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Jean Carlo Casillas V.

Tiempo histórico

El tiempo que estudia la Historia se percibe como cambiante, multiforme y confuso (como el
presente) pero el historiador procura saber de la época más cosas de las que sabían quienes las
vivían (entre otros motivos porque conoce el desenlace de los hechos), no en los detalles, sino en
las explicaciones generales que identifican y definen la época. De ahí la dificultad de hacer Historia
de los hechos vividos. El defecto de la historia local es que es excesivamente exclusivista. No es más
exacto un testimonio por estar más cerca de los hechos. Pero tampoco debemos considerar que la
Historia no pasa por los particularismos de cada uno. Una historia local, perfectamente explicada y
coherente con las grandes líneas generales, arroja mucha luz acerca del presente y del pasado.
El tiempo es inseparable de la Historia, pero el tiempo histórico no es el mismo que el físico. Para
los historiadores el tiempo es el principio y el fin de sus investigaciones. El tiempo histórico no es
unidimensional. El tiempo de los historiadores es el que viven los individuos, el de su organización
social y económica. La permanencia de unas determinadas estructuras es lo que determina los
períodos históricos y su evolución. Permanencia y movimiento en el tiempo es lo que interesa a los
historiadores.
La permanencia y evolución de unas estructuras en un espacio es lo que determina las categorías
temporales que delimita el historiador. El tiempo histórico no tiene un valor universal, ni incide de
la misma manera en todas las sociedades, ni simultáneamente. Existen períodos de tiempo en los
que el número de acontecimientos importantes, o al menos conocidos, es mayor que en otras, y
parece que tienen más importancia. Son los períodos de cambio. En general, los hechos más lejanos
abarcan más años y se consideran menos importantes que los más cercanos, en el creer popular.
Para Braudel existen tres categorías históricas: el tiempo corto, medio y largo. El tiempo corto es el
que afecta a los acontecimientos, a la medida de los individuos, a la vida cotidiana. Es el tiempo del
cronista y del periodista. Esto, independientemente de la transcendencia histórica que tengan. La
caída del muro de Berlín, por ejemplo. Es la historia de los acontecimientos, que no suelen tener en
cuenta las estructuras económicas y sociales en las que tienen lugar. El tiempo medio es la duración
de la coyuntura. Este tiempo está plagado de acontecimientos. Sin embargo, es también un lapso
breve caracterizado por el movimiento, y que se desarrolla durante la vida de una persona. Como
por ejemplo una crisis económica, la transición española o una guerra. La variedad de duraciones
efectivas es mucho mayor. El tiempo largo es el que corresponde a las estructuras, aquellas
realidades históricas que permanecen por debajo de los acontecimientos y de las coyunturas y que
Jean Carlo Casillas V.

no se modifican con un sólo acontecimiento. Permanecen durante varias generaciones. En estas


condiciones se crean Estados, países, etc., como el franquismo, el comunismo en Rusia, pero
también modos de entender la sociedad, la política y las relaciones económicas. Los cambios de una
estructura a otra son lentos y afectan a multitud de acontecimientos importantes, por lo que no es
fácil determinar con exactitud y definitivamente cuándo comienzan y cuándo acaban. También son
de larga duración los modos de producción y las edades históricas. Estas estructuras permanecen
por debajo de cambios de Estado y creaciones de países. Son los tiempos del Antiguo Régimen,
la Edad Antigua o la época capitalista. El movimiento es muy lento, si bien está determinado por
situaciones coyunturales. En realidad instituciones creadas en otras épocas pueden perpetuarse
más allá de ellas: como la familia, la Iglesia, el Ejército, etc. Aunque cambian su naturaleza para dar
respuesta a los nuevos tiempos. Parece que lo que más lentamente cambia son las estructuras
mentales, y las formas de interpretar y comprender el mundo, que incluye desde la religión a la
filosofía, pasando por los mitos, la literatura, el arte, etc. Los diferentes enfoques de las estructuras
que definen las distintas épocas han tenido como consecuencia la creación de numerosos modelos
de periodización histórica.

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