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El Pastor
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Ebook133 pages1 hour

El Pastor

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About this ebook

Uno de los nombres más preciados de nuestro Señor Jesucristo es el Buen Pastor: Aquel que ama, que cuida y protege a Sus ovejas. En este libro alentador, el Dr. Bailey extrae de las Escrituras, y de sus muchos años de experiencia pastoral, y resalta muchas verdades preciosas, anécdotas y consejos prácticos para pastores y líderes en la Iglesia de Jesucristo.
LanguageEspañol
Release dateApr 24, 2023
ISBN9781596658493
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    El Pastor - Dr. Brian J. Bailey

    EL PASTOR

    por

    Dr. Brian J. Bailey

    Título original: The Pastor

    © 2009 Brian J. Bailey

    Versión 1.2 en inglés, revisada en 2015.

    Título en español:   El Pastor

    © 2010 Brian J. Bailey

    Versión 2.0 en español revisada en 2023

    Diseño de portada:

    © 2010 Zion Fellowship, Inc.

    Fotografía en la portada:

    © Imagen utilizada bajo autorización de istockphoto, Inc.

    Todos los derechos reservados.

    Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en

    manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico o mecánico, sin permiso por escrito del editor, excepto en el caso de citas breves en artículos o reseñas.

    A menos que se indique lo contrario, las citas son tomadas de la Santa Biblia,

    versión Reina-Valera © 1960, propiedad de las Sociedades Bíblicas Unidas.

    Traducción al castellano: Marian Belmonte, España.

    Edición: Carla Borges, Marlene Zacapa

    Publicado en formato e-book en 2023

    En los Estados Unidos de América.

    ISBN versión electrónica (E-book) 1-59665-849-5

    Para obtener más información comuníquese a:

    Zion Christian Publishers

    Un ministerio de Zion Fellowship, Inc

    P.O. Box 70

    Waverly, NY 14892

    Tel: (607) 565-2801

    Fax: (607) 565-3329

    www.zcpublishers.com

    www.zionfellowship.org

    RECONOCIMIENTOS

    Al equipo de traducción de Belmonte Traductores en España por su colaboración en la traducción de este libro al castellano.

    Equipo editorial: Carla Borges, Suzette Erb, Justin Kropf, Sarah Kropf, Raquel Pineda, Rev. David Wallis, y Suzanne Ying.

    Queremos dar las gracias a todos ellos porque sin sus muchas horas de ayuda inestimable, este libro no hubiera sido posible. Estamos verdaderamente agradecidos por su diligencia, creatividad y excelencia en la compilación de este libro para la gloria de Dios.

    INTRODUCCIÓN

    El oficio de pastor es uno de los ministerios clave de la Iglesia. La profesión que está más cerca en la vida secular a la del pastor es la de un pastor de ovejas. Están tan cerca la una de la otra que, en algunos idiomas, las palabras son sinónimas como en el caso del idioma español. Cada creyente nacido de nuevo debería estar bajo el cuidado de uno de los pastores fieles de Dios.

    Se le compara al creyente a una oveja, como dice el rey David en Salmos 95:7: "Porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano […]". Isaías declara que todos somos como ovejas que nos hemos descarriado (Is. 53:6). Por tanto, como un pastor cuida, guía y apacienta [alimenta] a las ovejas, también el pastor señalado por Dios debe cuidar, guiar y apacentar al pueblo de Dios.

    De hecho, el más grande de todos los reyes de Israel, el rey David, comenzó su vida como un joven que pastoreaba las ovejas, tal como lo vemos en el siguiente salmo: "Eligió a David su siervo, y lo tomó de las majadas de las ovejas; de tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo, y a Israel su heredad. Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia de sus manos" (Sal. 78:70-72).

    El rey David no solo fue pastor en su vida terrenal, sino que también será pastor del pueblo de Dios durante el Reino Milenial de Cristo, como leemos en Ezequiel 34:23-24: Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.

    Además, el líder más grande de todos, Moisés, pasó cuarenta años como pastor en el desierto. Esto ocurrió antes de convertirse en el pastor de Dios, guiando y cuidando de Israel a través de su peregrinaje por el desierto. El hecho de que Moisés fue ciertamente el pastor de Dios se ve en el siguiente versículo: Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde el que puso en medio de él su santo espíritu? (Is. 63:11).

    Las cualidades de un pastor sin duda alguna nos ayudarán a entender las cualidades necesarias para aquellos que son llamados a ser pastores de Dios. Es a aquellos que cuidan del rebaño en los pastos solitarios a los que primero observaremos para apreciar las dificultades a las que un pastor se tendrá que enfrentar cuando esté cuidando del rebaño de Dios. Con esto en mente, tomaremos muchas de nuestras enseñanzas e ilustraciones acerca de un pastor de [N. del E.: la vida de] un humilde pastor de ovejas.

    CAPÍTULO UNO – EL PASTOR ES UN PASTOR DE OVEJAS

    Quizá entenderemos mejor los rasgos de carácter necesarios para llegar a ser un buen pastor si examinamos cuidadosamente a aquellos a quienes debemos cuidar: las ovejas. Las ovejas son indefensas, y tienen una fuerte tendencia a descarriarse. Dependen totalmente de su pastor para cada aspecto de sus necesidades.

    Por tanto, hay tres virtudes predominantes que son esenciales para alguien que ha sido llamado a ser pastor de ovejas: paciencia, cuidado amoroso y tierno, también una vigilancia cautelosa. La paciencia se puede definir como soportar, en el sentido de que el pastor nunca debe perder la esperanza por una oveja, por muy gruñona que parezca. El cuidado amoroso y tierno es esencial, ya que las ovejas tienen una naturaleza muy sensible y se ofenden fácilmente. La vigilancia cautelosa es necesaria para protegerlas de los depredadores que pueden asechar el rebaño. También, el pastor debe ser muy valiente, con un coraje que nace del amor que le tiene a las ovejas, ya que él debe defenderlas físicamente de los leones y los osos, tal como lo hacía el rey David (1 S. 17:34-35).

    Quizá un pasaje que puede ayudarnos a entender las responsabilidades de un pastor de ovejas es el Salmo 23. Escrito por el rey David (que fue pastor de ovejas durante su infancia y juventud), este salmo arroja mucha perspectiva acerca de las necesidades de las ovejas y, por tanto, del carácter de alguien que es llamado a cuidar de ellas.

    Es importante recordar que este salmo se escribió para un pueblo nómada sencillo cuyo sustento provenía de la tierra. Este fue el caso de incontables generaciones antes que ellos, remontándose hasta el primer hombre, Adán, quien fue llamado a labrar la tierra en el huerto del Edén. Aunque carecían del conocimiento de nuestra generación, poseían algo de mayor importancia: sabiduría divina en su enfoque de la vida. El hecho de que fueran más rurales no significa que no entendieran los caminos de Dios. De hecho, estar tan cerca de la naturaleza, en cierto sentido, hasta puede que les equipase para entender y adquirir el conocimiento de Dios mejor que en nuestra época.

    En la actualidad, somos esencialmente una sociedad urbana en la que muchas de las verdades divinas narradas en la Biblia, relacionadas e ilustradas por la agricultura, tienen poco o ningún sentido. A menudo me ha sorprendido enterarme de que la gente que conozco que supuestamente tiene un alto nivel de educación ha cometido unos juicios tan catastróficos en su vida personal que cualquier niño habría sabido que eran erróneos. Esas personas habían adquirido conocimiento de las habilidades necesarias para su trabajo, pero no habían recibido o buscado sabiduría, que es la habilidad de llevar una vida de éxito. Por tanto, tuvieron tendencia a cometer serios errores de juicio que demostraron ser muy costosos para ellos.

    El pastor de ovejas, sin embargo, aunque no necesariamente con gran educación formal, tenía que desarrollar sabiduría (el arte de tomar las decisiones correctas) para cumplir su llamado de cuidar de las ovejas. Ahora, intentaremos explicar el Salmo 23, renglón por renglón, para obtener la verdadera esencia de las verdades que están tan abundantemente escondidas en él.

    El Señor es mi pastor (Sal. 23:1a): Esto hace referencia, por supuesto, a nuestro Señor Jesucristo mismo, Quien dijo que Él es el Buen Pastor (Jn. 10:11). Este pensamiento de ser un buen pastor quizá tenga una doble connotación. Significa un buen hombre que también tiene la capacidad de ser un buen pastor. Por lo tanto, un pastor debe ser alguien que destila la bondad del Señor y que tiene la capacidad (aprendida por su asociación estrecha con el Buen Pastor de nuestras almas) de saber cómo cuidar de las ovejas.

    La preocupación del pastor debe ser el bienestar de las ovejas, sobre las cuales el Señor le ha puesto como pastor. Nunca debemos olvidar que somos, en el mejor de los casos, pastores bajo sujeción, ya que las ovejas no son nuestras sino de Él. Somos como Raquel, que cuidaba las ovejas de su padre. Nosotros hemos de cuidar las ovejas de nuestro Padre Celestial, como dijo el Señor Jesús: "[…] De los que me diste, no perdí ninguno" (Jn. 18:9).

    Es importante para un pastor entender que cada oveja es diferente. Vemos este principio en el rubro de la pesca. No todos los peces son iguales. Algunos nadan muy cerca de la superficie

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