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¿POR QUE DIOS AMÓ TANTO A DAVID?

“Grandes triunfos da a SU rey, y hace


Misericordia a su ungido.
A David y su descendencia para siempre.
-Salmo 18:50
Pastor Alex Figueroa
Estudiar la vida de David es una gran revelación de la manera
que el Señor se manifiesta hacia algunas personas en particular.
Sabemos que el amor de Dios para nosotros no es cuestionable.
No hay medida para el amor de El. Es también inigualable. No
hay otro amor que pueda pararse a su lado para comparación. Si
es verdad que el amor de Dios no tiene paralelos humanos
comprensibles, no es menos cierto que El reserva un tipo de
amor muy íntimo para algunos. Esto lo podemos ver al estudiar
las Sagradas Escrituras. Esto nos estimula a que nos hagamos la
pregunta, ¿“por qué es esto”? ¿Por qué, a pesar de las faltas y las
transgresiones del más amado rey de Israel, Dios le manifestó un
amor tan inexplicable?

Hay algunas cosas que resaltan en la vida de David. Nuestro


olfato es estimulado por el olor que nos guía a un gran
manjar saturado de verdades y revelaciones muy obvias. Invito
al lector a acompañarme en el descubrimiento de esta realidad
tan impresionante y estimulante.
1. El corazón del joven David se moldeó y conformó al corazón
del Señor Jehová (1 Samuel 13:14). Esta es una apreciación que
no es del mismo David, sino que Dios lo dice de él. Las palabras
del profeta Samuel fueron duras para Saúl. Ya él no continuaría
como rey, pues su corazón no se había moldeado al del Señor. El
corazón es muy engañoso y Saúl se dejó guiar por él. Comenzó a
sospechar de las buenas intenciones de David, los celos y la
envidia lo empujaron por un camino muy equivocado que
terminó totalmente en tinieblas.

No supo tener paciencia. Dios es paciente para con todos


nosotros, según lo declara el apóstol Pedro. Sin embargo la
paciencia, la humildad y la diligencia de David es aparente, aún
antes que su nombre fuera conocido en Israel.

Esto colocó a David por encima del rey Saúl. El profeta lo


reprendió, diciéndole: “Dios ha rasgado hoy de ti el reino de
Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo MEJOR QUE TU” (1 Samuel
15:28). Que David hubiera conformado su corazón al corazón de
Dios lo hizo un mejor hombre.

David se ganó el corazón de Dios. Dios no pudo resistir la


sencillez y los motivos sanos de este joven pastor.

2. David amó más la ley de Dios que las cosas materiales.

En el Salmo 19:10, el dice, refiriéndose a los estatutos de Dios:


“Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado”.
Muchos no comprenden expresiones como esta, y la respuesta
está en que David no quiso ser rey. El se sintió más cerca del
Señor con el cayado del pastor que con el cetro del rey. La
gigantesca fortuna que llegó a tener la dedicó a la construcción
de la Casa de Dios.

Pudiendo vivir con gran pompa, derroche y suntuosidad prefirió


vivir sin ellas. El prefirió la Presencia de Dios. Su lujo no es
mencionado, pero sí su justicia y equidad. A través de la histórica
davídica vemos constantemente su pasión por la Presencia de
Dios. Su búsqueda es incansable. Mientras está batallando
contra sus enemigos y juzgando a Israel, David no se desenfoca.
La Presencia de Dios es su prioridad. “Mi corazón ha dicho de Ti:
Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová” (Salmo 27:8).
“Con todo mi corazón te he buscado…” (Salmo 119:10ª). El Arca
del Pacto, que representaba la Presencia Divina con Israel, no se
encontraba con el pueblo de Dios, David se empeñó y determinó
regresarla. En su primer esfuerzo falló. El traslado no lo llevaron
de acuerdo a los preceptos establecido en la ley de Moisés. Por
causa de este error un hombre pagó con su vida, tampoco los
levitas cargaron el Arca con sus varas sobre sus hombros, sino
que la pusieron en un carro. El esfuerzo no fue recompensado.
Había que hacerlo conforme a lo prescrito por el Señor. Sin
embargo, David no se dio por vencido. No tiró la toalla. El volvió
a intentarlo. En esta ocasión lo hizo conforme a lo establecido en
la ley; y tuvo éxito en su empresa. Llevó el Arca a un lugar
preparado cuidadosamente por El. Allí el Señor sería
reverenciado y alabado día y noche. Pienso que esa noche el rey
David se durmió con una sonrisa en sus labios. ¡Por fin la
Presencia de Dios estaría con su pueblo y su reino! A Saúl nunca
le importó el Arca, pero no David. ¡EL VIVIO CON UNA
DEDICACION POR LA BUSQUEDA DE LA PRESENCIA DE DIOS QUE
NO TUVO COMPARACION! Al meditar en esta conmovedora
realidad, pienso que desear traer de regreso el Arca de Dios y
llevarlo a cabo fue un acto mucho más digno de reconocimiento
y admiración que su victoria sobre el gigante Goliat.

3. David fue el primero en querer y ofrecerse para edificar la


Casa de Dios. Moisés edificó la primera casa de Dios, en la forma
de un tabernáculo, porqué fue una orden dada por el Señor. En
el caso de Moisés, Dios tuvo la iniciativa, pero en el caso del
templo, fue David quien tuvo la iniciativa. El tuvo el empuje para
querer edificarle un templo a su Dios. Estas fueron las palabras al
profeta Natán: “Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca
de Dios está entre cortinas” (2 Samuel 7:2). Al Señor le agradó
tanto la disposición de David, que le respondió, diciéndole: “Y
será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu
rostro, y tu trono será estable eternamente (esto fue una
referencia a Jesucristo, quien sería descendiente de David de
acuerdo a linaje carnal) 2 Samuel 7:16).

Si no lo leemos cuidadosamente se nos escapa esta gloriosa


declaración. David quiso edificarle una casa a Dios, pero
terminó siendo que, DIOS FUE QUIEN LE EDIFICO UNA CASA A
DAVID! (2 Samuel 7:19-21). David le responde a Dios: “Aún te ha
parecido poco esto, Señor Jehová, pues has hablado de la casa
de tu siervo en lo porvenir” (v. 19b). Ahí vemos nuevamente una
manifestación exclusiva del amor de

Dios para David. A NADIE MÁS DIOS LE OFRECIÓ TAL COSA NI LE


HIZO UNA PROMESA CON TAL DIMENSIÓN.
4. RECONOCIÓ HUMILDEMENTE SU DESOBEDIENCIA Y ERRORES.
No leo acerca de una actitud defensiva. El era un rey. Si alguien
podía creerse capaz de no tener por qué ser manso, era él. En
cada ocasión que fue exhortado por el profeta, no ofreció
excusas y no trató de culpar a otros. El asumió la responsabilidad
de sus hechos.

Es muy fácil para la naturaleza humana no querer admitir


nuestros fallos, nuestras malas decisiones, nuestras actitudes.
No es fácil para la carne admitir nuestra imperfección y
debilidades. No son pocos los que viven con una coraza
impenetrable de una falsa invencibilidad. Queremos probarles a
otros que somos capaces, cuando realmente no lo somos. Soló
en Cristo, quien nos fortalece podemos movernos y “ser”. Tratar
de impresionar a otros con nuestras habilidades es muy agotador
y frustrante. Reconocer nuestros errores y confesar que sí nos
equivocamos, o que dijimos lo indebido nos lleva a un plano en
la cual sentimos la cercanía de Dios, pues El resiste al que se
exalta. Añado que querer exaltarnos no es alabarnos a nosotros
mismos, sino que es también dar impresiones falsas, decir
medias verdades y tratar de proyectar una falsa imagen. Si un
mendigo, una ramera o un publicano pecador, reconoció su
condición no me impresiona, porque es algo obvio, PERO QUE LO
HAGA UN REY, ALGUIEN DE QUIEN DIOS HABLO TAN ALTO Y TAN
EXCELENTEMENTE ES VERDADERAMENTE IMPRESIONANTE.

Esto fue posible porque a David no le importó la reputación, lo


que le interesó fue la comunión. Lo que otros digan no es
importante ante lo que Dios sabe y dice.
Un sabio dijo que hay tres tipos de personas en un ser. La
primera es lo que nosotros pensamos de nosotros mismos, La
segunda es la que otros piensan de nosotros. Y la tercera es que
Dios sabe lo que realmente somos. Esto fue lo que le importó a
David, el dulce cantor de Israel. Por eso es que él se desnuda
simbólicamente en la expresión de los salmos. El dice la verdad
acerca de él. El nos habla de sus victorias, sus deseos, sus
debilidades, sus frustraciones, sus temores y sus enfermedades,
inclusive nos habla de sus necedades y transgresiones. No hay
secretos. No hay cortinas de humo. No falsas pretensiones. ¿Y
todavía usted pregunta por qué Dios lo amó tanto?

El fue presto en confesar y arrepentirse. Sus transgresiones


fueron grandes, muchos murieron por decisiones que el hizo, SIN
EMBARGO POR CAUSA DE SU HUMILDAD EL SEÑOR LO ATRAJO
HACIA SÍ.

En la sociedad que vivimos han tratado de vendernos (y todavía


esa práctica y concepto persiste) la idea que otros tienen la culpa
de lo que nos sucede. Los sicólogos y siquiatras tratan de ayudar
a sus pacientes haciéndoles sentir bien acerca de sí mismos,
después de todos, según ellos, estas personas no tienen la culpa,
La culpa la tiene la niñez que vivieron, los padres, los familiares,
los maestros o la pobreza.

Una de las cosas que aprendemos por medio del evangelio, es


que Dios restaura. Dios sana las heridas del espíritu. Esto lo
declaró Jesús en Lucas 4:18. “Me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón”. Hoy son más los enfermos
emocionales que los enfermos corporales. Las enfermedades y
los quebrantos del corazón son la especialidad del Doctor
Jesucristo. Es lamentable que llamados cristianos estén
arrastrando cosas del pasado. No olvidan, no perdonan, no dejan
esa carga ante los pies del Médico del alma.

David fue humilde y también fue sabio al decidir confrontar su


situación interna ante la amonestación de los profetas que
trataron con él.

Por esa causa pudo descansar en paz al resto de sus días y


finalmente morir en paz.

David fue diligente en arreglar y modificar su condición.

Un sentir liberador es experimentado cuando confrontamos


esto.

Escuchemos algunas de sus expresiones en el Salmo 51.

“Yo reconozco mis rebeliones” (v.3ª).

“En lo secreto me has hecho comprender sabiduría” (v.6b).

“Renueva un espíritu recto (honesto y sincero, que quiera hacer


lo debido) dentro de mí” (v. 10b).
“Vuélveme el gozo de tu salvación y un espíritu noble me
sustente” (v.12).

“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado. Al corazón


contrito y humillado no despreciarás Tú, oh Dios” (v.17).

A veces es más fácil orar y ayunar que humillarse. Hay libros que
enseñan que la oración y el ayuno es el remedio para los males
que algunos sufren. La realidad que no hay substituto para la
humillación ante Dios. Si los cristianos nos humilláramos
como debemos, no tendríamos que usar tanto el ayuno ni las
largas oraciones como pretexto. Las personas encuentran que
orar y ayunar no es tan difícil como lo es humillarse. Este fue el
argumento que Dios le presentó a su pueblo en Isaías 58. Así dijo
el Señor: ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día el hombre
aflige su alma, que inclines su cabeza como el junco, y haga cama
de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno y día agradable a
Jehová? ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las
ligaduras de la impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir
libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? “(v.5-6).

Yo visito las librerías que venden libros supuestamente


cristianos, y veo muchos libros acerca de la necesidad de ayunar.
Ayunar para tener mas poder. Ayunar para ser prosperados y
sanados. Ayunar para estar más cerca de Dios. Veo en sus índices
la joroba de las Escrituras.
Que el lector no me interprete mal. Yo soy un firme creyente del
ayuno. PERO NO PODEMOS AYUNAR CUANDO NO HAY
HUMILLACION ANTE DIOS Y CUANDO LA CONDUCTA ES INJUSTA.

La razón por la cual Dios reprendió a Israel con sus ayunos, es


porque ellos ayunaban como una costumbre muy repetida.
Ayunar no era difícil para ellos por haber adoptado el hábito de
ayunar.

Hay tiempo para ayunar, y deben ser tiempos específicos y con


un peso extraordinario. Nadie se hace espiritual por ayunar. Lo
que nos hace espiritual y nos da la bendición de atraer la
Presencia de Dios es humillarnos ante El con un corazón contrito
y humillado, diligentes como David en arreglar sus males.

¿Por qué Dios amó tanto a David? Porque David no buscó


excusas, sustituciones y argumentos. Su corazón se moldeó al de
Dios. Le dio mucho más valor a lo espiritual que a lo material.
Vivió con la mira en la Presencia de Dios. Pensó más en la Casa
de Dios que en la suya, y fue diligente en reconocer su miserable
humanidad y la debilidad de sus transgresiones. Esto nos debe
estimular a todos.

Yo me siento verdaderamente movido por esta verdad. No


quiero vivir en negación. Quiero vivir en libertad y en el amor de
Dios para siempre. Amén
EL AYUNO

En este estudio revisaremos el significado del ayuno bíblico, su


propósito y las diferentes ocasiones en que se realizó. Muchas
personas tienen un concepto erróneo acerca del ayuno. Algunos
han exaltado el ayuno religioso más allá de las Escrituras y lo han
impuesto como una doctrina obligatoria. Otros han decidido
ignorar el tema tratándolo con indiferencia y considerándolo
totalmente innecesario e indeseable. ¿Qué es lo que ha causado
tanto malentendido e indiferencia de un tema tratado tan
frecuentemente en la Biblia? Primero que nada, y entre otras
razones, el ayuno a desarrollado una mala reputación a causa de
su práctica excesiva y exagerada en épocas pasadas. Segundo,
muchos han concluido que el ayuno fue una costumbre judía o
de otras religiones y de ningún valor o necesidad en la época
cristiana.

EL AYUNO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

I. EJEMPLOS DE AYUNO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

A. El Día de la Expiación (Levítico 16:29-31; 23:26-32; Números


29:7)

1. Este fue el único ayuno mandado por Dios en la ley del


Antiguo Testamento.
2. La frase “afligir vuestras almas” significaba ayuno en la
religión judía y en algunas traducciones modernas esta frase ha
sido traducida directamente como ayuno (Salmo 69:10).
B. Otros ejemplos de ayuno en el Antiguo Testamento

Frecuentemente se ayunaba sin ningún mandamiento específico


en tiempos de aflicción, colectivamente o individual.

1. Ayunaron en tiempo de guerra o bajo amenaza de guerra.


a. Israel ayunó en Betel cuando batallaron contra Benjamín
(Jueces 20:26).
b. También en Mizpa antes de la guerra con los filisteos (1
Samuel 7:6).
2. Se ayunaba cuando seres queridos se enfermaban.
a. David ayunó y rogó a Dios mientras su hijo se enfermó de
gravedad (2 Samuel 12:16-23).
b. David también ayunó por otros cuando se enfermaron
(Salmo 35:13).
3. Ayunaban cuando un ser querido había muerto.
a. Los hombres de Jabes de Galaad ayunaron siete días por
Saúl (1 Samuel 31:13).
b. David y sus hombres ayunaron por Saúl y Jonatán (2
Samuel 1:12)
4. Ayunaban cuando buscaban el perdón de Dios.
a. Moisés ayunó por cuarenta días por el pecado de Israel
(Deuteronomio 9:15-18).
b. Acab ayunó para ser perdonado (1 Reyes 21:17-29).
c. Nínive ayunó para prevenir su destrucción por parte de
Dios (Jonás 3:4-10).
d. Daniel ayunó al confesar a Dios los pecados de Israel
(Daniel 9:3-5).
e. Israel ayunó al confesar sus pecados y leer la ley de Dios
(Nehemías 9:1-3)
5. Ayunaron cuando enfrentaban peligro inminente.
a. Josafat proclamó ayuno en Judá bajo la amenaza de guerra
por Edom (2 Crónicas 20-1-3).
b. Esdras proclamó ayuno al retornar a Jerusalén para pedir el
favor de Dios (Esdras 8:21).
c. Nehemías ayunó cuando oyó del estado de la ciudad de
Jerusalén (Nehemías 1:4).
d. Los judíos ayunaron cuando Amán obtuvo el decreto del rey
contra ellos (Ester 4:3).
e. Ester y Mardoqueo ayunaron antes de ir delante del rey
(Ester 4:16).

II. DESCRIPCION DEL AYUNO EN EL ANTIGUO


TESTAMENTO

A. El propósito del ayuno.

1. En algunas ocasiones el ayuno fue una reacción natural por


la aflicción causada por la pérdida de un ser querido, pero más
frecuentemente fue hecho para humillarse ante Dios (Esdras
8:21). El propósito de la humillación frente a Dios por medio del
ayuno era el efecto que tendría en el alma y no particularmente
en el cuerpo.
2. Evidentemente, trataban de obtener el favor de Dios al
humillarse a sí mismos frente a Él (Isaías 57:15; Esdras 8:21-
23). Ya que buscaban el favor de Dios, el ayuno iba acompañado
de la oración.
3. Ya hemos visto que ayunaban cuando necesitaban:
a. Perdón de Dios (Moisés, Acab, Daniel)
b. La salud de un ser querido (David).
c. Protección del peligro (Esdras).
d. Rescate de la mano de sus enemigos (Israel).

B. Formas del ayuno

1. La forma más común del ayuno consistía en la abstinencia


de toda comida excepto el agua.
2. En raras ocasiones el ayuno fue parcial con restricción de
ciertos alimentos (Daniel 10:2-3).
3. En algunas ocasiones el ayuno fue absoluto, lo cual consistía
en la abstinencia de todo alimento y bebida incluyendo el
agua. Por ejemplo:
a. Nínive, cuyo ayuno también se impuso a los animales
(Jonás 3:5-10).
b. La reina Ester (Ester 4:16).
c. Los ayunos de Moisés y Elías (Deuteronomio 9:9; 1 Reyes
19:8).
C. La duración del ayuno

1. Usualmente, el ayuno duraba un día (Jueces 20:26; 1


Samuel 14:24; 2 Samuel1:12)
2. El ayuno de Ester duró tres días consecutivos (Ester 4:16).
3. El ayuno por la muerte de Saúl por Jabés Galaad fue siete
días (1 Samuel 31:13).
4. David ayunó siete días mientras su hijo estaba enfermo (2
Samuel 12:16-18).
5. Los ayunos más largos mencionados en la Biblia son los
cuarenta días de ayuno por parte de Moisés, Elías y Jesús
(Éxodos 34:28; 1 Reyes 19:8; Mateo 4:2).

D. Advertencias acerca del ayuno

1. El ayuno puede convertirse fácilmente en un ritual externo


y meramente ceremonial. Cuando esto sucedió los profetas
predicaron en contra de este tipo de ayuno.
2. El ataque más vigoroso a este tipo de ayuno se encuentra
en Isaías 58. Israel se quejó por haber ayunado y no ser
escuchada por Dios. No fueron escuchados por Dios porque su
ayuno era nada más que un acto ritual para mortificar el cuerpo
y sin convicción alguna. Ayunaban y se cubrían con ceniza, pero
ignoraban los mandamientos de Dios, lo que indica que el ayuno
sin obediencia y arrepentimiento es rechazado por Dios. El
ayuno por sí solo no tiene ningún poder mágico. Debe estar
acompañado por la humildad, oración, obediencia y
arrepentimiento.
3. Dios les reclamó lo mismo acerca de los ayunos
ceremoniales que los israelitas habían añadido para conmemorar
ciertas ocasiones (Zacarías 7:1-14). Querían saber si debían
seguir los ayunos que habían observado por tantos años. Dios
les respondió que los ayunos no habían sido observados para
Él. Debían haber hecho la voluntad de Dios, pero como no lo
hicieron, sus ayunos no tuvieron ningún valor ante Dios.

EL AYUNO EN EL NUEVO TESTAMENTO

I. EL AYUNO EN LA VIDA DE JESÚS

A. Jesús ayunó por cuarenta días en el desierto

1. Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto a ser tentado


por el diablo (Mateo 4:1-11).
2. Fue tentado por cuarenta días y consideró apropiado
ayunar durante su prueba (Lucas4:1-2).

B. Jesús enseñó acerca del ayuno en el Sermón del Monte


(Mateo 6:16-18)

1. Jesús dijo “cuando ayunen”, asumiendo que sus discípulos


ayunarían.
2. El ayuno hecho correctamente agrada a Dios y traerá su
recompensa.
3. Jesús enseña a sus discípulos sobre la limosna, la oración y
el ayuno como actos frecuentes en la vida del cristiano.

C. Jesús fue cuestionado acerca del ayuno (Lucas 4:18-20)

1. Jesús habló de tiempos en que sus discípulos ayunarían.


2. Evidentemente, el ayuno tendría un lugar importante en la
vida del cristiano, pero sólo cuando la ocasión es apropiada y no
como un acto ceremonial.

D. La combinación poderosa del ayuno y la oración (Marcos


9:14-29)

1. Hay veces en que la oración debe ser acompañada del


ayuno.
2. La oración acompañada del ayuno puede lograr más que la
fe o la oración por sí solas.

II. EL AYUNO EN LA IGLESIA DE CRISTO

A. La iglesia de Antioquía

1. Ayunaron colectivamente mientras servían y adoraban al


Señor.
2. Oraron y ayunaron antes de enviar a Bernabé y a Saulo a
realizar la misión dada por el Espíritu Santo.
B. Las iglesias de Listra, Iconio y Antioquía de Siria (Hechos
14:21-23)

1. Otro ejemplo del ayuno en grupo. Este ayuno fue hecho


“en cada iglesia”.
2. La causa de este ayuno fue la importante labor de nombrar
ancianos.
3. Pablo fue partícipe de estos ayunos con las iglesias, pero el
ayuno también fue parte de su vida personal (2 Corintios 11:27-
28).

CONCLUSIÓN

¿DEBEN LOS CRISTIANOS AYUNAR HOY DÍA?

1. Sí. Jesús dijo que sus discípulos ayunarían cuando ya Él no


estuviera con ellos (Mateo 9:14-15). También enseñó como
ayunar correctamente (Mateo 6:16-18) y habló de situaciones en
que la oración en combinación con el ayuno puede ser más
poderosa (Mateo 17:20-21).
2. Tenemos varios ejemplos de hermanos en el Nuevo
Testamento, los cuales ayunaron (Hechos 13:1-3; 14:21-23)
incluyendo al Apóstol Pablo (2 Corintios 11:27-28). Pablo nos
anima a imitarlo a él como él mismo imita a Cristo (1 Corintios
11:1).
¿POR QUÉ RAZÓN DEBEMOS AYUNAR?

1. El Antiguo Testamento nos da varios ejemplos


a. En tiempo de guerra (Israel)
b. A causa de la enfermedad de un ser querido (David)
c. Cuando se ruega el perdón de Dios (Acab, Daniel)
d. Al pedir la protección del Señor (Esdras)

2. Ejemplos del Nuevo Testamento

a. En medio de la tentación (Jesús)


b. Al comenzar una misión al servicio de Dios (Iglesia de
Antioquía)
c. Al nombrar ancianos en la iglesia (Iglesia de Galacia)

¿CÓMO DEBEMOS AYUNAR?

1. No para ser visto públicamente y ser glorificado por los


hombres (Mateo 6:16-18).
2. No como tradición o ritual sino en ocasiones apropiadas
(Marcos 9:14-17)
3. Con verdadero arrepentimiento y obediencia. El ayuno y la
oración es inútil si no estamos siendo fieles a los mandamientos
de Dios (Isaías 58:3-9).
4. Teniendo en cuenta que la función del ayuno es humillarnos
y afligir el alma frente a Dios para recibir una respuesta favorable
a nuestra petición de gran importancia.

Algunas sugerencias prácticas

1. Si no está familiarizado con el ayuno o nunca lo ha hecho,


empiece con un ayuno de no más de un día. Termine el ayuno
gradualmente. Preferiblemente con cantidades pequeñas de
frutas o vegetales.
2. El ayuno es más efectivo en días cuando tenemos suficiente
tiempo para orar y meditar en la palabra de Dios

EL REY DAVID Y LA MÚSICA

SI EXISTE un personaje que nos hace pensar en la música de


tiempos bíblicos, ese es David, un hombre destacado que vivió
hace unos tres mil años. La realidad es que mucho de lo que
sabemos sobre la música de entonces proviene de los relatos de
David, desde que era un joven pastor hasta que se convirtió en
rey y hábil organizador.
¿Qué aprendemos a través de él sobre la música de su época?
¿Qué instrumentos y canciones eran comunes? ¿Qué lugar
ocupaba la música en la vida de David y su nación?
La música en el antiguo Israel
Recitar la letra de una canción suele traer a la memoria la
melodía que la acompaña. Ahora bien, la Biblia contiene la letra
de numerosas canciones, y aunque su música lamentablemente
se desconoce, debió ser hermosa, incluso sublime. La belleza
poética del libro de los Salmos hace suponer que su
acompañamiento musical era igualmente hermoso.
La Biblia casi no habla de los instrumentos de la época (véase el
recuadro “Instrumentos musicales de tiempos bíblicos”).
De hecho, no se sabe exactamente qué clase de arpa tocaba
David. Lo que no puede negarse es que los israelitas inventaron
varios instrumentos, como ciertas arpas de madera que eran
peculiares y valiosas (2 Crónicas 9:11; Amós 6:5).
Sin duda, la música ocupaba un lugar muy importante en la vida
de los hebreos, sobre todo en su adoración a Dios. Formaba
parte de las coronaciones, las ceremonias religiosas y hasta las
guerras. Y eso no era todo: también deleitaba a la corte real y
ambientaba las bodas y las reuniones familiares, así como las
fiestas relacionadas con la vendimia y la cosecha de grano.
Incluso cuando llegaba la muerte, la música daba consuelo a los
dolientes. Lamentablemente, la música también estaba presente
en lugares de mala reputación.
Ahora bien, la música cumplía otros propósitos en Israel. Por
ejemplo, se utilizaba para preparar la mente y hacer a los
profetas más receptivos a los asuntos espirituales. Por citar un
caso, un día el profeta Eliseo recibió guía de parte de Dios justo
después de escuchar el sonido de un instrumento de cuerda
(2 Reyes 3:15). Además, la música se usaba para anunciar
acontecimientos especiales. La luna nueva y algunas fiestas se
anunciaban con el sonido de dos trompetas de plata. En el día
que comenzaba el año de Jubileo, el sonido del cuerno
anunciaba la liberación de los esclavos y la devolución de tierras
y casas a sus dueños. ¡Qué alegres debieron sentirse los pobres
al oír la música que anunciaba su liberación o la devolución de
sus posesiones! (Levítico 25:9; Números 10:10.)
De seguro había israelitas que eran músicos y cantantes
excepcionales. Un bajorrelieve asirio indica que el rey
Senaquerib pidió al rey Ezequías el pago de un tributo en la
forma de músicos, tanto hombres como mujeres. Aquellos
músicos debieron ser de primera. Con todo, en cuestiones de
talento musical, nadie se comparó con David.
Un músico virtuoso
David se destacó por ser tanto músico como poeta. Más de la
mitad de los salmos se le atribuyen a él. Fue pastor desde
jovencito, y en su mente impresionable se grabaron muchas
escenas pastorales de Belén. Sabía de los placeres sencillos de la
vida, como oír el sonido de los arroyos y los balidos de los
corderos que respondían a su voz. Inspirado por la hermosura de
esa “música” del mundo que lo rodeaba, tomó su arpa y alzó la
voz en alabanza a Dios. ¡Qué conmovedora debió ser la melodía
que compuso para el Salmo 23!
De joven, David tocaba el arpa tan bien que se habló de él al rey
Saúl, y este le dio la comisión de tocar en su casa. Cuando Saúl se
sentía muy angustiado, David interpretaba con su arpa hermosas
melodías que calmaban el corazón del rey. Los malos
pensamientos que asaltaban a Saúl desaparecían junto con su
angustia (1 Samuel 16:16).
Pero la música —que tanto amaba David y que lo llenaba de
felicidad— a veces le causó problemas. Cierto día, mientras él y
Saúl regresaban tras vencer a los filisteos, este último oyó al
pueblo celebrar con alegre música. Las mujeres cantaban: “Saúl
ha derribado sus miles, y David sus decenas de miles”. Ante esto,
Saúl se enojó mucho y se puso tan celoso que “estuvo mirando a
David de continuo con sospecha desde aquel día en adelante”
(1 Samuel 18:7-9).
Inspirado por la música
Las composiciones divinamente inspiradas de David sobresalen
por muchas razones. Sus canciones incluyen tanto salmos
contemplativos como pastorales y abarcan desde expresiones de
alabanza hasta relatos históricos, desde el regocijo de la época
de la vendimia hasta el esplendor de la inauguración del palacio,
desde recuerdos hasta esperanza y desde peticiones hasta
súplicas (véanse los Salmos 32, 23, 145, 8, 30, 38, 72, 51 y 86, así
como sus encabezamientos). Cuando Saúl y su hijo Jonatán
murieron, David compuso una canción triste llamada “El arco”,
que empieza así: “La hermosura, oh Israel, fue muerta sobre tus
lugares altos”. David sabía expresar una amplia variedad de
sentimientos tanto con palabras como con la música de su arpa
(2 Samuel 1:17-19).
David era un hombre efusivo a quien le gustaba la música alegre
y rítmica. Cuando llevó el arca del pacto a Sión, saltó y bailó con
todas sus fuerzas para celebrar aquel acontecimiento. El relato
da a entender que la música era muy animada. ¿Se imagina la
escena? Su esposa Mical lo recriminó por dicho comportamiento.
Pero a David no le afectó. Él amaba a Jehová, y aquella música lo
hacía saltar de alegría (2 Samuel 6:14, 16, 21).
Por si fuera poco, David también se distinguió por crear nuevos
instrumentos musicales (2 Crónicas 7:6). Parece que era un
artista excepcionalmente talentoso, pues además de fabricante
de instrumentos, era poeta, compositor e intérprete. Con todo,
hizo cosas mayores.
El canto y la música en el templo
Una de las aportaciones de David fue organizar a los cantores y
los músicos de la casa de Jehová. Formó un grupo de
4.000 siervos y puso a cargo de este a Asaf, Hemán y Jedutún
(probablemente llamado también Etán). Y por disposición del
rey, 288 peritos colaboraron con aquellos tres hombres al
adiestrar y supervisar al resto del grupo. Los 4.000 cantores y
músicos estaban presentes en el templo durante las tres grandes
fiestas anuales. ¿Se imagina cómo debió sonar aquel magnífico
coro? (1 Crónicas 23:5; 25:1, 6, 7.)
Solo varones cantaban en el templo. La expresión “sobre Las
Doncellas” en el encabezamiento del Salmo 46 indica que se
trataba de una voz o un instrumento de tono agudo. Cantaban al
unísono, pues 2 Crónicas 5:13 indica que “los cantores
estuvieron como uno solo”. Se podían interpretar canciones con
acompañamiento musical, como el Salmo 3 y muchas otras
melodías de David. Algunas canciones incluían estribillos, como
los de Salmo 42:5, 11 y43:5. El canto también resultaba
agradable cuando se hacía uso de la antifonía, es decir, la
alternancia entre coros y solistas. Un ejemplo de esto es el Salmo
24, que sin duda se compuso para la ocasión en que David llevó
el arca del pacto a Sión (2 Samuel 6:11-17).
Ahora bien, quienes servían en el templo no eran los únicos que
cantaban; el pueblo cantaba cuando subía a Jerusalén con
ocasión de las fiestas anuales. Es probable que a esto se refiera la
expresión “Canción de las Subidas” (Salmos 120 a 134). En el
Salmo 133, por ejemplo, David elogia el espíritu de hermandad
que reinaba entre los israelitas en esas ocasiones, pues empieza
diciendo: “¡Miren! ¡Qué bueno y qué agradable es que los
hermanos moren juntos en unidad!”. De seguro, la melodía de
aquella canción también era hermosa.
La música y la adoración a Jehová
Una décima parte de la Biblia se compone de canciones, y los
salmos animan a todas las personas a alabar a Dios (Salmo 150).
La música tiene el poder de hacernos olvidar los problemas, y
cantar puede aliviar un corazón herido. Claro, la Biblia también
recomienda que quienes estén contentos canten salmos
(Santiago 5:13).
El canto es una manera de expresar nuestra fe y amor a Dios.
La noche antes de ser ejecutado, Jesús y sus apóstoles cantaron
cuando terminaron de cenar (Mateo 26:30). Jesús, el Hijo de
David, debió tener una hermosa voz, pues estaba familiarizado
con el glorioso canto de la corte celestial de Dios. Es probable
que aquella noche cantaran el Hallel (Salmos 113 a 118). Si así
fue, los apóstoles —que desconocían lo que estaba por ocurrir—
escucharon a Jesús cantar: “De veras amo, porque Jehová oye mi
voz, mis súplicas. [...] Las sogas de la muerte me rodearon, y las
circunstancias angustiosas del Seol mismas me hallaron. [...] ‘¡Ah,
Jehová, de veras provee escape a mi alma!’” (Salmo 116:1-4).
El hombre no dio origen a la música. La Biblia dice que hay
música y canto en los cielos mismos, donde las criaturas
espirituales tocan arpas simbólicas y cantan alabanzas alrededor
del trono de Dios (Revelación [Apocalipsis] 5:9;14:3; 15:2, 3). Fue
Jehová quien dio la música al hombre, pues implantó en su
corazón el amor por ella y el incontenible deseo de expresar sus
sentimientos tocando un instrumento o cantando. El hombre de
fe sabe que la música es, sobre todo, un regalo de Dios (Santiago
1:17).
[Comentario de la página 27]
“En el día de su regocijo y en sus períodos de fiesta [...] tienen
que tocar las trompetas.” (NÚMEROS 10:10)
[Comentario de la página 28]
“Jehová es mi Pastor. Nada me faltará. En prados herbosos me
hace recostar; me conduce por descansaderos donde abunda el
agua.” (SALMO 23:1, 2)
[Comentario de la página 29]
“Había [...] cuatro mil dadores de alabanza a Jehová con los
instrumentos que, dijo David, ‘he hecho para dar alabanza.’” (1
CRÓNICAS 23:4, 5)
[Comentario de la página 29]
David expresó una amplia variedad de sentimientos tanto con
palabras como con música
[Comentario de la página 30]
“¡Alaben a Jah! [...] Alábenlo con la pandereta y la danza de
corro. [...] Toda cosa que respira... alabe a Jah.” (SALMO
150:1, 4, 6)
[Ilustraciones y recuadro de la página 28]
Instrumentos musicales de tiempos bíblicos
Entre los instrumentos de cuerda figuraban el laúd, el arpa e
instrumentos de diez cuerdas (Salmo 92:3). Estaban afinados a
Alamot y a Seminit, términos que tal vez se referían a octavas
superiores e inferiores (1 Crónicas 15:20, 21, notas). Los
instrumentos de viento y de metal incluían la flauta, el cuerno y
las trompetas, de fuerte sonido (2 Crónicas 7:6; 1 Samuel
10:5; Salmo 150:3, 4). Durante la dedicación del templo, las
trompetas y los cantores “[hicieron] que se oyera un solo
sonido” (2 Crónicas 5:12, 13). Esto parece indicar que estaban
bien afinados y que no había discordancias. Entre los
instrumentos de percusión figuraban las panderetas y los sistros,
que eran un tipo de sonaja, así como “toda suerte de
instrumentos de madera de enebro”. Además, se empleaban
címbalos: los pequeños eran “de sonido melodioso” mientras
que a los grandes se los llamaba “címbalos estruendosos”
(2 Samuel 6:5; Salmo 150:5)

SALMO 119:164 : SIETE VECES AL DIA TE ALABO ( REY DAVID )

Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios.

David oraba tres veces al día ( Salmo 55:17 ) lo cual es muy difícil
de hacer pero el hacía algo aún mucho más difícil
Alabar a YHVH siete veces al día

Al leer los salmos de David se aprecia que el alaba a Dios a partir


de su experiencia emocional ya sea está muy feliz o la mayoría
muy triste y angustiosa
La alabanza con sacrificio es cuando alabamos a Dios en medio
de nuestra tribulaciones
Un sr circula diariamente en una silla de ruedas con motor y
anda predicando y dando aliento a las personas que están sanas
o al menos mucho mejor que su condición ..el alaba a Dios desde
su desgracia

También es bueno alabar a Dios cuando estamos muy felices


Es necesario ser constantes en la oración a Dios.
Orad sin cesar.
Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y Dios oirá mi voz.
(Lucas 18:1) “También les refirió Jesús una parábola sobre la
necesidad de orar siempre, y no desmayar,”
(Salmos 55:17) “Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré,
Y él oirá mi voz.”
(1 Tesalonicenses 5:17-18) “17 Orad sin cesar.
18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para
con vosotros en Cristo Jesús.”
(Eclesiástico 7:10) “No dejes de orar confiadamente
ni te olvides de dar limosna.”
(Efesios 6:18) “orando en todo tiempo con toda oración y súplica
en el Espíritu,
y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los
santos;”
(Romanos 12:12) “gozosos en la esperanza; sufridos en la
tribulación; constantes en la oración;”
(2 Timoteo 1:3) “Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis
mayores con limpia conciencia,
de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día;”
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Pero ¿Cómo o de qué manera y dónde orar?
Nuestro Señor Jesucristo nos dio un ejemplo de cómo y dónde
orar.
Orar en privado a Dios Padre que está en secreto, entrando en el
aposento y cerrando la puerta para no ser vistos de los hombres.
Y orando no repetir las palabras, porque a Dios no Le complacen
las vanas repeticiones.
Nuestro Dios el Padre sabe de qué cosas tenemos necesidad,
antes que nosotros Le pedimos.
"Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman
el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para
ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa."
(Isaías 26:20) “20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos,
cierra tras ti tus puertas;
escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la
indignación.”
(Mateo 6:5-13) Jesús y la oración.
“5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman
el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para
ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa.
6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta,
ora a tu Padre que está en secreto;
y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que
piensan que por su palabrería serán oídos.
8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos;
porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes
que vosotros le pidáis.
9 Vosotros, pues, oraréis así:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores.
13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque
tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos.
Amén.”
(Eclesiástico 7:14) “No hables demasiado en la asamblea de los
ancianos
ni repitas las palabras en tu oración.”
(Lucas 11:1-8) Jesús y la oración.
“1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar,
y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor,
enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.
2 Y les dijo: Cuando oréis, decid:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 4
Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros
perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en
tentación, mas líbranos del mal.
5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a
él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes,
6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué
ponerle delante;
7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes;
la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no
puedo levantarme, y dártelos? 8 Os digo, que aunque no se
levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su
importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.”
(Mateo 7:7-11) La oración, y la regla de oro
“7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al
que llama, se le abrirá.
9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le
dará una piedra?
10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos
dará buenas cosas a los que le pidan?”
(Lucas 11:9-13) “9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá.
10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al
que llama, se le abrirá.
11 ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una
piedra?
¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?
12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos,
¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los
que se lo pidan?”
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El Señor Jesucristo y Su oración a Dios Altísimo el Padre Eterno.
El Señor Jesucristo oró a Dios en lugares desiertos, apartándose
de la gente.
(Mateo 26:36-40) Jesús ora en Getsemaní. (Mr. 14.32-42; Lc.
22.39-46)
“36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama
Getsemaní, y dijo a sus discípulos:
Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.
37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a
entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces Jesús
les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí,
y velad conmigo.
39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y
diciendo:
Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como
yo quiero, sino como tú.
40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a
Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?”
(Marcos 1:35) “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy
oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.”
(Lucas 4:42) “42 Cuando ya era de día, salió y se fue a un lugar
desierto;
y la gente le buscaba, y llegando a donde estaba, le detenían
para que no se fuera de ellos.”
(Lucas 9:18) “Aconteció que mientras Jesús oraba aparte,
estaban con él los discípulos; y les preguntó, diciendo: ¿Quién
dice la gente que soy yo?”
(Lucas 11:1) “1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar,
y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor,
enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos.”
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Dios Padre que está en secreto, revela al oído de los hombres los
consejos, la Verdad y el misterio de Su Santa Palabra en los
lugares desiertos.
(Jeremías 23:18) “Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová,
y vio, y oyó su palabra?
¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?”
(Salmos 51:6) “He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo
secreto me has hecho comprender sabiduría.”
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O en visiones nocturnas cuando el sueño cae sobre los hombres.
(Job 33:15-17) “15 Por sueño, en visión nocturna, Cuando el
sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el
lecho,
16 Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su
consejo,
17 Para quitar al hombre de su obra, Y apartar del varón la
soberbia.”
(Salmos 16:7) “Bendeciré a Jehová que me aconseja; Aun en las
noches me enseña mi conciencia.”
(Salmos 17:3) “3 Tú has probado mi corazón, me has visitado de
noche;
Me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste;
He resuelto que mi boca no haga transgresión.”
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Dios prefiere intima comunión con los hombres.
Y la comunión íntima de Dios el Señor es con los que Le temen y
con los justos.
(Proverbios 3:31-32) “31 No envidies al hombre injusto, Ni
escojas ninguno de sus caminos.
32 Porque Jehová abomina al perverso;
Mas su comunión íntima es con los justos.”
(Salmos 25:14) “La comunión íntima de Jehová es con los que le
temen, Y a ellos hará conocer su pacto.”
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En lo secreto de Su presencia Dios esconde y guarda al hombre.
(Salmos 31:20) “En lo secreto de tu presencia los esconderás de
la conspiración del hombre;
Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de
lenguas.”
(Jeremías 23:22-24) “22 Pero si ellos hubieran estado en mi
secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo,
y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de
sus obras.
23 ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde
muy lejos?
24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo
vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?“
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¿Qué tiene que ver un día específico de búsqueda y alabanza de
Dios?
¿Qué es lo que nos dice la misma Palabra de Dios?
La Santa Palabra nos enseña buscar a Dios diariamente.
(Isaías 58:2) “Que me buscan cada día, y quieren saber mis
caminos,
como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado
la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a
Dios.”
(Salmos 61:8) "Así cantaré tu nombre para siempre,
Pagando mis votos cada día."
(Salmos 145:2) "Cada día te bendeciré, Y alabaré tu nombre
eternamente y para siempre."
“Le invocaré en todos los días de mi vida.”
(Deuteronomio 11:1) La grandeza de Jehová
“1 Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas,
sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos,
todos los días.”
(Salmos 116:1-19) “1 Amo a Jehová, pues ha oído Mi voz y mis
súplicas;
2 Porque ha inclinado a mí su oído; Por tanto, le invocaré en
todos mis días.”
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Todo el día meditaré sobre la Ley de Dios.
(Salmos 119:97-104) Excelencias de la ley de Dios
“97 !!Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi
meditación.
98 Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus
mandamientos,
Porque siempre están conmigo.
99 Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus
testimonios son mi meditación.
100 Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus
mandamientos;
101 De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu
palabra.
102 No me aparté de tus juicios, Porque tú me enseñaste.
103 !!Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel
a mi boca.
104 De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto,
he aborrecido todo camino de mentira.”
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Hasta siete veces al día alabaré a Dios por Sus justos juicios.
(Salmos 119:164) “Siete veces al día te alabo A causa de tus
justos juicios”.
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El profeta Daniel se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba
gracias delante de Dios.
(Daniel 6:10) “Cuando Daniel supo que el edicto había sido
firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara
que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y
oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer
antes.”
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No sólo durante el día sino también durante la noche hay una
comunión con Dios el Padre.
(Salmos 119:55) “55 Me acordé en la noche de tu nombre, oh
Jehová, Y guardé tu ley.”
(Salmos 42:8) “8 Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi
vida.”
(Salmos 119:62) “62 A medianoche me levanto para alabarte Por
tus justos juicios.”
(Salmos 92:2) “Anunciar por la mañana tu misericordia, Y tu
fidelidad cada noche,”
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(Salmos 119:147-148) "147 Me anticipé al alba, y clamé; Esperé
en tu palabra.
148 Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, Para
meditar en tus mandatos."
(Sabiduría 16:28) “para que se pusiera bien de manifiesto que
hay que anticiparse al sol para darte gracias y encontrarse
contigo al despuntar el día.”
(Lamentaciones 2:18-19) “18 El corazón de ellos clamaba al
Señor; Oh hija de Sion, echa lágrimas cual arroyo día y noche; No
descanses, ni cesen las niñas de tus ojos.
19 Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias;
Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza
tus manos a él implorando la vida de tus pequeñitos, Que
desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.“
(Isaías 26:9) “9 Con mi alma te he deseado en la noche,
y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a
buscarte;
porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del
mundo aprenden justicia.”
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(Salmos 5:3) “Oh Jehová, de mañana oirás mi voz;
De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.”
(Salmos 143:8) “Hazme oír por la mañana tu misericordia,
Porque en ti he confiado;
Hazme saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado
mi alma.”
LI — ENOCH
5. Es bueno ir mañana, medio día, tarde y noche a la morada del
Señor para gloria de su Creador.

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