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Algunos expertos consideran que la agricultura ecológica es una forma ineficaz para poder
producir alimentos y garantizar la seguridad alimentaria mundial, sin embargo un estudio
de la Universidad Estatal de Washington apunta lo contrario.
John Reganold, profesor de Ciencias del Suelo y Agroecología de la Universidad Estatal de
Washington, y el estudiante de doctorado Jonathan Wachter, han revisado 40 años de datos
científicos y han comparado la agricultura convencional con la ecológica, utilizando los
parámetros de productividad, impacto ambiental, viabilidad económica y bienestar social.
Su estudio “La agricultura ecológica en el siglo XXI”, que ha sido portada en el número
de febrero de la revista Nature Plants, indica que la agricultura ecológica puede tener
rendimientos satisfactorios, ser rentable para los agricultores, proteger y mejorar el medio
ambiente y ser más segura para los trabajadores del campo.
El autor John Reganold cree, después de estudiar cientos de estudios científicos, que la
agricultura ecológica debería jugar un papel en la alimentación mundial.
A pesar del rápido crecimiento que experimenta la agricultura ecológica, lo cierto es que
actualmente sólo representa un 1% de la agricultura a nivel mundial, es por ello que los
investigadores consideran que existe espacio suficiente para que la agricultura ecológica se
expanda ofreciendo beneficios ambientales, económicos y saludables.
Los críticos han sostenido durante mucho tiempo que la agricultura orgánica es ineficiente
debido a que necesita más tierra para poder producir la misma cantidad de alimento, pero
en la investigación se describen casos en que el rendimiento de los cultivos ecológicos
puede ser más elevado que el de los cultivos convencionales. Los investigadores explican
que en condiciones de sequía extrema, algo que se espera que aumente como consecuencia
del cambio climático, las granjas que se dedican al cultivo ecológico tienen la capacidad de
tener un alto rendimiento gracias a la mayor capacidad de retención de agua de los suelos
ecológicos.
No se trata, dicen Reganold i Wachter, de que la agricultura ecológica vaya a alimentar ella
sola a toda la población mundial, sino de que contribuya al menú global en el que tendrán
que participar también otras técnicas, como la agricultura intensiva, la mejora tradicional, y
la biotecnología. John Reganold comenta que para garantizar la alimentación del mundo no
hay que centrarse sólo en la producción de alimentos, también es necesario analizar los
residuos alimentarios y realizar una correcta distribución alimentaria.