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PROYECTO DE LEY

RECUPERACIÓN DE PATRIMONIO PÚBLICO EN MANOS DE


INSTITUCIONES RELIGIOSAS

Artículo 1.- Derógase la ley 5446.

Artículo 2.- Derógase la ley 5194.

Artículo 3.- Derógase la ley 1286.

Artículo 4.- Los inmuebles serán restituidos al dominio público y se conformará


una comisión compuesta por un representante por bloque de la Legislatura y
organizaciones vecinales con ámbito de actuación en las zonas donde se encuentran
los citados inmuebles para definir en un plazo no mayor a los 60 días el destino de
los mismos.

Artículo 5.- Los inmuebles no podrán ser destinados a otro fin que no sea
promover actividades sociales, culturales y deportivas a cargo del Poder Ejecutivo.

Artículo 6.- El Poder Ejecutivo destinará las partidas presupuestarias necesarias


para el cumplimiento de esta ley.

Artículo 7.- Comuníquese, etc.

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FUNDAMENTOS

Sr. Presidente:

En la Ciudad de Buenos Aires, la Iglesia Católica cuenta con algunos beneficios


que son continuidad del trato privilegiado que le brindaron distintos gobiernos
militares a dicha institución. La continuidad de los mismos en el tiempo es algo que
debe ser subsanado respetando lo estipulado en la Constitución de la Ciudad de
Buenos Aires. Estos privilegios que poseen las organizaciones religiosas implican
que todos los habitantes de la Ciudad, independientemente de la religión que
profesan o, aunque no profesaran religión alguna, están sosteniendo económicamente
determinado culto y privan al Estado de ingresos que podrían ser utilizados para el
desarrollo de políticas públicas.

Este estatus de las instituciones religiosas pone en cuestión el propio artículo 11


de la Constitución de la Ciudad que establece que “Todas las personas tienen idéntica
dignidad y son iguales ante la Ley. Se reconoce y garantiza el derecho a ser diferente,
no admitiéndose discriminaciones que tiendan a la segregación por razones o con
pretexto de raza, etnia, género, orientación sexual, edad, religión, ideología, opinión,
nacionalidad, caracteres físicos, condición psicofísica, social, económica o cualquier
circunstancia que implique distinción, exclusión, restricción o menoscabo. La Ciudad
promueve la remoción de los obstáculos de cualquier orden que, limitando de hecho
la igualdad y la libertad, impidan el pleno desarrollo de la persona y la efectiva
participación en la vida política, económica o social de la comunidad”. Por lo tanto,
este privilegio de contar con el beneficio de terrenos públicos es inconstitucional y
resulta en una discriminación frente a aquellos y aquellas no creyentes, generando un
gasto que debería correr por cuenta del ámbito privado de cada una de las
congregaciones religiosas.

Más aun cuando el propio Poder Ejecutivo ensaya un discurso de ajuste del gasto
estatal, hoy nos encontramos con que distintos terrenos de la Ciudad fueron
entregados o dados en permiso precario por estas disposiciones en forma gratuita a

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congregaciones religiosas. No está de más agregar, que junto a estos privilegios en la
Ciudad se encuentran vigentes también una variopinta cantidad de leyes nacionales
que le otorgan beneficios económicos y jurídicos.

Un ejemplo de esto es la ley 5446 que en 2015 transfirió al Arzobispado de


Buenos Aires 17 inmuebles por aproximadamente 30.000 m2. En el mismos se
mezclaron distintos privilegios. Por un lado, se le otorgó algunos valiosos terrenos
como de la Parroquia Nuestra Señora de Loreto en Coronel Díaz y Juncal o de la
Parroquia Sagrada Eucaristía en Palermo. En este grupo también podemos encontrar
la privatización de algunos espacios verdes como los que sen encuentran en la Plaza
Houssay espacio verde ubicado a la altura de Figueroa Alcorta al 7300.

Sin embargo, también se obsequiaron a la Iglesia Católica varios terrenos en la


zona sur de la Ciudad. Detrás del argumento de las tareas sociales que realizaba esta
institución, está también el de la retirada de las políticas públicas de las zonas mas
vulnerables de la Ciudad. Es en esa zona donde está el mayor problema de vacantes
en la escuela, donde hay peores indicadores socio laborales, llegando al caso de la
comuna 8 donde se sigue sin tener un hospital que pueda atender enfermedades de
alta complejidad.

Por su parte, la ley 1286 aprobó el Convenio N° 9/98, suscripto por el Gobierno
de la Ciudad de Buenos Aires con el Arzobispado de Buenos Aires, por el cual se
cedía el predio donde funciona la Iglesia Santa Felicitas en el barrio de Barracas
“como lugar consagrado a la celebración de los actos propios del culto público de la
Iglesia Católica”, para lo cual se designaría a un Presbítero Rector, cuyo
sostenimiento estaría a cargo del GCBA. Dicho terreno había sido donado a la
Ciudad en 1983 por la familia Guerrero.

Asimismo, el Gobierno tendría a su cargo las siguientes erogaciones: a) el


mantenimiento, administración y conservación del bien, su vigilancia, limpieza y
cuidado, la designación y retribución del personal necesario para ello, incluido el
sacristán, todo sin perjuicio de las atribuciones del Presbítero Rector en orden a su
misión específica y las propias de su actividad cotidiana; b) la provisión del
mobiliario indispensable, línea telefónica, fax y equipo de sonido; c) el pago de los
servicios de electricidad, de gas, teléfono y de agua corriente; y d) la contratación de
seguros para la adecuada cobertura de personal y bienes. Así como también
reconocía la necesidad de efectuar las obras necesarias incluyendo la casa para el
citado Presbítero Rector.

Finalmente, la ley 5194 aprobada en 2014, otorgaba a la Parroquia Dulcísimo


Nombre de Jesús, un permiso de uso precario a título gratuito por el plazo de veinte
años (20) por una fracción de terreno ubicada detrás de la iglesia. Este predio estaba
en el proyecto original de transferencia de dominios al Arzobispado de Buenos Aires,
Proyecto 897-2015, y fue quitado cuando se votó la ley.

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El Instituto Dulcísimo Nombre de Jesús utiliza este espacio desde 1979 gracias a
una cesión que le realizó la Junta Representativa Vecinal Saavedra a la cual la
Municipalidad le había dado un uso precario. La institución utilizó este espacio de
forma ilegítima dado que el decreto no autorizaba a la Junta a transferirlo a un
tercero. En los mismos se encuentra por ejemplo una cancha de fútbol 5 y otra de
fútbol 11 que han sido hasta alquiladas a terceros, usando los terrenos públicos para
el lucro de la parroquia. La institución incurrió además en otras irregularidades:
construcciones que avanzan sobre la vereda, un cerco que veda el acceso al público,
iluminación nocturna para usufructuar el alquiler de las canchas y se han realizado
denuncias por ruidos molestos.

Estos argumentos estuvieron presentes en la sesión donde se discutió este


proyecto de ley y los planteó el diputado Gustavo Vera, uno de los que terminaría
votando a favor del mismo, al sostener según la versión taquigráfica lo siguiente:
“Cuando me entrevisté con las autoridades de la parroquia me dijeron que había
unos campeonatos de fútbol privados con fines de lucro que eran denunciados por
los vecinos, pero que habían sido ocasionales, simplemente, para juntar dinero para
el césped sintético y para algunos otros arreglos, pero que no se iban a volver a
repetir. Lamento informarles, señores diputados y señoras diputadas, que los
campeonatos vuelven a repetirse. Aquí tengo fotos de la semana pasada. Y están
provocando bastantes problemas de convivencia con los vecinos”. Y agregaba que
“saludo que se haya sacado el tema de la canchita del Dulcísimo. Aquí tienen fotos
de asados, de tertulias con cerveza. Esto es de anoche. Es un escándalo”.

Este hecho por su propia cuenta incumplía el artículo 7 de la ley 5194 que
establece que “la entidad beneficiaria no puede alquilar ni ceder el uso del predio a
terceros ya sea parcial o totalmente, ni realizar actividades comerciales”. Sin
embargo, el gobierno de la Ciudad que ha litigado a favor de tarifazos en el subte en
defensa de la concesionaria Metrovías o en contra de quitar privilegios como el de
los capellanes católicos en los hospitales públicos a cargo del estado, en este caso
decidió desoír estas advertencias de los vecinos y al día de hoy se mantiene el
permiso de uso de dicho predio a cargo de la Parroquia Dulcísimo Nombre de Jesús.

Para terminar con estos privilegios en favor de la Iglesia Católica es que


solicitamos la aprobación de este proyecto de ley.

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