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Walker, et al., 2011.

SAD tiende a ser indicativo de estado general de ánimo y


problemas de salud mental: Alrededor de un tercio de los niños con SAD será
diagnosticado con enfermedad mental como un adulto. Aproximadamente la mitad de
las referencias de salud mental de la infancia son para sospecha de SAD (
Ehrenreich, et al., 2008.

Síntomas del trastorno de ansiedad de separación

Los síntomas de la SAD ocurren cuando un niño está separado de los padres o
cuidadores. El miedo a la separación también puede causar comportamientos
relacionados con la ansiedad. Algunos de los comportamientos más comunes
incluyen:

 Aferrarse a los padres


 Llorar extremo y severo
 Negativa a hacer cosas que requieren separación
 Enfermedad física, como dolores de cabeza o vómitos
 Violento, emocional temblores
 Negativa a ir a la escuela
 Rendimiento escolar bajo
 Incapacidad para interactuar de manera saludable con otros niños
 Negándose a dormir solo
 Pesadillas

Factores de Riesgo para el Trastorno de Ansiedad por Separación

SAD es más probable que ocurra en niños con:

 Una historia familiar de ansiedad /depresión


 Tímido, tímidopersonalidades.
 Bajo nivel socioeconómico
 Padres sobreprotectores
 Una falta de la interacción parental apropiada
 Problemas que se ocupan de los niños de su edad

SAD también puede ocurrir después de un evento estresante de la vida como:

 Mudanza a un nuevo hogar


 Cambiar las escuelas
 Divorcio
 La muerte de un familiar cercano

¿Cómo se diagnostica el trastorno de ansiedad por separación?

Los niños que experimentan tres o más de los síntomas anteriores pueden ser
diagnosticados con SAD. Su médico puede solicitar pruebas adicionales para
confirmar el diagnóstico. Su médico también puede observar cómo interactúa con su
hijo. Esto muestra si su estilo de crianza afecta la forma en que su hijo maneja la
ansiedad.

¿Cómo se trata el trastorno de ansiedad por separación?

La terapia y la medicación se usan para tratar la SAD. Ambos métodos de tratamiento


pueden ayudar a un niño a lidiar con la ansiedad de una manera positiva.

Terapia

La terapia más eficaz es la terapia cognitivo-conductual (TCC). Con CBT, a los niños
se les enseñan técnicas de afrontamiento para la ansiedad. Las técnicas más
comunes son la respiración profunda y la relajación. La terapia de interacción entre
padres e hijos es otra forma de tratar el TAS. La terapia para los padres puede
dividirse en tres fases principales de tratamiento:

 Child Interaction ( CDI), que se centra en mejorar la calidad de la relación padre /hijo.
Implica calidez, atención y alabanza. Estos ayudan a fortalecer la sensación de seguridad de
un niño.

 Bravery-Directed Interaction ( BDI), que educa a los padres sobre por qué su hijo se
siente ansioso. El terapeuta de su hijo desarrollará una escalera de valentía. La escalera
muestra situaciones que causan sentimientos de ansiedad. Establece recompensas por las
reacciones positivas.

 Parent-Directed Interaction ( PDI), que Enseña a los padres a comunicarse claramente


con su hijo. Esto ayuda a manejar el comportamiento deficiente.

El ambiente escolar es otra clave para el éxito del tratamiento. Su hijo necesita un
lugar seguro donde ir cuando se siente ansioso. También debe haber una manera
para que su hijo se comunique con usted si es necesario durante las horas de escuela
u otras veces que él o ella está lejos de casa. Por último, el maestro de su hijo debe
fomentar la interacción con otros compañeros de clase. Si tiene inquietudes sobre el
salón de clase de su hijo, hable con el maestro, con el principio o con un consejero.

Medicación
No hay medicamentos específicos para SAD. Los antidepresivos se utilizan a veces
en niños mayores con esta condición. Sin embargo, los niños deben ser monitoreados
de cerca para los efectos secundarios.

Efectos del trastorno de ansiedad por separación en la vida familiar

El desarrollo emocional y social se ven seriamente afectados por la SAD. La condición


puede hacer que un niño evite experiencias cruciales para el desarrollo normal. SAD
también puede afectar la vida familiar. Algunos problemas familiares asociados con
SAD son:

 Actividades familiares que están limitadas por el comportamiento negativo


 Los padres con poco o ningún tiempo para sí mismos o entre sí, lo que resulta en la
frustración
 Hermanos que se ponen celosos de la atención adicional dada al niño con SAD

Introducción
El inicio de cualquier tratamiento requiere
 Una valoración diagnóstica precisa
 Un conocimiento exhaustivo de los factores implicados en el origen y
desarrollo del problema: antecedentes, factores desencadenasteis,
factores predisposicionales, factores de mantenimiento, soluciones
intentadas, etc.
 Un conocimiento suficiente del paciente y sus circunstancias:
características familiares, grado de deterioro de la salud y el bienestar,
incapacitación e interferencias en planes de acción o estatus
significativos para la persona, recursos personales, atribución de
capacidad y eficacia, rasgos destacados de la personalidad, estado
emocional general, etc.
 La formulación de un esquema explicativo que identifique las
variables más relevantes del caso, las relaciones críticas entre ellas, y
el proceso que han ido siguiendo a lo largo del tiempo.
 El establecimiento de una relación adecuada entre el paciente, el
especialista y los familiares y educadores, que les permita trabajar
juntos de manera eficiente: reconocimiento mutuo, comunicación
eficaz, confidencialidad, seguimiento de prescripciones etc.
 Finalmente, en función de todo lo anterior, el establecimiento de unos
objetivos evaluables y unos medios convenientemente ordenados y
secuenciados. Estos últimos, los medios y su despliegue, son los que
constituyen el tratamiento propiamente dicho.
La intervención terapéutica conjuga, normalmente, tratamientos
específicos, en función del diagnóstico principal, con otros de carácter
más general o contextual, en función de las características personales y
circunstancias del paciente. Normalmente, las primeras intervenciones
van encaminadas a reducir los síntomas de ansiedad y la incapacitación
que producen. Posteriormente se analizan y tratan los factores que
originan y/o mantienen la ansiedad y otras alteraciones que puedan
acompañarla.

Habitualmente, los tratamientos incluyen aspectos relacionados con la


recuperación de la salud, si se ha perdido, aspectos relacionados con la
prevención, y aspectos relacionados con el desarrollo personal del
paciente que de un modo u otro tienen que ver con lo que le pasa.

Tratamientos específicos de la ansiedad por separación


En este trastorno se aplican técnicas cognitivo-conductuales similares a
las usadas en el resto de problemas de ansiedad. No obstante, al darse
fundamentalmente en personas de reducida edad, requieren una serie de
adaptaciones. En primer lugar es fundamental considerar la edad y el
nivel de desarrollo del niño/a, porque esto nos indicará que es normal y
que no. Si finalmente resulta que estamos ante un problema, y existe la
decisión de iniciar la terapia, es preferible que ésta se haga en un
contexto lo más parecido posible al que está habituado el niño.
Lo ideal es que las sesiones se desarrollaran en el contexto natural del
niño. El terapeuta necesariamente ha de adoptar un papel más activo,
puesto que el paciente aún no tiene suficiente capacidad de decisión.
Además, y sobre todo en las primeras sesiones, es aconsejable que estén
presentes los cuidadores habituales, que den seguridad y apoyo al niño.
De lo contrario seguramente el tratamiento no lograría desarrollarse
adecuadamente. También es importante que los padres y otros
educadores sean educados para ser co-terapeutas, de manera que
aprendan estrategias enseñadas por el terapeuta y las usen fuera de la
terapia con su niño. Por último, es importante trabajar con la motivación
por la terapia en el niño, para que le resulte más gratificante estar
siguiendo un tratamiento psicológico y/o farmacológico.
Las técnicas más usadas y que han mostrado su eficacia en el tratamiento
del trastorno de ansiedad por separación son:
 Entrenamiento de padres y otros educadores en los principios de las
técnicas operantes: fundamentalmente se les enseña a premiar los
pequeños avances del niño/a y a dejar de reforzar conductas que,
aunque parecen aliviar la angustia del paciente, no hacen sino
prolongarla innecesariamente.
 Exposición gradual en vivo a las situaciones de separación: se prepara
una lista de situaciones ordenadas de menos a más temidas.
Progresivamente el niño se va exponiendo a cada una. En las primeras
sesiones es acompañado por alguna persona significativa, para
gradualmente ir el paciente haciendo frente sólo a las situaciones con
lo que aumentará su confianza. A la larga el objetivo es que sea el
propio paciente el que haga una autoexposición regular y en su
contexto habitual, para que, finalmente soporte las situaciones de
separación con la menor ansiedad posible.
 Relajación: es una respuesta incompatible con la ansiedad (no se
puede estar relajado y ansioso a la vez) que sirve para afrontarla. Lo
más habitual es emplear la Relajación Progresiva de Jacobson que se
basa en ejercicios de tensión-distensión que muestran las diferencias
entre relajación y tensión. Para niños menores de 8 años las sesiones
son más cortas, de unos 10-15 minutos para mantener su atención y no
fatigarle, se usan instrucciones cortas y claras, también modelos para
que aprenda mejor el procedimiento de relajación, así como
materiales que facilitan el aprendizaje como muñecos o silbatos.
 Otros métodos de relajación: la risa, el juego, la música, etc.
 Técnicas de modelado: se usa un modelo real o no, que se enfrenta a
la situación temida gradualmente y sin sufrir consecuencias negativas.
Lo más efectivo es que el modelo esté de cuerpo presente y que el
niño participe repitiendo las conductas del modelo animado y apoyado
emocionalmente por éste. Estas técnicas se usan reforzando al niño
sistemáticamente a medida que se anima a realizar las conductas del
modelo, y dándole indicaciones de cuál es la forma de proceder (las
llamadas “guías físicas”). Es importante que el modelo resulte
atractivo para el niño, se asemeje a él, y sea un modelo de
afrontamiento y no de dominio. Mientras más modelos de este tipo
mejor. Atender a la tarea es muy necesario.
 Imágenes emotivas: el niño/a ha de imaginar situaciones diarias donde
participan sus personajes favoritos, lo cuál genera emociones gratas.
Progresivamente se dice al niño que imagine situaciones que le
provoquen algo de ansiedad, para ir pasando a otras más angustiantes.
Las emociones positivas del principio de la técnica tienen un efecto de
inhibición sobre la angustia posterior.
 Práctica reforzada o moldeamiento: se pacta un objetivo final (ir solo
al colegio por ejemplo) y se fragmenta en una serie de objetivos
intermedios que vayan de la situación actual en que se encuentra el
niño al objetivo último. Luego se va premiando la consecución de
cada uno de los objetivos parciales, para así llegar al objetivo final.
Esta técnica también usa la guía física. Es importante ir dejando de
reforzar las conductas de evitación e ir informando al niño del
desarrollo de la técnica.
 Técnicas cognitivas: se trabajan aquellos pensamientos o imágenes
que podrían estar implicados en el trastorno. Fundamentalmente, en
este trastorno, se usan las autoinstrucciones positivas. Se trata
fundamentalmente de invitar al niño a que cambie la forma de
hablarse a sí mismo, pasando del “no puedo hacerlo”, “algo malo va a
pasar” al “lo voy a intentar”, “puede ser que algo ocurra”. Esta
técnica, sin embargo, requiere de unas ciertas habilidades
intelectuales, que la hacen inadecuada para niños de reducida edad
que aún carecen de éstas.
Aunque aquí, con propósitos expositivos, se han presentado las técnicas
por separado, lo habitual es que se usen diferentes técnicas
simultáneamente, para así potenciar la efectividad del tratamiento.

__________
Fuente: Clínica de la Ansiedad. Psicólogos y psiquiatras en Barcelona y
Madrid.

Para saber más


Echeburúa, E.(1996). Trastornos de ansiedad en la infancia.Madrid.
Ediciones Pirámide.
Bragado, C. (1994). Terapia de conducta en la infancia: trastornos de
ansiedad. Madrid. Fundación Universidad-Empresa.

Trastorno por Déficit de Atención e


Hiperactividad (TDAH)
Síntomas del Trastorno por Déficit de Atención
e Hiperactividad (TDAH)
El TDAH es un trastorno psicológico y del comportamiento, caracterizado por
falta de atención, hiperactividad y/o impulsividad. Si bien se asocia a un
trastorno propio de la infancia, también existe un elevado número de personas
que presentan TDAH en la edad adulta.
Los principales síntomas asociados al TDAH

son:

 Falta de atención: incapacidad para mantener la atención en una tarea


durante un largo periodo de tiempo, en el caso de los niños, incluso cuando
la actividad es de tipo lúdica, realizando juegos. También son frecuentes
otros síntomas como: incomodidad y/o evitación de tareas que requieren un
esfuerzo mental mantenido, falta de atención a los detalles, pérdida de
objetos necesarios para el desempeño de actividades cotidianas, distracción
frecuente ante estímulos externos, dificultades para organizar, planificar y/o
terminar una tarea empezada, así como para seguir instrucciones.
 Hiperactividad: se caracteriza por realizar continuos movimientos con
diferentes partes del cuerpo sin necesidad, de forma desmesurada;
incapacidad para mantenerse sentado durante un periodo medio de tiempo,
así como para estar tranquilo mientras realiza cualquier actividad; cambiar
de actividad aunque no se haya terminado, hablar excesivamente, hacer
ruidos continuamente… En términos generales, excesiva actividad.

 Impulsividad: comportamientos como responder antes de que se haya


terminado de preguntar, interrupciones frecuentes a otras personas,
dificultad para esperar el turno, dificultad para estar en silencio.

Tratamiento del TDAH


Primera entrevista
En primer lugar realizaremos una entrevista detallada con el fin de conocer el origen
del TDAH. Cada caso es diferente en cuanto a origen, sintomatología y
consecuencias en la vida cotidiana; por eso es importante escuchar la versión del
paciente, la forma de relatar su propia historia y las emociones que expresa.

Diagnóstico y tratamiento
Una vez dispongamos de la información necesaria para contextualizar el caso, el
terapeuta, junto con el paciente y la familia en su caso (dependerá de la edad del
paciente), irán analizando los factores desencadenantes de la sintomatología
presente. Posteriormente, será necesario realizar un análisis descriptivo de las
causas que originan los síntomas del TDAH.
Paciente y terapeuta irán explorando así el tipo de vinculación y de relación
que el paciente mantiene con su entorno familiar, social, escolar, profesional,
etc., con el fin de comprender en profundidad las dinámicas relacionales que
puedan influir en la evolución de los síntomas. Será necesario, además, prestar
especial atención al aspecto neuroconductual del TDAH, relacionando las bases
neurobiológicas del trastorno con los factores comportamentales.
El TDAH puede ser entendido como un trastorno derivado, principalmente, de
factores biológicos que pueden ser potenciados o debilitados por factores
ambientales, de orden familiar, escolar o social. Sin embargo, será de gran
importancia efectuar un cuidadoso diagnóstico diferencial a fin de distinguir
el TDAH de un problema de inatención o impulsividad infantil, provocado por
dinámicas familiares o sociales deficientes. En esta línea, también es
sumamente importante descartar otras posibles afecciones, como por ejemplo
enfermedades médicas, trastornos de conducta o problemas de aprendizaje.
Una vez realizado el diagnóstico diferencial, se valorará el tipo de tratamiento más
adecuado, en función de la etiología del caso, pudiendo contemplar las siguientes
opciones no excluyentes:

 Derivación a otros profesionales sanitarios.

 Tratamiento farmacológico, prescrito por un médico o psiquiatra.

 Intervención a nivel familiar, para transformar dinámicas relacionales


insuficientes en otras más adecuadas, que den el soporte emocional
necesario al hijo. A modo de ejemplo: aumentar la pauta de encuentros
familiares provistos de conexión emocional (celebraciones, comidas
familiares, encuentros amistosos…) y tratar de reducir y mejorar los
encuentros con baja conexión emocional (comidas frente al televisor en las
que apenas se interactúa…).

 Psicoterapia individual infantil o adulta, que permitirá explorar los posibles


orígenes psicológicos de la inatención, la hiperactividad o la impulsividad.
Estas dificultades del comportamiento pueden estar vinculadas a
experiencias emocionales que no han sido asimiladas y gestionadas por la
persona, sino que han sido disociadas. Por ello, es necesario trabajar en
terapia las emociones conflictivas, a fin de que puedan volver a integrarse,
dando lugar a la desaparición de los síntomas.

 Aprendizaje de habilidades emocionales y de relajación.

 Uso de técnicas psicopedagógicas y psicoeducativas para potenciar las


capacidades del niño y disminuir las dificultades, de cara al aprendizaje y las
relaciones sociales.
Ansiedad por separación: Una presentación del
problema

“…Tina tenía entonces 10 años. Sus problemas empezaron el primer día


de clase, en el que se escondió en el sótano y lloró todo el día. Después
sólo iba a la escuela si su madre le acompañaba y se quedaba a comer.
Durante tres meses se quejó de dolor de cabeza y de tripa. Admitió que
lo que le pasaba era que le molestaba irse de casa, porque tenía la
impresión de que algo malo iba a pasar. Además, decía sentirse mal
cuando no veía a todos los miembros de su familia…” Fuente: DSM-IV,
libro de casos
Los miedos son parte del desarrollo evolutivo de una persona. Previenen
contra posibles peligros en cada uno de los momentos de nuestro
desarrollo. Por eso, la mayoría de miedos se dan en la infancia y la
adolescencia, y están en consonancia con las habilidades disponibles para
hacer frente a los posibles estímulos que los provocan y con las
capacidades cognitivas existentes. Estos miedos son normales, no
provocan graves interferencias en la vida académica, social o laboral de
la persona, y sirven para que la persona desarrolle habilidades motoras y
cognitivas de afrontamiento. Además, siguen una secuencia determinada,
ya que a medida que se afrontan con buenos resultados cambia el objeto
de temor.
La secuencia de miedos normales (Bragado, 1994) es:
 0 – 6 meses: pérdida súbita de la base de sustentación (soporte) y
ruidos fuertes
 7 – 12 meses: miedo a las personas extrañas y a objetos que surgen
inesperadamente
 1 año: separación de los padres, retretes, heridas, extraños
 2 años: ruidos fuertes (sirenas, aspiradores, alarmas, camiones…),
animales, habitaciones oscuras, separación de los padres, objetos o
máquinas grandes y cambios en el entorno personal
 3 años: máscaras, oscuridad, animales y separación de los padres
 4 años: separación de los padres, animales, oscuridad y ruidos
 5 años: animales, separación de los padres, oscuridad, gente “mala” y
lesiones corporales
 6 años: seres sobrenaturales, lesiones corporales, truenos y
relámpagos, oscuridad, dormir o estar solos, y separación de los
padres
 7 – 8 años: seres sobrenaturales, oscuridad, miedos basados en
sucesos aparecidos en los medios de comunicación, estar solos y
lesiones corporales
 9 – 12 años: exámenes, rendimiento académico, lesiones corporales,
aspecto físico, truenos y relámpagos, muerte y, en pocos casos, a la
oscuridad
El miedo a la separación es el primero y más básico de los miedos.
Incluso se da en otras especies. Tiene un claro sentido adaptativo ya que
el tener a los cuidadores cerca se incrementan las probabilidades de
supervivencia, hasta que el sujeto desarrolle las habilidades y la
confianza necesarias para que hacer frente a los estímulos que le
atemorizan. Entonces, una vez el sujeto gana en independencia, el miedo
se va centrando en situaciones más específicas (p. ej. oscuridad o
animales). Pero si este miedo se mantiene, y es desproporcionado en
relación al nivel de desarrollo del sujeto, conllevando problemas en áreas
importantes de la vida de éste, deja de ser útil y puede llegar a
convertirse en el trastorno de ansiedad por separación (a efectos prácticos
usaremos los términos ansiedad y miedo indistintamente).
Este, afectando a un 4% de la población infantil, porcentaje que se va
reduciendo conforme aumenta la edad. Es más frecuente en niñas que en
niños. Suele iniciarse sobre los 9 años y en relación a un estímulo
estresante. Hay cambios en la intensidad de la afectación a lo largo del
tiempo. Aunque aumenta la probabilidad de padecer otros trastornos de
ansiedad en la juventud y adultez, lo normal es que no se mantenga más
allá de la adolescencia.
Sus síntomas característicos son un malestar físico y psicológico
recurrente cuando hay una separación real o anticipada respecto de las
figuras significativas. Las figuras significativas para la persona son
aquellas con las que ha establecido un fuerte vínculo emocional y,
normalmente, serían los cuidadores habituales. También existe una
preocupación excesiva y continúa por la posibilidad de que las personas
queridas les sucedan algo grave o porque se produzca la separación.
Suele haber resistencia o negativas repetidas a implicarse en situaciones
que impliquen la separación y pesadillas relacionadas con el tema de la
separación.
Como la ansiedad por separación es uno de los primeros miedos en
aparecer, si no se supera, aumenta la probabilidad de que se den
posteriores trastornos de ansiedad en la edad adulta como la agorafobia o
el trastorno de pánico.

En la infancia las fronteras entre los diferentes trastornos mentales son


más difusas. Esto se ve en la convivencia que puede existir en un mismo
paciente de diferentes trastornos. Por ejemplo, el trastorno por ansiedad
excesiva en la infancia o las fobias múltiples. Más prototípico sería el
caso de la depresión, presente en un 30 % de los casos con trastorno de
ansiedad por separación.
También es frecuente encontrar problemas académicos por el elevado
absentismo escolar que puede haber en las personas que padecen este
trastorno. Es importante destacar que este trastorno puede darse
conjuntamente con la fobia escolar, aunque son dos trastornos con
características distintivas (la fobia escolar es un miedo desmesurado al
entorno escolar o alguno de sus miembros, y no a la separación respecto
de las figuras significativas).
Para explicar el origen de este trastorno se usan modelos
de vulnerabilidad-estrés. Es decir, existen una serie de factores de
vulnerabilidad que al interaccionar con acontecimientos estresantes y con
factores de aprendizaje, producen el trastorno. Los acontecimientos que
pueden desencadenar el trastorno son la muerte temprana de un
progenitor (afecta más cuanto más comprenda el niño o adolescente lo
irreversible de la muerte), divorcio de los padres que conlleve cambios
importantes en el quehacer cotidiano del niño y haga las relaciones
familiares más hostiles, hospitalizaciones en edades tempranas, o
cambios de residencia.
Respecto a los factores de vulnerabilidad, destacarían:
 Estilo educativo sobreprotector de los padres, impidiendo que el
niño/a desarrolle su propia autonomía.
 Familias cerradas en sí mismas, habiendo pocas ocasiones para que el
niño se separe de las figuras significativas y desarrolle su propia
autonomía.
 Predisposición heredada: en concreto la característica que más
predispone al trastorno es la inhibición conductual ya que supone una
mayor reactividad psicofisiológica (más tendencia al rubor, a la
taquicardia, a la sudoración, etc. y más tiempo para disminuir estos
síntomas).
 Relación insegura con los cuidadores.
 Problemas psicológicos en los padres, sobre todo depresión mayor y
trastorno de pánico.
 Características cognitivas: preocupaciones excesivas y no realistas
vistas como incontrolables, interpretación del mundo como negativo y
amenazante, atención excesiva a las propias reacciones y
pensamientos limitando las posibilidades de acción y aumentando las
atribuciones a uno mismo de los fracasos.
Si el niño/a no se expone a las situaciones de separación, el trastorno se
puede mantener e incluso empeorar. Otros factores de mantenimiento son
la persistencia de alguno de los factores anteriores o el reforzamiento de
la conducta del niño/a y la obtención de beneficios primarios o
secundarios por ello.

El tratamiento psicológico cognitivo-conductual suele ser efectivo en la


mayoría de los casos con este trastorno. Se usan técnicas parecidas a las
utilizadas para los adultos, pero con ciertas adaptaciones. Estas técnicas
serían la exposición, la relajación, la práctica reforzada, técnicas
cognitivas para reducir la ansiedad, programas de contingencias, y
técnicas de modelado. En cuanto a los fármacos, no están indicados para
niños menores de 6 años. En edades posteriores se suelen usar
antidepresivos y con menos frecuencia benzodiacepinas.
__________

Fuente: Clínica de la Ansiedad. Psicólogos y psiquiatras. Especialistas en


el tratamiento de la ansiedad. Madrid y Barcelona

Para saber más


Bailly, D. (1997. Angustia de sepación. Barcelona. Editorial Masson.

Bragado, C. (1994). Terapia de conducta en la infancia: trastornos de


ansiedad. Madrid. Fundación Universidad-Empresa.

Echeburúa, E.(1996). Trastornos de ansiedad en la infancia. Madrid.


Ediciones Pirámide.

First,M; Frances, A.; Pincus H.A. (2002). DSM-IV: Manual diagnóstico


y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona. Ed. Masson.

Klein, R.; Last, C. (1989). Anxiety disorders in children U.S.A.. Sage


Publications.

TEMA 4. DÉFICIT DE ATENCIÓN

1. ¿QUÉ ES EL DÉFICIT DE ATENCIÓN INFANTIL?

1.1.- Criterios para el diagnóstico de Trastorno por déficit de

atención con y sin hiperactividad (DSM IV)

1.2.- Terminología
2.- DÉFICIT DE ATENCIÓN SIN HIPERACTIVIDAD

2.1.- Definición.

2.2.- Características del DA.

2.3.- Origen del DA

2.4.- Tratamiento del DA

3.- DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD

3.1.- Definición

3.2.- Características del DAH

3.3.- Origen del DAH

3.4.- Desarrollo evolutivo de los niños con DAH

3.5.- Tratamiento del DAH

1. ¿QUÉ ES EL DÉFICIT DE ATENCIÓN INFANTIL?

1.1.- Criterios para el diagnóstico de Trastorno por déficit de

atención con y sin hiperactividad (DSM IV)

A. Existen 1 o 2:

1. seis (o más) de los siguientes síntomas de desatención han

persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que

es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de

desarrollo:

Desatención:

(a) a menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre

en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en

otras actividades

(b) a menudo tiene dificultades para mantener la atención en

tareas o en actividades lúdicas

(c) a menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente

(d) a menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares,

encargos, u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a


comportamiento negativista o a incapacidad para comprender

instrucciones)

(e) a menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades

(f) a menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse

a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como

trabajos escolares o domésticos)

(g) a menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades

(p. ej. juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o

herramientas)

(h) a menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes

(i) a menudo es descuidado en las actividades diarias

2. seis (o más) de los siguientes síntomas de hiperactividadimpulsividad

han persistido por lo menos durante 6 meses con

una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con

el nivel de desarrollo:

Hiperactividad

(a) a menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su

asiento

(b) a menudo abandona su asiento en la clase o en otras

situaciones en que se espera que permanezca sentado

(c) a menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es

inapropiado hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a

sentimientos subjetivos de inquietud)

(d) a menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse

tranquilamente a actividades de ocio

(e) a menudo "está en marcha" o suele actuar como si tuviera un

motor

(f) a menudo habla en exceso


4

Impulsividad

(g) a menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas

las preguntas

(h) a menudo tiene dificultades para guardar tumo

(i) a menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de

otros (p. ej. se entromete en conversaciones o juegos)

B. Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o

desatención que causaban alteraciones estaban presentes antes de

los 7 años de edad.

C. Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan

en dos o más ambientes (p. ej., en la escuela [o en el trabajo] y en

casa).

D. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente

significativo de la actividad social, académica o laboral.

E. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de

un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro

trastorno psicótico, y no se explican mejor por la presencia de

otro trastorno mental (p. ej., trastorno del estado de ánimo,

trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o un trastorno de la

personalidad).

1.2.- Terminología

DA = DÉFICIT DE ATENCIÓN (concretamente, déficit de

eficacia atencional)

DAH = DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD

(concretamente, déficit de atención sostenida junto a

hiperactividad o hiperkinesia)

2.- DÉFICIT DE ATENCIÓN SIN HIPERACTIVIDAD


2.1.- Definición.

Es una situación de desajuste o inadaptación familiar, escolar,

social o personal, originada por unas demandas de

comportamiento social o escolar, efectuadas por parte de padres,

maestros u otros educadores, a un niño o niña que presenta unas

características temperamentales específicas.

2.2.- Características del DA.

1. Una actividad motriz caracterizada por excesiva lentitud en

sus movimientos (hacen las cosas más despacio que lo

"normal": se visten, se lavan, comen, andan,...)

2. Una importante dificultad, cuando prestan atención a un

contexto o situación, para darse cuenta de los elementos

relevantes o significativos (no sabe distinguir lo principal de lo

secundario y suele responder a lo que más llama su atención).

No encuentran los detalles.

3. Les cuesta dirigir su atención a lo que el entorno les demanda

(padres, amigos, profesores,...)

4. Parece que les cuesta un tiempo mayor que a la media llevar a

cabo cualquier tipo de tareas cognitivos. Son lentos tanto para

"hacer cosas" como para "pensar en cosas"

5. Suelen dejar las tareas a medio hacer: cuando percibe que está

fracasando, prefiere dejar las cosas sin terminar que hacerlo

mal y recibir una recriminación por ello.

- Estas características se manifiestan desde la primera infancia

(primer y segundo año se considera un trastorno de base

biológica) y suelen estar generalizadas a cualquier situación

y época, si bien resulta difícil confirmar tal diagnóstico hasta

los 4-5 años de edad.


- Suelen causar:

o Sentimientos hostiles de su familia (no comprenden

por qué el niño se comporta de ese modo y tampoco

saben cómo abordar la situación)

o recriminaciones por parte de padres, hermanos,

profesores,...

o exigencias de mayor rapidez

o retrasos en aprendizajes sociales, de autonomía y

escolares (suelen leer y escribir mal; cometer errores

frecuentes en sus tareas escolares, confunden hechos,

fechas, tienen problemas para memorizar y para

generalizar lo aprendido...)

o Suelen perder u olvidar dónde han dejado sus cosas;

juguetes, materiales escolares,...

o En el Centro Educativo no suelen tener problemas de

relación con sus Profesores y compañeros

2.3.- Origen del DA

- El DA no tiene ninguna relación con factores ambientales,

tal como alimentación o la exposición a radiaciones, pero el

trastorno por DA sí se encuentra relacionado funcionalmente

con prácticas educativas inadecuadas, en el hogar familiar o

en el centro educativo, concretamente cuando:

o los padres ignoran sus dificultades y le exigen

demasiado

o los profesores

ignoran sus dificultades y le exigen lo mismo

que a los demás

atribuyen estos problemas de conducta a:


• la mala educación que han recibido de sus

padres

• a problemas de adaptación del niño al

colegio.

• que carece de voluntad para atender y hacer

las cosas más deprisa

• el niño es intelectualmente torpe algo vago,

descuidado, sin interés por aprender.

- No parece estar debido a alteraciones cerebrales (pocos

estudios aún)

- La condición se mantiene a lo largo de la vida, si bien,

dependiendo de las ayudas profesionales y familiares que

reciban pueden adquirir destrezas cognitivas e instrumentales

para mejorar su adaptación al entorno.

2.4.- Tratamiento del DA

2.4.1.- Tratamiento farmacológico.

- En la actualidad se proporciona a los niños inatentos el

mismo fármaco que a los hiperactivos (estimulantes del

Sistema Nervioso). Sin embargo, pese a que esta sustancia

tienen algunos efectos activadores, no produce cambios

significativos en el rendimiento escolar ni en la conducta de

estos niños.

- Aunque es más cómodo y más económico en tiempo y dinero

que un proceso de aprendizaje de nuevas destrezas cognitivas

e instrumentales, muchos profesionales desaconsejan dar

fármaco alguno a estos niños.

2.4.2.- Tratamiento educativo

9
- El maestro debe:

o asegurarse de su identificación como tal, requiriendo

un diagnóstico fiable por un especialista en estos

niños.

o tratarlo como un niño diferente, realizando ajustes en

el currículo del aula, para facilitar al niño su

seguimiento de una manera más cómoda y factible

para él:

debe pedirle tareas más cortas o darle más

tiempo para realizarlas

Ayudarle en sus procesos de análisis de las

tareas, guiando su atención.

Adaptar la metodología de aprendizaje a sus

características mediante una Adaptación

Curricular Metodológica.

No castigar a los niños por distraerse sino

reforzar mediante elogios e incentivos que regule

la atención.

Asegurarnos de que atiende en clase:

• Estructurando las tareas en tiempos más

largos,

• sentándolo cerca del profesor y lejos de

fuentes de distracción (ventanas,

compañeros que le alteran,...),

10

• controlando el ambiente para que haya los

menores elementos distractores posibles.

3.- DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD

3.1.- Definición
Un trastorno de conducta, caracterizado por una gran dificultad

de mantener la atención en una situación durante un período

de tiempo razonablemente prolongado, junto a movimientos

frecuentes de manos, extremidades,... La dificultad para

mantener la atención en una tarea o actividad incluye tanto

actividades motrices ("hacer algo"), como actividades

intelectuales ("pensar o reflexionar sobre algo")

3.2.- Características

1- Una actividad motriz excesiva (se mueven constantemente y

mucho más que lo "normal") e injustificada (parece que "se

mueve por moverse".)

2- Una importante dificultad para poner atención a las

situaciones el tiempo suficiente para analizar las diversas

11

situaciones u objetos con detenimiento y eficacia se

incrementa en presencia de otros niños (mayor distracción)

3- Una gran impulsividad cognitiva (no a causa de emociones

intensas) o déficit de reflexividad, respondiendo casi

siempre, con "la primera idea que se les ocurre" o que "ya tienen

pensada de antemano".

4- Suelen abandonar lo que están haciendo sin haberlo

terminado.: juegos, tareas escolares,...

5- Su falta de atención les dificulta aprender muchas cosas

retrasos generalizados en su desarrollo: social, escolar

(dificultades en la adquisición de la lectura, la escritura, el

cálculo, problemas para memorizar y para generalizar lo

aprendido), personales, etc.

6- En el Centro Educativo suelen tener problemas de relación

con sus Profesores y compañeros (aunque no siempre es así),


suelen leer y escribir mal; cometer errores frecuentes en sus tareas

escolares, confundir hechos, fechas,... (todo debido a su falta de

atención)

7- Suelen perder u olvidar dónde han dejado sus cosas; juguetes,

materiales escolares,...

12

8- Sus movimientos suelen ser bruscos, rápidos y,

consecuentemente, torpes: rompen cosas sin querer, tropiezan, se

golpean,....

3.3.- Origen del déficit de atención

- El DAH se pone de manifiesto desde el primer año de vida,

aunque resulta difícil confirmar tal diagnóstico hasta los 4-5

años de edad (antes de esa edad la capacidad atencional se

está desarrollando y el niño está en un período de

exploración y manipulación que hace que los criterios de

diagnóstico no discriminen claramente entre lo que es un

comportamiento normal y el que no lo es) se considera un

trastorno de base biológica.

- El DAH no tiene ninguna relación con factores ambientales,

tal como alimentación o la exposición a radiaciones, pero el

TRASTORNO por DAH sí se encuentra relacionado

funcionalmente con prácticas educativas inadecuadas, en el

hogar familiar o en el Centro Educativo

- El comportamiento de los niños puede generar

sentimientos hostiles en la familia, lo cual provoca un

ambiente familiar tenso.

- Los maestros se quejan de que no para de moverse,

interactúa constantemente con los compañeros, habla

mucho, no se centra en lo que hace y no sigue las


instrucciones que se le dan Suelen tener una actitud

13

negativa hacia él, ya que lo considera desafiante,

desobediente, vago, descuidado y tratar al niño

hiperactivo como un niño desobediente y con mala fe.

- El autocontrol o auto-regulación del comportamiento es

el resultado del desarrollo y de los procesos educativos

recibidos en casa y en el colegio; es decir, de sus

aprendizajes. Pero todo aprendizaje requiere de dos

condiciones: una capacidad intelectual para relacionar

acontecimientos (inteligencia lógica) y una atención

eficaz y sostenida.

- El DAH no se debe a malformaciones cerebrales: su

cerebro "funciona de manera diferente" en alguna zona

- Tiene un fuerte componente genético

- La condición se mantiene a lo largo de la vida, si bien,

dependiendo de las ayudas profesionales y familiares que

reciban pueden llevar a las personas que lo presentan a

aprender a vivir con esta característica de tipo

"temperamental" y desenvolverse con gran eficacia y éxito

social y profesional en la vida.

3.4.- Desarrollo evolutivo de los niños con DAH

Primera infancia

- Suelen presentar dificultades para comer, dormir, son

inquietos, irritables..., pero este comportamiento también lo

14

presentan algunos niños que no son hiperactivos.

Por lo tanto, solo se consideran indicadores de una posible

hiperactividad que se confirmará en el futuro.


4-6 años

- Es impulsivo, desobediente: quiere salirse con la suya, tiene

malas relaciones con los demás, no se entretiene con nada,

no está quieto nunca.

7-12 años

- A los indicadores anteriores se añaden, progresivamente,

problemas de ansiedad y estrés (resultado de los excesivos

castigos que recibe) y los primeros fracasos escolares.

3.4.- Tratamiento del DAH

3.4.1.- Tratamiento farmacológico

- Pueden resultar una estrategia más cómoda y más

económica en tiempo y dinero que un proceso de

aprendizaje de nuevas destrezas cognitivas e instrumentales,

recomendado en caso de falta de recursos

socioeducativos por parte de padres o maestros y de cierta

gravedad del trastorno mientras se utilice de manera

prudente (no masiva) y combinado con procesos de

15

enseñanza para que aprenda a regular su conducta por sí

mismo.

- Determinados medicamentos (psicoestimulantes y

antidepresivos) aumentan la capacidad de atención y

concentración y reducen la hiperkinesia y la movilidad del

niño: efecto paradójico (la hiperkinesia busca la

sobreestimulación del cerebro, de modo que si se sobreestimula

al cerebro para que alcance mayores niveles de

activación, se logra una mayor capacidad de mantenimiento

de la atención)

- Sus efectos duran poco tiempo (se elimina por la orina en


unas cuantas horas) y es preciso volver a tomar otra pastilla

Por lo general, se toma una pastilla al levantarse y otra a

medio día.

- Requiere períodos de descanso (fines de semana y

vacaciones) ya que interfiere con los procesos del

crecimiento

- Por lo general, se mantiene la ayuda farmacológica desde

los 5-6 años hasta los 9-10, facilitando al niño lograr sus

aprendizajes curriculares y ser aceptado socialmente por los

iguales. A estas edades es prácticamente imposible que el

niño desarrolle habilidades de autocontrol simplemente con

un sistema de recompensas y castigos administrado por

padres, maestros y otros educadores.

16

o Si el niño recibe entrenamientos específicos en

focalización de atención y de solución de problemas

interpersonales, y si los padres y maestros lo tratan de

acuerdo con los principios y técnicas de la

educación asertiva, entonces es posible evitar la

medicación.

- En la actualidad se están desarrollando otros fármacos

diferentes a los psicoestimulantes y a los antidepresivos.

3.4.2.- Tratamiento educativo

El maestro de un niño hiperactivo debe:

- Asegurarse de su identificación como tal, requiriendo un

diagnóstico fiable por un especialista en estos niños.

- Ayudarle a que aprenda a controlar su comportamiento en el

aula, lo que repercutirá en una mejor relación con los demás,

en unos mejores resultados académicos y en una mejora de


su autoestima.

- Ayudarle a centrar la atención en la tarea, p.e. haciendo que

nos mire a los ojos, incluso instigándole para que lo haga,

hablándole suavemente pero con firmeza, incluso pidiéndole

a continuación que repita lo que se le ha dicho para ver si ha

entendido el mensaje.

- Adaptar la metodología de aprendizaje a sus características

mediante una Adaptación Curricular Metodológica.

17

o Tratarle como un niño diferente, realizando ajustes en

el currículo del aula, para facilitar al niño su

seguimiento de una manera más cómoda y factible

para él:

o Estructurar las tareas en tiempos cortos, permitiendo

que haga descansos al concluir las mismas, reforzando

los períodos de atención, controlando el ambiente para

que haya los menores elementos distractores posibles.

o Debe permitirle levantarse y moverse, siempre de

forma que no moleste a nadie:

o Puede nombrarle su "ayudante" y así poder hacer

pequeños recados del profesor en clase.

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