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5. LAS APORTACIONES NO DINERARIAS

5.1. Régimen general y objeto de las aportaciones

La LSC se ocupa especialmente de las aportaciones no dinerarias y establece ciertas cautelas tendentes a asegurar la
realidad y efectividad de estas aportaciones y a proteger el patrimonio social de los riesgos que conllevaría su indebida
correspondencia con la cifra de capital. En otras palabras, las aportaciones deben ser efectivas, han de valorarse (y tiene
que figurar su valor medido en dinero, en euros) y su valoración debe ser objeto de un sistema de control.
Como regla general, la escritura de constitución o ejecución del aumento del capital social deberá describir los bienes
o derechos que constituyen las aportaciones no dinerarias que cada socio realice o —en el caso de SAs— las que se haya
obligado a realizar, incluyendo sus datos registrales si existieran, la valoración en euros que se les atribuya y la numera-
ción de las acciones o participaciones atribuidas a cambio (arts. 63 y 22.1 c) LSC).
En el caso de la escritura de ejecución de aumento de capital, además, deberá hacerse constar: (i) si el aumento se ha
realizado por emisión o creación de nuevas acciones o participaciones (salvo en el caso de las SAs cotizadas); y (ii) la
declaración del órgano de administración de que la titularidad de las participaciones o de las acciones nominativas se ha
hecho constar en el libro-registro de socios o de acciones nominativas (art. 314 LSC). En el caso de las aportaciones no
dinerarias aplazadas, por último, deberán observarse los requisitos establecidos en el art. 80 LSC y que se han expuesto
—en relación con los desembolsos pendientes de las SAs— en el apartado 3 de este tema.
Además de este régimen general, la LSC se preocupa de regular específicamente determinados tipos de aportaciones
no dinerarias, estableciendo cautelas precisas en función de la naturaleza del bien o derecho que se aporta, lo que pasa a
analizarse a continuación.
Por último, la LSC establece un régimen particular de responsabilidad, según el tipo social, cuyo resumen es objeto
del apartado 5.2 siguiente.
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OBJETO DE LAS APORTACIONES NO DINERARIAS

• Para los casos en que son objeto de aportación bienes muebles, inmuebles o derechos asimilados a estos úl-
timos (arts. 333 a 336 CC), se establece que la disciplina de la compraventa civil en relación con la entrega y
saneamiento de la cosa objeto de la aportación  Restitución/reducción del precio o resolución de contrato +
Bienes indemnización de daños y perjuicios si se dan los presupuestos del CC8:
muebles o
– En caso de restitución del precio o resolución del contrato se procederá a la disolución parcial del vínculo
inmuebles
mediante la expulsión del aportante por medio de la figura de la exclusión de socios, debiéndose respetar
(art. 64 LSC)
todas las garantías establecidas al efecto.
– Si se opta por la reducción del precio, se deberá reducir el capital de la compañía mediante la reducción del
valor nominal de las acciones o la amortización o extinción de algunas de ellas.
• En materia de transmisión de riesgos, las reglas de aplicación serán las establecidas en el CCom  El riesgo
se transmite a la sociedad desde el momento en que el aportante haya realizado todos los actos debidos para
Bienes poner en poder y posesión de la sociedad la cosa objeto de la aportación —lo que debe verificarse atendiendo
muebles o al caso concreto— y aunque todavía no se haya producido la efectiva entrega de esta. Como particularidad, en
inmuebles caso de que la entrega sea instrumental (traditio instrumental) se entiende entregada la cosa desde el momento
(cont.) en que se otorgue la escritura, y es en ese preciso momento cuando el riesgo se traspasa a la sociedad.
(art. 64 LSC) • Si como consecuencia de la aplicación de los regímenes de saneamiento y transmisión del riesgo no lograra
desembolsarse íntegramente el capital social en las SLs o no se realizase el desembolso mínimo exigido en las
SAs, se estará ante una causa de nulidad de la sociedad (art. 56.1 g) LSC —vid. supra—)9.

8
Algunos autores han criticado la remisión de la LSC al régimen de saneamiento y riesgos establecidos, respectivamente, en el CC y en el CCom, y ello por
cuanto los referidos regímenes están basados en una relación obligatoria de carácter sinalagmático como es la compraventa, y no encajan en el régimen
de las aportaciones sociales, lo que puede dar lugar a disfunciones. Así, por ejemplo, en el caso de que la cosa se pierda una vez haya sido aportada a la
sociedad, esta deberá considerar socio a su aportante aunque en realidad no haya contribuido a la formación del patrimonio social.
9
A estos efectos, es conveniente recordar que la exigencia legal del desembolso mínimo no es por referencia al capital social sino el del valor nominal de
cada una de las acciones, por lo que, de acuerdo con el tenor literal de la norma, sería suficiente con que un accionista no desembolsara las acciones en
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OBJETO DE LAS APORTACIONES NO DINERARIAS

• Son susceptibles de aportación todos aquellos derechos de crédito que estén vencidos y sean exigibles10. En la
SA, para satisfacer el requisito del desembolso inicial, bastará con que esté vencido y sea exigible al menos el
25% de los derechos de crédito que se aporten.
• En la escritura de constitución y en la de aumento de capital deben hacerse constar la cesión del crédito del
Derechos de aportante en favor de la sociedad, momento en el cual la sociedad adquiere la titularidad del crédito (art.
crédito 1.526.1 CC).
(art. 65 LSC) – No se precisa consentimiento del deudor del crédito aportado, si bien es conveniente notificarle la cesión
para que únicamente pueda dirigirse a la sociedad para efectuar el pago liberatorio (art. 1.527 CC)11.
• El aportante queda obligado, en este caso, a responder de la legitimidad del derecho de crédito y de la solvencia
del deudor (arts. 65 LSC y 1.529 CC), debiendo pagar a la sociedad si el deudor no lo ha hace con indepen-
dencia de cuál sea la causa de ese impago.

los términos expuestos para que entrase en juego la causa de nulidad. En este sentido, la doctrina viene entendiendo que en puridad no se estaría ante
una causa de nulidad sino de anulabilidad, por cuanto la remisión expresa de la LSC en esta materia a los mecanismos del CC y del CCom significaría
dar preponderancia a la posibilidad de que se subsanen los posibles defectos existentes —mediante la reintegración del defecto de aportación—,
quedando la nulidad como remedio subsidiario. La reintegración del defecto de aportación significaría, de acuerdo con esta doctrina, la convalidación
del acto nulo.
10
El mismo criterio cabe aplicar a letras de cambio y pagarés, que también deberán haber vencido.
11
En caso de que el deudor satisficiera el crédito al aportante con anterioridad a la notificación de la cesión, el referido aportante continuaría respondiendo
frente a la sociedad. Además, es importante recalcar que el deudor del crédito cedido dispondría frente a la sociedad de todas las excepciones de que
dispusiera frente al aportante. En cuanto a la oponibilidad de las excepciones, es ilustrativa la sentencia de la Audiencia Provincial de León de 19 de
junio de 2007.
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• El objeto de la aportación puede ser una empresa o establecimiento  Organización compuesta de bienes
materiales —entre los que pueden encontrarse bienes inmuebles e instalaciones— e inmateriales de la que el
empresario se sirve para desarrollar su actividad.
• La LSC prevé un régimen, en caso de que la aportación sea a título de propiedad, que recuerda al previsto en
el art. 1.532 CC para la venta de una «universalidad», con determinados ajustes, lo que da lugar a las mismas
disfunciones que las ya analizadas en sede de aportación de bienes muebles e inmuebles.
– Al tratarse de una organización, deben transmitirse los múltiples derechos sobre cada uno de los elementos
que la integran, estando sometida su transmisión a la normativa particular de aplicación a cada uno de
ellos  Tal pluralidad solo afecta, sin embargo, al modo, necesario para que se produzca la transmisión,
puesto que el título de transmisión es único.
 En la escritura en la que se documente la aportación deberán describirse los bienes y derechos registra-
Empresa bles a transmitir, así como su valor conjunto, pudiendo consignarse los restantes bienes en un inventa-
(art. 66 LSC) rio —sin valoración independiente de cada uno de ellos— anejo a la escritura (arts. 133.1 RRM y 190
RRM).
 Por aplicación analógica del régimen general de transmisión de establecimiento previsto en el CCom,
podría interpretarse que el aportante se obliga, junto a la entrega de los elementos patrimoniales que
constituyen la empresa, a colaborar de buena fe en la forma necesaria para que se pueda continuar la
actividad. Este deber de colaborar comprendería obligaciones «de hacer» (p. ej., la entrega de listas de
suministradores y proveedores, del estado de la contabilidad, etc.) y de «no hacer» (p. ej. no ejercer la
misma clase de actividad en un lugar próximo durante un tiempo razonable, sujeto en todo caso, a las
limitaciones que impone la normativa de defensa de la competencia).
 En cuanto a la transmisión de los créditos de la empresa, se aplica el mismo régimen explicado en el
apartado anterior en relación con la aportación de derechos de crédito, respondiendo el aportante de la
legitimidad de todos los créditos en conjunto.
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OBJETO DE LAS APORTACIONES NO DINERARIAS

 Las relaciones contractuales no se ceden automáticamente con la aportación (la cesión de cada contrato
requerirá, salvo que la ley o el propio contrato dispongan otra cosa, del consentimiento de la otra parte).
Lo mismo sucederá con los créditos contra la empresa que fueran objeto de aportación (será necesario
el consentimiento del acreedor a la subrogación de la sociedad en la obligación del deudor cedente).
– El aportante queda obligado al saneamiento de lo aportado en el caso de que el vicio o la evicción afecten
a todos los elementos o a alguno de aquellos que sean esenciales para la normal explotación de la empresa.
También procederá el saneamiento individualizado de los elementos de importante valor patrimonial (art.
66 LSC).
• Tras la promulgación de la LME, cuando el aportante sea una sociedad, surge la duda de si pueden seguir
Empresa realizándose, como operaciones distintas y sometidas a un régimen distinto, segregaciones y aportaciones de
(art. 66 LSC) «rama de actividad», o lo que es lo mismo si el art. 71 LME12 excluye la aportación no dineraria de unidades
(cont.) económicas realizada por una entidad a favor de otra. Ni el criterio de la doctrina ni la propia práctica regis-
tral es unánime sobre esta cuestión por lo que, en tanto esta no se resuelva, si se optara por el régimen de la
LSC convendrá confirmar previamente con el RM correspondiente su criterio en esta materia. La cuestión es
de suma importancia por la diferencia entre ambos regímenes.
– La principal diferencia del régimen de segregación establecido en la LME respecto del de aportación de
empresa de la LSC sería que en el primero la transmisión se produce en bloque, por sucesión universal,
mientras que en el segundo se realiza a título particular.
– Por otro lado, la LME exige para la segregación, con carácter general, el pronunciamiento de las JGAs de
las sociedades afectadas, a quienes se somete el proyecto de segregación junto con los informes de los admi-
nistradores y de los expertos independientes. Además, se confiere un derecho de oposición a los acreedores.

12
«Se entiende por segregación el traspaso en bloque por sucesión universal de una o varias partes del patrimonio de una sociedad, cada una de las cuales
forme una unidad económica, a una o varias sociedades, recibiendo a cambio la sociedad segregada acciones, participaciones o cuotas de las sociedades
beneficiarias» (art. 71 LME).