Al igual que en el hombre, en la mujer la sexualidad se encuentra afectada por
diferentes factores. En un principio podríamos realizar una división amplia entre el funcionamiento sexual y el deseo sexual. Ambas partes se encuentran influenciadas por cuestiones tan variables como el estado de ánimo, la salud en general y el panorama hormonal, siendo este último uno de los más afectados con el avance de la edad. Cuando nos referimos a funcionamiento sexual en la mujer, principalmente hablamos de la adecuada lubricación vaginal que ésta presente al momento de la relación sexual y la capacidad de alcanzar el orgasmo. Es del conocimiento popular, que cuando la mujer alcanza la Menopausia, estas funciones en el organismo se ven alteradas. Es decir, aparece resequedad vaginal, con el consecuente dolor durante las relaciones sexuales y el aumento significativo de las infecciones, tanto vaginales como urinarias. Esto a su vez limita de manera importante la posibilidad de que una mujer alcance un orgasmo. Sumado a lo anterior, la alteración en las hormonas sexuales femeninas, tienen también como consecuencia una clara disminución en el apetito sexual. Viendo entonces el cuadro completo podemos hablar de que muchas mujeres, una vez iniciada la declinación de sus hormonas sexuales, pierden su libido, y cuando llegan a tener algún tipo de contacto sexual, éste resulta poco satisfactorio e inclusive desagradable. Por lo anterior una de las esferas, si bien no la única, pero si una muy importante dentro de la sexualidad, es la esfera hormonal. Los Estrógenos, la Testosterona, la Dehidrotestosterona, la Dehidroepiandrosterona y la Progesterona, son algunas de las hormonas extremadamente relacionadas con la sexualidad en la mujer y es necesario que se encuentren en los niveles adecuados para que tanto el deseo como el funcionamiento sexual no se vea afectado con el paso de los años. Podríamos pensar que la sexualidad es algo que con el paso del tiempo, las parejas y en este caso las mujeres, ponen cada vez menos atención y se vuelve menos trascendente. Al contrario, con los años una buena sexualidad es un pilar fundamental para mantener una excelente calidad de vida sin importar el paso del tiempo. Por todo lo mencionado anteriormente, una adecuada evaluación de los niveles hormonales en la mujer es fundamental para realizar un diagnostico certero y así encontrar la manera de revitalizar el panorama sexual de las parejas. Optimizando las hormonas necesarias se puede tomar un camino donde la persona se mantenga vital, joven y saludable por los años que vengan por delante.