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GÉNEROS MUSICALES
Durante los últimos 1000 años, la música clásica ha sido compuesta en una variedad
de géneros que son por sí mismos dignos de investigación. Cualquiera que sea la
forma o descripción de cualquier pieza dada, usualmente cae dentro de una de estas cinco
categorías extensas: orquestal, cámara, instrumento solo, coral u ópera.
MÚSICA DE CÁMARA
La música de cámara es un género de la música académica, escrita para un pequeño grupo de
instrumentos, que tradicionalmente podían ser ubicados en una sala palaciega.
Hay dos detalles que permiten caracterizar cabalmente una obra de cámara: 1) cada músico toca
una parte diferente y 2) no hay director; los músicos deben estar ubicados de manera de poder
mirarse entre sí, para lograr la mejor coordinación. No se incluyen las obras para instrumentos solos
(eso deja de lado toda la literatura para piano solo y composiciones como las sonatas y partitas para
violín o las suites para violoncello, de Bach). La palabra cámara implica que la música puede ser
ejecutada en una habitación, con una atmósfera de intimidad. En italiano da camera significa „para la
habitación‟. Significa:
La orquesta de cámara (en inglés chamber orchestra) es una orquesta pequeña, y por lo tanto con
posibilidades de ejecutar música dentro de sala pequeña; no es meramente una orquesta de cuerda,
porque puede haber también instrumentos de viento.
Historia
El término se aplica a las interpretaciones instrumentales, por lo que los madrigales del periodo
renacentista del 1500 se pueden considerar como música de cámara.
La forma barroca más importante de este tipo es el trío sonata.
Estas obras se escribían generalmente para amateurs, y se suponía que no serían tocadas en
público. Muchos de los cuartetos de cuerdas de Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart, por
ejemplo, eran para ser ejecutadas como diversión y en privado, para un cuarteto de cuerdas del que
ellos mismos formaban parte.
Uno de los compositores responsables de llevar la música de cámara a la sala de conciertos fue
Beethoven. Inicialmente él también compuso música de cámara para principiantes, tales como el
Septeto de 1800, pero sus últimos cuartetos de cuerdas son obras muy complejas y dificilísimas para
los principiantes. Además, en esos trabajos Beethoven llegó al límite de la armonía aceptable en su
tiempo (1820 aprox.), y se los considera como sus obras más profundas.
A lo largo del S. XX, además de las agrupaciones tradicionales como el trio con piano o el cuarteto
de cuerda, los autores tienden a escribir para formaciones mixtas de vientos y cuerdas, como es el
caso del Concerto para clave y cinco instrumentos de Manuel de Falla o el Cuarteto para el fin del
tiempo de Olivier Messiaen, escrito para violín, violonchelo, clarinete y piano. También será corriente
la participación de instrumentos de percusión como en la Historia del Soldado de Igor Stravinski
escrita para violín, contrabajo, clarinete, fagot, corneta, trombón, un percusionista y recitador o la
Sonata para dos piano y percusión de Bela Bartok. Por otra parte se crean ensambles de grandes
dimensiones que deben ser dirigidos. El repertorio para estas agrupaciones es enorme, siendo las
dos sinfonías de cámara de Arnold Schönberg representativas del género. Entre las formaciones
más conocidas de este tipo de agrupaciones se puede citar a la London Sinfonietta al Ensamble
Intercontemporanio y al Ensamble Moderno. En este periodo el concepto de música de cámara varía
con respecto a sus orígenes. Se pierde totalmente el sentido cortesano y burgués de música
palaciega o para la reunión de aficionados, convirtiéndose en una música de difícil ejecución para
profesionales altamente cualificados. En múltiples ocasiones se recurre al director dada la dificultad
rítmica de las obras.
Ejecución
En la música de cámara, cada parte es ejecutada por un músico diferente; en la música orquestal,
por el contrario, existen grupos de músicos que ejecutan la misma parte (todos los primeros violines,
todos los segundos violines, así como las violas, los violoncellos y los contrabajos). Muchos grandes
solistas disfrutan al tocar música de cámara. Generalmente no existe un director visible, pero
siempre hay un músico que lidera el grupo y hacia el cual se dirigen las miradas de los demás; en el
caso del cuarteto de cuerdas es el primer violín. Aunque el repertorio no es adecuado para
principiantes, hay piezas que se encuentran dentro del rango de capacidades técnicas y artísticas de
los amateurs más preparados.
Ensambles
Voz, Clarinete Voz, clarinete, piano Der Hirt auf dem Felsen de Franz
y Piano Schubert, D965 y Schon lacht der
holde Frühling, KV 580 de Wolfgang
Amadeus Mozart
cuarteto con Violín, Viola, Violoncello, Aquí todo el espectro sonoro del
piano Piano piano está equilibrado por los tres
instrumentos de cuerda. Ejemplos:
los dos Cuartetos de Mozart, KV 478
y 493; los Cuartetos juveniles de
Beethoven; el Cuarteto de
Schumann, los Cuartetos de Brahms
cuarteto para Flauta, Oboe, Clarinete o Género muy popular, sobre todo
instrumento Fagot; Violín, Viola, entre fines del siglo XVIII y principios
de viento y Violoncello del XIX. Ejemplos de Mozart (4 para
trío de fl, 1 para Ob); de Devienne (para
cuerdas Fg); de Krommer (varios para Cl). El
cuarteto con Cl de Penderecki debe
ser considerado (según el propio
compositor) como un cuarteto de
cuerdas donde el 2º violín está
reemplazado por un clarinete
quinteto de Flauta, Clarinete, Oboe, Es una creación del siglo XIX, sobre
vientos Fagot, Corno todo de Antonín Reicha y de Franz
Danzi.
7 septeto Septeto para Clarinete, Corno, Fagot, Popularizado por el Septeto op. 20
Vientos y Violín, Viola, Violoncello, de Beethoven, con otros ejemplos
Cuerdas Contrabajo como Berwald, etc.
8 octeto Octeto para Clarinete, Corno, Fagot, Popularizado por el Octeto D. 803
Vientos y 2 Violines, Viola, de Schubert, inspirado por el
Cuerdas Violoncello, Cb Septeto de Beethoven.
MÚSICA ORQUESTAL
Los géneros más comunes dentro de la música orquestal pueden resumirse como sigue:
Sinfonía
Una sinfonía es una obra para orquesta, de ordinario dividida en cuatro movimientos, cada uno con
un tiempo y estructura diferente. La forma de la sinfonía ha variado con el tiempo, por ejemplo, las
contemporáneas de Arthur Honegger son de 3 movimientos.
El tamaño de la orquesta necesaria para interpretar una sinfonía, en general, ha crecido con el
tiempo: mientras una orquesta de cámara con un par de docenas de instrumentos es suficiente para
interpretar una sinfonía de Joseph Haydn, una de Gustav Mahler puede requerir varios centenares
de intérpretes.
La sinfonía probablemente alcanzó su madurez con Ludwig van Beethoven. Sus sinfonías solían
tener un primer movimiento Allegro de forma sonata, un movimiento lento (a veces en forma de tema
y variaciones), un movimiento con ritmo ternario (usualmente un scherzo, anteriormente lo común
era un minué y trío), para finalizar con otro movimiento rápido (rondó). (Existen sinfonías con un
último movimiento escrito como forma sonata).
A pesar de que hasta ese momento las sinfonías eran obras puramente orquestales, la última
sinfonía de Beethoven, su Novena Sinfonía concluye con un movimiento para orquesta, coro y
solistas. Gustav Mahler incluiría frecuentemente coros y solistas en sus sinfonías.
Sinfonistas destacados de todos los tiempos
Hay una larga lista de compositores que han abordado el género sinfónico. De entre ellos
destacan unos cuantos cuyo valor se caracteriza por ofrecer un ciclo sinfónico completo de alta
calidad, coherente con su línea vital y en el que, aunque puedan destacarse algunas sinfonías, todo
el ciclo es de elevada calidad. Los compositores que han frecuentado con más fortuna el género han
sido:
Franz Joseph Haydn: frecuentemente considerado como "el padre de la sinfonía", sus 104 sinfonías
compuestas entre 1757 y 1795 constituyen la mejor referencia para conocer la evolución de esta
forma musical, que tuvo su origen en la obertura italiana de ópera. Su interés no es sólo histórico:
esta impresionante serie, tomada en su conjunto, representa una cumbre de la producción musical
de Occidente. Aunque merezca la pena oír todo el ciclo completo, destacan grupos de sinfonías,
como las "Sturm und Drang" o las "sinfonías Londres".
Wolfgang Amadeus Mozart: compuso 41 sinfonías. En el caso de Mozart, las primeras 20 pueden
considerarse como obras juveniles y con escasa personalidad propia. Las más interesantes son las
21 últimas, siendo las más importantes: la 25, la 35, Haffner (1782), la 36, Linz (1783), la 38, Praga
(1786) y las tres últimas (la 39, en mi bemol, la 40, en sol menor y la 41, Júpiter) compuestas en
1788.
Ludwig van Beethoven: compuso nueve sinfonías. El ciclo completo es una obra maestra en sí,
aunque destacan la Sinfonía n.º 3 Heroica, la quinta sinfonía, la n.º 6 Sinfonía Pastoral, la séptima
sinfonía, la octava sinfonía, y la novena, la Sinfonía Coral. Las sinfonías de Beethoven son
probablemente las más hermosas y geniales obras musicales de la historia.
Franz Schubert: 9 sinfonías siendo las más célebres la n.º 8, denominada "Inconclusa" (o
"inacabada") por faltarle el tercero y cuarto movimientos, y la n.º 9, denominada "La grande".
Johannes Brahms: 4 sinfonías. Brahms fue continuador de la obra sinfónica de Beethoven (de hecho
su primera sinfonía recibió el apodo de "10ª de Beethoven". Todo el ciclo es de gran calidad,
destacando la 1ª y la 4ª.
Héctor Berlioz: 4 sinfonías. El compositor francés es un caso especial del sinfonísmo. Sus sinfonías,
majestuosas y revolucionarias, allanaron el terreno para la aparición de nuevos géneros más propios
del período romántico, influyendo en compositores como Mahler o Richard Strauss. La sinfonía
fantástica, la concertante Haroldo en Italia o la coral Romeo y Julieta son los más claros ejemplos.
Antonin Dvorak: 9 sinfonías. Frecuentemente eclipsadas por la 9ª (del nuevo mundo), el ciclo
sinfónico de Dvorak es una sorpresa de alta calidad y elevada inspiración melódica. Son
excepcionales la 6ª, 7ª y 8ª.
Gustav Mahler: 9 sinfonías y el Adagio de la inconclusa 'décima'. Mahler supone una ruptura con el
estilo sinfónico tradicional. A partir de él se da una gran crisis en la sinfonía, siendo pocos los autores
que destacan en este género (aunque años después se volvió al interés por el mismo). Las sinfonías
de Mahler hacen uso de recursos muy variados, tanto en la temática, como en la instrumentación y el
tratamiento de las obras: voces solistas, coros, inversión del orden de los movimientos, etc.
Anton Bruckner: 9 sinfonías (más dos sinfonías de juventud: la 0 y la 00). La obra sinfónica de
Bruckner es de concepción grandiosa. En ella abundan las melodías inspiradas en la naturaleza, y
en el misticismo religioso. Requieren grandes orquestas y normalmente superan la hora de duración.
Destacan la 4ª y la 7ª.
Dimitri Shostakóvitch: 15 sinfonías. La obra de Shostakovich es un verdadero reflejo tanto del espíritu
y el genio compositivo de su autor, como de la evolución del siglo XX desde la perspectiva de la
Rusia soviética. Su evolución va desde las modernas y atrevidas primeras sinfonías, la vuelta al
clasicismo y la tonalidad en la 5ª, el fervor patriótico en la 7ª y 11ª o la introspección personal en las
dos ultimas.
Sergéi Prokófiev: 7 sinfonías. Estas obras son prueba del eclecticismo de su autor, yendo desde
obras con ritmos furiosos y atrevidas armonías, hasta otras de corte más clásico. Destacan la 1ª y la
5ª.
Jean Sibelius: 7 sinfonías. Profundamente inspiradas en los paisajes finlandeses y en las referencias
del folclore nacional, poseen una gran inspiración melódica y un ambiente característico, siempre
dentro de la tonalidad. Destacan la 2ª y la 5ª.
Ralph Vaughan Williams: 9 sinfonías. El paisaje y el folclore inglés también son un referente de este
ciclo sinfónico de altísima calidad. En este caso, aunque la unidad y coherencia es grande, cada
sinfonía tiene un lenguaje muy particular, culminación de los distintos momentos compositivos del
autor: desde la coral 1ª, la programática 2ª (Londres), la pastoral 3ª, las disonantes 4ª y 6ª, la mística
5ª, la fílmica 6ª y las experimentales 8ª y 9ª.
Grandes sinfonías
Poema Sinfónico
Un poema sinfónico es una obra de origen extramusical, de carácter poético literario, cuya finalidad
es mover sentimientos y despertar sensaciones, o describir una escena mediante la música.
Generalmente consta de un único movimiento y está escrito para orquesta, aunque puede ser para
piano o para pequeñas formaciones instrumentales. El poema sinfónico es una guía para el
desarrollo de la forma musical como tal en términos técnicos.
El término fue aplicado por primera vez por Franz Liszt que escribió trece composiciones de este
género. Esta forma es producto directo del Romanticismo ya que se buscaba la asociación entre las
distintas artes. Luego derivó en la música programática en la segunda mitad del siglo XIX.
Un poema sinfónico puede ser una obra en sí misma, o formar parte de un ciclo de poemas
sinfónicos a modo de suite. Un ejemplo de esto es Má vlast (Mi patria) de Bedřich Smetana, formado
por seis poemas sinfónicos.
Obertura
Una obertura es la introducción instrumental de una ópera u otra obra dramática, musical o no.
Algunas composiciones instrumentales independientes de los siglos XIX y XX también fueron
llamadas oberturas por sus compositores, como es el caso de Obertura Las Hébridas de Felix
Mendelssohn.
Las primeras óperas, que datan de principios del siglo XVII, no tenían oberturas pero sí una
introducción que hacían los vocalistas en la que realizaban un resumen de la acción que se iba a
desarrollar acto seguido. Las introducciones instrumentales se comentaron a utilizar habitualmente a
mediados del siglo XVII, cuando se desarrollaron dos formas características: la obertura francesa,
desarrollada por Jean Baptiste Lully, estaba compuesta de dos partes, la primera lenta y estática y la
segunda rápida y con muchos detalles contrapuntísticos; y la obertura italiana, desarrollada a finales
del siglo XVII por Alessandro Scarlatti, que tenía tres secciones: rápida, lenta y rápida. Éste fue el
antecedente del género instrumental independiente de la sinfonía.
Hasta finales del siglo XVIII, las oberturas estaban relacionadas de algún modo con las óperas que
se desarrollaban a continuación. El compositor alemán Christoph Willibald Gluck fue uno de los
primeros que usó material de sus óperas para sus oberturas. De esta manera, éstas establecían el
perfil emocional de la ópera que seguía. La influencia de las ideas de Gluck es evidente en la ópera
de 1787 Don Giovanni de Wolfgang Amadeus Mozart, en la que por primera vez se escucha la
música de las últimas escenas en la obertura. El empleo de la música utilizada más tarde en la
propia ópera se puede apreciar en las tres primeras oberturas de la ópera de Ludwig van Beethoven
Fidelio.
En el siglo XIX, la obertura evolucionó hacia un único movimiento, de forma similar al primer tiempo
de la sonata o de la sinfonía, a diferencia de los dos movimientos de la obertura francesa y los tres
de la obertura italiana. El compositor italiano Gioacchino Rossini escribió gran número oberturas
operísticas, destacando la obertura de Guillermo Tell en 1829. El compositor alemán Richard
Wagner extendió aún más el uso de oberturas. Las oberturas de sus óperas realizan un repaso de la
acción dramática de la trama de la ópera e incorporan temas de la música del drama. En las óperas
de Wagner la obertura se convierte en un preludio extenso que lleva sin interrupción a la música del
primer acto. La mayoría de los compositores posteriores abandonaron la obertura por completo,
aunque ésta sigue utilizándose en la opereta y en el musical.
Oberturas destacadas
Los ejemplos más destacados de oberturas en obras no musicales son Coriolano, que Beethoven
compuso sobre la obra del autor teatral austriaco Heinrich Josef von Collin, y la obertura de El sueño
de una noche de verano que Felix Mendelssohn compuso para la obra teatral homónima de William
Shakespeare
Una obertura francesa es una pieza instrumental situada al comienzo de cualquier obra a modo de
introducción estructurada en tres tiempos según la secuencia lento-rápido-lento. Tal esquema de
obertura es el antagonista de la denominada obertura italiana (rápido-lento-rápido).
Este tipo de obertura fue creado por el compositor barroco Jean Baptiste Lully (1632-1687). Lully,
nacido en Florencia, ocupó importantes cargos musicales en la corte francesa de Luis XIV, donde
estableció los patrones de la ópera barroca francesa, incluida esta forma de obertura.
A pesar de su origen operístico, este modelo de apertura se volvió apto para cualquier tipo de
composición musical, incluidas las obras para un solo instrumento. La obertura francesa reviste de
gran solemnidad sus primeros compases a tiempo lento. Repentinamente, el rápido tiempo central
(generalmente de tipo fuguístico) rompe esta solemnidad y permite mostrar al oyente la potencia de
la orquesta y el talento del compositor, a modo de degustación inicial de la música que se podrá
disfrutar a lo largo de la obra que la obertura preludia. El tercer tiempo de la obertura acostumbra a
ser una repetición del primer movimiento, nuevamente revestido de una pomposa solemnidad.
La obertura francesa puede preludiar tanto obras vocales (óperas, oratorios) como suites y ballets
instrumentales. Fue usada con profusión durante todo el período barroco. Johann Sebastian Bach y
Georg Friedrich Händel la emplearon habitualmente.
La obertura italiana, también denominada obertura napolitana, es una pieza orquestal que
preludia una obra más extensa y que presenta una estructura de tres tiempos según la secuencia
rápido-lento-rápido, en oposición a la obertura francesa (lento-rápido-lento).
Este tipo de obertura fue usada con profusión durante el período barroco, sobre todo en Italia, de ahí
su nombre. Entre otros muchos, Antonio Vivaldi, Alessandro Scarlatti y Domenico Scarlatti fueron los
compositores que más la usaron.
Su origen se remonta a los primeros tiempos de barroco italiano. Ya en el oratorio San Alessio de
Stefano Landi (1632) aparecen pequeñas sinfonías a modo de entreactos que siguen el esquema
allegro-adagio-allegro. Su estructura, por tanto, es idéntica a la del concerto. De hecho, estas
oberturas equivalen a pequeños concierti situados a comienzos de las obras que preludian. En el
mundo operístico del barroco italiano, este tipo de oberturas eran denominadas sinfonie avanti
l'opera.
Concierto
El concierto es una forma musical usada aproximadamente desde el año 1600, durante el barroco.
En el periodo clásico y romántico usualmente uno de sus movimientos adopta la forma sonata. En el
periodo clásico comienza a estar compuesta para un instrumento solista y orquesta, situación que se
mantiene en el período neoromántico.
En los conciertos suele haber un instrumento solista y una orquesta. Existe un momento, llamado
cadenza o cadencia, al final de algunos movimientos, donde el solista toca sin acompañamiento,
exponiendo su técnica. En los periodos Clásico y romántico, esta parte frecuentemente no era
escrita en la partitura, siendo improvisada o escrita por el instrumentista de acuerdo a sus gustos y
capacidades. Muchas de estas cadenzas fueron publicadas y aún hoy diferentes interpretaciones del
mismo concierto pueden incluir cadenzas escritas por diferentes compositores.
Tipos
Concierto Barroco
Participan uno o dos instrumentos solistas acompañados por una pequeña orquesta barroca. Suelen
estar divididos en 3 movimientos aunque los hay de mayor o menor número. En general alternan
rápido, lento, rápido.
Concierto Clásico
Participan generalmente un instrumento solista que juega a preguntas y respuestas con la orquesta
acompañante. Suelen constar de 3 movimientos. El primer movimiento suele ser allegro, y sigue la
forma sonata. El segundo movimiento suele ser lento, generalmente adagio o andante. Sigue una
estructura bitemática. El tercer movimiento suele ser rápido, generalmente rondó, minueto o allegro
finale.
Participan un instrumento solista, con gran capacidad expresiva y virtuosismo, que centra la atención
del concierto. La orquesta suele tener una finalidad acompañante. En este periodo hay más libertad
en la forma, por lo que es habitual que se altere el orden y la cantidad de los movimientos.
Los conciertos musicales de grupos más actuales son una forma de presentar las nuevas bandas o
las canciones de las bandas clásicas. Generalmente se hace una presentación de teloneros y
posteriormente la banda principal.
También se designa concerto.
Concerto grosso
El concerto grosso (plural concerti grossi) (italiano para gran concierto) era una popular forma de
música barroca usada por un conjunto musical que generalmente tenía de cuatro a seis
movimientos, en los cuales el material musical era pasado entre un pequeño grupo de solistas (un
concertino) y una orquesta completa (el tutti). Los compositores franceses, en cambio, preferían
oponer al conjunto orquestal un pequeño trío de vientos, que continuaría en el tercer movimiento
(scherzo) de la sinfonía clásica.
Dicha forma fue desarrollada probablemente cerca de 1680 por Alessandro Stradella, quien parece
haber escrito la primera pieza de música en la cual un "concertino" y un "ripieno" son combinados en
la forma tan característica, a pesar de que no usó el término "concerto grosso". El primer compositor
mayor del llamado concerto grosso fue el amigo de Stradella, Arcangelo Corelli. Luego de la muerte
de Corelli, se publicó una colección de doce piezas compuestas por él (presumiblemente, los
movimientos fueron seleccionados individualmente de un trabajo más grande) y prontamente se
propagó a través de Europa. Compositores tales como Francesco Geminiani y Giuseppe Torelli
escribieron concerti en el estilo de Corelli, quien también tuvo una fuerte influencia en los de Antonio
Vivaldi. El número de movimientos que suele tener el concerto grosso es de tres, según la fórmula
preferida por este compositor ya nombrado: rápido-lento-rápido.
En los días de Corelli, se distinguían dos formas distintas del concerto grosso: el concerto da chiesa
(concierto de iglesia) y el concerto da camera (concierto de cámara). El primero era más formal y
generalmente sólo alternaba entre movimientos largo o adagios (lentos) con allegro (rápidos),
mientras que el último tenía más el carácter de una suite, siendo introducida por un preludio e
incorporando varias formas de danzas populares en aquellos días. Dichas distinciones se
difuminaron posteriormente.
Los concertino de Corelli consistían en dos violines y un violonchelo, con una orquesta de cuerdas
haciendo las veces de ripieno, ambos acompañados por un bajo continuo. Se cree que este último
era realizado en el órgano en los días de Corelli, especialmente en el caso de un concerto da chiesa,
pero en las grabaciones modernas son mayormente exclusivas las realizaciones en clave (cémbalo).
Otros compositores importantes de concerti grossi fueron Georg Friedrich Händel, quien expandió el
ripieno para incluir instrumentos de viento. Varios de los Conciertos de Brandeburgo de Johann
Sebastian Bach siguen aproximadamente la forma del concerto grosso, notablemente el segundo
Concerto, que tiene un concertino de flauta dulce, oboe, trompeta y un solo de violín.
La forma concerto grosso también ha experimentado un uso limitado por los compositores del siglo
XX influenciados por el Barroco, tales como Ernest Bloch, Bohuslav Martinů, Alfred Schnittke y Philip
Glass. Las Big Bands a veces usan formas que, estructuralmente, recuerdan al concerto grosso.
Música incidental
Música incidental o música de escena es la música que acompaña una obra teatral, un programa
de televisión, un programa de radio, una película, un videojuego y otras formas que no son en
principio musicales. El término es menos frecuentemente aplicado a la música de cine, pues a ésta
se le llama más a menudo música cinematográfica o banda sonora.
La música incidental es con frecuencia "música de fondo", y crea una atmósfera para la acción.
Puede incluir obras que agreguen mayor interés al público, por ejemplo una obertura, o música que
se interprete entre los cambios de escena. También puede requerir músicos que la interpreten en
vivo en el escenario.
El uso de música incidental data de la antigüedad del drama griego. Varios compositores de música
clásica han compuesto música incidental para varias obras teatrales; los ejemplos más famosos son:
Partes de estas obras son ejecutadas en formas de suites, con números generalmente
seleccionados por el compositor.
Ballet
El ballet es una forma musical que evolucionó de un simple complemento para el baile, a una forma
de composición, más valorada incluso que la danza que acompaña. Originado en la Francia del siglo
XVII, comenzó como una danza teatral. Fue hasta el siglo XIX que el ballet ganó la categoría de
“clásico”. Entre los compositores del ballet destacan Jean Baptiste Lully y Pyotr I. Tchaikovsky, que
predominaron en Francia y Rusia, respectivamente. Es a partir de la época de Tchaikovsky que la
música de ballet y el ballet en general se extendieron por el mundo occidental.
Hasta mitad del siglo XIX el papel de la música en el ballet era secundario, con un énfasis principal
en la danza, mientras que la música era una simple combinación de melodías bailables. Escribir
ballet era trabajo de artesanos, más que para maestros. Por ejemplo, los críticos de Tchaikovsky
mencionaron su escritura como algo degradante.
Desde los primeros ballets del tiempo de Lully (1632-1687), la música de ballet era indistinguible de
la música para los salones de baile. Lully creó un estilo que estaba separado, donde la música
contaba una historia. El primer “Ballet d‟action” fue representado en 1717. Era una historia contada
sin palabras. Lully y Rameau escribieron “ballets-ópera”, donde la historia era parcialmente bailada y
parcialmente cantada, pero la música de ballet perdió gradualmente su importancia.
El siguiente gran paso ocurrió en los primeros años del siglo XIX, cuando los bailarines principales
cambiaron sus zapatos duros por zapatillas. Esto permitió un estilo de movimiento más libre. En
1832 Marie Taglioni fue la primera bailarina famosa en danza “en pointe”. Esto fue en La Sylphide.
Hasta le época de Tchaikovsky, los compositores de ballet estaban separados de los compositores
de sinfonías. La música de ballet era un acompañamiento para los solos y los ensambles de baile. El
Lago de los Cisnes de Tchaikovsky fue el primer ballet creado por un compositor sinfónico.
Siguiendo la iniciativa de Tchaikovsky, muchos compositores empezaron a escribir más que simple
música bailable; y la música de ballet empezó tomar un papel de igual importancia. En el siglo XIX,
Marius Petipa, un bailarín y coreógrafo ruso, creo con varios compositores, entre ellos Pugni y
Tchaikovsky verdaderas obras maestras, con bailes y música compleja, entre ellos, el Lago de los
Cisnes, La Bella Durmiente y el Cascanueces.
Suite
Una suite es una pieza musical compuesta por varios movimientos breves cuyo origen son distintos
tipos de danzas barrocas. La suite está considerada como una de las primeras manifestaciones
orquestales de tipo moderno. Para que se mantuviera unidad interna, todos los pasajes de una suite
se componían en la misma tonalidad, o en su relativo menor. Otras veces se presentaba un tema
musical en diferentes danzas. Por ello se ha considerado este género un antecedente de la forma
sonata que se origina en el siglo XVII. Las danzas tenían una forma binaria simple, es decir, dos
secciones más o menos iguales. Una suite constaba de unos diez movimientos. Solía comenzar con
un preludio. La primera danza podía ser una allemande, de ritmo rápido; luego una courante y una
zarabanda; una bourrée, de tiempo moderado, y así sucesivamente, para finalizar con una danza
viva, como la Giga (danza). La suite tuvo su apogeo con Händel y Johann Sebastian Bach durante el
siglo XVIII. Al finalizar el barroco, la suite fue una forma musical sofisticada que mezclaba distintas
tonalidades, contrastaba materiales temáticos presentándolos al inicio de la pieza y reexponiéndolos
en su final. Anuncia, en definitiva, el origen de la sonata, que reemplazará a la suite como género
instrumental en la segunda mitad del siglo XVIII. En resumen, la suite es la unión en una sola obra
de varias danzas de distinto caracter y ritmo, con el que consigue dar el sentido dramático de
“contraposición”, típico del Barroco.
La forma ha recibido nombres diversos según la época, país y compositor, entre ellos:
Piezas básicas:
o Allemande alemana(danza cortesana para una línea de parejas)
o Courante francesa (danza viva)
o Zarabanda española(danza pausada de origen español)
o Giga inglesa (danza rápida y llena de vida), siempre cierra la suite barroca.
Piezas no básicas
Obertura o más comúnmente un Preludio, con el que se da comienzo y unidad a la
suite.
Rondó (Rondeau)
Bourrée
Gavota (Gavotte)
Pavana
Gallarda
Minueto
Forlane
Passepied, pasapiés
Siciliana
Chacona
Musette
Hornpipe
Air
Otras piezas más raras:
Harlequinade
Alla Espagniol, de ritmo lento, parecida a la Zarabanda, si bien más solemne.
Rigodón, o Rigaudon
Sommeille
Contradanza, a pesar de lo popular de este tipo de danza, apenas se incluyó (salvo
Telemann y Arne) en la suite barroca.
Fandango, danza de origen andaluz, usada en suite durante el clasicismo.
Branle o Bransle, danza renacentisra de origen francés que aparece en algunas
suites francesas e italianas barrocas.
Loure, bastante común en la obra de Telemann.
Fanfare
Volta, renacentista, usada en alguna ocasión.
Fanfarinette, danza ligera a ritmo de fanfarria, cultivada por Rameau y Telemann,
basada en la Fanfare.
Ecossaise, danza escocesa, muy popular en la Inglaterra de la Regencia, con un
ritmo que recuerda al swing.
Plainte
Boulangere, danza de origen francés.
Combattans, danza marcial.
Polonaise, Polonesa, generalmente en su versión barroca.
La Badinerie, una compuesta por Bach ha alcanzado gran fama.
Scherzo, movimiento añadido a algunas suites en el romanticismo, inexistente
durante el Barroco. Surge a partir del minueto.
Passacagglia, un 'pasacalles' de origen italiano.
Rejouissance, "regocijo", el más famoso cierra la Música para los Reales Fuegos de
Artificio de Handel.
Preludio
Un preludio es una pieza musical breve, usualmente sin una forma interna particular, que puede
servir como introducción a los siguientes movimientos de una obra que son normalmente más
complejos. Muchos preludios tienen un continuo ostinato debajo, usualmente de tipo rítmico o
melódico. También hay algunos de estilo improvisatorio. El preludio también puede referirse a una
obertura, particularmente a aquellos de una ópera, oratorio o ballet.
El "preludio" en su origen consistía en la improvisación que hacían los músicos con sus instrumentos
para comprobar la afinación. Inicialmente como forma musical, era una pieza que introducía a otra
más extensa. De los siglos XV a XVII se compusieron preludios no ligados a ninguna obra extensa,
improvisados.
Fue durante el siglo XVIII cuando el preludio se asocia a la fuga con Johann Sebastian Bach en su
obra "el clave bien temperado" -escrita para enseñarnos la existencia de la tonalidad- y así, la forma
alemana "preludio y fuga" alcanza su máxima cumbre en las obras compuestas para órgano y piano.
Alemanda
El término alemanda proviene del francés allemande, y se utiliza para denominar cierta danza
alemana barroca (siglo XVIII) de compás cuaternario o binario y simple, así como para denominar un
elemento estándar de la suite, normalmente el primero o segundo movimiento. También se puede
denominar Allemanda, Almán o Almaín. La allemande es una composición que utiliza el recurso
de repetición por secciones o simétrica, al igual que otras danzas, como la courante, la zarabanda, la
giga, la gavota, la bourrée, etc.
Suele ir precedida de una pieza con carácter de improvisación, como el preludio, la fantasía, etc.
Está formada por dos movimientos, Allegro y Moderato. Los primeros son característicos por sus
anacrusas, aunque más tarde lo son por sus semicorcheas.
La primera referencia inglesa a la alemanda se lee en una crónica escocesa en 1549: Thai dancit al
cristym mennis dance, the alman haye. Sin embargo, como su nombre lo indica, la alemanda (en
inglés antiguo, alman, almanin o almayne) tiene ascendencia alemana o germana y es la única
forma que los alemanes han aportado a esta constelación de danzas cortesanas. Era una danza
medieval muy antigua y, en su forma primitiva, fue indudablemente interpretada con no mucha
gracia. Por ejemplo, Peele, en 1584, habla de "caballeros con su armadura, que ejecutaban los
pasos de una marcial almain". En 1597, Thomas Morley la describió como "una danza muy pesada,
fiel exponente de la naturaleza del pueblo cuyo nombre llevaba, y que se bailaba sin hacer
movimientos extraordinarios". Tampoco Arbeau le atribuye gran estilo; la describe como "danza
llana, de cierta gravedad, ...con poca variedad de movimiento".
Una vez introducida en la corte de Francia, tomó muy pronto características sumamente graciosas y
sentimentales, que le procuraron gran popularidad y el nombre más bien paradójico de allemande
francaise. Medio siglo después de la descripción de Morley, hallamos otro músico inglés que define
las allmaines como "lecciones, muy vivaces y alegres" (Thomas Mace, Musick´s Monument, 1650).
Esto recuerda el espíritu transmitido por Arbeau en su informe sobre esta danza: "Al bailar la
alemanda, un joven puede a veces robar una damisela, quitándosela a su compañero; el que queda
así desposeído trata a su vez de robar la de otro. Pero de ningún modo apruebo esta manera de
bailarla, ya que puede originar rencillas y descontento".
Sin embargo, el conjunto de testimonios y las piezas musicales que han llegado hasta nosotros no
ofrecen pruebas de ningún acento de alegría vivaz. Por el contrario, la belleza de la alemanda reside
en su gracia más bien lenta y fluente, sobre todo de los brazos, y en la principal de sus
características, o sea, que las parejas permanecen unidas de las manos a lo largo de todas las
"vueltas y evoluciones de la danza". Praetorius (en Syntagma musicum, 1619) escribe: "Allemande
designa una breve canción o danza germana, porque Alemagna significa "Alemania", y Alemand, un
"alemán". Pero esta danza no es tan ágil y diestra como la gallarda, sino por el contrario algo
melancólica y más lenta." Al abandonar su primitiva herencia de pesadez germana, adquirió
características más atrayentes de sentimiento y ternura.
Courante
A fines del renacimiento, la danza se bailaba con rápidos giros y saltos, según describe Thoinot
Arbeau.
Durante su uso más común, en el período barroco, la courante tuvo dos variantes: la francesa y la
italiana. El estilo francés tenía muchos acentos cruzados y era una danza lenta. La courante italiana
era más rápida, con desarrollo más libre y rápido, aunque no está claro cuáles eran las diferencias
significativas con la courante francesa del renacimiento descripta por Arbeau.
En una suite barroca, sea italiana o francesa, la courante típicamente se incluye entre la allemande y
la zarabanda, como segundo o tercer movimiento musical.
Sarabanda
En música, la sarabanda (del italiano sarabanda) es una danza lenta escrita en un compás ternario y
se distingue en que el segundo y tercer tiempo van a menudo ligados, dando un ritmo distintivo de
negra y blanca alternativamente. Las blancas corresponden a los pasos arrastrados en el baile.
La giga es una alegre danza folclórica, de origen probablemente inglés (jig), en que uno o dos
solistas realizan pasos rápidos, saltados y muy complejos con una música en compás de 6/8, 12/8,
3/8, 9/8.
Además de estar muy arraigada en la tradición irlandesa, las gigas fueron muy populares en Escocia
e Inglaterra desde 1500 hasta 1600. Relacionadas con las danzas modernas de zuecos de
Inglaterra, fueron utilizadas a menudo en el teatro. La giga inglesa que se baila sobre dos tubos de
arcilla (barro) cruzadas, se parece mucho a la danza de la espada de Gillie Callum de Escocia. La
giga se adoptó en Francia en la corte de Luis XIV, donde se convirtió en una danza de parejas más
reposada. En la suite barroca de Johann Sebastian Bach, la giga es el movimiento final. El término
se refiere también a cualquier tonada de contradanza en tiempo de giga y a cualquier danza
establecida (una contradanza para un grupo de parejas) con una tonada de giga.
INTERMEZZI
Minueto
El minueto, también llamado minué, es una antigua danza tradicional de la música barroca
originaria de la región francesa de Poitou, que alcanzó su desarrollo entre 1670 y 1750. Fue
introducida con el nombre de minuet en la corte francesa por Jean-Baptiste Lully (1673) que la
incluyó en sus óperas y, a partir de ese momento, formó parte de óperas y ballets.
Grandes compositores de la música clásica se han servido de ella para sus obras (Don Juan, de
Wolfgang Amadeus Mozart), adaptándola como una composición instrumental de ritmo ternario y
moderado. Suele tener carácter humorístico y forma parte de sonatas y sinfonías. Fue una de las
danzas preferidas de Luis XIV y de su corte.
Al principio, el minueto de compás ternario era bastante rápido, pero en el transcurso del siglo XVII
fue moderando su movimiento. El minueto se compone de dos secciones con repetición de cada una
de ellas. Es una de las danzas facultativas de la suite: se inserta, generalmente, después de la
zarabanda y antes de la giga. En su forma clásica el minueto comporta:
Es la única danza de la suite conservada en la sonata: en las sinfonías de Joseph Haydn y de Carl
Stamitz todavía pueden encontrarse algunos minuetos, pero desaparecieron rápidamente sustituidos
por el scherzo.
Boureé
La bourée, es el término en idioma francés para designar una danza rápida de ritmo binario. La
bourée se utilizó en la suite barroca y en los ballets y las óperas francesas del siglo XVII y el siglo
XVIII.
Empieza con una negra en anacrusa y su movimiento es sincopado, siendo similar a la gavota,
aunque normalmente más extensa. Uno de los más conocidos compositores de bourés fue Johann
Sebastian Bach.
-El primero consiste en: 2 corcheas (sincopadas) y una negra (que, por la síncopa, cae en el tiempo
fuerte). Con este esquema comienzan el 99% de los bourées. Un ejemplo claro de este esquema
rítmico es el famoso Bourée en mi menor de Johann Sebastian Bach.
-El segundo consiste, simplemente, en una sucesión de corcheas. Un ejemplo es el comienzo del
segundo Bourée de la Suite para Chelo nº 3 de J.S. Bach.
Estos 2 esquemas se combinan. Las melodías suelen comenzar con el primer esquema, luego es
indistinto cuál se usa (se usa uno de los dos, se combinan o en ocasiones se varían; la variación
más común es la sucesión de dos negras) y el final de la melodía suele terminar con el segundo
esquema.
Las blancas y las redondas solo se usan en el final y es sumamente raro encontrar figuras con
valores inferiores a la corchea.
Polonesa
Nació como un baile, como excusa de los nobles para mostrar sus fastuosos hogares a sus
allegados y hasta a la denominada plebe. Se cree que esta fue una de las primeras formas de
discriminación.
Los temas que trataban eran diversos, iban desde historias de alto contenido erótico, hasta
situaciones de la vida diaria pasando por encuentros con duendes y criaturas mitológicas. Es una
danza polaca de movimiento moderado y en compás de 3/4. En su origen (siglo XVI) era una marcha
solemne que daba principio y fin a una fiesta realizada en casa de una familia de la nobleza; las
parejas, tomadas de las manos y guiadas por el dueño de la casa, atravesaban las salas, las
galerías y los jardines, haciendo los más extravagantes movimientos, en ocasiones el dueño guiaba
la marcha, que recorría desde los jardines hasta los baños.
Las melodías de la polonesa suelen ser de una estructura simple, a base de frases breves. Posee un
ritmo muy característico en el que se combinan corcheas y semicorcheas, junto a un baile, Durante
el Siglo XVIII se produjo la estilización de la polonesa. Es en esta época donde la polonesa se
entronca dentro de la suite, tomando la forma de zarabanda o de rondó. Las polonesas de Bach
ofrecen los rasgos característicos del compás ternario, las frases sin anacrusas y un ritmo
característico con la acentuación en el segundo tiempo. Ejemplos famosos de polonesas barrocas
son los que contemplamos en las siguientes obras de Bach: Suite francesa nº 6 y Suite orquestal nº
2.
Gavota
La gavota (gavotte, gavot o gavote), originada como una danza popular francesa, es una forma
musical que toma su nombre del pueblo de Gavot en el país de Gap, región del Delfinado.
Con un tiempo de 4/4 o 2/2, y velocidad moderada, la distinción básica de la gavota original consiste
en que las frases se inician siempre en la mitad del compás, es decir en la tercera nota.
Los estudios de Jean Marie Guilcher sobre la gavota en Bretaña (1963) revelaron una gran variedad
en la práctica folclórica moderna, especialmente en los pasos utilizados, las formaciones de baile y
el acompañamiento instrumental.
Las gavotas en algunas regiones son acompañadas por canto, con solistas alternando con un grupo
u otros solistas. En otros lugares se acompañan con instrumentos, como violín, tambores, gaitas y
un tipo de chalimeau.
A diferencia del branle, en donde el movimiento lateral de los danzarines mantiene siempre los pies
juntos, la gavota requiere cruzar los pies dos veces en cada patrón rítmico y cada paso es seguido
por un salto. Muchos movimientos de pantomima suelen formar parte de la danza de la gavota
La gavota se hizo popular en la corte de Luis XIV de Francia, donde Jean-Baptiste Lully era el
principal compositor. En consecuencia, otros muchos compositores de la época incorporaron la
danza con agregado en suites instrumentales. Son bien conocidos los ejemplos en suites y partitas
de Johann Sebastian Bach.