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ESTUDIOS BÍBLICOS ELA:

DIOS RECUERDA
(ZACARÍAS)
Zacarías
por
Rafael Porter
ediciones las américas a.c.
APARTADO 78, PUEBLA, PUE., MÉXICO
Primera edición, 1988
© Derechos reservados,
ISBN 968-6002-69-3
CONTENIDO
1. Jehová Recuerda
(Zacarías 1:1–6)
2. La Compasión de Jehová
(Zacarías 1:7–21)
3. La Transformación de un Pueblo
(Zacarías 2–4)
4. El Castigo de la Maldad
(Zacarías 5)
5. El Juicio de las Naciones
(Zacarías 6:1–8)
6. La Coronación de Josué
(Zacarías 6:9–15)
7. ¿Lamento o Arrepentimiento?
(Zacarías 7)
8. Los Ayunos Convertidos en Fiestas
(Zacarías 8)
9. Liberación de los Enemigos Paganos
(Zacarías 9–10)
10. EL Rechazo del Buen Pastor
(Zacarías 11)
11. La Salvación de Israel
(Zacarías 12–13:6)
12. La Consumación del Programa
(Zacarías 13:7–14:21)
“JEHOVA ZACARIAS
RECUERDA”

1
OCHO CUATRO MENSAJES 7–8 DOS PROFECIAS 9–14
VISIONES 1–6
PROGRAMA DIVINO PREGUNTA ACERCA DE LOS PROGRAMA DIVINO PARA GENTILES
PARA ISRAEL AYUNOS
Introducción 1:1–6 Primer Mensaje 7:1–7 Primera Profecía 9–11
Situación del pueblo 1:1 Pregunta presentada 1–3 Juicio contra las naciones 9:1–8
Requisito para Reprensión por abuso 4–7 Llegada del Mesías de Israel 9:9
bendición 1:2–6 Segundo Mensaje 7:8–14 Bendición para Israel 9:10–10:12
Ocho Visiones Requisitos de Dios 8–10 Rechazo del Pastor Verdadero 11:1–7
Nocturnas 1:7–6:8 Respuesta del pueblo 11–12a Segunda Profecía 12–14
Varón entre los Resultados para el pueblo 12b–14 Salvación de Israel 12–13
mirtos 1:7–17 Tercer Mensaje 8:1–17 Físicamente 12:1–9
Cuatro cuernos y cuatro Promesa de restauración 1–15 Espiritualmente 12:10–13:6
carpinteros 1:18–21 Condiciones para Segunda venida del Mesías 13:7–14:2l
Varón con cordel de restauración 16–17 Sucesos preparativos 13:7–9
medir 2:1–13 Cuarto Mensaje 8:18–23 Realización 14:1–5
Purificación de Promesa de una celebración Resultados 14:6–21
Josué 3:1–10 futura 18–19
Candelabro de oro y los dos Resultado de la celebración
olivos 4:1–14 futura 20–23
Rollo volante 5:1–4
Mujer en el Efa 5:5–11
Cuatro carros 6:1–8
Coronación de
Josué 6:9–15

1
Jehová Recuerda
Zacarías 1:1–6
“Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas”.
Salmo 63:1

Cuando escribió este Salmo, David estaba en el desierto de Judá, experimentando el calor del sol y la
sed que produce la falta de agua. Su aflicción física le hizo pensar en su condición interna. Se sentía en
una sequía espiritual, lejos de Dios, del templo y de Su pueblo. Deseaba gozar de nuevo la comunión
íntima con Dios que había tenido en el pasado.
¿Ha estado usted en el desierto alguna vez? ¿Recuerda el calor del sol tan sofocante que pareciera
que no se puede aguantar, y la sequía que produce tanta sed? ¿Se acuerda que se puede andar varios días
sin encontrar ni una sola fuente de agua para refrescarse en medio de tan vasto yermo?
Aunque la mayoría de nosotros no tendremos que pasar muchos días bajo estas condiciones como lo
hizo David, lo cierto es que sí conocemos bien el desierto espiritual al cual él se refería en este salmo.

2
Algunos hemos estado largos días sufriendo bajo el calor opresivo de la angustia en este mundo, sin
gozar las aguas refrescantes que David buscaba en la presencia de Dios. lgual que el salmista, deseamos
experimentar la comunión con Dios, pero no lo hacemos por causa de nuestra condición espiritual.
Israel había pasado por una situación semejante por más de setenta años, sin pensar en Dios. Su
desierto espiritual empezó aun antes del cautiverio porque ya estaban lejos de Dios. Al fin El les castigó
por su desobediencia e idolatría mandándoles al exilio, donde se dieron cuenta de la sequía espiritual en
la que vivían. Después de setenta años de esta aflicción, Dios les había traído de nuevo a Su tierra para
que gozaran de nuevo las bendiciones que les había prometido.
Aunque habían dejado de pensar en su Dios y se habían alejado, El no se olvidó de ellos. Siempre
tuvo en cuenta a Su pueblo y su situación física y espiritual. Tenía un programa para restaurarles con la
condición de que regresaran a El. El libro de Zacarías fue escrito para presentar esta verdad a Israel y
revelar el programa de Dios para restaurarles a la comunión con El.

EL AUTOR
El autor del libro se identifica como Zacarías, contemporáneo del profeta Hageo. Por eso, el
trasfondo histórico es igual al del libro escrito por ese profeta. Trabajaron juntos para animar a los que
habían regresado del cautiverio bajo el edicto de Ciro para edificar el templo. Sin embargo, Zacarías
continúa su ministerio hasta una fecha posterior a la de Hageo.
LA SITUACION HISTORICA
Al final de los setenta años de esclavitud, 42, 360 judíos regresaron a su tierra bajo la orden expresa
del decreto de Ciro proclamado en 539 a. de C. Su primera tarea consistía en volver a establecer la
adoración de Jehová en Jerusalén. Empezaron por edificar un altar provisional en el sitio antiguo de!
templo.
ANTECEDENTES HISTORICOS
722 Caída de Israel (reino del norte) bajo Asiria.
612 Caída de Nínive (Asiria) ante una alianza de Media y Babilonia. Media compartía el dominio del
imperio con Babilonia.
605–562 Reinado de Nabucodonosor II.
605 Judá es conquistado y sojuzgado por Babilonia. Daniel y otros jóvenes son deportados.
598 Joaquín, Ezequiel y la gente principal son hechos cautivos. El período de cautiverio empieza
oficialmente.
586 Caída de Jerusalén. La mayoría del pueblo es llevado a Babilonia.
539 Decreto de Ciro rey de Persia. Ciro venció a Babilonia y cambió la política hacia los cautivos
extranjeros, permitiéndoles regresar a su tierra y restablecer la adoración nacional.
538–36 Regreso de 42,000 judíos bajo la dirección de Zorobabel (nieto de Joaquín). La mayoría estaba
cómoda en Babilonia y no quiso regresar. Zorobabel nombrado gobernador. La ciudad estaba en
ruinas. La tarea principal era reconstruir el templo. Construcción del altar y restauración de los
sacrificios (7 meses después de su llegada).
535 Colocación de los cimientos para el templo. La obra es suspendida durante 16 años debido a la
oposición de los samaritanos, quienes apelaron a Seudo-Smerdis y lograron frenar el trabajo. Tiempo
de aflicción y depresión económica. Vivían cómodos pero no hacían nada en cuanto a la
reconstrucción.
521 Principio del reinado de Darío, quien promovió el restablecimiento de las religiones nacionales de los
pueblos bajo su autoridad.

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520–19 Ministerio de Hageo. Exhortó al pueblo a la reconstrucción. Consideró que la situación
internacional anticipaba la venida del Mesías. La crisis económica fue resultado de la negligencia en
cuanto a la reconstrucción del templo. Les acusó de construir casas para ellos mismos sin interesarles
la casa de Dios. Les exhortó al arrepentimiento y 24 días después empezaron a trabajar.
519 El 24 del undécimo mes, o sea el 15 de febrero de 519, Zacarías tuvo 8 visiones (Zacarías 1:7–6:15).
518 El día 4 del noveno mes (7 de diciembre), se hace la presentación de ofrendas y son dados 4 mensajes
de Zacarías (7–8). Algunos hombres vinieron con ofrendas para la obra en Jerusalén. Trajeron dudas
en cuanto a los ayunos nacionales.
516 El 3 del último mes (12 de marzo), se dedica el templo.
515 Del 14 al 21 del mes primero (21–28 de abril), primer celebración de la Pascua en el templo
reconstruido. Durante el resto del reinado de Darío hubo paz en Jerusalén.
486–65 Asuero, esposo de Ester, reinaba en Persia.
478 Ester es coronada reina.
473 La Fiesta de Purim es establecida.
458 Regreso bajo Esdras; realiza algunas reformas.
444 Regreso bajo Nehemías para la reconstrucción de los muros de Jerusalén.
420 Fecha de las profecías de Malaquías.
331 Persia es vencida por Alejandro Magno de Grecia.

Aunque se colocaron los cimientos del templo (Esdras 3:10), la obra fue suspendida por causa de la
oposición de los samaritanos. Durante dieciséis años dejaron abandonado el proyecto. Reconstruyeron
sus casas y sus negocios, pero no volvieron a pensar en los muros de la ciudad ni en el templo.
Hageo interpretaba los eventos que se llevaban a cabo en Persia como señal de que el Mesías vendría
en poco tiempo. Antes de empezar su ministerio, Cambises había muerto y había sido reemplazado por
Seudo-Smerdis. Darío dirigió una rebelión contra el impostor para derrotarlo. Otros, pensando imitarle,
iniciaron diecinueve rebeliones contra Darío. Hageo utilizó este movimiento para motivarles a preparar
el templo antes de la llegada del Mesías.
Zacarías vivió y profetizó en Israel durante la misma época. Se observa un paralelismo de
circunstancias y de mensaje entre sus libros. La advertencia inicial de Zacarías se dio pocos días después
del tercer mensaje de Hageo. Las ocho visiones de Zacarías se presentaron dos meses después del último
mensaje de Hageo. Ya habían empezado la construcción del templo. Así que se nota que los dos profetas
colaboraron en el esfuerzo de animar al pueblo a dedicarse a terminar el trabajo que Dios les había
encomendado.
PROPOSITO Y TEMA
Para comprender mejor el mensaje de Zacarías, sería útil considerar por un momento el movimiento
profético en general. El cuadro siguiente lo presenta para recordar de manera fácil el mensaje de esos
libros dirigidos a Israel. Cada uno tenía su propio enfoque, pero esta lista le dará la idea principal de
todos. Las profecías relacionadas con las naciones paganas tienen mensajes distintos.
Al estudiar una profecía del Antiguo Testamento relacionada con Israel, identifique con la ayuda de
un buen comentario o diccionario bíblico el tiempo en que fue escrita. ¿Se escribió antes, durante, o
después del exilio? Según la época, ¿se puede identificar la situación histórica más notable que afecta el
pueblo de Dios, el propósito por el cual el profeta se dirige a ellos, y el mensaje que se utiliza para
lograrlo?
Todos los profetas que escribieron a Israel o a Judá antes o después del cautiverio, condenaban el
pecado e idoloatría en que el pueblo de Dios vivía. Se dirigían a ellos con el fin de llamarles al
arrepentimiento. La mejor forma para hacerlo era usando la amenaza del juicio venidero.

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Por otro lado, los que escribieron durante el cautiverio, o poco antes, pero desde esa misma
perspectiva, se concentraron en la destrucción y dispersión del pueblo recién ocurridas. Puesto que todo
el mundo estaba desanimado, los profetas escribieron para animarles a que confiaran en Dios y
confirmarles que El no les había desechado. Tratan de estimularlos a la fe y obediencia por medio de la
promesa de la restauración venidera.
EL MENSAJE DE LOS PROFETAS
EPOCA Pre-exílico Exílico Post -exílico
SITUACION Pecado Destrucción Regreso
Idolatría Dispersión
PROPOSITO Arrepentimiento Consuelo Reconstrucción
MENSAJE Juicio venidero Restauración Mesías venidero

Los últimos profetas escribieron después del regreso del pueblo a su tierra. Les querían animar a
reconstruir la nación, tanto física como espiritualmente. Debían reedificar sus ciudades y sus vidas para
glorificar a Dios. Les animaban a obedecer a Dios llevando a cabo la reconstrucción prometiéndoles la
venida del Mesías. Si El llegara en poco tiempo, Su pueblo debía estar preparado para Su venida.
Zacarías colaboraba con los profetas pos-exílícos animando al pueblo a reconstruir sus ciudades y
sus vidas para la gloria de Dios. Insistía en que el Mesías vendría pronto y ellos debían alistarse para Su
llegada.
El tema del libro se revela al observar los nombres mencionados en el primer versículo. El del
profeta significa “Jehová recuerda”, el de su padre Berequías, “Jehová bendecirá” y el de su abuelo
Iddo, “su tiempo asignado”. Al unir los tres, se nos indica que Jehová se acuerda de Israel y los
bendecirá en el tiempo que El ha determinado.
Este énfasis se repite con frecuencia a través del libro:
1:14 “Celé con gran celo a Jerusalén y a Sión”.
1:16 “Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia”.
1:16 “En ella será edificada mi casa”.
1:17 “Aún consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a Jerusalén”.
2:5 “Para gloria estaré en medio de ella”.
2:10 “Moraré en medio de ti”.
2:12 “Jehová … escogerá aún a Jerusalén”.
3:2 “Jehová que ha escogido a Jerusalén”.
3:8 “Yo traigo a mi siervo el Renuevo”.
8:3 “Yo he restaurado a Sión, y moraré en medio de Jerusalén”.
8:8 “Me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios”.
8:13 “Os salvaré y seréis bendición”.
8:15 “He pensado hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá”.
9:14 “Jehová será visto sobre ellos”.
9:15 “Jehová de los ejércitos los amparará” .
10:6 “Yo fortaleceré la casa de Judá…
guardaré la casa de José…
los haré volver…
de ellos tendré piedad…
serán como si no los hubiera desechado;

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porque yo soy Jehová su Dios, y los oiré”.
10:12 “Yo los fortaleceré en Jehová y caminarán en su nombre”.
13:9 “Diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios”.
14:21 “Toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos”.

Zacarías dice que se encuentran en un punto decisivo en su historia, con un nuevo principio. Han
sido castigados y ahora empiezan nuevas generaciones, relaciones con Dios, y afirmación de las
promesas. Dios les ha recordado y ha vuelto a buscar comunión con ellos; ha instituido un programa que
culminará con el cumplimiento de los pactos prometidos en los días de sus antepasados, y que finalizará
en el reino milenial.
Esta profecía se envió para animar al pueblo a que reconstruyera el templo. Contiene una descripción
detallada del juicio de las naciones paganas y de las bendiciones que resultarán para Israel. Dios quiere
establecerlos como Su pueblo una vez más. Por eso, deben arrepentirse y someterse a Su autoridad, para
que puedan experimentar las bendiciones que El les ha prometido.

JEHOVA SE ACUERDA DE ISRAEL


E INSTITUYE UN PROGRAMA
QUE RESULTARA EN EL CUMPLIMIENTO
DE LOS PACTOS
Y EL ESTABLECIMIENTO
DEL REINO MILENIAL
Zacarías es importante para la formación de la doctrina acerca del futuro. Su enseñanza es paralela a
la de Daniel. Su profecía pone énfasis en el programa de Dios para Israel, mientras que Daniel describe
el de los gentiles en el mismo período histórico. Ambos presentan el desarrollo histórico desde el
cautiverio hasta el milenio, aunque Daniel empieza con la caída de Jerusalén, y Zacarías con la salida de
la esclavitud. Los dos traslapan bastante información, pero sus puntos de vista son distintos.

ORGANIZACION DEL LIBRO


La estructura del libro se divide en tres grandes partes. Comienza con ocho visiones que revelan el
programa de Dios para Israel desde la reconstrucción del templo hasta el establecimiento del milenio (1–
6). Después, se presentan cuatro mensajes que intentan contestar las preguntas del pueblo en cuanto a la
importancia de continuar observando los ayunos nacionales que les recuerdan el castigo divino (7–8).
Finalmente, se proclaman dos profecías que revelan el programa de Dios para los gentiles por medio del
cual El restaurará a Su pueblo (9–14).
OCHO VISIONES 1–6
CUATRO MENSAJES 7–8
DOS PROFECIAS 9–14
LAS OCHO VISIONES 1–6

PROGRAMA DIVINO PARA LA RESTAURACION DE ISRAEL


Zacarías empieza con la narración de ocho visiones nocturnas vistas por él, y que presentan el
bosquejo profético del trato que Dios dará a Israel desde los días del profeta hasta el establecimiento del
reino. Intentan revelar el programa de Dios y asegurarles que Su fidelidad es inmutable y las profecías
reveladas anteriormente se cumplirán indefectiblemente.

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La Situación del Pueblo 1:1
La fecha
El autor identifica algunas de las principales circunstancias que afectaban en aquellos días la vida de
sus contemporáneos, señalando la fecha en que tuvo las visiones: en el octavo mes del segundo año de
Darío, o sea noviembre o diciembre de 520 a.C.
Darío era rey de Persia, el cuarto después de la victoria persa sobre Babilonia. Antes de él, habían
reinado Ciro, Cambises, y Seudo-Smerdis, a quien él había derrotado.
Estaban viviendo en el tiempo de los gentiles. Por eso, la nación entera de Israel no ocupaba el lugar
indicado todavía. Poco antes de esta revelación, el pueblo remanente que había regresado a su tierra con
Zorobabel, había empezado a reconstruir el templo por segunda vez.

El autor
El primer versículo parece que es nada más una observación histórica para presentar al profeta
Zacarías y su parentesco. Sin embargo, para el lector hebreo, el significado de los nombres llamaría su
atención inmediatamente. Al contemplar estos nombres juntos, se les estaba comunicando un resumen
del mensaje del libro. Los nombres son verídicos pero Dios los había diseñado de tal manera que al
unirlos, se haría resaltar el mensaje que El quería comunicar.
El nombre Zacarías significa “Jehová recuerda”, que es el mensaje central que proclamaba
continuamente. Su padre era Berequías, que quiere decir “Jehová bendecirá”. No se encuentra ninguna
otra mención de ese nombre en ningún otro pasaje bíblico.
Su abuelo, Iddo, es mejor conocido que su padre. Se menciona entre los sacerdotes principales que
gobernaban las familias sacerdotales que regresaron del exilio a la tierra con Zorobabel y Josué en 536
a.de C. (Nehemías 12:4). Significa “Su tiempo establecido”.
Zacarías sucedió a Iddo como sacerdote y jefe de la familia (Nehemías 12:16). Fungía como profeta
y sacerdote a la vez. Había nacido en el exilio y probablemente empezó su ministerio desde que era
joven.
Este profeta fue colega y contemporáneo de Hageo. Las fechas indicadas en sus mensajes
demuestran que siguió escribiendo durante cuando menos dos años después de Hageo. Sin embargo, no
se nos indica cuándo terminó su ministerio. Los capítulos 9–14 podrían haber sido escritos mucho
después. La tradición judía indica que murió a una edad avanzada.
El estilo de escribir demuestra su interés personal en el bienestar espiritual del pueblo de Dios.
Utilizó estímulos y promesas, no regaños ni condenas. Quería ver algo más que sólo la reconstrucción
del templo. Les animaba a experimentar una renovación espiritual total (1:1–7).
El profeta aclara que el mensaje que proclamaba no era suyo. Afirma que es la Palabra de Jehová
revelada. Este testimonio representa la confirmación de la inspiración divina del libro.

¡PENSEMOS!
Antes de seguir con su estudio, tome un momento para
considerar la primera advertencia del libro (1:2–6). ¿Cuál es
el mensaje que esta sección presenta? ¿Por qué era tan
importante en ese momento histórico? ¿Cómo los encamina
hacia el propósito del libro?

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El Requisito para Recibir la Bendición 1:2–6
Las visiones se presentan después de una llamada al arrepentimiento. Hasta que el pueblo se dé
cuenta de su condición espiritual y la cambie, no experimentará las bendiciones que Dios le ha
prometido. Se le recuerda el castigo contra sus antepasados y la existencia continua de Sus leyes y le
exhorta a regresar a El.
La nación se encuentra en un punto decisivo de su historia. Se les ha presentado la oportunidad de
comenzar de nuevo. Por eso, les advierte desde el principio de la necesidad de ser obedientes.
Zacarías introduce su exhortación recordando la rebeldía de sus padres y sus consecuencias (1:2–5).
Ese recuerdo debe servirles de aviso. Han pasado los últimos setenta años en el cautiverio a causa de la
desobediencia de la generación anterior. Ahora Dios les ofrece por gracia, otra oportunidad de que se
arrepientan. En lugar de imitar a sus antepasados y sufrir las mismas consecuencias, deben hacerle caso
y seguir en Sus caminos (1:2–3).
La invitación que Dios les hace es la misma: “Volveos a mí… y yo me volveré a vosotros”. Por no
aprovechar esta invitación habían pasado por años de aflicción en manos de las naciones paganas.
Sus padres sufrieron y murieron como resultado de su contumacia. El castigo era en esencia el
mismo que habían recibido sus antepasados cuando el pueblo rechazó el consejo de Josué y Caleb en el
desierto. Esa generación murió antes de que Jehová pudiera seguir Su plan.
¿Y los profetas? ¿Qué les pasó? Ellos también padecieron y fueron muertos. Entonces, ¿cuál era la
diferencia? La palabra de Dios se había cumplido cabalmente. El escritor reconoce que los profetas del
pueblo también habían muerto, pero demuestra que el contraste verdadero estaba entre el pueblo
desobediente y el mensaje de la Palabra de Dios.
Los padres habían rehusado escuchar o creer el mensaje de los voceros de Dios. Sin embargo,
cuando Dios terminó Su castigo, nadie podía argumentar que Dios se había equivocado. El hizo al pie de
la letra todo lo que había dicho que iba a hacer; ejecutó exactamente lo que había pensado realizar a
causa de su rebeldía.
Antes de entrar en esta nueva época de restauración, tienen que darse cuenta de la importancia de
estar atentos y dispuestos a obedecer la voz de Dios. Las actitudes anteriores habían producido juicio y
muerte aun para el pueblo de Dios.
El mensaje de Zacarías es que el cumplimiento del programa presentado en su libro depende de que
ellos escuchen la voz de Dios y la obedezcan. Les exhorta a ser atentos a ella para que experimenten
toda la bendición que Dios piensa enviarles. Este mensaje se repite continuamente a través de todo el
libro.
PARA GOZAR TODAS LAS BENDICIONES
DE DIOS TENEMOS QUE OBEDECER
SU PALABRA
Al fracasar el pueblo en esta área fue la razón por la cual el plan que llevaba al reino se había
pospuesto. Si Israel hubiera escuchado y obedecido la voz de Dios, el programa trazado habría
progresado ininterrumpidamente hasta su conclusión. El libro reconoce la rebeldía del pueblo y por eso
predice parcialmente su fracaso. El deseo de Dios no puede realizarse cabalmente hasta que El dé a
Israel un nuevo corazón, y por medio de su regeneración y capacitación espiritual decidan obedecerle.

¡PENSEMOS!
Así como los descendientes de Israel en el tiempo de
Zacarías tuvieron que mirar su historia pasada para

8
aprender la importancia que tiene escuchar y obedecer la
voz de Dios para gozar de Sus bendiciones, nosotros también
debemos aprender del mismo ejemplo y de la generación de
Zacarías, quienes tampoco lograron gozar las bendiciones de
Dios por no obedecer Su Palabra.
Afortunadamente, formamos parte de un nuevo
programa de Dios. Vivimos en otra época de la historia.
Muchos de los principios para la vida cristiana son distintos
a los que Dios les dio en aquella época. Sin embargo, el
principio básico no ha cambiado: para gozar todas las
bendiciones que Dios nos quiere enviar, tenemos que
obedecer Su Palabra.
Considere su propia vida. ¿Ha puesto en práctica todo
lo que Dios le ha revelado? ¿Qué falta todavía? Identifique
algún área que no haya conformado a la voluntad revelada
de Dios para su vida. ¿Qué debe hacer esta semana para
obedecerle y gozar de Su bendición? No permita que nada le
quite el gozo que Dios le quiere enviar. Decida hoy
obedecerle en todo lo que El le pida.

2
La Compasión de Jehová
Zacarías 1:7–21
¿Cómo responde usted al enfrentarse a una iglesia que anda en el desierto? Cuando todo el mundo
vive en aridez espiritual y parece obvio que Dios no prospera la obra porque la situación no está bien,
¿qué se puede hacer? ¿Debemos darnos por vencidos y escapar, o quedarnos y pelear contra los demás?
¿Cuál será la reacción indicada?
Zacarías tuvo que enfrentarse a este problema con Israel. El pueblo había estado en un desierto
espiritual por más de setenta años, pero Dios había reunido un remanente de más de 42,000 personas
para llevarlos a la tierra de nuevo y ser restaurados. Sin embargo, pronto perdieron la visión.
Construyeron sus propias casas y empezaron a reconstruir sus vidas en la tierra prometida pero se les
olvidó la razón principal, el motivo por el cual Dios les había llevado allí. LLEGARON DURANTE
EL REINADO DE CIRO MAS DE 50,000 JUDIOS A PALESTINA DESDE BABILONIA EN
EL AÑO 538 AC Y COLOCARON LOS CIMIENTO DEL TEMPLO HASTA EL 536 AC. POR
LA OPOSICION DETUVIERON EL TRABAJO POR 15 AÑOS ( ESDRAS 1: 1-4 Y 4: 1-5 )
Durante más de quince años, el remanente que había regresado permaneció en esa condición.
Aunque Zacarías no nos indica qué estaba haciendo personalmente durante ese tiempo, como vocero fiel
de Dios, podríamos suponer que estaba inquieto por esa situación y probablemente intercedía
continuamente frente a Dios por causa de la poca visión de su pueblo. A pesar de su inquietud e
intercesión, Zacarías no había visto ningún resultado durante estos quince años.

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ZACARIAS AL IGUAL QUE HAGEO , EXHORTO AL PUEBLO A TERMINAR LA
VISION DE DIOS DE TERMINAR EL TEMPLO, LO CUAL HICIERON EN EL AÑO 516 AC.
Finalmente, Dios le respondió por medio de una serie de ocho visiones nocturnas (1:7–6:8) en una
sola noche. Se debe observar que se emplea la expresión “vi” en lugar de “soñe”, pues esta fue una
visión, no un sueño. Por medio de ellas, Dios presenta el bosquejo de Su programa para Israel desde la
edificación del templo hasta el reino milenial.

EL VARON ENTRE LOS MIRTOS 1:7–17


La primera se presenta como una introducción a las siguientes. Zacarías estaba inquieto porque
observaba la condición desolada del pueblo y notaba que nadie más se preocupaba. Tanto las naciones
paganas en derredor como el mismo pueblo de Dios estaban contentos.
Dios utiliza la visión del hombre entre los mirtos para comunicarle que El está consciente de la
situación, El sabe cómo están y promete restaurarles. Las otras siete visiones trazan el programa divino
para realizar la renovación del pueblo.
La visión del varón entre los mirtos reconoce la condición de Israel, que en ese tiempo se hallaba
caído y esparcido, y les promete salvación. Su mensaje se presenta en breve en las palabras de
consolación al final (1:14–17). Se les asegura del amor de Jehová para ellos y les promete que El
manifestará Su amor al restaurar y prosperar a Jerusalén. La profecía se refiere a una acción inmediata
en ese tiempo, pero también, a la restauración final.
Esta promesa sirve para presentar la idea principal del libro, la cual debe motivarles a colaborar en la
reconstrucción del templo, conforme al propósito inmediato de Dios. Se incluye como parte de ella la
afirmación: “En ella será edificada mi casa” (1:16).
Descripción de la Visión 1:7–11
Los indicios que el autor da acerca de la fecha de la primera visión, la relacionan con el gobierno
pagano de Persia. Se puede deducir que la recibió durante el tiempo de los gentiles después del
ministerio revelado de Hageo, durante la edificación del templo (7a). Zacarías se presenta como el
destinatario de esta visión. El mensaje no proviene de él, sino que es una revelación que Jehová le envió
(7b).
El personaje principal en la visión es un hombre montado sobre un caballo alazán. Aunque se discute
la identidad del varón, lo más probable es que se trata del Angel de Jehová. La evidencia principal a
favor de ello, es el énfasis que se le da como figura central. Zacarías se fija en él antes que en todos los
participantes de la escena de los mirtos (8).
El caballo estaba en medio de los mirtos, que representan la nación de Israel. El Angel de Jehová
estaba en medio de ellos para manifestar Su relación con ellos. Los mirtos estaban en la “hondura”. La
raíz de la palabra en el idioma original se refiere a un abismo o a la profundidad del mar y aquí se utiliza
para presentar el cuadro del profundo estado de pecado y humillación en el cual Israel se hallaba metido.
Detrás del Angel de Jehová está un grupo de hombres montados a caballo. No se hace referencia
específica a los hombres, para no distraer la atención del personaje principal. El color de los caballos es
significativo. El alazán representa la venganza de sangre o juicio. No se tiene el significado exacto de la
palabra traducida “overo”. Parece referirse a la mezcla de los dos colores mencionados en los otros
caballos. El blanco se utiliza para denotar victoria y gloria.
Así que los caballos alazanes demuestran que el Señor castigará las naciones paganas que han
maltratado a Su pueblo. Los overos indican que el juicio estará mezclado con Su misericordia. Los
caballos blancos hacen referencia a Su victoria sobre el mundo entero. Estos elementos específicos de la
visión en sí se encuentran elaborados en la explicación que da el profeta.

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Zacarías quiere saber el significado de la visión y el ángel promete enseñarle lo que significa (9).
Primero se le explica la comisión que el contingente había recibido: se les envió para rondar la tierra
(10). La palabra empleada es una expresión militar que describe una patrulla enviada a reconocer las
condiciones existentes más adelante para facilitar la planificación de movimientos futuros. Jehová no
tiene que enviar un grupo semejante para conocer las actividades en la tierra, pero la visión demuestra
que Dios ha recogido la información necesaria para mantenerse al tanto de los eventos en todo tiempo.
La patrulla representa los agentes divinos que recogen estos datos.
Se le informa que toda la tierra está reposada y quieta; está en paz (11). Sin embargo, esta condición
va en contra de la normalidad. Contradice también la profecía anunciada en Hageo 2. Se había
profetizado poco antes que habría una conmoción de naciones. Esta profecía no se había cumplido.
El reinado de Darío empezó así, pero él logró tomar control del imperio y todo quedó quieto. No era
el tiempo todavía para el cumplimiento de esta promesa porque Israel no estaba listo todavía.
El informe fue inquietante porque aunque la tierra estaba tranquila, Israel no estaba en control de su
tierra. El hecho de esta quietud indicaría que Dios no había realizado Su plan para la restauración de
Israel. Tal situación traía tristeza a la nación y le dio al Angel de Jehová la oportunidad de interceder a
favor de Su pueblo.
Intercesión por Causa de la Visión 1:12
Frente a la tranquilidad de las naciones paganas y el incumplimiento aparente de la promesa de Dios,
el Angel de Jehová intercede por Israel delante del Padre, pidiendo Su misericordia para con el pueblo.
Espera la hora cuando de nuevo Dios verá a Israel con afecto y cuando ya no esté enojado con ellos.
Al notar que el Angel de Jehová se presenta como Dios mismo en el Antiguo Testamento y que
aparece aquí intercediendo por Su pueblo, nos da idea de un paralelismo con la obra intercesora del
Señor Jesucristo a favor de nosotros (Romanos 8:34; 1 Timoteo 2:5; Hebreos 7:25; 9:24; 1 Juan 2:1).
Nunca se hace ciego en cuanto a nuestro pecado, pero intercede en base a Su propia obra y misericordia.

¡PENSEMOS!
Considere el paralelismo mencionado entre la
intercesión del Angel de Jehová y la obra intercesora de
Cristo a favor de nosotros. Haga una lista de las semejanzas
entre estas dos obras.
¿Por qué se mencionó esta obra a estas alturas en el
libro de Zacarías? ¿Qué quería lograr Dios en la vida de
ellos? ¿Qué diferencia debe producir la obra intercesora de
Cristo en nuestra vida hoy?

Proclamación en Base a la Visión 1:13–17


Respuesta de consuelo 1:13
Dios respondió a la intercesión del Angel con palabras que se consideran buenas y consoladoras
(13). Las palabras de consuelo que se le dan al Angel se encuentran en el siguiente mensaje que Zacarías
debía proclamar al pueblo. La intercesión del Angel se presentó a favor de Su pueblo y ellos debían
recibir la respuesta de Dios por medio del mensaje que el profeta proclamaba.
Actitud de Jehová en cuanto a Su pueblo 1:14
Jehová tiene celos por Jerusalén. Esta actitud muestra el gran amor e interés de Dios a favor del
pueblo. Aunque El ha utilizado las naciones paganas para disciplinarlos a causa de su desobediencia,

11
todavía les ama y espera renovar Su comunión con ellos. Dios nunca ha renunciado a este deseo. El
sigue manifestando lo mismo hoy día.
Se observa que el motivo de la disciplina que el Señor envió contra Israel fue precisamente por su
amor para ellos. Dios, como Padre que ama a Sus hijos manda Ia corrección indicada para el bien de
ellos. De la misma manera actúa para con nosotros, nos corrige porque nos ama buscando siempre lo
mejor.
DIOS NO HA RECHAZADO A ISRAEL
SINO QUE ESTA INTERESADO
EN SU BIENESTAR
Actitud de Jehová en cuanto a las naciones paganas 1:15
El enojo extremo de Jehová con esas naciones se manifestó claramente. Se esperaba que al darse
cuenta de ello, se arrepentirían y corregirían su camino. Sin embargo, rehusaron la disciplina y así se
hicieron acreedores al juicio divino, Vivían tranquilamente sin ninguna preocupación, no les interesaba
lo que Dios pensara ni hiciera. No le tomaron en cuenta. Por lo tanto, El les castigaría.
El contexto indica que su falta principal tenía que ver con el maltrato que habían dado al pueblo de
Dios. El plan de Dios fue utilizar estas naciones paganas para corregir a Israel. Sin embargo, las
naciones tenían sus propios intereses. Se les pasó la mano y buscaban la destrucción de Israel y su Dios.
Es por eso que el Señor tuvo que intervenir y demostrar que El es el Soberano del universo, pero al ser
ignorado por ellos, tuvo que juzgarles.

Promesa de Jehová en cuanto a Israel 1:16–17


Motivado por Su amor hacia Israel y el enojo contra las naciones, Dios empezó un programa de
restauración para Su pueblo que incluía el castigo de sus enemigos. Las actitudes de Dios produjeron
una respuesta que resulto en acción.
La restauración se basa en la manifestación de la misericordia de Dios hacia Jerusalén. El templo y
la ciudad serían reconstruidos. Esta bendición de Dios sobre ellos, resultaría en la obediencia para
edificar el templo. Prosperidad, consuelo y bendición serían la herencia de Israel traídas por la
compasión de Dios.
DIOS HA DISEÑADO
UN PLAN PARA RESTAURAR
Y BENDECIR A ISRAEL
El mensaje de esta primera visión y de todo el libro se encuentra resumido en la proclamación de
Zacarías al pueblo. Se presentan tres mensajes distintos con objeto de traer consuelo a Israel:
1. El amor de Dios (14).
2. El juicio de las naciones paganas, a pesar de las apariencias (15).
3. La restauración de Israel (16–17).
3 eventos futuros (16).
(1) Regreso de Jehová a Jerusalén con misericordia.
(2) Reconstrucción del templo.
(3) Reconstrucción de Jerusalén.
3 condiciones futuras (17).
(1) Prosperidad y expansión.
(2) Consuelo para Sión de parte de Jehová. Salvación de sus enemigos. Ayuda en sus necesidades.
(3) Elección de Israel de parte de Jehová. Aceptación como el pueblo elegido de Dios.

12
Aunque esta visión tiene que ver directamente con el plan de Dios para Su pueblo Israel, Su
naturaleza, que nunca cambia, y Su relación con el pueblo hoy, demuestran que podemos aprender
algunas lecciones para nuestra vida también. Entre otras, podemos observar la grandeza del amor de
Dios para con ellos. Aun cuando andemos en un desierto espiritual, lejos de Dios, El nos ama y busca
nuestro bien.
Zacarías, quien probablemente había intercedido por el pueblo durante más de quince años, mientras
estaban desinteresados en la voluntad de Dios, recibió lo que pedía y se dio cuenta de que siempre había
estado intercediendo junto a él el Angel de Jehová. Dios tenía mayor interés que el profeta en restaurar
Su pueblo. No debemos darnos por vencidos; podemos confiar en la fidelidad de Dios para llevar a cabo
Sus propósitos en relación con Su pueblo.
El hombre que busca la voluntad del Señor, tiene una perspectiva distinta a la de los demás; observa
verdades que los demás no logran comprender. Desafortunadamente, el que recibe esta clase de
revelación muchas veces la recibe a solas, pues no existen muchos que busquen esa comunión con Dios.
A pesar de las apariencias en contra, Dios está controlando todo. El tiene un plan para el futuro de
Su pueblo y nadie puede evitarlo. Más vale averiguar Su plan y colaborar con El en su realización; los
que se opongan sufrirán juicio.

¡PENSEMOS!
Estas lecciones, y tal vez alguna otra que usted ha
observado en este pasaje, deben animarnos a someternos a
Dios y a Su plan para nuestra vida también. Repase una vez
más la visión y los principios observados. Identifique alguno
de estos que usted debe aplicar en su propia vida. ¿Qué
pasos debe tomar para poner en práctica la lección
aprendida?

CUATRO CUERNOS Y CUATRO CARPINTEROS 1:18–21


La visión de los cuatro cuernos y cuatro carpinteros presenta a los reyes paganos que Dios utilizó
para conquistar a Israel, quienes se enfrentan a cuatro salvadores que Dios utilizaría para rescatar a
Israel y castigar a sus enemigos.
Cuatro Cuernos 1:18–19
El cuerno es el símbolo de poder. Este significado se deriva de los toros y otros animales cuya fuerza
reside en sus cuernos (Miqueas 4:13; Daniel 8:3–4). Representan a las naciones poderosas que habían
esparcido a Israel: probablemente Babilonia, Persia, Grecia y Roma (Daniel 2 y 7).
Cuatro Carpinteros 1:20–21
La palabra empleada para introducir los cuatro “carpinteros” podría referirse a cualquier artesano
que trabaja con madera, piedra o metal y son los intrumentos que Dios utiliza para despedazar los
cuernos. Si los cuatro cuernos representan las naciones mencionadas antes, históricamente se pueden
identificar los cuatro carpinteros como sigue:
Nación fuerte: Instrumento que destruye:
Babilonia Persia
Persia Grecia
Grecia Roma
Roma Cristo

13
Algunos comentaristas creen que el último carpintero sería la nación que provocó la caída de Roma,
es decir, Galia. Sin embargo, se debe notar que estas visiones no contemplan el rechazo de Cristo en Su
primera venida. El programa se presenta tal como habría sucedido si Israel hubiera escuchado la
advertencia de 1:1–6. Daniel también atribuye su destrucción al ministerio del Mesías. Por eso, parece
mejor considerar la caída del imperio romano como una manera de pasar su dominio a las naciones
posteriores, que todavía mantienen el poder en el mundo y que serán organizada antes de que Jesús
regrese. Ese gobierno será destruido por la obra del Mesías.
En realidad, no importa tanto la identificación específica de cada nación, porque existen diferencias
de opinión al respecto; lo más importante es el mensaje de esta visión. Dios ha elegido los instrumentos
para controlar a Israel. Sin embargo, para cada uno de ellos, El levantará otro que lo destruirá y al final
salvará a Israel de los enemigos que quieren destruirle.
Aun cuando vengan los enemigos del pueblo de Dios para dispersarles, Dios manifiesta Su control
de la historia. Para cada enemigo, El tiene preparada una salida. Nadie puede tocar a Su pueblo y salir
ileso. Las naciones que se sentían cómodas y en paz (1:11), serían aterrorizadas y derribadas.
DIOS NO HA SIDO DERROTADO.
QUIENES SE OPONEN
A SU PUEBLO RECIBIRAN
LA RECOMPENSA INDICADA.
El caso de Israel en aquel tiempo, se aplica al pueblo de Dios hoy en día también. Dios ama a la
iglesia. Quien quiera hacerle daño tendrá que enfrentarse con el Señor, quien se encarga de defender a
Sus hijos.

¡PENSEMOS!
Esta segunda visión presenta dos grandes verdades.
Primero, Dios está en control de la historia. Aunque las
naciones logren derribar al pueblo de Dios, El no será
derrotado. En segundo lugar, se nota el interés de Dios en Su
pueblo. Quienes se opongan a ellos, tendrán que enfrentarse
a El.
Aunque la visión se dirige a Israel y tiene que ver con las
promesas de Dios para ellos, El sigue manifestando el mismo
interés en Su pueblo actual, la iglesia. Si estas verdades se
aplican a nosotros, ¿cuáles son las implicaciones? Señale dos
clases de respuestas: las promesas o bendiciones que tenemos
hoy en base a estas verdades y los cambios que debemos
efectuar en nuestro estilo de vida.

3
La Transformación de un Pueblo
Zacarías 2–4

14
¿Cuál es la diferencia entre el mensaje del Antiguo Testamento y el del Nuevo? Al hacer esta
pregunta a los evangélicos que asisten a nuestras iglesias y que se supone conocen bien su Biblia, ¿qué
contestan? ¿Cómo responde usted?
La gran mayoría contesta que el Antiguo Testamento enseña un sistema de leyes, mientras que el
Nuevo presenta la gracia. Muchos suponen que esta distinción incluye el concepto de la salvación. Los
santos del Antiguo Testamento fueron salvos por la ley, pero los del Nuevo Testamento por la fe en
Cristo.
Zacarías demuestra lo que todo el Antiguo Testamento afirma. La gracia de Dios no empezó a
manifestarse en el Nuevo Testamento. Pablo declaró en Romanos 4 que todo hombre que ha recibido la
vida eterna desde el principio del mundo, lo ha hecho por fe, sin ningún mérito propio. Esta doctrina no
es nueva.
Al estudiar las siguientes tres visiones, veremos que Israel también fue limpiado por la gracia de
Dios. Sus vestidos contaminados de pecado fueron quitados y el Señor les dio nuevas vestiduras blancas,
sin ningún merecimiento personal. Como resultado de esa manifestación de la gracia de Dios para ellos,
debían ser una luz entre las naciones para mostrarles el camino hacia Dios, utilizando el poder que el
Espíritu de Dios les había dado.
Las ocho visiones predicen el programa de Dios para la restauración de Su pueblo (Zacarías 1–6).
Antes de presentar la primera, el profeta identifica el principio fundamental de la promesa de Dios para
Israel. Les recuerda que para gozar de las bendiciones que Dios les había prometido, tendrían que
escucharle y obedecer Su Palabra (1:1–6).
La primera visión introduce la verdad principal que es explicada con más detalles en las demás
visiones (1:7–17). Dios ha recordado a Su pueblo Israel y empieza un programa que resultará en el
cumplimiento total de las promesas que les ha confirmado. Su plan les llevará desde su estado de
pequeño remanente recién regresado del cautiverio hasta el establecimiento del reino milenial.
La segunda, describe el primer paso en ese proceso (1:18–21). Dios controla la historia. Como Rey
Soberano del universo, El había utilizado a cuatro potencias mundiales para corregir a Su pueblo. Sin
embargo, como fueron demasiado severas, trajo cuatro potencias para derrotar a cada una de ellas. Así
que Dios se ha encargado de eliminar a los enemigos de Israel.
VISION DEL VARON CON UN CORDEL DE MEDIR 2:1–13
Esta presenta el paso siguiente en el plan divino: la restauración final y expansión de Jerusalén. Las
ciudades crecerían increíblemente, en este caso se refiere a un crecimiento deseable y grato. Contarán
además con la presencia del Mesías en medio de ellos. El cumplimiento absoluto de esta visión se
realizará en el milenio, pero parcialmente se cumplió cuando la ciudad se expandió en días de Zacarías.
De modo que las primeras tres visiones indican claramente que el plan de Dios para Su pueblo incluía la
restauración física de la nación.
La Visión 2:1–5
Zacarías vio un joven con un cordel de medir en la mano. Cuando le preguntó adónde iba, el joven
respondió que iba a medir Jerusalén y ver hasta dónde se extendían sus límites. Entonces se relata una
consulta angelical. El ángel que interpretaba las visiones salió para informar al joven que no se
preocupara por los límites porque la ciudad iba a rebasarlos de todos modos (2:1–4a).
Esta visión confirma que Jerusalén sería reconstruida y rebasaría el espacio indicado por los límites
territoriales (cap. 1:16). El Señor se compromete a proveer la seguridad para esta ciudad sin muros y
promete habitar en medio de ellos nuevamente (2:4b–5).
LA VISION INDICA QUE
LA TIERRA SERA REPOBLADA

15
Y QUE DIOS HABITARA ENTRE ELLOS
La Petición 2:6–13
La visión produjo una petición distinta proveniente de cada uno de los tres grupos. Los oyentes
debían identificar la respuesta lógica para ellos dependiendo del grupo a que pertenecían.
A los que estaban en Babilonia les advirtió que escaparan de ese lugar del norte. Dios había utilizado
esa tierra para efectuar el cautiverio allí pero ahora ese había terminado (2:6–9). El contexto del pasaje
da dos bases para la exhortación:
1. El juicio contra Babilonia (7–9).
2. La seguridad en la tierra (5, 10–12).
A los que estaban en Jerusalén les pidió que se regocijaran porque Dios había prometido su
restauración (2:10–12). El motivo de tanto júbilo es que Dios volverá a habitar en medio de ellos. Antes
de su pecado e idolatría, Su presencia había sido el distintivo de la nación de Israel. Por causa de su
pecado, El les había dejado. Ahora, El volvería a habitar en medio de ellos, lo cual debía ser un motivo
de gran alegría (10).
Se hace la observación de que el fruto de la presencia de Dios en medio de ellos cumplirá Su
propósito misionero por primera vez en su historia. Por ellos, muchas naciones paganas, los gentiles se
unirán a Jehová, y se identificarán como Su pueblo también (11). Entonces, Dios tomará posesión de
todos y manifestará Su favor (12). Estas promesas han quedado pendientes hasta el día de hoy, en espera
del establecimiento del reino, debido a la incredulidad y rebeldía de Israel y su falta en cumplir con la
condición establecida en 1:1–6.
Finalmente, le advierte a toda carne, en base a esta visión, que todo el mundo debe estar quieto y
reverente (2:13). Dios está en movimiento y va a hacer una gran obra.
Debemos tomar nota de la grandeza de las promesas de Dios para Su pueblo. ¡Qué misericordioso ha
sido Dios con ellos! Su amor y gracia siguen vigentes a pesar de todo lo malo que han hecho.

¡PENSEMOS!
Esta visión provoca dos preguntas de gran importancia.
En primer lugar, ¿qué se puede esperar para Israel hoy?
¿Habrá todavía un plan divino para el futuro de Israel?
¿Los ama todavía Dios? ¿Los habrá abandonado? Considere
estas preguntas a la luz de Romanos 11:1–2, 11–12, 23–29.
La segunda es, ¿qué tendrán que ver estas promesas con
nosotros hoy? Aunque no se dirigieron a la iglesia,
demuestran que Dios tiene un interés en Su pueblo que va
más allá de una salvación eterna en el futuro. También está
interesado en el estado actual de Sus hijos. Le interesa a Dios
lo que nos haga daño, tanto hoy como en tiempo de Zacarías.
¿Qué diferencia debe producir este conocimiento en nuestra
vida hoy? ¿Cómo debemos responder frente a este cuidado
divino hacia nosotros.?

PURIFICACION DE JOSUE 3:1–10

16
Las primeras tres visiones dirigieron nuestra atención hacia la restauración física de Israel. La cuarta
visión cambia el énfasis con el fin de señalar la transformación interna que debe producirse en ellos y
que les capacitará para gozar estas bendiciones de la mano de Dios.
La obra divina en ellos se basa en la regeneración espiritual. Israel tiene que ser purificado por la gracia
de Dios. Dios le quita la vestidura sucia, acalla los ataques del acusador, y le provee de nueva ropa
blanca. En fin, por la obra de Dios, la nación será purificada y restaurada a su posición de privilegio.
Porque no vivimos en Israel con su sistema de sacerdocio continuo, podemos leer este pasaje sin
reconocer el significado de este suceso. La purificación de Josué, el sumo sacerdote, representa la
limpieza de la nación entera. Se refiere a su restauración como nación sacerdotal establecida por Dios
delante de todas las otras naciones. Es una figura que ilustra el cuadro completo de su restauración y
redención.
Descripción de la Visión 3:1–7
Juicio de Josué 3:1–3
Al descorrerse el imaginario telón, aparece en el escenario un tribunal, y nos encontramos
observando los eventos de este caso tan importante. Josué, representante de la nación, estaba delante del
Angel de Jehová. Como se podría imaginar, Satanás el Acusador, estaba presente para hacer su trabajo y
atacar al pueblo de Dios. Literalmente, el pasaje en el idioma original dice que Satanás estaba
“satanizando”, o sea, actuando como fiscal.
El Angel de Jehová, quien tenía todo el derecho de juzgar al pueblo, reprendió a Satanás. No debía
intentar destruir a Su pueblo, por quien este mismo Angel iba a morir. Si Cristo es el que justifica,
¿quién le puede condenar? (Romanos 8:31–35).
Tome nota de la implicación de la doctrina de la Trinidad que se encuentra en este pasaje (3:2) del
Antiguo Testamento. Mientras el Angel de Jehová hablaba, el texto dice: “Jehová dijo”. Además, El que
hablaba, que se identificó como “Jehová” dice “Jehová te reprenda”, refiriéndose a una tercera persona,
lo cual parece una forma extraña de hacerlo, si no conociéramos la doctrina mencionada.
Por último, el Angel explicó el motivo de esta reprensión para eliminar cualquier duda (3:2b).
Jehová había elegido a Jerusalén. Había salvado lo que había sido destinado a destrucción, en el
momento justo, antes de que las llamas la destruyeran.
Dios reprende al Acusador porque por Su gracia había preservado la ciudad, aunque sabía que
merecía ser exterminada. Fue motivado por gracia; Satanás no tenía por qué acusarlos. El Angel le llama
la atención por intentar condenar lo que Dios había decidido salvar.
Al describir la condición de Josué, nos damos cuenta de que está vestido con ropa sucia (3:3). Puesto
que Josué representa al resto del pueblo, la descripción empleada en el idioma original se refiere a la
clase de suciedad más fea que se pueda imaginar; la contaminación está completa.
Transformación de Josué 3:4–5
El amor de Dios para Su pueblo se observa en el cambio total que efectuó en ellos, a pesar de su
incapacidad y falta de méritos. Primero se le quita a Josué la vestidura contaminada (3:4). Este acto
corresponde a la eliminación de culpa. A la vez, les promete una vestidura pura que equivale a la
provisión de la justicia de Dios.
DIOS LES QUITO EL PECADO
Y LES PROVEYO ROPA DE GALA
Después, Dios dio el mandato de traer a Josué su nueva vestidura limpia (3:5), que era una toga
formal o vestido de gala. La mitra era un turbante, importante para Zacarías porque era símbolo de la
aceptación de Israel delante de Jehová (Exodo 28:36–38).
Exhortación para Josué 3:6–7

17
En base a la obra que Dios había realizado por Su gracia, el Angel amonestó a Josué, recordándole
de nuevo la importancia de la obediencia para gozar las bendiciones de Dios. Note que esta exhortación
no se le entregó antes de haber sido purificado por la Divinidad. Dios no exige al hombre natural con
“vestiduras” contaminadas que viva como cristiano. ¡Sólo el que ha sido transformado por la obra de
Dios puede entender y cumplir los requerimientos que El exige de Su pueblo redimido!
Las condiciones que Dios presentó al sumo sacerdote eran de dos tipos. En cuanto a su vida en
general, debía andar en los caminos que Dios le había señalado. En su ministerio, debía cumplir
cabalmente con todo lo ordenado por el Señor.
Si era fiel en estas dos áreas, recibiría las promesas. Las dos primeras se referían a su autoridad en el
templo. Dios le daría poder para gobernar en el santuario y el privilegio de cuidarlo. Además, se le
prometió acceso a la presencia del Señor. Esto implicaba la restauración completa del sacerdocio,
incluyendo la posibilidad, juntamente con los ángeles, de tener comunión con Dios. A través del
sacerdote, el pueblo entero podría acercarse a Jehová también. En fin, la obediencia en la vida y en el
servicio a Dios resultaría en tener autoridad aquí en la tierra y entrada a la presencia de Dios.
Promesa de la Venida del Mesías 3:8–10
La promesa 3:8–9a
El sumo sacerdote Josué y sus colegas se presentaron delante del Angel de Jehová como “hombres
simbólicos”. Era la señal para confirmar la promesa de que Dios mandaría otro. Enviaría Su siervo, el
Renuevo (3:8).
¿A quiénes se refieren estos nombres? Estas dos figuras aparecen juntas en Isaías 52:13; 53:2 y 11,
donde se describe el sufrimiento del Mesías. “Mi siervo” aparece de nuevo en Isaías 42:1 como una
descripción del Mesías. “El Renuevo” se emplea en Isaías 11:1 y en Jeremías 23:5–6 para describirlo
también. Zacarías utiliza en repetidas ocasiones los conceptos de los profetas mayores, así como otras
expresiones empleadas antes por ellos.
La figura indica que la persona del Mesías empieza a crecer como una planta tierna, con un principio
débil y humilde. Pero de allí saldrá el glorioso y poderoso Rey de Israel.
Además, se le describe como “aquella piedra” (3:9a). La manera en que se refiere a esta piedra, nos
obliga a buscar en el contexto anterior una “piedra” que se hubiera puesto ante Josué. Sin embargo, no
se encuentra tal referencia.
Tres evidencias nos indican que el Mesías daría cumplimiento a esta profecía:
1. Es dada en medio de un contexto que habla del Mesías (3:8).
2. Piedra es una designación común para describir al Mesías (Génesis 49:24; Salmos 118:22, Mateo
21:42).
3. Describe a la piedra como teniendo siete ojos. Los ojos son instrumentos para el aprendizaje y la
observación. Siete representa algo completo, o la perfección. Los siete ojos, entonces, podrían indicar el
conocimiento de todas las cosas, especialmente las que están en la Tierra (4:10 y Apocalipsis 5:6).
“Yo grabaré su escultura” se utiliza, según la mayoría de los comentaristas, como una referencia a la
belleza de Cristo como Cordero sacrificial, o a sus heridas en la cruz. Este punto de vista supone que la
palabra original traducida “grabar” se utiliza con la idea de “pulir” o “tallar”.
Sin embargo, en la mayoría de estas visiones, los últimos comentarios se refieren de nuevo a los
mencionados anteriormente en ellas. En esta en particular, se ha puesto énfasis en la mitra (3:5). Todas
las partes de esta visión han sido explicadas, a excepción de la mitra. La mitra del sacerdote en Exodo
28:36–38 lleva un grabado. Por eso, parece mejor considerar esta como una referencia a ese grabado.
Según Exodo, la mitra llevaba una inscripción que decía: “Santidad a Jehová”. Esta declaración
indicaba que el sacerdote estaba apartado para el servicio ante Jehová. La mitra con su grabado,

18
representaba la aceptación del pueblo por parte de Jehová. Por eso, la piedra podría referirse a Cristo y
Su cumplimiento del ministerio de los sacerdotes, la cual es la base para que el pueblo sea aceptado por
el Señor. Este grabado está relacionado con el perdón del pecado; al final, se le quita el pecado y la
culpa.
Los resultados 3:9b–10
El primer resultado de la venida del Mesías sería eliminar la culpa (3:9b); sólo un día bastaría para
ello. En ese día, se haría realidad lo que representaba el Día de Expiación, pues Israel repitiría una
confesión como la que se indica en Zacarías 12:10 e Isaías 52:12–53:13.
El segundo resultado de Su venida sería paz y seguridad (3:10). La descripción “debajo de su vid y
debajo de su higuera” es una expresión empleada con frecuencia para referirse a seguridad y
prosperidad. Este uso es confirmado en la referencia al reinado de Salomón (1 Reyes 4:24–25) y al reino
milenial (Miqueas 4:4).

¡PENSEMOS!
No debemos perder de vista que este pasaje se dirige a
Israel. ¿Qué se le promete? Examínelo una vez más desde la
perspectiva de un judío para hacer una lista de los beneficios
que podría esperar.
En fin, notamos que Dios se va a encargar de
purificarlos y regenerarlos, de tal manera que puedan
recibir los beneficios prometidos a sus antepasados,
Abraham y sus descendientes.
El estado contaminado en que se encontraba Israel es
parecido al nuestro. Jamás podríamos presentarnos ante el
tribunal por nuestro propio mérito. Dios ha hecho provisión
para quitar nuestro vestido contaminado y colocarnos un
vestido blanco nuevo.
Al reconocer nuestro estado contaminado, ¿Qué
debemos hacer? ¿Qué puede hacer la persona que piensa
salvarse a sí mismo por buenas obras? Los que ya hemos
confiado en la obra de Dios hecha por medio de Cristo, ¿qué
debemos realiza? Identifique alguna cosa que usted tiene
que comenzar a cambiar en su vida en base a esta visión.

EL CANDELABRO DE ORO Y LOS DOS OLIVOS 4:1–14


La quinta visión es el resultado de la cuarta. La regeneración produce un testimonio público.
Después de la purificación de Israel, empezará a funcionar conforme al plan original de Dios para ellos.
Serán una luz a las naciones del mundo.
La visión del candelabro y los olivos demuestra cómo Dios capacita a Su pueblo para hacer lo que El
ha ordenado. Su función como antorcha se realizará por medio del poder del Espíritu y bajo la dirección
del Mesías. El punto de vista inmediato promete que recibirán la capacitación divina por medio de Josué
y Zorobabel y anticipa la venida del Mesías, quien unirá dos oficios en uno.
El mensaje principal dice que por medio de la enseñanza divina, Zorobabel realizará la edificación
del templo. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿Por qué utiliza Zacarías la imagen del candelabro para
representar la construcción del templo?

19
El templo era lo que distinguía la relación entre Israel y Dios de las otras religiones del mundo. Dios
habitaba en él de manera única en medio de los hombres. Sólo Israel presentaba pruebas concretas de
esta creencia. Como resultado de la presencia de Dios en medio de ellos, debían ser un testimonio, una
luz, ante los demás pueblos del mundo. El candelabro, como su luz, representaba el testimonio que
debían dar al mundo.
El candelabro es un tipo de Cristo. Juan 8:12 demuestra que es la luz del mundo; fue el instrumento
que Dios utilizó para revelarse al mundo. Israel también debía ser una luz. Era su deber y privilegio
manifestarlo. Esta función se cumplirá en forma perfecta en el reino. Ezequiel 40–48 revela que el
centro de ese testimonio será el templo reconstruido en Jerusalén.
Tenemos que recordar que el templo que pensaban construir era para participar en el programa que
terminaría en el reino milenial. Aunque Israel fue desobediente y no participó en el reino, desde la
perspectiva de Zacarías sería el templo milenial. Lo querían utilizar para el Mesías. Es por eso, que se
utilizó así esta imagen.
Descripción de la Visión 4:1–3
El profeta es despertado del sueño para que viera esta quinta visión. Vio un candelabro, todo hecho
de oro. Encima había un depósito de aceite y siete lámparas con siete tubos para proveer el aceite para
cada lámpara.
Además del candelabro había dos olivos, uno por cada lado. Los dos olivos parecen ser los que
contienen el aceite que llena los depósitos, de manera que el candelabro continúa alumbrando
sobrenaturalmente, sin ayuda humana. No se provee mayor explicación de la relación entre los olivos y
el candelabro.
Significado de la Visión 4:4–10
Cuando Zacarías le preguntó al mensajero el significado de esta visión, se le contesta con un
mensaje de ocho puntos. Se comprenden mejor si los consideramos a la luz de la introducción anterior y
estudiándolos en unión con la totalidad del pasaje.
El mensaje principal era que el templo sería completado por el poder de Dios (4:6), así como el
candelabro funcionaba sin ayuda humana. Dios daría el poder. La fuerza para lograrlo no vendría de
parte de los hombres, sin importar su plan, ni requeriría mucho esfuerzo humano. Ese es el secreto para
lograr el éxito; poder del Espíritu Santo de Dios. El se encargaría de este proyecto personalmente.
El segundo mensaje que dio el ángel fue que todo obstáculo a la obra sería quitado (7a). No hay
montaña que Dios no pueda convertir en campo liso para cumplir Su propósito. Zorobabel era el
instrumento del Señor y nada le podría parar.
El tercer establecido fue que el templo sería terminado con éxito y gozo (7b). La “primera piedra” o
“piedra clave” era la principal, la que señalaba el fin de la construcción. Esta piedra se preparó
especialmente en el taller y después la llevaron al sitio donde la colocarían en una ceremonia especial.
Esta no era la piedra del ángulo, la que apoyaba todo el edificio y que se colocaba al principio de la
obra. Aquí tenemos el último toque al proyecto. Por eso habría gozo al llegar al momento de colocarla.
Se colocó con gran gozo, con aclamaciones de “Gracia, gracia a ella”.
Cuarto, se afirma que Zorobabel terminaría el proyecto de construcción. Puesto que él lo había
principiado; también lo llevaría al fin (8–9a). Quinto, la terminación del edificio demostraría la
veracidad del mensaje de la Palabra de Dios, la cual sería cumplida (9b).
Sexto, los que menospreciaban la obra dejarían de criticar (10a) y se unirían a la alegría. Para
comprender la situación a que Zacarías se refiere, es necesario tomar en cuenta que las personas se
encontraban tristes el día que se echaron los cimientos del templo pocos meses antes (Esdras 3:12–13).
Por el contrario, ahora todos se regocijarían. Séptimo, Zorobabel gobernaría con autoridad y el resultado
sería agradable para todos (10b).

20
Por último, la sabiduría y cuidado de Dios serían exaltados (10c). Los siete ojos representan la
omnisciencia de Dios (3:9). Su mirada recorre toda la tierra. Esta expresión se utilizaba en el idioma
original para señalar el cuidado de Dios (2 Crónicas 16:8–9), quien cuidaría de Su pueblo y aplicaría a
esa tarea todos los recursos que Su gran sabiduría le provee.
Significado de los Dos Olivos 4:11–14
Zacarías manifiesta un interés profundo en el significado de,los olivos (11–13). Por eso, da una
explicación adicional en cuanto a ellos (14).
Así como el candelabro representa a Israel en comunión total con Dios, funcionando como vehículos
de luz frente a las naciones, los dos olivos representan las funciones de rey y de sacerdote. Son los
canales por los que la bendición y el poder de Dios deben correr a través de la nación y como testimonio
a todo el mundo.
Los dos olivos se presentan como “hijos de aceite”, es decir, como “ungidos”. Se señalan las
siguientes características respecto a ellos:
1. Eran dos individuos ungidos, o apartados para la obra de Dios.
2. Se encontraban en una situación de favor y de privilegio ante el Señor. Tal posición se había utilizado
para describir a Josué antes, en Zacarías 3.
3. Son tipos de Cristo, “Cristo” quiere decir “ungido”. Josué y Zorobabel se presentan a través de este
libro como tipos de Cristo.
4. Apocalipsis 11:3–4 aparentemente indica que los dos testigos cumplen esta profecía. Si se refiere a
Moisés y Elías, uno es autoridad política y el otro religiosa. Sin embargo, la pausa en medio de la cual
Juan escribió Apocalipsis no fue un período contemplado por Zacarías. Juan, tal como Zacarías, describe
los eventos que se dirigían a la venida de Cristo y al reino. Tanto los dos testigos como Josué y
Zorobabel preparan el camino para la venida del Mesías.
En este contexto, entonces, parece que Zacarías consideraba que esta profecía era una referencia a
Josué y Zorobabel. Sin embargo, tiene que reconocerse que el pasaje también tiene un segundo
cumplimiento en los dos testigos por causa de la desobediencia de Israel y del reino pospuesto. El
cumplimiento final de esta profecía se encuentra en el Mesías, quien reúne las dos características en Su
propia persona (6:9–15).
Concluimos entonces, que el mensaje de la quinta visión es que Dios dará poder a Zorobabel para la
reconstrucción del templo. Por medio de ella y el regreso de la gloría de Dios al santuario, Israel
cumplirá su función de ser luz para los gentiles. Jerusalén se convertirá en el centro del testimonio que
revelará a Dios al mundo. Esta revelación entonces, presenta el cuadro de Israel como resultado de la
restauración espiritual producida conforme a la cuarta profecía. Josué y Zorobabel fueron los dos
instrumentos que Dios utilizó en esa generación contemporánea de Zacarías para animar al pueblo hacia
esta meta.

¡PENSEMOS!
Es importante destacar, antes de sacar este pasaje de su
contexto, que la visión forma parte de un plan de Dios
diseñado para el futuro de Israel. Sin embargo, hay
principios válidos para el pueblo de Dios en caulquier época
y podemos relacionar estas verdades con nuestra vida en la
actualidad.
La regeneración no es sólo una esperanza para el futuro,
un “apagafuegos” para protegernos del peligro del infierno

21
algún día. La Palabra de Dios debe transformar nuestra
vida por el poder del Espíritu. Nos trae luz.
“Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo 5:14), no fue
dicho por primera vez por Cristo en el Nuevo Testamento.
El concepto ya se había establecido en el Antiguo, aun antes
del tiempo de Zacarías. Israel debía haber reflejado la goria
de la luz de Dios por medio de una vida transformada desde
el principio. Es triste observar que no lo hicieron.
Hoy en día, Dios nos ha encomendado esta tarea
también (Filipenses 2:15). ¿Qué diferencia debe producir
esta verdad en nuestra vida esta semana? ¿Qué acción
específica tomará usted para responder a lo que Dios le ha
enseñado en este estudio?

4
El Castigo de la Maldad
Zacarías 5
“Al ritmo en que van las cosas en este mundo, ¿dónde terminaremos?” ¿Cuántas veces nos hemos
preguntado algo semejante? La degeneración ética y espiritual en el mundo en que vivimos parece
aumentar cada vez más. A este paso, ¿cuánto más aumentará la maldad antes de que este mundo se
destruya?
¿Dónde está Dios? ¿Por qué no hace nada? ¿Por qué permite que los malos se enriquezcan, mientras
los justos sufren en mano de los opresores? Estas preguntas, semejantes a las del profeta Habacuc, nos
asaltan con frecuencia.
Zacarías las contesta en las dos visiones siguientes del programa que Dios había diseñado para la
restauración de Su pueblo Israel. Primero, explica el plan de Dios en relación con el pecado personal. El
no dejará que el pecador siga en sus transgresiones sin que reciba las consecuencias. No se puede jugar
con la ley de Dios y salir ileso. Se nos revela qué le espera a tal persona.
En segundo lugar, se presenta el plan para la religión organizada, que ha engañado a tantas personas,
desviándoles del único Dios verdadero. Ninguna persona tiene excusa delante del Señor porque todos
tienen suficiente conocimiento de El para darse cuenta de que deben someterse a el Señor (Romanos 1).
Sin embargo, no están sin culpa las religiones humanas que les han apartado de la verdad.
AI comprender el fin para la maldad humana, podemos descansar un poco frente a las inquietudes
que trae el futuro. Dios está en control del universo todavía. Todo esta bien diseñado, y los intentos de
rebeldía de los hombres no son capaces de impedir lo que Dios piensa hacer.
Este estudio debe animarnos a tomar dos decisiones importantes. Primero, a confiar en El más y
alabarle por Su plan. Segundo, a mantenernos separados de los caminos de este mundo, tanto de los que
nos conducen a seguir el pecado de otros y que se toman como normales, como a evitar los sistemas
religiosos humanos. Dios juzgará ambos en el tiempo fijado. No debemos alinearnos con ellos.
EL ROLLO VOLANTE 5:1–4
Jehová es un Dios Santo y Justo. No puede tolerar que el pecado quede sin recibir las consecuencias
indicadas; tiene que ser juzgado. Las últimas tres visiones tienen que ver con el tema del juicio. En la
sexta visión, se promete el castigo del pecado personal.

22
La visión del rollo volante revela el juicio contra el pecado. Las medidas de este rollo son iguales a
las del pórtico de Salomón y a las del templo. En la visión se aplica a la purificación que se efectuará en
Israel cuando lleguen a cumplir su función como sacerdotes de verdad. Como notamos antes, esta
transformación ocurrirá al principio del milenio.
Descripción de la Visión 5:1–2
El profeta vio un rollo volante, que era el instrumento más común para apuntar y enviar recados. Al
estar volando, era obvio que estaba activo; no estaba descansando ociosamente, sino que se encontraba
haciendo un trabajo eficaz.
El tamaño del rollo era de un poco más de nueve metros de largo por cuatro y medio de ancho; estas
medidas habrían sido reconocidas inmediatamente por los oyentes judíos, pues representaban
precisamente el tamaño del pórtico de Salomón y del lugar santo del templo, donde la gloria de Dios se
hacía más evidente. El pórtico de Salomón era donde se leía la ley, la cual era la norma para revelar la
santidad de Dios. En cualquier caso, el origen del juicio es la justicia divina.
Significado de la Visión 5:3–4
El rollo se presenta como una maldición. Su propósito era traer juicio, sobre todo en el hogar de los
ladrones y mentirosos. No eran los paganos quienes cometían este pecado. Los mentirosos juraban por el
nombre de Jehová fingiendo ser seguidores del Dios verdadero, que es justo y santo. Por eso la gente
confiaba en ellos y habían caído en sus trampas engañosas. Tales personas sufrirían las consecuencias de
sus obras, Dios destruiría sus hogares.
Al referirse a esta visión como una maldición, Zacarías debía haber recordado la enseñanza que el
Pentateuco, los cinco libros de Moisés, daba al respecto: que la ley traería bendición a los que fueran
obedientes y maldición a los que no la cumplieran (Deuteronomio 28:15; 29:18–29). Esta visión
representa el cumplimiento de esa promesa en el período inmediatamente anterior al reino.
Los pecados señalados son representativos. El robo se prohibe en el octavo mandamiento. Tiene que
ver con nuestra responsabilidad ante nuestro prójimo. Jurar falsamente en el nombre de Dios se
contempla en la prohibición de tomar Su nombre en vano. Este mandamiento tiene que ver con nuestra
responsabilidad ante Dios.
Al mencionar estos pecados, se incluye el resto de lo que la ley contiene. El Señor Jesucristo
sintetizó los mandamientos de otra manera, a semejanza de Zacarías (Mateo 22:34–40); indicando que
se pueden reducir a dos: amar a Dios de todo corazón y al prójimo como a sí mismo. Es imposible amar
a otros y robarles. A la vez, es imposible amar a Dios de todo corazón y usar Su nombre para defraudar
a los demás. Dios juzgará a todos conforme a la relación que guarden con El y con sus semejantes.
Estas faltas eran representativas porque tenían que ver con problemas que existían en el pueblo de
Dios en los días de Zacarías. Los profetas pre-exílicos especificaban las causas del juicio venidero. No
había otro tema más repetido que el juicio contra los que defraudaban y robaban a los pobres e
indefensos del pueblo. Estos mismos ofensores se escondían detrás de una manifestación externa de
amor para con Jehová. Zacarías les advirtió que no volvieran a cometer los mismos pecados.
Al final de la visión, el profeta identificó el castigo que merecían tales pecadores. Los desobedientes
serían “destruidos”. La expresión empleada en el idioma original normalmente se traduce “cortado” o
“separado”. Literalmente quiere decir ser limpiado o lavado. Esta limpieza sirve para prevenir la
contaminación de otros y para quitar su propia impureza.
DIOS NO TOLERA EL PECADO
EN MEDIO DE SU PUEBLO
El juicio presentado es semejante al rito de purificación de la lepra. La Biblia muestra
frecuentemente la semejanza que existe entre el pecado del pueblo de Dios y esa enfermedad. Los dos se

23
limpiaban por medio de la separación completa de los individuos de en medio del pueblo y la
destrucción de sus casas (Compare 4:4b con Levítico 14:45).

¡PENSEMOS!
Considere las implicaciones de esta enseñanza para la
iglesia en el día de hoy. La visión está dirigida a Israel y nos
declara la acción que Dios tomará respecto a quienes
manifiestan el pecado de quienes tomen Su nombre en vano.
Dios no tolera el pecado en Su pueblo.
¿Tendrá esta verdad del Antiguo Testamento alguna
implicación significativa para nosotros hoy? ¿Cómo
podemos relacionar este principio con la enseñanza de
Mateo 18:15–17; 1 Corintios 5; Tito 3:10–11?
¿Qué acción se debe tomar en cuanto a uno que
continuamente comete tales actos mientras profesa
pertenecer al pueblo de Dios? ¿Habrá necesidad de cambiar
la política de su iglesia al respecto?
Antes de dejar esta visión, debemos considerar nuestra
propia vida también. Observe los pecados que se identifican
en este juicio. No son los que normalmente consideramos
graves. Podrían ser actos relativamente insignificantes que
demuestran la falta de respeto para Dios o el desprecio hacia
otras personas. Para mucha gente, al menos en una escala
menor, representan el estilo de vida normal. Casi sin
pensarlo a veces, robamos o defraudamos a otros,
aprovechándonos de algún descuido de parte de ellos.
¿Habrá algún pecado en su vida que Dios le ha estado
señalando que no ha querido abandonar? Identifique el paso
que Dios quiere que tome y decida hacerlo hoy. ¡No se puede
jugar con Dios y salir ileso!

LA MUJER EN EL EFA 5:5–11


La visión de la mujer en el efa profetiza la eliminación futura de la influencia del sistema religioso
falso, que solía simbolizarse por medio de una mujer. Esta mujer fue llevada lejos del pueblo de Dios, a
Babilonia, por dos mujeres más con alas de cigüeña, un animal inmundo. Allí se estableció y se colocó
sobre una base especial.
El mensaje central parece ser que la maldad sería llevada a Babilonia. Sin embargo, quedan algunas
preguntas importantes qué contestar todavía. ¿Por qué se utilizaron los símbolos del efa y de la tapa de
plomo? ¿Por qué la llevaron a Babilonia? ¿Por qué se le daba protección, en lugar de destruirla?
LA MALDAD SERA LLEVADA
LEJOS DEL PUEBLO DE DIOS
Y SERA JUZGADA

24
Las respuestas parecen sugerir otro significado al mensaje que Dios quería manifestar. Debido a que
no se revelan más datos en relación al mensaje de la visión, se pueden hacer algunas deducciones lógicas
en cuanto a su significado. El cumplimiento exacto de estas no puede asegurarse completamente.
Esta profecía se enfoca primordialmente en el hecho de que la maldad se alejará de la tierra y del
pueblo de Dios, y no tanto en el lugar al cual será llevada. Sin embargo, se debe notar que fue puesta en
el mismo sitio donde nació la religión humana, al principio de la historia religiosa, y donde seguían
presentes todavía los sistemas religiosos falsos.
El utensilio empleado para llevar a esta mujer se llamaba efa, la unidad de medida más grande que
utilizaban los judíos. Medía aproximadamente 37 litros. Se dice que representaba “la iniquidad de ellos
en toda la tierra”. Parece que “ellos” eran los individuos mencionados en el juicio anterior (5:1–4).
El efa se presentó como símbolo de la maldad del pueblo. La figura es netamente comercial. Merece
mencionarse que en otras profecías, estos mismos pecados estaban relacionados con el comercio. Los
mercaderes, entre otros, estaban defraudando a los pobres, a las viudas y a quienes no tenían cómo
protegerse de ellos.
La mujer dentro de ese recipiente simbolizaba la iniquidad. Tome nota de que estaba sentada
cómodamente y contenta dentro del efa. No intentaba escaparse aunque se encontraba presa. Se hallaba
tranquila. Al señalar lo que ella representaba, el ángel la encerró y selló el envase con la tapa.
El efa se cerró con una tapa de plomo. No se declara el significado de ello, pero por su peso, se
utiliza como sello para evitar que escapara la mujer sentada adentro.
Enseguida, aparecen dos mujeres con alas como de cigüeña, que era un ave bien conocida en Israel.
Debido a que tiene alas fuertes, el viento en ellas le permite volar mejor. La misión de las mujeres era
llevar el efa y su contenido a la tierra de Sinar, es decir, Babilonia, donde había nacido la primera
maldad organizada contra el plan de Dios (Génesis 10–11). Ahora, al fin, es enviada a su lugar de
origen, donde le espera un lugar protegido. Le construyeron una casa y colocaron el efa sobre una base
adecuada.
Así que, aunque se presentan como instrumentos para realizar la voluntad de Dios, las dos mujeres
son identificadas con un animal inmundo para evitar al pueblo males mayores. Con frecuencia, la mujer
es presentada en las Escrituras como figura de la maldad. Este uso no lleva ninguna implicación con
relación al carácter moral de la mujer, sino que es sólo una representación utilizada por Dios
(Apocalipsis 2:20–23; 17:5; Zacarías 5).
Al final de esta visión encontramos una mujer que define a la maldad siendo trasladada a Babilonia,
su nuevo lugar de habitación. En Apocalipsis 17 se encuentra un ejemplo similar de una mujer
representando a la maldad que vive en Babilonia. Por eso, se puede deducir que esta visión predice la
eliminación de la apostasía religiosa de Israel y el establecimiento de la religión mundana organizada en
Babilonia, donde se había originado la iniquidad. Este punto de vista encuentra apoyo en el mensaje del
pasaje mencionado. Si juntamos ambos, parecen describir el mismo evento que sucederá antes del
establecimiento del reino.
La mujer estaba cautiva por un mercader. Babilonia se identifica en los últimos tiempos como un
centro comercial (Apocalipsis 18). El efa también era una medida comercial. Aparentemente, la mujer
iba en ella contenta y voluntariamente, a lo menos al principio. Todo esto va de acuerdo con la profecía
que al final sera destruida por un sistema comercial (Apocalipsis 17).
Aunque los eruditos bíblicos y estudiantes de la profecía lo discuten, parece haber fuerte evidencia
histórica a favor del siguiente punto de vista:
1. Muchos estudiantes de la Palabra de Dios afirman que la profecía del juicio de Babilonia
(Jeremías 50–52) nunca se cumplió literalmente. Por ejemplo, la predicción mencionaba el
derramamiento de mucha sangre allí. La caída de Babilonia se realizó prácticamente sin violencia, fue

25
tomada más o menos pacíficamente. Su cultura desapareció lentamente después. Nunca se destruyó
conforme a lo que Jeremías había profetizado. Podría ser que el cumplimiento final quedara pendiente
hasta los últimos días.
2. Aunque no se ha podido comprobar, algunos eruditos aseveran que el Papa hizo un viaje a Irak
hace años para explorar la viabilidad de trasladar su sede a ese lugar, donde estuvo la antigua Babilonia.
El deseo resultaría principalmente del hecho de que Italia se ha adueñado de la parte central del país que
había pertenecido a la Iglesia Católica hasta 1870. Esta última no se ha adaptado a la vida dentro de
territorio italiano. La adjudicación de la Ciudad Vaticana y una fuerte suma de dinero no les recompensó
adecuadamente por la pérdida de su territorio, pues seguramente aspiraban a volver a tener su poderío
anterior.
3. Algunos arqueólogos afirman que el lugar donde se ha construido buena parte del moderno Irak y
donde probablemente invertirán el oro proveniente de las ganancias por sus ventas de petróleo es el
mismo sitio donde estuvo Babilonia.
En fin, toda esta evidencia podría tomarse para apoyar la tesis de que esta mujer representaba la gran
religión mundial organizada por los hombres, conforme a sus planes mortales y egoístas. Desde hace
siglos se ha identificado esa religión con la Iglesia Católica o con la Ecuménica, que cuenta con la
participación de la Católica.
Podemos imaginar un sistema compuesto por todas las religiones que han sido inventadas por el
hombre, tales como las iglesias “pseudocristianas” que se han apartado del evangelio de Cristo, las
sectas falsas, y las demás creencias del mundo. Todas se basan en la idea de que el hombre puede
salvarse a sí mismo. No han reconocido su imposibilidad de lograrlo y la necesidad de confiar en Cristo.
Bajo la influencia del liderazgo político y comercial del mundo, este gran sistema mundial se
trasladará a Babilonia, donde conforme a Apocalipsis 17, será destruido. Estos detalles son sugerencias
en base a lo que se revela; no están claramente definidos. Lo que sí se explica claramente es que la
maldad (aparentemente religiosa) será eliminada de Israel y será llevada a Babilonia donde, permanecerá
feliz y aparentemente segura.

¡PENSEMOS!
El conocimiento del futuro que espera al sistema
religioso mundial debe producir dos resultados en el pueblo
de Dios. Por ser otro paso en Su plan para restaurar a Israel,
debemos alabarle por ello y confiar en El a pesar de los
movimientos político-religiosos que se oponen a Israel y a Su
iglesia.
En segundo lugar, debe conducirnos a hacer una
evaluación personal de nuestra fe. ¿En qué estamos
confiando? ¿Participamos del mismo sistema que controla
este mundo? Nos debe advertir asimismo de la importancia
de mantenernos separados de ese sistema y no ceder a la
presión de identificarnos con los que no pertenecen a la
familia de Dios.
A la luz de estos principios, considere su propia
situación.¿Cómo debe vivir en base a esta visión?

26
5
El Juicio de las Naciones
Zacarías 6:1–8
“Bendeciré a los que te bendijeren,
y a los que te maldijeren maldeciré”.
Génesis 12:3

Las palabras de promesa que Dios había proclamado a Abraham aproximadamente mil quinientos
años antes, con todas sus implicaciones internacionales, no han cambiado. A través de la historia este
principio ha
sido inflexiblemente observado. La nación que trata bien a Israel experimenta la bendición de Dios,
mientras que la que lo maltrata experimenta Su ira.
Aun cuando Dios levante naciones paganas y las utilice como instrumentos para disciplinar y
amonestar Su pueblo, se sigue aplicando el mismo principio. Si ellas hubieran reconocido la soberanía
de Jehová y Su elección de Israel, y si hubieran efectuado su función disciplinaria en base a esa
comisión, Dios no les habría culpado por ese servicio. Sin embargo, nunca resultó así, pues en mayor o
menor grado, siempre se les pasó la mano. Empezaron a atacar con furia al pueblo de Dios e intentaron
raer completamente su recuerdo como el de Jehová, su Dios. No respetaban ni a El ni a Su pueblo. No
reconocieron de que la capacidad de vencerles venía porque Jehová lo había permitido.
Era difícil vivir en los días de Zacarías y creer esa verdad. Habían pasado más de setenta años de
aflicción en manos de las naciones paganas. Aparentemente, Dios no había hecho nada para castigarles.
¿Qué se podría esperar? ¿Cumpliría Dios este aspecto de Su promesa a Israel?
Al recibir las ocho visiones nocturnas, Zacarías vio los pasos más importantes que Dios seguiría para
lograr restaurar a Su pueblo, volverlo a su lugar de privilegio y cumplir lo prometido. Las últimas tres
visiones tienen que ver con el juicio de Dios contra la maldad, la religión mundial humanista, y
finalmente, contra las naciones paganas. Antes de establecer a Israel en el reino mesiánico que les había
prometido, Dios tenía que hacer algo con las naciones enemigas que se habían dedicado a atacar a Su
pueblo.
LOS CUATRO CARROS 6:1–8
El programa presentado en la primera visión llegó a su conclusión en la octava. En la primera, la ira
de Dios contra las naciones fue revelada porque se hallaban tranquilas mientras Israel estaba fuera de su
tierra. En la octava visión, Dios las ha sometido a juicio, y por lo tanto, estaba satisfecho y Su ira
apaciguada.
La visión de los cuatro carros presenta un cuadro de juicio. Son instrumentos de castigo utilizados
por Dios para llevar a Israel en general, y a Jerusalén en especial, al punto de confesar su pecado.
Descripción de la Visión 6:1–3
Se describen cuatro carros de guerra saliendo de entre dos montes de bronce. Parece que no hay un
significado claramente definido con relación al bronce. Algunos eruditos consideran que se refiere a la
justicia de Dios, mientras otros dicen que representa el juicio.
Deuteronomio 8:9 promete que la tierra que Dios iba a dar a Israel tendría montes de bronce. Por
eso, por falta de otra evidencia mejor, parece conveniente relacionar esta expresión con los montes de
Israel y no tratar de sacar otra intención. En este caso, los dos montes probablemente serían Moriah,
mejor conocido hoy como Sión, y el Monte de los Olivos, los cuales se han identificado a través de la

27
historia de Israel en una manera especial con la actividad divina. El juicio vendría de Jerusalén y se
dirigiría hacia el norte y sur hasta alcanzar toda la tierra.
Los colores de los caballos son iguales a los que se encuentran en Apocalipsis 6. Parece que su
significado es el mismo, el rojo representa la guerra y el derramamiento de sangre. El negro, la escasez y
la muerte; el blanco, la victoria. Por último, el caballo overo rucio rodado (color melocotón pardo claro),
indicaría la muerte por plagas y pestilencia.
Significado de la Visión 6:4–8
Al preguntar Zacarías el significado de la visión, se le contestó que al igual que los cuatro vientos
del cielo, los cuatro carros fueron enviados por el Señor como instrumentos de juicio para realizar Su
propósito (6:4–5).
Aunque el pasaje no dice explícitamente a qué fueron enviados estos mensajeros, el contexto y el
paralelismo con Apocalipsis 6 demuestran que eran instrumentos del juicio divino. La dirección que
tomaron se conocía en el Antiguo Testamento como residencia de los enemigos de Israel (Ezequiel
38:15; Daniel 11:40–41). Los caballos negros y blancos salieron al norte, hacia las naciones paganas que
habitaban esa región: Babilonia, Asiria, Persia, Grecia, Roma y Rusia. Los overos rucios rodados hacia
el sur, a Egipto y las naciones árabes (6:6).
Los alazanes o rojos no fueron enviados en una dirección específica. La mayoría de los
comentaristas suponen que esto significa que fueron a todas partes. Otros, opinan que este hecho pudiera
indicar poco derramamiento de sangre. La primera alternativa parece la mejor porque los juicios severos
de Dios casi siempre incluyen guerra y violencia, sobre todo en los últímos días. (La palabra “alazanes”
se traduce también como la expresión “briosos”. Ver Biblia de las Américas). Después de recibir sus
instrucciones del Señor, todos los caballos se encontraban impacientes, deseosos de realizar la obra que
Dios les envió a hacer. Cuando se les dio la orden de salida, lo hicieron inmediatamente para recorrer
toda la tierra (6:7).
Lo más notable de esta visión, tomando en cuenta la situación histórica descrita en la primer
profecía, fueron los resultados. El juicio enviado por Dios logró que Su ira quedara apaciguada. Los que
se habían opuesto al pueblo de Dios fueron castigados y El quedó satisfecho.
DIOS SE COMPLACE
CUANDO LAS NACIONES
BENDICEN A SU PUEBLO
¡PENSEMOS!
¿Qué nos enseña esta visión en cuanto al futuro de
Israel? ¿Cómo deben tratar al pueblo de Israel las naciones
hoy día? ¿En qué manera podríamos nosotros responder a
esta enseñanza?
Además de la verdad en cuanto a Israel, se demuestra el
cuidado de Dios para Su pueblo en cualquier época y cómo
puede actuar a favor de nosotros en la actualidad. Dios
controla la historia aun cuando las naciones fuertes no lo
conozcan. El las utiliza para realizar Sus propósitos, pero las
hace responsables por la forma en que utilizan esa
autoridad.
Compare Romanos 12:18–21 con la verdad que se ha
estudiado en Zacarías. ¿Qué nos enseña en cuanto a nuestra

28
actitud y conducta en medio de circunstancias adversas?
¿Qué debemos hacer? Al evaluar su propia vida, ¿cómo
quiere Dios cambiarla así como sus actitudes a la luz de lo
que hemos aprendido?

EL PROGRAMA DE RESTAURACION
Al finalizar el estudio de las ocho visiones de Zacarías, vale la pena volver a repasarlas para ver el
cuadro completo de esta revelación y para comprender la relación entre estas visiones y el mensaje del
libro entero. Esta profecía se escribió para confirmar al pueblo recién regresado del cautiverio que Dios
no se había olvidado de ellos.
El mensaje principal del libro es que Dios recordaba a Israel y había instituido un programa que
resultaría en el establecimiento del reino milenial. Las ocho visiones presentan el bosquejo general de
este.

¡PENSEMOS!
Antes de seguir estudiando el libro, trate de recordar de
memoria las ocho visiones y el mensaje de cada una. Si
puede hacerlo ahora, escriba una lista de los ocho pasos que
Dios iba a seguir para restablecerles. Si no puede, hágalo al
terminar el repaso siguiente.

Las visiones presentan los ocho pasos principales en el proceso de restauración decidido por Dios.
Primero, el varón entre los mirtos (1:7–17) les enseña que Dios conoce el estado actual de Israel. No se
ha alejado, más bien, se encuentra presente en medio de ellos. El Señor actúa porque las naciones están
tranquilas mientras Su pueblo sufre. Por lo tanto, promete corregir esta situación y restaurarles.
DIOS RECUERDA A SU PUEBLO,
HA EMPEZADO UN PROGRAMA,
CUMPLIRA TODAS SUS PROMESAS
En la visión de los cuatro cuernos y cuatro carpinteros (1:18–21), prometió que el mismo Dios
soberano que había elegido a cuatro naciones para corregir a Israel, traería cuatro agentes para salvar a
Su pueblo de su dominio. No le habían vencido a El. Jehová gobierna sobre todas las naciones.
En tercer lugar, la visión del varón con el cordel de medir (2:1–13) predijo la reconstrucción de la
ciudad. La ciudad iba a rebasar sus límites; medirlos sería inútil.
Después de describir la restauración física que sucedería, Zacarías vio la restauración espiritual que
Dios efectuaría en medio del pueblo. Esta transformación y el testimonio resultante no se realizaría por
el esfuerzo humano, sino por el poder del Espíritu de Dios.
La visión de la purificación de Josué (3:1–10) promete la limpieza y renovación del sacerdocio y de
la nación. Josué es un símbolo de la clase sacerdotal, y aún más importante, de toda la nación. Dios va a
quitar la contaminación en medio de ellos y darles un nuevo vestido puro y lujoso para que le
representen dignamente en la tierra.
La quinta profecía, el candelabro de oro y los dos olivos (4:1–14), predice la construcción del templo
y restauración del testimonio nacional. Israel será luz en medio de las naciones paganas que residen en la
oscuridad. Josué y Zorobabel les proveerán la dirección necesaria para que terminen el templo y sigan
en los caminos de Jehová.

29
Las tres visiones finales describen los juicios que tienen que realizarse para que el programa llegue
al fin deseado, el reino de Dios. La visión del rollo volante (5:1–4) predice el juicio de los pecados
personales, que se dirige contra quienes abiertamente siguen pecando contra Dios y su prójimo. Tales
personas serán alejados del pueblo de Dios y todo recuerdo de ellos será destruido, tal como se haría en
el caso de la lepra.
Séptimo, la visión de la mujer en el efa (5:5–11) indica que la maldad religiosa será eliminada.
Uniendo esta visión a Apocalipsis 17 se revela el juicio divino contra todos los sistemas religiosos que la
raza humana habrá inventado para evitar el evangelio basado en la gracia de Dios.
Finalmente, la visión de los cuatro carros (6:1–8) predice el juicio de las naciones enemigas que han
intentado destruir a Israel olvidandose de su Dios. Jehová mandará sus agentes, como los cuatro vientos,
para tomar venganza de sus adversarios.
La Base del Programa Revelado
Conforme a la revelación dada antes de estas visiones, el cumplimiento de estas promesas se basaría
en la obediencia del pueblo (1:2–6). Por no haber sido dóciles en el pasado, no habían recibido las
bendiciones. La necesaria obediencia en el futuro se garantiza por el poder sobrenatural que Dios les
dará (4:6; Ezequiel 36:26–28; Jeremías 31:31–34). Entre tanto, el programa se ha pospuesto.
PARA GOZAR LA BENDICION
DE DIOS SE REQUIERE
FE Y OBEDIENCIA
El Clímax del Programa Revelado
La coronación de Josué descrita al final de las visiones (6:9–15) es un acto simbólico que representa
la coronación del Mesías. Este evento es el gran clímax del programa descrito en las visiones. Todas
ellas conducen hacia este evento. El siguiente capítulo considera el significado y los detalles de esta gran
celebración.

¡PENSEMOS!
Ya se ha considerado el significado de estas visiones
para Israel. Nuevamente veamos las implicaciones de los
principios universales para nuestra vida. Repase la lista de
los ocho pasos que anotó. Divida una hoja de papel en dos
partes. Encima de la primera parte, escriba el titular: “¿Qué
he aprendido acerca de Dios?” Sobre la segunda parte
escriba: “¿Qué quiere Dios que yo sea o haga?” Ahora
apunte sus observaciones a la luz de las ocho visiones
estudiadas.
Identifique por lo menos un área de su vida en la
segunda parte de la hoja donde usted debe cambiar.
Recuerde que Dios ya ha dicho que no es el esfuerzo humano
el que logrará la transformación de Israel ni la nuestra, sino
el poder de Su Espíritu. Pídale Su poder para realizar este
cambio en su vida.

6
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La Coronación de Josué
Zacarías 6:9–15
Una coronación es una gran celebración de gala. Pocas personas tienen el privilegio de asistir a tal
acto, mucho menos de participar.Todo el pueblo se prepara para gozar del gran evento. El clímax de la
revelación profética de las ocho visiones se presenta en la coronación de Josué.
Al estudiarla, nos damos cuenta de un detalle extraño. El que recibe la corona no es el heredero al
trono, que en este caso sería Zorobabel, el descendiente de David. Sin embargo, quien la lleva es Josué,
el Sumo Sacerdote. ¿Una corona para el sacerdote? ¿Qué pasa? El estudio detallado de esta
conmemoración y el mensaje profético proclamado en ella nos explican el misterio.
El libro de Zacarías fue escrito para asegurar al pueblo de Dios que El les había recordado siempre y
había instituido un programa que resultaría en el reinado del Mesías. El privilegio de gozar estas
bendiciones dependía de su disposición de escuchar la Palabra de Dios y obedecerla.
Las ocho visiones que tuvo el profeta, presentan el bosquejo general del plan que les llevaría al
establecimiento del reinado. Los pasos principales en el proceso incluyen:
1. Reconocimiento divino de la situación actual de Israel y la promesa de corregirla y restaurarles.
2. Salvación de las naciones gobernantes y sus enemigos.
3. Reconstrucción de la ciudad.
4. Purificación y renovación del sacerdocio judío.
5. Construcción del templo y restauración del testimonio nacional.
6. Juicio contra los pecados personales.
7. Eliminación de la maldad religiosa.
8. Juicio de las naciones enemigas.
Al final se describe la coronación de Josué como la culminación de todo lo que Dios ha planeado.
Representa la coronación del Mesías, el gran clímax del programa. Todas las actividades anteriores
preparaban el camino para esta magna ocasión.
DESCRIPCION DE LA CORONACION 6:9–11
Algunas personas llegaron a Jerusalén desde Babilonia llevando sus ofrendas. Aparentemente, se
trataba de algunos individuos que se habían quedado en ese país para colaborar en la construcción del
templo. Dios les ordenó que utilizaran estas dádivas para la elaboración de coronas para la cabeza del
sacerdote.

¡PENSEMOS!
Los varones del cautiverio de quienes se hace memoria
en este pasaje no hicieron algo “grande”. No se pusieron
frente al pueblo para predicar, ni hicieron las coronas. Lo
único que sabemos acerca de ellos es que se preocuparon por
la obra que Dios hacía en medio de su pueblo y trajeron sus
presentes.
Su interés en la obra y su demostración sacrificial, les da
un lugar de honor, recordados entre las personas
identificadas en la Biblia. La naturaleza de la ofrenda indica
que se dio por encima de sus diezmos normales, que se

31
destinaban a otros propósitos. El viaje especial también
representaba un esfuerzo grande por parte de ellos.
Por lo tanto, se confirma la verdad enseñada en el
Nuevo Testamento: “Dios ama al dador alegre” (2 Corintios
9:7). Estos hombres aprovecharon una oportunidad especial
propiciada por Dios para contribuir al bien de Su pueblo.
¿Habrá alguna ocasión que Dios le haya dado para ayudar a
Su pueblo por medio de una ofrenda especial? ¿Qué quiere
Dios que usted haga al respecto?

El evento fue celebrado bajo la dirección de Jehová, siguiendo una serie de mandamientos emitidos
por El. Aunque no se define la fecha, el paralelismo de la introducción con algunas de las visiones y la
secuencia lógica parecen indicar que ocurrió al mismo tiempo que las predicciones. Tal vez Dios dio Sus
instrucciones esa misma noche. Aparentemente siguieron al terminar la octava visión.
Zacarías recibió la orden de que fuera a la casa de Josías, donde se encontraban los judíos que habían
llegado recientemente del cautiverio. Debía tomar el oro y plata que habían traído para hacer coronas, o
tal vez mejor, una corona doble para Josué, el Sumo Sacerdote.
¿Por qué se la daría a Josué? La corona no era el símbolo del sacerdote, quien debía usar la mitra.
Esta pertenecía a Zorobabel, el descendiente y heredero de David al trono. Sin embargo, no fue
coronado para que no se estableciera de nuevo el reinado davídico. Su coronación habría sido una
proclamación pública de que Dios lo estaba poniendo como representante de la monarquía sobre el trono
en Jerusalén. Este evento era únicamente un acto simbólico, no el verdadero todavía.
Josué recibió una corona doble, la cual predecía el advenimiento futuro del Mesías, quien serviría en
los dos puestos simultáneamente algún día. Por eso fue el momento más trascendental del programa que
Zacarías había revelado.
MENSAJE BASADO EN LA CORONACION 6:12–15
Al coronar a Josué, Zacarías debía entregarle un mensaje de parte de Jehová. Cuando lo estudiamos
con cuidado, es obvio que la esencia de la promesa involucrada en este evento estaba relacionada con el
advenimiento del Mesías. Se pueden notar ocho aspectos específicos que señalan diversos aspectos
importantes de Su venida:
El Mesías vendrá a Su pueblo (6:12a). Josué, juntamente con los demás sacerdotes, ya se había
presentado como tipo del Mesías, llamado aquí el Renuevo (3:8). Ahora se repite la misma figura. La
raíz de esta palabra significa “brotar”. Por eso, Zacarías aclara que ese título se le atribuyó porque
“brotará de sus raíces”.
La misma expresión se emplea en Isaías 61:11: “Porque como la tierra produce su renuevo, y como
el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las
naciones”. El contexto demuestra que Dios producirá la justicia y alabanza por medio de la llegada del
Mesías.
Jeremías también promete: “Levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey… y hará juicio y
justicia en la tierra (Jeremías 23:5). De nuevo lo confirma: “Haré brotar a David un Renuevo de justicia,
y hará juicio y justicia en la tierra… y se le llamará: Jehová, justicia nuestra” (33:15–16).
En base a esas otras profecías proclamadas antes del tiempo de Zacarías y seguramente conocidas
por los oyentes, parece obvio que la coronación de Josué se utilizó como base para confirmar la promesa
de la venida del Mesías. Sería el descendiente de David, el heredero al trono, y la fuente de justicia.
EL MESIAS VIENE A REINAR.
SERA DESCENDIENTE
32
DE DAVID Y FUENTE
DE JUSTICIA
Edificará el templo de Jehová (6:12b–13a). Este aspecto de la promesa podría haber provocado
cierta confusión. Anteriormente se había afirmado que Zorobabel terminaría la construcción del templo.
Ahora se declara que el Mesías será quien lo haga. Probablemente los oyentes interpretarían esto como
que Zorobabel lo haría como comisionado, y que el Mesías llegaría a ocuparlo.
Desde la perspectiva moderna, podemos comprender mejor este problema. Zorobabel terminó el
templo según se predijo. Sin embargo, debido a la desobediencia e incredulidad del pueblo, fue
destruido. Queda para el regreso de Cristo la nueva reconstrucción que El dirigirá.
Llevará la gloria de Dios (6:13b). Dios había dicho que El no compartiría Su gloria con ningún otro
(Isaías 42:8; 48:11). Sin embargo, este emisario divino llevaría gloria. El Nuevo Testamento nos ayuda a
entender el significado de esta promesa. Juan 1 aclara que Jesucristo nos reveló la gloria de Dios porque
El es Dios Mismo (Juan 1:1–18).
Se sentará y dominará en su trono (6:13c). El significado principal del acto simbólico de la
coronación de Josué se señala en esta explicación. El Mesías se sentará en Su trono. Varias traducciones
captan mejor el sentido de la última frase al decir; “Será sacerdote sobre su trono y habrá consejo de paz
entre los dos oficios” (Biblia de las Américas).
La ley del Antiguo Testamento exigía que los sacerdotes fueran de la tribu de Leví, mientras que los
reyes venían de la de Judá. Ninguno podía cumplir los requisitos para ocupar los dos puestos. Las
consecuencias que se podían esperar por realizar un oficio que no correspondiera por herencia eran
severas (2 Crónicas 26:16–21). Existía una barrera infranqueable entre estos dos puestos.
Sin embargo, en la persona del Ungido, estos dos oficios se unirían en uno. Este era el mensaje de la
coronación del sacerdote. El Mesías cumplió las exigencia de los dos puestos. El sacerdocio existe para
dirigirnos al Mesías. El trono real sirve para preparar el camino para el Prometido. El es la paz que une
estos dos oficios (Salmos 110:1–4; Hebreos 7:1–3, 11, 14–17). Vino a ser sacerdote de un orden distinto,
el de Melquisedec, Rey de Justicia.
AL VENIR EL MESIAS
SE UNIRAN EN UNO
LOS OFICIOS DE REY
Y SUMO SACERDOTE
La coronación es figura de la del Mesías, no de Su reinado (6:14). Después de este acto, Josué no
retuvo la corona, sino que se colocó en el templo como un recuerdo de los que habían participado en la
preparación de la corona con sus ofrendas. El evento importante era la coronación en sí, no el uso que se
le diera a la corona posteriormente. La promesa fue que el Mesías vendrá a recibir la corona que unirá
estos dos puestos en uno.
Los que están lejos se acercarán y ayudarán en la construcción del templo (6:15a). Esta promesa
podría interpretarse de dos maneras. Efesios 2:13 enseña que los que han estado lejos de la ciudadanía
de Israel, de participar en el templo, y de tener comunión con Dios, hemos sido “hechos cercanos” por
medio de la sangre de Jesucristo. Pablo demostró que el Señor Jesucristo quitó la barrera entre judíos y
gentiles y los hizo un solo pueblo.
La otra posibilidad es que se refiera a los judíos que estaban dispersos en tierras lejanas. Al venir el
Mesías, serían unidos con los demás para participar en la construcción del templo. Las dos alternativas
son viables y es cierto que las dos se cumplirán al venir Jesucristo. No obstante, en este caso parece
mejor aplicarla a los judíos que se hallaban en otras naciones. Su participación en la coronación de Josué

33
ya se estudió, y probablemente aquí el profeta se refería a que esa misma función se cumplirá cuando
Cristo venga.
La realización de la promesa confirmará la comisión del mensajero (6:15b). Como siempre, el
cumplimiento de la visión y las obras sobrenaturales de Dios servían para autenticar a Sus voceros.
Zacarías podría referirse a sí mismo como mensajero divino o al Mesías como enviado de Dios. En
cualquier caso, al ver esta obra divina, los testigos se darían cuenta de que El se había manifestado en
medio de ellos.
La bendición prometida requiere obediencia a la voz de Jehová (6:15c). Para concluir su mensaje, el
profeta vuelve a repetir esta condición. Dios no les daría Sus bendiciones hasta que ellos realizaran Sus
requisitos: tenían que escuchar y obedecer Su voz (1:2–6; Deuteronomio 28:1).
Dios ha sido fiel a Sus promesas. Aunque Israel haya sido rebelde, incrédulo y aun idólatra, Dios
llevará a cabo Su Palabra para con ellos. La prueba sigue en pie. Mientras puedan salir a ver las estrellas
y la luna de noche y el sol de día, el Señor no ha dejado Sus pactos con Israel y con la descendencia de
David (Jeremías 31:35–37; 33:20–21, 25–26).

¡PENSEMOS!
El acto simbólico de la coronación de Josué y la
proclamación que lo acompaña, establecen ciertos eventos
futuros en el plan de Dios para Israel y nosotros que hemos
venido a ser su pueblo. Conforme a las ocho visiones y el
acto en sí, haga una lista de ellos. ¿Cuáles deben ser nuestras
respuestas frente a este plan divino? Identifique por lo
menos tres que se apliquen a nosotros a la luz de este
programa.

7
¿Lamento o Arrepentimiento?
Zacarías 7
El mundo en que vivimos está plagado de tradiciones y manifestaciones religiosas. Casi todos se
consideran “cristianos”, o adeptos a alguna forma de religión. Ritos y procesiones se observan por todos
lados. Inclusive la iglesia evangélica crece más que nunca en muchos países del mundo y mayor número
de personas que nunca se identifican como “nacidos de nuevo”. Con todo esto, se nota que pocos se han
dedicado a aceptar como norma absoluta de su vida diaria la enseñanza de la Palabra de Dios. ¿Qué
prefiere Dios? ¿A los que se dicen ser Suyos pero que viven su vida? O, ¿a un grupo reducido, que esté
dispuesto a escuchar Su voz y a andar conforme a las normas que El ha establecido?
A través de su larga historia, Israel se preocupó más por sus tradiciones que por complacer a Jehová.
Los ritos llegaron a tener más importancia que la comunión personal con Dios y la obediencia a Su
Palabra. Por eso, El tuvo que recordarle a Saúl a través de Su vocero Samuel, que “obedecer es mejor
que los sacrificios” (1 Samuel 15:22).
Una situación semejante se manifestó como resultado del cautiverio. Los exiliados en Babilonia
establecieron una serie de ayunos para recordar lo que habían sufrido y para lamentar su estado fuera de
su tierra. Sin embargo, no habían tomado ninguna medida para corregir los problemas éticos y

34
espirituales que provocaron esa situación. Zacarías tuvo que repetirles que Dios quería un pueblo
dispuesto a escuchar Su voz y obedecer Sus mandamientos.
EL PROBLEMA DE LOS EXILIADOS
Israel había regresado del cautiverio, donde Dios les envió por su desobediencia. El trabajo de
reconstrucción del templo se había iniciado y el Señor había revelado un nuevo programa que les
llevaría al establecimiento del reino. La reedificación del templo era parte de ese programa.
Dos años habían transcurrido desde la revelación de las ocho visiones que habían trazado el
desarrollo del programa divino. Después de tanto tiempo, la historia de lo que estaba sucediendo en
Jerusalén había llegado hasta Babilonia. Una delegación se había enviado desde ese lugar para orar y
pedir a los profetas la respuesta divina en cuanto a un problema teológico práctico (6:10; 6:15; 7:1–2).
El decreto de Darío había sido emitido y el tiempo de aflicción había terminado. El trabajo en el
templo estaba a medio camino ya. Los exiliados en Babilonia se daban cuenta de que Dios estaba
haciendo algo en Israel. Nuevamente había manifestado Su misericordia hacia ellos. Sin embargo,
surgieron algunos problemas prácticos. El pueblo quería saber si debía seguir observando los ayunos que
conmemoraban la destrucción de la ciudad de Jerusalén.
Cuando Israel fue llevado cautivo, se instituyeron ciertos ayunos como días de lamento a nivel
nacional por todo lo que les había pasado. Había cuatro ayunos (8:19): (1) en el cuarto mes; (2) en el
quinto; (3) en el séptimo; y (4), en el décimo.
¿DEBIAN SEGUIR
OBSERVANDO LOS AYUNOS
CUANDO LA RECONSTRUCCION
YA HABIA EMPEZADO?
Cada uno de estos ayunos servía para recordar algún suceso importante relacionado con la
cautividad. El ayuno del cuarto mes era en memoria de los sucesos descritos en Jeremías 52:6–11.
Babilonia abrió brecha en los muros de la ciudad y los hombres de guerra huyeron. En ese entonces,
Sedequías rey de Judá, había sido aprehendido y llevado preso a Babilonia. Mataron a sus hijos, los
herederos del trono de David. Le sacaron los ojos y le metieron en la carcel.
El del quinto mes era el más importante y el que servía como base a la pregunta que se le hizo a
Zacarías. Los eventos a que se refería se señalan en Jeremías 52:12–14. En ese tiempo se destruyó la
ciudad de Jerusalén y se quemó el templo. Estos acontecimientos eran los más dolorosos para Israel.
El ayuno del séptimo mes era en memoria del asesinato de Gedalías, un varón fiel a Dios que
Nabucodonosor había nombrado gobernador del territorio de Israel. Como resultado de ese acto, el
remanente que había en la tierra escapó a Egipto, en contra de la voluntad revelada de Dios, quien les
había dicho que no fueran. Estando allí fueron juzgados por el Señor y murieron (Jeremías 41:1–2; 43:7;
44:26–27).
El del décimo mes tenían que ver con hechos acaecidos anteriormente a la cautividad. En orden
histórico, representaría el principio de la serie de tragedias que conmemoraban los ayunos. Jeremías 52:4
relata que el principio del ataque contra Jerusalén, en 588 a.C., ocurrió en el décimo mes.
Ahora que se había comenzado la restauración y Dios se estaba manifestando entre ellos, querían
saber si debían seguir observándolos (Zacarías 7:5). Debido a que su propósito consistía en lamentar la
destrucción de la ciudad, parecía que ya no había mucha razón para seguir con ellos. Aunque sólo
preguntaron en cuanto a uno, seguramente tenían en mente todo el sistema de ayunos que éste
representaba. Zacarías emitió cuatro mensajes de parte de Dios para responder a su pregunta (Zacarías
7–8).

35
¡PENSEMOS!
Antes de estudiar la respuesta de Zacarías, considere la
situación presentada. ¿Qué les habría contestado usted?
¿Por qué?

EL SIGNIFICADO DEL AYUNO


Para comprender la respuesta que recibieron, tenemos que estudiar el concepto antiguotestamentario
de lo que es el ayuno. ¿Cuál era su propósito?
Aunque no se menciona en sí, Levítico 26:39–42 muestra el propósito original del ayuno desde la
perspectiva de Dios. El contexto hace referencia a la dispersión de Israel por causa de la desobediencia.
Es una profecía de lo que pasaría si ellos dejaran de escuchar a Dios. Al estar en cautiverio, debían
reconocer su pecado y arrepentirse. Así que la respuesta indicada frente a tal aflicción era que tenían que
reconocer la mano de Dios en la disciplina y por lo tanto, confesar su pecado.
La primera vez que la palabra “ayuno” aparece en la Biblia se encuentra en Jueces 20:26. Israel
había atacado a la tribu de Benjamín debido a que cometieron una falta imperdonable; como
consecuencia, perdieron 18,000 hombres. A raíz de tan grande derrota, Israel ayunó. Después de ello,
Dios les prometió la victoria. Se observa que éste se realizó “delante de Jehová”; lo cual se convirtió en
una característica esencial de esta práctica.
En 1 Reyes 21:27–29, se encuentra otro caso. Dios había prometido juzgar a Acab por causa de su
maldad. Al darse cuenta del juicio venidero, rasgó sus vestidos, se puso cilicio y ayunó. La respuesta de
Dios señala que la parte importante de este acto externo era que “Acab se ha humillado delante de mí”.
El juicio se pospuso porque manifestó la actitud correcta y se sometió a Dios. La humillación era
entonces un ingrediente principal del ayuno.
Otro caso semejante al anterior se presenta en Joel 2:12–15. El propósito del ayuno, unido al
arrepentimiento, era para que Dios tornara el juicio en bendición. El arrepentimiento era un elemento
esencial.
El último caso que aparece en el Antiguo Testamento se presenta en Nehemías 9:1–3. Allí el pueblo
leyó la ley, confesó su pecado, y adoró a Dios.
En todos los casos, Dios aceptó y atendió al ayuno de Su pueblo. Sin embargo, en Jeremías 14:12,
Dios dice que cuando los que estaban por entrar en la cautividad ayunaran, El no los escucharía. ¿Por
qué? Estudie los versículos en el contexto inmediato para descubrir la razón por la cual Dios dijo eso
(Jeremías 14:10–16).
El Antiguo Testamento enseña entonces, que existen dos elementos primordiales para que el ayuno
sea aceptable ante Dios:
1. Que se haga humildemente, “delante de Jehová”.
2. Que se acompañe del arrepentimiento y la confesión de pecado.

¡PENSEMOS!
Conforme a estos pasajes del Antiguo Testamento,
¿cómo se utilizó el ayuno en aquella época? ¿Cuáles fueron
las condiciones que dieron el resultado deseado? ¿Qué nos
enseñan estos principios acerca de ayunar en la actualidad?

36
LA RESPUESTA DIVINA 7:1–14
El Abuso del Ayuno 7:1–7
El primer mensaje que proclamó Zacarías como respuesta a su pregunta en cuanto a esta práctica,
fue para reprenderles por no hacerlo correctamente. El ayuno se había instituido como una manera de
dar testimonio público del arrepentimiento por el pecado; no como ellos, que lo usaban para recordar su
propia aflicción.
La delegación de cautivos llegó a implorar el favor de Dios sobre ellos y a preguntar si debían seguir
observando los ayunos o no (7:1–3). La respuesta inicial se presenta por medio de una interrogación:
¿para quién hacían esto? Al ayunar, o aun cuando celebraban una fiesta, ¿para beneficio de quién lo
hacían? (7:4–6).
La implicación de sus dudas es que ayunaban por motivos equivocados. Puesto que lamentaban sus
pérdidas, la motivación era egocéntrica. No lo hacían con el fin de agradar a Jehová.
¿PARA QUIEN AYUNABAN?
¿PARA DIOS O
PARA SI MISMOS?
La última pregunta sugiere la raíz del problema (7:7). Si su ayuno hubiera sido para Jehová, habrían
obedecido las palabras de los profetas desde el principio y no habrían llegado a su triste situación. Los
profetas les llamaban al arrepentimiento. El ayuno verdadero siempre debía basarse en él y no era el
propósito de Israel al celebrarlo.
Así que el primer mensaje fue para reprenderles por el abuso de los ayunos. Mientras que Dios los
diseñó como un medio para expresar contrición por el pecado, ellos los usaban para autocompadecerse.
LA CAUSA DE SU AFLICCION 7:8–14
El segundo mensaje para contestar a sus dudas en cuanto a los ayunos fue para llamar su atención a
las causas de su angustia (7:8–14). ¿Qué la ocasionó?
Los Requisitos de Dios 7:8–10
Zacarías les recordó lo que los profetas había dicho desde el principio. Dios no quería que incluyeran
ritos adicionales. Siempre les había pedido que llevaran una vida distinta, que le fuera agradable. En
lugar de lamentar su estado actual, debían andar en justicia, misericordia y piedad; dejar de oprimir a los
indefensos que habitaban entre ellos y de defraudar a su prójimo. Dios deseaba que su comportamiento
reflejara Su carácter y que fuera luz para las naciones paganas en derredor. Por el contrario, le habían
despreciado y ahora tenían que sufrir aflicciones debido al juicio que El les había enviado.
MAS VALE PREVENIR
QUE LAMENTAR
La Respuesta del Pueblo 7:11–12a
En lugar de escuchar la Palabra de Dios, le volvieron la espalda. Zacarías emplea el ejemplo del
buey que rehúsa aceptar el yugo. Como niños que no quieren escuchar a nadie, cubrieron sus oídos.
Finalmente, endurecieron su corazón. Lo hicieron de tal manera, que se podría comparar a la piedra más
resistente que se conoce, el diamante. El problema básico se repite varias veces durante esta descripción.
Tome nota del énfasis que pone el profeta en el oído. Los israelitas no quisieron escuchar la voz de Dios.
Los Resultados para el Pueblo 7:12b
El sufrimiento que recordaban por medio del ayuno no les había sobrevenido por ser inocentes. Ellos
mismos lo habían provocado por causa de su incredulidad y rebeldía. De la misma manera, al
arrepentirse, lo podrían eliminar, pero seguían en su estado miserable por no dar su brazo a torcer. En
lugar de quejarse, sería mejor que cambiaran su forma de ser para librarse del juicio divino.

37
La Historia Respecto a los Ayunos 7:13–14
Así como Israel se había negado a escucharle, Dios había hecho lo mismo. Como no habían
presentado ninguna evidencia de arrepentimiento sincero, Dios les disciplinó. Se dispersó el pueblo y la
tierra quedó desolada.
Este segundo mensaje entonces, era para dirigir su atención a las causas de la aflicción. Debían
confesar su pecado y regresar a Dios. El había establecido ciertas responsabilidades para ellos, pero
habían rechazado intencionalmente Su deseo. Por eso, les había juzgado con gran ira. Sin embargo, si se
arrepentían, Dios los restauraría y no habría más necesidad de ayunar.

¡PENSEMOS!
La dureza del pueblo de Dios es parecida en todas las
épocas. Es más fácil lamentar nuestro estado o llorar
tristemente que tomar la acción indicada por Dios.
Muchos cristianos sufren amargamente porque se
sienten culpables o se duelen de las circunstancias difíciles,
pero no se arrepienten del pecado que las ha producido. A la
luz de este estudio, ¿cuál debe ser nuestra respuesta cuando
nos damos cuenta de que nuestra vida no está de acuerdo
con la Palabra de Dios?
Podemos tapar nuestros oídos para no escucharle. O
podemos condolernos por las consecuencias de nuestros
actos y del juicio de Dios en nuestra vida. También podemos
confesar nuestro pecado y obedecer Su voz. ¿Qué alternativa
prefiere Dios? ¿Cuál resulta mejor? ¿Habrá alguna decisión
que usted deba tomar esta semana? Identifíquelo y decida
qué debe hacer para lograrlo.

8
Los Ayunos Convertidos en Fiestas
Zacarías 8
Dondequiera que se reúne el pueblo de Dios, existen los pesimistas que lamentan las circunstancias
difíciles. Al ver un vaso de agua medio lleno, el pesimista se fija en la falta de agua, mientras que el
optimista nota la mitad que se ha provisto. El primero se preocupa del escollo que presenta cualquier
circunstancia, no así el segundo, quien se alegra por las oportunidades que representan los problemas.
Los ayunos que observaban los judíos para recordar las aflicciones pasadas, seguramente daban a los
pesimistas motivo para solazarse en el sufrimiento. En lugar de confesar sus pecados, convertirse al
Señor y esperar la manifestación de Sus bendiciones, preferían quedarse como estaban y lamentar la
pérdida sufrida.
Al contestar la pregunta de los emisarios que venían de parte de los cautivos, Zacarías estableció en
los primeros dos mensajes, que podían hacer lo que quisieran con sus ayunos, Dios no los había
ordenado, y de todos modos, no se ejercían conforma a las normas establecidas en la ley. En lugar de

38
condolerse por sus aflicciones, debían confesar sus pecados y dedicarse a escuchar la voz del Señor y
obedecer Su Palabra. De esta manera, El quitaría la maldición y les traería a un estado de bendición.
LA RESTAURACION DE ISRAEL ES PROMETIDA 8:1–17
En el tercer mensaje de Zacarías, se predice la restauración de Israel. Se describe el cuidado divino
que experimentarán como participantes del plan de Dios. Les estimula a seguir adelante con la
reconstrucción, dándoles la promesa de que ésta se concluirá. Se les aseguran estas bienaventuranzas,
recordándoles los requisitos divinos. Dios siempre exige la obediencia como condición única para dar
Sus bendiciones.
Promesas de Restauración 8:1–15
Se les indica desde el principio, que éstos no son los sueños de algún visionario optimista. Jehová, el
Dios que controla los ejércitos de todo el mundo, ha hablado, y se encargará de cumplir lo dicho (8:1),
pues Sus bendiciones se basan en Su amor, no en el mérito de Israel (8:2).
El ha decidido restaurar a Jerusalén y residir en ella. Desde ese momento, la ciudad será identificada
con la verdad, con el control soberano del universo y la santidad, todas características esenciales de
Dios, quien estará en medio de ellos (8:3).
Se presentan varias manifestaciones de la paz que habrá en Israel después de que sea reconstruida
(8:4–6). Los hombres vivirán hasta la vejez, aunque andarán con un bastón en la mano debido a su
debilidad (4). Además, los niños jugarán seguros en las calles (5). Estas circunstancias sólo se dan en
tiempos de paz, no en la guerra. Aunque el pueblo no lo crea, es una cosa natural y normal para Dios
mantener la calma y el orden dentro de Su creación (6).
El Señor traerá a Israel desde los lugares más alejados del mundo para ser Su Dios. Será notable el
cambio que se realizará cuando verdaderamente manifiesten que son Su pueblo, practicando la verdad y
la justicia (8:7–9).
Existirá un gran contraste entre las condiciones que había mientras estaban en la tierra sin
preocuparse por el templo y las que habrá cuando Dios vuelva a derramar Su bendición sobre ellos (8:9–
12; compare Hageo 1:6, 9–11; 2:15–19). En aquel día recibirán en abundancia el fruto de su labor.
Aunque antes habían sido maldecidos por las naciones vecinas a causa de su rebelión, vendrían a ser
bendición para ellas (13). Habiendo sido objeto del castigo divino; ahora Dios les haría bien (14–15).
Condiciones para la Restauración 8:16–17
Para que Israel gozara de Sus bendiciones, Dios pidió que cumplieran con ciertos requisitos previos.
Por el lado positivo, se encuentran la práctica de la verdad y la paz (8:16). El pueblo de Dios debía ser
conocido por hablar sinceramente a los demás. Sus declaraciones ante los tribunales, que se reunían a las
puertas de la ciudad, debían basarse en ella y en todo aquello que llevara a la paz.
Por el lado negativo, hay algunas actividades que no debían permitirse si querían experimentar Su
misericordia (8:17): no pensar mal contra su prójimo ni jurar con falsedad. Esta forma de ser era común
y aceptada entre las naciones paganas, pero Dios la aborrece. Por eso, tenían que ser erradicadas. En fin,
la condición única para hacerse acreedores a las dádivas de Dios, era obedecer los estatutos estipulados
por El, los cuales son inmutables.
DIOS PROMETE TRANSFORMARLES
CON EL FIN DE RESTAURARLES
¡PENSEMOS!
Dios anticipó la restauración y bendición de Israel, no
basado en los méritos de ellos, sino en Su amor. Sin
embargo, para disfrutarlos, tenían que obedecer Su palabra

39
y vivir conforme a las normas establecidas por El. Si no
habían podido hacerlo antes, ¿cómo podrían lograrlo esta
vez?
¿En qué sentido se aplican estos mismos principios a
nosotros? ¿Cómo podemos usar esta verdad aprendida a la
situación particular en que vivimos?

EL LAMENTO TRANSFORMADO EN GOZO 8:18–23


El cuarto mensaje sobre los ayunos da respuesta directa a la pregunta que plantearon. Aquella
práctica, que había servido para recordarles el desastre sufrido, se convertirá en gozo cuando Dios
muestre su misericordia sobre Israel nuevamente. Todo pesar será olvidado ante esa nueva vida. El
Mesías estará presente con ellos y la ciudad será fuente de bendición para otros.
La Promesa de una Futura Celebración 8:18–19
Una vez más, el vocero de Dios les afirma que este mensaje no era una invención suya. No procedía
de los hombres; Dios era El responsable. Les indica que los cuatro ayunos serán olvidados a la luz de la
promesa divina de restauración. Serán transformados en ocasiones festivas para recordar la misericordia
de Dios hacia ellos. Por lo tanto, deben dedicarse a practicar la verdad y la paz.
Los Resultados de la Futura Celebración 8:20–23
Como prueba de su restauración, el mundo reconocerá que Dios está con Israel. Su bendición será
obvia a todos. Otros pueblos vendrán a Jerusalén a buscar a Dios y Su favor (8:20–22); será conocido,
no por sus muchos ritos y sacrificios, sino como centro de oración y adoración al Dios verdadero, quien
es capaz de hacer grandes maravillas y misericordias.
Los judíos serán buscados para identificarse con ellos y para participar también de la compasión
divina. Esta actitud resultará en que se publicará en todas las naciones que la presencia de Jehová está
con los que le obedecen. Todo el mundo dará testimonio diciendo: “Hemos oído que Dios está con
vosotros” (8:23b).
LAS BENDICIONES DE DIOS
DEMOSTRARAN CLARAMENTE
QUE EL ESTA CON ISRAEL
Con esto se da por terminada la respuesta a la pregunta. Aunque los ayunos se habían observado por
motivos equivocados, Dios pensaba bendecirles de tal manera que olvidarían sus sufrimientos. Por lo
tanto, ya no importaba si los seguían practicando o no. Esta decisión proviene de lo que el Señor quería
hacer a favor de ellos. El corregiría la situación que había provocado sus aflicciones.
Algunos pensarían que no se había dado respuesta a la pregunta en forma correcta. Sin embargo, se
hizo indirectamente por medio de estos mensajes:
1. Sus ayunos habían sido motivados por razones equivocadas.
2. Hacía falta el arrepentimiento verdadero.
3. Dios bendeciría a Israel por causa de Su amor para ellos.
4. Sus ayunos se convertirán en fiestas.
En concreto, ¿cuál es la respuesta? Que no importa lo que hagan con los ayunos, pues Dios nunca los
ordenó. Su programa llama más bien al arrepentimiento. Cuando eso suceda, la bendición vendrá como
consecuencia natural y Dios convertirá sus ayunos en días de júbilo.
LOS AYUNOS SE CONVERTIRAN
EN GOZO Y ALEGRIA
PORQUE DIOS ESTARA CON ELLOS
40
¡PENSEMOS!
El propósito de estos mensajes no era negar la validez de
los ayunos, sino hacerles ver que la tristeza y los lamentos
que les acompañaban no habían producido arrepentimiento.
En lugar de dirigir su atención a Dios, les traían depresión y
se alejaban más de El. Les hacían preguntarse ¿por qué? y
no se fijaban en las promesas de Dios.
Tampoco se daban cuenta de las condiciones que Dios
había establecido para su restauración. La finalidad de estos
mensajes era traerles esperanza en medio del desánimo, que
desaparecería cuando evaluaran su estado a la luz de la
seguridad que traería el cumplimiento de las promesas de
Dios.
Frecuentemente, al enfrentarnos a las circunstancias
difíciles de la vida, fijamos nuestra atención en la aflicción y
empezamos a preguntarnos ¿por qué? Este camino no nos
lleva a la victoria, sino a la tristeza y frustración. Estos
mensajes sugieren dos claves para salir de ellas:

1. Examinarnos para poder identificar y después confesar


cualquier pecado que pudiera traer la disciplina de Dios.
2. Estudiar y confiar en las promesas dadas por El.

Estos pasos eliminarán cualquier obstáculo que pudiera


haber para recibir la bendición de Dios en nuestras vidas.
Además, fijarán nuestra atención en El, en Su cuidado y en
Su Palabra. Desde esta perspectiva podemos regocijarnos en
Su misericordia para con nosotros en lugar de lamentarnos y
llorar.
¿Cuál de estos dos caminos acostumbra seguir usted
cuando pasa por un tiempo de prueba? ¿Responde con
frecuencia con pesimismo? ¿Qué cambio quisiera Dios
realizar en su vida en base a estos cuatro mensajes?

41
9
Liberación de los Enemigos Paganos
Zacarías 9–10
Israel acababa de regresar a su tierra después de setenta años de cautiverio en Babilonia. Habían
edificado el altar y puesto el cimiento para el templo, pero el trabajo se suspendió. Llevaban dieciseis
años sin actividad, caracterizados por una gran crisis económica y política. Hageo llegó para explicar el
motivo de esta opresión y exhortarles a reconstruir el templo.
Después de veinticuatro días, Israel respondió y empezó a reedificar el templo. Como consecuencia
de esto, Dios les prometió Sus bendiciones y envió a Zacarías para animarles en su labor. El mensaje
principal de este profeta era que Dios había recordado a Israel y deseaba comenzar un nuevo programa
que culminaría con el establecimiento del reino milenial.
Primero, Zacarías les llamó al arrepentimiento (1:1–6). Esta exhortación les recordó la causa del
juicio anterior y les sirvió de advertencia para que evitaran ser juzgados como sus antepasados rebeldes
e incrédulos. Asimismo, les insistió en que la bendición de Dios requiere obediencia.
Al cabo de tres meses, durante los cuales Israel siguió edificando el templo, Zacarías vio las ocho
visiones nocturnas que eran para alentar al pueblo a seguir adelante. Revelaron el bosquejo del programa
divino para su restauración. Se presentaron los principales pasos que les llevarían al establecimiento del
reino (1:7–6:8). Estas profecías terminaron con la coronación de Josué, con objeto de revelarles que el
clímax de este programa sería la exaltación del Mesías, el sacerdoterey.
La segunda división del libro fue develada después de otros dos años. La construcción en el templo
estaba a medio terminar. Los exiliados en Babilonia habían oído de las actividades en Jerusalén y de las
promesas venideras de Dios. Enviaron una delegación para orar delante de Jehová y para presentar una
duda, pues querían saber qué debían hacer. Tradicionalmente habían observado cuatro ayunos anuales
para lamentar la destrucción de la nación y su templo. ¿Deberían seguir haciéndolo, o era ya tiempo de
dejar tal práctica?
Dios les envió cuatro mensajes para contestar su inquietud (7–8). Les demostró que ellos habían sido
los que establecieron los ayunos; El nunca los ordenó. Lo que El deseaba era la confesión y
arrepentimiento de sus pecados, no lamentaciones por su aflicción. De cualquier forma, les reveló un
plan de restauración que convertiría sus ayunos en fiestas de júbilo. Así que, podían hacer lo que
quisieran con sus ayunos, pero antes de decidir qué harían, debían considerar el gran plan de Dios para
el futuro.
El libro concluye con la presentación de dos profecías “severas” (9–14) que sirven para presentar el
plan de Dios para los gentiles. Estas tenían que ver con el futuro de Israel también, pero poniendo
énfasis en el papel que iban a jugar los incrédulos.
Zacarías presentó un orden paralelo al de Daniel, quien hizo hincapié en el programa divino para los
gentiles; trazando el plan para Israel con el fin de presentar su efecto sobre los incrédulos. Por su lado,
Zacarías esboza el proyecto de Dios para los paganos explicando su efecto sobre Israel, pues el pueblo
escogido todavía ocupa el primer lugar en la mente del autor.
La palabra traducida “profecía” en estos dos mensajes, a veces se traduce como “carga”. La raíz de
la palabra viene de un verbo que quiere decir levantar o cargar:
Génesis 7:17 “las aguas crecieron, y alzaron el arca”.
Génesis 44:1 “Llena de alimento los costales de estos varones, cuanto puedan llevar”.
El sustantivo empleado aquí normalmente se traduce “carga”, y puede ser usado en el sentido literal:

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Exodo 23:5 “Si vieres el asno del que te aborrece caído debajo de su carga, ¿le dejarás sin ayuda?
O puede ser usado en el sentido figurado:
2 Samuel 15:33 “Si pasares conmigo, me serás carga”.
Al utilizar esta palabra para describir un discurso, se traduce como “un mensaje severo o gravoso”.
En este caso, se refiere a la predicción de un evento amenazador, ominoso, y por lo tanto, difícil de
llevar; representa un gran peso para el profeta que tiene que anunciarlo (Isaías 14:28–32; Ezequiel
12:10–11). En base al uso frecuente de esta palabra en el Antiguo Testamento, parece que llegó a ser un
término técnico empleado para describir cualquier mensaje de juicio venidero.
En Zacarías capítulos 9 al 14 se presentan dos de estos mensajes de juicio, uno contra los gentiles
que afectaría a Israel, y el otro contra Israel, que sería realizado por los infieles y que obligaría al pueblo
de Dios a confesar sus pecados y volverse a El. El primero, describe el castigo de Dios contra las
naciones paganas, que traería como consecuencia la liberación de Israel del dominio gentil (9–11).
Este pasaje provocó uno de los problomas teológicos más grandes en tiempos de Jesucristo, tanto a
los judíos como a los nuevos cristianos con el mismo trasfondo nacional. El mensaje presenta los pasos
que Dios seguiría para restaurar la nación y establecer al Mesías sobre el trono. El cumplimiento se
interrumpió pues no se llevó a cabo tal como la nación había esperado. La explicación se revela en
Zacarías 11, pero se veló de modo que el pueblo no entendía lo que iba a suceder. A Mateo le tocó
explicar el significado de los eventos y explicar la solución al misterio.
EL JUICIO DE LAS NACIONES 9:1–8
El proceso de restauración comenzó con el castigo de las naciones paganas que circundaban a Israel
y la preservación del pueblo de Dios. Este juicio se cumplió primero con la conquista de parte de
Alejandro el Magno, quien dejó de lado a Israel mientras que atacó directamente a las naciones vecinas.
Al final, se volverá a cumplir esa predicción en mayor escala, cuando venga la gran tribulación.
LOS ENEMIGOS DE ISRAEL SERAN
JUZGADOS Y SERA LIBERADO
Juicio de las Naciones Paganas 9:1–7
Las ciudades de Siria 9:1–2a
El veredicto de Dios se dio primero contra las ciudades de Siria, siendo las más importantes entre
ellas, Hadrac, Damasco y Hamat. Su castigo obligó a los observadores en Israel a dirigir sus ojos hacia
Jehová. Reconocían que era obra de la mano de Dios para proteger a Su pueblo y para vengarse por el
trato abusivo que le habían dado.
Estos escarmientos se efectuaron por medio de las conquistas de Alejandro Magno. En octubre de
333 a.C., venció a sus oponentes en la campaña de Iso. Como resultado de esta victoria, se le abrió la
puerta a todo el Cercano Oriente. Pasó rápidamente por toda la región tomando control de todas los
países que rodeaban a Israel. El cumplimiento final de esta profecía se llevará a cabo en los últimos días,
cuando los enemigos de Israel sean eliminados y ellos se encuentren libres del dominio gentil.
Las ciudades de Fenicia 9:2b–4
Seguramente la predicción de juicio más difícil de creer en los días de Zacarías era la segunda,
dirigida contra las ciudades de Tiro y Sidón. Anteriormente habían sido los aliados seguros de Israel y
después, responsables de haberles desviado de su firme dependencia de Jehová. Poco antes de este
tiempo, su poder había aumentado grandemente y se habían convertido en opresores de Israel. Su
sistema defensivo y su poder económico eran reconocidos en todo el mundo. Se consideraban
invencibles.
La ciudad de Tiro estaba protegida por un muro de aproximadamente 50 metros de altura. Durante
cinco años, Salmanezer de Asiria había intentado conquistarla sin lograrlo. Por trece años,
Nabucodonosor trató lo mismo sin éxito. Alejandro pudo vencerles después de construir un

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desembarcadero en el mar, el cual le costó siete meses y el apoyo de su marina. Así realizó lo que
ningún otro había obtenido.
En cuanto a su fuerza económica, el oro y la plata abundaban allí como el polvo y el lodo en otros
pueblos. En el Cercano Oriente, existían en abundancia, y Tiro consiguió una gran parte de este tesoro
disponible. A pesar de todo su poder y riqueza, Dios les iba a destruir. La ciudad y su riqueza serían
tomadas.
Las ciudades de Filistia 9:5–7
Tradicionalmente, Filistia había sido un pueblo opresor de Israel. La región estaba formada por cinco
ciudades principales, cada una con su propio rey y gobierno. Habían hecho una alianza fuerte para pelear
juntos en la guerra y para defenderse mutuamente.
La profecía de juicio señaló que cuatro de las cinco ciudades capitales serían tomadas; las que se
atrevieron a oponerse a Alejandro a pesar de lo que había pasado en Tiro. Del avance de Grecia en esta
época sólo hay informes de lo que ocurrió en Gaza, pero en este caso, la historia demuestra que resultó
tal como se había predicho.
La soberbia de los filisteos fue eliminada. Un estudio del comportamiento de sus habitantes afirma
que el orgullo aparece como el distintivo nacional más relevante, pero fue deshecho como resultado de
la destrucción devastadora del ataque mencionado (6b). Las violentas atrocidades y ritos paganos que
practicaban, también fueron exterminados (7a).
Al finalizar la batalla quedó un pequeño remanente como testimonio de lo que Dios había hecho
(7b). Las grandes ciudades quedaron reducidas a la esfera de influencia de un simple capitán de Israel,
los cuales gobernaban a mil personas. En otras palabras, la importancia política de Filistia llegó a ser
equivalente a una unidad familiar entre las tribus de Judá.
Ecrón, una de las ciudades principales de Filistia, llegaría a ser como un jebuseo. Los jebuseos eran
los habitantes de Sión cuando David conquistó Jerusalén. Se mezclaron en Israel y perdieron su
identidad distintiva (2 Samuel 24:15–25; 1 Crónicas 21:18–29). Ecrón tendría el mismo destino.
En fin, Filistia, el enemigo perpetuo de Israel sufriría la destrucción de su orgullo nacional. Quedaría
un pequeño remanente sin su antiguo esplendor. Se demuestra una vez más, que las naciones que se
atreven oponerse a Israel tendrán que rendir cuentas a Dios; no saldrán sin daño.
Preservación de Israel 9:8
En medio de todo este juicio, Dios prometió amparar a Israel de ese enemigo fuerte que avanzaba
por toda la región. El mismo sería el guarda que les protegería. Esto se cumplió en el tiempo de
Alejandro. La historia es fascinante. Inexplicablemente, Israel no fue afectado. De la misma manera,
Dios les guardará también en los últimos días cuando El juzgue a las naciones paganas que les han
maltratado.

¡PENSEMOS!
Al evaluar las condiciones existentes desde la
perspectiva humana, todo parecía estar en contra de Israel.
Los enemigos tenían todas las ventajas para vencerlos: eran
muy sabios pues se habían edificado fortalezas, poseían gran
cantidad de dinero; lo tenían todo. Lo único que Israel podía
hacer era poner sus ojos en Jehová. Parece que a Dios le
agrada que Su pueblo llegue a este punto porque así El
puede manifestar Su grandeza. En medio de estas
circunstancias, Dios intervino para defenderlos. Quienes

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confiaban en los medios que el mundo ofrece perdieron la
batalla, pero los que pusieron la mirada en el Todopoder so,
ganaron.
Señale algunas lecciones que este mensaje debe
enseñarnos. ¿Qué valor tienen los recursos humanos en el
conflicto espiritual en que nos encontramos? ¿Habrá alguna
ocasión en que se pueden aprovechar estos recursos para
bien, sin perder la batalla? ¿Como podríamos hacerlo?

LA LLEGADA DEL MESIAS 9:9


Después de la profecía sobre el juicio de las naciones enemigas, el siguiente evento principal es la
venida del Mesías y la paz que El traerá consigo. Su llegada será acompañada de gran regocijo (Mateo
21:9–11).
Tres de Sus características se identifican en esta profecía. Será un gobernador justo (Jeremías 23:5–
6). La salvación le ha sido encomendada. Al ir montado sobre un asno, manifestará públicamente Su
humildad. Mateo señaló que Cristo cumplió literalmente con esta Escritura en Mateo 21:1–10. Al ver la
forma en que se realizó esto, podemos comprender que Zacarías hiciera referencia a la presentación
oficial del Mesías a Israel.
EL MESIAS VENDRA
A JERUSALEN
BENDICION PARA ISRAEL 9:10–10:12
La tercera parte de este severo mensaje define las bendiciones específicas que Israel recibirá al llegar
su Salvador. Al leer estas promesas, nos damos cuenta del problema que la iglesia primitiva tuvo que
enfrentar. El Ungido había venido para cumplir la predicción, pero las bendiciones no se manifestaron
conforme a ella. ¿Qué pasó con el programa de Dios?
Para contestar esta pregunta, Mateo explicó que Cristo vino y se presentó a Israel. Demostró sin
lugar a dudas, por medio de señales poderosas, que El era el Mesías, pero Israel lo rechazó.
La historia se presenta en resumen en Mateo 12:38–13:3a. Los fariseos acababan de acusarle de
operar por medio del poder de Satanás y le pedían una señal definitiva, dando a entender que no habían
aceptado ninguna de ellas como evidencia de que era el enviado de Dios (Mateo 12:38–42). Habían
rechazado todos Sus milagros. La prueba final e innegable sería la resurrección, pero aun esa sería
rechazada, siendo la que les condenaría. Aun Nínive y la reina del sur criticarían a esa generación por
causa de su incredulidad.
La condición del pueblo se comparó con los síntomas de la posesión demoníaca (Mateo 12:43–45).
Transformar sus propias vidas sería imposible. Su estado iba de mal en peor.
Al final, Jesucristo les advirtió que se estaba cortando Su relación natural con Israel (Mateo 12:46–
50). El acto de desechar a Su madre era un símbolo para señalar el rechazo de Su comunion con Israel.
Por lo tanto, empezó a trazar por medio de las parábolas, un orden para una nueva época (Mateo 13:1–
3).
Después de esta confrontación, el mensaje de Dios para Israel cambió a ser un comunicado de juicio.
Esa generación sería juzgada por Dios. En Mateo 21, Cristo obligó al pueblo a definir su reacción a El
de manera oficial. Se presentó formalmente como Mesías. La respuesta inmediata fue de rechazo. El
resultado de su incredulidad fue la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.
En fin, Mateo demostró que el programa de Dios para Israel había sido pospuesto porque ellos
rechazaron Su plan. Esta interpretación explica la pausa entre el cumplimiento de Zacarías 9:9 y 9:10; la
última parte todavía espera su culminación en la Segunda Venida de Cristo.
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Las Bendiciones Prometidas 9:10–10:8
Zacarías identifica las bendiciones específicas que Israel recibiría al venir su Libertador. Primero, y
tal vez más lo significativo para la nación sería que habría paz bajo Su dominio universal (9:10). No
habrá necesidad de carros de guerra porque El proclamará la paz en toda la tierra que Dios les había
prometido (Génesis 15:18; Exodo 23:31).
En segundo lugar, Dios promete la restauración de la tierra (9:11–12); les llevará del exilio hasta
regresarlos a su lugar de origen, basándose en un pacto sellado con sangre. Aunque se discute a cuál se
refiere el autor, se entiende que es el que se confirmó con sacrificio de sangre en Génesis 15, pues hace
referencia directa a la tierra que Dios les prometió. Aparentemente, Zacarías quiere recordarles esta
promesa, al unir de nuevo la predicción de la tierra con la alianza sellada con sangre.
Los presos serán sacados de una “cisterna en que no hay agua”. En aquellos tiempos, muchas
prisiones se habían establecido en cisternas secas. Por eso la expresión llegó a ser un sinónimo,
empleado para identificar una cárcel. En otras palabras, la promesa asegura que Dios libertará a los
prisioneros. Se restaurarán a una fortaleza, a un lugar seguro. Al regresar a la tierra, Dios les dará una
doble porción, o sea la herencia normal del primogénito (Deuteronomio 21:17) porque Israel se
considera hijo primogénito de Dios (Exodo 4:22).
La tercera bienaventuranza que promete es la victoria sobre el dominio gentil (9:13–17), la cual se
empezó a cumplir en el tiempo de los macabeos, pero será terminada en el milenio.
Aunque Dios utiliza a Israel como instrumento para realizar esta hazaña, El es el personaje central y
por eso, la salvación y protección están garantizadas (13–15). Se presenta al pueblo en el milenio como
las joyas en una corona, colocados en medio de Su tierra, las cuales llaman la atención de quienes las
observan (16). Una vez que gocen de paz en su tierra, el pueblo tendrá verdadera prosperidad (17).
La quinta bendición profetizada es la eliminación del anatema religioso (10:1–4). Los judíos habían
sufrido mucho por seguir a los líderes falsos que les engañaban. Al regresar a Jehová y depender de El,
pueden confiar en que les mandará tiempos de refrigerio espiritual (1–2). La ira de Dios había surgido a
causa de los maestros indignos que habían llevado al pueblo por mal camino. Sin embargo, El piensa
restaurar a su lugar de prominencia la casa real de Judá y traerá a ella el apoyo para terminar el edificio,
para lo que éste contiene, para armar la defensa, y para ayudar a todo gobernador del pueblo.
En sexto lugar, Dios promete Su presencia y auxilio en la batalla (10:5). Les dará victoria sobre sus
enemigos, que pelearán de pie en las calles y montados en caballos. La ayuda divina será ilimitada.
Se les promete también el restablecimiento de la comunión con Dios (10:6–7), incluyendo a Judá y
el reino del norte, Israel. Dios los atraerá de nuevo, como si nunca se hubieran apartado. El resultado de
esta obra divina será fuerzas renovadas y gran gozo.
Por último, Dios les promete una gran reunión y el crecimiento de la población a su tamaño anterior
(10:8). Debido a Su amor para ellos, les ha redimido y ahora piensa terminar la obra comenzada. Silbará
para llamarles a la tierra de nuevo y aumentará su población.
AL VENIR EL MESIAS
DIOS DERRAMARA BENDICION
SOBRE SU PUEBLO
La Participación de Dios 10:9–12
Al terminar Sus promesas de bendición, Jehová demostró cómo será Su participación, tanto en la
dispersión como en la restauración del pueblo y cómo será el futuro también. Les había esparcido, para
que se acordaran de El y se arrepintieran juntamente con sus hijos y se volvieran a El (10:9).
Jehová es quien les guiará de nuevo de las tierras a donde les había esparcido y los traerá de tal
manera que no habrá suficiente lugar para todos ellos (10:10). El eliminará todo obstáculo externo para

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su completa restauración. Ningún problema, ola de adversidad, o enemigo nacional de Israel podrán
frenar el plan que Dios tiene en mente para ellos (10:11).
Finalmente, Dios les asegura que El efectuará una renovación espiritual (10:12). La expresión
traducida “caminarán en su nombre” es similar a las referencias que se hacen de las patrullas y otros
enviados divinos que recorrían la tierra (1:10–11; 6:7). Ellos serán Sus representantes y siervos para
hacer Su voluntad. Podrán funcionar de esa manera porque Jehová les ha fortalecido.
TODAS ESTAS BENDICIONES
VIENEN PORQUE DIOS SE HA
MANIFESTADO EN ELLOS
¡PENSEMOS!
Este mensaje prometió la restauración del pueblo de
Israel y las bendiciones que vendrían después con la venida
del Mesías. Observe de nuevo estas promesas notando
especialmente los verbos empleados. ¿Cuál fue la condición
que hizo posible esta bendición? ¿Qué hicieron ellos para
merecerla? ¿Qué exigió Dios para que gozaran estas
bendiciones?
Al buscar las bendiciones de Dios para nuestra vida,
¿qué nos enseñan estas promesas? ¿En base a qué podemos
esperarlas? ¿Qué tenemos que hacer para merecerlas? ¿Qué
exige Dios para que gocemos Su bendición?
Al considerar estas respuestas y evaluar su propia vida,
¿habrá algún cambio de actitud o de conducta que Dios
quisiera lograr en usted? ¿Qué debe hacer?

10
El Rechazo del Buen Pastor
Zacarías 11
Un misterio difícil de comprender en la Palabra de Dios es la ceguera de Israel ante la llegada del
Mesías, la cual los llevó a rechazarlo y a perder las bendiciones que Dios les había prometido. Aunque
nos sorprende esta actitud, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento demuestran que al Señor no le
extrañó esta reacción. El sabía de antemano el camino que tomarían, y había diseñado un plan para
perdonarlos y restaurarles. Más aún, el caso de Israel sirve para advertirnos del peligro de no oir Su voz
y no seguir al buen Pastor.
Como indicamos antes, Mateo quiso explicar la demora que ocurrió entre Zacarías 9:9 y 9:10. Se
había profetizado esto desde el principio, pero su explicación quedó escondida. En el capítulo 11, el
autor presenta las causa del atraso. El plan de Dios no había sido anulado. El siempre exige obediencia,
pero por su incredulidad y rebeldía menospreciaron al Pastor que El había enviado y perdieron
temporalmente las bendiciones prometidas. Parece que se incluyó esta porción aquí en forma velada, con
el propósito de que ningún judío pudiera decir que Dios no había cumplido el programa esbozado por

47
Zacarías, quien claramente había dicho que cuando el Mesías llegara, Israel lo rechazaría y aceptaría en
cambio a un pastor falso. El resultado sería aflicción y desolación lo cual se cumplió al pie de la letra.
Este pasaje no es fácil de interpretar. Su significado quedó en la oscuridad hasta después de la
primera venida y rechazo de Cristo por el pueblo judío. El capítulo se presta a distintas interpretaciones,
hasta el extremo de que encontramos más de cuarenta versiones diferentes dadas para dos citas. Por eso,
en lugar de discutirlas, presentaremos aquí la que nos parece más adecuada.
DESTRUCCION EN LA TIERRA 11:1–3
El profeta había estado hablando de la bendición que acompañaría la venida del Mesías. De repente,
sin ningún aviso previo, cambia abruptamente al tema del castigo. ¿En base a qué vino esta advertencia?
¿A qué se refería?
Este mecanismo literario era común en el idioma hebreo para hacer énfasis en una relación lógica de
causa y efecto. El segundo se presentaba al principio, seguido del motivo que lo provocaba.
Es probable que el juicio descrito se refiera a la guerra romana contra los judíos en 70 d.C. Nada en
el contexto parece hacer referencia a las condiciones existentes durante la invasión de Babilonia, sino
que establece el castigo que sobrevendría al pueblo después de despreciar al Mesías.
La tierra entera estaba representada por cuatro regiones. Se habla del lamento que habrá por las
pérdidas nacionales. En cada caso, el juicio destruirá la causa principal de orgullo que sentían los
pueblos mencionados.
La catástrofe principió en la zona al norte del Líbano (11:1–2a), la que se conocía principalmente
por sus árboles. La madera fina para la casa de David y para el templo había sido enviado desde allí. La
palabra profética contra ellos es de que un fuego destruirá los cedros de ese país. Si iban a desaparecer,
los cipreses no tendrían ninguna esperanza de sobrevivir, porque los otros eran mucho más vigorosos.
Parece que esta invasión acabaría con los árboles de ese lugar. Algunos comentaristas opinan que
esta descripción debe tomarse figuradamente, como mención de lo más notable que tenía el país y que
constituía la causa de su fama y orgullo nacional, no tanto como refiriéndose a los árboles en sí. En
cualquier caso, literal o figurada, la idea es la misma: será exterminada la base de su jactancia.
La segunda parte que se menciona en esta profecía de juicio es Basán, al norte de la margen oriental
del Jordán (11:2b), que perteneció a la media tribu de Manasés. También debía esperar su desaparición.
Si los bosques famosos del Líbano no podían resistir el ataque, tampoco lo harían las encinas de Basán.
El juicio continúa hasta llegar a las tierras planas de pastos verdes de Israel, donde habitaban los
pastores (11:3a). Estas también serían raídas, y los cuidadores de ganado clamarían por haber
desaparecido la fuente de su vanagloria.
Por último, el castigo llegará hasta el sur del reino del norte (11:3b). “La gloria del Jordán” es una
manera de describir el área selvática en el valle de ese río, que se encuentra al sur del Mar de Galilea.
Después de la devastación del reino del norte, esta zona llegó a ser poblada por bestias salvajes,
perdiendo la gloria anterior.
El juicio no se limitó a estas cuatro regiones. Su destrucción representaba la de toda la tierra. En
cada zona afectada, los habitantes se quejaban por la desolación. Su recurso principal, lo que más les
daba gozo y satisfacción se había eliminado.
EL JUICIO DE DIOS
LOS DEJO ARRUINADOS
¡PENSEMOS!
Israel se preocupaba más por la pérdida de sus bienes
que por su relación con Dios. No se daban cuenta de que este

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juicio era sólo un síntoma del problema verdadero: su
incredulidad y rebeldía.
Tome nota de los indicios de soberbia expresados por
medio de los términos “magníficos” o “gloria”. ¿Cómo veían
ellos los recursos naturales que Dios les había dado? ¿Cuál
debía haber sido su actitud?
¿Qué debemos aprender de la reacción del pueblo y las
consecuencias de ella? (Compare la enseñanza de 1 Timoteo
6:17–19).

CAUSA: EL RECHAZO DEL MESIAS 11:4–14


La Comisión del Profeta 11:4
Después de anunciar el juicio, Zacarías explicó su causa. Dios le había comisionado para actuar
como pastor del pueblo. Al aceptar esta responsabilidad, vino a ser como un sustituto del Mesías. Debía
pastorear el rebaño que había sido destinado a la matanza, en este caso Israel (Salmos 44:22) el cual era
un ejemplo del juicio divino contra el pueblo pecaminoso (Mateo 21:33–44).
El Castigo del Pueblo es Profetizado 11:5–6
A la descripción del rebaño y matadero, sigue la del trato que reciben las ovejas. Están a merced de
los mercaderes quienes las venden y matan a su gusto, sin considerar su bienestar. Aunque los pastores
se consideran favorecidos por Jehová debido a que se han hecho ricos no se procupan por ellas. Sólo
están involucrados en el negocio por la ganancia personal (11:5).
Si se tratara de un rebaño real, su fin sería como el de la narración. No obstante, al que es un pastor
verdadero le cuesta entregar a sus animales porque ha invertido parte de su vida en ellos y siente
compasión.
Sin embargo, en este caso las víctimas no son ovejas; son personas. El pueblo de Dios esta siendo
tratado como si estuviera destinado a la muerte sin que a nadie le interese. Es más, quienes hacen esa
obra consideran que tienen la gracia de Dios porque se han enriquecido a costa de ellos.
¿Cómo llegó Israel a esta condición tan miserable? Debido al juicio de Dios (11:6); ya no les tendría
misericordia. Cada uno sería víctima del otro, y todos de su propio rey. Se destruirían a sí mismos,
actuando egoístamente y maltratando con injusticia a su prójimo. Dios les dejaría sufrir las
consecuencias de sus actitudes y conducta. Ese sería su castigo por haberle rechazado.

¡PENSEMOS!
Analice con cuidado el cuadro del juicio pintado en este
pasaje. ¿Quién maltrataba a quién? ¿Cómo lo hacían? ¿Qué
forma toma el juicio de Dios? ¿Qué hace El?
El pasaje nos aclara algunas verdades importantes.
¿Qué nos enseña acerca de la humanidad y las injusticias
que sufrimos en este mundo? A la vez se nos instruye en
cuanto al juicio divino. ¿En qué forma son juzgados?
¿Cuáles principios prácticos resaltan de estos
versículos? ¿Cómo debe afectar su vida este conocimiento?

Ministerio del Mesías 11:7

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El ministerio de Zacarías como representante del Mesías era apacentar las ovejas del rebaño.
Normalmente, los pastores empleaban dos cayados o palos, uno para defenderse y otro para ayudar a las
ovejas. Sin mayor comentario, Zacarías les indica que él también utilizaba estos instrumentos para
realizar su trabajo. A uno llamó Gracia, y al otro, Ataduras o “unidad”, los cuales Dios había puesto en
sus manos para que el pueblo sobreviviera y prosperara.
Respuesta del Mesías al Rechazo 11:8–11
A través de Su mensajero, Dios destruyó a tres pastores en un mes. Podría referirse a tres individuos
o a tres clases de líderes: los reyes, sacerdotes y profetas. Aunque la interpretación precisa de este juicio
no está clara, lo que se puede discernir claramente es el cuadro de rechazo. Ellos han rechazado a Dios,
y El a ellos. Por lo tanto, los líderes se han eliminado (11:8).
Otra consecuencia es que se dan por terminadas las funciones del pastor (11:9). No les dará más
comida, no sanará sus heridas; en lugar de vendarlas, les dejará morir. No las protegerá más, les
abandonará para que sigan su camino extraviado, sin protección. Los sobrevivientes, sin comida y
desesperados, se entregarán a la muerte y al canibalismo.
Además, Dios quebrará el cayado de Su gracia y asimismo el pacto hecho con ellos y todas las
naciones (11:10–11). Parece que este palo representaba la misericordia de Jehová hacia Israel, el que le
había impulsado a hacer un convenio con ellos. En algún sentido, involucraba a las otras naciones,
probablemente porque habían sido los instrumentos de Dios para garantizar el bienestar de Su pueblo
Israel. “Pueblos” en plural nunca se utiliza para referirse a Israel.
El juicio resultará en la destrucción de la nación. Sin embargo, al final de este periodo, habrá un
remanente que reconocerá este evento como la voluntad del Señor. Nadie ha vencido a Jehová; El está
en control de todo.
Respuesta del Mesías al Precio que le Pusieron 11:12–14
Desprecio del pueblo 11:12
Ya había sido rechazado y había dejado de ser Su Pastor (11:8–9). Ahora les pide que le paguen
conforme al valor de Sus servicios. Si no existe ningún valor, no están bajo obligación de pagarle nada.
La respuesta de ellos resulta más insultante que si se hubieran negado a pagarle. Le despreciaron
totalmente (11:12–13). Según ellos, El tenía aproximadamente el valor que debía pagarse a un esclavo
herido por los cuernos de un buey (Exodo 21:32). En otras palabras, su réplica demuestra que desde el
punto de vista de ellos, El valía menos que un hombre normal.
EL JUICIO VINO PORQUE
DESPRECIARON
AL PASTOR VERDADERO
¡PENSEMOS!
Como siempre ocurre, la incredulidad y desobediencia
nacieron de un corazón que no sabía agradecer ni valorar lo
que Dios había hecho para con ellos. Según Romanos 1:21,
toda la humanidad sufre de este mal. ¿Qué peligro hay de
que nosotros caigamos en esta trampa? ¿Cómo lo podemos
evitar?

Reacción del Mesías 11:13

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El Señor hace dos comentarios para responder a la oferta de treinta piezas de plata. Primero dice:
“Echalo al tesoro” (la Biblia de las Américas lo traduce como “Echalo al alfarero”, dando cumplimiento
literal a esta profecía en Mateo 27:3–10).
Los alfareros se especializaban en cosas de poco valor. Aún después de invertir mucho trabajo, sus
productos eran muy baratos. Este podría haber sido un dicho común para indicar que un precio era
totalmente inadecuado, que la oferta no podía admitirse, semejante a “tírelo a los perros” o “a la basura”.
Otra idea que da esta expresión es que el dinero arrojado al suelo en el templo equivalía a echarlo afuera,
donde se encontraban los alfareros, lugar considerado inmundo. En cualquier caso, la idea es que la
oferta era totalmente inútil y degradante.
La segunda respuesta: “¡Hermoso precio con que me han apreciado!” es irónica. Lo que estaban
ofreciendo indicaba que menospreciaban el valor de lo que Dios había hecho por ellos, pues pensaban
que valía una cantidad mínima.
El cumplimiento final de esta profecía se realizó en Mateo 27:3–10. Sin embargo, el uso que le da
Mateo presenta dos problemas. Primero, cambió algunas palabras para conformar la predicción de
Zacarías a los sucesos reales. Usa la primera persona “yo” por la tercera persona “El”, sin modificar el
significado del mensaje del profeta. En lugar de hacer una cita directa, aplicó la verdad de ella sin alterar
la esencia del mensaje, con el fin de adecuarla a las circunstancias de la vida de Cristo.
El segundo problema es más difícil. Mateo atribuyó las palabras de Zacarías a Jeremías. Se ofrecen
dos soluciones posibles. Jeremías fue el primer libro profético del Antiguo Testamento encontrado en la
Biblia hebrea. A veces usaban su nombre para identificar cualquier declaración hecha en esta sección,
sin importar quién la hubiera escrito.
Otra sugerencia para explicar el comentario de Mateo es que el evento está relacionado también con
las profecías de Jeremías 18:1–14 y 19:1–3. Debido a que Jeremías fue un profeta mayor y Zacarías sólo
uno de los doce menores, sería lógico que se refiriera al más prominente. Cualquiera de estas dos
explicaciones podría satisfacer el problema.
Juicio contra el pueblo 11:14
Además de la destrucción física de la nación y la cesación temporal de las manifestaciones de la
misericordia de Dios, Zacarías indica que se quebraría el segundo cayado también, el que se llamaba
“ataduras” o “unión”. En el juicio devastador del año 70 d.C., cualquier estudiante de la historia se da
cuenta de que primero desapareció la unidad del pueblo. En ese tiempo, los diferentes grupos e intereses
estaban en pugna, tratando de tener la hegemonía, por lo que el pueblo quedó fragmentado. Una de las
divisiones mayores existía entre los del sur y los del norte y nunca se sanó esta herida.
UN CONTRASTE: LA ACEPTACION DEL PASTOR FALSO 11:15–17
Comisión de Zacarías 11:15
La gran ironía en la historia del rechazo del buen Pastor es que además de hacer esto, aceptan uno
que es falso. Aunque el pasaje no lo dice directamente, el contexto exige que se entienda así; Jesucristo
afirmó que así responderían (Juan 5:43). Cuando las ovejas no quieren seguir la voz de su pastor, quedan
a merced de los lobos. Este pastor falso se identifica como “insensato”, significando uno que está
asociado con la maldad (Proverbios 14:16).
Descripción del Pastor Falso 11:16
Se identifica primero negativamente, aludiendo a las funciones que no cumple. Este pastor no se
preocupa por la oveja perdida. No busca a la pequeña e indefensa. No cura a las que se han herido.
Tampoco les da de comer. En fin, todo lo que se espera que haga un buen pastor por el bienestar de sus
animalitos, no lo hace.
Por el otro lado, lo que hacen los enemigos contra quienes debería luchar es lo que él mismo realiza;
se come la mejor carne del rebaño. Devora a sus ovejas, gozando hasta el último bocado. Se interesa en

51
sí mismo, busca su propio bien, y nada más. Sin embargo, a pesar del carácter detestable de este
“pastor”, Israel lo acepta y le siguen donde él les lleve, aunque sea a su propia destrucción.
RECHAZARON AL BUEN PASTOR
PARA RECIBIR GUSTOSAMENTE
EL FALSO
Juicio del Pastor Falso 11:17
Al final del mensaje, se describe el destino de los líderes falsos que el pueblo ha seguido: su brazo se
secará y su ojo se oscurecerá, siendo heridos por la espada. Dios les castigará y serán inutilizados. Al
llegar a este estado, no podrán hacer más daño, pero tampoco podrán ayudar al pueblo. Quedarán
indefensos ante el juicio de Dios.
En resumen, esta severa profecía presenta cuatro eventos principales que componen el plan de Dios
para el futuro de Israel:
1. El juicio de las naciones y la consecuente liberación de Israel.
2. La venida del Mesías.
3. Las bendiciones que acompañan se venida.
4. La razón por la cual se pospuso la bendición.

¡PENSEMOS!
El ejemplo de Israel nos obliga a considerar el peligro de
la incredulidad y desobediencia, existente aun en medio del
pueblo de Dios. Israel manifestó esta actitud en cuatro áreas:
1. Rechazaron la Palabra de Dios.
2. Rechazaron el liderazgo fiel.
3. Rechazaron la voz del enviado de Dios.
4. Insistieron en seguir el liderazgo falso que les destruiría.
¿Qué peligro habrá de imitar a Israel en nuestra vida?
¿Cómo se manifiestan las actitudes de ese pueblo en cada
una de las esferas de la lista anterior? ¿Qué debe hacer usted
para protegerse de esto?

11
La Salvación de Israel
Zacarías 12–13:6
Los dos severos mensajes que Jehová dio a Zacarías al final del libro revelan Su plan para los
paganos y los resultados para Israel (9–14). El primero de ellos describe el juicio divino contra ellos y la
liberación que vendrá a Su pueblo (9–11). Un aspecto de esta promesa fue la venida del Mesías y las
bendiciones que El les traería. Sin embargo, debido a su incredulidad y rechazo, estas tuvieron que
posponerse.

52
El segundo describe el movimiento de las naciones gentiles contra Israel. La presión de ellas les
obligará a reconocer sus pecados y arrepentirse. Cuando regresen a Dios, recibirán Su misericordia y
serán libres de sus opresores (12–14).
Este mensaje gira alrededor de varias palabras claves que pueden juntarse para descubrir la idea
principal de esta profecía. Se repite “aquel día” diecisiete veces; “Jerusalén”, veintidós ocasiones; y “las
naciones” aparece trece. Al unirlas, se demuestra que Dios las llevará contra Jerusalén en un tiempo
conocido como “aquel día”.
SALVACION DE LAS NACIONES ENEMIGAS 12:1–9
Esta parte principia con la promesa de que Israel será liberado, tanto físicamente (12:1–9), como
espiritualmente, por medio de la confesión de su pecado y la purificación divina (12:10–13:6). Zacarías
describe un tiempo de aflicción bajo el ataque enemigo, que probablemente será iniciado por el falso
pastor (11:15–17; Jeremías 30:5–7; Daniel 12:1). Los que decidan unirse a éste, serán despedazados.
Dios salvará a Israel de la mano de ellos. Sé presenta aquí un cuadro de lo que sucederá en la batalla de
Armagedón.
A pesar de la aparente oposición al programa de Dios y la falta de intervención divina, el Señor es la
fuente de todo lo que sucede en esta guerra. El mensaje proviene de El, no de ningún hombre. Cada
evento está controlado por el Soberano que hizo el universo y a todas las personas que lo habitan (12:1).
Al presentar cómo será el ataque, los contrarios aparecen como embriagados a causa de su avaricia.
La figura empleada en el idioma original presenta el cuadro de un hombre que empieza a tomar un vaso
de vino y acaba con todo. El problema es que cuando se encuentra completamente ebrio, resulta ser
víctima del licor, en lugar de ser su dueño. De la misma manera, los enemigos no podrán recoger el
botín. Es decir, que aquellos que suban a atacar a Jerusalén serán deshechos, como una persona que se
esfuerza por levantar una piedra demasiado pesada (12:2–3).
Habrá gran confusión en las filas de los contrincantes (12:4). Todos los caballos serán aterrorizados
y enceguecidos. Los jinetes enloquecerán, pero Dios protegerá a Judá.
Al ver la fe del pueblo, los líderes judíos se animarán. Se darán cuenta de que en realidad su fuerza
procede del Señor, y por tanto la victoria también viene de El. No serán ellos quienes reciban el crédito
por el triunfo, sino Dios (12:5).
La confianza del pueblo en Jehová traerá una respuesta de parte de El, quien capacitará a los
dirigentes de Israel de tal manera que parezcan fuego en medio de leña seca o yesca. Encenderán una
lumbre en medio de los contrarios para consumirlos (12:6a).
Al final, Israel será preservado y establecido en su lugar. La importancia de la participación de Dios
será obvia, porque los que viven en tiendas fuera de la ciudad de Jerusalén serán salvos primero y
después lo serán los que habiten en la ciudad. De esta manera, la familia de David y sus seguidores no
podrán jactarse de sus logros (12:7). Los más indefensos serán vencedores. Por lo tanto, los que
normalmente se enorgullecían, no tendrán base para gloriarse. Será evidente que todo es obra divina.
SI DIOS ES QUIEN LES DA
LA VICTORIA EL MERECE
LA GLORIA
Dios defenderá a Su pueblo y les dará el triunfo. El débil entre ellos, quien comunmente se desmaya
o flaquea de miedo, será fortalecido y vendrá a ser tan valiente como David. Los descendientes de ese
rey se presentarán frente al pueblo como si fueran Dios mismo. El Angel de Jehová es Dios, pero este
título empleado con frecuencia en el Antiguo Testamento se refiere específicamente a una revelación
visible a los hombres. Así funcionarán los representantes del pueblo. Al verles al frente de la batalla, el
pueblo responderá como si lo hicieran ante el Señor (12:8). Dios utilizará esta energía y fe para destruir
a los adversarios de Su pueblo (12:9).

53
¡PENSEMOS!
Dios muestra de varias maneras que El está en control
de todo y que Suya es la victoria. No desea que nadie piense
que la ha ganado por su esfuerzo. Repase este pasaje
señalando las distintas formas en que Dios les demostró que
El les había dado el triunfo. ¿Qué nos enseña este caso en
cuanto a la manera en que Dios trabaja en Su obra? ¿Cómo
debe afectar su vida?

CONFESION NACIONAL DE ISRAEL 12:10–14


La mano del Señor manifestada en la restauración de Su pueblo no se limitará a la victoria física
sobre los enemigos, sino que también habrá una renovación espiritual. Confesarán su pecado nacional y
se arrepentirán.
Esa última empieza con el derramamiento del Espíritu (12:10a). Experimentarán personalmente el
beneficio de Su llegada (Joel 2:28–29). Pedro anunció que esta profecía se cumplió en el día de
Pentecostés (Hechos 2). Sin embargo, Israel nunca llegó conocer la bendición de esta promesa por causa
de su desobediencia y rechazo del Mesías.
El Espíritu Santo producirá la confesión del pecado. Mirarán a aquel, a quien traspasaron, y
lamentarán por El (12:10b–14). La severidad de su clamor se compara con algo que todo el mundo
puede comprender.
EL ESPIRITU SANTO EN ELLOS
LES HARA RECONOCER SU PECADO
Y LAMENTAR LA MUERTE
DE CRISTO
Será semejante a la tristeza causada por la muerte del hijo único. Se utiliza este símil porque en un
hogar judío equivalía al mayor dolor que se puede imaginar (Amós 8:10). Es más, se consideraba como
una maldición divina no tener hijos varones.
La segunda comparación es semejante a la primera: la aflicción que causa el primogénito perdido.
Esta idea llegó a ser proverbial en Israel después del Exodo y lo que pasó a Egipto por ese juicio (Exodo
11:5–6).
Tercero, el autor afirma que llorarán por El como hicieron en Hadadrimón en el valle de Meguido
(12:11). Cuando el rey Josías murió, el pueblo se condolió grandemente (2 Crónicas 35:25). Israel
todavía recordaba ese hecho luctuoso.
Aunque no se revela en este pasaje el contenido de su lamento, es posible que Isaías se refiriera a él
al describir el lloro del día de confesión nacional (Isaías 52:12–53:13). En los dos casos, es obvio que el
pueblo se duele por haber rechazado y herido al enviado de Dios.
Debido a la severidad de la aflicción, el pueblo dejará a un lado sus actividades normales y se
congregarán en grupos familiares para expresar su tristeza (12:12–14). Aun dentro de los hogares
dejarán a un lado sus nexos más íntimos para separarse los hombres de sus mujeres. La única actividad
que les ocupará será contristarse por lo que Israel ha hecho a su Mesías.
Al estudiar el esquema de las fiestas nacionales de Israel, se nota que esta confesión corresponde al
cumplimiento escatológico de la sexta fiesta nacional del calendario religioso de Israel, el Día de
Expiación.
LAS SIETE FIESTAS DE ISRAEL LEVÍTICO 23
54
Cuatro fiestas se cumplieron en la primera venida de Cristo:
1. Pascua - Muerte de Cristo.
2. Panes sin levadura - Resultado de la Pascua, un nuevo propósito.
3. Primicias - Resurrección.
4. Pentecostés - Resultado de las primicias, nueva vida.
Tres fiestas se cumplirán en Su segunda venida:
5. Trompetas - Reunión de Israel (Zacarías 10:8).
6. Día de Expiación - Confesión nacional (12–13).
7. Tabernáculos - Milenio (14).

PURIFICACION NACIONAL DE ISRAEL 13:1–6


El resultado de la confesión nacional del pecado será la santificación del pueblo. La tierra se
limpiará y los profetas falsos serán avergonzados. Dios proveerá una fuente de aguas puras y cristalinas
para que Sus seguidores sean santificados (13:1). Se eliminarán los ídolos de la tierra (13:2a) y los
profetas falsos (13:2b–6).
DIOS PROVEERA UNA FUENTE
PARA LA LIMPIEZA
DE SU PUEBLO
Dios había dicho que no volvería a mandar a Sus voceros. Aunque buscaran Su voluntad, no podrían
encontrarla, los profetas que había eran falsos, pero aun ellos serían eliminados (2b). Cualquiera que se
presentara como tal, debía ser matado por sus propios padres, para que no siguiera mintiendo en el
nombre de Jehová (3).
Cuando se cumpliera esta revelación, se avergonzarían y se separarían de su oficio (4–6), negando su
vocación. Se quitarían las ropas que los identificaban como tales y que les permitían engañar al pueblo.
En su lugar, negarían que eran profetas y astutamente se harían pasar como labradores de la tierra. La
expresión “he estado en el campo desde mi juventud” literalmente se debe traducir del idioma original
como: “fui vendido como esclavo en mi juventud” (13:5). Esta postura frente a sus acusadores sería para
evitar sospechas, pues jamás ningún esclavo había llegado a ser profeta.
Sus detractores les preguntarán acerca de las heridas en sus manos (13:6). Debido a que Cristo pasó
por lo mismo, algunos comentaristas creen que se le debe aplicar este pasaje, pero este punto de vista
rompe el hilo de la narración. El contexto anterior definitivamente no se refiere a Jesucristo;
normalmente habría indicaciones claras en el texto si ese fuera el caso, pero no se presenta ninguna
evidencia en ese sentido. Si el sujeto sigue siendo el esclavo, entonces debe seguirse la misma idea hasta
el fin.
Parece que los acusadores de los profetas veían las heridas en las manos como evidencia definitiva
de culpa. Por eso, muchos consideran que eran alguna clase de identificación semejante a la marca de la
bestia (Apocalipsis 13:16–18), empleada con el fin de señalar a los profetas oficiales. Otros sugieren que
podría ser una señal dada por los padres (13:3), o un castigo civil diseñado para frenarlos, o que el
mismo profeta se había infligido durante el culto a los ídolos.
La dificultad para resolver definitivamente el significado de las heridas no cambia la idea básica del
pasaje. Cuando los profetas traten de negar su trasfondo, sus heridas los traicionarán como evidencia
innegable de su culpa, pero ellos negarán inmediatamente su implicación diciendo que fueron heridos
“en casa de mis amigos”. De nuevo el significado preciso no es claro. Se ha sugerido que se refiere a las
heridas provocadas por la disciplina de Sus padres (13:3), por la marca de la bestia (Apocalipsis 13:16–

55
18), o como señal de pertenencia impuesta al esclavo (13:5). Debido a que las dos primeras
interpretaciones constituyen la confesión que se procura evitar, la última alternativa parece mejor.
Es muy obvio el intento que hace de utilizar esta excusa para escaparse de la identificación como
profeta.
Estas profecías preparan el terreno para la culminación de la restauración prometida. Después de la
salvación de Israel de sus enemigos y la confesión del pecado y purificación nacional, Israel estará listo
para recibir al Mesías y las bendiciones prometidas para cuando El venga. La regeneración y
transformación proveerán la obediencia que Dios exige.

¡PENSEMOS!
Muchas personas creen que en el Antiguo Testamento la
salvación se concedíe como resultado de obedecer la ley.
Conforme a la descripción de Israel presentada en Zacarías,
¿cuántas personas habrían podido salvarse por medio de la
obediencia a las exigencias de la ley? ¿Por qué?
Zacarías demuestra que Dios intervendrá para purificar
al pueblo de Israel, a pesar de su pecado y de su culpa por
haber matado al Mesías Dios vencerá sus enemigos, les
reunirá de nuevo en la tierra, les enviará Su Espíritu, les
mostrará a Jesucristo una vez más, y les proveerá una fuente
para su purificación. Toda la obra se hace por iniciativa de
Dios y por Su gracia.
Dios sigue manifestando la misma gracia hoy. Nadie se
ha salvado por su propio mérito sino por Su gracia. Si ya ha
confiado en Cristo y goza de ella, tome un momento para
darle gracias una vez más por Su amor a nosotros, a pesar
de lo que somos. Si no lo ha hecho, decídase hoy; deje de
confiar en sí mismo y crea en Cristo como su Salvador. Así
también, usted podrá experimentar Su bondad.

12
La Consumación del Programa
Zacarías 13:7–14:21
Al considerar los eventos de nuestra vida y la historia contemporánea desde la perspectiva humana,
muchas veces nos preguntamos qué está pasando. Hay tanta tragedia y desastre que parece que todo está
fuera de control. ¿Dónde está Dios? ¿No le interesa lo que pasa?
Esta misma pregunta tendrá que haber estado en la mente del pueblo de Israel durante su historia.
Seguramente algunas veces les parecería que Dios estaba dormido. No entendían lo que sucedía a su
alrededor porque no veían las cosas desde el punto de vista de Dios.
La parte final del segundo mensaje que Zacarías reveló al pueblo, provee la última pieza de este
rompecabezas. Al ver los acontecimientos desde el gran final, lo demás se hace más fácil de
comprender.

56
El profeta describe el regreso de Cristo y la conclusión del programa divino. Se presentan los efectos
que traerá la ocupación de Jerusalén por la bestia. Cristo volverá a la Tierra y realizará muchos cambios.
El nuevo gobierno milenial será establecido. Los enemigos de Israel desaparecerán y las naciones
pagarán sus deudas; se eliminará la distinción entre lo sagrado y lo secular. Todo será santo delante de
Jehová.
Así se cumplirán todas las promesas que Dios hizo a Israel a través de los años. Por primera vez se
podrá comprender cómo es que Dios ha permitido las tragedias que han sufrido.
SUCESOS PREPARATIVOS PARA LA SEGUNDA VENIDA 13:7–9
La profecía que contiene la culminación del plan del Señor repasa primero los eventos anteriores que
llevaron al pueblo al arrepentimiento. El autor los había presentado desde la perspectiva humana; ahora
lo hace desde la divina. Empieza desde la crucifixión de Cristo, el Buen Pastor (13:7a). La expresión “el
hombre compañero mío” que designa al que muere, quiere decir literalmente “el hombre de mi unión”.
Se utiliza para identificar a dos personas como iguales o colegas de alguna empresa. Cristo estaba siendo
relacionado así con Dios mismo. En otras palabras, dieron muerte a un hombre igual a Dios, Su
colaborador en la restauración de Israel.
La muerte de Jesús traerá la dispersión y juicio de Israel, lo cual se realizó en la guerra de 70 d.C.
(13:7b). Cuando la gente esparcida clame a Dios, El no les ayudará. Más bien, les resistirá y se opondrá
a ellos.
El castigo no terminará con la destrucción de Jerusalén a finales del primer siglo; se extenderá hasta
la gran tribulación (13:8–9). No todos morirán, sino que un remanente será preservado. Dios usará la
aflicción para probarles y purificarles. Al final, se arrepentirán y serán restaurados como pueblo de Dios.
Se establecerá de nuevo la relación entre Dios y Su pueblo.
POR SU RECHAZO SERAN JUZGADOS
PERO ALGUNOS SERAN
PRESERVADOS Y RESTAURADOS
¡PENSEMOS!
El repaso de los eventos anteriores a la gran
culminación termina con la reanudación de la comunicación
mutua entre Dios e Israel: “El invocará mi nombre, y yo le
oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios” (13:9).
Habrá una comunión ideal.
Haga una lista de los pasos que Dios seguirá según los
versículos 7 al 9 para crear esta situación. ¿Qué nos enseñan
acerca de Su obra en las vidas de Sus hijos? ¿Cuáles de estos
principios utiliza el Señor en la actualidad? ¿Cómo debemos
responder a la luz de ellos?

LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO 14:1–5


La Condición de Israel 14:1–2
El trasfondo histórico inmediato que existirá cuando Dios realice este aspecto de Su plan será de
angustia y destrucción. Se le llama “el día de Jehová”. Esta expresión se utilizaba en el Antiguo
Testamento para referirse a cualquier período en que El se manifestaba sobrenaturalmente, ya fuera para
juicio, o para bendición. En las profecías relacionadas con el final del programa divino para Israel,

57
normalmente se incluyen estos dos aspectos: el tiempo conocido como la gran tribulación y el de paz
perfecta que se conoce como el milenio.
El cuadro pintado por Zacarías señala que el periodo de aflicción prepara el escenario para la
Segunda Venida del Mesías. Israel será derrotado en la batalla. Los conquistadores dividirán sus
despojos. Todas las naciones se levantarán en su contra. La ciudad será destruida, las casas saqueadas y
las mujeres violadas. No es una escena atractiva. La mitad de los habitantes serán llevados cautivos. A
pesar de todo, Dios preservará un remanente.
La Venida de Cristo 14:3–5
En medio de estas circunstancias trágicas, Dios intervendrá peleando a favor de Su pueblo (14:3).
Seguramente la descripción de esta defensa les recordará los días en que lucharon a favor de ellos para
entregarles la Tierra Prometida.
La narración de este acontecimiento demuestra que se trata de la Segunda Venida de Jesucristo a la
Tierra. Sus pies tocarán el monte de los Olivos y producirá cambios radicales en la topografía (14:4), lo
cual dará lugar a la formación de dos montañas nuevas en el norte y en el sur, con un gran valle en
medio.
La derrota de Israel y el intento de sus enemigos por sojuzgarlo, les obligará a escapar por el valle
que se creó al dividir la montaña con Su presencia (14:5). Allí Cristo llegará con todos Sus santos para
reunirse con ellos.
CRISTO VENDRA A REUNIRSE
CON ISRAEL Y A PROTEGERLES
DE SUS ENEMIGOS
RESULTADOS DE LA SEGUNDA VENIDA 14:6–21
Bendiciones Físicas 14:6–8
Tal como se había dicho en el primer mensaje, el autor afirma que juntamente con la venida del
Mesías, Dios enviará bendiciones a Su pueblo. Primero menciona las físicas. La luz será transformada
de tal manera que no habrá oscuridad (14:6–7). Los medios normales de iluminación perderán su brillo
en comparación y parecerán débiles. Aun de noche habrá claridad, porque Dios mismo será la fuente de
luz (Isaías 24:23).
De la misma manera, habrá abundancia de agua (14:8), no habrá temporada de sequía. Dios proveerá
el líquido elemento necesario para sostener la vida en todo tiempo. La implicación de estas promesas es
que todos los elementos físicos necesarios estarán presentes en abundancia.
Bendiciones Teocráticas 14:9–11
Dios reinará de nuevo con Su pueblo. Habrá cambios en el aspecto de la tierra de Israel. Toda ella
será plana; se convertirá en un lugar adecuado para ser habitado por humanos. Los que lo hagan, pueden
sentirse seguros. No habrá peligro ni ataques de parte de los enemigos. Dios reinará sobre ellos y
morarán cómodos y a salvo. En fin, todas las garantías prometidas en el pacto davídico serán efectuadas.
Bendiciones Políticas 14:12–15
Cuando Dios hizo Su pacto con Abraham, prometió que bendeciría a quienes le bendijeran y
maldeciría a quienes le maldijeran (Génesis 12:3). Zacarías describe la recompensa que recibirán
quienes se oponen a Judá. Una plaga vendrá contra ellos (Zacarías 14:12). Dios creará miedo y
confusión en medio de sus ejércitos de tal manera que se acabarán los unos a los otros (14:13).
Dios les ayudará y manifestará Su fuerza. Al final de la batalla, Judá tomará posesión de las riquezas
de las naciones enemigas en derredor (14:14). Los animales de aquellos pueblos seguirán el mismo
destino que sus dueños (14:15). En fin, se les dará la victoria sobre todos sus oponentes y será evidente a
todos que Dios ha estado al lado de ellos, tal como lo ha prometido.

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Bendiciones Espirituales 14:16–21
Por último, se señala la bienaventuranza de mayor importancia y la que hará posible que Dios les
conceda las demás. Se cumplirá el Nuevo Pacto conforme a lo dicho por Jeremías 31:31–34 y Ezequiel
36:26–28. Dios les dará de Su Espíritu y escribirá Su ley en sus corazones de modo que le obedezcan y
atraigan a las demás naciones a Sus pies.
Por lo tanto, otras gentes llegarán a Jerusalén a rendirle pleitesía (14:16–19) y a conmemorar la
fiesta de los tabernáculos, que es un tipo del milenio (14:16), con la cual se completa el programa de
celebraciones nacionales de Israel. Los que los han estado atacando, se convertirán en seguidores de
Jehová.
Aquellos que se rehúsen a hacerlo, serán castigados (14:17–19). No habrá lluvia en su tierra (17).
Egipto, uno de los países que no necesitaban de ella para sobrevivir porque vivían en las fértiles
márgenes del Río Nilo, no se quedarán así, ya que Dios les enviará una plaga, tal como hizo en el tiempo
de Moisés (18–19). Nadie podrá escapar de la corrección si se niegan a alabar a Jehová.
Además del culto internacional de adoración a Dios, todo se entregarán a Su servicio (14:20–21). Ya
no habrá distinciones entre las “cosas sagradas” y las comunes o mundanas. Todo será consagrado a El.
En el Antiguo Testamento, la expresión “Santidad a Jehová” estaba grabada en el turbante del
sacerdote. Esa leyenda se imprimirá en todo, inclusive en las campanillas de los caballos y los utensilios
comunes de cocina. Nadie será inmundo o excluido. Todo pertenecerá al Señor.

¡PENSEMOS!
Entre los judíos había una gran diferencia entre las
cosas que se usaban en el servicio a Dios y las que eran
comunes, dedicados al uso de la gente. ¿Cuál es la actitud de
Dios en cuanto a estas distinciones según esta promesa?
¿Qué principios debemos aprender en referencia a nuestra
vida y posesiones a la luz de esta verdad?

¿Cómo cambiarán su vida estas conclusiones?


En fin, al combinar todas las promesas contenidas en este libro, encontramos las siguientes
bendiciones específicas:
9:10 Cumplimiento cabal del Pacto Palestino.
12:4–13:6 Total realización del Pacto Mosaico.
14:6–8 Bendición física con todas sus necesidades cubiertas.
14:9–11 El Pacto Davídico se lleva a cabo completamente.
14:12–15 El Pacto Abrahámico se cumple totalmente.
14:16–21 El Nuevo Pacto se realizará completamente.
JEHOVA RECUERDA A ISRAEL
Y LES DARA TODAS
LAS BENDICIONES
PROMETIDAS EN SUS ALIANZAS
Una vez que Zacarías ha demostrado que todos los pactos serán completados, no tiene nada más que
añadir y da por terminado su tema. Dios se ha acordado de Israel y ha instituido un nuevo programa que
llegará a su término en el reino milenial, después de cumplir cabalmente todos Sus compromisos.

59
El profeta ha llevado a su pueblo desde el tiempo de la reconstrucción del templo hasta el
establecimiento del reino de Cristo. Anima al pueblo a seguir su labor en el santuario al recordarles la
fidelidad de Dios hacia ellos, sin importar sus fracasos. En fin, les asegura que Jehová siempre tiene en
cuenta a Israel.
REPASO DEL LIBRO
Esta profecía es muy inspiradora, pues anima a los judíos a través de los siglos durante su dispersión
y aflicción. Les exhorta a confiar en Jehová y obedecer Su voz porque El se interesa en ellos y tiene un
plan para su restauración.
Les recuerda continuamente la verdad de que Dios nunca se ha olvidado de Su pueblo. Esta certeza
les acompañará durante los tiempos de sufrimiento hasta llegar al establecimiento del reino milenial del
Mesías. Se cumplirán cabalmente todos los convenios que Jehová ha hecho con Su pueblo.
El comentario introductorio identifica al autor y la época en que se escribió el libro. Además,
establece la base para recibir la bendición de Dios en cualquier período de la historia: obedecer Su
Palabra (1:1–6).
La primera división se compone de ocho visiones vistas por Zacarías, las cuales trazan los pasos
principales que Dios seguirá para llevar a cabo la renovación de Israel. Juntamente con la coronación de
Josué, que concluye esta sección, las predicciones les llevan desde el tiempo del regreso del exilio
babilónico hasta el milenio (1:7–6:15).
Al darse cuenta de las actividades de reconstrucción que se realizaban en Jerusalén y de las profecías
dadas por Zacarías, algunos de los judíos que se habían quedado en Babilonia mandaron representantes a
Israel para orar allí y para preguntar acerca de los ayunos que conmemoraban la destrucción de
Jerusalén, del templo y el cautiverio.
El profeta contesta por medio de cuatro mensajes (7–8) para demostrarles que ellos Ios habían
inventado; Dios no se los había pedido. En lugar de dolerse por sus pérdidas, Dios quería que se
arrepintieran y que volvieran a El. Por eso, podían hacer lo que quisieran con ellos, El tenía otro plan.
Pensaba restaurarles y convertir sus ayunos en fiestas de alegría.
La última parte del libro contiene dos “mensajes severos” (9–14). Son difíciles de recibir porque
predicen días caóticos para el pueblo de Dios. Sin embargo, les enseñarán a depender de El nuevamente,
de tal manera que les bendecirá y restaurará a la comunión con El.
Revelan la decisión de Dios para los gentiles y los resultados consecuentes para Israel. El primero
predice el castigo contra las naciones paganas que estaban alrededor y la liberación de Israel de su
dominio (9–11). El proceso principia con estos juicios, y profetiza la llegada posterior del Mesías y las
bendiciones que le acompañarán. Sin embargo, el autor indica que el pueblo no las verá al principio,
Serán pospuestas porque rechazarán al Pastor enviado por Dios (11).
El segundo anuncia el movimiento de los enemigos de Israel, que les obligarán a confesar su pecado,
arrepentirse, y al fin, gozar de las bendiciones de Dios (12–14). Se les promete salvación, tanta física
como espiritual, si reconocen sus faltas y experimentan la purificación de sus vidas en la fuente que Dios
proveerá. El mensaje termina con la promesa de la Segunda Venida del Mesías y las bienaventuranzas
consecuentes.
De esta manera concluye este gran libra. Afirma que Dios les recuerda y que ha diseñado un
programa que finalizará con su reconsagración y el cumplimiento de los pactos.

¡PENSEMOS!
Al pasar por los días difíciles de su historia, Israel no ha
comprendido la obra de Dios porque no la ha visto desde Su

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perspectiva. Zacarías reveló lo que no habían tomado en
cuenta: el otro lado de la moneda.
También nuestra experiencia actual tiene que ser
evaluada a la luz del plan de Dios para el mundo y el destino
hacia el cual nos lleva. ¿Cómo podían comprender los
Israelitas el plan de Dios? ¿Qué estaba haciendo El en
realidad?
¿Qué pasa en nuestra vida? ¿Qué clase de eventos nos
dejan confundidos en cuanto a lo que Dios quiere para
nosotros? ¿Nos ha abandonado? ¿Qué propósitos podría
tener en todo esto? ¿Cómo debemos responder frente a tales
sucesos?
Con la ayuda del diagrama al principio de este
comentario, repase una vez más el contenido de Zacarías.
Apunte las lecciones principales que ha aprendido a través
de él.
Considere los cambios que Dios le ha indicado que
quiere realizar en su vida. ¿Qué acción debe tomar?
Determine ahora mismo lo que debe hacer y decida cuándo
tomará el próximo paso. ¡No deje que Satanás le distraiga de
lo que Dios quiere!

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