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Audiencia 08/03/2016 – Causa “Escuelita IV” (Exp.

“Castelli”)

En la ciudad de Neuquén, capital de la provincia homónima, en fecha 08 de marzo de 2016, en instalaciones


del Tribunal Oral Federal de Neuquén presidido por el Dr. Alejandro Silva e integrado por los vocales Dres.
Guido Otranto y Marcos Aguerrido, en la causa “CASTELLI, Néstor Rubén y otros; s/ Delitos c/ la libertad
y otros”, expediente 804/2012.

Testigo: Susana Marta Bresia

Presidente del Tribunal:

¿Con relación a la lista de personas acusadas, que son 22, tiene usted alguna relación de parentesco de
amistad, es acreedora, deudora de alguno de ellos?

No, ninguna de esas relaciones.

Datos personales: De estado civil viuda, nacida el 12 de julio de 1935, de profesión medica jubilada,
domiciliada en Bouquet Roldan 155 de la ciudad de Neuquén.

Preguntas de las querellas:

Buen día señora Susana, usted a sido citada para declarar respecto del caso de Rodolfo Luis
Marinoni, le pido que nos relate todo lo que recuerda respecto de la detención y las circunstancias
posteriores a esa detención en las cuales usted tomó parte.

Bien, mi marido fue secuestrado de nuestro domicilio el 29 de septiembre de 1977 a la 1:30am.


Estábamos durmiendo, y golpearon la puerta, mi marido salio, porque el trabajaba en YPF, en perfilaje
punzado y en ese sector a veces se hacían trabajos en los pozos que eran en cualquier momento del día o de
la noche, y él estaba de guardia, de guardia pasiva. Entonces cuando golpearon, supongo yo, supongo, a mi
por lo menos no me llamo la atención, porque deben haber sido los compañeros de trabajo que siempre lo
venían a buscar con una camioneta para ir al campo. Pero se ve que cuando abrieron la puerta, se ve que ahí
yo me desperté y escucho una voz de hombre que dice “tu mujer se llama Susana Bresia?”, “sí”, “bueno,
vestite y vamos”. Ahí me di cuenta que no era una cuestión de trabajo.
Él entró al dormitorio, se vistió, me hizo algo así como, una seña con la mano y se fue. Mientras
tanto yo estaba en la cama, que estaba enfrente y que daba a un hall y después venia el living. Entonces yo
intente levantarme a ver que es lo que estaba pasando y ahí cuando prendí la luz del velador y me estaba
bajando de la cama una voz, que no era la primera, es decir que había por lo menos dos personas, se ve que
estaba postado ahí al lado de la puerta, pero no se veía y entonces me dice, en un tono mas, digamos mas
bajo, no tan militar, me dice “señora apague la luz y no se levante”. Ahí fue cuando me di cuenta que
evidentemente esto no se trataba de una cuestión de trabajo y que se lo estaban llevando. Ahí fue cuando el
me hizo así, una seña con la mano, como diciendo me tengo que ir y se fue. Yo no los vi.
Entonces después cuando sentí la puerta, sentí un auto, me levanté, corrí por la cocina a la puerta de
atrás de la casa, y vi un auto que habrá sido negro o muy oscuro que se iba. Y eso fue lo ultimo que tengo,
directamente de mi relación con mi marido. En persona no?.

¿Susana, recuerda que tipo de vehículo era el que usted vio?

No, no lo vi porque era de noche, y ademas nuestra casa estaba en la esquina, la esquina todavía
existe. En esa esquina, en esos días, no había ninguna luz prendida. Entonces la calle estaba muy oscura, y
yo salí, no a la calle, sino que salí de la cocina al fondo, y del fondo se veía la calle, yo vi pasar un auto que
se alejaba, lo vi oscuro, no puedo decir si era negro, ni la marca, nada de eso. Ése fue el momento del
secuestro.
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¿Nos puede relatar ahora respecto de todas las averiguaciones judiciales y ante autoridades militares
que efectuó?

Sí, cuando pasó ésto yo corrí a la habitación de mi hija que estaba al lado, en la habitación de al lado,
por supuesto la nena estaba durmiendo, la levanté, la envolví en una frazada y tome nuestro propio coche y
fui a la casa de un compañero de mi marido que vivía en el campamento central de YPF, nosotros vivíamos
en Cutral Có y este muchacho vivía en el campamento de Plaza Huincul, asique los desperté, les dije “se
llevaron a Rodolfo”. Bueno ahí me hicieron pasar, les comente, me dieron agua, tomaron algo, bueno. Y la
nena a todo ésto por supuesto se había despertado. Entonces me dicen “mirá, voy a tener que ir a la comisaria
a hacer una denuncia”, pero a todo esto esperamos un poco a que la nena se durmiera. Tardamos un rato y
después bueno se durmió, y yo me fui a la comisaria, habré llegado como dos horas después.
Entonces entre y les digo “vengo a hacer una denuncia”, “si, que le pasa?”, “han secuestrado a mi
marido”, “ah bueno, espere un momentito”. Entonces minutos después vino otra persona y me hizo pasar a
una oficina e hice la denuncia, y me dijo, que después le voy a contar que a ésta persona yo ya la conocía, me
dijo, bueno, una vez que tomó los datos, “bueno, lo que pasa es que su marido debe estar en algo y entonces
son los mismos compañeros que se sienten perseguidos por la policía y entonces entran a llevárselo, para,
como, como que lo quieren custodiar”. Yo muy tranquilamente le dije “su versión no me resulta creíble”,
porque no le creí, por lo tanto se lo dije, “bueno, cualquier cosa que sabemos, le vamos a avisar”. Eso fue el
29 de septiembre, el día 30, osea al día siguiente que era viernes, yo viaje a Neuquén, a la mañana me vine a
ver a algunas personas con las que me quería contactar, algunos amigos.
Y entonces cuando volví, a la tarde vino un policía a mi casa a avisarme de parte del comisario, que
habían hecho un operativo militar en Cutral Có, el que venia era un mayor Cabrera y que como no me
encontró en mi casa, le dijo al comisario que me avisara que si yo estaba interesada en saber porque habían
venido, que fuera a verlo a Covunco, que él me iba a recibir. Bueno unos, una semana, unos días después yo
fui a Covunco, sola, y me recibió, me dijeron, “no, el mayor Cabrera no está”, me recibió un militar, un tal
Ventura. Bueno, estuvimos como una hora y media conversando, él siempre con la teoría de que ellos no
tenían nada que ver, se preocupo mucho por afirmar que, me dijo así “nosotros el viernes 30, a las tres de la
mañana recibimos la noticia de que pasaban cosas en Cutral Có, e iniciamos un, ordenamos un operativo
para que vallan a Cutral Có a ver que era lo que estaba pasando”, entonces yo lo miro y le digo “cuando me
dijo?”, “el 30 a las tres de la mañana”, “a mi marido lo secuestraron el día anterior a la una y media, quiere
decir que ustedes tardaron casi 24hs en enterarse y mandar urgentemente el operativo”, esta bien, en ese
entonces no había celular, pero una radio-llamada y la policía se comunicaba, y ademas con un comando, le
digo “tanto tardaron?”, “ay pero señora..” entonces el trataba de explicarme no?. Era muy evidente que lo
tenían ellos, muy evidente.
Entonces seguí conversando con este señor, porque yo a todo esto me había enterado de otras cosas,
por ejemplo me había enterado al día siguiente, que el vecino, porque la casa donde nosotros vivíamos eran
esas dos casa pegadas vio, entonces el vecino de al lado, claro a la una y media de la mañana, es de noche,
estaba oscura esa esquina, ademas habían fondos con plantas. Cuando él llega, el vecino llega tarde a su casa,
dice “yo llegue como a la una de la mañana”, y qué pasa, el hombre va por la puerta de atrás, habré la puerta
para entrar a su casa y lo asaltan tres encapuchados. Ahí es donde yo me imagino que los que se metieron en
mi casa eran encapuchados. Lo asaltan tres encapuchados, y le hacen preguntas, se ve que para ubicarse
quien era no, el hombre por supuesto se pego un susto fantástico, y lo soltaron y se fueron. Entonces yo esto
se lo conté a éste señor Ventura, porque el me decía, seguía con la teoría de que los que habían venido a
buscar a mi marido eran los propios amigos, los propios amigos de alguna organización clandestina, entonces
le digo “mire no creo porque justo me dijo el vecino que a el lo agarraron a la una de la mañana en su casa,
quiere decir que ni conocían bien la casa, si fueron los amigos hubieran conocido la casa”, “bueno señora en
la oscuridad cualquiera se confunde”. No le dije nada no, pero yo dije, me parece que te salió defender a los
secuestradores.
Son las cosas que uno percibe, no se si al tribual esto le sirve, son las vivencia que yo tuve en aquél
instante. Así terminó, la mañana, con este señor Ventura, entonces al final, ya estábamos parados, me estaban
despidiendo, entonces le dice a un soldado “llame a fulano de tal!”, bueno, viene fulano de tal, un militar y
me dice que era el jefe de inteligencia, no se que nombre tendría, entonces dice “acá el señor que es el jefe de
inteligencia” entonces le ordena que se ocupe del caso mio, porque al esposo de ésta señora se lo han llevado
y hay que averiguar quién se lo llevó. Osea en ese momento, que era prácticamente el medio día, y después
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de hablar una hora y media conmigo, habernos tomado tres café, le daba ordenes delante mio, al jefe de
inteligencia para que vaya urgentemente a buscar a ver quien se había llevado a mi marido. Yo dije, donde
estoy? Realmente era una cosa de locos. Y le decía a este hombre “si, porque la señora, ella cree que..”
entonces yo delante del otro señor le decía “no, discúlpeme, yo no le dije eso”, osea yo delante del otro lo, es
decir le estaba mintiendo en mi cara de lo que yo le había dicho, “no, discúlpeme, yo no le dije eso, yo le dije
esto, esto y esto”. Una escena, que diga que yo no soy autora dramaturga, porque realmente merece ser
puesta en alguna obra de teatro, sobre todo esas obras tipo, tipo sainete.
Bueno, me fui. Con la mayor convicción de que lo tenían ellos. Pero bueno había que seguir la lucha
y entonces me relacione con la asamblea permanente de los derechos humanos en Buenos Aires, y me
dijeron algunas cosas que se podían hacer. Ahí me di cuenta que eramos centenares y entonces empecé a
hacer algunos, entre ellas me dijeron que presentara un habeas corpus en Cutral Có, en el juzgado de Cutral
Có. Mientras tanto, me dijeron que también podía ir ahí en Buenos Aires, al Ministerio del Interior. Entonces
yo le pedí a mi cuñada, a la hermana de mi marido, que vive hasta el día de hoy en Buenos Aires, le dije,
mira yo voy a ir a tal o cual lugar, porque no vas vos al Ministerio del Interior. Bueno ella fue, entonces
volvió horrorizada, porque dice que la atendió un muchacho joven que era parece ser un teniente de civil,
dice “bueno yo le dije, mire mi hermano con mi cuñada viven en Cutral Có, y mi cuñada resulta que nos
viene a decir que lo han secuestrado a mi hermano”, bueno le contó. Entonces el muchacho, el teniente, le
dice, bueno tomó los datos, le dice “bueno, sabe qué pasa señora, que su cuñada debe tener un amante
entonces su marido se fue de su casa”, dice mi cuñada que por poco se lo come, dice “mi cuñada no tiene
ningún amante y mi hermano no se fue a ningún lado, a mi hermano se lo llevaron”. Esa era la forma en que
nos empezaron a tratar, cuanto más no trataban así más nos dábamos cuenta que eran los culpables, es decir,
hay que ser muy tonto para no darse cuenta, los seres humanos somos un poco más inteligentes o menos pero
tan estúpidos no somos, bueno, y así seguí. No se que otras cosas.
Ah, hice la denuncia en el juzgado de Cutral Có, y cuando entré, un empleado, por supuesto dentro
de una oficina y si tiene que presentar un papel supongo que va a una especie de mesa de entrada no,
entonces un empleado dice, “señora que necesita?”, digo, “mire tengo que venir a presentar este papel”, “ah,
ésto qué es?”, “un habeas corpus”, “ah y porque?”, no le digo, “porque han secuestrado a mi marido”, “acá
en Cutral Có?”, “sí, acá en Cutral Có”, otro que se hacía el idiota como si no se enterara de que en Cutral Có
habían habido secuestros, de que el de mi marido no fue el único, entonces me dice “mire señora, yo le
recomendaría que, le recomiendo que no lo presente”, “porque no lo voy a presentar?”, “bueno”, dice, “yo le
recomiendo que no lo presente, va a ser mejor”, bueno le digo, “discúlpeme, pero usted no es quien para
venir a decirme a mi para venir a decirme qué tengo que hacer”, porque me di cuenta que en ese entonces
había toda una especie de contra corriente o contra información, de que se decía que era mejor no buscar
tanto al desaparecido, porque así lo largaban más rápido. Cosa que supongo que esas cosas las deben haber
largado los mismos servicios de inteligencia no, éso es lo que yo supongo. Entonces presenté el habeas
corpus que, creo que nadie me lo contestó, no recuerdo si me lo contestó alguien.

¿Susana, usted concurrió a policía federal para recaudar datos?

Sí, yo acá en Neuquén fui a la policía federal, también me atendió un joven, que yo le dijo lo que
había pasado, lo que por lo cual venía, y me dijo que, se quedó mirando a través de una ventana, no me
miraba a la cara, y me dijo si, que a veces pasaban cosas que eran confusas, que había que averiguar muchas
cosas, osea vaguedades.

¿Pudo efectuar una denuncia en delegación de policía federal?

No, no me la tomaron. Acá en Neuquén la policía federal no me la tomó, y después, yo estuve


también, me fui al comando de Bahía Blanca. Una mañana viaje a Bahía Blanca y fui al comando. Bueno
entré, por supuesto alguien me preguntó para qué iba. Le dije, y dijo “bueno siéntese acá que va venir fulano
de tal, va a tener que hablar con fulano de tal”. Entonces me hicieron sentar ahí en un hall, no era un hall era
como un pasillo grande que pasaba gente, había mucho movimiento, era como un sillón de esos antiguos de
cuero, era muy, muy cómodo el sillón, y me pusieron un soldado al lado, arma, asique tenía centinela y todo,
estaba muy bien cuidada.
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Pasaron dos horas y en un momento dado tenia ganas de ir al baño, entonces mire al soldado y le
digo “mire yo necesito ir al baño, puedo ir?”, “ah si, cómo no señora?”, entonces llamo a otro y después a
otro y entonces me llevaron al baño, y después me senté otra vez en el mismo sillón y seguí esperando. A eso
de la una de la tarde mas o menos, haría tres horas que estaba ahí sentada, entonces pasa uno, vestido de
soldado, de militar, me dice “señora usted que espera?”, le digo “a mi me dijeron que tengo que esperar a
fulano de tal”, en este momento no me acuerdo como se llamaba, que iba a venir a hablar conmigo, “ah no,
pero fulano se fue”, “y bueno, pero yo necesito hablar con alguien”, “ah bueno y usted por qué viene?”, “si,
porque secuestraron a mi marido en Cutral Có”, “ahh bueno bueno”. Había dos o tres ahí, entonces agarraron
un papel, había una mesita de esas tipo living, osea bajita, entonces apoyo el papel, y como tenía que escribir
ahí bajito, el puso una rodilla en tierra y se puso a escribir “entonces como se llama su marido?... y usted
como se llama...bueno bueno, yo le voy a decir a fulano”, ése fue el recibimiento que tuve en el comando de
Bahía Blanca, osea nos trataban muy bien en ese entonces, mas o menos tan bien como después supimos que
trataron a los desaparecidos no. Claro a nosotros no nos podían torturar, pero nos torturaban de otra manera.
Y después hice gestiones ante la, la OEA, presente otro habeas corpus pero mas o menos como un
año después en el juzgado federal de Neuquén.
Y después denuncié a la OEA, denuncié a las Naciones Unidas, a la Cruz Roja Internacional.
Yo había hecho un curso de pediatría social en el Centro Internacional de la Infancia en el año 69,
donde tuve compañeros, todos médicos de treinta países del mundo. Y entonces mandé a decir lo que pasaba,
no solamente en mi casa sino ademas en la Argentina, al Centro Internacional de la Infancia. Se ocuparon y
preocuparon mucho, hacer no podían hacer pero se ocuparon mucho y fueron muy solidarios conmigo.
Y ademas me ocupé de mandarles una carta a cada uno de los que habían sido mis compañeros de
curso, que era treinta o treinta y dos personas de distintos países del mundo, para contarles lo que estaba
pasando en mi casa y en la Argentina. Osea que también había que difundir, cosa que por supuesto, los
comandos militares no querían saber nada con esto, teníamos que defendernos de alguna manera, ya que no
teníamos otra defensa, la defensa era que el mundo lo supiera y es una satisfacción que el mundo lo supo.
Mire cuánto lo habrá sabido que la palabra desaparecido se menciona en todos los países del mundo como
“desaparecido” no está traducida.

Susana le hago una pregunta ¿Usted dijo que había presentado un segundo habeas corpus ante el
Juzgado Federal Neuquino?

Sí, en el año, ya como creo que un año y medio después

¿Nos puede contar la experiencia, que respuesta tuvo, si alguien la atendió cuando fue a presentarlo?

No, de eso la verdad que me va a disculpar pero no me acuerdo bien, sé que lo presenté, algunas
respuestas hubo de el Ministerio del Interior, bueno todos diciendo que iban a averiguar.
Ah, yo le mandé también una, se lo comuniqué también a Pio Laghi(no se entiende el nombre) que
era en ese entonces el muso(no se entiende) apostólico, en fin la verdad es que disculpe que no me acuerdo,
hice tantas cosas que a lo mejor. También le mande un telegrama al general Videla y fue muy chocante para
los pobres empleados del correo de Cutral Có, que imagínese yo entro al correo, digo voy a mandar un
telegrama, entonces me dan un formulario. Lo lleno con lo que tenia para decir, claro cuando se lo presento
al empleado, el empleado me dice “señora, usted le está mandando un telegrama al presidente de la
república”, era el año 77. Le digo “sí”, “ay espere un momentito”, entonces creo que el muchacho nos se si
se habrá puesto rojo o blanco algo así y llamó al jefe. Entonces vino el jefe, leyó el telegrama, y el hombre
estaba pero asombrado y me dice “pero señora usted tiene que mandar éste telegrama?”, le digo “yo si, yo
tengo que mandar ése telegrama, porque? Esta prohibido mandarle un telegrama al presidente de la
república?”, “no no, no esta prohibido”, “ah bueno entonces mándelo”, era la obligación de él, “bueno, no, si
claro, lo vamos a mandar”. Pobre yo siempre le pedí disculpas en mi fuero íntimo a esta pobre gente que se
han llevado un susto terrible, se sentían evidentemente como que quien sabe lo que nos va a pasar porque le
estamos mandando un telegrama al general Videla. Y bueno, pero se mandó el telegrama. Por supuesto nadie
me lo contestó. Mandé al general Videla, mandé al que era gobernador de Neuquén en ése momento que
tampoco me acuerdo quien era. En fin tal vez me olvide algunas cosas, pero fueron muchas cosas durante
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muchos años.

Señor presidente la señora Susana Bresia presentó ese telegrama ante la APDH y solicito, tengo acá
dos juegos, solicito que se le exhiba para que lo reconozca y lo dejo sujeto al control de partes para la
incorporación al expediente. Cuento con dos copias para el control de las defensas.

Si, son las copias que hice yo.

Presidente: ¿Es el telegrama señora? ¿Puede puede ver bien Susana? ¿Puede leer? ¿Puede leer bien?

Leerlo?

Presidente: No no, la pregunta es si esos términos que usted esta viendo son los términos del telegrama
que usted remitió al general Videla como dijo hace instantes.

Quiere que yo lo lea?

Presidente: No no, el abogado pidió que se le exhiba a usted. ¿Ese telegrama es el mismo? ¿Los
términos?

Si si, ésto si. Es una copia que yo hice del original que tengo en mi casa.

Siguen las preguntas de las querellas:

Susana cuando usted recordaba que visito el ejercito, el comando, en Neuquén después del secuestro
¿usted recuerda quién la atendió en el comando?

En cual comando?

En el comando de Neuquén.

Ah si, esa es una de las tantas cosas que me olvido. Si, yo después iba acá al comando de Neuquén
todos los meses iba a preguntar si había novedades. Porque a mi me decían si hay alguna novedad le
avisamos, como no me avisaban nada yo iba. Me atendía un señor Diaz Quiroga, siempre me atendió él, y lo
hice durante un año, no dos años, yo en julio del 79 le pedí a YPF un traslado a Buenos Aires, porque mi
marido no aparecido y yo me había quedado sola con mi hija muy chiquita y con la familia en Buenos Aires.
Entonces le pedí a YPF un traslado a Buenos Aires. Cuando le pedí el traslado, al irme a Buenos Aires ya no
iba a poder venir todos los meses a acá al comando de Neuquén, entonces fui a ver al señor Diaz Quiroga y
le dije “mire, le aviso que yo me mudo a Buenos Aires”, para que no crea que me estaba escapando no?,
cualquier cosa podía ser motivo de complicaciones. Entonces bueno, tomó nota de que yo me iba a Buenos
Aires. Y después ya nunca mas volví porque por otra parte llega un momento que uno se da cuenta que tiene
que hacer cosas pero ya hay cosas que uno también toma nota de que hay cosas que son inútiles, entonces
vamos a hacer las cosas mas útiles, no las inútiles no?

Susana le hago otra pregunta, ¿recuerda en alguna oportunidad haber asistido a la comisaria de
Cutral Có a preguntar por otro compañero de su esposo?

No, yo había ido antes del secuestro. Antes del secuestro yo había ido a la comisaria de Cutral Có
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porque la señora de un compañero de mi marido, que es la señora de Galarza, ella me vino a pedir, ella vivía
en Neuquén, y a veces los fines de semana venía a casa y quería, ella tenia, el marido había comprado un
terreno en Catriel, entonces ella que se había quedado sola con la nena, quería ver si podía vender ese terreno
para tener unos pesos y ver de alquilar o comprarse algo acá. Entonces fue a la comisaria y le dijeron que
para hacer ese pedido tenía que ir, le pidieron documento, y ella no había llevado documento, entonces le
dijo “mire yo vivo en Neuquén, yo le puedo dejar el documento a otra persona? Puede venir otra persona?” y
le dijeron “si, como no”. Entonces ella después me hizo llegar el documento y yo fui a la comisaria de Cutral
Có presentando el documento de ella para preguntar, porque le habían dicho, se ve que no se quien, alguna
inmobiliaria, en algún lado le habían dicho que a lo mejor, porque ella también tenía el marido desaparecido,
no se sabía si estaba desaparecido o clandestino o que era, pero no tenía el marido.

¿Nos recuerda el nombre de la señora?

La señora? Raquel, Raquel Perazo de Galarza. La señora Raquel entonces le habían dicho “por que
no va a la comisaria de Cutral Có?” porque a ella le habían allanado la casa y no sabía que había pasado con
el marido, entonces fue a la comisaria de Cutral Có, pero eso fue como un año y medio antes que
secuestraran a mi marido. Entonces le dijeron a lo mejor con un certificado de la comisaria como que usted
denuncio que le allanaron la casa y que a su marido lo hallan secuestrado, a lo mejor con eso te pueden
vender el departamento. Eso se lo deben haber dicho en alguna inmobiliaria yo me imagino, entonces yo fui
a hacer ese tramite.
Cuando fui a hacer ese tramite, cuando dije que era para la señora Galarza, entonces ahí me dijeron
“espere un momentito”, entonces me atendió un señor que después resulto ser el mismo señor que me
atendió la noche que secuestraron a mi marido. Osea que se ve que la comisaria de Cutral Có tenía a alguna
persona que no era de la comisaria de Cutral Có, porque después cuando se obtuvo, ya llegada la democracia
se obtuvo todas las fotos del personal de la comisaria ese señor no estaba, osea que ese señor no era de la
comisaria.
Entonces él me atendió, y yo le dije que iba para ver si la señora tal podía tener un certificado como
que le habían allanado la casa para ver si podía vender el terreno. Entonces éste hombre tomo una hoja de
papel y me empezó a preguntar, “usted como se llama?”: tanto, “como se llama su marido?”: tanto, “usted
donde trabaja?: tanto, “donde trabaja su marido?”: tanto, “y donde trabajaba antes o donde vivieron antes?”,
“como es el nombre de su padre, como es el nombre de su madre?”, “donde vive?”. Toda una serie de
investigaciones que mientras él escribía yo dije “soné”. Soné, porque si uno está en la comisaria, va a pedir
un certificado y le hacen todas esas preguntas, porque había algo, algo pasaba, no era una cosa común.
Entonces cuando terminó, me dijo “bueno ésta señora, dígale que ella va a tener que hacer un juicio
de presunción de fallecimiento y después entonces tiene que hacer la sucesión de esa, de ese terreno y
después recién lo va a poder vender”, osea que la respuesta que me dio fue correcta, pero se quedó con el
papel con todos mis datos. Por eso yo volví a mi casa, cuando vino mi marido le conté lo que pasó, y le dije
“mira Rodolfo, yo creo que a mi me va a pasar algo”, entonces me dice “pero que te va a pasar? Al fin de
cuentas fuiste a la comisaria a hacerle un favor a otro”, bueno le digo pero a mi me quedó esa impresión. Por
eso no hablamos más del tema, pero a mi me quedó la impresión que a la que venían a buscar era a mi.

Susana, no tengo más preguntas sobre el secuestro ni sus averiguaciones, le hago ahora una última
pregunta para que haga un esfuerzo y nos relate ¿cuáles fueron las consecuencias para usted y para su
hija, provocó la desaparición de su esposo?

Y las consecuencias son muy largas de relatar, desde el punto de vista económico eran dos sueldos
que entraban en mi casa y de repente yo me quedé con uno solo. Con una criatura de veinte meses, con una
empleada que trabajaba las ocho horas que yo iba a trabajar a YPF, y yo le seguí pagando el sueldo,
exactamente el mismo sueldo que cobraba. Porque si yo tenía la mitad del dinero, no tenia por que pagarle la
mitad del sueldo a la pobre señora, de modo que por supuesto empiezan los problemas de tipo económico.
Un día le pedí al director del hospital, que me pusiera a hacer guardia, porque yo hacia medicina del
trabajo. Entonces bueno, empecé a hacer guardia gracias a los compañeros, los amigos y la gente de Cutral
Có que, espero que dios los tenga a todos muy muy felices de tanto que me ayudaron, yo le llevaba la nena y
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así podía hacer doce horas de guardia en el hospital de Huincul y ganarme unos pesos extra, para poder
solventar la vida. Porque por supuesto no tenía sueldo, no tenía pensión, no tenía nada, porque mi marido no
estaba. Y bueno, esas son un poco las consecuencias económicas, que duraron muchos años.
Y después es casi imposible de describir todas las consecuencias anímicas, físicas, emocionales que
pienso que todos deben tener conocimiento que lo que no lloran los ojos lo lloran los órganos. Al mes de
faltar mi marido, claro como se le explica a una criatura de veinte meses que a su papá se lo llevaron?, claro
hubo pediatras, psicólogos, que no los acuso no?, que me decían “y, vos a la nena le tenes que decir la
verdad”, claro que verdad le digo?, le digo que entró gente a llevárselo?, esa es la verdad que le digo a una
criatura de veinte meses?, o de veintidós meses, de dos años?. No los acuso, porque comprendo que no me
podían decir otra cosa porque no la sabían, porque en un caso así que se le dice a un chico? De dos años, no
esta escrito en ningún libro, eso no existe y no existe porque es un hecho aberrante, lo aberrante no tiene
explicación. Entonces me las arreglé como pude, alguna cosa habré hecho mejor y otras no, pero es lo que
uno, tiene que seguir adelante con ésto. Pero al mes de desaparecer mi marido, me acuerdo que en un
momento dado yo la llevaba en brazos, creo que estaba en el hospital y pasó un señor, un señor grandote, mi
marido era grandote, y la nena empezó “papi, papi, papi”, se ve que la criatura se daba cuenta que algo
faltaba, y al ver a alguien que le pareció, lo empezó a llamar. Mas o menos al mes a mi hija se le hincharon
las parótidas, las parótidas son dos glándulas que se hinchan cuando tenemos paperas, pero no era paperas,
después me dijeron, era una inflamación no infecciosa que a veces se le hinchaban las dos, y a veces se le
hinchaba una o la otra. Entonces el pediatra del hospital la vio, la vio también un odontólogo, porque la
parótida es una glándula salival, y me dijeron “bueno esto es una parotiditis recidivante. Evidentemente es
una enfermedad psicosomática que se, que desaparecía y a lo mejor cuando la nena no se, cuando asustaba o
según las cosas emocionales de los chicos, un día aparecía con una parótida, otras veces con las dos.
Por supuesto que ésto me llevó, porque ésta enfermedad le duró a mi hija hasta los 16 años. Ésto me
llevo a que cuando empezó, el colegio, la guardería y el colegio, yo tenía que ir a ver a la maestra a decirle
que por ahí a Natalia se le hinchaba una o las dos parótidas, porque sino me la mandaban a mi casa porque
me decían ésta chica tiene paperas, la papera es contagiosa. Asique ése trayecto lo hice muchos años, con
todos los colegios y todos los maestros.
Ahora, cuando tenía 6 años o 7, no me acuerdo, ya estábamos viviendo en Buenos Aires, un día se le
hinchó una, generalmente se le hinchaba y en el transcurso del día o al día siguiente deshinchaba, ésta no se
deshinchaba y tenía la parótida que era una piedra. La llevé a un médico, un pediatra, que ademas era
pediatra, pero primero había sido otorrinolaringologo de la casa cuna, y me dice, la tocó, y me dice “mirá,
vamos a hacerle tales y tales estudios porque ésto no me gusta”, me dice “ésto puede ser un cáncer”, bueno,
habrá que bancarse el cáncer, porque cuando uno está en ésto hay que bancar lo que venga . Bueno la llevé a
un cirujano maxilofacial del sanatorio Güemes y ahí dijeron “bueno”, me dijeron “no, cáncer no es, pero es
tan atípico que yo creo que va a haber que darle unas inyecciones sobre la misma glándula”, osea que le
pinchaban “acá” (señala su glándula derecha), “vamos a darle una serie de tantas inyecciones y si no
retrocede va haber que operarla, es decir sacarle la parótida”.
Ahí fue que todos los días la teníamos que llevar, a veces la llevaba yo, otras veces mi suegra, al
sanatorio Güemes y ahí la pinchaban. Osea que la chica se tenía que bancar un pinchazo en la parótida.
Bueno, no se deshincho, y entonces la pusieron en fecha de operación.
Le voy a explicar, la parótida, la glándula que está acá (señala su glándula derecha) por dentro pasa
el nervio facial, que es el que nos inerva la boca, la cara, ustedes vieron cuando una persona dice tiene
parálisis facial y se le tuerce la boca, bueno, por supuesto que éste era un cirujano se supone avezado, pero si
llegaba a pasar algo, porque yo digo que al bisturí a veces también los carga el diablo, y le corta el nervio
facial, mi hija queda con la cara torcida para toda la vida. Ustedes se dan cuenta que ésto no es tan fácil, hay
consecuencias, no es una tontera, y también cuando ya tenía no 6 tenía 7 años no se operó, no se operó
porque después me dijo una psiquiatra, faltaban unos días para la fecha de operación y se empezó a desinflar
la parótida, y una psiquiatra amiga me dijo la nena en su fuero, en su inconsciente se dio cuenta que la iban a
operar y no se quiso operar, eso bueno fue una interpretación de una psicoanalista no, pero gracias a eso no
se operó.

Presidente: Susana perdone que la interrumpa, el tribunal entiende que el testigo es libre de declarar,
el interrogatorio directo también es libre pero queremos ir cerrando las consecuencias, me quedo
grabado “lo que no lloran los ojos, el cuerpo lo llora” está explicando muy bien y en detalle la relación
Audiencia 08/03/2016 – Causa “Escuelita IV” (Exp. “Castelli”)

de su hija, pero entendemos suficiente ése, ése aspecto, ¿algún otro aspecto que quiera interrogar la
querella por favor?

Querella: No, muchas gracias Susana, no tengo mas preguntas.

Presidente: El fiscal? La otra querella?

Fiscal:

Susana, ¿conoció usted de Alvear, varias, el nombre de varias personas, si quisiera si me puede contar
acerca de ellas: A Horacio Girardelo(no se entiende), a Manuel Jesús Gonzales, a Oscar Odola y
Ramón Gómez?

Disculpe, pero no entendí.

¿Si usted los conoció o tuvo la oportunidad de conocer a éstas personas: Girardelo, Gonzales, Odola,
Gómez, y si puede contarnos un poco?

No, yo a Girardelo lo vi una vez porque era el esposo de la doctora Macias, que era la odontóloga del
hospital, la doctora Macias, por supuesto nos conocía, porque ademas nos arreglaba las muelas, tanto a mi
como a mi marido, y a Girardelo en ésa oportunidad de conocerlo, lo vi una vez, no me acuerdo muy bien
como era la cara, sé que era un hombre muy, bastante parecido a mi marido que era alto, éso con Girardelo.

¿Sabe qué pasó con él, o tiene noticias de qué pasó con Girardelo?

No, a Girardelo lo secuestraron, lo que me dijo la mujer después, lo secuestraron, creo que a mi
marido lo secuestraron una y cuarto y a Girardelo una y media. Por eso suponemos que debe haber sido el
mismo comando, bueno éso fue con Girardelo.
El nombre Odola yo nunca lo había escuchado, recién empecé a escuchar Odola después que faltó mi
marido. Entonces nos empezamos a reunir los familiares de Cutral Có, que no nos conocíamos pero bueno,
estábamos todos en la misma circunstancias y nos fuimos conectando. Ahí fue cuando yo empece a escuchar
el nombre Odola, que era alguien que no estaba en Cutral Có, después por supuesto, ahora conozco la
historia de Odola no. Conozco al hijo que está en Cutral Có y demás. Y el otro que me dijo es?

¿Ramón Gómez?

No, de Gómez nunca supe nada, debe ser que usted me dice de uno que fue denunciado muchos años
después, creo que es uno Gómez de Cutral Có. No sé si es ése pero que yo lo conociera no.

¿Usted de la actividad de Girardelo y Odola, sabe usted, tiene conocimiento de cual era la actividad
común a ellos?

Me repite, discúlpeme.

¿Cuál era la actividad que tenían en común Girardelo y Odola?

No, no tengo idea.

¿No sabe donde trabajaba Girardelo?


Audiencia 08/03/2016 – Causa “Escuelita IV” (Exp. “Castelli”)

No, Girardelo era geólogo, eso si, lo conozco. Yo las versiones que tengo de Girardelo es a través de
la señora. Ellos incluso, Girardelo había conseguido una beca en Europa, en Italia y la señora lo había
acompañado. Entonces después cuando ella volvió al hospital nos contaba la experiencia que habían hecho
con el marido en Italia, osea lo conocía muchas cosas a través de lo que me contaba la señora. Y sé que era
geólogo, ahora que era Odola, no tengo idea.

¿Y el lugar donde trabajaban?

No.

Quisiera exhibirle a Susana, una declaración, una denuncia, donde ella solicita el llamado a
declaración, a indagatoria de determinadas personas y hace un relato acerca de estas personas que yo
acabo de mencionarle.
Susana ahí le van a exhibir un escrito que usted presentó y hace mención, quisiera ver si es su firma?

Ésta es mi firma, si.

¿Puede recordar, ahí hay un texto…

Defensa: Perdón, señor presidente, perdón…

Presidente: Si, la defensa, los escuchamos.

Defensa: Me gustaría que la pregunta sea directa y no de la lectura del escrito, puesto que no sabemos
tampoco el escrito que se refiere el señor fiscal.

Fiscal: Le estoy refrescando la memoria porque en realidad es un texto...

Defensa: Me gustaría primero que intente por favor...

Presidente: Susana, le explicamos éste momento de su declaración, el señor fiscal, solicitó la exhibición
de ése documento, pero estamos en una prueba de testigos, en principio lo que corresponde es el
interrogatorio directo. Si hay un olvido, si hay una posible contradicción es el momento que el código
contempla para que pueda leer y refrescar la memoria. Corresponde a ése lugar lo que dice la defensa
en primer lugar haga la pregunta, oriéntela al testigo sobre que es concretamente lo que deseaba usted
conocer.

Fiscal: Perdón señor presidente yo le pregunté por el señor Gómez y precisamente la menciona a
Gómez, aparece en ése escrito y por eso le estoy refrescando la memoria.

Presidente: Ah ah usted entonces ése, si tiene usted la constancia, ayúdela y pregunte a partir de la
lectura suya lo que quiera saber. Y no de la testigo.

Fiscal: Perfecto. Pero tenía que reconocer la firma.

Presidente: Por favor el auxiliar si le puede dar el documento al fiscal.

Fiscal: 95, 96 de Reinhold debe ser la foliatura, el escrito es del 3 de marzo de 2008.

Preguntas del fiscal:

En ése escrito Susana usted hace mención a la desaparición de Marinoni y Girardelo y hace mención al
Audiencia 08/03/2016 – Causa “Escuelita IV” (Exp. “Castelli”)

plan clandestino. Ahí también hace mención a un apellido, a una persona de apellido Gómez no, que
hace mención de en donde trabajaba, ¿usted recuerda donde trabajaba Gómez? La pertenencia de los
tres a una empresa.

No, no tengo idea.

¿No recuerda?

No me suena.

Fiscal: Quiero que quede constancia señor presidente que éste escrito forma parte de la prueba.

Presidente: Muy bien.

Fiscal: Que fue exhibida a la testigo y que reconoció su firma.

Presidente: Bien. Va a interrogar la defensa?

Defensa: Si.

Fiscal: Usted dijo que Susana, perdóneme que insista con ésta cuestión, usted dijo que hubo un vecino
de su casa, y quisiera saber el nombre de ese vecino y el apellido, si recuerda no mas, cuando el
momento de la detención de su esposo.

La verdad que no lo recuerdo, no se si lo sabia, si lo debo de haber sabido.

Bien, y después dijo que se fue a la comisaria y que previamente a eso habló con un compañero de su
esposo, recuerda el nombre y el apellido de esa persona?

Yo a la comisaria fui sola, fui a la casa de un compañero a avisarle con la nena, a avisarle en ese
momento que había secuestrado a mi marido, ése era el señor Alfredo Aquin, que era un compañero jefe, un
técnico igual que mi marido.

Dijo también que se fue a Covunco, para un poco para el tribunal, si bien muchos sabemos a que hace
referencia que era Covunco y que era Covunco?

Con quien?

¿Usted fue a Covunco, qué es Covunco y qué es lo que había allí?

Qué es lo que había en Covunco? No, en Covunco está una entidad del ejercito, no se si está ahora,
pero en aquél momento.

¿Había un regimiento?

Si si, si creo que hay un cuartel en Zapala y el otro en Covunco, no me acuerdo bien como se
llamaba.

¿Dijo usted que una persona le recomendó no presentar un habeas corpus, sabe quién fue ésa persona
Audiencia 08/03/2016 – Causa “Escuelita IV” (Exp. “Castelli”)

de Cutral Có?

El empleado?

Empleado, juez, secretario.

No no, yo supongo que era un empleado, porque cuando uno entra a una oficina no están los jueces,
esta un empleado, pero no, no supe el nombre, no le pregunté tampoco.

Después hizo mención a que el personal, esta persona que la recibió en su momento, a quien usted
prestó en la comisaria y que después lo volvió a recibir que no pertenecería a la planta del personal
policial. ¿Cómo estaba vestida esa persona cuando la recibió?¿ Estaba vestida como policía, tenía
uniforme, no tenía uniforme?

No, estaba en principio de civil. Las dos veces lo vi digamos con camisa gris, gris clarita, pero no
tenía algo que yo pensara que era un policía.

¿Y en ese momento cuando usted fue en las dos oportunidades, o en alguna de ellas vio a personal
militar en la comisaria?

No, militar no, eran los policías.

Preguntas de la defensa:

Buenos días Susana, yo le quería hacer unas pequeñas preguntas, en primer término, usted refirió que
su esposo era geólogo, yo le quería preguntar…

No, mi esposo no era geólogo, aparece como geólogo porque se ve que se confunden en algún lado
con Girardelo, mi esposo era técnico.

¿Qué profesión, técnico?

Era técnico.

Usted hizo referencia al día que usted fue a consultar, o pedir el certificado en nombre de Galarza, ése
día le hicieron una serie de preguntas en las cuales usted después aludió que, bueno se sintió con temor
y le hizo una referencia a su esposo no, yo le quería preguntar puntualmente ¿ése día a usted le
preguntaron los datos de su esposo?

Si, me preguntaron el nombre y donde trabajaba.

¿Y en la interrogación se hizo referencia a los datos de los padres (no se escucha el final de la
pregunta)?

Claro pero cuando preguntaron el nombre de la madre, el padre me preguntaron los míos, no los de
mi marido.
Claro por eso la pregunta concreta, ¿también le preguntaron por su esposo?
Audiencia 08/03/2016 – Causa “Escuelita IV” (Exp. “Castelli”)

Si, preguntaron por su nombre, el nombre de su esposo, donde vive, donde trabaja usted, donde
trabaja su esposo. Pero después los nombres de los padres me los preguntaron a mí. No preguntaron cuál era
el nombre del padre de mi marido.

Usted refirió que en un momento, respecto a las detenciones en Cutral Có no fue el único dijo, ¿usted
tiene conocimiento de cuántas personas de profesión geólogos fueron detenidos para ese entonces,
cuando hablo de ese entonces me refiero a septiembre, octubre para la misma fecha, tiene
conocimiento? Apelo a ésta pregunta porque en cuanto a que usted trabajo mucho con las
organizaciones.

Al día siguiente se empiezan a saber cosas, entonces yo a las siete de la mañana me presenté al
director del hospital para decirle lo que había pasado en mi casa esa noche para decirle que no podía ir a
trabajar. Entonces ahí en el hospital me entero que esa misma noche habían secuestrado a Girardelo y que
justamente la doctora Macias, la habían tenido que atender, no se que. Entonces ahí me entere que lo habían
secuestrado a Girardelo, ahora que secuestraron a otros esa noche nunca me enteré ni ese momento ni
después. Osea que, yo creo que no hubo otros secuestros, pero eso creo eh.

Una pregunta más, ¿su esposo tenía alguna actividad política?

Trabajaba en YPF, si eso era actividad política no se.

La respuesta, osea que usted refiere que trabajaba en YPF y que no tenía actividad política, ¿eso es lo
que me está contestando?

No, yo nunca le conocí ninguna actividad de ningún partido ni nada de eso a mi marido.

No hay más preguntas.

Presidente: Susana, han terminado las preguntas, estaría desocupada, le quiero agradecer la presencia,
su testimonio, y le quiero desear buenos días.

Puedo agregar algo más?

Presidente: Si le iba a decir también eso, si desea agregar las ultimas palabras.

Le puedo hacer un pedido al tribunal?


Yo le pido a este tribunal, que mi marido, que los acusados no sean acusados solamente por
privación ilegitima de la libertad, que también sean juzgados por homicidio, porque los desaparecidos están
muertos, los han matado, y mi marido no debe haber corrido otra suerte que esa. Y yo se los pido porque los
que cometieron éstas atrocidades, nunca nos dieron una explicación. Y yo creo que los ciudadanos de éste
país, sobre todo si somos victimas, tenemos derecho a conocer la verdad, verdad que ellos no nos han
querido decir, osea, han optado por un pacto de silencio que es el peor de los pactos y por eso en nombre mio
y en nombre de mi hija, que no se acuerda de su padre, ni tuvo la satisfacción de que alguna vez poder
decirle a alguien papá. Éste tribunal le puede decir, si, a Rodolfo Marinoni lo mataron. Nada mas.

Presidente: Muchas gracias.

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