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Los linfocitos T reconocen determinantes peptídicos producidos en dos compartimentos celulares diferentes:
Los agentes infecciosos se replican en dos compartimentos celulares: Los virus se replican en
el citosol, mientras que la mayoría de las bacterias patógenas y algunos parásitos se replican en el compartimento
vesicular, es decir los fagosomas y endosomas de la célula. El sistema inmune utiliza diferentes estrategias para
deshacerse de ellos. Las células infectadas con virus u otros agentes que viven en el citosol, son eliminados por
los LT citotóxicos (CD8 + ) y los agentes presentes en el compartimento endosómico por los LT CD 4+.
Los agentes infecciosos pueden llegar al compartimento vesicular de la célula de dos maneras:
Algunas bacterias, como las Mycobacterias ( tuberculosis y lepra) tienen la capacidad de invadir macrófagos y
proliferar en las vesículas. Otras bacterias, de desarrollo extracelular, pueden producir toxinas y productos que
son internalizados por endocitosis o fagocitosis por los macrófagos y otras células. El linfocito B, a través de sus
inmunoglobulinas de superficie también puede captarlos.
Los LT CD 4 + caen en dos categorías funcionales: Los que actúan como helper o de ayuda, y
que activan al LB ( segunda señal) y los LT “inflamatorios” o de “hipersensibilidad retardada” , o productores de
citoquinas, que activan macrófagos para que destruyan los gérmenes que alojan.
Por lo tanto, los LT no solo discriminan entre lo propio y lo extraño, sino que son capaces de
reconocer de que compartimento celular proceden estos últimos. Esto se logra presen-tando los péptidos extraños
sobre la superficie de la célula sobre dos clases de moléculas diferentes. Los procedentes del citosol se
presentan sobre moléculas MHC clase I y los provenientes de los endosomas sobre Clase II.
Cómo la generación de los péptidos implica la modificación de las proteínas nativas, se lo
conoce como procesamiento del antígeno, mientras que la exposición de los péptidos en los MHC sobre la
membrana corresponde a la presentación del antígeno
Las moléculas MHC Clase I y II , aunque diferentes en su estructura molecular, comparten
similitudes en su estructura tridimensional, ya que ambos tienen un “bolsillo” para alojar el peptido. La
diferencia entre los clase I, en los que el bolsillo está formado por plegamientos alfa hélice de la cadena alfa, y
los Clase II en que ambas cadenas alfa y beta concurren en la formación del bolsillo, es que en éstos últimos el
“bolsillo” o “hendidura” está abierta en ambos extremos, mientras que en los clase I está cerrada y el péptido
queda “ enterrado” en la molécula MHC.
El linfocito T reconoce epitopes cualitativamente diferentes de los que reconoce el LB. El LB,
y sus productos secretados, los anticuerpos, reconocen estructuras terciarias sobre la superficie de moléculas
complejas de antígenos, es decir, secuencias que pueden desaparecer al “desenrollar” la proteína. El LT reconoce
secuencias cortas que pueden estar ocultas en el interior de la molécula de proteína intacta. Son reconocidas sólo
si son expuestas sobre la molécula MHC. Esto ha sido demostrado estimulando LT con complejos peptido :
MHC.
Cómo el péptido se une al bolsillo del extremo del antígeno MHC, el ligando que es reconocido
por el LT en realidad sólo varía en la parte que expone el peptido. Visto desde arriba, cómo lo vería el LT, el
peptido ocupa la parte central y está rodeado por las alfa hélices de la cadena alfa en clase I y de cadenas alfa y
beta en clase II. Se calcula que la superficie de contacto del TCR (Receptor para antígeno del LT) con el peptido
es de unos 600 Aº 2 en el centro del área de contacto total.
La unión de los MHC con los peptidos debe ser estable, ya que, si se disociara
fácilmente, por una parte, el linfocito T no “ vería” que la célula está infectada y, por otra parte, una molécula
MHC sobre una célula no infectada podría combinarse con un peptido liberado desde otra célula, y sería
destruída ( por el LTc) sin necesidad una célula. Los experimentos hasta ahora sugieren que la unión es, en
realidad, casi irreversible. Esto asegura que la presentación del antígeno será prolongada y eficiente. Además, si
se disocia un complejo MHC- peptido artificialmente, la molécula MHC se vuelve inestable, pierde su
conformación, la beta-2 micro se disocia inmediatamente de los clase I , y al molécula es degradada.