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REFLEXIONES SOBRE EL DECÁLOGO DEL

ABOGADO DE EDUARDO J. COUTURE

Ensayo

Presentado por
María Elizabeth Quintana Narváez
José Luis Chicangana Muñoz

Docente
Ana Patricia López

Asignatura
Ética

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA AUTÓNOMA DEL CAUCA


FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS
PROGRAMA DE DERECHO
X SEMESTRE - NOCTURNO
ABRIL DE 2018
POPAYÁN.

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REFLEXIONES SOBRE EL DECÁLOGO DEL ABOGADO

(EDUARDO J. COUTURE)

El catálogo del Abogado escrito por Eduardo J. Couture (1904 – 1956), Jurista y docente, profesor
titular de Derecho Procesal en la Universidad de la República. Dirigió la “Revista de Derecho,
Jurisprudencia y Administración”, fue Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y
Presidente del Colegio de Abogados. Sobre los temas de su especialización (procedimientos
jurídicos y organización de tribunales) dictó cursos universitarios y conferencias en varios países y
también dio a conocer diversos trabajos, entre otros un frecuentado “Vocabulario jurídico”.

Couture presidió el Instituto Cultural Uruguayo – Brasileño y fue miembro de Número y vice –
presidente de la Academia Nacional de Letras. De su viaje por países de América Latina, Europa y
Estados Unidos dejó testimonio en un libro, “La comarca y el mundo” (1953). Su famosa frase
quedará grabada para la posteridad: “Si el Derecho se contrapone con la Justicia, inclínate por la
Justicia”. Fue un insigne “Procesalista” propulsor del Derecho Procesal Civil en la Universidad de
Montevideo, república oriental del Uruguay Chanamé (1995).

El Decálogo del Abogado indica los mandamientos que debe seguir quien ejerce la profesión de
abogado, satisfaciendo tanto las exigencias de la libertad humana, como las de la justicia social,
adaptadas a las necesidades actuales. Flores (2002), manifiesta que este Decálogo es un documento
que contiene un mandamiento de conducta y ética que la doctrina y los reglamentos profesionales o
corporaciones imponen a los abogados en el ejercicio de su profesión.

Así las cosas, la abogacía, debe ser moldeada de acuerdo al caso, al abogado y diversas
circunstancias que rodean a ambos sin olvidar las reglas y leyes que se han impuesto en la sociedad;
por lo que se puede convertir en algo muy justo, siempre y cuando se ejerza como una virtud y no se
vea simplemente como un negocio, lo cual es parte de los valores y principios que rigen a cada uno
de estos seres humanos llamados abogados. El Decálogo del Abogado establece diez postulados
importantes frente a la conducta y formación del abogado, así como su desempeño y manejo
adecuado del derecho y la justicia dentro de su ejercicio profesional.

En el primer postulado (estudia), Couture nos habla de que se debe estudiar, ya que el derecho se
transforma constantemente y si no se siguen los pasos, uno será cada día un poco menos abogado.
Frente a este postulado vale la pena destacar que el derecho es cambiante así como lo es la vida
cotidiana, y por ello se debe estar actualizado con el acontecer social y jurídico para estar siempre a
la vanguardia normativa. De esta forma el abogado encontrara nuevas opciones y tendrá plena
seguridad en sus acciones con un estudio y tendrá la certeza de estar al día y tener el conocimiento
para cualquier situación que se le presente.

En el segundo postulado (piensa), el autor nos habla de que el derecho se aprende estudiando, pero
se ejerce pensando; El abogado por más conocimiento y experiencia que tenga no debe dejarse
llevar por la primera convicción que se le venga a la mente, sino hacer un profundo análisis de los
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factores jurídicos y de posibles alternativas que pueden dar lugar a una mejor solución. Se debe
tener un pensamiento muy amplio en base al trabajo ya que si bien es necesario estudiar, también se
debe ser hábil a la hora de razonar para expresar los pensamientos ya que esta es la base del éxito.
Para ejercer la carrera de derecho, es necesario conocer una serie compleja de disposiciones
jurídicas, mas no implica que se deba aprender de memoria su contenido, es importante comprender
y entender cuándo y por qué se aplican, así como las obligaciones y derechos que conceden, y en
consecuencia por el ejercicio diario y su utilización respectiva se aprendan de memoria, hay
aprender a pensar y analizar la ley, comprender su sentido, no solamente su contenido en sentido
estricto.

Refiriéndonos al tercer postulado (trabaja), nos damos cuenta de que el autor hace referencia a
que la abogacía es de ardua fatiga que es puesta al servicio de la justicia; es así que la justicia se
necesita aplicar en todo momento y en el momento en el que el cliente llame o alguien lo solicite se
debe estar ahí. El abogado no debe tener tiempo para el cansancio ya que la justicia nunca se
detiene. Para lograr el éxito solamente el trabajo y la constancia permite un desarrollo en el abogado
de forma exitosa. De esta forma, para lograr ser un buen abogado será el trabajo diario lo que hará la
diferencia entre los demás.

Continuando con el cuarto postulado (lucha), el autor menciona que se debe luchar por el Derecho,
pero el día que exista un conflicto entre el derecho con la justicia, se deberá luchar siempre por la
justicia. De acuerdo a ello, coincidimos en que el fin del derecho es que la justicia abra conflictos y
dificultades pero siempre se deberá luchar por que haya justicia y de esta manera que cada persona
reciba lo que merece de acuerdo a sus acciones. Así, la justicia debe primar sobre el derecho el cual
es una herramienta para que la justicia funcione de la mejor manera.

En el quinto postulado (se leal), el autor nos habla de que debemos ser leales con nuestros clientes,
a quienes no se deben abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Tambien se debe ser
leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal. Leal para con el juez, que ignora los hechos y
debe confiar en lo que se le dice; y que, en cuanto al derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el
que se le invoca. Es así que se debe intentar ser leal con todo el mundo para que todo el mundo
intente ser leal con uno.

La lealtad es muy fundamental en el abogado con el cliente, no hay que abandonarlo por más que se
complique el caso decirle la verdad en todo momento, decir la verdad con el juez ya que él no ha
visto los hechos el abogado es quien se lo hace saber y el confía en él. La lealtad obliga al abogado a
decir la verdad, hacer conocer el alcance del problema mantener informado sobre el avance del
proceso, demostrar interés por la causa, actuar con agilidad, instruir al cliente sobre lo que debe
hacer o decir, presentar toda la prueba posible, no tolerar ni renunciar derechos sin el expreso
consentimiento del cliente, estos deberes son fundamentales para ser un buen abogado.

El sexto postulado (tolera), el autor hace referencia a la tolerancia frente a la verdad ajena en la
misma medida en que el abogado quiera que sea tolerada su propia verdad.

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Es así que no hay que juzgar, hay que ser tolerante y dejar hablar a la contraparte ya que si se quiere
respeto se debe ofrecerlo, si escuchamos seremos escuchados aunque no se esté de acuerdo y sean
diferentes nuestros datos, por lo tanto debemos ser tolerantes en todo momento.

El séptimo postulado (ten paciencia) se refiere según las palabras del autor a que el tiempo se
venga de las cosas que se hacen sin su colaboración; es decir que se debe ejercer de manera tal de no
presionar nuestras acciones y ejercer de forma tal que sigamos todos los protocolos, plazos, etc y
que conforme al tiempo, sus resultados van llegando poco a poco en justa medida y al tiempo que
es.

Refiriéndonos al octavo postulado (ten fe), podemos observar que el autor nos enfoca hacia la fe en
el Derecho, como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la Justicia, como destino
normal del Derecho, en la Paz como substitutivo bondadoso de la Justicia; y sobre todo, fe en la
Libertad, sin la cual no hay Derecho, ni Justicia, ni Paz. De esta forma la fe es la esperanza que tiene el
abogado en el ejercicio de su profesión buscando siempre servir en beneficio del bienestar de la
comunidad y el perfecto orden social que debe funcionar en total libertad sin opresiones de ningún
tipo.

Con respecto al noveno postulado (olvida) nos refiere el autor que la abogacía es una lucha de
pasiones, a lo cual a medida que se avance en cada batalla jurídica dentro de nuestro ejercicio, se
podrán presentar momentos difíciles y tensos que no pueden llenar el alma del abogado de odio ni
rencor, sino por el contrario ser visto como experiencias propias del oficio y por ende se debe olvidar
dichas tensiones producto ya sea de victorias o de fracasos.

Finalmente, Couture nos indica el ultimo postulado (ama tu profesión), el cual sin desmeritar
ninguno de los anteriores es quizá el más importante desde nuestra concepción, a tal punto de que la
abogacía debe ser no solo nuestra profesión sino ser parte de nuestras vidas como lo es nuestra familia
y de acuerdo a ello saber que gracias al derecho seremos personas integras, correctas, llenas de
valores, conocimientos y principios que nos ayudaran a orientar no solo nuestras vidas sino la vida de
quienes amamos y como el mismo autor lo manifiesta, ser un honor proponer ser abogado a nuestros
hijos el día en que ellos nos pidan un consejo para su vida y para su destino.

En suma, el catálogo del abogado permite que como estudiantes de Derecho, seamos conscientes de
lo que realmente significa esta profesión, de la gran responsabilidad que comprende dentro de la
sociedad y de las repercusiones que trae consigo cuando no se ejerce correctamente. Igualmente,
busca proteger y salvaguardar la moral y la integridad física de un abogado, imponiendo con ello un
conjunto de valores que consagran la ética profesional del individuo. Consiguiendo con ello que la
aplicación de los derechos humanos sobrepasen la rigidez de las leyes en la actualidad, “ya que todo
derecho es una ley, pero no toda la ley consagra un derecho” (Bautista, 2002).

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 https://www.gestiopolis.com/analisis-del-decalogo-del-abogado-couture/

 Chanamé Orbe, Raúl. Diccionario jurídico moderno. Lima, Ed. San Marcos, 1995.

 Couture, Eduardo J. Los mandamientos del abogado. Comentados. México, IURE editores,
2002.

 Flores Polo, Pedro. Diccionario jurídico fundamental. 2° ed. Lima, Grijley, 2002.

 J. Eduardo, «Los Mandamientos del Abogado,» Revista de la Escuela Nacional de


Jurisprudencia, vol. LII, nº 238, 2002.

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