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COMO SER EGRADABLE

Si bien todos tienen derecho a tener su propia personalidad y su


propia forma de expresarse, existen pasos básicos que pueden
seguir para mejorar las relaciones con los demás. Darle una mejor
impresión a los que te rodean y desarrollar una mejor reputación
puede darte buenos resultados en las relaciones interpersonales,
en el desarrollo de tu carrera y en la socialización.

Parte 1
Ser agradable en una conversación
cotidiana
1. Ser Sé respetuoso y educado con todos
los que conozcas.
Es decir, con tus amigos, con completos extraños y sobre todo
¡contigo mismo! Si juzgas y desprecias a otras personas, lo más
probable es que te devuelvan los mismos sentimientos negativos.
Hacer que otros se sientan bienvenidos y apreciados te dará
buenos resultados al momento de hacer amigos.
 Interactúa con extraños de manera agradable y tranquila, pide
favores con paciencia, respóndele a los demás con prontitud y
no olvides decir por favor y gracias.
 Recuerda que todos con los que interactúas también son seres
humanos. Sólo porque le pagues a alguien para que atienda tu
mesa no te da el derecho de ser irrespetuoso; trátalos como te
gustaría que te tratasen si estuvieses en su lugar.
 Como J.K. Rowling dijo, "es más fácil ver cómo es un persona
por la manera en la que trata a sus inferiores, no a sus iguales".

2. Ten confianza en ti mismo


A las personas les gusta estar junto a otras que tienen confianza
en sí mismas sin llegar a ser arrogantes. Confía en quien eres sin
pisotear constantemente a los demás. Un nivel de confianza
saludable es saber que eres grandioso, pero que siempre hay
alguien mejor que tú.
 Si siempre te críticas y pareces descontento contigo mismo,
corres el riesgo de que los demás sientan lo mismo por ti.
Después de todo, si no estás satisfecho con tu persona, ¿por
qué otros deberían estarlo?
 La otra cara de la moneda es igual de mala, si eres demasiado
engreído, la gente pensará que te agradas tanto que no
necesitas la aprobación los demás. Tu objetivo es ser feliz, no
sufrir de orgullo en exceso.

3. Sé honesto, pero con cuidado.


Es especialmente importante ser honesto con tus amigos y con las
personas que te piden consejo. Generalmente, la gente puede
darse cuenta cuando alguien miente y finge; a nadie le agrada las
personas que no son sinceras. Las personas con las que quieres
relacionarte no deberían tolerar a los mentirosos.
 Cuando alguien pregunte “¿esto me hace ver gordo(a)?” (sí, es
un cliché, pero es un ejemplo clásico), haz tu comentario con
delicadeza, de una manera en la que no vaya a molestarse. Si
sabes lo que está de moda, dile la RAZÓN. Si eres honesto,
confiará en ti y apreciará tu ayuda.
 Ser despiadadamente honesto con alguien que no solicite tu
consejo es una mala idea. Hacer un comentario como ese puede
provocar respuestas de aprecio o miradas ofendidas
dependiendo de la personalidad del individuo, así que juzga la
situación bajo tu propio riesgo. Probablemente debas evitar los
comentarios negativos, sin importar lo honestos que sean, con
gente a la que no conozcas bien o con los que no tengas una
buena amistad.

4. Escucha.
No hay una sola persona en el planeta que sienta que recibe
demasiada atención (por lo menos ninguna a la que no la sigan
constantemente los paparazzi). Cuando los seres humanos
participamos en una conversación, la mayoría de nosotros
buscamos a alguien que se interese verdaderamente en lo que
tenemos que decir, el aporte de la otra persona es secundario. ¡No
creas que eres aburrido! Estás dejando que la otra persona se
sienta bien consigo misma.
 Sin embargo, es importante escuchar activamente. Si alguien
habla sin parar acerca de la manera más efectiva para bañar a
su perro, mirar a otro lado, aun cuando tengas las ganas de
hacerlo, no es propio de un buen oyente. Trata de involucrarte
en la conversación todo el tiempo, tu mirada, el asentir con la
cabeza, el hacer comentarios y preguntas, además de la
posición de tu cuerpo, todo debe estar completamente centrado
en esa persona.

5. Haz preguntas.
Una parte importante de ser un buen conversador (y también
cuando escuchas) es hacer preguntas. Luego de sostener una
conversación con un maestro del jiujitsu social, uno se aleja
caminando sintiéndose bien y sin darse cuenta de que no aprendió
absolutamente nada acerca de él debido a que estuvo hablando
demasiado. Sé como ese maestro. Pregunta quién, por qué o
cómo. La otra persona se sentirá apreciada, querida y continuará
con su discurso quitándote la presión de encima. Y le agradarás
por eso.
 Mantén una conversación abierta. Si tu colega de la oficina Jill
dice, “Dios mío, acabo de pasar horas en este maldito
PowerPoint”, intervén y pregúntale para qué era, por qué le tomó
más tiempo de lo normal o cómo llevó a cabo su investigación.
Incluso un tema sin importancia como el de un PowerPoint
puede iniciar una buena conversación en la que Jill sienta que le
prestan atención.

6. Llama a la gente por su nombre.


Una de las reglas del libro masivamente exitoso de Dale Carnegie,
“Cómo hacer amigos e influir sobre las personas” es usar el
nombre de una persona durante una conversación. Oír nuestro
propio nombre activa una región de nuestros cerebros que
permanece dormida ante cualquier otro sonido[1] y nos gusta.
Nuestros nombres son nuestra identidad y charlar con alguien que
los utilice nos hace sentir que somos reconocidos. Así que la
próxima vez que hables con un conocido, menciona su nombre. Lo
más probable es que sienta un vínculo contigo que podría no existir
de otra manera.
 Esto es bastante fácil de hacer. La forma más obvia es agregar
el nombre en el saludo. “Hola Roberto, ¿cómo estás?” es algo
mucho más personal que “Hola, ¿cómo estás?”. Si eres lo
suficientemente cercano a tu amigo como para decirle, “¡Hola
Beto, mi amigo! ¿cómo estás?” hazlo. Aparte del saludo, puede
usar su nombre ocasionalmente en cualquier lugar. Por ejemplo,
iniciando una conversación, “Beto, ¿qué piensas de esto para mi
escritorio?” o simplemente como un comentario, “Beto, estás
haciendo el ridículo de nuevo”. Roberto se sentirá prácticamente
como si fuera tu mejor amigo.

7. Conoce a tu público.
Es probable que conozcas a gente de diferentes grupos sociales.
Agradarle al grupo de las personas más populares de la escuela
(si es que en verdad son capaces de apreciar a alguien) es algo
completamente distinto a salir un viernes por la noche con tus
compañeros de la clase de ingeniería en Harvard. Así que debes
saber con quién estás tratando. ¿Cuáles son sus gustos?, ¿qué
parecen valorar?, ¿cuáles son sus intereses?
 Si quieres que te estimen de verdad (ser popular y ser apreciado
no son lo mismo), es tu día de suerte: por lo general, a todos los
seres humanos les gustan las mismas cualidades. Y no, la
riqueza y el atractivo no están en lo más alto de la lista. Según
un estudio reciente, la confianza, la honestidad, la cordialidad y
la amabilidad son las cualidades con la máxima calificación y son
las más valoradas (en todas las relaciones), seguidas de cerca
por la extraversión, la inteligencia y el sentido del humor.

8. Reconoce la reciprocidad.
Puedes hacer todas las preguntas que quieras, ser muy educado,
decir siempre las cosas adecuadas y a veces, las personas
seguirán sin entenderlo. Si cada vez que te acercas a Johnny
milagrosamente recibe una llamada, capta la indirecta. Dirige tu
energía a otra parte. Cosas como esta pasarán, no puedes
agradarle a todos. Si bien es importante hacer un esfuerzo, hazlo
donde valga la pena.
 Las relaciones se tratan de dar y recibir. Si eres el que siempre
hace el esfuerzo, el que envía mensajes de texto, el que se
complica la vida para ser amable y amistoso, examina la
situación. Si hay una explicación (la otra persona atraviesa un
difícil momento, trabaja 60 horas a la semana, etc.), es posible
que tengas que hacer la mayor parte del trabajo. Pero si no se
comporta de la misma manera con los demás y parece nunca
tener tiempo para ti, entonces cambia de rumbo. No puedes ser
amigo de todo el mundo.

9. Haz reír a los demás.


Todos aprecian a las personas que pueden aliviar la tensión en el
ambiente y hacerlos reír. Un buen sentido del humor puede dar
muy buenos resultados. Cuando los demás sepan que eres
bromista y que buscas pasar un buen rato, querrán unirse.
También es una buena manera de ser accesible porque las
personas sabrán qué decir (quieren que las estimen tanto como a
ti), ¡y también sabrán que pueden bromear contigo! De esa
manera, todos ganan.
 Si algunas veces los demás tienen que burlarse de ti, ¡excelente!
Si también puedes reírte, entonces estás listo. Eso demuestra
que eres centrado y que no te preocupas demasiado por tu
imagen, dos cosas muy buenas. Además, estudios muestran
que burlarte de ti mismo hace que los demás te estimen y
confíen más en ti, te conviertes en una persona
auténtica.[3] Tiene sentido, ¿no?

Parte 2
Dominar el lenguaje corporal agradable
1. ¡No olvides sonreír!
Puedes emanar una buena vibra con este sencillo gesto además
de mejorar el humor de todos a tu alrededor. Incluso si no te
sientes lo suficientemente feliz o no estás de muy buen humor, a
veces la acción voluntaria de tus músculos dibujando una sonrisa
en tu rostro puede desencadenar sentimientos de regocijo y
felicidad.
 Piensa en cosas felices o en momentos pasados que te hayan
hecho reír con el fin de generar una sonrisa auténtica. ¡Por lo
menos, la gente se preguntará de qué te ríes!
 Fruncir el ceño requiere más músculos que sonreír y es por una
buena razón. Todo el mundo debería sonreír más a menudo en
lugar de fruncir el ceño.

2. Sincérate.
La verdad es que a todos quieren ser apreciados. Todos. Es simple
lógica, mientras más te quieran, más fácil es tu vida. Dado que
todos pelean la misma batalla que tú, ayúdales un poco. Sé
accesible (cuando no seas tú quien se esté acercando, cosa que
deberías hacer). Sonríe, no cruces los brazos y deja tu teléfono a
un lado. El mundo está frente a ti. ¿Qué cosas vendrán a ti si lo
permites?
 Piensa en las personas con las que quieres entablar una
amistad. Lo más probable es que para describirlas no utilices un
adjetivo como “malhumoradas”. Si quieres poner de tu parte para
hacer un amigo, asegúrate de que tu vibra sea acogedora.
Relaja tu cuerpo, muéstrate comprometido con el medio
ambiente y observa a las personas. Tendrás ganada la mitad de
la batalla, de veras.

3. Haz contacto visual.


¿Alguna vez has hablado con alguien que haya estado mirando a
todos lados de la habitación menos a ti? Es una sensación
bastante desagradable, tanto que ni bien te percatas de ello,
sientes las ganas de callarte inmediatamente y ver si la otra
persona reacciona. No hagas eso. Si alguien te dice algo de
improviso, es normal distraerse (no deseas iniciar un concurso de
miradas), pero si en verdad le interesa el tema en cuestión,
préstale atención. ¡Tú también querrías lo mismo!
 Algunas personas tienen problemas para mirar a los ojos,
simplemente no pueden hacerlo. Si ese es tu caso, intenta
engañarte a ti mismo y mira al puente de la nariz o a las cejas.
Las personas tienden a desconcertarse un poco cuando no las
miras de frente, así que engáñalas tanto a ellas como a ti mismo
manteniendo la mirada en los alrededores de sus orbitales.
4. Imita a tu interlocutor.
Una forma conocida de incrementar inconscientemente la relación
entre dos partes es mediante la imitación o la mímica, en donde
ambas personas terminan teniendo la misma postura, expresión
facial, distribución del peso, posición general del cuerpo, etc.
Considera la posibilidad de jugar con esto cuando te encuentres
en una conversación, una “semejanza” percibida puede dar
buenos resultados. Sin embargo, como se supone que debe ser
de forma inconsciente, no juegues demasiado con esto, ¡podrías
terminar siendo absorbido!
 Generalmente, esto es bueno cuando se trabaja con colegas, no
con superiores. Estudios recientes han afirmado que se puede
producir el efecto contrario (sentimientos de frialdad, etc.)
cuando dos sujetos no se encuentran dentro de un escenario
apropiado (temas de dinero, problemas laborales, etc.). Así que
emplea esta estrategia únicamente con el grupo de amigos al
que quieras acercarte y no con tu jefe.

5. Muestra deferencia.
Es probable que en un determinado punto de tu vida alguien te
haya hecho hincapié en la importancia de mantener los hombros
hacia atrás, la cabeza en alto y tener un fuerte apretón de manos.
Si bien todas estas normas son apropiadas en una determinada
situación (como en una entrevista de trabajo), esta no se aplica al
momento de hacer amigos y agradarle a la gente. Tu cuerpo debe
estar relajado, no tenso. Demuéstrale a la otra persona que no la
estás desafiando con tu postura.
 Piensa en saludar a alguien. En ese video en el que Bill Clinton
y Nelson Mandela se encuentran (dos personas que tienen
derecho a pensar que son importantes), ambos muestran
deferencia, una ligera inclinación y un paso al frente, empleando
el brazo libre para darse un toque extra, mientras sonríen.[5] Ellos
expresan su respecto y agrado mutuo, lo que hace que el aprecio
sea recíproco.

6. Utiliza el poder del tacto.


Los seres humanos necesitan de otros seres humanos para
sobrevivir y, por supuesto, para ser felices. Los bebés que no son
tocados lo suficiente no crecen de la manera adecuada. ¡Y eso es
algo que no desaparece exactamente en la adultez! Si quieres
establecer un vínculo más sólido con alguien, encuentra pequeñas
oportunidades para tener contacto físico. ¡Un contacto apropiado,
por supuesto! Un roce en el brazo o en el hombro, o incluso el
chocar las manos. Esos pequeños momentos se convierten en
conexiones cuando se añade el contacto físico.
 Piensa en alguien caminando hacia ti y diciendo, “¡Hola!, ¿cómo
estás?”. Ahora imagina a la misma persona caminando hacia ti
y diciendo “¡(tu nombre)!, ¿cómo estás?” y dándote un leve toque
en tu brazo mientras pasa. ¿Con cuál saludo tienes la sensación
de calor en tu interior? Probablemente con el segundo, ¿no?
Utilízalo, no te cuesta nada.

Parte 3
Pensar en lo que debes hacer
1. Aprecia a la gente.
Sin duda, la forma más fácil para agradarle a una persona es
apreciándola. No hace falta ser un genio para saberlo, ¿no?
Seguro has estado cerca de alguien a quien no parecía importarle
si estabas allí o no. Y probablemente has estado cerca del otro tipo
de personas, las que te hacen sentir apreciado y están claramente
felices de tenerte allí. ¿A cuál prefieres más?, aun cuando no
puedas explicarlo.
 No puedes esperar el aprecio de las personas si no eres capaz
de sentir lo mismo por ellas. Lo más probable es que te agrade
la gente que a la quieras agradar (¿por qué más te importaría?),
¡así que déjalo en claro! Sonríe cuando los veas entrar en la
habitación, conversa con ellos, comenta sobre un detalle que
hayan mencionado el miércoles pasado para demostrarles que
sí estabas escuchando. Las pequeñas cosas harán que los
demás vean que eres una persona auténtica.

2. Sé positivo.
Todo el mundo quiere estar cerca de esa persona con esa alegre
disposición que ilumina todo el ambiente. Y lo opuesto también se
aplica, nadie quiere estar cerca de alguien negativo. Para hacer
que los demás te aprecien, sé positivo. Eso significa sonreír, ser
entusiasta, feliz y mirar las cosas por el lado bueno. Quizás
conozcas a alguien así que te sirva de modelo.
 Esto es algo que debes hacer todo el tiempo. Será difícil
demostrar tu positivismo frente de los demás cuando eres
negativo a solas. Debes entrenar tu cerebro para que adopte
ciertos hábitos, el positivismo debe ser uno de ellos. Siempre
trata de pensar positivamente cuando estés solo; de esa manera
se volverá una costumbre en muy poco tiempo.
 Conoce el momento adecuado para simpatizar con alguien.
Existe un determinado nivel de vinculación en el cual puede
haber quejas. Hablar con tus compañeros de trabajo acerca de
lo terrible que es el nuevo jefe fomentará la amistad, pero si es
lo único que haces, se te asociará con la negatividad. Quéjate
con moderación y hazlo sólo para relacionarte, no para
comenzar una conversación ni para cambiar el curso de esta.

3. Piensa en tus fortalezas únicas y busca


las oportunidades para exhibirlas.
¿Qué talento o cualidad admiran tus amigos en ti? ¡Muéstraselos
al mundo! Las personas se sienten naturalmente atraídas hacia
aquellos con pasiones y habilidades. Nos hace útiles, valiosos e
interesantes. Cualquiera sea tu habilidad, demuéstrala con orgullo.
 Si eres un buen cantante, asiste a las noches de karaoke y
entretén al auditorio. ¿Sabes hornear? Lleva una sorpresa a la
oficina. ¿Eres un buen pintor? Invita a un grupo de amigos a tu
exhibición o simplemente cuelga uno de tus cuadros en el área
común. Deja que todos vean tu personalidad para que te
conozcan un poco mejor.

4. Lo más importante, recuerda ser tú


mismo.
Es imposible agradarle a todo el mundo, las personalidades
distintas inevitablemente acabarán teniendo choques en algún
punto de tu vida, pero te ganarás la admiración de quienes sean
compatibles contigo y de los que importan.
 A las personas les agrada la gente sincera y auténtica, así que
evita cambiar tu personalidad hasta el punto en que te sientas
incómodo con tus acciones. Aparentar puede ser una señal de
alerta para aquellos con los que te relacionas bien. Sé sincero
con todo lo que dices y haces. Si quieres que la gente te aprecie,
ten buenas intenciones y estarás bien.

5. Ten en cuenta que los demás sólo se


impresionan “momentáneamente” con las
cosas superficiales
A ellos les agrada lo auténtico. Así que, si bien ese bolso Coach o
ese abdomen bien marcado pueden conseguirte un par de fans,
no será algo realmente significativo y definitivamente no durará. Es
tentador pensar que ser atractivo hará que la gente te aprecie, y
en verdad lo hará, pero sólo hasta cierto punto. Debes tener las
cualidades para necesarias para respaldar ese aprecio. Si los
demás descubren que eres un patán mentiroso, te abandonarán
como un saco de papas independientemente de tu aspecto físico.
 En un estudio reciente, se les preguntó a las personas qué
cualidades creen que los demás buscan en los amigos y en las
relaciones humanas. Los resultados más altos fueron dinero,
apariencia y condición social. Sin embargo, cuando se les
preguntó qué cualidades valoraban respondieron con cosas
como honestidad, cordialidad y amabilidad. La sociedad nos dice
(injustamente) que la apariencia y el dinero son más importantes
que cualquier otra cosa y en el fondo sabemos que no es
verdad.[2] Si quieres que la gente te aprecie de verdad,
preocúpate por lo que hay en tu interior, no en el exterior.
 Dicho esto, la higiene es importante. Probablemente las
personas no te prestarán atención si hueles como si acabaras
de salir de una granja de estiércol. Aun cuando tengas la
personalidad de la Madre Teresa y de Bill Cosby, es probable
que todos te den la espalda. Así que toma una ducha, cepilla tus
dientes, mírate en el espejo antes de ir al trabajo y sal con una
sonrisa.
6. Admite que te sientes vulnerable.
El querer ser apreciado te pone a merced de todos los demás. Salir
de tu caja para lograr esto te hará sentir un poco incómodo. Las
acciones que tomes te atemorizarán. Eso es bueno, es un desafío
y promueve el crecimiento como persona. Mientras sigas sintiendo
que eres tú mismo, desarrollarás tu carácter y lo mejorarás. Puede
ser atemorizante, pero valdrá la pena.
 Existe una diferencia entre querer que los demás te aprecien y
necesitarlo para sentirte feliz. No debes basar tu autoimagen en
la aprobación de otros; eso sólo te hará sufrir en muy poco
tiempo. Pero si te sientes a gusto contigo mismo y sólo quieres
ser bien recibido, entonces es una elección respetable. Las
personas verán eso y responderán. Ese factor miedo
desaparecerá con el tiempo.

7. Controla tus inseguridades.


La mayoría de personas se alejan de aquellos que no pueden
deshacerse de sus inseguridades. Decir algo como, “está bien…
es suficientemente bueno para mí” o comentar continuamente
acerca de lo gordo o feo que eres les dará a entender a los demás
que no te quieres a ti mismo. Esa negatividad personal no le
interesa a nadie, así que déjala afuera. No es buena para ti ni para
tus amistades.
 Inseguridad es el nombre que le damos a los sentimientos que
tenemos y al comportamiento que demostramos cuando no nos
sentimos cómodos con nosotros mismos. El no sentirte cómodo
contigo mismo arruinará el ánimo de todos los que te rodean y
muchos de ellos no van a soportar eso. No te preocupes por
parecer humilde o arrogante. Di las cosas como son. Eres
valioso, todos lo somos.

8. Puedes controlar tus pensamientos.


La negatividad es algo que puedes aprender y desaprender; nadie
dice, “Dios mío, mi bebé es tan negativo”. Si te es difícil ser
positivo, ¡eres el único que puede cambiar eso! Tu cerebro es
flexible y puedes adiestrarlo. Sólo tienes que ponerte a trabajar y
hacerlo.
 La forma más simple de comenzar es detenerse. Deja la
negatividad de lado. Cuando te des cuenta que estás pensando
algo malo de ti mismo, no termines el pensamiento. Sustitúyelo
por algo un poco más realista y positivo. Te sentirás mejor.
Sustituye “estoy tan gordo” por “me gustaría perder algo de peso,
¿cómo podría hacerlo?” y una nueva línea de pensamiento
surgirá. Es hora de comenzar.

9. Despreocúpate de las ideas


preconcebidas de otros.
Hemos hablado de cómo la confianza es una cualidad muy
agradable y ser indiferente con la manera en la que te presentas
tiene casi el mismo efecto. Cuando comiences a presentarte, los
demás se darán cuenta. Piensa en el chico que “se pavonea” en
una fiesta. Intenta hacer gala de su machismo para que todos lo
noten. No es atractivo, es hipócrita y, francamente, es triste; cree
que su verdadero yo no es lo suficientemente bueno. No seas
como él.
 No importa si eres un tonto, un hipster o un deportista. Si las
personas piensan que tu gusto por las cosas superficiales te
hace ver como un tonto, deja que se equivoquen. Si piensan que
el ser vegano te hace ser una persona liberal y excéntrica,
perfecto. Es incluso hilarante. La gente te juzgará, así que deja
que lo haga. Pueden pensar lo que quieran. No debería tener
ningún efecto en ti.

Parte4

Adoptar hábitos agradables


1. Sé cordial y amable.
¿Sabes por qué las personas tímidas tienen mala reputación?
Porque los demás confunden su timidez con una actitud fría y
distante. Esas son dos cualidades que realmente intimidan a la
gente y la aleja. ¡Así que sé lo opuesto! Ser cordial y amable son
actitudes altamente valoradas en cualquier sociedad, demuestra
que tienes en mente los intereses de otras personas y que quieres
lo mejor para ellas. ¿A quién no le gustaría eso?
 Inicia actos de amabilidad al azar. Haz cosas por otras personas,
incluso si no las conoces. Sostén la puerta cuando entres o
salgas de un edificio, recoge algo que se le haya caído a un
extraño y ofrécete a tomarle una fotografía a un grupo de
personas que veas con la intención de hacerlo. Este tipo de
altruismo inspira a otras personas a hacer lo mismo a cambio,
no sólo por ti, sino también para otros en sus vidas.

2. Sé extrovertido… hasta cierto punto.


En términos generales, las personas valoran un cierto nivel de
extroversión. Tiene sentido: todos queremos que conversar y ser
sociable sea algo sencillo, y las personas extrovertidas disminuyen
el riesgo de incomodidad. Si te sientas en la mesa sin contribuir a
la conversación, bueno, bien podrías estar en cualquier otro lugar.
¡Conversa! Deja que tu voz se oiga. ¿De qué otra manera los
demás descubrirán que eres valioso?
 Sin embargo, si sabes que no eres capaz de cerrar la boca
cuando empiezas a hablar, podrías bajar el tono de tu voz. Si
bien a todos les agrada un buen conversador, a nadie le gusta
pasar su tiempo con alguien que no deja hablar al resto. Si los
últimos 5 comentarios que se hicieron en la conversación fueron
tuyos, entonces deja de hablar por un momento. Es posible que
la otra persona no sea del tipo que interviene mientras alguien
habla; podría necesitar una invitación para hacerlo. Pregúntale
su opinión para que comparta su punto de vista contigo.

3. No seas un adulador.
A las personas les gusta la gente agradable, no aquellos que se
mueren por serlo. Si todo el tiempo halagas a los demás y los
sigues a todas partes como si fueras un cachorro, no conseguirás
lo que quieres. Por más que seas agradable, te verán como un
mosquito molesto que necesita que alguien lo aplaste. Evita ser
una persona dependiente de los demás.
 Si permaneces atento, podrás ver las pistas. Si alguien no te
devuelve las llamadas, sólo te habla por cortesía, no hace
muchos esfuerzos por verte mientras que tú siempre lo invitas a
salir, es posible que seas un adulador. Si bien tus intenciones
son buenas, mostrar desesperación no es atractivo. Retrocede y
ve si esa persona viene a ti.
4. Pide favores.
Si alguna vez has escuchado del efecto Benjamín Franklin, sabrás
a donde va esto, Resulta que a menudo nos basamos en nuestro
propio comportamiento para determinar la manera en que
pensamos. Si haces algo bueno por alguien, te agradará más esa
persona. Si le haces daño a alguien, te agradará menos. Todo se
trata de la disonancia cognitiva.[6] Así que pide un favor, si la otra
persona acepta, es posible que termines agradándole más.
 La idea aquí es que inconscientemente observamos nuestro
comportamiento y nos preguntamos a nosotros mismos por qué
lo hicimos. ¿Por qué le presté mi taza de café favorita a esa
persona que apenas conozco? Bueno, caramba… debe ser
porque me agrada. ¡Esa es la idea! Curiosamente, decidir que
una persona nos agrada no es diferente de en verdad sentir
aprecio por ella.

5. Cumple con tus promesas.


Asegúrate de poder concluir con todos tus compromisos. Se les
llama “compromisos” porque te has comprometido a hacer el
esfuerzo para realizar esa tarea o evento, así que no te eches para
atrás en el último minuto. Si te es imposible cumplir con lo
prometido, cuéntaselo a todos los involucrados tan pronto como te
des cuenta de que no puedes hacerlo. Puede seguir siendo una
molestia para los demás, pero al menos ya lo saben y puede
ajustar sus horarios según sea necesario.
 Ya sea llegar a una cena o terminar un proyecto, es importante
mantener a tus amigos y compañeros de trabajo al tanto de tu
progreso. Ya sea mediante un correo electrónico para decir que
todo va según lo planeado o con una nota en la que te disculpes
por el retraso inesperado, los demás aprecian la comunicación.
No saber lo que ocurre puede ser extremadamente frustrante,
incluso si el proyecto está prácticamente completo dentro del
tiempo previsto y en óptima calidad.

6. Defiende tus creencias sin predicarlas.


Para agradarle al resto debes tener personalidad. Nadie discute
eso. Parte de la personalidad consiste en tener creencias,
opiniones y valores. ¡Exprésalos! Son parte de ti. Ellos animan el
ambiente. Si todos tuviéramos la misma forma de pensar, la vida
sería tremendamente aburrida. Intervén en las conversaciones
para dar tu opinión. Podría dar lugar a algo interesante.
 Defender tus creencias es una cosa; predicarlas es otra. Si no
estás de acuerdo con la postura de alguien respecto a un tema,
¡perfecto! Analícenlo. Conversen acerca de ello. Tengan un
debate intelectual sobre sus diferentes puntos de vista. Ambos
aprenderán algo. En lugar de negarte a escuchar a esa persona,
decirle que está equivocada y predicar tus propias ideas, abre tu
mente y trata de ver su punto de vista. Quizás también te des
cuenta de algo.

7. Hacer que las personas sean felices es


más importante que cualquier otra cosa.
Las personas son criaturas sensibles. Si alguien que conoces
comienza a decir que el conejo de Pascua es el hijo perdido de
Jesucristo y en verdad quieres caerle bien a esa persona, no
hagas un drama sobre lo absurdo de su afirmación. Déjalo ser. Lo
mismo va para alguien que dice algo como “en verdad creo que mi
mejor cualidad es lo increíblemente centrado que soy. O sea, todas
mis acciones son humildes y desinteresadas”. Esa no es una
oportunidad para reprocharle su gran arrogancia y falta de
conciencia de sí mismo.
 De nuevo, hazlo de esta manera sólo si quieres agradarle a esas
personas. Luego de tantos comentarios acerca de lo grandiosa
que es una persona, tienes todo el derecho de perder la calma.
Sin embargo, si aún eres nuevo en el entorno de esa persona o
grupo, a veces es mejor seguir la corriente.

8. Elogia a los demás.


Todos buscan reafirmación. Queremos que nos digan que nos
vemos bien, que somos inteligentes, divertidos, exitosos, etc. Pero
rara vez lo hacen. Así que cuando alguien dice algo positivo acerca
de nosotros, nos alegra el día. Piensa en esto: algunas personas
pasan toda su vida sin escuchar nada positivo acerca de ellas.
Modifica eso. Sólo te tomará dos segundos de tu tiempo.
 Sé sincero. No vayas te dirijas a alguien y le digas que te gusta
sus pantalones color caqui. Haz que valga la pena. Di algo
acerca de esa persona. Puede ser una frase tan simple como
“esa es una excelente idea”. A menudo los comentarios más
pequeños son los más apreciados (y los más creíbles). Di “eres
hilarante” después de un chiste o “ese artículo que escribiste en
verdad fue profundo: realmente me hizo reflexionar”. Lo que sea
que digas, hazlo en serio. Es probable que obtengas algo a
cambio.

9. Haz el esfuerzo para socializar.


La mayoría de personas no son mariposas sociales. A todos nos
encantaría tener algo de atención, pero realmente no sabemos
cómo conseguirla. Todos nos sentimos vulnerables en situaciones
sociales y queremos reducir esa sensación. Reconocer que todos
se encuentran en la misma condición que tú te ayudará a darte
cuenta de que hacer el esfuerzo no es algo raro, es algo que
requiere valor. Los demás también quieren hacerlo, pero se
duermen en sus laureles. Si hay alguien con quien quieres entablar
una amistad, comienza a hablarle. Podría ser justo lo que esa
persona estaba esperando.
 Es imposible agradarle a alguien si no te haces notar en lo
absoluto. A menudo pensamos que no le agradamos a nadie
cuando en realidad las personas no tienen ningún tipo de
sentimiento hacia nosotros y es porque no hemos hecho nada
para hacernos notar. La próxima vez que te encuentres en un
grupo de personas a las que quieras agradarles, demuestra tu
personalidad. Haz el esfuerzo por ocupar un espacio en ese
grupo. Cuenta un chiste, sonríe, inicia una simple conversación.
Todo comienza ahí.

Consejos
 Un consejo muy sencillo para agradarle a una persona en
particular es pedirle que te ayude con algo. Trata de encontrar
una tarea que involucre sus habilidades o intereses. No sólo le
demostrará que le prestas atención, sino que también respetas
su autoridad en el tema de su interés.
 Las personas agradables son aquellas que aprecian a los
demás. Los demás se darán cuenta si te agradan. Si quieres que
alguien te aprecie, concéntrate en algo que te guste de esa
persona. Si en verdad no encuentras nada interesante en ella…
quizás no sea tan importante agradarle.
 Sé abierto. Si luces triste o molesto, los demás lo notarán de
alguna manera y no querrán hablarte. Aun cuando te sientas de
esa manera, piensa en todas las razones por las que deberías
estar contento en una situación pública y trata de guardar esas
emociones fuertes para un momento más privado con amigos
cercanos y familia.
 Vístete adecuadamente. No te escondas detrás de tu atuendo o
de tu cabello. Utiliza ropa que te quede bien y, si es posible,
agrega algo de color a tu guardarropa. Prestarle algo de atención
a tu apariencia exterior te ayudará a sentirte mejor por dentro.
 No presumas. Los fanfarrones son desagradables. No te hace
lucir mejor; te hace ver como si buscaras atención. Eso no es
atractivo.

Advertencias
 No seas falso. Las personas notarán las fallas en tu
comportamiento y sabrán que estás fingiendo. Debes creer en lo
que haces, de lo contrario, se reflejará peor en ti. Sin embargo,
la primera impresión es importante y se vería “falso” que te
comportes como si te interesara esta nueva persona en tu vida
cuando en realidad no es así. Una buena regla general: trata a
los demás como quisieras que te traten a ti.
 No trates explícitamente de convencer a los demás para que te
aprecien. Enumerar tus atributos positivos te hará ver arrogante.
Deja que los demás vean tu grandeza a su debido tiempo.
 ¡Recuerda que no es ni posible ni deseable agradarle a todo el
mundo! Siempre hay gente a la que molestarás y que te
molestará, con razón o sin ella. Debes saber cuándo dejar pasar
las cosas y ser respetuoso y maduro durante una discusión. No
te mortifiques por estos incidentes y permanece seguro de ti
mismo.
 Aun cuando notes que hay cosas que deberías cambiar en tu
forma de ser, sigue estando orgulloso de ti mismo. Tu
personalidad es increíble y es algo que debes mostrar sin
vergüenza, además, todos tienen pequeñas cosas que pueden
mejorar.
 No seas un escalador social o hagas obvia tu desesperación por
hacer amigos. Los demás podrían darse cuenta y sería una gran
desilusión.

Referencias
1. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1647299/
2. ↑ 2,02,1http://www.huffingtonpost.ca/roger-
covin/likeable_b_901191.html
3. http://lifehacker.com/5846505/embarrassing-yourself-will-gain-
more-trust-with-people
4. http://www.psychologytoday.com/blog/beyond-
words/201209/mimicry-and-mirroring-can-be-good-or-bad
5. http://www.youtube.com/watch?v=jzmkt7MtL64
6. http://youarenotsosmart.com/2011/10/05/the-benjamin-franklin-
effect/

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