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CBU e Iglesia una relación para la misión

Los movimientos estudiantiles deben siempre recordar que su vocación humilde pero gloriosa es la de ser
un fermento, un movimiento en marcha dentro del pueblo de Dios, aunque sean frágiles y pequeños. Ello
es más bíblico y realista que convertirse en un movimiento institucional ajeno a la vida de las iglesias

Samuel Escobar

Debemos tener en cuenta primero que la iglesia es una creación de


Dios; ella es la nueva creación, el mundo redimido, la humanidad restaurada que
por un lado es universal porque reúne a toda la compañía de los redimidos, de
todos los tiempos, de todas las tierras. muchos de ellos están muertos, otros
militan en la tierra, y otros hay que todavía están por aparecer. Por el otro lado
hay una iglesia local, el pueblo de Dios: este en roma, este en Éfeso, este en
Corintio, o en cualquier otro lugar2. Por lo tanto, si afírmanos que la iglesia local
es un segmento o subconjunto de la iglesia universal; podemos afirmar también
que las células cristianas en la universidad es un segmento o subconjunto de la
iglesia local. Es por eta razón que las CBUs (las que agrupan un conjunto de
células o puede ser una sola) no es una iglesia local, pero si ha salido de una o
varias iglesias locales. Muchos usan el vocablo “para-eclesiástico” para describir a
las CBUs y pienso que es un error porque el término “para” significa “al lado de”
la iglesia local, y teológicamente nunca nos hemos visto como un movimiento así.
Podemos estar administrativamente separados, pero teológicamente somos parte
de la iglesia. La definición más adecuada para nuestro ministerio seria: “intra-
eclesiástico” que significa” aquel que sale de la iglesia local y es enviado al mundo”.
Esa es, Para mí, una mejor manera de ver a la CBUs. Somos parte de la iglesia,
obedeciendo la gran comisión y el gran mandamiento de Cristo, el ir en misión a
una parte del mundo, la universidad, y por lo tanto introduciendo personas en
la vida de la iglesia local3.

Como lo definía claramente Samuel Escobar uno de los pioneros en ver a las
universidades del Perú como tierras de misión: Los movimientos estudiantiles
deben siempre recordar que su vocación humilde pero gloriosa es de ser un
fermento, un movimiento en marcha dentro del pueblo de Dios, aunque sea frágil
y pequeño, ello es más bíblico y realista que convertirse en un movimiento
institucional ajeno a la vida de las iglesias4.

En segundo lugar las CBUs , sobre todo en su expresión mínima que viene a ser
la célula , son los estudiantes evangélicos que provienes de diferentes iglesias
locales quienes la conforman porque la unidad de la iglesia ha de servir a la
misión de la iglesia . Cuanto más unidos los cristianos, tanto más debemos hacer
misión.
Debemos tener cuidado en caer el sectarismo, es decir que comience a predominar
la participación de una sola iglesia local o denominación. Lo cual sería muy
perjudicial para el trabajo misionero en la universidad; corriendo el riesgo de
convertir las reuniones celulares en réplicas de los cultos de los jóvenes de aquella
denominación. Si dejamos que el sectarismo prevalezca perderemos
contextualidad y pertinacia misionera. Como lo afirma J. A. Mackay: He aquí la
amenaza a la unidad y obra del cuerpo de cristo. Cuando una iglesia particular,
sea pequeña o grande, reclama ser la iglesia única de Jesucristo, se convierte
eclesiásticamente en secta, y cristianamente en ídolo. En forma sutil pero efectiva,
sustituye la lealtad de cristo con la lealtad a una estructura eclesiástica. Por lo
tanto, toda iglesia necesita examinarse contantemente a la luz de las Escrituras, a
la luz de la historia y de la obra de las denominaciones hermanas. Ha de
examinarse también a la luz de las necesidades contemporáneas, para ver si
efectivamente hace obra. La obra especifica que requiere la situación actual5.

Las células en la universidad debe ser una expresión viva de la iglesia local en
misión. Teniendo en cuenta a la universidad en su totalidad a partir de un vivir
integral del evangelio.

Algunas quejas históricas que tienen las iglesias frente a los grupos misioneros
universitarios10.

I. Algunos grupos estudiantiles tienen una visión pobre de la iglesia local.


Algunos de ellos actualmente funcionan como iglesias para estudiantes. Y
otras más funcionan estrictamente dentro de sus líneas
denominacionalistas. No es de sorprender entonces que las iglesias locales
muestren mucha reserva para extender su apoyo a la obra estudiantil,
pues su impresión es de competencia.

II. Los ancianos de las iglesias se sienten amenazados cuando los estudiantes
hacen preguntas desconcertantes o inteligentes en los estudios bíblicos, ó
cuando los graduados insisten en elevar la calidad del manejo de los
asuntos de la iglesia (administrativo y formativo). El hecho de que estas
preguntas no son siempre presentadas en un espíritu de humildad y
discreción simplemente agrava el problema.

III. Una queja común es que creen que las organizaciones para-eclesiásticas
(en este caso las Comunidades Bíblicas Universitarias CBU’s nombre
tradicional que se le dan a los grupos estudiantiles misioneros en el Perú)
vacían las iglesias tomando sus recursos humanos y financieros (sobre
todo su potencial liderazgo juvenil). La atención de los estudiantes y de
otros es fácilmente atraída por los grupos para-eclesiásticos porque es allí
donde “pasan cosas”, por ejemplo: pequeños grupos de estudio bíblico,
conferencias, seminarios de enseñanza, esfuerzos evangelísticos, etc. En
algunos casos toman medidas para desanimar a los estudiantes de verse
involucrados fuera de la iglesia.

En cuanto a (I), es debido al descuido a la mala elección del liderazgo en las


CBU’s; porque se comete el error de elegir un liderazgo no adecuado y que no
ha pasado por los espacios formativos locales o regionales, y en muchos casos
sin una ayuda de un obrero que respalde para encontrar una visión de trabajo
misionero que incluya a la iglesia local como eje fundamental en su trabajo
misionero, ya que es la iglesia quién envía y respalda como en el caso de la iglesia
de Antioquía: “El espíritu Santo dijo: Apárteme a Bernabé y a Saulo , porque los
he llamado para un importante trabajo. Y así, después de que todos ayunaron y
oraron, les impusieron las manos y los enviaron”. (Hechos 13:2-3).
(II) En las CBU’s se ha enfatizado que los estudiantes desarrollen una mente
cristiana pero en muchas ocasiones no un corazón cristiano, es decir uno
humilde. Es necesario fortalecer la formación integral (mente y corazón; intelecto
y espíritu) en los grupos universitarios. (III) Las CBU’s siempre deben tener en
cuenta que debe servir a las iglesias y no servirse de las iglesias. Los movimientos
estudiantiles deben siempre recordar que su vocación humilde pero gloriosa es
la de ser un fermento, un movimiento en marcha dentro del pueblo de Dios,
aunque sean frágiles y pequeños. Ello es más bíblico y realista que convertirse en
un movimiento institucional ajeno a la vida de las iglesias11.

Un modelo bíblico: Desde la iglesia a la universidad (Hechos 13:1-12)

Lo que el estudiante evangélico deben tener en cuenta antes de comenzar la


senda misionera (V.13:1-2)

 Jóvenes llenos del Espíritu Santos


 En actividad ministerial
 Saber hacer misión en comunidad

Dependencia del Espíritu Santo en la misión (V.13:2-3)

 El mensaje del Espíritu Santo a la iglesia y a la CBU (la iniciativa estudiantil nace
del Espíritu Santo)
 ¿Cómo se revelo el llamado de Dios?
 ¿Quién, entonces envió a los misioneros?

La prioridad de la misión (v.13:4-5)

 Un testimonio integral
La oposición siempre presente en la misión (V.13:6-11)
El fruto de la misión (V13.:12)
Notas
1. Juan A. Mackay, Realidad e idolatría en el cristianismo contemporáneo, Aurora,
Buenos Aires,1970, pags.61-62.
2. Lindsay Brown, El crecimiento de una obra de dios en Revista CIEE: una herramienta
para la obra estudiantil,31-32,1990, pag.8-9
3. Samuel Escobar, una década en tiempo de misión, CIEE, Quito,1987, pag.32.
4. Juan A. Mackay, Realidad e idolatría en el cristianismo contemporáneo, Aurora,
Buenos Aires,1970, pag.70.
5. Estas tres quejas históricas más comunes son tomadas del libro de Samuel Escobar,
Bobby Sng, Oliver Barclay, El estudiante evangélico, Certeza, 1993, págs.21-22.

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