Professional Documents
Culture Documents
“La pintura de los esquizofrénicos es muy rica en símbolos e imágenes que condensan profundas
significaciones y constituyen un lenguaje arcaico de raíces universales. […] Nos esforzamos en entender el
Nise Da Silveira.
Sábato) que tenía afincado en su mesita de luz, y leyó para sí misma: “Hay días en que
me levanto con una esperanza demencial, momentos en los que siento que las
posibilidades de una vida más humana están al alcance de nuestras manos. Hoy es uno
su bicicleta, montó a ésta y con andar templado se dirigió a trabajar al Hospital “Piantáo a
la antigua”.
estaba abierta como cada mañana; en cambio Nair descubrió que estaba cerrada con
llave. Entonces golpeó la puerta. Enseguida, el jefe del servicio, Doctor Magister Profesor
Anastasio Adelmo Peralta Ramos, la recibió y le informó que ella ya no trabajaba más en
aquella sala. Cuando Nair quiso saber los motivos sobre su apartamiento, el doctor le dijo:
- Usted sabe, que su resistencia ha llegado demasiado lejos y está causando malestar
entre el personal, que necesita sosiego para proseguir sus tareas con eficacia.
Todos hemos tomado nota de su imaginación, así que contamos conque sabrá adaptarse
al nuevo lugar asignado, el galpón junto al jardin… ¡qué lugar! - dijo, expandiendo sus
brazos con las palmas de las manos hacia arriba, como dando gracias… ¿a Dios? Usted
sabe el aprecio que le tengo (era cierto: Nair era una de las médicas más halagadas por
el doctor: su precisión diagnóstica así como el trato que tenía hacia los pacientes hacía
que ella tuviera reservado todo su respeto), pero aquí estoy en un aprieto, sabe que no
podemos permitir que siga mezclando la ciencia con el esoterismo. En fin… me dediqué a
pedir la llave por usted, así ya puede ir acomodándose. Que lo disfrute. - le dijo
castigo. El lugar, tenía un área de 300 metros cuadrados, bastante amplio pero su estado
era calamitoso: había restos de escombros por donde se lo mirase, olor a humedad, luego
observó que faltaba una puerta (entonces la llave pasaba a ser una broma de mal gusto),
y unas buenas manos de pintura sobre las paredes. Cuando se dio cuenta de la proeza
que tenía ante sus ojos, empezó a vislumbrar la idea: un taller de pintura para los
pacientes. Entonces también iba a precisar unas cuantas ventanas para recibir
iluminación.
En realidad, quien le estaba dando la idea de la puesta en marcha del taller era Carlos. Él
hospital, Nair notó que Carlos tenía un hábito insoslayable: los días sábados durante sus
salidas al jardín se dirigía a uno de los volquetes donde se depositaba la basura del
Cottolengo, interpretaba esta conducta como “rasgos de linyera”; además decía que
Carlos tenía tendencias al hurto, que justificaba aduciendo que siempre le faltaban
la realidad.
Entonces, Nair empezó a seguir el caso de Carlos más de cerca. Y los sábados, durante
una de sus rutinas linyeras, pudo ver que lo que Carlos buscaba en la basura era un tipo
particular de residuos: papeles, que conservasen una cara de la hoja inmaculada. Carlos
se aseguraba de que nadie lo observase, entonces Nair tuvo que ser discreta. Mientras
que, con su mano derecha hábilmente clasificaba las hojas que le servían a sus secretos
designios, con su mano izquierda, las iba acomodando bajo su campera y las apretaba
fuerte con su brazo para sostenerlas. Luego se encaminaba hacia un lugar solitario en el
jardín, bajo un árbol que siempre era el mismo. Allí se sentaba y comenzaba a dibujar.
Círculos, el símbolo que predominaba, a veces adornados como flores con pétalos, otras
Para ese entonces, Nair sabía que había leído algo sobre el círculo y su efecto para
restaurar el equilibrio psíquico. Pero no… no había sido en alguna fuente del hinduismo...
Un momento… ¡en un libro de Carl Jung, claro! Él se había dedicado al estudio de los
inconsciente colectivo humano. El psiquiatra suizo había escrito: “la experiencia enseña
que el círculo protector”, el mandala, es el viejo antídoto contra los estados caóticos del
Carlos estaba tratando de obtener de sus visiones, una forma comprensible para sí mismo
sí. Cuando hubo reunido cuatro de los dibujos de Carlos, Nair se reunió con el jefe de
psiquiatra de Carlos. En opinión del doctor Cottolengo, Nair se había aburrido de “sus
neuróticos” y la acusó de querer robarle el caso. Por otro lado, sostenía que los hábitos
gráficos sólo iban a conducirlo a Carlos a un incremento de sus delirios y visiones, que a
- Yo no pretendo nada, doctor. Carlos, por sus propios medios, trató de encontrar la
eso cause que nos estemos alejando de los pacientes. Tal vez también tenemos que
aceptar que los pacientes tienen algo para enseñarnos, de sus propias necesidades.
Mientras el doctor Cottolengo refunfuñaba “Carlos no sabe lo que quiere, lo único que
permitirle a Carlos seguir dibujando, con la condición de que pudieran controlar los
delirios.
- Doctora Nair, sepa que está actuando contra principios de la psiquiatría científica y
usted, doctor Anastasio, suscribe en este momento, a que crezca la alta marea negra del
ocultismo - dijo el doctor Cottolengo, cuya advertencia sonó a una maldición pronunciada
Pero con el tiempo, tras haber producido una larga serie de dibujos abstractos, Carlos
presenciando algunas de sus sesiones de dibujo, poco a poco él tomó confianza con ella
Decíamos entonces, que cuando vislumbró la posibilidad del taller, Nair recordó los
progresos de Carlos e imaginó que allí podrían reunirse otros pacientes, en necesidad de
empezó a reclutar voluntarios para poner en condiciones el galpón. Un taller de arte debía
montarse allí y no había tiempo que perder. Con el tiempo, empezaron a desfilar albañiles
y pintores. Nair tuvo que aplazar por dos meses el pago de la cuota del Arte de Curar, ya
que fue una importante inversión la que hubo que hacer. Ella era ambiciosa, y los
pacientes debían contar con diferentes tipos de pinturas, atriles. Por suerte, un licenciado
materiales para la pintura, sino también a orientar a Nair sobre distintos tipos de técnica
algunos, afloró la admiración hacia los otros. Las obras terminadas se conservaban
cuidadosamente y sólo se extraían cuando Nair se reunía con una psicóloga, que pidió
tenían relación con lo que charlaban en sus sesiones de psicoterapia. Además, era
posible apreciar esos temas como facetas de los llamados arquetipos, postulados por
Jung: contenidos psíquicos proyectados por los pueblos en imágenes de su cultura. Una
vez más, en el hospital psiquiátrico Piantáo a la Antigua, había mucho por renovar, y Nair
estaba a cargo.
Justificación.
En la década del ‘40 Nise comenzó, en el decir de Lapassade, una lucha institucional ante
fuerza. Motivada por la obra del psiquiatra suizo Carl Jung, a partir de su labor, “el
enfermo mental deja de ser un simple enajenado embrutecido para convertirse en un
(Grupo Appeler). La enseñanza parte de los pacientes psicóticos, cuya realidad les resulta
más comunicable a través de las imágenes, que de las palabras (más cerca de lo
racional, consciente) y obliga a los terapeutas, a estar dispuestos a aprender otros modos
Dice Lapassade: “La lucha instituyente contra las reglas instituidas se ha manifestado en
naturaleza de éste. Son su analizador”. Es decir, la resistencia de Nair, sacaba a la luz las
naturalizadas.
Sin embargo, con su perseverancia metódica, empieza a ganarse la confianza del jefe de
Continúa Lapassade, manifestando que, “el cambio institucional se define a la vez por el
persistir algún tiempo, pero la dinámica interna, la función histórica, la adhesión de los
Bibliografía utilizada:
https://grupoappeler.wordpress.com/category/inconciente/