El 3 de octubre de 1948 se realiza un levantamiento de la Marinería (Armada de Perú) de la ciudad
de Callao impulsada por una fracción del partido Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), en un intento de golpe de Estado contra el entonces presidente Bustamante, que llego a la ese cargo con el apoyo de ese partido, con motivo de que no se estaban realizando las transformaciones acordadas con el mencionado partido. El ejercito reprime la rebelión y evita el golpe. Este intento de golpe se da en un marco de crisis política, económica y social en el país. El gobierno proscribe al partido APRA, y se dictan órdenes de arresto contra los partidarios acusados de organizar el fallido golpe. En este marco el líder y fundador del partido Dr. Víctor Haya de la Torre, fue procesado y acusado de rebelión militar El 27 de octubre de 1948 se lleva adelante un golpe de Estado militar comandado por el General Manuel Odría requerido y apoyado por los poderes económicos y las clases altas del país. El 1 de noviembre de 1948, el mencionado general asume la presidencia de la Junta Militar de Gobierno que declara el estado de sitio, suprime las garantías individuales y dicta la Ley de Seguridad Interna con la que persigue, con especial ensañamiento a los líderes y partidarios del APRA que son encarcelados o desterrados. Se crean consejos de guerra por decreto militar para el juzgamiento sumarísimo con competencia en delitos de rebelión, sedición y motín. En enero de 1949, Haya de la Torre se exilió a la embajada de Colombia que, a través de su representante, informó al Gobierno de Perú que ha concedido el asilo requerido por la persona, quien en esas circunstancias fue calificado por el Gobierno de Colombia como “asilado político”. En este sentido solicitó, además, la expedición de un salvoconducto para que este pudiera abandonar el país. En agosto de 1949 el gobierno de facto rechaza esa calificación y deniega la petición del salvo conducto y, en ese mismo mes, se firma el Acta por el cual los dos Gobiernos convienen someter el caso ante la Corte Internacional de Justicia. El 20 de noviembre de 1950 la CIJ dicta su fallo respecto de la opinión consultiva El 27 de noviembre de 1950 la CIJ dicta su fallo respecto la interpretación del fallo del 20 de noviembre por considerar Colombia que el fallo contenía lagunas que hacían imposible su ejecución. En febrero de 1951, el gobierno de Cuba, de acuerdo al reglamento de la CIJ y como consecuencia de que Colombia solicitara se llevara adelante el procedimiento previsto en este en su Artículo 63. El 13 de junio de 1951 la CIJ dicta su fallo con motivo de la solicitud del Gobierno de Colombia respecto de la ejecución del fallo del 20 de noviembre. Hasta el año 1954 permaneció en la embajada de Colombia, año en el que fue concedida su salida al destierro con destino el Estado de México. PLANTEOS DE LAS PARTES GENERAL Colombia de acuerdo a las convenciones vigentes y el derecho internacional americano, se atribuía unilateralmente, definitivamente, la naturaleza del delito, político en el caso concreto y a los efectos de otorgar el asilo, y la obligatoriedad de Perú para brindar un salvo conducto para que Haya de la torre pudiera salir del país en carácter de asilado Perú exigía la reconvención del caso, y que se declarara que la calificación del delito unilateral era improcedente, considerando que haya de la Torre estaba involucrado en la comisión de un delito común. La junta militar que gobernaba Perú acusaba a Haya de la Torre del delito de rebelión militar y pretendía darle ese carácter al delito, con la finalidad de que Colombia entregara a haya de la Torre para que pudiera ponérselo bajo su jurisdicción. SENTENCIAS E INSTANCIAS SENTENCIA 20 DE NOVIEMBRE DE 1950 Cuestiones principales COLOMBIA: 1. Consulta a la CIJ respecto de la competencia de Colombia para calificar unilateralmente, definitivamente y obligatoriamente la calificación del delito y para ello cita normas convencionales y consuetudinarias: a. Acuerdo bolivariano de extradición de 1911, por el cual se prohíbe la extradición en los casos en los que el Estado asilante considera en su ordenamiento que el delito que se le imputa al asilado, es de carácter político. b. Convención de asilo de 1928, argumentando que si bien no hay una norma específica que lo prescriba, esta lleva implícita la facultad por ser inherente a la institución del asilo. Asimismo, solicita que sea respetado el asilo por el Gobierno de Perú con motivo de que el mismo ha sido concedido por Colombia que reconoce en su ordenamiento este instituto. (Art.2 parr.1) c. Convención de Montevideo de 1933, que prescribe la facultad unilateral de calificar el delito. d. Derecho internacional americano, respecto de las costumbres (Art.38 del Estatuto CIJ), en el cual Colombia indica una costumbre regional o local peculiar de los Estados latinoamericanos y para ello presenta pruebas respecto del otorgamiento de asilo político en casos análogos, e invoca tratados en esta materia. 2. Pregunta si Perú tiene la obligación de otorgar un salvoconducto por ser Estado territorial, dando las garantías necesarias para que el asilado abandone el país, tal como como lo contempla el Art.2 de la Convención de la Habana, ante el ejercicio del derecho previsto de exigir el mismo por parte del Estado Asilante. PERÚ: 3. Perú solicita la reconvención porque considera que es inválido el asilo otorgado y mantenido por ser violatorio de la Convención sobre Asilo de 1928 en cuanto: a. Art.1, parr.1., respecto de la prohibición contenida de conceder asilo a “personas acusadas o condenadas por delitos comunes”. b. Art.2, parr.2., ya que considera que no se han dado los supuestos de concesión urgencia y mantenimiento por el tiempo estrictamente indispensable para que al asilado pueda resguardar su seguridad de otra manera. A esto Colombia argumentaba que el Estado de sitio y la supresión de los derechos constitucionales y todas las consecuencias de hecho ponían en peligro la persona y que el poder judicial estaba controlado y la función jurisdiccional ejercida por el poder ejecutivo. Perú niega ambas cuestiones y dice que las cortes marciales no tienen competencia para juzgar a haya de la Torre por principio de irretroactividad de la ley. Decisión del tribunal Respecto de lo solicitado por Colombia: 1- La Corte no puede admitir la que el gobierno de Colombia tenga la facultad de calificar la naturaleza del delito de forma unilateral, definitiva y obligatoria para Perú, en la inteligencia de que: a. Acuerdo Bolivariano de 1911: la remisión (Art.18) a las normas del derecho internacional relativo al reconocimiento de la institución del asilo, no satisface el requerimiento ya que no surge de allí la facultad. Por otro lado, la referencia en cuestión de extradición la considera irrelevante con motivo de una interpretación errónea. (Art.4) b. Convención de La Habana de 1928: i. Esto no surge del articulado de la Convención de Asilo Diplomático, y forzar su interpretación sería violatorio del principio de igualdad soberana de los Estado, lo cual además conduciría a mayores abusos. ii. Respecto del requerimiento de respeto a la calificación por tratarse de un Estado que reconoce en su derecho interno, establece que no es procedente respecto de que no presume la facultad pretendida, ni tampoco es correcta la interpretación en este sentido, que tiene más bien una función limitante respecto de que se podrá acordar el asilo con el Estado que lo reconozca por costumbre, leyes o convenciones. c. Convención de Montevideo de 1933: No es oponible a Perú ya que este no ratifico el instrumento. d. Derecho internacional americano: La corte opina que el gobierno de Colombia no ha podido probar la costumbre para ser utilizada como fuente (Art.38 estatuto CIJ) en este Derecho, según las presentaciones hechas de situaciones análogas de asilo diplomático y tratados en la materia, no pudiéndose deducir de estos elementos la facultad pretendida. 2- La Corte considera que Colombia puede solicitar un salvoconducto, aun cuando no pueda calificar el delito (Convención de la Habana), pero para que esto sea acordado, se requiere que el asilo sea regularmente concedido y mantenido. En el caso concreto el salvoconducto esta previsto en la Convención de la Habana, pero no puede aplicarse debido a que la normativa prevé determinados supuestos que no se cumplen lo que resulta en que Colombia no puede exigir el salvoconducto, y por lo tanto Perú no está obligado a facilitarlo. Esto es así ya que el salvoconducto es un supuesto donde el Estado territorial demanda opcionalmente la exigencia de que el asilado se retire del país, y en el caso sub examine no ha sido de esta manera, por lo tanto, Colombia no puede exigir el salvoconducto. Conceder este derecho a Colombia sería conceder algo contrario a lo que prevé la Convención. Respecto de la reconvención solicitada por Perú: En principio la oposición de Colombia por considerar que no tiene relación con el fondo de la cuestión, la reconvención solicitada, es rechazada por la Corte argumentando que la relación surge del salvoconducto solicitado se basa en la regularidad del asilo. En este sentido analiza la cuestión del otorgamiento y deja de lado la del mantenimiento: a. Considera mal fundado el plante respecto de que se le imputa la comisión de delitos comunes, ya que si bien existe una acusación del Gobierno de Perú que pesa sobre Haya de la Torre en este sentido, no ha podido probar que esta se corresponda con un delito común, máxime cuando se trata del denominado delito de rebelión militar. b. La corte interpreta que el supuesto que contempla la norma en el aspecto señalado del Art.2, parr.2, la justificación esencial es la inminencia o persistencia de un peligro para la persona del asilado. En el caso sub examine no existía peligro inminente ya que Haya de la Torre concurrió 3 meses después de frustrada la rebelión, y por lo argumentado por Colombia respecto de la situación de que el poder judicial estaba subordinado al poder ejecutivo, esto no fue probado. Por ello considera que no puede interpretarse la Convención de la Habana como un vehículo para presumir que existe tal subordinación solo por que “son confusos los tiempos” lo que seria un derecho de intervención ofensivo para el Estado territorial. Por ello considera que no existía urgencia al momento del otorgamiento en el sentido de la Convención, pero, no obstante, no puede criticarse la actitud del embajador, ya que con el tiempo la situación puede verse como menos grave que durante los sucesos. Votación de la Corte - Por 14 votos contra 2: Rechaza la conclusión de Colombia respecto de su facultad para calificar unilateralmente la naturaleza del delito. - Por 15 votos contra 1: rechaza la conclusión del gobierno de Colombia respecto de la obligación de Perú a respetar su decisión en cuanto al otorgamiento del asilo, y por lo tanto de que este este obligado a conceder un salvoconducto a Haya de la Torre. - Por 15 votos contra 1: se rechaza la reconducción de Perú respecto de la violación del Art. 1 parr. 1 de la Convención por no haber probado que la acusación fuera respecto de un delito común. - Por 10 votos contra 6: Declara que el otorgamiento de la del asilo no se realiza regularmente, es decir, de conformidad con el Art.2 pgfo.2 de la Convención. SENTENCIA 27 DE NOVIEMBRE DE 1950 – RECURSO DE ACLARATORIA Colombia en virtud de lo previsto en el Art.60 del Estatuto y los Arts.79 y 80 del Reglamento de la CIJ, luego de notificarse de la sentencia el mismo día de la sentencia, solicita a la Corte indique como debe interpretarse la misma, indicando que contenía algunas lagunas que hacían imposible la ejecución del mismo. Cuestiones principales: Colombia pregunta a la Corte en relación a las siguientes cuestiones de cómo debe interpretarse la sentencia del 20 de noviembre en el sentido de que: 1. La calificación del delito cometido por Haya de la Torre realizada por el embajador colombiano finalmente era correcta y, de ser así, si debe otorgarse los efectos jurídicos de esa calificación 2. El gobierno peruano no está autorizado para exigir la entrega del asilado político en cuestión, y por lo tanto el gobierno colombiano no esta obligado a entregarlo, ni aun en el caso de que se lo soliciten. 3. Si Colombia esta obligada a entregar al asilado, aun cuando no se lo solicitara el gobierno de Perú, y a pesar del hecho de que haya de la Torre es un delincuente político y que la única Convención aplicable al caso no prevé la entrega de delincuentes políticos. Decisión de la Corte: La corte realiza su intervención a la luz de lo que prevé el Art. 60 del Estatuto respecto de que el análisis de el planteo de Colombia será llevado a cabo bajo las condiciones de que el objeto de la solicitud debe consistir únicamente en aclarar el sentido y alcance de la sentencia y, así mismo, debe existir un diferendo de las partes sobre estos dos marcos. 1- La Corte Considera que este punto no fue planteado en el curso del proceso y por esto mismo no puede aclara algo respecto de lo que no ha sido decidido. Es decir, el planteo fue en términos generales y abstractos respecto del derecho que le correspondería a Colombia en cuanto a la facultad de calificar de forma unilateral y definitiva realizada en lo atinente al delito que le imputa Perú a haya de la Torre. 2- Tampoco es una cuestión que le fuera planteada en el proceso, y en el planteo especifico, este es de carácter nuevo para el caso, por lo cual la cote no puede expedirse al respecto en el marco de la vía aclaratoria. 3- Por último, la corte indica que no se ha dado el requisito del diferendo interpretativo entre las partes en cuanto al alcance y el sentido de la sentencia. Cita como obiter dicta El Art.79 y 80 del Reglamento para reforzar el concepto de diferendo, en los que para el caso de excepciones preliminares t reconvención, donde se establece que el pedido de aclaratoria debe contener indicación precisa del o los puntos controvertidos”. En este sentido argumenta que al haberse realizado en el mismo día del dictado de la sentencia, es imposible que se haya podido producir una formulación divergente entre las partes por ser materialmente imposible en relación a los tiempos. Votación de la Corte: - 12 a 1, declarando inadmisible el recurso de aclaratoria planteado el mismo día de la sentencia del 20 de noviembre de 1950 SENTENCIA 13 DE JUNIO DE 1951 – EJECUCION. Durante los planteos respecto de la Ejecución, Colombia solicita se cumpla con el Art.63 del Estatuto que prevé que la cuestión debe ser notificada a los demás Estados signatarios de una Convención o Tratado a fin de que estos puedan expresar su opinión al respecto de su posición respecto del instrumento del que son partes. En Este sentido, quien contesta esta comunicación es Cuba, que respalda la posición de Colombia El 28 de noviembre Perú le indica a Colombia que debe ejecutarse la sentencia del 20 de noviembre de 1950, finalizando la protección indebida brindada por Colombia a Víctor Haya de la Torre, y por lo cual no debe prolongarse mas el asilo, contradiciendo la mencionada sentencia. Para ello deben seguirse los pasos necesarios para la entrega del Haya de la Torre a fin de que este sea puesto a disposición de la justicia peruana y cumplir con la citación que se le cursara por el juez de instrucción. Esta solicitud es rechazada por Colombia a través de su Ministro de Relaciones Exteriores. Planteada así la controversia, esta es presentada por Colombia el 13 de diciembre de 1950 ante la CIJ. Cuestiones Principales: 1. ¿Como debe ejecutarse el fallo del 20 de noviembre de 1950? 2. Colombia esta obligada a entregar al Víctor haya de la Torre a las autoridades peruanas? 3. Perú solicita a la Corte que por haberse resuelto que el asilo concedido por Colombia se realizó de forma violatoria del Art.2 pgfo 2 de la Convención de la Habana de 1928 ya que no se daban los requisitos necesarios, dicho concesión debió haber cesado el mismo día de la sentencia y, dadas las circunstancias actuales, debe cesar de inmediato para que el acusado se ponga a derecho con la justicia nacional de Perú. Decisión de la Corte La Corte destaca que en el fallo del 20 de noviembre de 1950 a establecido que el asilo no puede oponerse a la acción de justicia, y que el instituto del asilo como herramienta para la protección de la persona en casos determinados, no puede entenderse como una protección a la aplicación de las leyes y a la jurisdicción de los tribunales legalmente constituidos. No obstante, esto no significa que el Estado que ha otorgado irregularmente el asilo tenga la obligación de entregar a al refugiado a las autoridades del Estado territorial, y hacer una interpretación en este sentido sería excederse de lo que la Corte ha expresado, máxime cuando no hay en la Convención ningún tratado que habilite ese acto. La convención no autoriza a interpretar que la obligación de poner fina a un asilo irregularmente concedido implique la entrega de la persona a la que se le otorgó el asilo. En resumen, el gobierno colombiano está obligado a ponerle fin al asilo irregularmente concedido de acuerdo a no estar abarcado por el Art. 2 Pgfo 2 de la Convención de la habana, pero no esta obligado a entregar al refugiado como forma de cumplimiento de esta disposición, no habiendo contradicción en esas dos disposiciones, debido a que existen otras formas de cumplir con la finalización del asilo irregular. En este sentido dispone por unanimidad que el asilo otorgado el 3 y 4 de enero de 1949 y mantenido luego, debió haber cesado desde el 20 de noviembre de 1950 en el momento que se dicto la sentencia por el caso. La Corte manifiesta que esta fuera de función jurisdiccional el decir de que forma se debe poner fin al asilo, y que es una decisión que deben adoptar las partes, inspirados en la cortesía y buena vecindad, como parte de la costumbre que en esta materia ha caracterizado a las naciones latinoamericanas Votación de la Corte: - Por 13 contra 1, e la CIJ falla que Colombia no está obligada a entregar a Perú a Víctor Raúl Haya de la Torre NORMATIVA APLICABLE Normas de fondo Convención de La Habana de 1928 - Art. 1, párrafo 1: no es licito dar asilo a personas acusadas de delitos comunes. - Art. 2, parágrafo 1: la consideración del Estado respecto del asilo otorgado debe ser respetado por los demás estados, si el otorgante lo reconoce ya sea en su ordenamiento interno, convencional, o por uso y costumbre. - Art. 2, párrafo 2: El asilo puede ser otorgado siempre y cuando medien cuestiones de urgencia de poner en salvaguarda a la persona, hasta que se encuentre una manera mejor en este sentido. Convención sobre Extradición de 1933 en Montevideo (No ratificada por Perú) - Art.4, respecto de la facultad de calificar a las excepciones a los delitos comunes, del Art.3 que define los delitos comunes y otros tipos abarcados en la aplicación para extraditar. Acuerdo Bolivariano de 1911 (Extradición) - Art.4, prevé el no acuerdo de extradición de ningún prófugo criminal si el delito que se le imputa es político o conexidad con este carácter. - Art.18, respecto de que los Estados reconocen la institución del asilo según los principios del derecho internacional Normas de procedimiento: Estatuto de la CIJ: - Art. 38, admite la posibilidad de considerar como principio a las costumbres regionales, junto con las fuentes legales y convencionales. - Art. 40.3, prevé la obligación de notificar las acciones incoadas a los miembros de las Naciones Unidas, a los Estado con derecho a comparecer. - Art. 60, establece que el fallo es inapelable, y que, en caso de desacuerdo en el sentido o alcance, la Corte deberá interpretarlo a petición de cualquiera de las partes. - Art. 63, prevé la obligación de notificar por parte de la Corte y derecho que contempla a los Estados que suscribieron una convención y que no son partes del litigio para manifestarse cuando se trate de una interpretación del mismo (en el caso puntual, la Convención de La Habana de 1928). - Art. 66.4, Cuando se trate de opiniones consultivas, se permite a los Estado que hayan presentado exposiciones, discutir las exposiciones que hayan presentado otros sujetos de derecho internacional, debiendo comunicar a todos los que hayan ejercido este permiso