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Publicidad

posesoria.
Aspecto estático

Derecho
Privado V

1
La publicidad posesoria
(aspecto estático). Las
relaciones de poder
Las relaciones de poder. Definición y categorías
Los sujetos pueden tener diversas relaciones con la cosa, la más débil se
denomina yuxtaposisión; quien la utiliza en virtud de una relación de
dependencia, servicio, hospedaje u hospitalidad, se llama “servidor de la
posesión” y quienes ostentan la posesión o tenencia, son titulares de una
relación de poder. Así, vemos:

1) Yuxtaposición local: No aparece mencionada en el Código Civil, por no


tener valor jurídico; implica un mero contacto físico con la cosa, sin
voluntad jurídica relevante, como cuando alguien coloca un sombrero
en la cabeza de otro sin que éste lo note.

Servidores de la posesión:

2) Vínculo de dependencia: Se configura cuando alguien detenta la cosa


en virtud de un vínculo laboral, por ej. un peón con las herramientas de
labranza. Este tipo de relaciones es regido por el derecho laboral.
3) Vínculo de hospedaje: Existe un contrato de hospedaje con un hotel,
posada, pensión, etc. que pone al individuo en contacto con la cosa,
por ej. con la cama en que duerme. La relación es regida por el derecho
que regla el contrato respectivo.
4) Vínculo de hospitalidad: El sujeto es huésped de una casa en virtud de
la buena voluntad de sus moradores; por ej. un amigo que pasa la
noche en casa de otro y entra en contacto con las cosas que allí yacen.

Por su parte, las relaciones de poder del sujeto con la cosa, son posesión y
tenencia y serán objeto de un estudio detallado en los puntos siguientes.

5) Tenencia.
6) Posesión.

La posesión: caracterización. Definición


Etimológicamente, posesión deriva del latín po (partícula que refuerza el
significado de la palabra que acompaña) y sedere (sentarse) y significa
insistir en sentarse, sentarse nuevamente sobre algo o establecerse en un

2
lugar. El significado técnico de la palabra, alude a aquella relación real que
constituye el contenido o forma de ejercicio de la mayoría de los derechos
reales. Podemos definir entonces la posesión como la relación real en
virtud de la cual, un sujeto detenta el poder material sobre una cosa
(corpus) comportándose como titular de un derecho real (animus).
Por su parte, nuestro Código Civil y Comercial Civil indica en su art. 1909
que: “Hay posesión cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce
un poder de hecho sobre una cosa, comportándose como titular de un
derecho real, lo sea o no.”1
Analicemos detenidamente el contenido del artículo:
“Habrá posesión de las cosas…”: “cosa” en el sentido expresado antes, es
decir, objeto material susceptible de valor.
“…cuando una persona por sí o por medio de otra…” en tanto la posesión
puede ejercerse personalmente o a través de un tenedor.
“…ejerce un poder de hecho…”: esta posibilidad de contacto material del
sujeto con la cosa es lo que llamamos el corpus. No hace falta que se lleve
a cabo, basta la posibilidad. Se pierde con el abandono y con la destrucción
de la cosa, así como también con el extravío irremediable.
“…comportándose como titular de un derecho real, lo sea o no.”:
intensión que se denomina animus domini e implica actuar frente a la
comunidad como efectivo titular de cualquier derecho real de aquellos que
se ejercen mediante la posesión y que son casi todos (dominio,
condominio, usufructo, etc.), aún cuando no lo sea (por ejemplo el ladrón).

Elementos. Naturaleza jurídica


→ Posesión= Corpus + Animus Domini

Posición de Savigny. Para este jurista, los elementos de la posesión son


dos:

 Corpus al que define como la posibilidad de actuar sobre la cosa,


disponiendo físicamente sobre ella y pudiendo defenderla jurídicamente
ante cualquier ataque.
 Animus: Es el elemento volitivo que acompaña al corpus y que
diferencia la posesión de la mera yuxtaposición; así, el corpus se ejerce
negándose a reconocer que existe una persona con una potestad mayor
sobre la cosa, aunque de hecho exista (caso del ladrón o del usurpador,
que se comportan como dueños sabiendo que otra persona es
propietaria).

Posición de Ihering. Este jurista, joven aun cuando Savigny era ya un


erudito de renombre y avanzada edad, refutó varios puntos de sus teorías,

1 Art. 1909, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

3
específicamente en relación a los elementos de la posesión; considera
Ihering, que la inclusión del elemento “animus”, hace que la prueba de la
posesión sea “diabólica”2. Argumenta que, al depender de un elemento
interno del sujeto, los particulares podrían ser hoy poseedores, mañana
tenedores y así sucesivamente, entregando la categoría jurídica al capricho
de las partes. Para Ihering, la posesión se prueba demostrando el corpus
(elemento objetivo) y, si la otra parte afirma que esa relación real es una
tenencia, deberá demostrar que una disposición legal expresa priva a ese
corpus de protección posesoria. Para él, la posesión tiene un solo
elemento, el corpus.
Corpus. Lo define siguiendo un punto de vista económico: la relación
exterior que normalmente vincula al propietario de la cosa, según el
destino económico de ésta más un mínimo de voluntad que la diferencie
de la mera yuxtaposición local. Así, las monturas que yacen al pie del corral
de los caballos no se consideran abandonadas aun cuando no estén en el
terreno del propietario sino en la vereda, igualmente los elementos
necesarios para la conservación de una barca que se encuentren en el
muelle del puerto, pero sí se considerarán abandonados, no existiendo
este mínimo de voluntad, cuando yacen en la plaza del pueblo, pues no es
lo normal en las monturas ni en los elementos relacionados a la
conservación de un barco que éstos se hallen en las plazas.
Aclaremos en este punto, que suele llamarse “cuasiposesión” a la posesión
cuando es ejercida en virtud de derechos reales distintos del dominio
(usufructo, uso, prenda, anticresis, propiedad horizontal y superficie
forestal). La explicación tiene un origen histórico, ya que en Roma se
identificaba al dominio con la cosa material y a la posesión y a los demás
derechos reales con objetos no corporales (específicamente, derechos
intelectuales) sobre los que no concebían el término “posessio” y por ello
instituyeron el de “quasi possessio”, tradición que sobrevivió hasta
nuestros días.
Así, cuando exista un titular del dominio y un titular de otro derecho real
sobre la misma cosa, técnicamente podemos hablar de un poseedor (el
dueño) y un cuasiposeedor (el usufructuario), aunque normalmente nos
referiremos a ambos como poseedores de distinta naturaleza.
A su vez, en el caso de que existan varios poseedores o cuasiposeedores
(dependiendo del derecho real de que se trate), hablaremos de co-
posesión (ej. condóminos) o co-cuasiposesión (ej. varios usufructuarios).

2 La prueba diabólica (en latín, probatio diabolica) o prueba inquisitorial es una expresión del ámbito
del Derecho que describe la práctica de exigir una prueba imposible. En una probatio diabolica el
interpelado deberá, por ejemplo, demostrar que algo no ha ocurrido, la inexistencia de algo, o su
propia inocencia en un proceso judicial, cuando lo correcto según el Derecho moderno es que la
«carga de la prueba» corresponde a quien alega la existencia de algo, o acusa a otro.

4
Natuleza jurídica: Distintas teorías jurídicas.

Teorías que consideran a la posesión como un hecho: Entre sus


exponentes, figura Savigny3, quien entiende que la posesión es un hecho
porque se basa en aquellas circunstancias fácticas que constituyen el
corpus; considera este un hecho con consecuencias jurídicas, entre las que
reputa, en primer lugar, la posibilidad de ejercer las acciones posesorias
cuando es turbado el ejercicio de la posesión y, en segundo lugar, la
posibilidad de usucapir (reunidos los demás requisitos). Esta posición es la
que parece haber seguido Vélez en el viejo Código Civil, atendiendo las
notas al art. 2470 y al Título II del Libro III de dicho cuerpo normativo.4

Teorías que consideran la posesión un derecho: Ihering5 consideraba


derecho subjetivo a “todo interés jurídicamente protegido”,
consecuentemente, consideró a la posesión un derecho, ya que se
encuentra protegida por las acciones posesorias; dentro de los derechos, la
ubicó en la categoría de los derechos reales, ya que en estos existe una
relación directa e inmediata entre el sujeto y la cosa. En tanto Molitor
(1868) entiende que la posesión es un derecho de naturaleza mixta (real y
personal).

La causa de la posesión. Interversión del título


La causa, hecho o acto jurídico por el cual se adquiere la relación de poder
–que en nuestra disciplina denominamos el “título”-, reviste particular
importancia pues va a calificar y a fijar el inicio del cómputo de la relación.
De este hecho se derivan consecuencias jurídicas, facultades y deberes
para el poseedor o tenedor, como la posibilidad de usucapir o la
responsabilidad por deterioro de la cosa.
El principio general en la materia, enunciado por el Código, indica en su art.
1915 que:

3 Friedrich Karl von Savigny, eminente jurista prusiano que vivió entre 1779 y 1861 y fundó la escuela
histórica del derecho alemana; tuvo gran influencia en la obra de nuestro codificador.
4 Nota al art. 2470: “… la posesión se nos presenta en su primer aspecto como un poder de hecho

sobre la cosa, como un no derecho, algo en fin, completamente extraño al derecho; sin embargo ella
es protegida contra ciertas violaciones. El motivo de esta protección y de esta asimilación de la
posesión a un derecho, es la conexión íntima que existe entre el hecho de la posesión y el
poseedor…”; nota al título 2 del Libro II del código civil (que comienza con el art. 2351) “… en cuanto
a la posesión misma, como ella no es sino una condición requerida para el ejercicio de las acciones
posesorias, no es un derecho y no puede por lo tanto pertenecer a ninguna clase de derechos…”
5 Caspar Rudolf von Ihering (* Aurich, 22 de agosto de 1818 - † Göttingen, 17 de septiembre de

1892), también conocido como Caspar Rudolf von Jhering, fue un ilustre jurista alemán así como uno
de los mayores filósofos del Derecho de Europa y de la historia jurídica continental. Maestro, en un
primer momento, de la dogmática pandectística, fue después fundador y autor eminente de la
sociología del Derecho. Sus teorías tuvieron gran trascendencia e influencia en el desarrollo de la
doctrina jurídica moderna, especialmente en los campos del Derecho civil, penal y constitucional.

5
“Interversión. Nadie puede cambiar la especie de su relación
de poder, por su mera voluntad, o por el solo transcurso del
tiempo. Se pierde la posesión cuando el que tiene la cosa a
nombre del poseedor manifiesta por actos exteriores la
intención de privar al poseedor de disponer de la cosa, y sus
actos producen ese efecto".6

El último párrafo, alude al fenómeno de la interversión de título.


Al decir “especie”, se quiere significar “tenencia” o “posesión”, y también
el tipo de tenencia (interesada-desinteresada), o posesión
(legítima/ilegítima, de buena o mala fe, viciosa o no). Así, al momento de
adquirir la relación de poder (lo que tiene lugar a través de un hecho o acto
jurídico, vgr. contrato de compraventa, de locación, hurto, etc.), se califica
a esta e inicia el cómputo del plazo; para cambiar las cualidades o el plazo
de la relación, hará falta un nuevo título.
Por ejemplo, el ladrón (que adquiere por hurto el día 02.11.2000) es un
poseedor de mala fe vicioso desde esa fecha; si un mes después, paga el
precio acordado con el propietario y este brinda su conformidad, el ladrón
adquiere por contrato de compraventa (haciéndolo el día 02.12.2000); será
entonces poseedor legítimo desde esa fecha, pero nunca podría, por su
sola voluntad (o sea unilateralmente), ni por el transcurso del tiempo,
pasar de poseedor de mala fe vicioso a poseedor legítimo. Pudo hacerlo, en
el ejemplo dado, porque existió un nuevo título.
La imposibilidad de cambiar el tipo o las cualidades de la relación real, es el
principio. La interversión, es la excepción. Tal sería el caso del locatario que
– una vez vencido el plazo de locación- se niega a restituir el inmueble e
impide la entrada del propietario, o de quien está en contacto con la cosa
en virtud de un comodato y se niega a la restitución de la cosa, a pesar de
haber sido intimado por el dueño de ésta. En tal caso, la calidad de
locatario o de comodatario (tenedor en ambos casos) se pierde para
asumir la de poseedor (ilegítimo, por cierto) al momento de ejercer los
actos posesorios que excluyen al poseedor anterior. La prueba de la
interversión del título corre por cuenta de quien afirma su existencia.

Objeto de la posesión
El objeto de la posesión, debe ser un bien con las siguientes características:

1) cosas (objetos materiales),


2) en el comercio,
3) de existencia actual,
4) exclusividad,

6 Art. 1915, ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

6
5) determinación,
6) principalidad,
7) singularidad,
8) integralidad.

“Cosas” que se encuentren en el comercio: Se denominan “cosas” a los


bienes materiales. Las disposiciones referentes a las cosas son aplicables
también a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al
servicio del hombre.
Las cosas están fuera del comercio cuando son inenajenables y pueden
serlo por disposición de la ley o por acuerdos privados, en los casos y bajo
los términos permitidos por la normativa.
En el primer caso, encuadran los bienes públicos del Estado (en tanto son
absolutamente inenajenables e insusceptibles de prescripción o embargo).
Los bienes de dominio público del Estado (afectados al uso general) no
pueden ser poseídos, serán -en todo caso- objeto de un derecho de uso,
concesión, licencia, etc. reglados por el Derecho Administrativo. Sí, en
cambio, pueden poseerse las cosas que se encuentran en el dominio
privado del Estado (aquellas que no se encuentran sujetas al uso de la
comunidad en general).
De existencia actual: Esto es un corolario de los derechos reales, ya que la
posesión es una circunstancia fáctica concreta, mal podría darse sobre un
bien que no existe. No podría, por ejemplo, haber posesión sobre los frutos
que aún no han sido separados del árbol pues, en todo caso, se posee el
árbol.
Exclusividad: Porque no pueden concurrir sobre una cosa varias relaciones
de poder de la misma especie que se excluyan entre sí. Dos posesiones
iguales y de la misma naturaleza no pueden concurrir sobre la misma cosa,
pero dos o más personas pueden poseer en común una cosa, cada una por
una parte indivisa del todo (serán coposeedores) o por una porción
material determinada.
Determinadas: Dice el art. 1912 del Código Civil y Comercial: “El objeto de
la posesión y de la tenencia es la cosa determinada. Se ejerce por una o
varias personas sobre la totalidad o una parte material de la cosa”.7 Así,
cuando la cosa cuya posesión se va a adquirir se hallase confundida con
otras, es indispensable, para la adquisición de la posesión, que sea
separada y designada distintamente. Se deriva de ello que, para tomar la
posesión de una parte de una cosa divisible, es indispensable que esa parte
haya sido material o intelectualmente determinada, en tanto no se puede
poseer una parte incierta.
Principalidad: Son cosas accesorias aquellas cuya existencia y naturaleza
son determinadas por otra cosa de la cual dependen o a la cual están
adheridas. Su régimen jurídico es el de la cosa principal, excepto

7 Art. 1912, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación.

7
disposición legal en contrario. La posesión de una cosa hace presumir la
posesión de las cosas accesorias a ella. Por ejemplo, si poseo un camión al
lado del cual se encuentra un acoplado, se entiende, salvo prueba en
contrario, que está bajo mi posesión.
Singularidad: La posesión de una cosa compuesta de muchos cuerpos
distintos y separados, pero unidos bajo un mismo nombre, como un
rebaño, una piara, comprende solo las partes individuales que comprende
la cosa, en tanto no se posee “el rebaño”, sino cada animal por separado y
debe tomarse posesión de cada uno por separado. Así, si dentro de él hay
presentes animales ajenos, el dueño no los posee.
Integralidad: La relación de poder puede ejercerse sobre una parte indivisa
del todo o sobre una porción material determinada, pero ello no afecta la
unión e integralidad de la cosa, ni su esencia.

Los sujetos de la posesión. Diversas presunciones


Veamos algunas reglas:

La posesión se presume si hay corpus: La ley indica que se presume, “a


menos que exista prueba en contrario”, que es poseedor quien ejerce un
poder de hecho sobre una cosa.8
Inicio y extensión: “se presume que [toda] relación de poder comienza
desde la fecha del título y tiene la extensión que en él se indica”.9
Presunción de poseedor o servidor de la posesión. “Se presume, a menos
que exista prueba en contrario, que es poseedor quien ejerce un poder de
hecho sobre una cosa. Quien utiliza una cosa en virtud de una relación de
dependencia, servicio, hospedaje u hospitalidad, se llama, en este Código,
servidor de la posesión”.10
Presunción de legitimidad. “Las relaciones de poder se presumen
legítimas, a menos que exista prueba en contrario”.11
La posesión vale por título: El sujeto de la relación de poder sobre una
cosa no tiene obligación de producir su título a la posesión o a la tenencia,
sino en el caso que deba exhibirlo como obligación inherente a su relación
de poder. Decía Vélez en nuestro antiguo Código Civil: “art. 2.363. El
poseedor no tiene obligación de producir su título a la posesión, sino en el
caso que deba exhibirlo como obligación inherente a la posesión. Él posee
porque posee”12.
Dice el nuevo Código en su art. 1916: “Presunción de legitimidad. Las
relaciones de poder se presumen legítimas, a menos que exista prueba en

8 Art. 1916, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.


9 Art. 1914, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
10 Art. 1911, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
11 Art. 1916, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
12 Art. 2363. Ley 340 - Código Civil de la Nación (derogado).

8
contrario. Son ilegítimas cuando no importan el ejercicio de un derecho
real o personal constituido de conformidad con las previsiones de la ley.”13

Clasificación de la posesión. Presunciones legales


Dice el Código en el art. 1916: “Presunción de legitimidad. Las relaciones
de poder se presumen legítimas, a menos que exista prueba en contrario.
Son ilegítimas cuando no importan el ejercicio de un derecho real o
personal constituido de conformidad con las previsiones de la ley”.14
Así, la posesión será ilegítima toda vez que el derecho real no exista, ya sea
porque la causa de adquisición no es “título suficiente” (aquel que reúne
las formalidades que el ordenamiento prescribe para adquirir un derecho
real, como cuando no cumple las formas prescriptas o los sujetos son
incapaces), o no se conformó correctamente el modo.
Mientras que en la posesión legítima no hay distinción posible, pues ésta se
presenta sólo cuando hay un derecho real en el cual se apoya, en la
posesión ilegítima, se traza una diferencia fundamental: ésta puede ser de
buena o mala fe. “Es de buena fe si no conoce, ni puede conocer, que
carece de derecho, es decir, cuando por un error de hecho esencial y
excusable está persuadido de su legitimidad”.15
Si es de mala fe, a su vez, puede tener vicios o no (los vicios son distintos
según se posean muebles o inmuebles).
A su vez, la tenencia será legítima cuando importa el ejercicio de un
derecho personal, como es el del locador o del comodatario, constituido de
conformidad a la normativa propia de cada uno de esos contratos.

Clasificaciones de la posesión. Presunciones legales


Legítima: La posesión legítima es la que ostentan los titulares de derechos
reales que se ejercen por la posesión (todos menos hipoteca y
servidumbre). El código reputa poseedores legítimos a los adquirentes por
boleto de compraventa de inmuebles, aunque no tengan un título válido ni
hayan adquirido el derecho real. El legislador ampara así, un gran cúmulo
de transacciones inmobiliarias que se efectivizan por este medio.

Ilegítima:

 Buena fe: creencia basada en error de hecho excusable. La buena fe se


presume iuris tantum.
 Mala fe:

13 Art. 1916, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.


14 Art. 1916, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
15 Art. 1918, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

9
o Simple: Es por exclusión la que carece de vicios. Sería el caso de
quien ha sido negligente y por ello no puede alegar buena fe, (en
este caso el error de hecho no es excusable). Estos poseedores, a
diferencia de los viciosos, cuentan con las acciones posesorias
propiamente dichas.
o Viciosa: los poseedores viciosos carecen de acciones posesorias
propiamente dichas y no pueden ejercer el derecho de retención
sobre la cosa por mejoras y gastos. Comienza el cómputo para la
prescripción adquisitiva el día que cesan los vicios.

Los vicios son:

 Muebles: hurto – estafa – abuso de confianza.


 Inmuebles: violencia – clandestinidad – abuso de confianza.

1) Muebles:

a) Hurto: tiene un sentido más amplio que el del hurto penal, pues esta
figura incluye el caso de robo (hurto con violencia) y no, en cambio, los
casos de estafa.
b) Estafa: Es toda maniobra dolosa o ardidosa que tiene por fin la
adquisición de un bien ajeno. Este poseedor vicioso, se las arregla para
engañar al transmitente, quien ignora por ejemplo, que la cosa no le
pertenece o está gravada.
c) Abuso de confianza: Es el caso de quien se ha obligado a restituir la
cosa ante el requerimiento de su dueño e incumple tal compromiso.

2) Inmuebles:

a) Violencia: ya sea material o moral, pero siempre hay vías de hecho


tendientes a adquirir la posesión o mantenerla si se ha tomado en
ausencia del poseedor. Quien puede alegar este vicio, es quien ha sido
víctima de estas vías de hecho. Este vicio se opone a una de las
características fundamentales de la posesión, cual es la de pacífica.
b) Clandestinidad: este vicio se opone a otra de las características
fundamentales de la posesión, la de pública. La posesión es
clandestina, cuando los actos por los cuales se tomó o se continuó,
fueron ocultos, o se tomó en ausencia del poseedor, o con
precauciones para sustraerla al conocimiento de los que tenían
derecho a oponerse. Para evitar este vicio, no es necesario que el
propietario de hecho conozca la posesión, sino que debe poder
conocerla.
c) Abuso de confianza: es el mismo supuesto que respecto de los
muebles.

10
Importancia de la clasificación
Es de gran aplicación práctica, como se verá en los capítulos sucesivos; por
ejemplo, respecto de las cosas muebles, la posesión de buena fe de cosas
no robadas ni perdidas hace presumir la propiedad, y de inmuebles, pone
freno a la acción reivindicatoria en casos de adquisición onerosa por título
nulo o anulable.
Asimismo, los efectos de la sentencia que ordena la restitución de la cosa al
verdadero dueño son completamente distintos según el poseedor haya
sido de buena o mala fe, en especial en relación a los frutos percibidos o
que debió percibir, las mejoras efectuadas sobre la cosa y los daños
sufridos por aquélla.
Así, indica el código civil que el poseedor de buena fe hace suyos los frutos
percibidos y los naturales devengados no percibidos. El de mala fe debe
restituir los percibidos y los que por su culpa deja de percibir. Sea de buena
o mala fe, debe restituir los productos que haya obtenido de la cosa.
Purga de los vicios: Hay una división doctrinaria entre quienes entienden
que los vicios de la posesión dejan de existir cuando cesa la causa que les
dio origen (por ej. cuando se deja de ejercer la violencia) y aquellos que
entienden que el vicio se purga al año del cese, en tanto recién entonces
prescriben las acciones posesorias del anterior poseedor.
Recordemos, de todas formas, que los vicios son relativos y sólo puede
alegarlos la víctima que los ha sufrido. Para el resto de la comunidad, el
poseedor no es vicioso.

Presunciones y reglas:

La buena fe se presume, salvo prueba en contrario: Las relaciones de


poder se presumen legítimas, a menos que exista prueba en contrario.
Todo aquel que alegue que hay posesión ilegítima, debe probarlo, salvo en
los casos en que la ley indica presumir la ilegitimidad
Las cualidades de la posesión se juzgan al momento de adquirirla: La
legitimidad, así como la buena o mala fe, se determinan al comienzo de la
relación de poder y permanecen invariables mientras no se produce un
nuevo título o la interversión del título original. No siendo posible
determinar el tiempo en que comienza la mala fe, se debe estar al día de la
citación al juicio.
Asimismo, la buena fe del poseedor debe existir en el origen de la
posesión, y en cada hecho de la percepción de los frutos que genere la
cosa, en tanto ellos se adquieren de forma independiente.
La buena fe debe tener origen en ignorancia o error de hecho excusable:
Esto implica que el poseedor tiene pleno convencimiento de haber
adquirido efectivamente un derecho real de que no es titular; debe tener
una razón excusable para errar, debe haber sido diligente (vgr. haber
averiguado los antecedentes registrales del bien).

11
La calificación es independiente para cada sujeto: Cuando dos o más
personas poseyeren en común una cosa, cada una de ellas responderá de
la buena o mala fe de su posesión. En las personas jurídicas, en la práctica,
la buena o mala fe se juzga en cabeza de su representante.

12
Referencias
Código Civil. Aprobado por Ley N° 340. B.O. 25/09/1869. Abrogada por el
artículo 4° de la Ley 26.994, Suplemento B.O. 08/10/2014, Pagina 1.
Vigencia: 1° de agosto de 2015, texto según ART. 1° DE LA LEY N° 27.077
B.O. 19/12/2014.

Código Civil y Comercial de la Nación. Aprobado por Ley Nº 26.994 B.O.


08/10/2014 Suplemento. Vigencia: 1° de agosto de 2015, texto según art.
1° de la Ley Nº 27.077 B.O. 19/12/2014. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.

Molitor, J.P. (1868) La possession, la revendication, la publicienne et les


servitudes en droit romain : avec l'indication les rapports entre la législation
romaine et le droit français. París: Librairie Générale de H. Hoste

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