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TRASFONDO TEOLÒGICO DE LA
INCULTURACIÓN: LA "LECTIO DIVINA"
La importancia de la teología no debería ser puesta en cuestión. Y, sin embargo, mucha
gente la considera un pensamiento abstracto, desencarnado, sin contacto con la vida
real y, por tanto, estéril. Otros, en cambio, ven la teología como algo peligroso e
incluso subversivo. Los reproches de ser algo abstracto, al margen de la vida real, no
carecen de base. Basta hojear algunas revistas especializadas para constatarlo. El
autor de este artículo, dejando de lado una teología academicista y especulativa y en la
línea de la teología narrativa actual, propugna el retorno al método de la "Lectio
Divina" (LD), que no es otra cosa que una lectura profunda, jugosa, reflexiva y
metódica de la Biblia, hecha en el contexto de la vida real, que nos permite
confrontarnos a la vez con la realidad tal cual es y con el mensaje de Dios, tal como
nos llega -vivo y cálido- a través de la Escritura. Así será posible ajustar la praxis de
nuestra vida de creyentes a la teoría de nuestra reflexión a la luz de la fe sobre el
mundo en que vivimos.
El método en teología
2. Una teología nueva. Para la era nueva que apunta necesitamos hoy una teología
también nueva. Karl Rahner distinguió tres eras en la Iglesia. La primera, la Iglesia
judía, en la que los seguidores de Jesús se reconocían como un grupo especial. La
segunda, la Iglesia griega, en la que se adhieren los no judíos convertidos, aportando su
propio lenguaje, cultura y filosofía. Se trata de un período de transición, lleno de
disensiones, que se desarrolló durante el imperio romano y se prolongó hasta nuestros
tiempos. Ahora estamos en los albores de la tercera era. Surge una Iglesia mundial que
abarca todas las culturas del mundo: ésta es la Iglesia del futuro. Tenemos una Iglesia
pluralista y un pluralismo en teología: la teología de la negritud, la teología feminista, la
teología de la liberación. Obviamente necesitamos un nuevo método en teología.
Redescubriendo la Lectio Divina (LD) como método teológico, podemos ayudar a la
renovación de la Iglesia.
1. plegaria y teología.
3. Dos clases de lectura. Hay que distinguir la lectura de un libro de texto de la lectura
de un relato. Leemos los libros de texto para informarnos de hechos objetivos y
estáticos. Leemos relatos para identificarnos con sus personajes, lo cual implica
sentimiento, corazón, imaginación, cosas todas subjetivas y dinámicas. No es cierto que
MICHEL DE VERTEUIL
leamos relatos por puro entretenimiento y libros de texto para aprender. En el Caribe la
gente ve los seriales sentados en la punta de la silla, pero no deja por eso de hacer sus
comentarios. Una familia me dijo que estaba muy emocionada porque tenía dos bodas
aquella semana; resultó que las dos iban a transmitirse por TV Los relatos vehiculan
recuerdos, valores y cultura. Es falso que los relatos sean para los niños y los libros de
texto para los adultos; en cada cultura los relatos son el medio por el que la cultura
transmite sus valores.
4. Los relatos transmiten cultura. Nuestros padres nos cuentan que cuando eran jóvenes
no había electricidad ni agua corriente, y, sin embargo, vivían felices. Nos lo cuentan no
precisamente para entretenemos, sino para que sepamos que se puede ser feliz sin todo
eso. Los padres que ahora son pobres contarán a sus hijos que no siempre fue así, que
antes estaban mejor y que soplaron malos vientos. Así es como una familia transmite
sus valores a sus hijos, los ayuda a tener el sentido de la dignidad y del valor. De un
modo parecido, cuando uno ingresa en una comunidad religiosa, se le cuenta la historia
de la congregación, porque se abraza una comunidad con sus propios valores y
tradiciones, no a base de la enseñanza abstracta de unos libros de texto, sino mediante
relatos, memoria, esculturas, pinturas, todo lo cual nos sitúa a nivel de vivencia. Cada
cultura transmite sus valores mediante relatos. Pero nuestra cultura occidental, con su
gran dosis de racionalidad, supone que los relatos no son serios.
Consecuencia: los valores se transmiten sin que la gente se dé cuenta. Los libros de
texto enseñan directamente mediante hechos, y los relatos lo hacen de modo indirecto.
Los televidentes se identifican con los personajes de una historia, y el adulterio y demás
actos inmorales les parecen menos malos cuando los cometen personajes atractivos. Así
los valores se transmiten de un modo muy sutil, inconsciente. Los relatos no enseñan
directa sino indirectamente que todo esto es aceptable. Con relatos se nos pueden
comunicar cosas muy profundas.
5. ¿Es la Biblia un libro de relatos? Mucha gente diría que la Biblia es un libro de
texto. Otros, que es una combinación de relatos y de libro de texto. Pero muy pocos
responderían que es un libro de relatos. Ello se debe a la larga tradición de predominio
de la razón. Y a que se piensa que los relatos son cosa de niños. Y, sin embargo, la
Biblia constituye una colección de relatos centrados en la historia del pueblo de Dios.
Jesús cuenta historias, él mismo es una historia. La Biblia contiene proverbios y leyes,
pero todo en forma de relato. En la Biblia Dios escribe una historia para comunicar
valores, aunque esto resulte difícil para el mundo moderno. Esto vale incluso para el
Tercer Mundo, en donde la gente está convencida de que tanto ellos como su cultura son
inferiores. Cuando estuve en África, constaté que el pueblo lo creía espontáneamente,
aunque su cultura estaba basada en relatos. El mundo ha sido sometido a un lavado de
cerebro. Según esto, lo racional es el camino supremo para la sabiduría y el
conocimiento. Y, sin embargo, Dios que conoce muy bien la naturaleza humana, cuando
quiso enseñamos valores y las profundas lecciones de la vida, lo hizo por medio de
relatos.
6. Una historia viva. Dios nos envió una historia viva; Jesús. Hemos de reeducarnos con
la seriedad de los relatos. Porque hemos perdido el arte y la destreza del relato, como si
fuese de una clase inferior, un mero entretenimiento. La LD es una lectura de la historia,
el camino más profundo para comunicarse con Dios y para transmitir la palabra de Dios
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a los demás, puesto que es el estilo en que fue escrita la Biblia. He aquí el primer
principio de la LD.
I. LA "LECTIO DIVINA"
1.Una manera alienante. Es un hecho que el 99% de los relatos actuales son alienantes.
Uno parece identificarse con los personajes de los seriales. Pero en realidad se siente
extraño, desplazado, inmerso en algo que no es su propio mundo. Los melodramas de la
TV, los "culebrones", son un ejemplo de esto. La gente parece identificarse con las
parejas. Pero, cuando se acaba el programa, se palpa el contraste entre el mundo
excitante y atractivo de la pantalla y el propio hogar, acaso lóbrego, la propia familia,
los amigos o los coches. Ni siquiera los propios dramas personales y sus ingredientes
son tan dramáticos como los de la pantalla. Y lo mismo ocurre con las novelas.
2. El tema de la formación del hogar. Estos relatos son totalmente diferentes. Es lo que
los padres cuentan a sus hijos para hacerles saber que son personas respetables, que han
tenido que trabajar para ello, que su casa no puede ser tan buena como la de los demás,
pero que la han levantado a pulso. Así, los hijos adquieren el sentido de su propia
dignidad, de que, hay que trabajar duro, de lo que vale la vida. Los relatos de los santos
nos ayudan a comprendernos a nosotros mismos, a descubrir de dónde venimos, a dónde
vamos, y en qué consiste la vida.
3. La Biblia es un relato de formación del hogar. Tomemos la historia del paso del Mar
Rojo. Los israelitas huyen aterrados. Moisés extiende su vara, las aguas se retiran y los
israelitas pasan sanos y salvos, más libres que antes. Todos nosotros hemos tenido una
experiencia semejante: a nosotros Dios nos ha hecho aún más libres. Cuando se cuenta a
alguien la historia del drama de la Biblia y se le pregunta si ha tenido una experiencia
semejante, espontáneamente dice que no. Pero es todo lo contrario y resulta triste que no
lo reconozca. El problema está en que Hollywood presenta las historias dramáticas de la
B iblia como algo meramente pasado, como si no nos incumbiese actual y
personalmente. Se piensa que el éxodo solamente le aconteció a Moisés y a su pueblo
extraordinario y se considera la Biblia como una historia alienante, algo que no nos
interesa lo más mínimo. Y no es así. En la Biblia aprendo mi propia historia. La LD
revela historias dramáticas que no se han de leer como cosas del pasado, sino como algo
que nos ayuda a comprender dónde estamos hoy y dónde vamos a estar mañana. Parece
como si no pudiéramos imaginar que estas cosas puedan suceder en nuestras propias
vidas. La LD se basa en el principio de que la Biblia nos explica lo que nos acontece
actualmente. Hemos de descubrirlo en cada relato bíblico y hemos de celebrarlo.
4. Un ejemplo: Isaías 43,16-21: Así dice el Señor, que abrió el camino en la mar y
senda en las aguas impetuosas; que sacó a batalla carros y caballos, tropa con sus
valientes: caían para no levantarse, se apagaron como mecha que se extingue. No
recordéis lo de antaño, no penséis en el pasado, mirad que realizo algo nuevo; ya está
brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo; me
glorificarán las fieras salvajes, chacales y avestruces, porque ofreceré agua en el
desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo, de mi elegido, el pueblo
que yo formé, para que proclamara mi alabanza.
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Este pasaje fue escrito cuando los judíos vivían exiliados en Babilonia. Había sido un
gran pueblo. Pero se dividieron y fueron vencidos y condenados a la esclavitud. No está
claro si Isaías formó parte de la comunidad del exilio o fue allá como misionero. Poco
importa. El hecho es que les proporcionó una enseñanza bíblica. Como exiliados,
estaban sometidos a trabajos forzados y se les explotaba. Aunque tenían su propio
orgullo de pueblo, se sentían tratados de un modo que ofendía su dignidad.
5.Contando una vieja historia. La enseñanza de Isaías se desarrolla, como una sinfonía,
en tres movimientos. Primer movimiento: Así dice el Señor, que abrió camino en el mar
y senda en las aguas tempestuosas; que sacó a batalla carros y caballos, tropa con sus
valientes; caían para no levantarse, se apagaron como mecha que se extingue. Dios
mismo puso a lo s egipcios en su camino y acabó con ellos. ¿Cómo respondería el
pueblo a esta historia? "¿Qué tiene que ver con nosotros?" responderían los cínicos. Y
otros -escapistas- objetarían: "¡Bonito cuento!" Isaías se les anticipa y prosigue: No
penséis en el pasado; mirad que realizo algo nuevo.
6. Volviendo a contar la historia. Isaías les ha contado la vieja historia, para que puedan
reconocer lo que les está sucediendo aquí y ahora: ese algo nuevo ya está brotando, ¿no
lo notáis? Este es el arte de la LD: contar una vieja historia y luego mostrar que se trata
de algo presente y actual. Por esto Isaías sigue contando. Segundo movimiento: Abriré
un camino por el desierto... ofreceré agua en el desierto, ríos en el yermo, para apagar
la sed de mi pueblo, de mi elegido, el pueblo que yo formé, para que proclamara mi
alabanza. Ahí se echa de ver la ventaja de leer bien la Biblia. No tomes esto
simplemente como punto de partida. Ni se te ocurra decir que Moisés en el Mar Rojo no
tiene que ver contigo. Pero tampoco consideres el texto simplemente como moralizador,
sino como algo que arroja luz sobre el presente.
1. La lectura. Leer significa familiarizarse con el texto. Leer en voz alta, dejando que
las palabras vayan penetrando. Las palabras son importantes, aunque haya en la Iglesia
una tendencia a pensar que no lo son. Algunos critican a los fundamentalistas diciendo
que ellos hacen hincapié en las palabras, mientras que nosotros lo hacemos en el
significado. Esta es una mala teología. Hay que amar las palabras, los sonidos, las
metáforas. La LD se basa en el amor al texto actual. Hay que consultar un comentario
para captar el significado y entender el contexto. Las palabras son importantes.
3. La plegaria. La meditación nos lleva a dar gracias a Dios. Lo esencial del método es
que oremos con espontaneidad, con palabras salidas del corazón. Con el tiempo, esas
palabras serán las de la Biblia, que se convierten en nuestra propia plegaria. Así, en vez
de decir "Oh, Señor, te doy gracias por mi madre, que mira por nuestra familia de un
modo desinteresado", fluirán las palabras de Jesús. Y volveremos al texto y a meditar de
nuevo y otra vez a la plegaria. Esta poco a poco se convierte en una manera de vivir y el
texto bíblico en parte de nuestra vida. Nos comprendemos a nosotros mismos y
comprendemos nuestra vida mucho mejor.
5. Descubrir una pauta. La meditación es progresiva. Los tres pasos -leer, meditar y
orar- forman un ciclo. La lectura lleva a la meditación, la plegaria a una nueva lectura
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del texto. La vida nos enseña a descubrir ciertas pautas. Un ejemplo sería que no basta
con ser sanado. Hay que volver hacia atrás y hay que admitir que hemos sido tocados
por Jesús o por otra persona. La pauta es que no queremos remontarnos a experiencias
humillantes y, en cambio, es importante que lo hagamos. Así, a partir de un recuerdo en
nuestra meditación, comenzamos a empalmar con otros sucesos de nuestra vida. La
pauta la descubrimos gradualmente. La meditación se hace más y más profunda. Esto
requiere tiempo. Al aportarnos recuerdos más profundos, puede que el texto nos haga
llorar. El pasaje me revelará algo acerca de mi propia historia, sobre el tipo de persona
que soy. Luego tomará otro giro, cuando vea la pauta repetida en la vida de otra
persona, acaso de un pariente o amigo. Gradualmente descubriré que este pasaje me
cuenta algo acerca de la vida, del servicio. Es un relato universal.
a) En la acción de gracias leemos nuestra historia: "Oh, Señor, te doy gracias por Jesús,
por el modo como curó a los leprosos... Te doy gracias por las experiencias de curación
en mi vida...".
b) En la segunda nos sentimos más humildes: "Oh, Señor, me doy cuenta de que en mi
curación nunca he vuelto atrás para reconocerlo, y casi no he tenido nunca una profunda
curación".
c) Finalmente, está la petición. "Oh, Señor, pienso en los leprosos que hay en nuestra
sociedad; envíales a Jesús, o a alguien que los ayude".
De estos tres tipos de plegaria, los más olvidados son los dos primeros: los de acción de
gracias y de humildad. Estamos acostumbrados a la plegaria de petición. La verdadera
señal de que estamos haciendo LD es que celebramos que Jesús está vivo, en nuestra
vida y en la de los demás. Esto lleva tiempo, honestidad y profundidad. Del mismo
modo, necesitamos humildad para poder descubrir la plenitud de sentido en nuestra
vida. Es el primer paso de la plegaria. Alguien me preguntó una vez: "¿Cómo puede la
LD servir para curar las heridas en una comunidad religiosa o parroquial?".
Naturalmente que puede, pero se ha de comprender que en la plegaria de humildad se
trata realmente de mi humildad, no de una expresión de la de los otros. Dar gracias a
Dios por la obra de Dios en ellos. Es así como hay una comunión en la plegaria, a partir
de la meditación.
3. La plegaria del corazón. Llegamos al tercer nivel cuando decimos las palabras no
con los labios sino con el corazón. No es algo destinado solamente para almas
escogidas, una élite espiritual, sino para todo el mundo, ya que todos estamos llamados
a la unión con Dios. Una sencilla ama de casa hace su labor cantando un verso de un
salmo, sin analizar las palabras. Un texto bíblico le llama la atención dándole paz, en
unión con los demás y con toda la creación. Natur almente, lo que hace es sagrado. El
método de la LD es así de normal, así de común.
III.PREGUNTAS Y RESPUESTAS
2. Todo esto está muy bien, pero ¿dónde está la acción? Hay muchos métodos válidos
de hacer teología. La LD es uno de ellos. Es un método para introducirse en la unión
con Dios mediante la lectura de la Biblia. La meditación es el lugar en el que la
experiencia de la vida y el texto de la Biblia se encuentran. Esto puede llevar a la acción
y lleva también a la plegaria contemplativa. La LD no es todo el seguimiento de Jesús.
Es un método de reflexión que no se orienta primariamente a la acción, pero que, al
permitirnos juzgar nuestra situación presente a la luz de la Biblia, puede conducir a la
acción.
Esta puede ser también la historia de las culturas convertidas del colonialismo, pero no
curadas del todo. Puedo también pensar en personas de otras religiones, que tienen una
experiencia parecida. Veo que la historia bíblica se realiza en las culturas y en los
pueblos, pues es una historia humana que toca a la vida misma. La LD no es nunca
dominadora ni centrífuga. Puede encarnarse en todas las culturas y en cualquier fe. La
Biblia es un libro humilde al servicio de la humanidad.
4. ¿Por qué repetimos el texto en la LD? El texto bíblico hay que amarlo. Eso sí:
expresado en lenguaje de hoy. No, como los fundamentalistas, en traducciones
trasnochadas. Pero supongamos ahora que en la misa de Nochebuena el celebrante
dijera: hemos oído tantas veces el evangelio de Navidad que no lo voy a leer y paso
directamente a la homilía. Esto no estaría bien. Necesitamos escuchar el texto una y otra
vez, puesto que lo amamos. Oí a un celebrante decir a la gente que no los cansaría
leyendo Mt 25 y que se referiría sólo a la frase "Cuantas veces lo hiciéreis a uno de
estos, a mí me lo hicisteis", y pasó a la homilía, que no fue ciertamente corta. Es un
error. La Biblia no es sólo un mensaje, sino un mensaje en un relato, que no podemos
cortar a trocitos. Para los fundamentalistas el pasaje tiene sólo un significado literalista,
pero para nosotros tiene muchos, si lo leemos una y otra vez.
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5.¿Con qué textos comenzar? Un buen comienzo es el evangelio del domingo, que
debería ser el núcleo. Él nos hace integrar la reflexión bíblica y teológica con la vida de
plegaria. Puede que el texto, a primera vista, no nos guste. Pero no vale manipularlo
picoteando en él. Trabajo con un grupo de sacerdotes. Llevamos catorce años re-
uniéndonos. De entrada, pensamos en un ciclo de tres años, pero comenzábamos
siempre de nuevo. Entre otras ventajas, se conserva la actitud de plegaria para la
reflexión teológica.
9. ¿Qué relación tiene lo dicho sobre la LD con el título del artículo "Trasfondo
teológico de la inculturación"? La inculturación no es algo prefabricado. La gente
pregunta: ¿Cómo incultura Vd.? Yo creo que la inculturación consiste simplemente en
contar tu historia en el lenguaje de la Biblia con rituales, palabras, cantos, gestos y,
desde luego, viviéndolo. Básicamente es esto: interpretar la historia de Jesús vivo hoy,
discernirlo, celebrarlo. Toda forma de inculturación es expresión del hecho de que Jesús
vive. No hay que ir a otra parte o tener apariciones para descubrir que Jesús está vivo y
actúa hoy. Basta con que sepas leerlo en tu historia personal y cultural. Inculturar es
celebrar y vivir nuestra fe aquí y ahora. Pero para esto se requiere un método y no
dejarlo a la improvisación. Eso es lo que la LD produjo en Europa en aquellos
maravillosos tiempos de creatividad de los siglos IV y V, cuando la Iglesia se hizo
europea y la gente pudo sentirse en casa como descendientes a la vez de sus antepasados
y de Abraham. La inculturación es básicamente una empresa teológica, es una
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