciales de la mujer
como la menstruación, el cuerpo curvilíneo, son censuradas, ya que
terminan cubriendo algo de su cuerpo, que es lo que no gusta.
Dicho lo anterior consideramos que la mujer lleva consigo una
constante crisis entre el ser y el deber ser, crisis que puede derivar en
una enfermedad letal como el cáncer. A continuación citaré algunos
testimonios que ejemplifican lo ya mencionado.
Las entrevistadas coinciden en que empezaron a laborar a muy tem-
prana edad, e incluso que se modificaron la edad para que les permitie-
ran trabajar, sin embargo, en el momento en que se casaron dejaron de
laborar. Otra de ellas laboró todo el tiempo por tener un buen trabajo y
otra por ser el único sustento de sus hijos; esto las lleva a vivir en espa-
cios donde aumenta la competencia, el sentimiento de responsabilidad
crece, además de cambiar los hábitos alimenticios: de una alimentación
de casa donde se carece de carnes rojas, lácteos y productos refinados, al
tener un ingreso económico se permiten incluir estos alimentos en su
dieta, generándoles problemas digestivos como estreñimiento.

88 / Laura Angélica Gómez Cruz


Proviniendo de familias vulnerables económicamente, los proyec-
tos de vida como continuar con sus estudios, se vieron modificados
ante las necesidades familiares:

R: Cuando mi papá se accidentó, yo tenía 15 años, entonces mi mamá


nos mandó a todos a trabajar, yo pedí trabajo en una caseta telefónica
que estaba cerca de mi casa, pero yo quería ser maestra de educación fí-
sica, porque me dijeron que por mi estatura quedaría bien como maestra.
A: Cuando corrieron a mi papá de la fábrica, tuve que trabajar, a mí
gustaba mucho vivir en la fábrica, había unos jardines hermosos, comía-
mos en el comedor y les hacíamos mandados a los trabajadores, y así nos
ganábamos unas monedas, pero cuando a mi papá lo corrieron me fui a
trabajar a una fábrica y las viejas eran bien canijas, porque me ponían a
picar los chiles, es que era una fábrica de enlatados.
Cuando cumplí 15 años mi hermano se vino para la ciudad, él ya tenía
17 años y me dijo, que nos viniéramos, que así ya no le causábamos
molestias a mi mamá, llegamos con un hermano que ya estaba aquí y
vivía con su esposa, empecé a trabajar en una fábrica haciendo el aseo,
pero la esposa de mi hermano era bien grosera con nosotros.

Otra categoría identificada es la incorporación del rol de mujer de


casa, dedicada a los hijos y a su esposo, fenómeno muy muy arraigado,
sin embargo, la experiencia no fue como lo esperaban y lo viven con
frustración o depresión.

S: Mi pareja, pues me dejó... En aquel tiempo, haga de cuenta que iba 15


días, se estaba en Chihuahua y 15 días, venía para acá… yo, joven, con
mis hijos, nada más en mi casa, nunca me dio por irme, … y se fue y ya
no supe nada de él hasta ahorita.
Nooooo. Fue una... como que esto que tengo (refiriéndose al cáncer), no
fue tanto con lo que me pasó (refiriéndose al abandono de su esposo),
porque con eso que me pasó, hice cosas... no. A mis hijos los agredía,
esteeeeee; sentía que me moría.
A: Me casé, mi mamá veía que andaba mucho en la fiesta, me decía, debías
de casarte, no vayas a salir mal, me casé ilusionadísima, pensé que iba a ser
diferente; mi esposo, me tuve que ir a vivir con toda la familia de él, un in-
fierno, un verdadero infierno; porque mi esposo era el mayor de todos, tuvo
que darle dinero a mi suegra hasta que se murió, a mí, siempre me limitó

Cáncer mamario: un espacio para reencontrarse / 89


y me privó en todos los aspectos, y uno de tonta, pendeja porque esa es
la palabra, ahora que yo me doy cuenta fui muy tonta o muy noble, o lo
quería demasiado, no supe, pero eso a mí, me, me frustró y me llenó de
mucho rencor y resentimiento porque mi esposo, no me dio mi lugar
desde el principio, luego vivía una de mis cuñadas, y él siempre con ellas
y todo con ellas, búrlese y búrlese y risa y risa, y luego se encerraban en
la casa de mi suegra, y luego no me dejaban entrar. Unas cosas que...
ahora yo le digo, eso me llenó de rencor y frustración... En vez de llegar
acá llegaba allá, me llenaba de coraje porque llegaba a comer y comía
allá y yo con la comida esperándolo, eso no le importaba, él con su
mamá.
Empezaba a andar de canijo no llegaba… eso no sabe qué frustración y
qué coraje me daba... Nos agarrábamos, bien feo, él decía que yo tenía
la culpa... todo se lo tenía limpio, su comida, su agua para bañarse...
eso era lo que me enojaba, no otra cosa... me daba unos fregadazos
bien buenos, me dijo el doctor, que te pasó, nada, nada, a nadie le decía
nada.
R: Mi primer esposo era muy inteligente, desde la primaria tuvo premios,
tiene una foto con un gobernador y cuando salió de la universidad ya
tenía su trabajo en Bancomer, por los reconocimientos que tenía, pero
tenía cosas que no me gustaban mucho, me controlaba mucho con el te-
léfono; hubo una vez que íbamos con unos amigos a leer la Biblia, yo no
soy muy devota pero él sí un poco; después de la lectura, nos pregunta-
ban que habíamos entendido, él se echaba ahí toda su cátedra, cuando
me preguntan a mí, haber R, ¿Tú qué opinas?, él me quita la palabra y les
dice: “que ella no opine, que no diga nada”, yo fui con un sacerdote que
lo conocía bien desde que había sido monaguillo y él me aconsejó, que
me separara de él, que era buena persona, pero que no iba a cambiar.

Asimismo, la sociedad industrializada y la modernidad generan en


el individuo un sentimiento de competencia el cual lleva a perder el
principio de cooperación y por ende de la vida.

S: Mi hermana es la que vive con mis papás, y siempre dijo que ella cuidó
a mis hijos, pero yo trabajaba y todo mi sueldo se lo daba a ella; un día
mi papá me pidió que lo acompañara al supermercado, y me pidió que

90 / Laura Angélica Gómez Cruz


escogiera un regalo para mi hermana, porque siempre ha sido su consen-
tida, pero ese día era mi cumpleaños.
R: No tolero que mi hermana sea así, siempre con su actitud de, es que
mi esposo no me deja, y nada más le habla a mi mamá para darle proble-
mas, pero ni viene a cuidarla.
SM: Todo el tiempo me está criticando, que si me separé, que yo no opi-
no porque vivo en pecado... Yo voy a ver a mi mamá y le llevo su fruta,
sus zapatos para pie diabético, ellas ni la cuidan.

La educación que recibieron está relacionada con ser para otros, y


por lo mismo difícilmente se permiten depender del cuidado de otros,
y continúan con una actitud de autosuficiencia e incluso soberbia.

¡Ah! yo no quiero ser inútil, no quiero causar ni lástima ni, ni nada, yo


por eso, aunque me sienta de la patada, yo me tengo que parar, y tengo
que decir, yo tengo que hacer lo mío, porque eso de que te empiecen a
que: “Ay que pobrecita, ay que esto que lo otro”, no.

Lo anterior permite ver al cuerpo en un proceso en el que se ve


amenazada la vida, lo que implica desgaste y pérdida de energía que el
cuerpo no recobra fácilmente. Podemos agregar que el cuerpo constru-
ye otras respuestas, si tampoco se le permite expresar las emociones;
entonces al entorpecer el flujo de energía un órgano se enferma o se
desarrolla menos. Todos tendremos una interpretación de nuestras vi-
vencias, ¿Qué incorporación hacemos de ellas?
La propuesta de la cual partimos señalada por López Ramos su-
giere que la ruta de un padecimiento inicia por un deseo, el cual genera
una emoción y así un sentimiento, para desarrollar una actitud y final-
mente llevarlo a una acción. La pedagogía de lo corporal es la que nos
permitiría dar propuestas de prevención; en primer lugar es la que nos
indica un cambio en esa ruta de la enfermedad, es decir, ¿cómo una
emoción desequilibró el funcionamiento de un órgano, y este alteró a
otro? La historia de vida es una herramienta que ayuda a identificar la
significación que dio la persona a cada vivencia y la emoción que pre-
dominó. La pedagogía de lo corporal implica el trabajo del cuerpo, el
cual involucra el desapego de los deseos, el trabajo con las emociones,

Cáncer mamario: un espacio para reencontrarse / 91


cambiar la memoria corporal y desarrollar los principios básicos de
cooperación y del cuidado a la vida.
El análisis continúa ya que podemos identificar que surgen otras
categorías. Sin embargo, también las reflexiones se van tornando en el
sentido de la prevención como es el trabajo con las emociones, no ato-
rarse en un reclamo, un odio, un rencor, encontrar formas en las que
los individuos aprendan a expresar y soltar sus emociones; la base para
esto va siendo el trabajo corporal, tomar conciencia de nuestros proce-
sos para que el sujeto pueda “verse”, “encontrarse” y decidir qué ha-
cer con su cuerpo.

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92 / Laura Angélica Gómez Cruz


Cáncer de pulmón,
propuestas para la vida
Fernando Alonso Mellado Aguirre*1

Cada año en México mueren alrededor de 60 mil personas a causa de


los diferentes tipos de cáncer, de los cuales 29 mil son hombres, 27 mil
son mujeres y 1,600 son niños. En los países en vías de desarrollo el
cáncer de pulmón es de los más comunes en hombres y en México al-
rededor de 10 mil personas son diagnosticadas cada año con este tipo
de cáncer de los cuales 9 mil no logran sobrevivir a la enfermedad de-
bido a lo agresivo que es y a la falta de un diagnóstico y tratamientos
pertinentes.
Las explicaciones que se dan del cáncer desde la medicina alópata
mencionan que se trata de un proceso de mutación que ocurre en las
células y que altera la información del adn lo que afecta su reproduc-
ción y su funcionamiento. Las células afectadas se reproducen más
rápido de lo normal ya que no poseen un mecanismo de control, su
crecimiento desmedido es lo que resulta en la formación de tumores y
abscesos que afectan las estructuras y funcionamiento de los órganos.
En el cáncer de pulmón el tumor se forma en las células que recubren
las vías respiratorias dificultando la capacidad para respirar lo que
afecta la condición física del cuerpo, el proceso de oxigenación de la
sangre así como el de desintoxicación.
Los métodos para tratarlo son la radioterapia y la quimioterapia
principalmente pero los resultados con estos tratamientos no han sido
los esperados y en muchas ocasiones estos tratamientos contribuyen a
que el tumor crezca y consuma con mayor rapidez al cuerpo.

* Licenciado en Psicología por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (unam),


candidato al grado de maestro en Cuerpo y Salud por el Instituto de Investigaciones
Jagüey. Terapeuta independiente. Contacto: acupunturaypsicologia@hotmail.com

93
Cualquiera que sea el caso y el tratamiento, lo cierto es que las ins-
tituciones de salud se están quedando sin respuestas ante la realidad de
las enfermedades que está viviendo el cuerpo en la sociedad actualmente.
El cáncer de pulmón alcanzó su máximo nivel de incidencia entre
finales de los años 80’s principios de los años 90’s; y su desarrollo se le
ha atribuido hasta la actualidad al consumo de cigarro y a la exposición
a un medio ambiente contaminado. Los médicos del Instituto Nacional
de Cancerología sostienen que basta con dejar de fumar y habitar en
ambientes libres de contaminación ambiental para prevenir este tipo
de cáncer, sin embargo, las investigaciones realizadas en el Instituto
respecto de los pacientes que tienen cáncer de pulmón indican que hay
pacientes que desarrollaron el cáncer y que nunca han fumado y su
lugar de residencia o espacio laboral no estuvieron expuestos a la con-
taminación o las toxinas, esto contradice todo el argumento expuesto
por la medicina académica respecto de los factores de riesgo sobre el
cáncer de pulmón.
Este hecho nos hace cuestionar acerca de las formas de entender al
cuerpo en la modernidad, desde las ciencias y la medicina hemos en-
contrado que el marco de análisis e interpretación de las enfermedades
que utiliza la medicina académica para realizar los diagnósticos y sus
respectivos tratamientos sirven a un modelo médico derivado y soste-
nido en los intereses económicos, por lo cual el cuerpo es blanco de la
deshumanización, está violentado, teorizado, psicotizado, enfermo y
por lo tanto medicado.
Desde esta visión, y estudios que estamos realizando acerca de la
comprensión del cuerpo y las enfermedades, hemos encontrado que el
cuerpo es un sistema vivo conformado por lo fisiológico, lo emocional,
lo mental y lo espiritual, elementos que se encuentran en una constante
interacción y que en su conjunto constituyen el microcosmos, este mi-
crocosmos se nutre y está en función del macrocosmos, que se refiere a
todo lo que se encuentra fuera del cuerpo pero que influye sobre su es-
tado, es decir, los ciclos de la naturaleza, los climas, los alimentos que
consume, en las relaciones familiares y afectivas que establece, las condi-
ciones económicas, sociales, políticas, culturales. Todo movimiento que
se genere al exterior del cuerpo va a impactar en el interior; y todo movi-
miento interior va a expresarse de vuelta hacia el exterior pero ubicándo-
se en el plano corporal, ya sean en condiciones que nutran su crecimiento,

94 / Fernando Alonso Mellado Aguirre


o en condiciones psicosomáticas que lo degraden y que generen intermi-
tentemente los síntomas creando así la enfermedad como expresión de
las circunstancias y condiciones que se están viviendo.
El cuidado del cuerpo va más allá de cubrir sus necesidades acerca
de vestir, comer y tener que dormir, la propuesta de interpretación del
cuerpo y las enfermedades que se expone para el tratamiento de las
enfermedades, sobre todo con el cáncer, surge de la necesidad de rom-
per los condicionamientos, los hábitos sociales y culturales que some-
ten la condición corporal y emocional a un proceso de enfermedad que
se construye a través de lo que come, lo que siente, lo que piensa, las
relaciones interpersonales que establece y la falta de un sentido de la
vida que vea por el cuidado del cuerpo y la salud, así como por la coo-
peración con los otros.
El proceso implica llevar a cabo un trabajo corporal que pueda
disciplinar, ordenar y modificar sus hábitos de descanso, de sueño, de
alimentación, de trabajo físico y espiritual, de cooperación y de con-
trolar los deseos artificiales que surgen en el cuerpo.
Los hábitos y costumbres conforman estilos de vida; dependiendo
del espacio en el que se viva habrá un clima, una manera de alimentarse,
una forma de relacionarse entre padres e hijos, una manera de sentir y
de expresarse, una manera de establecer relaciones sentimentales y afec-
tivas, una manera de convivir, de trabajar, de dar, de esperar, de anhelar,
de enfermar y de morir. Es decir, una manera de relacionarse con la vida.
Debido a la profunda interacción entre cuerpo y cultura, la inter-
pretación de los fenómenos que ocurren en el plano corporal requieren
de una lectura que incluyan los fenómenos de la modernidad y la cul-
tura presentes en el contexto social. Todo síntoma es la expresión física
de una condición emocional que deriva de una experiencia por lo ge-
neral de conflicto y que al no ser enfrentada o resuelta comienza a
viajar al interior del cuerpo impactando en el funcionamiento y condi-
ción de los órganos generándoles un constante desgaste.
Las historias de vida acerca de quienes padecen cáncer de pulmón
nos hablan de seres melancólicos, personas que han vivido situaciones
de abandono, maltrato, rechazo, sometimiento, carencias afectivas y
humanas que han influido en la toma de decisiones que los han llevado
a depositar en su relación afectiva de pareja todos sus anhelos y necesi-
dades. Son personas muy dedicadas, muy trabajadores, muy leales pero

Cáncer de pulmón, propuestas para la vida / 95


finalmente hay conflictos con la pareja debido a infidelidades o una re-
lación desgastada por la distancia y la frialdad en la expresión afectiva,
pero prefieren olvidar en vez de enfrentar, acumular, aguantar y enfer-
mar. Resistir, pero el cuerpo tiene un límite y literalmente no lo puede
guardar por mucho tiempo, antes de reclamarlo desarrollará un tumor.
La modernidad como tal ha influido directamente en las maneras
de vivir de las sociedades. Globalización y capitalismo son dos formas de
existencia que terminan por borrar la identidad social anteponiendo la
forma artificial de estilos de vida que derivan en procesos de enfermedad.
Por lo cual es necesario incidir sobre ciertos aspectos básicos que
requiere el cuerpo para vivir, pero que se han descuidado por lo frené-
tico que resulta la vida en sociedad.

La nutrición:
Reconocer que los alimentos son la única fuente de energía de la que se
nutre el cuerpo, la calidad y combinación de los alimentos tiene relación
con la calidad y funcionamiento de las células del cuerpo y de los sistemas
de desintoxicación y de defensa. Los estados emocionales al comer influ-
yen en la asimilación de los nutrientes de los alimentos, los alimentos in-
fluyen en los estados emocionales del cuerpo.

La competencia:
Desapegarse de competir con los otros y ejercitar el principio de la coope-
ración, esto permite que los órganos también cooperen entre sí en vez de
ponerlos a competir por el suministro de nutrientes y energía. La coope-
ración permite el equilibrio entre lo interno y lo externo, la competencia
aísla en la individualidad.

El trabajo con las emociones:


Identificar las emociones, su uso y de donde provienen para poder dirigir
esas energías a la construcción del cuerpo y no a su destrucción. Es nece-
sario entender que las emociones como la tristeza, el enojo, la ansiedad, el
miedo y la alegría, son emociones que pertenecen al cuerpo, no es necesa-
rio batallar con ellas, habitan el cuerpo y los órganos, y diariamente de-
berían ser expresadas pues en eso consiste la clave para no almacenar
penas, preocupaciones, frustraciones, tristezas y culpas.
Existen trabajos e investigaciones realizadas en los últimos años por mé-
dicos alópatas que han padecido diferentes tipos de cáncer1 que a falta de

1
 David Servan-Schreiber, Anticancer, Edit. Diana.

96 / Fernando Alonso Mellado Aguirre


una respuesta alentadora por parte de la medicina académica y sus trata-
mientos, han buscado en las terapias alternativas una manera de entender
la enfermedad. Todos coincidieron en que era indispensable realizar un
trabajo de perdón, de reconciliación, de ofrecimiento para poder liberar
al cuerpo de esta tensión alojada y, en algunos casos poder detener el de-
sarrollo y crecimiento del tumor, y en otras ocasiones lograr desaparecer-
lo, incluso en otros casos poder morir en paz.
El trabajo y la práctica corporal:
Que vaya más allá de una práctica social y logre convertirse en una prác-
tica cotidiana que discipline y eduque al cuerpo, recordando que la místi-
ca y la espiritualidad son dos elementos que hay que rescatar en la vida
cotidiana pues establece una manera natural de relacionarse con uno mis-
mo y con los demás.
Aprender el lenguaje y las expresiones que manifiesta el cuerpo
y las emociones:
Pues el cuerpo tiene mecanismos complejos y a la vez tan sutiles en donde
el contenido simbólico del mensaje conlleva implícitamente la elabora-
ción de las experiencias de la vida cotidiana.
Evitar la automedicación:
Esta bloquea las funciones corporales y despoja al síntoma del mensaje
que está tratando de expresar, complejizándose así las condiciones y ca-
racterísticas del padecimiento.
Aprender:
A identificar qué es lo que está alterando el orden de la vida, qué es lo que
está generando las tensiones o decepciones y tomar una contundente de-
cisión para alejarse de aquellas situaciones que están consumiendo al
cuerpo y con ello la vida y así poder reelaborar una alternativa que per-
mita el desarrollo del cuerpo y del espíritu.
Atreverse a elegir y a construir:
La represión y el sometimiento por miedo, inseguridad o falta de confianza
limitan las posibilidades de encontrarse con la vida y por ende de cons-
truirla.
Apropiarse del cuerpo:
Alejarlo del capitalismo y las prácticas sociales de enajenación y consu-
mismo para poder salir de esa dinámica y brindarle al cuerpo las mejores
condiciones para su desarrollo y crecimiento a partir de sus necesidades
reales, no a partir de las necesidades artificiales y los deseos inculcados
por la sociedad.

Cáncer de pulmón, propuestas para la vida / 97


Cada uno tenemos diferentes destinos, por lo que es importante
apropiarse del cuerpo y conocerse uno mismo para descubrir y desa-
rrollar las capacidades que a cada quien le correspondan en su espacio.
La vida desde la artificialidad que es la modernidad sólo propone
el crecimiento económico como proyecto de vida, pero a cambio de
una vida inmersa en el estrés y en padecimientos cada vez más agresi-
vos, la expresión del cáncer es la expresión de la artificialidad en las
formas de vida de la modernidad contenidas en el cuerpo
En esta dinámica intentamos dar lectura del cuerpo mexicano co-
nociendo sus características, su historia, su geografía, su alimentación,
su lenguaje, sus creencias, sus condiciones políticas, económicas, emo-
cionales, culturales, religiosas, que finalmente constituyen un estilo de
vida y determina un estilo de muerte.
Ningún medicamento cambia la actitud, ni quita la depresión o el
coraje, es necesario hacer un profundo trabajo para poder mover al
cuerpo, las emociones y la memoria de las células en pro de un proyec-
to de vida, esa es la labor de este equipo de investigadores, el diseñar
según las características del paciente un trabajo de prevención del cán-
cer o de alguna de las enfermedades crónico-degenerativas que integre
el trabajo de los elementos físicos, emocionales, intelectuales y espiri-
tuales bloqueados para que pueda manifestarse el potencial de pleni-
tud de la vida, que finalmente es muy corta y por lo mismo merece
aprender a vivirla con dignidad.

98 / Fernando Alonso Mellado Aguirre


Cuerpo humano y obesidad

Ramón Stalin Calles Santiago*

Cuando uno despierta lo primero que hace es acomodar la realidad


con los ojos que nos ha dado la cultura y la sociedad, después el cere-
bro se ocupa de ir dándole sentido a las cosas que nos han dicho son
la realidad en nuestra existencia.1
El cuerpo humano es el espacio donde ocurre esto; es un espacio
en donde la vida se desarrolla, toma forma y crece; es un todo integra-
do, un espacio indivisible donde habitan emociones, sabores, gustos e
inclusive historias familiares.
El cuerpo está en una constante interacción, construcción y cam-
bio, aunque muchas veces el modelo positivista no nos permite ver
esto, por ejemplo, en la medicina tradicional china se considera que la
naturaleza y sus movimientos forman parte del ser humano, así, cada
una de nuestras emociones, nuestros sabores predilectos y nuestros
órganos están correlacionados; y también con algún elemento de la
naturaleza, así tenemos por ejemplo que:

• El sentimiento de enojo o ira, se relacionan con el sabor agrio, el


elemento madera, y el hígado y la vesícula biliar,
• La alegría con el sabor amargo, el elemento fuego y el corazón y el
intestino delgado.

* Licenciado en Psicología por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Maestro


en Cuerpo y Salud, y estudiante de doctorado en Estudios Multidisciplinarios sobre la
Construcción Corporal por el Instituto de Investigaciones Jagüey. Docente de la Uni-
versidad del Valle de México campus Hispano y Universidad etac campus Coacalco.
Contacto: psicramon@hotmail.com
1
 Sergio López Ramos, Órganos emociones y vida cotidiana, ceapac, México.

99
• La ansiedad con el sabor dulce, el elemento tierra, y el estómago y
bazo páncreas.
• La tristeza con el sabor picante, el elemento metal y el pulmón e
intestino grueso.
• El miedo con el sabor salado, el elemento agua y el riñón y la vejiga.

Se preguntarán ¿Y eso qué tiene de importante? En la investiga-


ción que estamos realizando en el Instituto Jagüey esto es vital, ya que
el cuerpo así, se puede ver o más bien leer con otra óptica, lo que nos
permite relacionar una emoción con un órgano, con un padecimiento,
con una forma de vivir y hacer las cosas.
Por ejemplo, las personas con mucha ansiedad preferirán sabores
dulces que se encuentran generalmente en panes y caramelos o golosi-
nas y por consiguiente tenderán a subir de peso; alguien con tristeza
preferirá el sabor picante, papas, tacos y demás comida serán adereza-
das con picante, esto lastima los intestinos. Por otra parte, las personas
con miedo tendrán como víctimas del salero a sus alimentos, que toda-
vía, incluso, antes de probar los alimentos ya sentirán la falta de sal.
El cuerpo se vuelve no sólo adicto a un sabor, sino también a una
emoción; y lo más importante, a una forma de vivir; ya sea que este-
mos tristes, enojados o ansiosos, no debemos permitir que nuestra vida
se haga adicta a un tipo de emoción en particular; lo mejor es que estas
emociones circulen por nuestro cuerpo, se muevan y se expresen de
una manera sana, así no se acumulan en el cuerpo y el espacio del
cuerpo, (que no está diseñado para almacenar) y entonces este cuerpo
se convierte en un espacio para la vida.
Cabe mencionar que no sólo las emociones y los sabores cruzan el
cuerpo, hay otros factores, como pueden ser las pérdidas (de una pare-
ja, novio, familia, amigos), la posición social, el hecho de tener a nues-
tro alrededor gente que nos ama, o gente que nos destruye; la misma
familia a veces puede ser un factor determinante.
En la investigación que se está realizando en el Instituto Jagüey
nos dimos a la tarea de entrevistar a 10 personas con problemas de
obesidad, elegimos este tema porque actualmente en México es un
problema de salud pública que ubica al país en primer lugar mundial
para niños con sobrepeso y obesidad, y el segundo en adultos. Otra
consecuencia es la mortalidad 12 veces mayor en jóvenes de 25 a 35

100 / Ramón Stalin Calles Santiago


años, también el 25% de las incapacidades laborales se deben a la
obesidad y tres de cada cuatro camas de hospital son ocupadas por
pacientes con enfermedades relacionadas con esta enfermedad.
De acuerdo con Charbel, et al.,2 las cifras de obesidad en el país
para el año 2012 son las siguientes:

% de población respecto del


Estado total nacional % de decesos que aporta
Estado de México 13.5 20.2
Ciudad de México 7.9 17.9
Jalisco 6.5 14.7
Veracruz 6.8 10.5
Guanajuato 4.9 11.1
Puebla 5.1 9.5

Además de esto, algunos factores y enfermedades asociados a la


obesidad son: cáncer de seno, cáncer de colon, cirrosis, crecimiento del
hígado, gastritis, gota, reflujo gastroesofágico, diabetes mellitus, de-
presión, trastornos de discos cervicales, ansiedad, hipertensión, infer-
tilidad, trastornos en rodillas y osteoartritis.
De toda esta información surge la importancia de buscar cómo es
que los individuos con sobrepeso y obesidad construyen un cuerpo con
determinadas características.
La manera en que podemos ver o seguir esta ruta del proceso de
construcción corporal de las personas con algún padecimiento como
cáncer u obesidad, es también a través del método de historias de vida,
o sea realizamos entrevistas a estos sujetos para ver cómo es que ellos
han vivido o más bien construido su proceso. Algunos datos de interés
que se identificaron fueron:

• El cuerpo es un espacio que no está diseñado para guardar ni para


acumular, tiene una condición de purificarse constantemente, ya
sea través de las heces, a través del sudor, de las lágrimas o de la
orina; pero también se tiene que purificar de emociones dañinas,

2
 Sofia Charvel, Martín Lajous y Mauricio Hernández. “Obesidad, la epidemia”,
Nexos, marzo 2013, disponible en: http://www.nexos.com.mx/?p=15211

Cuerpo humano y obesidad / 101


en el caso de los entrevistados ellos tienden a guardar resentimien-
tos, enojos y tristezas. Cuando esta condición emocional dura de-
masiado o se almacena en el cuerpo durante mucho tiempo, pode-
mos observar que éste se transforma en un cuerpo muchísimo más
grande o sea obeso, el que permite ahora acumular, guardar y tam-
bién protegerse del medio hostil en el cual vive día con día.
• En algunas de las personas entrevistadas las familias no comían
juntas, es decir, faltaban los padres a la mesa mientras comían, se
trataba de mamás o papás solteros; o que trabajaban lejos, o con
dobles turnos o divorciados; estas personas que muchas veces co-
men con la ausencia de algún padre a la mesa tienden en algún
momento a comer de más, ya que cuando el padre ausente regresa
a la casa y llega a comer, ellos nuevamente comen para acompa-
ñarlo, o simplemente tratan de compensar una ausencia con un
tipo de comida o sabor determinado que les recuerde su presencia.
• Hay que aclarar que no sólo esto es un factor determinante para la
obesidad, hay otros procesos que se van desarrollando a la par y
los cuales estamos buscando en las historias de vida de los sujetos
para ver cómo se va construyendo este proceso.

La finalidad de nuestra investigación está encaminada a desarrollar


una cultura de la prevención; tomando en cuenta que una pastilla, un
aparato para hacer ejercicios, una crema, o un tratamiento no harán
que se pierda peso de un día para otro. Hace falta un trabajo corporal,
para poder purificar el organismo, moverlo y también equilibrarlo.
El cuerpo es de cada uno de nosotros y somos responsables de su
cuidado, esto se logra alimentándolo, ejercitándolo, acompañado de
hábitos emocionales más sanos, como ejercer los principios de: asom-
brarse, indignarse y enamorarse de la vida y de lo que cada uno hace-
mos, no conformarse con lo que uno tiene sino trabajar a diario por lo
que cada quien quiere lograr y en este viaje que llamamos vida sentir-
nos a gusto con nuestro cuerpo, con lo que hacemos diario, sin lasti-
marnos a nosotros, ni a los demás.
De esta manera podemos tener un cuerpo que preserve la vida, el
cual siempre está en una permanente construcción, cambiando, apren-
diendo y desarrollándose; eligiendo así una forma de sentir, amar, comer,
vivir y, porque no, también de morir, pero eso sí, de una manera digna.

102 / Ramón Stalin Calles Santiago


Tercera parte

Reflexiones sobre la vida, el cuerpo,


el ambiente y el trabajo
Vivir sin la megalópolis al interior
Carlos Geovanni Varela Vega*

La modernidad se caracteriza por la búsqueda del desarrollo econó-


mico por la vía del progreso. En México, la industrialización creciente
y tecnificación de los sectores productivos a finales del siglo xix y la
segunda mitad del siglo xx, exigían la transición y adaptación del cam-
pesinado a un nuevo espacio: la ciudad. Con ello surgieron otras for-
mas de relaciones intersubjetivas, regidas por la condición de ciudada-
nos. En la ciudad fue menester el control de la población, su ajuste a
un estilo de vida que implicaba la generación de nuevas estructuras fi-
liales que se añadirían a la hasta entonces dominante familia extensa.1
En la familia proletaria los hombres se constituyeron como los provee-
dores del hogar,2 mientras que las mujeres se abocaron a la tarea de su
administración, sobre todo, el cuidado de los hijos.3 La familia nuclear
asentada en los espacios de los hogares de interés social, así como los

* Licenciado en Psicología por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. Maes-


tro en Cuerpo y Salud, y estudiante de doctorado en Estudios Multidisciplinarios sobre
la Construcción Corporal por el Instituto de Investigaciones Jagüey. Profesor-investi-
gador en la Universidad Mexiquense del Bicentenario, Unidad de Estudios Superiores
Tultitlán y en el programa de maestría en Cuerpo y Salud del Instituto Jagüey. Contacto:
geocuache@gmail.com
1
 Caracterizada por la presencia de abuelos, tíos, primos u otros parientes, en ella
generalmente los abuelos resultan los jefes de familia.
2
 Por familia proletaria o nuclear entendemos aquella en la que cohabitan el padre,
la madre y los hijos. Antonieta Barragán en un apartado de su texto Soltería dedica espa-
cio a la discusión de la transición de los hombres que pasaron de ser la figura central de
autoridad en las familias, en su papel como proveedores, para luego vivir la necesidad de
adaptación a las nuevas formas de vida en relación con el ingreso de la mujer a la esfera
laboral, lo cual modificó las relaciones familiares.
3
 Consuelo Sosa en ¿Amor eterno? recopila el proceso del siglo xix en el que se crea
en México el discurso sobre la maternidad y se institucionalizan las formas de vivirla.

105
departamentos y las unidades habitacionales, se convirtió en la base de
la clase media.4
El Estado, por medio de las instituciones, se convirtió en el rector
y protector de esa forma de vida5, abogó por la elevación del nivel eco-
nómico de los ciudadanos que constituyeron la fuerza laboral de una
industria creciente6. Impulsados por una educación que exaltó el prin-
cipio patriótico, se desarrollaron los valores éticos y cívicos que consti-
tuyeron la moral de la sociedad de principios y mediados del siglo xx.7
Sin embargo, un movimiento global surgido del reacomodo
geopolítico del mundo, luego de las dos guerras mundiales, sumiría a
las sociedades humanas en un periodo de transición en sus políticas
económico-sociales. Países como el nuestro pasaron a ser vistos por
los países de mayor desarrollo económico y por las corporaciones
transnacionales como consumidores potenciales8. Como un ejercicio
de satisfacción a sus intereses, las políticas de apoyo a los productores
internos, las instituciones proteccionistas de la fuerza laboral y las
legislaciones que favorecían a los industriales nacionales han ido des-
apareciendo. Después de “el milagro mexicano”,9 vino una sucesión
4
 Roberta Romero en El espacio y su influencia en la construcción corporal de los
niños: entrevista a madres de familia, pero también estudia el tema en relación a las formas
de representación que se gestan a partir de los proyectos políticos, con lo que los representa
para la transformación de los espacios corporales.
5
 Pues constituyó también una importante fuerza política, en particular con la for-
malización de sus gremios sindicales. Así, se consolidó un Estado proteccionista aliado a
estos movimientos de trabajadores, reflejando esa política en la creación de instituciones
de asistencia pública en el ámbito de la educación o la salud entre otros.
6
 El desarrollo de municipios como Ecatepec y Nezahualcóyotl, en el Estado de
México, respondió a esa expansión industrial creciente en el país que hacia las últimas
décadas del siglo xx decayó significativamente ante el crecimiento del sector de servicios,
Mario Bassols y Maribel Espinoza, Construcción social del espacio urbano: Ecatepec y
Nezahualcóyotl. Dos gigantes de oriente.
7
 Pablo Latapí, La moral regresa a la escuela. El autor discute el proceso a partir
del cual se transformaron las políticas educativas en el país, desde la socialista que
exaltó los valores cívicos y patrióticos, hasta las formas modernas que se abocaron a la
tecnificación.
8
 Filmoteca unam, La vida en México: 18 Lustros y una década. Colección de vi-
deos que narran eventos relevantes en el proceso histórico del país y pueden servir para
ilustrar al lector en el proceso que estamos describiendo.
9
 Se denomina así al periodo del siglo xx en el que el país tuvo un crecimiento eco-
nómico equiparable al de China hoy en día. Gustav Ranis, ¿Se está tornando amargo
el milagro mexicano? El texto permite una mirada del autor en aquellos años en la que
explica las razones de la estabilidad y desarrollo económico del país, aunque enfatiza en

106 / Carlos Geovanni Varela Vega


de crisis económicas en el país que mermaron el poder adquisitivo de
los ciudadanos, desde entonces se ha ido ampliando la brecha entre
ricos, respecto de la clase media y los grupos marginados; acrecentán-
dose la pobreza económica, educativa y cultural.10 El Estado fue per-
suadido a una apertura mercantil que, aunada a la corrupción y sa-
queo continuo de recursos a manos de la clase política, pondrían en
jaque al mercado interno11. El libre comercio permitió la entrada ma-
siva de productos, mercadotecnia e ideologías extranjeras, el sector
productivo entró en crisis y muchas de las industrias que se desarro-
llaron años atrás se fueron a la quiebra y cerraron ante la imposibili-
dad de competir con los grandes corporativos12. La lógica del libre
mercado abogó por el abandono de los principios éticos de la moder-
nidad, se promovió que los imperativos categóricos que la regían se
sustituyeran paulatinamente por un relativismo a ultranza que no exi-
gía el civismo en las aulas, sino un pragmatismo que privilegió el de-
sarrollo de la técnica.
Las políticas de consumo tuvieron un impacto profundo en la for-
mación y desarrollo de los ciudadanos al promover un cambio en los
estilos de vida que iniciaba, desde sus prácticas natales,13 la aparición
cuestiones que a su parecer podrían detonar en una serie de problemas económicos, lo
que evidentemente sucedió. A nuestro entender, el texto puede ser ilustrativo sobre cómo
las políticas económicas alejaron al país de su capacidad de autosustentabilidad alimen-
taria y cuidado de la tierra como principio de desarrollo económico; es en aquel periodo
comprendido entre los años cincuenta y setenta que se dio una tendencia creciente a
las importaciones, sin un sustento educativo basado en la colaboración, el desarrollo
tecnológico, el ahorro y la planeación financiera que sostuviera a la industria y el campo
mexicanos frente a los extranjeros.
10
 Para consultar cómo es que las decisiones políticas a nivel nacional en relación
con el mercado internacional han tenido un efecto sobre la calidad de vida de la pobla-
ción, al grado de generar un incremento de ciudades perdidas y población marginal en la
megalópolis, pude consultarse a Fernando Talavera, et al., El Slum mexicano.
11
 Fernando Talavera, et al., El Slum mexicano II. Estas políticas económicas tu-
vieron profundos efectos en el desarrollo social, en el texto los autores narran el cómo
es que estas condiciones han favorecido la aparición de una gran cantidad de zonas
marginales en diferentes barrios de la ciudad.
12
 Bassols y Espinoza, op cit.
13
 Son diversos los elementos que pueden permitirnos entender la promoción del
control natal: por un lado, la preocupación de grupos de poder que mantuvieron ideas
eugenésicas y que a través del control natal buscaron reducir la población creciente de
campesinos, limitando su consumo de recursos naturales; por otro, el beneficio econó-
mico que representa el reducir el número de hijos o incluso el anular el deseo de tenerlos
en el desarrollo de los jóvenes, el consumo de las mujeres u hombres solos, así como el de

Vivir sin la megalópolis al interior / 107


de la idea de que la familia pequeña vive mejor, junto con la llegada de
los anticonceptivos cambiaron la composición familiar de la socie-
dad.14 Las familias nucleares se han venido transformando paulatina-
mente en una diversidad familiar que modificó las formas de ejercer las
relaciones interpersonales. El concepto de autoridad, en todos los as-
pectos: social, familiar, político, fue el agua que corrió entre los dedos
de la sociedad.15
A la fecha, la vida transcurre entre la privatización de las institu-
ciones del Estado que estuvieron destinadas a la protección del ciuda-
dano, el relativismo ético dominado por la racionalidad que puede
justificar cualquier acto humano, y el desarraigo y pérdida de identi-
dad de los individuos que subsisten sin una pertenencia o un contacto
con la tierra en que nacieron, la familia en la que se formaron o el
cuerpo que son.
La Ciudad de México ha sido el escenario de esos cambios socia-
les, símbolo de la centralización y la acumulación, se convirtió paula-
tinamente en la expresión de un desastre ecológico, que se ha manteni-
do con un crecimiento desmedido. La expansión de la mancha urbana
en las últimas décadas ha borrado gradualmente sus fronteras, su geo-
metría amorfa se ha expandido hasta convertirla en una megalópolis,
es decir, una mancha urbana con muchos centros o que concentra los
centros de varias ciudades; lo que significa que ahora los efectos de
llegar a la ciudad no sólo se viven en el cuerpo de los migrantes, sino

parejas con hijos, resulta mayor que el de las familias extensas que tienden al reciclado, al
ahorro o a compartir para reducir los gastos. Un tercer aspecto fue la demanda creciente
de trabajadores en el sector de servicios, en el cual se prefieren los perfiles femeninos.
En muchos sentidos se trata de una medida político-económica, tal como lo ha sido a
lo largo de la historia.
14
 Barragán, op. cit. La condición de vida e ideológica de las mujeres las involucró
en el mundo de la competencia laboral, el anticonceptivo jugó un papel importante en
ese proceso pues, a partir de su uso, el temor a atarse a un hombre por embarazo des-
apareció.
15
 El cuestionamiento de la autoridad masculina se realizó a diferentes niveles de la
estructura social, desde el ámbito político hacia los gobernantes, hasta los espacios del
hogar en los que el padre perdió su hegemonía total. Al respecto se sugiere la revisión
de algunas cifras que el inegi ha publicado en relación al día de la familia desde hace
unos años.
http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/Contenidos/estadisti-
cas/2014/familia0.pdf, http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/conte-
nidos/estadisticas/2007/familia07.pdf,

108 / Carlos Geovanni Varela Vega


que la ciudad misma se ha desplazado a las zonas rurales, integrando
comunidades a su tránsito, a su espacio asfaltado, sus camellones y sus
problemáticas en el uso de recursos, la violencia o la aglomeración.
La megalópolis expresa la vida que se mueve en un espacio satu-
rado de olores, imágenes, sensaciones, comida chatarra, ruidos; en un
tiempo apresurado dictado por el segundero de la productividad, los
marcadores biométricos de los centros de trabajo, las chicharras de
las escuelas; se vive en un movimiento congestionado cuando se anda
en el transporte público a las primeras horas del amanecer o al atar-
decer, o entre la acumulación de automóviles de las vías que conectan
los principales centros productivos de la mega urbe con sus periferias
llenas de unidades habitacionales y centros comerciales. Municipios
como Ecatepec o Netzahualcóyotl16 son expresiones de las políticas
sociales de los grupos en el poder que acomodan sus centros industria-
les o envían a la población proveniente de provincia a los lugares ca-
racterizados por la carencia de áreas verdes. Además del primer muni-
cipio mencionado, la extensión industrial se ha venido ensanchando
hacia el norte de la Ciudad de México, Tlalnepantla, Cuautitlán Izca-
lli,17 Tultitlán y sus amplios corredores de naves industriales como
experimentos de ciudades dentro de la megalópolis, aptas para divi-
dirse en sectores industriales, comerciales o habitacionales. Otros
municipios, como Tultepec, Zumpango, Cuautitlán México,18 Hue-
huetoca, Tizayuca, comienzan apenas a ceder sus tierras de cultivo
para el establecimiento de casas habitación, con ellas llegan los cen-
tros comerciales con la finalidad de dar abasto a las demandas de la
población que llega en la búsqueda de un espacio al que su economía
les permita acceder, que sea lo más cercano posible a los centros de
trabajo, ese se convierte en el principal criterio para poder elegir don-
de vivir, la consideración de los tiempos de desplazamiento al trabajo;
16
 Bassols y Espinoza, op cit.
17
 Jonathan Martell, Cuautitlán Izcalli: La ciudad in vitro. Reportaje sobre el mo-
delo urbano del primer “polo de desarrollo” en México, 1970-2004.
18
 Como parte de un proyecto de investigación del grupo de la segunda generación
de estudiantes de la licenciatura en psicología industrial de la Unidad de Estudios Supe-
riores Tultitlán, se realizó una investigación cobre los cambios en las formas de vida y
los procesos corporales de algunos habitantes de los municipios de Cuautitlán, Tultitlán,
Tultepec y Coacalco, en relación a los cambios urbanos en los últimos 30 años. Algunos
de los resultados de ese trabajo se presentan en esta memoria en las ponencias de Ma-
risol Martínez Calzada, Linda Stephany Trejo Maya y Vianey Amairani García Rivera.

Vivir sin la megalópolis al interior / 109


no son pocas las historias de quienes adquirieron una casa en la peri-
feria que luego abandonaron o rentaron, pues el desgaste de traslados
de hasta tres horas hacia los centros de trabajo acabó con sus sueños
de una casa propia.
Las mujeres y hombres que hemos entrevistado en el proyecto de
investigación sobre la construcción del cáncer de estómago-páncreas
en el Instituto de Investigaciones Jagüey, son los protagonistas de ese
proceso de transición entre la vida tradicional, la modernidad y post-
modernidad; son las herederas de la búsqueda de un proyecto de vida
que les pide salir de la “pobreza”19 de su pueblo para buscar las opor-
tunidades de la gran ciudad o, sin quererlo, son las pobladoras que
fueron engullidas por la mega urbe junto con el espacio que habitaban;
pero al mismo tiempo las encomendadas, las llamadas a ser las porta-
doras del éxito personal promovido por las sociedades de consumo a
partir de una mercadotecnia cuya tela que la ciega tiene grabado un
signo de pesos, de dólares o de euros. De tal forma que en este texto
hacemos un recorrido a una parte de su vida en la que se pueden leer
los efectos que en su cuerpo se dieron al vivir en el espacio urbano.
Nuestras entrevistadas, nacidas en su mayoría en la década de los
años sesenta en provincia o en lugares de la ciudad que para esa fecha
eran zonas alejadas, fueron miembros de familias extensas, en varios
casos se trató de las hermanas mayores (tabla 1), vivieron bajo las
exigencias tradicionales de sus pueblos o el orden impuesto a las fa-
milias extensas que vivían en la ciudad; en sus vidas la confluencia
entre las condiciones de vida tradicionales, modernas y postmoder-
nas se entretejen en la realidad de un país diverso con una profunda
desigualdad social.20 Para muchas eso significó trabajar desde niñas,

19
 Aunque con el término se facilita la comprensión de la idea y se ajusta bien a una
cultura que parece enorgullecerse de sus carencias reavivando el discurso religioso de la
noble pobreza, sería más adecuado el término de marginación, pues en varias ocasiones
lo que encontramos en zonas rurales del país no es una escasez de recursos, sino de cul-
tura, educación o formación para el desarrollo comunitario.
20
 Daryush Shayegan, La luz viene de Occidente. El reencantamiento del mundo y
el pensamiento nómada. En este texto, el autor lanza una crítica a algunos desertores
de la modernidad, particularmente a aquellos incapaces de reconocer los méritos del
pensamiento moderno exaltando valores étnicos y tradicionales de los pueblos. Com-
paginamos con sus ideas sobre la diversificación de los sistemas ideológicos del mundo,
sobre los aportes de la modernidad en ese rubro, también respecto de la contradicción
de los pueblos colonizados que actúan desde un etnocentrismo como medio de ante-

110 / Carlos Geovanni Varela Vega


aportar recursos al hogar materno, generalmente lleno de hermanos
pequeños; la mayoría con más de cinco, dedicaron muchos años de
su infancia a cuidarlos, pues sus madres comenzaron a engrosar las
filas de mujeres que requirieron hacerse de un empleo fuera del hogar
o en él.

[…] mi madre como peleaba mucho con mi padre, tenía tres cosas, una
que no se alimentaba bien, dos que trabajaba muchísimo, trabajaba en
términos de que hacía comida para todos, y para los trabajadores, por-
que ella vendía comida, hacía tortillas a mano, pero no sé, veinte kilos,
una cosa así, a mano […]21

Tabla 1. Edad, lugar entre los hermanos, trabajo infantil


y lugar de nacimiento de las entrevistadas

Hermanos/lugar Lugar de
Edad entre ellos Trabajo infantil nacimiento
Consagración 53 Segunda de ocho Limpieza de casas Jiquipilco, Estado
de México
Miranda 53 Tercera de ocho Cuidado de niños Cerca de
Aeropuerto, Ciudad
de México
Soledad 59 Primera de tres Limpieza de casas Poblado Sierra de
Oaxaca
Mar 58 Última de ocho Limpieza de casas Iztacala Estado de
México
Paz 54 Segunda de Limpieza de casas Martín Carrera
nueve Ciudad de México
Desolación 41 Única No Col. Moctezuma,
Edo. de México

posición al eurocentrismo. Sin embargo, nos distanciamos de su discursiva en tanto


que ésta no se aproxima a la posibilidad de construcción de los sujetos desde un ethos
basado en el cuidado de la vida; en ese sentido los discursos que se construyen en las
sociedades gestacionales del pensamiento nómada pierden sentido en cuanto no se con-
cretan en formas de vida ligadas al proceso de construcción corporal de los individuos
ni a un vínculo con la tierra en que se habita; en ese mismo sentido, estamos hablando
de la importancia de una epistemología en nuestro tiempo que rebase la racionalidad
y parta de la posibilidad de construir desde la unidad corporal, incorporar la intuición
sin depreciar la razón, en ese sentido nos apegamos a la propuesta de Norma Durán, El
cuerpo, un espacio pedagógico.
21
 Entrevista a “Mar”.

Vivir sin la megalópolis al interior / 111


Tabla 1. Continuación

Hermanos/lugar Lugar de
Edad entre ellos Trabajo infantil nacimiento
Brígida Sin Segunda de Trabajo en baños Col. Panamericana.
dato catorce públicos Ciudad de México
Camelia 65 Última de ocho Sin dato Pueblo de San Luis
Potosí
Ernesto 78 Segundo de seis Ayudante en vulcani- Ciudad de México
zadora, papelería

Nota: Datos extraídos de los testimonios.

La ciudad siguió representando para muchos pobladores del cam-


po un imán que concentraba las posibilidades de desarrollo económi-
co, educación y cultura, aquellas personas que conversaron con noso-
tros nos permitieron acercarnos a sus vidas en las periferias de la
ciudad. En ese contexto nos encontramos con una condición cruzada
por elementos del contexto social que se elaboraron al interior de las
familias y los cuerpos.
En primer lugar, el abandono de los ciudadanos ante la vorágine
humana que entró al mundo de la competencia, en cada espacio se
generó un cambio en la dinámica de vida de los pueblos, los ejidos o
las comunidades rurales. Tener una casa propia para los pobladores
que antes tuvieron una propiedad común, representó el surgimiento de
una emoción que se hizo cotidiana, el miedo; este surgió ante la violen-
cia que apareció entre pobladores y familiares al competir por la tierra
o la conservación de sus productos en cada espacio,22 los terrenos fue-
ron vistos como un recurso económico que había que preservar en aras
de conseguir otros medios de desarrollo económico, tener más que el
otro se convirtió en una fuente de maltrato y discriminación en la fa-
milia extensa.

[…] a lo mejor robarnos no, pero no era robar como de maña, era robar para
comer […] nosotros íbamos a la milpa a sacarnos, eran de los familiares,
íbamos a sacarnos las flores de calabaza, que las habas, que los elotes, o sea,

22
 La tenencia de la tierra ha sido desde la Conquista un conflicto histórico no re-
suelto en nuestro país; el gran logro de la mercadotecnia en el siglo pasado y actual ha
sido crear la ilusión de que la riqueza está en las pertenencias y no en ella.

112 / Carlos Geovanni Varela Vega


los quelites, de los árboles, nos íbamos que a robar que las manzanas, que los
duraznos, o sea lo que se daba la fruta. […] fuimos unos niños maleados,
maleados, en que personas, maltratados por los vecinos, por los familiares;
porque los mismos familiares eran los vecinos, pero nos maltrataban
porque siempre nos decían que éramos unos muertos de hambre (viene el
llanto), este… o sea unos rateros porque no teníamos, éramos unos pe-
penados […]23

La competencia como un estilo de vida se extendió hacia la pro-


vincia desde la ciudad. El proceso existió también en el espacio fami-
liar, el acercamiento de las familias rurales extensas hacia la megalópo-
lis implica su acomodo en sitios cada vez más reducidos, en cuartos o
casas pequeñas en el terreno u hogar de los padres. Quien tiene el
cuarto o la vivienda mejor hecha, con mejores acabados, ocupa otro
sitio simbólico en la familia, se convierte en una cuestión de estatus
social. La violencia verbal e incluso física en contextos en los que se
aglomeran así los grupos se vuelven moneda corriente.

[…] aquí estaba la de mi abuela, aquí, no, o sea aquí estaban otros tres
cuartos pero que no eran ni departamentos ni viviendas, tres cuartos […]
nosotros vivíamos en un cuarto grande. […] con decirte que teníamos
dos camas, en una se dormían los hombres y en otra las mujeres.
E. ¿Y sus papás?
S. En otra camita, en un, era como un sofá cama, que ellos le ponían los
cojines a los lados y ellos se dormían ahí, pero eran dos camas para no-
sotros, matrimoniales.
[…] me acuerdo mucho de una vez que, haz de cuenta que te digo que
vivíamos todos ahí y había un baño que ese era el baño de lujo, era de mi
abuela, y ahí se bañaba ella y mi tía la soltera. Y tenía una tina.24

Familias nucleares con muchos hijos, en pequeñas casas y situacio-


nes precarias, la competencia surge por hacerse un lugar en la cama o
entre la familia. Dónde dormir, qué comer, ser considerado por los pa-
dres en relación a los otros es una expresión de la competitividad que
se va instalando en el mundo de consumo, es un espacio peligroso, pues

 Entrevista a “Consagración”.
23

 Entrevista a “Miranda”.
24

Vivir sin la megalópolis al interior / 113


la figura de los padres se difumina entre el número de hermanos o en
las exigencias que éstos tienen de parte de trabajos que los consumen.

Yo con los, con la, la hermana pequeña que era la grande para mí, este…
siempre en competencia, […] le quería ganar, o quería hacer algo mejor
[…] a veces me dormía y despertaba muy pronto porque cuando dormía-
mos todos juntos, me ponía en medio y un colchón así, entonces yo, pero
es que me asfixian, me aprietan y yo hacía así, pues me apachurraban y
eso me evitaba dormir, me asfixiaban […] todos apachurrados, eso era
para mí, no, no, imposible.25

Todo espacio está diseñado para competir, incluso es en la escuela


donde se promueve la búsqueda por ser el mejor o la mejor de la clase,
una expresión de la institucionalización de la idea de éxito que es exi-
gida desde tempranas edades.

E. ¿Qué pensaba […] sobre su vida hacia el futuro, qué deseaba de la


vida?
C. Pues yo quería trabajar y ser exitosa, eso era lo que quería.26

Para las entrevistadas con quienes hemos trabajado, ese ritmo de


vida las llevó a desarrollar durante la infancia un estilo de vida compe-
titivo que, en la búsqueda por ser reconocidas por los otros, se llenó de
exigencias cada día.
La exigencia a los seres humanos en todos los ámbitos se ha visto
reflejada en esta condición social; el encarecimiento de productos o la
pérdida del valor adquisitivo han llevado a un incremento paulatino de
las horas de trabajo, a la necesidad de enrolarse en diversos empleos
por tiempo determinado y en peores condiciones laborales. El aleja-
miento de la tierra imposibilita el poder sustentarse por medios pro-
pios, incluso la consecución de elementos básicos para la vida como el
alimento o el agua están condicionados a la ganancia económica obte-
nida en uno o varios empleos.
Fue creciente el número de mujeres, incluyendo las madres de nues-
tras entrevistadas, que tuvieron que hacerse de un lugar en el mercado
25
 Entrevista a “Mar”.
26
 Entrevista a “Desolación”.

114 / Carlos Geovanni Varela Vega


laboral como trabajadoras domésticas, en un trabajo formal o en al-
gún negocio propio, pues pertenecieron a familias en donde el ingreso
del hombre resultaba insuficiente, donde los maridos no respondieron
a esa exigencia económica o afectiva de una familia extensa, termina-
ron refugiándose en el alcoholismo.

Mi papá bien lindo eh, bien tranquilo toda la vida, nada más que si era
muy este… era poco proveedor […] mi papá era muy bonito, bonito en
el aspecto de tratarlos, era un buen padre, pero no proveía lo que nece-
sitábamos.27

Heredar el trabajo del hogar, la crianza de los hermanos o la ne-


cesidad de trabajar desde pequeñas es una situación común en la vida
tradicional de las comunidades, pero un atentado contra los derechos
de los niños que habitaban la ciudad. Visto en una condición de mi-
gración o incorporación a la urbe, para una mujer que entra en con-
tacto con los valores de la modernidad, la vida infantil se hace una
carga; la exigencia se hace una preocupación continua por la vida pro-
pia y la de los otros.28

[…] mi papá le gustaba mucho el tomar, diario llegaba borracho a la


casa, este… se separaban ellos, nos abandonaban a nosotros chiquitos,
nos abandonaban. Yo fui la que, que crié a cinco de mis hermanos, de 40
días me lo dejaban y yo era la que los sacaba adelante, yo y mi hermano
el mayor. Mi hermano el mayor y yo éramos como sus papás de mis otros
hermanos, porque pues nos preocupábamos por ellos, les dábamos de
comer, yo era la que mi hermanito pues le daba temperatura, yo era la
que lo curaba, lo llevaba al médico.29

27
 Entrevista a “Miranda”.
28
 Shayegan, op. cit., nos dice que “…la identidad religiosa ya no recubre todos los
campos espistemológicos de nuestra presencia en el mundo. Ni falta que hace. Las tres
identidades, étnica, religiosa y moderna, se encajan unas en las otras, crean campos de
interferencia cada vez más complejos, explotan territorios que son la mayor parte del
tiempo incompatibles unos con los otros. Esta situación llena de contradicciones suscita
un estado parecido a la esquizofrenia”, p. 119. El autor está haciendo referencia al pro-
ceso que se vive en los pueblos “persas” y árabes, sin embargo es ilustrativo de cómo es
que la modernidad irrumpe, en muchas ocasiones en forma de choque, con los valores
tradicionales o religiosos de los pueblos. Lo que nos interesa es la implicación en las
formas de vivir y morir, en el proceso de construcción de un ser humano.
29
 Entrevista a “Mar”.

Vivir sin la megalópolis al interior / 115


La exigencia no se limita al ámbito del hogar, los quehaceres y los
hermanos, está también en la escuela, vivir para dar resultados que
lleven al reconocimiento social se convierte en una posibilidad para
cubrir las carencias afectivas y destacar entre los familiares. El vacío
afectivo se convierte en un sentimiento de abandono que las lleva a esa
búsqueda por ser vistas por el otro.

[…] una maestra nos decía “es que tienen que sacar la secundaria porque
ni de barrendero la harían, sino no pueden trabajar en nada, tienen que
terminar” entonces para mí, tengo que terminar, tengo que terminar, en-
tré a la preparatoria, tengo que terminar, tengo que terminar, para llegar
la licenciatura y tengo que terminar. Y mi meta era ser profesionista. […]
muy exigente conmigo misma en la escuela.30

La exigencia se concretó en las formas de elaboración de las rela-


ciones humanas, se adjudicaron roles en la familia que no les corres-
pondían, se situaron como las madres de sus hermanos, o como sus
propios verdugos, pues su auto exigencia se convirtió en un estilo de
vida en el que no se alcanza la satisfacción, ni con los otros ni consigo
mismas.
En los últimos años se han incrementado los estudios sobre el des-
gaste o hastío laboral, lo cual nos da un indicador de esta sobre exigen-
cia a los seres humanos que quedaron abandonados en el mundo de
alta competencia. En él, el individuo se sobrevalora al tiempo que se
diluye en el mar de lo virtual, mar en el que se pierde el contacto con
los otros, el vacío interior pasa por las carencias afectivas, el miedo a
ser olvidado.
El olvido finalmente fue concretado por un estado que abandona
a sus ciudadanos a la suerte, la privatización de la educación, de las
instituciones de salud, de asistencia social, de comunicaciones y de
energía, pone a la población en un estado continuo de lucha por la
subsistencia. El anonimato, sello de la vida urbana, en el que la identi-
dad se diluye en el mar de gente; incluso es común que en los departa-
mentos o unidades las personas no sepan el nombre de sus vecinos, los
une el espacio mientras que el tiempo los separa. Los sectores más

30
 Entrevista a “Desolación”.

116 / Carlos Geovanni Varela Vega


pobres se configuran como los protagonistas que abarrotan las plazas
públicas en tiempos de elecciones, a cambio de una playera, una gorra
o una casa; pero terminan siendo los grandes olvidados, sujetos anóni-
mos de una forma de hacer política que se alía con los estudios de
mercado de las empresas que requieren un pedazo de tierra, una legis-
lación más a modo para mejorar sus ganancias a expensas del deterio-
ro en un mundo en el que sólo el espacio televisivo hace a alguien
portador de un nombre.
El olvido es hacia la vida, a la vida de la tierra en que se vive y se
explota indiscriminadamente, sin un plan que permita vivir respetando
el espacio de otros seres vivos y no vivos; es un olvido de los otros seres
humanos, los cuales se ven como una fuente de riqueza, como núme-
ros, sea porque forman parte de una estadística o porque son consumi-
dores potenciales en un mercado de creación de necesidades que par-
ten de la explotación del deseo humano por poseer y la ilusión de ser
mejores o diferentes a los otros.
También podemos ver cómo esas necesidades se concretan en un
olvido que cruza las relaciones humanas, los otros se diluyen entre las
necesidades económicas, que hacen una prioridad; nuestras entrevista-
das ven en su familia ese deseo por salir de la pobreza, hacerse de re-
cursos económicos es la prioridad que cruza su realidad cotidiana, ven
a sus madres distantes en la preocupación por proveerse de alimentos
para los hijos, ropa, calzado, darles escuela, no hay tiempo para las
caricias o los besos, por lo menos no para los primeros hijos, los más
pequeños encontraron otra situación; a unos padres en mejores condi-
ciones económicas o a los hermanos mayores aportando a la casa. Eso
hizo crecer ese sentimiento en las entrevistadas que las hace verse como
las olvidadas de los padres, como las anónimas de la familia y de la
mega urbe.

Miraba en la puerta de la escuela y deseaba que apareciera mi mamá,


para que me ayudara, pero me di cuenta que no, que estaba ocupada y
que no iba a ir.31
[…] Mi reproche hacia mi mamá siempre fue esto “¿Por qué nos
abandonabas? ¿Por qué te ibas y a ti no te interesaban tus hijos?”.32

 Entrevista a “Desolación”.
31

 Entrevista a “Consagración”.
32

Vivir sin la megalópolis al interior / 117


Ese olvido fue haciéndose un olvido de sí mismas, un vacío, un
sentimiento de soledad que se acrecentaba en sus cuerpos; vivir para
los otros, esperar de los otros, fue la necesidad que se encontraba pre-
sente en sus cuerpos, ser vistas, tocadas o reconocidas. En los cuerpos
está la concreción de un estilo de vida social que se encuentra en crisis
en su condición humana, espíritus hambrientos de afecto, de contacto,
de sabores dulces y de palabras; seres que llevaron a su interior la me-
galópolis. En esa condición se sueña con salir de esa pobreza, tener una
casa, comer bien, hacerse de sus cosas; pareciera que la carencia surgi-
da en la niñez se llenará con ello. Se trabaja para tener, eso fue cobran-
do sentido hacia el final de la infancia, una infancia lejana al ideal que
de ella se tiene.
Esta condición que describimos cruzó la vida, se hizo un reclamo
de afecto que se fue incrustando al interior, se cultivó entre el miedo y
la angustia que vivían de niñas. Se preguntan “por qué”. ¿Por qué
habían sido las elegidas para tomar el papel de su madre en los hoga-
res?, ¿Por qué habían sido las elegidas para vivir en esa pobreza, para
tener esa familia o para tener que trabajar tanto por salir adelante?
¿Por qué? Una pregunta recurrente que se iría aliando a un estilo en el
que había que pensar todo el tiempo, en el pasado, en el futuro, ade-
lantarse a los acontecimientos desde la razón como una posibilidad de
prevenir los problemas, como una posibilidad de hacer estrategias,
planes para salir adelante o gestar un ideal de la realidad; una vía para
contrarrestar el miedo. La ansiedad, la preocupación, la obsesión, la
prisa, esas formas de elaborar mentalmente la realidad serían un ele-
mento que se iría cultivando y elaborando, en algunos casos combi-
nándose con la ira hasta hacerse un reclamo profundo a su condición
de vida a su origen. En otros casos sola, pero generando frustración,
inconformidad, intolerancia.
Un cuerpo que vive entre el miedo y la ansiedad no está ajeno de la
alteración de los órganos, del metabolismo; los primeros síntomas de las
pacientes, de acuerdo con sus testimonios, reflejaban ese conflicto del
cuerpo para sobrevivir, las infecciones en la garganta, las gripes, los pro-
blemas gastrointestinales expresaban una lucha de un organismo debili-
tado en su sistema inmunológico por los altos niveles de estrés y la po-
breza nutricional. Otros como los desmayos eran recursos para escapar
del peligro que representaban los entornos de violencia en que vivían.

118 / Carlos Geovanni Varela Vega


[…] éramos las personas más enfermizas del estómago, que si comíamos
algo así, que todos lo podían comer y no les hacía mal a nosotras sí. Nos
tenían así de que nada más a una hora, porque si lo hacíamos un poco
más tarde vomitábamos, cosas así, y luego pues tenía también lombrices,
cosas así.33
[…] me desmayaba yo cuando me pegaba, porque ahora que me fui a
hacer los estudios para, para este… de mi operación, ahí salió que yo
estoy mala del corazón. Entonces cuando a mí me pegaba yo me desma-
yaba, me desmayaba de que no podía este, llorar, de que no podía, no sé,
desquitar mi coraje, no sé, mi impotencia.34

Los miedos son parte del movimiento de un proceso que junto con
la razón se mueven a la acumulación en el cuerpo llevando al cultivo de
resentimientos que se instalan y no permiten opciones para crecer en la
condición corporal, emocional y espiritual; por el contrario, el inicio de
una auto destrucción que culminará en una ruptura en la identidad ce-
lular que no puede renunciar a su inteligencia vital. Hasta aquí, sin em-
bargo, sólo nos interesa adentrarnos en cómo los procesos de la mega
ciudad se hacen un proyecto de vida en las familias, alteran las relaciones
interpersonales, marcan una dinámica en los ritmos del cuerpo, permiten
que se instale la lógica de acumulación al interior, sea que hablemos del
estrés, las emociones o los deseos de tener todo lo que no se tiene. En el
caso de los testimonios mencionados, ser parte del proyecto económico
de la ciudad se convirtió en un proceso de competencia al interior, en los
órganos copados por la angustia, el miedo, la ansiedad ante la necesi-
dad de competir. La pregunta para nosotros es: ¿Los seres humanos se
convierten en las víctimas de la metrópoli o existen vías para hacer una
vida ajena a esa condición?
El testimonio de Mar nos da la pauta para ir más allá del determi-
nismo o la victimización, instalada desde la infancia en la periferia de
la ciudad, absorbida luego por ella, inmiscuida en la vida de la mo-
dernidad, de la exigencia y la competencia desarrolló un tumor en el
páncreas, vascularizado, inoperable según la opinión de algunos mé-
dicos. Sin embargo, no tuvo que recurrir a la quimio o radioterapia,
ni siquiera a la cirugía, un tratamiento de acupuntura y el inicio de un

 Entrevista a “Mar”.
33

 Entrevista a “Consagración”.
34

Vivir sin la megalópolis al interior / 119


trabajo corporal marcaron el rumbo de su vida hasta la fecha, con un
tumor que, de acuerdo a las estadísticas, debió matarla en uno o dos
años, hoy día, a cinco años de su diagnóstico, esa masa egogénica la
habita sin estar rodeada de vasos sanguíneos, con un tamaño muy re-
ducido y ella haciendo una vida “normal”. La gratitud a sus padres, a
la tierra, a su cuerpo; el desbloqueo de las emociones que había venido
acumulando al paso de los años, la práctica de la meditación zen, el
abandono de una vida rodeada por la competencia, las prisas y las
obsesiones; la búsqueda de la espiritualidad, así como el tratamiento
de acupuntura la han situado en un momento de su vida en la que la
habita la mega urbe en el interior, pero ya no crece, ha cedido su espí-
ritu voraz, depredador. Mar se ha armonizado con el principio autopoié-
tico de su cuerpo, con la inteligencia vital de sus células que luchan por
permanecer con vida, entró a una fase de cooperación con su cuerpo, con
su entorno que permiten que la vida se mantenga al interior.
Desde ahí abrimos una reflexión acerca de la posibilidad de vivir
en esta megalópolis sin llevarla dentro, pues si un proceso tumoral de
tal gravedad puede ser llevado al interior sin que la vida se agote, en-
tonces es posible pensar en la sustentabilidad de un cuerpo que no re-
quiere construir la mega urbe al interior. El encuentro con lo corporal
y el espíritu como la posibilidad de habitar el propio espacio de la
existencia, vivir en los tiempos del cuerpo, afinar los sentidos para su
escucha, su cuidado, su cultivo. Todo emerge como un principio de
prevención o tratamiento, el trabajo corporal para armonizar la vida
emocional-orgánica, la razón y el espíritu humano con la existencia de
los otros, la de la Tierra misma; eso nos sitúa en una lógica propositiva
para el cuidado de la vida en el siglo xxi que abra nuevas rutas de exis-
tir en un principio de cooperación para los que aún no nacen. Esa es
por ahora la ruta de nuestro trabajo.

Referencias

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120 / Carlos Geovanni Varela Vega


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Vivir sin la megalópolis al interior / 121


Proceso psicosomático en la construcción de
las enfermedades
de la piel
Dulce Itzel Alfaro Ramírez y
Guadalupe Cárdenas Rodríguez*1

Introducción

Desde el punto de vista biomédico, la piel es el órgano de mayor exten-


sión del cuerpo humano; está compuesta por tres capas principales que
son la epidermis, dermis e hipodermis. Además, interviene en distintas
actividades fisiológicas que tienden a mantener la absorción de los lí-
quidos, protege el cuerpo contra infecciones, toxinas y rayos solares,
(Thomas, et al. 2006). Para Ohashi (1991),

[…] la piel es el órgano más extenso del cuerpo; se encarga de un buen


número de funciones, entre otras, la regulación de la temperatura corpo-
ral (mediante la transpiración), la inspiración de oxígeno y la expiración
de dióxido de carbono, la percepción del mundo físico por el tacto, y la
eliminación de toxinas por los poros […] Todos sabemos que la piel es
un órgano muy sensible que reacciona inmediatamente a los cambios de
nuestro ambiente externo, y expresa el proceso interior de una persona
(p. 177).

La piel es un órgano que también se enferma y existen padecimien-


tos cutáneos como acné, alopecia, liquen, rosácea, úlceras, verrugas,
herpes, por mencionar algunas; sin embargo, en la presente investiga-
ción se estudian dos enfermedades comunes: la dermatitis y la psoriasis.

* Estudiantes de la Licenciatura en Psicología Industrial. Universidad Mexiquense


del Bicentenario, Unidad de Estudios Superiores Tultitlán. Contacto: minivits_456@hot
mail.com; growny1421@live.com.mx

122
Alegre (2012: 1), menciona que la dermatitis es una inflamación
crónica de la piel que genera lesiones cutáneas afectando a individuos
que presentan alguna reacción frente a diversos factores ambientales,
los cuales no afectan a individuos que no sufren este padecimiento;
Peña A. (2007) dice que la dermatitis es una enfermedad crónica para
la cual no se dispone de tratamiento curativo; el término se refiere a la
inflamación de la piel que a menudo se presenta como respuesta alér-
gica o inflamatoria a diversos agentes. Por su parte Rodríguez (2011)
nos habla de la causa de la dermatitis y menciona que las sustancias
que producen dermatitis de contacto pueden causar la inflamación de
la piel por diferentes mecanismos, además nos habla de dos tipos de
dermatitis: irritativa y alérgica.
Por su parte, la psoriasis, de acuerdo a Rodríguez, es una enferme-
dad inflamatoria cutánea crónica que afecta del 0,5 al 2,5% de la po-
blación mundial. Según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermeda-
des Músculo Esqueléticas y de la Piel (2009), la causa de la psoriasis
comienza en el sistema inmunitario, principalmente con un tipo de
células blancas presentes en la sangre llamadas linfocitos T; éstos ayu-
dan a proteger el cuerpo contra infecciones y enfermedades, en la pso-
riasis se activan indebidamente, causando las otras respuestas inmuni-
tarias, lo que produce hinchazón y el rápido remplazo celular en la
piel. Las personas que tienen psoriasis pueden notar que a veces la piel
mejora y otras empeora. Los factores que pueden causar el empeora-
miento de la piel incluyen: infecciones, estrés o tensión psicológica,
cambios en el clima que resecan la piel o ciertos medicamentos.
Sin embargo, hoy en día, se sabe que existen factores emocionales
o psicológicos en las enfermedades cutáneas. Antuña, et al. (2002),
realizaron una revisión de las investigaciones publicadas sobre las ca-
racterísticas psicológicas de los enfermos con dermatitis atópica. La
revisión de los autores permite constatar en primer lugar la poca inves-
tigación básica sobre este tema en España; mientras que las investiga-
ciones revisadas giraban fundamentalmente en torno a las siguientes
características psicosociales de estos enfermos: personalidad, ansie-
dad, depresión, estrés y calidad de vida.
En una investigación anterior, los autores hablan de la indagación
sobre características de personalidad y calidad de vida en los enfer-
mos dermatológicos. Con tal finalidad, tomaron una muestra de 202

Proceso psicosomático en la construcción de las enfermedades de la piel / 123


pacientes aquejados de diversas enfermedades de la piel: dermatitis,
alopecia, urticaria, acné, psoriasis, verrugas, liquen, rosácea y herpes;
a los cuales se les aplicaron diferentes métodos de evaluación. Los re-
sultados mostraron que no existe un perfil psicológico homogéneo ni
diferenciado de estos pacientes respecto de la población normal. Tam-
bién sostienen que ciertas patologías han presentado marcadores de
depresión muy elevados en la mayoría de las alteraciones cutáneas y
una valoración negativa de la calidad de vida en un porcentaje elevado
de sujetos.
Los problemas de salud en la actualidad se han abordado desde el
enfoque biomédico. Estos autores siguen la misma lógica y los mismos
modelos para entender la enfermedad, sin embargo, en el presente se
considera que es necesario ampliar esta perspectiva, partiendo de la
idea del cuerpo en unidad corporal que se desarrolla en una dimensión
histórica y geográfica.
Este enfoque teórico-metodológico estudia al cuerpo humano
como un proceso de construcción, esto quiere decir que las experien-
cias, vivencias, emociones, y memorias corporales de las personas con-
tribuyen a la formación del mismo cuerpo y de sus enfermedades. Nos
basamos en un modelo de salud que sostiene al cuerpo como unidad,
y parte de la idea que hay una historia de vida en la cual existen diver-
sos elementos que se conjugan, de ahí que se aborden los temas de la
dieta, las relaciones familiares, las emociones y se habla de un elemen-
to clave que tiene que ver con la elección del sujeto, con sus deseos y
su actitud ante la vida.
En este orden de ideas, López (2000) sostiene que el cuerpo huma-
no es una construcción de su historia de vida que involucra a la cultu-
ra donde se vive y a las emociones que influyen en la relación con
otros. Muestra clara de que no somos seres aislados, vivimos en una
sociedad, convivimos con muchas personas, nos desarrollamos bajo
una cultura, vivimos las emociones de diversas maneras y asignamos
significados distintos, tenemos relaciones afectivas con otros, es decir,
somos parte de un todo y ese todo va de la mano en nuestro proceso
de construir el cuerpo.
Durán (2004) menciona que el cuerpo humano refleja múltiples
formas de relación con el cuerpo del planeta que se conforman con el
dinamismo de los elementos básicos; en el microcosmos del cuerpo

124 / Dulce Itzel Alfaro Ramírez y Guadalupe Cárdenas Rodríguez


humano, ahí se dan las analogías con los órganos, pues ambos son
parte de la vida. Por lo tanto si cambia alguna condición en el planeta,
por ejemplo, si cambia el agua que se consume por algún proceso de
contaminación entonces va a generar alguna alteración en el proceso
orgánico de los seres humanos. Es decir, que la naturaleza y sus elemen-
tos al cambiar causan impactos en nuestro cuerpo, específicamente en
los órganos. La vida y las formas de expresión se encuentran tanto en
el planeta como en los seres humanos, la vida nos cruza a ambos.
También menciona que las personas generan abandonos corpora-
les que tienen repercusiones psicosomáticas que se representan en de-
presiones, cáncer, ulceras, etc., los abandonos corporales son una parte
importante dentro del proceso de desarrollo de una enfermedad. Estos
abandonos se van formando por descuidos, faltas de atención, emocio-
nes reprimidas, agresiones contra sí mismo, problemas alimentarios y
un sentimiento de autodestrucción que va degenerando a la persona.
Lo que ocurre en las emociones repercute sin soslayos en el cuerpo,
incluso sin que el ser humano en su conciencia racional se entere de
ello. La autora muestra que, órganos y emociones son indisociables, lo
que quiere decir que no se pueden separar, una depende de otra y vice-
versa, hay un lazo que los mantiene unidos.
Así mismo Ohashi (1991) menciona que cuando una emoción es
repetitiva en la vida, se va a marcar y a convertir en una forma de ex-
presión, de pararse, de caminar; es decir, una emoción o un estilo de
vida que se puede concretar en el cuerpo, se va construyendo un cuer-
po de determinada forma.
La dieta también es una cuestión importante dentro del proceso de
desarrollo de una persona y no siempre está ligada a abandonos cor-
porales sino más bien es una cuestión de ignorancia. Puede ser que una
persona consuma ciertas cosas porque crea que son benéficas para su
salud y no come otras porque las considera que no tienen valor y no es
precisamente que tenga un abandono sino que así está marcado en su
cultura. Por ejemplo, muchas personas toman demasiada leche porque
creen que eso les va a ayudar con el calcio que necesita su cuerpo y no
es un abandono, más bien tiene que ver con una condición de vida, ya
que vivimos en una sociedad en la que se vende un estilo de vida mar-
cado en la alimentación donde no se consumen vegetales ni frutas,
pero sí se promueve el sabor; donde las emociones en esta sociedad

Proceso psicosomático en la construcción de las enfermedades de la piel / 125


están desbordadas, la gente está en trabajos o en ambientes laborales
donde se promueve la competencia, la ansiedad; y es la problemática
social en la que nos encontramos, la cual tiene un impacto en la perso-
na y en su piel, ya que la piel es el medio de contacto con el exterior.
Es así que como personas construimos maneras distintas de vivir,
de pensar, de intuir, de sentir, de escuchar al cuerpo y los mensajes que
nos da día a día. Por lo tanto, se generan maneras diferentes de cons-
truir el cuerpo ante la diversidad de condiciones de vida en las que in-
tervienen los procesos familiares, los sentimientos, la geografía, las
decisiones que tomamos, la religión, los ideales éticos, pero al mismo
tiempo hay cosas que compartimos socialmente, somos parte de la
misma política, vivimos en el mismo país, es el mismo régimen econó-
mico, entonces hay algunas cosas que se comparten y hay otras que se
particularizan con relación a la vida específica de un sujeto.
Entonces López y Durán se dedican a analizar la construcción de
la enfermedad desde un punto de vista que toma todos los hechos de la
vida de las personas, esto quiere decir un proceso en donde la enferme-
dad se relaciona por medio de vivencias, emociones y estilos de vida.
Lo que se pretende hacer es estudiar la enfermedad desde esta
lógica, partir de la idea de que es un proceso que se construye a lo
largo de la vida, desde una perspectiva en donde las enfermedades son
un proceso de construcción.
Las enfermedades de la piel presentan un problema para las perso-
nas aquejadas, ya que generan malestares como son comezón, inflama-
ción, sangrado, etc.; además pueden causar consecuencias emocionales
como baja autoestima, vergüenza, así como un efecto negativo en las
relaciones personales. Es por ello que se tiene como objetivo identificar
el proceso de construcción de enfermedades cutáneas, a partir de cono-
cer la historia de vida de los entrevistados e identificar el proceso de
aparición de la enfermedad a lo largo de la historia de la persona.

Metodología

Se realizó un estudio cualitativo, empleando historias de vida que per-


miten ir al proceso de construcción corporal de la persona, entender
la enfermedad considerando elementos como emociones, vivencias y

126 / Dulce Itzel Alfaro Ramírez y Guadalupe Cárdenas Rodríguez


experiencias, que forman parte importante del desarrollo de las enfer-
medades de la piel. Se trabajó con seis participantes aquejados con
dermatitis y psoriasis, el único requisito que tuvieron que cumplir es
que fueran mayores de edad y que trabajaran.
Las entrevistas se grabaron en audio para su posterior transcrip-
ción, con esa información se realizó una matriz de categorización con
lo que se llevó a cabo el análisis de resultados. Se proyecta continuar
con las entrevistas profundizando en las relaciones afectivas.

Resultados

A continuación se describen las categorías que resultaron más signifi-


cativas a lo largo del proceso de investigación hasta este momento.
Abandono corporal: Es el estado en que las personas maltratan en
diversas formas su cuerpo, un ejemplo de ello serían los descuidos en
cuanto a la alimentación, las adicciones, el maltrato, etc. Aun estando
conscientes del daño que esto les puede causar y prestando poca im-
portancia a los efectos dejando de valorarse a sí mismos.
Lo que se pudo observar es que las personas entrevistadas llevan
ritmos de vida muy acelerados, ya que en las entrevistas se refleja que
sufren estrés, van creando un proceso de construcción con lo que van
viviendo. Ven a su cuerpo como una máquina a la que tienen que dar-
le mantenimiento, llevando así a que su cuerpo refleje y se exprese con
alergias en la piel.
Cambios en la alimentación: La alimentación es una parte impor-
tante en el crecimiento y desarrollo de una persona ya que es un tópico
que contribuye a la construcción de la salud de la misma. La alimenta-
ción es la ingestión de alimento para cubrir las necesidades vitales del
cuerpo humano.
Los entrevistados mencionan que comían de todo; uno de los en-
trevistados menciona que como era de pocos recursos, pues casi no
comía carne y lo que comía era más verdura, a diferencia de los otros
dos sujetos que casi no las comían, además no se comían con gusto los
alimentos ya que uno si no le gustaban los tiraba y el otro los vomita-
ba. Así mismo se observó que los entrevistados variaban mucho en
horarios y alimentos que consumían.

Proceso psicosomático en la construcción de las enfermedades de la piel / 127


Adicciones: El alcoholismo es un padecimiento progresivo, cróni-
co y degenerativo; con síntomas que incluyen una fuerte necesidad de
tomar a pesar de las consecuencias negativas.
De acuerdo con las entrevistas realizadas, se observa que las per-
sonas tienen en común problemas de alcoholismo, tanto en la familia
(por parte de alguno de sus padres), como ellos, ya que mencionan que
consumen bebidas alcohólicas para pertenecer a un grupo, o para olvi-
darse de los problemas y que lo ven como una salida.
Evasión emocional: Es el estado en el cual los entrevistados nos
muestran cómo evaden sus emociones, el hecho de evadir genera efectos
en algún órgano; encontramos diversas formas de evasión entre las cua-
les destacan los vicios, el pensamiento positivo “de hacer que no pasa
nada”, resentimientos, enojo o el aislamiento. Estas son formas para
evadir el miedo el cual fue muy repetitivo en todos los entrevistados.
Sentimiento de abandono: El sentimiento de abandono tiene que
ver con un vacío emocional afectivo que los entrevistados elaboraron
generalmente asociado con la parte materna. Hay que destacar que los
entrevistados vivieron en familias con muchos hijos, con dificultades
económicas donde se veía el alcoholismo. Los padres de los entrevista-
dos se encontraban más preocupados por cubrir las necesidades bási-
cas de los hijos, es decir, no tenían tiempo de estar al pendiente de cuál
de sus hijos necesitaba más afecto.
Inseguridad: Encontramos que la inseguridad genera que a las per-
sonas les cueste tomar decisiones, está relacionada con el miedo y la
ansiedad, son personas demasiado racionales, le dan muchas vueltas a
las cosas que les pasan o a lo que piensan hacer, se preocupan mucho
por las apariencias, tienen que aparentar que son mejores, que son más
fuertes, que no pasa nada, que no son lo que en realidad son, pero el
cuerpo y su piel los delata. Además esto hace que tengan problemas
para relacionarse con los demás, si no aparentan ser otra cosa en otros
casos suelen aislarse.

Conclusión

Lo que se encontró en las entrevistas tiene que ver con el marco teórico,
específicamente hablando de la teoría órgano-emoción de López (2012),

128 / Dulce Itzel Alfaro Ramírez y Guadalupe Cárdenas Rodríguez


en la que habla del cuerpo humano como una construcción de su his-
toria de vida que se representa en relación a una cultura, y a las emo-
ciones que influyen en la relación con otros.
Hay una correspondencia entre estas categorías que permite expli-
car una forma de construcción psicosomática. Por ejemplo, la mayor
parte de los entrevistados vienen de familias donde hay conflictos,
donde hubo violencia o eventos de maltrato y esto detona o desenca-
dena ciertas emociones y sentimientos que no fueron manejados ade-
cuadamente o no encontraron salida, como pueden ser el enojo, la
tristeza, la ansiedad, la soledad, entre otros. Dicha represión emocio-
nal suele coincidir con episodios en donde se desarrollaron problemas
de salud, y entre ellos los problemas de la piel.
En este sentido López (2000: 34) menciona que “ […] lo que se
vive en la familia se expresa en el cuerpo; entonces el cuerpo es la ma-
nifestación o la expresión de estas vivencias familiares que se materia-
liza en las personas”.
Si, de acuerdo con este enfoque, es en el cuerpo donde se materia-
lizan estas situaciones, es por ello que se formó una categoría que se
denominó abandono corporal la cual se refiere al descuido y poca va-
loración del cuerpo, de ahí que se derivan las subcategorías de cambios
en la alimentación y adicciones, pues se encontró que las personas co-
men a destiempo, comen solos, no toman agua, la sustituyen por bebi-
das gaseosas (coca-cola principalmente), consumen demasiada comida
procesada, promoviendo así el sabor, anestesiando el paladar y pocos
vegetales; asimismo, el tema del alcohol fue bastante recurrente en los
casos estudiados. Esto no quiere decir que la enfermedad se forme a
causa del alcohol, o a la alimentación, sino que las dos situaciones son
un reflejo de su devaluación corporal. Cabe mencionar que el alcoholis-
mo también es una forma de evadir la realidad y los miedos de los entre-
vistados, además también hubo otros medios de evasión como lo son, el
hacer que no pasa nada, evitar la conversación, el aislamiento y el enojo.
Cabe mencionar que las enfermedades de la piel representan ba-
rreras en la comunicación y el trato con los demás, se encontró que los
entrevistados afectados solían tener problemas para mantener una
convivencia normal con los que los rodeaban; así mismo padecen de
inseguridad y miedo al relacionarse, dichas emociones solían venir
acompañadas de complicaciones en la salud.

Proceso psicosomático en la construcción de las enfermedades de la piel / 129


A lo largo de la investigación se logró tener una primera aproxi-
mación para poder vislumbrar que el cuerpo de las personas entrevis-
tadas se ha ido construyendo a lo largo de su vida. Y que su familia,
sus relaciones sociales, sus adicciones, sus emociones, su alimentación
y el abandono corporal, las formas de vida, el lugar donde se vive, las
costumbres y tradiciones son primordiales para definir la construcción
de su padecimiento.
Con relación a los objetivos, se puede mencionar que han sido
cubiertos parcialmente, lográndose un acercamiento al tema de las en-
fermedades de la piel. Sin embargo, se continuará profundizando en
las entrevistas y estudiando nuevos casos.

Referencias

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atópica: Una revisión clínica y salud, vol. 13 pp. 285-306, <http://www.
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los tiempos actuales”, Cuerpo intuición y razón, Ecatepec, Estado de Mé-
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es.scribd.com/doc/4099659/el-cuerpo-humano
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(2009), ¿Qué es la psoriasis?
López R. (2000), “La significancia de lo corporal y la cultura” y “familia y
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(2012), Lo corporal y lo psicosomático 7. Reflexiones y aproxima-
ciones, México, ceapac.
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130 / Dulce Itzel Alfaro Ramírez y Guadalupe Cárdenas Rodríguez


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Thomas P. et al. (2006), Enfermedades de la piel: diagnóstico y tratamiento,
España, Editorial Elsevier.

Proceso psicosomático en la construcción de las enfermedades de la piel / 131


Medio ambiente y salud de los pobladores
de Melchor Ocampo
Vianey Amairani García Rivera y
Marisol Martínez Calzada*

El presente texto se construyó a partir de entrevistas de historia de


vida recabadas de una familia originaria de Melchor Ocampo, cuyas
tres últimas generaciones han vivido en el municipio. Sus modos de
vida y el entorno que habitan han sufrido transformaciones distintas
en cada una de las generaciones, lo que marca un proceso de cons-
trucción corporal distinta en cada habitante. La investigación se rea-
lizó en un periodo aproximado de seis meses, en el que se analizaron
seis historias de vida y algunos de los ejes de información fueron: las
relaciones afectivas, familia, la alimentación a lo largo de su vida,
salud, enfermedades, las emociones, actividades cotidianas, espacios
geográficos, habitaciones, medios de comunicación, costumbres, tra-
diciones, valores así como la modificación en su medio ambiente, etc.
El municipio de Melchor Ocampo está situado en el Valle de Méxi-
co, su nombre durante mucho tiempo fue San Miguel Tlaxomulco que
viene del vocablo náhuatl que se compone de: tlalli “tierra”, xomulli
“rincón” y significa “En el rincón de la tierra”. Se mencionaba que los
pobladores lo llamaban San Miguel de las Canteras por el abasteci-
miento de las mismas durante el periodo del general Villada en 1893.
Posteriormente en la década del nuevo siglo xix que, modificado por
medio del ayuntamiento de la cabecera municipal del territorio de Tul-
tepec, se suprimió dicho nombre por el de Melchor Ocampo1. Está
* Estudiantes de la Licenciatura en Psicología Industrial de la Universidad Mexi-
quense del Bicentenario, Unidad de Estudios Superiores Tultitlán. Contacto: vianey_a_@
hotmail.com y mary_martinez22@hotmail.com
1
 Alejandro Torres Aguilar y Luciano Contreras Pérez, Monografía municipal,
1999, p. 17.

132
localizado en una región al norte del Estado de México y al noreste de
la ciudad de Toluca, al sur colinda con Cuautitlán y al este con Tultepec.
A lo largo de la historia, Melchor Ocampo ha tenido un gran des-
orden, ya que en sus alrededores existían revueltas por el poder de la
tierra, lo que generó dificultades en el desarrollo social y político de los
pobladores. Las labores agrícolas y explotación de algunas canteras
han sido la actividad económica preponderante. Esa cantera fue apro-
vechada para la construcción de iglesias y casas con un valor artístico
que generó fuentes de trabajo para los pobladores, posteriormente, el
municipio fue teniendo modificaciones tanto en sus estructuras geo-
gráficas como culturales.
Melchor Ocampo, con gran esplendor, está entre mesetas y montes;
con un amplio abastecimiento de tierras para el cultivo de alimentos
para el aprovechamiento de los habitantes. Su auto-sustentabilidad
partía de una fuente de ingresos con un amplio consumo de frutas,
verduras y la crianza de animales que a su vez eran utilizados para el
comercio, así como la explotación de la cantera que dio origen al de-
sarrollo de la artesanía; ambas actividades fueron las fuentes principa-
les de empleo que se fortalecieron con el nacimiento de oficios para
beneficio de la población. No obstante, en fechas recientes se ha vivido
la transformación de aquellos campos de siembra en zonas habitacio-
nales, lo cual ha alterado y modificado rotundamente el estilo de vida
y el entorno. Por ejemplo, el aire que respiran los habitantes ha ido
convirtiéndose en un clima seco cuando anteriormente era húmedo.
Menciona una de las habitantes:

Antes sí eran las cuatro estaciones del año… Eran seguras; no como ahora
que ya no sabes si es verano si es otoño o invierno…2

En el municipio y alrededores se encontraban grandes árboles fru-


tales y de mucho colorido que daban ricos frutos con sabores peculia-
res; rodeaban las viviendas, ya que éstas contaban con terrenos exten-
sos, algunas de ellas construidas con piedra de cantera o de asbesto.
Las familias eran numerosas, se encontraban divididas en cuartos pe-
queños e insuficientes para los miembros que la habitaban, lo que en

2
 Entrevista realizada a Lolita, nativa del Municipio de Melchor Ocampo.

Medio ambiente y salud de los pobladores de Melchor Ocampo / 133


muchas ocasiones generaba promiscuidad entre los miembros que
compartían un mismo espacio.
La alimentación de los pobladores era rica en minerales y proteí-
nas, ellos producían sus alimentos en los sembradíos que eran regados
por los canales de agua limpia que permitían la distribución de ésta
para su crecimiento y el de los animales. La gama de alimentos era
extensa. Contaban con múltiples costumbres y tradiciones relaciona-
das con el cultivo de la tierra, una de ellas era la cooperación de los
hijos en la siembra, esto no les permitía poder asistir a las escuelas, que
por cierto, estaban divididas de acuerdo al género; sin embargo, se le
daba mucha importancia al cumplimiento de los deberes u obligaciones,
lo que provenía de un pensamiento tradicionalista, ya que tanto a
hombres como a mujeres se les enseñaba cómo cumplir con el rol so-
cial que tenían dependiendo de sus funciones, es decir: las mujeres a las
labores de la casa y el hombre a proveer el sustento de una familia por
medio del trabajo en los campos o el desarrollo de un oficio.
El municipio estaba conformado por grandes tierras utilizadas
como fuente de poder por ejidatarios quienes se vieron afectados a
partir de la promulgación de la Ley Agraria de 1920 durante el gobier-
no de Álvaro Obregón; uno de los cambios que se generaron es que
con apego a la citada ley, podrían solicitarse tierras a los dueños de
haciendas y trabajar éstas por medio de su venta, las cuales pasaron a
ser terrenos de siembra en los que se cosechaba maíz, frijol, calabaza,
alfalfa, quelites, quintoniles, entre otros productos, para el consumo
de las familias.3 Con el paso del tiempo estas tierras sufrieron cambios
ya que anteriormente las familias se dedicaban a sembrar al igual que
cosechar cada quien en su propia tierra, lo que era de gran importancia
para el comercio, además de una tradición, ya que los hijos de los cam-
pesinos precisaban seguir con los deberes en las tierras impuestos por
sus padres para posteriormente ser acatados por cada uno de los inte-
grantes de la familia. Estas tierras periféricas que en su tiempo fueron
fértiles, se convirtieron en zonas habitacionales debido a que en el cen-
tro del municipio se encontraba la mayoría de la población nativa,
mientras que en la parte del norte o la loma se asentaban habitantes

3
 Fuente: Página Inafed, Enciclopedia de los Municipios de México, Estado de
México. Melchor Ocampo, disponible en: www.inafed.gob.mx.

134 / Vianey Amairani García Rivera y Marisol Martínez Calzada


que llegaban de los alrededores y de otros municipios, quienes fueron
adoptando sus costumbres. Refiere uno de los habitantes:

Los nativos realmente son la parte del centro del municipio pero ya las
ideologías han venido a cambiar porque son de distintas partes de la Re-
pública que vienen a vivir aquí, ellos llegaron a vivir toda esa parte donde
era la loma ahora ya son casas…4

En las orillas se encontraban diferentes canteras donde se extraían


las piedras que eran de colores diversos: negro, gris, rojo, blanco; algunas
otras eran para la construcción de casas del centro, iglesias, edificios u
otros monumentos artísticos que son representativos de la región.
También se utilizó para la realización de artesanía que en algún mo-
mento tuvo auge, puesto que con el desplazamiento de los campos de
siembra surgió como fuente de trabajo para una parte de la población
que abandonó sus cosechas con la llegada de la urbanización.
Las canteras fueron deteriorándose ya que fueron explotadas ex-
cesivamente y no tuvieron un plan de conservación por parte de los
pobladores, en la actualidad se encuentran deterioradas. Esto ha traí-
do consecuencias para los terrenos de siembra, puesto que éstas ayu-
daban a la realización de canales de riego que ahora se encuentran ta-
pados o destruidos con cúmulos de tierra.
En su mayoría, las viviendas tenían una gran extensión de tierra
ocupada para la siembra y los corrales de los animales, al interior, las
casas eran pequeñas, tenían un cuarto largo, junto con el baño. En el
primero, se distribuían en cocina, comedor y habitaciones; estas últimas
tenían de una a dos camas y los habitantes se tenían que acomodar
como pudieran, de lo contrario dormían en petates que ponían en el
suelo. Nos menciona uno de los habitantes:

Yo me acuerdo que todo este terreno era corral, teníamos nuestros anima-
les y la verdad nuestra casa era pequeña, más los cuartos porque éramos
quince; tenían dos camas nada más algunos tenían que dormir en peta-
tes…5

4
 Entrevista realizada a Juanito Canario, un habitante del Municipio de Melchor
Ocampo.
5
 Entrevista realizada a Mari Cris, nativa del Municipio de Melchor Ocampo.

Medio ambiente y salud de los pobladores de Melchor Ocampo / 135


Los habitantes tenían animales de crianza para su consumo, como
gallinas criollas, conejos, borregos, vacas y marranos que alimentaban
de manera natural con maíz, tortilla, alfalfa y pasto que crecía en la
región. Había días que se sacaban a pastar. Era una pequeña economía
regional donde se llevaba a cabo la venta de animales y los productos
que se generaban de ellos, como la leche, queso, huevo, carne o la lana
del borrego para la elaboración de cobijas en la región, que también
constituía una fuente de ingreso para los habitantes.
En la actualidad ya no se cuenta con espacios tan grandes para
crianza de animales, esto hizo que cambiara las condiciones en las que se
encontraban los habitantes, se sufrió una transformación del entorno, lo
que modificó los hábitos alimenticios. Los animales que se mantuvieron
y tenían la necesidad de pastar para subsistir, se encontraron con espacios
reducidos que lo convertían en prisioneros de jaulas donde se les proveía
de alimento artificial de engorda.
Anteriormente las familias se integraban por 12 a 15 miembros
que tenían la necesidad de convivir juntos y realizar actividades como
asistir a misa, dar la vuelta en la plaza, comer todos juntos, desempe-
ñando roles muy bien definidos en la familia contribuían con ella de
una manera muy específica. Cada miembro jugaba un papel importan-
te en el trabajo doméstico, de campo o de crianza, y se destacaba el
respeto hacia los padres. Nos hace mención uno de los habitantes:

Todos mis hermanos y yo le ayudábamos a mi papá a lavar la lana de los


borregos para que pudiéramos jugar; si no ayudabas no salías a jugar…6

Mientras el entorno sufría cambios radicales como el agotamiento


de recursos primarios, después del terremoto 1985 que devastó a la
Ciudad de México, los nuevos pobladores se incrementaron día a día.
Muchos de ellos pasaron a ser dueños de terrenos de sembradíos en los
que construyeron sus viviendas, particularmente en la región de la
loma; trajeron consigo distintas costumbres, estructuras familiares,
formas de arquitectura y estilos de vida. Proliferó la construcción de
pequeñas casas donde solamente podían vivir familias nucleares de ma-
nera compacta. Las formas de convivencia entre los miembros de la

6
 Entrevista realizada a Mari Cris, nativa del Municipio de Melchor Ocampo.

136 / Vianey Amairani García Rivera y Marisol Martínez Calzada


familia cambiaron, comenzó arraigarse la idea del individualismo en los
integrantes de las familias, empezaron a dividirse en diversas activida-
des, como la escuela, el enrolamiento en fábricas y empresas de munici-
pios aledaños, lo que implicó el cambio en las formas de convivencia de
la familia extensa. Nos menciona uno de los habitantes:

Todo cambió, nosotros, yo me acuerdo que mi mamá nos hacía de comer


y todos comíamos a una hora el que llegaba tarde se servía, comía solo y
con el paso del tiempo ya no nos da tiempo de comer todos en familia por
el trabajo...7

Recientemente se ha expandido la llegada de comercios, negocios


implementados por las familias, como panaderías, peleterías, molinos
de nixtamal, talleres de herrería, mecánica o carpintería, los cuales en
la actualidad se han convertido en medianas empresas familiares; ade-
más algunos habitantes han desarrollado el comercio informal, ya sea
en puestos ambulantes o establecimientos rentados para la venta de
sus productos.
Con la llegada de la industria a los alrededores del municipio sur-
gió la necesidad en muchos habitantes de emplearse como obreros por
el aumento del costo de los productos. Ello los obligó a trasladarse a
ciertas localidades cercanas al municipio, tomando como transporte
desde sus bicicletas, que era el principal medio de transporte, o cami-
nar grandes distancias (que era normal para ellos). Con el tiempo lle-
garon los camiones, aunque inicialmente solo se contaba con dos en la
región, los cuales partían del municipio hasta el Distrito Federal con
un horario estricto.

En Melchor, yo me acuerdo que no había transporte; mi papá se iba en su


bicicleta a dejar la lana de los borregos y la mayoría de las personas tenía
una o se iban caminando a los campos a trabajar pero ya con la llegada
de los primeros dos carros que salían de aquí con una hora en específico
si no lo alcanzabas te tenías que esperar que regresara porque llegaban
hasta el Distrito Federal; estos camiones eran grandes y traían porta bul-
tos y una canastilla donde traían su mercancía como frutas, verduras y

 Entrevista realizada a doña Juanita, habitante del Municipio de Melchor Ocampo.


7

Medio ambiente y salud de los pobladores de Melchor Ocampo / 137


más alimentos que no se daban aquí, era algo nuevo para nosotros y ade-
más cobraban veinte centavos…8

Estos cambios han traído consigo la pérdida de tradiciones en la


siembra dentro del municipio, así como la sustentabilidad alimenta-
ria; pues ahora deben comprarse bienes de consumo en otros lugares
para abastecerse de ellos en forma continua. Con lo anterior la produc-
ción de los alimentos cambió rotundamente, puesto que los mismos
habitantes de esa región en las siguientes generaciones ya no los reco-
nocían de la misma manera.
La modificación de la alimentación se dio rápidamente para los
pobladores, se introdujo la comida chatarra y comida instantánea
como papas, dulces, chicles, muéganos, pastas; además de comida en-
latada o congelada de fácil preparación, que incluyó frutas y verduras,
en muchas ocasiones modificadas de manera transgénica. Anterior-
mente se tenían periodos de siembra dependientes de las estaciones del
año, pero con el paso del tiempo, la modificación del medio y la entra-
da de alimentos industrializados ya es posible obtener los alimentos en
cualquier época del año. Nos menciona uno de los habitantes:

En mi adolescencia empezaron a salir que las papas Sabritas, dulces y


toda la comida chatarra pero sólo era para la gente que tenía dinero para
comprarlas…9
Yo me acuerdo que mi papá nos hacía unos dulces muy ricos como los que
venden hoy, pero estaban más ricos, la verdad no me acuerdo cómo los
hacía pero estaban ricos…10

Las condiciones de vida de los habitantes, sujetas a distintos cam-


bios, han contribuido al desarrollo de enfermedades distintas a las de
hace unas décadas. Estás últimas eran principalmente tosferina, gripe,
viruela, sarampión y algunas de vías respiratorias que eran curadas
con tés, además de cuidados caseros proporcionados principalmente
por la mamá. Cuidados que han sido sustituidos de manera radical con
medicamentos. Los cambios en la alimentación, así como la acelera-

8
 Entrevista realizada a Mari Cris, nativa del Municipio de Melchor Ocampo.
9
 Entrevista realizada a Chofis, nativa del Municipio de Melchor Ocampo.
10
 Entrevista realizada a Bela, nativa del Municipio de Melchor Ocampo.

138 / Vianey Amairani García Rivera y Marisol Martínez Calzada


ción del ritmo de vida, los excesos, el estrés, la mala comunicación con
los demás, la pérdida de raíces culturales, costumbres y tradiciones; el
deterioro de relaciones sociales y la falta de armonía familiar así como
la incompatibilidad de la ideología de las generaciones pasadas con las
de ahora, han contribuido al incremento en la aparición de enfermeda-
des crónico-degenerativas.
El conjunto de cambios en el ambiente, el lugar que habitaron, los
trabajos que se desempeñaban, sus orígenes, sus costumbres así como
tradiciones, relaciones personales e interpersonales, además de su ali-
mentación fue transformando el municipio, la percepción de los habi-
tantes, incluso la modificación en el paladar de las personas por medio
de la aceptación de sabores intensos. Con ello se abrieron procesos
relacionados a la construcción de enfermedades que no eran dominan-
tes en el lugar y se han hecho comunes como diabetes, hipertensión,
infartos o trastornos alimenticios.
La vida de los pobladores se ha transformado, hay un mayor índi-
ce de contaminación, sus ecosistemas están desapareciendo, la susten-
tabilidad alimenticia se ha reducido por la pérdida de la fertilidad de
las tierras, se han generado nuevas enfermedades así como la desinte-
gración de familias, existe poca comunicación con los hijos, aparecen
valores modernos en la comunidad que se confrontan con los tradicio-
nales; conforme se ha ido modificando el municipio y las formas de
vida de los habitantes, se ha percibido un efecto en el proceso de cons-
trucción de su cuerpo.11
Se tiene el propósito de continuar investigando y de esta manera
plantear un plan de prevención para el cuidado y salud de estos habi-
tantes, que permita regular los cambios en la salud planteados previa-
mente.

Referencias

Inafed, Enciclopedia de los Municipios de México, Estado de México. Mel-


chor Ocampo, disponible en: www.inafed.gob.mx

11
 Sergio López, en: Mario, Camarena, El siglo xx mexicano. Reflexión desde la
historia oral. El autor nos hace mención que el término construcción corporal es un
proceso que demanda tener conciencia respecto de las implicaciones que ha traído tener
un cuerpo en el abandono y en el olvido.

Medio ambiente y salud de los pobladores de Melchor Ocampo / 139


López, Sergio (2007), en: Mario Camarena, El siglo xx mexicano. Reflexión
desde la historia oral, México.
Torres Aguilar, Alejandro y Luciano Contreras Pérez (1999), Monografía Mu-
nicipal.

Entrevistas realizadas a los habitantes


de Melchor Ocampo

“Chofis”, entrevista realizada el 15 de mayo del 2013, entrevistador: Ivette


Johena Aguilar Urban.
“Bela” entrevista realizada por Ivette Johena Aguilar Urban, Marisol Martí-
nez Calzada
“Doña Juanita”, entrevista realizada el 13 de mayo del 2013, entrevistador:
por Marisol Martínez Calzada.
“Juanito Canario”, entrevista realizada el 16 de agosto del 2013, entrevista-
dor: Marisol Martínez Calzada.
“Mari Cris”, entrevista realizada el 12 de mayo del 2013, entrevistadores:
Ivette Johena Aguilar Urban, Dulce María Fuentes Saínes, Marisol Martí-
nez Calzada y Vianey Amairani García Rivera.

140 / Vianey Amairani García Rivera y Marisol Martínez Calzada


La construcción del espacio corporal
en habitantes de Tultepec
a partir de la aparición de las tiendas
de autoservicio
Linda Stephany Trejo Maya*1

Llueve sobre el campo verde...


¡Qué paz! El agua se abre
y la hierba de noviembre
es de pálidos diamantes.
Juan Ramón Jiménez

El objetivo de la presente propuesta es describir, a través de historias


de vida recabadas de distintos habitantes que hayan vivido por lo me-
nos 35 años en el municipio de Tultepec, cómo se ha construido y
transformado el espacio corporal en los habitantes de dicho municipio
y de qué forma se ha modificado su modo de vida a partir de la aper-
tura de tiendas de autoservicio.
La investigación se llevó a cabo durante un periodo aproximado
de seis meses a partir de enero de 2014, en el que se analizaron 11
historias de vida y cuyos ejes de recopilación de información fueron: la
alimentación en distintas etapas de la vida, las relaciones afectivas o
intersubjetivas, los espacios geográficos, las habitaciones, las activida-
des cotidianas, los medios de comunicación, el transporte, las costum-
bres, los valores, las emociones, así como las modificaciones del medio
ambiente, etc.
Los testimonios recolectados narran la modificación de su ambien-
te, cada entrevista tuvo una duración aproximada de cuatro horas, en
dos sesiones. A continuación se presenta una breve reseña sobre el
municipio de Tultepec, que describe los resultados de la investigación.
Tultepec proviene del náhuatl, el nombre significa “en el cerro del
tule”, el origen de éste se deriva de una característica del lugar geográfico,

* 
Estudiante de la Licenciatura en Psicología Industrial, en la Universidad
Mexiquense del Bicentenario, Unidad de Estudios Superiores Tultitlán. Contacto:
stephanytm_120@live.com

141
el cual se encontraba en la cima de un islote, donde crecía en abundan-
cia la planta del tule1. Tultepec limita al norte con Melchor Ocampo y
Nextlalpan; al sur con Tultitlán y Coacalco, al oriente con Nextlapan
y Tultitlán, y al poniente, colinda con Cuautitlán2.
Es un municipio que forma parte de la cuenca de México, donde
los procesos de cambio que provocan los habitantes, en los recursos y
en el suelo, tienen sus efectos en el entorno y en los mismos individuos3.
Entre los años de 1930 a 1950, aproximadamente, la sub-urbaniza-
ción y el establecimiento de industrias en los alrededores de la ciudad
originaron su expansión territorial, dando como resultado la enmarca-
ción de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. De 1950 a
1970 ésta experimentó rápidamente una expansión territorial indus-
trial con dirección al norte y noroeste del Distrito Federal. El proceso
de sub-urbanización fue en aumento debido a que en la década de 1950
el gobierno prohibió las subdivisiones residenciales en el Distrito Fede-
ral. Ante esta situación, el Estado de México ofreció incentivos fiscales
a quienes realizaran dichas divisiones en esta demarcación territorial,
lo que dio como resultado la expansión de zonas habitacionales-in-
dustriales, que se vieron favorecidas al establecerse ahí debido a su
cercanía con las vías del tren. Los territorios donde se establecían las
industrias, principalmente fueron, al norte de Ecatepec y al noroeste
del municipio de Tlalnepantla.
Sin embargo, existen otros municipios que han ido entrando pau-
latinamente desde ese entonces en el mismo proceso; uno de ellos es
el de Tultepec, que ha sufrido diversas consecuencias como resultado
del desarrollo industrial, tecnológico y poblacional. Los testimonios
recabados fungen como una semblanza de esta realidad; en la memo-
ria de los habitantes habita lo que fue alguna vez el municipio, hace
40 o 50 años.

[…] era pura terracería pero yo siento que era muy bonito en aquél enton-
ces porque en el tiempo de aguas aquí había zanjas aquí enfrente se llena-
ban y yo me acuerdo de niña, de niña, que este nos gustaba, me acuerdo

1
 Atlas de Riesgos de Tultepec. Página 12.
2
 Atlas de Riesgos de Tultepec. Página 12.
3
 Monografía de Tultepec, México Asociación Mexiquense de Economistas Muni-
cipales A.C.

142 / Linda Stephany Trejo Maya


que en aquel entonces este sacábamos el agua del pozo, pero cuando co-
rría el agua en las zanjas con eso nos bañábamos… todo, todo, todo era
verde… cuando sembraban todo verde. Para entrar a Tultepec no había
tanta casa realmente eran sembradíos de alfalfa...4

Tultepec estaba conformado en su gran mayoría por territorios


ejidales y áreas de cultivo. Muchos de estos territorios fueron pertene-
cientes a grandes hacendados de la época, como don Pedro Negrete, y
parte de los ejidos o campos de siembra pertenecían a los habitantes
del lugar.
Los pobladores, al tener extensiones de tierra para la siembra, po-
dían cultivar sus alimentos, por lo tanto trabajaban la tierra para pro-
veerse a sí mismos y a sus familias, en largas jornadas de sol a sol se
dedicaban al cultivo de alimentos como: quelites, verdolagas, frijol,
nopales, maíz, chile, alfalfa, elote, chayote, calabazas.5
Para la década de los 70’s la industria en el Distrito Federal co-
mienza a cobrar fuerza e inicia su expansión hacia distintas zonas del
país, una de ellas es el Estado de México donde comienza a establecer-
se, a requerir de espacio para la construcción de plantas industriales,
además de mano de obra que pudiera producir; estas industrias fueron
creadas en municipios como Tlalnepantla y Ecatepec. Por lo tanto sig-
nificaba que se requerían espacios para poder cubrir las necesidades de
todos los obreros y con ellos la de sus familias, particularmente espa-
cios de vivienda cercanos. En poblados como Tultepec comenzaron a
crearse los nuevos fraccionamientos habitacionales, comenzando por
la Unidad ctm, después Rancho Real de Tultepec y otras colonias perte-
necientes al municipio que atrajeron a los nuevos colonos.
Los nativos comenzaron a perder sus terrenos y ejidos que utiliza-
ban para la obtención de sus alimentos. Con lo que paulatinamente se
vieron en la necesidad de incorporarse a la industria.
La tierra que se levantaba al caminar y ver a los burros y caballos
pasar en carretas, los espacios para la siembra de alfalfa, frijol, haba,
maíz, el lodo que se creaba en los campos verdes de Tultepec al caer el

4
 Entrevista realizada a la Señora Elena Fragoso “Señora Conejo” (Este es un seudó-
nimo para proteger la identidad del participante).
5
 Entrevista realizada a la Señora Elena Fragoso “Señora Conejo” (Este es un seudó-
nimo para proteger la identidad del participante).

La construcción del espacio corporal en habitantes de Tultepec / 143


agua fueron reemplazados por calles, carreteras y avenidas pavimenta-
das, coches con olor a diésel quemado, un suelo duro que desvincula
al sujeto con su tierra provocando un desarraigo. Se dejó de sentir el
agua de los ríos, el pasto picando la planta del pie. La llegada de la
urbanización fue la llegada del individualismo que evita que los sujetos
cooperen para obtener comunitariamente sus alimentos. Alimentos
frescos que entran en la boca y dan vida al cuerpo; que avivan la gra-
titud por lo que la tierra les brinda.
Las personas comenzaron a verse desamparadas, sin alimento que
proveer a sus familias (familias que se conformaban en promedio por
12 integrantes o más), se produjo la incertidumbre, el miedo, la ansie-
dad por la competencia en el trabajo, en el mundo urbano en que a
veces no se sabe cómo obtener el pan de cada día; llegaron jornadas
laborales extensas en las fábricas, trabajar dentro de cuatro paredes
y en la oscuridad para recibir un salario bajo, cambiaron los ritmos
del cuerpo. Esto trajo consigo una sensación de prisa, de angustia,
pues ahora llegar al trabajo requería de nuevos medios para llegar
más rápido, y ganarle al checador, es decir, se comenzó a vivir acele-
radamente.

Más vale no llegar tarde al trabajo, hay bocas que alimentar.6

Es la consigna de una vida con presiones. Los tiempos para la


convivencia se relegaron.

Hay que chambearle duro para obtener un poco de dinero.7

Las mujeres, amas de casa o madres de familia también tuvieron


que aportar recursos a la casa, ya que el salario masculino no proveía
los suficientes para solventar las nuevas necesidades (educación, salud,
entretenimiento). Se perdieron los momentos para convivir en la mesa.
El dinero se hizo indispensable para poder obtener alimentos.
La falta de espacios para el ganado y tierra para ser arada, se dio
a la par de la llegada de tiendas de autoservicio, que ofrecían produc-

6
 Entrevista hecha al Señor Emeterio Fragoso “Señor Gallo” (Este es un seudónimo
para proteger la identidad del participante).
7
 Entrevista hecha al Señor Emeterio Fragoso “Señor Gallo”.

144 / Linda Stephany Trejo Maya


tos en empaques llamativos, comida congelada o llena de conservado-
res, comida que puede ser preparada en 10 minutos, productos que
satisfacen al paladar con sabores fuertes y anestesiantes. Ello dio inicio
a una dinámica donde el ritmo de vida es más acelerado, donde no
alcanza el tiempo; se tradujo en una forma de vivir que requiere más
dinero para poderse llenar de lujos y comodidades, esta forma de vivir
se sigue vendiendo como una vía para tener “una vida más digna” y
hace entrar a los sujetos en una dinámica de competencia e individua-
lismo que en varios casos acarrea la desarmonización y cooperación en
el interior, un interior que se abandona, que olvida al espíritu, que se
olvida de sentir y se dedica más a pensar.
Al estar desarticulados al interior se desorganiza la vida en el exte-
rior, surgen otras enfermedades que difícilmente se presentarían en un
habitante de Tultepec hace 50 o 60 años. Según los habitantes, era raro
escuchar que alguien estuviese enfermo de cáncer o de diabetes8, eso
habla de una forma de vida que hace que los individuos construyan
síntomas complejos, no sólo por una mala alimentación, si no por to-
dos los procesos de cambio culturales, familiares y sociales de un tiem-
po y lugar determinado.
Sin embargo, es necesario reflexionar que si estas nuevas formas
de vida se han creado y modificado con el tiempo, y han existido dis-
tintas maneras de vivir que lograron una forma de vida que permitía la
comunicación interior en el cuerpo, significa que se puede volver cons-
truir y crear esa vinculación con el cuerpo a pesar de la sociedad y
cultura en que se vive. La alternativa que se plantea es a través del
trabajo corporal y con ello la gestación de nuevas memorias que per-
mitan frenar el deterioro espiritual y corporal.9

8
 Para futuras interpretaciones e investigaciones, utilizaremos una lectura con base
en la construcción de una enfermedad, la cual será abordada a través de una visión
integradora; sustentada desde la teoría de los cinco elementos o cinco energías, que nos
explica cómo se relacionan los órganos con las emociones, sabores, estaciones del año,
colores, elementos de la naturaleza, etc. Al romper la armonía entre estas energías, es
cuando surge la enfermedad o el desequilibrio en el interior de un individuo. Para más
información consulte Daniel Reid, Los tres tesoros de la salud, capitulo 5.
9
 La propuesta para conservar la vida, principalmente la propia, y, seguida de esta,
la de otros seres humanos, no se puede simplificar a una visión fisiológica; un cuerpo
es más complejo que eso. Sergio López Ramos, Órganos, emociones y vida cotidiana.

La construcción del espacio corporal en habitantes de Tultepec / 145


Referencias

Dirección General de Protección Civil del Estado de México (2013), Atlas de


Riesgos Tultepec, México. Disponible en:
http://www.tultepec.gob.mx/pdf/atlas/tultepec.pdf
Fragoso, Elena, entrevista realizada el martes 14 de mayo del 2013, entrevis-
tador: Linda Stephany Trejo Maya.
Fragoso, Emeterio, entrevista realizada en Junio del 2014, entrevistador: Lin-
da Stephany Trejo Maya.
Instituto Mexiquense de Cultura (1997), Monografía de Tultepec, México,
Asociación Mexiquense de Economistas Municipales, A. C.
Jiménez, J. R. (s/a), Llueve sobre el campo verde, Disponible en: http://tuspri-
merasletras.blogspot.mx/2010/09/llueve-sobre-el-campo-verde-por-juan.
html
López Ramos, S. (2006), Órganos, emociones y vida cotidiana, México, Edito-
rial Los Reyes.
Reid, Daniel (1993), Los tres tesoros de la salud, España, Ediciones Urano.

146 / Linda Stephany Trejo Maya


Cuarta parte

Tecnología social para el cuidado


de la vida en el cuerpo
Constelaciones familiares aplicadas
a temas de salud y síntomas repetitivos
María de Guadalupe Salinas Cerda*1

Las Constelaciones Familiares (cf) o Configuraciones Sistémicas Fa-


miliares constituyen una herramienta terapéutica propuesta por Bert
Hellinger en los años 80; quien a través de sus estudios de pedagogía,
filosofía, teología, psicoanálisis y gestalt, entre otros, así como reto-
mando el aprendizaje tan importante que tuvo al permanecer en África
en la comunidad de “zulús” por más de 10 años, pudo encontrar el
camino a las Constelaciones Familiares. En este contacto directo con
los zulús y con sus familias pudo observar las dinámicas conscientes e
inconscientes que influían en su día a día y cómo a través de un movi-
miento, una mirada, un ritual podían cambiar la relación con los otros.
La terapia de Constelaciones Familiares ha revolucionado de mane-
ra integral la terapia psicológica. Tiene la virtud de conjugar y comple-
mentar de manera puntual y sin exclusiones diversas teorías y ciencias e
incluso paradigmas desde la psicología hasta la física cuántica.
Bert Hellinger, a través de los años, ha perfeccionado su manera de
trabajar con las Constelaciones Familiares complementándolas con
teorías, técnicas diversas y sobre todo con el trabajo diario con las
personas, lo que le ha permitido tener una gran aceptación en todo el
mundo. Al día de hoy continúa trabajando, dando cursos y conferen-
cias, escribiendo y compartiendo con las personas esta gran herra-
mienta terapéutica que está al servicio de la vida.
Aunque hoy en día existen sesiones individuales de Constelaciones
Familiares, en donde se ocupan diversos objetos, originalmente la se-

*
 Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México, Fa-
cultad de Estudios Superiores Iztacala. Consteladora Familiar, por el Instituto de Cons-
telaciones Familiares Sowelu. Psicoterapeuta y Consultora individual, grupal y empresa-
rial. Contacto: terapia.cf@gmail.com

149
sión es grupal. Generalmente se trabaja en una sola sesión, en donde
una persona a la vez expone el tema que quiera “constelar”. Los grupos
suelen ser grandes, en ellos todos participan ya sea como observadores,
representantes o exponiendo su tema. En cualquiera de estos tres nive-
les, las personas observan, resuelven y modifican conductas, acciones,
pensamientos, sentimientos y por ende, su vida se ve transformada.
Una de las cualidades del trabajo con Constelaciones Familiares es
que en una sola sesión se puede resolver un conflicto, que en la sesión
psicológica individual tradicional se tardaría meses e incluso años. Son
sesiones emocionalmente intensas, en donde la crisis y la confronta-
ción se perciben profundamente. Sin embargo, las personas refieren,
luego de la sesión, una mayor claridad y la capacidad para tomar me-
jores decisiones para su vida e incluso, la calidad de vida y de salud de
los participantes reflejan una considerable mejoría.
Hellinger también incluye dentro de las sesiones de Constelaciones
Familiares las técnicas y conocimientos de la Fenomenología, Teoría de
Sistemas, Lenguaje Corporal y Bioenergética, las cuales son de gran
ayuda para leer los mensajes inconscientes que se muestran en el cuerpo
de las personas y con éstos poder acompañar a la Constelación hacia su
desenlace, verbalizando frases de solución y realizando rituales que son
fundamentales para lograr un movimiento importante en la persona.
Cabe señalar que prácticamente cualquier tema puede ser conste-
lado: temas con la familia (migración, muertes tempranas, abandonos,
orfandad, etc.), pareja (separaciones, divorcios, infidelidad, etc.), con
los hijos (escolares, adicciones, alimenticios, etc.), de salud (enferme-
dades, síntomas, enfermedades terminales, etc.), pérdidas y duelos (de
trabajo, proyectos, pareja, dinero, abortos), laborales o empresariales
(proyectos, bienes raíces, cierre de negocios, etc.), entre otros.
Finalmente, es relevante comentar que las Constelaciones Familia-
res constituyen una herramienta más en toda la gama de terapias y
alternativas que existen hoy en día para las personas. Lo importante es
saber que existen y que están al servicio de los seres humanos y que
podemos hacer uso de ellas para nuestro bienestar emocional, físico,
mental y espiritual; y así poder tener una mayor conciencia de nuestro
cuerpo y de nuestro ser. Lo cual nos conducirá paulatinamente a trans-
formar nuestro entorno y convertirlo en un mejor lugar para vivir, en
armonía y calidad de vida para todos.

150 / María de Guadalupe Salinas Cerda


Trabajo transgeneracional para la limpieza
de memorias corporales
y familiares
Grisell Olivera Cabrera y Giselle Pacheco Rial

El taller presentado consiste en la integración de principios teóricos y


metodológicos de la bioneuroemoción propuesta por Corbera, el tra-
bajo transgeneracional establecido por Schützenberger y los procesos
etnoemocionales de López (2012), en un taller terapéutico enfocado a
la limpieza de las memorias familiares en el cuerpo y la vida de los indi-
viduos, que desarrolle en los participantes herramientas para desenvol-
verse en congruencia con la vida.
Los objetivos del método terapéutico consisten en integrar princi-
pios de la física, la biología, la neurología, la epigenética y la psicolo-
gía transpersonal para permitir a las personas limpiar las memorias de
situaciones no resueltas de los ancestros que limitan su presente y que
al mismo tiempo les permitan hacer conciencia sobre su cuerpo y sus
emociones en el presente.
El taller presentado es una versión sintetizada de un trabajo que
normalmente se hace en cuatro semanas en las que se trabajan los lla-
mados conflictos programantes.
El conflicto programante puede tener lugar en el periodo compren-
dido entre la concepción del individuo en el útero materno, desde sus
nueve meses de desarrollo intrauterino hasta los tres años de vida; en este
periodo el individuo es uno con las emociones de la madre y receptor de
toda la información emocional de ella, incluyendo el proyecto que la
madre tenía al momento de concebirlo, así como las situaciones y cir-
cunstancias de la vida por la que la madre estaba pasando durante este
periodo. A esta influencia programante se le denomina Proyecto Sentido.
Otro origen del conflicto programante es el Transgeneracional, o
sea, todo aquello que recibimos de nuestros ancestros y que repercuten

151
hasta la tercera y la cuarta generación, por así decirlo. Aquí se analiza
toda la información proveniente de los familiares del individuo así
como su herencia en cuanto a conflictos, circunstancias, enfermedades;
las cuales están programadas desde las generaciones anteriores y tie-
nen una repercusión en la historia emocional del sujeto.
El trabajo terapéutico se dirige sobre la base de tres conceptos
fundamentales que son: el doble, el yaciente y el heredero universal,
identificados como miembros del clan de quienes los sujetos repiten o
doblan situaciones, emociones, circunstancias, deudas y conflictos de
familiares con quienes existe afinidad. La afinidad puede estar dada
por el nombre, el parecido físico o en el carácter, así como la fecha de
nacimiento. El yaciente es aquel que hereda la información de herma-
nos y primos que murieron a causa de abortos espontáneos o provoca-
dos, también se aplica a cualquier otro caso en que la pérdida o la
muerte de la persona haya afectado a la madre.
Al finalizar se hace un ejercicio, se trabaja sobre el principio de la
congruencia y cómo aprender a escucharnos a nosotros mismos o
nuestra intuición para guiar nuestras decisiones o dejarnos guiar por la
inteligencia de un todo, ya sea inconsciente biológico, corazón de la
tierra o fuerza universal de la vida, esto es acorde a las creencias de
cada persona. Se hace un ejercicio de visualización donde se conectan
a ese corazón de la tierra para tomar decisiones u obtener una respues-
ta que tenga que ver con el conflicto que pretendían resolver al iniciar
el taller.

152 / Grisell Olivera Cabrera y Giselle Pacheco Rial


Apertura de la memoria emocional
a partir del masaje
Carlos Geovanni Varela Vega

La medicina tradicional china considera que el cuerpo es un microcos-


mos en el que los órganos y las emociones son indisociables, debido a
que mantienen relaciones específicas al interior del espacio corporal; la
ira guarda relación con el hígado-vesícula biliar; la alegría con el cora-
zón-intestino-delgado; la ansiedad con el estómago-bazo-páncreas; la
tristeza con el pulmón-intestino grueso; finalmente el miedo con el ri-
ñón-vejiga. De modo que cuando experimentamos desequilibrios emo-
cionales en nuestra vida, sea porque nos cuesta trabajo expresarnos o
porque vivimos constantemente experimentando algunas emociones,
éstas alteran el funcionamiento normal de nuestros órganos, también
ocurre la relación inversa, cuando un órgano está enfermo altera nues-
tro estado emocional.
Todo el sistema órgano-emoción se encuentra interrelacionado a
través de una red de energía o ki que circula por todo nuestro organis-
mo, lo que significa que todo el tiempo que dura nuestra vida existe un
movimiento energético interior conformado por la actividad orgánica.
Diferentes culturas a lo largo del tiempo han estudiado y trabajado
con esta energía con la finalidad de conservarla para la preservación
de la salud. En China, desde los escritos del Emperador Amarillo co-
menzó una historia de documentación y estudio de esta red de ki que
es el cuerpo humano, así se delinearon los doce meridianos de energía,
que son los sitios en los que circula el ki y que corresponden a cada uno
de los órganos que hemos mencionado. Todos viajan por las extremi-
dades hasta llegar a diferentes zonas del torso o la cabeza, en donde se
cruzan entre ellos y con los órganos internos o los sistemas sensoriales;
ahí son regulados por dos canales que circulan por el centro del cuerpo,

153
Du y Ren, que forman un ocho energético en la zona que está debajo
del ombligo, donde es posible almacenar la energía; este canal vincula
los centros energéticos que nos articulan con la tierra y el cielo, par-
tiendo de la base de la columna hasta la coronilla.
La existencia de esta compleja red nos permite saber que los órga-
nos tienen un nivel de energía interrelacionado que permite la salud,
pero muchas veces se ve perturbado por el movimiento de las emocio-
nes, pues éstas alteran el flujo del ki. Todas las emociones se mueven
en ese espacio interior y son necesarias para la vida, pues a lo largo de
ella nos permitieron salir de apuros, hacer cambios importantes, o dis-
frutar los acontecimientos intensamente.
Sin embargo, somos parte de una cultura que ha moralizado a las
emociones y las ha considerado un recurso primitivo de un cuerpo frag-
mentado; lo que significa que ha reprimido la expresión de algunas de
ellas por considerar que son signo de debilidad o que son inapropiadas y
deben ser reguladas, reprimidas o controladas por el pensamiento; mien-
tras que se favorece la expresión de otras que se cree están vinculadas a
la fortaleza o la felicidad, de modo que generamos una forma de sentir
que se registra como nuestra memoria emocional y guarda relación con
la manera en que se viven las emociones en nuestras familias o entorno.
Así, cada vez que contenemos una emoción, es porque de fondo
consideramos que es mala su expresión, pues de niños fuimos educa-
dos para no decirla, escuchamos frases como “no te enojes”, “ya no
llores”, “no tengas miedo”, “no te preocupes”, “no te rías”, con ello
la emoción se contiene a pesar de sentirla, se detiene su movimiento
interior; también hacemos lo contrario, aprendemos a buscar las mis-
mas emociones cotidianamente, hay gente que siempre está enojada
porque siente que así nadie se va a meter con ella, se muestra temerosa
porque así evita hacer cosas que debe hacer, es obsesiva porque apren-
dió que hay que pensar en todo, está triste porque considera que antes
su vida era mejor que ahora, o siempre busca sonreír porque cree que
es importante mostrarse feliz aunque no lo esté.
Otro momento es cuando entramos al mundo de la competencia
en el que las emociones son vistas como una debilidad, situación que
es fácil ubicar en las relaciones humanas, siempre que hay un deseo de
poder, superioridad y dominio habrá una represión emocional o una
exageración de la emoción de por medio, un ejemplo claro es cuando

154 / Carlos Geovanni Varela Vega


alguien dice: “ya no me va a ver llorar”, “voy a ser fuerte”, “no le voy
a dar el gusto”, “tengo que estar fuerte para los demás”. La ira y la
ansiedad son ejemplos de dos emociones exacerbadas por el deseo de
competencia en nuestra sociedad, la primera podemos notarla en los
programas televisivos que siempre contienen violencia y el enojo es
una emoción que recurrentemente se muestra en ellos como un recurso
para resolver las situaciones que se presentan en la vida. Por otro lado,
la ansiedad se convirtió en un producto del desarrollo económico, en
el que trabajadores y estudiantes se ven orillados a competir por mejo-
res condiciones para obtener dinero y reconocimientos, así la ansiedad
se valora como un recurso que permite vivir con prisa, aceleradamen-
te, ante las exigencias de la vida moderna, no por nada el azúcar se ha
convertido en una fuente de riqueza para sus productores y de enfer-
medad para sus consumidores a nivel mundial, pues se trata de un
alimento que estimula de forma importante el sistema nervioso, acele-
rando el organismo, le da un “levantón”, luego un “bajón” después de
unos minutos, creando la necesidad de más dulce, con lo que se forma
una adicción al sabor y a la emoción.
Finalmente, la idea de que siempre debemos pensar, hace que mu-
chas emociones que no se expresan se elaboren mentalmente y se con-
viertan en sentimientos complejos que se instalan en alguna zona del
cuerpo, por ejemplo, cuando alguien se enoja con un ser querido pero
no se lo expresa, en cambio comienza a hipotetizar acerca de los actos
del otro, hace suposiciones que pueden llevarlo a agravar la situación
o lo elabora de tal manera que añade elementos que no eran parte de
la realidad, logrando que la emoción se produzca cada vez que piensa
en lo (o lo no) sucedido. Por ejemplo, una persona se disgusta con su
pareja porque llegó tarde a su cita, pero no se lo dice, prefiere mante-
nerse callada y seria, negando la emoción, sin embargo se sumerge en
sus pensamientos y elabora que seguramente no le importa, que ya no
la quiere como antes, que probablemente haya otra persona; esa con-
dición puede generar un resentimiento que se acumula junto a situa-
ciones similares produciendo un desgaste continuo que se hace acumu-
lativo y tarde o temprano estalla.
En todos los casos, la emoción se contiene o domina a las otras, lo
cual altera el movimiento de la red de energía, pues los órganos están
copados por emociones que no les permiten realizar bien sus funciones,

Apertura de la memoria emocional a partir del masaje / 155


así que se desgastan, se inflaman, se debilitan, crecen, generan ácidos
o jugos, estrés celular o dolores que son inexplicables, alteran el metabo-
lismo y la absorción de nutrientes. Si la situación se agrava por tratar-
se de emociones muy intensas o contenidas por muchos años juegan un
papel importante en el desarrollo de enfermedades crónicas o degene-
rativas. Por tanto, resulta vital para la preservación de la vida, abrir la
memoria emocional y permitir que los bloqueos desaparezcan permi-
tiendo la circulación del ki a través de órganos y meridianos. Una de
las vías para hacerlo es a través del masaje en puntos donde las emo-
ciones pueden estancarse con facilidad, por ejemplo, los puntos al cen-
tro del pecho, en los hombros, sienes o los localizados entre la base de
la mano y el codo o entre el talón y la rodilla.
Un masaje profundo e intenso en algunos de esos puntos suele
contactar a la persona con los dolores que carga en su vida, es decir
con su memoria emocional, en muchos casos hace brotar una emoción
específica que estaba contenida y en otros incluso trae a la mente el
recuerdo de una persona o acontecimiento con la cual se relaciona di-
cha emoción, abriendo una puerta que brinda la posibilidad de resol-
ver el conflicto para evitar que se vuelva a acumular.

156 / Carlos Geovanni Varela Vega


Reflexión final

A lo largo del desarrollo de estos textos es posible ubicar al cuerpo


como ese espacio habitado por la vida, un espacio en muchas ocasio-
nes abandonado, agredido, sometido o invadido; en el que los deseos,
las emociones, los efectos de las relaciones de violencia o codependen-
cia han construido un nicho que la pone en riesgo. La sociedad de estos
tiempos y el estilo de vida de alta competencia, individualismo y una
cultura antropocéntrica han causado estragos en el medio ambiente,
las relaciones humanas y al interior del espacio corporal.
Enfermedades como el cáncer o la obesidad se convierten en la
expresión de esas formas de vivir que encarnan las políticas sociales y
los intereses de mercado que no han considerado el valor de la vida en
su conjunto. El cuerpo se convierte en el depositario de estilos de co-
mer, de hacer el amor, de trabajar, de asumir a los otros; que han en-
trado en una fase de crisis que expresa la vacuidad del espíritu huma-
no luego de dos guerras mundiales e infinidad de conflictos regionales
en el siglo pasado y los inicios del presente; lo anterior bien puede
descubrirse al indagar la biografía del individuo para rastrear cómo la
forma en que ha venido asumiendo la realidad y eligiendo en ella, abre
o cierra códigos corporales que armonizan u obstaculizan su red de
cooperación interna haciendo que su cuerpo elabore recursos para
defenderse.
Los espacios comunes de la creciente y voraz mancha urbana in-
vaden los estilos de vida tradicionales sumergiendo a los habitantes en
la profundidad de su propuesta de una vida de confort, democracia y
progreso. Dichas ideologías acaban por opacar y excluir cualquier
forma de vida tradicional, generando brechas generacionales entre

157
aquellos que vivieron de la tradición regional respecto de los que van
creciendo seducidos por los estereotipos de los medios de comunica-
ción o absorbidos por los sistemas de trabajo asalariado. El caso es
que todo ello implica una transformación en los ritmos de vida y por
lo tanto en los tiempos del cuerpo, en su movimiento interior. La
transformación del espacio no es ajena a los recursos que el espacio
corporal tiene que desarrollar ante la amenaza de la vida moderna.
Realizar propuestas para la vida en el cuerpo en estas circunstan-
cias es una tarea que requiere ir más allá de la visión de lo remedial o
de la atomización de la vida y el ser humano; se hace necesario ir al
fondo del espíritu humano para descubrir que la vida está en el cuerpo
y luego, que es un conjunto al interior y exterior, que se sostiene en una
cooperación que valora e incluye al otro, que es capaz de verse en él.
De modo que el trabajo para el desarrollo de la intuición, para abrir y
trabajar la memoria emocional que se ha encarnado en años de conflic-
tos en las relaciones humanas o por la racionalidad a ultranza que se-
cuestra la vida cotidiana; el acercamiento y resolución de problemas
derivados de las vidas de los ancestros; la ruptura de las corazas cor-
porales, el trabajo para construir una feminidad o masculinidad de
una manera que una no sea excluyente de la otra; el ejercicio de la
meditación para devolver a la razón al cuerpo, pueden ser vías para
cultivar esa vida corporal, que si bien es impermanente, es una posibi-
lidad para que un ser humano construya en lo cotidiano un espacio de
armonía interior y con los otros, es un espacio en el que se puede hacer
para otros, para los que aún no están presentes.
Si lo que se ha escrito a lo largo de este texto puede llevar al lector
a reconsiderar eso a lo que llamamos vida o cuerpo y que damos por
sentado tan cotidianamente, entonces habremos cubierto el objetivo
de esta obra; si lo lleva a plantearse posibilidades de trabajo, vías que
le aporten a su búsqueda por crecer como un verdadero ser humano,
hemos podido trascender la expectativa. En cualquier caso, dejamos la
invitación para que quien haya podido dar revisión al texto haga el
ejercicio de llevar la lectura a su vida cotidiana.

158 / Carlos Geovanni Varela Vega


Índice

Agradecimientos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Exposición de motivos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

Primera parte
Cuerpo, salud, espíritu y cuidado de la vida

El siglo xxi y la emergencia de las emociones: su cuidado


Sergio López Ramos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Salud y ética: el cuerpo como ethos
Juan Elías Campos García. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Cuerpo, salud y medio ambiente
Gerardo Abel Chaparro Aguilera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
¡Descubrir que la vida está en el cuerpo!
Margarita Rivera Mendoza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
Desarrollo e implementación de una terapia transgeneracional
para limpiar las memorias familiares
Giselle Pacheco Rial y Grisell Olivera Cabrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

Segunda parte
Propuestas para cuidar la vida cuando la enfermedad ha llegado

El cáncer cérvico-uterino como una expresión para la vida


Sergio Rodríguez Guerrero.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Toda una vida dedicada a dar más de sí mismas. Reclamos silenciosos
Omar Zárate Olguín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
Cáncer mamario: un espacio para reencontrarse
Laura Angélica Gómez Cruz. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
Cáncer de pulmón, propuestas para la vida
Fernando Alonso Mellado Aguirre. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Cuerpo humano y obesidad
Ramón Stalin Calles Santiago. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99

159
Tercera parte
Reflexiones sobre la vida, el cuerpo,
el ambiente y el trabajo

Vivir sin la megalópolis al interior


Carlos Geovanni Varela Vega. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
Proceso psicosomático en la construcción de las enfermedades
de la piel
Dulce Itzel Alfaro Ramírez
Guadalupe Cárdenas Rodríguez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
Medio ambiente y salud de los pobladores de Melchor Ocampo
Vianey Amairani García Rivera
Marisol Martínez Calzada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
La construcción del espacio corporal en habitantes de Tultepec
a partir de la aparición de las tiendas de autoservicio
Linda Stephany Trejo Maya . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141

Cuarta parte
Tecnología social para el cuidado de la vida en el cuerpo

Constelaciones familiares aplicadas a temas de salud


y síntomas repetitivos
María de Guadalupe Salinas Cerda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Trabajo transgeneracional para la limpieza de memorias corporales
y familiares
Grisell Olivera Cabrera y Giselle Pacheco Rial . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
Apertura de la memoria emocional a partir del masaje
Carlos Geovanni Varela Vega. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153

Reflexión final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157

LA VIDA EN EL CUERPO. PROPUESTAS PARA SU CUIDADO, SE TERMINÓ DE IMPRIMIR


EN LA CIUDAD DE MÉXICO, EN MAYO DE 2016. EL TIRO FUE DE 500 EJEMPLARES.
LA EDICIÓN ESTUVO AL CUIDADO DE EDITORIAL LOS REYES.

Tzinal No. 4, casa 4, Col. Lomas de Padierna, Del Tlalpan, C.P. 14240, México,
D.F. Tel 56 30 34 17 E-mail: luar3008@gmail.com
En la postura teórico-metodológica desarrollada por Sergio
López Ramos y sus colaboradores, el cuerpo es una unidad en
sus órganos y emociones que se rige bajo un principio energé-
tico que está al margen de la cultura en que se vive; se trata de
un conjunto vivo que busca preservarse a sí mismo, de modo
que se auto organiza continuamente para mantener la armo-
nía que permite la vida interior. En la actualidad, los estilos de
vida competitivos, caracterizados por la ansiedad, la pérdida
del sentido de lo humano y la individualización han llevado al
cuerpo a la necesidad de elaborar nuevas respuestas para pre-
servarse. Las enfermedades crónicas o el cáncer son ejemplo de
ello y han puesto en crisis a los modelos de atención a la salud
institucionalizados.

Para abrir opciones ante esa nueva realidad es necesario ir más


allá de la fragmentación cuerpo-mente. Cuerpo, espíritu y ra-
zón son indisociables en la vida cotidiana de los seres huma-
nos, desarrollarlos puede ser un principio de conservación de la
vida, de prevención de enfermedades crónicas. “Volver a casa”
es una analogía que le permite al ser humano prestar atención
a las enseñanzas cotidianas que surgen de su cuerpo, con el
propósito de darle rumbo a su vida y preservarla. Los ensayos,
resultados de investigación y reflexiones aquí plasmadas tienen
ese propósito, son una invitación a los lectores para que se en-
cuentren en ése, su universo interior.

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