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Capitalismo digital como ampliación del proceso de desarrollo del capitalismo

“analógico·.

Hablar de globalización, sí, pero también para la excesiva lectura ideológica que da el
término imperialista.
(Es decir, la necesidad de pasteurizar el término. Despojarlo de su carácter crítico para
volverlo amigable)

Las cuestiones de la posesión de la tecnología. Las “máquinas” y la fuerza de trabajo


(Workforce) en una escala que supera todo lo que podría imaginar cualquier grupo,
colectivo o comunidad. Frente a esa diferencia de apropiación tecnológica de
“hardware”, cualquier comparación con cualquier otro país que no sea EEUU o de los
principales de Europa, amerita hablar de la BRECHA DIGITAL.
Mientras esa posesión/propiedad siga siendo dominante y marcando la brecha, es
imposible pensar en una descentralización muy efectiva.

Descentralización (de datos, como recurso nacional) frente a la hipercentralización que


proponen las empresas de economía digital.

En estas oposiciones de centro/des-centro quizás se pueden ver posibilidades a partir de


pequeñas analogías.
Por ejemplo:
El tema de la información privada tiene una implicación en tanto es RELEVANTE para
otros fines y no sólo comerciales. Las consecuencias del uso de esa información (Big
Data) cumple una función explotativa y puede ser considerada como UNA DE LAS
VARIABLES DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL.
Si tenemos en cuenta el valor y la agresividad que tiene el capitalismo en EEUU sobre
los temas de patentes de todo tipo, se puede entender que esa es un área de particular
RELEVANCIA.
Cada país tiene leyes que protegen la propiedad intelectual, pero la EXTRACCIÓN DE
DATOS (Data Mining) en la escala actual es una problemática que antes se desconocía.
Así la extracción de datos sobre una población, digamos, nacional, plantea el problema
de la PROTECCIÓN DE RECURSOS BÁSICOS que cualquier nación seria considera
para proteger en un sentido más práctico que retórico, su soberanía.

Otra forma de aproximación la puede dar la práctica de las empresas tecnológicas que
utilizan el Big Data para la investigación médica y científica. Sobre todo las grandes
farmacéuticas.
Aquí se plantearía la misma dicotomía aún en términos del propio país. Supongamos
que fuera Alemania. No el estado per se, sino el sistema de salud debería de ser quien
concentrare la información RELEVANTE, que podría ser sometida a un proceso de
DATA MINING, pero en manos públicas.

La noción de entidades públicas que no siguen una línea de jerarquía del Estado en un
sentido estricto. Por ejemplo, la BBC. Donde la propia entidad pudiera tener un grado
peculiar de autonomía de servidores públicos que puedan discutir iniciativas si el Estado
quisiera destruir fuentes de trabajo por “arbitrarias necesidades macroeconómicas”. Esa
capacidad de “resistencia consensuada” sería necesaria para discutir el sentido de
jerarquía absoluta del estado, aunque dentro de la genética del estado esto esté
contenido.
Otra analogía posible sería pensar en cómo en el Mercosur con el liderazgo de Brasil se
llevó a cabo la adopción de un sistema de transmisión digital de código ISDB-T, a partir
del sistema japonés de código abierto.
La propiedad del código es precisamente su capacidad de adaptación y apertura. Y
aunque casi toda América del Sur tiene este sistema, la capacidad de mejoramiento y
readaptaciones a cada realidad nacional es posible.

La fragmentación comunitaria
La retirada del Estado en general
El debilitamiento de lo que se conocía como Estado Nacional (visto sobre todo en los
casos de conflictos en los antiguos países comunistas)

La incorporación de empresas privadas a los sistemas públicos, implica algo similar a la


intromisión del Plan Bolonia, de privatización encubierta.
Y a su vez de la “integración viral” de los sistemas digitales en las industrias
previamente analógicas.

No creo que la extracción de datos sea un fenómeno pasajero. La extracción de datos ha


llegado para quedarse por dos razones. Primero porque saber lo que antes no se podía
saber sino por medios estadísticos más costosos y/o dolorosos, no es algo a lo que se
pueda renunciar así como así. El Data Mining puede ser comparable a la extracción de
petróleo u otro recurso natural. Quien lo extrae y lo explota, se va haciendo cada vez
más dependiente de él.
Y al mismo tiempo las formas y medios de extracción serán cada vez más profundos. Si
la necesidad de no cortar el flujo de petróleo es prácticamente uno de los componentes
fundamentales de la mayoría de las acciones del capitalismo “analógico”, como lo
puede ser también el agua en el futuro inmediato, el data mining seguirá siendo un
recurso al que se le dedicará un esfuerzo de intensificación cada vez más grande. No se
retrotraerá, sino que se ampliará. Porque no sólo da la información del “estado presente
de las cosas”, sino porque cada vez más será una herramienta modeladora del futuro
próximo y de cómo mantener de manera más efectiva las diferencias sociales
inalteradas, o profundizarlas en un sentido más “sostenible”.

La cuestión de la exclusión no sólo afecta a la realidad norteamericana o europea. Tiene


que tener consecuencias violentas inmediatas también para los países del Tercer Mundo
en todas sus escalas. Para tener una noción de esto no hace falta más que ver los países
más afectados por las políticas del capitalismo en los últimos 25 años. México, por
ejemplo. África subsahariana, en la mayoría de sus territorios con la extrema salvedad
transitoria de Sudáfrica.
El único lugar más protegido es Asia porque un cierto crecimiento económico
relativísimo a su histórica miseria, pero funcional a las necesidades de progreso social
en torno a China, como un cinturón de seguridad.

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