You are on page 1of 1

Agamben, Giorgio. Idea della prosa. Macerata: Quodlibet, 2002, pp.

23-24
[Traducción: Ezequiel Rivas]

Idea de la cesura

Quizás ninguna poesía del Novecento confía tan consabidamente su ritmo al freno de la cesura como
la de Penna. El poeta ha agotado en el breve giro de un dístico un tratamiento de la cesura sin testimonio en
tratado alguno de métrica:

Io vado verso il fiume su un cavallo


che quando io penso un poco un poco egli si ferma.1

El caballo sobre el que viaja el poeta es, según una antigua tradición exegética del Apocalipsis joanino, el
elemento sonoro y vocal del lenguaje. Comentando Apoc. 9, 11, en el que el lógos es descripto como un
caballero "fiel y veraz" que cabalga un caballo blanco, Orígenes explica que el caballo es la voz, la palabra
como pronunciamiento sonoro, que "corre con más impulso y más rapidez que cualquiera adiestrado" y que
solamente el lógos la vuelve inteligible y clara. Está dormido sobre un caballo tal -durmen sus un chivau-
que , en los orígenes de la poesía romance, Guillermo de Aquitania declara haber compuesto su vers; y es un
cierto indicio de la tenacidad simbólica de esta imagen si, en el inicio del siglo [XX, NdT], en Pascoli (y,
más tarde, en el mismo Penna y en Delfini) el caballo toma la hilarante figura de una bicicleta.
El elemento que detiene el impulso métrico de la voz, la cesura del verso, es, para el poeta, el
pensamiento. Pero la ejemplaridad del tratamiento de Penna del problema está en el hecho de que el
contenido temático del dístico se refleja perfectamente en su estructura métrica: en la cesura que divide el
segundo verso en dos hemistiquios. El paralelismo entre sentido y metro es confirmado incluso por la
repetición de la misma palabra en los dos márgenes de la cesura, casi como dando a la pausa la consistencia
épica de un intersticio intemporal entre dos instantes que suspende el gesto por la mitad en un extravagante
paso de oca (quizás por esto el poeta ha escrito aquí un alejandrino, verso doble por excelencia, cuya cesura
se define convencionalmente como épica).
¿Pero qué se piensa en esta cesura, que detiene al caballo del verso? ¿Qué cosa hace ver esta
interrupción del transporte rítmico de la poesía? Aquí está Hölderlin para responder en el modo menos
elusivo: "El transporte trágico, de hecho, está precisamente vacío y es el más libre. Por eso, en la sucesión
rítmica de las representaciones, en las que se expone el transporte, llega a ser necesario lo que en el metro se
llama cesura, la pura palabra, la interrupción antirrítmica, para contrastar, en su culmen, el evento encantador
de las representaciones, de modo que llegue a la apariencia ya no más el alternarse de las representaciones,
sino la representación misma".
El transporte rítmico, que mueve el impulso del verso, está vacío, es solamente transporte de sí. Y es
este vacío el que, como pura palabra, la cesura -por un poco- piensa, tiene en suspenso, mientras un poco se
detiene el caballo de la poesía. Como latinamente escribe Ramón Llull en su dictado: "sobre su palafrén
cabalgando, iba a la corte para ser hecho caballero, y, mientras iba, acunado por el bamboleo de su montura,
se adormeció. Pero, cuando llegó a una fuente, el animal se detuvo para beber; y el escudero que sintió, en el
sueño, que el caballo ahora no se movía más, de repente se despertó". Aquí el poeta adormecido sobre su
caballo se detiene y contempla por un instante la inspiración que lo lleva, no piensa en otra cosa que no sea
su voz.

1 Yo voy hacia el río sobre un caballo


que cuando pienso un poco un poco él se detiene.

You might also like