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Si la realidad está abierta a interpretaciones, cada uno lee lo que quiere leer.

Ve lo que
desea y quizá no existe. La posverdad es un autoengaño, un mentirse a sí mismo, sostener
tu postura previa y la realidad te da siempre un pedacito para que la lleves a tu parte y
confirmes tu posición, pero esto es hasta un límite, pero el tema es cual es este límite.
Si tu novia te deja porque ya no siente lo mismo por vos, pero vos insistís y ella termina
diciendo que no es lo mismo, pero “algo” aun siente, entonces uno se engancha de ese
algo y lo lleva hacia su posición idealista. Te dejó, pero vos no lo queres aceptar. En la
política lo mismo, la famosa grieta genero muchas posiciones y estas se quieren sostener
en lo que creen y no se confrontan con los datos, esos datos entonces se leen a partir de
la posición de uno.
Un débil argumento de Macri puede convencer el voto de alguien que lo votó para
deshacer el gobierno anterior, que parecía peor.
Pero que hacemos con ese Otro que piensa distinto.
No hay ningún malo que se convenza o declare que es malo, Videla creía que hacía el
bien y, sin embargo, secuestraba y torturaba gente; lo mismo Hitler. La diferenciación
entre el bien y el malo es invisible. No queremos las cosas porque son buenas, son buenas
porque las queremos.
Es más fácil engañar a las personas que hacerles creen que fueron engañadas.
Gracias al triunfo de Donald Trump, comenzó a circular la idea de la posverdad. Un
término relativamente nuevo, hoy, abiertamente, es una categoría que introduce el
periodismo y, sin embargo, es antiguo. Es la forma en que se relaciona el poder con la
verdad.
No importa si algo es verdadero o no en la medida que ciertos medios la ponen en juego,
esto es porque la sociedad necesita creer en algo. La culpa, si es que ésta juega un rol, es
de los medios de comunicación. La posverdad es esa especie de deseo de parte de un
colectivo de creer en algo que termine de algún modo dando respuestas, aunque esa
situación no pueda ser debidamente comprobada. Pero no importa si está debidamente
comprobada porque si alguien quiere cree en ella, la gente hará lo posible por hacer pasar
esa verdad como creíble. Uno puede ver lo que uno quiere, pero la pregunta es porqué
uno quiere ver eso.
Las proyecciones propias van determinando lo que uno quiere ver, el problema es que
esas proyecciones propias no son realmente propias, la subjetividad no supone un
individuo que dispone o no de las herramientas para crear sentido sino que la misma idea
de disponer es una creación en la que uno ya está entramado.
Las opciones en las que elegimos depositar nuestra realidad son puestas por un tercero,
entonces qué es elegir, si elegimos entre opciones ajenas nunca es una elección autónoma.
Uno elige entre a o b que en el fondo es lo mismo porque son opciones previas que no
tienen que ver con algo creado por nosotros. Tal vez no exista nuestra elección tal vez es
una condición humana. La posverdad hace funcionar a esta condición, Platón sabia que
en la democracia cualquiera puede ser convencido de cualquier cosa a través de la
oratoria, el gran enemigo de Platón eran los sofistas, que eran expertos en la constitución
de verdades que se instalaban como si fueran ciertas.
Qué es la verdad, ¿no tiene un sentido de necesidad de creer en algo? Tal vez el punto es
donde se origina la necesidad de creer.
La posverdad es infinita, cada vez que un argumento es insuficiente, se crea otro, para
que se pueda seguir creyendo en algo.
Pero ¿siempre es negativa la posverdad? Se puede pensar al revés…
Argentina necesita un héroe que lo rescate de sus tristes números. Pero cuales el héroe: el
que uno quiere.
A veces la verdad no basta, a veces la gente necesita algo más.
Cuando yo peleo con alguien por una cuestión de puntos de vista, de creencias, por
ejemplo; me entra tal impotencia que no puedo controlar y me enojo no porque el otro
sea un idiota ni porque yo también lo sea, me enojo porque sé que ninguno de los dos
tiene razón, aunque mis argumentos, o los de él, sean totalmente válidos, me enoja a veces
la incapacidad de abrirnos a las interpretaciones ajenas y creer que la verdad no es una
sino muchas y en suma ninguna.
Si yo escucho a Videla decir que todo lo que hizo fue por el bien del país me enervo. Pero
no porque sepa que el no tiene razón, sino porque el cree que tiene razón y nadie puede
hacer que piense lo contrario, la verdad se construye en nuestra mente y se establece
correspondientemente como mentira lo que yo creo que es verdad.
La verdad es la herramienta mas tenebrosa del poder, porque logra instalarse como única
opción, no hay democracia si hay verdad, la democracia empieza cuando la verdad se
disuelve.
Practica desde hace años la comunicación unidireccional. Sólo dialoga con su eco. Con
el que tampoco le interesa demasiado estar siempre de acuerdo. La posverdad no va a la
razón, sino a la emoción

leeharvey14:34 29/08/2017
A Maldonado lo mató gendarmeria
El gobierno no quiere que se sepa la verdad
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Y las pruebas? No se necesitan, con ese dato uno cree lo que quiere creer, es el pan que
alimenta el hambre de afirmar posiciones.
Las mentiras existen desde tiempos inmemoriales. Entonces, decir que, por ejemplo, el
gobierno miente y tiene que disfrazar a través de los medios de comunicación, su mentira,
no es nada de otro mundo.
Somos la sociedad con las posibilidades mas grandes de poder informarnos, y así, de
todos modos, somos parte de la sociedad mas desinformada de todos los tiempos.
La verdad no es importante, lo interesante de la información es su capacidad de
convertirse en entretenimiento. Porque cuando es entretenimiento, se puede convertir con
ella y cuanto más espectacular es, más dinero se puede conseguir.
Se esfuerza por reducir la capacidad de pensar de manera independiente evitando un
análisis crítico o comprensión del mundo.
El determinismo dice que todo acto es formado por un acto predecesor. Haciendo que
todo sea una cadena. El libre albedrío dice lo contrario. Pero hay una elección que no es
libre y determina las demás. Cuando nacemos no somos libres, nuestra consciencia se va
formando por la educación, el lugar en que vivimos; entonces el resto de las decisiones
las tomamos nosotros, pero siempre arraigadas a las de nuestros padres que formaron
nuestra consciencia y por ende la de nuestros abuelos y los abuelos de ellos y así así así.
¿Pero se puede escapar a esa programación? Si uno está destinado a escapar de la
programación entonces no elige escapar, sino que alguien ya lo destinó siendo parte de
una programación mas grande.
El problema se da cuando las personas creen estar eligiendo libremente y alguien ya
dispuso que el decidiera eso sin que el lo sepa.
Si el mundo fuese una prisión y uno fuese el esclavo que se escapa y quiere rescatar a los
demás no puede porque los demás no están listos para ser liberados e incluso harían lo
posible para defender el sistema en el que sin saberlo están esclavizados. Esto es porque
si los esclavos son felices con ese estilo de vida, porque querrían saber la verdad, se
prefiere la tranquila ignorancia que la sabiduría dolorosa. La ignorancia es la felicidad.
En matrix todas las acciones son estímulos neuronales.
Hasta qué punto lo que percibimos con los sentidos es necesariamente real. No sabemos
lo que hay, solo lo que nuestros sentidos nos muestran. Y pasando los siglos jamas
supimos si realmente todo es real y aun así nos damos el lujo de crear una segunda
realidad. Esa segunda es la matrix, no nos engañemos. En esa segunda realidad nos
mienten y la verdad se pierde, la información no importa y solo nos movemos como
esclavos del entretenimiento.
La vida es sueño.
El mito de la caverna adaptado a estos tiempos. Que es real y que no.

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