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SUMARIO

Febrero 2017 | Tomo 105 / 2 (Nº 1.219)

ESTUDIOS

Las guerras nuestras de cada día


Jesús Núñez VillaVerde 103

Seguridad, guerra y negocio


Tica FoNT i GreGori 117

La guerra y la energía:
el petróleo y el gas
Javier JiméNez olmos 131

Una mirada cristiana


sobre los nuevos conflictos armados
Jesús mª alemaNy Briz, sJ 149

LA FAMILIA
Familia y trabajo:
Condiciones laborales y vida familiar
ana BerásTeGui Pedro-VieJo 163

LOS LIBROS

Recensiones 179
SalTerrae
Revista de Teología pastoral
de la Compañía de Jesús en España

Revista mensual de divulgación científica


sobre teología, Iglesia, sociedad, familia, psicología.

Fundada en 1912

ISSN: 1138 - 1094

Año 105
Número 1.219
FEBRERO 2017
DIRECTOR:
José Ramón Busto Saiz, sj
Maldonado, 1 / E-28006 Madrid
Tfno.: + 34 915 759 848
E-mail: jrbusto@salterrae.es / revistasalterrae@salterrae.es

CONSEJO DE REDACCIÓN:
Antonio Allende (Editorial Sal Terrae)
Ana Berástegui Pedro-Viejo (Universidad Pontificia Comillas)
Junkal Guevara (Facultad de Teología de Granada)
Diego Molina (Facultad de Teología de Granada)
José Mª Rodríguez Olaizola (Editorial Sal Terrae)
Pedro Rodríguez Panizo (Universidad Pontificia Comillas)
Abel Toraño Fernández (Pastoral Universitaria - Salamanca)
Javier de la Torre (Universidad Pontificia Comillas)

COLABORADORES HABITUALES:
Dolores Aleixandre - Patxi Álvarez de los Mozos
Lola Arrieta - Adela Cortina - Cipriano Díaz Marcos
José Mª Fernández Martos - Jesús García Herrero
Joaquín García Roca - José Antonio García Rodríguez
Pedro José Gómez - José I. González Faus
Luis González-Carvajal - Juan Antonio Guerrero
Pablo Guerrero - Daniel Izuzquiza - Mariola López
Luis López-Yarto - Juan Manuel Martín Moreno
Xavier Melloni - Fernando Millán
Jon Sobrino - Gabino Uríbarri
José luis seGoVia BerNaBé
luis a. araNGureN GoNzalo

No te olvides de los pobres


Notas para apuntalar
el giro social de la Iglesia

224 págs.
P.V.P.: 14,00 €
el título del libro no es casual. «No te olvides de los pobres» fue el saludo
del cardenal Hummes al recién elegido papa Francisco. y es que olvidarse
de los pobres sería un imperdonable olvido ético, al situarnos de espaldas
a la realidad sufriente, pero también un olvido teológico: el olvido del dios
de Jesús, que se hace itinerario vital en el huérfano, la viuda y el extranje-
ro. a través de ellos, dios mismo nos pide cuentas: «¿dónde está tu her-
mano?». lo social no es un apéndice marginal, sino parte esencial del que-
hacer de la iglesia como servidora del reino.¿Qué lugar debe ocupar la
iglesia en el mundo? ¿Qué imagen proyecta? ¿Qué iglesia será creíble en el
siglo XXi?

Apartado de Correos, 77 - 39080 Santander (ESPAÑA)


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101

PRESENTACIÓN

en el mensaje para la celebración de la 50ª Jornada mundial de la Paz, el


1 de enero de este año, titulado «la no violencia: un estilo de política para
la paz», el papa Francisco ponía el acento en la necesidad de alentar acti-
tudes personales y acciones políticas no violentas para construir la paz.
obviamente, la paz es mucho más que la mera ausencia de violencia, pero
la no violencia es el principio necesario para que la paz sea posible.
las guerras han cambiado mucho en las últimas décadas. de guerras en
las que no más del 5% de los muertos eran civiles hemos pasado, en al-
gunas guerras recientes, a más del 85% de víctimas civiles. de guerras
parciales a guerras globales en las que se ven involucradas varias nacio-
nes. de armas de corto alcance a armas de destrucción masiva. de ser un
asunto que se daba exclusivamente entre estados al terrorismo interna-
cional. ya ni siquiera no son solo los estados quienes hacen la guerra.
ahora existen empresas privadas que colaboran en las guerras con accio-
nes imprescindibles.
el presente número de SAL TERRAE quiere reflexionar sobre los intereses
y negocios que contribuyen a generar la violencia en forma de guerra en
la actualidad, ofreciendo al final una visión cristiana sobre las guerras ac-
tuales. Hay otros aspectos bien importantes, como el de las víctimas di-
rectas e indirectas que sufren las guerras, que dejamos fuera de este nú-
mero para otra ocasión.
Hemos acudido a destacados especialistas. Jesús A. Núñez Villaverde ana-
liza las causas de la violencia armada, desde su enraizamiento en el ser
humano hasta considerarla como un medio necesario y eficaz para satis-

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102 presentación

facer distintas necesidades, temores o intereses de los pueblos. es im-


prescindible preparar la paz si es la paz lo que se quiere defender, pues la
paz solo podrá ser fruto de relaciones justas entre los grupos sociales y
entre los pueblos.
Tica Font estudia las nuevas características de las guerras actuales. los
cambios que se han producido están siendo aprovechados por la indus-
tria militar para generar nuevos negocios centrados en la seguridad inte-
rior, la privatización militar y la generación de nuevas armas robóticas.
Javier Jiménez Olmos señala la lucha por los recursos naturales como una
de las causas que originan las guerras, y entre estos recursos analiza es-
pecialmente la explotación del gas y del petróleo. las intervenciones mi-
litares más recientes en el Próximo oriente se han debido a ello, y se co-
rre en peligro de que esta lucha se extienda a otras zonas del planeta.
Jesús María Alemany Briz sitúa los nuevos conflictos bajo la mirada de la
ética cristiana. Para ello recorre la evolución de las preocupaciones éticas
sobre la guerra, que desemboca en una mentalidad nueva sobre la guerra
y sobre la construcción de la paz. aborda, para concluir, la mirada sobre
la paz del papa Francisco y los principales acentos que caracterizan su
pensamiento.
dentro de la serie sobre la familia, Ana Berástegui Pedro-Viejo estudia la
relación entre familia y trabajo. según la doctrina social de la iglesia, am-
bas dimensiones están llamadas a la vivirse de modo reconciliado. en el
artículo se recorren los espacios a reconciliar, así como los problemas que
dificultan esa reconciliación y las estrategias que es preciso poner en mar-
cha para conseguirlo.

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ESTUDIOS

LAS GUERRAS NUESTRAS DE CADA DÍA


Jesús A. Núñez Villaverde*

Fecha de recepción: diciembre de 2016


Fecha de aceptación y versión final: enero de 2017

Resumen
La violencia y las guerras nos han acompañado desde el principio de los tiempos
y parecen constituir un rasgo (una condena) consustancial a la historia huma-
na. Si en el pasado siglo la mayoría de los conflictos violentos eran interestata-
les, hoy son fundamentalmente intraestatales. A estos se unen estallidos recu-
rrentes de violencia promovidos por grupos no estatales que causan tanto o más
sufrimiento que las guerras clásicas. Aunque en todos esos casos es posible iden-
tificar los intereses geoeconómicos y geopolíticos que alimentan el recurso a la
fuerza bruta al servicio de un objetivo de naturaleza tradicionalmente político,
cada vez es más frecuente encontrarnos con dinámicas en las que la violencia se
ha convertido ya en un fin en sí misma. Ante esta realidad cabe asumir pasiva-
mente que solo aspirar en el mejor de los casos a eliminar la violencia diaria,
imponiendo por la fuerza la voluntad del más fuerte. Pero también cabe aspi-
rar a una paz fundamentada en la eliminación de las brechas de desigualdad y
en la resolución de los problemas sociales, políticos y económicos que sirven de
caldo de cultivo para que unos y otros terminen por recurrir a la violencia como
método preferente para lograr sus objetivos.
PalaBras ClaVe: paz, guerra, desigualdades, intereses geoeconómicos, intere-
ses geopolíticos, construcción de la paz, prevención de conflictos violentos.

* Codirector del instituto de estudios sobre Conflictos y acción Humanitaria


(ieCaH). <director@iecah.org>.

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Our everyday wars


Abstract:
Violence and wars have accompanied us since the beginning of time and seem to
be an intrinsic feature (a sentence) of the history of mankind. If in the last centu-
ry, the majority of violent conflicts were interstate, nowadays they are essentially
intrastate. Then there are the recurring outbreaks of violence promoted by non-
state groups that cause as much or even more suffering than conventional wars.
Despite the fact that, in all of these cases, the geoeconomic and geopolitical inter-
ests that fuel the use of brute force in support of an objective typically political in
nature can be identified, we are ever more frequently seeing dynamics where vio-
lence has already become a goal in itself. Given this situation, simply aspiring to
eliminate everyday violence, in the best case scenario, by forcefully imposing the
will of the strongest, is to be passively assumed. However, we should also aspire to
achieve peace based on closing the inequality gap and solving social, political and
economic problems that act as a breeding ground for some to end up resorting to
violence as the preferred method of achieving their goals.

Key Words: peace, war, inequalities, geoeconomic interests, geopolitical


interests, peace-building, prevention of violent conflicts.

–––––––––––––––
desde que Caín mató a su hermano abel con la quijada de un burro la
violencia se ha convertido desgraciadamente en un rasgo humano, de-
masiado humano, que nos sigue acompañando hoy, sin que nada apun-
te a que su superación, ni en clave individual ni colectiva, esté a la vuel-
ta de la esquina.
echando mano de aquel bíblico episodio, cabe destacar al menos dos ele-
mentos estructurales que sirven para analizar el uso de la violencia como
supuesta forma de resolver problemas. Por una parte, resulta inmediato
constatar que, aunque es elemental entender que existe una estrecha re-
lación entre armas y violencia, también lo es que la ausencia de aquellas
no evita esta última si existe voluntad para matar (muy fuerte tiene que
ser el impulso asesino para ver un arma en la quijada de un burro). di-
cho de otro modo, por muy necesarios que sean todos los esfuerzos que
se realicen en el terreno del control de armas, el desarme y la desmilita-

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rización, de poco servirán si, simultáneamente, no se desarrolla un tra-


bajo similar para desactivar las mentalidades belicistas.
unas mentalidades que, a su vez, se asientan históricamente en dos prin-
cipios: más armas igual a más seguridad; y el muy manido si vis pacem
para bellum (si quieres la paz, prepárate para la guerra). en función del
primero, y aceptando de partida que todo actor pueda legítimamente
plantear unos intereses vitales a defender, se tiende equivocadamente a
considerar que cuantas más armas se posean, mayor será el nivel de se-
guridad alcanzado. es así, incluso aceptando que haya una renuncia sin-
cera a cualquier actitud potencialmente agresiva, como se ha venido ali-
mentando incesantemente la creciente carrera armamentística que se
originó en la Guerra Fría y que continúa en nuestros días. en la medida
en que se interiorice esa idea, se hace mucho más probable la recurren-
cia a las armas ante cualquier posible deriva que afecte a los intereses pro-
pios (aunque solo sea por aquello de que, para quien solo tiene un mar-
tillo, todo lo que ve son puntas que deben ser clavadas). ese acelerado
proceso de acción y reacción impide entender que la seguridad propia no
puede estar basada en la inseguridad de los demás. o, lo que es lo mis-
mo, supone no comprender que, en definitiva, la propia seguridad se
basa indefectiblemente en la seguridad de los que nos rodean.
si a este principio se le añade el segundo ya citado –que presupone que,
al estar rodeado de potenciales enemigos que solo desean lo que nos es
propio, no queda más alternativa que prepararse para la guerra, por mu-
cho que todos proclamen su amor a la paz–, se termina por configurar
un escenario que olvida algo tan elemental como es considerar que, si re-
almente queremos la paz, lo que deberíamos hacer es prepararnos para
ella. una paz que, puestos a ser ambiciosos, debe ser mucho más que la
ausencia de violencia. la paz a la que debemos aspirar solo puede ser
aquella que permita satisfacer las necesidades básicas de todos los miem-
bros de una sociedad, garantizando su plena integración en las estructu-
ras sociales, políticas y económicas existentes y con total garantía para
desarrollar sus derechos.
Para entender lo lejos que estamos de este supuesto basta con comparar,
por un lado, el volumen de recursos humanos, físicos y económicos de-

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dicados a la creación y sostenimiento de las maquinarias bélicas y, por


otro, el empleado en la construcción de la paz y la prevención de con-
flictos violentos, para concluir inevitablemente que existe un acusado de-
sajuste a favor del primero.

Violencia por intereses


Por otra parte, la trágica historia del uso de la fuerza armada nos enseña
que la violencia es tradicionalmente vista tan solo como un medio que
sirve para conseguir un objetivo, principalmente político. sea por codi-
cia, por agravio comparativo o por cualquier otra razón que albergaran
el mentado Caín y sus sucesores, se suele considerar la violencia como
un recurso efectivo para lograr algo que, de otro modo, sería inalcanza-
ble. la historia nos enseña también que la violencia es el principio cen-
tral de la organización social, de tal modo que, desafortunadamente, solo
es considerada negativa si deviene en derrota, pero que, si le acompaña
la victoria, termina por ser mayoritariamente percibida como virtuosa.
sobre estos presupuestos, y a base de guerras, se han conformado buena
parte de los actuales estados nacionales y se ha dirimido el liderazgo glo-
bal, regional o local a lo largo del tiempo.
una panorámica actual del mundo globalizado nos muestra que, para
quienes habitamos en democracias consolidadas, la violencia organizada
apenas sirve ya como instrumento útil para solucionar problemas. dicho
sin frivolidad alguna, hasta podríamos pensar que la guerra ha pasado de
moda entre nosotros –cuando disponemos de otros mecanismos más insi-
diosos, pero no menos letales, para defender nuestros privilegios e intere-
ses–, reservándola únicamente como instrumento de último recurso cuan-
do está en peligro un statu quo que lleva décadas favoreciéndonos. Pero, en
cuanto miramos fuera de nuestra envidiable burbuja de seguridad, es in-
mediato constatar que quienes disfrutamos de esa situación somos mino-
ría en un mundo en el que las brechas de desigualdad no hacen más que
aumentar, sin perder de vista que, además, somos corresponsables del ma-
lestar e inseguridad de muchos de nuestros semejantes.
Por eso, son muchos los que rechazan esa visión típica de las democra-
cias occidentales, empezando por quienes nada tienen que perder y nada

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esperan de un orden internacional que consideran injusto ni de unas au-


toridades locales que, frecuentemente, son los principales violadores de
sus derechos. No puede extrañar, en consecuencia, que sean también
muchos los que todavía entienden la violencia como el único atajo para
subvertir su desfavorable situación.
en definitiva, a la vista del tipo de violencia más frecuente en nuestros
días, esa visión de la violencia como mero instrumento se ve cada vez
más abiertamente cuestionada. así, cuando observamos muchos de los
conflictos violentos que hoy surgen en diferentes partes del planeta o,
más aun, los que ya cabe considerar endémicos de determinadas zonas,
es forzoso aceptar que en muchas ocasiones la violencia se ha convertido
ya en un fin en sí misma.
sea por relegación de toda consideración política desde el primer acto
violento o por simple disipación de la que podría haber en su arranque,
para muchos individuos y grupos, a falta de mejores alternativas a su al-
cance, la violencia se convierte en su mejor opción vital. eso implica que
en demasiadas ocasiones la violencia es, sencillamente, su modo de vida;
el que les permite, gracias a la posesión de un arma y a la voluntad para
usarla, gozar de un determinado nivel de bienestar y seguridad, sin dete-
nerse ya a perseguir ningún objetivo que vaya más allá del día a día.
Ni lo anterior explica en su totalidad las motivaciones que impulsan al
ser humano a la violencia, ni cabe olvidar que son muchas aún las gue-
rras y los actos violentos que se producen por intereses geoeconómicos y
geopolíticos. es obvio que todos, individuos y colectivos humanos, ac-
tuamos en defensa de intereses (unos más justificables que otros). Pero
también lo es que hemos ido definiendo una serie de valores y principios
que, afortunadamente, ya forman parte del capital normativo interna-
cional y que, en algunas ocasiones, sirven de freno a lo que, de otro
modo, sería sencillamente la ley de la jungla.

Caracterización básica
el estudio de los conflictos violentos típicos de la última etapa de la Gue-
rra Fría y, más aun, de los que actualmente estallan, obligan a modificar

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supuestos muy arraigados. Basta con observar lo que sucede en diferen-


tes partes del áfrica subsahariana –donde se registra una violencia es-
tructural en la que no siempre resulta sencillo determinar las motivacio-
nes políticas de los actores en presencia–, en situaciones como las que
viven muchos entornos urbanos latinoamericanos –no es casual que, de
las 50 ciudades más violentas del mundo, 41 sean latinoamericanas–, o
en conflictos tan recientes como los de afganistán, irak, yemen, libia o
siria, para poder percibir cómo otros factores, entre los que destacan cla-
ramente los económicos, van adquiriendo un protagonismo creciente.
en esencia, y de manera muy interrelacionada, cabe identificar una serie
de elementos que explican la recurrencia a la guerra y a la violencia. en-
tre ellos destacan los siguientes:
– Tras haber desaprovechado la distensión que se produjo con el final
de la Guerra Fría, los trágicos atentados registrados en Nueva york y
Washington el 11 de septiembre de 2001 produjeron un vuelco y un
impacto que llega hasta hoy. sin que en realidad nunca se hayan ma-
terializado los llamados hace años «dividendos de la paz», hemos
vuelto a entrar en una senda de generalizado incremento de los pre-
supuestos de defensa al calor de la nefasta «guerra contra el terror»,
definida inicialmente por la administración de George W. Bush y
continuada en gran medida por los siguientes inquilinos de la Casa
Blanca y sus principales aliados occidentales. en línea con este im-
pulso político, de innegable carga ideológica, es inmediato identifi-
car el interés de los principales productores de armas para seguir ali-
mentando focos de violencia (conviene recordar que los cinco países
con asiento permanente y derecho de veto en el Consejo de seguri-
dad de la oNu son los responsables de prácticamente las tres cuar-
tas partes del comercio mundial de armas, tanto para alimentar a sus
propios ejércitos como a sus socios y aliados).
– en el caso estadounidense –aunque, a una escala menor, lo mismo
podría decirse de otros países occidentales– resulta evidente la ins-
trumentalización del peligro o de la necesidad de la guerra para aten-
der a otros fines. aumentar el presupuesto de defensa, cebando así su
poderoso complejo militar-industrial, es un clásico recurso que le ha
servido en varias ocasiones para salir de situaciones de recesión o de

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crisis económica. optar por esa vía no solo reporta beneficios en el


interior del país (generando más empleo y otorgando garantías de su-
pervivencia a las empresas), sino también en el exterior, permitiendo a
ee.uu. colocarse un escalón por encima de cualquier posible compe-
tidor y facilitando el reforzamiento de alianzas estratégicas con sus
principales clientes. Por esta vía el ministerio de defensa –no solo en
ee.uu., sino en la práctica totalidad de los países con capacidad in-
dustrial en el ámbito de la defensa– termina por convertirse abierta-
mente en un agente comercial de las empresas del sector.
– esta tendencia se ajusta directamente con el perfil de muchos de los
países en desarrollo, que no disponen de una industria de defensa que
satisfaga la demanda de sus fuerzas armadas. una demanda que, en de-
masiados casos, excede sus necesidades de autodefensa y que se expli-
ca mucho mejor por causas ligadas a un afán expansionista o a intere-
ses propios de los altos mandos de los diferentes ejércitos, convertidos
en actores con notable capacidad política en sus respectivos gobiernos.
– en lo que respecta a los habitualmente denominados «estados frági-
les» –que son los más propensos a sufrir conflictos intraestatales (los
más numerosos en la actualidad)–, el factor económico adquiere aún
mayor importancia. en unos contextos en los que las necesidades bá-
sicas de la inmensa mayoría de la población no están cubiertas por el
estado y en los que la ocupación del poder se plantea en términos de
usurpación de las riquezas nacionales en manos de unos pocos, so-
metiendo al resto a la exclusión y marginación, el recurso a la vio-
lencia tiene un componente económico inmediato. en las situacio-
nes de violencia estructural que allí se producen no es raro que
quienes controlan las palancas del estado busquen dotarse de mayo-
res medios de represión, aferrados al poder a toda costa, y que quie-
nes nada tienen que perder (y nada que esperar de sus gobernantes)
perciban que su incorporación a algún bando combatiente termine
por ser su única o su mejor opción para asegurarse un cierto nivel de
bienestar y seguridad. llegados a ese punto, el interés por poner fin
al conflicto desaparece paulatinamente, dado que no hay alternativas
a corto plazo para acceder a una posición económica mejor que la
obtenida a través de las acciones violentas.

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– muchos de esos conflictos se mantienen abiertos, asimismo, gracias


a la colaboración interesada de actores exteriores que encuentran
unas condiciones favorables para aprovechar en su propio beneficio
el clima de inestabilidad y debilidad existente. en esa larga lista de
posibles interesados en alimentar el fuego desatado en un territorio
determinado, destacan aquellos inclinados a desarrollar cualquier
tipo de comercio ilícito (armas, drogas, diamantes, petróleo, tráfico
de personas...), aprovechando el descontrol y la pérdida del mono-
polio legítimo de la violencia por parte del aparato estatal. También
cabe añadir a las diásporas que apuestan por financiar a los miem-
bros de sus comunidades locales castigadas por cualquier motivo por
el gobierno de turno. No es tampoco menor el afán de empresas
multinacionales interesadas en mantener un cierto nivel de inestabi-
lidad para actuar al margen de cualquier limitación legal (ya sea en
el terreno salarial, en el medioambiental o en el fiscal) en búsqueda
de beneficios rápidos y fuera del control estatal. Por último, tampo-
co es raro que haya actores públicos y privados de países vecinos que,
movidos por un afán depredador, intentan aprovechar las circuns-
tancias para conseguir algún tipo de lucro ilegítimo.
– aunque su actualidad casi exigiría mencionarlo en primer lugar, es
obligado añadir a todo lo anterior que los intereses por el control de
recursos energéticos explican en gran medida la dinámica militarista
que estamos viviendo. el fundamento de los modelos económicos de
los países desarrollados sigue estando basado, desde hace décadas, en la
utilización intensiva de los hidrocarburos. Ninguno de los países occi-
dentales es autosuficiente en estos productos, mientras que los princi-
pales productores y las mayores reservas del mundo se localizan en los
países del oriente medio. Todo indica que en 2020 la dependencia
mundial de estas fuentes será todavía mayor que en la actualidad y, en
consecuencia, el control de estos recursos sigue siendo una baza expli-
cativa fundamental, tanto para Washington como para el resto de las
potencias occidentales (sin olvidar a China y tantos otros).
es evidente que nada puede reducirse en el terreno de los conflictos a
una explicación monocausal; pero también lo es que los factores econó-
micos emergen como una de las claves centrales para entender el proce-

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so que hace rentable, para algunos, el recurso a la violencia. Por desgra-


cia, no parece haya una preocupación similar por considerar el valor eco-
nómico de las víctimas, civiles en su mayoría, de estas guerras.

Otra respuesta es posible


Por si la sucesión de conflictos que siguieron al final de la Guerra Fría no hu-
biera sido suficiente para cuestionar el optimismo de quienes pronosticaban
que las guerras llegaban a su fin, los trágicos acontecimientos del 11-s han
terminado certificando el largo camino que queda por recorrer para hacer
realidad ese sueño. desde entonces y hasta hoy, mientras se ha ido margi-
nando a la oNu –creada precisamente para evitar el flagelo de la guerra a
las generaciones futuras– hasta hacerla irrelevante, la respuesta a la violen-
cia –con un sobredimensionado énfasis en el terrorismo yihadista– ha ido
reforzando su perfil militarista –ahí están nuevamente afganistán, irak o
siria como ejemplos más sobresalientes–. esta tan vigorosa como insufi-
ciente reacción no es acompañada, ni menos aún sustituida, por otro es-
fuerzo similar orientado a luchar contra las raíces de los conflictos. es bien
cierto que estas últimas son complejas y que no existe ningún automatis-
mo que asegure que los resultados vayan a ser positivos; pero lo es todavía
más que la comunidad internacional sigue sin mostrar una voluntad polí-
tica a la altura del reto que plantea la seguridad internacional, enfrentada
a desafíos más difusos, pero no por ello menos preocupantes que los que
representaba la amenaza clásica del período anterior.
Hoy como ayer, sigue pendiente la activación de una agenda multilate-
ral, multidimensional y de largo aliento que entienda la necesidad de re-
ducir sustancialmente la alarmante brecha de desigualdad que sigue con-
denando a buena parte de la población mundial a la exclusión y a la
pobreza. además, una vez que el clima internacional ha confirmado su
regreso a un ciclo de enrarecimiento, se vuelve a apostar por reactivar es-
quemas que parecían ya superados. los problemas a los que nos enfren-
tamos no tienen en ningún caso solución militar posible, y por eso mis-
mo, volver a incidir en caminos tan trillados como ineficaces solo se
explica por el cortoplacismo que orienta actualmente la política interna-
cional. mientras tanto, conceptos como la seguridad humana, la diplo-

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macia preventiva y la cultura de la paz –que en los «felices noventa» pa-


recían cobrar nueva fuerza– vuelven a quedar condenados al ostracismo,
a la espera de nuevas oportunidades.
a partir de esta realidad, solo cabe apuntar, de modo esquemático, algu-
nas cuestiones que podrían reforzar una verdadera agenda de construc-
ción de la paz y de prevención y resolución de conflictos violentos:
– más allá de cualquier percepción subjetiva, individual o colectiva,
que pueda desembocar en violencia, el núcleo central de la moviliza-
ción violenta está constituido por la existencia de una desigualdad
objetiva entre individuos y colectivos que conviven en un mismo te-
rritorio (ya sea una ciudad o la aldea global en la que vivimos). dado
que esas desigualdades horizontales conforman el factor belígeno
más potente que existe, la labor de la construcción de la paz y la pre-
vención de conflictos consiste básicamente en reducirlas a niveles so-
portables o, idealmente, a eliminarlas.
– esa discriminación, que determina la exclusión no solo de indivi-
duos o grupos dentro de un país, sino también de estados enteros
dentro de la comunidad internacional, debe ser resuelta con medidas
estructurales tanto de carácter económico como sociocultural y polí-
tico. Cualquier estrategia que pretenda lograr resultados sostenibles
en el tiempo debe atender a la situación de estos individuos/gru-
pos/países en relación con variables claramente interdependientes,
entre las que destacan el nivel de participación política (perfil de los
partidos políticos, presencia en los distintos niveles del aparato ad-
ministrativo, en las fuerzas armadas...), su disponibilidad de activos
económicos (tierra, acceso al capital, control de recursos energéti-
cos/minerales...), su situación frente al empleo y los ingresos y sus ac-
tivos sociales (educación, sanidad...).
– en la mayoría de los países frágiles o fracasados, incluso en aquellos
que aparentemente se revisten de una imagen de dureza y control re-
presivo de la población, hay que considerar que se ha perdido el mo-
nopolio de la fuerza por parte del estado, de tal manera que las fuer-
zas armadas, que normalmente son tan solo uno de los actores en
juego, no tienen por qué ser, necesariamente, ni el actor más fuerte

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ni el más motivado para asegurar la paz. en estas condiciones, si no


se logra, normalmente con la participación de actores exteriores, mo-
dificar las bases del modelo político y económico de estos países, no
existirá, por parte de sus protagonistas directos, interés real en poner
fin a la violencia.
– Como ya señalaba acertadamente en 2005 el entonces secretario Ge-
neral de la oNu, Kofi annan, el desarrollo, la seguridad y los dere-
chos humanos constituyen los tres pilares de un nuevo orden inter-
nacional digno de tal nombre. No puede haber desarrollo sin
seguridad, ni seguridad sin desarrollo, ni uno ni otra si no se da un
respeto pleno de los derechos humanos para todos. esa es la agenda
prioritaria de nuestros días. lo cual significa, entre otras cosas, que
ninguna estrategia militarista podrá más que paliar, en el mejor de
los casos, los efectos más llamativos del problema, pero nunca podrá
por sí sola enderezar el rumbo de unos procesos que, a falta de solu-
ciones omnicomprensivas, corren el riesgo de reabrirse de inmediato
(baste recordar que más del 40% de las guerras actuales son mera re-
petición de conflictos mal cerrados).
– la tarea principal de la construcción de la paz no consiste, como a
veces se cree, en eliminar los conflictos. de hecho, los conflictos son
consustanciales al ser humano y hasta aportan un elemento positivo
que lleva a intentar superar determinadas situaciones de insatisfac-
ción. el foco principal de la agenda preventiva es, echando mano de
mecanismos de mediación y negociación, la resolución de esos con-
flictos por vías no violentas. Visto así, una de las principales asigna-
turas pendientes es la de modificar el dominante enfoque reactivo,
que solo de manera selectiva se activa a posteriori para tratar de fre-
nar un estallido violento, apostando por otro preventivo que ponga
en juego recursos y capacidades suficientes para abortar ese proceso
en sus primeras etapas.
– un elemento fundamental en este terreno, volviendo nuevamente la
mirada a los principales productores de armas, es lograr una adecua-
da coherencia de políticas para evitar que lo que se pretende cons-
truir por una parte (pleno respeto de los derechos humanos, promo-
ción de valores democráticos e imperio de la ley) quede arruinado

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114 jesús a. núñez villaverde

por una política comercial de venta de armas centrada exclusiva-


mente en la obtención de beneficios a corto plazo.
No estamos en una nueva Guerra Fría, aunque la extraña nostalgia de
una época en la que todo tendía a interpretarse en términos de «buenos»
y «malos» hace que algunos presenten la situación actual como una nue-
va confrontación global. Hoy no hay una confrontación entre dos aspi-
rantes al liderazgo mundial, sino un hegemón (estados unidos) que se ve
a sí mismo ante la oportunidad histórica de liderar el mundo en solita-
rio; una rusia que, tras recuperarse de quince años de caída en el abis-
mo, pretende volver a garantizar su área de influencia inmediata para
preservar sus intereses como potencia regional; y una China que preten-
de volver a ocupar el lugar natural de centralidad que entiende que co-
rresponde a su tamaño. eso –mientras en paralelo la unión europea si-
gue sumida en un «ombliguismo suicida» y se siguen desarrollando los
llamados «conflictos olvidados»– determina una considerable tensión in-
ternacional que, a buen seguro, se seguirá traduciendo en conflictos por
interposición en diferentes lugares del planeta, pero sin que ninguno de
los grandes tenga deseos de llegar a confrontaciones directas. eso signi-
fica, desgraciadamente, más de lo mismo en el futuro previsible.
el negativo influjo de la «guerra contra el terror» constituye un doble
error. en primer lugar, el terrorismo no es un enemigo concreto que se
pueda eliminar, sino una modalidad de acción violenta por la que mu-
chos grupos optan en sus estrategias de oposición a quienes definen
como enemigos. además, como bien demuestran las experiencias mili-
taristas en diversos países de oriente medio y las reacciones a los aten-
tados sufridos en territorio occidental, la guerra –es decir, el protagonis-
mo de los medios militares– no es la vía adecuada para hacer frente a esa
amenaza. aun así, cuando ya se ha cerrado un año 2016 especialmente
sangriento en diversos países europeos, todo apunta a que se seguirá in-
sistiendo en esa incorrecta respuesta.
mientras tanto, se acentúa cada vez más la frivolización de la violencia.
desde hace tiempo, se viene hablando de supuestas «guerras limpias» en
las que, gracias a los avances tecnológicos aplicados al terreno militar, al-
gunos creen que se podrían lograr los objetivos perseguidos sin ocasio-
nar bajas humanas. la realidad esconde que, cuando así se habla, se está

Sal Terrae | 105 (2017) 103-115


las guerras nuestras de cada día 115

pensando más bien en evitar las bajas propias, sin demasiada (o ningu-
na) preocupación por los costes humanos y materiales que se puedan
producir entre las filas enemigas (sean combatientes o población civil in-
defensa). es evidente, en términos muy crudos, que hay una diferencia
sustancial entre matar a alguien cara a cara o haciendo uso de nuevas tec-
nologías que permiten hacerlo a mucha distancia (drones, misiles, ca-
zas...). esa inquietante tendencia tiene, entre otros, el efecto de aligerar
la carga a la hora de tomar la decisión de eliminar a seres humanos que
aparecen asépticamente en una pantalla.
mientras debatimos si la guerra es un paréntesis entre dos etapas de paz
o si sucede precisamente lo contrario, una visión de conjunto del pano-
rama internacional parece, inevitablemente, dar la razón a sigmund
Freud cuando aseguraba que «la violencia, individual o colectiva, que
acompaña a la condición humana desde el origen de los tiempos, puede
ser limitada, relativamente controlada, legalmente regulada e incluso cas-
tigada, pero nunca exterminada». en suma, mientras no logremos de-
sactivar la voluntad de poder, de la que ya hablaba Friedrich Nietzsche,
solo cabe concluir pronosticando que las guerras seguirán formando par-
te de nuestro futuro.

Sal Terrae | 105 (2017) 103-115


JuaN Carlos sCaNNoNe, sJ

La teología del pueblo


Raíces teológicas
del papa Francisco

280 págs.
P.V.P.: 16,90 €
¿Cómo interpretar el deseo del papa Francisco de «una iglesia pobre para
los pobres», su crítica al capitalismo salvaje y a la idolatría del mercado,
su lucha por una globalización alternativa a la neoliberal, equitativa y so-
lidaria para todos los pueblos? una clave imprescindible es conocer las
raíces teológicas de la pastoral y la teología de Francisco en la teología ar-
gentina del pueblo y la cultura, una vertiente «con rasgos propios» de la
teología de la liberación. en esta obra la presenta Juan Carlos scannone,
antiguo profesor suyo, quien convivió con él muchos años y que ha sido
citado por Francisco en su primera encíclica (Laudato si’, nota 117).

Apartado de Correos, 77 - 39080 Santander (ESPAÑA)


pedidos@grupocomunicacionloyola.com
117

SEGURIDAD, GUERRA Y NEGOCIO


Tica Font i Gregori*

Fecha de recepción: enero de 2017


Fecha de aceptación y versión final: enero de 2017

Resumen
El final de la Guerra Fría, la globalización y el neoliberalismo comportaron
cambios en las características de las guerras, en las amenazas, las causas, las víc-
timas, etc. Estos cambios serán aprovechados por la industria militar para gene-
rar nuevos nichos de negocio centrados en la seguridad interior, la privatización
militar y la generación de nuevas armas robóticas. La privatización de tareas
militares comporta una erosión del Estado moderno sin debate público, y la nue-
va generación de armas robóticas es un paso hacia la deshumanización de la
guerra y la guerra de low cost político.
PalaBras ClaVe: privatización, armas, robótica.

Security, war and business


Abstract:
The end of the Cold War, globalization and neoliberalism led to changes in the
characteristics of wars, in threats, causes, victims, etc. These changes will be used
by the military industry to create new business niches focused on homeland secu-
rity, military privatization and creating new robotic weapons. The privatization
of military jobs leads to an erosion of the modern State without public debate and
the new generation of robotic weapons is a step towards the dehumanization of
war and «low cost» political war.

Key Words: privatization, weapons, robotics.

* directora del instituto Catalán internacional por la Paz.


<tfont.icip@gencat.cat>.

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118 tica font i gregori

1. Sobre la guerra

el final de la guerra fría va a suponer cambios en la naturaleza de los con-


flictos armados, que mayoritariamente pasarán a ser conflictos internos y
dejarán de ser guerras entre estados. dichos cambios modificaron el motor
que la sostenía, modificó las amenazas y los riesgos a la seguridad, lo que
comportó que a lo largo de la década de los 90 disminuyeron las demandas
de armas, se cuestionaron proyectos de generación de nuevas armas, dise-
ñadas para ser usadas en contexto de guerra fría, disminuyó también la de-
manda de personal militar y se redujo el volumen del gasto militar.
en este contexto de crisis económica para el sector, el lobby militar indus-
trial y los centros de creación de opinión empezaron a generar nuevos es-
cenarios de conflicto. si el comunismo y los estados que lo defendían de-
jaban de ser los enemigos de occidente, para que el ciclo se siguiera
alimentando había que buscar nuevos enemigos, nuevas amenazas y nue-
vos riesgos; junto con estas corrientes de búsqueda de polos de conflictivi-
dad mundial, en el año 2001 se producirán los atentados del 11-s y el lan-
zamiento de la llamada guerra global contra el terrorismo. Tanto los
estados unidos como la unión europea y la oTaN definirán las estrate-
gias de defensa y seguridad en este nuevo contexto internacional.
Por otra parte, los nuevos conflictos hacen más relevante el papel de las
misiones militares en el exterior: los ejércitos de los países industrializa-
dos han actuado militarmente en ataques e invasiones y han combatido
en serbia, irak, afganistán, libia o siria. este tipo de intervención fue-
ra de las fronteras nacionales ha supuesto cambios en la gestión militar y
en las necesidades tecnológicas asociadas. los combates en irak o afga-
nistán han sido un laboratorio de estrategias y tecnologías militares.
a partir de los atentados del 11-s, los estados vuelven a incrementar su
gasto militar y sus demandas de nuevas armas para un nuevo escena-
rio. el lobby militar industrial se adapta a estos nuevos escenarios de
conflictividad y de guerra y generará nuevos nichos de negocios en tres
espacios: 1) privatización por el estado de una parte de las tareas mili-
tares; 2) generación de nuevas armas con más tecnología, armas robó-
ticas; y 3) desarrollo de tecnologías enfocadas a la seguridad interior.

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seguridad, guerra y negocio 119

2. Empresas Militares y de Seguridad Privadas (EMSP)

la presencia de actores privados en la guerra es tan antigua como la gue-


rra misma; pero la actual aparición del mercado de servicios militares
privados es, probablemente, el hecho más importante de los dos últimos
siglos. ahora los servicios son prestados por empresas privadas, muchas
de las cuales forman parte de grandes empresas multinacionales, que
abordan el servicio como un área más de negocio con la que pretenden
aumentar los beneficios de los accionistas.
las intervenciones fuera de territorio cuestionarán la dotación de armas
con las que están abastecidos los ejércitos. el nuevo escenario genera una
nueva manera de llevar a cabo la guerra y crea la necesidad de nuevos ins-
trumentos para llevarla a cabo.
los cambios en la tecnología militar crearán nuevas exigencias técnicas
que serán cada vez más complejas, tanto en la operatividad del uso de las
nuevas armas como en su mantenimiento, lo cual requerirá una expe-
riencia técnica adicional por parte del personal militar, experiencia que
será más fácilmente proporcionada por la empresa productora. en defi-
nitiva, el aumento del uso de alta tecnología en la guerra representa una
mayor dependencia, por parte de los militares, de las empresas militares
privadas generadoras y gestionadoras de dicha tecnología.
la privatización de tareas militares se plantea en un contexto de cambio
global en el pensamiento político y económico. el pensamiento neolibe-
ral impulsó una corriente privatizadora de todas las actividades públicas;
una corriente que también ha alcanzado a la defensa y a la seguridad. Por
su parte, las empresas buscan expandir su mercado a expensas del sector
público y presionan a los gobiernos para que dejen en manos del mercado
tareas que han sido ejercidas por la administración del estado. el 11-s
abrió un nuevo escenario a la industria militar.
en definitiva, el mercado de servicios militares es fruto de varias ten-
dencias: cambios en la naturaleza de los conflictos; aumento de opera-
ciones militares fuera del territorio nacional; cambios en la tecnología
militar; disminución de los presupuestos de defensa y reducción de per-
sonal militar cualificado.

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120 tica font i gregori

a lo largo de la década de los 90 aparecieron empresas, muchas de ellas


ligadas a la industria productora de armamento, que ofrecerían servicios
de mantenimiento, suministro y modernización de equipos y armas;
apoyo logístico; formación y entrenamiento militar y policial; construc-
ción de bases militares y su mantenimiento en cualquier parte del mun-
do; servicios de inteligencia y contrainteligencia; operaciones especiales;
asesoramiento estratégico y técnico a gobiernos y militares; servicios de
traducción; protección de personas, instalaciones o infraestructuras; ayu-
da humanitaria; respuesta rápida ante desastres; apoyo en operaciones de
paz y en destrucción de armas; gestión de conflictos; negociaciones de
paz; transiciones políticas; etc. estas empresas están dotadas de personal
especializado, generalmente ex-militares, y están dotadas de armamento
pesado. en definitiva, empresas con capacidad suficiente para actuar en
el «campo de batalla» o en situaciones posbélicas.
algunos de los servicios que ofrecen estas empresas pueden considerarse
tareas militares «esenciales», como son la gestión de ciertas instalaciones
como bases militares o prisiones; sistemas de abastecimiento, formación
y entrenamiento militar; o servicios de inteligencia y contrainteligencia.
Tareas como la inteligencia no deberían privatizarse, ya que, en función
de los informes que generen los servicios de inteligencia, los gobiernos
tienen que tomar decisiones muy delicadas.
en la actualidad hay empresas norteamericanas que, por la magnitud e
intensidad del servicio que prestan, representan una duplicidad de las
fuerzas militares, es decir, son ejércitos privados con capacidad ofensiva
plena. la creación legal de estos ejércitos privados nos lleva a otra cues-
tión importante: el control democrático del uso legal de la fuerza o de
la violencia. en los estados modernos, solamente el estado tiene la le-
gitimidad del ejercicio exclusivo del uso de la violencia. la presencia de
estas empresas ejerciendo la violencia rompe el monopolio del estado,
aumenta la distancia entre la toma de decisiones y el ejercicio de la fuer-
za e introduce un actor privado que puede tener objetivos propios, que
solo rinde cuentas a quien le contrata y que busca maximizar los bene-
ficios. Con ello se pierde cualquier control democrático sobre la activi-
dad que llevan a cabo. No hay que olvidar el pragmatismo del merca-
do: las empresas son leales y están al servicio de sus accionistas: su

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seguridad, guerra y negocio 121

lealtad no es el bien común ni el interés colectivo; su lealtad es con el


cliente y el accionista.
respecto del tamaño de este mercado, resulta difícil obtener cifras, de-
bido a la falta de datos, pues muy pocos gobiernos publican información
de la contratación de dichos servicios, y las empresas raramente ofrecen
información capaz de diferenciar entre los servicios propiamente milita-
res y otra clase de servicios; pero es evidente que los principales ingresos
provienen de países como estados unidos y reino unido, donde la ex-
ternalización ha sido más fuerte. a modo de ejemplo, en el ejercicio fis-
cal 2006 de los estados unidos, de un total de 295.000 millones de dó-
lares del presupuesto del departamento de defensa, se destinó el 38,5%
(113.400 millones) a la contratación de servicios1. en el mismo ejercicio
fiscal del reino unido, de los 47.314 millones de euros del presupuesto
del ministerio de defensa, el 21,4% (10.130 millones) fue destinado a
la contratación de servicios.
la relevancia y el peso que están teniendo estas empresas pueden medir-
se observando el ranking de las 100 principales empresas militares de los
últimos años. Por ejemplo, en 1986 la lista de las 100 principales em-
presas contenía 10 empresas especializadas en servicios militares; en el
2006 había 182.
Privatizar servicios públicos siempre conlleva polémica y controversia;
pero en este caso estamos abordando la situación en que una empresa
privada es contratada para actuar directamente en el campo de batalla,
ejerciendo o pudiendo ejercer el uso de la violencia, con lo cual va a te-
ner un papel muy directo en el devenir de los combates y del conflicto
armado. Todo ello es responsabilidad exclusiva del estado. la contrata-
ción y el despliegue de las emsP produce un profundo impacto en el
modo de ejercerse el monopolio del uso de la violencia y su control. Ten-
gamos presente que estas empresas no rinden cuentas al parlamento o a
la ciudadanía, sino únicamente a su accionariado, con lo que se agranda

1. Perlo-FreemaN, s. & sKöNs, e,«The private military services industry»: SIPRI


Insights Peace and Security 2008/1, p. 8.
2. Perlo-Freeman, s. (nota 1) p. 2.

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122 tica font i gregori

la distancia entre la toma de decisiones, su implementación y la rendi-


ción de cuentas.
Finalmente, comentar el fenómeno de «puertas giratorias» en este sector.
William lynn3 trabajó en el Pentágono bajo el mandato de B. Clinton;
luego pasó a trabajar como vicepresidente de operaciones y estrategia de
la raytheon Company (2002-2009), de la que fue lobbista de defensa; y,
posteriormente, obama le nombró en 2009 adjunto al secretario de de-
fensa. en octubre de 2011 dimitió de su cargo, y en enero de 2012 pasó
a trabajar como presidente de la Junta y Consejero delegado de drs
Technologies, filial de la empresa de armas italiana Finmeccanica en los
ee.uu.

3. Generación de nuevas armas. Armas robóticas

Barack obama suavizó el impulso unilateralista de George Bush elimi-


nando las «guerras preventivas» que llevaron a ee.uu. a invadir afga-
nistán e irak. Pero sigue manteniendo una «guerra quirúrgica» o una
«microguerra»4, una guerra no convencional que no se circunscribe a un
territorio o estado concreto, sino que se libra dentro de una lucha polí-
tica y militar multifacética contra el terrorismo de al Qaeda, isis u otras
franquicias. una guerra secreta, invisible, de baja intensidad, llevada a cabo
con una nueva generación de armas muy sofisticadas, como los drones.
los drones son aviones no tripulados, armados con misiles y con los que
se han realizado ataques en afganistán, Pakistán, yemen y somalia.
los aviones no tripulados (drones) son aparatos equipados con sofistica-
dos sensores, pueden ser invisibles a los radares, tienen visión nocturna
y no se cansan ni se aburren.

3. http://voices.washingtonpost.com/washingtonpostinvestigations/2009/01/
president_barack_obamas_strict.html?wprss=washingtonpostinvestigations
4. la nueva estrategia se formuló en el documento Quadriennal Defence Review
(Qdr) de marzo de 2010, donde se establece la guía de los planes militares de
ee.uu. para los siguientes cuatro años, y se define a ee.uu. como un país en
guerra, en irak y en afganistán.

Sal Terrae | 105 (2017) 117-130


seguridad, guerra y negocio 123

el modelo Predator está dirigido desde tierra: el soldado está sentado a


miles de kilómetros, detrás de una pantalla como las Playstation. estos
modelos no son rápidos ni ágiles, pero su poder está en la habilidad de
ver y procesar información. modelos posteriores, como el reaper5 (fa-
bricado por General atomics), son más inteligentes y más autónomos,
pueden despegar, sobrevolar y aterrizar por sí mismos en un destino es-
pecificado, y va equipado con misiles. Con el reaper un, soldado pro-
grama un destino o un área a patrullar, y el avión hace lo que le han or-
denado, mientras el militar puede concentrarse en otros aspectos de la
misión. el reaper está concebido tanto para la vigilancia como para el
ataque. la empresa Northrop Grumman ha diseñado un dron silencio-
so de combate, X-47B6, para la marina de ee.uu., y lockheed martin
ha anunciado que está trabajando en un prototipo de uaV, el sr-72, hi-
persónico. de esta manera, ningún adversario será capaz de reaccionar lo
suficientemente rápido para interceptarlo, y podrá penetrar en cualquier
espacio aéreo portando misiles hipersónicos7.
los drones son armas legales. el debate sobre la legalidad no está en el
arma, sino en el uso que se haga de ella. este tipo de aviones han sido
utilizados para identificar, localizar y asesinar a presuntos terroristas o
milicianos armados que forman parte de una lista. estas actuaciones vul-
neran los principios de legalidad más elementales, ya que representan
ejecuciones sumarias y extrajudiciales, se asesina a una persona sin me-
diación de tribunales, sin juicio y sin derecho a defensa.
el segundo elemento de debate sobre el uso de los drones con fines mi-
litares es de índole moral. los drones son un paso más en la estrategia de
«0 bajas propias», ya que ciertas funciones que llevaban a cabo soldados

5. https://www.google.es/search?q=mQ-9+reaper&tbm=isch&tbo=u&source
=univ&sa=X&ei=C9x7ut2JKKro0wX7ryGwBg&ved=0CC0QsaQ&biw=1
280&bih=633
6. http://actualidad.rt.com/actualidad/view/94458-x47b-drone-eeuu-por-
taaviones-video
7. http://www.infodefensa.com/?noticia=lockheed-desarrolla-un-uav-que-
doblara-la-velocidad-de-vuelo-record-del-sr-71

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124 tica font i gregori

son sustituidas por maquinas; de esta manera, no es preciso arriesgar la vida


de un soldado en ciertas operaciones de combate, lo cual ofrece un margen
de maniobra más amplio a los gobernantes a la hora de decidir involucrar-
se en acciones de combate, evitando el escándalo político o las críticas de la
oposición y de la población, dado que no habrá victimas militares.
los drones son el primer eslabón de una nueva generación de armas, los
robots autónomos letales. esta nueva generación de armas todavía no ha
sido desarrollada, pero los nuevos prototipos disponen de un grado cada
vez mayor de autonomía, y muchas de sus tareas las llevan a cabo de ma-
nera independiente de la acción humana, aunque bajo supervisión huma-
na y bajo la intervención humana en la toma de decisión de disparar. la
nueva generación de armas, los llamados robots autónomos letales, una vez
activados, podrán seleccionar y atacar el objetivo seleccionado sin la inter-
vención humana; estarán programados para tomar sus propias decisiones.
esta nueva generación de armas abre un debate jurídico alrededor de tres
principios que fundamentan el derecho internacional Humanitario y la
convención de Ginebra:
El principio de responsabilidad. es evidente que un robot no tiene capa-
cidad legal; por tanto, no puede ser responsable de sus acciones. si co-
mete un error o un acto calificable como crimen de guerra, ¿quién será
el responsable?
El principio de proporcionalidad exige que, antes de atacar, se debe eva-
luar el daño que puede causarse a la población civil con respecto a la ven-
taja militar obtenida con la acción. la proporcionalidad es propia del
discernimiento humano.
El principio de distinción entre combatientes y otros actores, como insur-
gentes civiles, niños, mujeres, ancianos, etc. el robot no solo tiene que
ser capaz de distinguir si el objetivo es combatiente o no, sino que tam-
bién tiene que hacer un balance de intenciones.
en el terreno moral, estas armas autónomas representan la deshumani-
zación de la guerra. es cierto que los humanos, en determinadas condi-
ciones (calor, rabia, miedo, ira, rencor, deseo de venganza, etc.), actua-
mos de la peor manera, y que los robots, al no tener tales sentimientos,

Sal Terrae | 105 (2017) 117-130


seguridad, guerra y negocio 125

evitarían muertes innecesarias. También es cierto que los humanos en si-


tuación de conflicto cometen vilezas (violar a mujeres, torturar, etc.); los
robots, si no están programados para ello, no causarían daños intenciona-
damente a la población. Pero, por otra parte, hay que considerar que las
emociones son una salvaguarda: sin ellas se puede matar más fácilmente.
los robots no pueden tener sentido común; no pueden sentir compasión,
lástima, empatía; no pueden tener intuición. al igual que no pueden usar
trucos psicológicos, como ganarse la confianza del adversario.
decidir sobre la vida o la muerte de las personas puede requerir visión de
conjunto, de comprensión de intenciones, de previsión de acontecimien-
tos, de intuición. los robots no pueden prever las consecuencias de sus ac-
tos; los humanos, sí. los robots pueden abordar y evaluar situaciones de
forma cuantitativa, difícilmente cualitativa. esta es una habilidad necesa-
ria cuando se trata de evaluar sobre la vida o la muerte de las personas. lo
mismo podemos decir sobre la capacidad de distinguir y evaluar órdenes
lícitas o ilícitas, o evaluar e interpretar un contexto en cálculo de valores.
el desarrollo de esta nueva generación de armas ayuda a eliminar el obs-
táculo político de hacer la guerra. eliminan la distancia física y emocio-
nal del campo de batalla y representan la cultura del low-cost; para oba-
ma, usar drones evita muertes de soldados, disminuye el coste político
de hacer la guerra y disminuye la carga moral y ética de la guerra.
Políticamente, invertir recursos públicos en el desarrollo de estas nuevas
armas es tan relevante que la ue, por primera vez, ha abierto en este
2017 una línea de financiación para proyectos de i+d militar, con una
dotación de 25 millones de euros, cuantía que se irá incrementando has-
ta los 90 millones de euros en 2020; se podrán financiar proyectos de
materiales avanzados, robótica, electrónica y encriptación de comunica-
ciones. el sector industrial de la defensa ya podía optar a financiación de
la ue dentro del programa «Horizonte 2020», si el proyecto era para el
desarrollo de tecnologías de doble uso (civil y militar). a partir de 2020
se ha anunciado que el programa de i+d militar estará dotado con 500
millones de euros anuales8.

8. http://www.publico.es/internacional/europa-empieza-este-ano-financiar.html

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126 tica font i gregori

4. Producción y comercio de armas

la comercialización de armas después de la Guerra Fría, sufrió un des-


censo; y aunque el ataque del 11-s relanzó nuevamente la demanda de
armas convencionales, aun así, el mercado no ha alcanzado el punto más
alto de finales de los años 80.
el volumen de ventas de las 100 principales empresas productoras de
armas y empresas de servicios militares fue, en 2015, de 370.700 mi-
llones de dólares, un 0,6% inferior al de 2014 y un 37% superior al de
2002. la mayor parte de estas 100 empresas están situadas en estados
unidos y en la europa occidental, y sus ventas representan el 82,4% del
total de ventas en todo el mundo. solo las 10 principales empresas aca-
paran el 51,6% de las ventas mundiales. el resto del mercado de pro-
ducción se sitúa en rusia, con un 8,1% del total mundial, israel, Chi-
na, Corea del sur, india Turquía, Brasil o singapur. la opacidad del
gobierno chino hace que no haya información relevante sobre su pro-
ducción de armas9
el ranking de las 100 empresas más importantes está formado por em-
presas productoras de armas y empresas de servicios militares. de he-
cho, las empresas de servicios militares nacieron como una parte del ne-
gocio de las empresas productoras de armas, que crearon filiales
destinadas a prestar servicios militares hasta que las guerras de afganis-
tán e irak incrementaron de tal manera la facturación de estas empresas
que se constituyeron como empresas autónomas. en 2015, tres nuevas
empresas de servicios militares (exclusivamente de servicios) han entra-
do en el Top-100: engility, Pacific architects y engineers. estas tres em-
presas eran filiales de otras tantas empresas productoras de armas: Com-
puter science Corporation, l-3 Communications y lockheed martin,
respectivamente.

9. https://www.sipri.org/publications/2016/sipri-fact-sheets/sipri-top-100-arms-
producing-and-military-services-companies-2015

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seguridad, guerra y negocio 127

Tabla 1
Principales empresas productoras de armas y servicios militares
(millones de dólares USA)

Ventas Ventas % venta


Empresa País 2015 2014 de armas Beneficios Trabajadores

1 Lockheed Martin USA 36.440 36.523 79 3.605 126.000


2 Boeing USA 27.960 28.334 29 5.176 161.400
3 BAE Systems UK 25.510 23.903 93 1.456 82.500
4 Raytheon USA 21.780 21.395 94 2.067 61.000
5 Northrop Grumman USA 20.060 19.683 86 1.990 65.000
6 General Dynamics USA 19.240 18.622 61 2.965 99.900
7 Airbus Group UE 12.860 12.133 18 2.992 136.570
S BAE Systems USA 9.670 8.370 93 ... 32.300
8 United Technologies USA 9.500 13.035 16 4.356 197.200
9 Finmeccanica Italia 9.300 8.817 65 584 47.160
10 L-3 Communications USA 8.770 9.822 84 282 38.000
11 Thales Francia 8.100 7.194 52 897 62.190
12 Huntington Ingalls USA 6.740 6.688 96 404 35.500
13 Almaz-Antey Rusia 6.620 6.424 95 ... ...
14 Safran Francia 5.020 4.291 26 1.644 70.090
15 Harris USA 4.920 3.114 66 324 21.000
Fuente: SIPRI

estas mismas empresas de fabricación de armas convencionales se adap-


tan a la nueva era y han creado filiales de servicios militares así como han
creado infraestructuras para promover la investigación y desarrollo de
nuevas armas tecnológicamente más sofisticadas, con mayor capacidad
de procesamiento de datos, con mayor precisión y se introducen en el
campo del desarrollo de las armas robóticas. los principales aviones no
tripulados que se encuentran en el mercado están siendo fabricados por
Northrop Grumam, lockheed martin y General atomics.

Como se ha dicho, las principales empresas productores de armas y ser-


vicios militares están ubicadas en estados unidos y en europa, con lo
cual, cuando el cliente es el ministerio de defensa del propio país pro-

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128 tica font i gregori

ductor, las compras que él mismo realiza no serán consideradas exporta-


ciones de armas, razón por la cual los principales países productores de ar-
mas y servicios militares no figuran en el ranking de países importadores.

Tabla 2
Los 10 principales países exportadores de armas y sus principales clientes 2011-2015 
% del total
mundial Principales clientes (% del total exportado por el país)
USA 33 Arabia Saudí (9,7) Emiratos AU (9,1) Turquía (6,6)
Rusia 25 India (39) China (11) Vietnam (11)
China 5,9 Pakistán (35) Bangladés (20) Myanmar (16)
Francia 5,6 Marruecos (16) China (13) Egipto (9,5)
Alemania 4,7 USA (13) Israel (11) Grecia (10)
Reino Unido 4,5 Arabia Saudí (46) India (11) Indonesia (8,7)
España 3,5 Australia (29) Arabia Saudita (12) Turquía (8,7)
Italia 2,7 Emiratos AU (10) India (8,8) Turquía (8,2)
Ucrania 2,6 China (26) Rusia (12) Etiopia (9,2)
Países Bajos 2,0 Marruecos (17) Jordania (12) USA (7,7)
Fuente: SIPRI

Tabla 3
Los 10 principales países importadores de armas y sus principales suministradores 2011-2015
% del total
mundial Principales suministradores (% del total exportado por el país)
India 14 Rusia (70) USA (14) Israel (4,5)
Arabia Saudí 7.0 USA (46) Reino U (30) España (5,9)
China 4,7 Rusia (59) Francia (15) Ucrania (14)
Emiratos A U 4,6 USA (65) Francia (8,4) Italia (5,9)
Australia 3,6 USA (57) España (28) Francia (7,2)
Turquía 3,4 USA (63) Corea del Sur (9,5) España (8,9)
Pakistán 3,3 China (63) USA (19) Italia (4,6)
Vietnam 2,9 Rusia (93) Ucrania (2,6) España (0,9)
USA 2,9 Alemania (21) Canadá (11) Noruega (8,1)
Corea del Sur 2,6 USA (80) Alemania (13) Suecia (2,2)
Fuente: SIPRI

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seguridad, guerra y negocio 129

los tres principales exportadores de armas son los estados unidos, la


unión europea (28 países) y rusia: entre los tres concentran alrededor
del 80% de las transferencias de armas. los cinco principales importa-
dores de armas 2011-2015 han sido india, arabia saudí, China, emira-
tos árabes unidos y australia, entre los cinco han recibido el 34% de
todas las armas importadas. la principal región receptora de armas en
2011-2015 ha sido asia y oceanía (46% del total mundial), seguida de
oriente medio (25%), europa (11%), américa (9,6%) y áfrica (8,0%).

la política exportadora de armas se basa en dos pilares: el pilar económi-


co (cuantas más armas se fabriquen y se vendan de un mismo modelo,
tanto más barata resulta la producción por unidad; por tanto, para re-
ducir costes de producción lo mejor es vender más); el segundo pilar es de
índole política (exportar armas no deja de ser un instrumento de política
exterior en manos del Gobierno). las tablas 2 y 3 reflejan una cierta con-
tinuidad de las áreas de influencia de la Guerra Fría. en oriente medio
es evidente que irán y siria son abastecidos por rusia y China, mientras
que los países del Golfo, Turquía o egipto son abastecidos por ee.uu.
o europa.

5. Conclusiones

el estado moderno se caracteriza por ejercer el monopolio de la violen-


cia. Que el estado delegue esta tarea en una empresa privada representa
una transformación del estado de gran calado que requiere debate pú-
blico ¿Hasta dónde se pueden delegar y privatizar tareas esenciales del
estado?

la robótica nos abre un escenario de futuro donde las guerras se llevarán


a cabo mediante las máquinas. Tomar decisiones sobre la vida o la muer-
te de las personas tiene que quedar en manos de humanos, no de má-
quinas. la característica más humana que tenemos es la libertad de de-
cidir nuestro destino, aunque tomemos la decisión incorrecta.

***

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130 tica font i gregori

Bibliografía

T. FoNT – e.melero, Informe 29: Exportaciones españolas de armamento


2006-2016. Armas españolas utilizadas en los conflictos de Oriente Me-
dio, Centre delàs d’estudis per la Pau, Barcelona 2016.
T. FoNT, (2014) «el derecho a la paz y la tendencia armamentística actual»,
en Fundación seminario de investigación para la Paz (eds)., Los Dere-
chos humanos en tiempos de crisis, mira editores, zaragoza 2014, pp.
371- 391.
T. FoNT, «el mercado de la defensa y seguridad, la industria de servicios mi-
litares», en ComiNs, i. – muñoz, F. (eds.), Filosofías y praxis de la paz,
editorial icaria, Barcelona 2013, pp. 185-209.

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131

LA GUERRA Y LA ENERGÍA:
EL PETRÓLEO Y EL GAS
Javier Jiménez Olmos*

Fecha de recepción: diciembre de 2016


Fecha de aceptación y versión final: enero de 2017

Resumen
Las causas de las guerras se deben a múltiples factores; la lucha por los recursos
naturales ha sido uno de los más decisivos a lo largo de la historia. Las inter-
venciones militares más recientes en Oriente Medio han sido motivadas princi-
palmente para obtener el control y la explotación de los hidrocarburos de la re-
gión. Esa lucha por el gas y el petróleo, cada vez más escasos, se puede extender
a otros lugares del planeta donde también hay importantes reservas de tales re-
cursos: regiones como Eurasia y el Mar de China
PalaBras ClaVe: recursos naturales, petróleo, gas, guerra, gastos militares,
oriente medio.
War and energy: oil and gas
Abstract:
Wars can be caused by several factors; however, the fight for natural resources has
proved to be one of the most critical factors throughout history. The most recent
military interventions in the Middle East were mainly triggered by a desire to
take control and exploit the hydrocarbons in the region. This fight for gas and
oil, which are becoming increasingly scarce, may spread to other areas of the
planet where there are also major reserves of these resources, and other regions
such as Eurasia and the South China Sea.
Key Words: natural resources, oil, gas, war, military expenditure, the
middle east.

* doctor en «Paz y seguridad internacional». miembro de la Fundación «semi-


nario de investigación para la Paz» de zaragoza.
<jimenez_olmos@hotmail.com>.

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132 javier jiménez olmos

Introducción

Para estudiar las causas de los conflictos y las guerras hay que prestar espe-
cial atención a los factores estructurales de las sociedades donde se desarro-
llan. la economía en general es casi siempre unos de esos elementos deter-
minantes para la aparición de conflictos. dentro de la economía hay que
considerar de suma importancia la lucha por los recursos naturales, como
pueden ser los energéticos y el agua, cada vez más escasos. aunque algunas
intervenciones militares recientes (es el caso de afganistán, irak, libia, si-
ria o yemen) se hayan justificado como intervenciones humanitarias para
implantar regímenes democráticos o luchar contra el terrorismo, entre otras
razones, el verdadero trasfondo está en la ambición de controlar las fuentes
del petróleo y del gas, así como sus vías de distribución en el mundo.
desde la Primera Guerra mundial, el petróleo ha sido el elemento que
más ha condicionado el actual modo de vida, por tanto, la economía
mundial. esa es la razón por la que, a la hora de planificar las estrategias
de seguridad militar de todas las grandes potencias, el control de los ya-
cimientos y de las vías de transporte haya sido una prioridad. los esta-
dos unidos y la unión soviética desplegaron todo su arsenal militar para
controlar los recursos naturales propios y de sus aliados, tanto dentro de
sus fronteras como fuera de ellas.
la sustitución del carbón por el petróleo en la armada Británica en 1912
y el uso intensivo del transporte militar con vehículos de motor de com-
bustión interna fueron decisivos para alcanzar la victoria en la Primera
Guerra mundial1. desde entonces, todas las potencias militares mundia-
les han diseñado sus estrategias para conseguir esa fuente de energía que
proporciona la sangre a sus ejércitos: el dominio de las fuentes de ener-
gía para la supervivencia del sistema económico actual y el poder militar
que lo sustenta. Con esa visión estratégica, en febrero de 1945 el presi-
dente estadounidense roosevelt firmó una alianza con el rey Faisal de
arabia. este hecho ha influido no solo en el sostenimiento del imperio

1. azNar, F., «recursos energéticos y conflictos»: Instituto Español de Estudios Es-


tratégicos <ieee.es> 45 (2016), p. 2.

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la guerra y la energía: el petróleo y el gas 133

norteamericano, sino también en el crecimiento del fundamentalismo is-


lámico, del que arabia saudí ha sido su máximo valedor al amparo de su
aliado y protector americano. ese fundamentalismo es una de las princi-
pales causas de la inestabilidad de oriente medio.
Junto con el petróleo, sigue coexistiendo el carbón como fuente de ener-
gía, aunque cada vez en menor proporción. Pero, además, el gas ha co-
menzado a incrementar su importancia como fuente de energía. Cada
vez se puede extraer con menos dificultad y transportar de un modo más
económico. También la energía nuclear está contribuyendo a aportar
una importante proporción de la energía actual. el control del gas y los
yacimientos de minerales que proporcionan la energía nuclear, así como
sus rutas de transporte, son también fuente de conflictos.
en 1960 el petróleo desplazó al carbón como fuente principal de ener-
gía. en febrero de 1973 el presidente egipcio anwar al-sadat se reunió
con el rey Faisal de arabia saudí para usar el petróleo como arma estra-
tégica contra occidente. el 6 de octubre de 1973 estalló la guerra del
yom Kippur: egipto y arabia saudí atacaron por sorpresa al estado de
israel. ante la posible derrota israelí, estados unidos y otros aliados oc-
cidentales salieron en su apoyo. los árabes comenzaron a usar el petró-
leo como arma y subieron los precios, lo que provocó una importante
crisis económica en occidente2.
el dominio de oriente medio, que dispone de las mayores reservas mun-
diales de gas y petróleo, ha sido primordial para los estados unidos y sus
aliados occidentales. rusia (y su antecesora, la unión soviética) también
ha estado interesada en el control de esa región del planeta, no tanto por
su interés en los recursos naturales, ya que rusia es capaz de autoabaste-
cerse, sino por mantener su influencia geopolítica en constante rivalidad
con los norteamericanos.
las grandes compañías petroleras y gasísticas que controlan el mercado,
y que generalmente son multinacionales de grandes potencias, se apoyan
en el poder militar de sus respectivos estados o de las organizaciones in-

2. Ibidem.

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134 javier jiménez olmos

ternacionales a las que pertenecen, que despliegan los efectivos militares


necesarios para proteger sus intereses. el paradigma de este modelo se
encuentra en oriente medio, la región más militarizada y donde están
teniendo lugar las guerras más cruentas por el control del petróleo y el
gas. Pero también en otras regiones del planeta hay conflictos por esos
recursos: áfrica subsahariana, asia Central, el Cáucaso y el mar de Chi-
na son lugares donde las tensiones por el control de los hidrocarburos
pueden desembocar en guerras.
la invasión de Kuwait en 1990 por tropas iraquíes durante la presi-
dencia de sadam Husein, con la posterior guerra de liberación llevada a
cabo por una coalición internacional liderada por estados unidos, y la
invasión de irak en 2003, también ejecutada por otra coalición con los
norteamericanos al frente, son dos ejemplos de la importancia del con-
trol de los recursos naturales y de que por ellos se inicia una guerra si
es preciso.
Pero no es solo en oriente medio donde se lucha por los recursos natu-
rales: en otras partes del mundo, como áfrica o asia, también tienen lu-
gar batallas para apropiarse de los preciados hidrocarburos. a veces, el
conflicto no deriva en guerra, como sucede en Venezuela o en ecuador,
pero las presiones para que sus gobiernos accedan a los dictados de las
multinacionales petroleras son tales que el descontento social puede de-
sembocar en un conflicto civil. rusia también usa su gas y petróleo como
arma estratégica para obtener beneficios económicos y políticos entre sus
vecinos, como ya lo hace con ucrania y Bielorrusia, o para afirmarse
como gran potencia ante los europeos, que tanto dependen de su gas.
las fuentes de energía, el control de los recursos naturales que la produ-
cen y las rutas, tanto terrestres como marítimas, para transportar las ma-
terias primas derivadas seguirán siendo de vital importancia para el sos-
tenimiento del modo de vida basado en el consumo de hidrocarburos.
los conflictos, que pueden derivar en guerras cruentas, como las actua-
les de siria, irak, yemen o libia, continuarán, pero se abrirán nuevos
frentes allá donde se encuentren nuevos yacimientos. el mar de China
es uno de esos lugares, como lo son áfrica, sudamérica, asia Central y
el ártico.

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la guerra y la energía: el petróleo y el gas 135

Principales fuentes de energía del mundo en 2013


(% del total)

Fuente: http://erenovable.com/principales-fuentes-de-energia-del-mundo/
(consultado: 24.10.2016)

Las causas de las guerras


los conflictos siempre obedecen a unas causas primarias, aunque hay
unos catalizadores y detonantes que finalmente pueden conducir a la
violencia y la guerra. los factores polemológicos posibilitan el conflicto,
pero no lo aseguran, sino que pueden conducir a un conflicto armado en
presencia de catalizadores o detonantes3.
No cabe duda de que las causas de la guerra son multifactoriales; pero es
un hecho histórico que las motivaciones económicas son uno de los
principales desencadenantes de los conflictos y las guerras. la lucha por
los recursos energéticos pertenece a esa dimensión económica de las ra-
zones para la confrontación armada y, por tanto, a menudo suele ser la
causa primaria de esos conflictos. Factores emotivos como el nacionalis-

3. Ibidem.

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136 javier jiménez olmos

mo o la religión, convenientemente manipulados a favor de determinados


intereses, son potenciadores del conflicto. las situaciones de manifiesta in-
justicia, pobreza y desigualdad actúan como catalizadores del inicio de la
violencia. es la lucha por el petróleo y el gas lo que subyace detrás de los
conflictos en oriente medio, no el nacionalismo y la religión.
en 1993, samuel Huntington escribió un artículo en la revista Foreign
Affairs titulado «¿Choque de civilizaciones?»4. este artículo fue ampliado
en un libro posterior, titulado El choque de civilizaciones y la reconfigura-
ción del orden mundial5. Huntington defendía que los futuros conflictos
tendrán su origen en los choques culturales provocados por las diferen-
cias entre las diversas civilizaciones distribuidas por nuestro planeta.
sin embargo, otros expertos en seguridad internacional, como michael
T. Klare, piensan que son los intereses económicos, relacionados con la
obtención y explotación de los recursos naturales, los que priman sobre
la religión o la cultura a la hora de provocar conflictos. los problemas en
el Golfo Pérsico son debidos al petróleo; es una zona de yacimientos rei-
vindicada por más de veinte estados, con una gran cantidad de arma-
mento, una enorme inestabilidad política y una declarada injerencia ex-
tranjera, en especial de ee.uu.6
«la palabra clave es “petróleo”»: solo en el Golfo hay reservas para el cre-
cimiento mundial del siglo XXi7. Por eso ee.uu. contuvo a irak, des-
pliega una gran parte de su aparato militar en la zona y protege al régi-
men saudí8. También las reservas de gas natural son importantes a la hora
de valorar las relaciones entre occidente y el islam.

4. HuNTiNGToN, s., «The Clash of Civilizations?», Foreign Affairs 72/3 (verano


1993). este artículo se puede encontrar traducido íntegramente y comentado
en HuNTiNGToN, s., ¿Choque de civilizaciones?, texto crítico de Pedro martí-
nez sánchez, Tecnos, madrid 2006.
5. HuNTiNGToN, s., El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mun-
dial, Paidós, Barcelona 2005.
6. Klare, m., Guerras por los recursos. El futuro escenario del conflicto global, Ten-
dencias, Barcelona 2003, pp. 76-77.
7. Ibid., p. 80.
8. Ibid., pp. 95-107.

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la guerra y la energía: el petróleo y el gas 137

Reservas mundiales probadas de petróleo en 2015


(% del total mundial)

Reservas mundiales probadas de gas (% del total mundial)

Fuente: BP review of World energy June 2016, pp. 7 y 21 respectivamente


disponible en: https://www.bp.com/content/dam/bp/pdf/energy-
economics/statistical-review-2016/bp-statistical-review-of-world-energy-2016-
full-report.pdf (consultado 24.10.2016)

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138 javier jiménez olmos

Conflictos y guerras por los hidrocarburos

aunque ya se ha mencionado que la guerra por el petróleo tiene su ori-


gen más claro en la Primera Guerra mundial, después de esta contienda,
durante el periodo entreguerras, los imperios vencedores británico y
francés diseñaron fronteras a su capricho y desplegaron sus ejércitos para
controlar los yacimientos de petróleo. durante la segunda Guerra mun-
dial, la batalla por el dominio de los yacimientos y las rutas de transpor-
te fue clave para la victoria. el petróleo era la materia prima necesaria
para mover la maquinaria militar.
los imperios británico y francés también fueron derrotados en esta última
confrontación mundial. No fue una derrota militar, puesto que estaban en
el bando aliado de los vencedores, pero sí una derrota en cuanto al poder
político y económico que hasta entonces ostentaban. soviéticos y nortea-
mericanos –ambos, paradójicamente, con ideologías antiimperialistas– to-
maron el relevo de los imperios anteriores. su estrategia en cuanto al do-
minio de los recursos naturales fue todavía más militarista, porque las
nuevas potencias hegemónicas disponían de ejércitos más poderosos.
la llamada «guerra fría» también se desarrolló en el campo de la lucha
por los recursos energéticos como el petróleo. oriente medio fue y sigue
siendo el escenario más cruel; pero la pugna continúa, ahora con rusia
como heredera de la unión soviética, en una contienda a la que se in-
corporan nuevos actores emergentes, como China, Japón o la india, con
lo que continúan apareciendo nuevos focos conflictivos que pueden con-
ducir a nuevos conflictos armados. algunos de los conflictos recientes y
los posibles que se puedan desarrollar se enumeran a continuación.

El golpe de Estado de 1953 en Irán y sus consecuencias


en 1951, el primer ministro iraní mohammad mossadegh tomó la deci-
sión de nacionalizar el petróleo, que hasta entonces venía siendo explota-
do por la empresa de capital británico anglo-iranian oil Company, dado
que el porcentaje obtenido por la extracción de este hidrocarburo era es-
caso. en represalia, la compañía británica se retiró de irán y provocó un
boicot de las ventas del crudo iraní. los ingresos iraníes disminuyeron, con

Sal Terrae | 105 (2017) 131-147


la guerra y la energía: el petróleo y el gas 139

el consiguiente deterioro económico que afectó a la población. la situa-


ción se «resolvió» con un golpe de estado, patrocinado por británicos y
norteamericanos, que destituyó al primer ministro nacionalizador.
el sha reza Palevi quedó como cabeza visible de la nación, con el apo-
yo de los patrocinadores del golpe. en 1954, la anglo-iranian volvió a
extraer el petróleo, ahora bajo la denominación British Petroleum Com-
pany. en 1979, el sha fue depuesto por los islamistas, y de nuevo se na-
cionalizó el petróleo. los iraníes engrosaron la lista de países enemigos
de occidente. los intereses de las grandes compañías petroleras estaban
en peligro.

La Guerra Irán-Irak
Toda la estrategia militar dispuesta para oriente medio por los nortea-
mericanos tras la segunda Guerra mundial se puso en jaque a partir de
la llegada al poder del régimen teocrático iraní. era el momento de fre-
nar el avance del nuevo enemigo en la región. encontraron para ello un
aliado: sadam Husein, líder del vecino irak, un sunní rival de los chiíes
iraníes, principal aspirante a obtener la hegemonía regional musulmana
y competir por las enormes riquezas petrolíferas y gasistas de la zona.
la guerra irano-iraquí se inicia en 1980 y acaba en 1989, con un enor-
me coste humano y económico para los dos países. Ninguno resultó cla-
ro vencedor. Todavía en periodo de la guerra fría, ni soviéticos ni occi-
dentales mostraron un claro apoyo a ninguno de los bandos enfrentados;
sin embargo, de manera no declarada, ambos abastecieron a los dos con-
tendientes sin distinción. sadam Husein compró armas a unos y otros,
como también lo hicieron los iraníes. el objetivo era evitar la expansión
de esas potencias regionales mediante su debilitamiento en esa guerra
que les enfrentó.

La segunda Guerra del Golfo


al poco de acabar la contienda anterior, en agosto de 1990, el ejército
iraquí invadió Kuwait. el pretexto fue la reclamación de los campos pe-
trolíferos de rumaila, que, según los iraquíes, eran una parte de su te-
rritorio de la que se había apoderado Kuwait. Pero había un motivo mu-

Sal Terrae | 105 (2017) 131-147


140 javier jiménez olmos

cho más importante: la necesidad de que la organización de Países ex-


portadores de Petróleo (oPeP) elevase el precio del petróleo, a lo que se
oponía el gobierno kuwaití. sadam Husein necesitaba incrementar sus
ingresos por la venta de crudo para sacar a flote a un país destrozado por
nueve años de guerra.
las Naciones unidas, a través de su Consejo de seguridad, autorizaron
la intervención de una Coalición militar liderada por estados unidos
para liberar Kuwait de las fuerzas iraquíes. una rápida intervención, por-
que no solo estaba en juego ese pequeño reino y sus pozos de petróleo,
sino que sadam Husein continuara expandiéndose hacia la vecina ara-
bia saudí y pudiera hacerse con el inmenso potencial petrolero de toda
la Península arábiga y convertirse en el principal productor del mercado
mundial.

La invasión de Irak en 2003


a pesar de la contundente derrota militar y la consiguiente expulsión de irak,
la coalición internacional liderada por el presidente George H. W. Bush de-
cidió no proseguir su avance hasta Bagdad y acabar con el régimen de
Husein. la razón esgrimida fue que la resolución del Consejo de segu-
ridad no contemplaba tal opción. Posiblemente, las razones fueran otras.
los consejeros militares no estaban seguros de que la ocupación de irak
fuera tan fácil como la expulsión de los militares iraquíes de Kuwait, tal
y como años después se ha demostrado.
Pero había otra razón mucho más inmediata: en su retirada, los iraquíes
retirada habían incendiado multitud de pozos en territorio kuwaití, con
la consiguiente repercusión en la extracción y en el incremento de los
precios del petróleo, además del enorme desastre ecológico. No había se-
guridad alguna de que sadam Husein no ordenara hacer lo mismo con
los pozos de territorio iraquí, caso de ser invadido, con lo que el desas-
tre económico y ecológico habría sido de proporciones mucho mayores.
el régimen iraquí seguía estando en el punto de mira de los estados uni-
dos y sus aliados. después de la expulsión de Kuwait, se siguió hostigan-
do a los dirigentes iraquíes con embargos que afectaron principalmente a
la calidad de vida de la población. del mismo modo, se continuó bom-

Sal Terrae | 105 (2017) 131-147


la guerra y la energía: el petróleo y el gas 141

bardeando objetivos iraquíes alegando que vulneraban la zona de exclu-


sión dictaminada en las resoluciones posteriores. Había que debilitar al
dictador iraquí.
detrás de todas esas medidas de presión no había otra razón que la del
control y explotación de las grandes reservas de gas y petróleo que hay
en territorio iraquí. irak fue invadido por otra coalición internacional li-
derada también por estados unidos, esta vez sin resolución del Consejo
de seguridad de las Naciones unidas. el pretexto: la posesión de armas
de destrucción masiva, la connivencia con el terrorismo de al Qaeda y
la necesidad de implantar un régimen democrático.

La guerra en Siria
aunque los factores del desencadenamiento de la guerra en siria son
también múltiples, el factor petróleo y gas juega un papel primordial. en
primer lugar, porque la inestabilidad provocada por la invasión de irak
dio lugar al nacimiento de grupos de resistencia que fueron el embrión
inicial del autodenominado estado islámico y, en segundo lugar, porque,
aunque siria no es un productor importante de petróleo y gas, sí es ruta
obligada de paso para los oleoductos y gaseoductos procedentes de irán
y la Península arábiga.
en 2009, el emir de Qatar, con el apoyo de los estados unidos, propu-
so la construcción de un gaseoducto que atravesara arabia saudí, Jorda-
nia, siria y Turquía, para proporcionar gas a europa en competencia con
el suministro ruso. Todos estos países son aliados de estados unidos y
mantienen muy buenas relaciones comerciales con los países de la unión
europea, a excepción de siria.
Basar al-asad, líder del régimen sirio, es aliado de rusia e irán; para no
perjudicar los intereses gasísticos de ambos, promovió otro gaseoducto
alternativo procedente de irán, que recorriera irak, siria y Turquía. una
forma de conseguir la construcción del gaseoducto catarí consistía en de-
rrocar a Basar al-asad. a partir de ahí, y con la sinergia de otros facto-
res, como ya se ha dicho, se inicia la guerra de siria.

Sal Terrae | 105 (2017) 131-147


142 javier jiménez olmos

La guerra en Libia
otro claro ejemplo de la intervención militar internacional con el tras-
fondo de la explotación de los hidrocarburos ha sido el derrocamiento
del dirigente libio muamar el Gadafi. el 26 de febrero de 2011, el
Consejo de seguridad de las Naciones unidas dictó la resolución
1.970, por la que se remitían a la Corte Penal internacional las actua-
ciones represivas del régimen de Gadafi, por si se hubieran cometido
crímenes contra la humanidad; en la misma resolución se decretaba un
embargo para evitar el aprovisionamiento de armamento, la congela-
ción de los activos financieros y la prohibición a los principales líderes
libios de viajar al extranjero.
la intervención en libia fue discutida por parte de quienes argumenta-
ban que solo obedeció a objetivos económicos de las potencias interesa-
das en su petróleo. las potencias occidentales, a través de sus grandes
empresas transnacionales ligadas a la explotación de recursos naturales,
siempre habían mostrado su preocupación por las grandes reservas de gas
y petróleo libias. el régimen de Gadafi no había sido de su agrado, no
solo por sus actitudes dictatoriales y su apoyo a grupos terroristas, sino
también por su control personal de tales recursos.
esta actitud de desagrado hacia el dirigente libio duró hasta 2004, cuan-
do el dictador decidió cambiar su política exterior hostil por otra más
aperturista. los dirigentes de las mencionadas potencias se mostraron
complacidos y acudieron a tratar con él. Comenzaron a hacer negocios,
muchos de ellos con absoluta falta de transparencia, como años después
se ha demostrado. Como muestra de tal «volubilidad diplomática», bas-
te recordar que, entre 2006 y 2009, algunos países europeos vendieron
armamento a Gadafi por un importe de 1.400 millones de euros, te-
niendo en cuenta que, en esa apertura hacia un Gadafi más comprensi-
vo, la oNu había levantado el embargo a la exportación de armas en
2003.
libia posee las mayores reservas de petróleo de áfrica, y una de las ma-
yores del mundo, además de importantes reservas de gas y otros recursos
naturales. es una de las principales suministradoras a europa.

Sal Terrae | 105 (2017) 131-147


la guerra y la energía: el petróleo y el gas 143

Las mayores reservas probadas de petróleo por países

País Miles de millones de barriles

Venezuela 298
arabia 266
Canadá 172
irán 158
irak 144
Kuwait 102
emiratos árabes unidos 98
rusia 80
libia 48
Nigeria 37
Fuente: Oil and Gas Journal, enero 2015

el gas libio fluye hacia europa, en forma de gas licuado, a través del ole-
oducto submarino Greenstream y por medio de barcos. españa recibe de
libia el 12,1% del gas que consume; irlanda, el 23,3%; italia, el 22%;
austria, el 21,2%; Francia, el 15,7%; Grecia, el 14,6%; Portugal, el
11,1%; reino unido, el 8,5%; alemania, el 7%; y Holanda, el 2,3%.
Tanto en petróleo como en gas, europa tiene una gran dependencia de
los recursos naturales libios, por lo que la estabilidad y seguridad en ese
país es de suma importancia para los intereses europeos.

Otros conflictos actuales por la energía


además de las guerras citadas en el apartado anterior, la geopolítica de la
energía ofrece un panorama que puede conducir a conflictos armados en
otras regiones del planeta. en áfrica y en américa del sur ya hay focos
de tensión producidos por el control de los hidrocarburos. sin embargo,
los más graves (que podrían derivar en guerras, por la gran cantidad de
actores involucrados, entre los que se encuentran China y rusia) estarían
en las siguientes áreas geográficas: el mar Negro, el Cáucaso, el mar Cas-
pio y el mar de China

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144 javier jiménez olmos

Mar Negro
este mar posee una importante cantidad de recursos energéticos, petró-
leo y gas; pero, sobre todo, su importancia se debe a que es una de las
vías principales para el tránsito de esos recursos hacia europa. el control
de este mar es fundamental para rusia, que no duda en mostrar su fuer-
za para ejercer ese dominio. el control de los estrechos del Bósforo y de
los dardanelos despierta la pugna de la oTaN con rusia, como antes la
tuvo con la unión soviética.
el conflicto ya está en marcha con la guerra civil en ucrania, en las re-
giones de donetsk y lugansk, la anexión de Crimea y los conflictos en
Georgia y azerbaiyán, donde la intervención militar rusa está siendo
muy activa.
ante la posible pérdida de influencia en ucrania, rusia está volcando su
potencial en el entorno del mar Negro para poder tener una ruta alter-
nativa hacia europa y conseguir la hegemonía en la ruta hacia asia. Por
su parte, los estados unidos no quieren perder esa zona, en la que han
ido ganando terreno a rusia con la incorporación a la oTaN de anti-
guos países de la órbita de moscú, como rumanía y Bulgaria, y la posi-
ble adhesión de ucrania.

Cáucaso
rusia también desea controlar esta región europea por intereses geopolí-
ticos y energéticos. azerbaiyán dispone de importantes reservas de gas y
petróleo. a través de Georgia hay una salida fundamental hacia el mar
Negro de gaseoductos y oleoductos procedentes del mar Caspio. de ahí
el interés ruso por la región, que también comparten los estados unidos,
Turquía e irán. estas competencias pueden derivar también en tensiones
y conflictos.

Mar Caspio
en la región del mar Caspio se encuentra casi el 20% de las reservas
mundiales de petróleo. está rodeado de antiguas repúblicas soviéticas ri-
cas en gas y petróleo, que son objetivo codiciado por las grandes com-
pañías de esas ramas energéticas. Kazajstán, uzbekistán y azerbaiyán re-

Sal Terrae | 105 (2017) 131-147


la guerra y la energía: el petróleo y el gas 145

presentan otro frente de competencia por la explotación de los recursos


naturales y el control de las rutas de su transporte hacia europa y asia.
Cuando se desintegró la unión soviética, los estados unidos se lanzaron
a la búsqueda de alianzas militares con estos países. los norteamericanos
han desplegado tropas en la zona para asegurar su posición estratégica y
para mostrar a rusia y a China su capacidad para controlar esa región
tan importante para abastecer a occidente de recursos energéticos y po-
der diversificar esos recursos de la actual dependencia rusa.

Mar de China
los dos mares de China, el oriental y el del sur, son conflictivos desde
el punto de vista de la seguridad internacional por los posibles enfrenta-
mientos entre las dos Coreas, Japón y la continua disputa entre la repú-
blica Popular China y la república China de Taiwán, que podría llevar a
intervenciones por parte de rusia y de estados unidos. No obstante, des-
de el punto de vista de la seguridad energética, es el mar del sur de Chi-
na el que presenta un panorama más inquietante.
en el mar oriental hay un litigio por la soberanía de las islas senkaku,
que reclaman tanto Japón como China y Taiwán. la razón es la posibi-
lidad de grandes depósitos de hidrocarburos en sus aguas territoriales.
Pero, como se ha dicho, la principal fuente de problemas se encuentra en
el mar del sur. Hay una disputa sobre las islas spratly, en las que hay
enormes reservas de hidrocarburos, entre seis países: Brunei, China, Fi-
lipinas, malasia, Taiwán y Vietnam.

Una visión de futuro


la obtención de gas esquisto, del petróleo de roca compacta y de arenas
bituminosas está significando una revolución en la producción de la
energía procedente de estos hidrocarburos. la técnica denominada «frac-
king» ha facilitado la extracción de yacimientos hasta ahora de difícil ex-
tracción y, por lo tanto, con un gran coste económico. la repercusión
más importante tiene lugar en cuanto a la posición de estados unidos,
que, con estas nuevas formas de extracción, pasa de país consumidor a

Sal Terrae | 105 (2017) 131-147


146 javier jiménez olmos

país exportador. otros grandes beneficiados de esta revolución serán


australia y Canadá, que se presentan también como futuros grandes
exportadores.
los norteamericanos habían fijado su estrategia desde los años sesenta
para asegurar su abastecimiento de petróleo. Para ello habían diseñado
un despliegue militar principalmente en la región de oriente medio.
las mencionadas guerras del Golfo han sido consecuencia de ese interés
por los recursos energéticos. ahora que los estados unidos serán auto-
suficientes en materia energética, ¿continuarán con la misma estrategia?
la opción de la retirada militar puede ser reconsiderada, aunque en nin-
gún caso se prevé una retirada total.
Posiblemente se produzca una reducción de los efectivos terrestres, pero
continuará la presencia de las fuerzas aéreas y, sobre todo, de la marina, con
sus portaviones, para asegurar el flujo de hidrocarburos en los estrechos y
mares de la región. aunque los norteamericanos consigan su independen-
cia energética, oriente medio seguirá abasteciendo a los aliados europeos y
asiáticos, cuyas economías también influyen en la norteamericana y en el
mundo globalizado. así mismo, esa presencia militar presiona a sus com-
petidores, rusia y China.
si los estados unidos consiguen convertirse en exportadores de gas, ru-
sia tendrá un difícil competidor en los hasta ahora sus mercados europeos
y asiáticos. China, por su parte, también incrementa su potencial mili-
tar, en especial el naval, para asegurarse el control del flujo energético
desde áfrica y oriente medio y, sobre todo, los mares de China, donde
se encuentran importantes reservas de gas y petróleo.
Con la producción norteamericana, los estados del Golfo tendrán una
mayor competencia en los mercados internacionales, lo que puede sig-
nificar una bajada de los precios y, por consiguiente, una disminución de
sus ingresos. el nivel de vida de parte de los habitantes de algunos de es-
tos países depende de las subvenciones que proporcionan las rentas de
los hidrocarburos. si las economías se resienten por falta de suficientes
ingresos, seguramente se provocarán descontentos sociales que pueden
dar lugar a más inestabilidad y conflictos.

Sal Terrae | 105 (2017) 131-147


la guerra y la energía: el petróleo y el gas 147

Los principales exportadores e importadores


de armas pesadas en el periodo 2011-2015

Puesto en % del Puesto en % del


el ranking Exportador total el ranking Importador total
mundial mun33 mundial mundial
3dial
1 estados unidos 33 1 india 14
2 rusia 25 2 arabia saudí 7,0
3 China 5,9 3 China 4,7
4 Francia 5,6 4 emiratos árabes u. 4,6
5 alemania 4,7 5 australia 3,6
6 reino unido 4,5 6 Turquía 3,4
7 españa 3,5 7 Pakistán 3,3
8 italia 2,7 8 Vietnam 2,9
9 ucrania 2,6 9 estados unidos 2,9
10 Holanda 2,0 10 Corea del sur 2,6

Fuente: SIPRI 2015

un panorama mundial lleno de incertidumbres, en el que continuarán


las tensiones y se desarrollarán nuevos conflictos, además de los que es-
tán en curso. los actores principales no dejan de incrementar los gastos
militares. China e india son un ejemplo en asia de esa escalada arma-
mentista. También los países del Golfo, con arabia saudí a la cabeza,
han iniciado la escalada de armamentos. una amenaza global por el con-
trol de los recursos naturales.

Sal Terrae | 105 (2017) 131-147


JoaN CHiTTisTer

Entre la oscuridad
y la luz del día
Abrazar las contradicciones
de la vida

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«Hay una parte del alma que se revuelve por la noche, en las horas oscu-
ras y silenciosas del día, cuando tenemos bajas las defensas y las distrac-
ciones diurnas ya no nos sirven para protegernos de nosotros mismos».
Con palabras tan sabias como inspiradoras, Joan Chittister explora las
preocupaciones de la vida moderna, de la mente saturada y del corazón
lastimado. Habla de los momentos paradójicos –y, a menudo, frustran-
tes– en que nuestras vidas parecen no armonizar con nada de lo que nos
rodea. Con su elegancia característica, con ingenio y espíritu, Chittister
nos abre los ojos y el corazón en estos tiempos convulsos.

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149

UNA MIRADA CRISTIANA SOBRE


LOS NUEVOS CONFLICTOS ARMADOS
Jesús María Alemany Briz, sj*

Fecha de recepción: diciembre de 2016


Fecha de aceptación y versión final: enero de 2017

Resumen
La proliferación de nuevos y virulentos conflictos armados después de la Guerra
Fría hasta la actualidad ha obligado a un nuevo diagnóstico sobre su naturale-
za, causas y consecuencias. Para situarlos bajo la mirada de la ética cristiana se
hace un breve recorrido de la evolución de las preocupaciones de esta, que preci-
sa una mentalidad nueva sobre la guerra y, después, una más completa com-
prensión de la paz. Finalmente, se aborda la mirada cristiana del papa Fran-
cisco sobre la paz, su proceso histórico y los principales acentos que caracterizan
su pensamiento.
PalaBras ClaVe: paz, violencia, conflictos, ética cristiana, magisterio, papa
Francisco.

A Christian view of the new armed conflicts


Abstract:
The proliferation of new and fierce armed conflicts since the Cold War to the
present day has made it necessary to reassess their nature, causes and conse-
quences. In order to place them in the perspective of Christian ethics, we will
take a brief look at the evolution of its concerns, which requires a new way of
thinking about war and then a fuller understanding of peace. Finally, we will

* doctor en Teología. Presidente de la Fundación «seminario de investigación


para la Paz» de zaragoza. <jmalemany@seipaz.org>.

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150 jesús maría alemany briz, sj

address Pope Francis’ Christian view on peace, his historical process and the
main areas of emphasis that characterize his thinking.

Key Words: peace, violence, conflicts, Christian ethics, magisterium, Pope


Francis.
–––––––––––––––
1990 fue un año para no olvidar. la Conferencia sobre seguridad y Co-
operación en europa levantó acta del final de la Guerra Fría en su «Car-
ta de París para una Nueva europa»: «Nos hemos reunido en París en una
época de profundos cambios y expectativas históricas. La era de la confron-
tación y de la división de toda Europa ha terminado. Declaramos que nues-
tras relaciones estarán fundadas en el respeto y la cooperación».
Parecía llegada la hora de pasar, de la lógica de la confrontación y la se-
guridad militar, a otra lógica de la cooperación y la seguridad humanas.
el secretario General de las Naciones unidas, Butros Ghali, presentó en
julio de 1992 Un programa de paz. la comunidad internacional vivía
bajo el signo de la esperanza.
el desconcierto fue mayúsculo cuando, en aquella última década del si-
glo XX, el mundo, libre de bloques, se vio sacudido por conflictos ar-
mados de una virulencia inusitada, imposibles de ser comprendidos con
los esquemas heredados de la etapa anterior. se comenzó a hablar de los
«nuevos conflictos armados» y de la necesidad de un nuevo diagnóstico.

1. Los nuevos conflictos armados

los conflictos armados, aunque diversos, presentaban algunos rasgos


comunes1:
• su marco no coincidía con las fronteras del estado-nación: se desa-
rrollaban más acá –en el interior– o más allá –hacia el exterior– de
dichas fronteras, que resultaban irrelevantes. los estados estaban,
por lo común, muy debilitados para cumplir sus funciones.

1. Cf. J. m. alemaNy, «la paz en situaciones de crisis prebélica»: Sal Terrae 88/9
(2000), 739-756.

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una mirada cristiana sobre los nuevos conflictos armados 151

• los factores desencadenantes de los conflictos afectaban más a las per-


sonas que a los territorios: a) reparto de los recursos naturales (energía
y agua en particular) y, en función de ellos, del poder; b) conculcación
masiva de los derechos humanos de la población en su conjunto o de
ciertas minorías; c) irrupción con fuerza del factor «identidad», ape-
lando a la religión como uno de sus rasgos constitutivos.
• los actores ya no eran en exclusiva los ejércitos regulares, como en
las guerras clásicas, sino guerrillas, paramilitares, mercenarios, em-
presas privadas de seguridad subcontratadas, grupos terroristas, ni-
ños... las armas abarcaban una amplísima gama: desde las más con-
vencionales, incluidas minas o bombas de fabricación casera, hasta
los drones o la robótica autónoma.
• en los conflictos identitarios, a diferencia de los ideológicos, las es-
trategias contemplaban no solo ganar sino excluir, humillar y exter-
minar, por lo que la población civil no solo sufría los daños colate-
rales propios de toda guerra, sino que constituía un instrumento más
en el tablero bélico. Brillaba por su ausencia el derecho internacional
humanitario, y se forzaban masivos movimientos de ciudadanos en
busca de un refugio o de la satisfacción de necesidades básicas.
desde los Balcanes y ruanda hasta el drama actual de siria, irak, yemen o
sudán, la humanidad se ha visto sacudida por nuevos y virulentos conflic-
tos, que encontraron en el atentado terrorista del 11-s un punto de infle-
xión. la gravedad, el alcance universal y los rasgos de los nuevos conflictos
armados han movido al papa Francisco a referirse a ellos en varias ocasiones
como de una tercera Guerra mundial librada «por partes» (a pezzi)
(13/o3/2014; 01/01/2017) y a dirigir una mirada cristiana sobre ellos.

2. Los sucesivos acentos en la ética cristiana

esa mirada hay que situarla en la evolución de las preocupaciones de la


ética cristiana sobre la guerra y la paz2. Varias etapas con acentos propios
se han sucedido y/o convivido hasta ahora:

2. Cf. J. m. alemaNy, «Paz», en a. orTiz osés – P. laNCeros (eds.), Dicciona-

Sal Terrae | 105 (2017) 149-161


152 jesús maría alemany briz, sj

A) La doctrina clásica de la «guerra justa». llega casi sin modificaciones


hasta Pío Xii. Hunde sus raíces en el pensamiento de san agustín, es
sistematizada por santo Tomás y aplicada en la edad moderna a la
situación de los nuevos estados soberanos y las guerras de coloniza-
ción. Pretende limitar y humanizar la guerra estableciendo condicio-
nes estrictas para que pueda considerarse legítimo el ius ad bellum.
dos criterios condicionan el ius in bello: el criterio de proporcionali-
dad entre sus efectos negativos y el bien que se pretende obtener; y
el criterio de discriminación entre combatientes y población civil o
no combatientes. Hay quienes creen que esta doctrina ha contribui-
do a limitar la violencia; otros piensan que ha funcionado como le-
gitimadora de la guerra, porque permite a los estados lo que no es lí-
cito a los particulares, ser juez y parte, y debido también a una cierta
laxitud por parte de las mismas iglesias3. en todo caso, los nuevos ras-
gos de la guerra contemporánea con armas de destrucción masiva y la
utilización de la población hacen esta doctrina inaplicable en nues-
tro tiempo.

B) Una mentalidad totalmente nueva sobre la guerra. Pío Xii dejó de ha-
blar de «guerra justa» y prefirió el término «defensa justa». al radio-
mensaje de 1939 pertenecen estas palabras: «Nada se pierde con la
paz. Todo puede perderse con la guerra». Juan XXiii escribió en su en-
cíclica Pacem in Terris (1963): «Por eso, en nuestra época, que se jacta
de poseer la energía atómica, resulta absurdo sostener que la guerra es un
medio apto para resarcir el derecho violado» (n. 127). introdujo los de-
rechos humanos como base de la convivencia, censuró la carrera ar-

rio de la Existencia. Aspectos relevantes de la vida humana, anthropos, Barcelo-


na 2006, 448-453; F. oCCHeTa, Jesuitas y Papas, la guerra y la paz. La evolución
del pensamiento de la Santa Sede sobre la guerra y la paz leída por los jesuitas de
La Civiltà Cattolica, endymion, madrid 2007; m. Vidal, «Hacia el cambio de
paradigma en la moral de la respuesta a los conflictos interestatales y mundia-
les»: Moralia 30 (2007) 79-111.
3. m. Vidal, «la moralidad de la guerra. revisión histórica y afirmaciones ac-
tuales», en CeNTro PiGNaTelli (ed.), Cultura de paz y conflictos, ediciones
dGa, zaragoza 1988, 103-118.

Sal Terrae | 105 (2017) 149-161


una mirada cristiana sobre los nuevos conflictos armados 153

mamentista, con consecuencias tan negativas para el desarrollo de los


pueblos, y propuso la necesidad de una autoridad mundial.
la Constitución Gaudium et spes del Vaticano ii (1965) aportó una
concepción positiva y dinámica de la paz, basada en la justicia. Trata
en cuatro fases la obligación de evitar la guerra: a) frenar la crueldad
de la guerra; b) eliminar la guerra total, porque supera los límites de la
legítima defensa. «Todo esto nos obliga a examinar la guerra con una
mentalidad totalmente nueva». se incluye la única expresión de conde-
na en el Concilio: «Toda acción bélica que tienda indiscriminadamente
a la destrucción de ciudades enteras o de extensas regiones, junto con sus
habitantes, es un crimen contra Dios y contra la humanidad que hay que
condenar con firmeza y sin vacilaciones» (n. 80); c) rechazar la carrera
de armamentos como camino (disuasorio) hacia la paz: «La carrera de
armamentos es la plaga más grave de la humanidad y perjudica a los po-
bres de manera intolerable» (n. 81); 4) preparar la prohibición absolu-
ta de la guerra creando una verdadera comunidad internacional: «La
paz ha de nacer de la mutua confianza de los pueblos y no debe ser im-
puesta a las naciones por el terror de las armas» (n. 82).
rechazadas como absurdas la guerra y la utilización de armas de
destrucción masiva, a finales de los setenta se puso la ética cristiana
en una nueva encrucijada con la estrategia de disuasión nuclear. la
amenaza nuclear, con una «mutua destrucción asegurada» (mad),
según sus promotores, sería eficaz para salvaguardar la paz sin ser uti-
lizada. Juan Pablo ii, en la segunda sesión especial sobre desarme
de las Naciones unidas (1982), había pronunciado unas medidas
palabras, objeto de múltiples interpretaciones: «En las condiciones ac-
tuales, una disuasión basada en el equilibrio –ciertamente, no como fin
en sí misma, sino como un paso en el camino hacia un desarme progre-
sivo– todavía puede ser juzgada como moralmente aceptable. Sin em-
bargo, con el fin de asegurar la paz, es indispensable no estar satisfecho
con este mínimo, que está sujeto a una real explosión». en 1983, doce
episcopados publicaron importantes documentos, siendo los más
significativos los de estados unidos y alemania. otros los siguieron
(el español, con la declaración «Constructores de la paz», en 1986).
en esta alta tensión nuclear, Juan Pablo ii convocó a dirigentes de
diversas tradiciones religiosas el 27 de octubre de 1986 en asís para

Sal Terrae | 105 (2017) 149-161


154 jesús maría alemany briz, sj

una Jornada de oración por la paz. en el espíritu de asís confluían la


construcción de la paz y el diálogo interreligioso. la iniciativa sigue
vigente con nuevos encuentros, los más significativos en 2006, 2011
y 2016.

C) Una nueva comprensión de la paz. el fin de los bloques liberó a la éti-


ca de la paz de una reducción en exceso militar y bélica. era tiempo
de recoger y ampliar intuiciones ya presentes en Juan XXiii, Vatica-
no ii y Pablo Vi. sería absurdo hablar de paz en situaciones de ex-
trema pobreza y desigualdad, vulneración de los derechos humanos,
ausencia de democracia, choque ideológico o carencia de instancias
internacionales eficaces. apremiados para examinar la guerra con
una mentalidad totalmente nueva, se daba ahora otro paso para
comprender la paz con una mentalidad nueva. la paz es una situa-
ción de plenitud humana amenazada no solo por la guerra, sino por
carencias básicas personales y colectivas. el 1 de enero de 1967, Pa-
blo Vi convocó la primera Jornada mundial de la Paz con su primer
mensaje. esta tradición fue continuada por los siguientes pontífices.
los 50 mensajes constituyen una pedagogía que ha contribuido a en-
sanchar el concepto y los rasgos de la paz.
en un ensayo clásico de 1967, el sociólogo noruego Johan Gal-
tung había hecho, desde la investigación para la paz, aportaciones
conceptuales de gran calado. Comprendían la paz en relación con la
violencia y no solo con la guerra. la paz no es la ausencia de conflic-
tos, sino la renuncia a la violencia en su transformación. el triángulo
de conflictos mal afrontados tiene tres ángulos: violencia estructu-
ral, cultural y directa. el trabajo por la paz debe tener en cuenta es-
tas tres violencias, cuya sanación exigirá reconstrucción, reconcilia-
ción y resolución4.
el diagnóstico y terapia de los «nuevos conflictos armados» en la
postguerra fría debía, por tanto, tomar en consideración no solo la
violencia directa, sino la violencia estructural subyacente (las gran-

4. J. GalTuNG, Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolución, Ba-


keaz, Bilbao 1998.

Sal Terrae | 105 (2017) 149-161


una mirada cristiana sobre los nuevos conflictos armados 155

des heridas de la humanidad) y la violencia cultural legitimadora


(odio identitario). el magisterio eclesial va integrando en un nuevo
paradigma las amenazas a la paz generadas por las estructuras de in-
justicia, la vulneración de los derechos humanos y libertades, el de-
terioro del medio ambiente y la discriminación de género.

D) Alarma ante la apelación a la religión en violentos conflictos y actos de


terrorismo. al mismo tiempo que se abrían nuevos horizontes a la
comprensión de la paz, un hecho afectaba directamente al corazón
de las religiones: conflictos armados de enorme crueldad y terroris-
mos apelaban a la religión y al mismo dios5.
Hay factores que facilitan la cobertura religiosa de conflictos vio-
lentos. el hecho religioso está fuertemente enraizado en la vida de las
personas y de los pueblos, constituyendo un fenómeno de relevancia
pública, cultural, social, política y hasta étnica. la religión libera
sentimientos muy intensos, porque está vinculada al sentido de la
vida y de la muerte y al sentimiento de pertenencia identitaria. Por
eso posee una enorme fuerza de motivación y de legitimación, bien
conocida por quienes desean movilizar un colectivo en torno a sus
intereses. las clásicas guerras de religión eran libradas entre estados
fuertes legitimados sacralmente. ahora los conflictos de los años 90
apelan a la religión más bien como rasgo de una identidad amenazada
por la frustración, en busca de supervivencia o de supremacía, fuera
del marco del estado-nación. los conflictos humanos se revisten de un
halo trascendente y absoluto, perdiendo su carácter histórico y nego-
ciable. el objetivo final es la afirmación propia mediante la elimina-
ción simbólica o real de lo otro. su tendencia es excluyente: no se bus-
ca solo ganar, sino humillar y exterminar. Por eso no existe proporción
entre los medios empleados y los que serían necesarios para una su-
puesta victoria militar. la limpieza étnica y el genocidio, el hambre,
las violaciones sistemáticas, los asesinatos de ancianos, mujeres y ni-
ños... cobran el valor de hechos simbólicos y liberadores.

5. Cf. J. m. alemaNy, «el rostro religioso de los conflictos armados», en m. aGui-


rre – m. GoNzälez (coords.), De Nueva York a Kabul, icaria, Barcelona 2002.

Sal Terrae | 105 (2017) 149-161


156 jesús maría alemany briz, sj

en 1996, a los 10 años del encuentro interreligioso de asís, Juan


Pablo ii lanzó un dramático mensaje, «la paz es el nombre de dios»,
donde afirma: «Las religiones no alientan al odio y a la guerra, no jus-
tifican el derramamiento de la sangre inocente. ¡Las religiones no quie-
ren la guerra, sino la paz! ¡No hay santidad en la guerra! ¡Solo la paz es
santa!». los atentados terroristas del 11-s y su reacción en las mal lla-
madas «guerras antiterroristas preventivas» consagraron la apelación
a dios por parte de unos y de otros. el rechazo del rostro religioso
de los nuevos conflictos armados fue un tema recurrente en las in-
tervenciones y viajes de Juan Pablo ii, Benedicto XVi y Francisco.
esta etapa vigente, que parece vincular religión y violencia, obli-
ga a los creyentes a indagar cuáles son los mecanismos que producen
una patología violenta del hecho religioso para poder movilizar des-
pués la energía pacificadora de las tradiciones religiosas. una perver-
sión teológica fundamentalista identifica al absoluto, al que todas
las religiones se refieren, con sus mediaciones, que por su propia na-
turaleza son humanas y limitadas (creencias, normas, instituciones,
libros, ritos...). una perversión antropológica y cosmológica de enor-
me fuerza, debido a su simplicidad, contempla la historia como una
lucha cósmica entre el Bien y el mal (con mayúsculas y absolutos)
en la que quienes se implican son mártires. una perversión cultural
y política facilita una peligrosa vinculación primaria de la religión
con realidades sociales, políticas y culturales particulares cuyos inte-
reses se defienden. son mecanismos patológicos cuya terapia solo
puede encontrarse desde el interior de cada tradición religiosa y a
través de un diálogo interreligioso que busque la paz frente a la vin-
culación de religión y violencia6.
solo desde el valor y la lucidez para rechazar las patologías pue-
den ofrecerse como pacificadoras aportaciones importantes de las
tradiciones religiosas, como la trascendencia de dios frente a los ído-

6. aunque el islam es la tradición religiosa más acosada hoy por una apelación a
la violencia, el peligro alcanza a todas las religiones. Cf. m. JuerGeNsmeyer,
Terrorismo religioso. El auge global de la violencia religiosa, siglo XXi, madrid
2001; id., Global rebellion, university of California Press, london 2008.

Sal Terrae | 105 (2017) 149-161


una mirada cristiana sobre los nuevos conflictos armados 157

los, la capacidad de mirar el mundo desde abajo, donde están los ex-
cluidos y descartados, la sensibilidad ante la Tierra como casa común
y la indispensable fortaleza para el perdón y la reconciliación7.

3. La mirada cristiana del papa Francisco

la mirada actual del papa Francisco ha seguido un proceso dinámico:

A) Una mirada inicial al mundo desde el balcón


Cuando el recién elegido papa salió al balcón de san Pedro el 13 de mar-
zo de 2013, no lo hizo para mirar desde arriba y desde lejos. en el Te
Deum de final de año aconsejará a los cristianos no mirar al mundo des-
de el balcón. al pedir la bendición de dios con el pueblo de roma, con-
fesaba que toda la comunidad cristiana nace de su misericordia gratuita,
sin distinción de jerarquías. al comunicar el nombre elegido, Francisco,
avanzaba todo un proyecto: «Son varios los motivos por los que elegí mi nom-
bre pensando en Francisco de Asís. Uno de los primeros es el amor que Fran-
cisco sentía por los pobres. El segundo, que Francisco de Asís nos dice: esfuér-
cense en construir la paz. Francisco enseña, en tercer lugar, un profundo respeto
por la creación, la salvaguarda de nuestro medio ambiente, amar cada vez más
a nuestra Tierra». era una primera aproximación: la paz necesita una escu-
cha inseparable del grito de los pobres y del grito de la Tierra.

B) Una mirada concreta, compasiva e indignada


en los meses siguientes de 2013, dos nombres concentraron su mirada
compasiva e indignada: lampedusa y siria. ambas realidades fueron re-
petidamente leídas bajo el pasaje de Caín y abel. lampedusa evoca la

7. Potencial positivo al que el Papa Francisco ha apelado en el año de la miseri-


cordia: «Los responsables de las comunidades religiosas pueden ofrecer la valiosa
contribución de los valores que hay en sus respectivas tradiciones» (28/11/2014).
Cf. r. H. moKrosCH – r. THomas-Czada (eds.), Religionen und Weltfrieden.
Friedens- und Konfliktlösungpotenziale von Religionsgemeinschaften, Kohlham-
mer, stuttgart 2013.

Sal Terrae | 105 (2017) 149-161


158 jesús maría alemany briz, sj

tragedia de miles de migrantes en el mediterráneo. «¿Quién es el respon-


sable de la sangre de estos hermanos y hermanas? Hemos perdido el sentido
de la solidaridad fraterna. La cultura del bienestar nos vuelve insensibles a
los gritos de los otros. Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia de
llorar, de sufrir “con”. Es la globalización de la indiferencia» (08/07/2013).
«Solo me viene la palabra vergüenza: ¡es una vergüenza!» (03/10/2013). si-
ria se desangra, y Francisco clama por la paz: «Quisiera hacerme intérpre-
te del grito que sube de todas las partes de la tierra. ¡Es el grito de la paz! El
grito que dice con fuerza: ¡queremos un mundo en paz, queremos que en
nuestra sociedad, destrozada por divisiones y por conflictos, estalle la paz!
¡Nunca más la guerra! ¡Jamás el uso de la violencia lleva a la paz!…Miren
al otro como un hermano…La cultura del encuentro, del diálogo: ese es el
único camino hacia la paz» (01/09/2013). la reflexión surge de los sen-
timientos de compasión e indignación. detrás de los hechos existen
siempre culturas: es preciso pasar de la globalización de la indiferencia a
la globalización de la fraternidad, un mundo en el que todos se sientan
responsables de todos.

C) Una mirada razonada y activa


la mirada de Francisco se va plasmando en textos razonados y moviliza-
dores. Junto a otras intervenciones en lugares y ante grupos particulares,
podemos recordar las más globales:
• exhortación apostólica Evangelii gaudium (24/11/2014)
el capítulo cuarto, dedicado a la dimensión social de la evangeliza-
ción, afirma que no es un documento social para el que ya existe el
Compendio sobre la doctrina social de la Iglesia. sin embargo, quiere
referirse a dos grandes cuestiones. «Las desarrollaré con bastante am-
plitud, porque considero que determinarán el futuro de la humanidad.
Se trata, en primer lugar, de la inclusión de los pobres y, luego, de la paz
y el diálogo social» (n. 185). Francisco hace una selección significati-
va y desarrolla ampliamente estas dos cuestiones, que entiende ínti-
mamente vinculadas.
• Mensajes para las Jornadas Mundiales de la Paz del 1 de enero. seña-
lan dos caminos o modelos de vida que exigen una decisión:

Sal Terrae | 105 (2017) 149-161


una mirada cristiana sobre los nuevos conflictos armados 159

2014: La fraternidad, fundamento y camino de la paz


2015: No esclavos, sino hermanos
2016: Vence la indiferencia y conquista la paz
2017: La no violencia: un estilo de política para la paz
• Carta encíclica Laudato Si’ sobre el cuidado de la casa común.
es la primera encíclica sobre la ecología integral vinculada a la paz y
a la justicia. Francisco adelanta los ejes transversales del documento:
«Por ejemplo: la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del pla-
neta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al
nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología,
la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progre-
so, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la
necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la
política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un
nuevo estilo de vida» (n. 16).

D) Acentos más significativos


un estudio sistemático superaría los límites de este artículo. intento re-
sumir los acentos más significativos que caracterizan, a mi juicio, la mi-
rada cristiana de Francisco en busca de la paz.
• los pobres y últimos son denominados «los excluidos», «los descar-
tados», para poner de relieve las causas estructurales de su situación.
detrás de los hechos y estructuras de injusticia hay que desenmasca-
rar las culturas que las justifican. a una cultura excluyente del des-
carte y la globalización de la indiferencia hay que oponer la cultura
incluyente de la fraternidad y la globalización del cuidado. es preci-
so sustituir el sistema dominante, centrado en el dinero y el benefi-
cio, por el paradigma de la solidaridad, centrado en las personas. el
mercado por sí mismo no garantiza la inclusión social.
• Junto al clamor de los pobres hay que escuchar el grito de la Tierra
(ls 49). la encíclica Laudato Si’ propone una ecología integral o
humana e incorpora al magisterio la grave crisis que amenaza la vida
del planeta y de sus habitantes, ambos explotados por una misma
cultura del dominio, en una única crisis socioambiental.

Sal Terrae | 105 (2017) 149-161


160 jesús maría alemany briz, sj

• los conflictos bélicos actuales son la manifestación más clara de la


cultura del descarte, en la que la vida de las personas y del planeta es
pisoteada por quienes tienen la fuerza. la paz exige la superación de
la violencia contra las personas y contra la naturaleza. se necesita
más valor para hacer la paz que para hacer la guerra. la guerra es una
locura, un fracaso. la paz no se puede comprar ni vender. es un don
que hemos de buscar con paciencia y construir artesanalmente en
nuestra vida cotidiana. Que nadie se empeñe en que las armas solu-
cionan los problemas. la no violencia es un estilo de política para la
paz y, a la vez, un estilo de vida. el diálogo y la negociación son sus
instrumentos.
• el negocio de las armas mueve los conflictos armados y dificulta la paz.
Hay una insistente denuncia del negocio de la industria armamentis-
ta. «Digo a los fabricantes de armas, armas ensangrentadas, bañadas con
la sangre de tantos inocentes: ¡nunca más la guerra!» (02/09/2015). «¿Qué
queda de una guerra? Quedan ruinas, miles de niños sin educación, muer-
tos inocentes, ¡tantos! Y mucho dinero en los bolsillos de los traficantes de
armas... Hay una palabra dura del Señor: malditos. Porque él dijo: “¡Ben-
ditos los constructores de la paz!” Por lo tanto, los que hacen las guerras son
malditos!» (19/11/2015).
• es pecado apelar al nombre de dios o a la religión para ejercer o jus-
tificar la violencia, la guerra o el terrorismo. el diálogo interreligio-
so y los encuentros para la paz con diversas tradiciones religiosas han
estado presentes en roma y acompañado todos los viajes de Francis-
co. «La religión auténtica es fuente de paz y no de violencia. Nadie pue-
de usar el nombre de Dios para cometer violencia. Matar en nombre de
Dios es un gran sacrilegio» (21/09/2014). «Por el bien de la paz, nun-
ca se debe permitir que las creencias religiosas sean utilizadas para justi-
ficar la violencia y la guerra» (03/01/2015). «Quien dice que cree en
Dios ha de ser también un hombre o una mujer de paz» (30/11/2015).
«¡Qué bueno sería que todas las confesiones dijesen: “Matar en nombre
de Dios es satánico”!» (14/09/2016).
• las oleadas de refugiados, consecuencia e instrumento a la vez de los
nuevos conflictos armados, exigen una respuesta internacional con-
junta y generosa todavía muy lejos de darse, sobre todo en europa.

Sal Terrae | 105 (2017) 149-161


una mirada cristiana sobre los nuevos conflictos armados 161

• son precisas instituciones internacionales con autoridad para dirimir


los conflictos de forma no violenta. Hay que apoyar a Naciones uni-
das (Cumbre ods), pero también superar los obstáculos que la vuel-
ven inoperante: por ejemplo, los vetos en el Consejo de seguridad.
• Hay que proponer como evangélica la no violencia activa: «Que la no
violencia se transforme, desde el nivel local y cotidiano hasta el orden
mundial, en el estilo característico de nuestras decisiones, de nuestras re-
laciones, de nuestras acciones y de la política en todas sus formas»
(01/01/2017)
• la paz pide en algún momento una actitud difícil, pero propia de los
cristianos: el perdón y la reconciliación. los nuevos conflictos arma-
dos afectan de forma tan cercana, intensa y cruel a las poblaciones
que una tregua militar e incluso la exigencia de verdad y justicia no
son suficientes para el futuro de una convivencia en paz. las tradi-
ciones religiosas poseen una especial sabiduría que pueden y deben
compartir. la experiencia de la misericordia y reconciliación de dios
con nosotros hace posible lo imposible: una triple reconciliación con
nosotros mismos, con los otros hermanos y con la naturaleza. es el
camino de la paz.

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GaBiNo uríBarri BilBao, sJ

La mística de Jesús
Desafío y propuesta

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la cuestión religiosa hoy para el hombre occidental posmoderno que bus-
ca la trascendencia es la cuestión mística. el desafío más agudo para el
cristianismo en nuestro tiempo y, con él, para la mística y la espirituali-
dad cristiana, es su afirmación y plausibilidad cultural en el humus de la
modernidad, en concurrencia abierta con otras propuestas. en definitiva,
lo que está en juego es la confrontación entre diferentes modos de apos-
tar por la salvación y el bienestar: apoyados en las propias fuerzas (misti-
cismo oriental), mediante el abandono y la disolución en las fuerzas cós-
micas («Nueva era»), a través del ejercicio filial de la libertad con la gracia
de dios (cristianismo).

Apartado de Correos, 77 - 39080 Santander (ESPAÑA)


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163

LA FAMILIA

FAMILIA Y TRABAJO: CONDICIONES


LABORALES Y VIDA FAMILIAR
Ana Berástegui Pedro-Viejo*

Fecha de recepción: diciembre de 2016


Fecha de aceptación y versión final: diciembre de 2016

Resumen
La Doctrina Social de la Iglesia nos invita a pensar la familia y el trabajo como
dos dimensiones humanas y humanizadoras, llamadas a la reconciliación. En
este artículo recorreremos los espacios a conciliar (familia, trabajo y políticas) y
las características que ponen en juego en su relación, destacando algunos de los
efectos de los problemas de conciliación en la sociedad española. A continuación,
describiremos la conciliación desde el paradigma de la corresponsabilidad, para
acabar dibujando algunos escenarios de reconciliación desde una perspectiva
cristiana.
PalaBras ClaVe: familia, política familiar, condiciones laborales, concilia-
ción, sociedad.
Family and work:
working conditions and family life

Abstract:
The social doctrine of the Church encourages us to think about family and
work as two human and humanizing dimensions destined for reconciliation.

* del instituto universitario de la Familia. universidad Pontificia Comillas.


<a.berastegui@comillas.edu>.

Sal Terrae | 105 (2017) 163-178


164 ana berástegui pedro-viejo

In this article, we will look at the areas where a balance is to be found (fami-
ly, work and policies) and the characteristics that affect their relationship, em-
phasizing some of the effects of the reconciliation problems in Spanish socie-
ty. Following that, we will describe reconciliation from the paradigm of
co-responsibility to then finish by portraying a few scenarios of reconciliation
from a Christian perspective.
Key Words: family, family policy, working conditions, reconciliation,
society.
–––––––––––––––

Introducción

la relación entre la familia y el trabajo se ha planteado durante dema-


siado tiempo como de naturaleza opuesta y mutuamente excluyente, dos
universos separados frente a los que el sujeto tiene que elegir (o familia
o trabajo), o que tienen que ser asignados a distintos sujetos (tú la fami-
lia, y yo el trabajo), o como dos dimensiones enfrentadas en las que el
espacio de una quita espacio para la otra, y el tiempo de la una es tiem-
po que, de alguna manera, le robamos o restamos a la otra (a más fami-
lia, menos trabajo; o a más trabajo, menos familia).
Frente a esta visión de conflicto, la doctrina social de la iglesia nos in-
vita a pensarlas como dos dimensiones intrínsecamente unidas que inte-
ractúan, se complementan y se sostienen mutuamente para hacer «la vida
humana más humana»1. así, «estos dos ámbitos de valores – uno relacionado
con el trabajo y otro consecuente con el carácter familiar de la vida humana–
deben unirse entre sí correctamente y correctamente compenetrarse»2.
los caminos de unión entre familia y trabajo no están exentos de difi-
cultades, contradicciones y espacios de conflicto aún por reconciliar. en
este artículo recorreremos los espacios a conciliar (familia, trabajo y po-
líticas) y las características que ponen en juego en su relación, destacan-

1. Gaudium et spes, 38; Laborem exercens, 3


2. Laborem exercens, 10

Sal Terrae | 105 (2017) 163-178


familia y trbajo: condiciones laborales y vida familiar 165

do algunos de los efectos de los problemas de conciliación en españa. a


continuación, describiremos la conciliación desde el paradigma de la co-
rresponsabilidad, para acabar dibujando algunos escenarios de reconci-
liación desde una perspectiva cristiana.

Espacios de conciliación: familia, trabajo y sociedad

la familia, el trabajo y la sociedad en las que ambas se insertan no son


realidades estancas y separadas, sino que son aspectos sociales que se con-
figuran mutuamente e interactúan constantemente como partes de un
sistema en el que los cambios en una de las áreas exigen cambios en el
resto de las esferas. estos equilibrios configuran la vida cotidiana de cada
persona que es miembro de una familia, trabajador y ciudadano, sobre
el que recaen los efectos de los movimientos macroestructurales, pero
que también es agente, desde su actuación cotidiana, de esos movimien-
tos, generando a su vez consecuencias para todos.

Retos que vienen de la familia


los cambios que está viviendo la familia en las últimas décadas están
motivados por tres factores fundamentales: la incorporación de las mu-
jeres al mercado de trabajo, el alargamiento de la esperanza de vida y una
posmodernización de la familia, con la consecuente multiplicación de
modos posibles y social y jurídicamente legitimados de organizar la con-
vivencia.
en españa, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo de forma
generalizada es muy reciente y se ha llevado a cabo de un modo abrup-
to, al igual que el resto de los cambios sociales en materia de familia, con
los esperables desfases y reacomodaciones de estas revoluciones en la or-
ganización social3.

3. iGlesias de ussel, J., «la familia española en el contexto europeo», en J. Pa-


laCios – m. J. rodriGo, Familia y desarrollo humano, alianza editorial, ma-
drid 1998, pp. 91-116.

Sal Terrae | 105 (2017) 163-178


166 ana berástegui pedro-viejo

Por otro lado, encontramos el envejecimiento de la población. la espe-


ranza de vida al nacer sigue la tendencia creciente de los últimos años,
de manera que en 2014 se situaba en 86,2 años para las mujeres y 80,44
años para los varones, lo que implica la existencia de un creciente grupo
de mayores de 80 cuya autonomía y calidad de vida empieza a descender
y que estarán más tiempo con necesidad de apoyo para su vida cotidiana,
creando así lo que se ha dado en llamar nuevas «cargas» familiares5.
Finalmente, con respecto a la posmodernización de la familia, el mayor
cambio que ha vivido esta institución, desde mi punto de vista, no es la
tan mencionada multiplicación de formas y estructuras de familia, sino
la atomización de los modos de ser familia, de los planes de familia po-
sibles y de los modos de organizarse como familia. lo que se ha multi-
plicado, en realidad, es el número de decisiones que han de tomarse cada
día para construir la propia familia, decisiones que no vienen ya progra-
madas de antemano y que exigen un esfuerzo constante de definición y
redefinición del propio proyecto familiar6.

Retos que vienen del trabajo


a nadie se le escapa que estamos atravesando una coyuntura económica
complicada, que afecta muy directamente a la posibilidad de acceder y
mantener un puesto de trabajo. el mayor problema que aporta el mun-
do del trabajo a la familia proviene de su ausencia. además, la precarie-
dad laboral es tal, que tener trabajo ya no es sinónimo de bienestar o de
inclusión social7. entre el paro y la precariedad encontramos que uno de
cada cinco hogares se encuentra por debajo del umbral de la pobreza8.

4. www.ine.es
5. roGero GarCía, J., Los tiempos del cuidado: el impacto de la dependencia de los
mayores en la vida cotidiana de sus cuidadores, imserso, madrid 2010.
6. BerásTeGui Pedro-VieJo, a., «el nuevo universo de formas familiares»: Crí-
tica 984 (2013), 14-17.
7. «se comprende que la desocupación y la precariedad laboral se transformen en
sufrimiento...» (Amoris laetitia, 25).
8. iNe, Encuesta de condiciones de vida 2015, instituto Nacional de estadística,
madrid 2016. www.ine.es

Sal Terrae | 105 (2017) 163-178


familia y trbajo: condiciones laborales y vida familiar 167

Por otro lado, el panorama de incorporación tardía y precaria al mundo


laboral y la desvalorización temprana de los trabajadores hace que se pos-
pongan los planes de construcción familiar, por las dificultades de inde-
pendencia económica9, y que, sin embargo, las exigencias máximas del
mundo familiar y del mundo laboral se den en el mismo periodo de
tiempo, es decir, entre los 30 y los 45 años10.
Parece que se necesita más de un sueldo medio para acceder al consumo
medio, y se necesita al tiempo que se desarrolla el proyecto familiar; pero,
además, el trabajo se desarrolla en empresas que dificultan la vida familiar.
según el índice de empresa Familiarmente responsable (iFrei), elabora-
do por el Centro internacional Trabajo y Familia del iese11, frente al 8%
de las empresas que pueden ser consideradas familiarmente responsables
en españa (existen las políticas, existen los intermediarios que las facilitan
y existe una cultura empresarial que las hace posibles), el 43% de las em-
presas son desfavorables, y el 28% contaminantes para la conciliación.
en este contexto, ya hace años que arrastramos el sambenito de ser uno
de los países de europa en el que más horas se pasan en el trabajo, pero
en el que menos productividad se obtiene.

Retos que vienen de las políticas


Finalmente, españa es posiblemente uno de los países de la ue más pa-
sivos en cuanto las políticas de familia a nivel estatal. Por el momento,
se han desarrollado más políticas de igualdad o de mujer que políticas de
familia propiamente dichas12.

9. «aun a riesgo de simplificar, podríamos decir que existe una cultura tal que em-
puja a muchos jóvenes a no poder formar una familia porque están privados de
oportunidades de futuro» (Amoris laetitia, 40).
10. lóPez, m. T., «Políticas públicas de conciliación de la vida familiar y laboral
en la unión europea», en s. adroHer – J. P. Núñez (coords.), Familia y Tra-
bajo, universidad Pontificia Comillas, madrid 2003, pp. 71-82.
11. Centro internacional Trabajo y Familia, Informe IFREI - España 2015, Barce-
lona 2015. iese: www.ifrei.iese.edu
12. lóPez, m. T., op. cit.

Sal Terrae | 105 (2017) 163-178


168 ana berástegui pedro-viejo

es decir, se ha luchado por garantizar la libertad de la mujer para acce-


der al mercado laboral en igualdad de condiciones que el varón, sin que
su vida familiar se vea afectada13 o, en ocasiones, sin que su vida familiar
le afecte14.
sin embargo, el apoyo a la familia debería entenderse como una cuestión
de estado. las políticas de cuidado serían aquellas que permiten y pro-
mocionan la asunción de las tareas de la familia como un derecho de los
dependientes, un derecho de los adultos, pero también una obligación
colectiva de toda la sociedad, que debe ser apoyada por el estado. serían
ayudas a la natalidad, ayudas de compensación por el cuidado de hijos o
mayores, como las que se han ensayado con la ley de dependencia. en
este tipo de políticas todavía tenemos mucho que crecer, tal y como nos
exhorta el papa15.

Efectos sociales de las dificultades de conciliación


estamos en una sociedad en la que el bienestar social se sustenta en las
familias, presupone a la familia y necesita a las familias. los efectos de la
imposibilidad de desarrollar en plenitud la familia y el trabajo como dos

13. me refiero con esto a las políticas de incorporación a la vida laboral de la mu-
jer con cargas familiares o a las políticas que reducen la penalización laboral que
supone el hacerse cargo de tareas familiares y las diferencias entre varones y mu-
jeres al respecto: bajas por maternidad/paternidad, excedencias por cuidado de
hijos, reducciones de jornada...
14. me refiero aquí a las políticas que reducen o financian la subcontratación de
las tareas familiares que podrían acarrear una penalización laboral: colegios
abiertos 24 horas, aumento de plazas de guardería, financiación de residencias
y centros de día para mayores, ayudas directas a las madres trabajadoras.
15. «Con frecuencia, las familias se sienten abandonadas por el desinterés y la poca
atención de las instituciones. las consecuencias negativas desde el punto de vis-
ta de la organización social son evidentes: de la crisis demográfica a las dificul-
tades educativas, de la fatiga a la hora de acoger la vida naciente a sentir la pre-
sencia de los ancianos como un peso, hasta el difundirse de un malestar afectivo
que a veces llega a la violencia. el estado tiene la responsabilidad de crear las
condiciones legislativas y laborales para garantizar el futuro de los jóvenes y
ayudarlos a realizar su proyecto de formar una familia» (Amoris laetitia, 43).

Sal Terrae | 105 (2017) 163-178


familia y trbajo: condiciones laborales y vida familiar 169

dimensiones importantes de la realización humana son cuestiones de es-


tado y se dejan sentir en muy diversas esferas del funcionamiento de la
sociedad.
los efectos macrosociales más evidentes de esta falta de compromiso efec-
tivo con la conciliación son la escasa natalidad, con la consiguiente falta
de reemplazo generacional. las parejas esperan a tener hijos hasta que al-
canzan un nivel de vida y estabilidad laboral suficiente que les hace no te-
mer por su trabajo, con la sensación de que la posibilidad de tener hijos es
algo que siempre va a estar ahí. sin embargo, el retraso en la edad de las
primíparas ha aumentado muy considerablemente las tasas de infertilidad,
que rondan el 20% de las parejas en la actualidad. es decir, cuando se quie-
ren tener hijos, ya no se puede tan fácilmente. Frente a estas situaciones se
han generado distintas «soluciones» y alternativas de paternidad, algunas
más afortunadas que otras. de alguna manera, se ha generado en los últi-
mos años la vivencia de los hijos como trofeos, como bienes de consumo;
no como algo que llega o que me es dado, sino como un «lujo», un pre-
mio merecido ante tanta dificultad, y también algo que hay que conseguir
en ocasiones, sin importar cómo ni a qué precio económico o moral.
Cuando la familia se anima a tener más de un hijo, se da con una mayor
separación temporal entre ellos, creando en ocasiones lo que se ha lla-
mado el fenómeno de los «hijos únicos sucesivos», limitando las expe-
riencias fraternales.
en el plano social, el hecho de que los trabajadores sientan que el traba-
jo les impide cuidar adecuadamente de su familia genera desmotivación,
falta de rendimiento y la generación de una cierta cultura del «presentis-
mo». los trabajadores se sienten así atrapados por la empresa y acuden
al trabajo para cubrir el expediente, pero no se hacen partícipes de una
empresa común, porque la empresa tampoco participa de sus proyectos
personales y familiares.
Por otra parte, la dificultad para hacer frente a las necesidades de la fa-
milia hace que esta trate de traspasar algunas funciones familiares a otras
instituciones, buscando que la escuela se encargue de la educación inte-
gral de los niños o que alargue sus actividades extraescolares hasta el fi-
nal de la jornada.

Sal Terrae | 105 (2017) 163-178


170 ana berástegui pedro-viejo

en el plano familiar, el aumento de la fatiga, física y psicológica también


fomenta la vivencia de los otros (la pareja, los hijos, los padres) como una
carga. a veces, uno llega a casa demasiado cansado para comunicarse con
calma o interesarse por la vida del otro; demasiado cansado para poner-
se a educar, a cocinar o a ayudar con los deberes.
esto aumenta la frecuencia e intensidad de los conflictos. la mala reso-
lución de los conflictos de tarea puede llevar a que los niños y los mayo-
res o dependientes escuchen con demasiada frecuencia: «¡Hoy no me
toca!; ¡hoy te toca a ti!», y a percibir en las palabras no dichas y en el cli-
ma emocional de hostilidad que se crea alrededor de su cuidado que son
vistos como una carga para sus padres o para sus familiares.
en el plano educativo, la organización de los horarios hace que muchos
niños pasen la mayor parte de las tardes entre semana sin contacto con
sus padres. algunos autores hablan de los efectos de las dificultades de
conciliación en el desarrollo de los hijos16. el intento de compensar a los
hijos por algo que se siente que se les roba (el tiempo y la atención) hace
que los niños crezcan con un sentimiento de que se les «debe» algo. Por
ello, la ausencia excesiva de los padres del hogar y estas dinámicas de cul-
pa/compensación se han asociado al fracaso escolar, un mayor sedenta-
rismo y consumo de TV y videojuegos, un mayor riesgo de obesidad in-
fantil, una mayor incomunicación con los hijos y, por supuesto, una
pérdida de vinculación con ellos y de capacidad educativa. en este mis-
mo plano de las dificultades para incluir el cuidado dentro de la agenda
familiar está la desatención y la dimisión en el cuidado a las personas ma-
yores dependientes o la sensación de «incapacidad» para la paternidad o
el cuidado de las personas con discapacidad.
en el plano sanitario, está comprobado que las personas que sienten que
no llegan a cumplir sus obligaciones laborales por causa de sus tareas fa-
miliares, o viceversa, muestran más señales de fatiga y desilusión y un au-

16. marTíNez PamPlieGa, a. – uGarTe, i., «estilos educativos y bienestar psico-


lógico de los adolescentes. importancia de la conciliación entre la vida laboral
y familiar»: Familia 43 (2011), 135-144.

Sal Terrae | 105 (2017) 163-178


familia y trbajo: condiciones laborales y vida familiar 171

mento considerable de los síntomas psicológicos y físicos, lo cual no solo


repercute en su vida personal, sino también en un aumento de las bajas
por enfermedad, ansiedad o depresión.

De la conciliación a la corresponsabilidad

los cambios demográficos en la familia, en el trabajo y en las políticas


públicas asumen un cambio en los roles externos en los miembros de la
pareja que, en gran medida, se ha dado sin que se hayan revisado los pa-
trones sobre qué es y debe ser, sentir y hacer un hombre y una mujer en
la familia y cómo se debe plasmar esto en las relaciones de pareja. Toda-
vía existe una gran diferencia entre lo que se dice, lo que se piensa, lo que
se siente y lo que se hace en el campo de la igualdad de derechos entre
varones y mujeres17.
Por ejemplo, el hombre sigue obteniendo gran parte de su autoestima de
su realización en el trabajo, de manera que tiende a estresarse más con
los problemas laborales y a entrar en crisis cuando percibe inestabilidad
en su puesto de trabajo o deja de ser considerado productivo, mientras
que las mujeres se desequilibran más afectivamente con las situaciones de
malestar de los miembros de la familia y entran en crisis cuando empie-
zan a sentirse menos necesarias para los miembros de su familia.
esto ha hecho que la conciliación de la vida familiar y la vida laboral se
haya entendido históricamente como un reto de la mujer, generando en
esta una gran sobrecarga de rol. ellas han querido demostrar durante ge-
neraciones que pueden trabajar sin dejar de atender a su familia tal y
como lo harían si no trabajaran; lo cual es una paradoja, porque atender
a todas las necesidades de la familia y del hogar también es una tarea que
puede ocupar algo más de ocho horas al día. Con la llegada de los hijos

17. GarCia-miNa Freire, a – BerásTeGui Pedro-VieJo, a., «las nuevas relacio-


nes hombre-mujer en el seno de la familia», en Horizontes de la familia ante el
siglo XXI. Reflexiones con motivo del XXV aniversario del Instituto Universitario
de la Familia, universidad Pontificia Comillas, madrid 2011, pp. 111-132,

Sal Terrae | 105 (2017) 163-178


172 ana berástegui pedro-viejo

o el envejecimiento de sus mayores, ha recaído sobre ellas la decisión so-


bre «cómo conciliar», pudiendo decidir entre dejar el trabajo (con las
consecuencias personales para ellas y socioeconómicas para toda la fami-
lia), reducir la jornada laboral y la implicación laboral (y con ello el sa-
lario, la seguridad y las posibilidades de promoción), iniciar una doble
carrera laboral (doble jornada, doble turno, doble lista), «subcontratar»
o delegar las tareas familiares o abandonarlas y dimitir. Frente a la con-
ciliación de la mujer, nos encontramos ante el paradigma de la corres-
ponsabilidad de la familia18.

Compartir la responsabilidad en pareja


Para superar la sobrecarga de rol, que ocasiona mucha insatisfacción y
una posible dimisión emocional o física de algunas tareas laborales o fa-
miliares, es muy importante poder redistribuir los roles en la familia.
rescatar la corresponsabilidad de la pareja y, progresivamente, del resto
de miembros de la familia en el cuidado de lo que es común es una ur-
gencia social.
el aumento de la implicación familiar y doméstica del padre es, en estos
momentos, uno de los factores clave para la conciliación de la vida fami-
liar y laboral de ambos. la corresponsabilidad se basa en el reparto justo
de tareas, la actuación coordinada y la responsabilidad compartida19.
la incorporación del varón a las tareas y responsabilidades domésticas
supone también para la mujer la cesión de espacios de poder, de identi-
dad y de disfrute que le eran propios hasta hace bien poco.

18. maGaNTo, J. – eTXeBerria, J. – PorCel, a., «la corresponsabilidad entre los


miembros de la familia, como factor de conciliación»: Educatio Siglo XXI 28/1
(2010), pp. 69-84
19. uno de los debates aparentemente superados de las parejas de doble renta hoy
en día es el debate acerca de si los varones tienen que ayudar a la mujer en las
tareas del hogar o si los varones y las mujeres tienen que cooperar para la rea-
lización de las tareas del hogar. en los hogares con padres más cooperadores, el
debate aún llega más lejos y se sitúa en el marco del grado de responsabilidad
y compromiso: sobre el sostenimiento económico de la familia, sobre la rela-
ción de pareja, sobre las tareas domésticas, sobre las tareas de cuidado

Sal Terrae | 105 (2017) 163-178


familia y trbajo: condiciones laborales y vida familiar 173

además, como es lógico, el aumento en la corresponsabilidad supone un


aumento exponencial de las situaciones de toma de decisiones compar-
tidas. Hay mucho que negociar en el día a día de la pareja corresponsa-
ble: ¿quién va hoy a por los niños?; ¿a quién le toca hacer la compra?;
¿quién tiene que pedirle al jefe que cambie la reunión?; ¿quién puede cu-
brirme esta tarde?; ¿puedo aceptar este ascenso?; ¿qué cenamos hoy?;
¿quién hace la cena?... la falta de guiones sobre cómo hay que tomar es-
tas decisiones y los posibles patrones diferenciales de comunicación ele-
van mucho la conflictividad en la relación de pareja y también en la re-
lación con los hijos. es decir, el aumento en la incertidumbre aumenta
también las probabilidades de conflicto.
sin embargo, el conflicto ofrece también la posibilidad de encontrar so-
luciones satisfactorias para todos, en las que todos asuman responsabili-
dades familiares y todos tengan también la oportunidad de participar en
el crecimiento de la familia. Crear un equipo en este sentido aumenta,
en el medio plazo, la congruencia de rol, el bienestar de la pareja y de
cada uno de los miembros de la familia.
en este aumento de la toma de decisiones compartidas, corremos el ries-
go de intentar «gestionar la familia» y «gestionar a los hijos». estos tér-
minos, recientemente popularizados en el argot de la educación familiar,
nos permiten detectar cómo el lenguaje del trabajo, de la empresa, pe-
netra en las relaciones familiares. sin embargo, la familia no puede ser
vista como un segundo trabajo. en este ámbito es importante primar la
presencia y la comunión sobre la productividad y la cooperación; y, a pe-
sar de que hay agendas que compatibilizar, tareas que desarrollar y obje-
tivos que lograr, siempre el estar, el escuchar, el compartir... estarán por
encima de la gestión20.

20. «el amor necesita tiempo disponible y gratuito, que coloque otras cosas en un
segundo lugar. Hace falta tiempo para dialogar, para abrazarse sin prisa, para
compartir proyectos, para escucharse, para mirarse, para valorarse, para forta-
lecer la relación. a veces, el problema es el ritmo frenético de la sociedad, o los
tiempos que imponen los compromisos laborales» (Amoris laetitia, 224).

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174 ana berástegui pedro-viejo

Compartir la responsabilidad con otros


durante mucho tiempo se han puesto en cuestión los efectos que podría
tener en los niños el hecho de ser cuidados por personas distintas de su
madre. Bajo el paradigma de la maternidad intensiva se consideraba la
tarea del maternaje como perteneciente a la madre, prácticamente indi-
visible en sus contenidos y necesitada de cierta exclusividad.
sin embargo, la investigación reciente concluye muy claramente que el
empleo de los dos cónyuges no tiene, por sí mismo, ningún efecto, ni
positivo ni negativo21, sobre el desarrollo de los niños, y que los efectos
del cuidado parental sustituto dependerán de la calidad, la estabilidad y
la relación de confianza que se establezca entre los padres y los cuidado-
res que ayuden en esta tarea (abuelas, cuidadoras, profesoras...).
Por ello, una de las claves del éxito de la conciliación dependerá de la ca-
pacidad de disponer de un apoyo en el cuidado familiar adecuado, esta-
ble y de confianza y de la capacidad de los padres y madres de establecer
relaciones de cooperación y no de conflicto o dimisión frente a las per-
sonas que cuidan de sus hijos una parte importante del día.
mucho se ha hablado del papel de los abuelos en esta tarea. me gustaría
destacar también la importancia de los cuidadores contratados. Gran
parte de la conciliación en este país está sostenida por la labor de traba-
jadoras, muchas de ellas inmigrantes, contratadas en condiciones a veces
muy precarias, cuando no injustas. la iglesia nos llama a la «revaloriza-
ción social de las funciones maternas» (Laborem exercens, ii, 19), a lo que
yo añado la revalorización de la persona que las cumple, aunque sea par-
cialmente, y revalorización también económica de su labor, para que el
cuidado, lo lleve quien lo lleve a cabo, se dignifique y no se considere
una tarea «de segunda»22.

21. marTíNez, m. P., «Cambios familiares en la transición a la paternidad/mater-


nidad», en. s. adroHer – J. P. Núñez (coords.), Familia y Trabajo, universi-
dad Pontificia Comillas, madrid 2003, pp. 46-60.
22. BerásTeGui Pedro-VieJo, a., – Cuadrado NiColi, s., «la maternidad com-
partida: el reparto de tareas de crianza entre madres y cuidadoras contratadas»:
La Revue du REDIF 25 (2010).

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familia y trbajo: condiciones laborales y vida familiar 175

Corresponsables con la empresa


Hay que tener en cuenta que la implicación del padre en las tareas de la casa
y el cuidado no solo depende de su voluntad, sino también de la inclusión
del varón como sujeto de conciliación en las culturas de empresa. las em-
presas familiarmente responsables multiplican el compromiso de sus traba-
jadores a cambio de ceder flexibilidad y control a sus trabajadores.
– Flexibilidad laboral y planes de conciliación: cuanto mayor es la cul-
tura de conciliación de una empresa, tanto menores son las tensio-
nes personales asociadas a esta cuestión: la posibilidad de elegir ho-
rario, la flexibilidad en las entradas y las salidas, el poder hacer parte
del trabajo desde casa, la posibilidad de ganar días libres haciendo
horas extra o la evaluación por resultados son cuestiones que facili-
tan mucho el llegar a todas las tareas y asumirlas con menos estrés.
– mayor control sobre el trabajo: la posibilidad de poner límites al tra-
bajo, tanto en el día a día como en el plan de carrera profesional, es
también una garantía de conciliación. No es solo la familia la que tie-
ne que adaptarse, sino que la carrera profesional también se puede
diseñar en función de las necesidades familiares en un momento
dado, siempre que en la empresa exista esa posibilidad.

Reconciliar para conciliar


una vez visto un panorama general de la relación entre la familia y el tra-
bajo, el siguiente paso sería analizar la relación entre familia y trabajo en
nuestras vidas como laicos, desde una perspectiva creyente. ¿Qué nos
ayuda a construir un engranaje entre nuestra propia familia y nuestro
trabajo para hacer la vida humana más humana? ¿Cuáles son los caminos
de reconciliación que nos encaminan hacia una mejor conciliación?

Reconciliarnos hombres y mujeres


Bajo mi punto de vista, tanto hombres como mujeres están llamados a
esta doble vocación de la familia y el trabajo, independientemente del
modo en que se organicen los tiempos y las tareas y de cómo la pareja,
como unidad, organice su participación en esta doble vocación.

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176 ana berástegui pedro-viejo

Por ello pienso que dar libertad a la mujer para salir al mundo laboral y
dar permiso al hombre para entrar en casa, los hará más completos y me-
jores compañeros, más libres para decidir cómo entregarse a ambas vo-
caciones y más generosos en esa entrega.
es importante también recuperar la mirada personalista sobre hombres
y mujeres, es decir, no relacionarnos con estereotipos, no mutilar las po-
sibilidades de las personas, no imponer los caminos ya transitados, sino
dejar a cada uno desarrollarse en la plenitud de sus capacidades, tal y
como nos propone la Amoris laetitia23.

Reconciliarnos con el trabajo


Creo que un cristiano debe luchar contra la cultura del trabajo como una
«maldición bíblica», contra la cultura del presentismo y del fraude en el
trabajo y, valorando su función como modo de participar en la creación
de un mundo mejor, participar creativamente de su entorno laboral
(aunque también, en ocasiones, tendrá que decidir en qué empresas
quiere colaborar y en cuáles no).
así, escatimar esfuerzos y rigor en el trabajo tiene que ser entendido
como un robo, no solo a la empresa que lo contrata o al usuario final de
sus servicios, sino a la empresa de construir un mundo mejor.
dicho esto, el cristiano también debe distinguir entre trabajar para ga-
narse la vida y matarse a trabajar. en este sentido tenemos que hacernos
con honestidad algunas preguntas: ¿qué vida queremos ganar?; ¿qué pan
necesitamos para vivir? así podríamos analizar hasta qué punto las nece-
sidades de consumo que nos hemos creado nos restan posibilidades de
disfrutar de la vida familiar, elegir determinadas condiciones de trabajo,
ver en qué objetos de consumo estamos cifrando nuestro bienestar y dig-
nidad. Preguntarnos: ¿de qué pan vivimos? y recordar que «no solo de pan
vive el hombre».

23. «Pero también es verdad que lo masculino y lo femenino no son algo rígido.
[...] la rigidez se convierte en una sobreactuación de lo masculino o femenino,
y no educa a los niños y jóvenes para la reciprocidad encarnada en las condi-
ciones reales del matrimonio» (Amoris laetitia, 286).

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familia y trbajo: condiciones laborales y vida familiar 177

Reconciliarnos con el tiempo


una de las características de la vida moderna, en parte derivada de los
problemas de conciliación, aunque generalmente agravada por el tipo de
vida de las sociedades urbanas y por la irrupción de las tecnologías de la
comunicación en la vida cotidiana, es que vivimos apresuradamente, co-
rriendo, constantemente urgidos y con permanente prisa. en este ritmo
acelerado tenemos la vida cotidiana milimétricamente controlada, sin
dejar espacio para la experiencia, la relación profunda y la reflexión, que
necesitan otra comprensión del tiempo. ¿Vivimos automatizadamente,
con el piloto automático puesto, «alienados»? es imprescindible volver a
ser «dueños de nuestro tiempo» y no «esclavos del tiempo».
de igual manera, tenemos que intentar ser dueños de nuestro presente y
no esclavos del futuro. Permítaseme la licencia, ya que se trata de juzgar,
de plantear que la obsesión por la seguridad en el mañana (la obsesión
por encontrar un trabajo cómodo y seguro, tener una casa en propiedad,
ahorrar para el día de mañana) supone, en cierto modo, «hipotecar la
vida», en lugar de vivir «como los lirios del campo».

Reconciliarnos con la política


me gustaría criticar la posición fatalista de entender que el mundo labo-
ral no cambia y funciona como si fuera inamovible y como si no tuvié-
ramos ningún margen de elección o de transformación en este ámbito.
No es sólo la familia la que tiene que adaptarse a las nuevas condiciones
sociales, sino que el mundo del trabajo también tiene que cambiar, y te-
nemos que hacerlo cambiar y hacerle entender que las cuestiones de con-
ciliación benefician, por supuesto, a los trabajadores y sus familias, pero
también a las empresas y a la sociedad. y no hay otra forma de generar
estos cambios que no sea a través de la participación pública.
«sería un grave error creer que las transformaciones actuales aca-
ecen de modo determinista. el factor decisivo, dicho de otro
modo, el “árbitro” de esta compleja fase de cambio, es, una vez
más, el hombre, que debe seguir siendo el verdadero protagonis-
ta de su trabajo. Puede y debe hacerse cargo de modo creativo y
responsable de las actuales transformaciones, para que contribu-

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178 ana berástegui pedro-viejo

yan al crecimiento de la persona, de la familia, de la sociedad en


la que vive y de la entera familia humana»24.

Reconciliar familia, trabajo y vida


Bajo mi punto de vista, recordarnos cotidianamente cómo lo que hace-
mos en nuestro trabajo y la relación que establecemos con nuestra fami-
lia es nuestro modo de participar en el plan amoroso de dios con el
mundo, nos puede ayudar a revalorizar el propio trabajo y la vida en fa-
milia y a afrontar esta tarea con alegría.
de alguna manera, la persona que renuncia a una de estas facetas de la
vida, la generativa y la productiva, el amor y el trabajo, le exigirá dema-
siado a la otra: le pedirá a su trabajo que sea como su familia, o vivirá a
sus hijos como si fueran obra de sus manos, producto de su trabajo.
ahora, sin embargo, se llega a renegar de ambas esferas y se habla de con-
ciliación de la vida familiar, laboral y personal, como si no fuera perso-
nal lo que hacemos en el trabajo y en la familia; como si la persona ne-
cesitara encontrar tiempos para la realización personal en el ocio y
tiempo libre, en compartimentos externos a «la vida», fuera de sus dos
ámbitos preferenciales de realización y vinculación al mundo, que son la
familia y el trabajo.
así, muchas personas se viven atrapadas y encerradas, dando la razón a
quienes, cuando dices que vas a ser padre o que empiezas a trabajar, te dan
el pésame: «¡se te acabó la buena vida!». Pues es posible que se acabe la
buena vida, pero se puede empezar una vida buena, en la que la familia y
el trabajo no sean cargas y lastres para la vida, sino espacios de creatividad,
de compromiso y de construcción de nuestra vida y nuestro mundo.
sería precioso acostarnos cada noche, mirar cansados al día que hemos
vivido, mirar a nuestra familia, mirar nuestro trabajo y poder sentir con
sinceridad las palabras del Génesis: «Y vio Dios que era bueno».

24. JuaN PaBlo ii, en el XX aniversario de la Laborem exercens.

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179

LOS LIBROS

RECENSIONES

aleiXaNdre, d. – moNJas TriNiTarias de suesa – Herrero de


miGuel, V., Aventuremos la vida. Invitaciones a la vida consagrada,
PPC, madrid 2015, 208 pp.

escrita por voces diferentes con una hombres. la clave está en no caer en
misma vocación (vivir su segui- el victimismo. a pesar de las som-
miento de Cristo en la comunidad bras, pesares y dolores que los hom-
religiosa), en esta obra, leída en bres tienen, es necesario buscar la
conjunto, los tres testimonios per- presencia del señor en los momentos
sonales forman un comentario –es- de duda y desolación. No hay que
piritual, poético y sorprendente– al sentir miedo, sino abrir el corazón,
verso «Abre tu boca, y yo la llenaré» honesta y sinceramente, al Padre. él
(sal 81). dolores aleixandre, reco- nos guiará en esos oscuros tiempos.
nocida religiosa del sagrado Cora- es aconsejable amar las sombras que
zón, describe su vocación con imá- cada uno tiene, cicatrizar las heridas
genes bíblicas y palabras de la santa y liberarse de temores y prejuicios.
(Teresa de Jesús). la Comunidad la alegría del evangelio es vivir una
Trinitaria explica los retos y desafíos espiritualidad activa. ser cristiano es
de la convivencia comunitaria. ¿Có- una aventura. es mirar hacia delan-
mo vivir entre la realidad y la utopía? te, tender puentes en las fronteras y
Finalmente, Victor Herrero, capu- soñar utopías. llevar una vida plena,
chino, narra su encuentro personal saborear lo esencial de la vida y dete-
con Jesús con un estilo poético. nerse a contemplar la belleza del
Todos viven su vocación con Creador. la gracia del quehacer coti-
ilusión y alegría. el secreto está en diano. dos sugerencias para descu-
profundizar en la experiencia perso- brir la vocación personal son: tomar-
nal de dios para que la vida comu- se treguas y descansos y hablar con
nitaria fructifique. dios se encuen- sinceridad y franqueza entre los
tra en la fragilidad humana. el miembros de la familia. Cristo está
sufrimiento no es bueno, pero es presente en todo el universo. Y vio
una experiencia común a todos los Dios que todo era bueno...

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180 los libros

Concluyendo, un libro apasio- neidad y tener pautas para darse


nante para aprender a buscar las cuenta de las huellas de Cristo a lo
huellas de dios en las discontinui- largo del día. recomiendo su lectu-
dades del quehacer diario. el desa- ra, porque ayuda a profundizar en
fío de los cristianos del siglo XXi es las palabras de Jesús de Nazaret: «a
evitar la «ansiedad apostólica». vosotros os he llamado amigos».
romper con el mito de la esponta- Marta Sánchez

roTa, a. y Cordero, F., ¿Extraños amigos? Cuando ciencia y fe se


aventuran al diálogo, san Pablo, madrid 2015, 214 pp.
ya desde el título, se intuyen los lo- Como buenos profesores, han
gros de esta obra tan acertada como tenido el acierto de abordar el diá-
necesaria. Forma y fondo se acom- logo entre la ciencia y la fe desde la
pasan y coordinan de tal manera creatividad y el humor. Por su faci-
que, bien se puede decir en este lidad para expresar con palabras
caso, la forma es el mensaje. y esto sencillas las realidades más comple-
es así porque los autores, una inge- jas, por la plasticidad de sus metá-
niera y un sacerdote, se embarcan foras y comparaciones, por su fuer-
en un diálogo donde, como diría za sugerente y evocadora, por su
san ignacio, están «más dispuestos a tono ágil, vivo, directo y conversa-
salvar la proposición del prójimo que cional, por la originalidad de sus
a condenarla». escuchar, acoger la planteamientos y su buen humor,
verdad que brota del corazón, es por su positividad siempre, la lectu-
amar. acoger la palabra del otro es ra de estas páginas es un atractivo
lugar de encuentro inmarcesible, es placer desde el primer momento.
fuente de amistad. la escucha acti- la obra, convertida así en un
va y atenta a los planteamientos del areópago de crecimiento mutuo, se
compañero les permite construir un divide en doce capítulos donde, a
discurso perfectamente entrelazado, partir de diversas escenas bíblicas,
donde no se pierde la unidad y ar- se abordan distintos temas desde las
monía de todo el conjunto. Cada dos perspectivas: la científico-técni-
uno de ellos, en su palabra nacida ca y la religiosa. y como en Pente-
del corazón y la pasión de su vida, costés, donde «cada uno los oía ha-
transmiten alegría y entusiasmo. blar en su propio idioma», aquí
Verdad, bondad y belleza son siem- también se produce el milagro de la
pre irresistibles. sin intentar con- comunión en la diversidad. y con la
vencer, son convincentes porque es- publicación del texto disfrutamos y
tán convencidos. nos enriquecemos todos.

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recensiones 181

es conmovedor asomarse desde verdadera cara de lo real: razón y fe


estas páginas a contemplar la belleza son, como dice la canción, Amigos
incomparable de un arco iris, des- para siempre.
compuesto en sencillas gotas de luz y Como decía louis Pasteur, «un
de color; o las erupciones volcánicas, poco de ciencia aleja de Dios, pero
presentadas como necesarios movi- mucha ciencia devuelve a Él». son
mientos fisiológicos del cuerpo de la muchos y muy notables los creyen-
Tierra; o la maravilla de las lentes del tes que, a lo largo de la historia, se
ojo humano, inteligentemente dis- han significado por sus relevantes
puestas para captar las imágenes re- aportaciones en los más diversos
flejadas por la luz solar. ámbitos científicos. y, sin embargo,
la originalidad de ana rota y la en los últimos tiempos, en nuestra
inteligencia de sus metáforas, suma- sociedad occidental la fe se presenta
da a la profunda autenticidad de a veces como una rémora para los
Fernando Cordero, se potencian de avances de la ciencia; progresar pa-
tal manera que, sin pretenderlo, recería incompatible con la creencia
ciencia y fe se hermanan y convier- en ningún dogma.
ten en pura retórica la pregunta que esta obra, llena de pasión y vida,
da título al libro. lejos de mostrar trasciende todo prejuicio y se aventu-
la ciencia y la fe como extraños ami- ra confiada a iluminar la insondable
gos que se mantienen recelosos en la densidad de lo real. ojalá sean mu-
distancia, los autores de esta obra chos más cuantos se atrevan a transi-
cantan a coro otra melodía más ar- tar por este areópago con la humil-
moniosa; desde su amistad, desve- dad del compañero de camino.
lan, con sus palabras hechas vida, la Mª Dolores de Miguel Poyard

lamBerT, d., Ciencia y fe en el padre del Big Bang, Georges Lemaître,


universidad Pontificia Comillas – sal Terrae, maliaño (Cantabria)
2014, 244 pp.
el diálogo entre ciencia y fe es cada Ciencias Físicas y, para sorpresa de
vez más necesario en nuestra socie- muchos, también sacerdote católico.
dad occidental. lambert, dada su en estas páginas podemos cono-
condición de doctor en Filosofía y cer cómo llegó a formular su hipó-
en Ciencias Físicas, nos presenta un tesis del Big Bang, su acendrada re-
lúcido y autorizado análisis de la tra- ligiosidad, su camino de infancia
yectoria espiritual y científica de espiritual, expresado «en su alma de
Georges lemaître, padre del Big niño y en su encantadora ingenui-
Bang, doctor en matemáticas y en dad» (p. 115); sus dificultades para

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182 los libros

abrirse camino en el ámbito cientí- venciones suyas, más metodológicas


fico, ya entonces lastrado por pre- que contradictorias: su decidido in-
juicios agnóstico-positivistas; y terés, en el conjunto de su vida, por
cómo, en medio de todo ello, evo- separar la investigación científica de
lucionó en su modo de vivir la rela- toda influencia teológica puede dar
ción entre ciencia y fe. lugar a malentendidos si se descon-
el libro, dividido en diez capítu- textualiza alguna de sus frases.
los, muestra la coherencia y unidad lambert corona y sintetiza toda
de vida de lemaître. en el primero, su exposición sirviéndose del relato
lambert lo presenta, sugestiva y me- bíblico de los magos, guiados en
tafóricamente, como «la estrella de la principio por una estrella y postra-
cosmología contemporánea». Hoy, en dos finalmente ante dios. así tam-
nuestra sociedad occidental, se ha bién el científico lemaître se aden-
abierto artificialmente una sima en- tra, plena y confiadamente, por el
tre ciencia y fe; se ha arrumbado de camino de la ciencia, dispuesto a
tal modo a la fe, considerada como llegar adonde esta le lleve. y, al fi-
mera superstición irracional, que un nal, se encuentra no solo con que
sacerdote, estrella científica, parece nada entra en contradicción con su
una paradoja o incluso un oxímoron. fe, sino que también a él le ha guia-
a lo largo de todo el libro, se do la luz de la estrella, más allá de la
muestra pormenorizadamente la ciencia, hasta la luz que conduce
tensión que lemaître mantuvo por todo, incluido el mundo físico, in-
su incuestionable fidelidad a su con- determinadamente por sucesivas
dición de científico y sacerdote. el causalidades. entronca así también
texto se enriquece, además, con los con la experiencia de Blaise Pascal y
valiosos comentarios y aportaciones de Teilhard de Chardin, con quie-
de lambert, acompañados de un do- nes se le compara en el capítulo 8.
cumentado y valioso aparato crítico. el capítulo 10, especialmente va-
Culmina su magnífica exposi- lioso, presenta la última conferencia
ción con el capítulo noveno, titula- dada por lemaître y hasta ahora iné-
do «Cuando la estrella se detiene». lo dita: «Universo y átomo». en ella sin-
une así a «la estrella» del primer ca- tetiza sus teorías cosmológicas y alu-
pítulo, dando unidad al conjunto de brevemente a su relación con la
del texto. así, forma y fondo mues- teología. lemaître tuvo la satisfac-
tran la incuestionable coherencia ción de conocer el descubrimiento,
vital de lemaître, su incontestable al año siguiente, de la «radiación fó-
pasión por su vocación sacerdotal e sil» por parte de dos ingenieros, Pen-
investigadora; despejando toda zias y Wilson; prueba decisiva de su
duda sobre la autenticidad de su fe hipótesis sobre el Big Bang y la exis-
que pudiera surgir de algunas inter- tencia de radiación –de «rayos cós-

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recensiones 183

micos», como él decía– en el origen tre ve en el relato bíblico del Géne-


del universo. sis un criptograma, un texto carga-
la relevancia de lemaître en el do de simbolismo iluminador para
ámbito de la cosmología es de prime- la ciencia. Con el Fiat lux resonan-
ra magnitud: frente a la tradicional do en lo profundo de su ser creyen-
concepción, sostenida incluso por te como razón del universo, llegará
einstein, de un universo estático y intuitivamente en su investigación
eterno, fue el primero en descubrir científica hasta la hipótesis del áto-
que el cosmos se estaba expandiendo mo primitivo y de los rayos cósmi-
a una velocidad cada vez mayor. de cos, fundamentos del Big Bang.
ahí, y en sentido inverso, dedujo que, en un segundo momento, sepa-
tiempo atrás, el universo había tenido rará decididamente los dos modos
su origen a partir de un átomo primi- de conocer la verdad: el teológico y
tivo, desintegrado en átomos más pe- el científico. es, en su caso, una
queños por una explosión radiactiva cuestión meramente metodológica.
que dio lugar a la materia, al espacio su interés es mostrar que su hipóte-
y al tiempo, y que provocó la expan- sis se sostiene con premisas científi-
sión del universo que hoy conoce- cas, sin necesidad de recurrir a la fe.
mos. esta teoría de un universo diná- y, a la vez, quiere dar razón del dios
mico y con un origen histórico fue siempre mayor que toda investiga-
rechazada frontalmente por científi- ción empírica: «No podrá jamás re-
cos escépticos que, incluso sin haber- ducirse al Ser supremo al nivel de una
le leído, solo vieron en su hipótesis la hipótesis científica» (p. 141).
apología confesional de la fe en un su trayectoria investigadora está
dios creador. de hecho, el nombre indeleblemente unida a su vocación
de Big Bang lo ideó, sarcásticamente, sacerdotal, vivida en absoluta radi-
Hoyle, uno de sus detractores, quien calidad como miembro de la frater-
todavía en 1994 escribirá: «La cosmo- nidad de los amigos de Jesús. así lo
logía del big bang es una especie de fun- expresa un compañero: «Su influen-
damentalismo religioso» (p. 23). cia era esta: el ejemplo de un gran sa-
einstein rectificará su inicial re- bio que, como simple miembro entre
chazo de la física de lemaître, a la que otros miembros, nos edificaba por su
había calificado de abominable, y lle- gran fervor espiritual» (p. 101).
gará a decir: «Es la más bella y satisfac- Nos encontramos, en definitiva,
toria explicación de la creación que yo ante un modelo de entrega a dios y a
haya oído nunca» (p. 136). el mundo los demás, en su radicalidad de fe y de
científico irá admitiendo progresiva- investigador. en su humildad, deja a
mente la hipótesis de lemaître. dios ser dios en su vida, y el señor se
en cuanto a la relación entre manifiesta en él admirablemente.
ciencia y fe, en un principio lemaî- María Dolores de Miguel Poyard

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184 los libros

Torre, J. de la (ed.), Neurociencia, neuroética y bioética, u. P. Co-


millas, madrid 2014, 158 pp.
este libro recoge las conferencias dos morales, emocionales y neutros,
del XXVii seminario interdiscipli- abordó en profundidad la diferen-
nar de Bioética, organizado por la cia entre los dilemas personales e
Cátedra de Bioética de la universi- impersonales, entre la dimensión
dad Pontificia Comillas, que tuvo emocional y racional de la decisión,
lugar en madrid del 12 al 14 de entre razonamientos deontológicos
abril de 2013, en el que se reunie- y razonamientos utilitaristas, así
ron 70 especialistas en bioética para como las relaciones entre neuroima-
reflexionar sobre el tema «Neuro- gen y moralidad.
ciencia, neuroética y bioética». las Neuropsicología del comporta-
preguntas y desafíos de la bioética miento moral es el título de la po-
se abordan interdisciplinarmente nencia de emilio García. Para él, la
desde campos tan diversos y desa- investigación sobre cerebro-mente-
fiantes como la filosofía, la política, comportamiento, los conocimien-
el derecho, la pedagogía, la psicolo- tos disponibles sobre organización
gía, la economía, la medicina y la funcional del cerebro y los procesos
espiritualidad. mentales, están proporcionando
en la conferencia-marco, adela aplicaciones del máximo interés en
Cortina habló de La indeclinable li- diversos campos, como la salud o la
bertad de los ciudadanos. Neurocien- educación, pero además están cues-
cia y neuropolítica. Partiendo de He- tionando las visiones que tenemos
ráclito y de los estoicos y pasando de nosotros mismos. la neurocien-
por lutero, por las controversias de cia nos proporciona una oportuni-
Auxiliis, por la autodeterminación dad nueva y única para comprender
kantiana, por Freud y la actual neu- la estructura y funciones del yo, no
rociencia, fue confrontando la ilu- solo observando la conducta desde
sión de la libertad con la experien- el exterior, sino también gracias al
cia radical de la libertad como estudio del funcionamiento interno
conciencia de un querer actuar, de del cerebro. es muy clarificador su
una libertad siempre condicionada planteamiento de diversos niveles
y una libertad que ejerce y pide res- de análisis de neurociencia y neu-
ponsabilidad. ropsicología (molecular, celular, de
en su conferencia ‒Mecanismos sistemas, conductual, cognitivo), y
cerebrales en los juicios y decisiones muy sugerentes sus reflexiones so-
morales‒ mónica Triviño, después bre las neuronas espejo y los diver-
de distinguir entre estructuras, pro- sos modelos generales de juicios
cesos y conductas y entre conteni- morales.

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recensiones 185

Francesc Torralba aborda en su en el mundo del derecho todos in-


ponencia ‒Inteligencia espiritual, terpretamos la realidad.
vida moral y Neurociencia‒ la cues- Jesús Conill afirma, en su sínte-
tión de la inteligencia espiritual sis sobre Neuroeconomía y neuro-
partiendo de las potencias espiritua- marketing, que es muy conveniente
les que tiene todo ser humano y la e importante considerar los aspec-
necesidad de estimularlas. Toda in- tos económicos, porque las activi-
teligencia necesita una estimulación dades económicas (la producción,
externa. la inteligencia espiritual el consumo, el ahorro, la inversión,
presupone la capacidad de interro- etc.) forman parte de los ámbitos
garse por el sentido, de tomar dis- que desde siempre han ocupado a la
tancia (de nuestro obrar, de las cre- filosofía práctica, que ahora se ha
encias, de las necesidades, de las convertido ‒en virtud de la pers-
emociones), de autotrascenderse pectiva neurocientífica‒ en «Neuro-
(yendo más allá de lo inmediato y filosofía práctica».lo que cambia en
subiendo para ver más alto), de los tres últimos siglos es que la ra-
asombrarse (de lo natural, de la ig- cionalidad económica se va convir-
norancia, del humor, de la ironía)... tiendo en modelo de razón. lo eco-
esto tiene serias implicaciones en la nómico es modelo en el derecho, en
educación, como se señaló tanto en la teoría de la acción e incluso en el
la conferencia como en el coloquio ámbito del amor y de las relaciones
posterior. de amistad. Hay un cierto conduc-
manuel richard expone el tema tismo económico que tiene como
específico de Criterios judiciales de base la satisfacción de las propias
determinación de la prueba de culpa- preferencias y la búsqueda de re-
bilidad. desde su experiencia como compensas. esto supone un predo-
juez y docente, planteó el sentido minio del cálculo repetitivo sobre lo
del derecho vinculándolo al hecho heurístico y una nueva manera de
de que la libertad social debe siem- vivir, de pensar, de desarrollar nues-
pre unirse a la responsabilidad. el tra mente y nuestro cerebro.
derecho presupone una persona li- en Programados para la libertad,
bre, sujeto de derechos, capaz de ac- ¿educados para ejercerla?, Juan Pedro
tuar. Pero para responsabilizar o Núñez nos introduce en las dimen-
culpar hay que probar algo que siones pedagógicas del problema.
ocurrió en el pasado. el derecho Comienza afirmando que nadie co-
presupone que podemos recrear el noce la naturaleza de la conciencia,
pasado, conlleva un ejercicio singu- que la función consciente es dife-
lar de recreación del pasado, pero es rente de la experiencia consciente y
consciente de lo difícil que es cono- que quizá no sea tan relevante defi-
cer las conductas humanas y de que nir la conciencia como constatar su

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186 los libros

existencia, a pesar de que la mayoría forzarse por mantener una actividad


de nuestras operaciones sean in- mental consciente, es una actividad
conscientes. reflexiona sobre qué de alto coste. intervenir, seleccionar,
hacer con ese resto de libertad cons- relacionar, subrayar, manipular, evi-
ciente, de posibilidad de libertad tar, afrontar, dilatar contenidos,
desde un sujeto que tiene unos cier- emociones, vivencias... son estrate-
tos patrones que se reproducen con gias que requieren esfuerzo.
constancia. en todo caso, queda cla-
ro que no ser pasivos sino activos, es- Lázaro Sanz Velázquez

izQuierdo, m., Teresa de Jesús, con los pies descalzos, san Pablo,
madrid 2015, 526 pp.
monserrat izquierdo, teresiana y adolescencia, determina su estilo de
doctora en Filología hispánica, narra vida: soltera y consagrada a dios.
la biografía espiritual de santa Tere- entra en la encarnación, un monas-
sa. una mujer «inquieta y andariega» terio de la observancia del Carmelo,
que recorrió la españa del siglo XVi. alejado de ávila, que será su conven-
a lo largo de estas páginas Teresa de to ideal. una «casa grande y deleito-
Jesús se enamora de Cristo y apren- sa» donde vivirá veintisiete años en
de a dejarse hacer por Dios. lucha interior. su «mal de corazón» y
en el siglo XVi, el imperio espa- su amistad con Cristo son las dos fa-
ñol destaca por su esplendor y ex- ses de su oración-amistad con dios.
pansión. es una época de luchas y su espiritualidad ascética no la ayu-
guerras dentro de la península. Por da a poner la confianza plena y pro-
las veredas castellanas cabalgan no- funda en dios hasta su encuentro
bles y guerreros, junto con otros va- personal con Jesús. Fue en 1554, y
riopintos personajes, como pobres, desde entonces hasta su muerte la es-
clérigos y harapientos. la vida reli- piritualidad mística fluye en la vida.
giosa en ávila y en otras ciudades Teresa siente la presencia de Cristo
está sacralizada e ideologizada. la or- en su quehacer diario. doctora de la
febrería llega a su máximo esplendor, iglesia y maestra de las letras espa-
mientras la desigualdad social reina ñolas, su secreto fue que «no dejé ja-
hasta en los conventos. Teresa siente más la oración». Teresa no sabe de
un temprano despertar a su vocación teología. su expresión literaria es de
religiosa. siendo una niña, comienza su «muy buen vecino» dios. Fue cre-
sus andanzas y fracasos en su camino adora de un lenguaje nuevo: el sim-
de fe. su primera salida es «ir a tierra bolismo místico. los símbolos fuego,
de moros», pero es el primer fracaso agua, cristal, luz y sol se encuentran
de la santa. Traspasada la crisis de la en todas sus obras. entre todos ellos,

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recensiones 187

destaca la imagen del castillo o mo- un libro sorprendente por la


rada del alma. Con maestría y sabi- fluidez del estilo y la profundidad
duría, Teresa de Jesús comienza la en el conocimiento de la espirituali-
gran empresa del Carmelo. Nuevas dad mística y ascética de santa Te-
dificultades; pero hasta en el último resa. lo recomiendo a todo tipo de
testimonio personal que conserva- lectores que deseen profundizar en
mos la santa mantuvo la fe en la Tri- su experiencia humana y espiritual.
nidad. su entrega a dios fue absolu- una brillante novela que fue un
ta. el señor la esperará en alba. sus verdadero placer leer.
últimas palabras fueron: En fin, Se- Marta Sánchez
ñor, soy hija de la Iglesia.

aGrelo, s., Emigrantes: el color de la esperanza, PPC, madrid


2015, 358 pp.
en el camino de pasos innumera- comprometido: de hombres, muje-
bles, el camino de la inmigración, el res y niños erradicados de su tierra,
color que ha de predominar es el de echados de sus hogares, apartados
la esperanza. la mirada del otro que de su cultura, desplazados de su
acoge ha de colorear tantas priva- mundo, señalados como una ame-
ciones, soledades, intemperies, naza. en este grupo caben todos los
hambres, heridas y enfermedades. participios de la exclusión, todos los
el color de la esperanza es el que co- verbos de sufrimiento para los mar-
lorea los diversos escritos recopila- ginados, y de crueldad para quienes
dos en el libro. la esperanza es que los excluyen. Participios de verbos
un día las fronteras se vuelvan um- cuyo sujeto agente no es dios, sino
brales, que los pobres atraviesen ha- los endiosados; no es la justicia,
cia el interior de la casa de todos; y sino la inequidad; no es la solidari-
que en el inmigrante el que lo reci- dad, sino la indiferencia.
ba vea a dios, vulnerable en sus hi- Quienes inventamos alambradas
jos; vea a un hermano que llega de con cuchillas como cárceles, trasla-
lejos; vea la belleza de un futuro damos esas alambradas a nuestras
más hermoso «para todos». fronteras: queremos verjas cerradas
santiago agrelo, es franciscano, alrededor de nuestros privilegios y
ha sido profesor y ha desempeñado las dotamos de fosos, de detectores
diversos cargos en su congregación. de movimientos, de calor para que
autor de numerosos artículos, en la no nos moleste el clamor de los que
actualidad es arzobispo de Tánger. viven con casi nada. a la entrada de
el autor escribe de algo que conoce este mundo de privilegio hemos
bien y en lo que está seriamente puesto el cartel de «Prohibido el

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188 los libros

paso». ignorados e invisibles, los in- si impide la salida de cualquier ciu-


migrantes han de quedar fuera de la dadano de su país en busca de un
sala del banquete, como el mendigo poco más de fortuna; y es precisa-
lázaro. mente en esa frontera donde han pe-
a decir del autor, en este libro recido más de 20.000 personas.
no hay llaves para abrir fronteras, las medidas adoptadas por los
pero sí para abrir la frontera de los gobiernos de los países europeos
ojos del corazón, para que veamos a para el control de la frontera del sur
los invisibles y se nos hagan presen- han sido y son un fracaso humano y
tes los ignorados. intencionadamen- político, pues dejan a los inmigran-
te, el libro no tiene prólogo, sino tes en una situación de abandono y
umbral, la parte inferior de la puer- vulneran seriamente los proclama-
ta que hay que pisar para entrar en dos derechos a la vida, a la libertad
la casa. decir «umbral» quiere decir y a la seguridad.
acogida, apertura, bienvenida. si Como iglesia, se nos pide actuar
cruzan ese umbral encontrarán un desde la fe, desde la esperanza y des-
mundo nuevo con más posibilida- de el amor, pues estamos unidos a
des, con más colores, porque ellos los que padecen las consecuencias de
llegan de los colores opacos de la injusticias y desigualdades. el autor
privación, de la soledad, del hambre, hace explicita una valiente denuncia
de la herida, de la enfermedad, el del sistema europeo de Vigilancia
miedo, la angustia, la desesperación de Fronteras, cuyo objetivo es preve-
y la muerte. a esa ausencia de colo- nir la inmigración irregular, el cri-
res el autor quiere subrayar para los men transfronterizo y las muertes en
inmigrantes el color de la esperanza. y el mar; o, como también se ha ex-
es la esperanza la que permea los di- presado: mejorar la detección, pre-
versos apartados del presente libro. vención y lucha contra la inmigra-
agrelo hace una seria reflexión ción irregular y la delincuencia
sobre la Carta de los derechos Hu- organizada. argumenta su denuncia
manos y suplica que esos derechos porque: 1) se asocia la inmigración
alcancen a todos sin distinción de al crimen y a la delincuencia, y esto
raza, credo, color, idioma, nación u favorece los sentimientos xenófobos.
opinión, y sean respetados «para to- 2) Prevé la colaboración de las auto-
dos» por igual, y más para aquellos ridades en un intercambio de infor-
que, por ser especialmente vulnera- mación que puede lesionar la protec-
bles, han de ser más protegidos. des- ción de datos de los inmigrantes. 3)
de la diócesis del Tánger, al sur de Privilegia objetivos de control y re-
europa, se ve cómo se vulneran estos presión, lo que hará fácil la violación
derechos de la forma más flagrante. de los derechos de los inmigrantes,
Nadie puede considerarse respetuoso incluido el derecho a la vida.

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recensiones 189

en suma, a las necesidades y es- dadera fraternidad y caemos en un


peranzas de los inmigrantes se res- comportamiento hipócrita, según
ponde con medidas represivas, has- las palabras del papa Francisco en
ta el punto de perder la vida. agrelo lampedusa.
hace denuncias muy concretas, Termina con una carta al defen-
como la presencia de cuchillas en las sor del Pueblo en 2014, donde de-
vallas de Ceuta y melilla; denuncia nuncia la situación de los inmigran-
además la obsesión por la seguridad tes desde el lugar de privilegio que
de unos a costa de la integridad e in- le da la proximidad y el conoci-
cluso la pérdida de la vida de otros. miento de la diócesis de Tánger y su
denuncia la mala política de acogida condición de miembro de la iglesia
a unas personas que se ven forzadas a de marruecos. Pero la escribe desde
llegar a nuestras fronteras por las la legalidad, desde la racionalidad al
condiciones infrahumanas de los pa- dirigirse a una institución de un es-
íses de origen. y así un largo etcétera tado laico, donde hace propuestas
de situaciones que, desde su conoci- muy concretas en beneficio de la
miento y sensibilidad como pastor población inmigrante.
de la iglesia, conoce y sufre muy de animamos a la lectura completa
cerca; situaciones que hacen que de las páginas de un libro testimo-
muchos miles de personas no lle- nial, de alguien que se siente inter-
guen a ver cumplido sus sueños. los pelado por una tragedia sin fin que
inmigrantes se enfrentan a un mar, a no se puede silenciar; el objetivo de
unas cuchillas y a todos los peligros la publicación es precisamente teñir
imaginables, para buscar algo mejor; una realidad muy oscura del color
y no solo no lo encuentran, sino que de la esperanza. un material intere-
pierden la vida en el intento. sante para trabajar en grupos de for-
y ante esto no podemos «escu- mación cristiana. lo recomendamos
rrir el bulto» y no sentirnos respon- desde aquí.
sables; si no reaccionamos, es que Rosario Paniagua Fernández
hemos perdido el sentido de la ver-

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190 revista sal terrae

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toral, bíblica, espiritual, moral, práctica), iglesia, familia, sociedad, psicología.
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torial en letra redonda; 4) lugar y fecha de publicación en letra redonda y
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supuesto a partir de la segunda, en superíndice, justo a continuación del
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da (n) p. / pp.
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idioma en que éste está escrito.
Nota 2: Cuando se citen dos o más libros del mismo autor, sustitúyase, a
partir de la segunda cita, la inicial del nombre y el/los apellido (s) por id.
esta nota vale también para los apartados b, c y d de estas instrucciones pa-
ra autores.
Ejemplo:
d. aleiXaNdre, Las puertas de la tarde. Envejecer con esplendor, sal Terrae,
santander 20093, 170-175.
b) AL CITAR ARTÍCULOS DE REVISTA: 1) inicial (es) del nombre (con punto) y
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bre de la revista en cursiva, precedido por dos puntos (:); 4) número del vo-
lumen de la revista; 5) año de publicación entre paréntesis y coma (,) detrás;
6) número (s) de página (s) citada (s), sin que le (s) preceda (n) p. / pp.
Ejemplo:
G. BarBiero, «“un cuore spezzato e affranto tu, o dio, non lo disprezzi”.
Peccato dell’uomo e giustizia di dio nel sal 51»: Ricerche storico-bibliche 19
(2007), 157-176.
c) AL CITAR ARTÍCULO EN OBRA COLECTIVA O VOZ DE DICCIONARIO: 1) inicial
(es) del nombre (con punto) y apellido (s) del autor en letra VersaliTa, de-
jando un espacio entre la inicial y el/los apellido (s); 2) título del artículo o
voz en letra redonda y entre comillas («»); 3) precedidos por coma (,) y en,
inicial (es) del nombre (con punto) y apellido (s) del autor/editor del libro

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o diccionario en letra VersaliTa, dejando un espacio entre la inicial y el/los


apellido (s); 4) ed./eds. entre paréntesis (ed./eds.); 5) título y subtítulo (si
lo tiene) del libro o diccionario en letra cursiva; 6) nombre de la editorial
en letra redonda; 7) lugar y fecha de publicación en letra redonda y sin co-
ma entre ambas (si existe número de edición de un libro, se cita, por su-
puesto a partir de la segunda, en superíndice, justo a continuación del año
de edición); 8) precedido por coma (,) y espacio, número (s) de página (s)
citada (s), sin que le (s) preceda (n) p. / pp.
Ejemplo:
a. WéNiN, «david roi, de Goliath à Bethsabée. la figure de david dans les
livres de samuel», en l. desrousseauX – J. VermeyleN (eds.), Figures de
David à travers la Bible, Cerf, Paris 1999, 75-112.
d) AL CITAR REFERENCIAS ELECTRÓNICAS, se siguen los criterios de a, b y c, y
se añade: 1) después de autor, título, etc., y precedida y seguida por coma:
en línea; 2) dirección web; 3) día de la consulta (entre paréntesis).
Ejemplo:
J. P. FoKKelmaN, Narrative Art and Poetry in the Books of Samuel I.
King david, Van Gorcum, assen 1981, en línea,
http://www.salterrae.es/catalogo/index.php
(consulta el 14 de febrero de 2010).
10. Formato de abreviaturas de referencia habituales: Ibid. / op. cit. / art. cit. / cf. /
cap. / ss. / n. (número) / nota / vol. /vols.
11. otras indicaciones: los textos sangrados van entre comillas. se acentúan las
mayúsculas. se usan comillas bajas y, solo dentro de éstas, las comillas altas
(ejemplo: «Juan dijo: “lo sé”»). las citas bíblicas, según estos ejemplos: mt 6,1-3
/ mt 6,1-3.12-14.
12. en acentos, puntos, signos de puntuación, etc., síganse las normas de la real
academia española (http://www.rae.es/rae.html).

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