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El Culto a los Santos Por Fausto Salvoni El presente estudio es en realidad una conferencia con el subsiguiente didlogo, que fue dictada por Fausto Salvyoni, ex sacerdote de la Iglesia Catélica Apostélica Romana. Por medio de sus profundos estudios de la Biblia y de la historia de la iglesia Catélica durante el transcurso de muchos afios, 61 ha podido comprobar hechos sorprendentes para todo lector que se interesa en Dios y en la verdad. iste folleto es una adaptacion realizada por el Centro Biblico del Gran Buenos Aires basada en la traduccién del texto italiano que realizaron Bianca Gobbato de Cérdoba y su hija, Laura, a quienes agradecemos mucho su esfuerzo y papel imprescindible en la preparacién de esta edicién. EL CULTO A LOS SANTOS El culto a los santos es un fenémeno muy difundido en el catolicismo. En este estudio nosotros queremos averiguar si Jestis desea que sus seguidores oren a los santos, los invoquen y les rindan culto, Queremos aclarar si Jesis desea que sus fieles tengan imégenes 0 estatuas a las cuales dirigir sus homenajes, quemar incienso y prender velas, como se hace en la Iglesia Catdlica. Nuestra respuesta debe basarse en el] Evangelio para que ja palabra de Dios sea ensefiada de la manera més exacta posible. Sélo queremos ser cristianos obedientes, deseosos de cumplir en todo y para siempre la voluntad del Sefior. I. EL SIGNIFICADO DE LA PALABRA “SANTOS” Cuando abrimos el Evangelio nos damos cuenta de que los apéstoles no han hecho ninguna distincién entre los cristianos santos y los cristianos no santos. Para ellos todos los cristianos indistintamente eran “santos”. Al comienzo de la carta a los Filipenses podemos leer: “Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jestis, a todos los santos en Cristo Jestis, que estan en Filipos....” Por lo tanto Pablo dirige una carta a todos los cristianos de Filipos, ciudad de Macedonia, Ilamdndolos “santos”, ,Qué significa esta palabra en el lenguaje biblico? Sefala a una persona separada del mundo y consagrada a Jestis mediante una vida guiada por la fe y las ensefianzas del Evangelio. Cuando una persona se hace cristiana, debe olvidarse de las leyes y de la moralidad del mundo, donde sélo se busca la propia comodidad y lo que mas conviene. E] cristiano, en el momento de renacer durante e] bautismo, afirma que quiere seguir los pasos de Jesucristo y esforzarse para agradarle. De esa manera sera un “santo”, un individuo separado de todos aquellos que prefieren seguir las maximas mundanas antes que las de Jesus. Durante trescientos afios aproximadamente no se hizo ninguna distincién entre cristianos santos y no santos. En todo ese periodo de tiempo nunca se invocé a ningun muerto, al contrario, las oraciones se dirigian al Padre Celestial en el nombre de Jestis. Pero en el cuarto siglo hubo una modifica- cién en. el cristianismo primitivo. A los martires, que con tanto heroismo habian sufrido las persecuciones de los paganos, se Jos consideré dignos de las oraciones y ruegos de los cristianos. EI obispo de Milan, Ambrosio, afirmaba: “Es injuriar al mdrtir rezar por él. Somos nosotros los que debemos encomendarnos a su intereesién para que 6] nos pueda ayudar”. Asi se inicié el culto a los santos. Il. SOBREVIVE EL PAGANISMO Hacia el siglo cuarto muchos paganos se convertian en masa al catolicismo. Durante el reinado de Constantino (312) los cristianos no sufrieron persecuciones, y pudieron confesar abiertamente su fe. Con Teodosio, su religion se convirtid en la religion del Estado. Surgié, entonces, un fendmeno de conyer- sién en masa que no impidid que los antiguos paganos conservaran casi integramente sus costumbres tradicionales. Fue justamente en ese momento de la historia, que el culto a los santos se inicié, y comenzé a reemplazar al antiguo politefsmo pagano. Ante todo queremos demostrar que todas las festividades que Henan el calendario religioso no son sino antiguas fiestas paganas, adoptadas y transformadas por el catolicismo. Basta recordar sélo algunas. a) NAVIDAD; La navidad celebrada hoy dia por los catélicos no es mds que la antigua fiesta pagana del dios sol (Mitra). Jesus no nacié en invierno, ya que en tal estacién los pastores palestinos no apacentaban sus ovejas en la regién montafiosa y no pasaban Ja noche al aire libre. Pero en el tiempo del nacimiento de Jestis, los angeles se aparecieron a los pastores que de noche estaban en la montana (Lucas 2:8), AdemAas, el periodo mas propicio para el censo ordenado por Augusto César ciertamente no era el invierno, estacién un poco incémoda para los escasos medios con que se contaba en ese entonces, para trasladarse de un lugar a otro. Jestis debid por lo tanto nacer en una estacién no invernal. Pero el 25 de diciembre, en Roma, se celebraba la fiesta del sol naciente, ya que en tal fecha los dias comienzan a alargarse, iniciando la victoria del sol sobre las tinieblas antes dominantes. Para los paganos esta fecha simbolizaba el triunfo de la luz sobre las tinieblas invernales. De esta forma, los catélicos pensaron: “;Cémo decirle a esta gente todavia pagana, que no celebre mAs la fiesta del sol naciente, justo en el momento en que el Emperador Constan- tino trata de festejarla con la mayor fastuosidad posible?” Era necesario encontrar una equivalencia: si el sol es el simbolo de la luz y Cristo es la Juz del alma, era posible sustituir la fiesta del nacimiento del sol por la fiesta del nacimiento de Jesis. Surgié asi la Navidad que desde ese momento no simbolizé mas el sol naciente, sino el nacimiento de Cristo. Es asi como una fiesta pagana continta subsistiendo, a través del catoli- cismo, en nuestros dias. b) SAN PEDRO Y SAN PABLO: Esta solemnidad es otra fiesta pagana que perdura hasta hoy. Desde tiempo in- memorial el 29 de junio esté consagrado a la celebracién de San Pedro y San Pablo, que, segiin la tradicién catélica, serfan los protectores y fundadores de la iglesia de Roma. Hoy, el recuerdo de Pedro se impone sobre el de Pablo, pero en sus origenes, los dos santos eran recordados y considerados juntos. Esta celebracién reemplaza la antigua fiesta pagana de las dos divinidades Quirino y Rémulo, considerados los dos protectores y defensores de 1a ciudad. ‘También aqui los catélicos, al no poder continuar con el culto pagano y para no eliminar tal festividad, la sustituyeron por el culto a los dos santos cristianos: Pedro y Pablo, los nuevos fundadores y defensores de la ciudad cristiana. c) DIVINIDAD PROTECTORA Y SANTOS DE NUES- TRO TIEMPO: En el siglo cuarto se produce un verdadero vuelco de las costumbres y ritos paganos hacia el catolicismo. Las masas paganas estaban habituadas a invocar a Feronia 0 a Esculapio en caso de enfermedad. Los catdlicos sustituyeron estas divinidades por otros santos que fueron invocados ante las diversas desgracias fisicas 0 morales. Tales santos se multiplicaron a través de los siglos a medida que se iban introduciendo en el catolicismo. Surge asi la proteccién de Santa Andrea contra la apoplejia, de San Venancio contra las caidas, de Santa Rita, invocada contra la esterilidad, de San Pascual [en Latinoamérica, San Antonio], capaz de asegurar marido a una soltera, ete, Nacieron asi los santos tutelares que tomaron el lugar de las correspondientes divinidades paganas, destinadas a pro- teger las distintas categorias de trabajadores o los diversos grupos culturales. La creacion de estos santos protectores conserva, aunque con yariantes, la antigua mentalidad pagana. Los gentiles, acostumbrados a tener para cada categoria de trabajadores un dios tutelar al cual rendian culto, conservaron esa costumbre, aplicéndola a diversos santos cristianos. Diana, protectora de los cazadores, fue reemplazada por San Huberto; en lugar de Minerva invocaron a Santa Catalina de Alejandria, patrona de la ciencia y de los estudios. Juan el Bautista, que andaba vestido con piel de camello, se convierte automaticamente en patron de los peleteros. San Bernardino de Siena, que difundia el nombre de Jestis en lugares especiales, fue elegido patron de los publicistas. E] angel Gabriel, enviado a Maria para comunicarle el mensaje de Dios, se convierte por voluntad del Papa en el protector de los servicios de comunicaciones, Santa Luefa, de los relojeros y San Cristébal, de los automovilistas. éQuieren ustedes dedicarse a las bisquedas arqueoldgi- cas? El santo protector de esa especialidad es San Benedicto, el que vivid tres afios en una gruta; él los guiara y sabra comprender sus necesidades. Algunos de los santos abarcaban varias especialidades, como por ejemplo, San Martin de Tours, protector de la ciudad de Lucca, que luego fue designado como protector de los caballeros, de los sastres, de las hosterfas y de los gansos (Enciclopedia Cattolica, Vol. VIII, pag. 232). Continuamente y hasta en nuestros dfas, se crean nuevas figuras protectoras para los ultimos adelantos téenicos, por ejemplo Santa Clara elegida como protectora de la televisién. En una trasmisién televisiva el obispo de Asis, Placido Nicolini, comenté el acierto del Santo Padre Pio XII al elegir a Santa Clara como protectora de la television ya que ella, en una lejana noche de Navidad, estando enferma en la cama, pudo asistir, gracias a una visidn, a las funciones liturgicas que se estaban celebrando en la basilica de San Francisco de Asis. San José de Copertino que a menudo entraba en éxtasis levantandose varios metros del suelo, es el protector de los paracaidistas, Como era costumbre pagana, cada ciudad tiene su protector que sustituye al original semi-dios pagano. Reciente- mente, mientras se habla de ecumenismo, Pablo VI, siguiendo con tal costumbre ha consagrado Europa a San Benedicto. No podemos pensar en todos estos santos igualdndolos a Dios, pero de acuerdo con la teologia catélica, en la préctica y en la mentalidad popular, generalmente tienen un poder de accién casi divino, y contribuyen a perpetuar el politefsmo terminando por hacer olvidar al verdadero y tnico Mediador que es Cristo Jestis. La aureola que rodea las cabezas de los santos es la misma aureola pagana que caracterizaba a varias divinidades olimpicas. Ii. LA BIBLIA Y LOS SANTOS La Biblia enuncia claros principios que contrastan con la practica catdlica en lo referente al culto de los santos. Aqui tenemos algunos que merecen ser considerados. A) No canonizar antes de tiempo En ei Evangelio encontramos que ninguna persona, ni siquiera el Papa (en ese entonces no existia), puede proclamar que una persona es més santa que otra. Hoy el Papa pretende tener el privilegio y la facultad de declarar que un cristiano en especial (llamado por él “Santo”) subié a los cielos y que a los que estén en la tierra les est{ permitido invocarlo. Desde el siglo IV al XV, los mismos cristianos proclamaban a viva voz la santidad de una persona que los habia impresionado mas que otras por su vida ejemplar. La vida extraordinaria del Abate Antonio fue una de las primeras que contribuyen a afianzar esa creencia. Privaéndose de riquezas y comodidades se retiré al desierto para dedicarse a una silenciosa penitencia, poniéndose a prueba con innumerables tentaciones demonfacas. Es natural entonces su proclamacién como santo y su invocacién ante las necesidades. Hoy, por el contrario, el pueblo ya no es eonsiderado segtin el antiguo refran “Voz de Dios” (Vox populi, Vox Dei); sdlo el Papa puede declarar infaliblemente la santidad heroica de un creyente difunto. {Pero quién ha conferido tal privilegio al obispo de Roma? {Quién le asigné el encargo de determinar oficialmente que un muerto ya puede encontrarse en el cielo y en consecuencia puede ser invocado con oraciones? La palabra de Dios en I Corintios 4:3-5 afirma que a Pablo no le importaba en absoluto el juicio de los hombres; por el contrario, afirmaba que el tinico valedero era el juicio final. Por lo tanto, ninguna persona puede juzgar a nadie antes del gran dia. Asi eseribe: “A mi lo que menos me importa es ser juzgado por vosotres o por un tribunal humano. {Ni siquiera me juzgo a mi mismo! Cierto que mi conciencia nada me reprocha; mas no por eso quedo justificado, Mi juez es el Senor. Asi que, no juzguéis nada antes de tiempo hasta que venga el Sefior, El iluminara los secretos de las tinieblas y pondra de manifiesto los designios de los corazones. Entonces recibira cada cual del Sefior la alabanza que le corresponda”. Por lo tanto, nadie debe juzgar a nadie en esta tierra; sdlo Dios puede hacerlo. Pero, jeudndo? Cuando Cristo vuelva entre Jas nubes para juzgar a los vives y a los muertos, cuando haya Ilegado el momento del juicio final. Solamente entonces seremos juzgados y cada uno recibira la alabanza que se merece y sera Dios quien se la dard y no los hombres. Eso afirma la Biblia, que es la palabra de Dios. ¢Cémo se puede atribuir al Papa el poder de juzgar a los cristianos muertos antes del juicio final? gCémo se puede honrar a estas personas antes del gran dfa del juicio y de Ja justicia? Ese presunto poder es inyencién humana sin ningtin fundamento biblico y contradice la ensefianza de las Sagradas Escrituras. El juicio sdle lo puede hacer Dios en el momento oportuno. Para nosotros hoy es imposible saber si un individuo es mas santo que otro. Hay hipscritas que pueden parecer hombres perfectos, pero en realidad son “sepulcros blanquea- dos”. Sdlo Dios puede conocer y juzgar. Y sdlo Dios dard a los muertos, en el momento del juicio universal, lo que se merecen por su vida en la tierra. El los recompensaré 0 los castigara de acuerdo con las acciones cumplidas y el sentimiento que las haya inspirado. B) Los cristianos no rendian culto a los santos En el tiempo de los apéstoles hubo quienes dicron sus vidas por el Sefior. Recordemos a San Esteban, el didécono que fue apedreado por su amor a Cristo y por la fuerza con que difundia la verdad cristiana contra los judios incrédulos. Cayé ordndole a Dios para que perdonara a quienes lo perseguian. Hoy los catélicos lo hicieron protector de los barrenderos, por morir apedreado, y se le rinde culto. Pero los primeros cristianos nunca veneraron a este santo (para la Iglesia Catdlica todo martir es santo). Ellos lo sepultaron de acuerdo con las costumbres de esa época. “Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo por 61” (Hechos 8:2). De esta manera Esteban no fue invocado por los primeros cristianos, ni siquiera fue venerado; sus restos no fueron buscados para ser venerados. Los primeros cristianos sélo se lamentaron de su muerte, como solfan hacer con un pariente o difunto el dia de su funeral. Pablo dice que todos los creyentes forman un cuerpo tinico constituide por los diversos miembros; por lo tanto todos deben ayudarse mutuamente, como sucede con cada cuerpo. Cuando nosotros miramos 0 hablamos, no es sélo la boca 0 los ojos los que actian. Es todo el organismo que trabaja simultaneamente: el cerebro, el corazén, la sangre, los muiseulos y los nervios cooperan para poder dar a la boca Ja posibilidad de hablar y al ojo la de ver. Asi ocurre con los creyentes: podemos y debemos orar por los otros cristianos, asi como los demas pueden y deben orar por nosotros. Debemos dar un ejemplo para ayudar a los demas a llevar una vida cristiana ejemplar. En los momentos de necesidad debemos poder contar con la ayuda de los hermanos, asi ellos deben poder contar con la nuestra. Sélo de esta forma la familia de los creyentes constituird el unico y verdadero cuerpo de Cristo, con El como cabeza. Pero el apéstol Pablo jamds aplica este concepto a los muertos que ya abandonaron la vida terrenal, Bllos reposan esperando la resurreccién final cuando, al toque de la trompeta angelical, salgan de la tumba para entrar con Cristo en la gloria. Nunca encontraremos en la Biblia que los muertos puedan orar por nosotros o convertirse en nuestros abogados, defensores o protectores. “Imego of una voz que decfa desde el cielo: ‘Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Sefior desde ahora. St-dice el Espiritu-que descansen de sus fatigas, porque sus obras les acompafian’ ” (Apocalipsis 14:13). ¢gDénde dice en el Eyvangelio que los santos muertos pueden ser invocados en momentos de necesidad y funcionar como mediadores entre nosotros y Jesus o entre nosotros y Dios? Se trata, entonces, de puras invenciones humanas, no s6lo sin fundamento en la Biblia sino también opuestas a las ensefianzas biblicas. La palabra de Dios niega de hecho la posibilidad de distinguir, antes del juicio universal, la existencia de personas mds santas que otras y afirma que los muertos, durante este perfodo intermedio, reposan de sus fatigas. Expresamente ordena orar al Padre sdlo en el nombre de Cristo y NO en el nombre de ningun santo. C) La oracién cristiana Jestis ha ensefiando a quién debemos orar y como debemos hacerlo. Un dfa los apéstoles se dirigieron al Maestro preguntandole de qué forma se debia orar. El Salvador les ensefié el PADRE NUESTRO, una oracién que debe ser el modelo de eada oracion cristiana. “Vosotros, pues orad asi: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu Nombre” etc. (Mateo 6:9ss). En Ia oracién debemos dirigirnos solamente a Dios Padre, pero en el nombre de Jestis que es el tinico Mediador y Salvador. Por lo tanto no se debe orar en el nombre de Maria o de los santos. js sélo el nombre de Jess el que puede dar eficacia a nuestra oracién! |Hs El quien, con su muerte expiatoria, puede atraer sobre nosotros, pecadores, la misericordia de Dios Padre! En Juan 14:14 el Maestro los creyentes constituird el tinico y verdadero cuerpo de Cristo, con El como cabeza. Pero el apéstol Pablo jamds aplica este concepto a los muertos que ya abandonaron la vida terrenal, Ellos reposan esperando Ja resurreccién final cuando, al toque de la trompeta angelical, salgan de la tumba para entrar con Cristo en la gloria. Nunca encontraremos en la Biblia que los muertos puedan orar por nosotros 0 convertirse en nuestros abogados, defensores o protectores. “luego of una voz que decia desde el cielo: ‘Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Setior desde ahora, Si,dice el Espiritu-que descansen de sus fatigas, porque sus obras les acompafian’ ” (Apocalipsis 14:13). ¢Dénde dice en el Evangelio que los santos muertos pueden ser invocados en momentos de necesidad y funcionar como mediadores entre nosotros y Jestis o entre nosotros y Dios? Se trata, entonces, de puras invenciones humanas, no s6lo sin fundamento en ja Biblia sino también opuestas a las ensefianzas biblicas. La palabra de Dios niega de hecho la posibilidad de distinguir, antes del juicio universal, la existencia de personas mds santas que otras y afirma que los muertos, durante este periodo intermedio, reposan de sus fatigas. Expresamente ordena orar al Padre solo en el nombre de Cristo y NO en ei nombre de ningun santo. C) La oracién cristiana Jesis ha ensefiando a quién debemos orar y cémo debemos hacerlo. Un dia los apéstoles se dirigieron al Maestro preguntandole de qué forma se debfa orar. El Salvador les ensefiéd el PADRE NUESTRO, una oracién que debe ser el modelo de cada oracién cristiana. “Vosotros, pues orad asi: Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu Nombre” etc. (Mateo 6:9ss). En la oracién debemos dirigirnos solamente a Dios Padre, pero en el nombre de Jestis que es el tinico Mediador y Salvador. Por lo tanto no se debe orar en el nombre de Maria o de Jos santos. jHs sélo el nombre de Jestis el que puede dar eficacia a nuestra oracién! {Es El quicn, con su muerte expiatoria, puede atraer sobre nosotros, pecadores, la misericordia de Dios Padre! Kn Juan 14:14 el Maestro ensefia: “Si me pedis algo en mi nombre, yo lo haré”. En otras palabras El nos dice: “;Tenéis necesidad de alguna cosa? Orad al Padre. No por intermedio de una criatura de la tierra, no en el nombre de otres hombres, hacedlo en mi nombre, en el nombre de Cristo, apoyados en mi poder”. Amigos y hermanos: jla Iglesia Catélica practica hoy la ensenhanza de Cristo? Lag propias oraciones latinas, por cierto terminan en el nombre de Jesucristo; pero en la oracidn en si, de hecho, introducen santos y mediadores que nada tienen que ver con la intercesién de Jestis. Es necesario que Cristo ocupe nuestro pensamiento en cada instante y en cada momento si deseamos que sea nuestra luz y el centro de nuestro amor después del Padre. Si queremos ser verdaderos cristianos, es necesario que Cristo sea una realidad viva en nuestro corazén Y que por su intermedio nos dirijamos al Padre que esta en los cielos. TY. IMAGENES SAGRADAS Quisicra comentar brevemente el culto a las imagenes que esta bastante difundido entre la Iglesia Catdlica y las iglesias orientales, La Iglesia Catélica no sélo sugiere orar a los santos y particularmente a Maria, sino que también tiene en sus templos numerosas estatuas y pinturas que son, junto con las reliquias, objeto de culto. Cuando un catélico entra en una de nuestras salas de reuniones donde tratamos de invocar a Dios segun el primitivo eulto cristiano, dice: “,Cémo es que su sala estd vacia? {Por qué no tienen ni siquiera un crucifijo, una imagen o una estatua?” Ellos creen que nosotros fuimos los que eliminamos estas setiales religiosas por reaccién contra la Iglesia Catdlica, olvidando que fueron los mismos catélicos los que introdujeron en el culto primitivo, carente de imagenes, las estatuas y reliquias derivadas del culto pagano. A) Historia de este culto En el cristianismo deseado por Jestis y ensefiado por sus apéstoles, no habia culto para los santos y las imagenes. Por casi trescientos afios, o sea, antes de la aparicién del catolicismo, los cristianos aborrecian las imagenes. Lattanzio, en su sexto libro “Instituciones divinas” (que data de los afios 304-313 aproximadamente) defiende asi a los cristianos, de la acusacién de atefsmo hecha por los paganos: “No! Nosotros no hacemos como vasotros; nosotros no prende- mos Ja lumbre a los simulacros divinos, como si estas divinidades necesitaran luz para ver. Nosotros adoramos a un solo Dios que es espiritu, sin ninguna manifestacién exterior de velas y lumbres”. Minucio Felice, contemporaneo de Lattanzio, en su libro titulado “Octavio” afirma: “Nosotros, cristianos, tenemos una religién mas pura, mds espiritual que vuestra religién pagana. Nosotros no tiramos besos delante de una estatua, no nos inclinamos delante de ella, ni quemamos incienso en su honor. Vivimos interiormente nuestra religién, haciendo el bien a los demas”. Fue en el afio 300 que comenzaron a aparecer en los templos catélicos las primeras figuras sagradas, Pero varios obispos se opusieron. Los prelados de Espafa, que se reunieron en el afio 306 en Elvira, emitieron el siguiente deereto: “Esté severamente prohibido pintar en las paredes del templo el objeto de nuestra adoracién y de nuestras oraciones” (Mansi, Coneilia: Vol. I, pag. 100, can. 35). Eusebio de Cesarea (330) en su carta a Constantino, inspirandose en el espiritualismo primitivo, se declaraba contrario a la veneracién de las imagenes y a la representa- cién de Cristo, “para que no se use a nuestro Dios, en su simulacro, llevandolo en las procesiones como lo hacian los paganos” (Kirsch: Enchiridion fontium historiae ecclesiasticae antiquae, edicién 1928. La frase citada es de Patrologia, editada en Turin en 1952 por el catélico B. Altaner), También Epifanio (403) se opuso al culto a las imagenes. En una carta dirigida al obispo Juan de Jerusalén, cuenta que, pasando un dia por Anablata, en Siria, vio en la puerta de una iglesia una imagen. Exhortando a los fieles del lugar a abstenerse en el futuro de cometer “semejante impiedad” la sacé y les aconsejé usar Ja tela como lienzo mortuorio para alguien tan pobre que no tuyiera ni una sdbana que le sirviera de mortaja. En una carta enviada a Teodosio, Epifanio afirma 10 que “el arte y las figuras representan una especie de idolatria inventada por el diablo e introducida por él en el mundo”, En su teslamento (cf. Altaner, Patrologia, pag. 229) lanza el anatema contra aquellos que se atrevian a contemplar la divina figura del Logos pintada con colores terrenos, apelando por su encarnacién. Pero, en el siglo quinto comenzé a prevalecer entre los cristianos el deseo de poseer estatuas ¢ imagenes similares a las que poseian anteriormente los paganos. De esta manera comenzé la deformacién catélica del cristianismo. Comenzé particularmente en Oriente, donde las creencias, mas paganas que cristianas, suscitaron la reaccién de aquellos que querian ser fieles a la palabra de Dios. Asi se inicié una lucha atroz para abatir y eliminar estatuas e iconos sagrados en los templos cristianos. Muchos obispos, bajo la guia del empera- dor Constantino V. Copranino, ordenaron destruir imagenes y estatuas muy de moda en esa época. En el afio 754 se reunieron 338 obispos en un concilio en Constantinopla y prohibieron el uso de las imagenes en las iglesias y todo culto dirigido a ellas: “Sélo Satands —afirmaron— pudo introducir en el cristianismo el culto a las imagenes. Bl que lo practique sera castigado” (Mansi, Collectio Conciliorum, Vol. VID. Pero mas tarde, muerto el emperador, le sucede la emperatriz Irene, mujer ambiciosa y supersticiosa, dedicada al culto a las imdgenes representadas en poderosos amuletos. Bajo su guia se ampararon alrededor de 350 obispos en Nicea (757) donde decretaron que el Concilio de Constantinopla no era valido, que sus decretos debian ser abolidos (pobre Espiritu Santo que debia dirigir los Concilios Eeuménicos de la iglesia) y que debfan honrar y rendir culto de veneracién a las imagenes. En Occidente (Italia, Francia y Espafia) el problema fue mas simple, porque ahi el uso de las imagenes no estaba tan difundido como en Oriente. Carlo Magno, consagrado empera- dor en ia Navidad del ano 800, se opuso de un modo terminante al culto a las imagenes. Los tedlogos alemanes, reunidos con él en varios concilios, decretaron que los cristianos podian tener imagenes en sus templos como decoracién, pero no podfan, de ninguna manera, rendirles culto. Por Jo tanto, nada de velas, nada de oraciones delante W de ellas, nada de imvocaciones, y nada de incienso. Los obispos, reunidos en concilio en Frankfurt (794) en presencia de los mismos embajadores pontificios, aseguraron que las imagenes podian ser usadas en los templos como un toque artistic, sin. convertirse en objeto de veneracién y de culto. En Turin un obispo muy intransigente de nombre Clau- dio, el cual vivié en el siglo IX, os6 decir abiertamente que los catélicos, practicando el culto a los santos y a las imagenes, no habian hecho otra cosa que conservar la antigua idolatria pa- gana, con otro nombre. Con firmeza verdaderamente admira- ble expresé que iba a despedazar con su propias manos es- tatuas y crucifijos, para impedir que el culto a las imagenes se arraigara en su diécesis (©. Comba: Liber apologeticus, afio 1895). No obstante estas luchas, tendientes a reprimir la difusién de tal prdctica pagana, el sentimiento popular fue mas fuerte. Desde el siglo XI el culto a las imagenes fue acogido por todos y fue siempre en aumento perjudicando la religién en “espiritu y verdad”. Hoy vemos estatuas en cada dngulo de toda iglesia catélica que la convierten en algo mas parecido a un museo que a un lugar de oracién. Hoy vemos estatuas, evadas en procesién, acompafiadas por manifesta- ciones folkléricas que no hacen otra cosa que renovar las antiguas procesiones paganas. No hace muchos afios un Ministro de la India, al ver las procesiones de la Virgen de Fatima, declard: “Es extrafio notar que, mientras nosotros en Oriente hacemos de todo para eliminar estas manifestaciones idoldtricas, en Occidente, al contrario, se trata de perpetuarlas”. Es doloroso que esto lo haya sentido un Ministro de la India y que los Papas y obispos catélicos io acepten sin cbjeciones. B) La palabra de Dios y el culto a las imagenes Es bueno saber lo que dice al respecto la palabra del Sefior. Histo servird de guia para posteriores consideraciones, 1) La ensefanza profética: Los profetas se burlaban de aquellos que construfan una estatua, de madera u otro 12 material, para después orar delante de ella. En Isaias 44:9-17 leemos: jEscultores de fdolos! Todos ellos son vacuidad; de nada sirven sus obras mas estimadas; sus servidores nada ven y nada saben, y per eso quedardn abochornados. ,Quién modela un dios y funde un idole, sin esperar una ganancia? Mas ved que todos sus devotos quedaran abochornados y sus artifices se avergonzarén; se reuniran todos y compareceran; y todos temblaran avergonzados. El forjador trabaja con los brazos, configura a golpe de martillo, ejecuta su obra a fuerza de brazo; pasa hambre y se extentia; no bebe agua y queda agotado. El escultor tallista toma la medida, hace un disefio con el lapiz, trabaja con la gubia, disefia a compas de puntas y Je da figura varonil y belleza humana, para que habite en un templo, Talé un cedro para si, 0 tomé un roble, 0 una encina, y los dejé hacerse grandes entre los arboles del bosque; o planté un cedro que la lluvia hizo crecer. Sirven ellos para que la gente haga fuego. Echan mano de ellos para calentarse. O encienden lumbre para cocer pan. O hacen un dios, al que se adora, un idolo para inclinarse ante él. Quema uno la mitad y sobre las brasas asa carne y come el asado hasta hartarse. También se calienta y dice: “jAh! jme caliento mientras contemplo el resplan- dor!” Y con el resto hace un dios, su idolo, ante el que se inclina, le adora y le suplica, diciendo: “Sdlvame, pues ta eres mi dios!” También hoy los catdlicos dicen: “Nosotros no adoramos las estatuas, para nosotros éstas no son Dios”, pero de hecho el pueblo se arrodilla delante de ellas para orar y cree que alli hay algo que le pueda ayudar més que otra cosa. Se lleva en procesién una estatua, pensando que una tiene més potencia y eficacia que otra o que es mas milagrosa que otra. En un aviso sacro expuesto en la iglesia de Vicenza, se lefa tiempo atras: “De lo alto de su nicho, la Virgen lo guia con su corazén materno y omnipotente”. Pero en lo alto del nicho habia sélo una estatua, la estatua de Maria. ~Puede ser que Maria se identifique con su estatua? {No es esto idolatria? Por Jo tanto, el término “omnipotente” aplicado a Maria {no 13 convierte a la estatua de Vicenza en un verdadero idolo pagano? Sélo Dios es omnipotente, ninguna criatura lo puede ser. Ademas, {cémo sabemos que Marfa puede ayudar con su intercesién? También ella, como todos los cristianos difuntos, reposa en espera de la resurreccidn final. 2) Los mandamientos de Dios: La Iglesia Catélica nunca justified la modificacién de los mandamientos dados por Dios a Moisés en el Monte Sinai, que debié hacer para poder sostener el culto a las imagenes. Cuando abrimos el catecismo, encontramos que Dios le ha dado diez leyes a Moisés llamadas el “decalogo”. Leemos en la Biblia estas diez leyes para ver si, en realidad corresponden a las del catecismo catélico. Estas se encuentran en el libro del Exodo 20:1-17: Entonces pronuncié Dios todas estas palabras: 1) “Yo, Yahvéh, soy tu Dios, que te he sacado del pais de Egipto, de la casa de servidumbre. No habra para ti otros dioses delante de mi. 2) No te haras escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arviba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postraras ante ellas ni les dards culto, porque yo Yahvyéh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo Ia iniquidad de los padres en los hijos hasta la tereera y euarta generacién de los que me odian, y tengo misericordia por mil generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos. 3) No tomardas en falso el nombre de Yahvéh, tu Dios; porque Yahvéh no dejara sin castigo a quien toma su nombre en falso. 4) Recuerda el dia del sdbado para santificarlo. Seis dias trabajards y hards todos tus trabajos, pero el dia séptimo es dia de descanso para Yahvéh, tu Dios. No hards ningun trabajo, ni tii, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad. Pues en seis dias hizo Yahv¢h el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descans6; por eso bendijo Yahvéh el dia sdbado y lo hizo sagrado. 14 5) Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus dias sobre la tierra que Yahvéh, tu Dios, te va a dar. 6) No mataras. 7) No cometerds adulterio. 8) No robaras. 9) No dards testimonio falso contra tu projimo. 10) No codiciarés la casa de tu projimo, ni codiciards la mujer de tu préjimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu préjimo”. Diganme: ,Dénde fue a parar en el catecismo catélico el segundo mandamiento que prohibe hacer escultura o imagen alguna de todas las cosas que estan en el cielo, en la tierra o en el agua? Fue eliminado. No era posible repetir el decdlogo continuamente y después practicar lo contrario esculpiendo y venerando en los templos catélicos una infinidad de imagenes y estatuas. Pero cémo conservar en tal caso la integridad numérica del decdlogo? Los catélicos no se detuvieron ante esto. Dividieron el ultimo mandamiento en dos y asf aparecié el nuevo mandamiento ntimero diez. Asf establecieron que el noveno mandamiento debe ser: “No desearas la mujer de los otros” y el décimo: “No deseards la ropa de los otros”. Restablecida de tal modo el ntimero diez, dijeron: {Estos son Jos diez mandamientos dados por Dios a Moisés en el monte Sinat! {Esto no es adulterar la palabra de Dios? 3) El verdadero culto del cristiano: Jesis ha dado indicaciones precisas para el culto cristiano. Este debe desarrollarse sin apariencias exteriores (habituales entre los catélicos) y sin templos suntuosos como los que habia entre los judios, samaritanos y paganos. En Juan 4:21, 23, 24, Jestis, hablando con la samaritana que estaba por sacar agua del pozo de Jacob cerca de Sicar, le dice: “Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte (el Gerizim, donde existia el mieo templo de los samaritanos), ni en Jerusalén (donde estaba el unico templo de los judfos), adoraréis al Padre... Pero Iega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarén al Padre en espfritu y en verdad, porque asi quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espiritu, y los que adoran, deben adorarie en esptritu y verdad”, 15

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