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B IB LIOTECA U N IVERSITARIA El derecho como resistencia:

Ciencias Sociales y Humanidades


modernismo, imperialismo, legalismo

Filosofía política y del derecho


Peter Fitzpatrick

/
siglo del Hombre Editores
Fitz¡rrtrit:k, Peter, 1 941
Il r]r'ret:ho como resislerlcia: nlotlcrnismo, legalismo, imperialismo / ['eter Fitz-
¡r.r1rir l<. Iiogot;i: Siglo
clel lk¡mbre Editores; Univt'rsiclad Libre' 201 1'

lrr'l).:)l,trl.
l. I ilosofit rlt'l rltrechri 2. Racisrlro - Histori¿ 3. lrnperialisrno 4 ('icnci'l política 5

N,r ir¡n.rlist¡rr L lít.

I 10. I ( (l ll ('(1.

AI il l.l')-l
( t l' tl,rnto rle la Rqrública Bibliotec,l Luis Ángel Arango
ÍNorcp,

Porer F rz¡ra r i t: k ( 2 008). ta'l' as


^.,li,lillir,ií]ril,liii; Tiil]il
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La Presente edición, 201 0


N(IIA INTRODUCTORIA.
O t'eter FitzPatrick
Gustavo.[osé Rojas Páez
O f)e Ia tri¡ducción: M¿ril Carr¡lina Olarte Olarte, crapítulos I y i'
Gustavr¡ José Roi.rs P.íez, capítulos 1,2, t, 4

O Siglo clc'l Hombre Eclik¡rcs I)IIT,]FACIO: EL DERECIIO COMO TRANSGRESIÓN,


Cra. 31A n." 25ll 50, I3ogotá D. (i. RE,SPUE,STA Y OBSTINACIÓN............ 11
PBX: ll7 77 00 . F¿rx: 3\7 76 65
www. s i gl oct e I ht trt b re. c o m María Carolina Olarte Olarte

O Universid¿d Lillrc
(.alle B n." 5-BO, BogrfJr D. C.
IJBX: 3ll2 1000 1. El orRr,cHo coMO RESISTENCIA
wtvtY. u n iIib re. « I u. c c¡

(.OMENTARIO, Gustavo José Rojas Páez 19


Carátu la
Alelandm OsPina
EL DERECIIO COMO RESISTENCIA, Peter Fitzpatrick'...... 27
Diseño rle coleccirin U ur,r,ui,n electrcinic¿l
Ángel Davirl Re1,es Durán

ISUN: 97U'95U 665 200 1 2. La txralrlA DEL DERECIIo


Imprcsión
l)¡n.lnreric¡n¿l Ft¡rnl¿s e Inrpresos S A' COMENTARIO. Álrraro G arreaud )9
C.rlle 65 n." 95 2tJ, Ilo8otá D C'

ttnprt'stt cn (.t¡lr¡rnbia Printed in Colr¡mbi¿


LA INFAMIA DEL DERECHC), Peter Fitzpatrick 47

Todoslosrlcrechosrescnados.Esta¡rulrlrr.lilr'llllr'l)Llrrl"*rn1'r'r'ltrrirhni ensutodoni ctlsus


part"r, nl *gista,la en t¡ lransmiticl.' Por Llll \i\k'ln r ¡ft 1r.'r Lrlr''l r"'n tlc inft¡rnl¿¡<
ión' en ningrrna
inrn,n ni poíingún nre¿io, sc.r f.t.c1irírrir ., t'ltr lrt-rttir., .tr.r13rlótico, cledroóptico, ,or
'¡ccánic,r,
fot,rcopia n.roiqui", otro, sin cl permiso ¡lrt'vio ¡rir t'st tilrr clc l¡ iditt¡ri¡l'
l."SAr¡nl,r«)s t.() euE ES cUANDO
NO NoS I'RI(IUNTAS,,:
NA(]IONALIS]\{O (]OMO RACISMO

COMENTARIO,.fosé Manuel Atiles Osoria 87

SABEMOS LO QUE ES CUANDO NO NOS


PREGUNTAS: NACIONALISMO COMO
R {CISMO, Peter Fit2patrick................. 10t
NOTA INTRODUCTORIA

4. RaÍcgs LATINAS: EL IMPERIALISMO Y


LA FOR-N{ACIÓN DEL DERECHO MODERNO

COMLNIARIO, ()ustavo fosé Rojas Páez r4l


I'.stc trabajo surge como resultado de la lectura colectiva del libro
RAÍ(,ES LATINAS:EL IMPERIALISMOY lil Dcrecbo como resisterucia: modernismo legalismo e imperialismo.
LA FOR,\IACIÓN DEL DEREC}IO MODERNO, l',n los cuatro capítulos traducidos, las implicaciones políticas y
Peter Fitzpatrick t59 t'lristemológicas que caracterízanla formación del derecho occi-
tlcntal son evidenciadas rigurosamente. A lo largo de la obra se
COLABORADORES. 189 tlcmuestra cómo el modernismo, el legalismo y el imperialismo
sc cncuentran entrelazaáos y se autoconstituyen a través de un
.lcrecho que determina su existencia desarrollando un lenguaje
tlialéctico que le permite no solamente oponerse a sí mismo sino
tarnbién persistir.
Los capítulos que integran esta compilación han sido seleccio-
nurdos por su importancia temática y en particular por su pertinen-
te tono crítico, el cual nos reclama la necesidad de pensar nuevas
formas de construir el derecho y los elementos que 1o def,nen.
Cada capítulo trata temas inexplorados en los universalistas y
descontextualizados relatos que integran 7a teoríajurídica hege-
mónica. El concepto de respctnsiuidad del derecho, desarrollado
en el primer capítulo, abre paso alatemáticarecorrida en la obra
de Fitzpatrick, quien posteriormente continuará su trayecto ius-
filosófico abordando otros tres temas en los siguientes capítulos:
el carácter infame y excluyente de las teorías contractuales del
Estado y el derecho fundadas en el pensamiento cle la Ilustración,
la formación e ir-nposici<in rlc la nitciíru como nuevo y único pa-
radigma de regulación y orgrtnizacititr social de la modernidad y,
finalmente, elpapel del im¡rcrialistno cspañolen la formación del
derecho moderno en América Latina.
Antes de cada capítulo el lector encontrará un comentario,
cuyaraz1nde ser es presentar el tema tratado en el capítulo tradu-
cido. A dicha presentación le sigue una breve reflexión individual
que emerge de la lectura del capítulo. Tanto los comentarios como
las reflexiones no pretenden en ningún momento explicar el pen- PREFACIO:
samiento del autor, el cual consideramos se encuentra implícito EL DE,RE,CHO COMO TRANSGRESIÓN,
\üTalter Benjamin,
en la traducción. Esta, a su vez, recordando a RE,SPUESTA Y OBSTINACIÓN
esperamos no sea más que una prolongación en español de los
sentidos y significados plasmados en el original.

Mientras esperaba a que híruiera la infusión, sentado junto


GustavoJosé Rojas Páez a la hornilla de barro cocido en una actitud de confiada e

inocente expectatiua, el coronel experimenfó ld sensacií¡n


Londres, septiembre de 2011 de que nacían hongos lirios uenenosos en sus tripas. Era
-1,

octubre . Und mañana dtficil de sortettr, dun plt%t un hombre


como él que hdbía sobreuiuido d tantas mañanas cor?lo esd.
Durante cincuenta y seis años cuandr.¡ terminó
-desde
ld última guerra ciuil- el coronel no había hecbo nada
distinto de esperdr.

Gabriel García Márquez, El coronel no tiene quíen le escriba

Esta compilación recoge una muestra del trabajo de un pensador


que responde a la urgencia de las injusticias apartir de una forma
cle relacionarse con el derecho, la cual, antes que redundar en la
banalidad de un imposible r qué es el derecho-, resalta
-defini
una intención: la de la posibilidad actual de resistir al y desde eI
derecho. Los escritos de Peter Fitzpatrick abordan un tema que

ll
no cesa de ser crucial a pcsar clc lo precario que pueda parecer a rt'sponsiuidal es desplegada por medio de las dimensiones en el
primera vista: las relacioncs cntre el derccho y la justicia' Sin em- ,lcrecbo, las cuales, aun cuando opuestas, se encuentran necesa-
trrgo, su trabajo aborda esta cuestión desde una pluralidad de liarnente interrelacionadas. Fitzpatrick señala entonces que el
.ondi.ion., y elementos que exponen al derecho en la multipli- ,lcrecho tiene una dimensión determinada y ofra responsiua.El
,lcrecho determinado exhibe un contenido definido, específico.
cidad de sus interacciones con las herencias brutales de la inven-
lhl dimensión debe ser resistida y ransgredida. La dimensión re.r-
ción occidental del nacionalismo, las formas contemporáneas de
imperialismo, y el carácter restrictivo de una mentalidad teológica ¡tonsiua,por el contrario, se relaciona con la primera en tanto que
l¿r transgrede y la resiste. Al hacer esto se extiende ilimitadamente
qu" ,. mimetiza en formas seculares ansiosas de universalismos
t'r'r su intento por abarcar y responder a aquello que está más allá
erigidos sobre la exclusión de 1o otro, de lo diferente'
«, fuera del alcance de su contenido determinado:
A través de sus artículos, de su forma misma de escribir, apare'
ce lanecesidad de transgredir. una transgresión que desencadena
el cuestionamiento de los límites del derecho moderno' Lo que
El derecho entonces se convierte en auto-resistente al ser recep-
este último busca encerrar y delímitar tan desaforadamente es tivo de las resistencias que constantemente retan su posición, su
problematizado al ser puesto en relación con las fronteras que el contenido y su existencia, con 1o cual termina por perturbarse a sí
mismo. (Golder y Fitzpatrick, 2009, p.7l)
áer.cho mismo ha establecido. Se trata, entonces, de no aceptar
el derecho y sus narrativas como dadas. En este sentido, el acto
Es en este sentido que el trabajo de Fitzpatrick está atravesado
de transgredir no se refiere a una simple irritación respecto de la
por la filosofía deJacques Derrida. Quizás es posible sugerir que
simplificada dualidad de lo probibidoy lo permitido sino, siguien-
sus obras despliegan la codependencia y complicación entre la
do aqrrí a Foucault ensuPrefacio a la ttansgresión, a"unaespíral
justicia y el derecho que el filósofo francés argumenta en su tex-
que ninguna simple infracción puede agotar" (1996, p' l5); una
práctica que atraviesa una búsqueda desesperada de respuestas' to "La fueruadel derecho", cuando sugiere quelo "inadecuado"
Sin embargo, esta es quizás una búsqueda melancólica, porque
del derecho es lo que 1o lleva a la justicia (Derrida, 1992, p . 20) .
la transgresión revela tanto las condiciones y consecuencias de En este sentido, la distinción entre derecho y justicía es 1o que
el proceso de deconstrucción en Derrida encarfla, especialmen-
una injusticia como la incapacidad de los órdenes existentes para
te en lo concerniente a "su habilidad para revelar la inevitable
enfrentarla. Así,la necesidad de hacer operativo al derecho, es
cleciq de exigirle una respuesta, es melancólica porque la realidad
incompletud de una entidad o la imposibilidad de instituir una
de las atrocidnd., ,.t,rr-l.s y pasadas, la herencia de ias colonias, entidad puramente en sí misma" (Fitzpatrick ,2001, p. 75). Pero
aunque la justicia pueda probablemente " ser deconstrucción",
el agresivo signo de muchos de los modelos económicos actuales
la posibilidad de deconstruir, puede decirse también, "depende
de extracción y lucro, ylanormalización de lapauperización y la
de la presencia del derecho", una presencia que persiste (p. 75).
exclusión no dan lugar para perspectivas que sacrifiquen la ex-
La justicia opera entonces a través del derecho @.15).
clusión y condena de muchos en nombre de una esperanza que
está siempre por venir' Pero la melancolía no le resta firctza ala
Lo que permite la operatividad del derecho, entonces, es la
responsiuidad, razónpor la cual Fitzpatrick afirma una y otra vez
búsqueda. La responsiuidad del derecho (lau's responsiueness)
y capacidad del derecho a Derrida cuando este asevera que "ningunarcglao código exis-
en Fitzpatrick aparece como la potencia
purn ."ipo.,der a un llamado, así como a una cierta sensibilidad tente puede 1...) garantizar" lo que ha de ser decidido (Derrida,
áel derecho mismo respecto de sus propias incapacidades' Esta

t2
t)
t. ctrlar. Entonces, la estrategia monumental dirigida a contener ia
1992, p.2l);y cuand o t^zLt la tensión entre el derecho y la de-
lur^r'za del derecho en la modernidad se tradujo en su subordina-
cisión jurídica:
t i«in instrumental, en su rendición como instrumento de un poder
sobcrano [...]. (Fitzpatrick, 2001, p. 548)
[La r]ecisión jurídica tiene quel conservar el derecho y desruirlo o
postergarlo 1o suficiente como para tener que inventarlo en cada ca-
l)cro obtener y crear respuestas requiere más que transgre-
so, rejustificarlo o, por lo menos, reinventarlo en la reafirmación y en
:.rorr. lis aquí cuando cobra sentido el título que introduce esta
la confirmación nueva y libre de su principio. (Derrida, 1992,p'23)
,,,It'cción de ensayos: El derecbo como resistencia.El acto de re-
:.istir tr¡n y al derecho aparece con toda su fuerza como obsti-
Pero la dimensión responsiuaha de estar posicionada en posi-
nrrc'itirr política, como rechazo a la obsolescencia de lo político
bilidad y "orientada hactala determinación y hacerse presente"
, u,rnclo presenciamos 1o que Fitzpatrick llama "la monumental
(2000). No puede existir responsiuidad efectiva sin una posición
del Estado de derecho" (2006',p. 19), es decir,la
desde la cual responder. Si fuera algo localizado puramente en 'rrlr<rrdinación
el más allá se tornaría inaccesible o, aun peoq estaría suieto a ser
¡,rt'tcnsión de subordinación absoluta e infranqueable del Es-
t:rtkr de derecho a principios o racionalidades que neutralizan
cooptado por las formas místicas y omnicomprensivas del tota-
,|.'r'cchos y desmantelan la posibilidad de exigir respuestas del
litarismo. Por ello, argumenta Fitzpatrick, el derecho ha de ser
n r isn.ro. Esto es particularmente relevante preocupante- en
visto en dos dimensiones constitutívas una de la otra. Ambas -y
r.'lirción con la tendencia ansiedad- contemporánea que de
dimensiones pueden tomarse como "el horizonte del derecho", -y
,rlrr¡na manera busca resolver 1o irresoluble, es decir, lo político,
el cual no ha de confundirse con un horizonte de la esperanza
rrrccliante el acto oximorónico de "constitucionalizar" principios
por venir sino un "horizonte en movimiento" (2001), gracias al
, k' cféctividad económica que no solo excluyen la protección y el
.orrr,urr. desplazamiento que la transgresión de los límites del
lcconocimiento de derechos fundamentales, sino que implican
derecho efectúa. Este horizonte es tanto una condición y cualí-
lir ncgación de la posibilidad y del acto político mismo que su
dad de la existencia del derecho imaginada como autosuficiente,
t' x gencia materializa.
como una apertura hacia lo que está más allá de dicha autosufi-
i

Es en este sentido que Ia obstinación en la resistencia y el de-


ciencia. El posicionamiento del derecho en este horizonte tiene
lccho, y más específicamente el derecho moderno, son funda-
que ocurrir de forma constitutiva en relación con lo infinitamente
nrcntalmente'constitucionales' en el trabajo de Fitzpatrick; esto
responsiuo. En esta práctica el derecho aparece como transgresi-
cs, porque el derecho requiere un proceso constante de constitu-
vo con respecto de la preeminencia y elevación de la dimensión
ción y reconstitución, determinación y ruina. Su crítica debe ser
determinada del derecho occidental moderno sobre la dimensión
posicionada al nivel de la estrategia, buscando sentidos y formas
responsiua, durante y después de la Ilustración:
cn los que exista una concreta y mutua contaminación entre de-
recho y justicia. La praxis que constituye la idea de responsiui-
Esta elevación implicó el olvido de Ia que antes fuera la dimensión
lad,la transgresión con y al derecho y la obstinación por resistir
revolucionaria del derecho moderno y el olvido de su existencia
cualquier clausura absoluta de 1o político, es fundamental para
en forma de perturbación de cualquier regla fija. Por el contrario,
entender la efectividad de un pocler constituyente contemporá-
el clerecho occidental se transformó para orientarse de un modo
neo a la Constitución y no solo originario de la misma. Tal es un
adquisitivo e incluso imperial hacia la dimensión del convenio' Pe-
poder constituyente que puede enfrentar y hacer inoperativas,
ro tal transformación no fue suficiente para asegurar una certeza

l5
14
por ejemplo, acciones gubernamentales orientadas a neutralizar
.ro ,o1o la acción juciicial sino también las demandas de los acto
res no judiciales y de los movimientos sociales. Es por ello que la
Constitución, en "su dimensión responsiurl", en contra de toda
clausura absoluta, incorpora y ensambla "la multitud de fuerzas
diversas que vienen a re-constituirla" (2006, p.23).
Este prefacio, entonces, más que introducir la obra de Peter
Fitzpatrick, es para los obstinados que pueclen hacer uso de las
transgresiones, críticas y respuestas que los artículos aquí recogi- 1. EI DE,RECHo CoMo RESISTENCIA
dos sugieren. Es un prefacio para los millones de obstinados que
nos nElamos a vivir esperando una carta y a morir sin esperada
ya, como el Coronel en la obra de García Márquez'

María Carolina Olarte Olarte

RgpengNctAs BIBLIoGRÁFICAS

Derrida, J. 0992). "Force of Law: The "Mystical Foundations of


Authority"'. EnDecr¡nstructíon and the Possibility of lustice $p'
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Cambridge University Press.
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Golder, B. y Fitzpatrick, P. (2009). F r ¡ u t'd u I t's La¿¿. London : Routledge-
Cavendish.
COMENTARIO

()ustaur¡ losé Roias Páez

Ll derecho opera como una espada de doble filo: puede generar


carrbios sociales y también obstruirlos. Según Peter Fitzpatrick,
el derecho como resistencia se manifiesta en dos dimensiones:
tlimensión extraordinaria (surpassing) y dimensión relacional
(relatíonal dimerusion). De acuerdo con la primera, el derecho
tiene una ídentidad única, consistente, la cual 1o ubica más allá
cle lasrelaciones sociales que 1o rodean. Según la segunda, existe
runa variedad de relaciones sociales que inciden en la creación del
clerecho y le permiten cierto espacio a las resistencias. Estas dos
dimensiones interactúan entre sí, coexisten de forma dialéctica,
favoreciendo los intereses de unos y otros.
En este capítulo las mencionadas dimensiones del derecho son
explicadas mediante ejemplos de la jurisprudencia anglosajona.1
Estos ejemplos ilustran un contexto histórico, al cual Fitzpatrick
nos aproxima haciendo una reflexión teórica sobre los Estudios

I Utilizo el término ".jurisprudencia" no solo par¿r hacer referencia a decisiones ju


diciales sino también col'ro teoría jurídica. Ver Tivinning (2009). Para Tivinning,
jurisprudencia t, teoría jurídica sc¡n sinónimos.

1L)
Críticos del Derecho y su desarrollo tanto en Estados Unidos u r, \'( ) ( ( )l ) ce¡rto de derecho con una metodología alter nativ a paru
como en el Reino Unido. '. r r, .,
rr r t l io y práctica (Priban, 2002 ). Para los Estudios Críticos del
Al usar el ejemplo de la Ley de Industria Inglesa de 1B4g peter I ), r , ., ro, lrr neutralidad política y el objetivismo promovidos por
,
1

Fitzpatrick nos invita a formularnos los siguientes interrogantes: , I I :,t r rt kr rlc derecho liberal occidental son insostenibles, todavez
¿cuál fue el papel del derecho en la revolución industrial?, ¿-a , ¡rr, , l .lt'r'ccho y la ciencia jurídica son categorías determinadas
quienes o qué benefició?, ¿cuáles fueron los logros de las luchas
¡,,' ¡ | ¡ ¡ ¡1 ¡l f¡ica y la ideología. "La postura de los Estudios Críticos
;

obreras al generar la promulgación de las Leyes de Industria?, ,l, l I ), t'clro podría formularse en dos frases simples: el derecho
¿qué significaron las Leyes de Industria para los trabajadores r l,r r it'ncia jurídica son política; el derecho y la ciencia jurídica
que protestaron durante días reclamando mejores condiciones ,., ,rr i,ltrrltlgía" (Priban,
2002).2
de vida? r\ lo lirrgo del capítulo, Fitzpatrick se refiere a la indetermi-
Una observación cercana a las Leyes de Industria (Factory r¡.r, ion rlcl Estado de derecho, resaltada y criticada por el movi-
Acts) delaépoca y su subsecuente desarrollo nos revela q.r. fu. ru( nl() rlc Estudios Críticos. Esa indeterminación del derecho
ron los empleadores quienes, al fin de cuentas, terminaron modi- rr. r's r))iis que la incertidumbre que percibimos al observar la
ficando y manipulando la jornada laboral. Esros se beneficiaron l.rr¡¡'¡ .<,,ro opera el derecho occidental, caracterizado por su
así de la instrumentalizaciín del derecho mediante la resultante
¡,.rrt irrlitlad e inconsistente lenguaje en cuestiones como el pro-
Ley de Industria de 1 850, en la cual se volvió a ampliat la jornada r .s. jutlicial y la decisión judicial.
laboral. El derecho, expresado en la serie de leyes promulgadas I )r'scle la perspectiva de los Estudios Críticos del Derecho, la
para regular las condiciones laborales de los trabajadores ingleses
rntlt'tr.'r'ruinación del derecho permite que este opere a favor de
de la revolución industrial, terminaría neutralizando er potencial
l, rs intcreses de poder dominantes en una sociedad. El Estado de
emancipador de la lucha obrera. Recurriendo al pensamiento de r ['rt'r'lro no es neutral. No puede ser neutral. Originalmente, las
Upendra Baxi podríamos decir que, en el caso de la Ley de In- rr( )r'nrrrs formales que lo integran carecen de cualquier significado
clustria de 1850, el poder de unos pocos determinó el destino de .,,, irrl, lo que las hace propensas a asumir contenidos políticos, a
la mayoría (Baxi, 1991). Es por esra compleja relación enrre el I r';n,['s de procesos de interpretación que no pueden ser neutrales
poder y el derecho que Fitzpatrick afirma que la Ley de Industria
l,r¡r's necesitan de la autoridad política. En este escenario el Es-
de 1848 no debe enrenderse como un ejemplo del uso del derecho Irrr kr de derecho toma partido, se vuelve normativamente prede-
como resistencia (F-itzpatrick, 2008). t«'r'rrrinado, víolando así el principio de neutralidad que pregona
v constituye su razón de ser (Priban,2002).
l,r ts r,st'uotos cRÍTICos y LA INDETERMINACIóN
I)IjL DElili(]r{O
¡t ,Ríllcn RADICAL O MODERADA2

Ei movimiento de Estudios Críticos del Derecho nació formal_ Irn su recorrido porlos Estudios Críticos del Derecho, Fitzpatrick
mente en los Estados Unidos a finales de los años setenta (Hut_ sc dedene en el debate interno que se desarrolló en torno a la in-
chinson y Monahan, 1984). Puede decirse que el movimiento te- rleterminación del derecho y lo que este puede llegar a sígnificar
nía dos objetivos fundamentales: en primer lugar buscaba socavar
para las minorías. En 1987, casi diez años después de la funda-
el formalismo jurídico caracerísrico del Estado de derecho riberal
y, por otro lado, sus integrantes buscaban también elaborar un I taducción del auror.

20
21
l,rr confrontación con Ia anterior posición encontramos una
ción del movimiento, Richard Delgado afirmaúa que la agenda
epistémíca de los Estu<lios Críticos del Derecho era incongruente
( rti(ir rrás radical dentro del mismo movimiento (Rodríguez,
¡'r')¿; l)riban,2002). Esta facción rechazael Estado de derecho
con las necesidades de las minorías en los Estados Unidos. Según
Delgado, el problema radicaba en que la propuesta de los Estu- r l;r trrrría de los derechos. Sus integrantes sostienen que la exis-
dios Críticos del Derecho no representaba 1o que las minorías
tlrrt irr ile estos dos elementos afecta los intereses de las minorías
esperaban <lel derecho y de la teoría jurídica (Delgado, 1987). ¡,.r tkrs razones: de un lado, limitan la protección de las liberta-
, l,'s irrclividu¿rles;y de otro, contribuyen ala reproducción de pre-
Delgado sostendría que la crítica alateoría de los derechos hecha
,1,,¡¡¡i¡1¿111¡s5 desigualdades y relaciones de poder en la sociedad
por algunos autores era perjudicial para los intereses de las mino-
t l'r'ilrur, 2002). Las posturas de Hutchinson y Thomas sobre el
rías. El caso de la familia que logra mediante el uso de recursos
,r( )( ('so judicial, citadas en el capítulo, pueden ubicarse en esta
jurídicos que le instalen la calefacción en su casa subsidiada le I

siruió como apoyo de tal afirmación. Para Delgado, los cambíos |'('tsl)cctiva.
parciales (peace meal reform)Togrados través de recursos legales
a
Iiitzpatrick no se aparta de los anteriores postülados; sin em-
l ,:rtlto, parece ir más a77á, afrrmando que en esa zona de indeter-
no deben interpretarse como un obstáculo para un cambio so-
nrinrrci«in el derecho puede ser resistido, gracias a su dimensión
cial estructural. En otras palabras, no toclas las reformas a corto
plazo generan conformismo ni neutralizanlalucha social, como
r,'lrrcional. Esto resulta alentador y alavez desalentador pafa
(lu¡('nes resisten, ya que la dimensión relacional, al originarse
lo afirman otros integrantes del movimiento. Con la calefacción
t;urrlrién dentro de la indeterminación del derecho, puede ope-
instalada la familia puede convocar a una reunión de inquilinos
r ,, r' ,r favor de su opuesto, es decir, la dimensión extraordinaria.
en su caliente sala. e invitar a la comunidad a cliscutir sobre las
1,,, 1¡¡1¡c¡ie¡ indica, parafraseando las palabras del mismo Fitz-
falencias de sus viviendas de subsidio. La crítica hecha por un
grupo de los Estudios Críticos del Derecho al reformismo parcial lrrrl rick, que la dimensión relacional existe gracias a la dimensión
( \trirordinaria, y por ello podría terminar operando a su favor
desestima estas posibilidades (Delgado, l9B7).
rI 'itzpatrick,2008).
La postura de Delgado puede ser acomodada en ei lado "ra-
cionalista" o de crítica "moderada" del movimiento (Rodríguez,
lir.r r.uxróN
1997 ; P rlb an, 2OO2) . Los críticos racionalistas, según César Rodrí-
guez, asumen la crítica conto un paso previo a la construcción de
L:r tcsis de Fitzpatrick representa, a mi entender, otra fase de los
comprensiones alternatívas del derecho y la sociedad qu.e puedan
l,sttrdios Críticos del Derecho (Priban, 2002). Esta postura es
articularse en proyectos de transformación política a gran escala
( ru'rtcterística de los Estudios Críticos del Derecho en la Gran
(Rodríguez, l99l ).Paralos críticos moderados, la neutralidad po-
Iirctaña, en donde la lectura crítica del derecho ha sido influen-
lítica del derecho liberal es un elemento cuestionable; sin embargo,
cierto punto- puede . irrrla por la obra de pensadores como Lyotard y Michael Foucault
admiten que un sistema de normas
-hasta ( I ritzpatrick y Hunt, 1987). Autores como Costas Douzinas, Peter
contener al Estado y evitar su arbitrariedad (Priban,2002). Dicho
( ioodrich y el mismo Fitzpatrick comparten I a crítica general del
de otra manera, el Estado de derecho, a pesar de ser incapaz de
,lcrecho desarrollada por los fundadores del movimiento, pero
despolitizar los conflictos, las contradicciones y las relaciones de
Iran recurrido a referentes teóricos más concretos. En el caso de
poder en la sociedad moderna, sí puede contribuir al desarrollo
de una cultura democrática, y l.rucclc ser usado como instrumento
liitzpatrick, su obra será ampliamente influenciada por el post-
cst ructuralismo.
para la transformación política y social (Priban, 1991).

2)
22
Entender el derecho a la resistencia en las dos dimensiones \ l, rr r,r rt lrr,.f . ( 1 997 ). "Looking to the Bottom: Critical Legal Studies and
descritas por Fitzpatrick implica admitir una de las premisas bá- l(, ¡rrrrations". 22 Haru. C. R. C. L. L. Reu. 323.
sicas de los Estudios Críticos del Derecho: el derecho es indeter- l'r l,r r r r,.l. Q002), " Sharing Paradigms? Critical Legal Studies and Socio
r

minado. Es una máscara de estrategias específicas de control so- Lt'cal Studies and the Sociology of Law". En An Introduction to
cial y disciplina (Fitzpatríck,1992). Sin embargo, demostrar que Lut, ¿nd Social Theory. Oxford-Portland: llart Publishing.
el derecho es indeterminado es algo distinto a establecer cómo | 'r rl,;¡n,.J. (1997, septiembre). "Beyond Procedural Legitimation: Le-
esa indeterminación funciona en distintos contextos (Matsuda, ¡rrlity and its Infections" . Journal of Lau and Society, 243).
1 987 ). El derecho legít imo, el ap a rt b e i d, encar celó a Nelson Man - l i,,, l r ístrcz, C. ¡999). "Estudio preliminar". En Lib ertad y re s tricción

dela por casi J0 años; no obstante, el derecho también significó ,'u ltt tlecísión judícial. Bogotá: Siglo de1 Hombre Editores y Uni-
para Mandela una esperanzadora herramienfa pata recobrar su r t lsirlld dc los Andes.
libertad durante sus años de cruel presidio (Fitzpatrick, 2008). I il i rr rr i ng, §(/. (2 009). G e n e ra I J uri sp ru d e n ce : U n d e rs t an din g Lau- fro m
Al distinguir las dimensiones del derecho a la resistencia,Fitz- ,r l)tlfarent Perspectiue. Cambridge: Cambridge University Press.
patrick contribuye a lo que Peter Gabel ha llamado el espíritu de
los Estudios Críticos del Derecho. Este espíritu no es nada más
que la constante intención de este movimiento de liberar el de-
recho de las cadenas ideológicas y herméticas que conforman su
sisrema de interpretación (Gabel, 2008, 2009) .

RsruRnNcrAS BTBLIoGRÁFICAS

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24 25
E,L DERECHO COMO RE,SISTE,NCIAI

lN'r'noouccróN

A la hora de abordar el derecho en sus aspectos políticos, una


t r¡cstión intensamente debatida ha sido la de si el derecho puede
se r resistido o si, en cambio, constituye en sí mismo una forma

tlc resistencia. Mientras que feministas y activistas minoritarios


cn los Estados Unidos luchan por ver sus exigencias plasmadas
t'n la ley, Tamayoría de los académicos críticos del derecho ven
rr esta última como un instrumento indeterminado y carente de
fiabilidad intrínseca. En el Reino Unido, algunos perciben el de-
lccho como subordinado a un poder dominante en la sociedad,
lnientras otros lo defienden como un ínstrumento con la capa-
cidaci para generar cambios progresistas de manera autónoma.
En este escrito esbozaré estas diversas posturas, no ya para
lcsolverlas sino para extraer de ellas dos ideas distintas del dere-
cho: a la luz de la primera, el derecho posee aquel poder general
v superior, necesario para el Estado de derecho. De acuerdo con
la segunda, el derecho es un instrumento de carácter circunscrito,
clrya constitllción es el resultado de su interacción con múltiples
relaciones sociales.

I Tradtrcción clc l!{aría (,aro1ina C)larte Olartc -v


(}ustavolosé Rojas Pácz.

27
Es probable que el acto de resistir no tenga un lugar garanti- | 'r 'r r('sirlt¿lr la necesidad de tomar en serio al derecho y a otras
zado almomento de relacionarlo con la primeraideadel derecho l, '
r lr
sociales, a las cuales, se dice, la izquierda ha subestimado
rc

aquí esbozada. Resistir, por el contrario, sí juega un papel im- \ r r .rl:r(l() negativamente en detrimento de su eficacia política. De
, .,r( n r()(lo, se supone que uno debería ser realista acerca de, por
portante cuando se lo relaciona con la segunda idea, sobre todo
, ti n rl)l(), tcmas como la policía y la rentabilidad, no solo porque
cuando se trata de desestimar las pretensiones de poder extraor-
l.r r,, nlc ve aspectos positivos en ellos, sino también porque hasta
dinario que el derecho quisiera arrogarse.
( r, rt()
l)unto estas formas sociales tendrían que sef conseryadas
, n unir futura sociedad socialista. Es así como al derecho, como
Er onrccuo Y Los LÍMlrES DE LA RESISTENCIA
l, ,r rr¡'¡ *,,.¡u1, se le atribuye una existencia política independiente,

Con el fin de contexfualizar, empezaré con un relato al que con ,r',r ( ( )nro la capacidad pararealizar cambios sociales progresistas.

frecuencia se hace referencia precisamente para confirmar la no- lit'«'ientes debates dentro de la línea de Estudios Críticos del
| ), r..'r'lro en los Estados Unidos constituyen una variación impor-
ción del derecho como resistencia: la lectura de Marx sobre la Ley
(' ('u relación con este tema. La postura dominante considera
de las Diez Horas (Factory Act de 1848), por medio de la cual se
r u
. r r

estableció la jornada iaboral de 10 horas (Marx, 1954, pp.264-


,'l "lrr'oceso jurídico en general y sus componentes doctrinales
, .u rr('tcrísticos" como "fundamentalmente indeterminados y ma-
281).Laimportancia de esta ley radica no solo en que delimitó
rrr¡r¡¡f 1¡[-¡f ss" (Hutchinson y Monahan, 1984, pp. 2ll-212). Dicha
la jornada laboral, sino también en que fue el símbolo, la culmi-
nación y la solución de una larga huelga general que enfrentó a r r r( l('lcnrinación y manipulación favorecerían principalmente a

trabajaclores y empleadores. Teniendo esto en cuenta, lo quc es l, rs irrtcreses dominantes. Aun cuando las normas, derechos y pro-
, , s«,s jtrdiciales atraen maliciosamente a la gente bajo la promesa
interesante no radica tanto en el logro obtenido sino en la pre-
,1. t'st¿L¡lecer parámetros duraderos y soluciones objetivas, ter-
cariedad del mismo. Como ostensiblemente 1o demuestra Marx,
la ley se sostuvo solo debido al intenso debate político en el cual rrlu por no proveef ni una cosa ni la otra. En este contexto no
il r il

participaron trabaiadores, abogados de la corona e inspectores ¡,rrr',le exisdr base alguna o foco de resistencia. No obstante, esta
industriales, quienes se oponían a los grupos de manufactureros t litica ha sido rechazada desde la perspectiva de las minorías, por
, r,nsirlerar que negar la posibilidad de resistencia dentro del dere-
y a los;'ueces simpatizantes de estos últimos. Los empleadores
, lro constituye una posición presuntuosa, imperialista y errónea:
siempre evadieron la referida ley, e incluso obtuvieron su modi-
ficación en pro de sus intereses con la promulgación de la Ley
de Industria de 1850. De esta manera, la Ley de las Diez Horas [,rrs minorías saben por arnargas experiencias que las victorias
oc¿sionales ante las cortes no implican que 1a tierra prometida esté
difícilmente puede ser concebida como un ejemplo inequívoco
al alcance. La crítica es imperialista en el sentido en que les dice a
del derecho como resistencia'
las minorías y a otros lJrupos oprimidos cómo deben interpretar
Este es un problema que aún no ha sido solucionado. Ver-
los eventos que los afectan. La determinación de un juzgado orde-
siones sobre la dependencia del derecho considerarían a este
nando a las autoridades de vivienda que distribuyan fondos para el
último, tomando ejemplos del marxismo, como un componente
arreglo de sistemas de calefacción en viviendas de subsidio puede o
de una superestructura determinada por una base económica,
no posponer la revolución. Mientras tanto, la orden permitirá que
o como algo relativamente autónomo dentro de una estructura
unas familias se protejan del frío. Esto puede tener más significado
más compleja, donde, en írltima instancia, 1o económico sigue
siendo el elemento dctcrminante. Otros, sin embargo, optarían

29
28
para ellos que para un académico que trabaja en su cómoda oficina. ,, r lr rsar de carácter unificador y soberano, tal como el Estado'
r rr

(Delgado, 1987, pp. 187-188) I .t,' lrrrirrt'vendría a estar localizado de manera separada de las
r' l, ( r( )r )('s sociales, a pesar de ser pensado, usualmente, como una
r

Estos desacuerdos reflejan dos dimensiones distintas del de- , rrrt l:rtl conectada de manera general a la sociedad, o a pesar de
recho. A la primera podríamos llamaila "dimensión relacional". ',, r rnlinado en última instancia por un aspecto de la sociedad,
,L

Para quienes afirman que el derecho debe ser tomado en serio, y r,rl ( ( )n)() cl económico.
para ios abogados de las minorías,la idea del derecho tiende a ser t .rnlquiera que sea esta conexión o cualquiera que sea el fun-
funcional. Fuera de la infinidad de lo que el derecho podría ser o , l,rrrrt rr lo último del derecho, la pretensión intrínseca del Estado

podría hacer, está siendo y haciendo algo específico (en un con- , l,' , lt rccho es que el derecho tiene un poder trascendente capaz

texto específico). En este sentido, el derecho se forma a partir de ,l, ,rlru'carlo todo. Bajo esta perspectiva, el derecho, en sus pro-
sus múltiples conexiones con otras relaciones sociales. Este tipo I
,r, ,s trlr.minos, no puede entonces ser limitado por los intereses de

de derecho crea una diversidad de campos, cada uno de los cuales , rr, ¡,,,rlcr luera de sí mismo. De esta manera, las resistencias que

posee significados característicos, y límites que aunque se tornen rr'rl,,rur Iugar en el derecho permanecen supeditadas al cambio o
usuales no resultan ser invariables; están entonces decididos pero ,rl,,rlicirin mediante un Estado de derecho que no les brinda nin-
no establecidos. Son estos campos los que generalmente dan lugar tlrrnir cxistencia fuera de su propio dominio. Podríamos llamar
a resistencias, como es el caso de la jornada laboral de diez horas. ,r t'strr climensión, la "dimensión extraordinaria" del derecho.
Tomando un ejemplo más reciente, podríamos referirnos a L,,s logros de la ley de la jornada laboral de 10 horas (Ley de las
las otrora quiméricas dosis ("legal pocketi') de humanidad y I )it'z Iloras), como vimos anteriormente, no fueron garuntiza-
tolerancia existentes en el derecho migratorio del Reino Unido ,|.s tlcntro del derecho. La adopción abierta y sesgada por par-
como resultado de la continua práctica de los abogados, en con- t, tlc los recientes gobiernos del Reino Unido de la dimensión
creto mediante los procesos de apelación. Ante esta variedad de ,'r tlrrordinaria ha tenido un efecto dramático parala resistencia.
situaciones se podría hacer una modesta y general aseveración l)ru'x tomar solo un ejemplo, los derechos sindicales y laborales
en favor del derecho como resistencia, con el argumento de que 1rrotegidos alguna vez por la legislación laboral han sido o mo-
mediante este tipo de leyes se puede ejercer un control sobre el ,lilicados drásticamente o eliminados del todo. El punto central,
gobernante y los gobernados. Este argumento es, por 1o general, ('r)tonces, es que la resistencia no puede set garantizada por el
sobredimensionado hasta el punto de ser presentado como una , k'r'ccho en su dimensión extraordinaria. Esta es una conclusión

virtud única del Estado de derecho, pero en realidad no es nada rrrrn más complicada, donde quiera que haya disposiciones cons-
más que una instancia de lo que implica cualquier caso de for- titucionales que garanticen que ciertas posturas no puedan ser
malización del poder. objeto de reformas legales ordinarias. Pero las Constituciones
¿Qué puntcr podemos tomar para volver a la tesis de la inde- pueden ser enmendadas, y lo que es más inquietante aún, tam-
ternrinaciórr cn krs Iistrrrli«rs (lríticos del Derecho, dado que cual- [>ién son interpretadas. Para tomar otro ejemplo reciente, en la
c¡triel firrnraliz¿rci«in prrcrlc t'csultar indeterminada? La dímensión notoria decisión de Roe u.'X/ade (11973) 410 US 111),la Corte
,1..'l ,1..'r'..^r'11,,.'rr lrr crrirl esto pucde ser realizado es diferente de la Suprema de Estados Unidos usó el derecho constitucional a la
rlinlcrrsi<in rr'l,rt'i.,nrrl l.¡trc acabamos de considerar, según la cual privacidad supuestamente para garantizar el derecho al aborto;
,'l ,1..'n', lr., po, lr'írr.lt'j,u tk'cxistir si fuera totalmente indetermi- sin embargo, posteriormente supeditó este mismo derecho a la
rr;rrLr. l,l ,1..'r',.',. 1r.,( r) ('strr ott'¿t clitncnsión reside definitivamente eventual regulación en contra del aborto que las legislaturas de

to )l
los Estados llegasen promulgar (Webster u. Reproductiue Healtb
a rrr,l.rrl, r'l lcsultado es dramáticamente diferente. Tal es el caso
Seruices i19891 109 S. Ct. )040). Esta "dimensión extraordinaria" ,1, I l,r, ryccto de Conflicto y Cambio, de Newman (Miller, 1986).
del derecho, al ser incompatible con cualquíer condición esta- | ', st' ir lo anterior, la persistencia de la justicia popular e infor-
blecida, ha favorecido la resistencia a status arraigados, bien sean r r,,r | ( r rt'l r rscl en aquellos casos en que su mediación se encuentra
r

estos de índole sexual, racial o feudal. En conjunto, sin embargo,


', lilrrtlir) indica la existencia de un elemento distintivo en es-
'.,,¡ ,

su historial a este respecto se puede calificar, en el mejor de los I ,r | ¡¡ ¡1 ¡q clc justicia; esto es, su capacidad para regular asuntos
.
casos, como ambivalente (Fitzpatrick, IgBi). ,
¡,r,' , l .. k'r'ccho estatal no puede regular. La justicia informal y la
tll',rr( iir 1r«rpular complementan el derecho estatal. Ellas propor-
R¡srsrsNcrA Y LÍMrrES DEL DERECHo , r{,r r:III Irr Parte que falta. Se trata entonces de un suplemento que
, , ,r ¡¡rlq'¡11s¡¡a y completa aquello que suplementa. El hecho de
Hasta ahora he argumentado que aunque la resistencia puede ser ,
¡,r, l,rs jrrsticias informal y popular sean presentadas como algo
efectiva en la dimensión relacional del derecho, la misma puede , .., rrr irrlnrente distinto al derecho da la idea de que este último
ser contrarrestada, en última instancia, por la dimensión extraor- .r lrrt (tcntfál aparte y es independiente de lo informal y populaq
dinaria del derecho. Sin abandonar esa conclusión, quiero ahora
t '( r nritiéndole así conservar una autoridad formai y oficial. Pero,
demostrar que esta dinámica también puede ser invertida, pues, , ,,¡¡¡1¡ l1¡ afirmaJaques Derrída, el suplemento es también 'peli-
paradójicamente, el derecho en su dimensión relacional puede t,r , ,sr r' ( lc)7 6,pp.144-155). Como tal, se queda afuera, retando la
sobrepasar al derecho en su dimensión extraordinaria. En otras t, ,t ;rlitl¿rcl y validez de 1o que permanece dentro. Este reto ha sido
palabras, ello quiere decir que podemos usar el derecho en su , '.¡,lotrrdo admirablemente por los organizadores de la justicia
dimensión relacional para demarcar límites y restricciones a la
¡,,r¡r¡¡l¿¡r del tercer mundo para crear procesos judiciales que se
habilidad del derecho extraordinario para resistir en términos r( '.ist('n al derecho estatal y operan más alláde sus fronteras (ver,
negativos. Una forma obvia de hacer esto es fortaleciendo los
¡'.r t'jcmplo, Baxi, 1985).
elementos que constituyen el derecho relacionalmente. La ley ( )t ro ejemplo esclarecedor 1o proporcionan los casos aborda-
que estableció la jornada laboral de diez horas fue garantizada Henry sobre el uso del derecho respecto a los regímenes
, l, ,5 ¡11'¡¡
y finalmente preservada gracias a la efectiva acción política que ,lst ilrlinarios en el lugar de trabajo en Gran Bretaña (Henry,
logró permanecer integrada al derecho en esa situación parti- | ')¡i2). En este caso se trataba de un área que el derecho del Esta-
cular. Sin embargo, el hecho de que la Ley de las Diez.Horas se ,1,,, cn una sociedad capitalista, no podía regular directamente sin
diluyera en la Ley de Industria de 1850 se podría calificar como r r.. noscabar la autoridad de los empleadores. Así, entonces, una
una debilidad de dicha acción política (Marx, 1951,pp.269-211). I ut'nte disciplinaria de carácter alternativo se formó a partir de las
Otro ejemplo muy diciente se refiere al hecho de que a pesar lr,rbilidades jurídicas populares de los trabajadores, con el fin de
del creciente empleo de mecanismos alternativos al derecho, tal ,'stablecer mecanismos de justicia privada en el sitio de trabajo.
como la justicia informal y popular, el acto mismo de recurrir a I lcr"rry encontró que esta dinámica generaba "tensión", debido
dichos mecanismos se encuentra subordinado al derecho estatal, ,r .¡ue la participación de los trabajadores podía potencialmente
debido a que no sc ha plantcrrtl«r rrtra base alternativaparaello. Al "
l)oner en peligro el poder de control propio de la administra-
contrario, allí clontlc r.'xistc rrrr Irrnrlanrcnto alternativo al derecho ,.'itin" (Henry, 1982, p. 37 a).El reto así esgrimido por esta forma
dcl Estarkr, r'strrIrlt't'irl«r ir l)ru'til'dc la participación de la comu- r lc ;'ustícia popular fue contrarrestado por la manipulación de la

rraturaleza informal de los procedimientos con el fin de confinar-

))
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los a la cafegoría de asuntos netamente procesales, evitando así
tener que lidiar de manera sustancial con los términos en los que
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ante un foro judicial en el sitio de trabajo, y así introducir en el
l',r¡,, ¡t. DoJrecht: Foris.
mismo elementos relativos a la igualdad y libertad de los sujetos
jurídicos, confrontaría la arbitrariedad de la administración con I r, [,,rtkr, R. (1987). "The Ethereal Scholar: Does Critical Studies Have
\\llrrrt Minorities Want? ". Haruard Ciuil Rights Ciuil Liberties Lazu
dichas formas yvalores jurídicos característicos. La anterior con-
li t' i t'tu, 22 (2), 301322.
frontación terminaría por invocar los límites del derecho; invoca-
t t

I r itl¿r,.1. 097ícJ. Of Grammatology.Bakimore:Iohns Hopkins Uni-


r,
ción que el uso inicial de la justicia popular buscaba precisamente
vclsity Press.
evitar. Tamb ién localizaría p untos fun damentales de resistencia
I r.rrzclot,.l. (1980). ThePolicingof Families:'X/elfure uersus tbe State.
a la autoridad de los empleadores. Esta línea de análisis podría
l,onclon: Hutchinson.
ser ampliamente replicada con respecto a varios coniuntos de
I rrzl,rrtlick, P. (1987). "Racism in the Innocence of Law". En Fitzpa-
relaciones sociales a las que está asociado el derecho, como son
t r c l<, P. y Hunt, A. (E ds.), Crit i cal Le ga I S t u di e s. Oxford: Blackwell.
la familia y la adminístracíón del Estado (ver Donzelot, 1980).
i

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Los límites resultantes de esta dinámica revelarían al derecho en
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sr-r climensión extraordinaria como un derecho restringido a una
t0Á),365.3$.
configuración particular de intereses, y demostrarían la debilidad
de su pretensión de ser concebido como una norma trascendente.
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He argumentado que podemos comprender mejor el derecho
t t c n t. London: Tavistok Institute.
como resistencia cuando 1o abordamos en dos dimensiones: se- t

gún la príme ra (dimensión extraordinaria), el derecho asume una


identidad uníficadora, excediendo las relaciones sociales' Según
la otra (dimensión relacional),el derecho es creado en su integra-
ción con la multiplicidad de relaciones sociales. Aun cuando esta
dimensión relacional del derecho apoya las resistencias, estas pue-
den ser socavadas por el derecho en su dimensión extraordinaria.
Sin cmbargo, cn los casos estudiados, la dimensión relacional de-
volviír cl golpc, pol así tlccirlo. Ello sirvió para establecer límites
,rl ..1..'tr'..'|1,,. Así, cl tlcrcclt«r tlcmttstró ser una forma poderosa de
rt'sistir' ,tl rlt'tt'i llo.

)5
14
2. LAINFAMIA DEL DERECHo
COME,NTARIO

'Álroro
Ciarreaud

Infamia : desuédito, des honra, uilezd.

Real Academia Española de la Lengua, 2011

f '.rr t'stc apartado, el lector podráver aFitzpatrick protestar con-


r r:r lrr nc¡ción hipostasiada del derecho moderno, que lo pretende
r r( )stl'¿rr como el resultado positivo, en el orden de las "virtudes
Irrrrrrrlnas", del proceso civilizatorio occidental. Contra esta vi-
'.r,,rr scsgada y auforitaria el autor opone un riguroso análisis de
l,rs t'ondiciones simbólicas, históricas y políticas por las cuales el
r lt'r'ccho occidental llegó a constituirse en el modelo uniuersal a

1r:rltir de la Ilustración y de la expansión colonial europea en el


.rrikr KVI. La deconstrucción del fundamento mítico del derecho
n,.,rlcrno se focaliza en dos aspectos centrales: la infamia de su
luntlamento, esto es,la negación violenta delotro;y su condición
,1,,'lnuíc¡lable, es deciq la idea de que el derecho (moderno, occi-
t lt'ntal) y el orden social estarían constitutivamente ligados y que

r r. sc puede pensar una comunidad politica civlizada fuera de sus

)9
límites. Bajo esta doble mirad a crítícaFitzpatrick pone en tela de r¡,livitlrros libres (miembros de una comunidad política) como
juicio las posiciones que, aun declarándose críticas, reconocen en , , ,¡¡, f i¡if¡ necesaria para salir del estado denafitraleza. Este acto
el derecho occidental cierta potencialidad para p romover el desa- I lrrcional permite la vida social pacíficay organizada (sociedad
rrrrt
rrollo alterruatiuo o desde abajo (Franck,l972;Dias y Paul, 1981). ¡
,,,lrtit'ir) y se opone radicalmente al estado de naturaleza en el que
En efecto, el planteamiento de la escuela de Estudios de Dere- ,,( ('r ) ('( )ntrarían, en diferentes grados, los pueblos salvajes. La cer-

cho y Desamollo, en cuanto alcarácter instrumenta/del derecho r, ,,;r tlc que la vida social se funda en un orden racional define el
(Goodrich y Hachamovitch, 1991), choca permanentemente con l,r rrrro rle vista de la política Hobbes, pero también en Gro-
la voluntad totalitaria del Estado y con la imposición de mecanis- r
-en
r. . Locke y Rousseau-, y constituye el modelo hegemónico de la
mos, formas y contenidos hegemónicos, que ponen en evidencia ,r ,l ,r'r'rrnía flroderna. Los trabajos de estos pensadores significaron

la violencia y la negación que sufren otras tradiciones jurídicas en Lr rt'ltrtación empírica de la concepción escolástica del principio
su contacto con el derecho occidental (Goodrich, 1990). , l, s, ,t'iabilidad natural del hombre (zoom politikom), y estable-

Una distinción clave para entender las diferencias entre el de- , r, r( )n l¿rs bases para una nueva estrategia heurísticá en la expli-
recho occidental moderno y otras tradiciones jurídicas es aquella , ,r, ir rrr cle la vida social y los sistemas políticos: elpacto-contrato.
rígida separación conceptual, clescrita por Strathern (1985), entre LI nrodo de razonar de Hobbes muestra de forma clara su
la acción social y la acción normatiua. Pero, aún más importante r, .rr t'irir¡ contra Lateoriapolítica renacentista (Maquiavelo), que
cluc ello es la operació n de clausura que está en la base del derecho ',r' lr;rsrrl¡á en datos y experiencias históricas de los sujetos poli
<rcciclcntal y que le impide reconocerlavalídez de otras formas r rr os lrl ciudad-Estado, la comunidad o las clases) , y marca un
(

..'t¡ltrrralcs clc regulación social, puesto que al hacerlo pondría en lr,,¡i71¡1¡1s teórico en el que las cuestiones políticas comienzan a
cvirk'ncirr lrr construcción mítica de su propia ontología, su ra- ',r'r rlrrtadas en términos absffactos y generales. La tendencia de
,.lir',rl lrrltir rlc firrrlamento (Goodrich, 1990). El orden jurídico I l,,l rlrcs es a sustituir el principio crítico-escéptico del huma-
nrork'rn<, nr.luca cs sc¡lamente un instrumento sino que lleva en rr,,nr() rcnacentista por un principio racional universal (científi-
sí la violcncia clc un modelo de sociedad, el occidental, que se r . total del mundo históricamente
), 1¡1¡g implica la sustracción

¡rroclama como el mejo¡ el más desarrollado y el más justo; por Como una forma de despegarse de "1o otro" de la
,,1,:.1'1'1,¿[]s.
ello, también, sus diferencias respecto de otras tradiciones jurí- r.r, i.nalidad, el pensamiento hobbesiano busca su modelo en la
dicas nc¡ son de calidad, sino defuerza. En este contexto, resurge lr,,i( ir ncwtoniana. En efecto, la imagen newtoniana del Estado
la pregunta: ¿puede el derecho occidental moderno convertirse r,
'nr() sistema planetario, y del poder del soberano como reflejo
en un ínstrumento de lucha por parte de los grupos subalt'ernos? ,l, lircrza central del sol, rcforzaronel cuadro general descríto
lrr
El fundamento político de la modernidad puede ser caracte- ¡',,r I lobbes. La estabilidad de la sociedad exige no solamente
nzado como dotado de un poderoso simbolismo mítico, pues no r¡r);r lucrza centralizada, sino también un sistema de órbitas fijas
está relacionado con algo lógico o real, sino que corresponde a ,, r rrul cl cual las distintas partes de la sociedad siguen unas pautas
un círculo de significaciones e identidades "imaginarias", como ¡,r..,lccibles (Toulmin, 2001).
la familia, el Estado, la justicia, los derechos y deberes, etc., que el I Iobbes aborda el problema desde un plano abstracto, y toma
propio proceso histórico ha ido invistiendo en su desarrollo. Para .tl ¡tibtlitc¡ como unidad de análisis; de manera que el problema
Fitzpatrick, dicho núcleo imaginario puede identificarse con eI r t rrl r'¿ll es el delalealtad del individuo con el Estado. En este sen-
advenimiento de la Ilustración y con la idea del contrato social, es t rt I r, Ia dominación definida sobre una base meramente empírica
deciq con la idea de acuerdo y consentimiento (consenso) entre , irirrrrlitaria implica la identificación del individuo con el sobe-

,10 41
rano, al cual no podrá oponerse porque se opondría a sí mismo. , ,,rrli,,1¡¡'¡¡do una imagen, en un principio idílica pero al corto
A1 refutar la noción aristotélica de sociabilidad (fisis), elLeuiat,íru r negativa, de la sociedad salvaje como una sociedad carente
r( n rl)( )
sienta las bases para una teoría de la omnipotencia del Estado, ,1, :rrrt«rridad (Rey) y de propiedad, donde el carácter nómade y
instituido racionalmente. La total indiferencia que Hobbes ma- ,l, '.rt'crrlado de sus actividades implica una vida pobre, solitaria,
nifiesta en cuanto a la posibilidad de perfeccionar moralmente al ,ut i;r v "animal". Una vida en la que la justicia brilla por su au-
honrbre es condición de su idea delLeuiattín: un contrato racional ,, r( ilr. v un estado de guerra de todos contra todos que excluye
que se objetiva y se hace extraño hasta el punto de convertirse en l, rr l:r I lilsCefldencia de normas o valores.
un monstruo, que con su poder de coacción y convencimiento I )t'cstas imágenes negativas extraerá Hobbes los elementos
garuntizauna vida política "pacífrca" .Lavida social de un buen
l'.r ir (I)nstruir su teoría política y para acuñar su célebre máxi-
Estado moderno no puede ser sino la otredad de la imagen del ,r.r: ('r) cl estado natural "el hombre es un lobo para el hombre"
animal humano impulsado por sus deseos y motivado por el prin- I I lt ¡tto homíni lupu.r). En verdad su hipótesis de trabajo sobre el
cipio de propia utilidad. Por ello, el Estado moderno hobbesiano , ".r;rtlo cle naturaleza, el miedo yla amenaza, es débil y fragmen-
implica una avasalla dora fuerza central, ala vez la autoridad su- r.il ¡:r, l)cro es, paradójicamente, capital. No obstante la arbitra-
prema y la fuente de derechos y obligaciones morales. Así, para r r,', lrrtl cle la descripción que Hobbes hace del estado prepolítico,
I lobbes las comunidades adquieren su estatuto político solo al , r r ('l no están ausentes el podeq el honor, el lenguaje, pero es un
constitrrirse como, participar de, e influir a través del Estado. Así, ,,,I : caren te de a lgo. Este algo es simplemente la sujeción.
rt Ir r s<'¡cid.
cl Irstaclo sc convierte en el horizonte político de la modernidad. I )r'st lc cl momento en que el contrato introduce la sujeción, pa-
I
',r la I lobt¡cs 1¿r existencia de un derecho
positivo vinculado al ',,ur)()s, scgún Hobbes, del hombre al cuerpo político, alEstado.
listirtl«r cs, a la vcz, la consecuencia directa y lógica de la conquista L:-trr visión arbitraria, aunque dominante en la Europa del siglo
<lt'l t't/trtlo polílitr¡ o ciuil delhombre, de su triunfo sobre el estado \ V I I, sc completa con una visión mecanicista del animal huma-
tlc nttluntlt'ztt y clclr- guerra de todos contra todos. Al contrario que n( ), (luc lleva al filósofo inglés a la contundente demostración de
lrrrla Aristritelcs, para Hobbes, el estado político del hombre es l¡ ttt't't'¡ídacJ de la sujeción como paso necesario de la soberanía.
un estado artificial (derivado del contrato), un progreso y una di- I',ste planteamiento de Hobbes es seguido casi en su totalidad
ferencia irreductible con el hombre en estado natural, dominado ,r rr ohn Austin en su libro, The Prouince of
¡ .f Jurisprudence Deter-
por sus deseos y amenazadopor sus prójimos. El hipotético esta- ,,t t uul (lB)2), y tendrá una gran influencia sobre la jurisprudencia
do de naturaleza eslafrontera crítica sobre la que se levanta la po- rrrrilt'sa de los siglos XIX y XX. Austin recupera el planteamiento
sitividad del orden estatal y jurídico; por ello el fundamento real r t ntr'¿r[ de Hobbes en cuanto a que la seguridad es el principal
del Estado queda oculto, más allá, fuera del alcance del cuerpo .lr jt'to de la sociedad política y del derecho, pero 1o interpreta
social, que concibe esta relación como relación de exterioridad; es lctomando aquí a Locke- en términos de propiedad. La au-
decir, le resulta imposible un cuestionamiento de los fundamen- ',t'ncia de derecho, así como su absoluta necesidad, derivan de la
tos últimos del orden instituido. Sin embargo,la dialéctica que ",.'r'idencia" (puesta allí por los salvajes) de que la vida en comu-
propone Hobbes como base de su teoría del contrato, es decir, rr ir Irrd, igualitaria e indefinida, no Élenera entre los hombres "de-
el contraste entre estado de naturaleza y estado político, se apoya ri't'hos jurídicos" (Austin ,1861-1863). De este modo, el derecho
en una consirucción etnocéntricay totalmente imaginaria (\X/hite, ,lt'l listado no es solamente un imperativo perentorio, es además
1978; Axtell, 19Br). En efecto, paralela a la expansión colonial rrrr irnperativo que obliga a una conducta determinada, es deciq
europea sobre el Nuevo Mundo, iniciada en el siglo XVI, se irá st convierte en norma y modelo de vida (Austin, 1861). Así, la

12 4)
,,,,/t't//os de exclusión, separación y recbazo en el orden del discur-
inrposición del sistema colonial de la ley y el orden como medios
',, ,, ,'s rlccir, la censura y la negación violenta de ciertas formas de
rlc sujeción (soberanía) se justifica por la necesidad de imponer
l,r'nsrlr'. También para Fitzpatrick las relaciones coloniales existen
ir krs salvajes la vocación para aferrarse a las cosas, estableciendo
\ l'( r'sisten en el orden del discurso, en las nocionesy categorías
rrna relación jurídica con ellas (propiedad) y, finalmente, por la
lr r('sustentan el derecho occidental como forma ejemplar de go-
(
ncccsidad de generar en ellos la habilidad para someterse (Ax-
lrrt rr()i por ello se impone la necesidad de desarrollar el pensa-
rcll, 1985).
,r¡('rrto crítico, justo allí donde el poder quiere hacernos alavez
Nacla revela más claramentela infamia y \a naturaleza mítica
',r r, rlrjcto e instrumento.
.1.'l .lcrecho occidental que el hecho de vincularlo, acríticamente,
,rt .,rt.lcr-r. El colonialismo impuesto sobre el Nuevo Mundo des-
l(r r r,,rrrrNCIAS BIBLIoGRÁFICAS
criIrc lrcrfectamente esta operacíón, que permite 7a constitución
//('.q(t/iutt dcl derecho estatal y del orden político: el derecho de
( 1 86i - 1 86] ). T h e Prouin ca of urisprudence De telmine d and
\ r rst i rr, .[. J
corrt¡trista, de guerra justa, se afirma por la negación del estado
Lt'(Íurcs on Jurisprudence,S vols. London:John Murray.
s,rlr,,rit', lrrirnitivo, caracferizado por la ausencia de propiedad y
\ . r, ll,.f . (1985). The lnuasion Within: The Contest of Cultures in Colo-
rlt' rlclt'r'lro, por la anarquía, la desregulación y el nomadismo
u i,tl Nctrth Amerzca. New York: Oxford University Press.
(I't'r'11rrsorr, lcXr(r). De esta caracterización negativa, carente de
, rr;rl, ¡rrit'r' '",irt t ril, se deriva una consecuencia política importante:
I rr,rs, (1. J. y Paul, JCN (1981). "C)bservations on Lawyers in De-
vt'lopment and Underdevelopment" y "Lawyers, Legal Resources
l,,s lrrrrlr:rrrrs, srrlvajcs o incivilizados dotados de mal-
-aunque
,l,r,l irr,rtt'¡rlt', y t¿rl vez por ello- deben ser dominados y ciuili'
,rrrrl Alternative Approaches to Development". En Dias,C.J. et al.
ll':,<ls.), Latuyers in the ThirdWorld: Comparatiue and Deuelopmental
',i,/,r ¡rol l,r lircrza (Austin, 1361-1861). En el siglo XIX opera,
l't'rspcctiues. Uppsala: Scandinavia Institute for African Studies and
rt(l('ril:rs, rrrr .1.'s1;lazamiento por la influencia de las teorías em-
!rrtcrnational Center for Law in Development.
¡rilistir v cvoltrcionista: los salvajes dejan de ser vistos desde una I r r¡rr lsi)n, A. (1966). An Essay on the History of Ciuil Sctciety (17 67).
ri¡rtit'rr inrrrginaria, para ser definidos en términos de un estado
l',tlinburgh: Edinburgh University Press.
t'nr[¡r'ionalio que, a fuerza de evoluciones, llegará finalmente al
I .r 1'¿¡ 1¡f ¡, M. (I97 3). Th e Order of Th in gs ; An Arch eolct gy of th e Human
¡

t'slrrtlo civilizado de la sociedad europea (Stein, 1980). De este


\t tt't1c€5. New York: Vintage.
,lt'splrrzirr.r'ricnto se deriva otra conclusión política importante: si
I r ir r( l(, T. (1972). "The New Development: Can American Law and
..'l r'rulrin«l clcl progreso es uno, y si este camino lleva inexorable-
l,r'ga1 Institutions Help Developing Countries?". lYisconsin Law
nr('r)t('rr l¿r civilización occidental, ¿por qué no acortar el camino
licuica, J,768 801.
c irrrlxrrrt'r' rr krs grlimitivos este destino? No obstante esta lógica
t ,,,trrlrich, P. (1990). Languages of Lata: From Logics of Memory' ¡6
n( ) ('s ('n vclrlrrtl rrna lógica unitaria; como lo explica Fitzpatrick,
Nt¡tuadic Mas,És. London: Weidenfeld and Nicholson.
..'l ¡,rt'lt'nrliclo progreso no muestra ni unidad ni causa común,
t ,,,otllich, P. y Hachamovitch, Y. (1991). "Time Out of Mind: An
sirro r¡rre ha sido creado ad hoc para justificar un cierto orden
lntroduction to the Semiotics of Common Law". En Fitzpatrick,
..k'cos¿s. La progresión o evolución no es algo por realizar sino
ll (Ed.), Dangerous Supplements: Resistance and Reneual in Juris-
,rlgo ya realizado. En este contexto, la crítica de Fitzpatrick no
¡,rudence. London: Pluto Press.
sc qucda en la denuncia, sino que aboga por la necesidad de un
\tt irr, P. (1980). Legal Euolution: The Story of an ldea. Caml>rid,ge
«rnrpromiso práctico. En los saberes sancionados de la ciencia ( .ambridge University Press.
r rli cial opera aquello que Foucaul r (197 3) denunció como p ro ce di-

45
1.1
Toulmin, S. (2001). Cosmópolis. El trasfondo de la Modernidad.tsar
celona: Península.
White, H. (1978). Tropícs of Discourse: Essays in Cultural Criticism
Baltimore: John Hopkins.

LA INFAMIA DE,L DERE,CHOI

Hasta donde sé, somos e I único grupo de persctnas que


píensa que desciende de k¡s saluaies: todos los demás se
cc,,nsideran descendientes de los dioses.

Sahlins. Culture and Practical Reason

l¡.1 r ri« rr>uccIciN

| .n su infamia, el derecho occidental se refleia a sí mismo. Este


,l( r('cho es interpretado por algunos como infame, debido a su
, ,,rrrlrlicidad con la opresión de los pueblos del tercer mundo.
No olrstante, la historia de la infamia del derecho se ha sostenido,
l)ru'¿irdose del discurso socio-político que aboga por el dere-
,,(

, lrt, como un vehículo para hacer cosas meiores. Este discurso,


,,,,'lrrso antes de volverse "alternativo" y tomar el bando de los
, ,¡,r imidos, alega como justificación la contribución del derecho

. rl ,lcsarrollo o la modernización. Esta es solo una instancia entre


l.rs nruchas del instrumentalismo abstracto que nutre al derecho
,,, t irlcntal. En oposición a esta tendencia predominante, encon-

lieclucción de Gustai,oJosé Roias Páez.

46
47
tramos una creciente preocupación por el valor cultural del de- rr,.lispensable para forjar una base económica que permitiera Ia
recho, según la cual este puede constituirse mediante imágenes rrrrrterialización de los benef,cios creados por el anhelado desa-
y formas en las cuales el derecho se confunde con la vida diaria r r ,,llo" (Dias y Paul, 1981, pp. )56-37 8). Esta ortodoxia contem-

(Goodrich y Hachamovitch, 1991). En este sentido, el derecho l)( )r'rinea es vista por Dias y Paul como resultado del "creciente
se encuentra relacionado con la infamia de una forma más oscu- rrlt'rés internacional en estudiar a los grupos sociales desde la
ra e incontrolable, ya que al imponer su estatus de infame sobre ¡rclspectiva de sus necesidades endógenas, resaltando sobre to-
ciertos conglomerados sociales, la existencia de estos podría ser , l, r lrr importancia de trabajar con estos desde su interior" (Dias y

negada como consecuencia de su inclusión en el mundo de 1o le- l 1981, p. 380). El problema quenace de este planteamiento
gal, ese mundo que distorsiona la realidad social. "rrrl,
,.,,r cc del hecho de pretender que un "derecho" unitario pueda
Esta imposición a través de la negación refleja la forma como r,ul)crar los confines del Estado y articular otras ideas de justicia
el derecho se ha desarrollado, no solamente en los pueblos del ter- (lu('cxisten fuera de la esfera estatal. Se pretende entonces que
cer mundo sino, r,alga la aclaración,hay que decir que esa forma , r , " clerecho" unitario reconozca, mediante su aspecto "endóge-

de negación constituye una parte integral del derecho occiden- r r,,, ideas comunes sobre la justicia, las cuales pueden llegar a ser

tal. Con base en 1o anterior, sostendré desde un comienzo que la ( rn l)lcadas para legitimar contiendas sobre intereses particulares"
clefensa de la existencia de un derecho en aras del desarrollo no (l)irrs en Soliman, 1990,p.2).
ticnc un t'undamento consistente. l,as luchas de los oprimidos son de esta manera neutralizadas
Scgún la escuela de estudios de "derecho y desarrollo" y sus r ubicadas dentro de un proyecto de "derecho" netamente con-
variantes, el derecho debe ser entendido como un instrumento r r'pt tral y nada más. Empero, hasta las críticas más radicales que
(liranck, l972,pp.7Bl -789). Este instrumento, de ser empleado ¡rt'r'ciben el derecho como un mecanismo al servicio del imperia-
corrcct¿urcnte, puede generar desarrollo o modernización; es de- lisrrro y el subdesarrollo, no desestiman la cualidad instrumental
ciq puede g,arunfizar un orden mediante el cual otros agentes de ,1..'l rlerecho. Al contrario, estas aproximaciones dejan abierta la
cambio pueden operar. Entendido de esta forma, el derecho está ()l)('i(in de que el derecho pueda ser usado vittuosamente. El cues-
intrínsecamente facultado para oponerse a sus orígenes (oscuros) rionru-niento que subyace entonces es el siguiente: ¿cómo puede
y colocarse al servicio de aquellos a quienes alguna vez oprimió. ..t'l' r¡tilizado virtuosamente el derecho y retener así su inocencia?
De esta manera, se afirma que el derecho puede servir como fuen- lin su artículo "Descubriendo el control social", Marilyn
te de apoyo a distintos modelos de "desarrollo alternativo'], como Strrrthern hace una distinción que puede ser útil para ilustrar la
lo ejemplifica el desarrollo "desde abajo" ,2 el desarrollo entendi- , lil crcncia entre el derecho occidental y otros modos de regula-

do en el sentido de la satisfacción de las "necesidades básicas" o , i«in. Strathern narra cómo para la comunidad Hagen, en las tie-
visto como provisión de "acceso" a los subsidios estatales (Dias r r,rs altas de Nueva Guinea, distintas formas de regulación como

yPaul, 1981, pp. 362-363). , l l,elcaq el trueque o la "simple conversación" se mezclan entre
El Estado tendría que ser particularmente generoso para satis- ,lando origen a una forma particular de regulación (Strathern,
'r,
facer "la agenda ideal de los defensores del derecho y desarrollo", | ')li5 ). Esta forma de regulación es contraria a la que encontramos

teniendo en cuenta que una clara "intervención del gobierno sería t rr cl clerecho occidental, donde se hace una separación concep-
ruill entre la acción social que incorpora 1o ideal, y la acción nor-
2 nr:rtir¡a y lo que esta pretende controlar, regular y modificar. En
Entiéndase el desarrollo 'desde abajo' como aquel que se contrapone a la versión
tradicional de desarrollo que opera jerárquicamente: de 'arriba hacia abajo'. , I ..lcrecho occidental, ciertos tipos de comportamiento tienen la

,18 49
capacidad de transformar a otros tipos de comportamiento sin Lo anterior explicaba en términos ancestrales el origen mito-
resultar afectados en dicho proceso (Strathern, 1985, p. 120). Co- 1,,¡iico de los Haidas y su identificacíón con la tierra. Los Haida
t .u nIrién se acercaron a los europeos, incorporando a su testimo-
mo resultado,la decisión judicial es vista como algo "separado de
los eventos que examina" (Strathern, 1985, p. 120). rrro ¡'v[ds¡si¿s en términos occidentales que demostraban cómo
, r¡r1 1'1¡l'¡¿ su derecho consuetudinario en aspectos como la resolu-
El anterior argumento puede ser revalidado al estudiar el
( r( )n Lle conflictos y reclamación de tierras. La respuesta judicial
conmovedor trabajo de Goodrich sobre otra comunidad indí-
gena en Norte América. En el caso descrito por Goodrich, una lrrt' lrrutal, por no calificarla de malintencionada o devastadora
compañía maderera se beneficia de una decisión judicial que le , l, s,lt' su tundamento:

autoriza realizarlatala de los bosques ubicados en el territorio


ancestral de la comunidad Haida (Gooclrich, 1990, pp. 179-lB4). Ll veredicto sin reservas fue emiticlo por la Corte un día después
La empresa maderera operaba bajo una licencia otorgada por el ,ic haber escuchado debidamente los argumentos de las partes. El
gobierno de la provincia canadiense de British Columbia y enra- jrrcz McKay observó que la Corte no habría esc.rcÉudo en condi-

bló una demanda con dos propósitos: mantener la licencia y ob- t'iones normales un argumento con tantos matices políticos como
tener un pronunciamiento judicial que prohibiera la intromisión .'l la comunidad Haida. Esta excepción obedeció al hecho que
cle

de la comunidad Haida en la tala auforizadade sus bosques. Los l,rsHaida no tenían otro espacio para ser escuchados judicialmente.
indígenas quisieron actuar por ellos mismos sin representación Situación que obligó al juez a prepararse para escuchar y generosa-
legal formal y expresarse en la Corte en sus propios términos. rrrcnte recomendar que el archivo de la evidencia presentada en la
La Corte respondió a esta petición, afirmando que el deseo de ,rtrdiencia fuere conservado para 1aposteridad. La parte resolutoria
la comunidad era portentoso pero al mismo tiempo, en su deci- ..lc la sentencia fue exffemadamente breve. La evidencia presentada

sión, la Corte persuadi6 ala comunidad a recurrir al empleo de l)¿rra sostener la propiedad de las islas y la relación con las mismas
rcpresentantes legales que los instruyera en el manejo del lenguaje sobre la base de un título Haida no era relevante legalmente en el
y Ia técnica jurídica. En respuesta a esta decisión, la comunidad caso, el cual simplemente concernía a una obieción a una licencia
adujo que el tema de derras tenía una importancia tal para ellos r,¿ilida para la tala de bosques. (Goodrich, 1990, p. 183)

que resr-rltaba inconcebible dejarlo en manos de abogados. Ellos,


"seres ajenos a la comunidad, no entenderían la suprema impor- La defensa de los Haida, conservada para la posteridad, se-
tancia que tiene el concepto de territorio dentro de la cosmogonía r irr valorada únicamente como una "curiosidad, una relíquia, un

e imaginario de la comunidad Haida" (Goodrich, 1990, p. 180). vcstigio primitivo de un pasado más salvaje" (Goodrich, 1990, p.
La Corte, entonces, optó por adoptar una posición liberal, acep- I I I ). La pretensión de representarse a sí mismos a fin de cuen-

tando el testimonio Haida sin representación legal, conforme era trrs no fue vaTorada: la Corte lattató como una farsa, admitiendo

la pretensión inicial de la comunidad. lr,rl¡erla aceptado porque no existía otra forma disponible que
¡,r'rmitiera a los Haida ser escuchados:
Trajes simbólicos, mitos, máscaras y tótems representativos de la
comunidad junto con historias,leyendas, poemas, canciones y otras La Corte no compara mitologías, se rehúsa incluso a estudiar la
formas de interpretación propias del arte y la mitología Haida con- "oredad", pues hacerlo suscitaría preguntas ontológicas sobre su
formaron el testimonio. (Goodrich, 1990, pp. 182 I$) ser mismo, lo social y la construcción mítica de su propio "cuerpo",

50 5l
su papel social y sus acciones, sus propias vestiduras. (Goodrich,
, rr ,'l nlomento en que los colonizados se compo fiaran como los
1990, p. 183)
, , ,1.¡¡i7¿¡ds¡ss. En otras palabras, la contradicción sería mediada
lrrr;rlnrcnte en las entrañas del siempre presente mito del progreso.
El anterior pasaje demuestra cómo el derecho, en su condi-
, \ I r lt'saparecer la contradicción, el derecho podría continuar su
ción mítica, se nos presenta como inviolable, mientras se le per-
lrrrlro sin impedimento. Empero, si la contradicción es retro-
mita avanzar y ordenar el mundo. Al presentarse como mito, el
rr.rrrlrr y nos trasladamos hasta el punto donde reposa el origen
derecho nos muestra su papel en la construcción de Occidente y
rrr it'o del derecho moderno, observaremos que ese derecho es
rr
de la modernidad. El derecho occidental es también una mani-
.rlrl( ) ('nteramente compatible con la norma autoritaria, la misma
festación particular del mito moderno, un elemento ontológico
(
lu(' l)rcvaleció en la era colonial en los pueblos colonizados. Es-
de la modernídad. A continuación explicaré el funcionamiento
r ( )s ( )r'ígenes míticos, 1o afirmo ahora, pueden ser identificados en
del derecho como mito, tomando como fundamento de mi aná-
, l ,r,lvenimiento de la Ilustración europea, periodoen el cual me
lisis dos de los aspectos ontológicos del derecho: su condición
, orlt'cntráré a continuación.
de inviolable y su infame fundamento teórico. En mi explicación
trataté de resaltar cómo cstos dos elementos se entrelazan enttr.
I )I, I,A IIusTnAcTÓN Y EL MITO CONTRACTUAL DEL ORIGEN
sí en la formación del mito del derecho moderno.
I)I I, I)E,RECHO Y EL E,STAOO

Dsnrcuo Y SALVAJTSMo
,\ lrcsar de su autoproclamada originalidad, debemos resaltar
(
lu(' la Ilustración se apropió de mitos antiguos y los adoptó a sus
Es relativamente fácil establecer la relación entre el derecho y la
¡,r'o1r<isitos. Una de esas formas de reencarnación de la mitología
gran intensidad del "segundo imperialismo" que caracteizó elsi-
,rrrlisua se encuentra reflejada en la relación fundacional entre el
glo XIX y los inicios del XX. No obstante el papel del derecho en
,r.iser del derecho y el estado salvaje característico del hombre
la empresa imperial fue menos evidente a comienzos del colonia-
lismo moderno del siglo XVIII. Pese a la complicidad del derecho ¡,rirrritivo. EnlaOdisea, porejemplo, Ulisesnos cuenta cómo, des-
¡,r ri's de abandonar la tierra de los lotófagos, él y sus compañeros,
moderno en el proyecto colonial, su carácter liberal no ha sido
,,,rn¡rrensiblemente con los "corazones decaídos":
extinguido, tal y como se puede apreciar al observar la forma co-
mo opera hoy la ley en aquellas naciones que en el pasado fueron
I-legaron a la tierra de los Cíclopes, seres arrogantes y sin ley, quie-
poderosos colonizadores. En efecto, la justificación del deiecho
ncs, confiados en los dioses inmortales, nunca usaban sus propias
autoritario en las colonias represent a unahazaña mágica, típica
rnanos para sembrar o arar la tierra [ . . ] no tenían asambleas para
.
de la mitología, la cual podría ser presentada como subtipo de su
debati¡ ni leyes ancestrales tampoco, sino que vivían en cuevas en
antítesis: la legalidad liberal. Esta contradicción ha sido resuelta al
fbrma de arco en la cima de las colinas , y la cabeza de la familia no
transformarla y hacerla parecer consecuencia natural o necesaria
seguía la autoridad de nadie, pero sí tenían sus propias ordenanzas
de las carencias del colonizado.l La contradicción desaparecería
para su esposa e hijos. (Citado por Shewring, 1980, p. 101, Libro IX)

I En el texto original el autor utiliza tres puntos en este y otros apartes del texto. Como veremos, muchos de los elementos que fundamentan
En esta traducción los tres puntos han siclc¡ omitidos por cuestiones estilísticas. l,,s orígenes míticos del derecho se encuentran contenidos en es-
(N. delT.)
t ir clescripción: la naturale za anárquica del salvaje, el nacimiento

52
51
del derecho relacionándolo con la agricultura, la equiparación , ,r.rtkr natural o salvaje empezó a ser presentada como un pre-
del derecho a la sociabilidad, el contraste de 1o anterior con el lr ¡, lr. scneral de la "sociedad civil", preludio en el cual los salva-
estado solitario del salvaje o de la familia salvaje. Entre griegos ¡,
,, r lt'l nuevo mundo, seres "dispersos como bestias salvajes sin
y romanos era común identificar un estado incivilizado o salva- l, r t.s v clesnudos", continuarían siendo el más claro ejemplo. Se
je con la ausencia de ley (Kelly, 1984, p. 620, capítulo I; \)7hite, l,r, rt'r'on con frecuencia comparaciones entre el estado salvaje de
1978,p. |65).Parael mundo medieval,los pueblos exóricos eran ¡ r r('r',()s y romanos, parangonando a estos últimos con el estado
monstruos incapaces de obedecer el derecho porque carecían de r,rrur'1rl de los habitantes de las Américas. Estos últimos, se de-
forma humana (ver Goldberg, en prensa, capítulo I). , r.r. " vivían únicamente dela caza [. . . ] sin títulos de tierras, sin
¡',, r r, r.. l<r, sin Rey, sin Dios, sin ley, sin razón "
(ver Meek, 197 6, pp.
"Al principio todo el mundo América" (Locke, 1960, p.
era
)4), énfasis suyo). Las Américas constituyeron el ejemplo por | )j
,19 ). () " ni foi, ni loi, ni roi" , siguiendo, al parecer, el lema de

excelencia de la vida salvaje, hasta el momento en que, a raíz del l, ,:. ¡rrimeros exploradores y colonos franceses en Norte América
advenimiento de la Ilustración, fueron convertidas en el princi-
( ;\ r t t'll, 1985 , p. 12) .
pal terreno de la expansión imperial europea. En su momento, Lstos y otros elementos serían incorporados en el tratado míti-
, , , ,lr' I lobbes, a mediados del siglo XVIII (Hobbes, l952,"Intro'
el "descubrimiento" de América produjo una profund ay alavez
, l u, t'irin " y capítulos l), 15, 17, 1 8, 26 y 27 ) . A partir de entonces
ambivalente preocupación por el indio por parte de los europeos,
',(' ( r'cc que, mediante un pacto fundacional entre los hombres:
la cual se convertiría en su posterior caracterización. Por un lado,
los indios eran salvajes, promiscuos, no tenían propiedad ni ley
(§7hite, 1978, pp. 186-187).'{ No obstante, para orros,los indios Ls creaclo el gran Leviatán, la llamada Republica o Estado (en latín,

eran hombres salvajes que "habitaban un mundo idílico sin tra-


( ,tvITAS), que no es más que un hombre artificial, con más estatura
bajos duros 1...1 donde vivían de forma sencilla e inocente, sin l, lircrza que el natural [ . . . ] los pactos y acuerdos por los cuales las

cumplirleyes, (sin necesidad) de discusiones, jueces ni calumnias" l)artes de su cuerpo político fueron originalmente hechas, iuntas
(ver Hodgen , 1964, p. 371). Este grado de admiración decayó v rrnidas, se parecen a aquel mandato, o al "Hagamos al hombre",
¡,r'onr-rnciado por Dios en la Creación.
(Hobbes, 1952, p. 47 , én-
como resultado de la intensidad y agresividad de la colonización
europea. El ensayo de Montaign e,De los Caníbales,escrito en las lrrsis suyo)

postrimerías del siglo XVI, es quizá la obra más representativa de


este cambio de apreciación de la vida salvaje (Montaigne, I97 B). Aunque este Leviatán no es más que un "dios mortal", este
( in ('cc de atributos mortales, pues su existencia no tiene límites.
Aunque mostraba cierta admiración por su estado incorruptible,
Montaigne describiría alos indios como seres contrarios al estado r\ r rnque la fuerua vinculante del acuerdo no provenga de la ca-

civilizado. Los describiría como seres carentes de leyes, gobier- 1,,'zrr divina, a esta le conceden cualidades míticas, que deter-
se

no, agricultura y de muchas otras cosas. Los describiría también rrri rr an la inviolabilidad y persistencia de su ser. El resultado es la

como representantes de lo que era considerado un estado natural rrrirncomunidad (el Estado) iunto a su representante: el soberano'
o salvaje en términos generales. En la misma época, la noción del l',stas dos figuras, al ser creadas con las cualidades sagradas de
r rr r dios mortal, quedarán imbuidas de un poder extraordinario.

Los criterios fundacionales según los cuales una persona pasa


I Este es un aporte valioso de la obra de Fitzpatrick, quc nos permite percibir la ,r hrrcer parte del pacto son los siguientes: "Autorizo y confiero
arbitrariedad teórico/política y epistcmológica clel origen dc1 derecho en el co-
:r cste hombre o asamblea de hombres, a mi derecho de autogo-
lonialismo.

,5
54
bierno, con la condición de que todos ustedes también lo hagan .rr¡rrsion es solamente con el Estado", y al ser "el soberano el
de la misma manera" (Hobbes, 1952, p. 100). r, I'r( \('ntAnte del Estado", es "el soberano el único legislador"
Hobbes continúa con increíble rigorla demarcación concep- t p. I )0).
I l,,l '1,,'s. 1952,
tual de este pacto y sus partes: en contra del Esmdo y su soberano l,s "la autoridad del legislador" la que asigna a todas las le-
no hay posibilidad de cambio o intervención legítima. Veamos \', rrlrlr persistencia mítica; de ahí que "continúen siendo leyes"
tan solo una línea de su pensamiento: r I l,,lrlrcs, 1952,p.110). El derecho se forma con base en un "im-

¡,r r,rrir,o" del soberano que se dirige a "quienes están obligados


Quienes hayan instituido un Estado, y queden por ello obligados ,r , ,1,1 1f ¡cs¡le" (Hobbes, 1952, p.110)' Esta teoría de la orden o

por el pacto a considerar como propias las acciones y juicios de uno, rr rt lrrtivo se convirtió en una noción predominante en la juris-
r r
l

quedan legalmente impedidos para celebrar un nuevo pacto entre ¡ ,r,lt'rrcia inglesa, estableciendo hasta cierto punto la considera-
,,

ellos, para obedecer a cualquier otro, en cualquier caso, sin permi- r r.rr tl(' obligar a la gente a tener un conocimiento previo de los

so. En consecuencia, también quienes son súbditos de un monar- I,r( ( ('l)tos para poder así obedecerlos. Por consi§uiente, en
un
ca, no pueden renunciar a la monarquía sin su permiso y retornar ,r r r,'ipic'r el imperativo del Estado es ley solo
r para aquellos que
|

a la confusión a una muldturl disgregada; ni transferir su persona, r¡( rr('r) la capacidad de entenderla. "Sobre los imbéciles natos'
inherente a é1, a otro hombre o asamblea de hombres: porque es- l, r,, rrirros o los locos, no hayley, como no la haysobrelas bestias"
tán obligados, cada hombre, a considerar como propios todos los r I l,,lrlrcs, 7952, p. l)2). Percla anterior posición es delimitada,

actos que su soberano juzgue convenientes. (Hobbes, 1952,p. l0l) | ¡, s si la ley dependiera de1
,r conocimiento popular, esto podría
',r,( :r\'rr el fundamento ontológico que da vida al Leviatán: la au-
El compromiso con el Leviatán es total y no tiene fin. Se en- r, ,r r,lrrrl. Con base en esta reflexión, Hobbes opta por adoptar la

cuentra amparado por la unión mística de los súbditos dentro , r,rr de que la ignorancia de la ley no es excusa suficiente para
inr¿r
del Estado. Los súbditos son llevados al reino sagrado en el cual ¡rr',t ificar su desacato (Hobbes, 1952, p. 139).5
participan míticamente. 41 ser "el creador" del Estado, el súbdi ¿( ,rrlrl podría ser el ímpetu ola{uerzaque nos impulsa a hacer
to se convierte en responsable de las acciones del soberano, las , ',.r tlrrnsferencia absoluta y eterna de poder a un dios mortal? Tal
asume "como si fueran suyas"; quedando así el súbdito someti- rr )('t Lr o fuerua proviene de una necesídad negativa. " Nuestras
r r
I

do inextricablemente "a quien sostiene su persona". Ninguno l,.rsiones naturales" son incompatibles con la sociedad política:
de sus súbditos, "so pretexto de cualquier infracción, puede ser ,,,,s (hacen) enfrentar unos a otros en "una (constante) guerra
liberado de su sujeción" (Hobbes, 1952,pp.100 101). En última ,l, lronrbre contra hombre" (Hobbes, 1952, p.85)' Debido a
instancia, esta soberanía es el "a\ma" del Leviatán, le "da vida y , :,r:rs condiciones, y dada la aguda desigualdad de habilidades
movimiento a todo su cuerpo" (Hobbes, 1952, p. 47). r r( ntales y físicas entre los hombres, es únicamente a través del
Hobbes continúa la elaboración de su mito ubicando al de- , orrstreñimiento, que pueden surgir las relaciones entre humanos,

recho y a la soberanía en la misma dimensión. Su preocupación


se refiere al "derecho en general", a "qué es el derecho" (énfasis I lobbcs le conccclió cierta importancia al conocimiento de 1a 1ey antes dc su
suyo), sin la mínima intención de mostrar lo que este significa ¡,r'omulgación o ejecución. Esta es una diferencia con Austin,
quien no consi

aquiy allá,pero siempre sin olvidar hacer referencia al soberano tirró cste aspccto popLtlar para cl obedecimiento de las lcyes. No obstante, los
,1,,s aprobaron 1¿ máxima: 1a ignorancia de la ley no justifica su incumplimien
ni describirlo como el único ente legitimado para la creación del ro. Ilobbes, por decirlo dc alguna manera, fue menos radical que Austin. N{ás
derecho. "Nadie puede hacer leyes sino el Estado, pues nuestra . r riclacloso al adoptar 1a máxima.

56 ,7
aunque estas sean netamente precarias y crudas. Todo esto justi-
,1, :rutoridad soberana" (Hobbes, 1952, p.86). Ninguno de es-
fica la constitución de un poder extraordinario pre-establecido.
r,,s t'jcrrplos es desarrollado en su totalidad, ni tampoco el vieio
No puede haber paz "sin sometimiento". Cuando no hay poder
l!,u rlngón con el supuesto caos que conlleva el estado salvaie. No
que los someta.
, ,l rslrurte , Hobbes se refiere a ellos como si fueran el equivalente
( )n
( t('rrporáneo de 1o salvaje, dada la carencia del orden total y
[. . . ] los hombres son incapaces de soportar la compañía dc otros;
I r'('n)o que los caractefiza.
,,r ) I
no sienten placer al estar acompañaclos, por c'l contrario, su reacción
I ll estado salvaje proporciona más que la fuerua que crea y
a la compañía de sus semejantes es la de un inmenso sufrimiento.
,r:.r('nta a la sociedad política. Es también un recipiente que
(Hobbes, 1952, pp. 85 -99)
lrrrrrlru'nenta las virtudes míticas atribuidas a las civilizaciones
.r\':illz¿clas:
Este poder para sostenerse tiene que hacer que el acuerdo
fundacional sea constante y duradero. Esto es debido a que sin su
l)c esta manera, todo lo que es consecuente .ot .,a tiempo cle
persistencia y perdurabilidad del pacto, los hombres "volverían
rtucrra, en el que cada hombre es enemigo de los demás, es tam-
al estado de guema, al uso de la "espada", y al caos que existía
lrión consecuente con el tiempo en el que los hombres viven sin
antes del acuerdo, cuando imperaba la confusión propia de una
( )t ra seguridacl que Ia que emana de su propia fttetza e ingenio. En

multitud desunida" (Hobbes, 1952, pp. 100 101).


scnrcjante condición no hay lugar paralaindustria, porque la pro-
,l rrcción es incierta; y, por tanto, no existe cultura de la tierra, ni de
Podría ser aventurado el afirmar que nunca hubo una época o
lil navegación, ni del uso de mercancías que puedan scr importadas
condición de guerra como esta, y creo que nunca fue así en todo
¡r«rr vía marítima, ni de amplias construcciones, ni de instrumentos
el mundo. Sin embargo, hay muchos lugares en América, excep-
l)rrra mover y remover cosas cuando se necesite mucha fuerza, ni
tuando el gobierno de pequeñas familias, donde reina la pasión, no
t oncrcimiento delafaz de la tierra, ni noción del tiempo, ni del ar-
se tiene ningún gobierno y se vive así, brutalmente, hasta el día de
I ni de la sociedad; y 1o que es peor que todo, hay
e, ni de las letras,
hoy. (Hobbes, 1952, pp. 87-88)
rrr miedo continuo, y un constante peligro de muerte violenta, y la
vida dcl hombre es solitaria, mientras es pobre, andrajoso, bruto y
El indio americano y una generalizada invocación de los "1u-
[¡¿rjo. (Hobbes, 1952, p. 87 )
gares salvajes donde habían vivido en pequeñas familias" repre-
sentan la única base tangible de un estado pre-natural (Hobbes,
se deben agregar
Al anterior catálogo de aspectos negativos
1952, p . 99) . Al afirmar que donde quiera que no hubiese sumi-
.I los dos de manera más específica, los cuales se interrelacionan
sión común (a una autoridad o poder), el estado pre-natural pre-
, lr r'¿rnte el periodo de la Tlustración. Uno es la ausencia de pro-
r
valecería, Hobbes pretendía universalizar el ejemplo americano,
1,icrlad, algo que Hobbes siempre nos advierte. En el estado na-
aun cuando este nunca tuvo tal carácter (Hobbes, 1952, p. 86).
r rrlrrl c¡ salvaje no puede haber seguridad de la posesión de bienes
Así, el attor delLeuiattín resaltaTa similitud del estado salvaje
v sus trutos: "No hay propiedad, ni dominio, ni distinción entre
con la ausencia de un "temor consentido" hacia un "poder co-
,ti, y lu)to, sino que cada hombre tiene 1o que puede conseguir
mún" (la autoridad), donde el gobierno pacífico "se transforma
v l«r rrrantiene por tanto tiempo como pueda" (Hobbes, 1952,p.
en guerra civil" (Hobbes, L952, p 86). Hobbes también invoca
,\(,). El otro aspecto negativo 1o conforma la ausencia de derecho:
la existente condición antagonista entre los "reyes y las personas '',krr-rde no existe un poder común, no hay derecho", y una ley

58
59
no puede existir hasta que "un acuerdo determine quién debe r ,'l clima, los japoneses por las leyes, etc. (Montesquieq 1949,
crearlo" (Hobbes, 1952, p. 88). 1y. 2L))-294,Libro 19, capítulo 4).
Hobbes es el creador del mito en la doctrina del orden abru- I)or otro lado, también se mantuvo una posición minoritaria
( r('veía los vicios del salvaje como virtudes. Rousseau, en térmi-
mador, incluyendo su equivalente en el derecho: el positivismo lr
jurídico. Hobbes marca así un hito en la narración del mito del rr()s os¡s¡¿1"s, pensó que en caso de no haber más opción, sería
derecho moderno. Lo que viene después, las obras posteriores l,ut'no no tener "más sociedad que la familia, ni más leyes que
alLeuiat¿ín, pueden considerarse como simples comentarios que .r(lucllas originadas de la naturaleza" (ver Meek, 1976, p.86).
circundan la obra de Hobbes. ( ,r r r uoá moderna versatilidad, propia del creador de E l sobrino

Los pueblos en las Américas, pueblos "sin ninguna subordina- ,lt' Ilttmeau,Diderot se atrevió a elogiar a los tahitianos, quienes,
ción, derecho o forma de gobierno", continuaron siendo el prin- ,rl no estar sometidos a ningún tipo de ley, tenían la libertad de
cipal objeto de estudio en la consrrucción del mito del derecho ',, ¡,,rrir susinclinaciones naturales, especialmente las sexuales. No
moderno. Junto con el acrecentado interés en el estudio de los r ,l tradición occiáental a la cual
rslrrnte , al tener que referirse a la
bárbaros nació la obsesión de "civilizar el barbarismo mediante , l , r'¿ más cercano, afrrmaríacon pasión 1o siguiente: "Las leyes,
(el rigor de)las leyes" (Axtell, 1985, p.50). Tal entendimiento fue l,rs (grandiosas) leyes, he ahí la únic abareraque puede levantar-
generalizado y permitió la creación de una versión del estado de ',(' ('()lrtra las pasiones de los hombres" (Diderot, 1950; Bloch y
nafuraleza original. Para comienzos del siglo VIII, según Stein, I iL,cl'r, 1980, p. 37; Riley, 1986, p. 201). Incluso Ferguson, quien

la explicación común del origen del Estado, o "sociedad civil,,, r t nsuró de manera brillante el nacimiento de la modernidad en

como fue llamada, empezó por postular un estado de nafiraleza ',rr li,ttsdyo sobre la historia de la sociedad ciuil, de 17 67 , se declaró

en el cual el hombre primitivo vivía asu antojo. Este tenía pocas .r,lrrirador del salvajismo que la modernidad había desplazado,
relaciones sociales con otros hombres y no se sometía a ningún .rl nrcllos en la región de Escocia. No obstante, este afirmaría
tipo de gobierno ni ley (Stein, 1980, p. 1). , ¡rrt' lrrs "naciones salvajes" eran fundamentalmente reservadas e

Hasta cierto punto el "secularizado" derecho natural de 1a rrrlr'r'iores, toda vez que deseaban estar subordinadas a un "siste-
Ilustración se desarrolló debido a la reflexión negariva del estado ,,r,r rlc leyes" y "preceptos perpetuos" (Ferguson, 1966, p. l2I).
salvaje. Dicha reflexión se basó en supuestos aspectos comunes
pertenecientes a aquellas naciones que se llamaban a sí mismas loI rN AustrN y orRos: LA pRoLoNGACIóN DEL MITo
civilizadas (Stein, 1980, p. 4).Las sorprendentes clasificaciones
naturales hechas por Linnaeus, en I7)5, "después de que dios N ut'stro recorrido por el mito del derecho nos conduce a John
le permitiera husmear denrro del gabinete del secrero divino", r\ rrst in, quien haría el comentario más extenso de la obra de Hob-

establecieron la existencia de tipos de bomo sapiens clasificados 1,,'s. Un estrepitoso salto cronológico nos traslada a 1832, añ,o
según la existencia o carencia de regulación. EI americano se re- r rr cl queJohn Austin publicó, con mediano éxito, su obraThe

gía por la costumbre, el europeo por leyes, el asiático por la opi- I 'n ¡ulnce of Jurisprudence Determined. Habría que esperar casi

, r siglo para que esta obra lograra afianzarse y ocupara el papel


nión y el africano por el capricho (Hodgen , 1964, p. 425).Esto rr

sin dejar a un lado 1a importancia del relato de Montesquieu, el ¡,r',.'rlominante que se le ha asignado a la jurisprudencia del siglo
cual atribuía las "causas" de gobierno a grupos de gentes en una \ lX. Pese a lo anterio¡ el pensamiento de Austin coincide con
forma más sociológica: los salvajes dominados por la naturaleza , l ,lc Hobbes y su postulado del imperativo avasallador. El pen-
.,:rrrriento de Austin, consolidado en la jurisprudencia inglesa, es

60 6\
casi indistinguible del pensamienro hobbesiano. Dicha cercanía
,'n lrt misma obra, se referirá a los habitantes de las selvas y llanu-
la reconocemos en la parte inicial de la obra de Austin, donde
r :rs cle Norte América (Austin, 186l-186), p. 184, I).
afrrma que el derecho es el precepto de alguien políticamente
superior respecto a otro políticamente inferior (Austin, 1861-
[]na sociedad natural, una sociedad en un estado de naturaleza, o
1863, pp. 1-5, I). Tal "superioridad [...] es soberanía estilizada
una sociedad independiente pero natural, es integrada por perso-
y supone una relación necesaria entre soberanía y sujeción,,:
así, nas que se relacionan por la interacción mutua, pero no son mietn-
para que existan el derecho y la ',sociedad política,,, es necesaria
bros, soberanos o súbditos de ninguna sociedad poiítica. Ninguna
una soberanía exclusiva e independiente que genere una obe_
,lc las personas que la integran viven en el estado positivo, es deci¡
diencia general y habitual (Austin, lg6l - 1863, pp. 17 0 _ 17 ), 17 9,
en estado de sumisión. O, dicho de otra manera, las personas que
I). A esto agrega que "en cada sociedad política c independiente,
integran este tipo de sociedad viven en el cstado negativo es-
el verdadero derecho positivo es una criatura que se origina en -e1
tado de independencia. (Austin, 1861 1861, p.116,I)
el soberano mismo" (Austin, 1861-1861, pp.170 173 y 179,I).
Aunque Austin no presta la misma devoción que Hobbes
Según Austin, el estado negativo carece de cualquier virtud,
hacia las ideas de fundación y origen del derecho, p,r",1. decirse
vir (lLre su condición ni siquiera se asemeja a la de los habitantes
que la única base para el desarrollo de su razonamiento es
el sal- ,lt' las tierras altas de Escocia descritos por Ferguson. Al ser sim-
vajismo, el cual evoca constantemente en su obra. Austin se basa
¡rh-'nrente un estado natural, no tiene leyes, es anárquico
(Austin,
tanto en un estado de salvajismo general ya existente, como en el
"arquetipo imaginario" de un "salvaje solitario,,, el cual parece lli6l-1863, p. 9II), y aun cuando las tuviera:
haber tomado de la obra del Dr. paley (Austin, 1g61_ 1861, p. 82,
,,al Algunas de las normas positivas obtenidas en una sc¡ciedad política
I). El salvaje solitario se equipara niño que al .,u... ubun_ lcsuitarían poco útiles para una sociedad natural, la cual no ha su-
donado en medio de la selva, quedando así condenado ",
a crecer perado el estado salvaje. Además, algunas normas que parecerían
apartado dc la sociedad humana" (Austin, 1g61-1861, p. g2, I).
titiles para ese tipo de sociedad no serían observadas, muy pro-
L,stc niño, debido a su condición, no podrá ser un ,,ho-b.. ro_
lrablemente, como consecuencia de la ignorancia y estupidez que
cial", pues no sabe valorarla necesidad de la propieclad, y siempre
impidió la debida sumisión de esa sociedad a un gobierno político.
estar¿1 en total conflicto con "sus" semejantes. La existencia
de un I-sa misma ignorancia y estupidez que impidió la regulación de cada
scr en tal condición causará que "los fines de cualquier gobierno
norma de conducta que no sea causada por imperiosa necesidad.
o derecho nunca sean cumplidos" (Austin, tSOt_iSO;, p. S¡, I).
(Austin, 1861-1861, p. 258, II)
"mente" del salvaje carece de ciertas nociones básicas parala
La_
vida en sociedad: "la noción de sociedad política, de un gobier-
Es el salvaje quien da sentido tanto a "lo político" como a 1o
no supremo, de derecho positivo, de derecho jurídico, de deber
ir rr'ídico en términos "negativos" (1o que según Austin correspon-
lcgal o perjuicio" (Austin, 186I-186),p. 85, I). Austin también
identifica un estado salvaje al cual denomina "sociedad natural",
.[' a un imperativo proveniente de un ser políticamente superior).
r\rrstin le otorga más importancia al análisis de un reto domés-
y establece una comparación con la ,,sociedad política,,. Como
tico, del cual surgiría un principio adicional al del salvajismo: el
cjcmplos de este estado salvaje Austin describe ras "socieclades
r'('t() representado por "los pobres e ignorantes", especialmente
salvajes de New Holland, que viven de la caza o deTapesca y pre_
('lr lo que concierne a su desaforada tendencia a " acabar con la
ficren vivir en las costas y los bosques',. En un ,"grrnáo e;.mplo,
rnaquinaria, incendiar graneros y matzales, con el fin de lograr

62
61
aumentos salariales o la renta del auxilio del patronato" (Austin.
, lrr'rrz. El conocimiento general de la ley no puede ser un elemento
l86l-1861. p.62. I).
r'ínseco al derecho. A diferencia de la eliminación del salvajis-
rr rr
Esta maldad es atribuida a su ignorancia der bien imperativo
1r,,. cl conocimiento general de la ley no debe ser considerado
de la propiedad y el capital. La solución a estos males prtven<Jrá
r ol)r() Lur elemento determinante para la existencia del derecho.
de la total apreciación de los principios de una ética
aparente- Nada puede ser más revelador de la naturalezamítica del de-
mentc igualitaria, de tipo maltusiano: "Si ajustaran sus números
, , . lr«r, y de su carácter infame, que el hecho de vinculado al orden
a la demanda de su trabajo, compartirían abundantemente
con I':u il illponedo así en situaciones de desorden en masa. En la era
sus empleadores, y recibirían las bendiciones de la propiedacl,,
, r,lrlrial, a raíz dela notable e inmensa necesidad de subordinar
(Austin, IB6l-lB6j, p.62,I). A diferencia d.l ,,.rtlpiáo,,
que ,r l,,s indios, de " reducirlos a la civilidad", la ley y el orden fueron
solo puede responder a los imperativos de lo inexorable (A,_,r_
r ()nstantemente articulados (no meramente contfapuestos). La
tin, 1861-1863, p.25B,II), ,,1a multitud podrá y será capaz d,e
comp,render estos principios ', (Ausdn 1g()1 _Ig6.
l, i 1, ¡'l orden fueron usados como medios para zubyugar a los
, ,p. 60, I). Esto '',|,'s«rrganizados y revoltosos" salvajes en su estado de "anar-
será de gran ayuda para el funcionamiento del d"...ho,
porque , ¡rrr;r", sicmpre a sabiendas de que, después de todo, estos podrían
un "pueblo ilustrado será un mejor auxili ar para"l
;u.z qr. u, ( ()ntinuar siendo incontrolables e impredecibles (Axtell, 1985,
ejército o policía" (Austin, 186l-186) , p. $,I).Mienrras qu.lu,
cosas puedan ser resueltas en términos de principios ¡,1, I 1(r-118). Es precisamente en esta situación en la que el caso
morales y .rlt s¿lclo se ve invertido en la práctica.
conocimiento personal el derecho no entra en
;'uego. Es solamen_ L¿ intervención colonial europea se vio asistida con el mortal
te el irredimible salvaje el que nos ofrece el caso iímite
contra er ( l( sordenamiento de una situación ordenada. Sin embargo, esta
cual el derecho debe despertar y entrar en funcionamiento. para
.r',,r'iación del derecho con el orden, la seguridad y la cotidiani-
termínar la comparación con Hobbes, es necesaria una
acrara- ,l,r,l, sc difundió de forma general y rápida. La violencia intrínseca
ción final; para esre, al ser la ley un imperativo (general), es
nece- , rl ,'stal¡lecimiento cle la ley y el orclen fue justificada debido a la in-
sario cltrc la gente la conozca cierto punto_para poder ( ( )r r l)rensurabilidad de la violencia y el desorden encarnados en el
rrsí o[rctlcccrla. Este requisito -basta
introdujo ,, .1"-.nto poprlr. v rr jismo (ver Ferguso n, 19 66, pp. 22I -222;Meek, 797 6, p. 204) .
(luc n()s rcvcla un aspecto aventurado del ',
rI

esquema propuesto l';rra Austin, "la seguridad general" y el "sentimiento general de


1rr' I l.[rbcs. Austin no presta mucha atención al conocimiento ',, rirrridad" son los principales fines de "la sociedad política y del
lrrc.vio a Ia lcy por parte de los gobernados; al contrario, umple
,lt'r'ccho". Estos, a su vez, son la antítesis de ese "estado negati-
y llarirrrenrc opta por adoptar la máxima "la ignorancia
cle laiev r',,. llarlado estado salvaje o natural, el cual se caracteriza por ser
lt() es cxcusa", y arguye;
urr cstado de anarquía" (Austin, 186l-186), pp. B4-I22,I). Tal
( ()lno lo vimos, "la mente del salvaje "carece" de las nociones
Si la ignorancia de la ley fuere admitida como ar€lumento
de ex_ , l.' sociedad política y ley" (Austin, 1861- 1861, p. 85, I). Al igual
cepción, las cortes se verían inmersas en asuntos que difícilmente
t¡Lrc el de los cíclopes, "el pensamiento del salvaje es anárquico,
tienen solución. A la vez, estos harían impracticable er
e]'ercicio de y extático" (Horkheimer y Adorno, I979,p.65),y
la administración de1'usticia. (Austin, 1g61 1g61, p. 171,II) 'rsistemático
r'ontrá1Stá esencialmente con "la uniformidad de la conducta pro-
,lrrcida por el imperativo jurídico" (Austin, 1861-1861, p. 159,
En síntesis, para Austin el hecho de que la gente conozca la
I ). La situación colonial ofrece otro majestuoso ejemplo de cómo
ley es solo una ayuda para hacer que el derecho existente
sea más ,'l «lcrecho origina y sostiene un desorden dominante, incluso al

64
65
pretender alcanzar el fin de garantizar un orden general. Otra , l, l "estado común dentro del cual 7a naturaleza lo había desig-
abundante serie de ejemplos se encuentran en el contexto euro- r,,rtlo" (Locke, 1960, p.329,pará.27). De cualquiermanera, el
peo, donde el derecho moderno es instrumentalizado explícita- ',;rlvrric no tenía la suficiente relación de arraigo a las cosas para
mente para destruir un orden existente, el cual, por lo general, es ¡,,,..Icr establecer una relación jurídica hacia ellas. En el estado
creado bajo condiciones de salvajismo y despotismo. Como forma r lt' naturaleza, como reafirma Austin,los hombres "no tienen de-

de modernidad, el derecho era un instrumento que garantizaba rt clr<'rs jurídicos" (Austin, 1981, p.l, il). Entonces la convenida
el cambio estructural, que permitía "destruir y rehacer" (Cassier, rrirrorancia del europeo encontró un "vacío" y un "salvajismo" e1t
1955,p.IX). Pese a la ocurrencia de instancias de desorden, y sin l,,s climas salvajes, una falta de arraigo y de tenencía de la tierra,
importar la distancia entre la práctica y la perfección predicada l):u ¿l así justificar e incluso requerir la aserción de un "derecho
del orden del derecho, este, en su equiparación intrínseca con el , r.'lusivo" que le adjudicaba cierta "soberanía" sobre el salvaje.
orden, continúa siendo míticamente inviolable. Lstrr recordando las palabras de Vattel, quizálamás conocida de
Entonces, el desorden que forma parte del mundo jurídico r,,rlrrq las autoridades del derecho internacional del siglo XVIII
no puede ser ubicado en el derecho en sí mismo. Las fuentes t( .rrltin, 197I,pp.42 $). Para Vattel, y su llamado derecho in-
del desorden deben existir fuera del derecho; en las erupciones r('r'nacional, no se trata simplemente de que cuando una "nación
y desgarramientos de la contenida pasión humana o de la indo- lnt'uentrs un país deshabitado y sin propietario, pueda legalmen-
mesticada naturaTeza, en contra de los cuales un derecho que r ( t()rnar posesión de este", sino que también "pueda de la misma
ordena es intrínsecamente constituido. El estado salvaje concen- n)lu)era ocupar un territorio" en el cual "se encuentran solamente
traba todos estos peligros y carecía de un orden predominante . tlil¡trs errantes que por su dimensión no podrían poblar todo el
Los salvajes no tenían "la habilidad para someterse" (ver Axtell, r('r'r'itorio del país", dada su "incierta forma de asentamiento. Es
1985, p. 275). Ferguson los admiró por sus mentes carentes de , l.'cir, su forma de poblar los territorios no puede ser interpretada

derecho, por no poder "recibir órdenes", y por su oposición a , , ..'r,nsiderada en términos materiales, ni mucho menos jurídicos,

Ia "subordinación", algo que puede ser visto como un exacto ,r l,r lrrz del derecho de posesión" (Vattel, 1971, pp. 44-45). La
contrapunto si 1o oponemos a la idea de derecho propuesta por l,ri,rlucción inadecuada y el inapropiado poblamiento justificaron
Austin (Ferguson, 1966, p. 84). I :r rrpropiación europea:
Una obsesión específica y particular de la perspectiva colo-
nial y de lafilosofía correspondienre era lafaltade arraigo en la Mc pregunto si en los bosques salvajes y en las tierras vírgenes de
vida salvaje. Los indios no llegarían a ser civilizados hasta que no América, dejadas a7a¡aturaleza, sin aprovechamiento alguno, agri-
se ciñeran a una "condiciín arcaigada de vida": "Su naturaleza cr-rltura o riego, unos cien acres de tierra le proporcionarían a los
es tan volátil que pocos, o ninguno de ellos, puede ser obligado vejados y necesitados habitantes las mismas comodidades de vida
por un trato" (ver Axtell, 1985, pp. 14l-160). Al carecer de tal c¡ue proporcionan diez acres de tierra fértil en Devonshire, donde
sentido de obligación contractual, son incapaces de proyectar la tierraes bien cultivada. (Locke, 1960, p. T6, pará. )7)

una decisión sobre el mundo. Es más, "no tienen el espíritu, ni la


industria, ni la perseverancia necesaria de aquellos qLLe superdn Al parece¡ los mitos antiguos, se sostenían de ese modo:
la fase salvaje" (ver Axtel1, 1985, p. 149, énfasis suyo). El salvaje
era un vagabundo errante y se relacionaba con la tierra de una Irstablecerse en un país nuevo, desconocido e incultivado es equiva-
forma comunitaria indefinida, la cual no se diferenciaba mucho lcnte a un acto cle creación. Cuando los colonizadores escandinavos

(){] 67
se apoderaron de Islanclia [. . .J y comenzaron a cultivar su tierra,
no
consideraron que este acto constituyere usurpación alguna, ni que { r
l)ezando p or el Génesis y el dominio eminente que " el creador
lr

fuere un trabajo humano o profano. Su empresa era paraellos solo , l,rtlivoso le otorgó al hombre", y continuando hasta el "estado de

la repetición de un acto primordial: la transformación del caos en primaveral". Tal situación, señala Blackstone, es co-
'.rrrrplicidad
r rt , la que puede ser obseruada en los comportamientos de varias
cosmos mediante el acto divino de la creación. Al cultivar la tierra r

desierta, eilos en realidad repitieron el acro de los dioses, quienes rrrrciones americanas cuando fueron descubiertas por vez prime -
organizaron el caos al dade formas y normas. Lo que es mejor: una r:r [)or los europeos, así como también en las antiguas formas en
conquista te*itorial no cumple con su cometido hasta después de, , ¡r vivían los primeros europeos (Blackstone, lB25 , pp.23 ,II) .
rc

o, más exactamente, mediante el ritual del apoderamiento, el cual | 'or tanto, la propiedad era ejercida comunalmente, y el único
lo
es solamente una réplica de1 acto de la creación del munclo. En la , lt'rnento personal considerado en este tipo de sociedades era la
India védica la erección de un altar dedicado a Agni constituía el tt'ncncia de cosas para uso inmediato. Pero "cuando el género
apoderamiento legal de un territorio. (Eliade, 1965, pp. 10_11) lrurnano creció demográficamente, junto con su malicía y ambi-
, ion, se hizo necesario elaborar concepciones del dominio más
Del mismo modo, "los navegantes ingleses conquistaron paí_ 1,..'r'clurables" (Blackstone, 1825, p. 4, II). El resultado fue en-
ses y se apoderaron de ellos en el nombre del rey de Inglaterrá, r( )nces una transición de naciones "salvajes e incultívadas" a una
el
nuevo todopoderoso, creador del Cosmos,, (Eliade, I9(>5, p. 11). ( \istencia pastoril en el momento en que el mundo gradualmente

El derecho se transforma y se relaciona integralm.rrte .o, lu ,r, r,olvió más poblado; en ese momento se "hizo necesario" recu-
colonización del mundo. Blackstone representa la narración más rri l al " arte de la agricul fura" , para la cual la propiedad privada
significativa en su obra Comentarios de las leyes de Inglaterra,pu_ r t'strltó ser esencial:
blicada por primera vez en 1765 y Il69 (obraerrmendad, poi el
mismo Blackstone, hasta la edición número 16, la cual es usada en Dc no haber existido una propiedad separada de la dema, como de
este trabajo). Aunque es común presentar a Blackstone como el las cosas movibles, de no haber sido esta concedida a unos indivi-
supremo sintetizador y difusor del derecho inglés, su originalidad c{r-ros, el mundo habría continuado siendo silvesre, y los hombres

ha sido más negada que exaltada (Lieberan, 19g9, p. 31; Milson, habrían sido simplemente animales de presa; lo cual, según algunos
1981). Tan injusto como pueda llegar a ser esre análisis al valo_ filósofos, es el puro estado de natüraleza [...] la necesidad creó a
rar su trabajo en general, lo que debemos resaltar de la obra de la propiedad: y para asegurar la propiedad, se recurrió a la socie-
Blackstone sobre el derecho y la colonización es la impruáencia clad civil, la cual trajo consigo una larga serie de cosas relacionadas

con la que plasmó sus ideas. Su idea de derecho, al considerar el cntre sí: gobiernos, Estados, leyes [...]. (Blackstone,1825,p.7, II)
fenómeno de ia creación del derecho, refle¡'a y encarna el pensa_
miento de la época. Estos fueron los restos de una historia común, obligada o no
Lo anterior 10 encontramos al comienzo del segundo volumen ¡,,rr el incremento de la población, y la llegada conjunta de la
deTos Comentarios, endonde aborda el tema de la propiedad. Co- ,rsricultura y la propiedad, entendida no solo respecto a las co-
mienza por señalar que "no existe nada que encienda más la ima- srrs. sino como la figura esencial de la colonización y el orden. En

ginación y que comprometa más las afecciones de la humanidacl, ('str: sentido la propicdad requiere una regulación más intensa,
que el derecho de propiedad" (Blackst one,1.825 , listinta de la que existió en las episódicas reivindicaciones sobre
,p. 1, II). Luego
describe el origen y fundación del derecho de propiecJaa. Asi, l,rs cosas en el estaclo nómada, e incluso en el pastoral. Para ase-
riLrrar la propiedad en el sentido más amplio y permanente, se

68
69
dc tnjuez conctcidc¡ e imparcial, con la autoridad para esclarecer
hacía necesario un ordenamiento explícito y permanentemente
todas las diferencias según la ley establecida. Tercero, en e1 estado
sosteniclo: el derecho (ver Meek, 1976, pp.9l, 102-104; Stein,
rlc naturaleza no existe w poder para defender y mantener una
1980. pp.28.J, )6\.
scntencia y darle el cumplimiento debido. (Locke, 1960, p. )96,
Semejante objetivo ya había sido refinado por Locke. Aunque
plrá. 124-126, énfasis suyo)
con menos seriedad que para Hobbes, el estado de naturaleza
desde la perspectiva de Locke era aún salvaje, incierto e inesta-
Uste nuevo derecho se caracteriza por tener un afuerzaunlfrca-
ble. Estos clefectos fueron depurados al entrar en la sociedad civil
Para Adam Smith, en sús Le c ture s on J uri sp ru d e n ce, las " na-
, 1,, r'¿r.
caracterizada por el derecho:
, roncs bárbaras" tenían gobiernos débiles, incapaces, por ejemplo,
r lt' instaurar la pena de muerte en caso de homicidio, el cual era
Aquellos que se encuentran unidos al cuerpo, y tienen un derecho
l)ru'a Smith "el único castigo apropiado", pues este era el aplicado
y una judicatura a la cual acudir, envestida con la autoridad para
, rr rraciones "fuertes" y"civiTizadas" (Smith, 1978',pp.106,476).
decidir las contoversias enre ellos y castigar a los delincuentes, se
lirrnemos una famosa definición del pensamiento austiniano:
hallan en sociedad civil, los unos con los otros. Al conrrario, aque-
llos en la tierra que no tienen este beneficio común se encuentran
St un determinado serhumano superio! carente del hábito de obe-
todavía en el estado de n aturaleza, cada ser, viviendo del otro, sien-
,lecer a un superioq recibe la obediencia habitual de las masas de
do juez y verdugo para sí mismos alavez. Lo anterior constituye,
ttna sociedad específica, ese determinado superior es soberano en
ccrmo 1o demosffé antes, el estado de naturalezaperfecto. (Locke,
ta1 sociedad, y la sociedad (incluyendo al superior) es una sociedad
1960, p. )67 ,pará.87)
política e independiente. (Austin 1861- 1861, p. 170, I, énfasis suyo)

En cambio, la "parte civlTizada del género humano" se ca-


Aunque esta posición finalmente sostenida en términos de
es
racteriza por "leyes positivas" (Locke, 1960, p. 33I, pará.3O).
I rrcrza, el Estado más fuerte no incorpora al débil, pues no existen
Entonces, como es bien conocido, Locke asocia la entrada a la ''rri un btíbito de mando por parte del primero, niun hábito de
sociedad política con el aseguramiento de la propiedad: de esta
,,1,r'diencia por parte del segundo" (Austin, 1861-1861, p.173,
firrrna, cl fin primordial perseguido por los hombres al unirse en
l, t'nfasis suyo). Cada cual conserva su fuerza característica, su
I-staclos, y someterse bajo un gobierno, " esla preseruación de la
t listinto centro de poder y, sobretodo, su propia determinación:
propictlad" (Locke, 1960, p. 395,pará.I24, énfasis suyo). Locke
procede a describir el Estado de derecho como una respuesta "a
[. ..] ninguna parte indeterminada puede, de forma tácita o expresa,
tantas cosas que se hallan en estado de espera en el estado de na-
lccibir obediencia o sumisión [...], cualquier cuerpo sin límites es
furaleza" , como una respuesta adecuada al caos proveniente de
incapaz de ejercer un mando corporativo, pues es incapaz, como
las aseveraciones pasionales, egoístas y meramente individuales
cucrpo, de tener comportamientos negativos o positivos. (Austin,
imperantes en el estado salvaje o de naturaleza.
1861 1861, p. 175, I)

Primero, se desea un derecho establecido, conocido, organizado,


"Todo derecho que se precie de sedo nace de una ruzón deter-
arreglado, recibido y otorgado por un consentimiento común so-
,llnada,o emana de un autor detertniruado" (Austin, 1861-1861,
bre lo correcto e incorrecto, y un acuerdo para decidir todas las
p. 120,I, énfasis suyo).
controversias enffe ellos. Segundo, el estado de naturaleza carece

l1
1o
La consolidación de ia idea de soberanía de Austin I
replica, 'I derecho, los proyectos humanos pueden iniciarse
')5 ). Según el
dentro de la modernidad, al poderoso simbolismo
míti; dei ¡,, rr krs miembros de una sociedad civil
o política y consolidarse
centro, que caracteriza al derecho moderno. Solamente
lo que , r, t'l tiempo (ver Locke, por ejemplo,1960, p. )44, paú.50).
proviene del centro tiene validez. El centro, sea
este una monta_ l(,, rsseau combinó todos los elementos de esta premisa: el dere-
ña sagrada, el jardín del Edén, una ciudad o
un templo, era un , lr,, cf¿r necesario porque "la sociedad debe tener actividades y
principio y una fuente de creación, el punto .,
.l ..,ri el caos de Irrrt's"; además, el derecho logró incluir y mantener aquello que
la pre-creación se ordenaba, y el punto ,lond.
un campo,.r*.._ l,r , ii,ilización consideró importante para inculcar, y controló las
dentalmente ordenado .r, ,*u ulu"p..a"
y daba fo r( r)(lcncias hostiles del estado natural ajenas al orden (Strauss y
"rr.o.rt.rdo
rable y efecdva " realidad del mundo (Eiia,le, 1965, p.1B). Así, el { r(}l)scy. 1972. pp. 542-544\.
centro constituía la imagen del mundo, el imago
mundi. l'.ntonces, retornando a Austin, el derecho no es solamente un
El derecho existe en virtud a ,,su posición,,, identificándose
rrrr¡rerativo perentorio: es también "un imperativo que obliga a
con el soberano y el cenrro (Austin, 1 g¿ 1 - 1 86l, p.
2,I).Sigue así la , rrr individuo o grupo de personas a seguir un patrón de conduc-
huella de imago mundi,reafirmando el curso o.d".,rdo
y r,ormal, t.r" (Austin, 186l-186),p. 15, I). Un derecho o regla imperativa
generalmente al corregir las desviaciones de tal
.u.ro. La .rerción ,irrr,r lir conducta de los obligados, o "constituyc una nortna,mcr'
y ejecución de cualquier ley es un ritual propio
cle la reafirmación ,1,'kr. o patrón al cual su conducta debe estar conforme" (Austin,
dela disciplina del centro fmua., D65, p.2). y 1o que
foer-za y
l,s6l 1861, p.159,I). El derecho crea derechos perdurables y
se está afirmando no es solamente un o.d"n
prrti..rlu, op.,.rto ,,1,ligaciones que el salvaje, en su estado "pre-social", desconoce
al desorden, sino el mismo ser y fuerza del oráen
en sí mismo, (r\rrstin, 186l-186), p. 85, I). Entonces, la persistencia del de-
Para funcionar de esta manera, el derecho debe
mantener ,, r. ho produce una contradicción entre el derecho visto como
trna ¡rersistencia y hermetismo míticos. El salvajismo
es a la vez rrr¡loridad del soberano y el derecho visto como un proyecto,
un apoyo inmediato y adverso. Sin la existencia
del derecho, se_ rrrorlelo y obligación que depende de la lealtad y el apoyo popu-
gún Hobbes y otros autores, regresaríamos
al caos delsalvajismo. l:rles. Hacia el final de este escrito analizaté la manera mítica en
Sin en-rbargo, para algunos el desorden presente..,
.1 ,aluálirmo ( rc se resuelve esta contradicción.
lr
sinrple no era el único escollo puru ulianrur un
'l¿u¡bién estaclio mejor. Por ahora, me limitaré a afrrmat que existe otra contradicción
exisría un ripo de salvajismo que poclría denominise
, ¡r rc debe ser considerada: el proceso de la creación mítica del de-
srrlvajismo cualificado. Incluso en "un i...itorio
considerable- rt'cho contrapuesto al caos primitivo conlleva, como hemos visto,
extenso", afirma Ferguson, donde habitantes retienen
'rcute 10s ,'s¿r identificación básica del derecho con un orden trascendental'
srr "es¡ríritu indómito y guerrero,,, estos pueden llegar a ser con_ Sin embargo, el derecho moderno también se construye en un
t..lados bajo "las riendas del despotismo,,. Er.l caso
n¡ccliados del siglo XVI[, cuando era común
ocurrido a l)roceso de cambio y progresión mediante el cual es separado del
equiparar el dere_ ,,r'den que le dio origen. EI derecho no se encuentra adherido a
cho con los distintos despotismos de la época, particularmente
rringún tipo de orden, toda vez que su constitución responde al
,xJrrcllos de origen oriental (Ferguson, 1966, pp.10l_104).
El ,.'rrrnbio constante en la "sociedad". Esta parte del mito, la cual
rlc.ccho era parte integral de un orden cruraclero y
civilizado co- t'xploro a continuación, es desarrollada en la historia descrita por
,ro el curopeo. Fuera de este orden existían clos alternativas:
la .'l paradigma de derecho y progreso; y, como veremos, la historia
irrr¡rredecible arbitrariedad del despotismo,
o ra inconsrancia del es contada de una manera que permite la reconciliación del de-
irrcscrrrpuloso hedonismo del simple salvaje (Ferguson,
1966,pp. r.ccho con el orden. A pesar de que la idea de "progreso" aludi-

7)
73
(la en este periodo es distinta a sus equivalentes en el Occidente
contemporáneo, es muy plausible afirmar que la idea originaria tlicta observancia" de las leyes, que ase[Juran "la estabilidad de
clcprogreso esgrimida aquíhayaproporcionado el lengua;'e nece- Irr posesión, su trasferencia y el cumplimiento de las promesas"
(l lume, 1888, Libro III, parte I, pará.6). Esta equiparación de
sario y la orientación general para las articulaciones posteriores.
, rna configuración clara del derecho burgués con una necesidad

Dr,n¡cuc-l y pRoGRESo r rniversal fue desarrollada asumiendo que todo el mundo dormía
cn sábanas limpias. Supuesto que ha perdurado en la mitología
I lay ciertos precursores del derecho en los cuales vale la pena .lel derecho moderno. Ninguna de las líneas de pensamiento cle
tlctcnerse, como lo veremos a continuación. t'sa época, ni las del mismo Montesquieu, buscaron relacionar
El derecho tiene que estar relacionado con la sociedad, o dis- lcyes diferentes en sociedades diferentes dentro de una secuen-
tintos tipos de derecho deben relacionarse con diferentes ,,na- cia o plan progresivo. Sin embargo, Montesquieu sí esbozó una
cioncs", como fueron llamadas. La figura más representativa en influencía sobre el derecho, que resultó útil en su desarrollo para
r.'ste movimiento parece ser Montesquieu. Las "leyes,' cuyo ,,es- krs cronistas del progreso:

1ríritu " buscó no pueden ser fácilmente equiparadas con las ideas
nloclcrnas del derecho. Sin embargo, esto no ha afectado su re- [Es] la gran relación con 1a manera en la cual muchas naciones
procuran su subsistencia. Debe existir un código de derechos de
lrrrtación como profJenitor de la idea de pensamiento que resalta
l¿r lclacicin entre derecho y sociedad. Montesquieu pensaba que más amplio alcance, que se dedique más a actividades como el co'

l,rs lc:yes cstaban o debían estar rclacionadas con varios factores mercio y la navegación que a las gentes dedicadas al cultivo de la
t¡trc incidían en su formación. En este sentido, afirmó que ,,sería tiema. El derecho tiene que ser más amplio para estos últimos que

t'onvcnicnte si las leyes de una nación pudieran adaptarse a los para aquellos que basan su subsistencia en rebaños y manadas' Y
t»rlcnamientos jurídicos de offas" (Montesquieu, 1949, p. 6). debe ser más amplio para los anteriores que para quienes viven de

Montesquieu enumeró una serie de factores cleterminantes en lt caza. tMontesquieu . 1919. p.241\
lrr f orr.nación del derecho: el clima, la geografía, "el oficio princi-
Para complementar 1o anterior, Montesquieu elaboró una
¡,al clc los nativos del lugar", "el grado de libertad permitido por
l¿r (lonstitución",la religión. En sus palabras, "todo lo anterior
Iorma de reconocer una diversidad de tipos de leyes en contex-
rrrnstituye lo que yo llamo el Espíritu de las Leyes" (Montesquieu, tos disdntos. A la luz de esta perspectiva, el derecho no surgió
le.{t), pp. 6-7). cn cierto momento determinado, antes del cual no existiera ley
,tlguna. Hasta aquellos con la más baia opinión de los salvajes atri-
.f unto a Montesquieu, otros autores, contemporáneos y an-
tcliores a é1, relacionaron el derecho y la sociedad de diversas buían a estos la existencia de alguna forma de derecho, así esta
nlaneras. Hclbbes y Hume, para tomar ejemplos representativos, ftrere "irracional y ridícula": a pesar de que las "leyes han sido
rrsociaron la sociabilidad con un grado necesario de legalidad consideradas como la obra maestra del intelecto humano [...] la
(l I<rbbes, 1952, capítulos 14-15; Hume, 1988, Libro III, partes jr-rrisprudencia, las costumbres y maneras de los negros, parecen
l-2). Dadas las aparentemente obvias circunstancias de la con- cstar perfectamente en consonancia con su estrecho intelecto",
rlición humana que incluye su inhabilidad para crear "normas dictadas por el sen-
de igualdad moderada de po-
rlcrcs, egoísmo -circunstancias
moderado y escasez moderada-, la existencia tido de la previsión" (Long, I77 4, p.178, Libro III)' Así como lo
y la civilidad de la sociedad humana deben depender de la ,,es- afirma Long en su valoración " científica", la conexión entre el de-
recho y la sociedad fue influenciada por la expansión de pueblos

71
15
quc pugnaban entre ellos por el territorio, muchos años antes , l progreso de las sociedades, para Smith, el derecho aumentó
cle
c¡trc existiera la predominante noción del indio , n cantídad y complejidad, y se distinguió aún más como forma
americano en el
tcnra que abordamos en este documento. En realidad, social. En la mayoría de estas narraciones, el desarrollo del de-
el rango de
lrtrcblos y geografías utilizado por Montesquieu puede s.. árrri_ r..'cl-ro fue de la mano con la progresiva consolidación de la pro-
rk'rado como una amplia contribución a ra extensión universaris- 1,icdad. Así es como en la "era primitiva de los cazadores", como
l:r la docÍina del progreso inexorablemente ha pregonaclo.
c¡r,re , s cl ejemplo del indio americano, la carencia de cualquier tipo
La mítica noción de avance y progresión en una socieclad no ,le propiedad explicaba sus pocas leyes y su incivilizado sistema
('r'ir nueva. En el siglo XVII, para no jtrrídico (Smith, 1978, pp. 16,IO2). En el estado pastoril, la po-
ir muylejos, era común aso_
t irrl la diversidad de la gente con su extinción y decadencia l,lación es más numerosa, la división del trabajo es más amplia, la
pro_
¡¡r'r'sivas en relación con una unidad original. Este declive incluía ¡,«rpiedad más cxtensa. Estos factores hacen que "las diferencias
Irr 1rér'dicla gradual del derecho yla civilizacrón. ('ntre ficos y pobres" emerjan, y, entonces,la existencia de "leyes
Así, sir Mathew
I Irrlr', c, su obra-4 Primitiue origi,ation of Mankintr,un
trabajo l)crmanentes" y la expansión de la autoridad se haceh necesarias
.'rv,r.f rr,a no hace justicia a la contribución hecha por
Hale al l)¡ra garatfizar la propiedad y proteger a los acaudalados (Smith,
t'sr.rli. tlcl derecho, atribuyó tal declive a ros efectos ambienta- | ')78. pp. 202. 208 209\ .

lcs.(l Irrlc, 1677 , pp.l95-I9l ,2OO-201). En la primera mitad Con tan "provechosa inequidad en las fortunas del género
clel
sigkr XVIII, la forma como se manejó .l t.mu del avance de las Irrrmano", el pobre apenas puede consolarse pues ha vivido en
s.t'i.tlaclcs tue caracteri zada por una tendencia que refuuba ,rna opulencia mayor a la de cualquier príncipe salvaje (Smith,
la
lrrltrr rk'rlcrecho en el supuesto mundo salvaje. 1978, pp. ))8,562;ver también Locke, 1960, p. ))9, capíttioY,
Los romanos ylos
lit'it'u.s, a.ccstros de los europeos, habían sido salvajes al igual ¡rará. ,11). Ningún otro ímpetu fundacional es descrito en lo que
r¡rrt' Lrs inclic'rs: de manera que algunos salvajes, por 1o ( oncierne a la progresión del derecho en la era agraria y comer-
-"rror, t ial; sin embargo, hay otros cambios en el derecho. Cuantitati-
1, r r.. I i..r «rr crrmbiar y progresar; lo que permitió afi rmar qur- quirá

l, rs srrlvrrjcs no carecían de derecho ni gobierno (u.., \,¿rmente, hay más leyes y la autoridad cenffal se hace cadavez
po..;"*plo,
l,,rlitrrr¡, 17 21, p. 5,I). nr¿'rs fuerte. Cualitativamente, el simple régimen legal de toda la

l',sr.s lineamientos de la progresión mítica se fusionaron comunidad que caracteriza alos pastores es reemplazado por una
en la
s..'grrrrrla nritad del siglo XVIII, lo cual dio lugar r,,¿riedad de formas de autoridad institucionalmente separadas,
a que se empe_
zrr'¿r ir cstablecer una relación explícita entre rnás complejas, como las legislaruras y las cortes regulares (Smith,
el derecho y.r*ro
('lirl)irs clcl progreso en las sociedades
concebidas de ,.rá.do .o,
1918,204 205).
t r ¡s " ,r.d.s de subsisten cia" : 7a caza, el pastoreo, Aunque la sucesión de "estadios" , para Smith y sus cronistas,
la agricultura
v .'l c«rnrcrcio (ver Meek, 1916). l)arece haber sido pensada de manera que cada subsecuente es-
Lrr trayectoria general de estas historias permaneció intacta, tadio remplazara al anterior, el punto de referencia fue siempre,
rrl igrral que aquellos idilios del orden, en los cuales lo ,,primor_ cn todos los estadios, el estado salvaje. Enseguida, antes de llegar
,lirrl" y lo salvaje dan origen alavjda civilizada.Hubo ,na ,r algun a concl usión, analizar é m ás detalladamente \a nafur aTeza
árp._
rir sinlilitud en las numerosas historias del progreso, ,le la progresión abordada en las líneas anteriores.
entrelas
..'urrlcs Ia más perdurable ha sido la de Adam Me apartaré del más admirado trabajo de Stein (1980) y Meek
Smith. En su obra,
I tr't,rc.r on
lurisprudence, Smifh, silenciosamente establece los ¡976), en donde se sostiene que para el derecho y las ciencias
.r'itc'i.s generales de la sociología comparada der derecho. con sociales la progresión esbozada anteriormente es un tipo de evo-

i(¡ 7l
lución. En mi opinión, las cosas parecen
entremezclarse más. v
p.aramis propósitos en este escrito, en 'lal noción de "evolución jurídica" es presentada por Stein
realidad,0".;;;;;1
cho más reveladoras y complejas. rrrt'rliante una cuidadosa y copiosa ilustración. Es válido afirmar

. Para comenzat es difícil notar la existencia de un sustento co-


herente que fundamente los .uru.t"r.,
(
lr ciertamente existe progresión; sin embargo, como 1o hemos
rc

,rrifi.rdo.., | ;;i;;d* vistr¡, no existe una dinámica general que le dé identidad y efecto.
propios de la "progresión,,, asociada l,o que está en cuestión es algo distinto. El derecho está siendo
puede afirmarse que nunca hubo
con la.uotr.i¿.r. f]il; ripológicamente relacionado con diversos y distintos modos de
en el progreso esa dinámica fun_
clamental, unitaúay unificadora, qr. srrlrsistencia. En el "espíritu" de los tiempos, el derecho es iden-
,rJE r.. relacionada con la
cvolución. El ímpetu para esa progresión Iif icado al relacionarlo con las cosas de una forma que simplifica y
varió significativamente
scgún las perspectivas d.l, para algunos, el progreso , lrrsifica, siguiendo un "patrón coherente", que es como describe
-ir-á.
pcndió de las condiciones de aqu"llo, de_
qr. ,'l objeto de la búsqueda (Stein, 1980, p. 27 ).
"l«rs más laboriosos f.ogresaban; para ellos,
y enten<liáo, dd;¿;" humano,,,los más El derecho es así ubicado e identificado con "el orden de las
illtrlnrcnte educados, o aquellos q.," t r)sirS", en un orden que nace desde adentro de las cosas que han
r. d'"rtu.an por su ,,destreza y
¿unlrición" (Blackstone, 1g25,p.4;Ril.y, si,lo ordenadas (Foucault ,l9J),p.209):la progresión se convier-
19g6, p.24g; Stein, 19g0,
p. 22) . En otras interpretacion.r, t('cn un modo de fundar esa identidad. Esto puede explicarse
o ulglrus veces en la misma, se
Irrrcírr gran énfasis en factores ( ( )n una cita hecha por Stein usando el viaje metafórico de Kames
ma, *rá""r. esí, por ejemplo, una
r))iry()r' nccesidad resurtante ..'n el Nilo, un Nilo cuyas enormes e inextricables complejidades
de ra presión ejerciáa roú."...r.ro,
(.s('irs()s sc relacionaba ir[)arecen reducidas al llano progreso de las corrientes internas
con el incremenro dálapoblaciil;.;;;;i
I:rt'I.rc,xtcrno era a su vez relaciorrrao.onlu rrriis simples:
,'s ,lt.ir, c.n la mayor cantidad d. .".r.ro,
riil;J;;#:
I^'rrrrr. *ra nccesicrad determinada.
disponibles;;; (luando entramos en el derecho municipal de cualquier país, en su
Lo que en un momento fue
r'orrsccr¡r'l.lcia del progreso se estado presente, nos parecemos a un viajero que cuando cruza el
convirtió en su causa, y viceversa.
l.)(' r))i,)c.a que una creciente Delta pierde su rumbo en medio de las incontables desembocadu-
sociabiridad resultó der aumento
r lt' lrr río egipcio. Pero cuando vamos
1r«rlrlación o una población en ur-.nro-."rultó ras del a la fuente y continuamos la
dei aumento
r lr. lrr s<rciabilidad (ver
M eek, I97 6,p f á¡ I. f.ao esro se fusionó cc¡rriente del derecho [. ] todas sus relaciones y sus dependencias
. .

.r,n las rnetáforas inspiradoras d"l i son trazadas con más dificultad, más que en los muchos riachuelos
..".i-i"nto,, y <iel ,,espíritu,,
,1,'l;r s<rcicclad (Meek, I976,p.5;Stein, en los cuaies este magnificente río se divide antes de perderse en el
198ó, p.2g).
I)r'nsar semejante incoherencia rnar. (Stein, 1980, p. 26)
..
I)r ¡t's llo existió una dinámica
sería, por decirlomenos, fácil.
evolutiuá coh"."nt. en el progre_
so. La afirmación contraria, retomando La constante progresión que emana de una fuente en el sal-
a Stein, ., i, a".
lrt'nsaclorcs en Francia y Escocia, a quienes se les
0"""f* vajismo solo puede existir en aras de un orden fundacional. Es
rlc's¿rlrollado la idea de progreso,
atribuyJ;b;;
abordaron er modo lr historia de algo realizado,no de algo por realizar De lo que se
de subsis-
Icncirr no solo como uno. de los t r¿lta en estas aproximaciones es de la perfección y plenitud del
factofes que afectaba .l .u.a.t.,
,lc las leyes de una socieda, ,iro rlerecho, y todo aquello que ocurriera con anterioridad a tal mo-
.o-o.,r, ..".r¿ circunstancia
tlict¿cla por su nafuralezay rango. lulento es considerado como pálidos precursores. Los cronistas
Basaclos en esto erigieron ,,un
('s(lucma de desarrollo,, (Stein, .lel derecho y el progreso no fueron capaces de apartarse de la
19g0, p. 19).
ccuación fundacional del orden yla ley. La progresión no suplanta
7ti

l9
cl orden de las cosas y procede a identificar el derecho como parte La constitución negativa del derecho niega cualquier forma de
rlc una dinámica que trasciende y encierra todo. La idea nt era nredición que permita probar la eficacia de la relación entre de-
clcvar la dinámica del progreso hasra una evolución obligatoria y recho y orden. En la era del derecho pre-moderno, se le asignó al
cohesiva. Al contrario, cualquier preocupación con una dinámi- ..lerecho una efectividad intrínseca en cuanto a su funcionamien-
ca real del progreso era confusa, inconsistente y casi incidental. ro. No obstante, la costumbre resulta reducida a una categoría
pcriférica, que es puesta en oposición al derecho mediante su
(,oNcr-usróN
,rsociación con 1o salvaje y con aquellos remanentes domésticos
.lc un recalcitrante pasado que está aún por ser transformado
Lrr trrrogresión puede ser una elaboración del orden, pues los dos r.'n la modernidad. Los contenidos trascendentales y reflexivos
lrxrvienen de la misma fuente. En el "orden de las cosas,,, encon- ,le un derecho natural, que ostenta la consistencia comprensi-
tlrrl cl orígen de una cosa es ubicar su ser, su existencia. La opo- va propia de una divinidad, son eliminados a través de su unión
siciti'r cntre la progresión del derecho y el orden del derecho es con un viejo orden. El secularizado derecho natural se convierte
"srrgrcrada", de manera que el derecho y el
orden se encuentran cn sr-rjeto de la determinación autosuficiente propia del derecho
,rirl.s en el origen del salvajismo primigenio y caótico. Tanto positivo. Este tipo de derecho, siendo constituido simplemente
lir l)r1)gresión como el orden del derecho se constituyen en la cn términos de lo que no es, puede autocontenerse y autoprocla-
rrt'g¿rcitin del estado de naturaleza. Dicha constitución implica ntarse. La condición de cambiaf se transforma, entonces, en un
un,r tloble negación. El primer paso, tal y como Ferguson lo re- rcfinamiento del orden jurídico que contribuye a su perfección.
t'.rr.ci<i, cs írnaginar que "la simple negación de todas nuestras Ln su existencia sin restricción, el derecho queda entonces fa-
rr.les cs una descripción suficiente del hombre en su estado cultado para hacer cualquier cosa. Una infinita capacidad para el
'i't
<rrir-rinal" (Ferguson, 1966,p.15). Apartir de este estado nega_ cambio derecho se cambia a sí mismo y ejecuta cambios- es
lir¡., caracterizado como un estado de naturaleza o de anarquía, -d
¿sociada con el orden. Este envidiable instrumento de gobierno
nrrt't' l¿r ncgación de este, es decir, un estado positivo de ,,suje- sc nos revela en formas más virtuosas, como el Estado de dere-
t'iri¡r " civilizacla, que incluye el orden determinante del derecho cho para que el derecho impere, este ticne que ser capaz
"¡rosirivo" (Austin, 1861-1g61, p. 222,I). En el
vacío creado por -pues
rle hacer cualquier cosa; 1o que sea. Así las cosas, los incrédulos
t'slrr nrajcstuosa e invulnerable doble negación, el derecho mo_ pierden la facultad de poder distinguir los límites de un derecho
tlt'r'rr. ricrrc la capacidad de abrogarse un orden mítico en cuai- que se ha constituido a través de la negación.
r¡rri.r' ¡r..grcsión civilizadora. Así, como 1o vimos anteriormen_
tt', lrr lrcr-sistcncia del derecho produce una contradicción entre I{r:run¡N ct¿s BIBLIOGRÁFICAS
..'l .k'¡ccho entendido como el imperativo de un soberano, y el
,1.'r'r'clr. presentado como algo dependiente de la cohesión a las Austin, I. (l861 1861). T'he Prr¡uince of Jurisprutlence De tttrmine¿l and
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COME,NTARIO

José Manuel Atiles Osorial

Los conceptos nacíón y nacionalismo, en tanto que


def,niciones
y ,"pr.,""uciones de las comunidades' de
..le las vinculaciones
las estrategias de acción socio-
lrrs manifestaciones culturales y de
político-jurídicas que se dan en este contexto, se han esgrimido
como
rrtravés áe la tradlciOn filosófica-política-moderna-liberal
definición (Guibernau' 1999'
significados maleables y de difícil
caracterizar la nación
ziioql. Tradicionalmente, se ha tratado de
ambiente
cn cuanto al espacio geográfico o territorial y el medio
(lue ocupa l, .á-.rrridrJ, el idioma hablado por los que la com-
la historia común, las memorias del pasado de
po.,"rr, ü
"tniu, las
sus triunfos y derrotas en momentos históricos concretos'
produccione, .rltrrr^l"r, sus símbolos y tradiciones' la religión'
y de
io, luro, familiares o de sangre, entre otras manifestacioncs
fir-,i.io.,., propias <le la comunidad que crea la nación' No obs-
c ategoúzaciones han sido problem atízadas'
al punto
tante, esas
que una vez tras otra reaparece la pregunta que Renan
tratara de

I El autor cle este comentario desea agradecer a la Dra Anayra C) SantoryJorge

in t..urr" u cliálogo estableciclo sobre la versión previa dei mismo'


1-. "1

87
responder en su conferencia de 1 Bg2:
¿ eué es una nacióru ? , y que
posteriormente Hobsbawm (2004) rearricularía como: ¡rodrían ser denominadas como contra-hegemónicas o subversi-
,, ¿§"i vas. Ejemplo de esas tradiciones pueden ser la marxista, el anti-
una (o la) nación?
colonialismo, el nacionalismo desarrollado por los Movimientos
Esta maleabilidad y dificultad para definir ra nación
ha sido ,lc Liberación Nacional (MLN) y aquellas ideologías producto del
plasmada por Peter Fitzpatrick en el título de este
capítulo, con strr global. En ese sentido, debemos notar que los/as autores/as
una revisión del muy conocido edicto agustiniano2 que
híciera iultcs mencionados, en su mayoría, representan la tradición filosó-
Bagehot (1887) en su rexro physics and poritics (chadáen
Hobs- lico-liberal del norte global. De esta forma, autores como Cabral
ba1vm, 2OO4). Bagehot, al mismo tiempo que aréJumenta
que el (2001), Fanon (1999), Lenin (1969), Said ¡991) y Sosa (1984),
siglo XIX debe ser conocido como el periodo de ra "construcción
cntre muchos/as otros,/as, son excluidos de ese diálogo. La ex-
de naciones", comenta sobre el c.rn.epto nación que: ,,fs]abemos
r'lusión de estos autores, que también trabajaron el conccpto de
lo que es cuando no nos lo preguntáis, pero no po<Jemos
expli_ lrr nación y que plantearon importantes definiciones del mismo,
carlo ni definirlo muy rápidamente,, (Hábsbawm, 2001, p.9).
rcsponde a que este capítulo establece una inierlocución con la
Esta dificultad para definir un concepro que ha esraáo
muv tradición analítica del norte global. De esta forma se excluye o,
presente en la tradición política-liberal-moderna-occidental,
funda en la mr-rltiplicidad de acercamienros, lecruras y
se lror 1o menos, no se contempla el diálogo con el nacionalismo re-
definicio vt¡lucionario o con las categorías interpretativas de este fenómeno
nes que se han hecho de la nación a lo largo de los
áos úldmos (lue han surgido del sur global y que han tendido a ser emanci-
siglos. Múltiples han sido los/as urto..r/u, que se han
clado a la lradoras. En este contexto, e7/lalector/adeberá comprender que
tarea de comprender, categorizar y traducir los fundamentos
bá_ r'ste capítulo ofrece una reflexión sobre la nación y el naciona-
sicos que sustentan la idea de nación. Algunos ejemplos
de estos/ lismo desde una postura y/o espacio de producción epistemoló-
as autores/as, entremuchos otros,/as, son: Anderson(19g1),
Gell_ cico localizado. Es deciq Fitzpatrick argumenta en contra de 1o
ner (1988), Guibernau (1999, 2001),Guibernau y Hutchinson
.¡ ue Gonzále z (2005 ) ha denominado " nacionalismo liberal " y en
(2001),Hastings (2000), Hobsbawm (2004),Hutchinson (2OO1
., contra de las búsquedas, construcciones y significados inferidos
Miller (1995),Renan (1961),Smith (1986, 1998). Esros,/as auro_
..,n cl concepto liberal de la nación.
res/as han compartido la misma preocupación por
encontrar las Ante esta búsqueda, Fitzpatrick plantearáque ia nación es un
categorías básicas que den un sentido universar ar concepto
de ra concepto imposible, ya que, dadas las múltiples definiciones e in-
nación, a pesar de que el mismo, según plantea Fitzpatrick,
actúe tcntos fallidos por determinar lo que "tangiblemente es o lo que
en lo particular. Es decir, estos/as autoies/as han intentailo
defi- tangiblemente puede causada, se ha evidenciado la configuración
nir los elementos que determinan cuándo una comunidad
o un csqr-riva e intratabiiidad de la misma" (Fitzpatrick, 2008). Al mis-
grupo de seres humanos se constituyen en una nación y
cuándo nro tiempo, esta intratabilidad ha puesto de manifiesto el carácter
no cumplen los requisitos básicos parutalconstitución. "inventado e imaginado de la nación" (Fitzpatrick,2008). Este
Esta problem ática y/o la imposibiridad de crefinir ra nación,
posicionamiento se circunscribe a la corriente de pensamiento
en cierta forma se tradujo a otras tradiciones epistemológicas
que l,osmoderna y deconstruccionista, de 1a cual Fitzpatrick asume
ciertas categorías argumentativas. Como se verá en el texto, el
' S:,1 Agustín clc Ilipona plantcó. cn Io que ya es ur.r¿r rrutor establece un diálogo con intelectuales posmodernos, tales
lrase muy cc¡nocicla sobrc
el tiempo: "l)r definitir.a, ¿qué es el ti"mpá? Si naclie f";;;;,; ccrmo Derrid a (1992) y Balibar (1991), quienes han planteado la
-. i. .+.-Sl
quisiera explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé',.
necesidad cle abolir las meta-narrativas y los proyectos modernos

¡38
89
qxe intentan explicar la realidad social
de la nación. para el autor,
al igual que para Derrida y Balibar, ra
nación es una construcción iclentidad nacional a partir de la exclusión del Otro, dotado de
y/o unainvención política moderna, que no los significantes negativos de la nación y de la identidad deseada.
refleja la reatidad de
las comunidades sino los intereses j.rnu, élites en a poa... e, I Iecha esta breve introducción, nos proponemos profundizar en
este sentido. Guibernau (2009) brinda
un buen ..rrr_.r_, d" l, lrr argumentación y el recorrido analítico que lleva al autor a argu-
comprensión posmoderna de la nación, el nlentar que el nacionalismo es una forma de racismo.
cual debe permitirnos
interpretar los posicionamientos y las lecturas
q.,. hrc. el autor
sobre la nación. Plantea la u.,ro.u qr" pormoá".nismo
y el .le_
L,t il¡t ostgILIDAD DE LA NACIÓN
construccionismo, "l
IJn el primer apartado del texto, Fitzpatrick parte de 1o que ha
[D]enuncian las teorías instrumentalistas de la cultura denominado "el resurgir de la literatura sobre el nacionalismo a
v tratan,.
etnicidad y el nacionalismo como construccione.
o ..ifi.o.iorr., 1>artir de la década del 1980", para mostrar, la imposibilidad de
políticas de una versión autorizada específica
de Ia cultura, inmovi- la nación y de las representaciones y descripciones de la misma'
lizando lo que fluye de forma natural, erigien<1o
fronteras artificiales lin su análisis de la literatura sobre la nación y el nacionalismo,
allí donde antes no existían, recordando y
configurando el pasado cliscute de forma detallada las propuestas presentadas por Smith
para ajusta,o a las necesidades actuares
e inventando tradiciones
(1986), Gellner (1988) y Anderson (1981). Cabe destacar que
allí donde no exisren tradiciones orgánicas,
o no son apropiaclas, estos autores fepfesentan una nueva corriente en los estudios
para garantizar un sentido de continuidad
con el pasado. (Guiber clel nacionalismo, ya que, de una forma u otra, han abandonado
naq2009,p. ))) rluchas de las propuestas que tradicionalmente definían los con-
ceptos nación, identidad y nacionalismo.
Fitzpatrick fundamenrará su resis de la imposibilidacl del con_ Si bien es cierto que estos tres autores son clásicos de la lite-
cepto nación sobre las bases del carácter inventado
y,/o construiclo ratura sobre el nacionalismo, debemos recordar que represen-
de la nación. Concreramente, el capítulo
ti"n. po, á, _orr.u. faron una ruptura con las posturas o enfoques perennialistas y
"las características ambivarente, á. lr. primordialistas dela identidad y de la nación. Es decir, muchos
lu nación son reconciriacras,
ysu integridad asegurada a través de un modo cle los/as autores/as previos/as a los antes mencionados, cuando
d. fo.mu.i¿n á"
identidad propio de la modernidacl, uno que estudiaban los orígenes de la nación o los fundamentos primarios
genera y descansa
sobre las bases de un racismo sofisticado y
o-rripr"r.nte,, (Fitz_ cle la misma, 1o hacían desde estas dos posturas. Por una parte,
patrick). Para sustentar esta tesis, el u.,ro. propone paru los p e re nnia lis tas,
dos áreas de
análisis concretas que, a su vez, se subdiviáirán
en áreas reflexi_
vas más específicas. En ese sentido, Fitzpatrick [...] las naciones o los grupos étnicos y las culturas que los forman
ofrece, po. u.r,
parte, un análisis de rres literaturas o autáres no son algo natural, sino, más bien, son el producto de procesos
que ejemprifican er
desarrollo del concepto liberal de la nación. históricos y sociales [...] [siendo] el equivalente moderno de la
.Estos autores son
smith (1986), Gellner (1g88)yAn<Jerson (1g81). identidad étnica premoderna. (Guibernau,2009, p. l0)
Mienrras que,
por otra parte, el autor ¡ealiza una disección
cle los .ont"rriio,
ontológicos que constituyen la nación como Mientras que, por otro lado, los primordialistas afirman que
una forma de racis-
mo sofisticado. Esto implica el análisis cle la "los hechos culturales dados, mles como los vínculos de sangre, la
constitución de la

90
91
lengua, las costumbr e,7a razay lareligión, constituyen la esencia tir de la industrialización, de los procesos de modernización y
culrural de las naciones " (Guiber nau, 2009 , p . )2) . cle la constitución de la misma a partir de los retazos históricos
En este senrido, Smith, en su libro Tbe Etbnic Origins of \rla v míticos del pasado, no pueden ser fundamentados como prin-
tions, reptesenta una tercera vía de análisis, o lo que Guibernau cipio explicativo del fenómeno nación. En este sentido, el autor
(2009) ha denomin ado e tno sim bo lis mo. p aralaaurora: cntiende que Gellner, a diferencia de la "aguada" def,nición de
Smith, propone un "movimiento general del mundo, el cual se
Smith reconoce la modernidad de las naciones y clel nacionalismo supone daba sustancia ala nación pero le negaba cualquier tipo
(y de aquellos elementos que ios forman, como ra de identidad" (Fitzpatrick, 2008).
curtura nacional),
e insiste en los orígenes étnicos de las naciones. También subraya Finalmente, el autor aborda las propuestas de Anderson, el
Ia relevancia de los valores,los mitos, los símbolos, las tradiciones, cual, en cierta medida, también ha sido considerado como moder-
los lugares venerados y los recuerdos a*aigados en la comunidad nista. Anderson describe la nación como una "comunidad ima-
étnica en ranro que formación social. (Guibernau,2009, p. 31) ginada", constituida a partir de un proceso de conceptualización
cle una sociedad, de un espacio y un tiempo homogéneos y vacíos.

Por su parte, Fitzpatrick argumenta que el proyecto de Smith IJste proceso de imaginación se da a partir de la transformación
era "cuestionar la tesis modernista que sostiene que la nación es cle la conciencia de la sociedad. Es decir, para Anderson la única
una invención reciente que nace en el pensamiento de las érites" comunidad real era la aldea, o aquella que se circunscribía al con-
(Fitzpatrick, 2008). Bajo ese principio, Fitzpatrick planrea que tacto directo entre todos sus habitantes (Anderson ,1983). A par-
smith utiliza e1 concepto de la etnia para introducir er "mito cle tir del momento en que las comunidades comienzan a ampliarse,
la pertenencia" y, con ello, desarrollat y/o crear mitos que fun- cuando se da la expansión del capitalismo y el advenimiento de
damenten la nación. Así, el autor concluye argumentandt que la los medios de comunicación masivos, se dará una intensificación
etnia, como principio fundamental de la nación, más que ser una dcl proceso imaginativo de la comunidad, ya que los que en ella
categorización de tal existencia, muestra otro proceso de inven- l'rabitan no podrán conocerse en su totalidad. De ahí que, para
ción y de imposibilidad de la nación. Esro es sosrenido a partir Fitzpatrick, la concepción de la nación como una comunidad
del reconocimiento de la etnia como un elemento e"clryente de imaginada que cuenta con un espacio-tiempo homogéneo y va-
otros sujetos y comunidades que forman parte de la misma socie_ cío sea una estrategia inoperable, debido principalmente a que
dad pero no comparten los mismos vínculos étnicos. la producción o imaginación de la comunidad y/o de la nación
Siguiendo esta línea argumentativa, Fitzpatrick discute las seguirá estando en manos de las élites y/o de ciertos sectores en-
propuestas de Gellner. Este ha sido considerado como un mo_ cargados de imaginar la nación y rellenar el vacío conceptual del
dernista, ya que su interpretación de la nación, desde una pos_ rnencionado espacio-tiempo. En ese sentido, la nación, lejos de
tura funcionalista, plantea que la misma es ,,producto de una constituirse en un producto particular que surge desde la socie-
era de nacionalismos caracterizada por la universali zación dela dad (o desde abajo hacia arriba), continuará siendo un producto
fuerzas históricas que produce la sociedad industriar y los seres de las élites (o de arriba hacia abajo) impuesto sobre la comu-
homogeniza dos o castrado.r que viven en ella', (Gellner, 19gg, p. nidad. Este elemento, lejos de anunciar el advenimiento de un
56). De esta manera, la nación es contrapuesta a todo lo qu. .s nuevo parámetro imaginativo de la nación, es para Fitzpatrick lo
"primordial y particular" (Fitzpatrick, 2008). para Fitzpatrick, que anuncia la ausencia de la nación.
el argumento de Gellner sobre la nación y su surgimiento a par-

92 93
De esta forma, Fitzpatrick propone que la nación, pensada y
de los clerechos humanos, de la ciencia y de otras producciones
articulada a través de las ües posturas antes presentadas, eviden-
epistemológicas localizaclas. Así, las naciones debían estar orien-
cia que no parece haber nada que detenga la desaparición cle la
tudu, u lo universal y, con ello, al cosmopolitanismo; 1o que al
nación, tanto dentro de sus particularidades como en el contexto
mismo tíempo implicaba, desde una lectura desde el sur global,
de la universalidad. Es deciq que no se puede representar la tota-
lalegitimación del colonialismo tanto material como epistémico'
lidad de los sujetos en el conrexto de la sociedaá que habitan, al
Además de esa postura hacia 1o universal, hacia 1o cosmopolita
mismo tiempo que no opera como una categoría universalizable
y, sobre todo, hacia lo colonial, surge el segundo elemento que
o que opera dentro de offos niveles que no sean los particulares.
describe a la nación. Según Fitzpatrick, este es elfactor de lo ab
De ahí que insista en la vacuidad del concepto y, por ende, en la
surdo.Elfactor de lo absurdo se refiere a que la nación no puede
imposibilidad de las definiciones antes expuestas. No obstante,
aspirar a 1o universal sin perder su particularidad. Es por esto que
elautor entiende que a partir de ese vacío y de esa imposibilidai
la nación universal necesita de un Otro partigular sobre el cual
de la nación podría, en cierta medida, darse la existencia o el ad-
depositar todos los elementos "negativos y particularistas" que la
venimiento deuna posibilidad de nación.
nación y la identidad universal no pueden ostentar en tanto que
representantes de los valores y de las estfategias de socialización
La posBtLrDAD DE LA NACIóN
ideales. De ahí que suria lo que Fanon ¡999) denominó como
la comprensión maniquea del mundo colonial. Esto es, la visión
Realizado este breve recorrido por las tres literaturas, el autor se
e interpretación del Otro colonizado, de las comunidades colo-
adentra en la discusión de ciertos elementos conceptuales que
nizadas y de los suietos esclavizados como inferiores, bárbaros o
le ayudarán a articular el argumenro de la imposibilida.l de Ia
poco desarrollados. Es por ello que el Otro tiene que exisdr fuera
nación. Estos conceptos obedecen, en su mayoría, a los rasgos
del espacio universal, para así permanecer en un espacio de opo-
ontológicos y definitorios de la nación y que, en cierta medida,le
sición constante que le permita a la nación universal articular su
ayudaún a argumentar que la nación puede ser articulad abajo
verdadera identidad. ParuFitzpatrick, este elemento constituye
el presupues¡o del racismo.
uno de los caracteres que evidencian el fracaso de la nación como
En ese sentido, el primer concepto que discute el autor es
universal, ya que, para poder constituirse como tal, precisa de ex-
aquel que se refiere alaparadoja capital de la uniuersalidacl.j para
cluir y despla zar a ofras comunidades a partir de la diferenciación,
el autor, el concepto de la nación se nutre del proyecto universa_
la racializacíón y la constitución de un Otro inferior.
lista imperial que se desarrolló en los países europeos a ló largo
A partir del desplazamiento del Otro se da el advenimiento del
del siglo XVI[. Esre proyeco universal e imperial ,r.g" u pur,i,
tercer elemento ontológico que forma la nación. Este elemento
de las concepciones propias de la Ilusrración y de lu mád"..rrzu-
debe ser entendido como la constitución de un doble.El doble
ción desarrolladas en Francia, Inglaterra y Alemania. En estos tres
representa una figura maleable, ya que no está del todo fuera de
países se desarrolló la argumentación, a partir de visiones mitoló-
la nación, sino que es incluido en la narrativa de lo nacional co-
gicas, de lecturas religiosas y de principios racionalistas, en torno
mo un agente excluido de la misma. Es decir, el doble provee la
a su fesponsabilidad de civilizar el mundo a través de la expansión
posibilidad de definir la nación a partir de la oposición a las ca-
de la cultura universal, de la religión universal (el cristianismo),
racterísticas definitorias del mismo. En ese sentido, el dr¡ble de
) be llevar el peso del fracaso de la nación y, con ello, se proyecta
Captdl Paraloxen el original
la "disociabilidad innata" de la misma sobre ese doble.También

91 o5
se debe considerar que el doble puede ser tanto "interno como contribuyen aidealizar a ese doble radical o de ruptura en el cual
externo"; es deci¡ el Otro articulado como un dctble puedelo_ se deposita la imposibilidad de llegar a ser igual a la identidacl
calizarse en el interior de la nación o del país, entendiJo, en este nacional y a la cultura desarrollada europea. Empero, se levanta
caso, como los inmigrantes y otras naciones o grupos étnicos que como una advertencia de lo que les podría pasar a estas naciones
compartan el mismo "territorio nacional,,; asimismo, pr"d. ,., .lesarrolladas si no siguen el camino de la universalidad.
exterior, cuando se cataloga, como veremos a continu ación, a Al mismo tiempo, la lectura de África como inferior o bajo un
otras naciones y a otros países como Otros inferiores. cstado de naturaleza les ha servido a muchos/as autores/as para
EI autor definirá al doblebajo dos concepciones o clos princi_ lundamentarlos análisis del desarrollo económico a partir del mi-
pios fundamentales: por una parte, el doble de la ruptura i ,tobt" to de un pasado primitivo, a partir del cual se progresó hasta llegar
radical (ejemplificado en la metáfora del Dr. kytt y Mr. Hytle), rrl actual esmdo de la economía global. Esta lectura ha contribuido
Je
que marca el punto de la constante e ininterrumpida exclusión ,r la consagración del racismo como categoría,relacional con el
y el punto máximo de alteración; mientras que, por otra parte, ,loble radical o de ruptura y, con ello, a la imposición de catego-
el doble proteico se encuentra pefpetuamente en una transición r'ías de separación y de negación del posíble desarrollo de este.
que va desde esa máxima alteración hasta la forma más rcariza<J,a Finalmente, Fitzpatrick dedica unas líneas del texto a mostrar
y pura de la nación. Es decir, mientras que el primero se aleja c<imo la glob alización,en tanto que continuación del proceso de
de
la posibilidad de constiruirse en un igual,el segrnclo se encuántra Lrniversalización y de internacionalización de la economía, ha
en camino de alcanzar la constitución de la nación. propiciado el desarrollo de nuevas problemáticas y nuevas con-
Para mostrar esta argumentación, el autor desarrolla dos ejem_ sicleraciones de la nación. El autor afirma que la globalización
plos que muestran cómo la nación crea doble-r radicales y pro- ha inducido dos problemáticas fundamentales: por una parte, la
teicos con el fin de su constitución. por una parte, Fitzpatrick trniversalización de ciertas categorías definitorias de la nación;
muestra cómo Ia propuesta wilsoniana del ,,Comité de las Na_ cs deci¡ una imposición mayor desde las naciones imperiales de
ciones" ejemplifica el ideal del dc¡ble proreico. Es decir, por una sus estilos de socialización, de sus identidades y de sus relaciones
parte las naciones euro-norteamericanas imperiales y coroniales, t'onstitutivas con sus dobles. Esto es, el advenimiento de la nación
que ejemplifican la idea de la universalidad y el desarrollo; y, por ..:n su forma neo-imperial.TaTvezel mejor ejemplo para mostrar
otra, las naciones colonizadas que aspiran a formar parte de clicho lir xtrapolación de los caracteres constitutivos de la identidad y,
e
carácter desarrollado y universal. En este contexto, las naciones ccrn ello, la constitución de un doble exterior, sea la relación de
imperiales ven en las naciones coloniales un doble que, con el llstados Unidos y de algunos países europeos con "el mundo is-
paso del tiempo, abandonará su condición de ,,inferioridad,, l,imico" y el surgimiento de la falacianeo-imperial del choque de
v
alcanzará ser igual a ellas. Irrs civilizaciones. Por ora parte, el incremento cle las migracio-
Por otra parte, el concepto del dobte radical y/o deruprura nes globales ha intensificado los nacionalismos y sus relaciones
es ejemplificado por Fitzpatrick a rravés del análisis que hiciera ('()n esos dobles que, a pesar de ser externos, se constituyen en
Hegel "del negro y de África", en su libro La
filoso¡* ,1, to hi, internos. Un buen ejemplo de ello es el resurgimiento de partidos
toria (Hegel,1956, citado en este capítulo). Hegel, en esre libro, r'«rnservadores y xenófobos en los países euro-norteamericanos.
caracteriza, desde una posición sumamente racista, al negro y a ( )tro buen ejemplo de las relaciones de la nación con su doble
Afrirucomo ser.-s sin existencia humana, sin historia, ,irr'áspíri- interno es el posicionamiento de una gran cantidad de países
tu, sin Dios y sin ley. Según Fitzpatrick, todas estas descripciones (uro-norteamericanos y latinoamericanos en torno a las pobla-

96 97
Si bien
ir-nportante cle este proceso fue la "invención del racismo" '
ciones indígenas. Se debe recordar que estas poblaciones han Foucault
sído tradicionalmente excluidas de los contenidos semánticos y .s ci..to que Fitzpatríck no hace alusión al estudio de
lu g.n.alogía clel racismo, podemos notar
que ambos
simbólicos de las naciones.
(2001) ,ob..
¿utores .o-pui,.rt .i.riut categoúzaciones' Tal vez la diferencia
Todos estos lrenómenos han raJicalizaJo las concepciones on- que Fitzpa-
tológicas de la nación liberal, en tanto que categorías maniqueas rlás importante que podamos señalar entre ambos es
,,i.k, ui contrariá ,le Fo.,carlt, no asume el carácter biopolítíco
de inclusión y exclusión. Esto ha llevado al autor a arÉlumentar
.o-á fundacional clel racismo' En ese sentido' con la
que la nación, en tanto que cateÉloría universal que actúa en lo "l"-"nto muestra cabalmente 1o que puede ser
siguiente citaFitzpatrlck
particular, representa una imposibilidad categórica; al mismo
tiempo, ha argumentado que en la medida en que se imponga entendido como la invención del racismo:
como categoría axiológica, a pesar de su imposibilidacl, la nación
A1 haccr del mundo uno solo, aquellos que aún existían fuera dc
estará fundamentada en el racismo. para
su casi omnicomprensiva verclaci podían ser trahsformados
con ese fin' o
NRcroNaLtsMo coMo RACISMO pocler encaiar en esa verdad, o instrumentalizados
,i-pl.-.nt.eliminaclosporelsimplehechodeserclistintos'Esta
.linimica, originada en la clivisión referida' se puso de manifiesto
Este apartado, que en cierta medida comparte el título que Ba- la in-
libar (1991) le diera a su texto seminal Nacionalísmo y tacismo, con la invención cicl racismo. A esta invención la acompañó
al excluido'
intenta seguir la línea de argumentación sobre las categorías on- vención cle los atributos apropiaclos para identificar
negátivos
que constituyeron los marcos cle refercncia o ejemplos
tológicas que le son asignadas al doble y/o al Otro excluido en el la identidad
europea' incluyendo
momento en que se constituye en nación. En térmínos generales, iu.u 1u...r.ión de una identidarl
de la civilización
cle Ia nación europea. En su calidad cle atributos
el autor intenta mostrar cómo la nación liberal e imperial ha pen-
europea, lo universai y 1o legal, lo ordenado' lo
dinámico y lo pro-
sado a las "nuevas naciones" que surgieron a partir de la Segun- iden-
gresista, son contrapuestos a 1as imágenes proyectadas por tal
da Guerra Mundial. Estas caracterizaciones, que surgieron de la
ii,lud sobre su doble [ ' ' ' ] es deciq 1o particular y carente
división del mundo y de las sociedades en dos grupos concretos, ".l.op.a (Fitzpatrick' 2008)
de ley o der"cho, lo caótico, estático y atrasado'
compuestos por unos que asumían ser de carácter universal y
progresivo, y por otros supuesta e irremediablemente primitivos
No obstante' esa dívisíón y esa visión del doble se tuvo
que
y particularistas, han tenido que ser reinventadas. En es.te senti-
ya no podía seguir
do, estas categorías sufrieron una transformación importante, en abrir y transformar, de manera que Europa
la medida en que las nuevas naciones que surgieron de los países ,antániendo la exclusividad del nacionalismo y de las represen-
universales que el concepto nación implicaba' E'n
térmi
excluidos formaron parte del Comité de las Naciones' Por ello se taciones
la
ha abandonado la categorizaciónanterior y, hoy en día, se articula ,r", g""".d.s, para el autor, el surgimiento del racismo implicó
nuevo
bajo los criterios de pueblos desarrollados y subdesarrollados, y últiáa estrat"giu d" resistencia ante el advenimiento de un
pueblos modernos y atrasados. tipo de nacionalismo.
por
No obstante, ese proceso de integración del Comité de las Este nuevo tipo cle nacionalismo será el representado
Naciones no fue fortuito, sino que ha implicado un sinnúmero losMovimientosdeLiberaciónNacional.E,sinteresantenotar
clue el autor solo hará una breve mención de este
tipo de nacio-
de rupturas con las lógicas imperiales y exclusionaria.t que man- por alto el grado
tenían el sistema de división global. Para el auto¡ el efecto más r,nlismo en todo su texto. Al parecer ha pasado

99
c)8
de influencia de esta tradición en la política global a parrir del lector/a debe preguntarse hasta qué punto
norteamericanos, e1,4a
siglo XIX y, sobre todo, durante su periodo de mayor importan-
la argumentación aquí presentada es aplicable a cadauno de los
cia, a parfir de la década de 1910. Del mismo modo, el auror se
contextos antes señalados.
concentra en mostrar que ese nacionalismo, en cierta medida,
En este contexto de tensión entre los nacionalismos conserva-
repitió los mismos patrones de acción criticados, en el interior
.lores y reaccionarios, los nacionalismos revolucionarios y otros
de los países que decía represenrar. Fitzpatrick entiende que el
nacionalismos emancipatorios que, sin embargo, han resultado
nacionalismo desa¡rollado en las ex-colonias, como es el caso de
ser excluyentes en algunos momentos históricos, deben abando-
India, se comportó en tanto que un nacionalismo occidental. De
nar las concepciones o las interpretaciones maniqueas presenta-
manera que el nacionalismo se incorporó como un proyecto ho-
das por Balibar (1991) sobre el nacionalismo bueno y el nacio-
mogeneizador producto de las élites y de la burguesía, imponién-
nalismo malo. Entendemos que el nacionalismo, como proyecto
dose sobre las distintas comunidades y regiones que componían
cultural de cada comuniclad, debe ser pensadQ, analizado y es-
el mencionado país.
tudiado en su carácter particula¡ sin abandonar las perspectivas
Finalmente, Fitzpatrick intenta mostrar que no importa en
globales. En ese sentido, toda afirmación de imposibilidad de
dónde se desarrolle la nación, ya que la misma representa un pro-
la nación debe estar seguida de un análisis de los fundamentos
yecto exclusivo, racista, tofalizante e imposible. En ese sentido,
que llevan a esa argumentación. Si bien es cierto que el proyecto
nos dice que la nación en tanto proyecto totalizante es siempre nación
¡rosmoderno nos ha brindado la posibilidad de pensar la
precaria y objeto de amenazas incesantes provenientes de las y de cuestionarnos los caracteres constitutivos de la misma, nos
divisiones que ella misma ha creado. Para el autor, Ia nación no
parece pertinente que pasemos a la articulación de un nuevo
puede tener una identidad segura y establecida, ya que no puede
proyecto de representación. No debemos pasar por alto que con
corresponder positivamente y de forma definitiva a ningún atri-
la globalización la nación no desapareció sino que se tornó más
buto de los que frecuente y fallidamente se usan para definirla.
importante y aún más influyente.
La nación "es un ejemplo, un nombre de esa cierta imposibilidad
En este sentido, se debe comprender que el ejercicio reflexivo
radical que aquí ha sido descrita" (Fitzpatrick,200B). un diálogo con un
que realiza Fitzpatrick en este texto obedece a

tipo de nacionalismo concreto y localizado en la tradición euro-


REpr¡xrriN norteamericana. Es decir, el nacionalismo, como una forma de
neo-imperialismo, racismo y proyecto totalizante y e xclus ion ario.
En este punto de la lectura el/lalector/atiene ante sí una posi-
Sin embargo, se debe tener en cuenta que, a pesar de esa crítica a
bilidad reflexiva, talvezúnica. Entendemos que este texto debe
las concepciones del nacionalismo liberal, Fitzpatrick no cae en
brindar la oportunidad para cuestionar las construcciones de la
los reduccionismos y en las interpretaciones del proyecto nacio-
nación y de los nacionalismos, sus representaciones y sus vindi-
nalista como fascista o nacional-socialista. Estas interpretaciones,
caciones en el contexto actual. Ante la oleada de conmemoracio-
tradicionalmente erradas, no obedecen a la totalidad de los pro-
nes del aniversario 200 de la Independencia de gran parte de los
yectos nacionalistas ni mucho menos son equivalentes, sino que
países latinoamericanos, como es el caso de Colombia, ante los
son una manifestación concreta del nacionalismo de derecha y
reclamos de algunas naciones latinoamericanas por su Indepen-
ultraconservador.
dencia, como es el caso de Puerto Rico, y ante el resurgimiento
Finalmente elAalector/ adebe pensar en la posibilidad de una
de un nacionalismo reaccionario y xenófobo en los países euro-
continuidad de la nación en otros términos. Siguiendo el plan-

100 101
t icllncr, E. (2008) t19881' Nacir¡nes \ nack¡nalismr'¡ Madrid: Alianza
teamiento de Guibernau (2009),nos atrevemos a plantear que el
nacionalismo sí es posible, siempre y cuando sea asumido como Eclitorial.
( i tlnzáiez (,ruz, M. (2005 n Reuolutk¡nart' N atir'¡n a lisru
)' Puert o Rica
un proyecto democrático y cosmopolita no imperial. Es decir,
(1956-2005): lmmigration, Arrued Sttuggla' Political Prisoners and
en la medida en que el nacionalismo abandone todo remanente Uni-
Prisonerof Ph.D' Dissertation' New York: Binghamton
'Var,
exclusktnario, autoritario, xenófobo y dictatorial, y se asuma co_
l]niversity of Neu' York'
,,,ersity State
mo un proyecto común que surja desde las bases (o desde abajo
( iuibernau, M. (1999). Nations uithrtut States:Political Communities
hacia arriba), como un proyecto democrático y plural, existe una
posibilidad en el nacionalismo. Tal vez, el caso de América Latina in a (lk¡bal Agc. Cambriclge: Polity Press'
( luibernau, M. (2009). La identictatt de las naciones' Barcelona:
Ariel'
sea hoy el mejor ejemplo de un proceso de refundación de los na_
(luibernau M. yllutchinsonJ' (Eds ) (2001)' LJnderstandingNationa-
cionalismos a partir del abandono de las ideas homogeneizadoras
de la nación. Hoy nos encontramos ante una apertura y una acep- I i s m. Malden: PolitY Press'
Cambridge:
tación de la existencia de otras naciones, tradicionalm"rrt" Hastings, A. (2000) La consttucción de lds nacionalirJade'r'
das, que comparten el mismo "".lri- UniversitY of Cambridge Press'
territorio y el mismo Estado. Tal vez
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ljobsbarvm,
a partir de esta reconfiguración surja la posibilidad de la nación.
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l0l
t02
"SABEMOS LO QUE, ES CUANDO
NO NOS PREGUNTAS":
NACIONALISMO COMO RACISMOI

INrnooucctÓN

De manera algo obstinada comenzaré por referírme a la impo-


sibilidad de la nación. Abundan las explicaciones que tratan su
configuración esquiva e intratabilid ad.Laobservación de su ca-
,á.t"r prramente imaginado o inventado parece confirmarse en
los constantes intentos fallidos por descubrir lo que tangible-
mente intenta ser, o lo que tangiblemente puede originarla' Re-
nan expresó en su aclamada conferencia de 1882, ¿Qué es una
1o
nación?:;1...] .1 hombre nacional no es esclavo de su raza, ní de
su lengua, ni de su religión, ni del curso del cauce de sus
ríos' ni
dela Jirección que toman las cordilleras" (Renan, 1990,p'20)'
posteriormente, Hobsbawm describiría el resurgimiento del na-
cionalismo en los años ochenta de la siguiente manera:

La mayoría de esta literatura ha girado en torno a la pregunta:


es una (o Ia) nación? Porque 1a característica principal
de
¿Qué
que'
esta forma de clasificar a los grupos de seres humanos es
a

I Traclucción cle María Carolina Olarte Olarte y Gustavo.|osé Rojas


Páez'

10,
pesar dc que quienes pe rtenecen a ella afirman quc la nrisma es en
nace en Europa y que se intensifica a escala
mundial' intentando
cierto modo fundamental para la existencia social de sus miembros
sumergirlo todo a su paso" (Lóury, 1993' p' 125)'
o incluso para su identificación individual, no es posible entrever popularidad'
En términos que recientemente han ganado
ningún criterio sadsfactorio que permita decidir cuál cle las nume_ ontoló-
Smíth dice qu" 1o, poderosos "signos y explicaciones"
rosas colectividades humanas debería ser calificada de esta manera.
gicos de la nación:
(Hobsbarvm, 1992a, p. 5 )
de generación en
[...] tienen capaciclades para generar emoción
Incluso cuando logra una independencia expresiva, la nación más allá de los usos
generación; tienen un poder explosivo que va
parece estar predestinada a permanecer atada misteriosamente al ii.u.ionul.r" .onsid",udos como los apropiados por las élites y los
'
criterio común, territorio, historia común, etc.- que pasado es como jugar con
-lengua científicos sociales. Evocar un heroico
precisamente fracasó en el intento por definirla y determinarla de de tantas etnias y
tuego, tal y como pueclen clar cuenta las historias
forma definitiva (Hobsbawm,I992a,p. 11). La solidez concep- Loi fuegos provocados
naciones atascadas en conflictos hoy en día.
tual de la nación se contamina también por sus variaciones radi- por vlrias generacio
por estos pasaclos míticos continúan ardiendo
cales así como por su inconstancia. Las "situaciones históricas,, por primera vez estimularon
nes. mucho después cle los eventos que
que dan origen a las naciones son, según Balibar, ,,antitéticas,,
su inserción. (Smith, 1986, P' 201)
(Balibar, 1991, p.45). Distintas naciones emergen en situaciones
diferentes;incluso después de haber sido originadas, las naciones independencia de
La nación parece incapaz de sostenerse con
retienen su carácter evasivo: "la identidad nacional, y 1o que se cle manera
los atributos qrre precisamente fallan en demarcarla
cree que la misma implica, puede cambiar con el pasar del dem- en los precedentes míticos que
clefinitiva. La nación, contenida
po, incluso en periodos muy cortos" (Flobsbawm , 1992a,p. 11). en el pasado' pare-
supuestamente corresponden a su equivalente
Sin embargo, con toda su mutabilidad, es necesario hacernos otro tipo de interpretación proveniente de
.. r.ristirr. u..ralqri",
el siguiente cuestionamiento: "¿Cómo es posible que la nación retener una presencia
nuevos referentes-Aun así, la nación logra
parezca ser tan inmutable?" (Taussig, I99), p. xvi). Tanto la po- nación es posible clecir
;;á";"r, Es por ello que al referirnos a la
tencia de la nación, como su enorme búsqueda existencial conti- 'qrr. q.r" Á t'u"do no nos preguntan' pero lcua,ndo
"Sub"-o, 1o
núan latentes hoy en día, a pesar de la persistente preocupación ni de definir-
," .to, pregunta], no somos capaces de explicarlo
académica por explicada. Este interés en muchas ocasiones suele
1o rápi,1u*"nte" (Bagehot, citado en
Hobsbawm'1992a'p' l)'
terminar en una macabra mezcla de exasperación y metáforas. de una nación
Para lograr identiácar aquello que la invención
En la introducción a un estudio reciente sobre nacionalismos brevemente tres
implica, .orro puro inicial procederé a analizar
se concluye que: "nos guste o no, vivimos en un mundo en el que de nación' Los
prestigiosos intentos de clefinición del concepto
la dimensión nacional de la historia nos persigue por caminos Anderson
lrubu¡á, de Antony Smíth, Ernest Gellner y Benedict
de los que, nos estamos dando cuenta, no existe una escapatoria de la renaciente
.or-rr,irry"rr, de alguna manera, una base analítica
fácil" (Teich y Porteq 1993 , p. xix) . Otro estudio comienza resal- tema tlel nacionalismo en nuestros días'
Al con-
literatuá sobre el
tando el "carácter internacional" de los "impetuosos problemas las
trastar las ideas de estos autores espero por 1o menos clemarcar
de nuestra era" y la necesidad de resolvedos a ese nivel y ,,en con- Estas características son
características ambivalentes de la nación'
traposición a una oleada especfacular de nacionalismo [...J que mi introducción a este volumen y a otros
propr"rru, con base en
en los cuales señalo
escritos mucho más elaborados de mi obra'

106 107
cómo tales características no solo están conectadas al Estado dc ( ()nvierten en naciones' Incluso sila etnia fuera exclusivamente
<lerecho sino que en cierta medida 1o sustentan (Fitzpatrick, 1992, ( rrracterística de grupos nacionales, esto
no sería suficienfe pata
de entidades que todos llaman
naciones pero
capítulos ) y 4). En gran parte, este capítulo muestra entonces :i
cómo las características ambivalentes de la nación son reconci- ..1,,"
^;rpli;.tú-"tJ
to tienen orígenes étnicos los términos señalados por
"'-'
liadas, y su integridad asegurada, a través de un modo de forma- Snrith (Smith, 1986, P.7)'
de la proble-
ción de identidad propio de la modernidad, uno que se éJenera y Smith termina por aceptar la vital importancia
empeño intentó refutar'
descansa sobre la base de un racismo sofisticado y omnipresente. nríttica visión modernista que con tanto
Los nacionalistas mo-
[.a nación es una invención cle las élites'
La nlposBrLIDAD . iir" I t"f".cionan los atributos
de la nación y su historia' aun
DE LA NACIóN
restrinja su rango
..'"""4á el uso que hacen del elemento étnico
su propia-realidad' Sin
Uno de los primeros intentos por definir la nación lo encontra- ,1" pues la etnia puede mantener
"l"..ión,SÁith tambiénieconoce quelaetnia puede no tener su
mos en el trabajo de Anthony Smith. En su amplia e insistenre .:rJr.*
búsqueda de "los orígenes étnicos de las naciones", Smith ase- y que la misma' por 1o tanto' puede
ir..pi"-r""fiau,1pr.-""i""nte, 2081 Hobsbawm'
gura haber descubierto una etnia duradera, que proporciona el ,", inu.rru¿a (§mith, 1986, fp' 18' l1l'178'
fundamento o base de la nación moderna, y que "determina,,, l')L)2a, pp. 61-65 , lO2; Y 1992b, q' 4 ) '
primordialmente dístin-
hasta cierto punto, la naturaleza y límites de las naciones y los nrr'.f.cto,1o que Slith to"'iáera ser
nación es el sumínistro
nacionalismos modernos (Smith, 1986, pp. 17 -lB,2l2-2D).El tivo en la contribución étnica aTaideade
proceso altamente
principal propósito de Smith era cuestionar la tesis modernista de mitos de pertenencia' Esto resulta ser un
de "mitos propi?:
que sostiene que la nación es una invención reciente que nace en contingente, ya que sugiere la ínvención ::r1"
memorlas y slm-
el pensamiento de las élites. Al respeco, Geliner nos brinda la más trna alternativa para remplazar aquellos."mitos'
por la nación" (Smith'
exagerada apreciación: la imagen particular que la nación tiene de bolos de una ,tniop'"-"*istente cooptaclos
mitos etnia no puede
sí misma, incluyendo sus supuestos orígenes étnicos, es una qui- t986, p. t52). Laaptt'piación de- los .áe!a
mera; es una invención no solamente "en gran parte" elaborada ,.r r.frrrdu, caso, de la invención como tal' Después
en ningún
u'u to'u igual en términos de su apariencia
como una colcha de retazos apartir de "jirones y parches", sino cle todo, mantener
es un
que también es una invención donde "cualquier retazoo parche todo 1o que podría cuestionarla y cambiarla-
a
viejo podría encajar" (Gellne¡ 1981, pp. 56,I25).
-frente
proceso inventivo'
que debamgt:1Y1"
El elemento étnico, en particulaq ofrece un prospecto peli- Lo anterior de ninguna manera significa
y ceder,"t"ío a 1os defensoie' de
1' modernidad' Ellos
grosamente atractivo para otorgar ala nación una solidez defi- a Smith
uli-"tttut o contribuir a la construcción de su
nitiva, porque logra articular muchos de los atributos asociados ,oto, ,. árr.rrgan cle
segun<lo autor en escrutinio- consti-
a la nación. El hecho de que la etnicidad haya demostrado ser fracaso. Gellner
-nuestro (Gellner' 1983)' Lana-
tan evasiva como la "nación" misma, fue, además de inoportu- ;r; r" ejemplo inexorable de tal fracaso"era del nacionalismo" '
.iárr, ,.gí., ée[n"r, es el producto de
1a
no, ampliamente ignorado (Epstain, 1978; Smith, 1986, p. 179).
de la fuerza histórica
Aun cuando esta dificultad es ignorada, el elemento étnico .,r-,u áru-.rru.terizada por ia universalización
seres homogeneizados o
no puede decirnos nada definitivo o distintivo acerca de los ori q.r" p.oatr." lu soti"iutl in<lustrial y los
pp' )6-37 De
genes o aspectos determinantes de la nación. La etnia es un atri- "castrados" que viven en ella (Gellner' 1983 ' '¡5)'
contraposición a todo
buto de numerosas agrupaciones, entre las cuales muy pocas se esta manera, lu,,utió" es presentada en

109
108
lo que es primordíal y particular. Como consecuencia forzosa, Todo 1o anterior nos permite entrever que Gellner tiene que
según el marco propuesto por Gellner, los específicos ,,retazos y recurrir en su argumento a un historicismo evolucionista con
parches culturales usados por el nacionalismo" resultan ser más pretensiones omnicomprensivas' Aunque sea cierto que el adve-
bien "contingentes" (Gellner, 1983, p. 56). Sin embargo, nimiento del nacionalismo es presentado por Gellner como "un
rompimiento decisivo y profundo en la historia de la humani-
[. . . ] lo que no puede concluirse es que el principio del nacionalismo dacl", el cual se origina con la emergencia de una cultura indus-
por sí mismo, en conftaposición a los avatares que accidentalmente
trial y racional y "el establecímiento de una sociedad impersonal
integra en sus encarnaciones, sea en manera alguna continélente o y anóníma", este nuevo escenario guarda una profunda relación
accidental. (Gellner, 7L)83, p. 56) de continuidad respecto del carácter privilegiado otorgado al
status y al patético particularismo que caracterizaban el mundo
Al contrario, Gellner demostraría que "el nacionalismo mo- que precedía al nacionalismo. Ello es así en taxto que la nación
derno [...], en sus formas generales, por no decir que en sus for- se constituía a sí misma en oposición a ese mundo
(Gellner, 1981,
mas específicas, es una necesidad" (Gellner, 1983, pp. 56, I29). pp.57 ,125).Delamisma forma, que en el caso de Smith, el mejor
Lo anterior conlleva una inmensa dificultad expresada en el de los argumentos a favor del esquema de la nación presentado
cuestionamiento: ¿por qué "la oleada de la modernización [que] por Gellner resulta ser mítico, incluso si el mito preferido pudie-
barre con el mundo" debería detener su fuerza universalizadora ra ser uno diferente.
al arribar al lugar ocupado por la nación? (Gellner, l9g),p. II2, Nuestro tercer autor, Benedict Anderson, describe a la nación
citado en inglés). Gellner no quiere decir que la nación sea el re- como una comunidad imaginada, la cual encapsula una transición
siduo maltrecho de una era anterior, que ahora está siendo pro- de alguna manera más matizada que la observada en el argumento
gresivamente destruido en una época que está en su contra. Al presentado por Gellner (Anderson, I99l); aunque, para Ander-
contrario, para Gellneq la nación es el resultado y encarnación son, la nación moderna emerge en contra y a partir del pasado
de una fterua histórica modernizadora. Esto es establecido por (Anderson, 1991, p.12).La nación cobra vida a partir de un
Gellner por medio de una lectura funcionalista del caso. La na- proceso de transformación de la conciencia. Entender la nación
ción se constituye como algo integralmente funcional alafuerza como algo fundado en la conciencia es quizás la percepción más
universalizadora y homogeneizadora de la modernidad. Como en común de la nación (Renan, 1990, p. 20). Es un tanto menos co-
el caso de todos los funcionalismos, la entidad de la nación tam- mún descubrir, tal como Anderson lo hace, que la expansión del
bién es creada y mantenida paralaefectividad de la función. Si capitalismo y la influencia totalizadorude los medios de comuni-
esa efectividad llega a ser incierta, la misma incertidumbre pene- cación masivos, en el mundo actual, intensifican y homogenizan
üaríalaintegridad de aquello que la forma. Así, por 1o menos es la capacidad de imaginar relaciones y conexiones entre personas
incierto quenacionalismo o la modernización sean simplemente
el (Giddens, 1981, capítulo 1).
homogeneizadores o universalizadores; al contrario, resultan ser La nación moderna existe como algo netamente contempo-
profundamente divisivos y particulari zanfes. Gellner no trata de ráneo. Tal versión moderna de simultaneidad temporal hace del
reforzar su argumento funcionalista con ilustraciones históricas, tiempo maneiado por la nación moderna algo "homogéneo, va-
sino que adorna su tesis con "parches y retazos" que cubren so- cío" (Anderson, 1991, pp.24-25). Ya no es necesario definir la
lamente algunos nacionalismos, dejando otros al descubierto y, relación entre individuos por medio de su posición inescapable
por ende, excluidos (Arnason, 1990, pp. 2I4-2I5). dentro de sistemas genealógicos, religiosos, u otros sistemas con

110 111
tendencias omnicomprensivas o incluyentes. Las personas pue- sonajes ficticios usados en la obra llegan a habitar
algo semeiante
den ser vistas o dcscritas simplemente por el hecho de estar in- a las s.rcie,ludes reales sociológicas «le una realidad
-"entidades pueden descríbirse
corporadas a una sociedad (Anderson,l99l, pp.25-26). tan firme y estable que sus miembros [" ']
y aun
Existe un importante elemento tautológico cuando aplicamos como seres que se cruzanen la cal1e, sin llegar a conocerse'
esta perspectivaaTanación. Para Anderson, todas las comunida_ p' 25)'
así seguir relacionados" (Anderson ,1991,
dcs son imaginadas imaginada constituirse sí nos
la posible y muy probablemente dudo- ¿CO*o puede la comunidad
sa excepción de las -con
"aldeas primordiales en donde la interacción upuiru*o, áe la imaginación uniflcadora del lector omniscien-
y para
social se basaba en el contacto cara a cara" (Anderson, 1c)91, p. 6). tá? Para que el elemento de la comunidad sea efectivo'
del marco de 1a
La nación solamente puede ser vista como una comunidad ima_
l.r" "1 tieÁpo homogéneo y vacío opere dentro que' presu-
ginada al ser imaginada como nación. Las formas y términos en realidad "fir*" y estable", estas entidades tendrían
los cuales Ia nación es delimitada e identificada son dados por lo miblemente, tener una aceptación generali'ada en el imaginario
que es imaginado simultáneamente (Anderson, 1991, pp. 6_7) de los miembros de la sociedad' Es quizá por esto
que' como una
El límite que traza 10 nacional es simplemente uno más entre mu- respuesta a esta necesidad sociológica, Anderson tiende a ver el
chos, o entre cualquiera de los límites que la imaginación delinea. nacionalismo fomentado popularmente como primario' siendo
Por ejemplo, una comunidad puede ser imaginada (y por lo tanto el "nacionalismo oficial" un derivado de aquel'
(y en muchos casos
constituida) con la misma efectividad tanto dentro y en contra de Sin embargo, el proceso inverso ha sido
la nación, como fuera de esta, circundándola. proceso' el acto
toclavía es) típico en muchas naciones' Según este
Un tiempo de carácter "homogéneo y vacío,, no puede ser el cle imaginar ia comunidad nacional pertenece
a un grupo oficial
El
factor definitivo parala nación; al contrario, debe ser extendi- o u ur-,i ¿t1,., y solo llega a ser popular de manera indirecta'
de la
do más allá de la nación y volverse infinito. A final de cuenras, sector oficial continúa así imaginando lo que los habitantes
los mismos no
en su soberbia aspiración, la modernidad como proyecto no se nación supuestamente están pensando, incluso si
conformaría con menos. Cuando, por el contrario, existen varios 1o están haciendo (todavía).
"imaginarios limitados", que es como Anderson describi úa alas podemos obseruar el caso de Francia, donde el obstinado par-
naciones, el tiempo debe ser heterogéneo y denso, desbordado ticularismo de la mayoría de sus habitantes persistió hasta hace
por
un tiempo (\Xieber, 191».La existencia de una nación
por la abundancia de particularidad de las identidades de las cris- es 1o
de
tintas naciones (Anderson, I99I, p. J ). g.rr"rr1 .".onocida sin que para ello se requiera ni un sentido
Incluso si ignoráramos los anteriores elementos de la propues- y vacío que opere extensi-
comunidad, ni un tiempo homogéneo
ta de Anderson y asumiéramos por un momento q.r" ei vamente dentro de la misma'
"rpu.io
vacío de la nación hubiese sido llenado por la remporalmeni. Al analizar estos tres recuentos, tan representativos' en lo
ho-
quedamos tan-
mogénea comunidad imaginada, aun así tendríamos que afrontar concerniente al tema de la identidad de la nación
y sospe-
dificultades insuperables para identificar a quienes están constru- to con la necesidad de la nación como con un aparente
la nación'
yendo el imaginario, es deciq a la imaginación nacional en esas choso vacío en el lugar que se supone debería ocupar
socíedades nacionales. Anderson evade este tema al inüoducir Los "núcleos étnicos de las nacíones" prescritos por Smith no
cierta conceptualización del tiempo a través de la ficticia descrip- llenaron el lugar ocupado por la nación' Es más' estos resultan
la aguda
ción del mismo por medio de la percepción áe no ser esenciales (Smith, tlS6, p' 212) ' Adiferencia de
-especialmente
lectores omniscientes. A1 ser percibido en este senticlo, los per- posición <le Smith, Gellner expone un "movimiento general del

112 tl)
mundo", el cual,se supone, daba substa ncia alanación pero le construcción del mundo (Kipling, 1942,pp.21 -39;Arendt, 1958,
negaba cualquier tipo de idenddad (la frase es de Mill; ,r.. Hobr_
p. 209) . El personaje ancestral aquí es el primitivo Nobby, quien
barvm, 1992a, p. )l). La búsqueda de Anderson, más subjetiva,
de forma casi accidental inventa el barco; invención fundamental
también fue proyectada de manera universal, pero la .o-.,rridui
de la que se deriva, también de forma más o menos accidental, el
imaginada su tiempo homogéneo vacío_ ¡esultó
-con ! corres_ resto de la obra. Con la seguridad que revisten las profecías que
ponder más a una forma de caracterizar o anunciar la ausencia
se anuncian después de que el evento ha ocurrido, y siguiendo la
de nación que a una forma de delimitar ra icrenddad de
ra misma. forma profética predilecta en Kipling, el Sumo Sacerdote en la
Al combinar las rres versiones de la nación, no es posible en_ obra pronostica la fusión de la existencia británica, del ser britá-
contrar nada que pudiese detener la desaparición de sus compo_
nico, con los elementos básicos de la tierra:
nentes particulares dentro de sí misma, o su propia desaparición
en el marco de sus dimensiones universales.
Ganarás el mundo sin que nadie sepa cómo lo hiciste; conseruarás el
A continuación quisiera explicar la nación como argo deter- mundo sin que nadie conozca cómo Io lograste; cargarás el mundo
minado y decidido, explorando a fondo el vacío señalado pre_
a tus espaldas sin que nadie vea cómo lo hiciste. Pero ni tú, ni tus
viamente. Así, luego de haber evidenciado ra imposibilrdaá
de hijos obtendrán nada a cambio de esa humilde tarea más que los
la nación, quiero enseguida demostrar cómo es precisamente
la cuatro dones del Mar, uno del Viento, uno del Sol y uno de
vacuidad de Ia misma la que nos brinda insinuaciones acerca cle -uno
la Nave que navegas [...]. Porque, ganado el mundo, conservan-
su posibilidad. ¡is¡¡¿ m¿¡ 6
do al mundo y cargando el mundo a tus espaldas
-s¡
tus hijos siempre tendrán los cuatro tlones' (Kipling, 1912,
aire-,
LA pctsrstrrDAD DE LA NACróN pp. 38 19, énfasis del original)

Empezaré reflexionando sobre la ,,paradoja fundamental de la


Estas alegorías de 1o universal no son, o al menos no son so-
universalidad" que susrenra a la nación (Derrida, 1992, p.7l).
lamente, declaraciones orientadas a favorecer el derecho a la ex-
En este respecto, parecería que el más extravagante de ios argr-
pansión imperial. En realidad, son más bien aseveraciones que
mentos que abogan por la universalidad pasara inadvertido.
Aite definen a la nación como el máximo ejemplo a seguir en 1o que a
esto, resulta apropiado dirigir la mirada hacia Franci a, ,,la gran
cualidades universales concierne. Así, la condición de paradigma,
nación universal", como primera instancia; después .1" todo,
,. de ejemplo por excelencia, junto con su inherente legado impe-
gún Baliba¡ la "verdadera "ideología frun."suivace en la
id., rial, pasa entonces a convertirse en la nación. Por más paradó1i'
de que a la cultura de " [a derra de L,s Jcrecbc¡s der bombre
leha co que parezca, "nacionalismo y cosmopolitanismo siempre han
sido encomendada la universalizadora misión de educar ala
ruza coexistido de una manera armónica" (Derrida, 1992a, p. 48). Si
humana" (Balibar, 199I, p. 24).
bien es probable que la cultura francesa sea "responsable de la
Algunos argumenros de la filosofía germánica rambién pueden
creación de la idea de lo universal, de los derechos humanos y del
ser vistos de esa manera, como nos lo recuerda D eúda (7992,
pp. derecho internacional", tal es una responsabilidad que compar-
11 16). Vale la pena recordar también la obra de Kipling, tu.iut
te con otras naciones, teniendo en cuenta, por supuesto' ciertas
ofrece un ejemplo empírico más exacto sobre los oríg.;;,
-ito_ variaciones de grado (Derrida, 1992a, p.52).
lógicos del mundo moderno. En su libro Humorous'Tol"s. elim-
Sin embargo, este conjunto de conceptos no está separado de
perio británico es presentado como el motor funclamental para
la 1a nación entendida como una manifestación singular de lo uni-

114 115
versal. Puede que la Ilustración, la modernización o los frutos y
parte, su Otro, para garantizar su soberanía como ideal universal. Si
progresos materiales sean proyectos universales, pero la nación
laIlustración pucliera realizarse en el mundo rcal como 1o verdade
seguiría afranzándose, manifestando que es ella misma ra que dota
ramente universal, se destruiría a sí misma. (Chatterjee, 1986, p. 17)
a estos proyectos con orígenes particulares o con suplementos
de
carácter necesario. La misma orientación hacia lo universar puede
Como universal, la nación no puede tener límites positivos y,
resultar siendo una característica determinante de Io nacional. Es
sin más, carecería de identidad. La nación ya no puede entonces
por ello que para Durkheim "el cosmopolitanismo era una carac_
cobrar identidad mediante semejanzas míticas con un modelo
terística fundamenral de la mentalidad francesa,, (Mitchell, 191 I
, exterior y trascendente. Más bien, la identidad y sus límites se
pp. 97 98). Es precisamenre esre énfasis sobre las alegorías de lo
generan desde adentro al constituir la nación como algo univer-
universal en 1o nacional 1o que refleja el enorme alcance existen-
sal en contraposición a lo que le es extraño a su universalidad.
cial de lo nacional. En el relato de Kipling, el ser británico se fu-
Lo que sea contrario a 1o universal no puede ser nada más que
siona con los elementos fundamentales del globo terráqueo y con
lo "otro" de manera absoluta e irremediable. Lo "otro" tiene
la conservación de su propia existencia. La identificación altruista
necesariamente que existir en un espacio distinto, bien lejos,
de los británicos con lo universal produce un mimetismo que va
"afuera" de la región de 1o univers aT,paraasí poder permanecer
de la mano con ia habitual afirmación de que ellos, o d Á"ro,
como un punto de oposición constante a 1o universal. Esta diná-
los ingleses, no son nacionalistas: "Los ingleses, entre todos los
mica de la identidad es el resultado inevitable del "fracaso" de
pueblos de la derra, son los que menos car-ácter nacional denen,
la nación como un universal. Lo paradójico, entonces, el factor
a no scr que esta singularidad en sí misma se califique
como tal,, de lo absurdo, es que la nación, para poder ser universal, "tiene
(Hume, s.f.,p.I22).
que excluir al otro, y por consiguiente ser nc¡-uniuersal" (Zizek,
Estas formas de identificar de manera íntirna la nación y lo
199t, p.47, énfasis suyo).
universal significan que la acción humana y sus aspiraciones, in_
Recurriendo a la conceptu alización de| doble, de Karl Miller,
cluso aquellas más ambiciosas, pueden ser objetode atención y
podemos decir, por lo tanto, que la nación se caracteriza por te-
ser funcionales dentro de la concep tualizaciónde nación. D.
ner una "disociabilidad innata" (Miller, l9B7 , p. 24).En lo que
"stu
forma, surge entonces un problema que podríamos llama¡ e lfactor
a su identidad concierne,la nación depende de una "duplicidad
de lo absurdo. Nobby y sus hijos, en la obra de Kipling, para to_
originaria" (Gashe, 1986, p. 227;y Lukacher, 1986,p. '17). No
mar un ejemplo, no siempre inspiran lealtad general o local como
puede tampoco hacerse encajar o corresponder de manera origi-
avata¡es de lo universal. No obstante, el factor de lo absurdo es
naria con ciertos elementos que nos dirían positivamente 1o que
sorteado exitosamente durante la vida de la nación naciente. En-
la nación "es". Al contrario, la identidad que se forma como un
seguida reflexionaré sobre ese logro para explorar ras dinámicas
universal, basándose en la exclusión del otro, es una identidad
de la formación de la nación con más detalle. para eilo haré un
constituida con base en lo que la nación no es.
recuento Éleneral que me permitirá posteriormente concentrafme
Siendo algo universal, la nación tiene que, paradójicamente,
en los aspectos más tangibles [de la literatura sobre la nación].
incluirlo que excluye, manteniendo así una conexión con lo otro.
Dice Chatterjee que el nacionalismo:
Como consecuencia, lo otro se convierte en el doble de la na-
ción. Es así como sobre este doble existe una proyección dual de
[ . . . ] busca representarse a sí mismo en la imagen de ra Irustración,
identidad. Aquellas características que sean contrarias al aspecto
pero falla en el intento. La Ilustración en sí misma necesita su contra-
positivo o establecido de 1o que entendemos por nación, son pro-

176
tt7
yectadas sobre el doble, y de esa manera retrasados. De esta forma, la figura del colonizado está implíci-
la nación adquiere una
identidad coherente en oposición a los elementos mencionados. tamente disociada: es a un mismo tiempo llamada a ser similar
Las características restantes quedan localizadas pero rechazada por ser diferente, quedando, así, inmersa en una
l, forml
de un vacío "dentro" de la ahora coherente "r_,
transición infinita que perpetuamente le exige lograr aquello que
nación; si intentá¡a-
mos llenar ese vacío, "el orden mismo cle la intrínsecamente le está vedado.
nación p..d"riu ,,
consisrencia y se disolver ía,, 1991 , p .2 16). En otras pala_ Esta conjunción imposible de inmovilidad y transición encar-
,(Zizek,
bras, "la plena consistencia de nuestro argumento,, na dos tipos de doble que se combinan en la constitución de las
raclica ., qr"
"estamos negando al otro,, (Zizek,
1990, p. 2fi ). naciones. Karl Miller describe estos dos tipos de doble así:
Esta negación, que, no obstante, retiene los
aspectos que le
son contradictorios a la nación, también se extiencle a rn ,"glr_rdo Las formas cambiantes de un Dr.Ickyll y un Mr. Hyde y las formas
plano de proyección del dobre. El doble ,r.b.
[.uur.JÁJ}l cambiantes de unos u otros Proteos, son dos cosas diferentes. Lo
fracaso o de la imposibilidad de ra nación. De que esencialmente las Jistingue es la existencia, en ei extraño caso
esta forma, no solo ln
"disociabilidad innata" dera nación es proyectada del primero, de un rompimiento o separación en donde el yo dividi
sobre el crobre,
lejos de la imagen de orde, y ..rh"..n.i, dL
la nacíón,
incoherencia resukante que caracteriza al doble,..a.Upra,
,il ;;;l; do es sucesivo, y hasta amnésico, mientras que en el caso de Protco
trata de un rompimiento sin sucesiones, continuo y momentáneo.
cualquier deficiencia que pudiese perjuclicar la plena
f". se

párf"..iO, Hablamos entonces de dos cosas distintas, que pueden en ocasio-


de la nación. El orro, siguiendo el argumenro nes parecer hostiles, si no antitéticas. Sin embargo, las dos visiones
ionrroly, ., qri;;
de
debe asumiq tras una asignación negativa también son la misma cosa en tanto que pertenecen a1 ten-ra de la
cie identiclad,i", .rlpm
que antes eran atribuidas al mal (Connolly, dualidacl, nombre otorgado por el siglo XIX. (Mi1ler, 1987, p. 38)
1991).
La disociabilidad e incoherencia der crotle, qre
funda ra nación
universal, son en sí el resultado de una proclamación Estas formas son iguales, para nuestro presente propósito, en
de univer_
salidad; razón por la cual tal p.,r.lr-rcán se tanto que están entremezclaclas dentro de la nación y su <loble'
atribuye una cierta
clausura o integridad autopoiética sobre lo El doble de la ruptura o doble radical marca el punto de la cons-
universal. para desa_
rrollar el anterior punro ahondaré en la obra cle tante e ininterrumpida exclusión, el punto máximo de alteración'
Bhabha, .n purti
cular en lo relativo al colo nizado,ejemplo que para El doble proteico se encuentra perpetuamente en una transición
mis propósitos
consriruye una manifesración del doble (Bhabha, que va desde esa máxima alteración hasta la forma más realizada
tqSj, tgSe).
El imperialismo moderno, como una afirmación y pura de la nación.
cle lo uni-
v1¡al, estaba integralmente comprometido con la campaña
para
civilizar al colonizado, para llevarlo al lecho de Ds N¡.croNALISMo A NEo-IMPERIALISMo
la humantJ;i, ;
en este sentido buscaba hacer del colonizado
un ser semejante al
colonizador. Para alcanzar este fin, los colonizaclos A continuación conectaré esta línea argumentativa con lo que
eran vistos,
a conveniencia de los colonizadores, podría llamarse las presencias de la nación y el factor del absurdo
como seres que lu, p.o_
fundidades de su exístencia cleseaban tal cambio. ",
No obrt*t", que esta última encarna; es deciq la expresión de lo universal en 1o
los coionizados también eran creados como ,,distintos,,: intensamente ridículamente- particular. La escena en
seres
1o diferente. La constitución negativa -incluso
de lo universal implicaba la que este absurdo se hace plausible es una en la cual el naciona-
excluir a los colonizados y considerados seres inexorabremente lismo se convierte en un neo-imperialismo, el cual da sustento a

i18 llc)
un proyecto que articulará todo de manera omnicomprensiva al esta identiclad en la negación la que le permite a ia nacíón existir
transformar un particularismo occidental en 1o universal. como una entidad abstracta e incluso trascendente. La nación es
La presencia reinante de lo universal en la nación ha sido y universal y dinámicamente homogeneizadora, no solo al ser es-
sigue siendo encarnada por la terminología resulta tablecida en contra de formas específicas de vida que son marca-
ahora anticuada- el comíté de -aunque
naciones. Este grupo ha servido damente particulares y heterogéneas, síno al sustituidas (Mauss,
para demarcar un colectivo formado por ciertas naciones como 1969, pp.579-581).
máximo ejemplo de 1o universal, y como el origen de lo que está La misma especificidad de estas formas de vida sirve para re-
convirtiéndose en universal. Las naciones que hacen parte de tal saltar la ausencia de especificidad o el carácter vacío de la idea
grupo son generalmente llamadas naciones europeas u occiden- de nación. Esta sencillamente no puede, haciendo referencia a
tales, incluso cuando la membrecía se haya tornado en algo que Anthony Smith, tener un núcleo étnico específico (Smith, 1986).
abarca más de lo que eltérmino comité de nacic¡nes implica. El Es en este sentido que Gellner señala que al llenar el espacio va-
rango de ejemplaridad se ha venido expandiendo desde el siglo cío, con el fin de dar lugar a una nación determinada, "cualquier
XIX, cuando la calidad de miembros determinantes estaba reser- viejo retazo y parche" servirá (Gellner, 1983, p, 56). No obstante ,
vada a "los Grandes Poderes". Sin embargo, hay que anotar que la nación en sí misma, identificada en una negación con preterl-
los lazos geográficos no son el principal aspecto a tener en cuenta siones y carácter marcadamente omnicomprensivas, no es "en
aquí. La identidad imperiosa del paradigma que tiende hacia lo lo más mínimo contingente y accidental" (Gellner, 1983,p' 56).
universal tiene que ser expansiva e indefinida. La identidad expansíva de lo ejemplar sirvió para reconciliar
E\ comité de naciones se delineaba habitualmente en términos la nación como enticlad particular y universal, tal y como 1o de-
que podían ser a la vez discretos y adaptables. Así, los compo- muestra Hegel. A continuación reflexionaré principalmente so-
nentes imperativos de su idenddad han aparecido y desapareci- bre su engañoso y más concreto trabajo: La filosofía de la historia
do con el paso del tiempo. Han incluido una densidad incierta (Hegel, t956). Los postulados principales de su exposición son
de intercambios entre naciones, una religión común (la cristian- bien conocidos. Una nación era un logro de la idea de 1o universal,
dad), un compromiso común hacia las artes ylas ciencias y, como entendida esta como Espíritu o, a la manera de una varíante del
1o afirmó Voltaire, en esa especie de "gran república" que fue mismo, como Historia. Las naciones correspondían a una reali-
Europa, "los mismos principios de derecho público y polírica" zación determinada y efectiva del Espíritu: "en torno a su trono
(Gong, 1984,p.46.) vacen ellas como ejecutoras de su realización y como símbolos y
Tal como viene implícito en la noci ón de comité, existe un cri- ornamentos de su esplendor" (Hegel, 1952, p. 219, pará. 352).
terio de identificación que ha sido constanre, un criterio que ha Entonces, a pesar de que la nación fuera particular era iden-
tendido a subsumir a los restantes: el criterio de la civilización. tificada, e incluso equiparada, con el Espíritu universal (Hegel,
Sin embargo, el contenido positivo del criterio de civilización 1956, pp. 53 , 7 5) . En última instancia, la consolidación de una
ha resultado ser, en sí mismo, esquivo. Al resaltar que los princi- nación no puede ser separada de un Espíritu universal que en sí
pios asociados a lo que llamó gran república eran "desconocidos mismo viene a ser inherente a la nación, la cual "por lo tanto se
en otras partes del mundo", Voltaire deja entrever io que defi- convierte en un objeto para símisma" (Hegel, 1956,p.73). Hegel
ne definitivamente el contenido de la civilización (Gong, 1984, es menos esquemático al describir las dinámicas de esta historia,
p.46): la característica de la civilización de las naciones ha surgi- no obstante, "el negro" y "África" constituyen claramente el pri-
do, principalmente, a partir de una oposición a 1o incivilizado. Es mer eslabón de su análisis.

t20 121
Para Hegel, "el negro" o "el africano" no poseen una exis-
planicies, es decir,la clase de terrenos en donde "grandes Reinos
tencia o ser distintivo; incluso no poseen una existencia humana,
por tanro, se encuentran más allá del Espíritu y de la Historia: ,rrg"t y en cloncie se pueden encontrar rasgos significativos de
humanidad" (Hegel, 1956, P.89)'
Entonces, será desde "C)riente" desde donde tendremos que
El carácter peculiar del africano dificil de comprender, porque
es
nacer, empe zaÍ a enlrar en el campo de la " Histo ria" y la "LLtz" ,
al referirnos a él debemos apartarnos del principio que acompaña
u *ou"rrro, más allá del yugo del
"mito" y "del oscuro manto de
naturalmenre todas nuestras ideas: la categoría de 1a universalidad.
En los negros aparece corno detalle saliente el hechc¡ de que su
ir,-,o.h." que es Africa (Hegel, 1956, pp.91, 101, 111)' Hegel
no emplea muchas palabras a la hora de establecer este original
conciencia no ha cristalizado todavía en puntos de mira de estricta
objetividad, tal como los concepros de Dios o Ley, en los cuales el
.onr.rr,. en relación .o, Áfri.r, y hace uso, sin mayor explica-
ción, la imagen de lo claro y 1o oscuro, del clía y la noche: "El
cle
ser humano participase con su voluntacl y tuviese en los mismos la
imagen de su ser [...]. El negro [...] representa el estado natural
sol--laluz-sale por el Este" y "para cuanclopl día ha terminado
el hombre ha erigido ya un edificio con su propio Sol interior",
dci hombre y su indomable estado salval'e. Debemos dejar a un larlo (Hegel,
superando así tener que depencler de un mito externo
todo pensamiento de revcrcncia y moralidad aqueilo que
-todo 1956, p. 103 ; énfasis suYo)'
llamamos sentimiento- si pretendemos comprenderlo correcta-
Esta construcción crepuscular se encuentra en Occidente, ya
mentc; es imposible encontrar algo que se asemeje a la humanidad
que, en la búsqueda de la feliz metáfora solar, "la historia del mun-
en esre tipo de carácrer. (Hegel, 195(:, p.5))
Jo viaja de Oriente a Occidente, pues Europa es innegablemente
ei fin de la historia, y Asia el comienzo" (Hegel, 195(']' p' l0])'
De igual manera, Áf.i., tenía un "carácter aislado,,:
Varias formas de vida humana son importantes en las distintas
fases del día, y cada una de estas vidas, superior a la de sus prede-
Áfri.a, por más que miremos atrás en la Historia, ha permanecido
cesores, es una manifestación del Espíritu. Esto:
callada para todo propósito reladvo a su conexión con el resto del
mundo. Es la tierra Dorada encerrada dentro de sí, la tierra infán-
[. justifica el que ias naciones civilizadas consideren y traten co-
. . J
til, envuelta en el manto oscuro dc la noche, más allá del día de la
mo bárbaros a aquellos que se encuentran rczagados en términos
historia conscienre de sí misma. (Hegel, 1956, p. 91)
de las instituciones que representan los momentos sustanciales del
Estaclo. Es por esto que un pueblo de pastores puede calificar co
Para ser más exactos, esta lamentable condición tipihca en
mo bárbaros a un grupo de cazadores, y, al mismo tiempo, los ca'
Hegel al África subsahariana o "África propiamente clicha
-esa zadores y los pastorcs pueden ser calificados como bárbaros desde
tierra alta casi totalmente desconocida para nosotros,, (Hegel,
la perspectiva de un grupo de agricultores, y así sucesivamente' La
7956, p.91). Ese desconocimiento no interfiere en Ia historia,
nación civilizada cs consciente de que los derechos de 1os bárbaros
supuestamente) porque Áfri.r, en todo caso, se encuentra más
no son 1os mismos que los suyos, considerando así la autonomía
allá de lo universal. Sin embargo, existe un delgado lazo que une (l{egel, 1952,
i de las naciones bárbaras como una mera formalidad'
u Áf.i.u, o parte de ella, con la historia: "la región clel río ñilo, .1 il
p.219, pará. )51)
único valle en la región, el cual conecta al continente con Asia,, ,i

(Hegel, lL)56, p.91). Esta conexión geográfica, al menos en par- .1'.

La nación es la culminación de toda esa transición, la culmina-


ai
:
te, se expand ey alcanzaterritorios en donde abundan los valles y .?
'';, ción clel Espíritu, aun cuando la fbrma y medida en la que tal pun-
*t
x*,
g
122 -i3.
t2)
&
to sea adecuadamente alcanzadovaríe de nación a nación (Hegel, ble. Conectada a su doble, la nación debe, como consecuencla'
hacia
1952, p.278, pará.319; 1956, pp. 105-110). La afirmación ima- mantenerse alerta para evitar toda posibilidad de reversión
proteico'
ginaria de lo universal corresponde precisamente a la negación un pasado salvaje o bátbrto representado por el doble
Esta ubicación del origen en la economía cle lo universal
apa-
del doble descrita anreriormente. El doble absoluto es localizado
del progreso: es en "el do-
mucho más allá de 1o universal Áfricu, para ser más exactos. rece invertida en los mitoi modernos
El doble cambianre, proteico, se-"r, mitologías pre-
encuenrra en transición desde su ble" en donde los orígenes son situados' E'n las
ejemplar
alteridad: a medida que va acumulando cualidades predicables de moclernas, el origen es visto generalmente como algo
y el progreso consiste en una
lo universal, el doble proteico se va interrelacionando, mezclando en el sentido positivo del término,
cerca de la pleni-
con este último en su ascenso a través de diferentes etapas hacia correspondenciu qr" está siempre cadavezmás
el estadio final y supremo de lo civilizado. tu.l deldentida.l que se encuentra en el origen' El doble moderno'
progreso
Parecería exagerado afirmar que la versión de Hegel no es por el contrario, es eiemplar en un sentido ntgativo' y el
Eite rechazo supone'
extravagante. No obstante, debemos tener en cuenta que es la .onrirt" en un rechazo gradual del origen'
que corresponde
variación de un relato, un relato quizásmás escabroso que otros, en términos de Bauman, un "impulso universal"
un relato que sería repetido obsesivamente y que se constituyó a una negación explícita de todo aquello que sea "parcial o que
que siguen
en el mito fundacional del Occidenre moderno. Estas historias de no sea uiiversal"; por 10 tanto, a través de narrativas
identidad posible
progreso y evolución, incluyendo todas sus variaciones y mutua ur-,u..orlología lineal, el rechazo ffazalaúnica
(del todo) positiva' En
oposición, provienen de una única fuente imperante: la econo- como una id"entidad que nunca llega a ser
mía de lo universal mismo. Repitiendo mi argumento anterior, la otras palabras, es una identidad que siempre está
por realizarse'
identidad nacional corresponde necesariamente a la noción de
para dotar de
límites. Al ser algo limitado, una y otra vez le resultará imposi- La forma mo«-lerna le niega al pasado su autoridad
a un futuro
ble a la identidad nacional lograr designar ala nacióncomo algo significado, y le cede el derecho cle otorgar significados
de que el futuro llegue a ser,
universal. Para lograr identificarse como universal, la nación es tJavía desconociclo e incierto. Antes
presente es incompleto
perpetuamente llamada a convertirse en algo que no es el presente no tiene realmente identidad' El
-para,
finalmente, convertirse en lo que nunca podría ser. El carácter (in-perfecto);toclavía no es del todo 1o que debería llegar a ser si se
"imposible" de la universalidacl de la nación nace y fundamenta c,lesarrollase por completo; todavía no es del todo
lo que debería ser
que lo agobia' (Bauman'
su idenddad en el acto mismo de oposición al doble. Así,enton- si se liberase adecuadamente del pasado
ces, la universalidad última está siempre, en una relación consti- 1992, p. 1 1 1 ; énfasis suYo)
tutiva, conectada con el doble absoluto.
La nación se expande y se alinea enrre dos espe.ios que reflejan Lo universal como proyecto está, a pesar de todo' localizado
tie-
su identidad, uno a cada lado del espectro: su doble absoluto y su «lemanera particular. E*iste entonces un lugar a donde todo
a sí misma la
civilizada universalidad. En esta secuencia, el carácter cambiante ,t ne que llegar. Así, "Europa síempre se ha otorgado
r.p.er.rrtu.íón o el papel de la figura o cabeza espiritual' Lo an-
de uno de los dobles de la nación, el Proteo de la nación, con-
tiene todo lo que ha sido rechazado hasta ahora en la formación {t
,:f
terior es llevado a cabo a un mismo tiempo como proyecto, tafea

de la identidad que la misma ha aTcanzado. Este doble es el que o idea inf,nita, es deci¡ universal"; pero esta misma atribución
en "la memo-
se fusiona con todo 1o que la nación es y con todo en 1o que ella de identida<l también se ensancha para convertirse
se convertirá dada su imperiosa necesidad de oponerse a su do-

t2,
124
ria de misma que se agrupa y se acumula, se capitaliza sobre sí
sí Las características particulares de integración nacional han sido
misma, en y para sí" (Derrida , 1992a, p.24). encajadas dentro de un modelo general de intcgración social de
La pequeñísima plausibilidad de la nación específica en los manera tan sistemática que hace imposible poder tematizarias por
términos señalados consiste no solo en su existencia universalista. derecho propio; a la inversa, Ia teoría general de integración social
basada en el comité delas naciones, sino también en su correspon_ ha sido dominada de modo excesivamente universal por el caso
dencia con una forma de nación inmersa en los mitos ,1e1 progre- especial del moderno Estado-nación como para poder desarrollar
so. Fl impulso, la presión hacia lo universal había, en sí misLo, una perspectiva comparativa genuina. (Arnason, 1990)
producido a la nación como la más elevada forma de socieclad, al
menos hasta el momento. En ninguna de sus formas fundamenta_ La "sociedad internacional", en cambio, es incipiente e incom-
les, el parámetro de 1o universal fue visto en sí mismo como algo pleta porque carece de las sólidas características que ostenta la
ajeno a la cultura nacional. De la misma forma, se llegó u p.r*, sociedad, según el paradigma de nación. La reciente proliferación
que el nacionalismo "era coetáneo o surgía simultáneam.rr..o., de percepciones acerca de la globalización parecería ir en contra
la historia universal" (Chatterjee, 1986, p. 2). Este postulado fue de la anterior conclusión; razónporlacual reflexionaré sobre esas
reafirmado por el supuesto efecto "homogenei zador', que tiene percepciones para ilustrar el carácter persistente del comité de
una nación dentro de su territorio, una introversión del impulso las naciones. Una suerte de redescubrimiento del "movimiento
de lo universal. general del mundo" ha ocurrido, y parece ser entendido ahora
Durkheim entendía por nación ,,excelsa,,
la más
de las agrupa_ en los términos de una "condición humana globai" (Robertson,
ciones humanas; una agrupac ión capaz de alcanzar,u.,nqu" fr"ru 1987, p.2)). Estaes una condición que nunca es alcanzada del
en un momento futuro, todos los ideales humanos (Durkheim, todo; al contrario, se afirma que está siempre por venir, por ser
1957, pp.74-15; Mitchell, 19)1, pp. lO3, t06).Incluso la dife alcanzada,sin que por ello deje de ser un "proceso real de globa-
rencia y la diversidad de las naciones fueron orientadas hacia el lización" cargado de "una autonomía general" (Robertson, 1990,
progreso universal: pp. 2), 27 ;Tagg, 1991, p. I57). Loque este singular proceso sea
en realidad es incierto, a pesar de la cantidad de factores globa-
[. . . ] mediante sus dir.,ersos y muchas veces opuestos poderes, las na_ lizantes constantemente exaltados para sustentarlo la
participan en la tarea común dc civilizar: cadauna hacc sonar -siendo
cione s
economía, sin duda, el más sobresaliente, seguido por los medios
una nota en el gran concierto de la humanidad. (Renan, 1L)9,0, p. 2) y la cultura. Sin embargo,la vaguedad del proceso es compatible
con todo tipo de vindicaciones de finalidades específicas, inclu-
El universalismo particular de la nación se fortalece en la iden_ yendo la de una universalidad potencial.
tificación de la misma con la sociedad. No es solamente que una Antes de concluir precipitadamente afirmando que hoy con-
nación sea vista como algo que nace de repente, asumiendo las tamos con todos los ingredientes de aquel Espíritu Mundial del
cualidades de una sociedad moderna y "homogeneizaclora,,, co_ que habló Hegel, los precursores de la glob alizaciónnotardarían
mo lo indicaría, por ejemplo, Gellner (Gellner, I9$).La propia en distinguirla de la unive rsalización: "la insistencia en la existen-
forma del "Estado-nación", según Kohn, ha llegado a consiáe 11
cia de heterogeneidad y de variedad en un mundo cadavezmás
rarse como "el marco indispensable para todas las actividades de globalizado es [...] Lrna característica integral de la teoría de la
índole económica, social y cukural" (Kohn, 1968, p. 6l ). Arnason, globalización" ( Robertson, 1987, p. 22\.
elegantemente, acoge los dos lados de la ecuación:
á,

126 § t21

La globalización provoca la (re)afirmación de ras idenddades
y las políticas fiscales podrían presentar un carácter global más
que están incluidas en dicha globarización, entre ras
cuares ra convincente, pero, sin importar qué tanta mediación exísta por
identidad nacional es la más sobresaliente (Lowy, 1993, p.
124). parte de las instituciones y mercados internacionales, el ímpetu
Sin embargo, estas identidades no pueclen ser más que
eruidades de este tipo de dinámicas proviene de un comité de (algunas) na-
que han sido incluidas: al esrar ahora denffo d" ru
globali zación ciones, y termina siendo una imposición sobre los excluidos que
y de su sombría dinámica, están condenadas por ri.-p.. , ,", opera en la misma forma en que el bárbaro era implacablemente
locales o particulares, receptoras o reactivas, aclaptatirrás
o mar_ suprimido en el esquema hegeliano. A continuación analizaréla
ginalmente resistentes. De esta manera, mientras los
sucesos a identidad conferida a aquellos excluidos del comité de naciones,
mavés de los medios de comunicación
y demostraré cómo esa exclusión es 1o que permite que la nación
sea posible y coherente.
['..J pueden ser transmitidos rápidamente por el mundo, esto no
indica que la respucsta de quienes están viendo o escuchando
]as NectoNairsMo coMO RACrsMo
transmisiones de esos sucesos en una varieda«l de
-diseminados
contextos, prácticas y diversidad cuitural_ sea uniforme. La exclusión de carácter fundacional antes mencionada estaba
basada enla raza. Balibar sugiere que esta situación correspon-
A anterior debemos agregar que aquellos que están siendo
1o
de a una división de la humanidad "en dos grupos principales,
afectados por el consumo y el turismo masivos pueden
terminar uno que se asumía era de tipo universalista y progresivo, y otro,
haciendo parte de una "varíedad de estrategias pára ra
reconstruc- supuesta e irremediablemente primitivo y particularista". En su
ción de identidad" (Featherston e,1990,p. f O). Todo lo
anrerior obra, Balibar destaca que esta división ha permanecido inmu-
no es másque un intenro fallido por diferenciar ra globali zación
table, siendo sucedida por "variaciones mínimas" de sí misma
de ]a univers alizaciín,que, además, no logra
sino confirmar que (Balibar, 199I,p.25). Estas variantes han tenido que acomodar
las dos son lo mismo. Lo universal, es importante
recordarlo, sálo o, de alguna manera, dar cabida a muchos pueblos pertenecien-
se hace posible debido a su relación "integral"
con la creación de tes a regiones excluidas y que estaban empezando a configurarse
identidades particulares a las que .onti"rr. y contradice _iden- :li
como nación. Hoy en día, las distinciones son trazadas entre las
tidades que se vuelven distintas a lo universal, aunque .
este las .! naciones mismas, siguiendo criterios que dividen a los pueblos
contenga. Entendida así, la globalizaciónes orro eplsádlo :.
en esa .:a, entre desarrollados y subdesarrollados, o modernos y atrasados.
constante alteridad necesaria para sostener ro universar (Baudri-
Estas distinciones son reafirmadas como el criterio performa-
Llard, 1993, p.29; y Bauman, 1992, p. II2).
'1
tivo fundamental de la nación, una vez son aceptadas como crite-
La globalización también se relaciona intrínsecamente con i
la rios de reconocimiento en las "nuevas" naciones, junto con la na-
universalización al ser una extraversión de la nación. Es 3
una ema- ción y sus correspondientes parámetros estándar, los cuales per-
nación del comité de las naciones. Ahora irustraré
esta afirmación, miten establecer su inclusión dentro del modelo de 1o nacional.
señalando, sin mayores miramientos, el mayor :]
factor cle difusión i A continuación desarrollaré este punto de manera más detallada.
de la globali zación:la economía. Las vindicaciones
sobre el co- El comité de naciones fue a la vez el instrumento y el resultado
mercio y la producción global, cuando son articuladas
en contra de un proyecto que pretendía la apropiación europea del mundo.
de las más poderosas economías, tienen menor significado;
en Fue un proyecto iniciado y continuado mediante la represión de
otras palabras, su influencia es menor y subalterna.
Las finanzas aquellos pueblos categorizados como enemigos de tal empresa y

128
129
_w

de la inexorable realidad que tal categorización representaba. A1 comprensiva, se presentan ahora con los nombres de desarrollo
hacer del mundo uno solo, aquellos que aún existían fuera de su o modernidad, o alguna modificación de estos. Zizeknos brinda
casi omnicomprensiva verdad, podían ser o transformados para una aplicación convincente de lo anteríor en el escenario actual:
poder encajar en esa verdad, o instrumentalizados con ese fin, o
simplemente eliminados por el hecho de ser distintos. Esta di- Hegel dijo que el momento de victoria de una fuerza política es el
námica, originada en la división referida, se puso de manifiesto mismo momento de su división: el "nuevo orden liberal" triunfante
con la invención del racismo. A esta invención le acompañó la se caracteriza más por tener una frontera separando su "interior"
invención de los atributos apropiados para identificar al exclui- de su "exterio¡" frontera que distingue entre aquellos que
do, que constituyeron los marcos de referencia o ejemplos nega-
-¡¡¿
lograron permanecer "dentro" (los "desarrollados", aquellos a
tivos para la creación c1e una identidad europea, incluyendo la quienes 1es son aplicables normas como ias provenientes de los de-

identidad de la nación europea. En su calidad de atributos de la rechos humanos, la seguridad social, etc.) y lo.s otros, los excluidos
civilización europea, 1o universal y 1o legal, lo ordenado, lo diná- (sobre quienes recae el principal interés de los "desarrollados", el
mico y lo progresista, son contrapuestos a las imágenes proyec- cual no es más que controlar el potencial explosivo, peligroso, que
tadas por tal identidad europea sobre su doble doble que representa el excluido. Dicho control debe ser ejercido sin importar
-el
ha emanado de ella misma-, es decir, son contrapuestos a las que el precio que se deba pagar conduzca a la negación de los más
imágenes de 1o particular y carente de ley o derecho, lo caótico, elementales principios democráticos). (Zizek, 1992, p. )4)
lo estático y atrasado. Estas características, aunque proyectadas,
permanecen en el lugar en que fueron concebidas, es decir, den- Tomando uno de los indicadores de salvación como ejemplo,
tro de la identidad europea; un lugar en el que se cree que han i.:
podríamos hacer alusión a Gong y a su interpretación del "nue-
sido neutralizadas, a pesar de seguir existiendo y representar un §"
r.*. vo" paradigma de los derechos humanos. Para Gong, este nuevo
peligro potencial. Desde esta perspectiva, es necesario mantener- # paradigma ha llegado a ocupar el terreno antes dominado por el
§¡
se en guardia, alerta ante la posibilidad de una reversión, de un
':§.
"viejo" paradigma de la civilización (Gong, 1984). La genealo-
regreso al estado anterior, para así garantizar la permanencia de gía de los derechos humanos puede ser mucho más profunda de
i.
los estándares que caracterizan ala civilización. Esta dinámica s lo que Gong sugiere. Tal como lo vimos antes, a "la tierra de los
de la identidad se encuentra contenida en mitos que invierten su ,.'§ Derechos del Hombre" se le ha confiado la misión universal de
.tu
ímpetu al categorizar al excluido como el portador de prígenes, educar ala ruza humana" (Balibar, I9L)1, p.24).Francia ahoru
s:
y al sustituir y rcemplazar progresivamente dichos orígenes. i:¡, comparte con "Europa" la responsabilidad de inculcar, imple-
mentar y hacer respetar el "nuevo" paradigma, una tafea que es
i.1
Los gurús del derecho internacional han reconocido que, en
el desarrollo de su tema, antiguas fuentes de consentimiento y 'Li
1l convenientemente "siempfe, a un mismo tiempo, urgente e infi-
:!:
común acuerdo, tal como la Cristiandad común a la nación, "no I nita" (Derrid a, 1992a, p. 52).
podían seguir siendo asumidas como presupuestos dados," co- r.l
Los criterios según los cuales el grupo de los excluidos podría
¡
mo si fueran la piedra angular y fundacional del común acuerdo, :t'
buscar cruzar la frontera y entrar en el comité de naciones generan
jii:
unavez que "la Familia Europea de Naciones se transformó en iti. un "cierre" o una clausura alrededor de la nación, que confirman
una sociedad mundial" (Gong, citando a Schwarzenbergeq 1984, .:!:- su alcance universal. Dado que ese comité de naciones es ilimita-
+
p. 88). Los nuevos imperativos, junto con su ímpetu abarcador, ':il'
do y ordenado en los principios definidos en su proyecto, solo se
.§'
las "versiones ligeramente reelaboradas" y con tendencia omni- puede entrar si se cumplen los términos que lo constituyen como
E

110 x
§&
1)t
re
tal. Es imposible contener o reducir esos términos. modificados
Lo que estas versiones simplistas tienden a ignorar es que el
o remplazarlos, lo cual impide conseguir 1o que sería una entra-
carácfer de nación, aparte de ser generalmente presentado co-
da negociada. El nacionalismo opera aquí como un neo-impe-
mo el único elemento unificador dejado por el imperialismo, era
rialismo: proporciona, o busca proporcionar un único modo de
también la única manera de lograr una existencia en el mundo y
"liberación" del imperialismo como fuente directa cle gobierno.
subsecuentemente ser reconocido como un sujeto de derechos
Aunque el nacionalismo europeo recurrió a vindicaciones de los
en el mismo. En este sentido, hacer referencia a los distintos pos-
derechos de exclusividad sobre lo universal, la misma universa-
tulados del derecho internacional puede ser usado para ilustrar
lidad de esas vindicaciones significó que los argumentos que las
la necesidad de crear una nación. En la era de un imperialismo
soportaban también tuvieran que ser abiertos y expansivos y, por
europeo libre de críticas, los incivilizados seres que
tanto, se convirtieran en objeto de apropiaci 6nparuotros. El na_ -aquellos
merodeaban las tierras "vacías" o, dicho de otra manera, ocupa-
cionalismo entonces podía ser manipulado, como finalmente lo
ban la tierra de manera inadecuada- fueron considerados por
fue, en aras de la liberación nacional se le vino a llamar
-como el derecho internacional como seres incapaces de autodetermi-
de manera indicativa.
narse, ya fuese en los términos de la lógica de lo nacional o de
Como resultado de este proceso se crearon entidades naciona_
cualquier otra índole.
les y proto-nacionales. La entidad conocida como India se creó,
Afirmar que las naciones civilizadas no estaban sometidas me-
tal y como hábilmente lo demuesrra Prakash,
diante ninguna regla que estableciera una forma determinada de
úafat aesos pueblos, constituía una perspectiva común entre las
[...J bajo la suposición de que India era una entidad sin ciivisión
autoridades de la época (tüTestlake, L971,p.47). No era inusual
alguna, es decir, que poseía un ser unitario y una voluntad singu_
que dichas autoridades asumieran que las naciones civilizadas no
laq que nacieron de su origen y que la hacían capaz <1e conseguir
estaban sometidas a ninguna norma con respecto al trato debido
auronomía y soberanía. (Prakash, 1990, p. 3g9)
a tales pueblos. Con el advenimiento del nacionalismo como neo'
imperialismo se hizo necesario tener normas para que las nue-
Incluso la tendencía a recurrir a historias endógenas fue de-
vas naciones encajaran dentro del ámbito neo-imperialista. De
terminada por la nación una manera aparentemente inevi_
-de la misma forma, el ser reconocido solo podía extenderse dentro
table-, y así las fuerzas del universalismo y del desarrollo, loca-
del molde de lo nacional.
Tizadas por los nacionalistas en la antigua India, resultaron ser
El llamado principio de efectividad vino a ser incorporado
compatibles con el tipo de nación occidental (Chartejee, 1986,
dentro de este escenario. Con aparente simplicidad, se estable-
capítulo 6). Por supuesto, extraer este tipo de ,,conjeturas,, era
ció que el ser aceptado dependíera de la habilidad para retener
una práctica común que beneficiaba los proyectos de las bur_
territorio. Para este propósito, el territorio podía ser poseído por
guesías locales, así como a sus élites especializadas. Así nos lo
el Estado-nación. Esto no solo sometió el ser reconocido a un
recuerda Said:
tipo de autoridad "soberana" y singula¡ sino que también esta-
bleció una interdependencia necesaria con relación a "patrones
Las élites y burguesías locales [.
. . ] tendían a rcmplazarel poderío
occidentales de organización política" (Gong, 1984, p. 88). La
colonial por un poderío nuevo basado en la clase, el cual termina_
Familia Universal de las Naciones podía ser integrada solo por
ba for;'ando un sistema de explotación que últimas- repetía
-en aquellas naciones que habían asimilado una forma particular de
con nuevos términos las estructuras coloniales. (Said, 1991, p. 269)
universalidad.

t)2
t))
.


:fi al comando
'& cender y superar debiclo a que se encuentra al frente'
Sin embargo, dado que algunas naciones no fueron elegidas, ,#,
rl del movimiento hacia lo universal'
el parámetro inicial de asimilación no podía ser exaltado. Esto €i
lo que
Este es un movimiento que contiene en su interior todo
a
:i
representaba un problema. Mientras que la expansión global de {,
ha existiclo y existirá. La particularidad de la nación occidental'
la nación moderna daba la impresión de que la "forma" nacional '..{i

podía acomodar en incluir a todos dentro de sí, la dinámica de


!:
,! .o-o puruágma de este movimiento, no puede ser simplemente
particular. Lf "bondad" de una nación consiste en su cercanía al
la exclusión, constitutiva de 1o universal y de la de noción misma "maldad" está determi-
carácter trascendente de tal paradigma; su
de nación, fue dejada sin nada sobre 1o cual poder intervenir.
nada por la distancia que la separa de ese paradigma trascendente'
Es aquí donde el doble cambiante, o el doble proteico, pasa !,
* La maldad, sin embargo, continúa existiendo en las naciones
a ser el centro de atención, organizando y clasificando al mundo no se
',1, más virtuosas. La dinámica de la identidad cle la nación
a 1o largo de un espectro que cubre desde las más " avanzadas" por ser es-
contrae a una simple dicotomía, sino que se caractetiza
democracias liberales hasta aquellas naciones escasamente co-
pectral y proteica. Incluso la más avanzadacl'e las naciones retíene
herentes, que siempre están a punto de caer en el abismo de la doble proteico'
.rrru porl.iO., en el espectro y una conexión con su
más profunda alteridad. Tal es el abismo que ha permanecido,
Él r"sultado de localizar la maldad dentro del espectro per-
que todavía subsiste, concentrando en su vacuidad infinita todo seno.
mite a las naciones avanzadas acomodaf aberraciones en su
aquello que ha de ser trascendido antes de poder alcanzar la ple- de
Alemania nos brincla el ejemplo por excelencia' La presencia
nitud necesaúapara ser una nación. En varios puntos a 1o largo r.i
avanzadas presen-
la maldad también les permite a las naciones
de este espectro, relativo a la forma y a la formación de la nación,
tar de manera racional, o al menos entendible, excesos violentos
encontramos naciones que aún se ven afligidas por una arraigada
propios cle los momentos fundacionales o aventuras imperiales'
particularidad, por fundamentalismos y odios étnicos, y por pa- ^Grucius
a su posición privilegiada, "cincelada" a partir de tal
siones impredecibles y destructivas. "Siempre hay", dice Balibar,
material recalcitrante, retroceder para recurrir a 1o diabólico
"un nacionalismo "bueno" y otro "malo": este es el "dilema que
ubicado en su interior sigue siendo una posibilidad' Por consi-
se encuentra en el corazón del concepto mismo de nacionalismo"
guiente, es necesario mantenerse infatigablemente a la defensiva
(Balibar, 199I, p. 47).
en contra de
,,1o
malvado", especialmente en lo relativo al peli-
En la actualidad, Europa del Este ha generado un sentimiento
gro representaclo por elementos internos que no han logrado
ser
de precaución que en su trivialidad intenta prevenir al mundo de
.ompl.tu-"nte disciplinados, o por elementos externos' como
algo que ha sido calificado como nacionalismo inadecuado. Es-
., .i.rro cle los "inmigrantes" y otras intrusiones potenciales
tos son cuentos viejos. Europa del Este siempre ha ocupado una
provenientes desde fuera.
posición débil en el espectro mundial si la comparamos con 10 un precio
Sín embargo,la apropiación de lo universal acarrea
que es Europa occidental. Europa del Este ha sido considerada de lo ignominíoso y
menos conveniente que estas acomodaciones
más arcaica, más específica culturalmente, más folclórica, más pero también
ruin. Lo universai exalta la identidad de 1a nación
reactiva, portadora de un tipo de nacionalismo menos auténtico a 1o universal
la debilita. La nación solo puede abrirse o acercarse
(Kohn, 1967, capítulo 5). Europa del Este ocupa una posición evanescente' La
si proporciona una particularidad provisional y
intermedia: es europea, pero está en el Este (por ejemplo, Plame-
identidad exclusiva de la nación, esa identidad que la caracteriza,
natz, 197 6).Junto a estas discriminaciones relativas al Este, una
nunca está inmóvil o segura, sino que siempre está cambiando'
"particularidad" le es asignada también a la nación occidental, cambiante
convirtiénclose en algo distinto, ya que debido a la ruta
pero se trata de una particularidad que esta nación consigue tras-

1)5
114
w'
i
y proteica que la conecta con 1o universal
siempre ha sido y podrá El "prodigioso principio uiuiente del pueblo", según Bhabha,
ser algo distinto. Es por_esta razón que la nación
no req.,i.r. t.rr., 4
;,
es eseproceso performativo y " continuo, mediante el cual la vida
existencia presente, o de un referente constante. :t
t: nacional es rescatada y entendida como un proceso repetitivo y
Por consiguiente, incluso las características
, más generales atri-
fr de reproducción". Sin embargo, el pueblo es también un "ob-
buidas a la nación, no pueden ser integrada, po..riu
de ninguna B
§
jeto" que se construye a través de una "pedagogía nacionalista"
forma que sea duradera o definitiva (Hobrbu--,
7992,p. 1 1 ). El tr
I impartida desde el Estado (Bhabha, 1990,p.297).
aforismo de Gellner, que indica que para efectos !,
de la creación _i. Es posible que estas dos versiones del pueblo no se deban
de la identidad nacional "cualquier irruroo parche
habría fun- considerar separadamente. La pedagogía buscaría determinar y
cionado bien", puede parecer exagerado, empero,
es una exage_ dirigiría la forma en la que el principio viviente ha de ser vivido.
ración válida (Gelln er, 1993, p. 56). Hay que reconocer
que los Para Bhabha, este proceso viviente y operativo brinda oportu-
inventarios esbozados son limitador, y q,r. incluso
adoleien de nidades emancipatorias y demarca una esfera de libertad que se
coherencia interna. No obstante, lo más-destacable
acerca de la extiende más allá de la rígida pedagogía. Lo anterior podría ser
identidad nacional es su variabiri<rad y susceptibiridad
ar cambío. válido, y ojaláfuera así, pero a diferencia de lo que Bhabha sos-
A1 respecto, Zizek nosbrinda un ejemplo:
t:
tiene, lo operativo se opone a lo pedagógico en menor medida
*¡ que lo que podría suponerse bajo los postulados anteriores. La
En la imaginación del gobierno de Margaret Tharcher,
una revolu_ á "educación" es generalmente presentada como el cemento de
ción tuvo lugar en relación con er cambio en el centro §
de gravedad il una nación o como aquello que hace "social" a la gente, siendo la
de lo que se considera ,.la autenticidad inglesa,,: l
y, no ,o, las gen_ sociedad en la que las personas son educadas el equivalente de la
tes de la clase alta quienes preservan las antiguas
tracliciones, sino nación (Mitchel, 1931, pp. 101-102). Baio este tipo de educación
personas de los esratos más bajos, que
han surgi<1o por sí mismas la gente no se limita a actuar reactivamente de acuerdo con los
y que "se han hecho a sí mismas,, inglesas. (Z|zek,
tllt, p. t tO) rr¿
criterios pedagógicos establecidos, pues la persona es enseñada
a responder en función del principio de autogobierno.
Aquí, el cambio del centro de gravedad, si pudiera llamarse i.;

La inculcación de normas disciplinarias en la sociedad mo-


cambio, no es un desplazamiento, pues ambos modelos
coexis_ derna depende de una subietividad infinitamente receptiva, en
ten junto a muchos otros. La identidad nebulosa
cle naciones sentido "pedagógico", respecto de dichas normas, pero alavez
concretas y particulares da sentido al más famoso
aforismo de libre y performativ a para ejecutarlas por sí misma (Fitzpatrick,
Renan, quien luego de no haber podiclo enconrrar
algo á.finiii_ 1992, capítulos 3 y 4). La nación en sí misma es un proyecto dis-
vo acerca de la nación, llega a la conclusión de que ,,la
existencia ciplinario que promueve orden y estabilidad su "proceso
de una nación es 1...1 un plebiscito diario,,; de
Ia misma forma en repetitivo y reproductive"- ¿ 1¡¿v{5 de su
-o
relación con una sub-
quc, añade: "la vicla de un individuo es una afirmación
perpetua jetividad responsable. En esa dinámica, el sujeto es identificado y
de vida" (Renan, 1990, p.19). Este último frrrdrm.nto
grr.du reconciliado con la colectividad, alaluzde 1o que Newman llama
olena comespondencia con Ia afirmación de que las nacioi",
,o, "la metafísic a dela realizaciín de lo nacional" (Newman, 1988,
de los pueblos. La nación es su ,,comuniclacl imaginacla,, (Ander_
p. L55). Por supuesto, algunos serán menos receptivos a esta fe-
son, 1991). No obstante, cada nuevo día cargado
de afirmación liz subordinación, al verse suprimidos y no realizados durante
no puede ser un nuevo amanecer.
la progresión de las naciones. En este caso, la rebelión o el amor

136 É
t)7
*
§
i:
.tl
&

$
ser una respuesta más adecuada que la consagración
#
fatí puede 1.1
presencia también sirve de sustituto para otras preocupaciones
diaria a la causa de la nación. 1S;
sobre la identiclad. La identidad nacional, siguiendo una de las
Esta dinámica de la identidad de la nación y sus sujetos, como § co¡'riosas sinopsis de Zizek,
.;:i
una atribución de lo universal, resulta ser un don peligroso. Si s:
el argumento hasta ahora ha sido aceptado, lo universal 8., [.. ] se constituye a sí misma al hacer referencia a este intruso, no
-inclu-
yendo a la nación y al sujeto como sus avatares- se constituye al
.k .

solamente en el senticlo de una simple posición diferencial mediante


crear y luego al excluir 1o excepcional, lo diferente. Dicho pro- la cual una identidad solo puede afirmarse a sí misma por medio
ceso es realizado en "términos racistas". Así, durante el proceso, de lo que la diferencia de su Otro, sino de una forma más radical.
atributos fantásticos son dados a los pueblos existentes; por con- Nuestra iclentidad se encuentra siempre y en sí misma, desde su
siguiente, la nación iunto con sus sujetos asume una identidad nacimiento, "truncada", sin posibilidades, mutilada, antagónica,
construida sobrela contraposición a dichos atributos fantásticos. y el peligroso intruso no es más que una proyección exterior, una
Una pequeña dificultad emerge araiz delamigración masiva, encarnación de nuestro antagonismo inhe rente. (Zizek,1991, p. 38)
bien sea que se trate de migraciones forzadas o de otro tipo. El
excluido, al entrar en el territorio cle las naciones clesarrolladas, Este antagonismo, a su vez, no es solo un género más de los
se torna "peligrosamente semejante". (Baudrillard,1993, p. I29). exacerbados antagonismos que abundan en el mundo actual,
Una identidad ya de por sí elusiva, cuyo fundamento último de- producto de las narrativas de la formación de identidad basadas
pende de la consideración del excluido como radicalmente dife- en la exclusión. Se trata de un tipo de antagonismo mediante el
rente, tiene ahora que confrontar la eliminación u "obstrucción" cual aquello que es indeseable es "secretamente" o "inconscien-
de esa diferencia, disolviendo lo que le daba a la anterior iden- temente" deseado, retenido y reprimido hacia su interior. De esta
tidad su coherencia armónica. Esto resulta en una aseveración manera, la nación puede proyectar una inexorable particularidad
frenética de diferencias "naturales" e irreducibies, del tipo más sobre su doble y al mismo tiempo retener un intrínseco compro-
nebuloso y banal. miso con la sangre y la tierra. Esta situación se transforma aún
Los olores culinarios y el hecho de "ser de otra cultura" pro- más, porque el obieto del deseo no es mantenido en secreto. Al
porcionan ejemplos británicos de este tipo. La pretensión de ser parte integral de la nación, 1o particular se hace manifiesto.
estas desesperadas diferencias se hace evidente en la implacable Sin embargo, como resultado de esa dinámica integradora, lo
persistencia del racismo en situaciones donde, aparte de la apa- particular, al ser exaltaclo como algo redimible y paradigmático,
riencia física, las diferencias se han difuminado. se convierte en algo diferente a otras particularidades que existen
lejos de ella se encuentran "afuera".
CoNcr-usróN -que
La identidad que indiscutiblemente es imposible se convier-
te así en la identidad del doble, el cual debe ser completamente
La incertidumbre que acompaña la presencia del excluido, así excepcional para poder convertirse en lo mismo cuai resulta
como las desesperadas diferencias que a su paso produce, son para que no puede
-loes decir, para
alcanzay
necesario alcanzar 1o
difracciones del significado básico del racismo en la formación ser 1o que nunca puede ser. ,{1 ser excepcional y absolutamente
de la identidad nacional. La presencia de aquellos que encarnan diferente, el doble resultante no puede cambiar ni ser otra cosa
la negación de la nación se convierte en una amenaza parula distinta de lo que es. Al cuestionar la habilidad de la nación para
existencia misma de la "sociedad tal como la conocemos". Esta cambiar y proÉtresa! el doble es afligido por 1a inmutabilidad y el

1t8 t)9
v'
estancamiento, por leyes de hierro y un orden inflexibre. El orden ción ha de encontrarse en un doble cuya nada originaria impulsa
ilustrado y la estabilidad disciplinaria de la nación respectiva son, incesantemente hacia la destrucción todo 1o que llegaría a tener
a su vez, puestos en contra del doble categorizado como caóti_ una existencia o a tener conciencia de sí aquello que lo-
-todo
co, inestable y de carácter meramente espontáneo. para poder graría alcanzar la plenitud y 1o universal. Esta dinámica oscufa
situar semejante contradicción, el doble se torna intrínsecamente lo universal, y es siempre más que algo meramente
incoherente y diferente "nromb.".e con 1o universal. Existe un paralelismo, quizá no
opaco y misterioso. co-extensivo
-convenientemente
_ El doble es, por consiguiente, presentado como incapaz de sorprendente, con la teología cristiana. El mal es la ausencia o
dar fundamento a cualquier proyecto de voruntad de autorrealiza-
ri;'
la negación de lo bueno, pero no puede sobrepasar o extinguir
1o bueno. Sin embargo, tampoco puede el mal ser contenido
ción. El orden para el doble no puede ser sino un extremo deses- o
perado. El orden es, entonces, la represión de deseos destructivos abolido (a faltade una solución soteriológica)'
*
y al borde de la desmesura, mediante un despotismo perverso
o El mundo cristiano, sin embargo, poseía ejemplares trascen-
mediante la rigidez de una comunidad inerte, o una combinación dentes de carácter positivo, que se podían tornar, sin lugar a
de ambas. El cambio en este escenario solo puede terminar en la duclas, en un cierto exterior sagrado' La pretensión moderna
disolución o en la reafirmación de un orden entorpecido. de universalidad no da cabida a la existencia de un cxterior tfas-
Los elementos del doble pueden ser vistos como el reflejo en cendente; simplemente no puede haber ningún exterior aparte
el espel'o del comité de naciones. pero el doble no ., ,olu-.rt. de aquel que es negado.
el "otro" oposicional. El doble es también lo mismo, encarnando La identidad, como hemos visto, es constituida entonces me-
1o que queda "dentro" de la identidad que tomó por
medio de su cliante una realización negativa de la diferencia. Retornando al
exclusión. La exclusión es en sí misma ,rn prod.,cto de la imagi_ claro argumento de Zizek,pero ahora siendo más enfáticos: "la
nación' El dominio, el áreaen donde la formación de identidád total coÁsistencia de nuestro argumento [como seres modernos]
ocurre, ha de quedarse siempre dentro de la identidad misma. En reside en el hecho de que estamos negando al otro"
(Zizek,l99l,
consecuencia, la "exclusión" es el resultado de una transfigura- p.2fi).Esta totalidad es siempre el precario objeto de una ame-
ción de atributos de la identidad que permanecen en el interior naza inherente e incesante proveniente de la división que la ha
de ella. La particularidad de la nación, por ejemplo, deja de
ser creado. La nación,en suma, no puede tener una identidad segura
algo simplemente particular para ser elevada .r, oporiáió., , lu y establecida. No puede, entonces, corresponder positivamente
singularidad diabólica de lo que está ,, afuera,, singdaridad y d" for,r, definitiva a cualquiera de los atributos a los que fre-
que sigue siendo inquietantemente atractiva, -rrr-,u
un canto de sirena cuente y fallidamente se recurre para definida' La nación es un
que nos invita a recaer y a descansar. ejemplo, una instanciación, "un nombre dado para esa cierta im-
La dinámica "interna" de la identidad, su formación funcla_ posibilidad radical" aquí descrita (Zizek, 1992, p' 31 )'
da en la diferencia y la negación, es en sí misma endirgada al do-
ble. Se encuenrra, así, implícita en el doble. Es el doble el que es Ac;n¡.orcnuENTOS
totalmente diferente y en el cual recae toda ra concentración de
la negación. Además, dado que la identidad es consriruicla con Gracias a Eve Darian-Smith, Tesher Fitzpatrick y Colin Perrin
base en la negación, su inhabilidad para constituirse como una por toda su colaboración.La inmensa cantidad de referencias
identidad positiva y presente corresponde a la ausencia de una bibliográficas, sus contundentes comentarios en nuestras conver-
existencia consistente en el doble. La misma fuerzade la nega- saciones, contribuyeron a la elaboración de este artículo'

110 141
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744
COME,NTARIO

éustauo Jc,,sé Rojas Páez

Este artículo tiene un propósito esclarecedor: explicar la intrica-


da relación entre el imperialismo español y la configuración del
derecho moderno en las Américas. El punto de partida es una
sugestiva reflexión sobre el papel de la memoria y el olvido en la
creación de la legalidad colonial.
Recordando a Nietzsche y su método genealógico, Fitzpatrick
nos exhorta a escuchar los silencios que orquestaron la conquista
española en el continente latinoamericano' La genealogía es una
heiramienta que nos ayuda a interpretar y a evaluar el trayecto
de un fenómeno en el curso de la historia (Douzinas y Gearie,
2oo5). La historia de un fenómeno nace como resultado de las
(Douzi-
fuerzas que luchan entre sí para otorgarle un significado
nas y Gearie ,2005). ¿Cómo demarcar las fuerzas que moldearon
el ,lerecho moderno en la conquista de las Américas? Fitzpatrick
sugiere que para resolver esta pregunta es necesario ahondar en
las profundidades de la memoria histórica y explorar cómo esta
hu ri.lo determinada y subsecuentemente constituida'
La era colonial es una época en la cual se conciben formas
de olvidar. Tres de esas formas de configuración del olvido es-

141
del Dios cristiano (Nader'
tructuran el artículo: teología jurídica, imperatiuo imperial e im- <livino que emanaba de Ia autoridacl Vattel'
peratiuo iurídico. La primera rescata cierto elemento sagrado y 2OO5).En el mismo t"tcl' "f
explorador suizo Emerich de
cuando una nación
olvidado que habita en el derecho secular; la segunda subyace en su obra Lau rf l\atto"' 'o't"td'ía-que de
y "sin dueño" la apropiació-n
necesariamente en la anterior, pero se nos revela como un ele- encontraba u" p"i' a"'f'nUiiJt '
De Vattel
mento integral del imperialismo moderno; la tercera, el impera- este era legíti-, y utotá"
tc," f' í"v' En la misma obra'
t1"1 tut"o mundo' la invasión
tivo jurídico, es consecuencia del imperativo imperial y encarna también af,rmatíaq'" "t el caso
legítima por parte de los europeos'
una condició n dialéctica/paradójica del derecho que le permitirá
iro..pl^.i¿n de tierras era ¿t totlo no podría
resistir y alavez obedecer la autoridad del imperativo imperial ya que el maiestuos","ti"tit "1;lnti"ente
que le dio origen. solamente por un pequeño
número de tribus (Na-
ser ocupaclo
der' 2005)' " entre el
TEor-ocÍaIURÍDrcA La obra de Vitoria es una peregrlnaclon L intelectual
i naturalis-o''ll-u' no'mas de derecho se encuen-
r?.'
.u.ionrllr*o y el
(Vitoria'
En este primer aparte, Fitzpatrick nos presenta el hilo conduc- á tran en Dios así to-o "" las cosas q'" É1 hu de regir"
,* 2008) La 1lamac1a Escuela de
Salamanca'
tor y el punto de particla del artículo: el lus Gentium del pa<Jre lr ;t,rd";;; Ftrrp,"itk, '
en la obra
Francisco de Vitoria. La forma como se entiende la obra de1 sa- tl
<1e los siglos XV y XVI,
constituye una gran influencia
cerdote está llena de ambivalencias. Para unos el padre español
.ll
1,"
de Vitoria. D" u.'"'d^o t"nlu rrrtntionád' doctrina' las socieda-
fue un paladín de los derechos de los indígenas americanos. No cles deben ,o,,,"t".r" al
gobierno de la ley y no del gobernante:
,!
y Mattei' 2008)' El derecho es
obstante, para otros, la obra vitoriana sirvió como instrumento sub le ge, non sub t'o'*nZ f\uder
neu11§ente a cualquier miem-
de legitimación de la conquista española y facllitó la imposición impersonal, ,b*tut'o' f 'e anlica
del cristianismo como única religión en el nuevo mundo. Urá ¿" la sociedad
(Mattei y Nader' 2008)'
Gentium'Fitzpatrick nos per-
En las entrañ as dellus Gentiumyace una instrumentalización En su lectum d"t*idu áelhs
del derecho, en donde lo sagrado y lo secular se entremezclan un cspíritu incrusivo y respetuoso
mitirá entrever someramente inten-
para legitimar la desgarradora apropiación de tierras en las Amé- <1e1indio urrr".it"-'o for
parte del padre español' Vitoria
del derecho romano' y en su
ricas. En este sentido, la obra de Vitoria refleja el pensamiento áriu ",rurptantar" eilus-Gent¡um
un sistema de derecho entre
colonizador y se acomoda a las doctrinas del descubrimiento y interpretación lo presentaría como
lu' ttlutiones entre pueblos dis-
de "no tenencia"1 desarrolladas por pensadores imperiales. Las los pueblos, 4",,i"^á" ' t"g'lu'
fundamento principalla natu-
principales doctrinas del descubrimiento establecerían qrle los tintos' Este derechoi"'-'atll totno
religiosa compartida entre los
exploradores europeos tenían el derecho a apropiarse del suelo raleza humana y no ,r-tu ..."n.iu
debería entenderse como
americano, otorgando así a las naciones imperiales europeas el pueblos. Para Vitoria , ellus Gentium
clominio absoluto del territorio americano (Mattei y Nade¡ 2008; sembraclo en todos los puebios
aquello que la
'^'a"u'"'utha 2008 )'
Nader,2005). ¿Ét o.U" iVitoria, citado por Fftzpauick'
d:. ttt3 forma de olvido que
fohn Locke estableció en su obra Two Treaties of Gouernment Dos pregunt"'
'"ittottnd"n 'a orimera reside
en la
que las propiedades de los nativos americanos podían ser tomadas Fitzpatrick h" ["-;;;;Ilogi' iurídica'.I
aVitoria en la redacción del
libremente. Esta arbitrariedad era sustentada por un imperativo noción de serhumano que acompañó
qué punto el sacerdote dominico
lus Gentium' Es decir' ¿hasta
| 7-bror1, of lack.Traducción dcl autor. consi<leraríaq'" fcl' f'iitu'ltt' d" 1" Américas' descendientes
| 4L)
1,+8
del solyde la luna, serían-seres
humanos, seres a imagen y seme_ probar que se le ha ultrajado, despojado. El crimen perfecto no
janza del Dios cristiano,
fuente cle toda autoriclad? El segunclo consiste en el simple asesinato de la víctima y de los testigos, sino
interrogante dirige nuestra atención
u l, ,daptu.i O; rhñ],i- ¿;; en el silenciamiento de estos y en la indiferencia y ensordecimien-
tium romanoen territorio americano.
El lus Genttu* ro^un, lrc to de quienes son llamados a iuzgar tal crimen (Lyotard, 1988).
creado para regular las relacione,
.nr.". Con el anterior telón de fondo, Fitzpatrick retoma sr: análisis
Su razón .1. r"..., proreger la
soberanía,ffi:,,::1i?:1t": de la obra de Vitoria y nos invita a reflexionar sobre el siguiente
extranjeros' Asílas cosas,
¿cómo podría vitoria articurar distintas cuestionamiento: ¿qué apreciación del indígena americano plas-
soberanías basadas en un texto
orientado a la monolítica delensa mó Vitoria en su I¿z-s Gentium? La respuesta a este interrogante es
de una sola soberanía? Dicho
de otra for.trla, bien compleja, toda vez que Vitoria pareciera intentar transformar
¿cómo prctenclía el
sacerdote español hacerincluyente
rn r.*. ¿ü_"nrá la sociedad de masacre en una sociedad de sacrificio.
en su esencial Estas ambivalencias "r.ü;;
serán reconciliada, , rrru¿, Al redactar ellus GentiumVitoúapreteindía establecer el ne-
de la segunda forma del olvido
.rg.i-iJ;por Fitzpatrick: el im_ cesario ritual que permitiera la valoración de las víctimas y, por
perativo imperial.
ende, la legitimidad de la sociedad misma. Siguiendo a Tomas
de Aquino, Vitoria reconocería que los indios americanos tenían
Iuppnarrvo TMpERTAL
dominio de sí mismos, es decir, que eran humanos y tenían uso
de ruzón. Con esta aseveración Vitoria desautorizaría las institu-
Este. segundo segmento crer
artículo comienza co, ra distinción ciones de la conquista española que legitimaban cl saqueo impe-
que hace Todorov entre sociedacles
de sacrificio y sociedacres de rial en las Américas. Sin embargo, esta gentil afirmación a favor
masacre. Tomando como base de
su análisi,lu uJo.a.ión;;;; del indio americano será desvirtuada y prácticamente retractacla
en la construcción de una sociedad,
I]:ir-:t
ra slgutente dtstlnctón:
Toclorov.*iil por las formas de adquisición de propiedad establecidas en el Iz¿s
Gentium.Una cle esas formas de adquisición concedía el derecho
de proselitismo de la religión cristiana. "Los Cristianos tienen el
En las sociedades de sacrificio
existe un respeto por las víctimas, derecho a predicar y a anunciar el evangelio en las tierras de los
ya
que su sacrificio responde a ias
expectativas .lcl tejiclo social. ior bárbaros", la predicación de la fe cristiana debe prevalecer, in-
el contra¡io, cn las sociedade, .1. nrusu..e,
la, ,í.tirr,,a. ,or_, .U.,r_ cluso en contra de la voluntad de los anteriores (Vitoria, citado
paradas a animales, no tiencn
ningún valor y su muerte i"R.¡, lu por Fitzpatrick, 2008).
parte débil del tejido social de
una sociedacl. (Todorov, .itrdo po. La anterior contradicción ilustra cómo se funden entre sí los
Fitzpatrick, 200g)
dos tipos de sociedades descritas por Todorov, originando una
forma de sociedad que se regirá por una dinámica cle exclusión. El
Para Todorov, a este.tipo cle sociedad
pertenecía Ia España indio, en un principio es equiparado al concepto de ser humano
imperial, la cual, u p.ru. d" .i.sa*ollarse
i, de Ia conquista, desarrollado por Tomas de Aquino, pero luego terminará siendo
sepresenta también como una sociedad "n "ru
q.r"..p..r**;;;;l retratado como un ser distinto, esquizofrénico, con inclinaciones
A:l:.j" l.s riempos modernos (Toctorw, .itudo po, nirrp",ri.f.,
2008). En este tipo de socieclad
sexuales desenfrenadas, condenables (Fitzpatrick, 2008). Solo la
el inclígena a-".i.rno se convcr_ vida de los conversos merecería ser respetada; los no creyentes
tiría en la víctima de un crimen p".f".,o,
perpetuamente. Víctima es fues sería silcnci¿rtl«r serían excluidos, masacrados.
aquel que no ti.r,r. l, .o¡rr.i,l,,.i ,1.:

150
de
El resuludo de la elucubración vitoriana será que la socieclad El criterio de civilizació n,paraser miembro de la comunidad
colonial, que conmovió al padre dominico, continuará siendo una las naciones, era determinádo pot las naciones europeas' lo cual
sociedad de masacre; pero ahora su existencia será legitimada por permitiría la consolidación y expansión del Estado-nación como
una legalidad que intentaba reguiar una sociedad de sacrificio. úr-,ica for-u de organización política y
jurídica' Así las cosas' las
En este macabro híbrido social, el poder del tejido social se rom- naciones no europeas serían oprimidas y excluidas del concierto
in-
pe y la excluyente legalidad que surge de ese quebrantamiento de las naciones civilizadas destinadas a articular el derecho
aníquila su poder. Recordando a Baudrillard, podríamos afirmar ternacional.
que en esta sociedad "lo social"2 ha muerto. Se ha convertido en Anghie resalta clos nefastas consecuencias del esquema hege-
un recipiente de la autoridad que emana de una legalidad que mónicá del derecho internacional. E'n primer lugar, la exclusión
no solo lo excluye sino que también 1o invisíbiliza v 1o sirencia «le los Estados no europeos no solo les impidíó a estos últimos
(Baudrillard ,1983). participar en la creación d"l d"tttho internacional' sino que les
impidió objetar los desafueros engendradós en la ilegítima so-
beranía de ios colonizaclores. Lo anterior les permitiría
InlpEnralrsuo IURrDtco a los Es-
en las
tados colonizadores controlar la aplicación del derecho
En esta úldma parte el artículo aborda el rema de la asignación colonias y, por ende, evadír cualquier tipo de responsabilidad
de la paternidad del derecho inrernacional. Más allá de esta in- nace de
legal o *á.d tAngf, ie, 1999). La segunda consecuencia
en la
teresante discusión, el texto nos ayr.rda a reflexionar sobre ra for- la asimetría d. pod., e ímpetu homogeneizador ímplícita
dos ele-
mación del derecho inrernacional y la idea del Estado-nación que naturalezadel ierecho internacional' Con base en estos
emerge deTapazde Westfalia, en 1648. Grocio define el d.r"Áo la época, abrogándose la
mentos las naciones hegemónicas de
internacional como aquel marco normativo establecido por 1os misión cle legislar el mundo, establecieron que para
fundacional
Estados-nación que consolidaron su poderío con la firma del ser míembro del sistemalurídico de la comunidad
internacional
Tratado de \)Testfalia (Sanros, 2OO2).Esra posrura privilegió a los era necesarío convertirse en Estado-nación, es decir, someterse a
Estados europeos de la época yles facilitó su expansión imperial. seguir el modelo de regulación dominante en Europa'
Como con-
Desde su inicio, el derecho internacional será determirrráo po. ,"lr.t.iu, para las rrr.ior.r,,o ingresar a la comunidad
"uropeas e
una cosmogonía europea que se tornó hegemónica e incorporó ínternacioial significaba la completa negación de su soberanía
dínámicas de exclusión para iustificar su funcionamiento. identit.lad {Anghic' I 99e)'
Desde Westfalia el derecho inrernacional lleva implíciturr"rrt" La anterioiambivalencia se replica en el I us G entium vitoria-
no. El fraile desea que todos los pueblos del orbe se sometan
un carácter excluyenre. Un ejemplo claro de la exclusión implí_ a
on-
cita en el derecho internacional 1o encontramos en la "doctrina un mismo sistema de derecho, pero establece una condición
de reconocimienro" descrita por Anthony Anghie. Esta doctri, tológica para integrar la comunidad de naciones' Las naciones
na establecía que solamente las naciones soberanas y civirizacras irrt"lrurri", de esa comunidad deberán pertenecer o convertirse
a la religíón imperante en las naciones que Vitoria
podrían ser reconocidas como su;'etos de1 derecho internacional. consideraba
como civilizadas: el cristianismo'
2 I,o social es el objcto de estudio dc la teoría social. Está compuesto
cle distintos
elemenros. E.tre ellos: la soliclaridad, la identidad y ras expecrarivas cle un
Perotodonoterminaahí.Vitoriacombinaelcontenidosa-
que
glomcrado social. El derecho prcsupone una noción de lo iocial, que resuha
con
grado del clerecho con el supuesto principio de neutralidad
ser
mociernidad' Como resulta-
excluyenre. Al respecto ver Coterrell (200(r). iururt"rirual clerecho positivo de la

152 151
do de la anterior combinación, la España imperial será regulada
En estcts marcos de regulación los seres distintos son tratados co-
por un sistema cle derecho que se revela en dos dimensiones: una
mo atrasados o ínferiores. Parafraseando a Ramón Grosfoguel,
sometida al poderío y la soberanía imperial, y otra que emana de
podría afirmarse que en ei contexto de la Colonia el derecho se
la neutralidad del incipienre derecho de la comunidad interna,
convierte en medio de legitimación, de explotación y dominación
cional. La relación entre el derecho y el imperialismo moderno
(Grosfoguel, 2008).
es endémicamente difícil (Fitzpatrick, 2003).
En el seno de la expansión colonial y su influyente función en
la creación de un sistema de derecho en Latinoamérica reside el
R¡pl¡xróN humano y la ar-
intrincado origen de la conceptualización de 1o

ticulación del discurso de los derechos humanos. La catacferiza-


La exploración de los orígenes del dcrecho en Latinoamérica in-
ción de lo humano y el desarrollo cle su regulación fueron el resul-
cita una cauta reflexión sobre la legitimidad epistémica y política
tado de la combinación de las bases epistén¡icas de la Ilustración
del derecho en nuestro continente. En el trasfondo del proceso
y el derecho natural europeos. Estas dos corrientes ideológicas y
de formación y consolidación del discurso jurídico yacen una
políticas darían origen a una versión excluyente del discurso de
serie de mitos fundacionales que han definido el continente cre
ios derechos humanos, que Upendra Baxi ha caracterizado como
forma errada y arbitraria. Estos mitos fundacionales se sustentan
el paradigma moderno de los derechos humanos.a Este paradigma
en discursos que responden a proyectos de expansión imperial
," brru una lógica que al pretender ser universal resulta siendo
y colonial. Al respecto, Santiago Castro-Gómez sugiere que la ",
altamente excluyente. El anterior planteamiento cobra validez
historiografía latinoamericana debe revisar la apologética forma
al analizar quiénes han sido descritos como sujetos de derechos
como se ha analizado la difusión y adaptación de la Ilustración
humanos en la historiografía del derecho occidental'' Una breve
europea. Castro-Gómez nos invita a revisar la idea de neutralidad
mirada a la conceptu alizaci1nlineal de los derechos nos permite
científica retomada porlas élites neogranadinas, para así explorar
observar claramente la lógica de exclusión que sustenta el para-
la relación entre conocimiento y poder que dio origen a7a gramá-
digma moderno de los derechos humanos.
tica excluyente de nuestras instituciones (Castro-Gó mez,2005).)
La modernidad debe ser estudiada desde la llegada de Colón a
En las fases cruciales de desarrollo, en diversos momentos y de
las Américas, y no como un fenómeno que nace en la Ilustración
clistintas maneras, el discurso modcrno de los derechos humanos
y a finales del siglo XVIII (Escobar, 2OO4). Como lo recuer<la
ha considerado como no humanos a 1os esclavos, los paganos, los
Enrique Dussel, el axioma de Descartes, "pienso luego eiisto,,,
bárbaros, los pueblos colonizacios, las muieres, los empobrecidos,
fue precedido por el "conquisto luego soy", engendrado y defen-
los locos. (Baxi,2002)
dido por la legalidad imperial y moderna (Dussel, I99l). Et lus
Centium y el incipiente derecho internacional de la comunidad
La anterior lógica de exclusión, arraígada en la monolítica
de las naciones son ejemplos de un tipo de legalidad imperial, en
idea de 1o humano, iustificaría el colonialismo e imperialismo
donde se crean prácticas excluyentes de aquello que es distinto.
europeos. El principio de tewa nullus, que les asignó a los colo-

I Me reficro aquí a1 concept. hybris del puntct ¿aro, clesa¡rollado por el profesor l (200c)).
Para una síntesjs fecicnte de [¿ obra dcl pensaclor inclio, ver J\r'inning
Castro-Górnez. Iiste concepto es retomado por Arturo Escobar y \il/alter Mig_
t B¿rxi sc refierc aquí a la traclicional clasificación cn gcneraciones rlc lt¡s dcrechos
nolo, posteriormente.
humanr¡s. lunclada en las clcclaraciclnes univcrsales cle estos clerechos

t54 11,
"paradigma de la novedad" ' pro-
nizadores europeos el derecho invadir los territorios habitados
a en la coexistencia y se oponga al
la.competencia' la guerra'
por los indígenas americanos, junto con su subsecuente epis- ;i;;ñtJ"r,-,ilud, v q.it fo-"ntuindividual (Misnolo' 200-1)
temología, la cual establecía el derecho de una raza superior a i;i";h;p;.los pririlegios v ele"ito
'- ^iin"l^¿ig*u la vida social al be-
gobernar a otras razas inferiores, constituyen dos ejemplos de la .1" la-coexistencia antepone
en aras
instrumentalización de la legalidad occidental y su articulación n"fr.iá irraluárd y la acumulación de riqueza' y funciona
un mundo en
con un discurso hegemónico e imperial. En palabras de Upendra i..""tit"tt.rr-t -.,tlo pluriversal y no universal'
(Mignolo' 2007)'
Baxi, "el paradigma moderno de los derechos humanos justificó ;i;;;.hos mundos p'"dt'-t coexistir
-- -
de la coexisten-
el sufrimiento humano, basándose en la idea euro-céntrica de I"f vez la articulación de una epistemología
la conciencia del su-
progreso humano" (Baxi, 2002). .lu y r..,rru t"galiclad incluyente' fundada,en
teoría del dere-
¿Cómo hacer para que el discurso de los derechos asuma el frimiento humano, '-'o' i"'-itu desarrollanlna
de Sousa
sufrimiento humano como fuente primordial de su desarrollo? ;;;;;;"f ,-,o indol"t'te, como1o diríaBoaventura

Al respecto, Baxi nos invita a explorar las luchas de los excluidos, Santos.
aquellas víctimas directas de las diversas formas de sufrimiento
humano justiÉcado por la legalidad hegemónica moderna esbo- RspsnsNctas BIBLIoGRÁFICAS
zada en líneas anteriores. En contraposición al paradigma mo-
Sovereignty and Colo-
derno de los derechos humanos surge el discurso contemporáneo Anghie, A. (1999). "Fincling the Peripheries:
Law"' 40 Haruard
de los derechos humanos, que considera el sufrimienro humano nialism in Níneteenth-ó""tt"y International
seriamente y se resiste a silenciar las voces de sus víctimas. Este lnternational Lau Iournal L
of Silent Maiorities' rtr the End of
paradigma, contra-hegemónico a mi entende¡ se basa en la inclu- Baudrillard,J. (1981)' In the ShaclotL'
sión de los marginados del mundo globalizado, los trabajadores Other Essays'New York: Semio Text(e)'
the Socia'l and'
Baxi. U.QO02). The Futurology of
Human Rights' Oxford: Oxford
inmigrantes, los homosexuales y lesbianas, los refugiados, los que
reclaman asilo, ylos pueblos indígenas (&axi,2002). UniversitY Press'
del puntct cero: ciencia' raza e
Baxi nos recuerda que fue un hombre llamado Gandhi el que Castro-Gómez, S. (2001)' La hybris
Bogotá: Editorial
al confrontar la discriminación racial en Sudáfrica, a comienzos Ilustración en la l{ueua GtanatJa 0750-1516)
del pasado siglo, inspiraría, décadas después, la firma de múld- Universidad Javeriana
in tbeMirrr¡r
ples tratados internacionales destinados a la erradicación de la Coterrell, R. (2006) Lau Cuhure andsr¡cietv:Legalldeas
Publishing'
discriminaci ón r acial y el a p ar t b e i d. También nos invira a observar of Social Theory 'London: Ashgate
ce : Th e P oli-
(2005 tmodern ! uri spruden
Douzinas, C. y Ciearey, A' )' P os
el lema feminista: "los derechos de las mujeres son también de-
ttcatPhitosophy of Justice' London:
Hart Publishing'
rechos humanos", inspirado en la lucha heroica de generaciones
del r¡tro' Hacia cl origen del
de mujeres víctimas, que han luchado por la igualdad de género Dussel, E. ¡994). t+iZ ' et encubrimiento
la modernidad'LaPaz: Plural
Editores'
y contra el lenguaje patriarcal de sus sociedades. mito ¿Je
\X/orld: Imperial Globality'
El desarrollo de un paradigma inclusivo de los derechos hu- Escobar, A. (2001)' "Beyoncl the Thircl
Social Movements" ' 2J
manos requiere repensar la forma como tradicionalnrente se han Global Coioniality, anil Anti-globalization
pensado el derecho y la modernidad. Un derecho inclusivo T h ird \X/or I d Quart e r lY'

nos injusto- requerirá de una nueva epistemología. Esta -me-


nueva
epistemología deberá propender por un paradigma que se funde

tr7
156
Fitzpatrick, P. (2008). "'We Know what It Is when you Do Not Ask
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Lda.London: Ashgate. Al teorizar el olvido como una fueruaactiva en la creación de la
Santos, B. Q0O2).Toudrds a Neu-¡ Common.tense. Burterwords: Lexr.rs
memoria históríca y jurídica, podemos adverti¡ dentro de las
Nexus.
entrañas del derecho y el imperialismo modernos, elementos
Twinning, §(I (2009). General Jurisprudenca: tJnderstdnding Lau 1o que
from supuestamente pre-modernos. Esta es una revelación de
de
a Global Perspectiue. Cambridge: Cambridge University press.
,r"."ru.iu-.nte se olvida y alavez se evoca en los procesos
constitución, constantemente entremezclados, del imperialismo
cua-
y el derecho modernos. En tal proceso, sin embargo, otras
iidud", del derecho moderno ambién son reveladas;cualidades
que
que no se agotan en la orientación imperial del derecho sino
.o.."rporrd"n a una intensa resistencia al imperialismo'

INrnooucctÓN

Demostrar cómo se formó el derecho moderno en la coloniza-


ción de América, tal y como se 10 propone este artículo' es de
gran complejidad. Cualquier argumento orientado a resolver
ái.fru .lini.,liad debe hacer referencia a la existencia de algún
conrenido histórico en el origen o formación del derecho. Talar-
Élumento también dependerá necesariamente de la incontenible

6 Traducción de Gustavo fosé Rojas Páez'

158 159
fuerza de la historia y del derecho. Esta interpretación reside en po; es decir, un hijo cuyo ser incontenible se opone a, e incluso se
una cierta ccuación que nace de la condición de contención de deshace de, la autoridad de su padre'
una era, junto con la noción contenida de derecho que se produ_
ce dentro de esta.
HAst¡R, MEMORIAT
El desarrollo general de mi planteamiento se basa en el tra_
bajo de wilson Harris y sus meditaciones sobre el imperiarismo En su íntegridad, el argumento de este artículo linda con lo pre-
español y la civlTización Inca. En sus mediraciones, Ha*is busca cario, ya que descansa sobre las bases del tema del olvido. Escavar
recursos liberadores que al parecer desaparecieron en la era cle
en el olvido implica un acercamiento a la nietzscheana explora-
la conquista. Era en la cual se entiende el mundo que se destruye
ción de la memoria y el olvido, plasmada enla Genealogía de la
como acabado. Debído a tal condición, ese mundo .,puede ser moral,específicamente en lo que se refiere a su idea del "olvido
enajenado de nuevo, sin apreciación alguna o entendiÁiento al-
activo", para Nietzsche,
guno de un pasado y un presente inacabados,, (Harris,2001, p.
100). Así, entonces) el propósito primordial de este.rfrr.rro ,.rr_
1...) la capacidad de oluido [..'] no es una mera uis inertiae lfuetza
lítico será el de integrar la inacabada, o inacabable, característica inercial], como creen los superdciales; es, al contrario, una facul-
del derecho con una concepción del mismo que se oponga a slr tad de inhibición activa y positiva, en el sentido más riguroso del
formación imperial. término. (Nietzsche, 1996, P. 39)8
La primera parte de este escrito comienza por observar las
enseñanzas de Vitoria sobre la colonización española y su carac_
Blanchot íría más lejos al hallar una importancia creativa en
te.ización como fuente originaria del derecho moderno. vitoria, el olvido. "El olvido es el sol: la memoria brilla a través del re-
indudablemente, ha sido ampliamente reconocido como el pre_ flejo, reflejando, olvidando y extrayendo de esa reflexión la luz
cursor de una forma de derecho moderno de carácter limitadá. Se y asombro- del olvido" (Blanchot, 1993, p. )I5).
entiende que es limitado en tanto que está confinado ar derecho -claridad
Este olvido no puede ser simplemente una fuerza acabada, una
internacional y en tanto postula elementos que en ese entonces que crea y establece un recuerdo de aquel entonces. Al contrario,
no eran modernos y que, por razones de conveniencia, fueron es una fuerzainstigadora.
olvidados en categorizaciones del derecho moderno ulteriores Como el recuerdo, la "memoría histórica" va hacia adelante,
y más acertadas.
tiene que ser renovada, y lo que se olvida tiene que ser conti-
Este artículo demostrará que estos elementos olvidados nos nuamente reconfigurado. Ese proceso emerge siempre reitera-
permiten distinguir dos circunsrancias:la imposibiricrad de redu-
cir y contener el derecho, por un lado; y, de otro, los presuntos
criterios gracias a los cuales el derecho moderno occidental, por
definición, es delimitado y determinado. La formación viroriana Lste subtínrlc¡ ha sido tomado de Vlaclimir Nabokttv: Speak, Metnr¡t\': An Auto-
io grap hy Reu i s i t e d ¡989).
es presentada después como un modelo para el imperialismo,
b
y,
Aquí Nietzsche escribe sobre Ia psicología indiviclual, pero se dedica a fusionar
subsecuentemente, el derecho occidental ,.rrltu.á ,". ,, f.rtá.
esta dinámica con 1o que sc podría llamar la memoria histórica o social. Para evitar
Sin embargo, si el derecho occidental viene siendo el hijo del im_ cludas (como dirían con optimismo los abogados), quizás habría qr.re enfatizar
perialismo, tal hijo resultaría ser no solamente un hijo cumpliclor que en cste caso olvidar es una fuerza constituyenteposítiua,y no simplcmente
c-uestión cle una lorma social que conlleva la supresión de su opuesto. En refc
de sus deberes, sino también un hijo con las inclinacioner ¿e p¿i-
rcncia a esto. r,er Dahrendorf ( 1969).

160 161
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L

t
,il
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tivamente de la ilimitable variedad que le concede existencia á
§
"es". Tal como Derrida lo dice: en el escenario del archivo for-
cleterminada. maclo históricamente, 1o Uno, la unídad en la que el archivo se
i
Tal insistencia por olvidar ostenta dos dimensiones que resul- 4 transforma, se garde de I'autre,lo cual significa tanto que se pro-
.,]

tan cruciales para el desarrollo de mi planteamiento: una dimen- l:


tege a sí misma en contra del "otro" como que vígila o protege
sicin está constituida por la oposición que esta insistencia ejerce d át.o dentro de símisma (Derrida, 1995, pp' 78, 84)'r0 Así que,
respecto de cualquier determinación proveniente de la memoria para tomar un ejemplo con el cual nos volveremos a encontrar
histórica, bien sea que se trate de una determinación retrospectiva Lá, ,,lelu.tte, la formacíón histórica de un derecho modernista
o prospectiva, de un monumento inmutable o de un inminente y secular tiene que mantener la guardia en contra de su "otro"
fin. Dicho en términos de Foucault, cuando se refiere a la genea- religioso y, al mismo tiempo, absorberlo'
Iogía nietzscheana, esta postura se opondría a una "perspectiva Ó."u. y mantener la "Unidad" que ha sído construida es se-
srr¡rra histórica", es decir, a "una historia cuya función es la de pararlad. olvidar- la inseparable conexión con su "otro"'
cor-rstitui¡ a partir de la reducción que el tiempo sutilmente ejerce
-y
b.,-rrr", entonces, de una separación autoritária, capturada así
sol¡re la diversidad, una totalidad bien cerrada sobre sí misma", por la desoladora visión de Canetti:
para así "desmantelar sistemáticamente" todos aquellos disposi-
tirros que tradicionalmente han servido parala construcción de La ceguera es un arma contra el tiempo y el espacio; nuestra exis-
una perspectiva totalizadora de la historia, "todo aquello a 1o que tencia no es sino una inmensa ceguera y única ceguera, exceptuan-
uno se apega para volverse hacia la historia y captarla en su tota- clo solamente ese peclueño círculo en el cuai nuestra insignificante
lidad, todo lo que permite retrasarla como si fuese un paciente inteiigencia en su naturaleza y alcance- pueda
-insignificante la ceguera E'lla
nr«rvimiento continuo ".e brillar. El principio dominante del universo es

Ese desmantelamiento servirá para descubrir la segunda di- hace posible yuxtaposiciones que serían imposibles si los objetos
nrcnsión de la insistencia en "el olvidar" a la que me he referido. pudieran verse los unos a los otros. Esta permite el truncamiento
La fbrmación de la memoria histórica basada en olvidar aquello clei ticmpo cuando el tiempo resulta insoportable. E1 tiempo es
quc se le opondría no implica que olvidemos parcial o rotalmen- una secuencia solamente cuantlo existe un escape. cerránclole los
tc. Por el contrario, la formación permanece en una relación in- ojos ocasionalmente cuando en vez- es posible dividirlo en
-de
que solamente podemos acercarnos cuando
tcgral con 1o que tiene que ser olvidado eso que tiene que esos fragmentos a los
-con
se r olvidado para así permitir que la formación pueda ser lo.que estamos solos. (Canetti, 1978)

Y como recuerdos formados, esos pedazos de tiempo, la ne-


Isto vicnc de la maravillosa síntesis de Foucault del pensamiento dc Nierzsche
solrre la historia: "Nietzsche, (]encalogy, I Iistory" (Iroucaulr, 1 997, ptrr. 1i2 153).
cesida<l de su separación, algunos fragmentados o delimitados
I rn cste sentido, Foucault se cstá refiriendo a la necesiclad de hacer una "historia mecliante el olvido, se insinúan en ficciones de su ausencia'Para
cfcctiva". de acuerdo con la cual "[hJay que hacer pedazos lo que permite el
jrrcgo consolador de los reconocimientos". Así, pues, cn contra de una historia
c¡ue "se procura un punto de apoyo fuera del tiempo", que "pretencle juzgarlo
r0 y sc¡brc esta clistinción, r,cr Elmer (1998). Existen múltiples conceptos
derri-
clianos que recont¡ccrían 1o olviclado como constituyente de lo
recordado' pero
todo según una objetir,idad de apocnlipsis, porquc ha supuesto una verdad etcr-
la "hauntología" y lo espectral (ver Derricla
na, un alma quc no muere, una conciencia siempre idéntica a sí misma", está la quizás los más adecuados aquí son
lristoría efectiva quc "no se apoya sobre ninguna constancia [porque] nacla en el [i99,1], el capít.lo 3). Nluchas nociones lreudianas tatrbíén s.n
"rp".iulmcnte y olvicl¿rr se crtendería
honrbre tampoco sLl cucrpo- es lo suficientemente fijo para comprender ilnr.,*au, clc estc moclo, y esta conjunción de recordar
-ni
rr los otros hombres y reconocersc en elli¡s". (N. del T.) ,l .,rlectivo o a la comunidacl (ver lrreud, 1985)'

162
16)
uno existen las sirenas cuyas canciones atraen a los viajeros hasta "secular". El segundo comprende lo que he llamado
tn impera'
olvidada, pero ya
causarles su muerte, las sirenas que "saben de las cosas que suce- tiuo imperial Ja misma dimensión sagrada
integracla al imperiali:T9 EI tercero
derán en la próspera tierra" (Homer, 1980). p..d.r.ubl"-ente T"d"t"o'
Más ampliamente, en "Funes el Memorioso", Borges crea y f,t,i-o patrón comprende la habilidad del derecho para sopor-
un personaje al que le es imposible olvidar (nada puede olvidar, tu, y."rirti, imperial;este patrón está comprendido
"limperatiuo
todo 1o recuerda): bajo el título imperialismo jurídico'
es necesaria' Da-
Una advertencia preliminar, como siempre'
y 1o que dice sobre "el
Sabía las formas de las nubes australes del amanecer del l0 de abril da la introducción teórica del artículo
y sobre nuestfa
de 1 882 y podía compararlas en el recuerdo con las vetas de un libro olvidar,,, sobre lo que nunca ha sido terminado,
plenamente' Vi-
en pasta española que solo había mirado una vez y con las líneas inhabi[áad productiva para describir las cosas
que nos brinde una
de la espuma que un remo levantó en el Río Negro la víspera de la toria no puede interpretarse como un autor
acción de1 Quebracho. á.r.+.i¿, .o-pl"iu de la formación del áerecho moderno' No
1o que sí nos puede brindar es un
conjunto de intuicio
obrturrt",
en la
A causa de una inhabilidad miasmática para separar y selec- nes acerca de lo que oluid'do y necesarían-rente olvidado
", una descripción de
cionar sus recuerdos, Funes no podía pensar y, de hecho, pare- conrtitr.iOn del áerecho moderno' Es decir'
ciera no ser capaz de vivir por mucho tiempo. Por esto Borges, 1o que es inconsistente con los
principios de esa constitución' y al
acertada y prodigiosamente, comienza su historia de la siguiente Po' último' lo que Vitoria también
-ir-o tiempo esencial u manera,
"llu' una especie de advertencia his-
manera: "Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese nos brinda.s, d. u1gr,'a
verbo sagrado [...])" (Borges, 1970, pp. 87,92y94). tórica <le esas intuiciones sobre lo olvidado'
De una manera un poco más colorida estéticamente que la
tristeza de Canetti, podría decirse que recordar es sagrado cuan- Tr,olocÍaIURÍDICA
do lo sagrado cobra vida animada al entrar en 1o finito de lo que
se queda por siempre más allá. ¿Qué se recuerda de
Vitoria? ¿Qué subsiste de su obra en el
Desde esta posición de la finitud, nunca podemos alcanzar lilof"r."nceptual q," tonfoi..,a el derecho en el Occidente
sea retrospectivamente o de antemano- articular todo moderno?
-- -
-bien
1o que es olvidado o 1o que será olvidado en la elaborac!ón del Si observamos la perspectiva contemporánea
general -9{t':
la misma habilidad
recuerdo. De 1o olvidado, aquello que es posible recuperar es na, que sostiene que en ál -'ndo moderno
el muntlo en su totalidad se constituyó
con base
precisamente lo que el olvido mismo hace posible rescatar. pr." .""..¡ir
América, y si acepta-
La que sería una posible línea de 1o rescatable ha sido trazada. Ln el descubrimienro y la colonización de
Aunque suene extravagante en un comienzo, esta línea involucra mos, como pareciera,i-pl"-tnt" ser'
que Vitoria resultó ser un
colonización' po-
las conferencias de Vitoria y su correspondencia con la coloniza- apologista perpetuamente signíficativo decsa
de Ia obra de Vitoria'11
ción española de América, siendo esta un modelo paralaforma- dríamos entonces .ort,id"tai' relevancia
ha entendido de ella es una
ción del derecho moderno. Existen tres patrones de este modelo No obstante, 1o que hasta ahora se
Existen dos formas
y olvidados-, sobre los cuales reflexionaré en el versión corrrtr.ñi.lu y tenue, casi inexistente'
-relacionados
resto de este artículo. El primero se desprende del título teología
jurídica, y comprende la olvidada dimensión sacra del derecho ll de Vitotia, ver Schmitt (2001)
Para esta perspcctiva, t¿rnto del mundo como

165
764
,it--
l.i.

clesestimar los logros de Grocio


sus términos. Sin intención de
rclacionadas entre sí- en las cuales se recuerda su obra. A la un amplio corpus de derecho internacional
y un sis-
,ii".-rfu. sería todavía ur
Iuz clc una, Vitoria es visto como alguien que se involucra en los
i.-" ¿" derecho distinto iel derecho nacional'
intcreses de Ia población indígena en contra de la depredadora estos logros de la relación de
eiercicio de retrospección el separar
t'olonización en América. De esta postura defensiva se despren- el derecho divino' y
é;;. con el<lerecho natural, incluso con
tlt' l¿ otra perspectiva, según la cual Vitoria es recordado como se ciñe a su c^ráclÜ civilizado
con un <lerecho internacional que
rrn rcuroto padre del derecho internacional.12 Recientemente, ;t r". en contra de los paganos y de los
sin cnrbargo, la supuesta defensa de Vitoria de los intereses de
;;ñ, "*uUl"ci.lo planteara la inclusión de
bárbaros, y esto a pesar de que Grocio
Ios prrcblos indígenas ha tendido a ser interpretada más como internacional'11
estas §lentes en su extenso tlerecho
r¡n,r refinada justificación de la apropiación imperial (Williams, comprensible que agudos comen-
cor1 base en 1o anterior, es
1e90, ¡rp. 96 108). como ahora
taristas hayan <listingui<lo un G'otio
ambivalente'
Irn cuanto a su reiación con el origen del derecho interna- es considerado mucho
Ímás que un pre-
io ,r.r.-or. Si Vitoria
podría coli-
t'ional, la podríamos interpretar como un anacronisrro, pues, Grocio", poclría clecirse que esa oposición
cursor <le
lxrrir Vit<rria, el ius inter gentís, el derecho entre las gentes y las ti"ttu concepción del derecho occidental
sionar y convertirse
nrrcior.rcs, se derivaba, no solo clelas gentes diferentes, sino de un ""
moderno.la
rrr t iculado esquema de cosas cxistente- dentro del cual las sobre Vitori a' realizaté
-ya Antes <le continuar con mi recuento
nrrr'itrnt's cnconrraban su existencia. con las notas al pie que usaré
una necesaria aclaración en relación
I'ls r-nás, al basarse Vitoria en la teología y el derecho natural,
clesde este apartado clel escrito'1t
t'orrtribuyó a la racionalizacióny consagración de otros, más exac- la literatura sobre Vitoria' hay
que decir que no
Obserrrando
lruncntc de Grocio, en el siglo XVII. A este último, y a otros per- aceptada sobre su
existe una percepción uniforme generalmente
sr rn rr jcs posteriores, se les podría asignar mayor razón-la
internacional,
-con
derecho cuya existencia
lrrrtclniclad del derecho un
\1961 ,pp 14''{9' E5-86);
Stei¡
positiva se deriva solamente de las naciones soberanas de las cua- rr Ver Clrotius \191'')/1625,¡t 28)r Alerandrowicz
l.'s rlcpendientemente emana. Esa derivación significó, según la (1999, PP. 229 2)0)'
(200'{' pp 229'2)(\\.L^ f r citacl:r Proviene
llrurrr firrmulación de Vattel, en el siglo XVIII, que la sociedad de 1r Para 1¿ diferenciación. ver Simpson ^se
cle Schmitt (2003, P 117)'
l,rs n¿rciones no pudiera tener una reciprocidad de intereses co-
l' y traducciónmagnífica v fácill.ncnte ac'
Éln la acmaliciacl existe un¿ colección
nrur)cs, la cual establecíera que todos sus miembros en realidad extract.s tluu""l" "ttos) d" especial
cesible cle 1os trabajos ¿t'V-.ltr" i,l-¿;
"t't'..liclan sus derechos al organismo general" y, al mismo tiem- pot Pagden y ]crcmy Lat'rence: Political
relevancia ac¡uí, etlitatloi 't'"'hn"y
ya¡,¡r[, Oéfl,.I'ara evit"'r rtn enormc-núme ro c]c notas ai pic cle página en cste
l)(), c()nservaran "su independencia entre ellos mismos" (Vattel, cle Vitoria correspontlen a las
páginas de esta
texto, las ret-ercncias a los trÑajos
19l('/lf 58, p. 9). En definitiva,la única forma de derecho que coiección, y los números dc estas
páginas aparccen en el texto entre paréntesis'
a" qt" pttn'ittt una reférencia más pre-
1,r'r'r,aleció fue la producida por el Estado soberano en el nivel Esto a menuclo tiene la ver.tej,r a¡u¿i¡,
(" m""titlt' to''' Iargas nume racion¡s];n 11
rrrcional o'municipal'. cisa que [a citación ¿t tut
r
'"ttit'"t"t
át ltt l"ttut"t de Vitoria' Los trabajos de
Vircria
or" J. inii"" r". t"'.ttiitit'n"t
I)oclemos empezar a cuestionar ese común escenario, obser-
trencionaclos cn.f **" ¿t """ "rtítulo
snn"'(ln Civil Pou'et" (pp 1 44)"'On
"On
viu)(l(), con la brevedad requerida, lo que Grocio consideraba que ot Self Restraint" (pp 205-210)'
Law" (pp. 151-201)'"t-l""Oát, Lut''t' tfi/ar" $p 29) 127)'
292), "on the Larv of
t('n írr que ser olvidado para elevar las peticiones ancestrales según the American Inclians" t1.1r.»í
"Lecturc on the l-vangclizrrtion ttt
"Letter to Migr.l tl" 'Atti":l i'p'11t
Unbclievers" (PP. 339-35 1 )'
'))y
' l)rllx ¿rrb¿rs tormas, vcr Brol,n Scott (19111)-

r67
I6(r
trabajo. Hay un agudo desacuerdo en la forma como Vitoria es para un "derecho internacional europeo" constituido con base
percibido. Ya hemos mencionado la división entre los quc defien- en Ertados-entidades que son completamente distintos
pero que
den su papel de precursor del derecho internacional y * li.l".urgo se relacionan entre sí, y que de alguna manera logran
sostener esa
en la defensa de los indígenas americanos. Estos dos desacue..ros base de su existencia los unos con los otros'17
se comprometen, a la vez, con el desacuerdo sobre si Vtoria era
en Ambas consecuencias implican 1o sacro como un reconoci-
principio un teólogo medieval o, si al contrario, era un humanista miento de llevar con él1o existente de lo que hay siempre más allá'
y un racionalista incluso, como se ha afirmado, un intelectual De esta manera, el derecho, el soberano, el mito son vistos en mu-
moderno, quien,-e entre otros, daría inicio al estudio de la filosofía chas tradiciones como dadores de forma y fuetza de 1o sagrado'
política moderna y al estudio de la sociedad.16 Ahora, por supuesto, debemos admitir que existen diferencías
Una respuesta inmediata a estas divisiones de la época podría que pueden ,.. rrirtu, 'en' lo sagrado que la relígión de
-dado
darse al afirmar que ellas no hacen en realidad ninguna distinción. úi,.,rir.ro., el mismo secularismo de Schmitt' Aunque, buscando
Permítanme elaborar un poco me.jor esa respuesta, abordando de manera perversa alguna similitud, podémos regresar a
Vitoria,
la imprecisión existente en ese Vitoria presentado como teólogo obr.*rt.lo estas dimensiones de lo sagrado en una teología del
medieval, descrito por Schmitt en "Der Nomos,,, un trabajo que monoteísmo, y proceder de allí a delinear una mezcla de similitud
resulta ser la expresión apoteósica de un derecho cuasi-interna- y diferencia qrre resultará crucial para la constitución imperíal
del
cional basado en la religión, ese derecho dela república cristíana. derecho moderno.
Este derecho es sustituido por un derecho internacional radical- El monoteísmo de vitoria era difícilmente elúnico en intentar
mente distinto, el ius publicum eulopaeum, inspirado exclusiva_ una reconciliación en la exisrencia de una deidad enTainÚaza-
que
mente en la campaña secularizadora de los Estados europeos. ble división que he mencionado de 1o sagrado. Díos tendría
Así es como se les ordenó a los teólogos apartarse de la escena. ser para Vitoiia, tal y como 1o confirman sus conferencias sobre
Decir que Schmitt no es consistente al reflexionar sobre esta d"r..ho en la tradición escolástica de Tomás de Aquino, un dios
transición sería una subvaloración, pero analizar esa consisten- cle "revelación", un dios del "derecho divino, un dios que está
cia ahora- se aparta de mi planteamiento. Tal como lo más a7lá de nosotros, de alguna manera discernible como una
-por
explica Schmitt, los acólitos dei nuevo orden no ofrecen bases unidad" Í991,p.164).
coherentes para el mismo; de hecho, é1 alimentará esta deficiencia Este es ,r, dio, comparable con varios monoteísmos, donde
mostranclo cómo el nuevo orden subsiste solamente sobre lo que encontramos un dios sin límites, irrepresentable, inefable; un
puede ser orden sagrado; algo literalmente: un nc¡mos dela'tierra. dios en cuya presencia solo puede haber una disolución de 1o
Este nomos implica dos consecuencias maravillosas: una es existente dio, de milagros, graciay de naturaleza irascible.
la combinación del "ofden concreto" con "orientaciones,, que -.rn
van más allá de cualquier orden dado o contenido. La otra conse_ VerSchrr.ritt(2001,pp.6970,82-8]'121'121'135).Paraunejcrrrplonotoriode
"relevancia
cuencia maravillosa es la habilidad de este nomos para brindarnos inconsistencia. ,". in .ef".en.ia a D'Ors en 1 1'{. Iln referencia a la
t''er Meier (1998' pp'
una base singular, una base del mundo, generado en la imperial Úascenclental" de la orden "europea" cle 1e¡r internacional,
121 125).La secularidad clel propio Schmitt es una cualidad cuestionada' y con
"apropiación de tierra del nuevo mundo" en América: una base certeza: aclemás de relegar a los teólogos, Schr¡itt se describió a sí mismo
,Lrsta
co*o r, "teólogo dc las ciencias iurídicas" (ver Kervégan' 1999' pp 70 71)'
sí que
Volviendo uh,,rn a 1o línca dc argumentación usada en el texto' Schmitt
r6 \¡cr D'C)rs (19:16, pp. llr. 121-125, 132); pagden p*r"nt.i .unt.,nclentementc la p.,lítia, y susformas como una tcología
), Lau.rence (1991, pp xiii -od"tt-'n
xiv); Collins (1998, p. 525). secular (r'er Schmitt, 1985, p. 16; Schmitt, 1996,p 12)'

168 161)
En el otro lado de la división de las deidades existe un dios que es Poclemos comenzar a extraer las consecuencias de este inte-
más compatible con el escolasdcismo de Vitoria. Este es un dios
rés que 1a deidad ostenta por aquello que es causa
de un derecho
omnipresente y determinado, el dios del orden perfecto, el dios contribuyó al desa-
.o-p."nriuo, al evocar "l ."..,"tdo de lo que
de la constancia, preso en 'sus' propias leyes, por 'nafuralezd,
rrolt de ese interés. Por supuesto, la más notable contribución
y al que Malebranche le vetó "enrorpecer la simplicidad de sus
lahizola teología católica, la cual es también una teología que
formas" (Riley, 1986, p. 40). en dos direcciones decisivas: en una' el uso de
," .o-pl"-ená
Este derecho natural autosuficiente fue proyectado retros- la teología escolástica en el trabajo de Vitoria fue una
respuesta
pectivamente hacia la voluntad divina, relacionando la deidad
y ,rru uáup,ación al emergente humanismo que se consolidaba
y la voluntad divina con el derecho natural. Y así Vitoria (1960) que ser
!n Europa.le En la otra dirección, el catolicismo tiene
"pensaría que dios no podría haber hecho el fuego, el cual es ca- la racionalización
,rirto .oÁo algo que se va formando mediante
liente por naturaleza, ni el frío, que no es cálido por naturaleza, que ser la
legal y l.guáo burocrático que le significaba el tener
ni la nieve, que no es negra; ni la tierra, niTaluz;ni podría dios "1
,"ligiár-, ofi.lul del imperio romano' Después, ese mismo
catoli-
destruir o cambiar en general la propensión natural de las cosas" cismo también se formaría más adelante con la reforma legalista
(p. 1099). En los términos tomísticos más elevados de Vitoria
gr;gorirnu cle la iglesia en e1 siglo XI, una reforma descrita cn el
(1991), este dios era una fuente de derecho, de derecho natural: de Berman sobre el origen de "la tradición
"las reglas de derecho están en dios como en las cosas en las cua- "r,r¿io -on.,rrl"n,ul
jurídica cle Occidente" (Berman, 1983, pp' 106, 111)'20
les este regulara" (p. 163).
Nos permitimos ahora contrastar las anteriores contribucio-
Esto, sin embargo, de¡ó al derecho natural terrenal como un nes con el claro recuento <1e Stein, para así llegar al
núcleo del
derivado de un trascendental "derecho divino"; pero el acceso o y los diferentes significados que
asunto, esto es, al ius gentium a
vínculo con ese derecho divino no fue necesario paralaintegri- su contenido Puecle acarrear:
dad del derecho natural o la habilidadparaconocerlo (p. 161).
Este puede ser conocido por medio delanzónhumana, impues- que
Vitoria a6rmó que el ius gentium de ios textos romanos'
se-
ta sobre Tanaturaleza Se trata de una facultad que poseen todas ser
gún él era el clerecho compartido por todas las gentes' debería
las personas, incluso aquellos que no son cristianos (pp. 155,
entendido también como el ius gentes' es decir' un conjunto de
16,1). Claramente, un determinado derecho natural puede existir derecho
normas que regulan las relaciones entre los pueblos' Este
sin divina revelación, y hasta puede existir incluso sin necesitar no se basaba en una creencia religiosa común sino en la naturaleza
una divinidad corporal.lE Debido a esto, Vitoria resulta r.r un <1el género humano. Pues el ius gentium
se define' cn sus Institutas
supuesto humanista, un teórico político, y hasta un incipiente 1.2 1], como lo que la razón natural ha establecido
entre
[Institutas
científico social. todos los pueblos' (Stein, 1999, pp'94-95)21

rt Irdu,ards (1981, p¡r 80 81); Pagclen (1982, p¡r 62 6)). Esto puecle a veces ha-
ccr parecer a Dios, cuando se le incluye cn el marco, como sorprendentemente
tü/ikipeclia (s f
afable en cr.lanto a las divergentes costumbres de los humanos. La poligamia, Para un¿r versión abrevíada' ver )

porejen.r¡rlo,puedeseracomodada(pp. 171 172).casiincludablcmente,dadasu 2t)


Esto cs, obviamcnte, usando una visión general' Un¿
versiíln nlás refinada tendría
presencia en el Antiguo Testamento. Todo esto no niega cl hecho dc que Aquino la rcsistencia de Vitoria a las declaraciones de univers¿liclad
q.," a
reconocería que existe cierto misterio al respecto, en caso de que no haya sido "ri",-r.1".."
del papaclo.
rcsuelto por e1 escolasticismo quc lo conticne.
Vtr trmlrirn Vir,'ria r l')ql. I) 278)'

tlo t7r
y áreas sin
Elius gentium era,sinembargo, más solícito y cambiante que la clivisión de la tierra en áreas de legalidad cristiana
ley,listas para serlibremente adquiridas
(pp'259-261)' En contra
esto. Visto de una manera más indulgente, hubo otros aspectos
dá esa división del mundo, y de la desaforada conquista española'
contradictorios del ius gentium que tuvieron que ser olvidados
para que este asumiera su carácrer de integrador universal. Uno Vitoria desarrollaría el omnipresenle ius gentium'
La distínción entre esas dos escenas conquista española
de esos aspectos fue el simple hecho de asumir que el ius gentium
por el ius
-la
gentium- la podemos
podría extenderse a "todos los pueblos" del orbe, aun cuando su desaforada y aquella regulada
inicialmente usando la distinción que hace Todorov entre
contenido no constituía una resolución nominalista que se deriva- trazar
ra de las leyes de pueblos diferentes. Al conrrario , el ius gerutium sacrificio y masacre.
Pnm Todorov, la masacre ocurre más allá del marco del
ritual'
era una adaptación de un derecho romano interesado por lo que
"la masacfe no es estfucturada, no se
ocurría en su exterior.22 A diferencia del sacrificio,
somete a ningún método ni a ninguna ley establecida"'
Todorov
Sin dejar de estar relacionado con 1o anterior, algo del más
"sociedades
antiguo significado del ius gerutium, entendido como el derecho utllizaaldistinción para clasificar las sociédades en
de
que regía las relaciones de los romanos con los extranjeros, quedó de sacrificio" y "sociedades de masacre"' E'n las socíedades
distinta a la
plasmado enunius gentium entendido como el "derecho común sacrificio. la víctima no es ni idéntica ni totalmente
formas y normas
de los pueblos civilizados".2l socieclad, el sacrificio ocurre mediante el uso de
(que deben evidenciar) el poder del "te-
Estos mismos contenidos contradictorios del ius gentium se- cle control, evidenciando
jído social,,. Las sociedades de masacre son totalmente distíntas:
ún analizados en la próxima parte de este artículo, en donde i'"n o
reflexionaré sobre el imperatiuct imperial. En esta reflexión, los la víctima es remota y distinta [" '] identificada más
"lla, y la
aspectos contrarios delius gentium serán----tncierto sentido- re- menos con un animal, no hay ritual alguno en su desarrollo'
masacre demuestra la debilidad del mismo teiido social"'
conciliados. Esa reconciliación conceptual me permitirá explicar
Para Toclorov (1984), la E'spaña imperial encajaba
dentro de
la correspondencia entre el derecho que venía del dios controlado
este tipo de sociedad; aquella que a pesar de ser
observada aquí
de Vitoria y el derecho del Occidente imperial.
de la conquirta, uú., constituía un símbolo del
"adveni-
1,
Er n¡penATrvo IMPERTAL
"r, ".u
miento de los tiempos modernos" (pp' l$ 144)'
El intento de Vitoria de elaborar uÍi ius gentium altamente
incluyente de todos los pueblos puede interpretarse' retrospecti-
Aunque no tengamos la certeza de que Vtoria (199I) haya sido
un humanista, la vehemencia con la que se opuso al "saqueo y uu-ár", como un esfuerzo para fortalecer una sociedad de sacri-
ha sido
carnicería" (pp.)31,3T) delos invasores españoles más resuel- ficio que estaba en su o.u,o' Este esfuerzo, sin embargo'
las orien-
tos y genocidas de la conquista nos permite afirmar que por lo amináraclo por la intrincada asociación que sugieren
modernistas de su pensamiento
menos sí era compasivo. taciones mái humanistas y más
Con la misma vehemencia, Vitoria se opuso también a la divi- con una sociedad de masacre'24
sión del mundo, incluyendo aquella división papal que establecía

2{ para Vitoria (ls')l)' no me


IJn su interpretación cristiana, sin embargo, era posible alguna modificación La terminología del sacrificio no estaba disponible
marginal (Ilonoré, s.f., pp. 171-172). sacrilicio usados por los bárbaros (pp'
;, ;;; art,,,¡-.ición a algunos tipos cle

Ver Lllmen (199(r, p. 10, nota 6);Nys (1917, p. 56). 212 226).

t])
112
El segundo derecho origina un supuesto
"título" que despierta
Para comenzar con el lado de los ángeles, no obstante, hay
que resaltar que Vitoria (1991) recurrió a Tomás de Aquino pa- <lesconfi"anza ,l.r.cho a ganat adeptos por medio del prose-
-el
litismo: los "cristianos tienen el derecho a predicar
y a anunciar
ra afirmar que "los indios" eran seres humanos y que debido a
bárbaros", incluso en contra de
tal condición tenían uso de razón,tenían dominium;es deciq un el evangelio en las tierras de los
anunció
la volurrtad <le estos últimos (pp'284 285)' Tal como 1o
manejo de la propiedad y de la ley, tanto "pública como privada"
embriona-
ello era evidenciado al observar que vivían en comuni- Vitoria inicialmente, esos títulos deberían considerarse
-todo
dades, tenían familias, gobierno jerárquico, instituciones legales rios. Ellos necesitan ser perfeccionaclos en las guerras de la con-

las ,,-,br"..r"nt"s adquisiciones territoriales y no en la


y algo parecido a la religión (pp.2)9,250-251). Siguiendo bajo qr.lirtu y en
,..u1.it.r.rt. batbaríe que resistiera 1a aserción de esos derechos
el mismo lineamiento, el del doctor angelical, Vitoria halló que
tal dominium se encontraba totalmente arraigado en la naturale- t pp. 282-28). 285 -286).
por par-
zahumana, y no era establecido en virtud de la "gracia" (p. 18). Así se "Tegalizaba" la comisión de cualquier atrocidad
en la conquista, pudierido ellos "hacer todo 1o
Por supuesto, el resultado de tales afirmaciones fue desautori- t" d" 1o,
"rpu"ñol",
zar muchas de las bases argumentativas y tempora- necesario puru ulrun ur sus fines bélicos" ' En ese contexto' sería
les- -espirituales
que dieron pie a la "conquista de América" y qr. negaban posíble implementar algunas refinadas restricciones ocasionadas
y saqueos' obstru-
el dominiwm del cual hablaba Vitoria. io, tu gr.r., cuando esta, "con sus masacres (p 286) '
A pesar de que esto ayudaba a rcchazar Tamanifiesta adquisi- i".u lu-.otu"rsión de los bárbaros en vez de impulsarl a" '
manera, a fin de cuentas, las objeciones de Vitoria
a los
ción monárquica de territorio o la generosidad papal en asignar D"
"rru ser mucho más ate-
las tierras de otros, aún quedaban paru Vitoria y para el ius gen- excesos acaecidos en la conquista resultaban
tium ciertos modos de adquirir "justo título";en otras palabras, nuados de lo que Pudiéramos Pensar:
modos de hacer que la apropiación fuera legítima. Los términos
necesarias
en los cuales Vitoria se refería a esos modos de adquisición de No tengo la mínima duda que lahterzay las armas eran
en esas tierras; mi te-
justo título no son exactamente propicios para algunos, pues el para que los españoles pudieran continuar
puede
mor, sin embargo, es que ese uso de la fietzay de
las armas
objeto de estos títulos era identificar "los títulos mediante los
permisibles barreras de la iusticia y de la reli-
cuales los bárbaros podrían haber sido convertidos a las reglas haber vulnerado las
cristianas", de estos; existían siete o quizás ocho" (p. 252).Es a gión. (p.286)
los dos primeros títulos a los que Vitoria les otorga mayor consi-
deración. El primero es un derecho generalmente descrito como Los otros arÉlumentos son confusos y por lo general menos
especial con-
la facultad de "comerci alizar" , "viajar" "y vivir en los países de exagerados. Sin embargo, existe uno que merece
parte de una cláusula áeL ius
los bárbaros " , aunque la variante del libre comercio aquí, liberum -gentium, Este argumento sería
sideración.
cc.¡mmercium, se extiende más allá del simple comercio, pues im- q.," brr.ubu la eliminación de las prácticas bárbaras'
plica generalmente interacción y comunicación (pp. 278-290). irtubl".iriormas de protección para los conversos y bárbaros
de la "firaníay
Existe una racionalidad de carácter constituyente para lo an- en contra cle esas mismas prácticas, y los defendía
terioq pues el ius gentium, para poder convertirse en un singular laopresión"-unatisbooversiónembrionariadeintervención
y extensivo ius, tenía que tener un alcance total entre todas las humanitaria (pp. 225 -221, 287 -288, ) 41 )'
D" rrreuo lu guerra como mecanismo justificado
personas. -entendída para el perfec-
de apropiación y conquista- constituía el motivo

175
U4
una
cionamiento e inclusión de la cláusula. Así como 1o indicaban las Lo que, finalmente, fue ligado aquí fue la plenítud -de
e"l"'iuid'd de una ¡rostura ala hora de
causas que "justificaban esa guerra", en el ius gentium los bár- .r;;".;;"sib1e con la
posibilidad histórica
baros no eran solamente considerados como seres iguales a los ,leterminai su existencia. De esta manera,la
e incluyente fue relegada'
otros, sino que también eran seres distintos. de tn ius gentium omnicomprensivo
y el propio ius gentium
Distintos, descritos con términos que incluso carecían de ori- olvi<lada. Así es como el derecho natural
prerrogativas
ginalidad. Los bárbaros fueron equiparados a los locos, a los ," ,rurfo.-un en los pilares de un subterfugio con
pnr" fot-u d" un ser unificado y universal qlt ".t'
niños, a los caníbales; se les llamó pervertidos sexualmente y
""^ "rirt"ncia,
determinado o determinable; un subterfugio
culinariamente exagerados, hasta el punto de ser incapaces de ii-ir-" tiempo,
hacer referencia alguna
subordinarse al uso de una reformadora raz6n (pp.250-290).25 con prerrogativas que puede subsistir sin
En suma, tal como lo afrrmaAnghie ¡999),el indio retratado ur:nu d"idud que lo trascienda'
de la España im-
en las conferencias de Vtoria era "esquizofrénico", articulado en Este logro universal, al refleiar las exigencias
una igualdad establecida por una humanidad universal que se p"á, unriipa, tal como Todorov 1o indicaría' la modernidad y
distanciaba de él y lo consideraba distinto (p. 96). Entonces, no il imperialismo moderno (Nys, 1917, p' 64)'
propuestos por To-
debe sorprendernos que la "relación" entre los "pueblos" que ú este sentido, los dos tipos de sociedad
y sociedades de sacrificio- pue-
elaboró el ius gentium no incluyera una reciprocidad respetuosa do-u d" -a"t"
entre los cristianos y los bárbaros. á.n..,-ro.iedades
identificaclasno solamente como dos entidades distintas
fusionan' El ahora todo
Dado el anterior escenario, el comentario de Schmitt acerca ,lrro tu-bi¿n como dos entidades que se
de la fuerza de las "convicciones cristianas" de Vitoria se torna 'universal' del mundo no admite nada que se aparte
irr.lry"r-r,"
tan importante como obvio: á" ii, ínevitablemente, el emplazamiento o instanciación
^*0"e,
r;nlu"rsal se desarrolle mediante la alteridad
y la exclusión'
á"
"r" íncluido de 1o universal encuentra su antítesis
en 1o que
Nunca se le ocurrió
monje español que los no creyentes deberían
a1 i;;.;t
tener los mismos derechos de propaganda e intervención para su es excluido.
plenitud de 1o uni
idolatría y falacias religiosas, de los cuales gozaban los cristianos Al convertirse en lo otro, algo aparte de la
aparte' quedando
españoles para sus misiones. (Schmitt, 1985, p. lB)26 u"rrri, .".luido solo putd" "'i'ti' totalmente
"l universal' siendo desplaza-
así sin ningún sitio en tlna humanidad
al lado destinado para la masacre'
Esto' sin
No difícil discernir qué perspectiva es adoptada por
es muy do irremJiablemente
aquellos autores que se refieren al "descubrimiento" de Améri- embar[lo, no se trata exclusivamente de confirmar una símilitud
ca como el acontecimiento más importante en la historia de la con las sociedades de masacre'
todo y ex-
humanidadt un acontecimiento "en el cual el mundo entero fue Lo universal como universal tiene que incluírlo
en su afirmación
integrado denro del rango de las actividades políticas del hom- tenderse a 1o que es completamente excluido
exclusión e inclusión
bre" (Nys, 1917 , p. 64). finita. Operativamente, la conjunción de
que acontece en secreto' sin
es un sacrificio constante, olvidado'
2t se inserta en la relega-
Ver también Pagden (1993, pp. 86-91, 100-101). declaración alguna. Un tipo de existencia
26 Y ver Pagden (1993), quien cita a Las Casas: "Dios no ha dado a ningún hom- ción sacrificiai cle otro ot'o que es ofrecido' sin embargo'
-L'" Al igual que cualquier
bre, ya sea vir.o o rrLlerto (y esto sólo a través de Su alteza y por ningún mérito
para padecer como una víctima sacrificial'
propio) tanta experiencia y entendimicnto de 1os hechos y la Ley natural, divina ',',,ru que ser capaz de estar relacio-
y humana, como vo sobre las cosas cle estos Indios" (p. 74). rri.tirru sacrificial, esta tiene

111
176
y
nada con quien ofrece el sacrificio y al mismo tiempo apartarse Llevar el universal hacia una particularidad determinante
pacífrca-
de este: "ni totalmente igual ni totalmente distinto", volviendo a determinada nunca pue<1e ser, entonces, algo lograclo
continua-
Todorov (Nys, 1917, p. 64). mente. La particularidad de esa "instanciación" será
la posición de
Recurriendo a Todorov una vez más, este sacrificio por o para mente objeio de disipación. Como consecuencia'
sostenida, y pata
el universal finito no puede reflejar "el poder del tejido social"; no la instanciación tiene que ser constantemente
responsiu'd" que se
puede brindarnos ese punto palpable o simbólico del tejido social este apoyo <lebe haber alguna "consideraci 6n
de lo universal'
que constituye el sacrificio declarado o reconocido. Todo esto, derive de una orientación haciay desde adentro
que fusionarse con el
de nuevo usando los términos de Todorov, "revela" lo que ahora Esa responsiuid.ad., en su momento, tiene
es la "debilidad del tejido social" (Nys, t9I7 , p. G4).Eltejido es traer ese caos de posibilidad hacia el orden'
es lo-
deshecho entre los extremos de la exclusión y de la inclusión; sus Una forma erla que esta sagrada o divina combinación
rudimentos pueden extraerse de la afamada descripción de Said incipiente derecho de Vitoria:
gracla la encontramos al regresar al
en su obra Orientalismo, cuando afirma que Occidente ha sido d.r".ho de y contra el imperíalismo'
construido circularmente; ha sido construido basado en una re- "l
ferencia oposicional hacia un Oriente al cual también construye IupEru,tltsMo LEGAL
(Said, 1985). Esa circularidad nos sirve de testimonio no ranro
la paternidad del
para criticar a Said, sino para notar la arrogación de un poder que Podemos regresar ahora a la cuestión de por qué
alguna manefa,
se extiende continuamente y que caracterizala construcción on- derecho internacional atribuida a Grocio es, de
tológica de Occidente, de una manera que Ie permite subordinar más legítíma que la que se le atribuye a Vitoria'
por completo al oüo. Como resultado, el tejido queda roto. De un Rr*ilirdo por cierto olvido constructivo' el derecho ínterna-
derecho origi-
lado están los estandartes de 1o universal, aquellos cuyas acciones cional de Gro.io fue, como lo vimos, un tipo de
que conservaron su inde-
llevan el sello de una inmanencia, de una plenitud envuelta en naclo por Estados-nación autónomos,
del comercio
sí misma, aquellos cuyas acciones no se ven afectadas por lo que pen.lencia completamente' Genealogías concisas
moderno que
causan. Del otro lado están aquellos sobre quíenes las acciones asociarían a Grocio con el derecho internacional
de los anteriores recaen, los portadores de la ambivalencia que \X/esdalia de 1648, a pesar de que esta vino
emergió dela paz de
guerra
existe en la idenddad occidental, los excluidos a quienes se les d"rp.,e, d. rri escritos' Lafrnalización de la devastadora
llama a ser 1o mismo, a pesar de ser repudiados por ser disdntos, de ios l0 años en Europa acentuó la separacíón
y la soberana
principados' op-o-
sacrificados perpetuamente para alcanzar 1o que les es nÉgado cualidad cle los Estados-nación europeos y los
todo'
intrínsecamente. níéndose a una autoridad religiosa que buscaba abarcarlo
su plenitud es-
El emplazamiento de lo universal queda entonces sin resolver La independencia delímitada del Estado-nación'
en las
y sin materializarse;vuelve al mismo sitio donde empezó su mo- tableciáa en vacío de manera autónoma, se convirtieron
vimiento. Aunque este universal es completo en "sí mismo" y no bases para ser parte de la sociedad de las naciones'
se le puede conceder un "contenido positivo duradero" por un A i"ru, dela atribución de paternidad del derecho interna-
pare-
trascendente más allá. Ni puede este contenido formarse percep- .iorul qr. se le hace a Grocio, las calificaciones de Vitoria
Sus es-
tivamente dentro de este universal, porque al intentar alcanzar el cerían consi<lerables para esa particular cafegorizacíón'
(1991'pp' l-44) y."C)n
universal desde adentro, dentro de sí, nunca puede articularlo o critos, especialmente "On Civil Power"
se acomodaron
nunca es capaz de concebido. the Law of \X/ar" ( 1 99 1, pp. 2% -327 ), fácilmente

L)
178 1l
solo
alos ya formados, o en proceso de formación, Estados soberanos muestra Davidson cuando afrrmaque entidades diferentes
de Europa, que estaban, en varias formas, subordinando el poder pueden distinguirse y relacionarse
espiritual del papado y del Santo Imperio Romano a sus rempo-
rales reclamaciones sobre el poder y la autoridad. Al definir un [...] cuando existeun sistema común, coor<linado' que permita de-
Estado de este tipo, Vitoria pensó en "una comunidad perfecta" de un sistema
marcarlas y rleterminarlas; no obstante, la existencia
y ofreció la siguiente "aclaración" sobre esa comunidad: común es precisamente 1o que cncubre una drástica imposibilidad
para establecer comparaciones' (Daviclson, 1985' p' 130)
¿Qué es una comunidad perfecta? Permítanme anotar que una cosa
que: si
perfecta es aquella a la que nada le hace falta; de la misma manera, Si invertimos la rayectoria del argumento tenemos
una cosa imperfecta es aqueila a la que algo le falta. Perfecto signi- diferentes, determinadas y completas en sí mismas
entidades
común'
fica, entonces, "completo en sí mismo" (quod totum est, perfectum han de estar la una con la otra compartiendo un espacio
posible es que estas en-
quid). Una comunidad perfecta es entonces una que es completa entonces, la única característica común
en sí misma; es decir, uná que no hace parte de otro Estado, sino tidades sean iguales.
que tiene sus propios derechos, su política independiente, y sus El paradójico precio de que sean diferentes' y reconocida-
de cierto
magistrados. (p. 101) mente distintas las unas de las otras, es la existencia
ser en cc.¡mún que habita y delimita las entidades
"en" su propia
La versión de Grocio no fue mejor que la presentada por Vi- particularidad.
toria. Y, como 1o vimos, Vitoria presentó el ius gentium también Lo anterior explica que las invocaciones a la comunidad in-
nacio-
como un ius inter gefites, es decir, el derecho que regulaba las ternacional, a la comunidad de las naciones, al comité de
relaciones entre pueblos o naciones. Tal derecho reconocía las nes, o a lo que alguna vez fue la concertación de
naciones' hayan
sociedades de los indios tenuemente. Más aún, Vitoria p.rd.,rudo loi dir.,rrsos del derecho internacional'
-aunque "r,
rechazó reclamaciones sobre "las Indias" fundamentándose en La apreciación que se torna primordial para mi argumento
argumentos distintos a los provenientes del ius gentium. en este punto es que esta comunidad, entendida como
un conti-
En su conjunto, Vitoria pareciera ser una "perfecta" antici- nuo ,rr)ror,no constituye algo que pueda ser contenido dentro
pación del esquema de Grocio. El problema, el problema fruc- ,l. ring.rnu'-anifestación existente de tal comunidad' la cual es
úfero con Vitoria, es incluir elementos que son necesarios para inrupo:rcle soportar algún tipo de inmovilización duradera'ya
el esquema y mismo tiempo- necesariamente olvidados, al qr..,", pu.u .orr,i.tru, eiistiendo como tal, tiene
que extenderse
-ai
ser presentados en los términos derivados de Grocio. de su presente existencia'
receptivamente una y otr avez,másallá
Estos términos favorecen la plenitud del Estado-nación, y reci- manifestación o definición.
que la con-
ben su actual contenido existencial y su fueruagracias al derecho Esto no implica negar que sea necesario entender
internacional emanado de la autonomía de cada Estado-nación. <lición de ser-con", .r,r.ial ri t al serhade cobrar vida'
El derecho
La dificultad inmediata y obvia que ral esquema presenra, o simplemente el derecho, guarda relación con es-
internacional,
como Bauman lo indica, es que "en uÍr mundo total y exhausti- tas dimensiones ontológicas.
vamente dividido en dominios nacionales, no quedaba espacio Existirá *o-.nto dado un organismo de derecho in-
alguno para el internacionalismo" (Bauman, 1989, p. 5l). Sin "rr.,,
que se do¡aráa sí mismo con una dimensión abierta
ternacional
embargo, se trataba de un espacio imprescindible, como 1o de- permitirá dar existencia a 1o que está más allá
y responsiu(t,qr" 1"

180 181
recho <lebe ser completamente responsiuo a la
ilimitable incerti-
de sí mismo. Esta acción de responder a lo que está fuera de los
confines positivos del derecho internacional incluye reconocer ,lr*b."
-- imprevisiÉilidad que lo confronta, y que nos confronta'
"
que aquello que viene desde afuera representa tanto una exigencia io q.," distingue el clerecho moderno explícitamente es la per-
determi-
como una posibilidad. En este proceso, el derecho toma parre en ,irtencü de la <livisión entre su dimensión contenida o
referencia
la comunidad cuando repetidamente da lugar en sí mismo a las ,ruJ, y ru incontenible re spon s iuidad' La trascendente
dimensiones de Ia deidad y de lo sagrado, a las cuales me referí poru..rolu"r plena o aparentemente esta división es inexistente'
anteriormente. Sin embargo, como lo veremos en seguida, esto il.ro "r,u. d"-ur.udá, los extremos de la clivisión' y por ende
debe' de algu-
ocurre en formas ambivalentes,2T no ,.. compatibles el uno con el otro, el derecho
los
Por más difíciles e intrincadas que sean las dimensiones del ,-rn -rr"ru,.ombinarse entre los dos extremos de la división'
derecho y la comunidad, es allí donde el persuasivo ius gentium cuales deben estar seParados'
de Vitoria encuentra cabida. Pero este ius quese extiende a todos Elcarácter"incontenible"deladimensiónresponsiuadelde-
e indepen-
los pueblos solo es alcanzado a la perfección por unos pocos: las recho se convierte en el elemento más clependiente
diente de todas las cosas. Es así independiente cle
cualquier conte-
naciones cristianas y civilizadas. Aun cuando es inevitable esta-
blecer límites una vez se adquiere conciencia de lo que ocurre nido dado o perdurable que se aparte de su oropia determinación'
Así, en la vacuidad que corre a través de su caráctet
respon-
con e7 i u s ge n t i u m, elimperativo imperial interviene cuando este
siuo, altener siempr" qr. ,.' capaz áe ser otro distinto
a 1o que
selecto grupo, es decir, las naciones cristianas y civilizadas, se ad-
judica a sí mismo un poder temporal para establecer los términos es determinadu-.r-rt", contenido clel derecho moderno se de-
"l suscepdble
'universales' en los cuales lo que todavía está por ser revelado y termina por 1o que está aparte de este' Así se vuelve
q,-r. r., .or-tr"rri,lo emane de un poder predominante' Aunque
1o que está aún por ocurrir será reconocido o se hará realidad. J"
Esto puede ser logrado según los términos del ius gentium, .ipoi"., en caso de llegar a tener persistencia organizacional'
pues, como 1o vimos, el ius gentium seguiría vivo incluso si la di- á.p"rd.ra del clerecho, áe "su" derecho, convertido en el único
garan-
vinidad dejara de existir. El derecho, un derecho que antes fuera -".iio que continuamente y susceptiblemente es capaz de
identificado con una deidad imposible de ser confinada, "incon- tizar su existencia.
En el esquema de Vitoria, la nación era el poder
prototípico'
tenible", se convierte ahora en un objeto de adquisición terrenal:
solitario proceso de auto-
en algo que debe ser contenido, delimitado dentro de los domi- Esta nación no se encontraba sola en su
constituida
nios nacionales e imperiales. Así es como nos encontrames con constitución, sino que estaba ligada a una comunidad
ese positivismo jurídico, extrañamente suicida, mediante el cual po. po.iu, relaciones entre las naciones' dentro de la
"t "rpu.io, un impe-
el derecho asume una autonomía gracias a su sometimiento a un ..rul lu concentración de poder predominante formó
imperio o a la autoridad soberana. Sin embargo, esta dimensión rialismo nacional.
se forma-
sagrada o deífica del derecho continúa siendo "incontenib1e,,, Inmediatamente clespués este imperialismo nacional
ría de dos maneras qr" r" superponen: en la
primera' el imperia-
como si el derecho estuviera destinado a perdurar como un orien-
la concentración de poderes
tador normativo y determinador de nuestra existen6i¿ 6e¡ lismo se forma teniendo como base
como es
cada uno de los otros". Entonces, para poder "persistir", -"sg¡el de- de las 'naciones lícleres' de la comuniclad internacional'
legalizada"
el caso de 'los grandes poderes', con su "hegemonía

Pzrta 1a conjunción (rnodcrna) dc la ley con los clioses o Io sagrado, ver Rousseau
(1 968, p. 50) y Kant( I 997, pp. 9;-96).

181
t82
y sus extensiones organizacionales
en términos ,globales,.2s fs ¡% q, i s h Ori gi n of ln t ern at i o n a I Lau¡ : F ra n -
acuerdo con_la segunda manera, Brown Scott, I. 7' h e Sp an
urnqr. presuntamente es la cisco cle Vitoria an¿l His Laut of Nations. London: Clarendon
Press.
nación singular Ia que le ororga
,o_br" al imperialis_;; Canetti, E. (197S). Auto da Fá' London: Pan Books'
"l como
cuestión, este termina por f.,n.io.rar
referencia para los diversos ripos
un punto central de collins, R. (1g9S). 'f he socioktgt rtf Philosophies: A Global Theory of
d. p;;; exisrentes más allá de Intellectual Change. Boston: The Belknap Press of Harvard Uni-
su enrorno. El imperialismo
español es Ia ejemplificación
segundo caso (Kamen d. ;; versity Press.
,200j).
La ¡elación enre el derecho y D'Ors, Álua.o (1.946). "Francisco de Vitoria, Intellectual"' Reuista de
el imperialismo moderno resulta
ser endémicamenre compleja. laLlniuet'sidad de Ouiedr:¡' Vil (XLI y XLII)'
Aunqr..ri" ¡lri_o r.;;;;ü;; Dahrendorf, R. (1969). "On the Origin of Inequality among Men"'
un derecho de caráoer áep.r.,di.nt.,
i_p".iutismo depende En Béteille, A' (Ed.). Social lnequalitv'Lonáon: Penguin Books'
a su vez de este derecho, que
le permite"l p.olo.rgu, ," ."lri.r.l, ! En
organizacional. En orras palabras, Davidson, D. (1985). "On theVeryldea of a Conceptual Scheme"'
el imperialismá a.o*a. j" \ü/est, C (Eds. )' P o x -An aly t ic P h i lo s op h y' N exv
John Rai chman, J. y
derecho que no pue<J. r"r r"dr.ii.
por, los térmi_ ", :

York: Columbia UniversitY Press'


nos de adherencia, siempre hete.ó.;";,", "i.li_lrado f

ha creado para.susrentar su propia


;e
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