Tylor, E. B. 1975. “La ciencia de la cultura”. En: Kahn, J.(comp.) El
concepto de cultura: textos fundamentales. Barcelona: Anagrama. Selección “La cultura o civilización, en sentido etnográfico amplio, es aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, Ia moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de la sociedad. La situación de la cultura en las diversas sociedades de la especie humana, en Ia medida en que puede ser investigada según principios generales, es un objeto apto para el estudio de las leyes del pensamiento y la acción del hombre. Por una parte, la uniformidad que en tan gran medida caracteriza a la civilización debe atribuirse, en buena parte, a Ia acción uniforme de causas uniforme; mientras que por otra parte sus distintos grados deben considerarse etapas de desarrollo o evolución, siendo cada una el resultado de la historia anterior y colaborando con su aportación a Ia conformación de la historia del futuro. Estos volúmenes tienen por objeto Ia investigación de estos dos grandes principios en diversas secciones de Ia etnografía, con especial atención a Ia civilización de las tribus inferiores en relación con las naciones superiores. Nuestros modernos investigadores de las ciencias de Ia naturaleza inorgánica son los primeros en reconocer, fuera y dentro de sus campos concreto de trabajo, Ia unidad de Ia naturaleza, Ia fijeza de sus leyes, el concreto orden de por el que cada hecho depende del que lo ha precedido y actúa sobre el que le sucede. Para muchos entendimientos educados parece resultar algo presuntuosa y repulsiva la concepción de que la historia de la especie humana es una parte y una parcela de Ia historia de Ia naturaleza, que nuestros pensamientos, nuestra voluntad y nuestras acciones se ajustan a leyes tan concretas como as que determinan el movimiento de las olas, Ia combinación de los ácidos y las bases, y el crecimiento de las plantas y los animales. "Un acontecimiento es hijo de otro, y nunca debemos olvidar Ia familia" es una observación que el jefe-bechuana hizo a Casalis, el misionero africano. Así, en todas las épocas y en Ia medida en que pretendían ser algo más que meros cronistas, los historiadores han hecho todo lo posible para no limitarse a presentar simplemente Ia sucesión, sino la conexión, de los acontecimientos en su narración. Sobre todo, se han esforzado por elucidar los principios generales de la acción humana y explicar mediante ellos los acontecimientos concretos, asentando expresamente o dando por tácitamente admitida la existencia de una filosofía de la historia. (…) La filosofía de la historia, que explica los fenómenos de la vida del hombre en el pasado y predice los futuros remitiéndose a leyes generales, en realidad es una materia que, en gran medida, en el actual estado de nuestros conocimientos, es difícil de abarcar incluso por un genio que cuente con la ayuda de una extensa investigación. Sin embargo, hay secciones de ella que, aunque con bastante dificultad, parecen relativamente accesibles. Si estrechamos el campo de investigación del conjunto de Ia historia a lo que aquí hemos denominado cultura, la historia no de las tribus y las naciones, sino de las condiciones del conocimiento, la religión, el arte, las costumbres y otras semejantes, la tarea investigadora queda situada dentro de límites más moderados. (…) Los datos no son tan caprichosamente heterogéneos, sino que pueden clasificarse y compararse de una forma más simple, al mismo tiempo que la posibilidad de IFTS 12 - Elementos de Antropología Cultural- Prof. Olmos Alvarez
deshacerse de los asuntos exógenos y de tratar '·"'I..JO
cada tema dentro de su adecuado marco de datos, en conjunto, hace más factible un razonamiento solido que en el caso de la historia general. Esto puede hacer que aparezca, a partir de un breve examen preliminar del problema, como pueden clasificarse y ordenarse, etapa tras etapa, en un probable orden de evolución, los fenómenos de la cultura. La igualdad general de la naturaleza humana, par una parte, y la igualdad general de las condiciones de vida, por otra, esta similitud y consistencia sin duda puede trazarse y. estudiarse con especial idoneidad al comparar razas con aproximadamente el mismo grado de civilización. Poca atención necesita dedicarse en tales comparaciones a las fechas de la historia ni a la situación en el mapa Parece tanto posible como deseable eliminar las consideraciones sobre las variedades hereditarias de razas humanas y tratar a la humanidad como homogénea en naturaleza aunque situada en distintos grades de civilización. Merece tenerse en cuenta la cuestión de las descripciones de fenómenos culturales similares que se repiten en distintas partes del mundo, en realidad, aportan una prueba accidental de su propia autenticidad. Hace algunos años, un gran historiador me planteó una pregunta sobre este punto: “¿Cómo pueden calificarse de datos las exposiciones de las costumbres, mitos, creencias etcétera, de una tribu salvaje si se basan en el testimonio de algún viajero o misionero que puede ser un observador superficial, más o menos ignorante de la lengua indígena, un narrador descuidado de una charla sin selección, una persona con prejuicios o incluso obstinadamente mentirosa?” Esta cuestión, en realidad, debe tenerla el etnógrafo clara y constantemente presente. Por supuesto que está obligado a juzgar lo mejor posible la veracidad de todos los autores que cita y, si es posible conseguir varias descripciones que certifiquen cada punto de cada localidad. La experiencia lleva al estudioso, al cabo de algún tiempo, a esperar y encontrar que los fenómenos culturales, como consecuencia de las causas similares que actúan con gran amplitud, deben repetirse una y otra vez en el mundo. Incluso desconfía de las exposiciones aisladas para las que no conoce paralelo en otro lugar y aguarda a que su autenticidad se demuestre por descripciones similares de otro punto del globo o de otro extremo de la historia. AI estudiar la repetición de las costumbres o las ideas concretas en distintos distritos, así como su prevalecencia dentro de cada distrito, aparecen ante nosotros pruebas que se repiten constantemente de la causación regular que da lugar a los fenómenos de la vida humana, y de las leyes de mantenimiento y difusión según las cuales estos fenómenos se establecen en forma de condiciones normales permanentes de la sociedad en los concretes estadios de la cultura. Entre los datos que nos ayudan a rastrear el curse que ha seguido realmente la civilización del mundo, se encuentra la gran clase de hechos que he creído conveniente denominar introduciendo el término de “supervivencias” . Se trata de procesos, costumbres, opiniones, etc., que la fuerza de la costumbre ha transportado a una situación de la sociedad distinta de aquella en que tuvieron su hogar original. De este modo, se mantienen como pruebas y ejemplos de la antigua situación cultural a partir de la cual ha evolucionado la nueva.”
Matos Mar, José. Cap. 1 El Pluralismo y La Dominación en La Sociedad Peruana. Una Perspectiva Configuracional. Matos Mar, José, Et.al. Dominación y Cambios en El Perú Rural. La Micro-región Del Valle de Chancay
Warman, Arturo. Todos Santos y Todos Difuntos. Crítica Histórica de La Antropología Mexicana. en Warman, Arturo. de Eso Que Llaman Antropología Mexicana