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APUNTES DE INMUNOLOGIA

PARA ESTUDIANTES DE MEDICINA

PROCESAMIENTO Y PRESENTACIÓN DEL ANTÍGENO

Dr. Alex Castañeda


Dr. David Rodríguez
Curso de Inmunologia General
UPAO

Los linfocitos T reconocen determinantes peptídicos producidos en dos compartimentos celulares diferentes:
Los agentes infecciosos se replican en dos compartimentos celulares: Los virus se replican en
el citosol, mientras que la mayoría de las bacterias patógenas y algunos parásitos se replican en el compartimento
vesicular, es decir los fagosomas y endosomas de la célula. El sistema inmune utiliza diferentes estrategias para
deshacerse de ellos. Las células infectadas con virus u otros agentes que viven en el citosol, son eliminados por
los LT citotóxicos (CD8 + ) y los agentes presentes en el compartimento endosómico por los LT CD 4+.
Los agentes infecciosos pueden llegar al compartimento vesicular de la célula de dos maneras:
Algunas bacterias, como las Mycobacterias ( tuberculosis y lepra) tienen la capacidad de invadir macrófagos y
proliferar en las vesículas. Otras bacterias, de desarrollo extracelular, pueden producir toxinas y productos que
son internalizados por endocitosis o fagocitosis por los macrófagos y otras células. El linfocito B, a través de sus
inmunoglobulinas de superficie también puede captarlos.
Los LT CD 4 + caen en dos categorías funcionales: Los que actúan como helper o de ayuda, y
que activan al LB ( segunda señal) y los LT “inflamatorios” o de “hipersensibilidad retardada” , o productores de
citoquinas, que activan macrófagos para que destruyan los gérmenes que alojan.
Por lo tanto, los LT no solo discriminan entre lo propio y lo extraño, sino que son capaces de
reconocer de que compartimento celular proceden estos últimos. Esto se logra presen-tando los péptidos extraños
sobre la superficie de la célula sobre dos clases de moléculas diferentes. Los procedentes del citosol se
presentan sobre moléculas MHC clase I y los provenientes de los endosomas sobre Clase II.
Cómo la generación de los péptidos implica la modificación de las proteínas nativas, se lo
conoce como procesamiento del antígeno, mientras que la exposición de los péptidos en los MHC sobre la
membrana corresponde a la presentación del antígeno
Las moléculas MHC Clase I y II , aunque diferentes en su estructura molecular, comparten
similitudes en su estructura tridimensional, ya que ambos tienen un “bolsillo” para alojar el peptido. La
diferencia entre los clase I, en los que el bolsillo está formado por plegamientos alfa hélice de la cadena alfa, y
los Clase II en que ambas cadenas alfa y beta concurren en la formación del bolsillo, es que en éstos últimos el
“bolsillo” o “hendidura” está abierta en ambos extremos, mientras que en los clase I está cerrada y el péptido
queda “ enterrado” en la molécula MHC.
El linfocito T reconoce epitopes cualitativamente diferentes de los que reconoce el LB. El LB,
y sus productos secretados, los anticuerpos, reconocen estructuras terciarias sobre la superficie de moléculas
complejas de antígenos, es decir, secuencias que pueden desaparecer al “desenrollar” la proteína. El LT reconoce
secuencias cortas que pueden estar ocultas en el interior de la molécula de proteína intacta. Son reconocidas sólo
si son expuestas sobre la molécula MHC. Esto ha sido demostrado estimulando LT con complejos peptido :
MHC.
Cómo el péptido se une al bolsillo del extremo del antígeno MHC, el ligando que es reconocido
por el LT en realidad sólo varía en la parte que expone el peptido. Visto desde arriba, cómo lo vería el LT, el
peptido ocupa la parte central y está rodeado por las alfa hélices de la cadena alfa en clase I y de cadenas alfa y
beta en clase II. Se calcula que la superficie de contacto del TCR (Receptor para antígeno del LT) con el peptido
es de unos 600 Aº 2 en el centro del área de contacto total.

Los peptidos se unen a las moléculas MHC maduras:


Cada célula produce pocas moléculas MHC diferentes , pero
puede ser infectada por una gran variedad de patógenos, cuyas secuencias peptídicas son diferentes. Para que los
LT puedan “saber” que la célula está infectada, los MHC deben ser capaces de unirse en forma estable a muchos
peptidos diferentes. Esto los hace muy diferentes de los receptores para moléculas peptídicas, cómo los
receptores de hormonas, ya que esos se unen sólo a ciertas moléculas con alta especificidad. Aquí, mas bien
ocurre lo mismo que con algunas proteasas, en que el sitio activo de la enzima consta de unos 6 o 7 aminoácidos,
pero es un residuo particular el que determina la unión. Los estudios cristalográficos de los complejos MHC :
peptido han demostrado cómo un solo punto de unión puede conferir la estabilidad al complejo, y permitir, al
mismo tiempo, el poder unirse con muchos péptidos diferentes.
Los estudios que purifican los complejos MHC : peptido, los
separan y, después de secuenciarlos, los vuelven a unir, han demostrado que los peptidos que se unen a MHC
clase I son de 8 a 10 aminoácidos de largo. El peptido queda fijo por los extremos, ya que sus extremos N-
terminal y C-terminal reaccionan con sitios constantes en las puntas de la hendidura ( bolsillo) El péptido queda
estirado en la hendidura ( si es mas largo, se acomoda doblándose en los residuos glicina y prolina) Además los
peptidos tienen residuos laterales pequeños en posiciones precisas, los que se alojan en “bolsillitos” laterales de
la hendidura principal del MHC y anclan el peptido en posición , por lo que se llaman “residuos ancla”.
Generalmente están cerca del extremo C- terminal y son hidrofóbicos. Cada variante alélica de MHC tiene sitios
determinados para anclar estos residuos, de manera que los peptidos que se unen a ése antígeno MHC comparten
todos el residuo ancla, y uno o dos residuos en la misma posición, sin importar el largo del peptido( se acomoda
doblándose) ni el resto de su secuencia. Así, la molécula MHC es capaz de unirse en forma estable a muchos
peptidos diferentes del tamaño adecuado.
La interacción con los clase II está menos comprendida a nivel
molecular. Se sabe que los peptidos que se unen a moléculas clase II son de por lo menos 13 residuos o mucho
mas largos, y que, al estar abierto el bolsillo en los extremos, no existen los sitios constantes de unión a los
extremos del peptido y a los residuos ancla. Aparentemente el péptido es mantenido en su lugar por interacción
con las cadenas que forman las paredes de la hendidura.

Procesamiento de peptidos que se unen a moléculas MHC clase I:


En general las moléculas de superficie, incluídas las MHC, son
sintetizadas en la cara citosólica del retículo endoplásmico y traslocadas al lumen de éste, donde se pliegan antes
de ser transportadas a la membrana. Entonces: ¿Cómo es posible que un peptido proveniente de un virus en el
citosol llegue al interior del RE para unirse con el MHC?
La respuesta a esta pregunta se obtuvo a través de trabajos
hechos en la década de los 80 con una línea de células mutantes que tienen un defecto en la presentación de
antígenos por MHC clase I, os que casi no se expresan en la membrana, aunque son sintetizados por la célula.
Esta observación hizo suponer que la unión al peptido citosólico era indispensable para la expresión de MHC en
la membrana. El estudio de DNA de éstas células demostró que los genes faltantes correspondían a dos proteínas
de unión al ATP ( ATP-binding proteins). Estas proteínas están codificadas dentro de la región MHC, y
participan en fenómenos de transporte de membrana en muchas células, incluídas algunas bacterias. Esta familia
de proteínas está asociada con el transporte dependiente de ATP de azúcares, iones, aminoácidos y peptidos a
través de membranas. Las proteínas transportadoras que faltaban en las células mutantes correspondían a
transportadores asociados a membrana de RE. La transfección de los genes deletados a las células hizo que ellas
empezaran a expresar normalmente los clase I en su membrana.
Estas proteínas se conocen ahora como las TAP –1 y TAP-2 (Transportadoras asociadas con Antígenos
Presentados) . Ambas proteínas TAP forman un heterodímero y su función se ha demostrado en varios sistemas
in vitro. Se sabe que éste sistema de transporte, ATP- dependiente, prefiere los peptidos de mas de 8
aminoácidos con un residuo hidrofóbico en el extremo carboxiterminal, es decir el tipo exacto de peptido que se
va a unir a MHC clase I.
Es decir, los peptidos citosólicos entran al lumen del RE a través de un sistema especializado de transporte.
Faltaba, sin embargo, explicarse porqué las células mutantes
carentes de TAP casi no tienen expresión de MHC clase I en su membrana. Se vió que las cadenas alfa recién
sintetizadas en el RE se unen rápidamente con la beta-2 microglobulina, y cuando están parcialmente plegadas,
se les une una proteína asociada a la membrana del RE, llamada calnexina, la cual retiene a la molécula MHC
parcialmente plegada en el lumen del RE. La calnexina participa también en el ensamblaje de otras moléculas
muy importantes en la respuesta inmune, como los TCR y los MHC clase II. En las células carentes de TAP,
estos complejos MHC clase I- calnexina permanecen muchas horas en el RE, lo que indica que es la unión del
bolsillo de la cadena alfa con el peptido lo que permite que termine de plegarse, se disocie de la calnexina y
pueda ser transportada a la membrana. Una vez unido el peptido, la molécula MHC clase I se hace muy estable y
es rápidamente transportada en vesículas de exocitosis a la membrana.
En células normales, también se encuentran continuamente
muchos complejos MHC- calnexina en el interior del RE, lo que sugiere que hay exceso de moléculas clase I en
relación a los peptidos. Esto es lógico si se considera la función de éstas moléculas, ya que ellas deben estar
siempre dispuestas a transportar y presentar peptidos virales apenas la célula se infecte, para que la respuesta sea
efectiva. En condiciones normales, los MHC clase I se unen con los peptidos celulares propios normales que
cumplan las características para combinarse con ellos, por lo que, para asegurar que no van a faltar moléculas
para presentar los peptidos virales apenas entre un virus, es teniendo un exceso de ellas siempre disponible.
Los peptidos que van a ser transportados al interior del RE por
las TAP, se originan en el citosol. Normalmente las células están degradando sus proteínas viejas y
reemplazándolas por otras recién sintetizadas. Gran parte de la degradación citosólica de proteínas la realiza un
complejo de proteasas multicatalítico, formada por 28 subunidades, llamada proteasoma. Es interesante que
algunas unidades( no todas) de esta enzima se codifican también en la región MHC , cerca del gen de las TAP ,
lo que sugiere que habrían proteasas específicas para producir peptidos que puedan unirse a MHC clase I.
También es posible que estas enzimas codificadas dentro de MHC de alguna manera favorezcan la unión del
peptido a las TAP , para su transporte al interior del RE, aunque las evidencias experimentales aún no son claras
al respecto.
Si los MHC clase I presentan peptidos que se originan en el
citosol, ¿Cómo se explica que presenten peptidos de proteínas de membrana de la células, o de productos
secretados por ella, los que normalmente se traslocan al interior del RE como proteína, para ser transportados a
la membrana o al exterior? Se cree que puede pasar que no todas estas moléculas de proteínas son efectivamente
traslocadas al RE, y que algunas se quedan en el citosol. Las secuencias específicas de aminoácidos
aminoterminales que protegen a las moléculas recién sintetizadas de ser degradadas en el interior del RE, son
una señal para degradación rápida en citosol ( y viceversa). Entonces, una molécula “perdida” que está en el
citosol debiendo estar dentro del RE, es rápidamente degradada y sus peptidos son transportados por las TAP y
se unen a los MHC clase I.

Procesamiento de peptidos que se unen a los MHC clase II:


Los gérmenes de desarrollo extracelular que son ingeridos
por los macrófagos, y aquellos que se multiplican en el interior de las vesículas de éstas células ( como las
Mycobacterias que causan la tuberculosis y la lepra), no son accesibles a la acción del proteasoma, y son
degradados por las proteasas presentes en las vesículas en peptidos que se unen a los MHC clase II y son
presentados a los LT CD 4 (+). Lo mismo ocurre con cualquier proteína extracelular que sea internalizadas por
las células.
Lo que se sabe de esta vía de procesamiento de antígeno
proviene de experimentos hechos con proteínas simples que se agregan a cultivos de células presentadoras, ya
que así se puede cuantificar los pasos del procesamiento. Se sabe que las vesículas endocitósicas tienen un
ambiente cada vez mas ácido a medida que progresa el proceso de su contenido. Si se sube el pH, el
procesamiento de las proteínas se detiene. Esto hace pensar que las enzimas que actúan deberían ser proteasas
ácidas. Entre ellas se encuentran la catepsina B y la D . Se ha visto que , hasta cierto punto, se puede reproducir
el procesamiento in vitro, usando estas enzimas en pH ácido.
Los MHC clase II viajan a la membrana en vesículas y,
en algún momento éstas deben unirse con los endosomas, para que se una el peptido y la molécula se exprese en
la membrana. La función de los MHC clase II es presentar los antígenos procesados por la vía de los endosomas,
por lo que se debe evitar que se unan a ellos los peptidos transportados por las proteínas TAP mientras las
moléculas MHC clase II recién sintetizadas están aún en el RE. Esto se logra por la acción de una proteína que
se suele llamar cadena invariable de clase II o proteína Ii . Esta proteína es un trímero, y cada una de sus
unidades se une en forma no covalente con el heterodímero alfa- beta clase II . En esta unión participa la
calnexina, la que se disocia sólo cuando el complejo de Clase II-Ii está completamente ensamblado. Esto evita
que los MHC clase II puedan unirse a los péptidos presentes en el RE. La proteína Ii, gracias a la estructura del
extremo N-terminal citosólico de su molécuala, dirige la migración de los MHC –II a las vesículas, que son un
tipo intermedio entre endosoma y lisosoma , y que algunos autores llaman “ compartimento Clase II”, donde
estos se pueden encontrar por varias horas. Dentro del endosoma, la Ii va siendo degradada en forma ordenada y
secuencial. Primero se degrada la parte que “obstruye” el bolsillo del clase II, un peptido pequeño llamado CLIP
( CLass II associated Invariable chain Peptide), pero queda el resto de la cadena, que mantiene al MHC en el
compartimento endosomal, pero permite que se le una un peptido en el “bolsillo”. Cuando ya éste se ha unido, se
degrada el resto de la cadena invariable y el MHC queda libre para migrar a la membrana . Si cuando la cadena
Ii se disocia por completo el MHC aún no está ocupado por un peptido, es rápidamente degradado por las
proteasas del endosoma. Eso significa que muchos de los peptidos presentados por Clase II son fragmentos de
las moléculas Clase II degradadas. Esto hace suponer que, igual que con clase I, hay moléculas clase II en
exceso, de manera que cuando hay una infección por gérmenes de desarrollo intraendosomal, o hay ingestión de
partículas extrañas, o el linfocito B internaliza un complejo de antígeno- inmunoglobulina de superficie, haya
suficientes moléculas Clase II “ vacías” para presentar al LT y así permitir la activación del macrófago y la
síntesis efectiva de anticuerpos por el LB.

La unión de los MHC con los peptidos debe ser estable, ya que, si se disociara
fácilmente, por una parte, el linfocito T no “ vería” que la célula está infectada y, por otra parte, una molécula
MHC sobre una célula no infectada podría combinarse con un peptido liberado desde otra célula, y sería
destruída ( por el LTc) sin necesidad una célula. Los experimentos hasta ahora sugieren que la unión es, en
realidad, casi irreversible. Esto asegura que la presentación del antígeno será prolongada y eficiente. Además, si
se disocia un complejo MHC- peptido artificialmente, la molécula MHC se vuelve inestable, pierde su
conformación, la beta-2 micro se disocia inmediatamente de los clase I , y al molécula es degradada.

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