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BIBLIOGRAFÍA DE TESIS
Texto
UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN JURÍDICA
PRESENTAN:
ANA MARÍA PONCE ACEVEDO
JENNY ELIZABETH MONTESINOS ALVARADO
NÉSTOR ARTURO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
DIRECTOR DE SEMINARIO:
LIC. INÉS ALICIA ESPINO TREJO
UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR
RECTOR
DR. JOSÉ BENJAMÍN LÓPEZ GUILLÉN
VICE-RECTOR
LIC. SALVADOR CASTILLO ARÉVALO
FISCAL GENERAL
DR. JOSÉ HERNÁN VARGAS CAÑAS
FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES
DECANO
DR. RENÉ MADECADEL PERLA JIMÉNEZ
VICE DECANO
LIC. JUAN CARLOS CASTELLÓN MURCIA
SECRETARIO
DR. JOSÉ RODOLFO CASTRO ORELLANA
COORDINADOR DEL SEMINARIO DE GRADUACIÓN
LIC. JUAN CARLOS CASTELLÓN MURCIA
DIRECTOR DE SEMINARIO
LIC. INÉS ALICIA ESPINO TREJO
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AGRADECIMIENTO
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AGRADECIMIENTOS
A MIS PADRES:
Francisco Ponce Flores y Antonia Acevedo de Ponce; por apoyarme y sacrificarse junto a mí,
en este esfuerzo y ser la base que me motivó a cumplir con la meta que me había propuesto.
A MIS HERMANOS:
Alicia, Morena, Selix, Mirna, Violeta y Francisco porque siempre han estado a mi lado
brindándome su orientación y apoyo, y sentir como suyos este triunfo.
A MIS SOBRINOS:
Cindy Margarita, Kevin Francisco, Diego Noel y José Alejandro, quienes son una bendición de
Dios y constituyen una fuente de alegría y luz en mi vida.
A MIS MAESTROS:
Por haberme permitido ser su alumna y por brindarme sus conocimientos, así como su
paciencia y comprensión.
A MIS AMIGOS:
Que han seguido de cerca mis esfuerzos para alcanzar este logro.
Ana María Ponce Acevedo
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AGRADECIMIENTOS
He culminado uno de mis más grandes anhelos; mi deseo ferviente, porque éste sea un
escalón al que he logrado llegar con éxito, es grande. Pero más grande y sublime es poder
agradecer a todos esos seres que estuvieron siempre a mi lado, a quienes dedico este triunfo,
porque de él ya son parte:
A MI PADRE, Alcides Montesinos Nativí, por todo su amor, por todo su sacrificio, porque sé
que sus oraciones movieron la mano del Altísimo para darme sabiduría.
A MI SEGUNDO PADRE, José Guillermo Canales Urías, por su amor, por su sacrificio y por el
apoyo que como a hija me brindó.
A MIS HERMANOS: Enri, Carmen, Edwin, Walter, por todo su amor, comprensión, porque fue
su apoyo el que me invitó a seguir en momentos que creí desfallecer.
A MIS NIÑOS, MIS SOBRINOS: por imprimir en mi vida la gota de ternura, pureza y por
haberme regalado a lo largo de sus vidas, ese amor sin reservas.
Jenny Elizabeth Montesinos Alvarado
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AGRADECIMIENTOS
A DIOS TODO PODEROSO: Por ser quien estuvo conmigo en todo momento de mi carrera,
por haberme dado la fortaleza necesaria para seguir adelante en los momentos más duros y
porque tengo la certeza de que siempre será mi mejor compañía.
A MI PADRE: Antonio Hernández Gómez, por haberme enseñado a lo largo de la vida el buen
camino; por haberme brindado su apoyo incondicional en todo aspecto y porque ha sido mi
amigo tanto en la adversidad como en los triunfos. Gracias Padre.
A MI MADRE: Rosa Vilma Hernández, por ser una mujer ejemplar, que ha sabido guiar
siempre a sus hijos por el buen sendero y por haberme proporcionado el apoyo moral
necesario para seguir, aún en los momentos más difíciles. Gracias Madre.
A MIS HERMANOS: Alex Antonio Hernández Jiménez, Roberto Armando Hernández Jiménez,
Verónica Eduviges de Villanueva, por darme su apoyo incondicional en todo momento de mi
carrera, por ser quienes me demuestran su amor y me hacen triunfador, aún en mis derrotas.
A MI TÍO: Lic. José Aníbal Jiménez, quien a lo largo de tantos años me transmitió sus
conocimientos como profesional y su inapreciable buen humor como amigo y Pariente.
A MI TÍA DAESY: Porque siempre obtuve de ella su apoyo y entusiasmo en todos mis
proyectos.
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
6.1 Convención de las Naciones Unidas, sobre obtención de Alimentos en el extranjero, (New
York, 1956)
6.2 Convención sobre las leyes Aplicables a las Obligaciones Alimentarlas para menores La
Haya 1956
6.3 Convención sobre reconocimiento y Ejecución de Sentencias Relacionadas con
Obligaciones Alimenticias para menores. La Haya, 1958
6.4 Convención sobre reconocimiento y Ejecución de Sentencias Relacionadas con
Obligaciones Alimenticias para menores. La Haya, 1973
6.5 Convención sobre la Ley Aplicable a Obligaciones Alimentarlas. La Haya, 1973
6.6 Convención Interamericana sobre Obligaciones Alimentarias, Montevideo, Uruguay, 1989
CAPÍTULO VII
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
7.1 Conclusiones
7.2 Recomendaciones
7.3 Bibliografía
7.4 Anexos
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INTRODUCCIÓN
La infidelidad, los malos tratos entre cónyuges, entre padres e hijos, la falta de medios
económicos que los cónyuges deben poseer para brindar la protección pecuniaria y el soporte
del hogar, se han convertido en problemas sociales que merece nuestra atención, ya que la
vida en común de marido y mujer, supone una serie de gastos dirigidos a la satisfacción de
necesidades personales y propias de los cónyuges y más de éstos para con los hijos.
Ese cúmulo de Obligaciones y Derechos recíprocos entre los cónyuges, y entre éstos y sus
hijos, pone en desequilibrio el grupo familiar, al no ser satisfechos en la forma esperada,
situaciones que agravan el descontento conyugal, afectando la relación familiar y finalmente el
vínculo matrimonial que llega a disolverse, en virtud de una Sentencia de Divorcio, con la que
se resuelve jurídicamente un conflicto, que en la mayoría de los casos, ha llevado a uno de los
cónyuges a abandonar, el seno familiar y emigrar a otros países.
Es precisamente la Sentencia la que propicia el problema de este estudio. El cual se dirige a
investigar: “En qué forma y a través de qué mecanismos el Estado hace efectivo el
cumplimiento de dicha Sentencia, en el aspecto accesorio de la Prestación Alimenticia, cuando
el obligado vive en el extranjero”; ya que tal resolución judicial, no sólo declara la ruptura del
vínculo matrimonial existente hasta ese momento, entre los cónyuges; si no también en ella se
protegen los derechos de los hijos, frente a los padres, derechos cuyo reclamo se ve
amenazado, cuando el padre obligado, no vive en el país.
Para realizar la investigación de campo se utilizó como técnica la entrevista, la cual estuvo
dirigida a informantes claves de las Instituciones precedentes y como instrumentos de
investigación que nos llevaron a comprobar las hipótesis planteadas, se utilizó; además de las
Cédulas de Entrevista a los informantes claves, fichas de estudio de procesos, con las cuales
se indagó en Sentencias Judiciales, dictadas por los Jueces de familia durante el período de
Enero de 1997 a Enero de 1999, estudio que se realizó con una muestra correspondiente a
cien Procesos de Divorcio, en los que se fijó Cuota Alimenticia, por los Tribunales aludidos.
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CAPÍTULO I
1.1.1 INTERNACIONAL
La personalidad es el substrato de todos los derechos, algunos de estos se hayan tan ligados a
la esencia de aquella, que se clasifican de Primordiales o Derechos de la Personalidad, donde
se encuentran en primera línea, El Derecho a la Vida; que es el derecho a mantenerla,
desarrollarla y protegerla en su aspecto corporal-físico y espiritual-psíquico. Por lo cual se
vuelve necesario que esta protección exista en el seno de la familia, como una compenetración
de fuerza y ayuda recíproca, que trae como consecuencia La Prestación de Alimentos, que
constituye un factor primordial en la vida del hombre. Durante el transcurso del tiempo La
Prestación de Alimentos ha venido cobrando mayor importancia en varias legislaciones
antiguas y de la edad media como la institución que surge de la familia, Célula de sociedad.
Mucha aplicación tenía en Derecho Romano, los llamados Alimentos Voluntarios, los cuales se
pagaban a través de fideicomisos, donaciones y sobre todo los legados; estos comprendían: la
alimentación, vestido, habitación y en general todo lo necesario para la subsistencia, pero no
los gastos de educación, salvo voluntad expresa del disponente. Los legados a favor de un hijo
duraban toda la vida, a menos que se hubieran dejado hasta la pubertad. En esta hipótesis, por
analogía con la norma que imperaba respecto de los niños atendidos por la beneficencia
pública, el jurista Ulpiano era de parecer que los Alimentos se extendían hasta los dieciocho
años de edad, tratándose de hombre y hasta los catorce en el caso de mujeres. (2)
El deber Jurídico de prestar Alimentos sólo se introduce en la época Imperial Romana entre los
parientes consanguíneos en línea recta ascendiente y descendiente; surgiendo así la
obligación legal entre padres e hijos y abuelos y nietos. Judicialmente el asunto es de
competencia del cónsul y se ventila en la extraordinaria Cognitio, es decir un procedimiento en
el que no se siguen las reglas de tramitación corriente, sino las que el mismo magistrado
señala.
Los Romanistas no dudaban que desde la época clásica existió la obligación recíproca de
alimentos entre la madre natural y su descendencia. Una prueba en este sentido la constituye
Ulpiano que después de expresar que en la Obligación Alimenticia palpita la justicia y el afecto
de la sangre, razona: “Obliguemos a la madre a dar alimentos a sus hijos ilegítimos y a estos a
dárselos a sus madres” (Digesto, Libro 25 Título 3, Ley Párrafo 4). (3)
Había Obligación recíproca de Alimentos entre patronos y libertos y patrones y clientes, estos
últimos eran extranjeros libres, nacionales de Estados que no se hallaban en guerra con Roma,
vivían en esta para sentirse judicialmente más amparados buscaban un protector o patrono,
jefe de familia Romano.
Del Derecho Español Antiguo, se ha tomado el Código Medieval conocido como “Las Siete
Partidas” (Siglo XIII); este se ocupa de la obligación legal Alimenticia entre padres e hijos
legítimos y naturales, obligación de carácter recíproco. Asimismo reconoce dicha obligación
entre cónyuges y hermanos. Hay disposiciones que en dicho Código se encuentran un tanto
injustas, una por ejemplo, dice que no siendo los hijos legítimos ni naturales, sino espurios o
bastardos solo los ascendientes maternos y no los paternos estarán obligados a darles
Alimentos en defecto o imposibilidad de los padres (partida 4, Título 19, Ley 5). La razón de la
Ley para imponer a los ascendientes maternos y eximir de ella a los paternos estriba en que la
maternidad en los hijos espurios está revestida de certeza y la paternidad no “la madre es
siempre cierta del fijo que nace de ella es suyo lo que no es del padre de los que nacen de
tales mujeres”. Más para algunos no es aplicable a todos los espurios sino solo a mujeres que
se prostituyen a muchos hombres, se habrá de decir que la Ley solamente a los mánceres
(hijos de rameras) quiere privar del derecho de pedir alimentos a sus abuelos paternos pero no
a los adulterinos o incestuosos, siempre que sus padres sean conocidos y ciertos como lo son
regularmente los adulterinos y no pueden menos de serlo los incestuosos. (4)
A nivel Internacional modernamente se han ocupado con interés del Derecho de Alimentos y se
han dictado también Leyes complementarlas a fin de asegurar el beneficio, hacer más expedita
su obtención y hacer así más fácil el cobro de tal vital obligación. Es así que existen variedad
de Convenios internacionales ratificados por varios países y de los cuales profundizaremos en
otro capítulo más adelante; por lo que ahora solo haremos alusión a ellos: La Declaración
Universal de los Derechos Humanos, Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, Declaración Universal de los
Derechos de Familia, Convención sobre los Derechos del Niño, Convención de las Naciones
Unidas sobre obtención de alimentos en el extranjero, Nueva York 1958, Convención sobre la
Ley aplicable a las Obligaciones Alimentarias para Menores, La Haya 1958, Convención sobre
Reconocimiento y Ejecución de Sentencias relacionadas con Obligaciones Alimentarias para
Menores, La Haya 1973, Convención sobre la Ley aplicable a Obligaciones Alimentarlas, La
Haya 1973, Convención sobre Reconocimiento y Ejecución de Decisiones sobre Alimentos,
convenio Uruguayo-Español como solución para regular los casos de Prestación Internacional
de Alimentos Declaración Americana de los Derechos y Deberes del hombre, Convención
Americana o Pacto de San José, Convención Internacional sobre Obligaciones Alimentarias.
Como apreciación final a nivel internacional corresponde resaltar que el tema de la Prestación
de Alimentos en todo lo relativo a su reconocimiento y ejecución es objeto de cuidadosa
reglamentación contenida en Códigos de diferentes Estados, así el Código Civil Francés
comprende el capitulo “De Las Obligaciones que nacen del Matrimonio” (Artículos 203 a 211)
ya que considera importante regular la Obligación Alimenticia recíproca, no solo entre padres e
hijos naturales sino también entre estos y los ascendientes de aquellos; es decir entre nietos y
abuelos paternos.
Por su parte el Código Civil Chileno cuenta con normas generales y Normas especiales sobre
los Alimentos legales y voluntarios y se ocupa de establecer la naturaleza de los alimentos y su
clasificación, regula la forma y la cuantía en que han de prestarse a los alimentarios, señala la
duración de la estación Alimentaria y sus caracteres peculiares (5), entre otros.
1.1.2 NACIONAL
Como recién se ha señalado existe una experiencia normativa a nivel Internacional lo que
también constituye una faceta muy favorable para que a nivel nacional se planteen cuerpos
normativos que aseguren el cumplimiento de la Prestación Alimenticia para menores de edad.
En el Código de Bustamante el cual ha sido ratificado por varios países entre ellos El Salvador;
existen disposiciones referentes al deber de Prestar Alimentos, su cuantía, su forma de pago,
el orden de su prestación; por considerarse de orden Público Internacional, la regla que da al
hijo el Derecho a Alimentos. Anteriormente en nuestro país la Prestación Alimenticia se
encontraba en dos cuerpos jurídicos diferentes; por un lado los Códigos Civiles de 1860 y
Procedimientos Civiles de 1882, los cuales disponían sobre a quiénes, por Ley deberían
entregarse los Alimentos y el Procedimiento para hacer esto efectivo, particularmente en caso
de divorcio. Por otro lado, las Constituciones Políticas de 1939 y 1944 establecieron el papel
protector del Estado hacia la familia considerada base fundamental de la Nación, creando
dentro de la Constitución de 1939 el Ministerio Público como la entidad que se encargaría de
velar, entre otros “por la Defensa de la persona e interés de los menores indigentes e
incapaces” y la Fiscalía General de la República como la Institución que realizaría esta labor.
(6)
Posteriormente, en marzo de 1952 se aprobó la Ley Orgánica del Ministerio Público, la cual
creó además la Procuraduría General de Pobres, incluyendo dentro de esta última el
procedimiento para establecer, por la vía administrativa, las Cuotas Alimenticias; puede
afirmarse entonces que en nuestro país modernamente tenemos como antecedente previo de
la Legislación Familiar, a la Legislación Civil. La base fundamental del Derecho de familia
vigente es diferente del criterio patrimonial en el cual fue concebido las disposiciones del
Código Civil referentes a esta Prestación, las cuales se enmarcaban en una normativa rígida,
que establecían grados estrictos de prelación, los cuales no podían variar por fundamentos
éticos-morales, lo que afectaba las necesidades reales del grupo familiar. (7)
Por su parte, la Ley Procesal de Familia establece los pasos que los Jueces seguirán en el
establecimiento de una Cuota Alimenticia, desde la asignación de una Cuota Provisional una
vez interpuesta la demanda hasta el establecimiento cauciones Hipotecarias, Prendarla o de
cualquier otra clase, que garantice el pago de la cuota o Prestación Alimenticia.
Por su parte Días de Guijarro, la define como: “La institución social permanente y natural,
compuesta por un grupo de personas ligadas por vínculos jurídicos emergentes de la relación
intersexual y de la filiación”. (9)
Para Zannoni, la familia no es más que: “Un conjunto de personas entre las cuales existen
vínculos jurídicos interdependientes y recíprocos, emergentes de la unión sexual y procreación”
(10). Jurídicamente considerada, y en atención a lo que, el artículo 32 de la Constitución de la
República y 2 del Código de Familia prescriben: “La Familia es la Base Fundamental de la
Sociedad Salvadoreña, el grupo social permanente, constituido por el matrimonio, la unión no
matrimonial o el parentesco, a la cual está dirigida la protección del Estado, procurando su
integración, bienestar, desarrollo social, cultural y económico. La Familia es entonces una
Institución Jurídica del Derecho de familia, cuyo concepto comprende en forma general
elementos como: La Colectividad, Vínculos de Parentesco, Autoridad, Relaciones
Intersexuales, Procreación y principalmente Derechos y Obligaciones recíprocas.
Independientemente de los elementos que cada autor en su estilo propio destaca de la familia,
lo importante es señalar la Familia, como ese conjunto de personas unidas permanentemente,
genera facultades y obligaciones de contenido personal y patrimonial que han sido objeto de
regulación jurídica, al punto de dar origen al nacimiento del Derecho de Familia. (11)
(11) El Derecho de Familia ha sido definido por diversos autores: Ferrara lo define como: “El conjunto de normas Jurídicas que
regulan las relaciones personales y patrimoniales de los pertenecientes a la familia entre sí, y respecto a terceros”. Para
Bellusco “Es el conjunto de normas jurídicas que regulan las relaciones familiares”, por su parte Bonnecasse, afirma que el
Derecho de Familia, “Es conjunto de normas jurídicas con elementos especiales, que regulan las relaciones personales y
patrimoniales de los miembros de la familia entre sí, y de estos con terceros; regulando límites a la voluntad de los miembros a
fin de que prevalezca el bienestar familiar.
La familia cumple dentro de la sociedad una diversidad de funciones dentro de las que
destacan; la Función Reguladora de las Relaciones Sexuales, en virtud de la cual se consagra
al Matrimonio, como el fundamento legal de la familia, aún cuando existan relaciones sexuales
al margen del matrimonio, nuestra Ley Primaria recoge como principal fundamento de la
Familia al matrimonio, en su artículo 32.
a) La unión Monogámica y
Por una parte el Matrimonio es la unión de “uno” con “una”, acentuando el carácter de unidad
que le es propio y excluyendo toda forma de poligamia o de matrimonio de un grupo de
hombres con un grupo de mujeres; por otra parte se reitera la idea de que el matrimonio es la
unión de un hombre y una mujer, a efecto de que no pueda haber matrimonio entre personas
de un mismo sexo, porque es esencial para la existencia del matrimonio, la diversidad del sexo
de los contrayentes.
El matrimonio, a pesar del sentido personalista que tiene y de conformar una relación
interpersonal única entre dos personas, determina una comunidad de vida, que genera
relaciones personales y jurídicas (16), donde caven dos posibilidades: La primera aceptada por
muchos autores, concibe al matrimonio como una relación jurídica bilateral de intercambio de
prestaciones entre marido y mujer, la otra postura advierte que hay que entender al matrimonio
como una comunidad; es decir, como una conjunto de deberes conyugales que no son de
contenido puramente económico, sino también Axiológico. Es esta comunidad de vida la que
exige la participación de sus Miembros, la concordia, las posesiones comunes, y la solidaridad
de los mismos, es uno de los efectos del matrimonio y es uno de sus objetivos y fines
primordiales. Así el artículo 11 del Código de Familia cuando hace referencia a la expresión
vida en común, establece el deber de conveniencia entre los cónyuges, que supone no solo la
comunidad de habitación, deber específicamente señalado en el artículo 36 del Código de
Familia, sino también la entrega cordial, recíproca, plena y exclusiva de un cónyuge al otro.
Cuando esos deberes no son cumplidos por los cónyuges, cuando las expectativas de uno con
respecto al otro no son satisfechas, cuando esas necesidades afecto-patrimonial pasan a un
segundo plano, la Estructura matrimonial se ve en crisis, un desequilibrio que en la mayoría de
los casos ha de concretizarse en un Divorcio, ruptura legal del vínculo matrimonial, a través de
una Sentencia judicial que ha de decidir sobre los derechos y deberes no solo de los ex
cónyuges, sino más aún de aquellos menores quienes moral, afectiva y patrimonialmente se
ven desprotegidos por la conducta de sus padres.
Merece entonces hacer notar que ese conjunto de obligaciones y derechos emergentes de esa
ruptura, pone de manifiesto el vínculo de filiación existente entre el hijo y el padre, el cual no
termina con la disolución del matrimonio, sino por el contrario, es aquí precisamente donde ha
de medirse la responsabilidad y el amor que los padres han de brindar a sus hijos, a fin de
minimizar el impacto psicológico, moral que ésta ruptura trae sobre los menores,
proporcionándoles y garantizándoles los medios económicos necesarios para su desarrollo
físico emocional equilibrado.
El Divorcio, ha sido definido por CARBONIER, como “La Disolución de un Matrimonio válido en
vida de los cónyuges” (17). Leon Mazeud expresa que “El Divorcio es la ruptura del vínculo
conyugal, pronunciada por los tribunales en vida de los cónyuges, a petición de uno de ellos o
de ambos”.
El artículo 105 del Código de Familia define al divorcio como “La Disolución del vínculo
matrimonial decretado por el Juez”; disolución que según el artículo 106 del mismo cuerpo de
Leyes, puede decretarse por tres causas: por Mutuo Consentimiento de los Cónyuges, por
Separación de los Cónyuges durante uno o más años consecutivos, y por ser Intolerable la
Vida en común entre Los cónyuges.
Cualquiera que sea la causa que origina el Divorcio, lo cierto es que existen derechos de los
hijos frente a los padres, cuya situación jurídica ha variado; derechos que por su relevancia
merecen ser objeto de estudio de esta investigación; conviene entonces a estas alturas señalar
la importancia que reviste el Derecho de Alimentos de los menores que se encuentran
inmersos en una ruptura matrimonial y consecuentemente el deber de los padres de
proporcionar a sus hijos el Alimento, que conforme el artículo 36 de la Constitución dará al
menor existencia y educación.
Asegurar la satisfacción del Derecho de Alimentos de los hijos frente a los padres, después de
disuelto el matrimonio, pareciera hallar su efectividad en una Sentencia, una resolución Judicial
Definitiva, con la que se le pone fin principalmente al vínculo matrimonial, que elimina el deber
de cohabitación entre los cónyuges, no así los derechos y deberes que como padres tienen los
ex cónyuges con sus hijos. Es la Sentencia de Divorcio, la que accesoriamente ha de
establecer el deber-derecho de Alimentos con un sentido Ético-Jurídico, ya que los mismos son
elementos fundamentales para la preservación y conservación de la vida humana, puesto que
forman parte del valor significativo de la vida del menor.
Los Alimentos en sentido genérico, se conciben como un deber jurídico de una persona
llamada “Alimentante”, de suministrar alimentos a otra persona llamada “Alimentario”, o
“Alimentado”, en virtud de disposición de la Ley o de la voluntad del hombre.
En sentido legal se concibe como un deber impuesto por Ley a determinadas personas, de
proporcionar alimento a otras también determinadas. El Código de Familia nos da un concepto
Legal de Alimentos, en el artículo 247, el cual literalmente expresa: “Son Alimentos las
Prestaciones que permitan satisfacer las necesidades de sustento, habitación, vestido,
conservación de la salud y educación del Alimentario”.
Llama la atención la noción jurídica que nuestra legislación da a los Alimentos, la cual es muy
amplia, no es tan solo lo que en el lenguaje cotidiano suele llamarse como “Bebida” y “Comida”,
es por el contrario la suma de cosas necesarias para la vida de una persona, ello es: comida,
bebida lo que el legislador llama “sustento”, habitación, vestido, asistencia médica, e incluso
tratándose de menores de edad la enseñanza Primaria o básica y la de alguna profesión u
oficio.
Según Enrique R. Saavedra, “Los Alimentos constituyen las prestaciones a que está obligada
una persona respecto de otra de todo aquello que resulte necesario para satisfacer las
necesidades de la existencia” (19). Conviene entonces decir que los alimentos constituyen, el
derecho más importante que los menores pueden reclamar de sus padres y que puede verse
en tres sentidos: en primer lugar se identifica, a los Alimentos como todo lo que requieren los
organismos vivos para su nutrición; ello es en sentido Biológico; suele identificarse con los
elementos materiales que requiere una persona para vivir como tal, o bien como la facultad
jurídica que tiene una persona denominada Alimentario, para exigir a otro lo necesario para
subsistir (Sentido Jurídico de los Alimentos); y finalmente encontramos el sentido legal, que el
Legislador recoge en el artículo 247 del Código de Familia.
Cualquiera que sea la definición que se le dé a los Alimentos, lo cierto es que el Alimento, es
consecuencia innegable de los lazos de parentesco, el cual exige recíprocamente entre los
miembros de un grupo familiar una Prestación que asegure la subsistencia del pariente que
manifestada en la necesidad de comer, beber, vestir, calzar, educarse, mantenerse en
condiciones sanas, recrearse; solo puede hallar razón en el Principio de Solidaridad familiar.
Durante mucho tiempo, nuestro legislador omitió establecer los aspectos que comprenden el
Derecho de Alimentos, o lo que unos han llamado Prestación Alimenticia, Pensión Alimenticia,
Obligación o Deuda Alimentaria (20), lo que equivale a decir que nunca los definió.
Según la Doctrina, los Alimentos están constituidos por todos aquellos elementos necesarios
para la supervivencia y preservación para la vida del hombre, entendiéndose Alimento la
comida, la bebida, la vivienda, educación, vestido, medicina, recreación. Estos elementos para
algunos autores están reunidos en tres grupos básicos: La crianza, la educación y el
establecimiento. (20)
(20) Para algunos autores es impropio llamar a la Prestación, obligación o deuda Alimentaria, porque tiene notorias diferencias
con las obligaciones civiles en general, ya que el Alimenticia Alimento como tal tiene características intrínsecas, que emanan
directamente de esa solidaridad familiar ante las contingencias que pueden poner en peligro la subsistencia física de uno de
sus miembros.
El Código de familia al regular los Alimentos en el artículo 247 incluye como contenido de esta
obligación-derecho, el sustento, habitación, vestido, conservación de la salud y educación del
Alimentarlo. Propiamente hablando la crianza corresponde a la Alimentación porque se trata de
términos que son sinónimos: mantener, atender, cuidar, mimar, sustentar, sostener, de allí que
se incluyan dentro de la crianza y Alimentación, el sustento, la habitación, vestido, asistencia
médica, recreación (21). Pertinente es advertir que la forma más usual para el pago de los
alimentos es la fijación de una suma determinada de dinero, con la cual el alimentarlo o el que
esté a su cargo deberá sufragar todos los rubros que comprenden a los alimentos, esto nos
parece hasta cierto punto materialista ya que existen elementos puramente espirituales como la
orientación, el afecto, la corrección que son parte de la crianza y que no son tasables en
dinero.
Con respecto a esto, el Código del Menor Colombiano, ha dejado claramente expresado lo que
debe contener los alimentos, ello es lo indispensable para el sustento, habitación, vestido,
asistencia médica, recreación, formación integral y educación o instrucción del menor (22).
Enumeración que pone de manifiesto lo material y lo espiritual, ya que la formación integral
tiene un elemento moral que no puede valorarse en dinero, podemos entonces decir que ni la
cuota Alimenticia más alta en términos económicos impuesta por el Juzgador, en una sentencia
podrá cubrir en forma eficaz todos los elementos necesarios para sustentar la vida del menor
Alimentarlo, y lo que es peor, ninguna cuota será suficiente para cubrir las secuelas morales,
afectivas, psicológicas y sociales que trae al menor la separación de sus padres.
Para algunos autores el establecimiento, también forma parte de los Alimentos, especialmente
por la estrecha relación que tiene con el estudio de una profesión y con el aprendizaje de un
arte u oficio (22). Establecer significa, instalar a alguien, entablarlo u organizarlo iniciándolo en
un negocio, lo cual como mínimo requerirá el conocimiento específico de una profesión u oficio,
sobre todo en una sociedad como la nuestra en la que la gran mayoría de hogares viven en
condiciones económicas deficientes, las cuales impiden que los menores realicen sus estudios,
ya que con suerte alcanzarán a estudiar la primaria, o aprenderán un oficio que les permita a
su corta edad, satisfacer sus propias necesidades de Alimento, y algunas veces las de su
grupo familiar.
Estos requisitos se reflejan en circunstancias externas como lo son: El estado de Necesidad del
Alimentario; y la Capacidad Económica del Alimentante.
En relación a esta necesidad, el artículo 253 del Código familia, contempla; que la obligación
de dar Alimentos es exigible desde que los necesita el Alimentario.
B) Que la situación económica del Alimentante le permita, proporcionar ayuda; con respecto a
este presupuesto BELLUSCO (24), afirma que la capacidad económica del Alimentante
determina la forma en que han de ser cubiertas las necesidades del Alimentario. La prestación
Alimenticia estará determinada por el patrimonio y los ingresos del Alimentante, de allí que
resulta necesario enfrentar estos dos presupuestos, ya que la cuota puede graduarse según los
ingresos del Alimentante y así puede establecerse un monto que atienda a las necesidades del
uno, pero que tal suma no signifique al Alimentante no contar con los recursos suficientes para
su subsistencia; así el Artículo 254 del Código de familia, establece la Proporcionalidad de los
Alimentos con la que se pretende fijar la Pensión Alimenticia en atención a la capacidad
económica de quien esté obligado a darla y a la necesidad de quien la pide, tomando en
consideración la condición personal de ambos y las obligaciones familiares del Alimentante.
C) Finalmente encontramos como requisito que el reclamante sea una de las personas a
quienes la Ley le otorga el Derecho de exigir Alimentos, es decir a las personas que señalan
los artículos 248 y 251 C.F., de las que más adelante nos ocuparemos, cuando hagamos
referencia a los sujetos de la obligación Alimenticia.
Consideramos que la intención del legislador al regular estas condiciones como requisitos
indispensables para exigir los Alimentos es muy acertada, ya que ello contribuye al respecto de
los principios rectores de la Familia que señala el Artículo 4 C.F., “La Unidad de la Familia, la
igualdad de los derechos del hombre y la mujer, y lo más importante para el objeto de esta
investigación la Protección Integral de los Menores y demás incapaces”. Habría entonces que
determinar hasta qué punto estos presupuestos son comprobados al momento en que ha de
fijarse una Pensión Alimenticia, sobre todo cuando el padre obligado a cumplirla se encuentra
en otro Estado.
Otros autores opinan que la obligación en análisis, es rigurosamente Personal, pues tiende a la
conservación de la vida del Alimentario. Podemos decir entonces, que nuestra legislación da a
la obligación Alimenticia una connotación Mixta, pues por un lado los Alimentos son vistos
como las prestaciones que permiten satisfacer las necesidades de sustento, habitación,
vestido, conservación de la salud y educación; necesarias para la conservación de la vida del
Alimentario, destacándose con ella el carácter personal de los Alimentos y por otra parte
nuestra legislación establece los medios económicos para cumplir con el pago de la obligación
por el Alimentante, medios que van desde una cuota fijada por el Juez de acuerdo a la
capacidad económica del Alimentante y a la necesidad del alimentario, que se establece en
base a lo que preceptúan los artículos 253, 254, 256 C.F., hasta el pago en especie o en
cualquier otra forma, que establece el artículo 257 C.F., destacándose así el carácter
patrimonial que nuestra legislación da al Derecho de Alimentos.
Ahora bien, es de acuerdo a esta naturaleza, que la prestación Alimenticia posee ciertas
características; las cuales han sido tácita o expresamente reconocidas en la legislación
salvadoreña. En primer momento, encontramos la reciprocidad, la cual se fundamenta en
vínculos de solidaridad familiar, de manera que, quien tiene derecho de recibir alimentos,
también tiene el deber de brindarlos, en atención a esta característica, el artículo 248 C.F., en
el apartado referente a los Sujetos de la Obligación Alimenticia, establece los sujetos que se
deben recíprocamente Alimentos: los cónyuges, los ascendientes y descendientes hasta el
segundo grado de consanguinidad y los hermanos.
Otra característica de los Alimentos, es el carácter sucesivo, en virtud del cual se designa un
orden de personas a quien se les debe el alimento de una manera gradual, al respecto los
artículos 248, 251, C.F., establecen un orden de prioridad según el cual los alimentarios que
tuvieren derecho a ser alimentados por una misma persona, podrán exigir tal prestación en
base a un orden de prelación, cuando los recursos del obligado no fueren suficientes para
pagar a todos.
Cabe señalar que el artículo 251 C.F., en su numeral segundo excede a los límites que la
Prestación Alimenticia conlleva, ya que lo establecido por la Legislación y la Doctrina tiene
parámetros reales como los que expresa el artículo 248 C.F. (27)
(27) Según algunos autores es conveniente que se adecue la normativa del artículo 251 del Código de Familia, a fin de evitar
interpretaciones confusas o arbitrarias, ya que la redacción del No. 2 del artículo en referencia no es conveniente, en primer
lugar porque el legislador nunca tuvo la intensión de incluir a otros parientes que no fueran los ascendientes y los
descendientes hasta el 2º grado de consanguinidad en línea recta no pensó extenderlo a los parientes por afinidad hasta el
segundo grado, es decir a la suegra, yernos, nueras, ni cuñados.
Otra de las características de la Prestación Alimenticia es la de ser Divisible, ya que tiene por
objeto una prestación susceptible de cumplirse parcialmente, así lo establece el artículo 256
C.F., cuando habla sobre el pago anticipado y sucesivo de las Pensiones Alimenticias.
Encontramos también que la obligación Alimenticia es Indeterminada y Variable, en tanto que
está sujeta a factores externos de carácter pecuniario que la vuelven fluctuante con relación
tanto a la necesidad del
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
con las necesidades de los Alimentarios, que en la mayoría de casos son menores de edad;
por otra parte debe estar de acuerdo a la capacidad del Alimentante, en tanto que esta
determinará en mayor medida la calidad de los Alimentos fijados a favor del Alimentario. En un
principio puede decirse que los Alimentos, cualquiera que sea su clasificación comprenden lo
mismo “Todo lo indispensable para el sustento, habitación, vestido, medicina, recreación,
formación integral, educación o instrucción. (28)
1.- Voluntaria: cuando la obligación de dar Alimentos emana de un acto voluntario de las
personas, por ejemplo un testamento, una donación u otro contrato (29). En relación a ello, el
Código de Familia, prescribe en el artículo 271 “Las Asignaciones Alimenticias Voluntarias”, las
que se regirán por la voluntad del testador o donante siempre que no contraríen las
disposiciones contenidas en el mismo cuerpo de leyes, incluyéndose dentro de estas
asignaciones voluntarias los Convenios celebrados ante el Procurador General de la República,
los cuales según el Artículo precedente, se regirán por lo establecido en el convenio respectivo,
dichos convenios conforme lo establece el artículo 263 inciso 1º tendrá fuerza ejecutiva.
2.- Forzosos o Legales: cuando la obligación de darlos emana de la pura Ley, encontramos en
este rubro los Alimentos que conforme el artículo 248 C.F., se deben los cónyuges como
consecuencia del matrimonio, los ascendientes y descendientes hasta el 2º grado de
consanguinidad, que resulte del vínculo de parentesco, al igual que el Alimento que conforme a
la disposición en estudio se deben entre hermanos. Inclúyase aquí los Alimentos que conforme
a la Ley se deben los ex cónyuges en los casos del divorcio, es decir la Pensión Alimenticia
Especial de la que habla el artículo 107 C.F., y que más adelante explicaremos, cuando
hagamos referencia a los sujetos de la Obligación Alimenticia.
1.- Congruos: que son aquellos que habilitan al Alimentario para subsistir modestamente de un
modo que corresponda a su estilo de vida o forma de vida. (30)
(30) El Código Civil chileno, define a los Alimentos congruos y necesarios en el artículo 323, de la siguiente forma: “Congruos
son los que habilitan al Alimentario para subsistir modestamente de un modo correspondiente a su posición social; necesarios
los que dan, lo que basta para sustentar la vida, igual definición la encontrábamos en el artículo 340 de nuestro Código Civil,
clasificación que fue suprimida por la Normativa Familiar.
2.- Necesarios: son los que le dan al Alimentante, lo suficiente para sustentar su vida, es decir
para sobrevivir.
Esta clasificación ha sido suprimida en nuestro ordenamiento jurídico de familia, ya que según
el Legislador no se trata de lo que los Alimentos contengan, sino de la cuantía, de allí que se
advierte que sean congruos o necesarios, solo dan derecho a que se ajusten los medios de
subsistencia que el alimentario ya posee, de tal manera que fijando la cuota en alusión a sus
posibilidades actuales pueda éste, sostenerse y sobrevivir. (31)
1.- Provisionales: los que se determinan durante la tramitación del proceso, dado el carácter de
inaplazable de las necesidades del Alimentario. Sobre este particular, el artículo 255 del Código
de Familia establece que mientras se ventila la obligación de dar alimentos el juez podrá
ordenar que se den provisionalmente siempre que se ofrezca suficiente fundamento para ello, y
sin perjuicio de su restricción, si la persona de quien se demanda obtuviere Sentencia
Absolutoria.
La Legislación chilena se ha ocupado de estos alimentos, sobre todo cuando estos sean
pedidos por el cónyuge, existen disposiciones especiales tales como los Artículos 174, 175,
176 del Código Civil cuya aplicación es restrictiva al punto de señalar los alimentos que uno de
los cónyuges ha de proporcionar al otro durante el juicio de Divorcio. (32)
2. Definitivos: que son aquellos que se determinan en sentencia definitiva, incluyéndose en
esta clasificación los fijados en una Sentencia de Divorcio, como aspecto accesorio, que son
objeto de la presente investigación.
Hablar de los sujetos de la Obligación Alimenticia, es referirnos aquellas personas que por
mandato de Ley están obligadas a brindarse recíprocamente Alimentos.
Conviene a estas alturas hacer alusión, a aquellos sujetos que según el artículo 248 C.F., se
deben recíprocamente Alimentos; encontrándose en primer lugar los cónyuges, luego los
ascendientes y descendientes hasta el segundo grado de consanguinidad y por último
encontramos a los hermanos.
Según nuestra legislación los primeros obligados recíprocamente a darse Alimentos son los
cónyuges, esto como consecuencia de que siempre se ha considerado al matrimonio como la
forma Legal, moral y socialmente aceptada de creación de la familia. Algunos autores están de
acuerdo en que uno de los fines del matrimonio, es el mutuo auxilio que se traduce en la ayuda
constante y recíproca que deben otorgarse los esposos. El deber de socorro consiste en que
cada uno de los cónyuges, debe proveer a otro todo lo que necesite para vivir según sus
facultades y su estado. (33)
En relación con los ascendientes constituye título para pedir Alimentos, ser padre y ser abuelo.
En la legislación Chilena, el margen de ascendientes que pueden pedir alimentos se amplía
según al artículo 411 del Código Civil Chileno, hasta los tatarabuelos, y en relación a los
ascendientes hasta los tataranietos, haciendo diferenciar entre el hijo natural o
extramatrimonial; el ser hijo, nieto, bisnieto, tataranieto de hijo natural; ser nieto natural y ser
adoptivo, misma diferenciación que se hace para los ascendientes (34). Para fines
comparativos creemos oportuno referirnos a otras personas que en diferentes sistemas
normativos se encuentran ligadas por la Obligación Alimentaria, como es el caso de los ex
cónyuges.
(35) Con diferentes terminologías, la mayoría de Legislaciones incluyendo la nuestra, imponen una recíproca obligación
Alimentaria entre cónyuges, por ejemplo, en el Código Uruguayo los cónyuges se deben Auxilio recíproco; según el Código
Civil Venezolano los cónyuges deben socorrerse mutuamente; el Código de Familia de Costa Rica dispone que se deben
Alimentos los cónyuges entre sí, pero cesa la obligación cuando el cónyuge hubiera incurrido en abandono voluntario o
malicioso del hogar o se comprobare adulterio.
(36) Manuel Osorio, define a la Separación de Hecho, como la situación en que se encuentran los cónyuges, que sin previa
declaración judicial, quiebran el deber de cohabitar en forma permanente, sin que causa justificada alguna la imponga y ya sea
por voluntad de uno o de ambos esposos.
(37) Guillermo Cabanellas, al referirse, a la Separación de Cuerpos expresa: que ésta debe entenderse, corno la interrupción,
de Hecho o de Derecho, de la Cohabitación entre los cónyuges, entendida como Acceso Carnal y como Unidad de Domicilio, a
consecuencia de la Nulidad del Vínculo, de la discrepancia personal o de una causa forzosa, como la condena, a reclusión o
prisión.
(40) Esta pensión Compensatoria es una novedad en nuestro ordenamiento jurídico, se Decreta en Sentencia de Divorcio y es
consecuencia del principio de igualdad de los cónyuges, tiene lugar generalmente cuando el matrimonio se ha celebrado bajo
el régimen de comunidad y Legislación de dicho régimen no arroja saldo positivo. Para que proceda es necesario que el
Divorcio produzca desmejora visible en la situación económica de uno de los ex cónyuges.
Con relación a la Separación de hecho (36), cabe señalar que muchas legislaciones incluyendo
la nuestra, no se refieren a esta situación, por lo tanto debemos entender que esta separación
no afecta la obligación Alimentaria entre los cónyuges y menos entre los hijos; conforme al
Código Argentino los esposos deben salvo circunstancias excepcionales convivir en una misma
casa; y cualquiera de los cónyuges puede pedir que se intime al otro a reanudar la convivencia
interrumpida, bajo apercibimiento de negarle los Alimentos. El Código de Familia de Honduras
regula en el Artículo 217, el Cese de la Obligación Alimentaria, cuando el cónyuge que debe
recibir los Alimentos, hubiere incurrido en abandono voluntario y malicioso de hogar, por su
parte el Código Civil Peruano dispone en su Artículo 291 que la obligación de Alimentar un
cónyuge al otro cesa cuando éste, abandona la casa conyugal sin justa causa. En nuestra
legislación esta separación es el preludio de la Acción Judicial de Divorcio conforme el artículo
106 No. 2 C.F.
Conforme al Código Civil del PERÚ, en los casos de separación de cuerpos el Juez señala en
la Sentencia la Pensión Alimenticia que los padres deben abonar a los hijos así como la que el
marido el marido debe pagar a la mujer; luego el Código Boliviano dispone en sus artículos 154
y 153 que en los casos de Separación es aplicable las reglas del Divorcio. (38)
Hasta ahora hemos hecho un estudio doctrinario de la Obligación Alimenticia, necesaria para
conocer los elementos que componen el objeto de esta investigación, con esta advertencia
abordaremos el estudio del tema amparado en el Ordenamiento Jurídico Interno así como
también Internacional que constituye fuente vital de este trabajo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
(1) Vodanovic H. Antonio. Derecho de Alimentos. Editorial Jurídica Ediar-Conosur Ltda. 1994. Págs. 4-5.
(2) ÍDEM.
(3) Vodanovic H. Antonio, ob. at. Págs. 5-6.
(4) Escriche Joaquín, Diccionario Razonado de Legislación y Jurisprudencia, París, 1858, Pág. 140.
(5) Vodanovic H. Antonio, Derecho de Alimentos. Editorial Jurídica, Ediar-Conosur Ltda. 1994. Págs. 6-7.
(6) Baires, Sonia, Obligación Alimentoria, Análisis Feminista sobre la demanda de cuota Alimenticia ante la Procuraduría, El
Salvador, 1995. Pág. 93.
(7) Calderón de Buitrago, Anita y Otros, Manual de Derecho de Familia, Centro de Investigación y capacitación, Proyecto de
Reforma Judicial, El Salvador, 1995, 2ª Edición, Pág. 650.
(8) Zacarías Álvarez, Francisco, Lecciones del Derecho Civil 1996, Pág. 9
(9) Díaz de Guijarro, Enrique. Derecho de Familia y Menores, 4ª Edición Editorial Jurídica Wilches, 1996, Pág. 3.
(10) Calderón de Buitrago, Anita. Manual de Derecho de Familia, Centro de Investigación y Capacitación. Proyecto de Reforma
Judicial, 2ª Edición, 1995 Pág. 11.
(11) Calderón de Buitrago, Anita. Manual de Derecho de Familia, Centro de Investigación y Capacitación. Proyecto de Reforma
Judicial, 2ª Edición, 1995 Págs. 39, 40.
(12) Calderón de Buitrago, Anita. Ob. Cit. Pág. 4.
(13) Monroy Cabra, Marcos G. “Derechos de Familia y Menores”; Santa Fe, Bogotá, Colombia, 1996. Pág. 189.
(14) Montero Duhalt, Sara. “Derecho de Familia”. Editorial Porrúa. 1984, Pág. 87.
(15) Calderón de Buitrago, Anita. Manual de Derecho de Familia, Centro de Investigación y Capacitación. Proyecto de Reforma
Judicial, 2ª Edición, 1995 Págs. 153-154.
(16) Ibíd. Págs. 159-160.
(17) Ibíd. Pág. 379.
(18) González, Reynaldo y Otros, “El Divorcio en El Salvador”. Tesis, 1992, Pág. 28.
(19) Rossel Saavedra, Enrique. “Manual de Derecho de Familia”, Editorial Jurídica de Chile. Séptima Edición 1994. Pág. 334.
(20) Calderón de Buitrago, Ob. Cit. 640.
(21) Bernal González, Alejandro, “Los Alimentos”, Bernal Gómez Editores 1ª Edición, 1992. Pág. 13.
(22) Ibíd. 14, 15.
(23) Ibíd. Pág. 16.
(24) Bellusco, Augusto César, Derecho de familia, Tomo I, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1979, Pág. 549.
(25) Vodanovic H. Antonio, Ob. Cit. Pág. 15.
(26) Bernal González, Ob. Cit. Pág. 20.
(27) Calderón de Buitrago, Ob. Cit. Págs. 641, 642.
(28) Bernal González, Ob. Cit. Pág. 27.
(29) Vodanovic H. Antonio. Ob. Cit. Pág. 17.
(30) Vodanovic H. Antonio. Ob. Cit. Pág. 37.
(31) Calderón Buitrago, Ob. Cit. Págs. 649, 650.
(32) Vodanovic H. Antonio. Ob. Cit. Pág. 60.
(33) Calderón Buitrago, Ob. Cit. Pág. 654.
(34) Bernal González, Ob. Cit. Pág. 49.
(35) Instituto Interamericano del Niño, “Obligación Alimentaria Familiar en América Latina”, Unidad de Asuntos Jurídicos,
Uruguay Montevideo, 1989, Pág. 2.
(36) Ossorio, Manuel, Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Editorial Heliasta, S.R.L., Buenos Aires,
Argentina, Pág. 702.
(37) Cabanellas, Guillermo, Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Editorial Heliasta, Buenos Aires, Argentina. Pág. 267.
(38) Instituto Interamericano del Niño, Ob. Cit. Pág. 4.
(39) Instituto Interamericano del Niño, Ob. Cit. Pág. 5.
(40) Calderón Buitrago, Ob. Cit. Págs. 412, 415.
CAPÍTULO II
La constitución de la República de El Salvador, del año 1983, establece todos los derechos
fundamentales a nivel individual y colectivo de la persona humana, así como los derechos
fundamentales que organizan al Estado, siendo este cuerpo de Leyes La Ley primaria de
nuestro ordenamiento jurídico, ley de donde derivan y se rigen todo el cuerpo de leyes
secundarias, por lo que es en esta ley primaria donde iniciamos nuestro enfoque Jurídico.
Comenzando por analizar el artículo 32 de nuestra Constitución; del cual nos enteramos que el
Estado es quien se encuentra obligado a crear la legislación secundaria que regule todo lo
referente al Derecho de Familia, incluyendo lo relativo a sanciones de tipo penal, por lo que
encontramos en primer plano en esta disposición la base fundamental de la legislación
secundaria del derecho de familia, así mismo en base al artículo nos enteramos de la
importancia que tiene la familia dentro de la sociedad, al punto de ser la base fundamental de
la misma, por lo que tendrá la entera protección del Estado y que además el fundamento legal
de esta institución es el matrimonio, el cual, según la ley, en la igualdad jurídica de los
cónyuges, agregando en su último inciso que el Estado es el encargado de fomentar el
matrimonio, pero la falta de este no deberá afectar los derechos que se establezcan a favor de
la familia.
De igual manera nuestra Constitución regula el punto que estamos tratando en los artículos 34,
35 y 36 los cuales al pie de la letra expresan lo siguiente:
Art. 34 Cn. Todo menor tiene derecho a vivir en condiciones familiares y ambientales que le
permitan el desarrollo integral para lo cual tendrán la protección del Estado.
La ley determinara los deberes del Estado y creará las instituciones para la protección de la
maternidad y la infancia.
Art. 35 Cn. El estado protegerá la salud física, mental y moral de los menores, y garantizará el
derecho de estos a la educación y a la asistencia.
La conducta de los menores que constituya delito o falta estará sujeta a un régimen jurídico
especial.
Art. 36 Cn. Los hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio y los adoptivos, tienen iguales
derechos frente a sus padres. Es obligación de estos dar a sus hijos protección, asistencia,
educación y seguridad.
No se consignará en las actas del registro civil ninguna calificación sobre la naturaleza de la
filiación, ni se expresara en las partidas de nacimiento el estado civil de los padres.
Toda persona tiene derecho a tener un nombre que la identifique, La ley secundarla regulará
esta materia.
Los anteriores Artículos, son más específicos, ya que puntualizan los derechos con los cuales
debe contar todo menor, como lo es el vivir en condiciones familiares y ambientales sanas que
le permitan tener un desarrollo integral para lo cual se hace necesario contar con el apoyo del
Estado, quien a su vez brindará protección en el aspecto de la salud física, mental y moral y les
garantizará el derecho de la educación sin importar que sean hijos nacidos dentro o fuera del
matrimonio o adoptivos, ya que cualquiera que fuese la situación en la que se encuentre el
menor tiene iguales derechos tanto frente al Estado como frente a sus padres quienes están
específicamente obligados a dar a sus hijos protección, asistencia, educación y seguridad,
aspecto que como se ha dicho son contenido de Alimento.
No podemos dejar de lado el artículo 194 (II) donde se enumeran las atribuciones que debe
ejecutar el Procurador General de la República, principalmente su numeral 1º, el cual se
encuentra vinculado en nuestro tema en estudio en el sentido que le corresponde velar por la
defensa de la familia y de las personas e intereses de los menores. Literalmente el numeral 1º
del Art. 194 (II) expresa.
1º Velar por la defensa de la familia y de las personas e intereses de los menores y demás
incapaces;
Tal como lo anotamos antes es el Procurador General de la República quien está obligado por
mandato legal a velar por el interés del menor y de aquellos incapacitados.
Art. 25.
1º Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su
familia, la salud, y el bienestar, y en especial LA ALIMENTACIÓN, el vestido, la vivienda, la
asistencia médica, y los servicios sociales necesarios; tiene así mismo derecho a los seguros
en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, y otros casos de pérdida de sus medios
de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
La anterior disposición reconoce que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado,
que se asegure así mismo como a su familia, la salud, el bienestar y en especial la
alimentación la cual comprende el vestido, la vivienda, la asistencia a médica y los servicios
sociales que sean necesarios, es así como a nivel internacional también encontramos tutelado
el derecho de alimento, el cual como ya se apunto comprende una serie de elementos y no
precisamente los alimentos en estricto sentido, tal declaración se puede invocar para reclamar
el derecho que tutela ese artículo. Aunque es necesario decir que por su naturaleza este
instrumento jurídico no sigue un proceso para su vigencia en nuestro país.
1º Los Estados partes en el presente Pacto reconocen el derecho a toda persona a un nivel de
vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una
mejora continua de las condiciones de existencia. Los Estados partes tomarán las medidas
apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la
importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento.
b) Asegurar una distribución equitativa de los alimentos mundiales en relación con las
necesidades, teniendo en cuenta los problemas que se plantean tanto a los países que
importan productos alimenticios como a los que los exportan.
La anterior disposición legal determina que los Estados partes que han intervenido en su
ratificación deben reconocer el derecho que toda persona tiene a contar con un nivel de vida
adecuado para sí y su familia, a la alimentación, vestido y vivienda adecuada para lo cual los
Estados partes deben tomar las medidas apropiadas para asegurar y mejorar así la efectividad
de este derecho. Este tratado fue aprobado el 16 de diciembre de 1966 y fue suscrito por El
Salvador por Decreto Ejecutivo número 43 de fecha 13 de noviembre de 1979; ratificado por
Decreto Legislativo número 27 del 23 de noviembre de 1979, publicado en El Diario Oficial
número 218 del 21 de noviembre de 1979.
- Pacto Internacional de derechos civiles y políticos. Este instrumento jurídico cuenta con un
artículo relacionado con nuestro tema en estudio.
Art. 24.
1º Todo niño tiene derecho, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión, origen nacional o social, posición económica o nacimiento, a las medidas de
protección que en su condición de menor requiere, tanto por parte de su familia como de la
sociedad y el Estado.
De la lectura de las tales disposiciones legales, se determina que los Estados partes en el
presente pacto deben tomar medidas que vayan encaminadas a adoptar disposiciones que
aseguren la protección necesaria a los hijos, por el hecho de que todo niño por su condición de
menor requiere de medidas de protección principalmente, por parte de su familia, como de la
sociedad y del Estado, sin que exista discriminación alguna por motivo de raza, color, sexo,
idioma, origen nacional o social, posición económica o nacimiento.
Este Instrumento Jurídico que fue aprobado el 16 de diciembre de 1966, suscrito por nuestro
país por Decreto Ejecutivo número 42 del 13 de noviembre de 1979, ratificado por Decreto
Legislativo número 27 del 23 de noviembre de 1979 y publicado en el Diario Oficial número 218
del 13 de noviembre de 1979.
- Convención sobre los Derechos del Niño. De la presente convención es importante para
nuestro trabajo el Art. 18, por lo que lo transcribimos literalmente:
Art. 18.
1º Los Estados partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del principio
de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el
desarrollo del niño.
3º Los Estados partes adoptaran todas las medidas apropiadas para que los niños cuyos
padres trabajan tengan derecho a beneficiarse de los servicios e instalaciones de guarda de
niños para los que reúnan las condiciones requeridas.
La convención citada en su artículo 18, garantiza y reconoce el principio de que ambos padres
tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y al desarrollo del niño y para
satisfacerla deberán tener como preocupación fundamental el interés superior del niño, pero
para su efectivo cumplimiento los Estados partes en dicha convención prestarán asistencia
apropiada a los padres o representantes legales para su desempeño de sus funciones en lo
que respecta a la crianza del niño, así también velará porque se creen instituciones y servicios
que tengan como objetivo primordial el cuido de los niños.
Tal Convención fue aprobada el 20 de noviembre de 1989, suscrita por El Salvador mediante
Decreto Ejecutivo número 237 del 18 de abril de 1990 y ratificada por Decreto Legislativo
número 487 del 27 de abril de 1990, publicada en el Diario Oficial número 108 del 9 de mayo
de 1990.
- Además a nivel universal puede citarse otras convenciones, aunque es necesario aclarar que
aun no han sido ratificadas por El Salvador, por tanto serán objeto de estudio en otros
capítulos, tales Instrumentos legales son los que a continuación enunciamos: Convención de
las Naciones Unidas sobre obtención de alimentos en el extranjero, Nueva York 1956;
Convención sobre la ley aplicable a las obligaciones alimentarias para menores, La Haya 1956;
Convención sobre reconocimiento y ejecución de sentencias relacionadas con obligaciones
alimentarias para menores, La Haya 1958; Convención sobre reconocimiento y ejecución de
sentencias relacionadas con obligaciones alimentarias para menores, La Haya 1973;
Convención sobre la ley aplicable a obligaciones alimentarlas, La Haya 1973.
- Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. En esta declaración nos
interesa el Art. 30, el cual al pie de la letra dice:
“Toda persona tiene el deber de asistir, alimentar, educar y amparar a sus hijos menores de
edad, y los hijos tienen el deber de honrar siempre a sus padres y asistirlos, alimentarlos, y
ampararlos cuando estos lo necesiten”.
De la lectura del artículo 30, de esta declaración nos damos cuenta de la reciprocidad que
existe entre los padres e hijos, ya que por un lado se establece que toda persona tiene el
derecho de asistir, alimentar, educar y amparar a sus hijos menores de edad y por otro lado los
hijos tienen el deber de honrar siempre a sus padres, así como también asistirlos, alimentarlos
y ampararlos cuando estos lo necesiten.
- Convención Americana o Pacto de San José. De esta convención nos interesa los numerales
4º y 5º del artículo 17:
4º Los Estados partes deben tomar medidas apropiadas para asegurar la igualdad de derechos
y la adecuada equivalencia de responsabilidad de los cónyuges en cuanto al matrimonio,
durante el matrimonio y en caso de disolución del mismo. En caso de disolución, se adoptarán
disposiciones que se aseguren la protección necesaria a los hijos, sobre la base única del
interés y conveniencia de ellos.
5º La ley debe reconocer iguales derechos tanto a los hijos nacidos dentro como fuera del
matrimonio.
Del análisis de anteriores numerales queda claro que son los Estados participantes quienes
deben tomar medidas apropiadas para asegurar la protección a los hijos sobre la base única
del interés y convivencia de ellos, por lo que la ley debe de reconocer iguales derechos a los
hijos nacidos dentro, como a los nacidos fuera del matrimonio; Convención que fue aprobada el
22 de noviembre de 1969, suscrita por El Salvador por Decreto Ejecutivo número 405 del 14 de
Junio de 1978, ratificada por Decreto Legislativo número 5 del 15 de Junio de 1978, para ser
publicada en el Diario Oficial número 113 del 19 de junio del mismo año.
1º Toda persona tiene derecho a una nutrición que le asegure la posibilidad de gozar del más
alto nivel de desarrollo físico, emocional y mental.
2º Con el objeto de hacer más efectivo este derecho y a erradicar la desnutrición los Estados
partes se comprometen a perfeccionar los métodos de producción, aprovisionamiento y
distribución de alimentos, para lo cual se comprometen a promover una mayor cooperación
Internacional en apoyo de las políticas nacionales sobre la materia.
2º Los Estados partes en el presente protocolo convienen que la educación deberá orientarse
hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana, su dignidad y deberá fortalecer respeto
por los derechos humanos, el pluralismo ideológico, las libertades fundamentales, la justicia y
la paz. Convienen, así mismo, en que la educación debe capacitar a todas las personas para
participar efectivamente en una sociedad democrática y pluralista, lograr una subsistencia
digna, favorecer la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los
grupos raciales, étnicos o religiosos y promover las actividades a favor del mantenimiento de la
paz.
3º Los Estados partes en el presente protocolo reconocen que, con el objeto de lograr el pleno
ejercicio del derecho a la educación:
4º Conforme con la legislación interna de los Estados partes, los padres tendrán derecho de
escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos, siempre que ella se adecue a los
principios enunciados precedentemente.
a) Conceder atención y ayuda a la madre antes y durante un lapso razonable después del
parto,
b) Garantizar a los niños una adecuada alimentación, tanto en la época de lactancia como
durante la edad escolar.
Todo niño sea cual fuera su filiación tiene derecho a las medidas de protección que su
condición de menor requiere por parte de su familia, de la sociedad y del Estado. Todo niño
tiene derecho a crecer bajo el amparo y responsabilidad de sus padres; salvo circunstancias
excepcionales, reconocidas judicialmente, el niño de corta edad no debe ser separado de su
madre. Todo niño tiene derecho a la educación gratuita y obligatoria, al menos en su fase
elemental y a continuar su formación en niveles más elevados del sistema educativo.
Este instrumento jurídico reafirma los derechos consagrados en el pacto de San José, Costa
Rica, estableciendo en sus artículos 12, 13 y 16 el Derecho que tiene toda persona a una
nutrición adecuada, así como también el Derecho a la educación del menor, al crecimiento de
este bajo el amparo y responsabilidad de sus padres, salvo circunstancias especiales
señaladas por la ley; este tipo de convenciones son muy importantes en cuanto a que en ellas
se reafirman los derechos que nuestra ley interna le da al menor de edad para protegerlo y
asegurar que este obtenga un nivel de vida adecuado, en donde existan las posibilidades de
alcanzar el desarrollo integral de su persona. Este tratado fue aprobado el 17 de noviembre de
1988; suscrito por El Salvador por Decreto Ejecutivo número 305 de marzo de 1995 y publicado
en el Diario Oficial número 82 del 5 de mayo de 1995.
- En ese sentido el artículo 111 C.F., establece que en los casos de divorcio contencioso y
cuando hubieren hijos sometido a la autoridad parental los cónyuges acordará a quién de ellos
corresponderá el cuido personal de los hijos, y por cuenta de quien serán alimentados o la
cuantía con que para ello contribuirá cada uno, así como el régimen de visitas, comunicación y
estadía de los hijos.
Tales acuerdos serán manifestados al Juez en audiencia común que señalará al efecto; de no
mediar acuerdo entre los cónyuges o ser este atentatorio al interés de los hijos, el Juez decidirá
en la sentencia de conformidad a lo establecido en los Arts. 216 y 217, de este código.
Por su parte el Art. 124 No. 4 nos aclara, que el Cuidado Personal de los hijos, corresponderá a
uno de los padres y que el padre o madre, que no viva con ellos deberá estar siempre
relacionados con sus hijos brindándole su apoyo moral y económico para lo que se establecerá
un monto de la Pensión Alimenticia con que deberá contribuir. El referido artículo expresa en su
numeral 4º:
La sentencia declarativa de la existencia de la unión, en los casos del inciso primero del Art.
presente, determinará:
4º A quién de los padres en su caso, corresponderá el cuidado personal de los hijos, sujetos a
autoridad parental habidos dentro de ella, el régimen de visitas, comunicación y estadía de los
mismos para que el padre o madre que no viva con ellos se relacione con sus hijos; y el monto
de la Pensión Alimenticia conque el otro deberá contribuir; y,
El artículo 247 nos da una definición de alimentos, que como hemos mencionado en el capítulo
I es bastante completa, pues toma en consideración los aspectos que comprende esta
institución como habitación, sustento, vestido, conservación de la salud y educación del
alimentarlo. El Art. en mención Literalmente dice:
SON ALIMENTOS: Las prestaciones que permiten satisfacer las necesidades de sustento,
habitación, vestido, conservación de la salud y educación del alimentario.
El artículo 248 nos da a conocer el orden en que se deben los alimentos recíprocamente, por
un lado los cónyuges los cuales están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse
mutuamente en todas las circunstancias de la vida. Este Art. al pie de la letra nos dice lo
siguiente:
Luego el Art. 248. C.F., regula los Sujetos de la Obligación Alimenticia de la siguiente forma:
1º Los cónyuges;
3º Los hermanos.
En esta disposición se establece los sujetos que se deben alimentos recíprocamente teniendo
en primer plano a los cónyuges y luego a los ascendientes y descendientes, y finalmente a los
hermanos, como ha quedado establecido en el acápite referente a los sujetos de la obligación
alimentaria, en el capítulo precedente.
No sólo interesa en este apartado las normas referentes a la Institución de Alimentos que como
hemos señalado están recogidas en todo un capítulo titulado “Los Alimentos” en el Código de
Familia (Arts. 247 al 271); sino más bien interesa las normas que dentro el mismo cuerpo de
leyes regulan los mecanismos en virtud de los cuales se hará efectivo el pago forzoso de los
Alimentos, no olvidándose que tales disposiciones poseen un ámbito de aplicación limitado al
territorio salvadoreño.
Art. 258. El Juez mediante resolución podrá ordenar que una persona condenada al pago de
Alimentos provisionales o definitivos no pueda salir del país mientras no caucione previa y
suficientemente dicha obligación.
Esta disposición sólo ha de funcionar en los casos en que el obligado, viva en el territorio
salvadoreño, no así en el supuesto de la investigación como quedará demostrado en los
siguientes capítulos.
El Art. 264 establece como primer mecanismo la Retención de salario y la prioridad de los
Alimentos frente a cualquier otra obligación, así el artículo en mención literalmente expresa:
Art. 264. Las Pensiones Alimenticias gozarán de preferencias en su totalidad y cuando afecten
sueldos, salarios, pensiones, indemnizaciones u otros tipos de emolumentos o prestaciones de
empleados o trabajadores públicos o privados, se harán efectivos por el sistema de Retención
sin tomar en cuenta las restricciones sobre embargabilidad establezcan otras leyes. La
retención ordenada deberá acatarse inmediatamente por la persona encargada de hacer los
pagos y de no cumplirlos será solidariamente responsable con el obligado al pago de las
cuotas Alimenticias no retenidas, sin prejuicios de la responsabilidad penal en que incurriere
por su desobediencia.
El envío de las referidas retenciones deberá hacerse por la persona encargada dentro de los
tres días hábiles siguientes del pago del salario respectivo.
Y finalmente los artículos 265, 266 y 267 C.F., regulan lo referente a la anotación preventiva de
la demanda en el registro correspondiente sus efectos y cancelación como un mecanismo que
garantiza el cumplimiento de la obligación Alimentaria mediante la anulación de cualquier
enajenación que el obligado realiza de sus bienes posterior a la misma. Anotación que solo
tiene razón de ser en el caso de que existan bienes y derechos inscritos a favor del Alimentante
en cualquier registro público.
Con respecto a la normativa procesal de familia es muy importante hacer referencia, acerca de
la regulación que en esta ley se establece ya que hemos hecho un breve recorrido por la ley
sustantiva y es en esta normativa; donde se encuentran plasmados los procesos y
procedimientos a seguir para llevar a Ejecución lo establecido en aquella ley, por lo tanto
señalamos primero el artículo 10 de la misma el cual transcribimos para tener una mejor
ilustración.
Art. 10. Toda persona que haya de comparecer al proceso por derecho propio o como
representante legal, lo hará por medio de apoderado constituido con arreglo a la ley, salvo que
la misma estuviere facultada para ejercer la procuración.
Las personas de escasos recursos económicos podrán solicitar ser representadas por auxiliar
designado por el Procurador General de la República.
Por lo que en caso de que una persona comparezca en un proceso de familia, deberá ser
representada por una persona que esté capacitada y habilitada para Procurar, en nuestro
medio es muy común que se designe a una persona de confianza o a una persona conocida
que tenga la calidad de ser abogado; para que les represente en un juicio de carácter familiar,
pero en caso de que la persona no tenga los recursos necesarios para correr con los gastos de
un apoderado particular, lo puede hacer por medio de la representación del Ministerio Público,
siéndole designado un Procurador Público; por medio del Procurador General de la república,
así lo dice el artículo diez de la Ley Procesal de Familia.
Con el objeto de darle cumplimiento y abrir la posibilidad de que las personas de escasos
recursos obtengan ayuda pública el artículo 19 puntualiza que en cada Juzgado de Familia
habrá un Procurador de Familia quien se encargará de velar por los intereses de la familia y de
los menores incapaces; como punto fundamental de nuestro estudio y además actuará en
representación de la parte demandada, el cual podrá intervenir y hacer uso de sus derechos en
todos los actos procesales, previsto por la ley, ya que dicho Procurador, representa al Estado y
podrá intervenir aún y cuando la parte a quien representa tenga apoderado, así lo expresa el
artículo en mención.
Art. 83. Inc. 1º Las sentencias sobre Alimentos, Cuidado Personal, Suspensión de Autoridad
Parental, Tutorías, fijación de Regímenes de visitas, deber de convivencia y toda aquella que
no cause cosa juzgada según el Código de Familia, podrán modificarse o restituirse de acuerdo
a la ley.
De lo anterior se sabe que el legislador esta refiriéndose a aquel tipo de sentencias que no
adquieren la calidad Cosa Juzgada, es decir que no tienen aquellas características de
inmutables e inimpugnables, pero que sí se puede exigir su cumplimiento por la vía que
posteriormente señalaremos.
El Art. 139 nos enumera las reglas que deben seguirse para llevar a cabo el proceso de
alimentos y lograr a través de las mismas la efectividad en el cumplimiento de la prestación
alimenticia, disposición que en forma análoga, es utilizada al fijar Alimentos en Proceso de
Divorcio y que al pie de la letra dice lo siguiente:
Finalmente debemos mencionar los artículos 170 al 178 referente a la Ejecución de las
sentencias en materia de familia, de los cuales se hará un estudio en particular en el capítulo IV
de esta investigación.
En cuanto a este cuerpo normativo encontramos el Art. 132 el cual al pie de la letra dice lo
siguiente:
Art. 132. El salario no se puede compensar, podrá retenerse hasta en un veinte por ciento para
cumplir con obligaciones alimenticias, cuotas sindicales, cotización al seguro social e
impuestos.
El Art. 133 nos dice que el salario es Inembargable, excepto por cuota alimenticia, porque las
dos disposiciones tienen como objetivo primordial el de dar cumplimiento a la obligación y
protección a los menores y no servir se excusa a los obligados a satisfacerla para eximirse o
apartarse de tan importante obligación. El artículo en referencia al pie de su texto legal no
señala lo siguiente:
Art. 133. El salario mínimo es Inembargable, excepto por cuota alimenticia. En lo que exceda
del salario mínimo la remuneración se podrá embargar hasta en un veinte por ciento.
La nueva normativa penal, que entró en vigencia el día veinte de abril de mil novecientos
noventa y nueve, regula los delitos relativos a los atentados contra derechos y deberes de la
familia, y es en este capítulo en el que centramos nuestra atención y exactamente en el artículo
201 el cual al pie de la letra establece lo siguiente:
Art. 220.
Por lo que nuestra ley penal también se encuentra tutelando el derecho del menor que se
encuentra en la necesidad de obtener una Cuota Alimenticia para poder subsistir tutela, que
está limitada y por el principio de territorialidad de la ley Penal, cuyo campo de aplicación se
extiende únicamente a los delitos cometidos en territorio nacional y consecuentemente solo ha
de aplicarse a los habitantes del mismo.
El artículo 23 numeral 6
Art. 23 No. 6, además de las atribuciones señaladas por los tres numerales del artículo 100 de
la Constitución, la Procuraduría tendrá las siguientes:
6) Velar por la protección oficial de las familias en mala situación económica, porque los padres
suministren alimentos a sus hijos que hubieren desamparado o porque les aumenten la Cuota
Alimenticia en relación con sus posibilidades económicas, cuando la que pasaren no fuere
suficiente.
Tal disposición es importante para nuestro tema de investigación, ya que es en ella en la que la
ley secundaria expresamente le ordena a la Procuraduría General de la República; velar por la
protección oficial de las familias que se encuentren en mala situación económica, velar porque
los padres suministren a sus hijos que hubieren desamparado, o en caso en que mejoren sus
posibilidades económicas, aumenten también la Cuota Alimenticia que deben a sus hijos, es
decir la obligación de velar por el cumplimiento de la pensión Alimenticia, para que sea dado
según lo establece la ley.
También la misma Ley Orgánica en el artículo 24, establece que corresponde a esa Institución
el vigilar el cumplimiento de las sentencias de Alimentos que han sido fijadas conforme la Ley,
inclúyanse en este caso las de Divorcio que declaran Alimentos.
Art. 48. El departamento de relaciones familiares está a cargo de un jefe y contará con los
colaboradores jurídicos y el personal subalterno necesario para su funcionamiento. Su objeto
principal será la solución de los problemas que susciten la guarda de los menores, obligaciones
de quienes ejerzan la patria potestad, tutela o curaduría, reclamos de alimentos y en general de
todos los que se refieren a relaciones de familia.
1º) Velar por el cumplimiento de las prestaciones alimenticias establecidas según la Ley.
2º) Promover a solicitud de parte interesada los Juicios o diligencias necesarios para el
reconocimiento por quien corresponda, de los hijos habidos fuera del matrimonio;
3º) Velar porque los representantes legales y guardadores de los menores de edad e incapaces
ejerzan sus cargos conforme a la Ley. En su caso promoverá el juicio de remoción
correspondiente.
4º) Recoger las pruebas necesarias para demandar ante los tribunales el reconocimiento del
hijo, o para comprobar las posibilidades económicas del presunto Alimentante.
Art. 50
Los padres están obligados a alimentar a sus hijos. Sino tuvieren bienes o rentas, estarán en el
deber de trabajar para cumplir con esa obligación, bajo la pena de tenérseles como vagos, sin
perjuicio de aplicárseles la sanción establecida en el Inciso 1º del Art. 444 del Código Penal.
Claramente se les establece a todos los Padres, el deber que tienen frente a sus hijos de
proporcionarles el alimento que ellos necesitan, como sustento diario, a través de los bienes o
renta que ellos perciban, en caso de no percibir ningún tipo de renta el Padre debe trabajar
para cumplir con la obligación que por Ley le corresponde cumplir, así lo establece el Art. 50
L.O.M.P.
El Art. 51 no exime de responsabilidad a ambos padres de brindar alimentos a sus hijos ya que
la obligación corresponde a ambos y para ello estarán en el deber de trabajar, sobre todo en
aquellos casos que no tienen bienes o rentas. Para efecto de suministrar alimentos, se fijarán
Cuotas en dinero que serán pagadas con anticipación mensualmente; no obstante el
Alimentante podrá cumplir su obligación en otra forma siempre y cuando sea a juicio prudencial
del Procurador General.
Los demás artículos se refieren a las Cuotas fijadas administrativamente por la Procuraduría,
de los cuales no encontraremos en detalle por no ser objeto de la presente investigación.
CAPÍTULO III
Del rompimiento del vínculo matrimonial emanan una serie de Deberes y Derechos que tienen
relación con el aspecto pecuniario de la Institución Familiar, más aún cuando producto de esa
unión se han concebido hijos; a quienes por lazos afectivos y disposición legal debe
brindárseles protección en todo sentido, para lograr su desarrollo pleno; y para ello es
necesario fijar una Cuota Alimenticia accesoriamente en la Sentencia de Divorcio que asegure
el cumplimiento de la misma aún en contra de la voluntad del Alimentante pues la obligación
viene del imperio de la misma Ley.
Existen diversos momentos en que se fija la Cuota Alimenticia así en el caso que se trate de
Alimentos Provisionales pueden pedirse durante el transcurso del proceso antes del fallo, por la
naturaleza misma del derecho que se protege, exigiéndose como único requisito para su
determinación el ofrecimiento de fundamentos razonables para ello, o sea las pruebas que
demuestren la necesidad inmediata de satisfacer el derecho del menor. Esta fijación es una
medida cautelar a favor del que lo solicita mientras se ventila la fijación definitiva de dar
Alimentos.
Por otra parte pueden fijarse accesoriamente al concluir con el proceso de divorcio, es decir en
la sentencia misma, en este caso se trata de Alimentos Definitivos.
No debe olvidarse también que para determinar la Cuota Alimenticia es necesario tomar en
cuenta dos parámetros, por un lado la capacidad de la persona obligada a satisfacerlo, es decir
pues el alimentante y por otra la necesidad del alimentario, es decir de la persona que recibe la
cuota alimenticia.
Otro de los aspectos que resultó de la investigación es que no existe ninguna institución o
mecanismo que se encargue de indagar la situación económica en el extranjero, por ello la
parte interesada puede investigar si el demandado y obligado posee bienes en el territorio
nacional y aportar información, como la presentación de certificaciones de registros de la
propiedad, cuantas bancarias, y propiedades de vehículos entre otras; y al lograrse establecer
de alguna manera la Capacidad Económica del Alimentante, deberá fijarse la Cuota ya que de
otra manera no habría posibilidad alguna de conocer la capacidad del Alimentante que reside
en el extranjero porque como ya antes se ha dejado establecido no hay forma de que la
trabajadora social se dirija al extranjero.
No se debe olvidar además que el juez para poder establecer accesoriamente en Sentencia de
Divorcio la Cuota Alimenticia, conforme a los parámetros establecidos (capacidad económica
del alimentante - necesidad del alimentario) ordena que se practiquen pruebas, lo cual se
vuelve muy dificultoso específicamente en el caso que el alimentante reside en el extranjero ya
que a ciencia cierta no existen mecanismos que permitan introducir al proceso las pruebas
convincentes a fin de poder establecer la cuota alimenticia en base a la verdadera capacidad
económica del obligado; no obstante en determinado momento puede ordenarse que se
practiquen investigaciones sobre bienes muebles e inmuebles que son propiedad del obligado
y se encuentran dentro del país y ordenar así a un equipo multidisciplinario que realice un
estudio que aunque no es prueba propiamente, en determinado caso brinda elementos de
juicio para operativizar la sana crítica, además que se podría de alguna manera ordenar
pruebas de oficio a instituciones privadas en el extranjero para solicitar alguna cuenta bancaria
o constancia de sueldo del obligado. Aún y cuando sea posible obtener información de la
capacidad económica del Alimentante que reside en el extranjero, por vía del suplicatorio sin
realizar directamente un estudio socio-económico, su objetividad va a depender de la
valoración que hace el juez, ya que al momento de valorar la prueba se verá que tanta fe
merece.
MARÍA EUGENIA HERNÁNDEZ AYALA, mayor de edad, abogado y notario, de este domicilio
portadora de mi tarjeta de identificación de abogado, número veinte cero uno dieciocho y sin
ninguna inhabilidad para ejercer la procuración, tal corno lo establece el artículo 99 del código
de procedimientos civiles, en mi calidad de Apoderada General Judicial sustituta de la señora
Carmen Elena Fuentes de veintiocho años de edad, estudiante de este domicilio y del de
Soyapango con residencia en colonia San José, pasaje 5, casa número 10, con Cédula de
Identidad Personal número dieciocho - cero cinco treinta y dos, a usted con el debido respeto
expongo:
Que desde el mes de marzo de mil novecientos ochenta y nueve, mi mandante y su cónyuge
se encuentran separados por más de un año consecutivo de techo, lecho y mesa, proveyendo
cada uno de su propio peculio para sus gastos personales y que los gastos de mantenimiento y
educación de la menor CARMEN LUCÍA RIVERA FUENTES, han sido provistos enteramente
por la señora CARMEN ELENA FUENTES, por lo anteriormente expuesto a usted con todo
respeto PIDO:
b) Se deje a criterio del señor juez regular lo concerniente al horario de visitas y comunicación
del padre con su menor hija, así mismo se le establezca una cuota mensual de un mil
quinientos colones a un juicio prudencial del señor juez para colaborar con el mantenimiento y
educación de la referida menor.
1. DOCUMENTAL.
Testimonio del Poder General Judicial otorgado por mi mandante y acto de sustitución a mi
favor, con lo cual legitimo mi personería.
2. TESTIMONIAL.
Declaran como testigos los señores PATRICIA CAROLINA GUEVARA ROSALES, quien es de
treinta años de edad, empleada, del domicilio de San Salvador, con residencia en colonia San
José, pasaje 3, casa número 4, del domicilio de Soyapango de esta ciudad, y el señor
MAURICIO ANTONIO GONZÁLEZ, quien es de treinta y dos años de edad, mecánico, del
domicilio de San Salvador, con residencia en colonia San José, pasaje 5, casa número 15 del
domicilio de esta ciudad.
LUGAR DE NOTIFICACIÓN.
Señalo por oír notificaciones en residencial la Esperanza número 424, San Salvador.
El demandado señor JOSÉ FELIPE RIVERA puede ser emplazado en colonia Satélite pasaje
Mercurio, casa número 2, de esta ciudad.
Luego de los documentos en mención se cuenta con una prevención que el juzgado hace a la
parte actora para que aclare la situación relativa al emplazamiento del demandado ya que en la
demanda se ha manifestado que es de los domicilios de San Salvador y de Los Ángeles
California Estado de Norte América, señalándose que puede ser emplazado en esta ciudad por
medio de una tercera persona (En el caso de que se plante esta tercera Persona, es tía del
demandado); por lo que se le hace la observación de que debe presentarse el documento que
compruebe la personería Jurídica, bajo pena de declararse inadmisible conforme lo establecido
en el artículo 96 de la ley procesal de Familia; por lo que se notifica a las partes de tal
resolución y la parte actora presenta escrito subsanado la Prevención hecha por el juzgado,
estableciendo en dicho escrito que el demandado puede ser emplazado a la dirección que se
mencionó anteriormente en el domicilio de San Salvador, por medio de la señora Amada
Rivera, quien es apoderada judicial y ha sido facultada por el señor José Felipe Rivera
(demandado), para comparecer en el juicio; seguido del escrito en que se subsana la
prevención, se encuentra un acto en que se previene a la señora Amada Rivera para que
documente al tribunal a efecto que se establezca dentro del proceso la Personería Jurídica con
la que cuenta legal y suficientemente para emplazarla en su calidad de apoderada del señor
José Felipe Rivera (demandado), bajo pena de declararse inadmisible la demanda de divorcio
de conformidad al artículo 208 procedimientos civiles y 42 literal “c” de la L.Pr.F.; resolución
que es notificada a ambas partes.
Una vez que ha sido admitida la demanda el tribunal ordena el emplazamiento, notificación y
citación al demandado al lugar señalado, para tal efecto por medio de la apoderada general
judicial, para que en nombre de su representado conteste la demanda durante los 15 días
siguientes al emplazamiento de conformidad a lo requerido en los artículos 10, 11 y 46 L.Pr.F.;
por lo que en el proceso consta la notificación de tal resolución.
Sabiendo ya que la carga de la prueba corresponde a la parte actora esta ofrece al tribunal
certificación expendida por la autoridad migratoria del demandado, haciéndose constar que
este se encuentra fuera del país desde el año de mil novecientos ochenta y nueve.
El tribunal entonces tiene por contestada la demanda en virtud del escrito presentado por la
parte demandada, así como también se agrega al proceso la copia certificada que la parte
actora ofrece en calidad de prueba y se ordena que se verifique de conformidad al artículo 98
L.Pr.F.; el Examen Previo, en el que se explica cómo se interpuso la demanda, la contestación
de la misma, las pretensiones de cada una de las partes, cómo se dieron los hechos o sea una
fundamentación fáctica tanto de la parte demandada, como actora.
Una vez realizado el examen previo se señala la fecha para la audiencia preliminar para lo cual
se cita a las partes, a sus representantes y a la procuradora adscrita al tribunal, para que
comparezcan personalmente a la sala de audiencia del tribunal, ordenándose además que se
realice el estudio socio-económico a las partes interesadas, mismo que no puede realizarse a
la parte demandada pues reside en el extranjero y los tribunales no cuentan con mecanismos
que posibiliten la realización del estudio en mención, ya que de realizarlo por vía de suplicatorio
se atenta contra los principios de celeridad y economía del proceso y principalmente contra los
Derechos de la menor. Procediéndose entonces a notificar a cada una de las partes.
Se practica el estudio socio-económico, únicamente a la parte actora por residir esta en el
territorio nacional, no así a la parte demandada por la aclaración antes apuntada; en dicho
estudio se establecen los gastos en que incurre la demandante los cuales ascienden a ocho mil
setecientos veinticinco colones, los que corresponden al pago de casa, empleada doméstica,
servicio telefónico, combustible, colegiatura, alimentación y otros, determinándose que la parte
actora recibe ingresos variables como consecuencia de su trabajo ya que es Corredora de
Seguros; por lo que se llega a la conclusión que no obstante la condición económica de la parte
actora es favorable el demandado tiene la obligación de proporcionar a la menor la ayuda que
el tribunal tiene que determinar.
Transcurren los tres meses a la suspensión del proceso y ninguna de las partes se pronuncia
sobre la cuota alimenticia de lo que no hubo acuerdo en la audiencia preliminar, y se señala la
audiencia de sentencia estableciéndose que se cite a los testigos para que en audiencia se
reciban sus correspondientes declaraciones, es aquí en donde cobra mayor importancia el
principio de dispositividad en tanto a que la parte actora le corresponde mover o sustanciar el
proceso, pero mayormente cobra importancia el principio de la carga de la prueba de como
bien es sabido corresponde a la parte interesada (demandante), la cual puede a portar
constancia de salarios, certificaciones de registro de la propiedad de vehículos, etc.,
seguidamente la parte actora presenta escrito pidiendo que se señale día y hora para la
audiencia de sentencia, la cual es declarada inadmisible en virtud de que ya se ha señalado día
y hora para la misma.
Se llega a la audiencia de sentencia donde se reúnen las partes para llevarla a cabo, se
procese a identificarlos a cada uno, así mismo, a la testigo que ha sido ofrecida por la parte
actora a quien se le leen las sanciones en que incurren por falso testimonio, y luego se le
juramenta en su deposición, la testigo manifiesta que se dedica a los oficios domésticos, que
ella asistió a la boda de las partes, que procrearon una hija que el demandado se fue para los
Estados Unidos, que no le ayuda económicamente, que conoce a la demandante desde hace
años, que conoce la situación planteada por la parte actora ya que es vecina y amiga de la
misma, que no se ha dado cuenta que el demandado haya ingresado nuevamente al país, ni
mucho menos que le ayuda, ya que visita frecuentemente a la demandante. El otro testigo no
se presenta y se continúa con la audiencia dándoles a las partes el derecho de que aleguen,
comenzando el apoderado de la parte actora quien manifiesta que se reitera todo lo pedido en
la Demanda ya que ello es lo justo y debe accederse a lo solicitado para lograr un desarrollo
óptimo a la menor y la estabilidad emocional de su poderdante, manifestando que el padre
debe involucrarse afectivamente con su hija, mantener una relación y cultivarla a fin de que no
se genere un resentimiento, ni se pierda el afecto filial existente entre padre e hijo.
La señora Jueza le pide a la Procuraduría de Familia que haga su intervención a fin de que
actúe en defensa de los intereses de la familia conforme lo establece la ley, intervención en la
cual la procuradora hace un resumen de lo principal del proceso, acentuando que las
obligaciones derivadas del matrimonio conciernen a ambas partes y que es por tanto obligación
del tribunal valorar los elementos de prueba introducidos a fin de establecer justamente la
fijación de la Cuota Alimenticia conforme a la capacidad económica del demandado y a la
necesidad de la menor Alimentante, haciendo un llamado a la conciencia de la parte
demandada para que cambie de opinión.
En el presente capítulo se hará referencia a las Instituciones y Órganos del Estado que
intervienen a fin de garantizar el cumplimiento de una Cuota Alimenticia, fijada en Sentencia de
Divorcio, cuando el Alimentante se encuentra en el extranjero; es por ello que dividiremos el
estudio en dos partes importantes: En la primera se abordan las Instituciones que realizan una
actividad eminentemente jurisdiccional las cuales son: Los Tribunales de Familia, El Ministerio
de Justicia, La Corte Suprema de Justicia, y consecuentemente los mecanismos utilizados por
éstas. En la segunda parte abordaremos las Instituciones Gubernamentales y no
Gubernamentales y las acciones que estas realizan, dirigidas a exigir por vía administrativa el
cumplimiento de la Cuota Alimenticia tales como: El Ministerios Público a través de la
Procuraduría General de la República, El Órgano Ejecutivo por medio del Ministerio de
Relaciones Exteriores, La Asociación de Madres Demandantes de Cuota Alimenticia.
Visto desde el punto de la voluntad de un sujeto a cumplir con una obligación establecida en
Sentencia definitiva, podemos determinar que solo existen dos formas a través de las cuales
puede ejecutarse una sentencia:
(1) CANTIDAD LÍQUIDA: es una suma de dinero concreta y que puede ser exigida en forma inmediata o vencido el plazo fijado
para el cumplimiento. CANTIDAD ILÍQUIDA: es aquella en la que no se determina, una cuantía, por estar sujeta a valúo,
intereses, condición a liquidaciones posteriores y por lo cual puede ser exigible en una cantidad numérica determinada.
B) POR VÍA FORZOSA: debe entenderse la utilización de medios coactivos por el Órgano
Jurisdiccional para hacer cumplir el fallo ordenado por un Juez, haciendo uso de la fuerza, ya
sea en contra de los bienes de la persona o contra ella misma, así pueden imponerse, multas,
medidas de detención o decretarse embargo en los bienes propios, el embargo en el salario,
los descuentos administrativos mediante retenciones, la RESTRICCIÓN MIGRATORIA, la
continuación de la ANOTACIÓN PREVENTIVA en casos de no haberse garantizado la
obligación, alguna fianza, hipoteca u otro caución.
Pese a todas las posibilidades de Ejecución Forzosa, que nuestra Legislación Franquea a las
partes interesadas en hacer cumplir una obligación Alimenticia establecida en Sentencia sea
como aspecto principal o accesorio, nos encontramos en un verdadero problema cuando se
trata de hacer cumplir una resolución judicial en un Espacio Geográfico, que esta fuera del
dominio de nuestro Estado, si la ejecución de una sentencia en un territorio, de un Estado a
cuya Jurisdicción se han sometido las partes, se vuelve un problema por la diversidad de
factores que han sido objeto de otras investigaciones, cuanto más, cuando se trata de
sentencias en las que el obligado a cumplirlas reside en un país diferente al que le condenó;
después de haber sido oído y vencido en juicio con arreglo a la Norma Interna vigente puesto
que la limitante la constituye la soberanía del Estado, y el principio de territorialidad de sus
leyes.
Con esa aclaración nos vemos en la necesidad de depurar los mecanismos que como hemos
expresado han sido expeditos a los interesados en hacer cumplir una obligación dictada en una
sentencia y que como es lógico están referidos a prestaciones que deben ser satisfechas por
sujetos que viven en el país, de allí que lo más factible para resolver el problema que nos
ocupa, es ubicarnos en 4 mecanismos con los cuales podría obligarse a cumplir a un deudor
Alimentante que no vive en el país, y que como señalaremos en el desarrollo de los mismos
están sujetos a enormes limitaciones.
2) La Interposición de la Demanda de Alimentos contra los abuelos del menor o padres del
obligado, que conforme al artículo 248 numeral 2º del Código de Familia se deben
recíprocamente Alimentos en relación a sus nietos.
4) El Auto Pariatis.
Conforme al artículo 139 literal “C” del Código de Familia durante la tramitación del proceso de
Alimentos, el Juez al dictar sentencia puede ordenar la constitución de alguna caución con la
cual garantice el pago de los Alimentos fijados en la misma sentencia. Esta disposición es por
analogía invocada en los procesos en los que se fijan alimentos, consecuentemente en la
tramitación de un divorcio, con la cual se pretende asegurar a la luz de lo que doctrinariamente
suele denominarse como contratos accesorios, u obligaciones accesorias la obligación de un
padre de brindar a su hijo los Alimentos que son necesarios para su subsistencia.
Podemos hablar entonces de algunas cauciones como: Fianza, hipoteca, prenda, las cuales se
sujetan a las normas procesales civiles en atención a lo establecido por el artículo 218 del
Código de familia, que regula la aplicación supletoria de las disposiciones del Código de
procedimientos Civiles, en lo que no se oponga a la naturaleza y finalidad del Código de
familia, y no esté expresamente regulado por este cuerpo de leyes. En virtud de lo anterior
expuesto, y por tratarse de Instituciones cuya regulación ha merecido la dedicación de
capítulos completos, en el Código de Procedimientos Civiles; esta investigación sólo hará
alusión a los conceptos que legalmente han sido recogidos por el Legislador a partir del artículo
2086 Pr.C., y que representan un aliciente al momento de ejecutar una obligación que ha sido
incumplida por la persona obligada que vive en el extranjero, mismas que solo hayan su
eficacia, en la capacidad económica del obligado, manifestada en la posesión de bienes que
han quedado en el país, y en la de terceras personas a responsabilidad de las cuales se
constituyó la caución.
Según el artículo 2086 del Código de Procedimientos Civiles, la Fianza es una obligación
Accesoria en virtud de la cual una o más personas responden de una obligación ajena,
comprometiéndose para con el acreedor a cumplir en todo o en parte, si el deudor principal no
la cumple.
Ya se ha determinado en el Capítulo uno de esta investigación, los sujetos que por ley se
deben recíprocamente Alimentos, específicamente en el Acápite referente a los sujetos de la
obligación Alimenticia, quedando establecido que según el artículo 248 del Código de Familia,
tienen derecho a pedirse Alimentos entre sí:
No existe un procedimiento específico, a partir del cual se pueda garantizar que una persona
que vive en el extranjero pueda cumplir con una obligación que le ha sido impuesta por un
tribunal de familia salvadoreño, en Sentencia de Divorcio; obligación consistente en dar a un
menor una cierta cantidad de dinero en forma periódica con la cual se pretende satisfacer sus
necesidades de sustento, habitación, vestido, educación y otros, ello como consecuencia de la
falta de un Instrumento jurídico que lo regule, de allí que el único medio viable a la luz de
nuestra legislación, es la Ejecución Forzosa de la Sentencia, la cual en el caso concreto solo
podrá realizarse, si el obligado posee bienes en nuestro país, con los cuales pueda hacerse
efectiva la Ejecución.
Vinculado intrínsecamente con el concepto de Ejecución Forzosa, nos encontramos con otro
término que adquiere enorme importancia al momento de hacer cumplir una Sentencia y que a
su vez guarda estrecha relación con el carácter de inmutabilidad de una resolución jurídica
definitiva, lo que se conoce como Cosa Juzgada.
La Cosa Juzgada como Institución Jurídica hace referencia a la autoridad que la ley le otorga a
la sentencia cuando transcurrido el plazo de impugnación, es consentida en forma expresa o
tácita. Esta calidad tiene su origen en el poder coactivo del Estado para hacer cumplir la
sentencia.
El artículo 442 del código Procesal Civil hace referencia a la “Ejecutoria”, en el sentido que la
sentencia no admite recurso, y así CABANELLAS define a la “EJECUTORIA”, como la
Sentencia Firme, la que ha pasado en Autoridad de Cosa Juzgada y puede ejecutarse en todos
sus puntos. (3)
Los TRATADISTAS del Derecho Procesal Civil, nos han dado diferentes definiciones de
“Ejecución de Sentencia”, ya sea designándole con este nombre o con otro similar, de entre
ellas rodemos mencionar las siguientes:
Para Hugo Alsina, El Proceso de Ejecución, se define: como la actividad desarrollada por el
Órgano jurisdiccional, a instancia del Acreedor, para el cumplimiento de la obligación declarada
de condena, en los casos en que el vencido no la satisface voluntariamente. (4)
Manuel Ossorio dice que “la Ejecución de la Sentencia”, es la última parte del Procedimiento
Judicial que tiene como finalidad dar cumplimiento a la Sentencia Definitiva del Juez
Competente (5). Por su parte Chiovenda dice que la Ejecución, “es todo lo que se hace para
que una voluntad de la Ley tenga su efecto” (6). Para Cabanellas, la Ejecución de la Sentencia
no es más que “El cumplimiento de Sentencia o fallo del Juez o tribunal competente, la
exigencia o reclamación de una deuda por vía Ejecutiva”. (7)
Legalmente puede decirse que la ejecución de la sentencia es el trámite establecido por la Ley
en atención a los artículos 441 al 454 Pr.C., para garantizar al victorioso el cumplimiento de lo
decretado en una sentencia.
Para efecto de esta investigación definiremos como Ejecución Forzosa de la Sentencia “El
Procedimiento utilizado por el Órgano Jurisdiccional y el conjunto de medidas legales
empleadas a fin de evitar la frustración o incumplimiento de lo resuelto en una Sentencia”.
1º Que se haga la petición por la parte a quien favorece la Sentencia conforme al artículo 172
de la Ley Procesal de Familia.
3º Que se trate de una Sentencia Condenatoria, es decir que sea una Sentencia que imponga
una obligación de carácter Patrimonial, como la entrega de una cosa, o de una suma de dinero,
la realización de un acto positivo mediante el cual se cumpla la obligación impuesta en forma
imperativa por la Ley. (8)
(8) No todas las Sentencias son Ejecutados por la vía Forzosa, así tenemos que se encuentran fuera de la Ejecución
propiamente dicha, las Sentencias Declarativas y las Constitutivas, porque su solo pronunciamiento satisface la pretensión de
la parte Actora, por lo cual se sustenta la tesis de que no se Ejecuten en sentido propio por carecer de la coerción necesaria e
indispensable para la Ejecución.
El procedimiento que se utiliza para la Ejecución Forzosa de una Sentencia se describe en los
artículos 170 al 178 de la Ley procesal de Familia, y conforme al artículo 218 del mismo cuerpo
de Leyes, se aplica supletoriamente las disposiciones contenidas en el Código de
procedimientos Civiles (artículos 441 al 454), en virtud de los cuales se procede de la forma
siguiente:
1º Se hace la petición por parte del interesado, en este caso se trata de un menor que carece
de capacidad para actuar en Juicio de allí que el derecho será ejercido por su representante
legal, entendiéndose en primer lugar al padre, a quien le fue concedida la representación, y
ellos tendrán que dar cumplimiento al artículo 10 de la Ley procesal de Familia que establece la
obligación de actuar en procesos de familia por vía de apoderado, con relación a esto hay que
dejar en claro que en la mayoría de casos este se vuelve en un inconveniente para el
interesado ya que no posee los recursos necesarios para sufragar los gastos que implica el
pago de honorarios, abogado; conforme el artículo 24 numeral 12º. De la Ley orgánica del
Ministerio Público corresponde a la Procuraduría General de la República vigilar porque se
cumpla la Sentencia en asuntos que sean de su competencia, de allí que también están
facultados para exigir el cumplimiento de la Sentencia por vía Forzosa, sin embargo en la
investigación de campo realizada se pudo determinar que por parte de la Procuraduría, jamás
se ha pedido una Ejecución de Sentencia cuando el obligado a cumplir vive en otro estado,
esto según datos proporcionados por el Departamento de Relaciones Familiares, ya que como
ellos expresan la posibilidad de la Ejecución Forzosa supone la existencia de bienes en poder
del obligado, y que tales bienes se encuentran en el país, situación que según ellos es remota,
por las condiciones económicas de la mayoría de compatriotas que han emigrado, y por eso su
actividad se limita a ejercer Acciones Administrativas de las que se detallará posteriormente.
La petición de Ejecución procede en forma escrita y debe contener los requisitos establecidos
para la Demanda, en el artículo 42 de Ley Procesal de Familia, aún cuando no implique un
nuevo proceso, sino como hemos dicho la parte final del juicio.
2º Una vez presentada la solicitud o petición, se agregará al proceso y se resolverá sin citar a
la parte demandada, decretándose conforme el artículo 172 del mismo cuerpo de leyes, el
embargo respectivo para lo cual se librará el mandamiento de embargo conforme el Art. 218
Pr.F. y 594 Pr.C.
El embargo según Cabanellas, “Es la medida Cautelar adoptada por la autoridad judicial, para
asegurar el resultado de un proceso y que recae sobre determinados bienes cuya
disponibilidad se impiden. (9)
El Embargo puede ser efectuado por un Juez ejecutor de embargo o un Juez de Paz, en la
forma que establece el Código de procedimientos Civiles en el artículo 612, recibido el
mandamiento del embargo el Ejecutor a Juez de paz, procederá a trabar el embargo sobre los
bienes del Ejecutado dentro de las 24 horas, más el término de la distancia en el caso de que
los bienes del Ejecutado se encuentren localizados en lugares que se requiere de un tiempo
largo para apersonarse, ello de conformidad con lo que establece el artículo 614 Inc. 2º Pr.C.
En el caso de realizarse el embargo deberá depositar los bienes en persona abonada, la cual
no podrá ser ni el deudor, ni el acreedor, según el artículo 614 Inciso tercero, numeral segundo
Pr.C.
Según Cabanellas; El Emplazamiento “Es el plazo o término del proceso durante el cual se
intima a las partes o a terceros vinculados (testigos, peritos) para que cumplan una actividad, o
formulen alguna manifestación de voluntad: en general bajo apercibimiento de carga, con
alguna consecuencia gravosa como: Rebeldía, tener por no contestada una demanda. (10)
Creemos entonces necesario, presentar otra alternativa con la cual, podría contribuirse al
cumplimiento de la cuota, cuando no ha querido voluntariamente ser satisfecha por el obligado
que vive fuera del país, posibilidad que como señalamos tiene limitantes y que haya su
fundamento en la ejecución de la Sentencia, como mecanismo único, que los tribunales tienen
para conocer del incumplimiento de la obligación. Es así que al no poseer bienes el
Alimentante, podría diligenciarse un suplicatorio, EXHORTO O CARTA ROGATORIA con la
cual se presione al obligado a cumplir con el plazo de la cuota, figura que también es
procedente a la luz de la legislación salvadoreña, no obstante tener una aplicación práctica
deficiente, ya que en la investigación de campo realizada en los cuatro Tribunales de Familia
del departamento de San Salvador, los de Cuscatlán y San Vicente, se pudo comprobar que
durante el período de enero de 1997 a enero de 1999, de las cuotas alimenticias que han sido
fijadas en los procesos de Divorcio, en las que el Demandado no reside en territorio
salvadoreño, no se han pedido ejecuciones, y consecuentemente no se han tramitado
suplicatorio que lleven la finalidad de hacer cumplir la cuota Alimenticia, a favor de un menor de
edad que vive en el país; sin embargo debe señalarse que la investigación, también se realizó
en procesos y en ese sentido se acudió a la Sal de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia, la
cual se encarga de tramitar los exhortos o Suplicatorios, sean pedidos por tribunales
salvadoreños para ser diligenciados por otros países, o pedidos por otros estados para ser
tramitados por El Salvador, en los cuales no se halló suplicatorio con esa variante, no obstante
se encontraron Exhortos procedentes de otro países del continente Americano (Chile, Estados
Unidos, Argentina, México, Canadá, entre otros), para ser diligenciados por los tribunales
salvadoreños, en los que habiéndose fijado por tribunal competente el pago de una Pensión
Alimenticia, se solicita la ayuda del Estado Salvadoreño a fin de que se cite al obligado que
vive en nuestro país, para que determine la forma en que pagará la obligación.
2- El Juez Tercero de menores por medio de un oficio, suplica a la Corte Suprema de Justicia
Chilena, que le dé Trámite al exhorto debido a que la madre demandante proporcionó datos del
obligado y definió la residencia y domicilio del obligado en nuestro país.
3- La Corte Suprema de Justicia Chilena, pasa a través de Oficio, el caso a la Fiscalía General
de la República de Chile para que siga el trámite, en arreglo a lo establecido por el artículo 76
del Código Procesal Civil Chileno.
7- Recibido el Oficio por el Ministerio de Justicia, éste lo acepta por medio de auto y en el
mismo ordena pase a la Honorable Corte Suprema de Justicia para que le dé trámite.
2) Solo se puede invocar la convención para la Tramitación de Exhortar que tengan por objeto:
Con esa limitante y tomando como base suplicatorios que se han realizado por la Corte
Suprema de Justicia, en otras materias (Notificaciones, Emplazamiento, Citaciones en
Procesos de Divorcio, Reconocimientos Forzosos de hijos y otros), presentamos un modelo de
suplicatorio en el que nuestro país pide se cite al obligado en Sentencia de Divorcio a cumplir
con el pago de la Cuota Alimenticia:
1) Se dicta Sentencia fijando el pago de una Cuota Alimenticia por un Deudor Alimentante que
vive en otro país.
2) Se solicita Ejecutar la Sentencia, como único mecanismo viable para que los tribunales
tengan conocimiento del incumplimiento de la obligación.
3) Con la sola petición de la parte interesada y a falta de bienes por los cuales proceda la
Ejecución Forzosa de la Sentencia, el Juez libra Oficio suplicatorio a la Corte Suprema de
Justicia (Sala de lo Civil) que dé trámite al Exhorto o Carta Rogatoria, ello de conformidad al
artículo 182 numeral 3º de la Constitución.
Junto al Oficio enviado a la Corte Suprema de Justicia por los tribunales, se deberá adjuntar los
siguientes documentos (artículos 8 CIECR, 29 Pr.C.):
a) Copia Autenticada de la Demanda y sus anexos y de los escritos y resoluciones que sirvan
de fundamento a la diligencia solicitada.
4) Recibido el suplicatorio por la Corte Suprema de Justicia, esta emitirá auto de admisión y el
mismo ordena que pase el exhorto junto con su antecedente a la sección de Auténtica del
Ministerio de Justicia, quien dará traslado al mismo.
5) El Ministerio de Justicia por vía de auto admitirá el Exhorto y ordenará se envíe junto con el
Oficio respectivo al Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador para que le dé trámite
(Cancillería).
1) Que en el exhorto se solicite la ayuda judicial del otro Estado, y en ese sentido la Actuación
del Ministerio de Relaciones Exteriores estará orientada a pedir la intervención judicial por vía
de sus Consulados o Embajadas, acreditadas en los países en los que reside el obligado, cabe
señalar que conforme al artículo 10 CIECR, la tramitación del Exhorto se hará de acuerdo a las
leyes y normas procesales del país o Estado requerido.
2) Que en el Exhorto no se solicite la cooperación Judicial del otro Estado, en este caso será el
mismo Ministerio de Relaciones Exteriores, a través del Consulado o Embajadas que estén en
los países en que resida el obligado, el que se encargará de diligenciar el Exhorto, ello con
arreglo a lo establecido en el artículo 13 CIECR y el 27 Pr.C.
La otra posibilidad, en virtud de la cual podría hacerse cumplir una Sentencia de Divorcio
principalmente en el aspecto de los Alimentos, la encontramos orientada hacia la figura del
AUTO PARIATIS O EXEQUATUR, por medio de la cual se viabiliza el cumplimiento de una
Sentencia que ha sido dictada en otro país.
Es así, que cuando alguien pretende el cumplimiento de una Sentencia pronunciada en un país
extranjero debe acudir al Tribunal Supremo Competente conforme a la Ley de cada estado,
para que, si está el caso reglado a la Ley, conceda el Permiso Pariatis necesario para que el
fallo surta efectos en el país (12). Es de hacer notar que la figura del Auto Pariatis está sujeta a
las normas de cada Estado de allí, que el interesado en hacer cumplir un Sentencia deberá
sujetarse a los requisitos establecidos por la legislación del país, en que se encuentre el
Alimentante, así como también debe sufragar por su propia cuenta los gastos que tal
tramitación implica.
Al tramitarse el Pariatis en el estado que sea, debe estarse en arreglo a la Ley en sentido
amplio, sea sustantiva, como adjetiva, e incluso a las leyes provenientes de tratados,
Convenios, Pactos Internacionales ratificados por el país en donde se desea hacer cumplir la
Sentencia.
La figura del Pariatis, opera bajo las limitantes señaladas tanto en materia Civil, como en
materia Penal (13), y es necesario que la situación descrita en la sentencia, esté reglada bajo
el derecho del estado que va ejecutar la resolución Judicial, de lo contrario la misma solicitud,
podría ser declarada sin lugar, así por ejemplo en el caso que nos ocupa la Sentencia de
Divorcio solo podrá hacerse efectiva, si el motivo por el cual se declaró disuelto el vínculo
matrimonial, está reglado como causal de Divorcio, en el país en el que se desea ejecutar.
En nuestro país el artículo 182 No. 4 de la Constitución, establece como atribución privativa de
la Corte Suprema de Justicia y consecuentemente de la Corte Plena, el conceder conforme a la
Ley y cuando fuere necesario el permiso para la ejecución de Sentencias pronunciadas por los
tribunales extranjeros en relación con el artículo 51 atribución 13ª de la Ley Orgánica Judicial.
Los requisitos que la Ley exige para ejecutar una Sentencia dictada en el extranjero son: (Art.
452 Pr.C.):
1º) Que la Ejecutoria haya sido dictada a consecuencia del Ejercicio de una Acción personal;
3º) Que la obligación para cuyo cumplimiento se haya procedido sea solicitada en El Salvador;
(15)
4º) Que la Ejecutoria reúna los requisitos necesarios en la Nación en que se haya dictado para
ser considerada como Auténtica y los que las leyes salvadoreñas exigen para que haga fe en
El Salvador.
5º) Que se haga la traducción de la Sentencia, al idioma castellano, en los casos en que sea
necesario, en El Salvador.
(13) En materia Penal el Auto Pariatis, tiene una dirección diferente, en virtud de la soberanía estatal y la territorialidad de la
Ley Penal y como consecuencia la ejecución de cualquier condena extranjera en su territorio menoscaba la soberanía del
estado, de allí que el único efecto que puede producir el Auto Pariatis en esta materia es la de apreciación de la Reincidencia y
de la habitualidad y esto bajo las condiciones establecidas por el estado.
(14) En base a esa Doctrina la Corte Suprema de Justicia, frente a una solicitud hecha resolvió: “Corte Suprema de Justicia:
San Salvador, a las diez horas del día veintiocho de febrero de mil novecientos noventa y cuatro. Se ha presentado a este
tribunal el Dr. Juan Gregorio Guardado, como apoderado de los señores Jerry Ellior Sherman y Martha Arango de Sherman,
conocida por Martha Sherman, solicitando la autorización o pariatis, a la Orden o Decreto de Adopción, pronunciado por la
Corte Superior del Estado de California, condado de Sonora, de fecha 26 de mayo 1993, en las diligencias de Adopción del
menor Juan José Camino.
Se acompaña en original y fotocopia la documentación siguiente: a) Del poder con que actúa el compareciente; b) De las
diligencias de traducción.
Considerando:
I) En la parte dispositiva de dicha se expresa lo siguiente: III. El Decreto de Adopción referido, textualmente dice: “POR
TANTO, SE ORDENA: Que el menor e hijo adoptivo del peticionario y que este y el menor de ahora en adelante tendrán entre
sí la relación legal de padre e hijo, sujeto a todos los derechos y obligaciones inherentes a la custodia, manutención, herencia y
que el menor será conocido en adelante como John Sherman”.
II) Que de acuerdo a las facultades que le concede a esta Corte la Constitución de la República en el Art. 182 atribución 4ª y la
Ley Orgánica Judicial en el Art. 51 atribución 13ª para Ejecutar en El Salvador, para Ejecutar Sentencias dictadas en el exterior,
siempre que los documentos respectivos vengan debidamente Autenticados y si estuvieren escritos en otros idiomas se
traduzcan al castellano en El Salvador, en el presente caso la Sentencia que ordena la Adopción del menor reúne todos los
requisitos exigidos, por tanto, procede autorizar al solicitante, la Ejecución en este país de la Sentencia presentada. Órgano
Judicial, Corte Suprema de Justicia, revista judicial 994, Pass 503, 504.
(15) En doctrina, sentada por la Corte en pleno, sobre la petición de un salvadoreño de hacer cumplir una Sentencia de
Divorcio que declara, disuelto el vínculo matrimonial entre dos salvadoreños por un tribunal de la República Dominicana, se
resuelve sin lugar lo solicitado, ya que la Sentencia hace referencia a que la disolución del vínculo conyugal, se basa en
“Incompatibilidad de caracteres” y dicha causal no es de las aceptadas o permitidas por nuestra legislación.
Si estos requisitos no son cumplidos, la petición puede ser declarada sin lugar, así se ha
sentado en Doctrina por la Corte en pleno, aún cuando exista tratado especial entre ambos
estados (16) o no lo existan.
En resolución de Corte en pleno, ocho de marzo de 1994, se declara sin lugar el permiso
solicitado por un salvadoreño en el que pide se le atribuya Fuerza Ejecutiva y por consiguiente
surta efectos en El Salvador la sentencia extranjera, pronunciada por un tribunal del condado
de Florida, Estados Unidos de Norte América, en el Juicio de Divorcio promovido por este en
contra de otro compatriota; la resolución se fundamentó en las siguientes consideraciones:
a) La solicitud debía resolverse de conformidad a lo establecido por el artículo 452 Pr., porque
el Código de Bustamante o Convención sobre Derecho Internacional Privado celebrado en la
Habana Cuba, en 1928, no fue ratificada por los Estados Unidos de Norte América;
c) La traducción no cumplía plenamente con lo exigido en el Inc. 2º del artículo 24 de la Ley del
Ejercicio Notarial de la jurisdicción voluntaria y de otras diligencias;
e) La petición del impetrante mencionado en el literal que antecede carece del requisito que
exige el artículo 104 Pr.C.
Cabe señalar que estos criterios son comúnmente utilizados por la Corte Suprema de Justicia
(Corte en pleno) al resolver esta clase de petición, sin embargo a nuestro juicio el Pariatis solo
tiene importancia en relación al objeto de la investigación; cuando la Sentencia de Divorcio que
ha sido dictada por tribunal salvadoreño adquiera Fuerza Ejecutiva y por consiguiente surta
efectos en el país en el que se encuentra el Alimentante a falta de un convenio específico
sobre Alimentos; pariatis cuyo trámite estará sujeto a la normativa del país en el que ha de
solicitarse.
El procedimiento para tramitar el pariatis se describe en los artículos 453, 454 Pr.C.
Si es para el Órgano Judicial, constituye problema la Ejecución de una sentencia que declara
en forma accesoria la obligación de un padre de brindar a su hijo una Cuota Alimenticia,
cuando este vive en el extranjero, por estar limitada en principio por la soberanía del estado,
por la territorialidad de las leyes, y seguidamente por la falta de un instrumento jurídico que
establezca un procedimiento, una institución, Órgano, Autoridad Competente; especialmente
en materia de obligaciones Alimenticias que deban cumplirse en el exterior, mayor problema
representa para instituciones como la Procuraduría General de la República y el Ministerio de
Relaciones Exteriores que no pueden ejercer actos que signifiquen Ejecuciones Coactivas.
Conforme a la Ley Orgánica del Ministerio Público, artículo 24, corresponde al Departamento
de Relaciones Familiares de la Procuraduría General de la República, la que en adelante
abreviaremos PGR, la solución de problemas que se susciten en el reclamo de Alimentos, así
como también conforme el artículo 49 atribución 1ª corresponde velar por el cumplimiento de
las prestaciones Alimenticias establecidas según la Ley, atribuciones cuyo cumplimiento se
dificulta cuando se trata de obligaciones que deben exigirse en otros países.
Según el artículo 23 de la Ley Orgánica del Ministerio Público es obligación de esa Institución y
por consiguiente del Departamento de Relaciones Familiares, vigilar el cumplimiento de las
sentencias definitivas, en asuntos de su competencia; sin embargo tal atribución carece de
aplicabilidad cuando esa vigilancia, ha de referirse a obligaciones cuyos deudores viven en el
extranjero, ya que como se comprobó con la investigación Empírica, es casi imposible realizar
acciones que conlleven Actos Coactivos de Ejecución Forzosa, para garantizar el
cumplimiento. De allí que solo puede intervenir en dos sentidos:
A) Intervenir ante los tribunales para pedir la Ejecución Forzosa de la Sentencia, lo cual sólo
tendría sentido si el demandado y obligado posee bienes en el país, situación que no es muy
común ya que en la mayoría de casos, los Alimentantes han emigrado por problemas
económicos. Ejecución que según datos proporcionados por el mismo departamento no se ha
pedido ni antes, ni durante el período tomado para esta investigación.
B) Solicita la ayuda del Ministerio de Relaciones Exteriores, a fin de que este ordene a sus
Cónsules e interponer sus buenos Oficios para citar a la persona demandada.
El procedimiento utilizado es el siguiente:
En la solicitud, deberá proporcionarse los datos necesarios para localizar al obligado, domicilio,
residencia, lugar de trabajo y todos aquellos con los cuales se pueda ubicar al Alimentante, ya
que no existen medios a través de los cuales puedan obtenerse estos datos, ni por parte de la
PGR, ni por el Ministerio de Relaciones Exteriores, situación que fue corroborada con la
investigación, ya que algunos de los expedientes llevados por el Ministerio habían sido
cerrados por carecer de domicilio en el que pudiera ser citado el obligado, en otros casos, el
obligado ya no reside en el domicilio proporcionado y no hay medios para saberlo.
3º) Una vez hecha la solicitud la PGR, procederá a levantar un Acta en la que consignará todos
los datos tanto del solicitante, como del obligado, y se ordenará se libre oficio al señor Ministro
de Relaciones Exteriores para que interponga sus buenos Oficios ante el Cónsul General de El
Salvador acreditado en el país en que reside el Alimentante.
4º) Recibido el Oficio por el Ministerio de Relaciones Exteriores, éste procederá a trasladar la
solicitud al proveniente de la PGR al Consulado respectivo. Cabe señalar que las solicitudes
que se envían por la PGR, no solo se refieren a Cuotas Alimenticias dictadas en Sentencias de
Divorcio, sino también a aquellos que han sido fijados en procesos de Alimentos propiamente;
a las establecidas en Convenios ante la PGR, a las fijadas por el jefe del departamento de
Relaciones Familiares de la PGR, a las que resultan de Divorcio no contenciosos en escritura
de convenio, también se solicita se cite al demandado en los casos de reconocimiento Forzoso.
Según datos proporcionados por la Oficina de Ayuda a la comunidad, sólo durante el año de
1998 se recibieron un total de 870 solicitudes.
5º) El Funcionario Consular cita a la persona obligada para que manifieste en qué forma
canalizará la Cuota, si dado el caso la persona demandada y obligada cumple con el citatorio,
el funcionarlo Consular elaborará una Acta de compromiso, que debe ser firmada por el
obligado, en la que se especificará la forma y el período en que cumplirá con la obligación; se
debe destacar que para canalizar este tipo de solicitud es necesario que exista una Embajada
o Consulado salvadoreño acreditado en el país en el que resida el Alimentante, de lo contrario
no puede realizarse ninguna acción; por otra, aún cuando exista una embajada debe
recordarse que los Cónsules y Embajadores no pueden interferir en la legislación interna del
país donde residan, si el citatorio da resultado, se puede canalizar la Cuota por vía de Money
Orders, los cuales son enviados por los Consulados a nombre de la Procuraduría General de la
República.
Un gran porcentaje de estos citatorios no tienen un final feliz ya que no se pueden localizar a
los obligados, puesto que se cambiará de domicilio y en otros casos de lugar de trabajo, otros
por problemas de legalidad en relación a su residencia, tienen temor de acudir a las Embajadas
o Consulados, lo cual dificulta la eficacia de estos Actos Administrativos.
(1) Pérez Buruca y Otros, “La Ejecución de las Sentencias en el Derecho Procesal de Familia”, Pág. 97, Tesis, Facultad de
Jurisprudencia y Ciencias Sociales, Universidad de El Salvador, 1996.
(2) Eduardo Couture, Fundamento del Derecho Procesal Civil, Pág. 437.
(3) Cabanellas, Guillermo. Diccionario Jurídico Elemental, Editorial Heliasta, primera edición, Buenos Aires, Argentina. Pág.
124.
(4) Hugo Alsina, Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial, Tomo V; Pág. 25.
(5) Ossorio, Manuel. Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, Editorial Heliasta, Buenos Aires, Argentina, 1994.
Pág. 275.
(6) Chiovenda, José “Principios de Derecho Procesal Civil”, tercera edición, editorial Reus, S. A., Madrid, España, 1977, Tomo
I, Pág. 297.
(7) Cabanellas, Op. Cit. Pág. 141.
(8) Pérez Buruca, Op. Cit. Pág. 97.
(9) Cabanellas, Op. Cit. Pág. 279.
(10) Cabanellas Op. Cit. Pág. 281.
(11) Tomasino, Humberto, “El Juicio Ejecutivo en la Legislación Salvadoreña”, segunda edición editorial Proyecto, San
Salvador, El Salvador, Pág. 154.
(12) Arrieta Gallegos, Manuel, El Nuevo Código Penal Salvadoreño, Imprenta Nacional San Salvador, Pág. 53.
(13) Arrieta Gallegos, Manuel, El Nuevo Código Penal Salvadoreño, Imprenta Nacional San Salvador, Pág. 53.
(14) Órgano Judicial. Corte Suprema de Justicia. Revista Judicial 1994. Págs. 503, 505.
(15) Órgano Judicial. Op. Cit. Págs. 505, 506.
(16) Órgano Judicial, Op. Cit. Págs. 503, 504, 505.
CAPÍTULO V
Ante la disolución del vínculo matrimonial, los menores siguen conservando el derecho de que
sus padres les proporcionen alimentos, para tener las posibilidades de alcanzar un desarrollo
integral, pero en muchos casos esa posibilidad se ve frustrada cuando el obligado a
proporcionar los alimentos, no se encuentra sometido a la jurisdicción de los tribunales de
nuestro país, ya que tiene su residencia en otro país diferente al nuestro; cuando esto sucede
lógicamente el menor se ve desprotegido y sus derechos se encuentran siendo afectados ya
que de no proporcionarse la Pensión Alimenticia, se le podría estar privando al menor de la
satisfacción de necesidades básicas, y máxime en aquellos casos en que se afecta a menores
que viven en condiciones de pobreza. Ante el incumplimiento de la Pensión de Alimentos,
existen muchos factores que inciden negativamente en su eficacia, a tales factores les hemos
dado el nombre en este capítulo de “Impedimentos” y los hemos dividido en dos grupos:
Impedimentos Materiales e Impedimentos Legales, basándonos para hacer dicha división en
las investigaciones que sobre el caso hemos realizado mediante las entrevistas hechas a
informantes claves de las Instituciones encargadas de darle cumplimiento a la Pensión de
Alimentos.
Un número considerable de personas están necesitando que se les proporcione una cuota
alimenticia, para poder así satisfacer las necesidades que a diario se les presentan, pero hasta
la fecha y en base a las investigaciones las Instituciones se encuentran imposibilitadas para
actuar legalmente frente a casos como este ya que no cuentan con los medios logísticos que
les faciliten trasladarse más allá de nuestras fronteras y realizar las acciones pertinentes,
tampoco existen los recursos económicos necesarios, por tanto mientras esta situación
subsista y el Estado salvadoreño no realice las gestiones necesarias para resolver el problema
que nos aqueja, los derechos de los menores se verán desprotegidos con respecto al
cumplimiento de la Pensión Alimenticia, por el hecho de que Alimentante y alimentario residen
en diferentes países uno del otro.
El desconocer el domicilio del alimentante, es otro problema que alegan los administradores de
justicia en nuestro país como un impedimento más a la efectiva protección de la Pensión
Alimenticia, ya que al desconocer la residencia exacta del Alimentante se producen ciertas
dilaciones o ciertos entorpecimientos dentro del procedimiento para hacer efectivos el derecho
de alimento y dentro de los procesos en general, así por ejemplo no se podrían realizar actos
de comunicación como hacer saber la Sentencia que ha recaído sobre alguna de las partes, o
pedirle Conteste la demanda para los casos en que el proceso inicia, como también por
desconocerse el paradero y no poderse violentar el Derecho de Defensa del Demandado, los
Jueces optan en la mayoría de casos por no fijar la Cuota Alimenticia, procediendo a declarar
únicamente disuelto el vínculo matrimonios en los procesos de Divorcio y dejando a salvo el
Derecho de Alimentos y el cuido personal del menor. Las Instituciones encargadas de hacer
cumplir las cuotas de alimentos, alegan que este aspecto es un impedimento material, que
imposibilita la substanciación de los procesos en la mayoría de los casos, y específicamente en
casos como el que tratamos, en el que se necesita darle cumplimiento al aspecto accesorio de
la sentencia que decreta el divorcio, ya que a menudo, se conocen casos en que ni la parte
actora, ni el que representa al demandado proporciona los datos de la residencia exacta del
sujeto obligado a proporcionar la Pensión de Alimentos, a veces a través de las investigaciones
que realizan los tribunales de familia o los miembros de la PGR, en el territorio se determina el
país en donde se encuentra residiendo el obligado, no así el lugar exacto en donde tiene su
domicilio civil o el lugar en donde labora, para poder ser controlado en alguna medida, por vía
de consulado; ante una situación como esta nuevamente los tribunales de Justicia tropiezan
con un problema que les impide desarrollar su labor, no pudiendo así realizar de manera
efectiva el rol que el mismo Estado les ha delegado, el cual es darle aplicación a la ley, ya que
el desconocer la residencia exacta del Alimentante contribuye a que la obligación sea evadida
con mayor facilidad, y a menudo el sujeto a quien se le impone una obligación como la de
proporcionar una Pensión periódica que comúnmente se da en dinero, prefiere hasta
abandonar el lugar de trabajo con el fin de evadir la obligación. Ante situaciones como estas las
instituciones salvadoreñas encargadas de hacer efectivo el derecho de alimentos, no les queda
otro remedio que sujetarse a lo que les pueda proporcionar el sujeto interesado o en ciertos
casos, datos proporcionados por las embajadas salvadoreñas acreditadas en los diferentes
países con los que El Salvador tiene relaciones Diplomáticas, tales entidades llevan Registros
de los salvadoreños, que residen de manera permanente en estos países, sin embargo en los
casos en que el sujeto se encuentre residiendo de manera ilegal en el Estado extranjero será
más difícil su localización, ya que por temor a ser deportados, éstos no acuden a las
embajadas, situaciones reales que sólo contribuyen a que la obligación alimentaria sea evadida
con mayor facilidad por quien debe cumplirla, siendo el más afectado el menor que necesita se
le proporcione la prestación periódica que sea suficiente para cubrir los gastos de alimentación,
vestido, vivienda, educación, salud y conservación de esta.
Mientras este tipo de impedimentos no sean resueltos de forma eficaz, el derecho de alimento
de los menores en la legislación salvadoreña seguirá siendo uno de los más importantes
Derechos violados. Sin importar el tipo de Estado en el que se viva, el derecho de alimentos se
encuentra reconocido, dentro del mundo del derecho, debido a la gran importancia dentro de la
sociedad juega, en tanto que asegura el derecho a la vida; aunque es necesario señalar que
con todo y las regulaciones que dentro del mundo jurídico existe respecto del derecho de
alimentos, este comúnmente se ve afectado por la irresponsabilidad de los sujetos a quienes
en primer plano les corresponde hacer efectivo el mismo, para beneficio de los menores de
edad, tales personas son los padres de la criatura, los que debido al grado de cultura y
concientización que tienen, no comprenden lo delicado que son las relaciones familiares, y que
trae obligaciones serias, como la de aportar lo necesario a la familia y principalmente a los
menores que son quienes necesitan de mayores atenciones.
El bajo nivel de cultura que presentan sociedades como la nuestra, es atentatorio para el
Derecho de Alimentos, ya que son estos factores sociales, los que llevan a los alimentantes a
no darle la importancia que merece, en la que podría estar en juego la vida misma del niño.
Retomando lo que expresa Montero Duhalt (1), “De todos los seres humanos que pueblan la
tierra, el humano es uno de los que viene al mundo más desvalido y que permanece mayor
tiempo sin bastarse a sí mismo para subsistir. Alimento, abrigo, techo e innúmeras atenciones y
cuidados necesita el infante para sobrevivir, desde antes de su nacimiento y durante los largos
años que se lleva la formación integral del hombre”, tal como lo expresa Duhalt (2), el hombre
es de los seres que más desprotegidos llega al mundo y de los que más atenciones necesitan
durante bastante tiempo de su vida, y el proporcionar los alimentos es una de las atenciones
principales que aseguran al ser humano su desarrollo integral, es por ello que el Estado no
debe dejar de lado la importancia que tiene el llegar a crear una cultura amplia y firme sobre
este aspecto, ya que para muchos autores el nivel de conciencia y el grado de cultura que cada
sujeto posee juega un papel determinante al momento de asumir la responsabilidad que como
miembro de una familia le corresponde.
La maternidad y la paternidad, los roles del hombre y mujer dentro de la pareja y en la familia,
así como en la sexualidad son analizados desde una óptica en la que el modelo de familia
nuclear continua siendo el predominante, en este sentido las mujeres se juzgan por su
condición de “Buenas Madres prestas a mantener y a cuidar a sus hijos y se considera buen
padre al hombre que provee lo necesario para el mantenimiento de estos”, por eso la Cuota
Alimenticia es percibida sobre todo como una forma de concretar, con el apoyo del Estado, el
cumplimiento del rol proveedor al que los padres están obligados a proporcionar.
De lo antes dicho se puede afirmar que una de las formas de erradicar la irresponsabilidad de
los sujetos obligados a proporcionar la pensión de alimentos, es una masiva educación hacia
los ciudadanos, la cual consiga concientizar a los diferentes grupos de personas acerca de las
consecuencias que acarrea el formar una familia o traer al mundo a inocentes criaturas, cuando
no se cuenta con los medios necesarios para sostener una responsabilidad de este tipo.
A través de la investigación de campo realizada y por medio del estudio de procesos y en base
a lo declarado por agentes del sistema judicial, se pudo comprobar que el grueso de personas
que incumplen con la Pensión Alimenticia son personas que carecen de suficientes recursos
económicos y que poseen un bajo nivel de cultura y concientización acerca de los problemas
sociales.
Las instituciones encargadas de realizar esta labor en nuestro país no cuentan con los recursos
económicos; así como tampoco con los recursos humanos calificados y los recursos materiales
y técnicos, impidiéndoles lógicamente desarrollar un buen trabajo, situaciones que también
agravan el incumplimiento de la Obligación Alimenticia.
Por otra parte la PGR presenta problemas serios en cuanto al personal con que cuenta,
quienes tienen que atender a un número exagerado de personas que reclaman alimentos u
otro tipo de problemas familiares, por lo que se les hace más difícil tratar de hacer cumplir una
cuota de Alimentos, en la que deudor acreedor se encuentran radicados en diferentes países y
sujetos a dos jurisdicciones, representa también impedimento el hecho de que en la mayoría de
casos de Sentencias de Divorcio en las que se ha fijado Alimentos las personas interesadas no
acuden a buscar los servicios de la procuraduría, por lo dilatorio que resulta las tramitaciones y
en otras veces por la falta de asesoría del interesado, a bien por la mala atención.
Aunado, a lo anterior, nos encontramos con que la Procuraduría General no cuenta con los
medios económicos para contratar más personal que se pueda encargar de realizar todas las
diligencias tendientes a recopilar la información necesaria para hacer que el Alimentante
cumpla tal obligación, al hablar de información necesaria nos estamos refiriendo a aspectos
como, la residencia del Alimentante, el salario que percibe, los bienes que posee, si posee
bienes en nuestro país, el lugar exacto en donde labora, etc. Datos que son indispensables
para pretender llevar a cabo la Ejecución de la Sentencia de Divorcio en su aspecto accesorio
de Alimentos; ya que todo ello ocasionaría al Estado la erogación de recursos económicos, de
los cuales no estará en capacidad de proporcionarlos, tomando en cuenta la situación que
atraviesa nuestro país. En cuanto a los recursos materiales hay mucho que decir, referente a
las Instituciones encargadas de hacer efectiva la prestación de alimentos, los Tribunales de
Familia, que solo son cuatro en la ciudad de San Salvador, no cuentan con el suficiente equipo
necesario para realizar las diligencias útiles de investigación, como por ejemplo suficientes
medios de transporte, computadoras y acceso a vías de comunicación como la Red de Redes
Internet, y que a estas alturas de la tecnología existen en muchos Juzgados en donde no se
proporciona este servicio y más en algunos Tribunales de menor jerarquía, afecta al gran
porcentaje de personas que se acercan a los tribunales de familia a exigir se les resuelva los
problemas suscitados por relaciones de familia.
Entre tantas disposiciones sobre Alimentos, nuestro legislador, no se percató del caso en que
al reclamarse una pensión Alimenticia, el sujeto que estuviese obligado a proporcionarla, no
tuviera su residencia habitual en nuestro territorio y que por tanto estuviera sujeto a otra
jurisdicción, quedándose corto en ese aspecto al no establecer al menor una base legal de
donde nuestros Jueces pudiesen apoyarse para exigir la cuota, existiendo en tal caso un vacío
de ley que nuestros Jueces han señalado como un primer impedimento a la efectiva protección
de la Pensión Alimenticia. Vacío que solo podrá ser resuelto en la medida en que nuestros
legisladores se interesen por crear normativa interna al respecto y de no ser así, ratificar una
serie de convenciones que sobre Alimentos, diferentes Estados de las cuales se hará más
adelante haremos un estudio.
Los convenios y tratados internacionales cuando son suscritos y ratificados por un Estado,
según la doctrina estos pasan a formar parte de las leyes internas del país que han formado
parte en la firma y ratificación del tratado, tales Convenios o Tratados Internacionales pasan a
formar parte importante dentro de la jerarquía de las normas jurídicas existentes dentro del país
y el nuestro no es la excepción, ya que cuando el Estado salvadoreño ratifica un tratado
internacional este efectivamente se convierte en ley para los habitantes de la República y
ocupa un lugar especial dentro de la jerarquía de las Normas Jurídicas, ya de existir conflicto
entre la ley secundaria y el Tratado, prevalecerá siempre el Tratado, y este solo se encuentra
subordinado a la norma primaria de todo el ordenamiento jurídico, es decir la Constitución,
conforme lo establece el artículo 144 Cn.
Ello es importante, ya que en el caso que nos ocupa, no existe ningún instrumento jurídico
específico en materia de Alimentos que faculte a los Juzgadores a ejercer acciones concretas
de poder para hacer efectiva la prestación, o a buscar el auxilio internacional, siendo éste, otro
de los impedimentos a los cuales se enfrentan los Administradores de justicia al momento de
hacer efectivo el cumplimiento de la Obligación Alimenticia.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
(1) Montero Duhalt, Sara. “Derecho de familia, Editorial Porrúa. República de Argentina, 1994. Pág. 2.
(2) ÍDEM.
CAPÍTULO VI
El análisis que en el presente capítulo se hará sobre las Normas de Derecho Internacional
Privado, es a nuestro criterio muy importante y trascendental para la realidad social que
nuestro país atraviesa con respecto a la Prestación de Alimentos, cumplida en el extranjero, ya
que el contenido de las normas que en adelante comentaremos, viabiliza la solución al
problema de nos ocupa.
(1) La Convención ha sido ratificada por: Alemania Federal, Argentina, Brasil, Ceilán, Checoslovaquia, China, Dinamarca,
España, Hungría, Israel, Italia, Marruecos, Mónaco, Portugal, República Centro Africana, Santa Sede, Suecia y Yugoslavia.
Por otra parte, Bergman formula la tesis INTERNACIONALISTA (2), la cual permite la
protección del Alimentario, mediante la cooperación y solidaridad internacional, en tanto que
permite la solución en conjunto, del problema de alimento involucrando a varios Estados
interesados; es decir aquellos en los que residen el Alimentante y el Alimentario, uno para
percibir la cuota de alimentos y otro para facilitar y posibilitar los medios a través de los cuales
será satisfecha la Obligación.
Este Instrumento Jurídico (3) plantea la importancia del derecho de alimento y reconoce la
necesidad de que el mismo sea garantizado de la mejor manera posible.
La observación que a este artículo se le puede hacer es que se omitió hacer una definición de
las categorías de personas con derecho a alimentos, describiéndose al Demandante,
simplemente como la persona que pretende obtener de la otra, aquellos, y por aplicación de lo
que describe el artículo 6 párrafo 3º, cabe considerar que: “La ley del Estado del Demandado,
inclusive el Derecho Internacional privado de ese Estado será el que determine todo lo relativo
a la legitimación y el Derecho de percibir alimentos, por parte de la persona que las requiere”,
ello significa que al ser aplicado el Derecho de aquel Estado (Requerido) podría en algún
momento afectar los derechos del Alimentario, en caso de que las normas de aquel Estado
fueran menos generosas que la del Estado en donde posee su residencia habitual el
Alimentario.
Carlos A. R. Lagomarsino (5) señala, que el principio que inspira la aplicación de esta
Convención, es el principio Rationi Loci, lo que significa que la sola presencia del actor en un
Estado parte de la presente convención legitima su actuación. Y con referencia al demandado
es menester que esté sujeto a la jurisdicción del otro contratante, lo cual puede surgir no sólo
de las conexiones personales del domicilio, de la residencia o de la nacionalidad, sino de las
circunstancias que revistan la condición de propietario o poseedor de bienes sitos en el
territorio de dicho Estado.
El Art. 2 de la convención expresa que será la parte contratante quien designe a su arbitrio la
Institución que servirá de Autoridad Remitente, o el Organismo público o privado que servirá
para que ejerza las funciones de Institución Intermediaria, tales asignaciones serán hechas por
las partes contratantes al momento de ratificar o adherirse a la convención (Art. 2 Párrafos 1 y
2).
b) Indicar el nombre y apellido del demandado y, en la medida que sean conocidos por el
accionante, sus direcciones durante los últimos cinco años, su fecha de nacimiento,
Nacionalidad y ocupación;
c) Efectuar una exposición detallada de los motivos en que se funda la pretensión del
demandante y del objeto de ésta y cualesquiera otros datos pertinentes, tales como los
relativos a la situación económica y familiar de las partes.
De la lectura anterior vemos que se tratan de presupuestos que hacen al contenido de una
demanda propia de los procesos de conocimiento, donde se individualizan los justiciables, se
precisa el objeto mediato de la pretensión, y se satisface la carga procesal atingente a la
doctrina de la substanciación, explicando los hechos que dan sustento a aquella.
El cumplimiento de estos recaudos deben ser cuidados por la Autoridad Remitente, la que
viene a cumplir una verdadera asistencia judicial que se proyecta a nivel extra nacional, en
miras a posibilitar el acceso a la jurisdicción de otro país distinto al del que demanda alimentos,
removiendo los obstáculos que frecuentemente afecta al sujeto de más bajo recursos,
lógicamente es en este caso el Alimentario que en muchas ocasiones no puede costear los
gastos de un Abogado particular para que le diligencie el Proceso especial de Alimentos, que
tendrá que trascender las fronteras del país de residencia habitual de alimentarlo.
Además, este Organismo Remitente, también puede emitir opinión sobre los méritos de la
demanda, asimismo puede exteriorizar recomendación para que se le conceda asistencia
jurídica gratuita y exención de costas al sujeto que pide se le haga efectiva una Cuota
Alimenticia, tales facultades se las otorga la convención en el Inc. 3º del Art. 4.
Este aspecto es de mucha relevancia para el problema de alimentos que vivimos, ya que la
convención faculta y a la vez exige a la Institución Intermediaria, que realice todas las acciones
encaminadas a asegurar el pago de alimentos, lo que beneficia al accionante, es decir al
alimentario que reclama el cumplimiento de su derecho de Alimentos, teniendo a su vez un
límite tal Institución Intermediaria, los cuales se traducen en las facultades que el actor de la
pretensión le haya dado por medio de la solicitud, de ahí que tal Institución se limitará
únicamente a resolver lo que el actor, es decir el Alimentario quiera que le resuelvan, no
teniendo este Organismo mas facultades para ir más allá de lo que el demandante desea.
LEY APLICABLE: sin perjuicio de las normas de derecho material que nutren a esta
convención y que tienden a satisfacer las necesidades de Alimentos, las relaciones Jurídicas
vinculadas con ordenamientos legales pertenecientes a distintas soberanías, el Art. 6 Inc. 3º,
prevé como norma de armonía, que en caso de conflicto de leyes “La ley aplicable a las
resoluciones de las acciones de alimentos y de toda cuestión que surja con ocasión de la
misma, será la ley del Estado del demandado, inclusive el Derecho Internacional Privado de
ese Estado”.
De lo anterior puede decirse que esta Convención ha sido precavida al respetar el Principio de
Soberanía de los Estados, en tanto que expresamente introduce en su texto una norma que
llegara a armonizar cualquier conflicto de ley que pudiera suscitarse al tratar de hacer efectivo
el derecho de alimentos de un sujeto, invocando las leyes del Estado en el que el Alimentario
posee su residencia habitual, estableciendo ante tal situación una norma que resuelva el
problema.
En tal caso y para garantizar el derecho de defensa y el principio de publicidad que ante los
Actos Judiciales exige la Ley; la Autoridad requerida deberá hacer saber a la Institución
intermediaria, a Autoridad Remitente que corresponda y al demandado la fecha y el lugar en
donde hayan de practicarse las diligencias solicitadas.
El Art. 7 en su literal c, recomienda que los Exhortos; deban cumplirse con diligencia,
Prescribiendo que si a los cuatro meses de recibido un Exhorto por la Autoridad Requerida no
se hubiere diligenciado, deberá la Autoridad Requerida comunicar a la Autoridad Requirente;
las razones a que obedezca la demora o la falta de cumplimiento.
Finalmente, desde el ángulo de los límites al auxilio judicial Internacional se prevé que la
referida tramitación del exhorto sólo podrá denegarse cuando:
b) El Órgano Judicial exhortado juzgare que la tramitación del mismo menoscaba su soberanía
o su seguridad, Art. 7 lit. “e”.
Con lo anterior, la Convención es sabia al establecer este precepto, en tanto que protege
nuevamente la Soberanía del Estado Requerido, (Lit. “b”), y garantiza la autenticidad de las
actuaciones Judiciales, para que no haya lugar a ningún tipo de falacia intentada por cualquiera
de las partes interesadas en el negocio jurídico (Lit. A).
Es muy importante el numeral 3º del Art. 9, ya que en él se establece la gratuidad del servicio
que prestarán las Instituciones encargadas de realizar los trámites para la obtención de los
alimentos, tal norma dispone lo siguiente:
Es decir que con prescindencia del procedimiento transnacional para obtener alimentos por los
organismos previstos en esta Convención (Arts. 2 y 4), se contempla la situación susceptible de
configurarse, cuando el acreedor alimentario cuenta con una Sentencia Definitiva o Resolución
Provisional de Alimentos, u otro acto Judicial en la materia, y pretende ejecutarlos en el
extranjero, en cuyo caso puede solicitar su transmisión por medio de la Autoridad Remitente
hacia el Estado Requerido, así se encuentra plasmado en el Art. 5 No. 1º.
La anterior disposición prácticamente encierra nuestro caso, en tanto que establece que ante la
existencia de una resolución Judicial, provisional, o cualquier acto en materia de Alimentos, el
interesado, lógicamente el Alimentario o su representante, podrá por medio de la Autoridad
Remitente solicitar al Estado en donde posee la residencia habitual el deudor Alimentario, que
haga efectiva en su propia jurisdicción una sentencia o resolución dictada en el Estado parte en
donde posee su residencia habitual el demandante, siendo en tal sentido una forma muy
sencilla de hacer efectivo el cumplimiento de una Sentencia de Divorcio, de la cual se exige se
haga efectivo el aspecto accesorio de Prestación de Alimentos, y encontrando en esto una
posible solución al problema por el que atraviesa una multitud de personas en nuestro país, y
sin lugar a dudas en muchos otros países alrededor del nuestro.
Lo anterior, como ya queda apuntado es otra vía más, que es concedida al peticionario para
favorecer la extraterritorialidad de una decisión jurisdiccional, y en efecto si el demandante
contare a su favor con una sentencia judicial contra el Alimentario que se encuentra sujeto a la
jurisdicción de otro Estado Parte, tiene la facultad de activar la vía alterna que se le es dada por
esta Convención, para hacer efectiva sus pretensiones, ello en base a lo que establece el Art. 5
No. 3º, y el que a la vez nos da las siguientes alternativas:
Con respecto a este punto de la transferencia de decisiones y actos judiciales, podemos decir
que de cierta manera sustituye o complementan los documentos de los que habla el Art. 3, de
los que deben acompañarse con la solicitud para obtener los alimentos, siendo suficiente la
presentación de la actuación judicial en donde se condene o se encuentre plasmada la
obligación del Alimentante.
El mismo artículo añade que en caso de cambio de residencia habitual del menor, la ley de la
nueva residencia será aplicable a partir del momento en que se haya efectuado el cambio
(párrafo 2).
Dicha ley regirá igualmente la cuestión de saber quién se encuentra legitimado para intentar la
acción alimentaria y cuáles son los plazos para deducirlas (párrafo 3). Algo importante de esta
Convención es que aporta su propio concepto de menor, calificando como tal a toda aquella
persona que posea el estado civil de soltero y aún no haya cumplido los veintiún años de edad,
al analizar esta norma y lo que expresa el Art. 5 de la misma Convención se puede extraer que
el ámbito de aplicación, queda limitado al derecho alimentario entre descendientes menores y
ascendientes, o sea en línea recta quedando en tal sentido excluidas las relaciones entre
alimentarios colaterales.
El Art. 2 de la Convención, deja a salvo el derecho de los Estados partes, para que estos
puedan aplicar su propia ley, en los casos siguientes:
b) Si la persona a quien los alimentos son reclamados así como el menor, tienen la
nacionalidad de ese Estado; y,
c) Si el demandado tiene su residencia habitual en ese Estado.
Por otra parte, y ante las disposiciones precedentes, en caso de que la ley del Estado en donde
el menor posee su residencia habitual niega rotundamente la percepción de alimentos a favor
del menor, se aplicarán en tal situación la ley del Estado que promueve la acción, según lo
establece el Art. 3, siendo esto una norma subsidiaria ante el hecho de encontrarse
desprotegido el menor alimentario por no reconocerse el derecho de alimentos en aquel Estado
en donde el demandado posee su residencia habitual, aplicándose ante ello las normas
invocadas por el país Requirente, protegiendo y asegurando así el derecho que al menor
alimentario le corresponde.
A su vez, se recoge en el Art. 4, como límite a la aplicación del derecho extranjero, la situación
que se produciría cuando sea totalmente incompatible la ley del Estado Requirente con la ley y
el orden público del Estado Requerido, en tal caso no podría ser aplicable la ley que invoque el
estado Requirente, ya que de no respetar tal precepto se estaría afectando la Soberanía del
Estado Requerido y podríamos vernos involucrados en otro problema de mayor trascendencia.
Por otra parte la Convención en su Art. 6, expresa que tales disposiciones solo podrán ser
invocadas y aplicadas única y exclusivamente entre Estados partes, lo que nos deja a nosotros
sin ninguna opción para pretender invocar estas normas de derecho Internacional Privado, ante
un problema como el que abordamos en este trabajo.
Finalmente de la lectura del Art. 5 de la Convención nos enteramos que las decisiones recaídas
con motivo de las obligaciones alimentarias no prejuzgan sobre las cuestiones de filiación y de
las relaciones familiares entre deudor y acreedor, así lo dice el párrafo 2 de dicha disposición.
Las anteriores disposiciones legales son a nuestro criterio las que mayor importancia revisten
al problema que planteamos, en tanto que son las normas que podrían en un determinado
momento servir de base legal para reclamar mejor derecho ante una demanda de alimentos,
por un sujeto que se encuentre en uno de los Estados partes y que necesita se le proporcione
una cuota alimentaría, necesidad básica que es indispensable para todo menor, especialmente
para aquellos que no cuentan con los medios mínimos de subsistencia.
El objeto de esta Convención queda delimitado en el Art. 1 de la misma, el cual establece que
esta tiende a asegurar el Reconocimiento y Ejecución recíprocos, por los Estados contratantes,
de las resoluciones o sentencias de alimentos, de carácter Internacional o Interno, a favor de
menores matrimoniales o extramatrimoniales, adoptivos, de Estado civil soltero y que no
hubieren cumplido veintiún años de edad.
Sentado lo que antecede señalamos que los presupuestos a observar para reconocer o
declarar Ejecutoriadas las Sentencias en los otros Estados Contratantes, sin que ello implique
revisión de fondos de la cuestión, están determinados en el Art. 2 del modo siguiente:
a) Debe emanar de una Autoridad competente según las disposiciones de esta convención.
b) La parte demandada debe haber sido debidamente citada o representada, según la ley del
Estado donde ha sido juzgado el caso; sin embargo, el reconocimiento o la ejecución podrán
ser rehusado si, en vista de las circunstancias de la causa, la autoridad de la ejecución estima
que la parte incompareciente, no tuvo conocimiento del procedimiento y no pudo defenderse.
b) La Resolución no debe ser contraria a otra pronunciada sobre el mismo objeto entre las
mismas partes, en el Estado en donde se solicita el Reconocimiento o la Ejecución.
Es decir que tal resolución debe guardar y estar acorde al principio de singularidad de la
sentencia.
Así mismo dicho reconocimiento y ejecución podrán ser rehusados, si antes del
pronunciamiento de la decisión, existía litispendencia en el Estado en donde hubiere sido
invocada;
c) La sentencia no debe ser manifiestamente incompatible con el orden público del Estado
requerido.
Recordemos que el límite a la exclusión de una Sentencia so pretexto de la violación del orden
público es de carácter excepcional, y por tanto de interpretación restrictiva, es decir que ello no
será la regla general, únicamente en determinados casos.
El Art. 3 determina la competencia en materia Internacional, sobre qué Autoridad puede ser
acta para llevar a cabo la Ejecución y Reconocimiento de la Sentencia de Alimentos,
apoyándose para deducir la competencia en los siguientes parámetros:
c) Sobre la base de la sumisión expresa o tácita que el deudor alimentario haya hecho sobre la
competencia a la que se obliga a someterse, o dicho en otras palabras, sobre la jurisdicción a
la que el obligado ha prometido someterse.
Por su parte el Art. 4 de la Convención nos detalla las pruebas a aportarse para probar los
extremos del asunto y de esa manera conceder el Reconocimiento o la Ejecución de
determinada Sentencia, tales son los que seguido mencionamos:
a) Se debe acompañar una copia de la Resolución que reúna las condiciones que hagan
constar su legitimidad y autenticidad;
Así mismo las piezas que den fe de que tal Sentencia o Resolución ya ha sido pasada por
autoridad de cosa juzgada y lógicamente se encuentre ejecutoriada;
Por su parte el Art. 8 expresa que “Las condiciones establecidas por los artículos precedentes
con respecto al Reconocimiento y Ejecución de decisiones apuntadas por la presente
Convención, también serán aplicadas a las decisiones que emanan de cualquiera de las
autoridades que enumera el artículo 3 de esta Convención, modificando a una sentencia o
resolución que relaciona a la obligación alimentaria”, es decir que si una de las Autoridades de
las que menciona el Art. 3, modificara en alguna medida la Resolución o Sentencia de la cual
se pretende su ejecución, sea en sentido favorable o desfavorable para el alimentario, esta
sentencia o resolución con sus modificaciones tendrá que ser ejecutada tal como lo requiera
alguna de las Autoridades de las que enumera el Art. 3, ya que el Art. 8 regula esta situación,
expresando que ante una modificación de la Sentencia por parte de una de las Autoridades que
enumera el Art. 3, se deberá aplicar todas las disposiciones que le anteceden, entre las que
figura la ejecución de las Sentencias de Alimentos, la forma de ejecutarla, las autoridades que
pueden ejecutarlas, etc., por lo que este es un artículo determinante, en el sentido de que se
deberá respetar lo que alguna de las Autoridades de los Estados partes resuelva.
En cuanto a la gratuidad del servicio y la cooperación Internacional el Art. 9 establece, que los
litigantes se encuentran excluidos de todo gasto que el procedimiento de obtención de
Alimentos, ocasione, en tanto que el interesado por obtener Alimentos delega las facultades
para ello a una entidad denominada Autoridad Remitente, la cual no cobra ningún tipo de
honorarios por sus servicios.
Esta Convención a diferencia de las anteriores es un poco más amplia en contenido y cuenta
con seis capítulos sobre Reconocimiento y Ejecución de Sentencias Relacionadas con
Obligaciones Alimentarias. El ámbito de aplicación, se encuentra plasmado en los artículos del
1 al 3, las condiciones del Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias en el capítulo II, que
comprende de los artículos del 4 a 12, el Procedimiento del Reconocimiento y Ejecución de las
decisiones de los artículos 13 al 17; y finalmente las disposiciones Complementarias relativas a
las Instituciones Públicas que se encuentran en los artículos del 18 al 20, siendo disposiciones
diversas y finales los restantes artículos.
Entre otra de las diferencias que podemos señalar con respecto a la Convención de La Haya
de 1958, es que esta Convención abarca no solo a las Resoluciones Judiciales, sino también a
las emitidas por autoridad administrativas en materia de alimentos, así lo dice el párrafo
primero del Art. 1.
Así mismo podemos deducir de la lectura del artículo primero que desde un ángulo subjetivo,
se está incluyendo como parte no sólo al Acreedor y al Deudor Alimentario, sino también a la
Institución Pública que persigue el reembolso de la Prestación del deudor de Alimentos, en el
caso en que la Institución Pública se la hubiere prestado al Alimentario (Art. 1 párrafo 2).
Tales principios son reiterados en el Art. 2 de esta Convención al declarar que se aplican a las
Sentencias y transacciones, cualesquiera que sean su denominación, en cuanto hayan versado
sobre Obligaciones Alimentarias, pero según lo que nos señala el Art. 3 de la Convención, en
caso de que una Sentencia o transacción no concerniera solamente a dicha Prestación
Alimenticia el efecto de la Convención queda limitado a esta última solamente, es decir solo a
lo concerniente a la Prestación de Alimentos, ya que la Convención regula exclusivamente esta
materia, por lo que no entra a regular lo que no tenga relación con el derecho de Alimentos.
Por su parte el párrafo último del Art. 2, establece que también se aplicará la Convención
independientemente del carácter Internacional o Interno de la reclamación de Alimentos, o de
la Nacionalidad o residencia habitual de las partes, lo que significa que en este artículo, la
Convención está asegurando la Ejecución y Reconocimiento de una Sentencia o Resolución,
cuando estas se encuentren apegadas a Derecho, independientemente que tal sea impulsada
desde el exterior o del interior del Estado que reclama alimentos o de la nacionalidad o de la
residencia habitual de las partes.
Las condiciones necesarias que nos da esta Convención para declarar el Reconocimiento y
Ejecución de una Sentencia, nos las apunta en el Art. 4, de la misma, el cual prácticamente se
encuentra complementado con el Art. 5 de la Convención, respecto de las circunstancias
optativas a ello, pero con respecto a lo anterior es necesario señalar que el Art. 12 de la
Convención establece que se ha ratificado la exclusión de la revisión de fondo de la Sentencia
de Alimentos.
El literal “b” del Art. 4, de la Convención, nos habla de un principio genérico de toda Ejecución
de Sentencia, contenido en el Derecho Procesal, el cual establece que toda sentencia para
poder ser reconocida como tal y ejecutada debe tener la calidad de cosa juzgada, para que así
no sea susceptible de ningún Recurso Ordinario, dicho principio como una de las
características especiales del proceso de Alimentos, ha sido recogido por la Convención, la
cual establece que si el recurso de apelación en el Estado Requirente es aceptado en el
sentido devolutivo y análogas resoluciones son susceptibles de ser ejecutadas en ese Estado,
la resolución a la que nos referimos podrá ser ejecutada aun cuando sea susceptible de
recurso.
A su vez si la sentencia es una consecuencia del fraude a la ley, también quedará excluida su
Reconocimiento o Ejecución, es decir que si las Autoridades Intermediarias del Estado
Requerido tienen conocimiento por cualquier medio que la Sentencia que se pretende hacer
efectiva adolece de fraude de cualquier tipo, se le negara su reconocimiento o ejecución, ello
en base al párrafo 2º del Art. 5.
Otro de los aspectos que esta Convención regula es en cuanto a que no se podrá reconocer o
ejecutar la Sentencia cuando ésta no cumpla con el Principio de Singularidad del juicio, es decir
cuando la misma litis con identidad de causa, sujetos y objeto; ya haya sido dirimida o se
encontrare sometido en primer término a una Autoridad del Estado Requerido, así lo dice el
párrafo 3º del mismo artículo.
Lo anterior tiene relación con el Art. 11 que dispone, que cuando la Sentencia ha ordenado la
prestación de alimentos a través de pagos periódicos, la Ejecución debe realizarse no solo
respecto de las cuotas vencidas, sino de aquellas que vencieren ulteriormente.
El Art. 13 de esta Convención señala la regla sobre la cual se definirá la ley aplicable, dejado
sentado que el procedimiento o Ejecución de la Sentencia, está regido por el Derecho del
Estado en donde se solicita el mismo, a menos que la Convención disponga lo contrario, como
por ejemplo las que a continuación enunciaremos.
El Art. 16 viene a favorecer a las partes litigantes y en especial al alimentario ya que expresa;
que ninguna, caución ni ningún depósito, bajo cualquier denominación que fuere, puede ser
impuesta para garantizar el pago de las costas y de las expensas, en los procedimientos
contemplados en esta convención, así lo establece el referido artículo.
Los requisitos procesales que han de satisfacerse en este procedimiento las partes que
invoquen el Reconocimiento o Ejecución de una Sentencia de Alimentos son: una copia íntegra
y certificada por la autoridad que corresponda, de la sentencia que se pretende su
cumplimiento, en base al Art. 17 No. 1º, además, el No. 2, pide que se adjunte toda la prueba
documental que sea necesaria, para acreditar que tal Sentencia no podrá ser objeto de un
Recurso ordinario de Apelación en el Estado de origen, o en su caso que esta Sentencia ya
haya pasado bajo la Calidad de Cosa Juzgada, es decir que se encuentre Ejecutoriada y así
poder omitir los mencionados documentos.
El No. 3 del Art. 17 sienta que si se trata de una Sentencia en la que se declaró rebelde al
demandado por Alimentos, ha de presentarse el original o una copia certificada del documento
original, destinado a probar que la demanda contenía los elementos esenciales de la misma y
que fue notificada en legal forma al sujeto declarado rebelde según el derecho del Estado de
origen.
Por su parte el No. 4, del mismo artículo señala, que debe incorporarse toda pieza original con
la finalidad de acreditar la asistencia judicial o exención de costas y expensas en el Estado de
origen.
Finalmente el Art. 17 en su párrafo final expresa; que en los casos en que faltaren los
documentos mencionados precedentemente o si el contenido de la Sentencia no permite a la
Autoridad del Estado Requerido verificar que se han cumplido las condiciones que esta
convención requiere, esta misma Autoridad podrá otorgar, un período de tiempo prudencial
para que se produzcan los documentos que sean necesarios, para continuar con el trámite.
El Art. 18 establece que el embolso en cuestión será reconocido o declarado ejecutorio cuando:
a) Si dicho reembolso puede ser obtenido según la ley que rige a la institución;
b) Si la existencia de una obligación alimentaria entre este acreedor y este deudor por la ley
interna designada por el Derecho Internacional Privado del Estado Requerido.
En estos supuestos es necesario observar los presupuestos que nos establece el Art. 17 de la
Convección, a los cuales ya aludiéramos, así como acreditar que la institución pública
responde a las condiciones previstas en el Art. 18 párrafo primero o por el Art. 19, y que las
prestaciones han sido suministradas al acreedor alimentario, ello en base a lo que dispone el
Art. 20 de la Convención.
El capítulo quinto de la Convención, el cual solo consta de un artículo tiene relación con las
transacciones de las que habla el Art. 1 de la Convención, en cuanto al ámbito de aplicación de
estas y dice, que las que hubieren sido ejecutoriadas en el Estado de origen serán reconocidas
y declaradas con eficacia Ejecutoria en las mismas condiciones que las Sentencias, en todo lo
que les sea aplicable a las referidas transacciones, es decir que las normas de esta
Convención serán aplicadas a las transacciones siempre que sea compatible su aplicación a
las mismas.
El Art. 24 establece que la Convención será aplicada en función de la fecha en que la sentencia
haya sido dictada, es decir, que la misma será aplicada independientemente de la fecha en que
la Sentencia haya sido dictada, lo cual viene a favorecer en este caso al acreedor alimentario,
ya que la Convención está sentando el principio de la irretroactividad, el cual perfectamente se
podría invocar en caso de que nuestro país llegase a adherirse a la presente.
El Art. 26 establece a los Estados Contratantes las reservas específicas que estos pueden
formular, respecto de reconocer o no las Sentencias, tomando como base para ello el Art. 14
de la misma, el cual establece que todo Estado podrá hacer las reservas de las que señala el
Art. 26, antes de ratificar, aceptar y aprobar la Convención, agregando en su parte final que
ninguna otra reserva será aceptada si no cumple con lo que en este Art. 34 se establece.
Cualquier Estado podrá reservarse el derecho de no reconocer o dar fuerza ejecutoria a una
sentencia sí:
En su parte final el artículo menciona que ningún Estado, podrá pedir que se exija cualquier
tipo de declaración o Sentencia de las cuales haya realizado la reserva frente a esta
Convención.
El Art. 27 por su parte, establece; que en caso de existir dos o más sistema de derecho
aplicable en materia de Alimentos y referente a las categorías de personas, cualquier
referencia que se haga será aceptada y tomada como legal para los efectos de la misma.
El Art. 28 con relación a lo anterior establece, el caso en que existan varias unidades
territoriales con diferentes sistemas de Derecho aplicable, es decir en aquellos países grandes
en donde cada provincia o Estado posee sus propias leyes Internas.
Al igual que la anterior Convención (9), esta fue firmada en La Haya, el 2 de octubre de 1973,
regulando aspectos concernientes a la Prestación de Alimentos, al igual que la anterior, pero
cambiando de aquella en el sentido de que esta ya no viene a dirimir el conflicto de
Reconocimiento o Ejecución de una Resolución o Sentencia, como lo hace la anterior
Convención, sino que más bien regula lo concerniente, a la ley que en determinado momento o
caso especial ha de aplicarse a las obligaciones Alimentarias, La finalidad de este Instrumento
Jurídico según expresan sus considerandos, es armonizar las normas sobre aplicación de
Leyes relativas a los Alimentos.
Dicha directriz genérica se encuentra integrada con lo que regula el Art. 2, al establecer que la
presente sólo se aplicará en aquellos casos en que se encuentre de manifiesto un problema
suscitado por Obligaciones Alimentarias, añadiendo en su parte final que serán aplicadas estas
disposiciones sin perjuicio de la relación de parentesco a la que se refiere el Art. 1.
Así mismo se declara que la ley aplicable según los términos de la Convención, no está sujeta
a la condición de reciprocidad, aunque se trate de la ley de un Estado no parte, ello lo
establece el Art. 3 de la presente Convención, es decir que ésta será aplicada, ante un conflicto
de Alimentos, independientemente que una de las partes en conflicto alegue el principio de
Reciprocidad, aun cuando la ley a aplicar sea la de un Estado no Parte de la presente, así lo
deja plasmado el Art. 3.
Por su parte el capítulo II de la presente, está dedicado a la Ley aplicable, reiterando en éste la
utilización del punto de conexión de la residencia habitual de algunas de las partes para
determinar la ley aplicable, el artículo literalmente expresa “La ley interna de la residencia
habitual del acreedor alimentario regulará lo concerniente a las obligaciones alimentarias a las
que se refiere el Art. 1”, dejando claro una primer regla de aplicación de la ley, basándose para
ello en el punto de conexión de la residencia de una de las partes, tal criterio ya fue empleado
en la convención de 1956 en su Art. 1.
Desde el punto de vista de la oposición, el Art. 7 prevé que en las relaciones Alimentarias entre
colaterales y parientes por afinidad, el deudor puede alegar la falta de acción a su respecto
según la ley nacional común, o, en su defecto, según el Derecho Interno de su residencia
habitual, así se encuentra planteado en él; Art. 7 de la presente, es decir que esta Convención
también le da armas al deudor de la obligación al decirle a este que puede invocar el derecho
nacional común entre las partes o a faltas de este podrá invocar el derecho de su residencia
habitual, con el objeto de desvirtuar las actuaciones del acreedor alimentario, siempre que la
relación entre estos sea por vía colateral o por afinidad, tal como lo dice el referido artículo.
Sin embargo añade el segundo apartado de esta norma, la función del carácter restrictivo, con
que debe aprehenderse este límite, que si la ley aplicable no dispone de otro modo, deben ser
tenidas en cuenta las necesidades del acreedor alimentario y los recursos del deudor en la
determinación del monto de la Prestación Alimentaria.
En el capítulo III de esta Convención se abordan disposiciones diversas, empezando por el Art.
12, el que establece que la presente Convención no será aplicada sobre las Demandas de
Alimentos en aquellos Estados partes en que la misma aun no se encuentre en vigor.
Por su parte el Art. 13, nos establece las reservas a las que pueden optar los Estados
contratantes, apuntando que “Cualquier Estado contratante, de acuerdo con lo que expresa el
Art. 24, puede reservarse el derecho para aplicar la presente a las Obligaciones Alimentarlas
que se deducen de las relaciones:
b) Respecto de una persona que no ha llegado a la edad de 21 años y que aún conserva el
estado civil de soltero”.
Es decir que este artículo abre el espacio para que los Estados Contratantes limiten el campo
de aplicación a tan solo esos dos aspectos, o a uno solo de ellos, según los intereses de cada
Estado contratante.
De igual manera el Art. 14 establece otro tipo de reservas de las cuales los Estados
contratantes pueden hacer uso, al decir que “Cualquier Estado contratante puede, de acuerdo
con lo que establece el Art. 24, reservarse el derecho para no aplicar esta Convención a las
siguientes Obligaciones Alimentarlas:
El Art. 15 establece una última disposición con respecto al tipo de reservas que los estados
contratantes pueden hacer al momento de la firma, expresando que “Cualquier Estado
Contratante, de acuerdo con el Art. 24, puede reservarse el derecho de aplicar la Ley Interna
del Estado cuando ambas partes Deudor y Acreedor Alimentario son nacionales de ese país y
si el Deudor posee su residencia habitual en ese país.
Por otro lado el Art. 16 señala el caso en que los Estados Contratantes, poseen dos o más
sistemas de aplicación del derecho, estableciendo que en caso de que se haga referencia a la
ley de residencia habitual del Deudor o Acreedor Alimentario o la ley de su nacionalidad
común, la referencia se hará sobre el sistema que tenga mayor jerarquía, según sea declarado
por las normas del Estado o en caso de no existir tal norma que establezca la jerarquía entre
tales leyes, se deberá hacer referencia al sistema jurídico que las personas tuvieron estrecha
relación.
(10) Países signatarios de la Convención: Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Haití, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela.
Nos brinda la presente Convención conexiones alternativas que han sido concebidas con la
función de facilitar al máximo el acceso a la jurisdicción internacional, rompiendo así el gran
obstáculo que viven países como El Salvador al momento de intentar hacer efectiva una
Sentencia de Alimentos. El domicilio, la residencia habitual, los bienes del demandado o sus
ingresos, serán los parámetros de los que se valdrán las Instituciones Internacionales, que se
encargan de hacer efectiva la Prestación Alimentaria para la aplicación de la ley,
establecimiento de la competencia Internacional y la cooperación Internacional, de modo que
no quede impune la Obligación alimentaria, convirtiéndose este derecho en una verdadera
arma coercitiva, capaz de trascender los obstáculos que la internacionalización de problemas
jurídicos acarrea.
En cuanto al párrafo 2º del mismo artículo dice “La presente Convención se aplicará a las
Obligaciones Alimentarias respecto de menores por su calidad de tales y a las que se deriven
de las relaciones matrimoniales entre cónyuges o quienes hayan sido tales”, estableciendo así
el ámbito de aplicación, y dejando sentado que solo será aplicable la presente a los casos en
que se encuentren relacionados los menores de edad o aquellos casos en que se deriven
relaciones matrimoniales entre cónyuges o quienes hayan sido tales.
En cuanto al párrafo 3º, al pie del escrito dice “Los Estados podrán declarar al suscribir, ratificar
o adherir a esta convención que la restringen a las Obligaciones Alimentarias respecto de
menores”, es decir que dependerá de cada Estado el ratificar la presente, limitando la misma a
solo las relaciones de familia que tengan que ver con menores por la calidad de tales, dejando
de lado las relaciones que se deriven de la unión matrimonial, pero como se dijo dependerá de
cada Estado en particular el alcance que le quieran dar a la convención, no pudiendo dejar de
lado las relaciones de familia que involucran a menores por que la finalidad de estas
convenciones es la protección de los menores que reclaman alimentos.
La Convención determina a su vez, a quien se tendrá por menor de edad, estableciendo para
tal efecto el articulo 2 literalmente “A los efectos de la presente Convención se considerara
menor a quien no haya cumplido la edad de dieciocho años, sin perjuicio de lo anterior, los
beneficios de la convención se extenderán a quien habiendo cumplido dicha edad, continúe
siendo acreedor de prestaciones alimentarías de conformidad a la legislación aplicable prevista
en los artículos 6 y 7”, así se expresa la convención acerca de quién será considerado como
menor de edad, añadiendo que este no perderá tal derecho en los casos en que tal prestación
haya sido fundada en la ley aplicable prevista en los artículos 6 y 7, siendo estas leyes en base
al artículo 6, las que a juicio de la Autoridad competente resulten más favorables al acreedor
teniendo dos alternativas la Autoridad para determinar la ley aplicable:
a) El ordenamiento jurídico del Estado del domicilio o de la residencia habitual del acreedor;
b) El ordenamiento jurídico del Estado del domicilio o de la residencia habitual del deudor.
Por su parte el artículo 7, expresa las materias que serán regidas por el derecho aplicable, al
que se refiere el artículo 6, siendo estas las siguientes:
a) El monto del crédito alimentario y los plazos y condiciones para hacerlo efectivo;
En cuanto al artículo 3, se puede decir que así como el artículo 2, permite que los Estados
limiten el objeto de la Convención a solo menores de edad, este artículo está sentando la regla
con la cual los Estados podrían extender el objeto de la convención a otros acreedores
alimentarios, mediante el mecanismo de una declaración expresa en torno a ello; asimismo,
podrán declarar el grado de parentesco u otros vínculos legales que determinen la calidad de
acreedor y deudor de alimentos en sus respectivas legislaciones, así lo dice el Art. 3, siendo
una norma muy generosa y flexible, en tanto que posibilita a los Estados a ampliar la
legitimación activa incluso después de la aprobación y ratificación de la Convención. La
declaración que formulen los Estados Partes y viabiliza que se extienda genéricamente el
número de beneficiarios desde el punto de vista del parentesco o de otros vínculos legales y
determinativos de la legitimación activa o pasiva.
Prescribe el artículo 4, una norma muy importante que protege el derecho de igualdad, que
todos los sujetos poseen, el mismo reza de la siguiente forma: “Toda persona tiene derecho a
recibir alimentos, sin distinción de la nacionalidad, raza, sexo, religión, filiación, origen o
situación migratoria, o cualquier otra forma de discriminación”, infiltrando de tal manera el
principio de la no discriminación de ningún tipo, principio que hasta hace poco no tenía mucha
fuerza en algunas partes del mundo y que aún en estos tiempos se ve quebrantado en algunos
países, esta norma recoge una regla del ius cogens de naturaleza material, que consagra el
deber de los Estados de recoger el derecho alimentario con absoluta exclusión de
discriminaciones de ninguna índole, es decir que esta convención por medio de Este artículo se
está introduciendo a la vez a las normas generales de derecho, ordenándole a los Estados
partes que erradiquen toda clase de discriminación, con respecto a las personas que se ven
necesitadas de percibir una cuota de Alimentos.
Por su parte el artículo 5 de la convención, a su vez nos establece que las decisiones que
adopten los Estados partes en aplicación de esta convención, no prejuzgarán acerca de las
relaciones de filiación y de familia entre el acreedor y el deudor de alimentos, no obstante
agrega, podrán servir de elemento probatorio en cuanto sea pertinente.
Con respecto a esto último podemos hacer relación del Art. 10 párrafo 1º, de la convención en
tanto que nos regula el objeto de la Obligación Alimentaria y nos dice: “Los alimentos deben ser
proporcionales tanto a la necesidad del Alimentario, como a la capacidad económica del
Alimentante”, observando que la convención concuerda con los parámetros tomados por
nuestro legislador para determinar la Cuota de Alimentos a la que tiene derecho todo menor
Alimentario.
En cuanto al párrafo 2º del citado Art. 10, continúa disponiendo que “Si el Juez o Autoridad
responsable del aseguramiento o de la ejecución de la sentencia adopta medidas
provisionales, o dispone la ejecución por un monto inferior a lo solicitado, quedaran a salvo los
derechos del acreedor”, he aquí otra exteriorización de la plausible finalidad tuitiva hacia el
alimentario, pues le está posibilitando que sin perjuicio del cumplimiento de las resoluciones
Judiciales de naturaleza provisional, o en su caso, de su ejecución, si el contenido de las
mismas no satisfizo integralmente lo pedido desde el punto de vista cuantitativo, siempre le
queda a salvo al acreedor alimentario el efectuar la pertinente reclamación por la diferencia de
la cuantía omitida.
Habiendo relacionado ese dato importante, podemos hacer alusión a lo que regula la
convención respecto a la COMPETENCIA EN LA ESFERA INTERNACIONAL, en ese sentido
el Art. 8 de la convención expresa: “Serán competentes en la esfera Internacional para conocer
de las reclamaciones alimentarias a opción del acreedor:
b) El Juez o Autoridad del Estado del domicilio o de la residencia habitual del deudor; o
c) El Juez o Autoridad del Estado con el cual el deudor tenga vínculos personales tales como:
Posesión de bienes, percepción de ingresos, u obtención de beneficios económicos.
En cuanto a lo que estipula el literal c), la convención es sabia al darle la opción al acreedor de
establecer la competencia jurisdiccional al juez del país en donde el demandado posea bienes,
tenga percepción de ingresos u obtenga algún tipo de beneficios económicos, ya que así las
posibilidades de que el cumplimiento de la prestación se dé son mayores, porque podría darse
la situación que el demandado carezca de bienes e ingresos económicos en el país donde se
le pida cumpla con la Prestación Alimentaria, y contrario a ello, este perciba beneficios
económicos, perciba ingresos periódicos o posea bienes en un país diferente de aquel, en tal
situación el acreedor perfectamente podría invocar lo que dispone el literal c) del Art. 8, para
trasladar la competencia jurisdiccional ante aquel Juez que tiene todas las posibilidades
jurídicas de hacer cumplir la sentencia u Obligación por medios legales, atendiendo a la
situación personal del demandado con respecto a su Jurisdicción.
Siguiendo con el ámbito de la competencia, el Art. 9, nos establece las reglas relativas a la
Autoridad encargada de aumentar la cuota de alimentos y las encargadas de hacer cesar o
reducir la misma. Explicando que la Autoridad competente para conocer del aumento de la
cuota Alimentaria, será cualesquiera de las Autoridades que menciona el Art. 8, y en cuanto al
cese y reducción de los mismos, serán las Autoridades que se encargaron de fijar la cuota
Alimentaria.
En su Art. 11, expresa las condiciones o requisitos que deben poseer las sentencias para que
tengan eficacia extraterritorial, señalando como tales los siguientes:
a) Que el Juez que dictó la sentencia haya tenido competencia en esfera internacional de
conformidad con los artículos 8 y 9, de esta convención para conocer y juzgar el asunto;
b) Que la sentencia y los documentos anexos que fueren necesarios según la presente
Convención, estén debidamente traducidos al idioma oficial del Estado donde deban surtir
efectos;
d) Que las sentencias y los documentos anexos vengan revestidos de las formalidades
externas necesarias para que sean considerados como auténticos en el Estado de donde
proceden;
e) Que el demandado haya sido notificado o emplazado en debida forma legal de modo
sustancialmente equivalente a la aceptada por la ley del Estado donde la sentencia deban surtir
efecto;
g) Que tengan el carácter de firme en el Estado en que fueron dictadas. En caso de que
existiere apelación de la sentencia este no tendrá efecto suspensivo.
b) Copia auténtica de las piezas necesarias para acreditar que se ha dado cumplimiento a los
literales e) y f) del artículo 11, y
c) Copia auténtica del auto que declare que la sentencia tiene el carácter de firme o que ha
sido apelada.
Es decir que este artículo, está asegurando que los documentos y las actuaciones contengan
los requisitos mínimos de formalidad, que deben revestir todo documento legal en base a los
principios del Derecho Procesal Civil, para que así estos posean fuerza probatoria, pidiendo
una copia autenticada por la autoridad que emitió la sentencia de la misma, las piezas del
Proceso en que se dictó la sentencia, dirigidas a comprobar que se notificó o emplazo en legal
forma al demandado y que se aseguró el derecho de defensa de las partes, finalmente expresa
que se agregue copia auténtica del auto que declare ejecutoria la sentencia o que ya ha sido
apelada.
En cuanto a la supervisión de los requisitos que se exigen en los artículos 11 y 12, será el Juez
que conozca de la ejecución quien deberá supervisar que tales se encuentren en debida forma,
además el Juez al realizar las diligencias tendientes a la ejecución de la Sentencia el artículo
13 le ordena que actúe de forma sumaria, por lo urgente que significa el cumplir una resolución
de este tipo, la cual reviste un significativo interés para el menor, la sociedad y el Estado
mismo, cumpliendo para tales diligencias los requisitos de notificación a la parte de quien se
demanda la Obligación y dándole audiencia al Ministerio Publico, sin más trámites que esos y
sin entrar a revisar en la sentencia el fondo del asunto. Así mismo estable el Art. 13, que en
caso que la Sentencia fuera apelada, el recurso no suspenderá las medidas provisionales, ni el
cobro y ejecución que estuvieren en vigor.
En cuanto al Art. 14 párrafo 1º, este establece que “Ningún tipo de caución será exigible al
acreedor de alimentos por las circunstancias de poseer nacionalidad extranjera, o tener su
domicilio o residencia habitual en otro Estado”, nuevamente esta convención se encuentra
reiterando un principio más de la convención de La Haya de 1956 sobre la ley aplicable a las
obligaciones alimentarias, siendo siempre un incentivo y un beneficio para el Acreedor
alimentario quien comúnmente exige se cumpla la Obligación de alimentos, debido a la
condición económica en que vive, siendo esta norma de gran beneficio internacional para el
acreedor alimentario en tanto que no se le exigirá rinda fianza o cualquier otro tipo de caución
para asegurar los resultados del proceso de alimentos.
El párrafo 2º del Art. 14, establece lo siguiente “El beneficio de pobreza declarado a favor del
acreedor en el Estrado parte en donde hubiere ejercido su reclamación, será reconocido en el
Estado parte en donde se hiciere efectivo el reconocimiento o la ejecución. Los Estados partes
se comprometen a prestar asistencia Judicial gratuita a las personas que gocen del beneficio
de pobreza”, siguiendo con lo plausible de la convención, esta norma en su párrafo 2º, le está
ordenando a los Estados Partes de la convención de manera expresa que le brinden asistencia
gratuita a aquellas personas que hayan sido declaradas en estado de pobreza en el Estado de
Origen, sin más pruebas que las aportadas por los documentos que presentó la parte
demandante.
Este artículo agrega en su párrafo 2º, que las medidas a las que se refiere el párrafo primero
del artículo 15, serán aplicadas sin importar cuál sea la Jurisdicción Competente, bastando
para ello que el bien o los ingresos objetos de la reclamación se encuentren dentro del Estado
donde se promueve la misma, por lo que la convención se encuentra dando competencia de
manera expresa a cualquier Autoridad Internacional para promover este tipo de diligencias,
habiendo que tener un solo aspecto en cuenta “Que los bienes o ingresos del demandado se
encuentren dentro del territorio donde se promueve la acción Alimentaria”.
En cuanto a lo anterior el Art. 16 por su parte nos aclara que el hecho de reconocer por parte
de la Autoridad Requerida las medidas pedidas por otra autoridad no significa que se le esté
reconociendo la completa competencia en la esfera Internacional de ese Órgano Jurisdiccional,
ni el compromiso de reconocer la validez o de proceder a la ejecución de la sentencia que se
dictare, lo que significa que el Art. 15, expresamente da la competencia a cualquier Autoridad
sea consular o diplomática para el solo hecho de hacer efectivas las medidas cautelares o de
carácter urgentes para asegurar los resultados de la reclamación, únicamente para ello,
aclarando el Art. 16 que lo anterior no significa que le está otorgando de forma tácita la
competencia Internacional a tal autoridad.
Para finalizar el Art. 18, nos manifiesta que los Estados al momento de suscribir, ratificar o
adherir a esta convención, podrán reservarse el derecho de que sea su derecho procesal
interno quien regule la competencia de los tribunales y el procedimiento de reconocimiento de
la sentencia extranjera, dándoles otra opción a los Estados para poder mezclar su derecho
interno en cuanto al establecimiento de la competencia en materia Intencional.
(1) Eduardo Tellechea Bergman, Derecho Internacional Privado de Familia y Minoridad Prestación Internacional de Alimentos,
Restitución Internacional de menores, Bases para futuras Convenciones Interamericanas, páginas 2 y 3.
(2) ÍDEM.
(3) Organización de las Naciones Unidas, ONU Hague Confence on Private International Law, List of Conventions, Internet,
Http://www.hcch-net/e/convention/Index.html.
(4) Convención de las Naciones Unidas sobre obtención de Alimentos en el extranjero. New York 20 de junio de 1956.
(5) Carlos A. R. Lagomarsino, Enciclopedia del Derecho de Familia, Editorial Universidad L.A. Buenos Aires, 1991 Pág. 252.
(6) Organización de las Naciones Unidas O.N.U. Hague Conference on Private International law, List of Conventions, Internet,
Http://www.hcch-net/elconvention/Index.html.
(7) ÍDEM.
(8) ÍDEM.
(9) ÍDEM.
(10) Convención Interamericana sobre Obligaciones Alimentarias, Ámbito de Aplicación. Firmada en Monte Video, Uruguay el
15 de julio de 1989, en la Cuarta Conferencia Especializada sobre Derecho Internacional Privado.
CAPÍTULO VII
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
7.1 CONCLUSIONES
Al finalizar la investigación sobre un problema jurídico tan importante como lo es “La eficacia en
el cumplimiento de la Sentencia de Divorcio en el aspecto accesorio de la Prestación de
Alimentos, para menores en los casos en que el Demandado y Deudor de la misma, reside en
el Extranjero”; no podemos menos que resaltar la relevancia que el contenido del mismo
representa en nuestra realidad jurídico-familiar y es que si bien es cierto la Prestación de
Alimentos como un Derecho Inherente a la vida del ser humano, merece ser tutelado, con
mayor precisión; al punto de que no puedan existir vacíos legales tan notorios como el que
motivó el presente estudio.
Que existe desinterés por parte del Órgano Legislativo Salvadoreño, en ratificar normativas
Internacionales, como Tratados o Convenciones Internacionales que sustentan y a la vez
resuelven el problema del cumplimiento de la Pensión de Alimentos, cuando el deudor de
Alimentos reside en un Estado diferente a la del menor Alimentario.
Que la ejecución forzosa de la Sentencia, como único mecanismo Viable para exigir el
cumplimiento de la Cuota Alimenticia es prácticamente ineficaz cuando se trata de Deudores
Alimentarios Residentes en el extranjero y que carecen de Bienes en el país.
Que la tramitación de un suplicatorio como vía alternativa, para exigir el cumplimiento de una
Cuota Alimenticia en el extranjero carece de eficacia y aplicabilidad, como consecuencia de lo
engorroso de su trámite y la erogación que el mismo implica tanto para el interesado como para
el Estado.
Que la figura del Auto Pariatis tramitada a la inversa, constituye una alternativa casi remota, no
solo por la dificultad que enfrenta el interesado al momento de solicitarla, sino también por la
inversión de tiempo y dinero que ello implica.
Que los Tribunales de Familia no cuentan con los recursos económicos que posibiliten realizar
las investigaciones pertinentes en el extranjero a través de personal especializado a fin de
establecer la capacidad económica del alimentante y consecuentemente la razón por la cual
evade el cumplimiento de la Obligación Alimenticia.
7.2 RECOMENDACIONES
Hemos señalado que el cumplimiento de la Cuota Alimenticia por Deudores que residen en el
extranjero es un problema que atañe a la sociedad en general, y que será resuelto en la
medida en que unamos esfuerzos, a fin de erradicar este flagelo que causa inestabilidad en la
familia salvadoreña, al violentar los Derechos de los menores que son el futuro de nuestro país,
es por ello que como grupo y en aras de hallar una solución a este problema jurídico
recomendamos:
Al Órgano Ejecutivo, sugerimos que en base a las facultades que el numeral 4º del artículo 168
de la Constitución de la República le otorga al Presidente de la República, celebre
convenciones, tratados y pactos internacionales, referentes a la obtención de alimentos cuando
deudor y acreedor de los mismos poseen su residencia habitual en países diferentes uno del
otro, de modo que se encuentren a disposición de las autoridades salvadoreñas todo ese
conjunto de instrumentos jurídicos que resuelven el problema de la obtención de alimentos,
cuando el deudor se encuentra sometido a una jurisdicción diferente a la nuestra, y sirva ello
como base legal para entablar las acciones pertinentes al cumplimiento de una resolución en la
que se establece el pago de una cuota alimenticia.
A la Asamblea Legislativa, reforme la Ley Orgánica del Ministerio Público, de modo que se
encuentre en concordancia con las leyes que ya sufrieron cambios de fondo en sus contenidos,
tal como lo es el reciente código de familia, y que a la vez se le dote de verdaderas facultades
de actuación al Departamento de Relaciones Familiares de la Procuraduría General de la
República de modo que posean el suficiente fundamento legal que los faculte para realizar las
diligencias útiles de investigación y ejerzan una verdadera coerción sobre quién debe de
cumplir con la Obligación Alimentaria.
7.3 BIBLIOGRAFÍA
Arrieta Gallegos, Manuel, El Nuevo Código Penal Salvadoreño, Imprenta Nacional San
salvador.
Bossert Gustavo A., Régimen Jurídico de los Alimentos, Editorial Astrea, Buenos Aires, 1993.
Cabanellas Torres, Guillermo, Diccionario Jurídico Elemental, Editorial Heliasta. S.R.L. Buenos
Aires, 1980.
Calderón de Buitrago, Anita y Otros, Manual de Derecho de Familia, Segunda Edición, Centro
de Investigación y Capacitación, El Salvador, 1995.
Chiovenda, José, Principios del derecho procesal Civil, tercera Edición, Editorial Reus, S.A.,
Madrid España, Tomo I, 1977.
Díaz de Guijarro, Enrique, Derecho de Familia y menores, Cuarta Edición, Librería y Editorial
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Monroy Cabra, Marco Gerardo, “Derecho de Familia y Menores”, Santa Fe, Bogotá, Colombia,
1996.
Salaverría Cárdenas, María Eugenia y Otros, “Los Principios Rectores de Derecho de Familia y
su Aplicabilidad en el Procedimiento Administrativo de la Fijación de Alimentos”, 1996.
Vásquez López, Luis. Formularlo Práctico de Familia, Editorial Lis, Primera Edición, 1995.
Zannoni Eduardo y otros, manual de Derecho de Familia Tercera Edición Astrea, Argentina,
1995.
LEYES Y CONVENIOS
Código de Trabajo.
Código de Procedimientos Civiles.