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MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988).

Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

Capítulo 1
EL PROCESO DE --
INVESTIGACIÓN -
--
Nadie tiene derteho • la verdad ••• --
Solamente a lo que lu pIUCbu demuetlnlD. y nada mUo
E. Howard Hunt
-
--
lobOOuccióD no social y rlSico, mejor pertrechados es-
tamos para actuar sobre él. Y e$to se
He visto aplica tanto a nuestro conocimiento de la
-
---
-
a un niña CllTie»o aplicando 8 su oído poJitica corno al de otras materias. La
las circunvoluciones de una CJtTIJ{;O!a de clave para comprender y modificar nUe$-
labios suaves a lo cual, S03egado en tro entomo poHtico es, expresado de la
silencio, luuta su mismo espíritu manera más simple, conocerlo mejor.
escuchaba intensamente; y pronto la Pero esta sencilla idea de conocer plan-
ajeAda iluminó .tu rostro porque oía tea dos interrogantes mucho menos sim-
10$ murmullOlf que de ella :surgian, ples.: ¿Cómo conocemos? ¿Cómo debe-
con los que el motlitor expresaba una m os utilizar lo que sabemos? La primera
misteriosa uni6n con su mar natal. es una cuestión de método: la segunda, de
WlLUAM WORDSWORTH, La excursión ética y preferencia. En el primer caso nos
interesa obtener y estructura r el conoci-
miento o la comprensión; en el segundo,
Curiosidad y necesidad son los motivos nos atanen las obligaciones morales que
esenciales subyacentes en la investiga- les acompañan. Ambas cuestiones requie-
ción humana. O intentamos comprender ren que ejercitemos nuestro criterio per-
nos
el mundo que rodea en aras del cono- sonal. y en ambas recurrimos a nuestra
cimiento. o intentamos comprenderlo pa- experiencia, pero cada una de ellas exige r::-
ra poder proteger o mejorar la situación su propio y distintivo esfuerzo intel~ual.
que nos depara. En cua lqu)er caso. nues-
~
Para d eterminar cómo conocemos, te-
tro conocimiento conlleva a menudo, al nemos que establecer ciertas normas~ rigu­ ~
menos potencialmente, la aceptación de rosas con las que definir la realidad políti-
ciertos modos de perfeccionar las cosas ca. Por ejemplo, podríamos definir la r.ea- ••
••
que descubrimos. En otras palabras, lidad política como el conju uto de nues-
cuanto más sabernos sobre nUe$uo entor- tras e xpeúencias y observaciones del ais-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

1~ Análisis político empirico


,-,-"---~ "- -,_._"-"-

tema político:, Esto parece bien claro y puestos, el ciudadano de ingresos medios
concreto. Pero ¿qué es el sistema políti. vivirá más holgadamente, pero disminui-
co? ¿A qué tipo de observaciones nos rán los servicios sociales esencialmente
referimos? ¿Hemos presenciado todos los destinados a los pobres, las personas de
acontecimientos políticos posibles, o es 'edad y los enfermos. ¿Deben reducirse
nuestra definición excesivamente limita- los impuestos? La respuesta, obviamente,
da? ¿Es la realidad política, como parece no depende de lo que conocemos, sino de
indicar nuestra definición, un producto la relación que ese conocimiento guarda
del observador, o del propio sistema? Con con nuestra posición social y nuestra esca-
semejante definición, observadores dife- la de valores. Las ideologías y los sistemas
rentes, que hayan tenido diferentes expe- políticos aportan los medios necesarios
riencias y perspectivas, no sólo llegarán a para estructurar y aunar las preferencias
entender la realidad política de maneras de los diversos individuos, pero son éstos
distintas, sino que además tendrán modos quienes toman las decisiones uno a uno,
" de comprensión diferentes. El resultado sin recurrir a una P!'!rspectiva común.
puede ser un cúmulo de conocimientos Los expertos en ciencia política usan
sumamente individualizado sin mecanis- términos grandilocuentes para distinguir
mo alguno para compartirlos .. Así pues, entre estos dos tipos de consideración. El
para determinar cómo conocemos se ha- primero, que se refiere a cómo (y qué)
brá de alcanzar un modo de definir la conocemos, se denomina aI).álisis empíri-
realidad que sea de general aceptación, co. El segundo, sobre cómo debemos uti-
un lenguaje común de investigación, para lizar nuestro conocimiento, se denomina
que .cualquiera que sepa las normas o análisis normativo.~EI análisis empírico
.. hable el lenguaje,. pueda comunicar so- trata de desarrollar y emplear un len-
bre un común entendimiento con todos guaje común y objetivo para describir la
aquellos que hayan adquirido una forma- realidad política. El análisis normativo
ción similar. Si todos convenimos en trata de desarrollar y examinar fines
cuanto a cómo conocemos, habremos de subjetivos, valores y reglas morales que
convenir, en definitiva, al menos en abs- nos guíen al aplicar lo que hemos aprendi-
tracto, sobre la cuestión, de orden supe- do de esa realida~
rior, de qué conocemos. La mejor ilustración de la diferencia
Para determinar cómo debemos utilizar entre ambos tipos de opción la proporcio_
lo que sabemos se ha de seguir un proceso nan tal vez los personajes de la serie de
diferente. En éste no es necesaria la orto- televisión Star Trek. El Sr. Spock, que
doxia ni una preferencia común, aunque interpreta en ella el papel del científico
también necesitamos un lenguaje común extraterrestre, es la personificación de la
que permita la comunicación y el debate. mentalidad empírica. Tan sólo le interesa
En última instancia, determinar la mejor lo que puede ser observado o deducido, y
o más conveniente aplicación del corioci- en modo alguno lo que sus compañeros
miento es una actividad subjetiva, perso- humanos sienten o prefieren ~irracional­
nal. Todos tenemos ciertos deseos o nece- mente_o Percibe y evalúa la realidad, pe-
sidades que nos llevan a dar preferencia a ro no la juzga. El Dr. McCoy, médico de
una aplicación del conocimiento determi- la astronave, en cambio, es la mentalidad
nada, y no es necesario -aunque pueda normativa personificada. Aun cuando po-
ser conveniente---- que Ueguemos a un see una formación científica, se deja guiar
juicio de valor común. Si bajan los im- invariablemente por la preferencia y por
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B proceso de investigación 17

el sentido de la rectitud más que por la mas no se puede estar seguro de que a
lógica y por el sentido de la eficacia. Por través de esa observación no cstruct1,\;tada
último, James Kirk, capitán de la astrona- vayan a percibirse todos los su~ im-
ve, proporciona una síntesis de las opcio- portantes y ni siquiera un conjunto r!pre-
nes empírica y nonnativa. Recurre al co- sentativo de ellos. A1gunos pueden ~clu­
nocimiento y . la capacidad de raciocinio so «conocer» mediante visiones o voces
del Sr. Spock, pero tempera su juicio con secretas, y otros habrá que tengan por •
la sensibilidad moral de McCoy. Rechaza veraces sus descripciones y narraciones, •
los dos extremos, pero se sirve de ambas pero no todos pueden aprender métodos
tradiciones. Invariablemente, obtiene el visionarios. Cada una de estas formas de

éxito. conocimiento cumple un propósito y tiene
sus aplicaciones, pero ninguna tiene en

La síntesis del capitan Kirk encierra
también una lección para nosotros, pues cuenta la totalidad de los hechos o conclu- ,.
el análisis normativo sin el fundamento siones ni el conocimiento de córrio se han
,.
,-.
empírico puede llevar a juicios de válor obtenido. Cada una de ellas permite la
apartados de la realidad. Por otro lado, el comunicación, pero ninguna nos ayuda a
análisis empírico sin la sensibilidad para adquirir una comprensión amplia y com-
con las cuestiones normativas puede lle- partida.
var a la creación de una estructura factual La investi~ación ci~n!ífica, en el senti- ,.
en el vado, un conjunto de observaciones do de estudio orientado por el método
cuyo significado no estemos preparados cien~íf.i.co, sí lo pellllite, y con creces, pues
,.
para comprender plenamente. Por eso, el no sólo nos ofrece la posibilidad de cono- ,.
objeto que se persigue al emprender la cer la realidad y evaluar los modos de •
investigación política es servirse de am- conocerla, sino también -por ser éstos
bos tipos de análisis ---empírico y norma- comúnmente entendidos por quienes han
tivo--, no sólo para adquirir un máximo aprendido el método--- la de perfeccionar
de conocimientos, sino también para com- nuestros medios de investigación. La in-
prender la realidad política de la manera vestigación científica es un modo de co-
más completa posible. Y así, aunque en nocimiento autocorrector en continuo de-
sarrollo.
,.
este libro se hace especial hincapié en el
análisis político empírico, nuestro objeti-
vo es, además de familiarizar al lector con
los diversos aspectos de la técnica empíri-
ca, lograr que valore la perspectiva nor-
Ello es así porque la investigación cien-
tífica es explícita, sistemática y controla-
da.Es explícita por cuanto todas I.<\s re-
glas para definir y examinar la realidad
.
mativa, más amplia, en la que se interpre- están claramente establecidas. Nada per-
ta el conocimiento. manece oculto y nada se cree a ojos cerra-
En este sentido, podemos considerar la dos. Es sistemática, esto es, cada elemen-

..--
investigación científica como una manera to de prueba está vinculado a otro por la ,.
de conocer, como un lenguaje común de razón o la observación. No se toleran
investigación. Sin duda, no es la investi- explicaciones ad hoc ni se permiten ~egli­ .-

••-
gación científica el único modo de cono- gencias de método. Es controlada Wque
cer, pero sí, en muchos casos y para múlti- los fenómenos que se analizan, en UI. me-
ples fines, el más eficaz. Se puede cono- dida de lo posible, son observados de
cer mediante la experiencia, pero no todo manera tan rigurosa como el estado de los
conocimientos pennlte. Tan sólo se llega


el mundo comparte la misma. Se puede

-
conocer manteniendo los ojos abiertos, a conclusiones generalizadas después de
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18 An8I1~ poJítico empírico


.... ,." "

una evaluación ponnenorizada y cuidado-- ción de la teoria. 3) selea:lón de técnicas


sa, y es lema la precauóón (en el amplio de investigación apropiadas. 4) observa-
sentido de prestar gran cuidado y aten- ción del componamiento. S) análisis de
ci6n al detalle)' Y por todas sus limitacio- lmi datos, y 6) interpretación de los resul-
nes, o precisamente a causa de ellas, la tados.: Estas seis etapas aportan el funda~
investigación científica abre a los versa- merito de organización para la mayor par-
dos en sus procedimientos un nuevo hori- te de este libro, por lo que valdrá la pena
zonte de comprensión de la realidad. Por examinarlas algo más detenidamente a \
esta razón, se aplica el método cienTífico continuación.
al estudio de la política.
I En el contexto que aquí nos interesa,
': c!~.nire~ la investiga.ción cientffic~!=o­ Formulacióa de 1. teoría
m o la . investigación sistemática. contro-
lada, empirica y crítica de las proposicio- Al emprender 18 investigación en cien~
nes hipotéticas sobre las relaciones su- cia politica, lo primero que hay que hacer
puestas entre (diver:oos) fenómenos . Es- 1: es seleccionar un tema de iQ.yesügat;ión
ta frase no es nada improvisada, siñó que adeCuadO, ·y e"; ese momento se ve fácil-
es un resumen relativamente exacto de mente la importancia: de combinar las
los puntos que aquí nos ocupan. ~~~ consideraciones empíricas con las norma-
,!~.Ug.ción científica o, para nuestros tivas. ¿Qué criterios hacen que un tema
fines ,j la investigación científica social, e~ de investigación se$- más apropiado que
un método' para contrastar trodas e hip6- otro? Son varios los criterios que acuden a
tesis mediante la aplicación de ciertas la mente, y que van d~ los intereses
normas de análisis a la observación e personales del investigador a los intereses 1
interpretación de la realidad en circuns-
tancias estrictamente delirnltBdas.l Son es~
tas normas y limitaciones las q'ie. hemos
colectivos de la sociedad, pero la mayoría
de ellos están comprendidos en una de
dos categorías principales. Un tema de-
I
de aprender si queremos adquirir y comu- terminado merece investigarse o porque "
nicar el conocimiento de la ciencia políti- atiende a una necesidad específica --esto
'8. es, porque la respuesta al interrogante
Ta! vez, el mejor modo de empezar a que plantea ha de mejorar nuestro conoci-
aprender esas normas y limitaciones sea miento teórico de cierto fenómeno-- o
el de preguntarnos: ¿cómo se desanolla la
investigación:. en ciencia política? Como
porque atiende a un9 necesidad social
-esto es, porque dicha respuesta puede
,,
sugiere la pregunta, esta investiguóón no
ha de entenderse precisamente como una
ayudarnos a tratar uno u otro de los pro-
blemas que nuestra sociedad afronta.
¡
serie de observaciones o teonas, silla ~­ Aunque estos dos tipos de temas de
mo un proceso de acopio e interpretación investigación, a los que se suele denomi·
de informaciones.' Este proceso de il)~~$~ nar investigación básica e investiga-
ligación consta de seis etapas distintas ción aplicada. no son mutuamente ex-
pero sumamente interrelacionadas: 1) for- cluyentes (abordar uno de ellos no signifi-
mulación de la teoría, 2) operadonaliza- ca necesariamente que no pueda abordar-
se el otro), con frecuencia compiten entre
, fred N. ke,linger, I"ouodal>oos 01 BeMlViora! sí. P or ejemplo, ¿debemos estudiar los
Resear~l, (Ne .... York: Hoh. Linchan and Winston, de terminantes hipotéticos de agresión en
1964). p. 13. condiciones de estrés para construir un
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elo refinado de predicción del com-

E
cuada a ninguna cuestión sin un arduo
rtamiento humano, o. en lugar de ello. trabajo. Por eso, el mayoc rle 10$ e rTOres
hemos corn:entre.rnos en las razones de que podemos cometer es el de emp~ndef
loe disturbios y en los medios de evitar- una tarea que nos merece escaso il]!erés.
los? ¿Hemos de examinar con deteni- J En cuanto hayamos seleccionado un
miento los procesos de toma de decisiones t~ma de investigación de inrer~s. t(8l!re-
de los dirigentes nacionales para com- mos de examinar sus diversos e lementos o
prender la actuación de éstos, o concen- componentes para determinar cuál~ _lJI)Il_
trarnos en el modo de detenninar y evitar importantes en nuestra investigación. De-
los tipos de decisiones que llevan a la hemos hacer uso de nuestras facultades
guerra? Como son muy escasos los recur- de o~eryaciórl y raf::!~l~i2.Y, en especial,
sos de que se dispone (dinero. tiempo y de la investigación -propia y ajena-
personal capacitado) para estudiar todos que ya se haya realizado sobre temas
los temas de investigación potencialmen- afines, para establecer los factores princi-
te interesantes o importantes, es frecuen- pales relacionados con el comportamiento
te el conflkto ent~ la necesidad de reali- que tratamos de comprender. Tal vez un
zar una investigsción básica -----cuyos re- ejemplo sirva para aclarar lo que deci- ,
sultados prácticos, por notables que sean, m",.
se aprecian casi siempre de manera indi- Imaginemos una ciudad llamada Pe-
recta y mucho mas tarde--- y la necesidad queña América , situada en medio del de- ,•
de utilizar sin demora nuestro conoci- sierto y fonnada por _varias millas de ga- ,,
miento científico en beneficio inmediato solineras y restaurantes que se extienden
de la humanidad aun cuando, en el proce- desde la rampa de salida de una autopista ,
°
so, podamos frenar impedir el desarrollo interestatal hasta el límite del horizonte. ,•
ulterior de nuestra ciencia. El investiga- En Pequeña América no puede hacerse •
dor habrá de elegir personalmente de otra cosa que comer y obtener gasolina. ••
acuerdo con sus propios valores.
Una vez que hemos determinado el
Supongamos ahora que hemos decidido
estudiar el comportamiento de voto de los
,•
tipo de problema que deseamos abordar y habitanles de esa ciudad en las elecciones
el tipo de contribución que deseamoS ba-
cer, tenemos que formular un tema de
presidenciales para poder explicar por
que unos votan por los demócratas y otros
,•
investigación más específico. Varias con- por los republicanos. En este ejemplo ••
sideraciones nos ayudan a tomar esta de-
cisiÓn. En primer lug~r, debemos concre-
simplificado. los sujetos de nuestro análi- •,
,
sis (los ciudadanos de Pequeña América)
tar el aspecto del problema en el que difieren entre sí, exceptuando sus prefe- c:
-- estamos particularmente interesados. rencias de voto, tan sólo en dos aspectos:
Tan pronto como se desvanece e l entu-
siasmo inicial de la búsqueda, y hasta que
surgen las respuestas 8 nuestras pregun_
o son propietarios o son trabajadores, y
unos están vinculados a una gasolinera y
otros a un restaurante. Cada uno de estos ,c:
tas, la labor cotidiana f¡kilmente puede
resultar tediosa. En tales ocasiones, el
dos factores, que los expertos en vJencia
política llaman varía bies, represepta la c:
interés inherente del problema viene a característica de un individuo detetmina- ~
ser un factor motivador importante. un
acicate intelectual que nos manüene en
acción hasta que se vislumbra el final del
do. Un ciudadano de Pequeña América
puede ser; 1) empleado de 2) restaurante
que 3) vota por los demócrntas, o bien 1)
••
túnel. No puede hallars~ respuesta ade- propietario de 2) gasolinera que 3) vota
••

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2u AnáliSIS poJitico empiriC<J

por los republicanos. Como queremos ex- segunda variable, el status socioeconómi-
plicar las diferencias en el comportamien- co, es cosa bien distinta. Como el partido
to de voto con relación a otros tipos de demócrata se identifica popularmente ca-
diferencias entre los votantes, habremos mo el partido del trabajo, y el partido
de centrarnos en todos los factores que republicano como el del mundo comer-
puedan influir en la preferencia electoral cial, y como las personas de SES más alto
personal. En este caw, únicamente tene- es más probable que voten por los repu-
mos dos entre los que elegir: condición de blicanos que las de SES más bajo, cabe
empleado o propietario, y vinculación a esperar que los empleados se inclinen por
una gasolinera o un restaurante. A estos el candidato demócrata y los propietarios
dos factores los llamaremos, respectiva- por el republicano, Por supuesto, las pu-
mente, status socioeconómico (SES) blicaciones de investigación están llenas
--donde la propiedad representa una precisamente de este tipo de relaciones.
condición superior a la de empleado-- y Por lo tanto, tanto el razonamiento lógico
vinculación comercial. ¿Hay alguna razón como las pruebas experimentales apuntan
por la que el conocimiento de una u· otra en la misma dirección. Así pues, el tema
característica personal nos ayude a prede- de nuestra investigación podría expresar-
cir la preferencia de voto del individuo en se con la siguiente pregunta:,~¿Influye el
cuestión? SES del votante de Pequeña América en'
Para contestar a esta pregunta debe- su preferencia de voto en las elecciones
mos hacer dos cosas. En primer lugar, presidenciales? ~
~

debemos pensar. Debemos preguntarnos: Es cierto que, en el mundo real, los


¿hay alguna razón lógica por la que uno u individuos difieren en mucho más de dos
otro de esos factores pueda influir en el o tres caracteristicas, pero el problema
comportamiento de voto? En segundo lu- que afrontamos al formular un tema de
gar, hemos de consultar las publicaciones investigación es esencialmente el mismo. 11;
sobre ciencia política: ¿hay en los estudios Como no tenemos los recursos necesarios

"

ya realizados sobre este tema u otros afi- para medir toda variable posible, debe-
nes alguna prueba empírica de que uno u mos escoger, de una manera razonada y
otro de esos factores influya en el compor- documentada, entre los miles de caracte-
tamiento de voto? En realidad, hay esca- risticas humanas (o institucionales) exis-
sos motivos para esperar que la variable tentes, algunas que parezcan servirr.os
de vinculación comercial, en este caso, para explicar la pauta de comportamiento
ejerza gran influencia en el oomporta- que nos interesa. Habremos de hacer uso
miento de voto. Puede haber diferencias de la lógica y de las publicaciones para
entre los vinculados a las gasolineras y los prever y determinar los factores que pu-
vinculados a los restaurantes, pero esas dieran estar relacionados con ese compor-
diferencias no es probable que tengan tamiento. Al hacetlo, no prejuzgamos
mucho efecto sobre las preferencias de nuestros resultados, como a primera vista
voto de las elecciones presidenciales. En pudiera parecer, sino que_afinamos nues-
éstas, pocos candidatos se presentan con tra reflexión sobre el problema de investi-

--- un programa a favor de las gasolineras y


contra los restaurantes (o viceversa), y en
gación para establecer las vías de estudio
que ofrezcan mayores probabilidades de

- igualdad de condiciones, no parece que


esta variable nos vaya a ayudar a explicar
el comportamiento de voto. En cambio, la
conducir a una explicación satisfactoria.'
Este proceso de afinamiento del tema d'é
investigación mediante una selección do-
'J
J
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es lo que entendemos por foro de status socioecOoómico aJlo.~ ¿Alto res-


pecto al de quién? ¿Cómo de alto? ¿Cómo
,-
,-
define la persona en cuestiÓn el sratus
socioeconémico? ¿Significa lo mismo liara
Operadoll&lh:.cióD. de la teom el entrevistado que para el investigador?
En cuanto tenemos. un concepto abstr~o_
Una vez que hemos establecido uno o
varios temas de investigación y la teoría
en la mente, debemos hallar el modo de
definir de manera más explícita lo que
-
necesaria para Of'ientar nuestra búsque-
dol, debemos pasar a la fase siguiente, que
es la operacionalización. Esta cons!ste ~n
para nosotros significa; y 9 continuación,
habremos de fonnular nuesua definición
en una pregunta o me-dida lo más inequí.
--
,
la . conversión o redefinición de nuestras
nociones teóricas, relativamente abstrec.
ta.!, en términos concretos que nos permi-
tan realmente medir aquello que nO$ pro-
voca posible.
De lo que se trata es d e elegir opciones
inteligentes, aunque arbitrarlas, entre nu·
merosos matices de significado. Cuando
-
"-
"-

ponemos. Supone el paso d.!:! .J? I~~? con-


cePtual (reflexión sobre un problema) al
plano operacional (cómo resolverlo). Re-
lItilizamos la variable SES, ¿estamos peno
sando en los niveles de ingresos de 105
·entrevistados, sus ocupaciones, o tal vez
--
.-
quiere que aprendamos a pensar en tér. incluso e,n sus nociones subjetivas de la
minos prácticos. clase social a que pertenecen? Cada uno
..
Supongamos, continuando con nuestro
ejemplo, que tenemos una hipótesis (he·
mos determinado la respuesta que espe-
de esos factores podría ser un componen-
te del SES, pero tiene lIn significado un
tanto diferente y debe medirse de manera
-
rantO$ hallar para n uestro tema de inves.
tigación): los ciudadanos de Pequeña.
distinta: ¿cuáles fueron los ingre50S tota-
les de $U familia el año pasado? ¿Cuál es -.-.
...
--
Amér~a de SES alto (proptetario!l) es más su ocupación? ¿Se considera usted perte·
probable que voten a los republicanos en neciente a la clase trabajadora, la clase
las elecciones presidenciales que los de media o la clase alta? ...
..-.
...
SES bajo (empleados). Esto coincide con En otras palabra.s, tan pronto como he·
las conclusiones de innumerables estudios mos establecido a1guna hipótesis o tema
sobre el comportamiento de voto y es
razonable esperar que se cumpla también
en el presente caso. Pero ¿cómo averi·
guarlo con seguridad? No podemos, sin
de investigación, tenemos que examinar
muy de cerca lo que queremos decir exac·
tamente con cada frase utilizada, y tradu-
cir esa definición más pre<:isa en indicado-
~--
más, abordar ·a uno de esos ciudadanos de res mensurables. Lo que bu:'IC8lDOS, en
Pequeña América y decirle: _buenas h.r- efecto, es el fIÚnimo comun denominador ~
des. ¿Es usted de status sociocoon6mico de signiftcado. (Por ejemplo, au nque no
alto o bajo? En primer lugar, es probable. todo el mundo asignada el mismo signifi. !..J
que la persona entrevistada no entienda cado a la expresión status socioecanóm;- ~
lo que decimos, ya que la expresi6n status 00, casi todos entenderían lo mismo por
!-I
socioeconómico es sumamente técnica y
tiene muchas variaciones de significado.
Y en segundo lugar, aun cuando obtenga •.
inAresos anuales en d6Iares). En el pfoce.
so, se reducen nuestros conceptos,;' se
pierden mati~s de significado, pero; pre· ..
~
mas una respuesta, probablemente no se-
remos capaces de interpretarla. Suponga-
mos que e! entrevistado contesta: -Si. soy
cisamente por eso, se afina mucrn;~ más
nuestro pensamiento y aumenta en gran
medida nuestra capacidad dt· comunicar
••
••
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22 Aná lisis palllico empirico

-.• lo realizado en términos claros e inequí-


vocos. Este proceso de conventón y sim-
plificadón, q ue llamamos operncHJnaliza·
ción, es la clave más jmfXJrtan(~ para
evaluar la información que recuerdan ha-
ber leido sobre la campaña. En el primer
caso tendríamO$ una eva luación directa
del contenido de la que habremos de de-
rea/;zar una investigac;ón con sentido. ducir el impacto; en el segundo caso, ten-
• dríamos u"na evaluación directa del im-
pacto de la que habremos de dl..-ducir el
Selección de técnicas de contenido. Según la precisión con que
investigación apropiadas formulemos la pregunta. podrá ser prove-
chosa una u otra estrategia o la combina-

--
Una vez que hemos determinado lo que ción de ambas_ El hecho es que la conve-
deseamos evaluar, habreffi05 de determi- niencia de emplear una téc:nica de inves-
n ar e l modo de hacerlo. Debemos idear tigación dete rminada viene dada en gran

-- una ertrategia de investigación, un plan


de ataque. En este punto, hay dos consi-
deraCiones de primordial importancia. En
primer término,hemos de seleccionar una
parte por e l problema cuyo estudio hemos
elegido.
Pero hay una segunda consideración,
que podríamos dl"nommar viabilidad. Es
técnica o una combinación de técnicas la etapa del proceso de inve~tigaci6n en la
- que nos permitan formular las preguntas
concretas - medir las variables concre-
que nos disponemos a abandonar nuestra
torre de marfil para entrar verdadera-
tas-- que nos interesan, y hemos de ha- mente en el mundo real. Por eso, debe-
cerlo de manera coherente con nuestras rnos cerciorarnos de que, cualquiera que
operacionalizaciones. P or ejemplo, no po- sea el método o técnica que escojamos,
demos evaluar las actitudes d e los distin- puede empleane adecuada mente en e l
tos votantes a nalizando el contenido de los particular conjunto de condiciones que
periódicos sobre unas elecciones determi- muy probablemt>nte habremos de afron-
nadas, porque ese contenido puede re· tar. Por ejemplo. com o en nuestra Peque-
flejar las opiniones de un director o las de ña América no hay periódicos (solamente
alguna5 personas cuyas cartas al director gasolineras y restaura ntes), no podemos
son publicadas sin que forzosamente re- aplicar el· análisis de contenido aunque lo
flejen las opiniones de la m ayoría de los qlleramos. Aná logamente, la manera mas
votantes. Ademas, el análisis de las noti- directa de medir el gr9.do de te nsión entre
cias o los editoriales no nos pennite distin- los. dirigentes de la República Popular
guir entre los diferentes tipos de votantes, China y los de la Unión Soviética podría
como los de SES alto o bajo. P or lo tan to, consistir en rea lizar una serie de e ntrevis-
con ese aruilisis no podemos responder a tas personales con los Pf"opios dirigentes,
nuestra pregunta de investigrtci6n, es de· pero dichas entrevistas son, en el mejor
cir contrastar nuestra hipótesis. SI'!1ÍA más de los ce.sos, difíciles de obtener. En cada
útil la labor de encuesta. Por otro lado, circunstancia, habremos de hallar el mo-
supongamos que deseamos eva luar el tra- do más idóneo posible de medir las varia-
tamiento dado por un periódico a una bles esenciales. Así pues, la técnica viable
campaña política. Podríamos analizar, es aquella que ofrece la maxima eficacia
sencillamente. I'!\ contenido del propio pe- dentro de las Iimitacionet de la situación
riódico, contando las referencias a los can- en que se encuentra el investigador.
didatos, y así sucesivamente, o bien en- En resumen. debemos encontrar !.1M
trevistar a los lectores del periódico para manera de medir las variables que desea-
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El proceso de inV6Stigación 23

mas medir que sea 1) coherente con nues- ta fonnular enunciados exactos sobre todo
tras definiciones de trabajo de las varia- el conjunto. En tales circunstancias, iJe-
bles y 2) factible. Debemos ser todo lo bemos establecer una estrategia, que~_
científicos que sea posible, pero ;¡ólo po- le llamarse procedimiento de muestrio,
demos serlo en la medida que las circuns- que nos pennita determinar, entre esos
tancias permiten. numerosísimos casos, unos cuantos que
podamos estudiar para llegar a conclusio-
nes aplicables a todos ellos. En este pun-
Observación del comportamiento to, hemos de precisar cuántos casos va-
mos a estudiar y cómo seleccionarlos, y
La cuarta etapa del proceso de investi- tratar de evaluar su representatividad. La
gación supone la aplicación real de la clave para obtener las máximas posibili-
estrategia de investigación desarrollada dades de generalización radica en selec-
en la tercera. Son numerosos los factores cionar, para su observación, aquellos ca-
que se han de tomar ahora en considera- sos que mejor puedan representar a todos
ción, pero hay dos de ellos que merecen los existentes, es decir que 'sean más ca-
mención especial: el primero es la posibi- racterísticos del conjunto. ¡
lidad de generalización, y el segundo, la Una vez que hayamos seleccionado los
reactividad. casos para analizarlos, tendremos que ob-
La posibilidad de generalizacjón es la servarlos cuidadosamente. Nos absten-
posibilidad de generalizar o ampliar con dremos de evaluar los fenómenos o com-
cierto grado de seguridad las conclusiones portamientos políticos de manera reacti-
8 que hemos llegado observando el com- va. La reactividad alude a la sospecha de
portamiento en algunos casos al compor- que la persona que realiza"el estudio o los
tamiento presumible de toda una pobla- métodos del propio estudio puedan influir
ción. Es una cuestión que debemos tener en el modo de comportarse o de pensar de
en cuenta al seleccionar los casos particu- los sujetos observados, o modificarlos, en
lares (individuos, decisiones, organizacio- ausencia del investigador. Dicho de otra
nes o naciones) que deseamos estudiar. Se manera, existe el riesgo de que el propio
trata, en este aspecto, de un problema de acto de observación haga cambiar el com-
escala. Por ejemplo, si un suceso o una portamiento de los observados y de que,
cuestión que deseamos estudiar se produ- en consecuencia, Jos resultados de la ob-
ce solamente cuatro o cinco veces o apa- servación sean engañosos. Probablemen-
rece sólo cuatro o cinco veces en un te, el caso clásico de observación reactiva
conjunto, podemos examinar cada uno de sea un estudio efectuado en 1939 sobre
esos sucesos o cuestiones por separado y los efectos que tuvieron las modificacio~
fonnular varios enunciados generales so- nes de las condiciones de trabajo en una
bre ellos con razonable seguridad de que determinada fábrica en la proauctividad
nuestras conclusiones son aplicables a to- de los trabajadores. Durante más de un
dos los casos. Pero si, como ocurre mucho año se modificó una serie de factores tiles
más a menudo, nos encontramos con tan- como horas de trabajo, periodos de des-
tos cientos, miles o millones de casos que canso, alumbrado y métodos de paga:de
es imposible examinarlos todos de mane- un pequeño grupo de trabajadores. Cua-
ra directa, tendremos mucha menos segu- lesquiera que fuesen las condiciones de
ridad de que el estudio de unos cuantos, trabajo -más o menos horas, escasos o
tal vez menos del uno por mil, nos permi- frecuentes períodos de descanso o alguna
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

24 Análisis polítiCo empírico

otra variant~ ese grupo de trabajadores también es reactividad, pero de un tipo


producía más que todos los otros compa*
fieros de la fábrica. Se comprobó que el
factor más influyente en su productividad
mucho más difícil de detectar y de evitar.
No basta con lanzarse al ruedo annado
con unas cuantas preguntas. y empezar a
i
era el grado inusitadamente elevado de buscarles respuesta. Hemos de determi. 1,
moral del citado grupo, debido al hecho nar con sumo cuidado cómo y dónde V8* I
de que sus integrantes sabían que eran mos a hacerlo, cómo y a quién vamos a
objeto de observación y experimenta* observar. La mejor teoría y el mejor plan
ción 2 • Este efecto, llamado de Hawthome de ataque pueden malograrse si no aftna_
por el nombre de la fábrica donde se mos nuestra observación.
observó por primera vez, significaba que
no podía obtenerse ninguna conclusión
sobre la relación entre las condiciones de Análisis de los c:bJ.tos
trabajo y la productividad porque el acto
de observación creaba una realidad falsa, Los elementos de infonuación sobrec8*
un ambiente de trabajo que no era el da caso que reunimos durante nuestras
normal. observaciones se llaman datos, y una vez
A veces, al emprender una investiga* que los tenemos en nuestro poder, vis·
ción en ciencia política nos encontramos lumbramos el ftnal. En ese momento, se
con ejemplos similares y patentes de reac* trata de aseguramos de las respuestas que
tividad. Un entrevistador impertinente o hemos hallado a nuestro interrogante de
desdeñoso, una pregunta tendenciosa o investigación. Podemos hacerlo, en mu*
un observador indiscreto pueden deterio*
rar tanto la situación de la investigación
que no pueda darse crédito a sus conclu*
chos casos, contestando a tres preguntas_
En primer lugar, ¿existe alguna vincula*
ción entre el comportamiento que espera*
II
siones. Pero las más de las veces el proce* mos explicar o comprender mejor y los
so es más sutil. Por ejemplo, podríamos factores que, según creemos, pueden ayu* I
provocar reactividad aun habiendo alec* darnos a hacerlo? Supongamos, por ejem*
cionado al entrevistador debidamente pa*
ra que haga la pregunta correcta. Pregun*
plo, que esperamos comprobar que las
personas que difieren en su nivel de edu*
I
ta: ~¿Está usted a favor o en contra de la cación fonual diferirán sistemáticamente
política económica del Presidente?~. Res* en la probabilidad de votar. ¿Sucede eso?
puesta: ~Estoy a favor. Creo que es una ¿Suelen diferir entre sí en una de esas
buena idea~. Pero ¿cómo sabemos con variables las que difieren constantemente
certeza que nuestro entrevistado ha pen* en la otra? ¿Muestran una mayor proba.
sado realmente en algún momento en la bilidad de votar o de no votar, de manera
política económica del Presidente antes regular, las personas con alto nivel de
de la entrevista? ¿No es posible que la educación que las de bajo nivel? Al eX8*
propia entrevista haya actuado de catali- minar los datos, podríamos comprobar,
zador, cristalizando, en efecto, los pensa* por ejemplo, que los de menor nivel edu·
mientos del entrevistado y creando una cativo suelen votar en proporción pareci*
opinión donde no había existido? Esto da a la de los de mayor nivel; que cono·
ciendo el gTado de educación de una per*
~ F. J. Roethlisberg y W. J Dickson, Matlao!e.
sona no podremos predecir ni explicar la
menl and the Worker (Cambridge, Mas~.: Harvard diferencia entre la probabilidad de que
Univet. ity Pres~ . 1939). vote y la de que no lo haga. Si tal es el

lJr.
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
El proceso de investigación 25

caso, decimos que el nivel de educación variables? Si hemos reOexionado sobre


no influye en la probabilidad de votar, nuestra hipótesis y tenemos motivoS para
esto es, que no hay asociación entre am- esperar que el nivel . de educaciónt esté
bas variables. Nuestro análisis no respon_ relacionado con el voto, probabIenrente
de a nuestras expectativas. En cambio, si pensaremos en uno U otra de esas pOibili.
descubrimos que, en seis o siete ocasiones dades. ..;,
de cada diez, conociendo el nivel de edu- Podemos sostener, por ejemplo, que el

.-....
-•-
cación podemos predecir con exactitud la hecho de tenec una mayor educación (or·
probabilidad de que "ote una penaona. mal acrece la posibilidad de poseer la
ello vendrá a probar nuestro supuesto de aptitud e infonnac.ión necesarias para ali-
que ambas variables están relacionadas. mentar el interés por la política. En con-
Esto nos indica que, en lo que al voto se secuencia, será más probable que vote
refiere, las personas con mayor nivel edu- una persona más educada que una menos ~
cativo son sistemáticamente diferentes de apta o infonnada. Por lo tanto, cabrá
las de roen<)(' nivel y nos ayuda a como esperar que el voto sea más frecuente o
prender el comportamiento de voto de los más. común entre las personas mas eduaJl'
SUjetOl que estudiamos. Así pues, lo pri- das. Este tipo de relación queda ilustrado
mero que se ha de averiguar al evaluar en la figura 1.18, donde los. puntos de la
....-
una hip6tesis, es si las dos variables están
estadlsticamente relacionadas.
En cuanto se ha establecido esa rela-
ción, debemos hacemos una segunda pre-
Unea representan los valores correspon-
dientes en ambas variables.
Pero también podriamos sostener que
cuanto más alto es el nivel de educación
-'"-
"
gunta no menos importante: ¿Cómo están de una perwna mayor es su tendencia a
~
relacionadas las dos variables? ¿Mues- considerar fútil la actividad política. En
tran los de mayor nivel educativo una esta perspectiva, la educación suscita e l
mayor tendencia a votar que los de nivel desencanto, que a su vez reduce la incli-
menor? Por el contrario, ¿muestran una naci6n a votar. En este caso, esperamos
menor incliilación a votar? O bien, ¿es que el voto sea mBll frecuente entre los
aún más compleja la relación entre las menos educados de nuestros sujetos. de

Tendencia
8 votar

Tendencia
11 no votar L ____ ____

Mfmor nivel Mayor niv ...1 Menor nivel Mayor oivt:\


/
MeROr nivel
educ.arivo educati..... edw:,ativo eGucativo educat ivo

"
b)

FIGURA 1.1.
"
Re/ed6n entre el nivel de educación y J/J probabilidad de "aro.
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
2ti Análisis poIí/ico empírico

estudio. En la figura l.lb se ilustra este Interpretación de los resultados


tipo de relación.
Podóamos incluso suponer que la edu- Finalmente, llegamos a un punto en
cación favorece las aptitudes e intereses que debemos reunir todos los elementos
hasta cierto punto, pero que quienes so- de nuestro estudio: ¿hemos logrado plan-
brepasan ese límite de educación (por teamos verdaderamente la cuestión que
ejemplo, los estudiantes universitarios) se pretendíamos en nuestra investigación?
sienten cada vez más desilusionados y ¿Qué hemos descubierto? ¿Cuál es la im-
menos interesados en la política. En tal portancia esencial de nuestros hallazgos?
caso, esperamos que el voto sea más fre- ¿Hasta dónde responden esos resultados
cuente entre los que poseen un grado a nuestras expectativas? En esencia, he-
moderado de conocimientos. y que los mos acabado por reducir algún aspecto
niveles de voto más bajos se sitúen en del comJXlrtamiento político a una serie
ambos extremos. Esta relación más com- de números que quizá puedan revelar
pleja queda ilustrada en la figura l.lc. relaciones estadísticas. Hemos de deter-
En cada caso existe una relación entre minar lo que esas relaciones -y otras
el nivel de educación y la probabilidad de cosas que hemos aprendido a lo largo de
voto, pero es obvio que las consecuencias nuestra labor~ nos dicen sobre la res-
de esas relaciones cambiantes difieren puesta al interrogante de nuestra investi-
ampliamente. Y así, es posible que halle- gación. Pero además debemos reflexionar
mos una neta relación entre las dos varia_ con espíritu crítico sobre la propia investi-
bles sin que por eno logremos corroborar gación: ¿hemos cometido algún error gra_

'I
I
nuestra hipótesis. ve en nuestra tarea que pueda invalidar
Por último, debemos hacemos una ter- las conclusiones? ¿Hemos logrado mante-
cera pregunta, tal vez menos obvia. ¿Qué ner una estrecha relación entre teoría e i '
probabilidad hay de que cualquier rela- investigación y entre la teoría y la reali- , '.¡

ción que hayamos encontrado entre las dad de la actividad política? ¿Podemos '1'11
variables en el estudio de un pequeño atribuir todos nuestros hallazgos aparen- 'ti
número de casos la hallemos también al tes sobre el mundo real a lo que hemos ~
estudiar todo el conjunto del que los he- hecho (o dejado de hacer) en la investiga. ,L
mos escogido? Este es, sencillamente, un ción más bien que a los acontecimientos
modo estadístico de preguntarnos hasta reales? Es difícil contestar a estas pregun·
dónde hemos conseguido que nuestra pe_ tas, pero el buen investigador siempre
queña muestra sea representativa de la habrá de intentarlo porque, mientras no
totalidad. Si hemos tomado las decisiones 10 haya hecho, no podrá saber el crédito
adecuadas al seleccionar los casos concre- que merece el producto de su investiga-
tos de estudio, podemos afirmar con segu- ción.
ridad que nuestras conclusiones, aunque Este breve panorama de las seis etapas
sólo estén basadas en unos cuantos casos, del proceso de investigación dará una
pueden aplicarse a todos. Si hemos come- buena idea de cómo es la investigación en
tido errores, ahora tendremos menos se- ciencia JXIlítica y de qué trata este libro.
guridad. Por desgracia, como se aclarará Dedicaremos gran parte de él a lo que ha
en capítulos subsiguientes, cuando nues- de saberse para realizury evaluar cada
tras conclusiones se basan en una muestra una de esas tareas. Por supuesto, com-
de la población, nunca podemos estar to- prendemos que la mayoría de los lectores
talmente seguros de ellas. no serán nunca investigadores en ciencia
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

El proceso de investigaCiófl XI

política. Pero sabemos también que los El conjunto de conocimientos que lla-
mismos conocimientos que son necesarios mamos ciencia política no se nos transmi-
para efectuar una investigación propia de tió grabado en piedra en la antigüedad:
buena calidad pueden servir asimismo a crece, cambia y se perfecciona sin CIsar.
la hora de adquirir una aptitud más cabal Cada elemento de investigación ef; un
y más critica para la lectura y evaluación enriquecimiento potencial de nuestr6 ro-
de las investigaciones ajenas, y que ésta nacimiento y comprensión. Pero ese po-
es una capacidad que todos los interesa- teflcial s610 puede cristalizar si la propia
dos en el estudio de la política harían bien investigación resiste un análisis critico, sj
en poseer. La investigación en ciencia se ajusta a las normas admitidas. De estas
social se utiliza cada vez más como base normas trata nuestro libro, y su aprendi-
para las políticas públicas y las decisiones zaje -para la propia investigación o para
jurídicas. Por lo tanto, es también cada la lectura crítica- proporcionará una ba-
vez más importante que Jos ciudadanos se tanto para la comprensión de las publi-
puedan juzgar los méritos de la investiga- caciones de ciencia política como para
ción para cumplir sus responsabilidades hacec a ésta nuevas aportaciones.
en una sociedad democrática.

·
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-

-

••
..

MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

Capítulo 2
CONSTRUCCIÓN DE
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LA TEORIA: CONCEPTOS E
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HIPÓTESIS EN CIENCIA
•.'c• .",..¿,.k .....,

j
POLÍTICA

Las cuestiones políticas son siempre protección dei medio ambiente mientras
complejas. ¿Llevarán a una mayor igual. que otros se oponen a ella o son indiferen·
dad las resoluciones judiciales que condu- tes. El modo más eficaz de hallar una
cen a la integración racial en las escuelas respuesta exacta (y, por 10 tanto, útil)
públicas, o incrementarán las diferencias consiste en emplear métodos reconocidos
raciales al fomentar la "fuga de los blan- de investigación empírica para estudiar
.cos,. hacia los suburbios segregados? Si el las relaciones que vemos en el mundo.
Presidente retira las tropas norteamerica· Para poder emplear procedirrúentos cien-
nas de Europa, ¿asegurará esto la paz tíficos en nuestro deseo de hallar una
mundial o causará la guerra al provocar la respuesta que sea de general aceptación,
agresión soviética? Si el Congreso rebaja tenemos que convertir esa pregunta su-
el impuesto federal sobre la renta, ¿crea- mamente general en una o varias muy
rá con ello un nuevo gasto suficiente para específicas. De lo contrario, no sabremos
reducir el desempleo o no hará otra cosa qué observar para buscar la respuesta ni
que aumentar la inflación? Emprende- podremos comprender de qué modo se
mos la investigación en ciencias sociales relaciona lo observado con nuestro tema
pórque deseamos comprender el mundo de investigación.
complejo que nos rodea, ya sea por la Para transformar nuestra pregunta gew
satisfacción de conocer, ya sea porque neral en una o varias específicas, hace
queramos ser capaces de prever o incluso falta formular algunas explicaciones plau-
controlar los acontecimientos. sibles de lo que observamos. Podriamos,
Así pues, la investigación científica em- por ejemplo, sostener que en la dpinión
pieza con algo que deseamos conocer. sobre la protección del medio ambiente
Este es nuestro tema de inveshj,ación, influye el empleo del interesado? entre
que, por lo común, es de orden muy gene- otras cosas porque ciertas ocupaciOnes se
ral. Tal vez deseemos saber, por ejemplo, benefician de las medidas protectoras del
por qué algunos apoyan activamente la medio ambiente, mientras que otras re-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

30 Analisis poIitiCO empírico

sultan peJjudicadas por éstas (al menos a nuestro interés. Sin una teoría correcta no
corto plazo). También podríamos creer podremos afirmar por qué los .. halIai:gos»
que la edad influye en la actitud para con de nuestra investigación proporcionan
la cuesti6n ecológica. porque los jóvenes, una respuesta a la pregunta que en ésta
en su período de crecimiento, han cobra- nos habíamos planteado. Supongamos
do conciencia de los problemas de la con- que iniciamos la investigación solamente
taminación, en tanto que sus mayores con la pregunta antes expresada. Si pre-
crecieron antes de que se comprendieran guntamos a una muestra adecuadamente
esos problemas. seleccionada de 1.500 estadounidenses su
Estas explicaciones nos ayudan a redu- opinión sobre la protección del medio am-
cir la complejidad de la vida social y nos biente y les hacemos una serie de pregun·
ponen en situación de iniciar el estudio tas sobre sus características, podemos uti·
científico. Podemos aplicar la lógica y la lizar nuestros resultados para describir los
información que ya poseemos sobre las tipos de personas que están a favor o en
relaciones empíricas al análisis de una contra de la legislación sobre el medio
serie de cosas que esperamos sean ciertas ambiente, pero no podemos afirmar por
si nuestra amplia explicación es válida. Y qu.é la apoyan o se oponen a ella.
ahora podemos formular preguntas como Por otro lado, si partimos de una teoría
las siguientes: ¿apoyan los jóvenes la le- que venga a explicar por qué los indivi-
gislación sobre el medio ambiente más a duos apoyan las medidas de protección
menudo que los adultos? ¿Apoyan los del medio ambiente o se oponen a ellas y
oficinistas y los profesionales las medidas formulamos nuestras preguntas para com-
sobre el medio ambiente más a menudo probar si eran acertadas las expectativas
que los trabajadores manuales? Podemos que lógicamente se seguían de dicha teo-
idear el modo de hacer observaciones que ría, nuestros resultados nos ayudarán a
nos permitan responder a esas preguntas comprender por qué aquéllos adoptan
y, una vez que hayamos explorado pre- una u otra actitud. 1
gUntas COnCtetas en número suficiente, Para simplificar, supongamos que, se-
I
contestar por fin a la pregunta inicial de gún nuestra teoría, la primera preocupa~ Ii,
nuestra investigación. ción dé la gente es su bienestar económico l'
Cuando intentamos formular explica- y que su póstura sobre la protección del
ciones posibles de los acontecimientos, medio ambiente viene totalmente deter~
estamos teorizando o desarrollando teo- minada por la manera en que, a su pare~
rías. Creamos éstas en nuestro esfuerzo cer, afectará a sus ingresos la legislación
por comprender. Las teonas nos ayudan a propuesta. Una expectativa o predicción

-- orientar nuestra investigación y a deter- que lógicamente se deriva de esta forma

-
-
minar si nueStra comprensión es correcta.
Por eso, la construcción de la teoría es la
primera etapa del proceso de investiga-
de razonar es que quienes esperen resul.
tar económicamente perjUdicadOS por las
leyes de protección del inedia ambiente

-.


ción, y por eso es esencial que compren-
damos la relación entre teoría e investiga-
ción.
se opondrán a ellas, mientras que quienes
esperen resultar beneficiados las apoya-
rán. Si nuestra teoría es una explicaci6n

..• Una teoría inadecuadamente desarm-


liada puede llevarnos a realizar una 1n-
adecuada de cómo se adoptan ciertas acti-
tudes sobre la protección del medio am-

•t vesti~ación que no sirva para dar respues-


ta a "la pregunta que inicialmente suscitó
biente, esa predicción deberá ser una afir-
mación exacta sobre las relaciones del

..........
t

--------------~
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
'_'_
política. Madrid:
.. Alianza.
.. _ --
Construcción eJe la teoría 31

mundo real. Entonces podremos hacen)C)S útiles al ofrec~rn os una estructura para
una idt>a de la utilidad de nuestra teoría interpretar/M y para ~r 18!J reJtiCionea
comprobando la exaclitud empírica de la entre eIJM.
predK:ción que lógicamente se sigue de El objeto de este capítulo es ayud;11te 8
ella. Por ejemplo, podriamos preguntar a. comprerldeL-cómo se desarTollan la$'~eo­
la gente su opinión sobre la proteceión del rías y cómo se utilizan Para orien~ la
medio ambiente y el efecto que, a su investigación. Expondremos en él la natu-
pare<:er, puede tener en sus ingresos, para raleza de.la teorización en la ciencia so-
averiguar si la predicción queda c.orrobo- dal, los elementos de que constan las
~ada por lo que vemos en las reladones teorías, y la relación entre éStas y el resto
reales. Cualquiera que sea el resultado, la del proceso de investigación. Cuando
investigación nos indicará así, en cierta haya terminado el capítulo, deberá ser
medida, por qué los interrogados opinan capaz de empezar a pensar en las cuestio-
de un modo determinado sobre esta cues- nes políticas que le interesan de: una ma_
heSn. si Ía investigación se ha realizado nera que ~ prepare para emprender la
correctamente y la predicci6n resulta investigación empírica si~temática, 8 fm
acertada, tendremos razones p&ra creer de dar respuestas válidas (si no comple-
que hemos fonnulado una explicación sa- tas) a dichas cuestiones,
tisfactoria para el comportamiento estu-
diado y buscar nuevas pruebas de su utili-
) dad. Si la predicción resulta equivocada, Naturaleza de 1. teorta

I al menos tendremos motivos para creer


que esta teoría probablemente sea infruc-
luosa .para comprender las opiniones SO-
en Ciencia Soclal

Construimos teorías por dOs razones.


bre el tema, y podremos empezar a inda- En primer luga r. esperamos que nos sir-
gar otras explicaciones posibles. van Para simplificar la realidad con el fm
Tanto si la iniciamos con una teoda de comprenderla p'ara controlarla mejor o
coffl9 sin ninguna, la investigación puede adaptarla. En segundo lugar, Wla vez que
mostrar los mismos hechos. Pero éstos hemos alcanzado esa comprensión, las
sólo facilitarán nuestra comprensión si po_ teorías pueden guiamos para comprobar
demos vincularlos entre sí mediante una . su exactitud. Para ello, nos ofrecen un
teoría. Si sabemos que los oficinistas y fundamento lógico de expectativas o pre-
profesiona!C'S tienen mayor tendencia que dta:iones sobre el mundo que pueden
los trabajadores manuales a apoyar la compararse con la realidad mediante téc-
protección del medio ambiente, esto sólo nicas de. investigación apropiadas. Cuan-
nos ofrecerá una explicación de las actitu- do nuestras predicCiones resultan funda-
dC'S adoptadas si podemos dar alguna ra- das, también lo es la interpretación que
zón por la que deban estar relacionadas la les sirve de base, y crece nuestra confian-
ocupaci:>n ' y la postura sobre la ecología. za en haber entendido CÓmo funcionan las
De otro modo, el hecho podría ser fortui- cosas. Cuando nuestras predicciones re-
to, y no por conocerlo estaríamos: en mejo- sultan inexactas, empezamos a po",r en
res condiciones de explicar las actitudes
de la gente. Las teorías proporcionan
duda nuestra interpretación de Jos
Y a buscar la manera de mejorarla. -i
*hoS ,.
.',
conjuntos de razones por la'! que los he- Las teorías son conjuntos de si~1oB
chos deben estar conectados de un modo lágieamente re/4Cionados que repTesen-
determinado, y hacen que Jos hechos ~an tan /0 que creeme» que S/I< 'ec/e en el
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

mundo. Son. simpleme nte, herramientas nos una idea basándonos en la experien-
inte lectuales. Es importante entender es· cia ¡>enanal, en la observación casual o en
to, pues nos sirve para comprender que el penMUniento creador. Más a menudo,
las teonas no son, en sentido absoluto. comprobaremos la conveniencia de inves-
verdaderas ni falsas;' tan sólo más o menos tigar lo que otros han averiguado sobre el
útiles. Así como hay más de una manera tema. t..s teorías eficaces se inician a
de hacer un martillo. hay muchos modos partir de un conocimiento pormenorizado
de desarrollar teorías que expliquen la de los sucesos que deseamos explicar. Sin
vide. política. Esto significa que no cabe tal conocimiento, probablemente no Jo.
esperar descubrir una teona del mismo graremos comprender lo que ha de expli.
modo que un explorador descubre una carse ni tendremos una idea de dónde
nueva isla. ¿Por qué? Porque las teorías hemos de empezar a buscar las relaciones
no existen ... ahí. para descubrirlas. Son que nos servirán para explacar los sucesos.
producto de la imaginación humana, de Los disturbios masivos que tuvieron lu-
un a rduo trabajo Y. a veces, de la buena gar en numerosas ciudades norteamerica-
suerte. nas a fines de los años sesenta proporcio-
Si las téorfas son esenciales para una nan un ejemplo de la importancia que
investigación correcta pero no pueden tiene el conocimiento de los hechos para
descubrirse simplemente examinando poder conceptualizar de manera adecua-
montañas d e salidas impresas de ordena- da los problemas de investigadón. Cuan-
dor durante horas intenninahles, ¿cómo do se produjeron por primera vez los dis-
trata remos de construir una teoría que turbios. muchos funcionarios públicos
nos oriente en nuestro esfuerzo por com- dijeron que eran obra de un grupo de
pre nder los a spectos de la vida política ciudadanos.. pobres sin vínculos estables
que nos interesan? ¿Qué procesos inter· con la sociedad. Si hubiéramos aceptado
vienen? La respuesta no es clara ni send ~ esa interpretación e intentado compren-
lIa, pues las teorías se desarrollan de di · der 105 disturbios, habriamos definido
versas mane ras. No podemos esbozar una nuestra tarea diciendo que se trataba de
serie de procedimientos para lograr ,una explicar por qué ese «populacbo~ tan nu-
teoría útil del'mismo modo que pódríamos meroso se habia concentrado en nuestras
describir la ~oera de construir una apa· ciudades en aque\los momentos y qué le
rato estereofÓnico. Pero podemos dar una había impulsado a la revuelta. Para expli.
explicación de las principales ideas y eta- carIo, muchos funcionarios públicos
pas que generalmente conlleva (a cons· adujeron la supuesta presenc;ia de agita-
trucción de una te«ía. La primera es la dores exteriores.
cotlcepfualiZlff:ión del problema. Sin embargo, los expertos en ciencia
social rea.li;zaron e ntrevistas en las duda~
des. agitl'das por los disturbios. y supimos
Lógica de la construcción que la revuelta no se limitaba al JXIpula-
de la leorla cho. En realidad, los revoltosos, conside·
rados como un grupo, diferían bien poco
E:npe.z ando con el suceso o comporta. del sector general de \a pob\ación negra
mie nto que deseamos comprender, debe_ de esas dudades·. Este hecho nos presen-
•,
mos preguntamos en primer lugar qué
sabemos sobre el fenómeno que pudiera 1 R. M. Fog..lson y R. B. Hill, . Wbg Riou ? A

ay udamos a elltplicarlo. Podemos formar· Study uf Part icipallon ,n thO. 1967 R"m_, m Sup·

-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
Construcción de la teoría 33

ta una tarea de investigación muy dife- sobre las características y los motivos de ,•
rente de la sugerida por la interpretacion los estudiantes rebeldes en ¡general,am el
sobre el populacho. Ahora debemos tratar
de comprender lo que impulsó a rebelarse
fin de formular nuestra explicación: Si
entre los que protestan hallamos rasgos ,•
a· ciudadanos negros normales con em- comunes que los distinguen de los qUICI no ,
pleos, familias y otros vínculos sociales. protestan, podremos deducir que esas ca-
,
•·
Las explicaciones subsiguientes se cen- racterísticas ocasionaron su particiación
tran en variables tales como la reacción en las manifestaciones. Entonces, el pre-
de los negros ante el racismo de los blan- dominio de aquéllas entre los estudiantes
cos más que en la de los agitadores exte- universitarios pasa a formar parte de •
riores. nuestra explicación del motivo de la pro-
En este caso, un conocimiento insufi- testa.
ciente de los hechos podría habemos in- Este proceso de generalización de 10
ducido a errores fundamentales en nues- que hemos observado a 10 que,no hemos
tra labor de construcción de la teoría. De observado o no podemos observar se lIa/
•,
ahí la importancia de la investigación ma inducción, y es la base de la teoría
aploratoria. destinada a establecer los científica. Las teorías construidas por in-
hechos en un caso dado. De ahí, también, ducción de observaciones se dice que son
que hayamos de buscar en las publicacio- empíricamente fundadas.
nes existentes información sobre los fenó- En el proceso de inducción, partiendo
menos que tratamos de explicar si aspira- de lo que sabemos que sucede en ciertas
mos a deSarrollar teorías válidas. situaciones, imerimoslo que podria suce-
Pero una vez que nos hemos formado der en otras semejantes; establecemos un
una idea del mayor número posible de nexo lógico entre lo que hemos visto y la
hechos que están a nuestro alcance, ¿có- predicción de lo que no hemos visto, ba-
mo construimos una teona que explique sándonos en el supuesto de que existe
esas observaciones? Por lo general, em- alguna pauta constante y subyacente en
pezaremos por indagar en los hechos los sucesos del mundo. Todos aplicamos
aquellas pautas que den razón de los su- la inducción en la vida diaria. Si observa-
cesos observados. mos cinco veces consecutivas que la puer-
Por ejemplo, cabría preguntarse qué ta del ascensor se abre cuando pulsamos
provoca las protestas políticas en los cam- un botón que hay en la pared, pronto
pus universitarios. Para contestar a esta llegamos a la conclusión de que el botón
pregunta, habrá que explicar lo que lleva hace que se abra la puerta. Esto es una
a los estudiantes a tomar parte en las generalización inductiva de los pocos ca-
protestas. Si hemos figurado entre los re- sos que hemos observado (pulsando el
voltosos o los hemos conocido, podremos botón cinco veces) a los casos que no
hacernos una cierta idea de sus motiva- hemos observado (pulsando el botón más
ciones, pero para formular una explica- veces o pulsando botones de ascensor en
ción de por qué participan numerosos es- otros edificios). El proceso de inducción se
tudiantes hará falta información sobre un muestra en el diagrama de la figura i'.la,
número de personas mucho más elevado. que indica cómo se fundan en hechos las
Convendrá que intentemos obtener datos

plemenutJ Studies for the NafÍ<ma1 Advi.•o.ry Como


teorías construidas inductivamente ...-r
Pero para construir la teona no basta
con la inducción. pu.es la indicación de los
..
lo

m;~";on on Civil D;1I<}tder~(1968). hechos no proporciona ulla explicación, a 41


41
41
-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
34 Análisis poIitico empírico

.) INDUCCION la gente interviene para cambiar las me-


didas de actuación a las que se opone
a....,.,.ali~a<:ión Todos k.. firmemente, y que viene a adoptar un
(conduoión , • republica. -
comportamiento de protesta cuando cree
abolr",,',,) oon c<m.oervad""""
que la participación política convencional
t
Inducción
t
Por lo lanto
(votar, escribir cartas, etc.) no va a modi-
ficar esas medidas.
I
Pru<~
I
Tod<lo lo. republicafl ...
En ese punto, estos supuestos (también
llamados axiomas o postulados) pasan a
(mucho. hechos de Middletown
espe<:ificoo) formar parte de nuestra teoría. Describen
son """servad"...,.
las condiciones en las que esperamos que
sea probada la explicación provisional al-
b) DEDUCCION canzada. lndican, mediante enunciados
El pllttido generales sobre el comportamiento políti-
~blicano
~r.. l;r"ción
co en ciertas condiciones, por qué espera-
.tnor oólo a
(supuesto) loo """oerva<!o<". mos que se produzca la protesta estudian-

I
D.,due<;ión
I
Por lo tanto
til por lo que sabemos de los estudiantes
en los campus universitarios. Ahora pode-
,
mos explicar el comportamiento especifi-
I I
Todoo los republKaoos
co (protesta) demostrando que éste se si-
gue lógicamente de un conjunto de su- I
(p~<:io""''''¡''-e de Middletown
h..ctJao rs~dtkOll) oe";n """"",.,...00.... puestos teóricos.
Al hacerlo, realizamos la operación in-
versa de la que hicimos cuando procedía-
FIGURA 2.1. Representación eSquemática mos al razonamiento inductivo- Ahora,
de! razonamiento inductivo y deductivo. partiendo de enunciados abstractos sobre
relaciones generales, llegamos a enuncia-
menos que podamos indicar también por dos concretos sobre comportamientos es-
qué esos hechos han llevado a los resulta- pecíficos. Este proceso de razonamiento
dos observados. Volvamos al ejemplo de de lo abstracto y general a lo concreto y
la protesta estudiantil. Supongamos que, específico se llama deducción. Todos nos
según lo averiguado. los que protestan servimos de la lógica deductiva en nues-
tienden a estar más insatisfechos con las tra vida cotidiana. Si suponemos que los.
medidas de actuación pública que los que ascensores funcionan mediante un siste-
no protestan, y que los primeros suelen ma de botones instalados en la pared y
también dar mucho menos crédito a la nos encontramos ante un ascensor, dedu-
eficacia de la política convencional para ciremos generalmente que para entrar en
modificar esas medidas. El establecimien_ él hemos de pulsar el botón que haya
to de este hecho constituirá una explica- nuestro alcance. Por medio de la deduc-
ción de la protesta únicamente si pode- ción, hemos ido de una generalización a la
mos demostrar por qué esas actitudes de- predicción de un hecho específico. Este
ben conducir a un comportamiento de proceso se esquematiza en la figura 2.tb.
protesta. Para demostrarlo, probable- La deducción es el proceso que 008
mente hará falta formular algunos su- permite utilizar las teorías para explicar
puestos sobre el comportamiento político. eventos del mundo real. Si podemos de-
Concretamente, habrá que suponer que mostrar mediante un proceso de deduc-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
Construcción de la tecria 35

ción que cierto evento observado puede comprenderla otras personas con forma-
predecirse lógicamente basándose en el ción adecuada de manera que, sjrv~ndo.
conjunto de supuestos que constituye se de ella, sean capaces de expli<;a,:r los
nuestra teoría, ésta aportará una explica. hechos y proponer ensayos de hiP4J:esis
ción del evento observado. La teoría nos derivadas de ella? ,~
ayuda a comprender el evento dándonos 4. Debe ser general. ¿Es posible'utili-
una razón de por qué es como es. La zarla para explicar diversos hechos en
deducción tiene por objeto proporcionar diferentes momentos y lugares? ¿Pode-
ese vínculo entre la teoría y nuestras ob· mos deducir de ella predicciones que pue·
servaciones. dan comprobarse en diferentes circuns-
Pero una teoría no es válida por el tancias, o está vinculada demasiado estre.
mero hecho de haberla ideado. Por lo chamente a un conjunto de observacio-
general, podemos llegar a formular mu- nes?
chas teorías para explicar un hecho deter- 5. Debe ser parsimoniosa. ¿Es lo bas-
minado. 1.0 que debemos preguntarnos es tante sencilla como para poder aplicarla y
cuáles de ellas son las más útiles para comprenderla fácilmente. o es tan com-
ayudamos a comprender el mundo. Y pleja y profusa en condiciones y excepcio-.
para responder a esta pregunta, tendre· nes que resulta difícil extraer de ella ex-
mos que cotejar distintas teorías con la pectativas explícitas sobre los hechos del
realidad. Antes de ocuparnos de la con· mundo real?
trastación de las teorías, es importante
que comprendamos dos cOsas. En primer Las teorías pueden tener cada una de
lugar, hemos de conocer los rasgos que esas caractensticas deseables en grados
confieren utilidad a una teoría para saber diferentes, ya veces tenemos que escoger
cómo abordar la construcción de la mis- entre ellas al desarrollar una teona deter-
ma. En segundo lugar, debemos saber minada. Tal vez hayamos de sacrificar un
cómo están relacionados sus componentes tanto la parsimonia, por ejemplo, para
entre sí y con la investigación empírica. obtener una mayor generalidad o posibili-
Para que una teoría sirva para explicar dad de verificación. Habremos de tener
las observaciones debe ajustarse a una presentes esos rasgos deseables cuando
serie de normas. fonnulemos la teoría para que el producto
de nuestra labor sea verdaderamente pro-
1. Debe ser contrastable. ¿Podemos vechoso.
inferir de la teoría expectativas sobre la
realidad lo bastante concretas y específi-
cas como para hacer observaciones que Componentes de la teoría
las confirmen o no las confirmen? ¿S,e en Ciencia Social
puede establecer una relación entre la
teoría y el mundo de manera sistemática, Las teorías se componen de conjuntos
o la teoría sólo es un conjunto de abstrac- de conceptos que están relacionados por
ciones? proposiciones lógicamente denvadáli· de
2. Debe ser lógicamente correcta. ¿Po- un conjunto de supuestos. Esta es la es-
see coherencia interna la teoría? ¿Son tructura lógica de unateona. Y es'esta
compatibles sus supuestos, e inequívocos estructura la que nos permite utiliiar la
los términos que contiene? teoría pata explicar los hechos, pues nos
3. Debe ser comunicable. ¿Pueden sirve para dar las razones por las que
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

:ss A.n.:i&is político empírico

podemos esperar lógicamente que las ro- que las leon as, no üenen vida propia. Son
S9S sean como son. instrumentos q ue creames para ftnes es-
Para elaboTar una teona eficaz se em- pecificas y no pueden tildarse de verda_
pieza por las decisiones que toml:unos so- deros o fa lsos: sólo puede decirse que son
bre 103 elementos de construcción de las más o menos útiles.
teorías: los conceptos. Un concepto es ¿En qué consiste la utilidad de un con-
simplemente una palabra o símbolo que cepto? Hay que hact:r aquí tres conside-
representa a/~una idea. Los conceptos no raciones principales.
son n ad a extraordinario. Nos servi mos de En primer término, como hemos em-
e llos a dia n o para afrontar la com plejidad prendid~ un estudio el7lpírico, el concep-
d e la reaJidad clasificando las CO$I1S que to, para ser útil, debe referirse a fenóme-
encontramos con arreglo a a lgunas d e sus nos que, al menos potencialmente, sean
propiedades que tengan inte rés para no- observables. En los tiempos medievaies e l
sotros. Clasificamos los a nimales de cua- concepto de Voluntad Divina jugaba un
tro patas que vemos en vacas, gatos, pe- papel importante para explicar los acon-
rros y otras especies, y esta clasirtcación , tecimientos. Sin embargo, no podemos
por sr sola, proporciona la base de a lgunas comprobar tales explicaciones, porque no
expectativas importantes (por ejemplo, podemos obs<rvar la Voluntad Divina pa-
los perros no son buena fue nte de lech e). ra afinnar si está presente o ausente en
Asignando un nombre a algo, podemos un caso dado. Sí ha de tener algún valor
predecir ciertas , osas sobre ello, porque científico, el concepto debe referirse a
el nombre e~ un simbolo de d eterminadas algo que, de algún modo, rea mensurable
combinaciones de propiedades. a través de los sentidos.
La misma finalidad cumple n los con- No signifiea esto que todos los concep-
ceptos en la ciencia social. Indican las tos deban referirse a cosas directamente
propi~ades de los objetos (personas, sis- observables. Algunos de los conceptos
temüs políticos, elecciones) que tie ne n in- más útiles e n las ciencias sociales se refie-
terés p a ra un estudio determ inad o. Un ren a propiedades que no podemos obser-
obse rvador puede estar interesado en la var de manera directa. La gente no tiene,
.. estructura de la personalidad de cierta sin más, un rango social del mismo modo
persona, mientras otro estará interesado que puede ser pelirroja , pero si sabemos
en la identificación d e ésta con algún ciertas cosas de ella (sus ingresos o su
partido. y un tercero centrará su interés ?Cupación. por eje mplo), podemos inferir
en su grado de alienación política . La su rango social. Análogamente, las nacio-
persona posee todas esas propiedades nes no tienen si,l" m as políticos au torita-
(personalidad, identificación con un parti - rios o deTnOCl'áücos del mismo modo que
do, grado de alienación) y otras muchas. tie nen montañas o desie rtos, pero pode-
pero sólo algunas de ellas intereSan 8. una mos inferir e l grado de democracia que · iI
investigación concreta. Los tres observa- existe e n una nación observando ciertas I
dores abordan la misma realidad. Simple- caractensticas de su vida política (como,
me nte, optan por organizar sus percepcio- por ejemplo, la índole de las elecciones y
nes d e manera distinta. Los conceptos nos las disposiciones sobre libertades civiles).
ayudan a determinar, entre numerosos La pregunta es: ¿podemos idear un
rasgos o a tributos, los que son importan- conjunto de procedimientos para utilizar
les para nuestra in vesligación. nl)cstros sentidos a fin de re unir informa-
El hecho es que los conceptos, a l igual clón que nos perm ita juzgar la presencia,
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

ausencia o magnitud en el mundo real de cepto tiene valor teórico cuando está rela-
aquello a lo que el concepto se refiere? Si cionado con otros conceptos de la t~a
la respuesta es afirmativa, se dice que el en número suficiente como para de$em-
concepto tiene referentes empíricos! peñar un papel importante en la explica.
se refiere a algo que es directa o indirec- ción de los hechos observados. ~~
tamente observable. En nuestra explicación hipotética de la
En segundo lugar. además de tener protesta estudiantil empleamos dos con·
referentes empíricos, los conceptos deben ceptos. Uno de ellos era la intensidad de
ser precisos. Se han de referir a un las preferencias sobre políticas públicas, y
conjunto de propiedades de algún fenó- el otro, la percepción de la eficacia de la
meno y solamente a uno. Debemos saber acción política convencional para modifi-
exactamente de qué hablamos cuando car esas politicas públicas. Estos dos con-
utilizamos un concepto para describir un ceptos quedaron vinculados por los su-
objeto. ¿Forma parte la raza de la clase puestos de que la gente intervendría para
social de una persona, o viene detennina- cambiar las normas con las que estuviera
da esta clase exclusivamente por factores en profundo desacuerdo, y de que recu-
ajenos a la raza tales como los ingresos y lTiria a la protesta cuando le pareciera
la educación? El grado de desigualdad en que otros medios de influencia no iban a
la distribución de la riqueza de una na- dar resultado. Dados estos supuestos, ~1
ción ¿forma parte de lo que llamamos su encontrar la combinación concreta de ac-
sistema político democrático o autoritario, titudes a la que hemos aludido, vendre-
o la naturaleza del sistema político viene mos a esperar un comportamiento de pro-
dada exclusivamente por otros factores? testa. Cada concepto es esencial para la
La precisión es importante porque nos explicación y está vinculado tanto a los
indica lo que hemos de observar para ver supuestos teóricos como al otro concepto.
cómo se manifiesta un concepto en un Ambos tienen valor teórico porque de-
caso dado. Sólo cuando lo vemos podemos sempeñan un papel necesario en nuestra
emplear el concepto en explicaciones em- explicación.
píricamente fundadas. Podemos empezar a comprender ahora
La precisión nos ayuda también a de- que la teoría da eficacia a los conceptos
tenninar nuestros referentes empíricos y vinculándolos de manera que puedan uti-
hacer distinciones entre 10.'1 fenómenos lizarse al formular las explicaciones. La
observados. Si el grado de democracia teoría une entre sí los conceptos estable-
significa sólo la presencia o ausencia de ciendo relaciones entre ellos, cuyos enun-
elecciones populares para cargos públi_ ciados adquieren la fonna de proposi-
cos, tanto la Unión Soviética como Esta- ciones derivadas de nuestros supuestos.
dos Unidos son democráticos, ¿Deseamos Las proposiciones. en general, postulan
tratar a estas dos naciones como ejemplos uno de dos tipos principales de relación
del mismo tipo de sistema político para los entre los conceptos: covariación y cau-
fines de nuestra investigación? De no ser salidad_ Las relaciones de covariación
así, tendremos que afinar el concepto. indican que dos o más conceptos tiebden
hacerlo mas preciso, para que en nuestro a cambiar simultáneamente: a médida ",(,

estudio podamos hacer una distinción en- que uno aumenta (o disminuye), aumenta
tre ambas naciones. (o aisminuye) el otro. Estas relaciones
Por ultimo, los conceptos, para ser úti. nada nos dicen sobre lo que hace cambiar
les. han de tener alcance teorico. Un con- los conceptos simultáneamente. Por
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empírico. Métodos de investigación en ciencia
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38 Análisis poIitico empírico

ejemplo, podríamos predecir que el grado cer el proceso por el que los cambios en A
de información política y la probabilidad ocasionan cambios en B), y cuarta, que la
de voto covarían, que a medida que crece covarianza de los fenómenos de causa ·y
el uno, crece la otra. Pero ¿es más proba~ efecto no se deba a su relación simultánea
ble que se vote porque se tiene más irúor- con un tercer factor.
mación, se obtiene más información por_ Esta última condición nos. previene so-
que se piensa votar y se quiere tomar una bre el problema de las relaciones espu-
°
decisión correcta, el grado de informa- rias_ Cuando A y B varían a la vez
ción y la probabilidad de voto dependen porque ambas son causarlas por C y no
ambos de un te:-cer factor, como, por covariarían en ausencia de C, la relación
ejemplo, el interés por la política o el aparente entre A y B se denomina espu-
criterio que se tiene del deber cívico? La ria. Es esencial que analicemos cuidado-
proposición no nos lo dice. samente los supuestos que formulamos
Las relaciones causales indican que los para descubrir la posible falsedad en las
cambios producidos en uno o más concep- relaciones, antes de incorporarlos a nues-
tos llevarán a que se produzcan cambios tras teorías como si fueran producto de
en uno o varios conceptos diferentes o una interacción causal. Un ejemplo clási-
conllevarán dichos cambios. Por ejemplo, co de relación espuria es el caso en que un
podemos sostener que cuanto más fuerte investigador averigua primeramente que
sea la identificación con un partido, el precio del ron importado y los sueldos
mayor será la probabilidad de voto. El de los ministros fluctúan al mismo tiempo,
hecho de sentirse miembro de un partido y de ello deduce que los cambios en el
puede impulsar a votar, pero la probabili- precio del ron causan los de los sueldos de
dad de votar no crea la identificación con los ministros. Es más probable que los
el partido. precios del ron y los sueldos de los minis-
Todos estamos acostumbrados a pensar tros varíen como consecuencia de la mo-
en términos de causa a efecto en nuestra dificación de las condiciones económicas
vida diaria, pero solemos utilizar estos generales y del nivel global de los precios.
conceptos de manera imprecisa. A menu- La relación entre las dos primeras varia-
do, es muy difícil determinar las causas o bles es de covariación, pero no causal.
consecuencias del comportamiento huma- Es importante reconocer otras dos ca-
no; cuando más importante es el hecho, racterísticas de la causa1idad social. En
más difícil es deslindar sus causas. ¿Qué primer lugar, un fenómeno puede causar
provoca la guerra? ¿Un movimiento so- otro de manera directa o indirecta: puede
cial o la creación de un nuevo partido que A sea causa de B sólo en la medida en
político? que lo es de e, que es causa directa de B..
A causa de esta complejidad, debemos Debemos tener presente el papel que
ser cautelosos y no postular relaciones cumple la causalidad indirecta para
causales más que cuando se cumplan cua- que nuestra teoría sea lo más completa
tro condiciones simultáneamente: prime- posible. En segundo lugar, hemos de
ra, que la causa y el efecto postulados prestar atención al hecho de que, en ge_
cambien juntos, o covaríen; segunda, que neral, el comportamiento humano se debe
la causa preceda al efecto; tercera, que a más de una causa. Al teorizar, debere-
podamos determinar un vínculo causal mos evitar la simplificación excesiva, y 1,
entre la causa y el efecto supuestos (lo reconocer el papel que cumple la causa- f"
que significa que hemos de poder estable- lidad múltiple en la vida social. Esto
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

ConstnJcción de la teoria 38 e
••
UrbanizatióD
--••
• •
d._
Poblft(KiI'I
••
..

..

.

PoblaÓf'¡n
pob~
Condición
socioeeonómN:1I
..•
..
•..

.-•
.
P osición del panido
,

represenlllnte
••
••



POIIición de la
delclaeión estatal

,•
,
F'lOURA 2.2. Modelo c.u~1 de 10l'J determinantes del apoyo de los representan te8 a la •
legislación !Sobre asistencia $OCia1 en el ConAfe.fO de los Estados UnichA. (De Richard C. Rich,
_TIIe Representarion 01 lhe Poor in the Policy P,ocess: Changes in CongressionaJ Support rOt
Wttf(are. , En Robert Eyelltone ( ed.), Pub.lic Policy Formation (Greenwich, CT: JAr Press.,
1984). p . 135. Reproducción lIutorhIlKlIJ).

quiere decir, sencillamente, que todo he· Para abordar toda esta complejidad,
cho puede tener varins causas diferentes generalmente conviene esbozar un mode-
y que, a veces, deben reunirse muchos lo causal de la teoria, esto es, un diagi;Qma
hechos para causar uno determinadol . donde se especifican con claridad 16das
las relaciones planteadas en la teorut con
lo que se ven má, rácilmente las implica-
1 Ficura \lIlII amplia el'pCMición del ¡MIpe1 <¡LOe
dewmpeñan 1115 relacionet ca"cala en la teorización
de l• ..,iencia social IIn Hubert M. BlaIoc:k. J" , (C hapel HilL Uni~tlity oC Nonh Cnrolina ?ren,
CIlUMI lrúetences in Norre~ptlltiment..1 RC;Jearch 1964).
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40 Análisis poIitico empírico

ciones de nuestros argumentos. La figura Contrastación y elaboración


2.2 presenta un ejemplo de ese modelo. de la teona
Cada una de las flechas representa una
influencia causal, y la dirección en que Las teorías no deben considerarse nun-
apunta indica la variable que, según la ca como productos acabados, sino como
teoría, ha de ser dependiente, y la que ha instrumentos que ocasionalmente hay
de ser independiente. La teoría esquema· que analizar y que a menudo pueden
tizada en la figura 2.2 afmna que in* mejorarse. Empezamos con un tema de
fluyen diversos factores en la decisión de investigación que requiere una explica-
un representante de votar a favor o en ción de los hechos observados. Seleccio-
contra de la legislación de asistencia so-- namos conceptos que, según esperamos,
cial, y ello de manera directa e indirecta. han de servir para explicarlos, y relacio-
Por ejemplo, se indica que la magnitud de namos los conceptos mediante proposicio_
la población pobre del distrito electoral nes lógicamente derivadas de un conjunto
del representante influye en el voto sobre de supuestos que optamos por formular
asistencia social tanto de manera directa para lograr una explicación. Y he aquí
(independiente) como indirecta a través que ahora estamos entre la espada y la
de la pugna electoral del distrito y del pared: ¿servirá de algo esta bonita estruc-
grado de antigüedad del representante. tura? Al parecer, explica 10 que deseamos
Tanto las relaciones de covariación co- comprender, pero ¿podemos cOr.Jprobarla
mo las causales pueden ser positivas o de alguna manera? ¿Podemos verificar su
negativas. Esto significa que los dos con· utilidad para saber la confianza que pode-
ceptos pueden cambiar ya sea en la mis· mos depositar en ella y convencer a los
ma dirección, ya sea en direcciones demás de su valor?
opuestas. Si cambian en la misma direc· La contrastación de la teoría es el nú-
ción, la relación es positiva. Una rela- cleo del proceso de investigación. Como
ción positiva viene representada por el nuestras teorías se desarrollan por lo ge-
enunciado siguiente: cuanto mayor es la neral partiendo de fracciones de conoci-
pobreza relativa de los sectores minorita- miento sobre relaciones reales, la tarea de
rios en una sociedad, mayor es la probabi- contrastación de la teoría consiste esen-
lidad de violencia política. La relación cialmente en utilizar esta última para for-
negativa se expresará mediante el enun- mular algunas expectativas acerca de
ciado siguiente: cuanto mayor es el grado otras relaciones que no hemos observado,
de alienación política que siente una per- y verificar luego si las observaciones rea-
sona, menor es la probabilidad de que les se corresponden con lo que esperamos
participe en actividades políticas conven- obtener. No podemos confiar en las rela-
cionales. Nuestras teorías deben especifi- ciones que ya hemos observado, pues no
car si esperamos relaciones positivas o habria contrastación alguna al indicar que I
negativas entre los conceptos. Esta infor- la teoría conduce a esperar las propias
mación se puede añadir a los diagramas relaciones que tratábamos de explicar al d
,'
I
causales colocando un signo más (+) o construirla.
menos (-) en cada trayectoria para indi- En nuestro ejemplo del ascensor, des- ,
11
car si se piensa que la relación es positiva pués de observar los ascensores de un
o negativa. edificio estaremos bien seguros de que
!/;'1
J, .I
\ i
funcionan en respuesta a un sistema de ,
botones instalados en la pared. Incluso
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Conslrvcc;ión de la t90ria 41

estariamos dispuestos a generalizar, par- altos de educación conllevan una probabi_ •
tiendo de nuestras observaciones, y llegar lidad de voto más alta. Sabemos q~ estos •
a ia conclusión de que todos los ascenso- factores guardan relación en los F4tados
res funcionan de ese modo. Sólo podemos Unidos, pero ¿yen otras naciones~ ¿Po-

verificar la valipez de esta conclusión pro- demos hacer, sin temor a equivOCiJ,mos, •
bando realmente otros ascensores. Pero esta generalización de las observaciones
esto no nos sirve para confirmar la com- de los Estados Unidos a las relaciones en
probación sobre los ascensores del edificio otras naciones? ¿Habrá algo exclusivo del
inicial, porque sabemos ya que funcionan sistema educativo de este país que cree
en respuesta a los botones, y no por ello esa relación? El único modo de averiguar-
nos sentiremos más seguros de que otros lo consiste en observar a la gente de otras
ascensores también lo hacen. Tenemos naciones.
que ir a otros edificios y ver cómo funcio- Basándose en el supuesto de que la
nan sus ascensores. Finalmente, nunca educación acrece la probabilidad de voto,
podemos probar que nuestra teoría sobre podría predecirse que quienes poseen una •
el funcionamiento de los ascensores es cierta educación universitaria serán más
correcta, pues no podemos llegar a obser- propensos a votar que los que no han •
var todos los ascensores del mundo. A pasado del titulo de enseñanza secunda- •
medida que veamos más ascensores que ria. Se puede comprobar esta predicción
funcionan de ese modo sin encontrar nin- viendo si refleja fielmente las relaciones •
guno que no lo haga, crecerá nuestra con- halladas en los datos de diversos paises. •
fianza en la validez de nuestra generaliza- Cuanto mayor sea la frecuencia con que
ción. Si no encontramos ningún otro as- encontremos pruebas acordes con la pre-

censor que funcione mediante botones, dicrión, más seguros estaremos de que •
pronto deduciremos que nos hemos equi- nuestra teoría sirve para predecir el com-
vocado al generalizar las observaciones portamiento humano. Nunca podremos

iniciales a todos los demás ascensores. estar absolutamente seguros de que la •
La contrastación de la teoría en cien- teoría es ~verdadera~, pues no podemos ••
cias sociales obedece al mismo principio. observar todos los casos ni saber con cer-
Debemos pasar de lo que hemos observa- teza cómo pueden cambiar con el tiempo •
••
do al idear la teoría a lo que no hemos las relaciones empíricas. Pero podemos
observado, para descubrir si ésta nos pro- adquirir más o menos confianza en la
porciona un conjunto correcto de expecta- utilidad de la teoría comparando las pre- •
tivas sobre el mundo. Supongamos, por dicciones de ella derivadas con observa-
ciones. La teoría será útil si nos permite
••
ejemplo, que deseamos construir una teo-
ría para explicar el comportamiento de predecir con exactitud lo que no hemos ••
••
voto. Consultamos las investigaciones ya observado previamente.
realizadas sobre el tema y descubrimos Las teorías, como conjuntos de concep-
que, en lo relativo a los ciudadanos de
Estados Unidos, la educación superior es-
tos, supuestos y proposiciones, nunca son,
en definitiva, probadas ni refutad&: co-
•••
tá positivamente relacionada con la incli- bramos confianza en la utilidad di! una ••
nación a votar. A un mayor número de teoría a medida que acumulamos Zabser-
vacíones coherentes con las expecii:..tivas
••
años de escolarización corresponde una
mayor probabilidad de voto. Basándonos o hipótesis derivadas de elJa. Por el con-

en esta observación, incluimos en nuestra trario, nuestra confianza den~ce a medi-
teoría el supuesto de que los niveles más da que acumulamos observaciones discor-
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42 Análisis poIitico ampírico

danles con las hipótesis teóricamente de- probabilidad de que aa rqnacataate"-


rivada •. Y atí. lo que hemos llamado 000- le a favol" de la JecleladOo de ..-eDe&'
tmstación de la teoría se reduce, en reali- ooclaI.
dad, a contrastación de hipótesi,. La ela-
boración de la teoría se basa amplia'T1ente Esta es una hipótesi, predictiva. No nos
en un pt'oceso en el que se comparan las dice cómo se determina el voto registra-
condiciones formuladas en la hipótesis do, pero apunta algo que podemos obser-
con la realidad y, una vez que ten~mos los var a fin de obtener alguna prueba sobre
resultados, se modifica nuema teoría de la coincidencia entre nuestra teoría y la
modo que las hipótesis derivables de ella realidad.
sean cada vez más acorde' con 10 que La obtención de esa prueba mediante
observamos. Por eso, es muy importante .observación empírica requiere que pase-
observar cómo se convierten 10$ interro- mos' del nivel muy general de la leona a
gantes de nUe"9tra investigacióo en hipóte- un nivel más especifico en el que poda.
sis que puedan orientar los estudios empí- mos organizar las observaciones. Para
ricos y darnos indicios del grado en que ello, hemos de empezar a pensar en tér-
son correctas nuestras explicaciones teóri- minos de variables. Una variable puede
cas. definirse como una característica empíri-
camente observable de algún fenómeno
que puede asumir más de un valor, El
El papel d~ las hipótesi!; sexo y la nacionDlidad son dos variables
que sólo pueden asumir un número limi-
Una hipótesis es esencialmente un tado de valo~ y pueden .. medirse ~ sólo
enunciado de 10 que, según creemos, co· cualitativamente por medio de designa-
rresponde a los hechos. Expresa lo que ciones tales como -masculinow o ... británi-
esperarnos averiguar cuando efectuamos ca.. La edad y la renta anual son dos i
observaciones de la realidad adecuada· variables que pueden asumir una gama ¡
mente organizadas. Las hipótesis son fra· mucho mas amplia de valores; se pueden
ses declarativas que indican relaciones medir cuantitativamente contando.
previstas entre los fenómenos a los que se Las variables nos penniten convertir
refieren nuestros conceptos. Por lo gene- enunciados que contienen solamente con-
ral, se expresan de la {onna siguiente; I

.'
ceptos abstractos en enunciados con refe-
I
rentes empíricos más precisos, de modo
Caa.a.to mM alto (máa ta.Jo, . .,.... IDÚ
amplio, __ leato, de.) es _ , .... que pueda evaluarse la exactitud empíri-
alta (.... .,... tDaJ"OI". IIÚIII . . . . . . . . . ca de los enunciados. No es necesario
~. etc.) e s _ emplear términos diferentes para desig-
nar los conceptos con referentes empíri-
LA. , • • ea. blanco .: nen.nm con cos daros como la edad o el sexo; pero si
loa . . . . es de los feoómeoo& que espera- se usan conce ptos más abstractos, posible~
. . . C_hibir-d CXJIljuntamente. Por .e jem- mente habrá que convertirlos en varia-
pIa. patieodo del modelo de teoria repre- bles para que puedan orientar nuestra
.'*IiI;t ea. la Iizura 2.2. podríamos for- investigación. Por ejemplo, el concepto
amIar .. hipótesis siguiente; de pluralismo desempeña un papel im-
portante en la ciencia política, pero sus
c.a.to "J"Or es la proporeióa de b; po- referentes empíricos no son nada claros.
bladóll pobre de Wl distritO, mayor e. la Para comprobar la exactitud empirica de
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
Construcción de la teoría 43

cualquier enunciado sobre el pluralismo ejemplo, un teórico, al observar los es-


con alguna otra cosa, tenemos que con- fuerzos de presión de los grupus de inf.ere-
vertir el concepto en alguna variable o ses, puede deducir que cuanto mayO! sea
conjunto de variables con claros referen- el número de grupos organizados deinte-
tes empíricos. Podríamos optar por utili- reses de una nación, más alto será el,Qivel
zar el número de grupos organizados de de gastos del gobierno en programas de
intereses de una nación como variable asistencia social. En este caso, el número
para representar el concepto de pluralis_ de grupos es la variable independiente {o
mo en nuestra investigación. Luego, po- VD, y el nivel de gastos es la variable
demos reflexionar sobre nuestra observa- dependiente (o VD). Un segundo teórico
ción de las relaciones entre las variables pensará tal vez que los grupos organiza-
para evaluar la validez empírica de los dos de intereses se fonnan cuando se cree
enunciados sobre las relaciones entre los en la posibilidad de obtener beneficios del
conceptos. Si estamos dispuestos a supo- gobierno, por lo que, en su razonamiento,
ner que la variable número de grupos deducirá que cuanto mayores sean los
organizados recoge el sentido esencial del gastos del gobierno en atenciones socia-
concepto pluralismo, optaremos por ad- les, mayor será el número de grupos orga-
mitir que esta variable está relacionada nizados de intereses. En este otro caso, los
con alguna variable (como el nivel de gastos del gobierno son la variable inde-
gastos del gobierno en atenciones socia- pendiente, y el núm~ro de grupos es la
les) como prueba de que el pluralismo variable dependiente. La diferencia entre
también está relacionado con esa otra va- estas dos perspectivas de las relaciones en
riable o con el concepto que la representa. cuestión se representa en el diagrama de
Las variables ocupan un lugar cemral la figura 2.3.
en el proceso de investigación por dos Esto es importante porque el tipo de
razones. En primer término, nos ayudan a proyecto de investigación requerido vie-
determinar lo que habremos de observar ne determinado en parte por el papel
para contrastar nuestra teoría, pues pro- asignado a las diferentes variables. Si
porcionan referentes empíricos más preci- afirmamos que el aumento del número de
sos. En segundo lugar, podemos organizar grupos de intereses conlleva el de los
nuestras observaciones conociendo el pa- gastos del gobierno, no nos interesa obser4
pel que desempeñan las variables en las var el aumento de los gastos del gobierno
hipótesis. Las variables cuyo valor se entre 1960 y 1970 y ver luego el cambio
piensa que cambia en respuesta a los que se haya producido en el número de
cambios de valor de otras variables se grupos organizados entre 1970 y 1980.
denominan variables dependientes. No se puede atribuir a este incremento el
Su valor depende del valor de otras vana- nivel de gastos que 10 ha precedido. En
bIes. Las variables que influyen en el cambio, si en nuestra hipótesis supone-
valor de otras mediante los cambios de mos que el aumento de los gastos ocasiona
sus propios valores se llaman variables el aumento del número de grupos, será
independientes. adecuada la estrategia de observación
Una variable será dependiente o inde- que acabamos de describir. El conoci-
pendiente según sea la relación expresada miento del carácter dependiente o inae-
por las hipótesis que la contienen. Una pendiente de nuestras variables nos sirve
misma variable puede ser dependiente en para organizar la labor investigadora, por
un estudio e independiente en otro. Por lo que en nuestras hipótesis se habrá de
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
- -_ _ -- - - - -
..

.. Análisis poIitico empírico

inrlicar dicho carácter con toda claridad . danos probablemente no verían beneficio
Un detenido e xamen de la figura 2.3 a lguno en que se a umentara el gasto pú'
~vela otro tipo de variable importante en blico ni se organuarian e n' grupos aun
el análisis social. En la teoría reswnlda en cuando éste credera rápidamente.
el d iagrama de la figura 2.38, la actividad Las variab (~ intervinientes condicio-
de presión es una de las variables intervi, nan las re lacione. e ntre las otras vana_
nientes: actúa entre el número de grupos bIes. Esto significa.que el valor a1canzado
orga nizados de intereses y el nivel de por las variables: intervinientes puede in-
gastos del gobierno. Las variables1nter- fluir en la solidez y dirección de las rela_
vinieDtes aportan el nexo e ntre las va, ciones entre las otra.!! variables. Si en la
riables independientes y ¡as dependien, figura 2.3a es escasa la actividad de pre,
tM. En este caso los gru pos de intereses sión, tamb~n lo será la relación entre la
DO Afectarían al nivel de gastos del gobier, organización de grupos de intereses y el
no si no presionaran para obtener fondO!! gasto público. Si dkha actividad es inten,
.dec:uados a su causa. S i las organizacio- sa, habrá una marcada relación entre las
nes tuviesen prohibido cabil4ear e n la otras variables.
legisla tura, la aparición d e organizaciones Como las variables intervinientes con-
representantes de grupos de intereses no dicionan las relaciones entre las otras, el
estaria relacionada con el nivel de gastos conocimiento del papel que desempenan :i
del gobierno. influirá en nuestras expectativas sobre las ,I
En la figura 2.3b, la evenlu4!obrención relaciones entre variables. Si en nuenra '1
de beneílCKM sirve d e variable intervi-
niente. La organizació n de grtlpo$ de inte-
teona suponemos que la actividad de pre-
sión interviene entre la organización de
'1
re5e$ noestarla relacionada con e l nivel de grupos y e l aumento del gasto, podemos
gasto público si los integrantes de los gm, hacer las siguientcll predio:iones:
po8 no creyeran que pueden obtener al,
guna ventaja organizándolos. P or ejem,
La orga.nizaclóD de trupos de intereses i'
estará polltÜYAmeDte relacionada con el
plo, si casi todo el gasto del gobierno se
d estinase a proyectos de defensa y muy
poco a programas internos, muchos ciuda,
aumento de 101: gutos del gobierno
cuando sea lntensa Ja actividad de pre-
sión. I
¡1
al Los grupos romo variabl.,. illdepe-ndi~nI~ y ~J gallo como variable de-peodienle
Fonnacíón de grupos _ __ _ _ _ _ _ Eslllen:os de _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ •• Awnento
~ ~I

de i"t~ preotiOO gasto dd


gobierno
/'
,
b! fAS grupos como variable dependiente y ~¡ ga~o Como v-olriable lnde\)endiente ,
,
Aumf!nIO del gasto - - - -_ _ __ •• Posibilidad de - _ __ _ __ _ _~.. Formación de
del gobiefllQ beneficios que grllpos d~
eSp"ran obt~ner inle n'Jes
loo; (p"upos poc
influencia poIitiea

f'ICl'i<A 2.3. T eorías alternatillM que expliclln la ré/ación flnt,e la lICtivKlad de loo grupos d n
inlere~s y 103 nill"lf111i d e Aastos del Aobk,no.
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

La organiución de gmpos de intereses


estará sólo escasamente relacionada con
Construcción de la teoría <t5

sis con las que comprobar la utilidad de


nuestras teorías, pues las hipótesis son
-...
el aumento de los gastos del gobierno
cuando la actividad de presión sea muy
limitada.
esencialmente enunciados de refiii;iones
entre las variables. Aportan una b~ pa-
ra reunir pruebas sobre la utilidad ~píri­
......
No nos daremos por satisfechos con
predecir simplemente que la organización
ca de nuestra estructura teórica. éhando
más numerosas y detalladas sean las rela-
ciones que postulamos, más predicciones
...
de grupos de intereses estará relacionada podremos hacer sobre el mundo y, por lo
con el aumento de los gastos del gobierno, tanto, más contrastaciones potenciales

-
pues creemos que el que las dos variables tendremos de nuestra teona.
estén relacionadas depende del valor de Falta saber cómo llegamos a esas pre-
la variable interviniente, la actividad de dicciones o hipótesis; ¿cómo determinar

--
presión. Por eso, debemos especificar el las relaciones que hemos de expresar en
orden de relaciones y el papel que juega forma de hipótesis, en tomo a las cuales
cada variable en nuestras teorías. podamos construir los proyectos de inves-

--
Un último tipo de variable que es im- tigación?
portante a este respecto es la variable
antecedente. Mientras que las variables

--
intermedias se sitúan entre las variables
Formulación de las hipótesis
independientes y dependientes, las ante-

-
cedentes intervienen antes de la variable
independiente. Los estudios realizados Llegamos a las hipótesis por el razona-

--
sobre el comportamiento de voto en los miento inductivo o el deductivo. Utiliza-
Estados Unidos revelan que quienes se remos uno u otro según la etapa que
identifican fuertemente con un partido hayamos alcanzado en el proceso de in-

--
político son más propensos a votar que vestigación. Si empleamos todavía el mé-
quienes no lo hacen. Y así, supondremos todo del ensayo y el error para construir
tal vez en nuestra teoría que la identifica- una teoría, podríamos elaborar las hipóte-

--
ción con un partido conlleva u ocasiona la sis mediante un proceso de generalización
frecuencia en el voto. Pero ¿qué hace que inductiva. Por ejemplo, si observamos
algunos se identifiquen fuertemente con que entre los estados de los Estados Uni-

--
un partido y otros no? Cabría pensar que dos el grado de participación política po-
la firmeza de la identificación de los pa_ pular varía directamente con el de indus-
dres con el partido desempeña un papel trialización, podríamos hacer una genera-
importante en este sentido, en cuyo caso lización diciendo que esa relación entre
esa identificación de los padres con un variables se comprueba también cuando
partido será una variable antecedente en comparamos unas naciones con otras. Si
la cadena causal que produce la frecuen- obtenemos pruebas de la hipótesis, nos
cia de voto. sentiremos más seguros para incluir la
El empleo de variables intermedias y industrialización como variable ed una
antecedentes en nuestras teorías ayuda a teoría ideada para explicar la participa-
clarificar las cadenas causales que inter- ción política. Sin embargo, hasta que no
vienen en la creación de los fenómenos dispongamos de una teoría que revele por
que deseamos explicar. Esto nos propor- qué están relacionadas la industrializa-
ciona una base cabal para deducir hipóte_ ción y la participación, no nos servirá el
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

46 An4lisis poIitico empirico

hed10 de su relación para explicar la p ar- igualmente conservadores. Es éste el tipo


ticipación politica. de rlUooamiento a que nos referimos al
Las hipótesis obtenidas inductivamente decir 'que una conclusión ·_se sigue lógica-
pueden ser importantes en la ;ovesti~a­ mente.. de otra. La conclusión de que
c;óo exploratoria, que nos ayuda a cons- todos las republkanos de Middletown se·
truir las teorías, pero n o nos sirven para cin conservadores está lógicamente im·
explicar los fenómenos. Una vez que he- plícita en e l supuesto de que el partido
mos establecido una teoría que ponga en republicano atrae sólo a los conservado- .
relación nuestras variables en un sistema res.
lógicamente coherente, podemos deducir La tarea de elaboración de la hipótesis
hipótesis de dicha teoría mediante el ra- consiste, lógicamente, e n extraer este tipo
zonamiento deductivo. Como estas hi pó- de conclusión de los supuestos que for.
tesis son predicciones sobre el mundo que man nuestras teorias. Precisamente por-
están l6gtcamente implícitas en la teoría que las hipótesis se deducen de las teorías
en la que trabajamos, su corroborncióo de este modo, la contrastacl6n de aquéllas
nos ayuda a explicar los hechos, pues aporta una contrastación indirecta de
refleja la validez del sistema teórico del nuestras teorias. Si entrevistamos a una
que hemos extraído las hipótesis. muestra adecuadamente escogida de re..
El razonamiento deductivo es una dis- publicanos de Middlelown y averiguamos
ciplina sumamente desarrollada. por lo que no todos son conservadores, tendre.
que n o intentaremos explicar Sus reglas3 • mos buenos motivos para dudar de la
Digamos, sin embargo - pues esto es im- validez de nuestro supuesto. La existen.
portante-- que la lógica deductiva es un cia d e liberales entre los re pub licanos de
proceso por el que se puede hB«r expUci- Middletown de muestra que. el ~rtido no
ta la información contenida e n u n conjun- atrae sólo. a los conservadores. En tal
to de enuru::iados. P or la sola deducción caso, optaremos por modificar nuestro su·
no podemos saber nada nuevo sobre las puesto a fi n de que la teoría refleje más
relaciones. La utilizamos sólo para ex- fielmente la realidad, expresándolo, por
traer toda la información posible de lo ejemplo, e n los siguientes términos: ~EI
que ya suponemos de el19S. Usamos la partido repUblicano tiende a atraer m ás a
deducción para aclarar las implicaciones los conservadores que a los liberales ... De
de nuestros supuestos, y esa clarificación este supuesto podemos deducir la hipóte.
es lo que produce las hipótesis. sis siguiente: "Entre "los miem bros del
E llo queda ilustrado en la deducción partido republicano de ~iddlet own habrá
contenida en la fi gura 2. l b. Si el supuesto más conservadores q ue Iibernles ~ .
e n ésta establecido es correcto, esto es, si Si vemos que hay unos pocos liberales
el partido republicano atrae .rolo a los y numerosos conservadores entre los re_
conservadores, cualquier conjunto de public.:mos de Middletown, ¡x¡demos de _
miembros de ese partido será tam bién cir que la prueba es consecuente con la
conservador, y como los republicanos de hipótesis y con e l supuesto modificado del
M iddletown son miembros de é l, serán que se ha extraid o. No podemos dar toda.
vía mucho crédito a la validez del supues_
. to, hasta que éste qued e confirmado por
l Wesl"y V. Salmon of......:;oo: una lnlroduoción de
la prueba sobre el carácter conservador o
{lit.l lI!<I u ... a ... Ia malnia e n Lotic, 2.· f!d. (En¡1e- liberal de una muestra más amplia del
wood Cli ffs. N. J.: Pren'ice· H all. 1%3). partido republicano nadona!. Después de
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

ConstrucciÓll de fa teoría 47

todo, puede que Middletown sea, de algu- no estamos desorientados por nuestras
na manera, excepcional. Tal vez haya tan observaciones.
sólo diez liberales en toda la ciudad y el Una forma común de hipótesis rival
hecho de que solamente unos cuantos alternativa es aquélla en que la relación
miembros del partido republicano sean entre dos variables cualesquiera $ espu·
liberales obedezca a ello, y no a la relati- ria y los cambios producidos en-ambas
va atracción que ejerza el partido sobre obedecen, de hecho, a un tercer factor.
liberales y conservadores. Este tipo de hipótesis rival alternativa es
Lo importante, en este aspecto, es que especialmente útil en la contrastación de
las pruebas de la exactitud de las hipóte- la teoría, pues sugiere una conclusión que
sis son pruebas de la exactitud de una nos proporciona una base sólida para de-
teoría solamente cuando las hipótesis es- terminar cuál de las dos hipótesis en cues- •
tán vinculadas a la teoúa POT lógica de- tión es más exacta.
ductiva. Sólo entonces podemos apoyar- Recordemos, por ejemplo, nuestro
nos con verdadero fundamento en la ejemplo en el que se infiere una relación
-
pTUeba de la validez de una hipótesis para
enjuiciar la teoría de la que ésta procede.
Las teorías se desarrollan, amplían y
causal entre los precios del ron y los suel-
dos de los ministros partiendo del hallaz-
go de que las dos variables están en reali-
-
mejoran mediante este proceso que con- dad estadísticamente relacionadas. Una
siste en deducir lógicamente las hipótesis, importante hipótesis rival alternativa es
cotejarlas con la realidad y evaluar la que esas fluctuaciones de ambas se deben

.
teoría a la luz de los resultados. a las modificaciones de las condiciones
Hay un tipo de hipótesis que desempe- económicas generales, representadas por
na un papel especialmente crucial en este el nivel de los precios. Si esta hipótesis es
proceso: la hipótesis rival alternativa. correcta, la relación entre los precios del ,..
ron y los sueldos de los ministros desapa-
Todo hecho tiene múltiples explicaciones
,..
posibles. Algunas de ellas serán totalmen-
te coherentes entre sí, y más de una pue_
de ser correcta. Pero en algunos casos las
recerá cuando ~ controlemos» (esto es,
euando mantengamos constante) el efecto
del nivel de precios. Los procedimientos
..

explicaciones serán opuestas unas a otras: estadísticos y los planes de investigación

,..
si una es correcta, no puede serlo la otra. nos sirven para determinar si este es el
Si expresamos nuestras explicaciones en caso. Si descubrimos que la relación esta- •
forma de hipótesis, llamaremos hipótesis
rivales alternativas a las que sean incon-
gruentes entre sí. Son alternativas porque
dística entre los precios del ron y los
sueldos de los ministros desaparece cuan-
do mantenemos constante el nivel general
...-.

aportan düerentes modos de observar o
comprender el hecho que se ha de expli-
de los precios, tendremos un fundamento
para rechazar las hipótesis originales y ...-

.-•.
car. Son rivales porque no pueden ser aceptar la hipótesis rival. Si la relación
válidas las dos: si una es correcta, la otra entre precios del ron y sueldos persiste
tiene que ser incorrecta. No podemos
comprobar ni comparar todas las hipótesis
alternativas posibles relacionadas con un
aun después de haber mantenido el,nivel
general de precios, daremos mayor~Frédi­
to a la hipótesis de que ambas varjables
..•.
hecho, pero si hemos de dar algún crédito están verdaderamente relacionadas.
a la exactitud de cualquier hipótesis, de- •
bemos tratar de contrastar las principales
hipótesis rivales para asegurarnos de que
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

Conclusió.. social es Foundations oE Behavioral R e-


search, de Fred N . Kerlinger (Nueva
La teQl"ía cobra credibilidad como ins- York: HoU, Rinehart y Winston, 1964).
trumento intelectual efica.% cuando obte- Con relación a este capítulo, tiene espe-
nemos pruebas de las predicciones d6 ella cial utilidad la exposición del papel que
derivadas y eliminamos laS hipótesis riVD- desempeñan las hip6tesis, conte nida en e l
les alternativas. No obstante, debe mos segundo capítulo de la obra de Kerlinger-.
tener presente que ningún e~ mento de Tres libros que se concentran más exclu_
investigación proporciona por sí solo sivame nte en el desarrollo y utilización de
prue bas suficie ntes para aceptar o recha- la teoría en el proceso de investigación
zar una teoría o parte de ella que corres· son: The Elementw QE Social Scienúrrc
ponda a fe nómenos ajenos a los incluidos Thinkint, 3.· ed., de Ke nneth R. Hoover
en e l estudio. Siempre existe la posibiH_ (Nueva York: StoMartín's Press, 19 84); A
dad de que una investigación ulterior Primer in Theory Construction, de Paul
arroje pruebas contrarias a la validez de Davidson Reynolds (lndianapolis: Bobbs
la teoría, y siempre he mos de estar dis- Merrill, 1971), y The Lollic of Scienre in
puestos a aceptar conclusiones opuestas y Sociototy, de Walter Wallace (Ch icago:
r~urrir de nuevo a la inducción para Aldine, 1971). lEdición en castellano: La.
incorporar nuevas pruebas a teorías más lóllica de la ciencia en la SCK;iologia, Ma~
fructuosas. La construcción de la teoría es drid. Alianza, 1976.)
un p roceso de interacción constante entre rile LtJgic of S urvey Analysis, de Mo-
conjetura y evidencia, entre razonamien_ rris RO$enberg (Nueva York: Basi(:
to e investigación. Requiere a la vez habi . Books, 1968), está dedicado esencialmen.
lidad creadora y empirismo realista. Con- te a los métodos del análisis de datos, pero
f.a mos en proporcionar una bue na dosis contiene también un excelente estudio de
de este último en los capítulos siguientes. la naturaleza de las variables y las rela_
ciones entre ellas. Una breve obra en la
que se recorren con perspicacia y c1aridsd
Sugerencias p .... otras lecturas las etapa~ de conceptualización, construc_
ción de la teoría, generación de hipótesis
Lns publicaciones sobre teoría de la y contrastación de hipótesis es la titulada
ciencia social suelen ser tan enigmaticas Democracy in the American South. de
que, por lo general, sólo las comprenden C harles F. Cnudde (Chicago:. Markham
quie nes están fami liarizados con el uso Publishing Company, 1971). Su lectura
especializado de los términos que apare- ofrece una acertada imagen de los víncu~
cen en la disciplina académica llamada los entre teoría e investigación. El mismo
filosofia de la ciencia. Con todo, esta como tipo de ejemplo proporciona el artículo
plejidad no debiera ocultar e l hecho de ~ Work Life and Polítical Attitudes: A
que el proceso de construcción de la ,teo- Study of Mar.ual Worken; _, de Lewis
ría se funda en algunos principios fAciles Lipsiu:. American PoliticaJ Science R e-
de expresar y asimilar. P or su asequible view, 58 (diciembre 1964), pp. 951-62.
tratamie nto del te ma y su valo r didactico.
aconsejamos la lectura de I~ siguientes
Ejercicios de investigación
libros.
Uno de los análisis más amplios de los l. La lista siguiente comprende varios
principios de la investigación en ciencia conceptos que podrían u tilizarse en inves·
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

Construcción de la teoría 49
-
tigación política. Piense en una o más
variables que puedan servir para repre-
sentar cada uno de ellos. Indique hasta
sis donde se establezcan relaciones positi-
vas, y dos que establezcan H'laciones ne-
gativas. _ --
que punto confía en que las variables
escogidas para representar cada concepto
adecuadamente reúnan todo lo que quie-
3. Seleccione una npticia sobre alguna
tendencia o suceso político en el qu~ esté
interesado. Imagine al menos dos ex"plica- --
---
re expresar al utilizar el concepto. ¿Nece- ciones de la tendencia ú suceso y exprese-
sita varias variables para abarcar el signi- las con la mayor claridad posible. Haga
ficado de algunos de los conceptos? una lista de los conceptos empleados en
cada explicación y empareje cada uno de

--
Desarrollo Representación ellos con una variable correspondiente
económico política que pueda utilizar en un proyecto de
Competencia de Discriminación investigación, indicando la Índole de cada
partidos
Ley y orden
Tensiones
racial
Liberalismo
Represión
variable (independiente, dependiente, in-
terviniente, antecedente). Represente en
un diagrama el flujo causal que conlleva --
internacionales
Igualdad política
Urbanización
Terrorismo
Poder
presidencial
cada una de las explicaciones.
4. Examine las explicaciones que ha
imaginado en el ejercicio 3 para determi_
nar los supuestos que plantea sobre 185
-
--
2. Seleccione cuatro conceptos cuales-
quiera de los enumerados en el ejercicio 1
y establezca una hipótesis que prediga
una relación entre cada uno de ellos y un
concepto no incluido en la lista con el que
pueda estar razonablemente relacionado
relaciones en el mundo. Exprese estos
supuestos del modo más claro posible.
Reflexione sobre ellos para obtener algu-
na conclusión sobre los sucesos que deba
ser válida si lo son los supuestos. Exprese
esa conclusión en fonoa de hipótesis pre-
-
-
en la realidad. Formule dos de las hipóte- dictiva.
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

Capítulo 3 ; ;

LOS
'l te'c,
CIMIENTOS: TÉCNICAS
[
. ?. • • • L
DE INVESTIGACIÓN
BIBLIOGRÁFICA
SITEMÁTICA

Uno de Los pasos más importantes en la centenares de revistas especializadas y eI\


construcción de la teoría consiste en fami- miles de- libros y monografias. Algunos de
liarizarse con las publicaciones sobre ellos están disponibles en forma impresa,
ciencia politica y, más concretamente, y otros en microfichas ; algunos estén
con todos y cada uno de los trabajos de prácticamente e n todas las bibliotecas. y
" investigación anteriores que traten de otros en muy pocas. Pero las dificultades,
nuestro tema especifico. Y esto es así por aunque puedan parKerlo, no son insupe-
dos razones: en primer lugar, porque pue- rables. Lo que necesitamos. sencillamen-
den ser sumamente alea:ionadores los te, es un plan, un modo sistemático de
éxitos y fracasos y las ideas de quienes ya determinar; buscar y examinar una varie-
han abordado problemas similares; y en dad de fuentes de información dispares
segundo lugar. pocque debemos compren- que e:rtán relacionadas. con nuestro estu-
der que nuestra propia labor puede con- dio. En este capítulo ofreceremos ese
tribuir también, por modesta que sea, al plan, y para ello. trataremos de responder
desarrollo intelectual de la disciplina. Si- a estas tres preguntas: 1) ¿Cómo podemos
tuándola en el contexto de lo publicado y servimos de las publicaciones existentes
apoyándose directamente en ello. aumen_ para estructurar un tema de investiga-
ta muy considerablemente el va lor poten- ción? 2) ¿Cómo realizar una búsqueda
cial de nuestra aportación.. pues, e n efK- sistemática de esas publicaciones? y 3)
t o, nuestro trabajo pasa a formar parte de ¿Dónd~ hemos de iniciarla?
las publicaciones a las que otros investiga_
dores bien pueden recurnr más tarde.
Pero es mucho lo que se ha publicado Utlli&ación de las publieacionC8 '<;
sobre ciencia política y temas afines, e cmtentes
incluso en la biblioteca mejor organizada
y más completa se halla sumamente dis- La ciencia política o, en general, toda
peno: puede e ncontrarse literalmente en disciplina académica, es un acervo de ro-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
52 Análisis pofítico empirico

nocimientos que se ha desarrollado lenta- nuestra investigación no pueda hacer nin-


mente durante largo tiempo mediante guna aportación, sino que, seguramente,
una serie de avances intelectuales relati- nuestra contribución consistirá en añadir
vamente pequeños. Incluso las innovacio- algo al acervo de conocimientos existen-
nes teóricas o metodológicas que conside- tes, y no en crear uno nuevo.
ramos más importantes pueden verse, en Al comprenderlo, es posible que quien
una perspectiva más amplia, como jalones esté iniciando una investigación se sienta
lógicos alcanzados gracias a"l estado de los muy desalentado, pues a primera vista
conocimientos en un momento determi- puede parecer que toda la labor realmen-
nado. Los nuevos aportes al conocimien- te interesante ya se ha realizado, que la
to, a medida que se difunden, requieren especialidad está cerrada a toda innova.
nuevas aclaraciones, que alguien no tar- ción y que los propios logros no pueden
dará en proporcionar, pero estas aclara- llegar a gran cosa. Todas estas impresio_
ciones plantearán, a su vez, nuevos inte- nes son incorrectas: si se reflexiona, se
rrogantes en la investigación, que origina- caerá en la cuenta de que al considerar la
rán asimismo aportaciones aún más nove- adquisición de oonocimientoscomo un
dosas. Y así sucede una y otra vez, sin proceso acumulativo y de crecimiento, no
cesar: las aclaraciones son cada vez más queda tan limitada ni devaluada la inves-
afinadas. los aportes al conocimiento más tigación que uno puede hacer. Por el con-
completos, y las preguntas más precisas. trario, lo que esta perspectiva indica es
Es en el contexto de este proceso de que la labor investigadora es una empresa
crecimiento que enriquece nuestra com- colectiva, una actividad comunitaria más
prensión de la realidad política donde se que individual. Un nuevo modo de pensar
ve con claridad la importancia del cuida- sobre una cuestión, el enfoque reciente
doso fundamento bibliográfico de nuestra para resolver un problema, ° un nuevo
investigación. elemento de prueba en una cadena de
Para precisar lo que decimos, reducire- investigación, no son menos valiosos sim-
mos el problema a su más simple expre- plemente porque alquien haya pensado
sión. La ciencia política existe, en una u en la cuestión, investigado el problema u
otra fonna, desde los tiempos de Sócrates, obtenido otras pruebas con anterioridad.
Platón y Aristóteles. La ciencia política Al contrario, cada nuevo avance en los
empírica,. que se centra en la descripción conceptos, métodos o datos no sólo se
sistemática y objetiva de la actividad polí- apoya en el significado de los avances ya
tica, se inició en buena parte en los años logrados, sino que además contribuye a
40, pero sus raíces pueden detectarse ya mejorarlo. Por lo tanto, más que imponer
en Maquiavelo. Hoy día, sólo en los Esta- limitaciones, el proceso de investigación
dos Unidos hay unas 15.000 personas que lo que hace es abrir oportunidades. El
se consideran expertos en ciencia política conocimiento de las investigaciones reali-
de uno u otro tipo, y hay muchos más en zadas ofrece una orientación para futuros
todo el mundo. Por eso, lo más probable estudios, y el valor del esfuerzo indivi_
es que cualquier tema de investigación dual queda reforzado por el contexto co-
que podamos planteamos, cualquier lectivo. El valor de un trabajo de investi_
conjunto de cuestiones que podamos ex- gación aumenta al apoyarse éste en el
plorar, haya sido ya planteado o explora- común acervo de conocimientos de la
do por alguien, al menos en parte y de ciencia política.
cierta forma. No quiere esto decir que Si nos referimos a la tarea cotidiana,
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

Los cimientos 53

esto significa que al iniciar una investiga- cho esfuerzo. Además, como la ciencia
ción debemos leer amplia e inteligente- politica es una disciplina tan diversa. (no
mente lo publicado sobre las cuestiones es nada raro encontrar trabajos de iñves-
relacionadas con nuestro terna. Hemos de tigación sobre ella publicados en las Rl-vis-
considerar: 1) qué preguntas se han hecho tas de sociología, psicología. comuRica~
(qué teorías se han planteado), 2) cómo ción, geografía y economía, por no citar
han intentado responder a esas preguntas sino unas cuantas); como los títulos de
los investigadores, y 3) qué han averigua- libros o artículos no siempre dan una clara
do. Al hacerlo, no hemos de perder de indicación sobre su contenido; como los
vista estas dos cuestiones específicas: pri- estantes de las bibliotecas no están pensa-
mero, ¿qué ideas o informaciones se han dos para resolver los problemas persona-
desarrollado en lo publicado que se refie- les de investigación; como los fondos de
ran, más o menos directamente, al tema una biblioteca bien pueden no hallarse
que nos interesa? En otras palabras, ¿qué totalmente en sus estantes en un momen_
información esencial podemos entresacar to dado (en ocasiones, los libros están
de las publicaciones? Y segundo. ¿qué prestados), y como en una búsqueda a
clarificaciones provechosas han logTado ciegas se prescinde de ciertos elementos
esos investigadores anteriores, qué erro- auxiliares de la investigación bibliográfica
res han cometido y qué podrían haber que pueden ser de gran ayuda, dicha
omitido al contestar a sus interrogantes? búsqueda no nos permitirá encontrar la
O, dicho de otro modo, ¿qué lecciones mayor parte de lo que necesitamos. Por
metodol6gicas nos pueden enseñar las pu- estas razones, la búsqueda ciega es inade-
blicaciones? La tarea consiste, pues, en cuada para determinar los documentos
leer con ojo crítico y desde la perspectiva que nos interesan. La búsqueda biblio~ra.
del particular interés de Iluestra investi- {ica sistemática aporta una solución.
gación, las publicaciones oportunas de la
disciplina.
Pero ¿c6mo determinar las que son Elaboración de un sistema
opOrtunas? ¿Cómo clasificar libros y re-
vistas para escoger precisamente los que
nos interesan? Por supuesto, un modo de La búsqueda bibliográfica sistemática
hacerlo consiste en dirigirnos a una biblio- es, sencillamente, un modo de preparar la
teca, localizar los estantes de ciencia polí- visita a una biblioteca y de sacar el mayor
tica y empezar a leer títulos de los libros y partido de ella. Comprende: 1) la especifi-
revistas hasta encontrar algunos intere- cación de nuestras necesidades, 2) la pla-
santes. El inconveniente de este método nificación del tiempo que hemos de pasar
es que resulta ineficaz por dos motivos. en la biblioteca, 3) el aprovechamiento
En primer Itlgar, este tipo de búsqueda a óptimo de los recursos en ella disponibles,
ciegas nos hace perder mucho tiempo. y 4) el mantenimiento de un registró de lo
Probablemente nos obligará a examinar que averiguamos. VeaplOs más de cerca
cientos de volúmenes y miles de artículos cada uno de estos aspectos. .~
,
de revistas que en nada atañen al tema Lo primero que hemos de hacer en.esta
que nos ocupa para hallar los pocos que temprana etapa del proceso de investiga-
•.<
puedan interesamos. Es posible que esa ción es codificar nuestros intereses con
búsqueda dé algún fruto, pero será a costa algo más de precisión. ¿Qué es lo que
de una gran pérdida de tiempo y de mu- deseamos investigar? ¿Bajo qué epígrafe
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

54 Ana/isis político empírico

poddamos localizar las investigaciones u ¿Hay otras palabras o frases semejan-


otros trabajos de interá? Un ejercicio tes que. aunque no se deriven directa-
muy útil para responder a estas preguntas mente del enunciado de riuestro proble-
consiste en hacer una lista de las llamadas ma de investigación. puedan resultar va-
palabras o frases clave. Supongamos, liosas? Una posibilidad es Elecciones, E!J-
por ejemplo. que queremos utilizar la par- fados Unido.! , dividido tal vez en ámbitos
te del fichero de la biblioteca que está local, estatal y nacional;. otra podría ser
'organizada por materias para localizar comportamiento de voto, o bien los nom-
ciertos libros que tratan del grado de como bres de 'los distintos partidos políticos, el
petici6n entre los dos partidos politicos !J;stema bipartidhlt., o los nombres de di~
principales de Jos Estados Unidos. ¿Bajo fecentes. candidatos. HaCt!r Una lista de
qué palabras habremos de buscar en ese palabras clave equivale, simplemente. a
índice de materias para encontrar algunas recopilar una lista a1fabetica (pues los fi-
referencias? cheros e índices que utilizamos están dis-
Podríamos empezar por considerar las puestos de esa manera).de aquellas pala-
palabras o frases principales que hemos °
bras frases que, según creemos, serán
empicado para describir lo que nos inte- relativamente eficaces y efectivas para
tesa en la investigación. La primera de detectar las publicaciones relacionadas
e llas es competición, pero si consultamos con nuestro tema. Es, en efecto, un inten-
este epígrafe del fichero, es más probable to de «sorprender_ a la biblioteca, de
que hallemos libros de atletismo que li- prever cómo está organizada la documen-
bros sobre los partidos políticos. AllÍ pues, tación que posee.
competición es un término demasiado No siempre es esta una tarea fácil, al
ambiguo o impreciso que no ha de sernos menos si se ha de hacer adecuadamente.
de utilidad. Del mismo modo, Estados Se nos ocurrirán en el primer momento
U nidos es demasiado vasto, por lo que no una o dos opciones obvias, pero, por lo
nos sérvirá de gran cosa. Induso un epí- general. habrá que reflexionar detenida-
grafe más concreto como EstadfXI Unidos, mente para poder hacer una lista mucho
tobjerno y politica es tan inclusivo que más extensa. Una de las mayores dificul-
aunque dentro de él halláramos algunos tades al confeccionar una lista de palabras
libros de interés, su identificación sería un <::lave es evitar la inclusión de palabras o
proceso tremendamente ineficaz. Des- frases que, aun siendo potencialmente
pués de C5tO. solamente queda pnrtidos afines al tema, sean tan generales y tan
polít;c~. Es muy posible que la consulta inclusivas que. e n vez de ahorramos tra-
de este epígrafe o de otro más especifico bajo, nos lo hagan más dificil. AJ igual que
oomo' partidos poIiticos, Estados Unidos otros muchos aspectos de la investigación
resulte fructuosa. No sólo corresponderán en ciencia política, la creación de una lista
a nuestros intereses muchos de los libros de palabras clave e1 una hahilidad que
que figuren en él, sino que además, muy sólo se adquiere con mucha práctica.
probablemente, estará incluida allí una Otro problema relacionado con el em-
gran parte de lo que posee la biblioteca pleo de listas de palabras clave se debe al
sobre nuestro tema. Por lo tanto, purtidos hecho de que los bibliotecarios y los en-
po¡¡tj~ es una expresión clave, que con cargados de c:onfeceion~!f los ficheros e
toda probabilidad nos pennitirá encontrar índices son personajes curiosos. Precisa-
una parte sustancial de las publicaóones mente cuando creemos haber hecho una
que buscarnos. lista perfecta de palabras clave sobre un
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

Los cimientos 55
e
e
tema determinado, descubrimos que los disciplinas con arreglo a uno de estos dos e-
clasificadores han optado por emplear pa- planes de organización: el llamado ~e­
e-
------
labras o expresiones diferentes para des- ma decimal Dewey, o el de la Bibl«-.eca
cribir la misma serie de asuntos, o que en del Congreso. Si las signaturas d« los
un momento dado y sin razón evidente libros de la biblioteca en cuestión empie-
e-
habían cambiado de pronto las palabras o zan por números decimales del , tipo
expresiones que venían utilizando para 301.592, la biblioteca utiliza el sistema
describirlos, o que -si la suerte nos es decimal Dewey. Y si empiezan por una
insólitamente adversa~ han hecho am- combinación de letras y cifras, como, por

-----
---
bas cosas. Y así, un libro sobre la competi- ejemplo, ]A74.5.M35, querrá decir que
ción entre partidos publicado en 1965 utiliza el sistema de la Biblioteca del Con·
podría estar clasificado en organizaciones greso. (Digamos, de pasada, que ambas
políticas, mientras que uno similar publi- signaturas designan el mismo libro). La
cado en 1975 podría estarlo en el epígrafe finalidad de cada sistema es idéntica: or-
partidos políticos. La biblioteconomía, al ganizar el fondo bibliográfico de una ma-
igual que la ciencia política, cambia. y nera sistemática por orden de materias.
tenemos que disculpar a quienes nos pro- En la actualidad, la mayoría de las
ducen estos quebraderos de cabeza (pues bibliotecas universitarias y de investiga~
no tenemos otro remedio), pero también ción emplean el sistema de clasificación
--
------
hemos de estar dispuestos y preparados de la Biblioteca del Congreso. Con arre-
para afrontar las incongruencias de los glo a éste, a cada libro que se publica se le
ficheros e índices que utilizamos. En su- asigna un único número de identificación,
ma, debemos familiarizamos con los cam- que será el mismo en todas las bibliotecas
bios observados en la práctica de clasifi- que utilicen el sistema. Los números se

-
cación y ser lo bastante flexibles como asignan por temas. A cada disciplina o
para asimilarlos: no entrar en la biblioteca grupo de disciplinas se le asigna una letra
con la idea de que nuestra lista de pala_ del alfabeto. Así, por ejemplo, la H co-
bras clave está esculpida en granito, sino, rresponde a la ciencia social en general; la
más bien, dispuestos a actualizarla y revi- J a la ciencia política; la K al derecho, y
sarla a medida que avanzamos. Nuestro así sucesivamente. Se emplea una segun· ----
,
propósito es, después de todo, hacer el da letra para designar los subtemas. La
mejor uso posible de la biblioteca tal co- clasificación ] de la ciencia política se
mo la encontrarnos.
Una vez que hemos preparado nuestra
subdivide como sigue:
---
-.-.
lista de palabras clave o, al menos, la lista J Documentos oficiales ".
con la que vamos a empezar, debemos JA Obras generales
establecer un plan para aprovechar al Je Teoría política
,

.-
máximo el tiempo que pasemos en la JF Historia constitucional y
biblioteca. Para ello, hay que saber algo administración
sobre el modo en que están organizadas la JK Estados Unidos
.'.."'

-
~
mayoría de las bibliotecas, así como sobre JL América Británica, América
los recursos que ponen a disposición de Latina
..-
los lectores. En la mayor parte, los libros JN Europa
y volúmenes encuadernados de revistas JQ Asia, Mrica, Australia,
(que generalmente no incluyen las del
año más reciente) están clasificados por JS
islas del Pacífico
Gobierno local
--
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
56 Análisis polítiCo empírico

JV Colonias y colonización go de clasificación decimal Dewey, o bajo


JX Derecho internacional y el correspondienre a la Biblioteca del
relaciones internacionales I Congr~ . Esta lista puede servimos
cuando en las obras deja biblioteca que-
En el resto del número de índice o de remos buscar toda una categoría por el
identificación se organiza la co~ión por sistema de clasificación que .se utilice.
epígrafes aún más especializados y, den- Este; es un método similar a lo que antes
tro de cada uno, por autores. El resultado denominarnos búsqueda ciega y raramen_
es que todos los libros sobre un tema le es eficat, pero tiene la ventaja de que
determinado y todos los de un mismo presenta en un solo lugar una Inta com-
autor que haya sobre él estarán juntos en pleta de las publicaciones existentes en la
las estanterias. biblioteca, clasificadas por temas amplios.
En el fichero, estos fondos están clasifi- En este índice figuran los libros que están
cados de cuatro modos diferentes. En el prestados. Muchas bibliotecas están con-
índice -de mafe rias se enumeran por te- virtiendo ahora sus catálogos en sistemas
mas las publicaciones de que dispone la informatizados, que están dispuestos co-
biblioteca , por lo que habrá que consul- mo los fi cheros y pueden consultarse de
tarlo mediante un índice de palabras cla- análoga manera. Estos sistemas ofrecen
ve. El ¡ndice de autores enumera las
obras por el nombre de cada autor, y es
de suma utilidad para encontrar publica-
ciertas ve ntajas al usuario (por ejemplo,
información sobre la disponibilidad de los
libros en un momento dado), pero tienen
j
ciones suplementarias de un especialista
cuando sabemos que ya ha trabajado en
el inconveniente de que condicionan la
búsqueda bibliognifica a factore9 tales co-
.
1
~I asunto concreto que nos interesa. Y así, mo la disponibilidad de un terminal o el
si en alguna otra búsqueda damos con los es~ado de funcionamiento del ordenador
títulos de varias obras de WiIliam J. Crot- de la biblioteca.
ty sobre los partidos políticos y que remos El fich ero (o su equivalente) es·la mejor
asegurarnos de que hemos haUado todos guía para acceder a los libros que hay en
los libros de e-se autor que tratan del una biblioteca, pero, bajo la perspectiva
tema, buscando su nombre en el índice de del investigador, adolece de dos defectos
autores encontraremos una lista de todas fundame ntales: en primer lugar, solamen-
aquellas de sus publicaciones que p<lsee la te enumera libros, y se da el caso de que
biblioteca. El tercer sistema de referen- una gran pane - si no la mayoria- de los
cias de los ficheros es el índice d e títulos, trabajos importantes de investigación en
en el que figuran, con arreglo a IU$ títulos, ciencia polftica o en cualquie r otra mate-
todos los libros y revistas existentes en la ria no figura en los libros, sino e n artículos
biblioteca, y que wlo tiene utilidad cuan- de revistas especializadas y en tesis doc-
do tratamos de localizar revistas especifi- torale!<. E s cierto que en el fichero apare-
cas o deseamos saber el código de estante- cen las revistas, pero no se indica su
ría de un libro cuyo título ya hemos ano- contenido. En segundo Jugar, el fichero
tado. El índice final es la lista de estante- sólo comprende las obras existentes en la
rías, donde cada libro figura bajo el cOOi- biblioteca que estamos utilitando. Puede
haber muchos recursos valiosos de que
, FÓKurJ> UN'llistJ> cnmpl~a dO! subda!¡rocaaolle'l
ésta no disponga y que otra librería pueda
~n C~s.""riott: Clt.n J. PoIirica! Sc"",-, l." ..d. procuramos en un picaza relativamente
(1924). corto. P ero esos recursos no se indican en
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
Los cimientos 57

el fichero porque no forman parte de la carse en ciertas revistas de ciencia políti-


propia col~cción de la biblioteca. Por for- ca, y puede servir. tras su publicación,
tuna, ninguno de estos problemas es insu- para hacer un rápido examen de lasfPOr-
perable. taciones más recientes. Esta fuen~ de
Las revistas especializadas aparecen información es un índice ·por autQ.ws y
indizadas en ciertas publicaciones espe- materias, pero sólo se edita una vez araño
ciales, la más útil de las cuales es, para los después de la publicación de los artículos.
expertos en ciencia política, Social Scien- Las tesis doctorales contienen una con-
ce lndex (lndice de ciencias sociales). En siderable información interesante que a
esas listas figuran. por temas (palabras menudo no se puede obtener más que en
clave) y por autores, todos los artículos de ellas. Sin embargo, su calidad suele ser
cada uno de los números de una gran desigual y son relativamente difíciles de
cantidad de revistas. Las listas se ponen conseguir. Muchas se resumen en DisseT_
al día periódicamente. Además, la mayo- tation AbstTacts lnternational y se pue-
ría de las propias revistas mantienen un den consultar en microfilme mediante el
índice anual de su contenido por títulos, pago de un derecho, pero, con frecuencia,
autores y, en algunos casos, por materias hace falta mucho tiempo para lograrlo.
(el índice suele estar encuadernado con el Las tesis doctorales aparecen también in-
último número de un año determinado). dizadas por autores y materias en el Com-
Algunas, como la American Political prehensive D;ssertation ludex. (son de es-
Science Rev;ew (Revísta Americana de pecial utilidad los volúmenes sobre dere-
Ciencia Política), publican un índice sepa- cho y ciencia política y los suplementos
rado y acumulativo de palabras clave. anuales).
Pero, en general, las listas más completas, La localización de libros que están en
como el Social Scrence Index, ofrecen otras bibliotecas es tarea mucho más ar-
una mayor eficacia en la búsqueda de las dua, sobre todo porque requiere una bús-
publicaciones. queda mucho menos centralizada. Se de-
La mayor parte de las bibliotecas tie- ben consultar varias fuentes, aunque la
nen en sus estantes números atrasados de mayoría podrán estar clasificadas delltro
!"us revistas especializadas, que el investi- de uno de estos tres grandes epígrafes:
gador puede consultar con facilidad. Se bibliografías generales, bibliografías por
pueden localizar haciendo uso del código materias y bibliografías por temas especí-
Dewey o el de la Biblioteca del Congreso ficos. Por lo común, las bibliografías genf'-
asignado a cada revista. Los números de rales son listas de toda la colección de una
actualidad (de los dos últimos años poco biblioteca particularmente completa.
más o menos) suelen estar en lugar apar- Ejempio de ello son los fondos de la Bi-
te, pero pueden localizarse utilizando los blioteca del Congreso, que están indiza-
mismos códigos. La búsqueda de estos dos por autores en el National Union Ca-
números más recientes puede resultar te- talog y por materias en el LibTary of
diosa, porque todavía no se han indizado CongTess Catalog, v"í como la London
detalladamente. En este caso, Cjuizás sea Bibliography of the Social Scie:1ces~~que
útil consultar la publicación titulada Ad- enumera los fondos de varias bibliofécas
vanced BibliogTaphÍc Contents: Political británicas. Un ejemplo de bibliografí<! por
Science and Govemment, o ABC Poi Sc;. materias es el Public Affairs I nfoTmátion
Esta última enumera los títulos de todos Sen'ice BuIletin. en cuya listA por mate-
los artículos que están a punto de publi- rias figuran libros. ar"':.ículos. folletos y
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
58 Análisis político empírico

documentos de todos. los países de habla una búsqueda raramente dura tanto) más
inglesa y que es especialmente útil para la una cantidad suplementaria de 10 a 50
investigación en política comparada y re- centavos por cada cita impresa. Por tér-
laciones internacionales. Las listas biblio- mino medio, una búsqueda viene a costar
gráficas más numerosas, disponibles en 50 dólares.
una gran variedad de temas y más espe- Las bases d(! datos bibliográficas están
cializadas, son las de temas específicos. comercializadas en sistemas infonnatiza-
Hay muchas de estas bibliografías espe- dos de tiempo compartido y suele ser un
cializadas en los distintos aspectos de la bibliotecario quien accede a ellas y asiste
ciencia política, que en su mayoría pue- al investigador. Se buscan utilizando pa-
den localizarse con facilidad mediante el labras clave que en este caso aparecen en
Índice de materias del fichero o a través el título o resumen de cada entrada o en
de una referencia titulada índice biblio- una lista especial de ténninos que acom_
gráfico, que es una lista general temática pafia a cada una_ La mayoría de las bases
de las bibliografías. de datos se puede buscar también por
Huelga decir que, probablemente, ha- nombres de autor. La petición al ordena~
brá que dedicar mucho tiempo a toda esta dar central se realiza mediante una cone-
labor de búsqueda, sobre todo si es am- xión telefónica de larga distancia. Gene-
plio el tema que investigamos o se le ha ralmente, el resultado final es una copia
prestado mucho interes en las publicacio_ impresa de todas las citas de interés, efec-
nes. Hay un modo de obviar esta dificul_ tuada en el procesador central y enviada
tad o, al menos, de ganar tiempo, y pode- por correo al abonado (que suele ser la
mos recurrir a él aunque, hoy por hoy, biblioteca), que a su vez la entrega al cabo
resulte oneroso y aún no permita la am- de unos días. En algunos casos, el investi_
plitud de análisis que debe tener una gador puede solicitar que se incluyan en
cuidadosa búsqueda bibliográfica. Aun dicha copia los resúmenes de las citas
así, vale la pena mencionarlo, aunque enumeradas. Existen tres sistemas comer-
sólo sea por la difusión que seguramente cializados de bases de datos que son de
ha de tener en los próximos años: se trata particular interés para los investigadores
del empleo del ordenador para la búsque_ en ciencia política:
da de bases de datos bibliográficas, dispo-
nibles mediante diversos servicios espe- 1. Servicio de Recuperación de Infor-
cializados. mación DIALOG sM. Para los expertos en
La búsqueda por ordenador tiene su ciencia política, en la actualidad es ésta la
pro y su contra: puede ahorrar al investi- más completa de las colecciones de bases
gador horas enteras de minucioso examen de datos disponibles. Comprende, entre
de Índices y resúmenes (cuya lectura no otros, el Social Science Citation lndex,
es, precisamente, la más amena) y, dentro que incluye unas 1.500 revistas de cien_
de los límites de las bases de datos dispo_ cia social de todo el mundo y artículos
nibles, proporcionar extensas listas de ci- seleccionados de unas 3.000 revistas de
tas; pero este tipo de búsqueda por orde- otras especialidades (con datos de 1972
nador, a diferencia de los otros servicios en adelante); United States Politieal
bibliotecarios, cuesta dinero. En los mo- Science Documents, .donde se indizan y
mentos en que esto escribimos, los dere- resumen los artículos de 150 de las más
chos de acceso a una base de datos oscilan importantes revistas norteamericanas so~
entre 50 y 150 dólares por hora (aunque bre todos los ámbitos· de la ciencia política
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
Los cimientos 59

(los datos iniciales son de 1975); Disserta- ventaja de la búsqueda por ordenador no
tion Abstracts, que es un índice de temas, es que facilite información que no pueda
títulos y autores de las tesis doctorales obtenerse de otro modo, sino que 10J;tace
leídas en las universidades estadouniden- con gran rapidez. Pero aun en el ca!i9 de
ses (con datos desde 1861); Public Afrairs que recurramos al ordenador. de~os
Information Service International, que recordar dos cosas: primera, que la ~a­
recoge las publicaciones sobre ciencia po_ cia de la búsqueda dependerá de las pala-
lítica y otras especialidades aparecidas en bras clave con la que la hayamos iniciado;
unas 800 revistas editadas en inglés, así y segunda, que dependerá asimismo de la
como otras 6_000 publicaciones (datos base de datos que abarque. Cualquiera de
desde 1972), y las bases de datos especia- estos factores, o ambos, pueden limitar
lizadas en sociología y psicología_ considerablemente la utilidad de una bi-
2. BRS. Entre las bases de datos dis- bliografía obtenida por ordenador. y ello
ponibles en este sistema figuran el Social con independencia de su coste.
Science CHatlon Index. (cuyos datos son Hay otras dos cosas .que suelen dar
de 1972 en adelante), Dissertation Abs- huenos resultados al preparar una bús-
tracts (desde 1861), Public Affairs Infor- queda bibliográfica, aunque se hagan
mation Service (1972), los mismos servi- cuando ésta ya está realmente iniciada.
cios sociológicos y psicológicos disponibles La primera consiste en prestar gran aten-
en DIALOG, y varias bases de datos so- ción a las notas a pie de página que
bre mujeres, familias, salud mental y mi- aparecen en todos: los libros o artículos
nusválidos. que leemos. Si nos hemos esmerado en
3. ORBI'f®. Entre sus hases de datos nuestra preparación. ya habremos detec-
de interés para los expertos en ciencia tado la mayoría de las obras citadas, pero,
política figuran el Congressional I nforma- en ocasiones, encontraremos una nueva e
tion Service, que comprende las actas de importante referencia. Al leer las notas a
las sesiones del Congreso, copias de las pie de página, lo que hacemos, en efecto,
reuniones de los comités, y diversos infor- es recurrir a la ayuda de otros investiga_
mes, documentos y otras publicaciones dores para localizar las fuentes dispersas.
(desde 1970); el Congressional Record En segundo lugar, una vez que hemos
(desde 1981); el Federal Register (desde iniciado la búsqueda, probablemente de·
1977), y el National Technical Informa· tectaremos a algunos investigadores que
tion Service, con un índice de informes han publicado numerosos trabajos sobre
sobre los trabajos de investigación sobre el tema que nos interesa, A menudo, si les
temas de ciencias sociales y del comporta- escribimos pidiéndoles informes obten-
miento (entre otros) patrocinados por el dremos una colección de trabajos aún iné-
gobierno (desde 1964). ditos que podrá sernos de gran ayuda en
nuestra labor.
Con la posible excepción de las citas Tan pronto como hemos especificado lo
más recientes, las que podamos obtener que nos interesa en una serie de palabras
mediante el ordenador podremos encon- o expresiones clave y establecido'" las
trarlas también mediante una búsqueda fuentes bibliográficas que nos parSCen
manual en la biBlioteca. La razón es bien más útiles, estaremos preparados panten-
sencilla: las mismas fuentes que busca el trar en la biblioteca. Nuestro proredi-
ordenador electrónicamente existen en miento consiste, sencillamente, en em-
ésta en forma impresa. Hoy por hoy, la plear la lista de palabras clav{~ para exa-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
ID AnálisIs político empírico

minar de manera sistemática y detenida narse luego con a rreglo a dos listas alfabé-
las diversas fuentes que hemos enumera- ticas separadas: una de libros y otra d e
do. Lo mejoc será que empecemos por ankulos de revistas, E sto nos servirá pa_
consultar e l índice de materias del fichero ra evitar -duplicaciones,
(para localixar los libros) y los volúmenes Una vez que hemos terminado estos
más recientes del Social Science lnde~ registros. es decir una vez que hemos
(para lo relativo a los artículos). Según la examinado todos los ficheros e índices
experiencia de los .autores, en muchos disponibles, habrá que disponer las fichas
casOs. una búsqueda cuidadosa en estas de otra manera: las de los títulos de libros
dos fuentes pennite encontrar al menos el se colocarán por orden alfabético o numé-
7S por ciento de todos los títulos disponi- rico (según que se utilice el sistema de la
bles sobre numerosos temas. Si lo que Biblioteca del Congreso o el decimal De_
emprendemos es un proyecto en pequeña wey: respectivamente), por códil;os d e es-
escala y a corto plazo, bien podremos tanteda; y las de los títulos de articulas.,
contentarnos con esa búsqueda; si, por el por orden alfabetico, con arreglo al nom-
• contrario, se trata -de un proyecto de más bre de la re vista en la que aparece cada
envergadura, será necesario proceder a artículo. Los artículos de la misma revista
una búsqueda más minuciosa. se dispondrán por orden cronológico. Se-
Se debe llevar a la biblioteca una bue- guidamente, se cotejará cada revista con
na cantidad de fichas en blanco (de 4 por el índice de títulos del fichero y se anotará
6 pUlgadas para la escritora pequeña y de el código de estantería correspondiente.
. S por 8 para la- escritura grande). Cada Por último, habrá que unir los dos grupos
vez que encontremos una fuente poten- de fichas en uno solo por orden de códi-
cialmente útil (no todos los títulos que gos, lo que facilitará la búsqueda en las
hallemos .parecerán de interés), escribire- estanterías.
mos en la parte alta de una ficha una nota P or fin estamos preparados para empe-
bibliográfica completa que contenga, en zar la lectura de las publicaciones. Provis-
su caso, el nombre del autor, el título, la tos de nuestro registro de citas y de un
revi!\ta (con el número de volumen, año mapa. o una guía de la bib 1.ioteca, nos
de pu blicación y páginas), fe<:ha y lugar dirigimos a las estanterías en busca del
de publicación, editor y, en el caso de los saber recopilado de todos los tiempos. Sin
libros, el código decimal Dewey o el de la embargo, es posible que una gran pane
Biblioteca del Congreso. Conviene deter- de lo que encontremos sea muy d istinto
/Minar de antemano la fonna que vamos a de lo que esperábamos. pues muchas de
adoptar para las citas de referencia en las fuente s que e n los índices parecían
nut:Stro informe de investigación, y que prometedoras resultarán decepcionantes
registremos en esa forma la infonnacióu a la hora de la verdad. Las fichas de esos
adecuada sobre cada una de Las fuentes. libro!\ o artículos que ya no tengan interés
La uniformid ad ayuda a evitar los descui- deberemos marcarlas con una gran X en
dos. Si induimos toda esa información al su anverso, en cu alc¡uier espacio que que-
principio, no tendremos que volver otras dé en blanco, para recordar que esas
ve<:es a consultar el fichero cuando mire- fuentes ya han sido localizadas y rechaza-
m os de nuevo en las estanterías y nos das. Como seguramente tendremos que ir
a horraremos nueva,. visitns a la biblioteca vanas veces a la biblioteca para realizar
('uando, m as tarde. e"'itemos redactando una búsqueda deta llada, y romo la me-
nuestro infonne. Las fichas deben orde- moria huma na raramente retiene de ma-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
Los cimientos 61
lO

nera efectiva información sobt-e cincuenta con csta técnica. Igua lmente, se puede

..
lO
a rtícu los oon un tituk:J aproximadamente utilizar una ficha separada para cada.e le- •
igual, este sencillo melodo nos ayudsni a mento de información, sin dejar de ~ird i ­ •
evitar la dup licación de esfuerzos. car en ella e l autor, la fuente y el nú rae ro
Cu ando e ncontramos e lementos q ue de página c~p·JOd i ente. Estas fi;Shas
.ron de interés, las fichas cumplen un p ro-
pósito más importante, que también se
der iva d e la fragilidad de la memoria: las
individuales req uieren más p reparaó~n y
son algo más embarazosas en un fich ero
bibliográfico permanente, pero son más
...•
utilizamos para tomar notas. En éstas se
deben induir todos los puntos principales
del libro o articulo, todos los extremos o
fáciles de manejar cuando llega el m o-
mento de redactar un informe de investi-
gación , pues se pueden desplazar d e un
.


hechos de especia l utilKiad, un resumen sitio a otro ron los puntos esenciales que
••
del mttodo e mp)eado . y de las conclusio- contie ne n y organizar éstos con indepen -
nes cuando se infonne sobre una investi- dencia de otros de la misma fuente.
gación. y todas aquella'!! citas que pudie- E l esmero que pongamos a l tomar no-
..
ran resulta r útiles. Otra precaución, de
menor im portancia pero no menos valio-
sa, q ue conviene adoptar a l tomar las
las en esta etapa nos hará ganar tiem po
por dos razonC1l: en p rimer lugar, nos
permitirá utilizar , citar y analizar cual-
.


nolas es la de hacer frecuentC1l referen-
cie.s a las páginas donde aparecen las citas
quiera de nuestras fuentes sin necesidad
de volver a la biblioteca n i de releerla (si ..
específicas que registramos. La figura 3. 1 es que 10 lográramos, claro está .... pues
.

es un ejemplo de fi cha bibliográfICa hecha d espues d e la primera lectura de$Cubrire-
.•

E.\'lORV S. OOGAR OUS HM '
..
....
p ,
·SOCIOLOQY OF PRESIDENTIAL TV PRESS CONFERENCES ••
SOCIOLOGO Y AND SOCIAL II. ESE,ARCH

~ (l962\. pp_ UII ·S5.

4 F I NES DE LAS COr-rF. DI;: PRENSA TELEVISADAS: 1)
INFORMAR DIRECTAMENTE AL PUBUCO SOBRE ACTUACION o MEDI ·
..

DAS DEL GOBIERNO. 2) DESARROLLAR/MANTE NER _CE RCA NIA so·
CIAL _ ENTR E PRESo y PUBLICO. 3 ) PERSUASION. 4) CREAR RELAC ION
..•

M EDIOS AUDlOVlSUAl..ES.PRENSA'·..."..'M

I ·UNA CONFERENC IA DE PRENSA T ELEVISADA ES TAL VO EL ME.


..•
DIO M AS CONVEN IENTE PARA COMUNICAR DE MANER..\ DIRECTA CON
MUCHOS MIlLONES De CIUDADANOS E N EL LAPSO ESPAC IOTEMPO·
..•
RAL DE UNOS MINUTOS,''''.
EL P R ESIDENTE Df:BE AC f.p r AR TODAS u.s PREGUNTAS PERO TRI.· .
TA D E DAR RESPUESTAS AMP LIAS PORQUE EL PUBLlCQTELESPECTA.
OOR E S MUY DIVERSO''' . '"•
r- l · BOGARDUS \ ~ '•"
~
India quoI ro,u;nuo al da, ....
" - - - Nú"",." d.- fICha (.i hay rNO de una) (.., ..nadi.;!n y unir~ n fichas •
..."lem",,!. ri ••• i ....... n ..."iol -
Cita di1'«t& impoNlnl"

lnfonnación bo:bli<>rroin". 0""'l~I. , ~


Ref...... '''''. de p;i~iM
Numero <k' cI~ifll'OcK~'
. ~

.... I ~ RihO"", ... ~ •


'"
•,,
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

mos tal vez que el libro lo ha tomado como la revista más prestigiosa de la
prestado un catedrático de los más anti- disciplina.
guos que piensa quedárselo hasta bien American PoIitic4 Quar/erly: artículos so-
entrada la jubilación). En segundo lugar. bre -política norteamericana.
si por algún motive tenemos que releer BritiShjournal of PoIitical Science: todos
una fuente. las referencias a las páginas los campos de la ciencia política.
nos ayudarán a determinar con precisión Comparative PoliticaJ Studies: todos los
la' parte del texto que nos interesa. El a.;pectos de la politica comparada; eco-
tiempo y el esfuerzo que ahora dedique- nomía política comparada.
mos ' 8 este labor dará a menudo frutos Comparative Polittu: análisis comparado
considerables. de instituciones y comportamiento polí-
. Al concluir esta tarea, habremos alcan- ticos .
zado dos 'objetivos muy importantes. En Foreitn AfflJirs: asuntos Internacionales y
primer lugar. dispondremos de una reco- política exterior.
pilació n relativamente completa de las Foreitn PO/ley: cuestiones actuales en la
publicaciones sobre el tema que nos inte- política exterior de los Estados Unidos.
resa. En segundo lugar, nos habremos J ntemational Organiza/ion: relaciones in-
familiarizado con ellas lo bastante como ternacionales, organizaciones interna-
para prever con más acierto los proble- cionales, economía política. politica ex-
mas, m ejorar nuestro propio trabajo y terior comparada.
situarlo adecuadamente en el contexto lnfernational PoliticaJ SCleoce Review:
más amplio del que forma parte. todos los campos de la ciencia política.
Intema/lonal Sludies Quarterly: politica
Revista. de ciencia política intemacioO:al, derecho y organ~ión;
estudios comparados; desarrollo políti-
Antes de terminar este capítulo, cree- co; política exterior, investigación so-
mos que será provechoso dar una relación bre los conflictos y la paz.
parcial de las ,revistas de ciencia política joumaJ ofConflict Re~Jution: investiga-
con una somera indicación de su conteni- ciones sobre la guerra y la paz.
do. Aunque esta relación di$tll de ser jourosl of Politles: todos los campos de la
exhau stiva. indica los tipos d e documen- ciencia política.
tación disponibles en las publicaciones de Legislative Sfudies Quar/erly: todos los
nuestra disciplina. aspectos de los parlamentos y legislatu_
ras, incluidas sus relaciones con otras
Administration and Society: organizacio- instituciones políticas, sus runciones en
nes públicas y humanas. en especial sus el sistema político y las actividades de
procesos administrativos y sus efe ctos sus miembros.
e n la sociedad. Policy Studies j oumallPolicy Sfudies Re-
American journal of Political Science: view: investigadones y análisis relacio-
esen cialmente sobre el gobierno nor- nados con la política.
teame ricano y su politica. pero contie- Political BehaviOI: psicología social y $0-
ne articulos sobre todos los temas afi- ciología, socialización política, compor-
nes. tamiento del ciudadano y de la elite,
American Po/iúcal ScietKe Review: artí- aspeccos de l comportamiento de las ins-
culos sobre todos los campos de la cien- tituciones, toma de decisiones, política
cia política ; generalmente co nsiderada simbólica.
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
Los cimientos 63

Political MethrxJology: avances en los joumal of Abnormal and Social Psycholo-


métodos de investigación y el análisis gy
de datos. journal of Communication :t..
PoJitical Scicnce Quarterly: todos los as: joumal oE ElI.perimentaJ Social PsycilPlo-
pectos del gobierno, la política y Jos t.Y --"1'~_

asuntos públicos. joumal oE Marketinil Re~arch "*


Po/itica1 Studie:s: todos los campos de la Journal oE Personality a.nd Social Psycho-
ciencia política. logy
Polirica/ Theory: historia del pensamiento journaJ al Voluntary Actirm Research
político, teoría moderna, pensamiento Journalism Quarterly
político norteamericano. Sociolo&>, and Socia] Research
Polity: todos los campos de la ciencia
política. La mayoría de estas revistas aparecen
PubUc Admininration Review: adminis.- en el Social Science [ndell., poi" lo que es
tra.ción, cuestiones políticas, pres u~ rácil acceder a ellas. El Soaal Science
puesto y recursos públicos, rela.óones 1ndell. enumera, por autores y materias,
entre el personal y el trabajo. todos los artículos que se publican en muy
Pub/ic Opinjon Quarterly: opinión publi- numerosas revistas de ciencia política y
ca, votaciones, comunicación política, de las demás ciencias sociales, y se actua-
métodos de investigación (especial- liza mensual y anualmente. Hasta 1965,
mente mediante encuestas), actitudes. este servicio se llamaba lnternatjonal In-
Pul;>Jius: federalismo, gobierno estatal, dex, y desde entonces y hasta 1974, en
gobierno local y urbano, administra- que se separo en dos divisiones, Soaal
ción pública. Sience and Humanities lndex.. Es proba-
Social Force:s: psicología social, soc:iologia blemente la guía más útil de las publh::a-
política. ciones periódicas de la disciplina, y punto
Social Science Quarterly: artículos de ca- de partida obligado en casi todas las bUs-
rácter interdisciplinario. quedas bibliográficas.
Western Political Quarterly: todos los Una segunda fu ente, de ámbito un tan-
campos de la ciencia política. to más reducido pero de mayor utilidad
W orld Polities: relaciones internaciona- en otros aspectos, es·United States Polit;-
les, política comparada, política exte-- cal $cience Documents (USPSD), que se
rior. publica anualmente en dos volumenes. El
primero es un índice por palabras clave y
Tampoco conviene olvidar las revistas por autores de todos los artículos publica-
de otras disciplinas y las revistas interdis- dos en más de 100 revistas de ciencia
ciplinarias que a menudo contienen artí- política y materias afines. El segundo
culos de interés para los expenos en cien- comprende información bibliográfica
cia política. He aquí algunas de ellas: completa de cada articulo citado así como
un resumen, una lista de características
American Behaviora,l Scientist especiales (como, por ejemplo, títulot,de
American joumal of Sociology todos los cuadros, figuras y mapas), ,j.lna
American Soc.iologicaJ Review lista de todos los Qutores citados, unapsta
Anna/s o( the American Academy o( Po- de las palabras clave que corresponden a
lirical and Social ScieflU cada artículo en el índice (útiles para am-
Communication Re:rearch pliar la propia bibliografía), y una lista de
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
64 Análisis poIifico emoirico

todas la5 áreas geográficas a las que es se puede utilizar con facilidad con la pro-
Alllicable el artículo. Los distintos artícu- pia lista de palabras clave para mantener·
los se designan en la Parte I mediante se al día sobre lo que se escribe del tema
códigos eJldusivos de ocho cifras. y en la que interese y conocer lo poblado en los
Parte JI aparecen dispuestos por orden últimos ailos. Además, Currenl Conlents
numérico para facilitar la referencia. Co- publica las direcciones de los autores
mo t."S obvio, la principal ventaja que cuyos artículos se enumeran en cada edi-
ofrece el USPSD para la búsque da biblio- ción semanal, lo que pennite entablar
gráfica es el considerable grado de' detalle contacto personal con quienes están in-
que proporcionan las entradas en la Parte vestigando sobre cuestiones similares a
JJ . En cuanto a los principales inCOnve- las nuestras.
nientes, el primero es que sólo se incluyen También es provechoso para ampliar la
las revistas de ciencia politica o muy afi- búsqueda bibliográfJCa el Pub/K; Affairs
~ publicadas en los Estados Unldos, y el lmormation Servi~ (PAIS) BulJetin, en
segundo, que el índice suele mantener los cuyo índice figuran revistas. documentos
articulos durante unos dos años, y otras pubJiC9ciones de lengua inglesa
Como el Social Sience lndex y el sobre ciencia política, administración pú.
¡
USPSD se centran en las publicaciones blica, relaciones internacionales. derecho
de los Estados Unidos y los expertos en y medidas públicas, entre otras materias. I
ciencia política que publican sus trabajos
en otros lugares desarrollan a menudo
Por último, debe mencionarse otra
fuente de citas, aunque raramente haya
j,
ideas o investigaciones que pueden pare- de utilizarse en investigaciones sobre '1
cernos de interés aunque no estudiemos ciencia politica: la Re4ders' Guide to the
la politica comparada o las relaciones in- Periodical Lite rlltUFe, cuyo índice com-
ternacionales propiamente dichas, la bús- prende reyistas de la prensa popular tales
queda en esos índices debería completar- como Time y Newsweek de modo análogo
se con un examen de lllternational PolÍti- a como el Social Science lndex recoge las
ca/ Science Abstracts. Esta publicación publicaciones especializadas. Casi nunca
trimestral de la Asociación Internacional se podrá recurrir a las fuentes locali.zadas
de Ciencia Política y la Conferencia de a través de la Rel1ders' Guide en una
Estudios Internacionales resume unos investigación bibliográfica, pero éstas
1.400 artículos cada año, extrafdos de pueden servirnos para obtener infonna-
unas 150 revistas de diversos paises. Los ción descriptiva sobre ciertos hechos o
resúmen~ de los artículos escritos en len- hacemos una idea de la opinión popular
¡;.ua inglesa está n en inglés. y todos los sobre una c~estión determinada.
demás e n fran cés. Al final de cada año se Al indicar todas estas re vistas y listas
incluye un índice acumulativo de autores bibliográficas, no hemOs intentado abar-

~i
y materias. car todas las bases de búsqueda. sino que
Otra fuente bibliográfica de ámbito in- hemos tratado de señalar aquellas fuentes ,
ternacional es Current Conttmts: Social que más probablemente han de ser valio-
and B e havioral Sciences, publicación se- sas en la mayor parte de los trabajos de 1
manal que reproduce los índices de cente- investigación. La relación, para ser com- 1;
na res de revistas de todo el mundo poco pleta, debería ser mucho más extensa. De
despues de que aparezcan los nuevos nú- todos modos. creemos que las fuent~
apuntadas, si la busqueda se realiza de la
ti
meros. Su índice está cuidadosam e nte
dispuesto por palabras clave, púr lo que manera sistemática esbozada en este ca-
11
jr,
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

pítulo, servirán para encontrar una parte lítica! Science Association, 1982). Mi-
muy sustancial de las publicaciones que cbael W. Giles y Gerald C. Wri~ Je.
~
versan sobre la mayoría de los temas de ofrecen en síntesis una clasificacicJp de
interés. Así pues, aunque nuestra lista sea divel1!as revistas de ciencia políti~ por ••
necesariamente incompleta, las fuentes
en ella incluidas abarcan, sin duda, un
orden de calidad estimada en ~P~tica1
Scientists' Evaluations of Sixty~tbree
••
volumen muy considerable de publicacio- Journals ~ , PS 9 (975), pp. 254-56. •
nes de ciencia política. Los estudiantes de •
esta especialidad que utilicen estas técni-
cas y estas fuentes podrán dar un paso Ejercicio de investigación
decisivo para sacar el máximo partido de
su trabajo y situarlo en el contexto de la A. Seleccione un tema de investiga-
disciplina. ción.
B. Haga una lista de palabras clave
para buscar las publicaciones con él rela~ •
Sugerencias para otras lecturas cionadas.
C. Esboce un plan de búsqueda. Con-
Research Guide in Political Science, cretamente, ¿qué hará cuando vaya a la
2. a ed., de Carl Kalvelage y Morley Segal biblioteca?
(Momstown, N. J.: General Learning D. Aplicando su plan de búsqueda y
Press, 1976), ofrece una amplia lista ano- utilizando al menos tres fuentes bibliográ-
tada de las principales fuentes bibliográfi- ficas, elabore una bibliografía de 10 a 15
cas para la investigación en ciencia políti- publicaciones que le parezcan de interés.
ca, así como otras orientaciones útiles pa- Prepare una ficha con toda la información
ra el investigador principiante, siendo de necesaria para cada una de ellas.
especial interés el capítulo 4. Figura una E. Localice como mínimo tres publica-
lista anotada de similar amplitud con las ciones de su bibliografía en los estantes de
principales revistas y otras fuentes biblio- la biblioteca. Por lo menos una de ellas
gráficas de ciencia política, sus diversas deberá ser un libro y otra un artículo de
materias auxiliares y disciplinas afines en revista.
el Apéndice A de Barbara Leigh Smith et F. Lea cada una de las publicaciones
aL, Politica! ReseaTch Methods: Founda- localizadas y tome notas de 10 que lee.
tions and Techniques (Boston: Houghton G. Analice la relación entre lo que ha
Mifflin, 1976). Una extensa lista descrip- leído y su tema de investigación: ¿de qué
tiva de revistas de ciencia política es la forma podría ayudarle esa publicación a
contenida en Fenton Martín y Robert estructurar más corr<!ctamente el tema o
Goehlert, Political ScienceJouma! Jnfor- a proseguir la investigación?
mation (Washington, D.C.: American Po-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

Capítulo 4
DE LO ABSTRACTO A
LO CONCRETO:
OPERACIONALIZACION Y
MEDICIÓN
Cada calidad se manifiet;t~ en una cierta cantidad, y sin cantidad no puede
haber calidad. HNita hoy muchos de nr.testTas camaradas todavía na compren-
den qUe deben alcan;zar el aspecto cuantitativo de las co.sM: las estadistic&
bá$icas, fOIl principaJe$ porcent~jes y los límites cuantitativos que determinan
la calidad de las cosas. No tienen «cifras» en la cabet:~ y, como resultado de
ello, no pueden dejar de cometer errores.
Moo Zedong •,
La investigación empírica es un medio función de su calidad. tendremos que -

de obtener respuestas a preguntas sobre
la realidad. Nuestras preguntas pueden
ser esencialmente prácticas o de- interés
cuantificar el concepto de grandeza atléti-
ca. Podríamos optar por contar los pases
que realizan en los partidos televisados,
..•-.

principalme~e académico. En cualquiera


de los casos, lo probable es que las formu-
lemos en términos abstractos. Y, sin em-
dividir ese número por los pases que han
intentado y atribuir a la cantidad resul-
tante el valor de la grandeza atlética. O,
.••
bargo, las respuestas que deseamos sue-
len ser concretas y específicas. Uno de los
más bien, podríamos efectuar varias de
estas operaciones sobre diferentes aspec- ..
primeros problemas de la investigación es tos de la actuación de los jugadores, con el
..
el de idear el modo de obtener, partiendo
del nivel abstracto de las preguntas, algu-
nas observaciones concretas que nos per-
fin de obtener un cuadro más completo de
su calidad de juego en la posición de
defensas, y combinarlas luego de alguna
...


mitan responder a ellas.
Para tomar un ejemplo ajeno a la políti-
ca, supongamos que deseamos resolver la
manera. Una vez que hayamos obtenido
los números correspondientes, estaremos
preparados para hacer comparaciones
...

polémica sobre cuál de dos jugadores de
defensa profesionales es el mayor atleta.
Evidentemente, necesitamos compararlos
concretas y resolver el debate.
Lo que acabamos de describir es, esen-
cialmente, el proceso por el que, a partir
..

,.•

de algún modo para establecer el argu-
mento. Pero ¿sobre qué bases vamos a
de un concepto abstracto, llegamos a for-
mular una obseI'V8ción concreta en',la in-
,.
compararlos? Queremos determinar cuál vestigación en ciencias sociales. Es una

demuestra poseer más cualidades de gran fase crucial del proceso de investigación, ~
atleta, pero la grandeza atlética es un
concepto abstracto. Si hemos de evaluar a
pues sólo cuando se ha realizado correcta-
mellte, constituirá la información obteni- .•
c::
cada uno de los jugadores de defensa en

67
da una prueba de la utilidad de nuestras

••
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia

- política. Madrid: Alianza.

teorías o apof1"...ará respuestas a nuestras observaciones que permitan hacer tales


pregunt:&$. El proceso de seleccionar fe- comparaciones. Se trata de saber cómo.
nómeno! observables que representen podemos cuantificar nuestr91 conc:epto!
conceptos abstractos se denomina opera- para establecer. en enunciados precisos.
clonalizeción, y la especificación de los si nuestras expectativas. deducidas teóri-
pasos que han de darse al foonular obser- camente, 80n corroboradas o no por lo que
vaciones se llama lustrumentación. La observamos.
aplicación de un instrumento da lugar a En este sentido, los pmblemas que se
una medición, y ésta es la que finalmen- plantean en las ciencias sociales son bási-
te nos sirve de prueba al tomar decisiones camente los mismos que en las ciencias
y contestar a las preguntas. fístc.a.s. Un sencillo ejemplo cc;mtribuirá a
En este capítulo describiremos estos aclaraT a1gunos aspectos. Deseamos com-
. procesos en detalle y expondremos los probar la hipótesis de que un abono quí-
problemas que pueden plantearse al tra- mico echado en un maizal estimulará más
tar de operadonalizar y medir los concep- el crecimiento que las sustancias nutriti-
tos. Cuando haya terminado el capítulo, vas natwales que hay en otro. El creci-
estará en rondiciones de fonnul ar"las ex- miento es un concepto abstracto. No po-
plicaciones que haya pensado tras; la bús- demos verlo directamente. Necesitamos
queda de liLs publicaciones, en una forma convertiT el crecimiento en una variable ;
que le permita coteja rlas con las observa- empíricamente oI»ervabJe para poder eJe.. -
ciones reoles. Las octividades que aquí terminar cuándo ha crecido una planta
exponeOlO8 son los últimos pasos que han más que otrlil..
de darse en el proceso de investigación Podemos hacer · que la variable altura
antes de establecer e l proyecto y de ini- alcanzada represente el concepto creci-
ciar verdaderamente el acopio d e datos. miento, ya que las altuTas relativas son
empíricamente observables. Mas las
plantas de maíz no llevan señales que
OperaciolUllización: El nexo entre indiquen su altura, y te nemos que com-
teoría y observación probarla nosotros mismos. Pero ¿cómo?
Podemos recurrir al d iscernimiento hu-
En el capítulo 2 he mos subrayado la mano haciendo que algunos observadOTes
importancia de contar con una teoría que clasifiquen las plantas de ambos maizales
oriente las observaciones. En el proceso e n altas y bajas. Sin embaTgo, este proce-
de lnvestig:ación, tal como lo hemos des- dimiento sólo permite hacer comparacio-
crito, se trata sobre todo de comparar las nes toscas e ntre las pla ntas y está sujeto a
observaciones reales con las expectativas todo tipo de errores, porque la gente di-
sobre la realidad d e rivadas de nuestras
teorias, paTa determinar qué confianza
podemos depositar en éstas, es decir, has-
ta qué punto pueden explicar los renóme-
fiere en sus apTeciaciones. Necesitamos
un medio más preciso y fiable de determi-
nar las alturas si hemos de hacer compa-
raciones v~lidas.
1
I
11,
nos políticos. Esas expectativas se han Lo que ·debemos t..1Icer es convertir la
expresado en rorma de hipótesis, que pre- variable altura a los términos de algún I!
,1
dicen ciertas relaciones entre las varia- instrumento de medida que pueda utili-
bles que re presentan los conceptos conte- zarse para obtener indicaciones preci~ y
nidos en la teoría. El objeto de este capí- normalizadas sobre el grado en que las
tulo. _e s exponer la manera de imaginar distintas plantas de maíz poseen esa ca-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
0fJ /o abstracfo a lo ~to • «
I
racteristica_ Podemo.<: hacer que la altura obtenemos con la cinta ~trica, las medio I
venga representada por un indicador. das producidas por el indicaoor que, se·
como lon~jtud en pulgadas, y medir las
plantas con una cinta métrica_ Las lectu- repto. ,.
gUn hemos decidido, representa eh'!'t on-

ras con ésta obtenidas Se convierten asf en Esto significa que nuestras com~cio_
los valores que asignamos a las plantas nes sólo pueden se. exactas en la m~ida
en función de la variable altura, y son en que los indicadores escogidos reflejen
~tO$ valores m que realmente compara- el concepto que tratamos de medir. Si no
mO$ al tratar de evaluar la exactitud de hemos operacioll81izado adecuadalnente
ntlestra predicción : que el crecimiento se· nuestros conceptos. la relación entre los
rá mayor en un campo que en otro_ indicadores puede no ser un reflejo fiel de
y así, hemos pasado del concepto abs- la relación entre 105 conceptos que aqué_
tracto crecimiento a la variable altura: y llos deben representar. Y si es así, será
de ésta al indicador lonAitud en pu/Aadas. errónea cualquier conclusión que extrai-
Esta transformación es lo que se lla ma gamos de nuestras observaciones sobre
operacionalización, pues hemos reducido los conceptos O la teoría de que forman
un concepto abstracto a un conjunto de parte.
valores que pueden obtenerse mediante La figura 4.1 ilustra esta situación_
operaciones especifkables. Por último, Nuestra teoría plantea una relación entre
hacemos comparaciones con arreglo a las dos conceptos abstractos. Nuestra hipóte-
cuales estimaremos la exactitud de nues- sis predice una relación entre dos varia-
tra hipótesis sobre el crecimiento relativo b'es empíricamente observables, que re-
comparando los valores resultantes del ducimos a indicadores mensurables, y
proceso de medición (en este ejemplo, las nuestras observaciones revelan una rela-
lecturas obtenidas con la cinta métrica). ción (o falta de relación) entre dos conjun-
Cuando hablamos de observación en tos de valores en esos indicadores. Evi-
·una investigación, nos referimos al p.oce- dentemente, sólo podemos inferir alguna
so de aplica. un instrumento de medida cosa sobre la realidad de la relación teóri-
para asitnar valores de alguna caracterís- ca si las variables representan con exacti-
tica o propiedad del fenómer.o en cues- tud los conceptos y los indicadores repre- .
tión a los CMOS e$tudiados. En otras pala- sentan con exactitud las variables. La
bras, la observación significa utilizar un operaciQna!izaciOn &upone casi ;nevi(able-
instrumento para medir un rasgo o com~ mente alguna simplificación o pérdida de
portamiento_ significado, porque los indicadores rara-
Es importante comprender este punto, mente renejan todo lo que queremos de-
porque aclara el signiracado de la opera- cir con un conceptO. Casi siempre hemos
cionalización y la medición en el proceso de aceptar alguna pérdida de signiflCado.
investigador. Nunca podemos comparar pero necesitamos operacional izar de tal
verdaderamente los conceptos, aunque se modo que esa pérdida se reduzca todo lo
formulen en conceptos nuestras teorías y, posible. Tenemos que buscar indica4Pres
con frecuencia, los interrogantes de nues~ que reúnan un rruiximo de significad; del
tra investigación. Lo que comparamos son concepto y representen al menos al ~nOl!l
indicadores de conceptos. En nuestro aspectos de nuestros conceptos ~ la
ejemplo, no podemos comparar el creci· mayor fidelidad posible.
miento de las plantas en los dos maizales; Podemos ver lo que todo esto implica
sólo podemos comparar las lecturas que en nuestro ejemplo agrícola, Una vez que
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
70 Análisis poIitico empírico
r
TEORIA:
¡
EI~olt_'~~mnt'l~oB
¡ ¡ ,
1
HlPOTESIS;
¡
L.a vari llble a eJtli relaciol'lada mn la variatW: ..
¡ ¡ ¡
HIPOTESIS DE TRABAJO: El ind~OI'" 1 esti relacionado con ,,( inckadac :1
¡ ¡ ¡
OBSERVACJON (MEDICIONl: Valn,..,s en Valores en '
in<!iCBdOl'" I indimdcw 1

FIGURA 4. 1. Opetacionalizaciótl: las rel4Ciones de conceplo. variable y medid• .

hemos iniciado la investigación, compro- por el instrumento de medida empleado


b aremos que en el concepto «crecimien- como por la altura real de la planta. Los
to.. hay algo m as que altura, y que el indicado..es no representarán con exacti-
indicador .. altura en pulgadas," no recoge tud nuestra varlüble. -
plenamente lo que deseamos medir. Por Con este tosco ejemplo se verá por qué
ejemplo. puede suceder que la magnirud es crucial la operacionalización para con·
d e crecimiento sea sustancialmente dis- trastar la teoria y para el proceso de
tinta en los d os cam pos, pero que toda la investigación en general. No es fácil ex-
dife rencia radique en e l diámetro de tOs plicar la manera de obtener una operario-
tallos, la a nchura de las hojas y el peso de nalización adecuada. porque para selec-
las mazorcas.. sjn que 'Ia altura de las cionar variables que representen los COD-
plantas sea sensiblemente d istinta en los ceptos e idear indicadores q ue correspon-
dos maizales. En e se caso, si sólo conside- dan a las variables hace fa lta no ' poca
rarnos la a ltura al eva luar los efectos del capacidad creadora, y no podel1lO:!l redu-
abono, nos engañaremos gravemente por_ cir nuestra explicación a un conjunto de
que el vínculo entre e l concepto (creci- normas cuya fiel aplicación produzca in-
miento) y la variable que lo representa defectiblemente buenos resultados. Lo
(altura) es imperfecto. L a variable aquí que podemos hacer es indicar algunos de ,
utilizada no operaáonaliza plenamente el los escollos que han de evitarse en cl I,
concepto que representa. No encierra ta- proceso y la manera de evaluar la idonei-
do el signiítcado que contiene el concepto,
y a l emplearla nos engañamos respecto a
dad de las operadonalizadones una vez
que han s ido seleccionadas. Es lo que l'
I
la relación que existe en el mundo real. hacemos en las secciones de este capítulo
El n exo entre variable e indicador tam- que tratan de la medición.
bién puede ser imperfecto. ·Supongamos
que operacionalizamos la altu:-a como la
longitud en pulgadas indicada por una Def'micioDCS operacionales
cinta métrica y enviamos a cuatro ayu.
dantes a que midan las plantas en el Pero antes de ocuparnos de la medición
campo. Si e rróneamente les damos cuatro en ciencias sociales, debemos considerar i
cintas m é tricas que están calibradas de lo que supone la operacionalización de un I'! "
manera direrente, las me didas que obten- concepto. Se realiza ésta mediante la es-
gan no proporcionarán sino una compara-
ción inexacta entre las alturas de las plan-
pecificación de un conjunto de procedi-
mientos que se han de seguir o de opera- I
ciones que se han d e efectuar para ob'e--
tas, porque vendrán de terminadas tanto
I
',1
"
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
De /o abstraclo 8 lO calCfeto 71 e
e
ner un indicador empírico de la manifes-
tación de un concepto en un caso determi-
punto en secciones subsiguientes de este
capitulo).
e
nado. Y así, estos procedimientos propor_ La reflexión sobre el siguiente ejfmplo e
cionan una definición operacional del hipotético servirá para apreciar I_~ que e
concepto y su correspondiente variable. implica el desarrollo de una defrrución
El proceso de operadonalización se redu- operacional. Supongamos que una'" uni-
ce esencialmente a seleccionar definicio- versidad le ha contratado para que evalúe
nes operacionales de los conceptos. los efectos de las bebidas no alcohólicas
Para que sean útiles (esto es, para que azucaradas en el rendimiento escolar de
aporten medidas válidas y fiables de los alumnos, con el fin de determinar si se
nuestros conceptos), las definiciones ope- han de retirar del campus las máquinas
racionales deben indicarnos de manera distribuidoras automáticas. Esencialmen-
precisa y explícita lo que hemos de hacer te, esta tarea consiste en comprobar la
para determinar qué valor cuantItativo hipótesis siguiente:
debe atribuirse a una variable en cada
caso dado. Han de especificar, paso a Cuanto mayor es el nUmero de bebidas
paso, todo lo que se ha de hacer en el no alcohólicas azucaradas que CODsume
proceso de medición. un estudiante, menor es la calidad de su
Hay por lo menos tres motivos para ser rendimiento escolar.
precisos en esto: en primer término, tene-
mos que estar en condiciones de decir a Para comprobarlo, tendrá que construir
¡, los demás exactamente lo que hemos he- definiciones operacionales de los concep.-
1I cho para obtener nuestras medidas, a fin tos clave consumo de bebidas no alcohóli-
11 de que puedan evaluar nuestro trabajo y cas y rendimiento escolar. Simplifique-
1, repetir quizá nuestro estudio para verifi- mos imaginando que decide asignar la
!:. car sus resultados en otro marco de expe- variable nota me(ba. al concepto rendi-
rimentación. En segundo lugar, si tene- miento escola.r, y que el otro concepto
mos ayudantes que obtengan la informa- clave viene representado, a elección
ción, las instrucciones que les demos ha- suya, por las respuestas que den los estu-
brán de ser lo bastante det&lIadas y preci- diantes a una pregunta directa sobre su
sas como para que cada uno de ellos propio consumo de bebidas no alcohóli-
realice la medición exactamente del mis- cas. Después de escoger a los colegas y
mo modo que los demás. Si nuestras ins- estudiantes que ha de incluir en el estu-
trucciones son vagas y nuestros ayudan- dio, deberá idear un procedimiento para
tes actúan de manera un tanto diferente obtener las medidas apropiadas. e instruir
para obtener las medidas, sus resultados a sus ayudantes sobre el modo de aplicar-
no serán comparables y no podremos ex- lo. Para obtener los datos sobre la varia-
traer conclusiones válidas de ellos. Por ble dependiente (rendimiento escolar),
último, una indicación, precisa y porme- tendrá que especificar dónde pueden en-
norizada del modo de operacionalizar las contrarse las puntuaciones que haya,n de
variables nos ayudará a evaluar los resul- aplicarse, cómo se ha de calcular la'ftota
tados que obtengamos y a eliminar las media y cómo registrar esa információn
explicaciones rivales en que esencialmen- en un formulario. Para obtener una ~i­
te se aduzca que los ~ hallazgos" se han da de la variable independiente, tendrá
producido por los defectos del proceso de que indicar con precisión las preguntas
medición. (Nos extenderemos sobre este que deben hacerse y especificar exacta-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
72 Análisis poIitico empírico

mente la manera de registrar las divel'sas hemos de incluir. Por ejemplo. podremos
respuestas posibles a dichas preguntas. optar por incluir solamente tos registrados
Cuando en su investigación elabore las en votaciones donde hayan votado como
definiciones operacionales de las varia- mínimo dos tercios de los legisladores y
bles, deberá tener por norma formular donde la posición perded!)ra haya obteni-
por escrito una descripción de los procedi- do no menos del 30 por ciento de los
mientos que vaya a seguir para obtener votos, para centrarnos únicamente en las
las medidas, con indicación pormerioriza- cuestiones controvertidas.
da de los diferentes pasos necesarios. No Tenemos que establecer también el
• sólo le proporcionará esto un registro de . modo de idear un procedimiento que nos
su investigación y asegurará la normaliza- permita determinar cómo ha votado una
ción de los procedimientos de medida, mayoría del partido. para clasificar los
• sino que además le dará una oportunidad votos de cada miembro en acordes o dis-
de reflexionar sobre el acto de obtención crepantes con la posición de esa mayoría.
de las medidas, permitiéndole descubrir Tendremos que decidir cómo vamos a
posibles errores que podrían malograr la tratar las abstenciones: ¿las consideramos
fiabilidad de los resultados. como una falta de apoyo al partido, o las
Supongamos que queremos medir el excluimos de nuestro cálculo? Además,
grado en que los miembros de los dos habremos de concretar un procedimiento
partidos principales apoyan a su propio que sirva. en primer lugar. para calcular
partido en la legislatura de un Estado. los porcentajes de los votos afirmativos de
Podemos operacionalizar el concepto uni- cada legislador, yen segundo lugar, pata
dad del partido como votación conjunta obtener el promedio de aquél1os.
en el registro de votos, y utilizar luego En cada operacionalización tendremos
como indicador votación conjunta el por_ que tomar decisiones similares sobre el
centaje del promedio de votos de los procedimiento exacto a seguir para obte-
miembros que coinciden con los de la ner las medidas. Una definición operacio-
mayoría de su partido. Pero si hemos nal completa revela cómo hemos decidido
decidido hacerlo así, nos encontraremos afrontar esos problemas y no deja am.bi-
ante una serie de opciones críticas en el güedad alguna sobre lo qUe realmente
momento de operacionalizar realmente hemos hecho al tomar nuestras medidas.
nuestra variable. La construcción de una definición ope-
Podemos obtener información sobre el racional permite elaborar un instrumento
voto de cada legislador en los registros de con el que obtenerlas. En las ciencias
la legislatura, pero después tendremos físicas, se utilizan instrumentos tales co-
que decidir qué votos hemos de incluir en mo balanzas. fotómetros y micrómetros
nuestro cálculo de entre los muchos regis- para obtener indicadores del grado en
trados. Algunos de ellos son unánimes que las cosas poseen cierta propiedad. En
(como. por ejemplo, cuando se trata de la las ciencias sociales los instrumentos de
proclamación de alabanza de un héroe medida a.doptan formas diferentes. Entre
nacional) y no reflejan la unidad de parti- los más característicos figuran: una serie
do porque no implican posiciones parti- de preguntas en un cuestionario; instruc-
distas. La inclusión de todos los votos ciones sobre la manera de hacer y regis-
reduce el grado en que nuestra medida trar observaciones de ciertos hechos, co-
reneja el concepto. Debemos establecer mo, por ejemplo. un debate en la asam_
criterios para seleccionar los votos que blea de las Naciones Unidas. y un coojun-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
e
De lo abstracto a /o concreto 73
e
to de números que han de tomarse de un Esto significa, simplemente, que podemos e
libro de consulta y las reglas para combi-
narlos en una medida.
hablar con más precisión del grado ~I) que
una unidad de observación deternJhada

~

La adecuada instrumentación es tan (por ejemplo, una persona, una c¡pdad, e


importante en las c'iencias sociales como una nación o una organización) manf,liesta
en las ciencias físicas. Del mismo modo la propiedad presentada por la variable
que no intentaríamos medir el peso con que se mide. En vez de decir que una ,•
una regla, no trataríamos de medir la
alienación política con una serie de pre __
ciudad tiene un .. agudo problema de cri-
minalidad», podemos hablar de índices
•,
guntas que no revelaran el grado de alie- concretos de criminalidad; y en lugar de ••
nación que se siente. En la sección si- decir que un hombre o una mujer es ~
guiente, ;:tI ocuparnos de la validez y fIa- "ferviente republicano (o republicana),.,
bilidad de las medidas indicaremos algu- podemos decir que ha alcanzado un 5 en
••
nas formas de comprobar los instrumen- nuestra medida de la fuerza de identifica-
tos elaborados en el proceso de operacio- ción con el partido.
nalización para adquirir una mayor segu_
ridad de que miden aquello que desea-
mo,. Niveles de medición

Los procedimientos de medición pro-


Medición porcionan un medio de clasificar y orde-
nar los fenómenos, pero no todos produ-
Operacionalizamos las variables para cen distinciones igualmente precisas y de~
contar con un medio de cuantificar los talladas entre los hechos. Por eso habla-
conceptos abstractos, de modo que poda- mos de varios niveles de medición.
mos hacer comparaciones significativas Cuando decimos que un procedimiento ~
entre fenómenos del mundo real en fun- produce un determinado nivel de medi- ~
ción de las propiedades que esos concep- ción, lo clasificamos con arreglo a la canti-
tos sugieren. Esta asignación de números dad de ¡nfoonación que nos proporciona ~
que representan propiedades se llama sobre los fenómenos que se miden y las (
medición 1. El resultado de ésta es que relaciones entre- ellos. Los niveles de me-
tenemos un valor que podemos asociar dición se denominan nominal, ordinal y (
con alguna variable en un caso dad0 2 • de intervalo.
La medición nominal es la que pro·
e
, Esta definición de medición se desarrolla en
porciona menos información sobre los fe- e
N()J"INln CampboeU. What '" Science? (Nueva York: nómenos. Sólo nos da un conjunto de e
Dove r. 1952), p. 110.
2 Es e-encia! que distingamos entre una variable
categorías separadas que utilizamos al
distinguir entre los distintos casos. La me- e
y Sus va/ore!$. Reconocemos una variable por su
capacidad de adoptar diferentes valores. La varia-
dición nominal se obtiene simplemente e
ble e li un concepto traducido en términrn; empíricos:.
U.o valor es una magnitud O cualidad de la variable
nombrando los casos mediante cierto es-
quema de clasificación predeterrnmado.
e
que puede n reflejar diSlinto& casos. Por ejemplo, 23 La nacionalidad se «mide_ generaltnente e
años es un valor de la variable edad; 25.000 dólares
es un valor de la variable renta anual; 12 por ciento
en el nivel nominal clasificando a 101 indi-
viduos en británicos, suizos, brasileños,
e
es un valor de la variable porcentaje de población
nacida en e l extranjero, y ~alt •• es un valor de la f"tcétera. Esta «medición ... no nos dice en e
variable condición socroeconóm>ca. qué proporción poseen la característica

4
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
74 Ana/is;s poIitiCo empírico •

~ nacionalidad .. los diferentes individuos


ni nos permite ordenarlos por grados. El
empleo de la medtcmn nominal tan sólo
nos sirve para agrupar los casos con arre-
categoría demócrata por UI) 1, DO .pode-- -
mas suponer que los republiaUlos están
cinco veces m ás afiliados a su partido que
los demócratas. Cua lq uier categoris de
,
glo a los nombres utilizados en el esque-
ma d e clasificación.
Para que tengan utilidad, los esquemas
una medición nominal puede sustituirse
por un número siempre que a cada cate-
goría se le haya atribuido Wl único número.
I
de medid6n nominal deben estar basados La medición ordinal aporta más infOT*
en conjuntos de categorías que seAn mu- mación, pues no 561" permite clasificar los
tuamente acluyentes y 'e olectiva- fenómenos por cate gorias, sino también
mente exhaustivas. Esto significa que ordenarlos por grados. Con ella podemos
1) no será posible asignar ningún caso a asociar un número a cada caso. Y este
más de una categorla, y 2) las categOrias número no solamente nos iooK=a que e l
de berán establecerse de maneTa que to- caso es d iferente de otros. e incluso con
dO!J tos casos puedan asignarse SI alguna respecto a la va ria ble que se mide, sino
categoría. Si deseamos clasificar a los vo- que además nos dice cómo se relaciona
tantes de los Estados Unidos media nte un con esos otros casos, esto es, en qué pro-
esquema de medición nominal, no podre- porción manifiesta poseer una propiedad
mos utilizar con éxito las categorlas dem6- determinada. Con la medición ordinal po~
crata . republicano, liberal y conservador demos decir qué casos tienen la cualidad
porque e stas categorías no !IOn · mutua- medida en mayor (o menor) proporción Ji
mente·e xcluyentes. Como los partidos po- que otros, y pode mos ordenar los casos
líticos norteamericanos apelan a un am- con arceglo al grado en que rDanuJeStan
plio espectro de votantes, es posible que esa cualidad. Esta clasificación proporcio-
una persona sea a la vez demócrata y na una información más detallada y precio
conservadora o ·liberal, o republicana y sa sobre los casos que la que obtendria-
conserva dora o liberal. Las cat.egorías no mos con la medición nominal. El concepto
nos permiten diferenciar a los votantes en clase social se suele medir a nivel ordinal,
todos los casos. Del mismo modo., si trata- clasificando a los individuos por clase
mos de clasificar a los votantes por su baja, media y alta.
afiliación a un partido utilizando solamen- La medición de intervalo proporciona
te d os cate gorías. republicanos y demó- aún más infonnación . Cuando los casos se
c ratas, comprobaremos que nuestras cate- miden a e ste nivel, no sólo podemos clasi-
gori;ls no son colectivamente e )(hausti vas. ficarlos y orde narlos por grad~. sino de-
ya que a lgunos votantes se conside ra n a si cir también en qué proporción mayor (o
mismos independientes o mi<!mbros de menor) contie ne n la propiedad medida
otros partidos. respecto a los o tros casos. La medición
Para facilitar el análisis, probablemen- ordinal no se bElsa e n ninguna unidad
te tendremos que sustituir cada categorla normalizada de la variable en cuestión, ni
poi" un mimero en el esquema de medi- nos dice qué dife rencia existe entre unos
ción nominal. Pero hay que tener en casos y otros con re lación a la variable.
CUf:f'daI - y esto es impoftant~ que tales Sólo permite afitmal" que algunos son más
Dámetca no timen signifitado real en Ñ e armes que otros. lA medición de intervalo
lU""": sao sImpIemeote súnbob. Por se funda en la idea de que hay alguna
el simple hec:bo de haber optado p:Ir susti-
tuir la ca!egtJrta republicano por un 5 y la
unidad normaliuda de la propiedad que
se mide. •

MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
~
------
lk Jo abstracto a /O COIICHJto 15
....... _.. t
Mientras que las medidas ordina~ se).. ponda e l cero a un caso determinado. En t
lo dan una-idea aproximada de la relación
entre los casos con respecto a una varia-
una escala ord inal, el punto (cro no'tiene
sentido, por lo que no cabe afirmal. po.-
e
ble, las medidas de intervalo proporciO- ejemplo, que las personas de dase alta t
nau información sobre la ·,distancia _ en-
tre los casos. La variable renta es un claro
tengan do!! veces más .. clase. que·-las de
clase baja: no sabemos lo que significa no
••
ejemplo de ello. Generalmente la renta se tener rango de clase, ••
mide en unidades de moneda (dolares y Sugiere esto un punto imponante sobt-e
los niveles de medición. La fonna de me-

centavos en los EstadDS Unidos). Como
podemos utilizar unidades normalizadas dición nomina l es la de menor utilidad •
en nuestra medición, podemos decir que cuando tenemos que comparar los fen6- •·
la diferencia de renta entre 10.000 y
11.000 dólares anuales es exactame nte la
menos. Si la utilizamos cuando podemos
aplicar un nivel de medición .. superior.

misma que entre 50.000 y 51.000, cosa (más preci50), probablemente des.aprove- •·
que no podemos hacer con la medición
ordinal. Si medimos la rent!ll ordinalmen-
charemos una información potencialmen-
te valiosa. Si en un estudio. sobre el com-

te dividiendo a la gente en categorías portamiento de voto nos limitamos a clasi- •
tales como de renta inferior a 5.000 $ y
entre 5.000 y 9,999 $, podremos··decir
ficar a los individuos en republicanos.
independientes y demócratas cuando po-

que una per50na tie ne más o menos renta demos formular un conjunto diferente de •
que otra, pero no podremos decir ex,.cta-
mente qué diferencia de renta hay entre
preguntas y obtener una clasificación.con
arreglo a su mayor o menor identificación

ambas, pues ignoramos en qué punto que- con un panido, es muy posible que pres- •
da comprendido en la categoría un indivi-
duo <Jado. La diferencia de renta entre
cindamos de una información que nos
ayude a comprender las relaciones que

una persona de la categoría 1 (menos de observamos. La medición de nivel ordinal •
5.000 $) y una persona de la categoría 2
(de 5.000 a 9.999 $) puede ser tan sólo de
es más provechosa que la nominal, pero
también tiene sus limitaciones. La forma

un dólar (5.000 menos 4.999) o de hasta de medición más conveJÚente es la de •
9 .999 $ (9.999 menos 0), según sea su intervalo, no sólo por el grado de detalle •
rentn exacta, pero no podemos hacer esta
distinción paniendo de una medida ordi-
de la información que proporciona , sino
también por los procedimientos matemá- •
nal. ticos que nos pennite aplicar a los datos •
Además de ofrecemos informacion pre- que poseemos. (Nos extenderemos sobre
,•
cisa sobre las d iferencias absolutas entre este aspe<:toen los capítulos 17. 18 Y 19).
los casos, la medici6n de intelVakl permi. Lo cierto es que, mientras sea posible y ••
te formular enunciados exactos sobre las adecuado. d ebemos esforzarnos para que
nuestras operacionalizaciones permitan la
••
diferencias ¡elativas entre los conceptos.
Por ejemplo, podemos convenir en que medición d e intervalo. Pero ¿cómo saber ••
una población de 50.000 personas es do-
blemente numerosa que una de 25.000,
el nivel de medición que es apropiado
para los conceptos que hemos de qpera-
••
porque se puede hablar, no sin razón, de cionalizar? Para ello nos serviremosge la ••
un lugar que no tenga población alguna: conce_ptuallzaóón y de la tecnología:ode la ••
en las verdaderas medidas de intervalo medición.
existe un punto cero. y es por lo menos
concebible que en tales medidas corres-
Al abordar en nuestra inv~sti&ación la
etapa de construcción de la teoria, debe-
••
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

JnO!l preguntarnos a nte todo si existe a lgu- con relación a los demás. Pero a l a nalizar
na constante subyacente en las diferen- nuestro razonamiento, concluire m os tal
cias que observa m os e ntre los casos. En vez que si suponemos relacionada la 03-
caso afinnativo. podemos idear medicio- cionalidad con e l a poyo a un grupo políti-
nes ordinales e incl uso de interva lo de un co es porque los países de origen difieren
concept o que , d e otro modo, sólo podría e n cuanto a las oportunidades de partici-
medirse por cla sificación nom inal. Un pación política que d an a su s ciudadanos.
ejem p lo contr ibu irá a acla ra r la importan- Podem os pensar que qu ~nes ha n tenido
cia de e ste punto. escasa experiencia sobre la política demo-
S upongamos que estamos estudiand o crática en su tierra natal serán más pro-
los e fectos d e la nacionalidad de 10$ inmi- pensos a renu nciar a su derecho de a uto-
grantes en su grado de apoyo a los grupos nomía .en fa vor de un líder político . Si
políticos de las gra ndes ciudades d e E sta- podem os seguir este razonamiento y clasi-
dos U nidos a principios d el siglo xx.. Si ficar las naciones de 'origen con arreglo al
operacionalizam os la nacionaltdad a n ivel grado de participactón politica q ue conre- .
nominal y clasificamos e l apoyo a l grupo den a sus ciudadanos. podremos construir
político en los distritos electorales urba- un gráfico como el de la figura 4.2b,
nos. obtendremos un cuadro como el pre- donde se a precia una relaci6n entre la
sentado en la figura 4 .2a. No existe rela- nacionalidad ' y e l apoyo al grupo político.
ción aparen te entre la n acionalidad y e l La ordenación por categorías en n uestra I
• comportamie nto d e voto po:rq ue e l hecho variabie independiente permite descub rir
• de conocer b naciona lidad domin a nte en u na pauta en su relación con la variable
un distrito no nos sirve para clasificarlo dependie nte.
• 1:
• Nacionalidad domi"a"te
en el di". ,;t" ~IecI()I"a!
•• NlItcionahdad (ordellad. po<" el I Cado
dorninanIe e n e l de p,niapaci6n ..... ""'-
•• diotrilD "'CKtoral pe .. dot oricon)

•, B.rlLOnka J
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, F IGU RA 4.2. Ejem plo de la innuenci.. del nivel de m e dición e n la inte rpretación dtJ I~ datos.
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. (,
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MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

De /o abstracto a lo concreto 71

Si somos los bastante animosos, pode- la clasificación nominal hombre o mujer


mos incluso elevar nuestra medición de la que hallamos en los registros de afilieción
variable independiente a un nivel de in- a los partidos. 1';.,
tervalo. Por ejemplo, podríamos contar Debido a estos factores circunstiklcia_
las disposiciones jurídicas favorables a la
participación política que se adoptaron en
les, es difícil establecer reglas sollce la
operacionalización de los conceptos que
•,
cada país en cuestión en los años inme- permitan lograr ciertos niveles de medi- •,
diatamente anteriores al comienzo de la
emigración efectiva a los Estados Unidos,
ción. Hay una, sin embargo, cuya aplica-
ción nos parece aconsejable, y es la de W.
•,
y utilizar las cifras obtenidas para clasifi_ Philips Shively3. Recomienda éste que •
car las nacionalidades según una escala utilicemos las medidas más precisas que •,
de intervalo, haciendo comparaciones
aún más precisas entre las variables inde-
permita el tema objeto de estudio y que
no desaprovechemos información con me-

pendiente y dependiente. diciones imprecisas. Por 10 general, esto •,
Podremos lograr esa elevación de las
variables del nivel nominal al nivel ordi-
quiere decir que elevemos los procedi-
mientos de medición cuanto sea posible

nal o de intervalo siempre que elabore- para alcanzar niveles superiores: que no •
mos la base teórica necesaria para ello y
tengamos la posibilidad técnica de aplicar
acometamos una operacionalización que
conduzca a una medición nominal cuando

los procedimientos que producen las me- sea teóricamente defendible y técnica_ •
diciones de nivel superior. Aun cuando
podamos conceptualizar la nacionalidad
mente posible la medición ordinal o la de
intervalo;

en términos de intervalo, en nuestro Dicho esto, hemos de añadir una salve- •
ejemplo, es posible que no tengamos ac-
ceso a los registros jurídicos necesarios
dad a la regla general. Hay casos en que
realmente no conviene ser demasiado

para situar los países en la escala de inter- exactos en la medición. Shively ofrece un •
valo. En este caso, la tecTlologí8 de la
medición limita nuestras posibilidades de
ejemplo de ello, que recogemos, adapta- •
do, en la figura 4.3. Come vemos en él, la
acción al tratar de reforzar nuestras medi- relación entr~ la edad y el voto en las •
das. Probablemente nos encontraremos
con muchos casos semejantes. Por ejem-
elecciones presidenciales de 1968 se pre- •
senta de dos modos diferentes. En la figu-
plo, si estamos investigando la relación ra 4.3a la edad se mide en años, y como •
entre el sexo y el comportamiento de son tan escasos los individuos comprendi. •
voto, y sostenemos que la masculinidad es dos en cada grupo de edad (por ejemplo,
una característica que la gente posee en 21-22,35-36, 50-51), el gráfico no mues- •
varios grados (el menor de los cuales co- tra una pauta clara en la relación entre •
rresponde al sexo femenino), en principio
podremos clasificar a las personas según
ambas variables. En la figura 4.3b la
edad se mide, con menos precisión, de

una escala de masculinidad ordinal o de cinco en cinco años, y como hay más casos •
intervalos si establecemos un conjunto de
preguntas que revelen en qué proporción
en cada grupo, podemos ver que existe
una pauta amplia en la relación, dorjde la

poseen esa cualidad (si la poseen). Pero si •
carecemos ·de los fondos necesarios para
realizar una encuesta en la que la gente
•·
pueda responder a esas preguntas, lo más
3 W. Philips Shively, The Cr(JfI" o( rolitiCII./ Re-
sc.rch, 2,"..d. (Englewood Cliffs, N. J,: Pre ntice- •
probable es que tengamos que recurrir a Hall, 1980), pp. 66, 80.
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
78 Análisis político empírico
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•, . . ,. I'
" !

FlGURA 4.3. Ejemplo del e(flCto de 18 a4ru¡HtCKm de datO!l en la interpretación ( W . PhiJip.


S h ;vcly, The Craft o( Political Research, 2." ed. Englewood Cliffl, N. J.: Prentit;e·HaJI, 1980,
, pp. 67-68. Reproducción IJutoriJ!!.adll).

¡
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

08 lo abstracto a lo CCfICfeIo 79
c:
e
probabilidad de voto aumenta a los 50 -zación enlre kIs indicadores y las vana_ e
añal! y a panir de ahí tiende a di~minuir.
Al renunciar un tanto a la exactitud en
nUestra medición: hemos ganado una
b"".
Supongamos, tomando un ejem'plo so-
bre el estudio de las relaciones intetnacio-
..
••

mayor facilidad de análisis. El trueque
será provechoso siempre que, por un ex-
ceso de imprecisión, no perdamos nueva-
nales, que estamos interesados eh una
teoría de la dominación en la esfeiá'inter-
nacional. Partiendo de"la proposici6n teó-
..--.
mente de vista las ~Iaciones. Si medimos
la edad de 20 en 20 anos, advertiremos
poca diferencia en el porcentaje de cada
rica Cuanto más dominada esté una na-
ción, máa Gonformista sera su politica eJ:-
terior, podemos formular la hipótesis A
..

grupa de edad que vota, de lo que podria-


mos deducir erróneamente que la edad no
medida que aumente la dependencia eco-
nómica de una nación, aumentará su .--
gur.¡ Ja relación con la probabilidad de _apoyo a la politiC/l intemaciorW del esta-
.
voto. Como, en genernl, hasta que no
procedemos al verdadero aruilisis de los
do protector. Podemos operacionaJizar la
dependencia econ6mica como e l porcen- ..-

datos no sabemos qué precisión será nece-
saria para descubrir las relaciones, debe-
taje de la$ exportaciones de la nación
dirigidas a l país protector. El porcentaje
de las exportaciones pasa a ser nuestro
.
remos seguir la regla de operacionalizar lO
nuestros conceptos 'con la mayor exacti- indicador de la veriable independiente
tud posible. Siempre podremos prescindir dependencia. El apoyo puede medirse
de la precisión que nos parezca inne;cesa- poi" el porcentaje de votos emitidos en la lO
ria _abatiendo las categorías 4 (pasando a
unidades de difere~iación más amplias);
Asamblea General de las Naciones Uni-
das en que el voto de la nación cliente
..-
.•-
pero si no empezamos por reunir la infor- difiere del voto del estado protector_ Un
mación, no podremos recurrir a ella más porcentaje de votos en las Naciones Uni-
adelante. das viene a ser nuestro indicador de la
variable dependiente apoyo él la poIitica
del estado protector. Ahora podemos es-

Hipótesis de trabajo tabJecer una hipótesis de trabajo que •
enuncie la relación negativa que espera- •
La medición asigna ciertos valores a los mos exista entre los indicadores: A medi-
casos con respecto a determinadas varia- da que aumente el porcentaje de las ex- •-
bles. Estos valores son los que utilizamos portaciones djri~;das al estado protector,
para representar los conceptos ruando disminuir,{¡ el porcentaje de voto.s discre-

comparamos las observaciones. Y para pantes con el estM10 prctectM en las Na-


•·
comprender las implicaciones que éstas ciones Unidas.
tienen en nuestras teorías, hemos de con- Esta hipótesis de trabajo nos indica las
vertir las hipótesis sobre las relaciones observaciones que son acordes con nues-
entre variables en hipótesis de trabajo, tra hipótesis y nuestra teoría. Sugiere, •
donde a su vez se enuncian las relaciones además, la relación que prevemo.~'entre
que esperamos hallar entre medidas o variables e indicadores. Esta relack>n es
••
indicadores. La penúltima línea de la fi- la presentada en el diagrama de lá~gura •
gura 4 .1 sugiere la fonna que adoptan las 4.4. . :1 ••
h ipótesis de trabajo. Estas nos obligan a Se ve en el diagrama -lo import8nte que
establecer 105 vínculos que, según cree- es analizar detenidamente lu relQ(:ión en- •·
mos, ha producido nuestra operadonali- tre nuestras medidas y nuestras variables.


MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

CONCEPTO: Dominación _ _ PROPOSIClON, CUllnto más dominada-+ CONCEPTO, Conformidad

ronforme .r.
esté URa nación poir ot ..... m¡ís
$U poIit;a, enerior
11 la de l-. nación dominante.

... medida qll(' aumenta A medidll qll(' lIumenta


el c0ftOe?tO. IlUmenta el concepto, lIumenta
la vari.ble. 111 v40riable.
¡ I
VARIABLE : Gmdo de - - - HlPOTESJS, Cuanto mayor sea e l _VARIABLE: Apoyo a la
dt-pendencia grado de dependencia econÓmiclI, política el<terior

I
econócniu major Mlrá el apoyo a la política
el1er;(lr de la nación protectora.
del protectQf"
I
A ",.,..tid, que "I<nenta A medida <lve III.IJfM!'Uta
la vanab$e • .oumen(a la variable. di3m;ntI}'f'
el indOcador. el indiClldor.
I I
INDICADOR: Ptm:entaje--HIPOTESIS DE TRABAJO: Cuanto_INDICADOR: PQ'rcentaje
de exponaeiones al mayor te. el porcentaje de las de vota. de las NU
prott:C:tQf expon.aeiol1es Qe Wla nación contrarios al voto del
diri&ida.t al protector. menor será protector
el poro::entaje de votos d e esa
nación emitidos en las NU que sean
contrllro a l voto del protector.

~ FIGURA 4.4 . EspecirlCllCión de las I'elacione:J e ntre r:onceptos. vltrittbleil e indicadorew.

La re lación prevista en la proposición y tos en ciencia social, a demás de nuestras


en la h ipótesis es positiva; pero la que se teorías sobre los fenómenos políticos, de-
predice en la hipótesis de trabajo es neta- bemos ser capacel! de formular una teoría
tiva, porque t ambién es negativa la rela- de la medición donde se indi.que por qué
ción entre la variable dependie nte y su esperamos que nuestros indicadores estén
indicador. Quiere esto decir que, debido relacionados con nuestros conceptos".
al modo en que hemos operacionalizado ¿Por qué pensamos que la dependencia
la variable dependiente. una re lación ne- económica ha d e estar relacionada con la
gativa entre los indicadores aportará concenh'ación de exportaciones? ¿Cómo
pruebas para una hipótesis y una proposi- es que la distribución de las exportaciones
ció n teórica que prevé relaciones positi- viene a reflejar lo que queremos decir al
vas entre los conceptos y las variables. referirnos a la dependencia? E s este tipo
H emos de tener esto presente p ara evitar de preguntas el que ayuda a responder
una inte rpretación errónea de los datos y una teoría de la medición bien elaborada.
llega r a conclusiones correctas sobre la
utilidad de nuestra teoría partie ndo de
nuestras observaciones. • Vealle'. por ejemplo, Hube« M . Bl;Uodt. Jr.,
Es tan importante la claridad requerida .TIle Measur-emenl ProbIem.: A Gap BetweesI the ,
Lan¡uages of ~ and Rnearc:b •• 1M MethodD- :~
e n la relación e ntre nuestros indicadores •
togy in Socilll R eJIJt-u.. Hubm M. Bla.Iock. Jr. '1 "
y las variables y los conceptos que repre. Ano Blakldr, eds. (Nueva Ym: MdA..... Hill. ~, .

sentan que. E'n opinión de algunos exper- 1%8). pp. 5·27.

,
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
"" /o abstracto a /o concreto 81

La teoría de la medición está formada por entre nuestros indicadores o medidas, es


~upuestos que e!(plican por qué deben el problema central de la medición en la
cambiar los valores de nuestros indicaoo.. ciencia. El interrogante de si los cambios
,res a medida que cambia el grado en que productdcs en nuestros indicadores'¡¡be_
los casos manifiestan nuestros conceptos. decen realmente a los cambios en \os
Los indicadores no s~ puedW escoger
al azar, sino desplu~s d e un cuidadoso
conceptos que representan plante·a' los
problemas de fiabi lidad y validez que
"
razonamiento sobre la manera en que las abordaremos en secciones subsiguientes
cosas están relacionadas en el mundo. de este capítulo. Lo que importa retener
Este razonamiento elIi muy semejante al aquí es que la idea de una teoría de la
que seguimos al construir las teorías sobre medición apunta el modo en que debemos
los fenómenos políticos. Es posible que las enfocar estos problemas en nuestra inves-
conclusiones que alcancemos esté n equi- tiga..:ión.
vocadas. De hecho, las propiedades a que -Cada operac:ionalizacióo de un concep-
nos referimos cuando utilizamos un con- to es, en esencia, una hipótesis. Cuando
ccpto pueden no guardar relación con los operadona lizamos y decimos .. Este indi-
indicadores que decidimos emplear como cador corresponderá a ese concepto .. , for-
medidas empíricas de aquél. mulamos la hipótesis de que las cosas que
Volvamos a nuestro ejemplo del estu- queremos expresar al utilizar el concepto
dio destinado a detenninar si el consumo quedan verdade ramente reflejadas en el
de· bebidas no alcohólicas afecta al rendi- indicador escogido; y esa hipótesis vend'r á
miento e¡colar. Optamos por medir dicho . o no corroborada por las observaciones.
consumo mediante una sencilla encuesta Nunca podremos dar por supues~ la ido-
en la que se pregunta a los estudiantes neidad de nuestras medidas. sino que ha-
que cantidad de bebidas espumosas coo- bremos de examinar nuestras observacio·
sumen en un lapso determinado. dando nes con el fin de comprobar si represen-
por supuesto que dirán la verdad y que a tan lo que pretendemos con nuestros con-
los que beben más se les atribuirá en ceptos. En las ciencias sociales, la búsque-
nuestro indicador un valor superior que a da de procedimie ntos de medición validl'$
los que beben menos. Pero supongamos y fiables es, en muchos aspectos, un pro-
que las respuestas de los estudiantes a ceso de verificación de hipótesis. Debe_
nuestras preguntas dependeD totalmente mos estar dispuestos a admitir nuestros
de que hayan adivinado o no la finalidad errores y a volver 8 empezar cuando las
del estudio y de si quieren engañar a la pruebas indiquen que los indicadores no
universKlad respecto a la cantidad de be- reflejan nuesuO$ conceptos. La compro-
bidas espumosas que consumen. En este hacian de las medidas obtenidas se plan_
caso. el vínculo esperado entre la variable tea sobre todo cuando intentamos evaluar
y el indicador será inexistente, y no po- la validez y fiabi.lidad de los indicadores
dremos extraer válidamente ninguna con- que hemos escogido.
clusión de nuestras investigaciones acerca
de los efectos del consumo de tales bebi- ,
das a no ser que arbitremos alguna otra Error de medición: el enemigo i
medida distinta. .;.
E sta cuestión de si existe aJguna corres- Como resultado del proceso de _medi_
pondencia, por un lado, e ntre nuestros ción, se asignan diversos valores a los
conceptos y variables, y, por otro lado, diferentes casoe, con arreglo fI la califica_
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
82 Análisis poIi/ico empírico

ci6n que se dé a éstos en nuestros indica- y de manera directa y las diferencias que
dor~ Todas las diferencias de califica- advertimos cuando sólo miramos su ima-
ci6n pueden auibuirse a dos fue ntes fun- gen reflejada en Wl espejo. Este. en la
dame ntales. Una es la medida e n que los medida en q ue di!fonne las imagenes.,
casos demuestren poseer realmente dis- ocultará diferencias que veríamos por ob-
tintos grados o aspectos · de la propiedad servación directa, o creará una impresi6n
que nos interesa. Se producen diferentes de diferencia que de otro modo no perci-
calificaciones cuando las medidas obteni~ biríamos. En las ciencias sociale!, rara-
das recogen de verdad esas difere ncias. mente podemos ver nuestro!! conceptos
En este caso, las diferencias resles en el clave de modo directo, y hemos de recu-
concepto quedan reflejadas en nuestras rrir a procedimientos de medición análo-
medkias. La otra fuente de diferencias en gos al espejo para reflejar esos conceptos
las calif~ciones es el grado en que a lgún en cada caso dado. Por kt tanto, la exacti-
aspecto de la propia medida o e l entorno tud de nuestras impresiones del mundo
en el que se aplica hace que obtengan depende de la precisión con que nuestras
califK:aciones distintas los diferentes ca- medidas reflejen la realidad.
sos. Entonces, nuestras med.ldas mues- ¿CuáJes son algunas de las causas de
tran ciertas diferencias entre los casos que defonnaci6n de las imágenes obtenidas ,
no son reales, en el sentido de que no en nuestra mcdki6n? ?ara contestar a I
reflejan diferencias auténticas en el con- esta pregunta, hemos de saber si vamos
cepto que deseamos medir. Cuando esto a controlar el error de medición o vamos a
sucede, las diferencias que observamos 5e
deben a incongruencias en el procedi-
reconocerlo cuando se presente en nues-
tros datos. Podemos enumerar varias de
l'
""
"
:1
miento de medición. las fuentes principales de los errores de ,,
Si nuestras medidas fuesen perfectas, medicKm señalando las fuentes comunes
de diferencias en los valores asignados a
r
sólo revelarían el primer tipo de diferen-
cias entre los casos; pero eS raro - por no los casos que sean distintas de las verda-
1
I
-,- decir imposible- que las medidas sean
impe<:ables. Inevitablemente, las diferen-
deras diferellciu en las características
que de.seamO$ medir
5
"

I
~

cias en los valores asignados a los casos no


s610 reflejan diferencias reales en e l grado 1. Diferencias en la distribución de
otras características relativamente esta-
,-
en que esos casos manifiestan el concepto,
sino también diferencias ~ a rtificiale! ~ bles entre los casos que sean reveladas de
,.
~ - creadas por el proceso de medición. Las
dife re ncias e n los valores asignados a los
casos que sean atribuibles a algo distinto a
forma involuntaria por nuestras medidas.
Por ejemplo, las preguntas que represen·
tan nuestra medida de la ideología políti-
las diferencias reales se llaman errores 11
de medición. No son diferencias reales
" Se exponen con rn;is detalle los punto!! que
entre los casos, sino diferencias que han siguen e n Clai~ Selltit. Lawrern::o! S. Wrigbtsman y
sido erróneamente registradas por defec- Stuart W. Cook; Re.c.n:h Methods in Social Re/.
lOS de l proceso de medición. tiaru, 3.- ed. (Nueva 'iork: Holt, Rinebart &nd
Esta distinción entre las verdaderas va- Winston. 1976). pp. 165·68. Aunque su anoilisis es
riaciones de los valores y las variaciones tributario de le tUldici6n de la psico~ Y COITn-
pondo! nencialmente a la in_icación sot:no el .....
debidas a un error de medici6n es se- humlll\O, rnud_ <k a.x princip;o. expuesto. .en
mejante a la que existe entre las diferen- aplicables a la amplia &IllIUI <k sin.aciones que
cias de objetos perceptibles a simple vista exarninamos..
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
De lO abstracto a lo concreto 83

ca pueden requerir un determinado grado provisionales en el modo en que SUS ciu-


de inteligencia para interpretarlas y res.- dadanos contestan a las preguntas de una
ponderlas. En ese caso, las respuestas no encuesta. Un desastre natural des:gran
sólo reflejarán diferencias de ideología .magnitud puede ocasionar una mOdifica_
política. sino también diferencias de inte- ción drástica, pero provisional, en "'esta_
ligencia entre los entrevistados. Al obser- dística con la que contamos para· indicar
var los datos obtenidos, se confundirán los el grado de desarrollo económico. Los
efectos de la inteligencia con los de la efectos de esas «anomalías» temporales
ideología política, y no seremos capaces son más difíciles de detectar y controlar
de distinguir las diferencias de califica- que los de las características estables de
ción que reflejan las diferencias ideológi- nuestros casos. La única forma de preca+
cas de las que reflejan las de inteligencia. vernos contra ellos es estar alerta ante los
De igual modo. otras características de indicios de que los casos individuales es-
nuestras unidades de análisis (como la tán sujetos a esas influencias transitorias
ubicación regional de las ciudades, los (por ejemplo, estudiando la reciente histo-
rasgos culturales de las naciones o las ria política de las ciudades incluida en
fuentes de documentación) pueden re- nuestro ejemplo, o advirtiendo a nuestros
flejarse inadvertidamente en nuestras encuestadores que no intenten entrevis-
medidas y deformar nuestras percepcio- tar a una persona que esté temporalmen-
nes de la manifestación de los conceptos te postrada en cama), y seguir los procedi-
de que hemos hecho nuestro objetivo. mientos que se indican en la correspon-
Cuando podamos detectar y medir esas diente sección de este capítulo para com-
influencias .. contaminantes», deberemos probar la fiabilidad de nuestras medicio-
comprobar si manteniendo sus valores nes.
constantes desaparecen, disminuyen o 3. Diferencias en la interpretación de
aumentan las diferencias en las califica- los sujetos sobre el instrumento de medi-
ciones que los casos tienen asignadas en da. Este problema se plantea sólo cuando
nuestras medidasó • los entrevistados deben responder direc-
2. Diferencias en la distribución de ca- tamente a las preguntas, distinguiéndose
racterísticas provisionales entre los casos del caso en que el investigador construye
que se reflejan en nuestras medidas. La las medidas observando el comporta-
disposición de ánimo o el estadu de salud miento. Si nuestras preguntas están re-
de una persona puede afectar al modo de dactadas de manera ambigua, las distin-
responder a los puntos de un cuestionario. tas interpretaciones que les den los entre-
La historia política reciente de las ciuda- vistados pueden producir diferencias en
des (como, por ejemplo, la revelación de su calificación en las medidas compuestas
corrupción entre los cargos públicos) pue- de esas preguntas. Imaginemos, por ejem-
de crear diferencias sistemáticas aunque ;Jlo, que en un estudio del comportamien.
to de voto nos conten.,tamos con pregun-
tar: ¿Votó usted en las últimas e.!eccio-
6 Se expone con eficacia la manera de hacerlo en nes? Si algunos de los entrevistad~ igno-
Donald F. Campbell, .Rewmmendatiolls ror APA ran que la semana anterior seh~ cele-
Te$! Standards Regarding Constructo Trait: or Di~­ brado elecciones locales, probab~nte
criminan! Validity_, American P:rychoJogist, 15
(agosto de 1960), pp. 546_53. Y Morris Rosenberg,
contestarán que han votado, creyendo
T~ Logicof Survey A"aI~ (Nueva York: &sic que en la pregunta se alude a las últimas
Books. 1968), elecciones nacionales, aunque no hayan
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
u ...
84 Análisis político empíriCo

votado en las elecciones a que nos referi- trevistado marque erróneamente el cues-
mos en nuestra pregunta. Debemos guar- tionario; los lapiceros pueden romperse y
darnos de estos errores y de las consi- la tinta de los bolígrafos agotarse en el
guientes diferencias involuntarias en momento crítico, en un grupo de interac-
nuestra medición verificando de antema- ción, con lo que los observadores no logra-
no las preguntas (como se indica en el rán quizá registrar heehos decisivos; un
capítulo 7) y comprobando la fiabilidad codificador aburrido o fatigado, probable-
de las medidas obtenidas. mente no se ajustará a las instrucciones o
4. Diferencias en el entorno donde se prescindirá de ellas al codificar los docu-
aplica la medida. También es ésta una mentos en un análisis de contenido. Estos
fuente de errores de medición, sobre todo tipos de variación en la administración de
cuando en la investigación se toman como los instrumentos de medida provocan di-
medidas las respuestas personales a las ferencias en las calificaciones, con inde-
preguntas. Por ejemplo, es bien sabido pendencia de las que pueda haber entre
que en la investigación por encuesta la los valores reales de fa variable estudia-
raza, el sexo y la edad de los entrevista- da. Además de emplear solamente a ayu-
dos pueden influir en las respuestas. Es- dantes dignos de confianza, 10 más impor-
tas (y, por lo tanto, las calificaciones que tante para obviar esta fuente de errores
en la medición les asignemos) pueden di- de medición es verificar de antemano
ferir de un entrevistado a otro por el nuestros instrumentos. Un ensayo con el
simple hecho de las características que instrumento nos ayudará a descubrir posi-
tenga el entrevistador. Problemas simila- bles problemas "mecánicos~ (como, por
res pueden plantearse al margen de la ejemplo, espacio insuficiente para regis-
investigación por encuesta; por ejemplo, trar en forma codificada las respuestas
si cometemos el error de hacer un análisis características) y factores humanos que
d~ contenido del noticiario nacional de un pudieran influir en los resultados (entre
país y del noticiario de otro destinado otros, el lapso de tiempo en que los obser-
únicamente al extranjero, en cuyo caso vadores pueden trabajar sin fatigarse).
estaremos aplicando el mismo instrumen- 6. Diferencias en el tratamiento y aná-
to en entornos muy diferentes y, por este lisis de los datos. Antes de ser analizada,
solo hecho, cabrá esperar algunas diferen- la información se ha de someter a toda
cias en las calificaciones. Sólo podremos una serie de operaciones. Es frecuente
evitar esta fuente de errores de medición que cambie de forma varias veces. Por
procurando que, en la medida de lo posi- ejemplo, en no pocos casos, los entre\lista-
ble, no se apliquen nuestras medidas sino dores registran las respuestas a las pre_
en situaciones normalizadas. guntas copiando cada una de las palabras
5. Diferencias en la aplicación del ins- que dice el entrevistado, y luego, al codi-
trumento de medida. Las calificaciones ficar las respuestas, se reducen a un solo
asignadas a los casos pueden diferir a número esos pasajes escritos. El número
consecuencia de diversos errores cometi- escritO se transferirá tal vez a una ficha de
dos al obtener y registrar la infonnación. ordenador en forma de perforación o
Es posible que los entrevistadores hayan punch en la columna apropiada, y esta
comprendido mal las instrucciones y ha- perforación se convertirá a su vez en un
gan las preguntas en condiciones distintas bit (o unidad de información) en un disco
• las que el investigador pretendía. Un o cinta magnética. En cada una de estas
alumbrado pobre puede hacer que el en- etapas el análisis de datos se ha simplifi-
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
De lo abstracto a /o concreto 85

cado, pero también se han podido come- medida. Los errores constantes invalidan
ter errores que podrían reflejar diferen- los resultados en el sentido .-Jeque las
cias inexistentes de los casos en una varia- diferencias (o semejanzas) que nue!tfras
ble. Dada la posibiljdad de tales errores, medidas parecen revelar no reflejan-iCon
siempre será conveniente comprobar dos fidelidad las diferencias que creemosifue_
o tres veces cada transformación y con- dir. Los errores aleatorios afectan. a
servar la forma original para ulteriores cada aplicación del instrumento de mane-
referencias. ra diferente. Se producen al azar y obede_
7. Diferencias en el modo de respuesta cen a características pasajeras de nuestros
personal ante la forma del instrumento de casos, variaciones de situación al aplicar
medida. Este problema se plantea espe- el instrumento, defectos de aplicación y
cialmente cuando nuestras unidades de tratamiento, y otros factores que varían
análisis son los individuos. Los instrumen- cuando cambia el modo de utilizar el ins_
tos de medida pueden adoptar formas trumento. Invalidan nuestras medidas de
taJes como entrevistas orales, cuestiona- manera muy parecida a la de los errores
rios que ha de rellenar el sujeto, yobser- sistemáticos. Los errores aleatorios anu-
vación por un investigador entrenado. Es- lan la fiabilidad de las medidas, pues si se
tas distintas formas exigen condiciones producen al aplicarlas, no podemos obte-
diferentes a las personas sometidas a es- ner siempre los mismos resultados.
tudio; por ejemplo, una entrevista requie- ¿Cómo evitar que los errores de medi-
re facilidad de palabra, y para rellenar un ción falseen nuestros resultados y hagan
cuestionario hace falta saber leer y escri- inútil o equívoca nuestra investigación?
bir. Si los individuos difieren en esas apti- Para contestar a esta pregunta habremos
tudes, también diferirán las calificaciones de prestar gran atención a las cuestiones
que les asignemos aunque en realidad de validez y fiabilidad.
aquéllos sean iguales en la variable que
operacional izamos. Para evitar e"ste tipo
de errores de medición, 10 mejor es em- Validez
plear más de una Coona de medida al
operacionalizar cada concepto. Tratare- Es raro que podamos obtener medidas
mos este aspecto con más detalle en la directas de los conceptos utilizados en las
sección de este capítulo dedicada a la teorías de la ciencia social. Conceptos ta-
validez. les como poder, democracia y representa-
ción no pueden ser cuantificados -con la
Todos estos factores pueden introducir misma facilidad que los conceptos de lon-
errores de medición en nuestra investiKa- gitud y peso, por poner estos dos ejem-
ción. Los derivados de las siete fuentes de plos. Tenemos que usar indicadores que
errores indicadas suelen clasificarse en corresponden sólo indirectamente a los
sistemáticos y aleatorios. Errores siste-
máticos son los que se deben a una
conceptos que representan. Y así, siem-
pre cabe la posibilidad de que los indica·

confusión de variables en el mundo (como dores elegidos no reflejen adecuadamente
se indica ~n el apartado 1 de la lista los conceptos que hemos de medir. Yali- e
precedente) o a la naturaleza del propio dez es el ténnino que empleamos<1para
instrumento. Aparecen en cada empleo <expresar en qué grado corresponden e
del instrumento y son constantes entre los nuestras medidas a los conceptos que de- i
casos y estudios donde se utiliza la misma ben reflejar. Interrogamos subre la vali-
4
4
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
86 Anjlis;s político empírico

dez de una medida es tanto como p regun- Esto plantea dos interrogantes: ¿cómo
larnos si en realidad estamos midiendo lo podemos crear medidas completas y aptO-
que pensamos medir cuando la utiliza- piadas. y cómo saber si lo hemos kJcrado?
m os. El logro de esa validez suele consi- La respuesta a la primera pregunta em-
derarse como el problema fundamental pieza con e l proceso de operacionaliza-
de medición en las ciencias sociales. ción. Pod~mos defmir la validez como el
Para que una medida sea válida debe grado en que las diferencias de califica- ,¡
ser a la vez apropiada y completa. Si, por ción en una medido reflejan solamente las
ej emplo, nos interesa comparar la ca lidad diferencias de distribución de los valores
de los servicios públicos prestados en di- en la variable Que inte ntamos medir. Co-
ferentes ciudades, tenderemos tal vez a mo probablemente nunca podremos con-
utilizor el número de profesores de las seguir Wl8 validez completa y total, nues-
escuelas como indicador de la calidad d e tro objetivo debe ser seleccionar medidas
los servidos educativos. Esta medida es que puedan sufrir lo menos posible in·
¡napropiada, porque el numero de profe- fluencias ajenas a las diferencias de nues-
sores de un sistema escolar viene amplia- tra variable. Para ello, hemos de analizar
mente delenninado por el número de es- cuidadosamente los procesos relacionados
tudiantes y la magnitud de la ciudad, y con nuestras medida: y tratar de descu-
probablemente tendrá poco que ver con brir las 'posibles causas de las variaciones
la calid~d de la enseñanza. Si utilizamos en la calificación . En este sentido, 10 esen·
la proporción entre el número de estu- tia] es precaverse contra los efectos del
diantes y e l de profesores como indicador error sistemático.
de los servicios educativos, tendremos Imaginemos, por ejemplo, que q t¡.ere-
una medida m ás apropiada, pues se redu- mos medir e l grado de a probación de los
cirán o e liminarán las dife rencias debid as ciudadanos d e dif~rentes naciones de las
a la magnitud de la ciudad. Sin embargo, líneas de actuación de sus gobiernos, y
la medida seguirá siendo incompleta. La que decidimos adoptar como indicador de
enseñanza requiere algo más que profeso- la aprobación o la discrepancia las respues-
res: exige también edificios escolares, pe_ tas a una serie de preguntas formuladas
lículas, libros, medios docentes auxiliares en una encuesta. Confi!J,mos en que las
y otTO$ diversos elementos. Si considera- diferencias entre las opiniones reales de
rnos cualquiera de estos factores por sí los ciudadanos sean las ú nicas que moti-
solo. lo más probable es que obtengamos ven las d ifere ncias reflejadas en sus res-
una falsa impresión sobre la calidad tolal puestas_ Pero si re nexionamos un mo-
de los servicios educativos. Un sistema mento, veremos que hay otra posible cau-
escolar puede tener una m agnifica pro- sa de variación: si alguna de las naciones
porción a lumnos-profesor pero, al m ismo incluidas en nuestro est udio tiene un go-
tiempo, unos medios y unos materiales de bierno autoritario que recurre a la policía
estudio insuficientes. Sería erróne o decir secreta para reprimir la disidencia y con-
que ese sistema escolar es igual que otro sidera cualquier critica a sus actuaciones
con idéntica proporción alumnos-p rofesor como un acto de traición, es muy posible
y excelentes medios y materiales de estu- que sus ciúdadanos tengan miedo de ex-
dio. Si hemos de alcanzar la validez, de- presar en una e ntrevista su desacuerdo

-
beremos esforzarnos por construi r medi- con el gobierno. En este caso.. las califica-
das que ~ a la vez apropiadas y com- ciones en la medición vendrán determina-
,das. por lo menos, tanto por la actitud dp

.,"
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.

De lo ahstracto a /o concreto f!1

cada gobierno ante la disidencia como por dida del grado de at,a~ción que los candi_
las opiniones de Jos elltrevistad~. Es muy datos a un cargo público ejerrt'n sobre los
a lta la probabilidad -de que se produzca votantes. podemos obt'!fler alguna ¡-~ica­
este tipo de error en la medición, por lo ción de la validez de dicha medida -"apli-
que la~ preguntas por encuesta consti- cándola a todos los candidatos al S~ado
tuyen una operacionalizac.i6n inadecua- de los Estados Unidos en un alÍo eleCtoral
d., determinado. y , prediciendo las posibili-
Asimismo, ya en los primeros pasos del dades de que resulten elegidos con arre-
proceso de investigación, debemos tener glo a la califiCación que obtengan en nues-
en cuenta que la medición ha de ser CQm- tra medid'a del influjÚ sobre los votante!>.
pleta. Si vamos a medír la influencia rela- Cuanto mayor sea nuestro acierto en la
,i t¡'v a de los diferentes grupos de intereses predicción de la suerte electoral de los
;¡ en la legislatura estatal, podremos adop- candidatos, mayor confl8JlZa podremos
tar como indicador los informes de prensa depositar e n lo validez de la medida, es

,:1 sObre las intervenciones de esos grupos


ante los 'comités legislativos. Pero debe-
dedr, 'en q!Je ésta refleja con fidelidad el
concepto deseado. Las medidas que nos
ji mos preguntarnos si el testimonio dado en permiten predecir fielmente sucesos futu-
Iss audiencias públicas es el único modo ros se dice que tienen validez predlctl-
d e "ejercer influencia política. Esa activi- va.
dad se considera, con razón, como una Para que la validación sea pragmática.
parte'del proceso de influencias, pero hay !'tace falta a lgún otro indiCador que con
tantos medios de ejercerlas que una medi- cierta Seguridad puede ser reflejo válido
ción cúyo indicador sea exclusivamente el de eUas. Cote;arnos nuestras medidas con
testirnonto dado será necesariame nte in- ese otro indicador como podríamos co-
completa. tejar las declaraciones verbales sobre la
As! pue!i, para lograr operacionalizacio- edad con los certificados de nacimiento.
nes apropiadas y relativamente comple- Por desgracia, en la investigación en cien-
tas, no sólo tendremos que conocer muy cia social es raro que hayan otros indica·
bien e l tema de nuestro estudio. sino que dores verdaderamente validos aplicables
además habremos de realizar un cuidado- a los conceptos utilizados, por lo que, en
so analisis lógico de otras posibles opera- general , hemos de recurrir al segundo
cionalizaciones. Con todo. solamente po- tipo de validación: la vaJidacióncom,truida.
dremos verificar la validez de nuestras La validación construida se obtiene
mediciones para determinar si hemos ela- infiriendo la validez de una medida. me-
borado medidas correctas después de ha- diante pruebas. del gTad.> en (Iue las rela-
ber obtenido los datos. El proceso de eva- ciones reales entre las calificaciones de
luación de la validez de las medidas se diversas medides corresponden a lo que
denomina validación. esperamos de la teoría que nos ha llevado
Son cuatro los métodos fundamentales a emplear un indicador determinado. Es-
de validación. Al primero se le suele lla- to implica dos Iínees de razonamienkl.
mar de validación pragmática. porque Nuestra primera reflexión será: -cSi el
en ésta se estima la validez de una concepto X tiene una relación poSitiva
medida por las condiciones que demues- con el concepto Y y una relación nelJiltiva
tra Poseer para facilitarnos la predicción con el concepto Z (como d ice nuestra teo-
de un comportamiento o un hecho deter- ría), también será cierto quP. las califica-
minado. Por ejemplo, si ideamos una me- ciones en una medida válida de .X ten-

...
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
88 Ana/is;s Do/ítico empírico

drán una f"elación positiva con las califica- Lo que acabamos de describir suele
ciones en una medida válida de Y y una llamarse validación enema. Supone la
relación negativa COIJ las calificaciones en comparación de las califICaciones de la
una medida válida de Z,.. No podemos medida que validamos con las califtcaeio-
validar la medida comparando sus califi- "es de las medidas de airas variables. Por
caciones con las de otra medida de la supuesto, para emplear este método de
misma variable cuya validez nos com.ta validación tene m os que incluir medidas
.(como en e l caso del certificado de naci- de las otras variables en nuestra investi-
miento). Pero podemo;; estimar su va lidez gación; esto es, t en emO& que empezar por
viend o, al utilizarla como indicador de pensar en la mane ra de validar nuestras
nuestf"a variable, hasta qué punto produ- medidas al principio del p roceso investi-
ce los tipos de relacion es que nos lleva a tador. Ciertamente, cuando estemos dis·
esperar nuestra teoría entre esa variable puestos a elaborar un plan de investiga-
y otras distintas. ción, debemos saber cómo vamos a com-
Supongamos, como ejemplo, que reali- proba r la validez de nuestras medidas
zamos un estudio sobre a cuerdos interna- para estar seguros d e que reunimos cual-
cionales. Podríamos crear una m edida de quier otra información necesaria.
la solidez de un acuerdo basándonos en el Con la vdlidació n externa solamente
análisis de contenido de los artículos de obtendremos pruebas convincentes de la
prensa de los países en cuestión. ¿Es un validez de nuestra medida de una varia- ·1
indicador v álido de la solidez d el ac uerdo
entre d os países lo que los periódicos de
cada uno dicen sobre el otro? Podemos
ble si tenemos gran Confianza en la vali-
dez de las medidas que utilizamos para
las otras variables, Y así. en el últi~
II
I
hacernos una idea mediante e l razona-
miento siguiente: "Según nuestra teoría,
ejemplo, no podriamos negar -a ninguna
conclusión sobre la v ~ lidez de nuestra
i,!';
cuanto más sólido sea un acuerdo entre medida de la solidez del acuerdo basán-
dos naciones, con mayor frecuencia vota- donos en las reladones entre los valores
rán en el mismo sentido en la s Nacion es de esta variable y los de las otras dos si no
Unidas y menores restricciones comercia- creyéramos en la validez de nuestros indi-
les se impondrán mutuamente. P or lo tan- cadores voto conjunto y barreras comer-
to, las calificaciones en una medida vá lida ciales. El método de validación externa
de la solidez del acuerdo estarán positiva- debe aplicarse con cautela, pues en mll-
me nte relacionadas con las calificaciones chos casos es difícil encontrar indicadores
en las medidas de voto conjunto e n las claramente válidos de las va¡-iables con
N aciones Unidas, y negativamente rela- las que debe estar relacionada nuestra
cionadas con las calificaciones en las me- variable principal. E sto es algo muy se-
11
d idas de numero de baffe ras comercia- mejante a la contrastación de hipótesis.
le', ,, . Seguidamente procedemos a efec· Ningún resultado garantiza po¡- sí solo la
tuar el análisis de datos neces9rio para validez (o invalidez) de la medida, sino
ver si eSla expectativa queda confirmada que nuestra confianza en su validez au-
por nuestras observaciones. Si las re lacio- menta a medida que acumulamos aciertos
n es son las que esperábamos, tendremos en nuestros intentos de validación. Por
m ás confianza en la validez de nuestra eso e s con veniente seleccionar el mayor
medida de la solidez del acuerdo. Si no es número posible de ¡-e lltCiones teó¡-icamen·
aSI, pondremos e n -duda que sea correcta te previsibles pa¡-a utilizarlas en la valida-
nuestra medida de ese concepto. ción externa. Cuantas más veriftcaciooes
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
De /o SOS/racto ti: /o concreto 8t
,
observadores adiestrados. y 3) pKliendo a
••
•••
.tiferentes hagamos de la valide:. más
sólido será nuestro argumento. los ciudadanos que comparen el alumbra_
La misma lógica puede aplicarse a l se- do de su calle con e l que se \le en _na •
serie de fotografías que muestran c~el
gundo tipo de validación construida: la
validación intema o convergente. En con diferentes calidad de alumb~ y
,•
ésta. se han de idear varias medidas de la calculando el promedio de sus dasiAta- ••
••
mi3ma variable y comparar los valores en cianes para obtener una medida de la
esas medidas. Nuestro razonamiento es barriada. Esto nos proporciona cuatro
que si cada uno de los indicadores propor- medidas áe la variable. y si cada una de •
ciona una medida válida del concepto en ellas es válida. todas deberán estar estre-
cuestión, los valores atribuidos a los dis- chamente relacionadas. Esto podemos
tintos C8505 en las medidas deberán estar comprobarlo con estadísticas apropiadas.
estrechamente relacionados. Si A, B Y e
son medidas válidas de X, todas las califi-
Si averiguamos que las calificaciones en
la medida basada en las respuestas a Las
••

caciones de A. B Y e habrán de ser muy preguntas están poco relacionadas con las •
similares. calificaciones de las otras tres medidas y •
Por eJemplo, si queremos obtener un que las de estas otras tres están estrecha-

indicador de la calidad del alumbrado en mente relacionadas entre sí, tendremos
las calles de los barrios residenciales en motivos para sospechar que no es válida •
un estudio de la distribución de los servi- nuestra primera medida.
cios públicos, podemos lomar como indi- Algo muy parecido sucede si p.;::samos

cador las impresiones de los ciudadanos. un mismo objeto con tres balanzas dife- •
sobre el alumbrado público <recogidas en
una encuesta), preguntar a una muestra
rentes: si cada una de 6t8S arroja un peso
exacto y no tenemos motivo para suponer

de los ciudadanos de una baniada cuál es que el pC-so del objeto ha cambiado du- •
su opinión sobre la calidad del alumbrado rante la veriflCOCión, esperamos que sean •
en su zona, y tomar la evaluación media idénticos los pe$Os obtenidos con las tres
como medida de la calidad del lidumbrado balanzas. Si una indica un peso distinto, •
público. Para efectuar una validación in·
terna también podemos medir la calidad
sospechamos que está desajustada.
En la figura 4.5 se muestran las dife-

del alumbrado: 1) utilizando un fotómetro rencias entre las fonoas interna y externa
para obtener una medida física de la lu- de validación construida. En la figura •·
minosidad y la distribución del alumbra- 4.53 se ve que la validación interna se
do; 2) haciendo que evalúen el alumbrado realiza comprobando la correspondencia

c-..• • ""-,

v.Iote ..... \o Y.Ior~. ~n l. VaIOt<t • • ~ \o


I I ••
......JOd. " "",dKla B . -;.¡" C

l \'_';~:d~j ) t
••
FIGURA "'.5 . Forma.! de validación COII$froida.
I
I
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
90 AnáliSis político emplrlco

de las calificaciones e n varias medidas principal causa de invalidez es el error de


diff"rentes del mismo concepto. Cuanto medición sistemático y a5eatorio; las me-
mlis estrechamente se correspondan. con didas diferentes están sujetas a diferentes
mayor convicción sostendremos la validez tipos de error de medición, y cuantos más
de cualquiera de las medidas. En la: figura indicadores tengamos para una variable y
4.5b vemos que para efectuar la valida- más difieran entre sí, más improbable
ciñn externa hay que determinar si nues_ será que incida en todos ellos el mismo
tra medida de una variable indica que error de medición. Si esto es asi, tendre-
ésta esta relacionada con otras variables mos una mayor ~rtunidad de reconocer
como cabe esperar de nuestra teoría. Si el error de medición como causa de dife-
no aparecen las reladones previstas, ten- rencias de calificación en cualquiera de
dremos razones para sospechar que el nuestras medidas y, al mismo tiempo, de
indicador que hemos esco¡:ido no propor- obtener una medida exacta de nuestra
ciona medidas válidas del concepto. CEn variable si utilizamos indicadorea
el capítulo 18 nos ocuparemos de las esta. múltiples 7 •
dísticas que pueden utilizar.oe paca deter- Por ejemplo. los factores que pueden
minar el verdadero grado de relación en- invalidar nuestra medida física de la cali-
tre diversas medidas.) dad del alumbrado público (tales como un
La misma precaución que ha de tenerse fotómetro defectuoso) probablemente
al emplear los procedimientos de vaJida- tendrán bien poca relación con los facto~
ción externa se ha de tener con los de res que podrían introducir erTOTeS siste-
validación interna. No siempre podemos máticos en la medida basada en las eva-
estar seguros de que sean válidas nueslras luaciones de los ciudadanos (tales como la
distintas medidas del concepto principal. tendencia de éstos a sostener, movídos
Por eso, debemos ser cautelosos y no por un sentimiento de orgullo comunita-
juzgar la validez o invalidez de una medi- rio, que los servicios públicos de su barrio
da con una sola verificación. Podemos son tan buenos como los de las demás
adquirir sensiblemente mayor confianza zonas). Si empleamos solamente un modo
en los resultados de una validación inter- de medición, toda fuen te de errores pue-
na si seguimos esla sencilla regla: Las de innuir e n las calificaciones atribuidas
m~didas a/temativa~; del concepto deben en cada medida, lo que nos dará un indi-
basarse en el mayor mimi!'ro posible de cador que nunca será válido, impidiéndo-
tipos diferentes de operacionalización.
En el ejemplo d@1 alumbrado público
nll(.- stras medidas provienen de cuatro ti-
nos hacer comparaciones correctas entre
las medidas. Si, por ejemplo, confiamos
sólo en la medida física del alumbrado
I
pos de operacionalizac:ión distintos.: clasi- pero tomamos lecturas de d iferentes ma-
ficaciÓn oral por los dudada nos, medicio- neras (digamos en la acera, en la curva de 1I
nes físicas, opiniones de los observadores la calle y en la calzada), cualquier defecto
y selección de fotografías por los ciudada_ del instrumento de medida (en este caso,
nos. CaJa uno de éstos representa un
modo diferente de operacionaliZación.
Cuanto mayor sea el número de modos 7 Figura un" ..,,,~LtTltl! ..,,,posición de l. ~ de
1.. np!!<"lOCiona lilaciones mwt.iples tn D..vid C. Lee-
diferentes que utilicemos y más indepen-
ce y Wayne L. FrMcis. PoIiricaJ R~MCh (N...eva
dientes sean entre sí, mayor confianza York, B3!lK Bookt. 1974). cap. 5. y John L. SullivlIfI
PNiremos tener en nuestra validación. y Stanley F"Id~n, Multiple Indic.a'"n (8evt'rly
¿Por qué? La razón e s la siguiente: la Hills, CaliL Sagl!, 19791.
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
De lo abstracto a lo concreto 91 ,.•
•,.
el fotómetro) afectará a todas las medidas
y no podremos utilizar ninguna para com-
dedicadas a la construcción de escalas e
índices se describen posibles métodos de
,.•
probar las demás. combinar las calificaciones plJI a obteller ,.•
De esta lógica se desprende lo valioso
que es contar con indicadores múltiples
una medida compuesta). -4,
Un tercer método de validación eIl'la
,.•
para nuestras variables. La dis¡xmibilidad llamada validación discriminame. ,.•
de medidas múltiples no sólo nos da una
oportunidad de verificar la validez de
Cuando preguntamos si una medida" de-
muestra poseer validez discriminante,
,.•
nuestros indicadores, sino que además, y esencialmente 10 que preguntamos e8 si al
••
••
en primer lugar, mejora nuestras posibili- utilizarla como indicador de un concepto
dades de obtener una medida válida de determinado podemos distinguir éste de
las variables. La multiplicidad de medi- otros conceptos. Por ejemplo, si deseamos ,.•
••
das puede hacer que mejore verdadera- medir el- concepto confianza en los diri-
mente la validez de la medición, pues nos gentes públicos mediante una serie de
permite combinar los resultados de diver- preguntas formuladas en una encuesta, y ,.•
sos procedimientos de medida diferentes hacemos también una serie de preguntas •,.
para obtener una calificación compuesta en el cuestionario destinadas a medir la
que será un reflejo válido del valor real confianza en la gente (en general), com- ,.•
de nuestra variable con más probabilidad
que cualquiera de las medidas tomadas
parando las calificaciones de las dos medi-
das podremos preguntamos si nuestra pri-
,.•
por separado. Es más probable que esa mera serie de preguntas refleja en reali~ ,•
calificación compuesta sea una medida dad otro modo de medir la confianza en la •,.
válida porque también es muy posible gente. Si las calificaciones son muy se-
que lOs errores que invalidan cada una de mejantes, decimos que la medida de la ,•
las medidas queden eliminados cuando se confianza política no tiene validez discri- ,•
combinen los resultados de vanos proce- minante porque no nos permite distinguir
dimientos de medición. el concepto de confianza en los dirigentes
•,.
Esto es muy parecido a Jo que sucede políticos del concepto de confianza en la ,.•
gente.
cuando se pesa un objeto con numerosas
balanzas diferentes: como éstas no son Un enfoque final de la validación radi-
,.•
perfectas, cada una de ella!> puede arrojar ca en el concepto de validez manines~ ,.•
un peso ligeramente distinto, por exceso o tao Algunas medidas están basadas en ,.•
por defecto; pero si pesamos el objeto con una observación tan directa del compor-
un número suficiente de balanzas, las tamiento en cuestión que no parece haber •,.
leyes de la probabilidad nos dicen que, en
muchos casos, esos pequeños errores se
motivo alguno para poner en duda su
validez: puede decirse que son válidas "a
,.•
anularán unos a otros, dándonos un peso simple vista". Por ejemplo, supongamos ,.•
medio correcto. Análogamente, si opera- que hemos de medir el cumplimiento de •,.
'.
cionalizamos nuestros conceptos de varias una ley estatal por la que los estableci-
maneras diferentes de modo que el error mientos comerciales deben tener expues-

de medición asociado a cada operacionali- ta su licencia de funcionamiento eJ\. la ,.•
zación sea independiente del atribuible a
todas las demás, será muy probable que
obtengamos una medida exacta de nues-
puerta principal. Puede parecer que;; la
intervención de observadores instru~os
para anotar la presencia o ausencia. de
•...
,-
tro concepto al combinar las diversas cali-
ficaciones. (En las secciones del capítulo 9
tales licencias ha de proporcionar una
medida evidentemente válida de ese
'•.
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
V'"" Ma//~I~ poI/t/co emplrico

cumplimiento. Pero aunq ue debemos cuando nos interrogamos sobre la fiabW-


preguntarnos siempre si las medidas que dad de una medida, nos estamos pregun_
hemos escogido parecen válidas a prime- tando lo estables que son sus valoces.
ra vista, generalmente es un error confiar ¿Podemos obtener el mismo valor para
tan sólo en la validez manifiesta si hemos un caso dado cuando.aplicamos la medida
de obtener resultados exactos en nuestra varias veces, o de cada aplicación resulta
investigación, y debererp.os esfor%srnos la asignación de un valor diferente a cada
por confinnar la validez de las medidas caso? Si no obtenernos esencialmente el
mediante procedimientos reconocidos co- mismo valor para un caso dado tras apl'"
mo los ya indicados. caciones sucesivas de una medida, es que
En la tabla 4.1 se resumen estos cuatro ésta no es fiable como indicador del con_
tipos de validación. Si hemos de extraer cepto. Las re glas están hechas de mate-
conclusiones exactas de nuestra investiga- rias no elásticas para asegurar la flabili·
ción, tendremos que contar con medidas dad. Si fuesen de materia elástica, po-
vál td~; pero para que éstas lo sean, debe- drian muy bien irKIicar longitudes dife-
mI:!: ser también fiables. re ntes para un m ismo objeto aunque la
verdadera longitud de éste no hubiera
cambiado, simplemente porque la regla
Fiabilidad exper4nentaría estiramientos y contrac_
CIOnes.

Cuando nos preguntarnos por la validez Una medida que no sea fiable no puede
de una medida, lo que p reguntarnos es ser válida, pues por lo menos a lgunas de
hasta qué punto se corresponden los valo- las diferencias e n las calificaciones asig-
res que presenta con los verdaderos valo- nadas a los casos se deben a e rrores de
res de la variable objeto de medición. Y medición y no a las diferencias reales que

TABLA 4.1. Tipo$ de vaJidótción

Validación
eI;:ga;minanle

Se retejan los no,ulla- V,,¡¡elaci6n intem. (con· Se infi ...... la va lide2 del Se iUpone J. "lIlide", pot"
dos obtenidos mediante "er8ente); $e ¡n(jere 18 indicador del ¡Tildo en el carácler mllnifimo
",1 indicador con ios ob· validez del indiaodor de que no e.tá relacionado del indieador. (¿Se pue-
tenidos mediante Olro $U relaciÓll con otros in_ con indicadore' de otrOl de pet"'luadir 11 Persona
i"dieado<- que. según 5e dicOOoret del mismo conCeptOl teól"kamente enlendida, de que n
s..,be, e$ una medida vá. concepl:o IIliliundo in· d~inTOI del wnoepto válido Wl indicador del
lid ... del COOOI!pto. o se dicado...... ",..,/riples. objeto de medición. conceptO?)
cumpnH!ba la ",Iide,
prcdic/iVi!t del indicador Validación ezlelTUl ; se
ulilitá ndolo para p rede- infiere la valide, del in·
cir 111""'.0$ que renejen dicador de su /e lación
el concepto objeto de Con ot ros indicadores de
nwdición. Of, os conceptos 0Dn 101
que t"";';camente debl!
estar relllcionado e l ((>n -
,,",plO objeto d(' medi-
ción.
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
De lo '/lbs/racro a lo concreto 93
-•

existen entre los casos. Recordemos nues·
tro ejemplo del estudio del a lumbrado
público: ¿qué pasaría si el fotómetro que
valida. Pero la demostración de fiabilidad
no garantiza su validez.
¿Cómo precavernos contró! la falra de
-


••
utilizamos fuese tan sensible que además
d e registrar la luz del alumbrado captara
la luz de la luna? En ese caso, los valores
f18bilidad? ¿Cómo determinar si es-'¿ no
fia ble una medida d eterminada? -- Para
prevenir la falta de fiabilidad, hem& de
-

••
asignados a cada calle en la variable cali·
dad del alumbrado público dependerán
tener presentes las diversas causas de ••
error aleatorio de medición indicadas en
tanto del brillodel alumbrado como de fac· este capítulo, y hacer lo posible por con· ••
tores tan a leatorios como la plenitud de la trolarlas. Y para ello, se f1a de analizar el •
luna y la densidad de la capa de nubes. verdadero proceso de medición y verifi~
••
En la medida en que estos factores aleato-
rios influyen e n nuestros resultados, la
medtción no será un reflejo valido de las
car de antemano nuestros instrumentos
de medKla a fin de d escubtlr las causas de
error aleatorio que anteriormente no se
-


diferencias reales de-calidad del alumbra·
d o público, En tal caso, la falta d e fiabili ·
dad origina la invalidez.
Una medida puede ser fiable y, al mis·
hubieran ad vertido.
En las ciencias sociaJes, muchas veces
es difícil determinar si es fiable la medida
que hemos adoptado. La razón es que el
-

mo tiempo, no ser válida. Volvamos a l verdadero valor de las variables que nos ••
ejemplo e n e l que se trataba de averiguar interesan puede cambiar profundamente
hasta qué punto estaban conformes los con el tiempo y la:;¡ circunstancias: la gen~
ciudadanos de diferentes naciones con las te cambia de opinión con arreglo a su
líneas de actuación de sus respectivos go- experiencia, las naciones modifican la for·-
••
biernos. Dedamos que las preguntas foro
muladas en una encuesta pueden propor·
cionar medidas que no sean válidas por·
que los ciudadanos de países autoritarios
ma de _distribuir sus recursos entre los
servicios sociales y el capítulo de d efensa
según los riesgos militares que perciben, y
así sucesivamente. Cuando los valores
-

~

tal vez tengan miedo de decir la ve rdad reales cambian de éstas y otras maneras, ••
sobre sus opiniones. Como este fa ctor pro· es difícil distinguir los efectos del error
voca un error sistemático más que un
error aleatorio. las preguntas pueden pro·
ducir resultados muy estables, E s muy
aleatorio de medición' de las auténticas
fluctuaciones en los conceptos que se mi-
den. Esto quiere decir que la fiabilidad se
• -
probable que la gente, por mucho q ue se
le pregunte, dé siempre la misma res·
puesta; pero esto no hace que la medida
debe verificar en el lapso más corto posi.
ble.
Esencialmente, 50n tres los grandes
• --
sea vá lida.
Así pues, una medida puede ser fiable
métodos de evaluar la fiabilidad de las
medidas en las ciencias sociales, El pri.

• -
-.-.
mero es el método de verificación reitera ~ ~
y no ser válida, pero no puede ser vá lida
si no es fiable. Mientras que la validez da, En éste se aplica It; m isma medida al

está condicionada tanto por el error si$te· mismo conjunto de casos una y otra vez a •
mático como por el aleatorio, la fiabilidad
sólo está sujeta al error aleatorio, Esto
signiflC8 que si una medida ha sido con·
vincentemen~e validada en estudios ante-
lo largo del tiempo. C on esta técni&! se
plantea una difu::ultad cuando se trattl de
entrevistar a la gente (a diferen<:i~ del
caso en que se miden objetos inanimAdos
-...
.-
riores, podemos utilizarla sin preocupar·
nos d e su fiabilidad : ha de ser fiable si es
o se observa a la gente sin que ésta lo
a..Ivierta). Si repetimos las pH"guntas en
,,..

+
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
94 Amilisis político empirico

un breve inte rvalo de tiempo, los entre- pos comparabl~, no podremos utilizar el
vi:tl adO!< pueden recordar su primeTa res- método con propiedad.
puesta y, por un deseo de ser consecuen- El último p rocedimiento h8sico de ven-
tes, repetir la m isma en vez de contestar ricar la fiabilid&d de una medK:la es el
como verdaderamente sienten . Si esto llamado método de 3ubmuestreo. Consis-
sucede, no podemos obtener una impre- te en tomar una muestra de casos y divi-
sión exacta de la fiabilidad de las pre- dirla en varias submuestras de manera
guntas como indicador del con cepto. Con que cada una de ellas sea muy semejante
e l fin de evitar este efecto ·de la verifi- a las demás en su composición., Luego se
cadón , podríamos esperar d urante bas- aplica la misma medida a todas las sub-
ta nte tiempo para hacer las preguntas muestras y se utiliza la similitud o dife-
por segunda vez; pero e ntonces nos en- rencia de las resp uestas de una submues-
contrariamos con otro problema: que los tra a otra como indicador de la fiabilidad
verdaderos valores de la va riable pueden de la medida. Como usamos la misma
haber cambiado con el transcurso del medida, no hemos d~ preocuparnos por la
tiempo y tal vez no seamos capaces de comparabilidad como en el método de las
rlintinguir las diferencias de calificación formas altemativ3s; y como podemos con-
debidas a la falta de fiabilidad en la me- fiar en la teoria del muestreo para asegu-
dida d e los cambios reales producidos en ramos la equivalencia de las submues-
la variable. tras, no tenemos que inquietarnos por que
En vista de esta dificultad. se h a eIaba- los grupos escogidos para la medición no
flIdo un segu ndo tipo de verificación de la sean lo bastante similares. Ningún caso se
f18bilidad: e l llamado m é todo de las {ar- mide dos veces. lo q ue nos permite des-
mas alternativa.'i de medición. En éste, se cartar la posibilidad de que el efecto de
aplican diferentes formas de la medida a l verificación ma logre la exactitud de nues-
mismo grupo de casos, o se aplica la mis- tro test de fiabi lidad. Las medidas se apli-
ma medida a diferentes grupos al mismo can de manera simultánea, por lo que los
tiempo. D e este modo n o p uede haber cambios reales en la variable no pueden,
efecto de verificación porque ningún caso con este método, crear los problemas que
se medirá más de una vez, y como no se derivan del mé todo de verificación rei-
transcurre e l tiempo entre las aplicacio- terada. Con todo, la aplicación del méto-
nes de la medida, los cam'::lios reales en d o de submuestreo depende de que poda-
las variables estudiadas n o pueden infl uir mos tomar u na muestra lo suficientemen-
en 10$ resultados, Sin embargo. e l éxito d e te amplia C/)fiO para dividirla y, a su vez,
e!\ln estrategia depende de que las formas obtener submuesuas lo bastante amplias
a lternativas de la medida sean perfecta- como para dar sentido a nuestros ensayos
mente comparables entre sí com o medida estadísticos. Esto no siempre es posible y
del conct!plo, o de que loo dos grupos sean puede suponer un obstáculo para aplicar
vinua lmente equivalentes con respecto a el método de submuestreo en la verifica-
la distribución de la variable que se mide. ción de la fiabilidnd,
En el supue!>'to de que se cumplan estas Existen varios procedimientos estadís-
condiciones, cuanto mayor sea e l numero ticos para interpretar l<ni resultados de
de calificaciones semejantes en las dos cada uno de estos tests de fiabilidad 8 •
medida s o en los dos grupos'. mayor con-
fianza tendremos en nuestra medida. P e- • Se ell~n a1p'_ en ~ W . Bobrn!ledt.
ro si no podemos obtener medidas o gru- .Reli.;¡ biJity and Validtly Asseumenb in AnillKk
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
De lo Íilbstracto a lo concreto 95 e
Estos IT'étodos tienen numerosas varia- gación cuando las medidas utilizadas no
e
ciones. Según el tiempo y los recursos de hayan údo convincentemente "'alidadas e
que se disponga para realizar la investiga-
ción, en cada proyecto convendrá utilizar
en otra ocasión, o cuando sólu f¡ayan~ido
validadas en situaciones muy difertlntes
e
una u otra de ellas, atendiendo también a de aquéllas en las que van. a utilizarie.
la índole del estudio. Por ejemplo, si he-
mos de medir el alumbrado público me-
• c:
diante observadores adiestrados que lo Conclusión
evalúen en diversas manzanas, bien po-
dremos aplicar el método de verificación Hemos presentado hasta ahora todos
reiterada sin preocuparnos del efecto de los elementos básicos del proceso de in-
verificación. El alumbrado público no va vestigación. En la figura 4.6 se represen_
a cambiar por el solo hecho de que al- tan las relaciones entre ellos. La operacio_
guien lo mida, y podemos hacer que di~ nalización de nuestros conceptos median_
tintos observadores, actuando de manera te el desarrollo de indicadores mensura_
independiente, evalúen el alumbrado de bles nos prepara para entrar en el terreno
una calle en una misma noche. No podría- práctico y hacer observaciones en las que
mos confiar tanto en este método si nues- basar nuestras conclusiones. Pero para
tra medida de la calidad del alumbrado poder hacer estas observaciones necesita_
público se basara en las respuestas de los mos un «plan de ataque~, un esquema
ciudadanos. a las preguntas formuladas en con el que, al hacerlo, podamos obtener el
una encuesta. mayor número posible de conclusiones
Con independencia del test de fiabili-
dad que escojamos, es importante que
establezcamos la fiabilidad de nuestras
dignas de crédito. Este plan o proyecto de
investigación es el objeto del capítulo 5.
...-.
medidas antes de iniciar verdaderamente
la investigación. Esto supone la verifica-
ción previa de la medida mediante el
Sugerencias para otras lecturas
.--.
acopio de algunos datos exclusivamente
destinados a evaluar los instrumentos que
hayamos de utilizar en el estudio final. De
no hacerlo así, probablemente no ad\'erti-
La mayoría de las explicaciones de me-
dición en ciencias sociales figura en las
publicaciones que infonnan de ¡os resul-
tados de la investigación o desarrollan
..
remos que las medidas de las variables técnicas de medición perfeccionadas. Son
principales no son fiables (ni, por lo tanto, escasas las introducciones generales al te-
válidas) hasta después de haber termina- rr,a. Sin embargo, podemos indicar algu-
do el estudio. Quiere esto decir que no nas fuentes de utilidad además de las
podremos dar ningún crédito a los resulta- obras citadas en las notas de este capítulo.

--
dos de la investigación y que, en todo o en Figura una provechosa exposición de los
parte, habremos malgastado nuestras fundamentos lógicos de la medición en
energías. La verificación previa de /a vali- Fred N. Kerlinger, Foundations of Beha- ~

-.-..
dez y la fiabilidad de las medidas debe vioraI Research (Nueva York: HolP,- Ri- ~
formar parte de todo proyecto de investi- nchart and Winston, 1964), y, en
Abraham Kaplan. The Conduct df In-
Measurement "~o e n Gene F. $um"""r,;. ed., Artitud<,-
Measurerne"r (Skokie. I11.: Rand McNaUy, 1970),
pp. 80-99.
quiry (San Francisco: Chandler Publis_
hing Ca., 1964). Se aclaran algunos de los
problemas que se plantean en la medición -.
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
SKJ Análisis polítiCo empírico
~- ... , .
_._ --_._ -~- - - - _ .~ ,-'"-_ ----------. .
... _ . _. ~.-- ..,-- --

T...n..
~_--_ <Supuestos ah$traetO& e n ~

'M ".ruct,m I","~ \

Proposicionell
Formuladón de concepto,
(predíccione, ~I de
y proporicionec que Jo.
re lac:iornm
re1a~ entre <UOCep!:O&)

¡ Dedu<:dón
¡

¡
Ind.ucción
I
Operacionali.uci6n
I

Hipótesis iSe trat.jo


lpredi<:cionel de relac:~
I..I
Anális.i5 de datos
entre indicadores) ",.
(determinación de relaciones
obset"vad.. entre medid..)
,.
1
l '
Plan de invenipd Óll •
(m¡:ani~ión de
observ~l

Obect-..ac:ionea
~---- (me<Iicionew de-
.Uee801 empirico&)

FIGUR .... 4 .6. M odelo del pl"OceXJ de i nveui;fa<.i6n .

en John M. j ohnson, Doinl1 Field R e- <Beverly Hills, Calif.: Sage, 1982). Figura
search (Nueva York: Free Press, 1975), y un breve panorama de los métodos de
una de las mejores introducciones a las verificación de la validez- y fiabilidad en
estrategias de medición es la d e W . Phi- Edward G. Carmines y R ichard A. Zeller,
Iips Shively, Thc Craft of Political Re- Reliability and ValidityAs.tessment (Be.
$carch. 2.- ed. (Englewood Cliffs. N. 'j.: verly Hills, Calif.: Sage, 1979).
Prentice-Hall, 1980). Expone a lgunruo en.
roques más aVllnzados de la medición H .
M . Blalock, Jr., ed., Meas!Jrement in the Ejercicios de investigación
S ocial Sciences (Chicago: Aldine. 1974),
y H . M. Bla lock, Jr., ConceptualizBtion 1. E n una de las publicaciones de cien·


snd Measurement in the Social SciellCl':3 cia polítif 99 ..ameradas en e l capitulo 3,

(
MANHEIM, J. y RICH, R. C. (1988). Análisis político
empírico. Métodos de investigación en ciencia
política. Madrid: Alianza.
De lo abstracto B /o 00fJCret0 W1 e
e
kx:alizar un artículo que ¡nforFo\(: sobre los
resultados de una investigación empírica.
culo seleccionado para el ejercido 2, idear
por kl menos dos teonas de medición
e
Hallar dos: conceptos principales de dicho distintas que muestren cómo se p~en e
articulo, como mínimo, y exponer po¡ es·
crito cómo ha sido operacionalizado cada
producir cambios e n cada indicador k.
pleado en el articulo 8 consecuencia á~ tos
e
uno de e llos. Si en el articulo sólo se hace cambios de alguna variable diferenti de e
una operacionalización de cada concepto,
describir al menos otras dos de cada uno.
la utilizada para representarlot;. Dicho de
otro modo, detectar por lo menos dos
e
Si se hace más de una operacionalizadón, posibles causas de invalidez para cada e
describir al menos una operacionalización
optativa de cada concepto. En lo posible .
indicador.
4 . Utilizando uno de los artículos esco-
e
las operacionalizaciones se basarán en in· gidos en cualquiera de los ejercicios ante- e
dtcadores cuya forma sea diferente a la riores.. hallar dos medidas clave que se e
utilizada e n el artículo.
2. Seleccionar otro artículo eSpe<iali.
hayan empleado en él. Indicar cuál de los
tres grandes métodos de veriflC8ción de e
zado que infonne sobre los resultados de Habilidad de las medidas es adecuado e
uno investigación empírica. Descubrir a l
menos dos de los conceptos principales
utilizar para comprobar la Habilidad de
éstas, y justificar su elección. Exponer
e
empleados y exponer cómo fueron opera· cómo se establecerlon Las observaciones e
cionalizados. Establecer una linea de ra·
zonamiento por la Que quepa esperar Que
necesarias para efectuar la verificación de
cada medida. Por ejemplo, .Al principio
e
el indicador escogido para cada variable y al final de cada una de las entrevtsw, e
camble cuando lo hagan los valores de la
misma. En otras palabras, establecer una
incluiría una versión de la pregunta en
que se basa la medida, y compararia lal>
e
leerla de la medición que ju:otifique el respueUas que diera cada entrevistado a
empleo de ese indicador. ambas preguntas •.
3. Sirviéndose de las variables del artí.

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