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Center for Latin American and Caribbean Studies, University of Michigan, Ann Arbor

¿NOVEDAD DE LOS ESTUDIOS CULTURALES O NUEVA VERSIÓN DE LA TEORÍA CRÍTICA DE


LA CULTURA?
Author(s): Adriana A. Bocchino
Source: Dispositio, Vol. 24, No. 51, Crítica Cultural en Latinoamérica: Paradigmas globales y
enunicaciones locales (1999), pp. 57-66
Published by: Center for Latin American and Caribbean Studies, University of Michigan,
Ann Arbor
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/41491581
Accessed: 17-08-2016 18:55 UTC

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Dispositio/n XXIV. 5 1 (1999 (2000)): 57-66
©Department of Romance Languages, University of Michigan

¿NOVEDAD DE LOS ESTUDIOS CULTURALES


O NUEVA VERSIÓN DE LA TEORÍA CRÍTICA DE LA CULTURA?

Adriana A. Bocchino
UNMDP

La propuesta de este trabajo no tiene las características de un


terminado y como tal, lo que trae es una pregunta e hipótesis que sería im
fueran discutidas.1 En lo fundamental se refiere a la insistencia sobre la
de los Estudios Culturales, especialmente en el Departamento de Le
UNMDP, y sobre todo a partir de los seminarios de Walter Mignolo
Foster, a pesar de que, según Raymond Williams, en 1989, llevaran "
décadas de lento pero firme posicionamiento institucional" (187). Ah
aquella insistencia se verifica no sólo en ellos: William Rowe, seguido
mismo tiempo crítico de Williams y crítico también, por otro lado, d
norteamericana, no deja de decir, en 1996, que "[. . .] un nuevo mund
nuevos modos de pensar y, a la inversa, pensar de una manera nue
mundos nuevos[. . .]" 2
Por lo tanto, la pregunta apunta a la insistencia por la novedad
nuevo modo, paradigma, enfoque, teoría, que dice tratar de manera
ciertos objetos de una cierta nueva cultura.3 Mi hipótesis ronda la po
observar, en todo caso, una nueva versión, y no la novedad absolut
conocida Teoría Crítica de la Cultura planteada fundamentalmente po
Gramsci y el neomarxismo de la Escuela de Frankfurt -las propuestas
Lukács o George Simmel y Siegfried Kracauer, pasando por Theodor
Max Horkheimer, hasta Walter Benjamin.
Esta hipótesis no surge desde una confrontación puramente teó
desde la exigencia de un modo de trabajo que presentan los objetos que m

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58 ADRIANA A. BOCCHINO

trabajar, que me han interesado traba


doce años - encuadrados dentro del c
Argentina Contemporánea, de los '60
hacer crítica, que este tipo de literatu
decir que nunca sentí que faltara marc
momentos históricos de público conoc
que se lo censurara, se lo escamoteara
La Teoría Crítica de la Cultura tiene,
muy claros, tal como Gramsci o los in
varios exponentes nacionales en la ac
Viñas, Néstor García Canclini, Beatri
mirano, Oscar Terán e, incluso, desde
Crítica de la Cultura, a Noé Jitrik y
sobre la cuestión de las denominaciones,
pero me interesa pensarlos desde allí
crítica más que por un posicionamient
Por otra parte, habría que marcar
formaciones teóricas que mencioné, e
que ha ejercido la teoría crítica de la c
forma no académica sino ensayística
mediático, desde las primeras crónicas
interpretación nacional hasta los t
temporáneos - cuya producción, y éxito
La mirada del otro, verbalizada o no,
formación de la cultura latinoamericana.
La propuesta de considerar los textos de la literatura en el campo más
extenso de las prácticas culturales no es nueva. Este modo de aproximación
crítica tampoco. Y el mundo, nuevo al decir de Rowe, sobre el cual se pretende
trabajar, mucho menos para los que vivimos aquí.
Me parece, en todo caso, que la denominación de Estudios Culturales, tal
como la plantean Mignolo o Foster, para el trabajo de/con una lectura de la
diversidad cultural es hoy, más bien, una manera teórica que suaviza la raíz
política, contestaria y hasta revolucionaria de la construcción terminológica,
dialéctica, e incluso productivamente contradictoria de la Teoría Crítica de la
Cultura, y que intenta institucionalizar, por lo menos en el ámbito de la crítica
literaria argentina, lo que desde hace tiempo se venía ya haciendo, lo que se
hace, y se hizo desde siempre según ese sentido político de cierta escritura crítica.
La marca de lo político es la determinante para definir un tipo de crítica: el gesto
de escritura, en la línea de la Teoría Crítica de la Cultura, y en estas regiones de
América, es un acto político, un acto, mínimo podrá decirse, de militancia política.
Sería, por lo tanto, un contrasentido, en esta línea, separar teoría y praxis.
¿Estos Estudios Culturales las separan? ¿Se llama entonces Estudios Culturales
a lo mismo que Williams llama Estudios Culturales?, ¿Y si devienen de aquella

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matriz, la de Williams, que a su vez dice venir de la Teoría Críti


se trata de una nueva teoría? ¿La diferencia radica en una cierta
que, entonces, no pretende ejercer algún tipo de efecto so
campo de las políticas de la teoría? En el caso de respuestas
contrasentido, incluso en Williams, cambiar la denominació
de la Cultura - a una manera muy clara de enfocar el trabajo
de la cultura que reúne, por principio, teoría y praxis y qu
reconocimiento como objeto político - ya desde la elección de
sino también un posicionamiento político del que investiga
investigar - que no son, no pueden ser, "científicas" en es
"cientificistas". Williams aclara, sin embargo, este punto.
Siempre se trata de una interpretación, una lectura pol
objeto recupera un pasado para plantear un futuro, para iden
para rearmar un archivo. Es decir, la Teoría Crítica de la C
algunos teórico-críticos de lo que se da en llamar Estudios Cu
políticamente desde el momento en que se propone revisar e
de una cultura y, en consecuencia, sus límites, a fin de ser
directamente, cambiados desde el registro que contempla un
guerra de posiciones según lo requiriese el caso. Quien inves
no queda fuera del marco político y bajo la responsabilidad
lectura o interpretación. Pero al mismo tiempo queda sujet
legitimaciones y deslegitimaciones impartidas por la tradició
un lado, en la cual se inscribe su investigación, y por otro d
dentro del tejido social que habilitan su actividad crític
fundamental, me parece, no se limita a la inclusión o no de
documento pasible de ser leído, sino a cómo enmarcar, cóm
prácticas culturales de por sí heterogéneas, disglósicas, mult
qué - he aquí el punto - hacerlo. Componer un campo de es
posicionamiento político hacia atrás y hacia adelante.
¿Estos Estudios Culturales pretenden otra cosa? Si s
respuesta afirmativa, aun cuando se componga un campo de t
al feminismo, los estudios sobre la raza, el concepto de text
reconocimiento de la heterogeneidad - se propone una no im
que no va más allá de las políticas de las teorías; si, en camb
las propuestas de Raymond Williams en "El futuro de los est
cuestión de la denominación sería un problema menor puest
teórico completamente central", "en el núcleo de los Estudio
"trata - para usar términos contemporáneos, y no los más b
que se lo definió originalmente - de que uno no puede ent
intelectual o artístico sin entender también su formación: qu
un proyecto y una formación siempre es decisiva, y que lo dest
Culturales es que precisamente se consagra a ambos , en vez
uno u otro".6

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бО ADRIANA A. BOCCHINO

Sospecho que la insistencia sobre la


de Mignolo y Foster está directamente
campo intelectual norteamericano y n
vinculada a una línea teórica ubicada e
trabajo con ciertos materiales. La radicac
norteamericana y de lo que llaman minor
mayoritario de la existencia de esas mino
como sí ocurrió en los primeros avanc
lleva al replanteo sobre los objetos a t
sujeto que investiga al romper obsoleto
la especificidad. La forma de trabajo d
que hace a la crítica literaria - como
mucho, especifícista. Es decir, llevó ad
sobre el detalle de la materia textual así
el cuerpo en diversos objetos de estud
este último sentido es por todos cono
cuanto a una vuelta al médico de familia
de los problemas orgánicos. Se me o
Culturales, presentados en los seminar
sentido, también se me ocurre que much
ya hacíamos lo que hoy Mignolo o Fo
sin saber que lo hacíamos.7 Supongo, s
lo hacíamos" se hizo y se hace, valga la r
a las que plantea un modelo no politiza
con un enfoque político, intencionalm
del intelectual argentino - las manifestac
partidarias, la obtención de cátedras, l
o, incluso, la de ficción. El perfil de es
la Teoría Crítica de la Cultura es siempre
de un cambio desde el trabajo crític
microrresistencia en la red de poder.
Y aquí otro punto importante a
diferenciación: el intelectual argentin
trabaja, las más de las veces - por cues
desde una posición desplazada de las d
planificación oficial. En este sentido n
partir de Gramsci o Benjamin, cuy
asistemáticas, en cuanto a la formulaci
por sí conflictivo de las definiciones:
teoría que da cuenta descriptiva de una p
cultura que, mordiéndose la cola, hace va
puramente teoricista y ensaya, desde el
en lo fundamental, se articule con lo

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¿NOVEDAD DE LOS ESTUDIOS CULTURALES. . . ? 61

trata sólo de revisar un objeto de cierta cultura, de dar cuanta de é


lectura, sino de ponerlo a prueba y, entonces, ponernos a prueba como
investigadores; es decir, problematizado problematizando nuestra situación como
intelectuales, construyéndolo como problema. Si el objeto no pone en cuestión
una situación dada no vale la pena emprender la investigación. Si no hay algún
punto que resolver, una pregunta que martille constantemente sobre la posición
del investigador, sobre su propia posición, aunque pueda suponerse irresoluble,
no tiene sentido el planteo de una interpretación cultural en la que el investigador
sólo aparente jugarse, de alguna manera, puesto a observar algún objeto, a la
moda, proporcionado por el campo de lo alternativo.
Siendo la Teoría Crítica de la Cultura una cuestión eminentemente política
no puede desincrustarse de la historia, la formación de esa historia y ciertos
resultados que analiza, puesto que uno de aquellos ciertos resultados suele ser el
mismo investigador y, entonces, su opción de investigación. Quien trabaja desde
esta perspectiva, por lo menos en lo que se ve en Argentina, se hace preguntas
muy concretas acerca de la memoria, la identidad, los discursos silenciados según
diferentes formas - la censura, el exilio, el destierro, el encarcelamiento, la
desaparición de personas, la marginalización, el arrasamiento - vinculadas con
el soporte macroeconómico de políticas internacionales y, por lo tanto, también
a partir de este vínculo, los discursos altamente promocionados -vidas de famosos,
la telenovela, el fútbol, la vida común signada por alguna desgracia puesta en
TV, etc. Lo interesante del caso está en que al mismo tiempo que articula una
descripción no convencional propone, desde diferentes lugares, alternativas de
reinterpretación y análisis social que, en algún sentido, provoquen un efecto de
acción social.
Aquí habría que referirse especialmente a la cuestión de la formación.
Cuestión que subrayo y sustraigo, simultáneamente, a la explicación. La subra
porque considero que ha sido determinante para que se diera una forma de pensar
ciertos objetos en la línea de la Teoría Crítica de la Cultura. Una formación
implica siempre aprehensión de metodologías diversas de trabajo para encara
las formas de pensar. Y sus maneras, quiero decir, las de una formación, ofrecen
pensar de manera diferente. Ahora bien, cuál sería el marco teórico de las
preguntas que un investigador, en la línea de la Teoría Crítica de la Cultur
según su formación, se hace o puede hacerse en estas latitudes. He dicho ant
que, según observo, la Teoría Crítica de la Cultura tiene claros referentes d
formación europeos, y ello sería, desde la posición de los Estudios Culturales
según el modelo presentado por Mignolo, si no elemento de rechazo, al menos
para ser cuestionado.8 Aquí hay dos puntos a tener en cuenta: 1) los teóricos que
mencioné -en especial Gramsci y Benjamin - no constituyen, precisamente, l
ideólogos de un concepto de "lo europeo"; al contrario, sus escrituras aparece
descentradas del sistema y 2) lo descentrado, posiblemente, caracterice un perfil
de intelectual argentino que usa como marco teórico la producción de los citados
no porque hayan sido europeos sino por descentrados y porque conviene al trabajo

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62 ADRIANA A. BOCCHINO

con ciertos objetos que aparecen des


hincapié en la pregunta por el or
reinterpretadas, teorías marginales
obtenido aquí relevantes éxitos de m
La otra posibilidad de sustraer el
dos motivos obvios. Uno, más públic
hecho trabajos de crítica literaria,
desplazamiento crítico desde el disc
fundamentos ingenuos de cualquier
desarticulada según diferentes ensayos
una convención social. Y en el discurso de la literatura, como en el de lo social,
posiblemente una de las convenciones más importantes sea la de la representación,
puesto que sostiene y permite las diferentes formas de leer y de vivir. Allí, sin
duda, se radica el entrenamiento natural de los críticos literarios y de los escritores
(que lo son porque conocen este mecanismo) para desplazarse y convertirse en
teórico-críticos de la cultura. En cuanto a un segundo motivo, por el cual me
parece innecesario explicar el tema sobre la formación, es menos público pero
se relaciona con el supuesto de que un itinerario personal inscripto en una historia
familiar de inmigrantes no puede ser muy diferente en cualquiera de los casos de
los investigadores que participan aquí de una perspectiva de interpretación
culturalista. No me refiero a familias inmigradas con siglos de radicación en el
país - hacedoras de la conquista, colonización y diversos genocidios9 - sino a
familias signadas por el movimiento de la huida, es decir las del otro lado,
estacionadas sólo por un tiempo que podría remontarme a lo sumo a unos sesenta
o setenta años atrás o, con mucho, a principios de este siglo. Casi siempre se
trata de familias de trabajadores en relación de dependencia que parten, a veces
violentamente, de sus lugares de origen por razones económico-políticas.
En mi caso, un abuelo argentino de padres italianos corridos de una Europa
en guerra, alistados en el gremio del calzado, de clara tendencia anarquista en
las décadas del '20, el '30 y el '40; y otro abuelo inmigrante - preferiría decir
exiliado - que siendo del norte industrializado de Italia no sabe almorzar o cenar
en torno a una mesa y que, desde el campo, huye del advenimiento de una Segunda
Guerra Mundial en la que se lo pretende sumar sin saber casi leer. En los dos
casos, lo único más o menos concreto es el uso de una cierta lengua - digo cierta
lengua porque se sabe que entre los italianos las dificultades dialectales fueron
un problema grave - y el desconocimiento de otra en la que, con la abuelas, más
o menos en las mismas condiciones de huida y desamparo - capítulo aparte - se
funda una formación, la mía. En definitiva, un itinerario familiar común para
una gran parte de argentinos radicados, en especial, en la zona de la pampa
húmeda.
Más allá del excurso biográfico, esa formación alternativa, multicultural,
disglósica, que ahora podría llamarse en Estudios Culturales también podría
llamarse formación de "conventillo".10 Lo que interesa marcar es que se trata de

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historias, en mi caso de procedencia italiana, en las que se entremez


consigna de que el fenómeno es natural, otras historias - austríacas
polacas, francesas, alemanas, griegas, turcas, armenias, rusas,
uruguayas, paraguayas, bolivianas - por donde pasa la posibilidad/
de mirar, y ser mirada/o de maneras muy diferentes. Este fenómeno p
recién ahora descubierto por la institución norteamericana, pero entre
los de la formación multicultural - o de "conventillo" - aparec
históricamente "natural", puesto que no hubo demasiadas posibilid
pensar(nos) fuera de la hibridación. En el esquema de las rejas b
modelo literario, junto al del realismo mágico, aceptado por la may
críticos norteamericanos y europeos en la lectura de la literat
americana - los de la no especificidad, siempre estuvimos en la vereda d
No por elección - a lo mejor decirlo hoy sí lo sea - sino, más bien
hubo otra alternativa. En mi formación, como en la de muchos, la b
escritura, constituyen lo verdaderamente alternativo o, por lo men
cultural, muy apreciado desde la subalteridad inmigrante, que fue neces
y conquistar.
La línea del abuelo anarquista combinó - a su manera - teorías y pr
de lo que se ofrecía como lo alternativo. La del abuelo exiliado, la de
como principio. La mayoría de los inmigrantes, la de los argentinos tra
y de prole numerosa, los que habitaban el conventillo, todos ellos e
hoy se llama lo alternativo. Hay un dato llamativo: en mi infancia n
que circularan los nombres de Borges, Bioy, las Ocampo, o la revi
Fierro ; sí, en cambio, mucho Arlt, El Mundo , Crítica , Ingenieros
ediciones Tor, Claridad, el tango en las radios y el teatro y el circo en e
nombres difíciles de pronunciar, rusos seguramente, y muchos italiano
"raras", tanto en la boca del vecino como en la de mis abuelos que se
compartir el aperitivo o un "toscanito". Es posible que entre ellos p
citado Gramsci sin pie de página.
Por una historia común, bastante común, compartida y convertid
en objeto de estudio descriptivo por una tradición de críticos, lit
principio, sino en objeto de estudio problemático sobre el que se p
intervenir, no se puede pensar en algo totalmente nuevo. Se podría con
se trata de una manera de trabajar y de pensar que manifiesta e incluye
político, no cabe duda, pero esto tampoco es nuevo. Y que eso haya
una lucha de posiciones, un bando contra otro, tampoco es nuevo. A
cierta elite, Contorno contra Sur o, después, Punto de vista contra l
entre los ejemplos clásicos.
Por lo tanto, lo que sucede aquí en cuanto a la insistencia por l
de los Estudios Culturales me parece más un transplante de una "
preocupación norteamericana en términos no políticos que nosotros, sin
ya teníamos desde principios de la formación del Estado Nac
precisamente, en términos políticos. Es decir, según la lógica del

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64 ADRIANA A. BOCCHINO

¿sólo teórico? - se nos inventa una n


a fin de que seamos novedosos consu
lo hacíamos porque lo necesitábamos
En todo caso, por una vez y si es
quieren hacer un camino - ¿sólo te
instituciones universitarias en los pa
pretenden estudiar casos como el lat
el trabajo y la actitud debieran ser
momento: es decir, cambiar el luga
culturalmente, sigue siendo desde af

NOTAS

1 El estado 'en proceso' del trabajo se relaciona con dos posiciones p


una de orden regional y otra de carácter epistémico. Por un lado, con e
institucional, y la metodología de trabajo que entraña, "Jornadas Taller
Culturales" del 23 de agosto de 1997, en el que expuse, en principio, las
que observo alrededor de los estudios culturales tal como habían sido p
Walter Mignolo y David Foster en dos seminarios sobre Estudios Cultur
entre 1996 y 1997, en el marco de la Maestría en Letras Hispánicas qu
departamento de Letras de la UNMDP. Por el otro, con la certeza de que es
adoptar una posición controvertida frente a la discusión teórica, a fin de que en
pueda observarse la dificultad de aplicación de cualquier teoría y la ne
confrontación permanente.
2 Hacia una poética radical (Rowe 23). Deberá decirse que Rowe, sin
lo plantea desde lo que se llama la construcción de un nuevo campo de tr
palabras que utiliza, referidas a Latinoamérica, sintomáticamente remiten
del "descubrimiento". Resulta importante indicar que, posiblemente, se tra
campo de trabajo para el lugar de enunciación particular desde donde
propuesta.
3 No desconozco que ésta es una de las preguntas a las que han intenta
Eric Mottram, Jean Franco, Gay atri Spivak, Josefina Ludmer, Julio Ortega
Canclini y otros en Travesía (Londres, 1992), pero intento que sea repen
perspectiva subalterna en la que nos encontramos los que participamos d
4 Como ejemplo de esta forma de trabajo, puede leerse Indios, ejércit
o Literatura argentina y realidad política (1964; hay reedición corregida
en 1995) de David Viñas; Culturas híbridas de Néstor García Cancl
gauchesco : un tratado sobre la patria de Josefina Ludmer; Una moderni
Buenos Aires 1920 y 1930 , o La imaginación técnica: sueños modernos

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argentina de Beatriz Sarlo; Nuestros años sesentas de Oscar Terán; o en l


Producción literaria y producción social de Noé Jitrik.
5 Ya en 1 993 George Yúdice en "Tradiciones comparativas de estudios
Latinoamérica y los Estados Unidos" aclaraba respecto de los encuadres te
el término estudios culturales se usa muy poco en América latina. Sin
múltiples y firmes tradiciones latinoamericanas de análisis cultural qu
nombres de comunicación, historia intelectual, análisis del discurso, estudios
interdisciplinarios y otros términos empleados en disciplinas particulares. Inclusive el
término Humanidades significa en América latina algo más, que generalmente no es
incorporado al campo de las disciplinas científicas. Más a menudo que el término
Humanidades se emplea el de Facultad de letras , pero incluso ese nombre es de reciente
acuñación, pues data de los años veinte. El estudio de la cultura incluyendo la cultura
artística y literaria, se refiere a menudo a lo que en los Estados Unidos se consideran
ciencias sociales. Más aún, desde que la interdisciplinariedad se promueve en instituciones
regionales de ciencias sociales como CLACSO o FLACSO, lo que aquí referimos como
estudios culturales se identifica mucho más con el análisis antropológico y sociológico.
Por esta razón, el análisis cultural en Latinoamérica se relaciona más directamente con el
estudio de la sociedad civil y política que en los Estados Unidos [. . .]."
6 La posición de Raymond Williams puede leerse en La política del modernismo
(Williams 187).
7 Así lo observó también Jorge Panessi en las I Jornadas "Orbis Tertius", realizadas
en 1997 en la UNLP, en relación a todo aquello que hoy viene a llamarse Estudios
Culturales.
8 Así lo expuso en el Seminario y también en las discusiones que se mantuvieron
en las Jornadas Taller.
9 Tal como plantea, por ejemplo, David Viñas en Indios, ejército y frontera , la
continuidad histórica entre 1879 y el gobierno militar de fines de la década del '70.
10 El conventillo, para un lector no argentino, merece una explicación: se trataba,
se trata, de grandes casas, por lo común en una construcción seguida de habitaciones en
hilera con algún único gran baño, patios y fondo, que se subalquilaba, se subalquila,
dando la posibilidad de convivencia, y sus efectos, a diversas familias enteras provenientes
de lugares absolutamente disímiles. A diferencia de lo que ha sucedido en otros países
respecto de olas inmigratorias que conforman barrios bien identificados, en Argentina
los "conventillos" albergaron, albergan, la multiplidad de lenguas, y de gentes, en cruces
impensables en otras regiones, a punto tal que mezcla identidades en un sentido cómico -
el saínete criollo es el mejor ejemplo - cuando en aquellas otras regiones más bien tiene
el signo de la tragedia.

OBRAS CITADAS

García Canclini, Nestor. 1992. Culturas híbridas: estrategias para ent


modernidad. Buenos Aires: Sudamericana.

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66 ADRIANA A. BOCCHINO

Jitrik, Noé. 1975. Producción literaria y producción social. Buenos Aires:


Sudamericana.
Ludmer, Josefina. 1988. El género gauchesco: un tratado sobre la patria. Buenos
Aires: Sudamericana.
Mottram, Eric, Jean Franco, Gayatri Spivak, Josefina Ludmer, Julio Ortega y Néstor
García Canclini. 1992. Travesía 1.1. (Londres)
Rowe, William. 1996. Hacia una poética radical: ensayos de hermeneútica cultural.
Rosario: Beatriz Viterbo.
Sarlo, Beatriz. 1988. Una modernidad periferica Buenos Aires 1920 y 1930. Buenos
Aires: Nueva Vision.

Aires: Nueva Vision.


Terán, Oscar. 1991. Nuestros años sesentas. Buenos Aires: Puntosur.
Viñas, David. 1964. Literatura argentina y realidad politica. Buenos Aires: CEAL.

Williams, Raymond. 1997. La política del moder


Yúdice, George. 1993. "Tradiciones comparativas
y los Estados Unidos". Alteridades 2.4: 77-88

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