You are on page 1of 2

Vota por ti

La carrera presidencial está llegando a los límites de la ridiculez y parece que


dichos límites serán rebasados en la medida en que se llegue la fecha de
votación. Se prevé más guerra sucia, así como alianzas inimaginables.
Ante esta realidad, ¿tiene caso participar en esto?; ¿tiene algún sentido el
pensar que con nuestro voto podremos cambiar las cosas?
Día y noche repiten hasta el cansancio acerca del valor de la participación, sin
embargo está más que demostrado que el gran problema de México es su clase
política; y esto aplica para todos y cada uno de los niveles en que una posición
jerárquica o de poder manifestada por una condición gremial: así sea el líder de
la manzana; regidor; diputado; representante sindical; etc. Como sociedad
hemos sido educados con ese tipo de instrucciones: buscar un hueso o estar lo
más cercano posible a él; ya sea por medio de la manipulación - liderazgo de
grupos (desde las asociaciones estudiantiles hasta verdaderas masas), pasando
por los cerebros atrás del poder y sin olvidar a aquellos que gustan de hacer el
trabajo sucio; lo dice el Filósofo de Güémez: “En la política como en los frijoles
de olla, unos arriba, otros abajo, pero todos adentro”.
Ahora bien, quizás el hartazgo pueda provocar apatía, lo cual es bastante
comprensible, ya que las cosas no van a cambiar (si, ni llegando el Peje),
entonces retomando la pregunta que la sociedad se hizo una y otra vez durante
las décadas del priísmo: ¿para que votar?, sobre todo si ninguna de las
opciones realmente no convence ni conviene, sobre todo si quedó demostrado
que el voto útil y el voto de castigo sirven… pero para cometer errores.
Estando en esta encrucijada, parece fácil dejarse llevar por esto y no votar…
claro, además el 2 de julio es muy probable que el calor vaya a estar pesado… y
habrá ley seca…
Entonces, ¿cómo comunicarles a los candidatos que ninguno de ellos me
convence?, ¿cómo hacerle saber al sistema que no se está de acuerdo con él?
¿Con el abstencionismo?, no lo creo, más bien no asistiendo demostraríamos
apatía y pereza.
En inicio uno pudiera pensar que anulando el voto de forma inteligente (poner la
leyenda: voto nulo) se podría escuchar la inconformidad, sin embargo el voto
anulado, aún y cuando cuenta, no se contempla para ser computado por el IFE,
por lo que a final de cuentas, no cuenta.
Revisando la estrategia del único candidato independiente, Víctor González,
quizás encontremos la manera. No, de ninguna manera se sugiere que se vote
por el Dr. Simi, que a final de cuentas no deja de ser una botarga de los
intereses familiares de los González Torres.
La alternativa pudiera ser lo que este señor propone: votar por la opción de
“candidato no registrado”. Y pues aquí las personas podrían votar por si mismas,
y lo más importante es que ese voto, al estar contemplado por las leyes
electorales de nuestro país, si contaría.

Así que de esta forma, votando por uno mismo, además de mandar un mensaje
al sistema, se estaría ejecutando una acción simbólica, en donde le decimos al
país que creemos en nosotros mismos, por encima de todo el andamiaje político,
que dicho sea de paso, no cree en nosotros.

Alfonso Guevara – CJZ- MTY - 1975

You might also like