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UNIVERSIDAD NACIONAL INTERCULTURAL

DE LA AMAZONIA
FACULTAD DE INGENIERIA AGROINDUSTRIAL

ANÁLISIS DE LA SITUACION DEL AGRO


NACIONAL Y AGRO REGIONAL

CURSO : INTRODUCCION A LA AGROINDUSTRIA

PROFESOR : ING. JOSE FLORES FLORES

ALUMNA : EDITH LOREN LECCA TAPULLIMA

CICLO : I CICLO

GRUPO : “A”

PUCALLPA – PERÚ

2017

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DEDICATORIA

Quiero dedicarle este trabajo A Dios que me da


vida, a mis padres ya que sin su apoyo
incondicional no lograría complementar mis
metas en mis estudios profesionales.

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INDICE
DEDICATORIA................................................................................................................2
INDICE..............................................................................................................................3
INTRODUCCION.............................................................................................................4
LA AGRICULTURA EN EL PERU..................................................................................5
Diagnóstico del sector agropecuario nacional...................................................................5
La Agricultura en las diferentes regiones del Perú:.........................................................11
1.- La Agricultura en la Costa Peruana............................................................................11
2.- La Agricultura en la Región Andina del Perú............................................................11
3.- La Agricultura en la Amazonía Peruana....................................................................12
Los Productos Agrícolas Alimenticios............................................................................12
a.- La papa:......................................................................................................................12
b.- El arroz:......................................................................................................................13
c.- El Maíz:......................................................................................................................13
d.- El Trigo:.....................................................................................................................13
e.- La Quinua:..................................................................................................................13
f.- Las Hortalizas y las Legumbres:.................................................................................13
g.- Los Frutales:...............................................................................................................14
h.- El Algodón:................................................................................................................14
i.- La Caña de Azúcar:.....................................................................................................14
j.- El Café:.......................................................................................................................14
La falta de políticas estables para el agro en las últimas cuatro décadas:.......................14
PROBLEMAS DE LA AGRICULTURA PERUANA:...................................................19
a. Conservación del Medio Ambiente Erosión y Salinización........................................19
b. Minifundio...................................................................................................................20
c. Precios y mercados......................................................................................................20
d. Asistencia Técnica.......................................................................................................20
e. Crédito Agrario............................................................................................................20
f. Organizaciones.............................................................................................................21
g. Seguridad Alimentaria.................................................................................................22
h. El Empleo....................................................................................................................22
i. Sanidad.........................................................................................................................22
LINEAMIENTOS DE LA POLÍTICA AGRARIA EN EL PERÚ..................................23
CONCLUSIONES...........................................................................................................25
BIBLIOGRAFIA.............................................................................................................27
ANEXO...........................................................................................................................28

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INTRODUCCION

La agricultura en el Perú, ha sufrido importantes cambios en los últimos 50 años,


pasando de ser una agricultura concentrada en grandes haciendas en la década de los
cincuentas y sesentas, a un proceso de reforma agraria que se iniciara en 1969 y
culminara en 1976, que luego desembocó en un proceso de parcelación que atomizó a la
agricultura nacional (en la década de los ochenta) todavía protegida por el aparato
público. A inicios de los noventa se produjo un cambio estructural en la economía, luego
del proceso de reformas que se iniciara en esos años, que retiró la protección que tenía
la pequeña agricultura y liberalizó los mercados, incluyendo el mercado de tierras. En
este nuevo contexto, la agricultura logró desarrollarse, pero principalmente, por el
"boom agroexportador" promovido por la explotación de grandes extensiones de tierra
en manos de grandes grupos económicos.

La agricultura hoy en día es fuente principal de ingresos de 2.3 millones de familias que
representan el 34% de los hogares peruanos; genera aproximadamente el 7.6% del
Producto Bruto Interno (PBI), teniendo un peso en la producción regional que oscila
entre el 20% y el 50% (excluyendo Lima). En los últimos años la agricultura ha
mostrado gran dinamismo, promovida por el desarrollo de la agro-exportación (la cual
creció a un ritmo de 14.5% anual desde el año 2000). Sin embargo, la agricultura ha
crecido a un ritmo menor que la producción nacional (3.74% frente a un 4.4% del total
de la economía), lo que ha devenido en una reducción de su peso relativo en la
producción nacional.

El Perú es hoy en día un país cuyo nivel de dependencia alimentaria es muy bajo (es
decir, produce lo que sus habitantes consumen) y es, además, un exportador neto de
productos agrícolas. Sus principales importaciones son insumos para la alimentación de
pollos y ganado (maíz amarillo, soya, entre otros) e insumos para la producción de
pastas (trigo principalmente). Si bien la dependencia alimentaria no es un problema hoy,
las tendencias mundiales por demanda de alimentos, el desarrollo del sector de
biocombustibles y la degradación de la tierra constituyen una amenaza importante para
el nivel de dependencia alimentaria nacional.

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LA AGRICULTURA EN EL PERU

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Diagnóstico del sector agropecuario nacional

La participación de la agricultura en el PBI nacional ha ido disminuyendo en las últimas


cinco décadas. Así, en el año 1950 la agricultura representaba el 11% del PBI,
mientras que en 2010 la participación se había reducido a casi la mitad, 5.7%. Para
el año 2013, el peso de la agricultura en el producto ha sido de 5.3%2.

Esta situación contrasta con la participación que tiene la agricultura a nivel de empleo
generado. Tal es así que, en promedio, el sector agricultura representa el 6% del
Producto Bruto Interno pero en términos de empleo el 29.6% del total de empleo en
el país.

Del total de empleo en el sector, 1.7 millones son considerados como independientes,
casi 1 millón como asalariados, 275 mil como patronos y 1.5 millones como
trabajadores familiares no remunerados. Es decir, uno de cada tres peruanos está
generando ingresos o empleado en el sector agricultura, aunque con niveles
bastante bajos de productividad, ya que sólo producen el 6% del PBI total de la
economía.

Asimismo, la agricultura tiene un peso productivo importante en las regiones. En el año


2012, el sector agricultura representó entre el 3% (Lima) y el 33% (Amazonas) del
PBI de las regiones. Cabe indicar que existen regiones con un peso de la agricultura
en el PBI regional por encima del 20% como La Libertad, Huánuco, Apurímac, San
Martin y Amazonas; mientras que, existen sólo dos con un peso de la agricultura
bastante bajo como Moquegua (5%) y Lima

En cuanto al desempeño comercial del sector en el exterior, se evidencia que luego de


casi tres décadas con una balanza comercial deficitaria de productos agropecuarios,
la brecha se empieza a cerrar, explicado por el incremento de las exportaciones en
esta última década. Esta expansión exportadora se ha concentrado en algunos
productos específicos como café, espárragos frescos y en conservas, así como uvas
y mangos.

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La tendencia exportadora del Perú ha coincidido con un incremento de la demanda
mundial de frutas, especialmente en los mercados de Europa y Norte América. Ha
sido notable el crecimiento de las exportaciones de café, por lo menos hasta el año
2012, ya que el problema de la roya amarilla afectó la producción en los años 2013
y 2014; y consecuentemente de los envíos del producto.

Con relación al sector forestal, Perú tiene aún un nivel limitado de desarrollo y
aprovechamiento de las exportaciones de productos derivados. Así, mientras Chile
registra en promedio US$ 4,500 millones de exportación anual en productos
forestales para el periodo 2009-2013, Perú se ha estancado en un promedio anual de
US$ 160 millones. Incluso Colombia y Ecuador han evidenciado un mayor
crecimiento de las exportaciones de productos forestales durante la última década,
duplicando o más, el valor de sus exportaciones desde el año 2000 al 2013, en tanto
que Perú sólo creció en un 50%.

Respecto a la estructura demográfica, el número de agricultores (unidades


agropecuarias), a nivel nacional, asciende actualmente a 2.26 millones. Este se
incrementó en casi medio millón importante aumento en la fragmentación de la
tierra, al pasar de 771 mil a 1.3 millones de unidades, representando el 58% del
total en 2012. El segmento entre 2 y 5 hectáreas mostró un ligero incremento entre
ambos censos, pero su importancia disminuyó de 27 a 22%. Los segmentos con
más de 5 hectáreas evidenciaron caídas absolutas y relativas en la estructura, con
excepción de las comunidades (campesinas y nativas) que pasaron de 6,872 a
7,599, entre ambos censos (aunque su participación se redujo de 0.4% a 0.3% del
total de unidades entre ambos censos).

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Asimismo, la evolución del segmento de agricultores que manejan menos de 5 hectáreas
de superficie agropecuaria (80% de los productores en 2012), revela que los
ingresos se han incrementado significativamente, aunque siguen bastante por
debajo de los ingresos del resto de hogares de la sociedad. En promedio, los
ingresos de hogares agropecuarios equivalen sólo al 38% de los ingresos de los
hogares no agropecuarios. Cabe señalar que si bien esta proporción se incrementó
de 31% en 2006 a 41% en 2012, lo que equivale a una reducción en la brecha de
ingresos a favor de los agricultores, la distancia es aún considerable. Dado que los
ingresos per cápita anuales de los pequeños y medianos agricultores aumentaron
significativamente entre 2006 y 2012, las cifras de pobreza también registraron
caídas significativas3.

En cuanto a activos productivos como la tierra, se ha registrado una caída de 8.1% en el


tamaño promedio de tierra asignada a cultivos transitorios, a favor del incremento
en la tierra asignada a cultivos permanentes, que crece en 33%, especialmente en
costa centro y sierra norte. Sólo en la costa sur se observa un incremento tanto en
productos transitorios como en permanentes. Este cambio es importante e indica
una orientación hacia cultivos de mayor valor y capitalización en la agricultura de
pequeña y mediana escala.

Cabe señalar que no se registró un cambio significativo en el número promedio de


parcelas que manejan los agricultores, que sólo ha bajado de 3.22 a 3.13 parcelas
por productor (una caída de 2.8%). La atomización de la producción sigue siendo
importante, especialmente en la sierra donde el promedio supera las 4 parcelas por
agricultor en sierra centro y sur.

Con respecto a los activos ganaderos, el valor total del ganado entre 2006 y 2012 se
incrementó en 48.5%, con variaciones más fuertes en la selva (94%) y costa sur
(83%). La región de la sierra con menor incremento en el valor del ganado fue la de
sierra norte, con 18.1%, en contraste con los incrementos en sierra centro (56%) y
sierra sur (45%).

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En titulación de tierras, se registra una caída de 7.1% en las tierras sin titulación, aunque
con fuertes variaciones por dominios. Así, en la costa, las tierras no tituladas se han
incrementado fuertemente, mientras que en la sierra (salvo sierra sur) y selva ésta
cae.

En cuanto al riego, se aprecia un aumento importante en el uso del riego por parte de los
agricultores pequeños y medianos, lo cual se traslada a un aumento de 15% en el
porcentaje de área bajo riego. En la sierra se registran variaciones sustanciales de
áreas promedio bajo riego, pasando en la sierra norte de 25% a 34%, en la sierra
centro de 36% a 44% y la sierra sur de 21% a 34%. Es indudable que estos
incrementos deben haber contribuido a aumentar la producción, productividad e
ingresos de los agricultores medianos y pequeños observados en el periodo.

En cuanto al uso de asistencia técnica (comprada), se registra una tasa bajísima (0.7%
en 2006 y 1.1% en 2012), y no se observa un cambio significativo en el uso de este
servicio por parte de los agricultores. Esto indica un bajo nivel de desarrollo
tecnológico y un muy limitado desarrollo del mercado de servicios de asistencia
técnica orientado a pequeños y medianos agricultores en el país.

En síntesis, los agricultores en el Perú han tenido un desarrollo positivo durante el


periodo más reciente (2006-2012), marcado por un incremento significativo en los
ingresos y caída en la incidencia de la pobreza en todas las regiones. La brecha con
los ingresos de los hogares no agropecuarios se ha reducido pero aún los ingresos
de los agricultores equivalen solamente a un 40% de los ingresos de los no
agropecuarios.

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La evolución positiva de los Ingresos habría estado relacionada a mejores precios al
productor en un contexto de crecimiento económico, mayor demanda de las
ciudades y un aumento en los precios mundiales de alimentos desde 2008.
Igualmente, se han observado mejoras en los activos agropecuarios, como
instalación de cultivos permanentes y mayor acceso a riego, especialmente en la
sierra. Adicionalmente, se ha registrado una importante capitalización ganadera,
con especial impacto en selva, costa sur y sierra centro y sur. Algunos productos
que han dinamizado los ingresos de los agricultores han sido el café en la selva, el
arroz y el plátano en la costa norte, la ganadería y cereales en la costa sur y sierra
sur.

No obstante este comportamiento positivo, también se mantienen elementos


estructurales limitantes. En primer lugar la población agropecuaria ha seguido
envejeciendo y persiste una alta atomización de la propiedad. Asimismo, se observa
un muy reducido uso de la asistencia técnica, que indica baja adopción de nuevas
tecnologías y limitado desarrollo de los mercados de servicios agropecuarios para
pequeños agricultores. Estas limitantes siguen siendo importantes para explicar la
aún gran brecha entre ingresos agropecuarios y no agropecuarios.

Durante la última década hubo un periodo de bajo crecimiento entre 2000-2004, pero
luego se obtuvieron tasas bastante altas entre 2005-2012. El PBI agropecuario per
cápita del Perú ha k mcB° jostrado un crecimiento sostenido durante la última
década, aunque se ubica aún bastante por _ &Üebajo de Chile y Ecuador, por
ejemplo, que tuvieron tasas de crecimiento más altas que Perú en Jas decadas de los
1980s y 1990s. Aun con este despegue importante de la producción
^¡'^agropecuaria peruana, el sector sigue evidenciando baja productividad, así como
también un relativamente bajo uso de fertilizantes para la producción, sólo
superando a Bolivia entre los países vecinos.

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El sector está también poco tecnificado, lo cual se corrobora con una estimación de la
evolución de la Productividad Total de los Factores (PTF) en la que la agricultura
del Perú ha tenido una evolución positiva en la última década pero aún muy por
debajo del desempeño del resto de países vecinos (con la excepción de Bolivia). La
agricultura peruana ha empezado a tener un crecimiento de la PTF de su agricultura
desde los 1990s, pero aún se encuentra bastante por debajo del crecimiento
observado para Chile e incluso también por debajo del crecimiento observado para
Ecuador durante las últimas dos décadas.

Como resultado, el sector agropecuario ha ido perdiendo relevancia en el PBI nacional


en las últimas décadas, ante el avance de otros sectores como la minería, la
industria y los servicios. Aun así, mantiene una enorme importancia en el empleo
directo y la generación de ingresos de por lo menos un tercio de la población
peruana. Igualmente, el peso productivo de la agricultura puede ser significativo
(más del 20% del PBI regional) para un conjunto importante de regiones del país.

Cabe señalar que una parte importante de la agricultura peruana ha venido respondiendo
a la demanda de los mercados mundiales. Esto se ha visto expresado en la
expansión de las exportaciones de café, cacao, espárragos, uvas, mango y paltas
durante la última década. No ha ocurrido lo mismo con las exportaciones de
productos forestales, en los que nuestro país está aún a un nivel bastante limitado ya
que pese a la importante expansión de la demanda mundial por este tipo de
productos, hemos tenido mucho menor capacidad de respuesta que países vecinos
similares como Ecuador o Colombia.

En cuanto a algunas tendencias estructurales reflejadas en los cambios intercensales


(2012 versus 1994), se observa que la frontera agropecuaria se ha seguido
expandiendo (10% entre 1994 y 2012), básicamente por el incremento de superficie
agrícola (30%). Dentro de esta último hubo recomposición de cultivos, ya que
subieron notablemente los permanentes mientras los transitorios cayeron. También
aumentó la superficie de pastos cultivados y pastos naturales, en consonancia con
una moderada expansión de la ganadería extensiva a nivel nacional.

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En cuanto a evolución de características socio-económicas de los agricultores, el nivel
de educación promedio se incrementó moderadamente entre ambos censos y la
proporción de agricultores con secundaria pasó de 7 a 15%. No obstante, persiste
una amplia brecha en la tasa de analfabetismo entre varones y mujeres en la
agricultura. Igualmente, se observa un relativo envejecimiento de los agricultores
entre ambos censos, donde los grupos de entre 45 a 54 y más de 65 años han pasado
a ser los mayoritarios. Ha sido particularmente notoria la expansión de agricultores
con más de 65 años, que representan actualmente el 21% del total. Esto es
importante porque los niveles de educación son menores para los agricultores de
más edad y persisten las dificultades para el traspaso de tierra entre generaciones.

En contraste con esta evolución preocupante en la distribución de la tierra, durante la


última década (especialmente desde 2006) aumentó el ingreso medio de los
pequeños agricultores, tanto agropecuario como no agropecuario, lo cual ha
generado una importante caída en las tasas de pobreza a nivel nacional y en la
mayoría de los dominios geográficos. Esta tendencia ha estado asociada a mejoras
en los precios de los productos agropecuarios y también a mayor dotación de
activos públicos y privados de los pequeños agricultores en el contexto del alto
crecimiento económico. Esto ha permitido incrementar moderadamente los niveles
de capitalización de estos agricultores, aunque aún con importantes déficits en
acceso a servicios de asistencia técnica, crédito y capacitación, así como a nuevas
tecnologías que incrementen su productividad.

Aún con esta evolución positiva, se observa un muy limitado cambio técnico de la
agricultura peruana. Pese a una cierta capacidad para responder a la mayor
demanda de algunos productos específicos en los mercados mundiales como frutas
y hortalizas, o café y cacao, la agricultura peruana aún se encuentra a niveles
bastante por debajo de lo obtenido por países similares como Chile y Ecuador (en
cuanto a crecimiento de PTF). La agricultura peruana aún tiene niveles de
productividad y rendimientos bastante bajos con respecto a países comparables, y
muestra limitado avance tecnológico y en el uso de insumos modernos para la
producción agropecuaria. Esto afecta tanto la productividad como los ingresos que
pueden ser generados por los agricultores peruanos en el mediano plazo.

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Finalmente, cabe mencionar que, si bien aún está en vigencia el Plan Estratégico
Sectorial Multianual (PESEM) periodo 2012-2016, documento de gestión que
orienta los objetivos, políticas y estrategias del Estado en materia agraria para que
la Intervención pública pueda tener impacto en la población rural, resulta necesario
aprobar una norma que dicte cuáles serán los lincamientos de política agraria para
los próximos años.

La Agricultura en las diferentes regiones del Perú:

1.- La Agricultura en la Costa Peruana


La costa peruana tiene el privilegio de ostentar las mejores tierras de cultivo del Perú.
Están tierras están conformadas por los valles aluviales emplazados en los ríos de la
vertiente del Pacífico.
Son tierras de origen aluviónico, cuyos materiales han sido acarreados por los ríos desde
el interior del país. Convenientemente irrigadas, son tierras de alta productividad.
Por la escasez de agua que hay en la costa se obtiene, en la mayoría de los valles, sólo
una cosecha al año; pero, en aquellos en los cuales se han realizado importantes obras
de irrigación. Se obtienen hasta dos cosechas, aumentando al mismo tiempo la
producción agrícola.
Las tierras de los valles costeños son, asimismo, las mejores explotadas de Perú. En
efecto, la agricultura costeña es intensiva, con las siguientes características:
- Tiene altos rendimientos en la producción y elevada productividad.
- Tiene adecuada dirección técnica, suministrada por personal especializado que
conoce las técnicas agrícolas, es decir, la forma de mejorar la fertilidad de los
suelos utilizando abonos, la forma de combatir las plagas utilizando insecticidas
y fungicidas.
- Es mecanizada, es decir, se utilizan maquinarias en los diversos procesos de la
agricultura.
- Predominan los cultivos industriales, como la caña de azúcar, el algodón o los
frutales, que son productos de alta rentabilidad.
- Dispone de recursos financieros o adecuada asistencia crediticia.

2.- La Agricultura en la Región Andina del Perú


En la región andina distinguimos dos tipos de tierras laborables: tierras de regadío y
tierras de secano.

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Las tierras de regadío se localizan en los valles interandinos o en las inmediaciones de
las fuentes, manantiales o puquiales. Los suelos de los valles interandinos son aluviales
y están sometidos a una explotación intensiva, especialmente cuando tiene agua
permanente.
Las tierras de secano se localizan en los flancos andinos y producen por efecto de las
lluvias periódicas (de diciembre a marzo) y regulares (sin interrupción durante ese
periodo). Si las lluvias se presentan oportunamente, las cosechas en las tierras de secano
son buenas, si es que no son afectadas por las plagas. Si las lluvias son irregulares, las
tierras de secano se tornan improductivas, pues la sequía y las heladas destruyen los
cultivos.

3.- La Agricultura en la Amazonía Peruana


La selva alta del Perú, es la zona agrícola de esta vasta región, debido a sus especiales
condiciones geográficas. En cambio, la selva baja tiene suelos inundables, en donde el
desarrollo agrícola es limitado.
La selva alta o región de la rupa, es el área geográfica emplazada por encima de los 500
metros sobre el nivel del mar, en el flanco oriental de los Andes. Su relieve es inclinado
y a veces abrupto, cubierto de una densa vegetación.
Su clima es cálido, húmedo y lluvioso, es decir, tropical.
Sus suelos están conformados por las terrazas fluviales que conforman los valles y los
flancos de suave pendiente, cubiertos de una delgada capa de humus o sustancias
orgánicas, provenientes de las hojas y ramas de los árboles, que son los elementos que
le dan fertilidad.

Los Productos Agrícolas Alimenticios


La agricultura de productos alimenticios está conformada por el cultivo de la papa, el
arroz, el maíz, el trigo, la cebada, las hortalizas y los frutales. Dada producto destinado a
la alimentación popular, presenta características propias relacionadas con las áreas y
condiciones de cultivo, volumen de producción, consumo, importación y exportación,
que analizaremos brevemente.

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a.- La papa:
Es el alimento más importante que el Perú ha legado as la humanidad entera. De
tubérculo venenoso que era en el pasado, fue convertido en alimento humano tras
paciente cultivo.

b.- El arroz:
El arroz es un cereal que conforma la alimentación básica de más de la mitad de la
población mundial. En el Perú es el alimento básico de la alimentación del poblador
costeño y de la población urbana del recto del país.

c.- El Maíz:
El maíz es un cereal conocido en el Perú desde tiempos muy remotos. Se le utiliza en la
alimentación popular, en la preparación de alimentos balanceados para animales y en la
obtención de algunos productos industriales.
En la alimentación de la población andina está presente en forma de cancha, choclo,
mote, jora, humitas, tamales, harina, etc. Sus hojas y tallos, conocidos con el nombre de
chala o panca son utilizados como forraje para la ganadería.

d.- El Trigo:
Es el más importante de los cereales en el mundo. Constituye la alimentación básica de
la tercera parte de la humanidad. Su consumo está ampliamente difundido.

e.- La Quinua:
La quinua es un cereal oriundo del Perú. Tiene gran valor en la alimentación humana
por su alto contenido de proteínas. Es uno de los cereales más nutritivos que existen en
la tierra y puede sustituir ventajosamente a la leche, la carne, los huevos y el pescado.
Su consumo, desde temprana edad, puede ser considerado como una vacuna contra la
desnutrición o una inmunización contra el hambre.

f.- Las Hortalizas y las Legumbres:


Las hortalizas son plantas herbáceas, anuales o perennes, de gran valor en la
alimentación, por la cantidad de sales minerales y vitaminas que contienen. Algunas
como el rábano y la betarraga poseen abundantes hidratos de carbono, pero todas, sólo

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una pequeña proporción de proteínas. Su cultivo se localiza en regiones de climas
templados, con abundante agua y numerosa mano de obra.
La explotación del suelo destinado a su cultivo es intensiva y en forma rotativa. Por lo
general las áreas destinadas a la horticultura se localizan en las proximidades de las
grandes ciudades costeñas y andinas. La actividad destinada al cultivo de hortalizas se
denomina horticultura.

g.- Los Frutales:


El cultivo de los árboles frutales da lugar a la actividad conocida con el nombre de
fruticultura. Esta actividad tiene gran importancia por la gran variedad de productos que
ofrece, todas ellas ricas en vitaminas y sales minerales.

h.- El Algodón:
Es uno de los principales cultivos industriales del Perú. Con la caña de azúcar y el café
conforman el grupo de productos agrícolas destinados a la exportación.
Su cultivo en el Perú se realiza desde los más remotos tiempos. En las culturas
preincaicas como Paracas, se han encontrado preciosos tejidos confeccionados hace más
de 2500 años con fibras de algodón.

i.- La Caña de Azúcar:


Es una planta industrial de la que se obtienen los siguientes productos derivados: azúcar,
alcohol de caña, melaza, chancaca y numerosas bebidas alcohólicas. Del residuo sólido
que queda, llamado también bagazo, se fabrica papel y cartón, de diferentes especies y
calidades.

j.- El Café:
La planta de cefee tiene en la selva alta del Perú las mejores condiciones ecológicas
para su desarrollo y producción.

La falta de políticas estables para el agro en las últimas cuatro décadas:

El sector agropecuario peruano ha sido objeto, durante las últimas cuatro décadas, de
permanentes vaivenes sociales, económicos y políticos que han ocasionado ajustes y
expansiones, pero que, en suma, no han permitido consolidar una senda de crecimiento
sostenido en la actividad agropecuaria.

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La década de los 60 comenzó con una importante expansión de la producción agraria,
pero ya en 1962 se inició un estancamiento que duraría hasta la realización de la
Reforma Agraria, interrumpida con una breve expansión alrededor de 1967. La
disminución en la producción no fue uniforme. Los productos de consumo
mayoritariamente urbano sí mostraron un crecimiento (de entre 3% y 4%), aunque muy
similar a la tasa de crecimiento poblacional (de alrededor de 3%). Otros productos de
consumo básicamente local (yuca, trigo, carne de ovino, entre otros) estuvieron en
situación de estancamiento total o presentaron crecimiento sólo los primeros años de la
década, seguido por una severa caída.

La política agraria durante la década de los 70 estuvo caracterizada por una fuerte
expansión de la participación del Estado en la actividad productiva. La Reforma Agraria
peruana, impulsada por el gobierno militar de Velasco a partir de 1969, fue llevada a
cabo bajo la figura de implantar las condiciones para el desarrollo industrial del país. Se
realizó de manera conjunta con una serie de medidas de nacionalización de los servicios
públicos y el financiamiento orientado al desarrollo de la industria nacional.

En el campo, esto se tradujo en la expropiación de haciendas y su conversión en grandes


unidades asociativas y de propiedad social, bajo el supuesto de que una mejor
distribución de tierras redundaría en un mayor desarrollo de la actividad agrícola y rural.
Y aunque en los inicios de esta década se logró una respuesta favorable en el sector, esta
reforma perdió impulso a partir de 1974, lo que llevó a su descomposición durante las
décadas de los 80 y 90. Ésta tuvo como consecuencia el retiro del campo del
empresariado agrario y de los técnicos agropecuarios, pues esta reforma se orientó más
bien al cambio de tenencia de la tierra y no al desarrollo de la productividad y la
innovación tecnológica.

Resultado de ello fue la ampliación de la llamada "agricultura familiar", con


predominancia de las formas campesinas de cultivo, caracterizadas en su mayoría por su
baja productividad y débil articulación al mercado.

En la década de los 80 se mantuvieron diversas formas de intervención estatal en la


actividad agrícola en medio de una profunda crisis económica y el inicio de la actividad
terrorista: sistemas de asistencia técnica, manejo del sistema de precios, créditos a tasas
de interés negativas en términos reales, entre otros. Junto a ello, las restricciones para la

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operación del mercado de tierras y la violencia política deprimieron la actividad agraria
y bloquearon las posibilidades de inversión en el agro.

A ello deben sumarse los efectos perjudiciales del Fenómeno "El Niño". Luego de un
año de expansión del sector (1981: 9%) básicamente por efecto estadístico (pues el año
anterior había sido de sequía) y un año de crecimiento moderado (1982: 2,2%), el
producto agrícola se redujo en cerca de 10% en 1983 tanto por los efectos del clima
como por la crisis general que ya se vislumbraba en todo el país.

A lo largo de esa misma década, la política gubernamental mantuvo su sesgo


proindustrial y antiagrario, que implicaba desprotección a la producción agraria
nacional, control de precios para abaratar los alimentos para las ciudades y altos precios
de bienes e insumos de origen industrial. Esto generó un entorno de términos de
intercambio desfavorables para el campo.

Los altos niveles de inflación predominantes en esa década, con la alta incertidumbre a
la que ella conlleva, implicaron fuertes desincentivos a la inversión privada en todos los
sectores, incluyendo, naturalmente, al agropecuario. Los impuestos a las exportaciones
y a los insumos estrecharon aún más el margen del productor agrícola, y consolidaron el
entorno de términos de intercambio en declive.

La continua y elevada devaluación de la moneda, agudizada por la existencia de


múltiples tipos de cambio y tratamientos arancelarios discrecionalmente diferenciados,
tuvo diversos efectos: el contrabando de exportaciones, el desaliento a los productos de
exportación no tradicionales, el abaratamiento artificial de las importaciones de
alimentos (que en algunos casos ya venían con precios subsidiados) y, en suma, una
asimetría en el tratamiento al agro que contuvo profundamente el desarrollo de dicha
actividad.

La figura de intervención preponderante en los 80 fue invertida drásticamente a partir de


julio de 1990, en que la orientación de la política económica, incluida la agropecuaria,
fue la de dejar "a las fuerzas del mercado" el desarrollo de la economía nacional.

Previamente se aplicó un fuerte programa de estabilización destinado a acabar con la


hiperinflación, que en el ámbito agrario había conseguido desplomar los precios reales
de los productos, así como los términos de intercambio campo-ciudad, para acentuar la
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pobreza de las familias rurales. En esta década también se produjo la derrota del
terrorismo, lo que contribuyó sin duda al mejoramiento de las condiciones de vida en el
campo y, por ende, al desarrollo de la actividad agropecuaria.

Paralelamente, se aplicó un programa de reformas estructurales que pretendió modificar


la organización y el funcionamiento del sector público y de los principales sectores de la
economía. Parte de los efectos de estas reformas fue la notable reducción de personal en
las entidades públicas, lo cual ha tenido tanto efectos positivos, como la
"desburocratización" de dichas instituciones, pero también negativos, como la pérdida
de servicios importantes para los agricultores.

En el ámbito de las reformas económicas con fuerte impacto en el sector agropecuario,


destacan:

 La eliminación de los controles de precios agropecuarios: precios de refugio y de


garantía.
 La liquidación del Banco Agrario, que era la fuente de financiamiento del agro
por excelencia, y con ello la eliminación de las tasas de interés preferenciales
para la agricultura.
 La eliminación de empresas públicas de comercialización, como ENCI y
ECASA.

La apertura comercial, que implicó la eliminación de barreras para arancelarias y


cuotas a la importación, y la eliminación de la exclusividad para la importación y
exportación de productos agropecuarios e insumos a las empresas públicas.

Respecto de la desaparición del Banco Agrario, cabe mencionar que el crédito al sector
se redujo a lo largo de la década de los 90 a menos de la cuarta parte de su máximo de
US$ 2 000 millones alcanzado en 1987, y a menos de la mitad de lo que promedió
durante la década de los 80 (ver gráfico 1).

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Con referencia a la apertura comercial, debe decirse que ésta fue especialmente
traumática para el sector en el sentido de que había estado hasta ese momento orientado
hacia el mercado interno. Así, cuando la apertura comercial implicó, además, el ingreso
de importaciones de productos agropecuarios subsidiados en sus países de origen, los
agricultores vieron reducidas sus capacidades de negociación y de acción en el mercado,
capacidades cuya existencia ya era limitada en la medida en que las organizaciones de
productores se encontraban fuertemente debilitadas.

No obstante, finalizado el efecto traumático del ajuste, la producción agropecuaria, así


como las exportaciones de productos agrícolas no tradicionales, mostraron una
respuesta positiva, respuesta que se prolongó hasta 1997, cuando el país se vio
nuevamente sacudido por los efectos del fenómeno El Niño, que junto con la crisis
externa y el estancamiento de la demanda interna terminaron por deprimir al sector,
situación de la cual aún no puede recuperarse.

De este modo, en los últimos cuarenta años se aprecia una serie de políticas erráticas e
inconsistentes, que junto con shocks de carácter exógeno, han determinado el
desenvolvimiento del sector, no sólo por influir directamente en sus ciclos productivos
(tal como se observa en el gráfico 2, que muestra la evolución de la producción
agropecuaria), sino principalmente porque tuvieron un impacto determinante en la
rentabilidad del mismo. Es éste el indicador por excelencia que terminará por
determinar si se realiza o no, y en qué condiciones, una actividad productiva.

P á g i n a 20 | 30
En este sentido, es posible concluir que la inestabilidad provocada en principio por estas
políticas y agravada por factores externos ha impedido que en el Perú se desarrolle una
senda estable de crecimiento sostenido para el sector.

PROBLEMAS DE LA AGRICULTURA PERUANA:

a. Conservación del Medio Ambiente Erosión y Salinización

El Perú es uno de los doce países considerados como megadiversos y se estima que
posee entre 60 y 70% de la diversidad biológica. Esta ventajosa situación se ha visto
amenazada con un inadecuado manejo de recursos existentes llevándolo a niveles
críticos de deterioro de ciertas zonas del país generando problemas de desertificación,
deforestación, salinización, pérdida de tierras agrícolas, toxicidad de la vegetación,
agotamiento de las fuentes de agua, degradación de ecosistemas y desaparición de
especies silvestres.

La situación de pobreza de la mayor parte de campesinos y pequeños productores


agropecuarios se explican en parte por la utilización inadecuada y degradación de la
base productiva de los recursos naturales debido a la aplicación de sistemas productivos
que generan desequilibrios negativos entre el proceso de extracción y regeneración de
los recursos naturales.

Promover acciones para el manejo y uso productivo de los recursos naturales


renovables, agua, suelo y cobertura vegetal mediante obras de conservación de suelos,

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reforestación, transferencia tecnológica mejorada e infraestructura rural en la
perspectiva de lograr una agricultura sostenible

b. Minifundio

La agricultura peruana constituye una economía de parceleros en la cual el 85% de los


agricultores tiene parcelas con menos de 10 hectáreas predominando las unidades
productivas con un área entre 3 y 10 hectáreas (33%) (. Existen 5.7 millones de predios
rurales de los cuales figuran inscritos en registro públicos solamente un tercio (1.9
millones).
El fraccionamiento de las parcelas en pequeños minifundios y su gran dispersión
representan un límite a la eficiencia productiva al tiempo que eleva los costos del
transporte.

La tierra es el principal activo que posee el agricultor por lo que sus derechos de
propiedad deben estar claramente definidos a fin de que ese reconocimiento legal les
proporciones respaldo a la producción.

c. Precios y mercados

La actividad agraria se caracteriza por el desorden en la producción y la disminución de


su rentabilidad y competitividad. Asimismo, los procesos de post cosecha y de
mercadeo están sumamente desordenados por la falta de una infraestructura vial
adecuada y la ausencia de un sistema de mercados mayoristas, lo cual incide en los altos
costos de comercialización que afectan a los productores agrarios.

d. Asistencia Técnica

Las tareas en el campo de la asistencia técnica son múltiples, consolidar el crecimiento


agrario exigirá el desarrollo de factores productivos y el impulso de la innovación
tecnológica, es por ello que una de las tareas es atender las necesidades urgentes de los
productores en materias de Innovación tecnológica y gestión empresarial

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e. Crédito Agrario

El tema del crédito representa uno de los cuellos de botella del sector, es por ello que el
anuncio de la creación de un Banco es esperado con mucha Interés por la mayoría de
agentes económicos

En 1992 el banco Agrario tenía como clientes a 230 mil empresarios agrario que se
vinculaban mediante operaciones directas, de ellos 20 000 productores eran de tipo A1,
con 10, 20,30 0 40 años de tradición empresarial. Actualmente se estima en 23 000 los
empresarios agrario vinculados con la banca de las cuales la banca comercial es la
principal fuente de financiamiento del sector y el 86% de sus colocaciones están en
Lima. La mitad de dichas colocaciones son de corto plazo lo que dificulta la
capitalización de sectores como la agricultura.

El Ministerio de Agricultura así como otras instituciones tales como las CTAR, las
Organizaciones No Gubernamentales, entre otros) han destinado recursos para el apoyo
a la pequeña agricultura con fondos rotatorios los cuales han enfrentado problemas de
baja recuperación.

El tema de financiamiento agarrado deberá enfrentar numerosos desafía en la búsqueda


por una agricultura en expansión sostenida en el tiempo y sustentable desde el punto de
vista ambiental. Entre otros podemos mencionar:

- Acceso al crédito.
- El costo del crédito, el cual suele ser superior al resto de la economía debido al
mayor riesgo
- Su uso racional desde el punto de vista económico
- Incorporación al mercado financiero de millares de agentes productivos sin
crédito
- La recuperabilidad de los créditos tema fundamental pues tiene que ver con la
viabilidad de largo plazo del sistema de crédito y con la rentabilidad de la
actividad agraria. Un sistema de crédito agrario basado en el subsidio, vía
menores tasas de interés y con altos grados de incobrabilidad no es sostenible en
el tiempo; tienen elevados costos sociales y por lo general no cumple los
objetivos trazados.

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f. Organizaciones

El fortalecimiento de las organizaciones de productoras y de otras organizaciones que


contribuyan al desarrollo del agro representa una tarea impostergable; en un sector tan
complejo la capacidad organizativa y de cooperación Inter. E intra sectorial representan
importantes instrumentos de competitividad. “Muchas instituciones agrarias son vistas
ahora como respuestas coherentes a la falta de desarrollo adecuado de los mecanismos
del mercado, tales como el crédito, seguro agrario y mercados a futuro en un contexto
caracterizado por altos riesgos, asimetrías de información y riesgo moral”.Apoyar a las
organizaciones de los empresarios agrarios permitirá afianzar el planeamiento de las
cadenas productivas que representa una parte sustantiva de la actividad agraria del país.

g. Seguridad Alimentaria

La agricultura debe proveer los alimentos en la cantidad y la calidad necesarias para una
vida sana; no obstante, el tema de la seguridad alimentaria implica no sólo mayor
producción y productividad sino también una clara conciencia en los consumidores
sobre como alimentarse mejor. La insuficiencia de alimentos en cantidad y calidad
asociados con malos hábitos alimenticios repercute sobre la calidad de vida del
habitante peruano, es por ello que los trabajos en materia de seguridad alimentaria
tienen aún mucho por delante.

h. El Empleo

La agricultura emplea al 26% de la PEA Nacional y al 65.5% de la PEA del área rural.
En contraste con su capacidad de generar empleo, es uno de los sectores con menor
productividad de mano de obra debido al bajo nivel educativo de la fuerza laboral en el
ámbito rural

i. Sanidad

Países como Chile muestran lo importante que resulta para el desarrollo del sector
agrario el contar con una buen sistema de sanidad animal y vegetal, especialmente si
existe la proyección hacia la exportación. Cautelar la seguridad sanitaria y fitosanitaria
posibilitando el desarrollo de cosechas y crianzas sanas; controlar y erradicar las plagas
y enfermedades representan acciones con una enorme incidencia socieconómica en la

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actividad agraria. Un sistema sanitario eficaz es al mismo tiempo funcional al desarrollo
exportador. Una de las principales limitaciones para el acceso a los mercados externos
se relaciona con problemas sanitarios como es el caso de la mosca de la fruta.

LINEAMIENTOS DE LA POLÍTICA AGRARIA EN EL PERÚ


1. Prioridad de la actividad agraria. Todo Estado le da la primera prioridad,
imprimiendo un desarrollo agrario integral y sostenible. Como preeminencia
entre las actividades económicas del país está la agraria. Su objetivo debe ser
invertir el proceso de inmigración del campo, luchar contra la pobreza y la
extrema pobreza que en los países subdesarrollados, como el nuestro, es
problema mayor.
2. Avivar o fomentar la biodiversidad en la explotación agraria. Una política
agraria coherente debe responder a la calidad de vida del hombre del campo en
los niveles de salud, seguridad, comunicación, trabajo y alimentación. Que desde
luego contribuyen a mejorar la calidad del medio ambiente agrario.
3. Diversificación de las actividades económicas y sociales. Es posible a través de
aportes de iniciativa personal, familiar o colectiva de autogestión como
inversiones, asistencia técnica, científica, servicios empresariales,
infraestructura, educación general y ambiental, etcétera y desde luego la
divulgación de los grandes avances de la agricultura moderna y la ciencia ius
agraria que la normativiza.
4. Multidisciplinaria y multisectorial. Toda política agraria debe estar sostenida en
su carácter de ser multidisciplinaria y en su concepción multisectorial para su
ejecución. Su aplicación debe ser a nivel nacional, donde las regiones deben
tomar la posta y jueguen un papel importante sobre todo en las zonas agrarias o
rurales desamparadas o abandonadas,
5. Desarrollo sostenido. Las políticas agrarias deben fomentar un desarrollo
sostenido en lo productivo, social y ambiental: mantener la calidad
ecoambiental, preservar la función paisajística de la naturaleza cultural.
Agricultura productiva y de exportación sí, pero ambientalmente sana y
ecológicamente equilibrada, esta es condición sine quanon, para hablar de
exportación agraria, lo demás, simplemente es buena voluntad.
6. Mantener la preservación de los recursos naturales renovables, la biodiversidad e
identidad cultural. Si hablamos de preservación y de biodiversidad (agraria) es

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pensando en las generaciones presentes y futuras, es decir, pensando con
responsabilidad holística. La finalidad de la preservación radica en garantizar la
seguridad y la calidad de los productos alimentarios destinados al consumo
humano, proporcionar a los operadores de la agricultura ingresos económicos
justos y al consumidor el precio correcto.
7. El principio de la solidaridad. Toda política agraria o rural debe estar
fundamentada en este principio si se pretende un desarrollo agrario sostenido en
el tiempo, es decir, debe practicarse la solidaridad; con otras palabras, que todos
deben cooperar multisectorialmente, porque el desarrollo no sólo está en el buen
cultivo y la buena crianza, sino básicamente, en la educación, la salud, las vías
de comunicación, la seguridad, la capacitación técnica y científica,
comercialización, y fundamentalmente en el trabajo agrario.
8. Su sistematización jurídica. La aplicación de la política agraria o rural debe
fundarse en procedimientos lógicos o coherentes con la realidad agraria nacional
o regional integrados con limpidez, por ejemplo, en una «Ley General de
Política de Desarrollo Agrario Nacional», armonízada con los fundamentos
constitucionales que la orientan, constituyéndose en un instrumento jurídico de
desarrollo agrario sostenible.
9. El sustento económico-financiero. La política de fomento económicoagrario, no
es novedad en nuestro medio, la experiencia que ha proporcionado ha sido
desalentadora, pues ha adquirido un gran desprestigio por la mala gestión de
fiscalización por parte del Estado, que ha confundido el fomento productivo con
el fomento a la improductividad de los dineros del Estado, lo que significa que
ese «desprestigio» no es imputable al usuario o productor, sino al Estado, por no
saber fiscalizar los dineros que se dieron en mutuo.
10. Capacidad de gestión. Debe impulsarse la eficacia y eficiencia de la
administración pública nacional, regional y local y de la propia colectividad
agraria, facilitando, allí donde sea necesario, capacitación y asistencia técnica,
formación educativa y cultural, mejores instrumentos de comunicación y
cooperación, divulgación de investigaciones e intercambio de experiencias a
través de redes regionales y comunales campesinas, sin dejar de lado la
presencia de la Universidad.

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CONCLUSIONES

Dar mayor prioridad a las regiones atrasadas en materia de desarrollo agrícola, aunque
muchas puedan ser carentes de recursos. Considerando el rápido crecimiento
demográfico y las pocas oportunidades de trabajo fuera de la finca, en los próximos
decenios el crecimiento agrícola será el único medio viable de atender las necesidades
alimentarias y de subsistencia de poblaciones cada vez mayores en muchas regiones
atrasadas. Si se deja de hacer eso, habrá emigración excesiva, que agravará los
problemas de los barrios pobres urbanos ya sobrecargados. Esa situación también
llevará al empeoramiento de la pobreza y a una mayor degradación de las faldas de las
montañas, los bosques y los suelos. El mejoramiento de las regiones atrasadas exigirá
más recursos para el desarrollo agrícola, en lugar de desvío de los recursos de las
regiones agrícolas favorecidas con una buena dotación, donde el aumento de la
productividad es todavía importante.

Prestar más atención en las investigaciones agrícolas a las características de


sostenibilidad de la tecnología recomendada, a los aspectos más amplios del
aprovechamiento de recursos naturales en las cuencas hidrográficas y la tierra y a los
problemas de las zonas carentes de recursos.

Velar por que los agricultores tengan derechos inalienables de propiedad de sus
recursos. Eso no implica necesariamente que los gobiernos deban invertir en ambiciosos
programas de registro de escrituras de propiedad de la tierra. En muchos casos (por
ejemplo, en África al Sur del Sahara), los sistemas autóctonos de tenencia de la tierra
funcionan todavía sorprendentemente bien. Permiten atender mejor las necesidades de
equidad y reconocer los derechos de muchos usuarios en comparación con los sistemas
de establecimiento de derechos de propiedad totalmente privados.

Privatizar los recursos de propiedad común o, donde esa no sea una opción deseable
(por los beneficios de las externalidades o por razones de equidad), fortalecer los
sistemas de manejo comunitarios.

Resolver los problemas creados por las externalidades con el establecimiento de un


sistema óptimo de cobro de impuestos a las sustancias contaminantes y causantes de

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degradación, reglamentación, empoderamiento de las organizaciones locales o
modificaciones apropiadas de los derechos de propiedad. Pero es preciso tener en cuenta
que los precios del mercado libre no siempre son los mejores; es posible que las
externalidades exijan intervenciones óptimas en materia de impuestos o subsidios.

Mejorar la actuación de las instituciones públicas pertinentes encargadas de ordenar y


reglamentar los recursos naturales (como los departamentos de riego y silvicultura).
Delegar la responsabilidad de las decisiones de manejo a los usuarios de recursos o a
grupos de usuarios, donde sea posible. Eso exige también traspaso de derechos
inalienables de propiedad o de uso.

Corregir los desajustes de precios que fomenten el uso excesivo de insumos modernos
en la agricultura intensiva. Es decir, eliminar los subsidios a los fertilizantes y
plaguicidas y cobrar el costo total del abastecimiento de agua de riego y de electricidad.
Quizá sea necesario seguir subvencionando los fertilizantes en las regiones atrasadas,
donde el uso corriente sea poco y la fertilidad del suelo sea cada vez menor.

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BIBLIOGRAFIA

http://biblioteca.clacso.edu.ar/gsdl/collect/pe/pe-
003/index/assoc/HASH609b.dir/conv1.htm

http://www.cepes.org.pe/debate/num-ante.htm

https://www.unodc.org/documents/peruandecuador//DocumentosDA/PeruColombiaDA/
10._POLITICA_NACIONAL_AGRARIA.pdf

http://www.minagri.gob.pe/portal/inicio-pagraria

http://www.monografias.com/trabajos60/sector-agricola-peru/sector-agricola-
peru3.shtml

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ANEXO

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