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Repensar la enseñanza
de la geografía y la historia
recursos
4 47 3
Encarna Hidalgo, Dolores Juliano
Montserrat Roset y Àngels Caba
Repensar la enseñanza
de la geografía y la historia
Una mirada desde el género
OCTAEDRO
Colección Recursos, n.º 47
© De esta edición:
Ediciones Octaedro, S.L.
Bailén, 5 - 08010 Barcelona - España
Tel.: 93 246 40 02 - Fax: 93 231 18 68
octaedro@octaedro.com
http://www.octaedro.com
ISBN: 978-84-9921-041-4
Depósito legal: B. 43.985-2009
Inicio
A nuestras madres:
Presentación ................................................................ 15
1 Introducción ........................................................ 75
2 Propuestas didácticas ............................................... 77
2.1 Hacer visible lo ocultado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
2.1.1 ¿Qué es arte? .............................................. 77
2.1.2 ¿Quién hace arte? ......................................... 79
2.2 El cuerpo femenino colonizado ................................. 90
2.2.1 ¿ Son mujeres o estereotipos? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
2.2.2 ¿Sin ropa o desnuda? ..................................... 92
2.3 Otra forma de ver el mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
2.3.1 La mirada de las artistas .................................. 94
2.3.2 Nueva imagen, nueva identidad .......................... 96
2.3.3 El arte, como la vida, es mucho más ..................... 97
3 Cuestiones conceptuales ............................................ 99
3.1 La exclusión de la producción artística femenina .............. 99
3.2 Deconstruir y reconstruir ....................................... 102
4 Bibliografía .......................................................... 104
5 Anexo ............................................................... 105
3 Feminismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
4 Fuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
5 Género . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
7 Patriarcado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
Inicio Salir
••• Presentación
15
Presentación
Las autoras
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I
Estado de la cuestión
y líneas de avance
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
«La educación de las mujeres debiera ser siempre relativa a los hombres.
Complacernos, sernos útiles, hacer que las amemos y estimemos, que nos edu-
quen cuando somos jóvenes y nos cuiden cuando seamos viejos, nos aconsejen,
nos consuelen, para que así nuestras vidas sean fáciles y agradables, estos son
los deberes de las mujeres de todos los tiempos y para lo que debieran ser ense-
ñadas durante la infancia.»
«Una mitad de la raza humana excluida por la otra mitad de toda participación
en el gobierno, es un fenómeno político que no puede verse justificado en nom-
bre de principios abstractos».
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1- La enseñanza y las mujeres •••
21
La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
«Educad a las mujeres como a los hombres, dice Rousseau, y de este modo,
cuanto más se nos parezcan, menos poder tendrán sobre nosotros. Ese es exac-
tamente el objetivo que yo propongo. No deseo que tengan poder sobre los hom-
bres, sino sobre sí mismas» (89-90)
1970 2000
Mundo 63 71 57 79 85 74
Regiones Desarrolladas 95 97 94 99 99 98
África Subsahariana 29 39 19 61 69 54
Estados Árabes 29 44 15 62 75 50
Am. Latina-Caribe 74 78 70 88 89 88
Asia Oriental y Oceanía 56 70 42 86 92 80
Asia Meridional 32 45 18 56 67 44
Países menos desarrollados 27 39 16 51 61 41
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1- La enseñanza y las mujeres •••
Países ricos 49 49 49 49 38 45
África 39 44 29 38 20 30
A. Latina 49 49 47 48 33 41
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
Cuadro 3. Personas inactivas que cursan estudios por estudios terminados, sexo
y grupo de edad, en el tercer trimestre de 1997
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1- La enseñanza y las mujeres •••
bres) como los de ciclo largo (46.155 mujeres y 37.166 hombres) lo que
puede resumirse diciendo que en todos los niveles de enseñanza, las
mujeres se inscriben más y terminan en mayor proporción sus estudios
que sus compañeros del otro sexo.
Es necesario replantear entonces la línea de razonamiento que ha
predominado a lo largo de todo el siglo XX, y aún en la actualidad diri-
ge las políticas educativas. Si bien se sigue considerando válido consi-
derar que las prácticas educativas condicionan las conductas, ha cam-
biado el contenido de la fundamentación que se realiza al respecto,
pasando la preocupación de la cantidad de escolaridad que recibe cada
género, a la preocupación por los tipos de contenidos que se imparten y
los modelos de conducta de género que se transmiten.
Es indudable que las mujeres han tomado muy en serio las recomen-
daciones del feminismo de la igualdad al respecto, y han dedicado un
esfuerzo generalizado y sostenido a mejorar su nivel de instrucción,
como manera de promover su inserción social. Pero, contrariamente a lo
que se pensaba en el siglo XVIII, ganar esa batalla no significa ganar la
guerra. En realidad, no se ha avanzado mucho en el camino de la igual-
dad de posibilidades para ambos géneros, si sólo se han extendido a las
niñas patrones de conducta pensados para los niños. Es cierto que la
entrada masiva de las mujeres en el sistema educativo ha abierto puer-
tas laborales antes insospechadas, pero aboca también a nuevos y difí-
ciles problemas. ¿Es realmente deseable generalizar un único modelo?
¿O esto significa un empobrecimiento de las opciones posibles? ¿Trans-
formar a Sofía en Emilio es la única opción posible para liberarla de su
destino de servidumbre? ¿No hay valores, aportes o logros que se hayan
desarrollado en el lado femenino del mundo y que puedan incorporar-
se a los planes de enseñanza, no para uso exclusivo de las mujeres, sino
como aportes a cualquier escolar?
El moderno feminismo de la diferencia propone que hay conductas
específicas de las mujeres y que éstas son tan válidas como las que tra-
dicionalmente han desarrollado los hombres. Pero, salvo algunas excep-
ciones, esto no significa recaer en considerar que las conductas se dife-
rencian a partir de las bases biológicas, ya que al mismo tiempo se acep-
ta comúnmente que esta diferencia se relaciona con conductas aprendi-
das y no con condicionamientos naturales. Si esto es así, mantener el
modelo masculino como patrón de conducta universal en la enseñanza,
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
Escolarización Tener
igual para en cuenta
Reivindicación
hombres y los aportes
mujeres femeninos
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••• 2 Cultura dominante,
subculturas y contestación 1
1. Una versión más desarrollada de estas propuestas, aparece en mi libro Las que saben. Madrid.
Editorial Horas y Horas, 1997.
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
2. Ver al respecto la interesante compilación realizada en Le Langage des Femmes (Les Cahiers du
Grif Belgique 1992) en que diferentes autoras señalan las dificultades generales y particulares, con
que tropieza el reconocimiento de la relación artística o científica femenina.
3. Hay un buen análisis sobre la relación del feminismo de mediados de siglo con otras corrientes
políticas y filosóficas de la época en Amelia Valcárcel (1991) y también en Amorós (1985).
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2- Cultura dominante, subculturas y contestación •••
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
Las mujeres de los sectores populares son las que más reiteradamen-
te han sido vistas como «idénticas»4 y se les ha asignado pasividad y
conformismo. A partir de estos supuestos, con frecuencia se ha evalua-
do el escaso éxito acumulativo de sus estrategias defensivas como un
indicador de la inexistencia de las estrategias mismas.5
Cuando a esta distorsión general de la comunicación que se produce
entre distintos sectores de una misma sociedad, se agregan las barreras
étnicas y raciales, el desencuentro puede ser mayor. En lugar de plan-
tearse siempre un diálogo, que sería mutuamente enriquecedor, muchas
veces se plantea una relación didáctica desde las asociaciones feminis-
tas, y desde las ONG, que tienden a adoctrinar a las mujeres de los gru-
pos étnicos o de los sectores populares sobre cuáles deben ser sus rei-
vindicaciones. Esto se acompaña de una relación de clientelismo por
parte de las mujeres populares, que pasan a articular sus demandas y
discursos de acuerdo a lo que sus mentoras consideran correcto. Las pri-
meras creen ver, con frecuencia, ignorancia y pasividad en las segundas.
Éstas a su vez instrumentalizan la ayuda que reciben, de acuerdo a sus
viejas estrategias de obtener pequeños logros sin cuestionar los marcos
teóricos, dando sólo las batallas que consideran posibles.
Son dos maneras de actuar ante la subordinación femenina que tie-
nen dificultades para articularse plenamente, a través de malentendidos
semánticos, diferencias en las estrategias políticas y una evaluación
diferente de las propias fuerzas y de las posibilidades de cambio. Sobre
los hechos sociales de la discriminación cotidiana de las mujeres, se
aplican entonces estrategias de resistencia diferentes. Las mujeres de los
sectores populares, dolorosamente conscientes de la fragilidad de su
posición social, priorizan los pequeños logros y prescinden del discur-
so reivindicativo. Más aún, pueden utilizar una aceptación formal de las
normas como una pantalla que les permite infringirlas.
En el otro extremo, las feministas, actuando a nivel de Estados y
herederas de las reivindicaciones legales de las sufragistas, ponen su
énfasis en la discusión del discurso legitimador de la discriminación.
4. Se extrae esta denominación del trabajo de Celia Amorós (1987), según el cual los hombres se ven
a sí mismos como iguales, sujetos de derechos equivalentes pero con personalidades individuales,
mientras que ven a las mujeres como idénticas, sin características personales propias.
5. En algunos casos se ha caído en el extremo opuesto y se las ha idealizado como concreciones de
porpuestas contraculturales. Ver al respecto: Bornay, Erika (1990) y la compilación de Cohen, Yolande
(1987).
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2- Cultura dominante, subculturas y contestación •••
31
••• 3 Pensar desde la complejidad
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
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3- Pensar desde la complejidad
7. Es interesante al respecto el trabajo de Hernrietta L. Moore (1991), que además aporta una biblio-
grafía actualizada de las relaciones entre antropología y feminismo.
8. Por ejemplo la nueva corriente historiográfica francesa de las reconstrucciones de la vida cotidia-
na, a partir de los trabajos de Le Goff, Duby, Verdier, Perrot y algunas otras y otros. En Inglaterra está
abierto ese camino desde Thompson. En Cataluña han asumido ese papel los grupos de estudios de
la mujer y quienes trabajan en Historia Oral. El desafío es siempre el mismo: mostrar lo que el orden
dominante oculta. Rescatar desde otras miradas las posibilidades de organización alternativas.
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
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••• 4 Las confluencias entre
las nuevas perspectivas científicas
y el feminismo
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
9. Ver al respecto Valcárcel (1991) principalmente el capítulo IV: «Mujeres y poder» en que explica las
falacias de las posiciones aparentemente neutras con respecto al poder.
10. Incluso en nuestro contexto existen buenas críticas, como la de Soledad Murillo (1996) sobre la
supuesta claridad conceptual del término «privado» y su solapamiento con «doméstico». Ella apun-
ta que el ámbito privado, entendido como propio y autónomo, no está al alcance de la mayoría de
las mujeres, que viven confinadas en un espacio doméstico sin privacidad.
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4- Las confluencias entre las nuevas perspectivas científicas y el feminismo •••
11. Entre muchos otros textos pueden citarse: Atlan, H. (1979), Balandier, Georges (1989),
Dumouchel, P. y Dupuy, J. P. (1983), Dupuy, J. P. (1982) y Ibáñez, Jesús (1993).
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••• 5 Modelos opuestos
y coexistentes
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
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5- Modelos opuestos y coexistentes •••
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
15. En algunas sociedades, como es el caso de Burkina Faso analizado por Onsternk (en Pheterson
1992: 368-72) puede haber distancia entre la conceptualización abstracta que establece claramente
los dos polos, y una práctica fluida, «un amplio espectro de sexo y trabajo sexual, sin agudas distin-
ciones entre uno y otro. Esto aparentemente disminuye la necesidad de crear categorías nítidas de
mujeres buenas y malas, prostitutas y no prostitutas».
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5- Modelos opuestos y coexistentes •••
16. No analizaré en este artículo las estigmatizaciones masculinas, ya que hay abundante bibliogra-
fía al respecto. Para una buena aproximación al tema ver Weeks 1998.
17. Weeks señala que la definición de la homosexualidad se realiza en el siglo XIX, pero que las prác-
ticas estigmatizadoras se remontaban a épocas muy anteriores.
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La enseñanza de las Ciencias sociales, Geografía e Historia...
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