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Pornografía para todo público

Niños y niñas que ven pornografía para adultos.

Christian Farfán

IMPR IMIR
Las calles de Guatemala demuestran de manera muy colorida, ruidosa y hasta exuberante
nuestra cultura, valores y las tendencias positivas y negativas en las que va encaminada nuestra
sociedad. Una de las tendencias negativas más significativas es la disponibilidad de revistas
pornográficas que se venden a unos pocos quetzales en cualquier esquina.

Esta pornografía está a la mano tanto de un adulto que compra cigarros; como de un niño que
compra dulces o las últimas estampitas de su futbolista favorito. Encontramos estas ventas a las
puertas de las escuelas; porque el ingenio guatemalteco nos dice que niños y jóvenes que todavía
están descubriendo su cuerpo son un público muy apetecible.

A medida que la pornografía sigue creciendo y estando más disponible por diferentes medios, se hace
notoria la falta de respuesta de Guatemala como un Estado para regularla adecuadamente. Es deber
del Estado y de la ciudadanía en general colaborar con las personas encargadas de la crianza de
niñas y niños para reducir su exposición a este material.

Esta responsabilidad recae principalmente en una acción coordinada por parte del Ministerio Público y
Policía Nacional Civil. Porque si se toman la molestia de cerrar puestos que venden mercadería pirata;
también deberían de tomarse la molestia de cerrar puestos y destruir material pornográfico que se
vende a menores de edad guatemaltecos. Por supuesto, aquí nadie está perdiendo dinero, por eso no
es prioridad, ni siquiera tema de discusión. El hecho que estas revistas no están debidamente
registradas y que nadie se hace responsable por su contenido parece carecer de importancia.

Las niñas que ven estas ventas al entrar a su escuela se sienten ofendidas y humilladas. Algunos
niños se inspiran en las imágenes frecuentemente sádicas y violentas de estas revistas para tener
fantasías trastornadas e inclusive cometer actos de abuso contra otras niñas y niños de su centro
escolar. Debido a ello me solidarizo con la campaña que realiza actualmente MIA, Mujeres Iniciando
en las Américas, para remover este material de las escuelas guatemaltecas y la labor de
concienciación a través del diplomado “Hombres contra Feminicidio”. Considero que más personas
interesadas en un ambiente saludable para las niñas y niños guatemaltecos deben solidarizarse y
expresarse a favor de esta campaña para llamar la atención de nuestras autoridades y así lograr
generar un cambio.
Christian Farfán
8 Agosto 2014

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