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Santiago, once de marzo de dos mil quince.

Vistos:
En estos autos Rit Z-1062-2013, Ruc 1320489012-3, del Cuarto
Juzgado de Familia de Santiago, caratulados “Iborra con Moyna”, sobre
cumplimiento del pago de la pensión de alimentos, con fecha once de febrero
de dos mil catorce, se rechazó la excepción de prescripción opuesta por el
alimentante a la liquidación del crédito, por configurarse en la especie la
suspensión de la prescripción a favor del alimentario menor de edad.
Se alzó el alimentante y una de las Salas de la Corte de Apelaciones de
Santiago, por sentencia de tres de junio de dos mil catorce, revocó el fallo
apelado y acogió la excepción, sólo en cuanto declaró extinguida por
prescripción la acción para el cobro de las pensiones alimenticias devengadas
con anterioridad al mes de diciembre del año dos mil tres.
En contra de esta última sentencia, la misma parte interpuso recurso de
casación en el fondo, solicitando la invalidación del fallo y la consecuente
dictación de una sentencia de reemplazo que acoja su excepción de
prescripción en términos que no le sea exigible el pago de las pensiones
devengadas con anterioridad al mes de diciembre de 2008, con costas del
recurso.
Se ordenó traer los autos en relación.
Considerando:
Primero: Que el recurrente sostiene que los “fallos de primera y
segunda instancia” vulneran la interpretación sistemática de los artículos 2492,
2514, 2515 y 2509 Nº 1 todos del Código Civil, sin perjuicio de lo anterior, en el
libelo se citó y transcribió lo dispuesto en el artículo 336 del mismo cuerpo
normativo.
En relación a las dos primeras normas que invoca, explica el recurrente
que aquéllas “caracterizan” a la institución de la prescripción extintiva de las
acciones y derechos, como una sanción a la inactividad de los acreedores y un
reconocimiento a la seguridad jurídica; indica que ésta se configura por el sólo
transcurso del tiempo y la concurrencia de “requisitos específicos" (sic).
Concluye que al haberse otorgado por los jueces del grado una interpretación
restrictiva de la prescripción, se dejó sin sanción al acreedor negligente y se
mantiene indefinidamente obligado al deudor de alimentos, incluso más allá de
lo que la ley, en el derecho común, establece para un crédito ordinario.
Agrega que los sentenciadores también yerran al dilucidar sobre el
artículo 2520 en relación al 2509, ambos del Código Civil, porque han
extendido el alcance de la suspensión de la prescripción extintiva a un punto en
que aquella carece de todo efecto práctico, perdiendo su carácter sancionatorio
y desconociendo a las partes la debida seguridad jurídica. Indica que en el
caso de autos, es la madre del alimentario, quien debe proteger y hacer
efectivos sus derechos, lo que así ha hecho, al celebrar en su representación
la transacción que fijó los alimentos que hoy se cobran y quien, además, dejó
transcurrir once años y siete meses para exigir su pago.
Luego, al referirse a la forma en que se produjo la infracción, señala que
el fallo impugnado ampara la negligencia de quien ha sido llamada a ejercer las
acciones o derechos del alimentario, sin haber estar impedida para ejercerlos
oportunamente, restándole con ello a la prescripción, su carácter sancionatorio
y por medio del cual se resguarda la seguridad jurídica. De manera que se
condenó al alimentante al pago de pensiones de alimentos ya devengadas, que
se encuentran prescritas y cuya extinción se alegó, exponiendo a su
representado incluso a eventuales apremios.
Solicita, en definitiva, se acoja el recurso y se anule la sentencia
impugnada y se dicte una de remplazo por la cual se declare: “que al
alimentante no le es exigible el pago de pensiones alimenticias ya devengadas
con anterioridad al mes de diciembre de 2008, por encontrarse prescritas”.
Segundo: Que, para una acertada decisión, conviene tener presente los
siguientes antecedentes de la causa:
a) En los autos Rol N° 702-2002 seguidos ante el Quinto Juzgado de
Menores de Santiago, caratulados “Iborra Cristofori Valeria Francisca
con Moyna Reveco Héctor”, el día 10 de mayo de 2002 se aprobó la
transacción sobre alimentos que las partes acordaron y en virtud de
la cual el demandado se comprometió a pagar a título de alimentos a
favor de su hijo menor de edad la suma de $ 165.000.- mensuales, la
que se reajustaría anualmente conforme a la variación del Índice de
Precios al Consumidor.
b) La demandada solicitó el desarchivo de la referida causa con fecha
3 de noviembre de 2013, para los efectos de pedir el cumplimiento de
la transacción, solicitud que fue recepcionada por el Cuarto Juzgado
de Familia de Santiago el día 10 de diciembre del año 2013.
c) Se practicó una liquidación de las pensiones alimenticias
devengadas en el período que corre desde el mes de mayo de 2002
al mes de enero de 2014, la que dio cuenta de una deuda por la
suma de $ 20.998.601.
d) El demandado, en lo pertinente, opuso la excepción de prescripción
extintiva de la acción destinada a obtener el cobro judicial de las
pensiones alimenticias devengadas desde mayo de 2002 a diciembre
de 2008 inclusive.
e) Desde la referida aprobación, los litigantes no efectuaron actuación
alguna, hasta la solicitud de liquidación realizada por la madre del
alimentario en escrito presentado con fecha 20 de diciembre de 2013
e incorporado al Sistema Interconectado de Familia el día 24 de ese
mismo mes y año.
f) A la data de la dictación del fallo en estudio, el alimentario tiene 15
años de edad.
Tercero: Que los jueces de alzada, efectuando una nueva interpretación
del artículo 2520, en relación al artículo 2509 N° 1, ambos del Código Civil,
concluyeron: “…la limitación prescrita en el artículo 2520 inciso 2º del Código
Civil no significa que transcurridos diez años desde que la obligación se
hubiere hecho exigible, no deba aplicarse la suspensión, como pretende el
alimentante en su recurso…. En efecto, con tal limitación no se pretende
sancionar la negligencia del acreedor –pues no la puede haber, desde que se
encuentra impedido de actuar personalmente en razón de la incapacidad que le
afecta-, sino solamente delimitar a un máximo de diez años el plazo que
pudiera encontrarse detenido el transcurso de la prescripción, en razón de
salvaguardar, por otra parte, la certeza jurídica”. Y continúan señalando: “Que,
entonces, la limitación consiste, en el caso de autos, que pese a estar
suspendido el transcurso de la prescripción de las acciones de cobro de las
pensiones adeudadas, debe sin embargo considerarse extinguida por
prescripción la acción para el cobro de aquellas pensiones alimenticias
respecto de las cuales el tiempo transcurrido entre la fecha de su exigibilidad y
la fecha en que el actor cesó en la inactividad, hubiere excedido de diez años.”
Cuarto: Que, de acuerdo a lo que dispone el artículo 2520 del Código
Civil, la prescripción que extingue las obligaciones se suspende en favor de las
personas enumeradas en los números 1° y 2° del artículo 2509, esto es, entre
otras, en favor de los menores de edad. La suspensión “…es un beneficio que
la ley contempla en favor de ciertas personas en virtud del cual cesa el curso
del plazo de prescripción dejando subsistente todo el lapso anteriormente
transcurrido, si alguno hubo, y admitiendo que éste se reanude hasta su
posible entero, una vez desaparecidas o enervadas las causas que originaron
el intervalo no utilizable. Durante ella la prescripción o no se inicia, o no corre:
praescriptio dormit, sin hacer ineficaz el tiempo que haya podido transcurrir
antes de ella…” (Domínguez Aguila, Ramón, La Prescripción Extintiva, doctrina
y jurisprudencia, Editorial Jurídica de Chile, 2004, Santiago-Chile, p. 319).
Quinto: Que, si bien es efectivo que los incapaces legalmente tienen
representantes legales que pueden exigir sus derechos, provocando con ello,
la interrupción del curso del término legal respectivo, aquello puede no ocurrir o
ser éstos negligentes y no ejercer debida y/o oportunamente los derechos de
sus representados, razón por la cual la ley ha contemplado la suspensión de la
prescripción de los derechos y acciones contempladas en favor de los mismos,
con el fin de resguardar éstos y aquéllas, lo que permite concretar la protección
al interés superior del niño en cuanto a su derecho de percibir y ejercer las
acciones pertinentes para obtener el pago de los alimentos a los que tiene
derecho.
Sexto: Que, a su vez, la suspensión encuentra su límite en otro principio
del derecho, cual es, el de la certeza jurídica, el que se relaciona directamente
con el transcurso del tiempo y con que, atendida la materia en estudio, esto
es, el derecho de familia, el mismo no se traduce en una “sanción al acreedor
negligente”, puesto que no podría haber uno tal, como bien lo indica el fallo
impugnado; es por ello que el artículo 2509 del Código Civil debe ser
interpretado, en lo que aquí se viene comentando, a la luz de lo preceptuado
por el inciso 2° del artículo 2520 del Código Civil, el cual prescribe que
transcurridos diez años no se deben tomar en cuenta las suspensiones que
menciona en su inciso 1°. Es decir, en la especie, igualmente opera la
suspensión, pero de una manera diversa a la del derecho común, con el fin de
relacionar los principios antes descritos, esto es, proteger los intereses de los
niños, pero a su vez, evitar que situaciones jurídicas y el ejercicio de derechos
queden en estado de incertidumbre de manera indefinida, permitiendo el
legislador, de esa manera, que se consoliden en beneficio de la seguridad
jurídica, necesaria y esencial en las relaciones de carácter patrimonial.
Séptimo: Que de la relación fáctica consignada en el motivo segundo de
este fallo, se desprende que transcurrió con creces el plazo que señala el
inciso 2° del artículo 2520 del Código Civil, lo que provoca necesariamente la
reanudación del curso del término legal necesario que autoriza a declarar la
prescripción de la acción para el cobro de aquellas “pensiones alimenticias
respecto de las cuales el tiempo transcurrido entre la fecha de su exigibilidad y
aquella en que el actor cesó la inactividad, hubiere excedido diez años”, tal
como lo declaran los jueces de alzada.
Octavo: Que en relación a las demás normas que se invocaron en el
libelo, cabe señalar que a su respecto el recurrente se limitó a transcribirlas y
citarlas; sin explicitar a su respecto argumento alguno que permitiese a esta
Corte pronunciarse, puesto que sus alegaciones se centraron, como ya se
desarrolló, en la suspensión de la prescripción de la acción de cobro de las
pensiones de alimentos que indicó, sobre la base de considerar una forma
diferente de computar el plazo que comprende dicho instituto.
Noveno: Que, por consiguiente, los sentenciadores asignaron a los
artículos decisorio litis su real sentido y alcance, puesto que la suspensión de
la prescripción de la acción de cobro de las pensiones alimenticias
devengadas, debe ser interpretada con el plazo máximo de diez años, dentro
del cual puede detenerse el transcurso de la prescripción, de manera que
transcurrido éste, aquélla seguirá corriendo, respetando con ello, además, el
principio de la certeza jurídica.
Décimo: Que, en consecuencia, en opinión de estos jueces no cabe
sino el rechazo del recurso de nulidad en estudio, puesto que el razonamiento
del fallo impugnado es el correcto, desde que permite visualizar el
ordenamiento jurídico como una unidad consistente y cohesionada.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos
764, 765, 767 y 783 del Código de Procedimiento Civil, se rechaza, sin costas,
el recurso de casación en el fondo deducido por el alimentante en lo principal a
fojas 36, en contra de la sentencia de tres de junio del año dos mil catorce,
escrita a fojas 31.
Se previene que el Ministro señor Blanco, estuvo por rechazar el
presente recurso de casación en el fondo, sobre la base de los siguientes
fundamentos:
1) Que la suspensión de la prescripción es la detención del cómputo del
plazo durante el tiempo que persista la causa que la originó; pero,
desaparecida ésta, el plazo continúa contándose de forma tal que al período
anterior al acaecimiento de la causa suspensiva, se agrega el posterior a la
cesación de la misma, de manera que el único tiempo que no se cuenta es el
transcurrido mientras existió la causa de la suspensión.
2) Que en cuanto al fundamento de la figura de la suspensión de la
prescripción extintiva, se puede encontrar en el derecho romano y se expresa
en el apotegma contra non valentem agere non currit praescriptio, principio que
en la práctica significa, que no corre la prescripción contra el que no puede
hacer valer sus derechos, es decir, como nadie está obligado a lo imposible, no
resulta procedente ni jurídico dar por cumplida la prescripción en detrimento de
quien por una insuperable dificultad de hecho no pudo accionar en valimiento
de su derecho.
3) Que es un hecho palmario que el Legislador ha consagrado como
principios rectores para el Juez de familia, el interés superior del niño y
adolescente y su derecho a ser oído. En ese contexto se inscribe la
circunstancia relevante y paladina, que los menores por su condición de tales,
poseen en determinadas esferas del derecho de familia un estatuto diferente
del resto de los intervinientes y operadores que integran el aludido sistema, y
ese trato diverso, no puede jamás traducirse en discriminación negativa, por el
contrario, el propósito tenido en cuenta para instaurar esas diferencias es
precisamente dotar de un apropiado amparo, resguardo y protección a quienes,
en concepto de la ley, no se hallan en condiciones idóneas para desenvolverse
en el ámbito forense, ya sea por razones de edad, cognición o comprensión, y
con esas reglas de salvaguarda se intenta morigerar los eventuales
desequilibrios producidos, ya que las disposiciones legales atinentes a la
materia en análisis, consolidan aspectos sustantivos de protección a los
menores y al mismo tiempo propenden al debido proceso, con ello se
resguarda y preserva de un modo más adecuado la ecuanimidad que debe
observarse en el mundo jurídico.
4) Que en el ámbito del derecho de familia, que es el campo en que se
sustancia y desarrolla esta causa, al estudiar la referida institución, resulta
inevitable la alusión al principio relativo al interés superior del niño, postulado
que contiene un fin legítimo, pero que, además, requiere una concreción real,
que en el caso iúdice se materializa con la circunstancia específica, que el
transcurso del plazo a que se refiere el inciso segundo del artículo 2520 del
Código Civil, no puede iniciar su cómputo mientras los menores continúen con
el impedimento legal, que constituye en realidad un beneficio del que gozan por
expresa disposición legal y que ha sido debidamente resguardado por el
ordenamiento jurídico.
5) Que tal criterio de interpretación resulta acorde con la naturaleza de
protección que informa todo el derecho de familia y conforme al cual no puede
desconocerse lo que prescribe la ley en el inciso segundo del artículo 2509 e
inciso primero del artículo 2520 del Código del Ramo, en orden a que la
prescripción se suspende en favor de los menores de edad. Tales disposiciones
de índole sustantiva no pueden quedar sin aplicación por lo dispuesto en el
inciso final de la última de las normas mencionadas, en cuanto establece que
trascurridos diez años no se tomará en cuenta la referida suspensión, al tener
este precepto un carácter meramente adjetivo, no siendo factible que por el
mismo se prive o haga ilusorio un derecho fundamental de orden sustantivo
que la ley estableció precisamente en razón de proteger a los menores de
edad.
6) Que en las condiciones descritas, a juicio de este disidente,
corresponde desestimar el recurso de nulidad impetrado, porque en la especie
se configuró la suspensión de la prescripción, en razón de la minoría de edad
del alimentario – la que en la actualidad no ha mutado-, en cuyo beneficio cede
la obligación alimenticia establecida y que es de cargo del alimentante de autos
su pago.
Se previene que la Ministra señora Andrea Muñoz no comparte lo
señalado en el motivo sexto.
Regístrese y devuélvase.
Redacción a cargo del Ministro señor Carlos Künsemüller y de la
prevención su autor.
Rol N° 22504-14.-

Pronunciado por la Segunda Sala de Febrero integrada por los Ministros Sres.
Hugo Dolmestch U., Carlos Künsemüller L., Haroldo Brito C., Ricardo Blanco
H., Sra. Andrea Muñoz S., y Carlos Cerda F.

Autorizada por la Ministro de Fe de esta Corte Suprema.


En Santiago, a once de marzo de dos mil quince, notifiqué en Secretaría por el
Estado Diario la resolución precedente.

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