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Los factores que pueden producir aborto espontáneo son muy variados: genéticos
o cromosómicos del mismo feto, la exposición a toxinas ambientales, problemas
hormonales de la madre, y otros como el tabaquismo, la drogadicción o el
alcoholismo.5
Los abortos espontáneos son más comunes de lo que se cree popularmente. Solo en
Estados Unidos se producen casi un millón al año, lo que significa uno de cada cuatro
embarazos, tal y como recoge una encuesta realizada por investigadores de la Escuela
de Medicina Albert Einstein de la Universidad Yeshiva, en Nueva York, y publicada en
mayo de 2015 en Obstetrics & Gynecology. El estudio, en el que participaron un millar
de adultos estadounidenses, revela algunas de las falsas creencias que hay en torno a
este tipo de abortos. Así, el 22 por ciento de los encuestados creía incorrectamente que
opciones de estilo de vida durante el embarazo
(como fumar o consumir drogas o alcohol) son
la causa más común de aborto espontáneo. Un
76 por ciento pensaba que el estrés puede ser
el desencadenante y, un 64 por ciento, que
levantar objetos pesados durante la gestación
puede malograr un embarazo, al igual que el
uso previo del dispositivo intrauterino (28 por ciento) o de anticonceptivos orales (22
por ciento).
Sin embargo, no hay evidencias científicas que demuestren que las circunstancias
anteriores aumenten el riesgo de un aborto involuntario. Sí está probado, en cambio, que
los motivos genéticos están detrás del 60 por ciento de los casos. Otras causas
establecidas son anomalías estructurales del útero, trastornos endocrinos como
el hipotiroidismo, y autoinmunes como anticuerpos antitiroideos.
Los primeros síntomas de una muerte fetal se suelen mostrar al detectar un menor
movimiento del bebé o espasmos y dolores en la pelvis, la espalda o el vientre. Factores
como el tabaquismo, la hipertensión arterial o la diabetes pueden aumentar las
probabilidades de que esto ocurra, pero también
se puede producir por preclampsia y eclampsia,
enfermedades infecciosas, anomalías
congénitas graves, posmadurez o lupus, entre
otras patologías.
El aborto inducido es aquel que se realiza por
propia voluntad de la mujer. Hay dos formas
de interrumpir un embarazo:
Aborto médico
Se toma un medicamento para llevar a cabo el aborto. Sólo se puede hacer durante las
nueve primeras semanas de embarazo. El más común es la mifepristona,
una hormona que bloquea la progesterona. Este y otros medicamentos se toman
durante tres sesiones en una clínica bajo la supervisión de un médico, y pueden surgir
algunos sangrados vaginales a causa de los medicamentos. Otros efectos de este
tratamiento son cólicos, diarrea o malestar estomacal, y en raras ocasiones,
fiebre alta. El aborto médico tiene una efectividad aproximada del 97 por ciento.
Aborto quirúrgico
Se realiza una cirugía para extraer el feto. Existen dos métodos frecuentes de aborto
quirúrgico.
La aspiración con vacío manual se puede hacer durante las 12 primeras semanas de
embarazo y consiste en la extracción de todo el tejido que contiene el útero con un
instrumento succionador de manera manual.
Existen síntomas que pueden indicar un aborto espontáneo como lumbalgia, dolor
abdominal, cólicos o sangrados vaginales.
Si el aborto se da durante las primeras semanas, normalmente el tejido se expulsa por
la vagina de forma natural sin necesidad de intervención. En el caso contrario, se puede
precisar de una cirugía como el legrado o medicamentos para terminar de expulsar los
restos que queden en el útero. Asimismo a los tipos de aborto mencionados hay que
añadir también el que se conoce como aborto farmacológico que se basa en el empleo
de la mifepristona o RU 486. Una medicación esta que, de manera frecuente, necesita
complementarse de apoyo de tipo instrumental, en concreto con lo que se conoce como
raspado.
De igual forma es importante subrayar que la mujer que ingiera dicho fármaco debe ser
consciente del conjunto de síntomas que tendrá y que se asemejan a los que sufre toda
fémina que tiene un aborto de tipo espontáneo. Entre ellos se pueden encontrar
hemorragias, dolores fuertes de tipo menstrual, vómitos, diarreas o fiebre.
En el caso de que el aborto sea inducido y mediante la asistencia médica necesaria hay
que subrayar que este sigue diversos procedimientos que suponen que se acometan
con todas las garantías para la paciente. Así, en los centros médicos que vayan a realizar
la operación se siguen una serie de pasos vitales y previos como son la recogida de
datos, la ecografía, el análisis, la consulta psicosomática y el consabido y necesario
reconocimiento médico.
Estos pasos también son los que se acometen en pacientes que se encuentran en el
segundo trimestre quienes de forma habitual son sometidas a la técnica de dilatación y
evacuación. Un procedimiento que se caracteriza, entre otras cosas, porque es poco
lesiva para la mujer lo que supone que incluso el mismo día de la intervención se pueda
marchar a su casa sin necesidad de tener que quedar hospitalizada.
Las abortos relacionados con los problemas del feto suelen asociarse a
mutaciones cromosomáticas, anomalías
congénitas, infecciones o efectos ajenos
causados por medicamentos o radiaciones
ionizantes (como la de los rayos X, por
ejemplo).
>Causas maternas:
>Causas paternas
Los probemas que se asocian al padre suelen
estar relacionados con alteraciones genéticas o
algún tipo de anomalía en el esperma.
Los síntomas que se pueden asociar con un aborto natural pueden ser
las hemorragias vaginales, especialmente durante el primer trimestre de
embarazo, dolor lumbar, un dolor similar a las contracciones o, si la gestación
está avanzada, pérdida del líquido ambiótico.
Problemas hormonales.
Infección.
Deficiencias nutricionales.
Los motivos por los que se produce un aborto son muy amplios y en muchas
ocasiones incluso se desconocen. Para clasificarlos se distinguen tres categorías:
causas fetales, maternas o paternas.
El aborto también puede producirse por causas maternas, ya sea por alteraciones
uterinas (miomas, sinequias, insuficiencia cervical, anomalías congénitas,etc.),
infecciones, endocrinopatías (patología tiroidea, déficit de progesterona, etc.),
agresiones externas (radiaciones, toxicomanías, factores ambientales,
traumatismos), inmunológicas (síndrome antifosfolípido, etc), estados de
desnutrición, enfermedades sistémicas o infecciosas (diabetes, nefritis,
toxoplasmosis, brucelosis
CONSECUENCIAS
La ley en materia de Derechos Sexuales y Reproductivos (DSyR) e Interrupción
Voluntaria del Embarazo (IVE) de 2010 buscaba la reducción de los embarazos
no deseados y se construyó sobre una fórmula de probada eficacia que consiste
en la combinación de tres elementos:
MSF incluye los servicios de atención para la interrupción voluntaria del embarazo
dentro de sus programas de atención
materna, después de estudiar las
disposiciones legales y la percepción
de la comunidad y del personal
sanitario.
Durante 2016, en sus programas de salud sexual y reproductiva, MSF atendió unos
250.300 partos (de los cuales más de 24.00 fueron cesáreas) y realizó 360.000
consultas prenatales, 178.000 posnatales y 253.000 de planificación
familiar. Además, la organización asistió a 13.800 víctimas de violencia sexual y a
1.170 mujeres en la interrupción voluntaria del embarazo.
TIPOS DE ABORTO
Es posible realizar una clasificación de diferentes tipos de aborto en función de
diferentes criterios, tales como si es
natural o provocado, los mecanismos
empleados para interrumpir el
embarazo o las razones que provocan
su realización.
1. Aborto espontáneo
Se denomina aborto espontáneo a aquel tipo de aborto o interrupción del embarazo
debido a causas naturales, no siendo voluntario ni provocado. Puede deberse a
alteraciones cromosómicas del feto,
enfermedades o malformaciones de la
madre, infecciones (como en el aborto
séptico). La aparición de este tipo de abortos
suele ocurrir en las doce primeras semanas.
Cuando se da de manera muy inicial de
forma que aún no estamos ante un
feto sino ante un embrión pueden no
presentarse síntomas e incluso pasar
desapercibido el hecho de haber quedado
embarazada (se estima que una gran cantidad de embarazos terminan así sin ser
detectados).
Sin embargo, si el desprendimiento o muerte del feto se produce a lo largo del
desarrollo del feto suele aparecer junto a una hemorragia importante y dolor en el
útero, el cual se abre para abrir paso a los restos. En algunos casos los restos del
feto no son completamente expulsados (especialmente si son abortos tardíos), en
cuyo caso será necesario realizar una intervención.
4. Aborto inducido
Se trata del aborto provocado voluntariamente, es decir el resultado de aplicar
determinados procedimientos de
manera voluntariapara interrumpir la
gestación. Dentro de éste pueden
encontrarse otros como el terapéutico,
los que son resultado de violación o los
que se deciden libremente.
5. Aborto terapéutico
Se denomina aborto terapéutico aquel que se realiza bajo el supuesto de que el
embarazo supone un riesgo para la
salud e incluso la supervivencia de la
madre. También se denominan del
mismo modo aquellos abortos que se
practican ante la presencia de
alteraciones o enfermedades graves
del feto que imposibilitan su
supervivencia o su desarrollo
normativo.
6. Aborto legal
En referencia a los abortos voluntarios, se considera aborto legal aquel que puede
realizarse según la legislación
vigente. Si bien originalmente sólo
podía abortarse de manera legal en
los casos de violación,
malformaciones severas o riesgo
para la vida de la embarazada, en la
actualidad en muchos países puede
abortarse legalmente sin necesidad
de que se cumplan estos supuestos
(si bien dentro de un marco
temporal específico que varía
según la región.
En España, el aborto es libre hasta las catorce semanas y posteriormente a ello solo
podrá interrumpirse legalmente en casos de riesgo para la vida de la embarazada,
anomalías en el feto graves y/o incompatibles con la vida o determinadas
enfermedades o malformaciones.
7. Aborto ilegal
Se trata del conjunto de abortos que se llevan a cabo al margen de la ley, en la
clandestinidad. Este tipo de aborto supone
además de un delito un grave riesgo para
la salud de la embarazada, debido a
que no se cuenta con ninguna garantía
respecto al procedimiento y
condiciones de la intervención a llevar a
cabo.
8. Aborto precoz
Se refiere a aquella interrupción del embarazo que se produce antes de las doce
semanas.
9. Aborto tardío
Aquel aborto en el que la interrupción se produce después de las doce semanas de
gestación.