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titución es una actividad económica carga más pesada que padecen las
con la que se ganan la vida miles de trabajadoras sexuales quienes, lejos
personas, en su mayoría mujeres, en de las falsas creencias colectivas, en
todo el mundo. Acercarse al tema su gran mayoría no ejercen su oficio
sin tener en cuenta sus opiniones y sin obligadas, ni por perversión ni por
tener claras cuáles serían las posibi- predeterminación.
lidades laborales alternativas, lejos La estigmatización de la prostitu-
de ayudarlas les genera problemas. ción provoca, en primer lugar, el ais-
Intentar ‘salvar’ a las personas sin su lamiento; en segundo, una especie
consentimiento puede ser una posición de esencialismo que obliga a la per-
bien intencionada, pero no es una for- manencia en el oficio y sanciona la
ma eficaz de encarar la situación”, pre- movilidad laboral y, lo más grave,
cisa el comunicado. justifica que estas mujeres sean tra-
Si la implicación en la realidad tadas como ciudadanas de segunda
que estudia el trabajo de Juliano re- categoría, por no hablar de la conta-
sulta ejemplarizante para la investi- minación del estigma hacia sus pa-
gación académica, no lo es menos el rientes, especialmente sus hijos. El
acervo teórico y la reflexión que su insulto “hijo de puta” alude a una
más reciente libro aporta. mala madre y al ser la maternidad el
El mayor insulto que puede reci- destino socialmente mejor reconoci-
bir un hombre en nuestra sociedad do para las mujeres, resulta el peor
no alude a su conducta, sino a la de insulto. La cruel paradoja reside en
su madre. El “hijo de puta” parece que justamente la manutención de
resumir la ideología dominante en sus familias y la esperanza de un fu-
torno al oficio de prostituta. Según turo digno para sus hijos son las
la autora, la estigmatización es la motivaciones principales en la elec-
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ción del oficio para la mayoría de las está formado por individuos que
trabajadoras sexuales. Y peor para- reúnen condiciones de discrimina-
doja cuando como consecuencia de ción históricamente justificadas
la estigmatización los propios hijos por la dominante ideología patriar-
se convierten en los jueces más se- cal: ser mujeres, ser inmigrantes y
veros de estas mujeres. ser prostitutas.
La estigmatización de las trabaja- Frente a los argumentos redento-
doras sexuales favorece que, en caso ristas como la soledad y la pobreza de
de conflicto o maltrato, sus denun- las prostitutas viejas, Juliano recuer-
cias frente a la autoridad consigan da la soledad y la pobreza de las muje-
menor peso que las de sus clientes y, res que han dedicado su vida a las
como una pescadilla que se muerde tareas domésticas en el ámbito más
la cola, esta indefensión favorece su socialmente reconocido: la familia. Las
explotación por parte de indeseables amas de casa, esposas y madres que
y parásitos. bajo el manto moral del matrimonio
Es importante señalar que de han vendido igualmente su cuerpo a
acuerdo con los resultados de LICIT, cambio de reconocimiento, casa y co-
más de 80% de las trabajadoras del mida, frecuentemente padecen una
sexo en Barcelona son inmigrantes vejez de pobreza y soledad.
ilegales, provenientes principal- No es tampoco baladí el hecho de
mente de América Latina, África y que siendo la prostitución el oficio
Europa del Este. En este sentido, el más rentable para las mujeres con me-
libro es un alegato a favor del colec- nor formación, sea el más ferozmente
tivo más vulnerable en la ciudad y estigmatizado. Juliano se preguntaba
muy probablemente en toda Europa en una reciente entrevista: “¿Por qué
Occidental, en la medida en que tanto escandalizarse por el intercam-
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bio sexual en una sociedad en donde lo podían decir sin confesar sus pre-
la libertad sexual es un hecho coti- juicios, se retiraron”.
diano?”; y ella misma respondía: “El En Excluidas y marginales, Juliano
escándalo no es por el sexo, sino por pone el dedo en la llaga al advertir
el sexo a cambio de dinero”. que los argumentos utilizados por
Cuando Juliano describe los en- algunos partidos de izquierda e, in-
cuentros con las asociaciones de ve- cluso, algunas feministas, en los que
cinos que demandaban la erradica- las palabras “libertad” o “dignidad”
ción de la prostitución de sus barrios, cobran relieve, suelen soslayar los
resume acertadamente: “Los discur- aspectos económicos y sociales de
sos han aprendido a ser ‘políticamen- la prostitución que son comunes al
te correctos’, las conductas conti- colectivo y no así los casos reales de
núan siendo las que siempre han explotación forzosa. Y en otra vuelta
sido”. Ante la incapacidad de argu- de tuerca, alude a la libertad de elec-
mentar que los males de los que se ción como un bien aún en vías de
quejaban (ruido, basura, drogas) tu- conquista por parte de las mujeres,
viesen que ver con la presencia de las quienes tradicionalmente y a causa
trabajadoras sexuales, los dirigentes de fuertes presiones culturales en
vecinales optaron por retirarse de la todas las sociedades se han dedica-
reunión: “Para ellos un barrio limpio do al trabajo no remunerado, a las
no era principalmente un barrio sin mal llamadas “sus labores”, que no
basura material, o sin la basura sim- permiten la acumulación de riqueza,
bólica de la delincuencia y de la dro- lo que en parte explica la feminiza-
ga, era un barrio sin la presencia ción de la pobreza.
estigmatizada y estigmatizante de las Y cuando hablamos de dignidad,
trabajadoras sexuales. Como esto no resulta especialmente esclarecedor
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